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HORA SANTA

A) Para la hora santa se elegirá un lugar adecuado, y se arreglará de la mejor manera posible, el lugar se
prefiere sea un espacio abierto con vista a la calle, y de puertas abiertas, en caso necesario se podrá hacer en
la banqueta o calle según las necesidades y condiciones del lugar.

B) El ministro expone el Santísimo (según el formato entregado o hará uso de otro formato de ser
necesario) y lo llevará en la custodia, por las calles del sector, hasta donde se realizará la Hora Santa.

C) La hora santa se realizará trasladando en procesión al Santísimo Sacramento, partiendo del lugar donde
se llevó a cabo el encuentro comunitario y caminando por las calles del sector hasta el lugar designado
previamente.

D) Todos los participantes acompañaran al Santísimo Sacramento en procesión con cantos, en caso de
contar con algún equipo de sonido se podrá hacer uso de este.

E) Ya en el lugar donde será la Hora Santa se continuará con el formato de Hora Santa contenido en el
subsidio.

EXPOSICIÓN DEL SANTISIMO

Canto Eucarístico

Ministro; Hermanos dejemos que La Palabra de Dios, y esta imagen que contemplamos, nos acompañe en
toda nuestra hora de adoración. Al tener en nuestras manos el texto de la parábola y escuchar su lectura,
permitámonos ser un protagonista más de esta historia del amor misericordioso.

Ministro; Jesús tú nos enseñas en la parábola del Padre Misericordioso y el Hijo pródigo que no hemos de
desesperar jamás del perdón de Dios Padre, porque él siempre nos espera.

Padre nuestro… Ave María… Gloria al Padre….

Ministro; En los cielos y en la tierra, sea para siempre alabado.


Todos: El corazón amoroso de Jesús Sacramentado.

Ministro; Jesús que en el sufrimiento del Padre de la parábola nos dejas ver tu sufrimiento cuando nosotros
nos alejamos porque nos marchamos lejos o porque estamos cerca sin ser cercanos.

Padre nuestro… Ave María… Gloria al Padre….

Ministro; En los cielos y en la tierra, sea para siempre alabado.


Todos: El corazón amoroso de Jesús Sacramentado.

Ministro; Jesús que con el festejar del padre de la parábola nos invitas a entrar en la casa del Padre y
participar en su alegría, en su fiesta de la misericordia y de la fraternidad.
A ti, presente en la Sagrada Hostia, cantamos

Padre nuestro… Ave María… Gloria al Padre….

Ministro; En los cielos y en la tierra, sea para siempre alabado.


Todos: El corazón amoroso de Jesús Sacramentado.

PROCESIÓN
ESCUCHA DE LA PALABRA

LECTOR
Del Evangelio de san Lucas
15, 1-3. 11-32

En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores para escucharlo. Por lo cual los
fariseos y los escribas murmuraban entre sí: “Éste recibe a los pecadores y come con ellos”.

Jesús les dijo entonces esta parábola: “Un hombre tenía dos hijos, y el menor de ellos le dijo a su padre:
‘Padre, dame la parte de la herencia que me toca’. Y él les repartió los bienes.

No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se fue a un país lejano y allá derrochó su
fortuna, viviendo de una manera disoluta. Después de malgastarlo todo, sobrevino en aquella región una
gran hambre y él empezó a padecer necesidad. Entonces fue a pedirle trabajo a un habitante de aquel país, el
cual lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. Tenía ganas de hartarse con las bellotas que comían los cerdos,
pero no lo dejaban que se las comiera.

Se puso entonces a reflexionar y se dijo: ‘¡Cuántos trabajadores en casa de mi padre tienen pan de sobra, y
yo, aquí, me estoy muriendo de hambre! Me levantaré, volveré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra
el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo. Recíbeme como a uno de tus trabajadores’.

Enseguida se puso en camino hacia la casa de su padre. Estaba todavía lejos, cuando su padre lo vio y se
enterneció profundamente. Corrió hacia él, y echándole los brazos al cuello, lo cubrió de besos. El
muchacho le dijo: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo’.

Pero el padre les dijo a sus criados: ‘¡Pronto!, traigan la túnica más rica y vístansela; pónganle un anillo en
el dedo y sandalias en los pies; traigan el becerro gordo y mátenlo. Comamos y hagamos una fiesta, porque
este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado’. Y empezó el
banquete.

El hijo mayor estaba en el campo y al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y los cantos.
Entonces llamó a uno de los criados y le preguntó qué pasaba. Éste le contestó: ‘Tu hermano ha regresado y
tu padre mandó matar el becerro gordo, por haberlo recobrado sano y salvo’. El hermano mayor se enojó y
no quería entrar.

Salió entonces el padre y le rogó que entrara; pero él replicó: ‘¡Hace tanto tiempo que te sirvo, sin
desobedecer jamás una orden tuya, y tú no me has dado nunca ni un cabrito para comérmelo con mis
amigos! Pero eso sí, viene ese hijo tuyo, que despilfarró tus bienes con malas mujeres, y tú mandas matar el
becerro gordo’.

El padre repuso: ‘Hijo, tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo. Pero era necesario hacer fiesta y
regocijarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos
encontrado”.

Palabra del Señor

EXPERIENCIA DE PERDÓN
EXAMEN DE CONCIENCIA

Ministro; A la pregunta "¿por qué confesarse?", “¡Porque somos pecadores! Es decir, pensamos y actuamos
de modo contrario al Evangelio. Quien dice estar sin pecado es un mentiroso o un ciego. En el sacramento
Dios Padre perdona a quienes, habiendo negado su condición de hijos, se confiesan de sus pecados y
reconocen la misericordia de Dios”.
Para confesarse, es necesario comenzar “por la escucha de la voz de Dios” seguido del “examen de
conciencia”, el arrepentimiento y el propósito de la enmienda.

Hagamos pues nuestro examen de conciencia.

LECTOR
En relación a Dios
¿Solo me dirijo a Dios en caso de necesidad? ¿Participo regularmente en la Misa los domingos y días de
fiesta? ¿Comienzo y termino mi jornada con la oración? ¿Blasfemo en vano el nombre de Dios, de la
Virgen, de los santos?

¿Me he avergonzado de manifestarme como católico? ¿Qué hago para crecer espiritualmente, cómo lo hago,
cuándo lo hago? ¿Me rebelo contra los designios de Dios? ¿Pretendo que Él haga mi voluntad?

LECTOR
En relación al prójimo
¿Sé perdonar, tengo comprensión, ayudo a mi prójimo? ¿Juzgo sin piedad tanto de pensamiento como con
palabras? ¿He calumniado, robado, despreciado a los humildes y a los indefensos?

¿Soy envidioso, colérico, o parcial? ¿Me avergüenzo de la carne de mis hermanos, me preocupo de los
pobres y de los enfermos?

¿Soy honesto y justo con todos o alimento la cultura del descarte? ¿Incito a otros a hacer el mal? ¿Observo
la moral conyugal y familiar enseñada por el Evangelio?

¿Cómo cumplo mi responsabilidad de la educación de mis hijos? ¿Honro a mis padres? ¿He rechazado la
vida recién concebida? ¿He colaborado a hacerlo? ¿Respeto el medio ambiente?

LECTOR
En relación a mí mismo
¿Soy un poco mundano y un poco creyente? ¿Como, bebo, fumo o me divierto en exceso? ¿Me preocupo
demasiado de mi salud física, de mis bienes? ¿Cómo utilizo mi tiempo? ¿Soy perezoso?

¿Me gusta ser servido? ¿Amo y cultivo la pureza de corazón, de pensamientos, de acciones? ¿Nutro
venganzas, alimento rencores? ¿Soy misericordioso, humilde, y constructor de paz?

O ESTE OTRO EXAMEN CONCIENCIA

LECTOR
¿Hace cuánto tiempo te confesaste?
¿Fue buena confesión u olvidaste confesar?
¿Cumpliste la penitencia?
¿Hiciste el propósito de reparar tu maldad contra tu prójimo, tu vecino?
¿Seguiste los consejos de tu confesor?
¿Examinaste bien los 10 mandamientos?
¿Recordaste los mandamientos de la Iglesia?
¿Examinaste las virtudes, los vicios, tus obligaciones, deberes, de madre, esposa hija?
¿Revisaste tus pasiones?
Revisaste las diferentes ocasiones de pecado, cuando, ¿dónde?
¿Recuerdas las personas con las que te asociaste para el mal?
¿Hiciste conciencia de tus pecados de omisión? (por miedo, respeto humano, pereza)
¿Estás avergonzado de tus pecados, tienes verdadero dolor?
¿Deseas no repetirlo?
¿Ves al sacerdote, como Cristo en persona? Dios es el que me perdona, me recibe con amor.

Ministro; Invoquemos pues hermanos la misericordia de Dios, para que, teniendo un verdadero
arrepentimiento, nuestros pecados sean perdonados, y busquemos la satisfacción de los mismos, cumpliendo
nuestra penitencia impuesta.

CONFESIÓN DE PECADO

Ministro; Misericordia señor hemos pecado, Todos, como pueblo, nos sentimos pecadores ante Dios, ante la
Historia, ante la Humanidad entera. No hemos sido fieles al mensaje liberador de Cristo.
Pero alegrémonos porque Dios es Padre bueno al perdonar.

LECTOR
-- Del Salmo 50 –

Respondemos todos;

R.- Perdón, Señor, perdón.

--Misericordia, mi Dios, por tu bondad. Por tu inmensa compasión, borra mi culpa.

--Lava del todo mi delito y limpia todo mi pecado.

--Reconozco mi culpa, Señor. Tengo siempre presente mi pecado.

--Contra Ti, contra Ti sólo pequé. Cometí la maldad que aborreces.

--Hazme oír el gozo y la alegría, que se alegren los huesos quebrantados.

--Abrirás mis labios, Señor, y mi boca cantará tus alabanzas.

CANTO

CONCLUSION Y RESERVA

Ministro; Les diste el Pan del Cielo.


Todos: Que contiene en sí todo deleite.

Ministro; Oremos
Oh Dios, que en este Sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu Pasión. Concédenos venerar de tal
modo los misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos continuamente en nosotros los frutos
de tu redención. Que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Todos: Amén.

BENDICION CON EL SANTISIMO (si es un sacerdote)


ALABANZAS

Ministro;
Bendito sea Dios
Bendito sea su santo nombre
Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre
Bendito sea el nombre de Jesús
Bendito sea su sacratísimo corazón
Bendita sea su preciosísima sangre
Bendito sea Jesús en el santísimo sacramento del altar
Bendito sea el Espíritu Santo consolador
Bendita sea la gran madre de Dios María santísima
Bendita sea su santa e inmaculada concepción
Bendita sea su gloriosa asunción
Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre
Bendito sea San José, su castísimo esposo
Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos

CANTO

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