Parroquia del sagrado corazón de Jesús cd.

madero
hora santa sacerdotal
• Exposición

Sacerdote: Jesucristo, sumo y eterno sacerdote elegido por el Padre y ungido por
el Espíritu.
Todos: te alabamos, te bendecimos y te glorificamos.
Padre nuestro, Ave María y Gloria al Padre…
Canto

• Adoración

Monitor: Señor, Padre Santo, que constituiste a tu único Hijo Pontífice de la

Alianza nueva y eterna por la unción del Espíritu Santo, y determinaste, en tu
designio salvífico, perpetuar en la Iglesia su único sacerdocio.
Todos: te alabamos, te bendecimos y te glorificamos.

Monitor: Él nos solo confiere el honor del sacerdocio real a todo su pueblo santo,
sino también, con amor de hermano, elige a hombres de este pueblo, para que,
por la imposición de las manos, participen en su sagrada misión.
Todos: te alabamos, te bendecimos y te glorificamos.

Monitor: Ellos renuevan en nombre de Cristo el sacrificio de la redención,

preparan a tus hijos el banquete pascual, presiden a tu pueblo santo en el amor, lo
alimentan con tu palabra y lo fortalecen con los sacramentos.
Todos: te alabamos, te bendecimos y te glorificamos.

Monitor: Tus sacerdotes, Señor, al entregar su vida por ti y por la salvación de los
hermanos, van configurándose a Cristo, y han de darte así testimonio constante
de fidelidad y amor.
Todos: te alabamos, te bendecimos y te glorificamos.

• Vísperas

Monitor: dirijámonos a nuestro Padre, fuente y origen de toda vocacion y con las
vísperas, oración de la tarde unámonos a Cristo, nuestro sumo y eterno
Sacerdote. Utilicemos los formatos que se nos han proporcionado.

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• Escucha de la Palabra

Lector 1: del Libro del profeta Jeremías 1, 4-10

En tiempo de Josías, el Señor me dirigió estas palabras:

“desde antes de formarte en el seno materno; te conozco;
Desde antes de que nacieras, te consagré profeta para las naciones”.

Yo le contesté: “pero, Señor mío, Yo no sé expresarme, Porque apenas soy un

muchacho”.

El Señor me dijo: “no digas que eres un muchacho, Pues irás a donde yo te envíe
Y dirás lo que yo te mande. No tengas miedo, Porque yo estoy contigo para
protegerte”, oráculo del Señor.

El Señor extendió entonces su brazo, Con su mano me tocó la boca y me dijo:

“desde hoy pongo mis palabras en tu boca Y te doy autoridad sobre pueblos y
reyes, Para que arranques y derribes, Para que destruyas y deshagas, Para que
edifiques y plantes”
Palabra de Dios.
Todos: te alabamos, Señor.
Canto

• Reflexión

Lector 2: en este jueves sacerdotal, el Señor nos invita a reflexionar sobre el

llamado que Él hace a sus amigos, así como lo hizo con el profeta Jeremías. En la
Palabra que escuchábamos se nos presenta la elección con gran sencillez y
sobriedad. No es Jeremías quien decide ser profeta, sino que el Señor le llama
primero. La certeza de que Dios nos ha hablado al corazón primero o, dicho de otro
modo, que nos ha amado primero y desde el principio es un principio central de toda
la Escritura. En este texto escuchamos algunas frases que llaman nuestra atención.

Lector 3: “Antes de haberte formado yo en el vientre”. ¿Qué significa esta

expresión? Los israelitas creían que realmente se concebía un nuevo ser cuando
Dios otorgaba el don de la vida a la semilla sembrada por el hombre y la mujer. Por
tanto, antes de que Dios le otorgará el don de la vida ya existía Jeremías en el
proyecto de Dios. El Señor tenía un proyecto sobre la vida de Jeremías, porque
tiene un proyecto para la vida de toda persona y sobre el universo entero (Gen 1,2).

Coro y todos: Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu

fidelidad por todas las edades.

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Lector 1: Te conocía. Cuando Dios afirma conocer a alguien significa además
proteger y cuidar (Sal 144,3). Dios conoce a Jeremías como una madre, le protege
antes de nacer y le cuida desde el seno. Dios nos conoce porque teje nuestras
entrañas desde el seno materno (Sal 139,13) y nos protege durante toda nuestra
vida (Sal 139,5). Es Dios quien modela nuestro pasado, presente y futuro, Él
conocía a Jeremías y a cada uno de nosotros y orienta nuestro destino y fija el
desenvolvimiento de nuestra vida.

Lector 2: Te tenía consagrado. Se trata aquí de esa percepción nueva de la

vocación que hace advertir con mayor intensidad que todo en su vida estaba
orientado en orden a una tarea concreta querida por Dios. Jeremías sabe ahora por
Dios mismo que había sido consagrado para él desde siempre. También vemos
aquí a Dios como un amigo que le comunica su propia intimidad. Solo la santidad
de Dios puede hacerle santo o consagrado.

Coro y todos: Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu

fidelidad por todas las edades.

Lector 3: Te constituí profeta de las naciones. Jeremías será profeta porque su

forma de pensar, hablar y vivir revelará al pueblo las entrañas de Dios. Un Dios, que
como una madre que le ha conocido y tejido desde el seno y que como un amigo le
ha mostrado su intimidad consagrándolo, ahora le da una misión universal.

Lector 1: La respuesta de Jeremías: “Yo dije: «¡Ah, Señor Yahvé! Mira que no sé
expresarme, que soy un muchacho»”, suena a excusa al llamado de Dios; da la
impresión de ser un cobarde. Pero lo que ocurre es más bien que mide sus fuerzas
y ve la misión, y concluye que no sabe hablar, hablar como habla Dios que habla al
corazón y en profundidad. Además, carece de autoridad, se siente un niño, y a los
muchachos la sociedad de su tiempo les exigía escuchar y no hablar (Job 32,6).
Pese a todo esto, se percibe también en la respuesta una gran confianza con Dios,
Jeremías manifiesta una íntima familiaridad y un trato personal y profundo.

Coro y todos: Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu

fidelidad por todas las edades.

Lector 2: No digas: “soy un muchacho”. Es decir, deja de pensar sólo en términos

humanos y ábrete a las posibilidades que Dios te ofrece. La Palabra se impone. El
Señor forjará con su palabra la existencia de Jeremías: Irás… dirás: equivale a decir
tienes que ir y decir. Dios pide al hombre esta obediencia plena, abandono de la
propia vida en sus manos, la fe en la convicción de que Dios puede realizar lo que
quiere, incluso con instrumentos poco eficaces. Dios cuenta con eso para la tarea
encomendada.

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Lector 3: No les tengas miedo. Cuando Dios se dirige a sus amigos les dice: no
temas (Gen 15,1; 21,17, etc.). La fuerza de Jeremías brota de la decisión de Dios:
Yo estoy contigo, aquí se resalta también como Dios acompaña a su pueblo y a sus
elegidos.

Coro y todos: Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu

fidelidad por todas las edades.

Lector 1: Para salvarte: Dios estará con él no solo como mera asistencia, sino que
Dios mismo tomará parte en la misión que le encomienda y así la garantía de éxito
está asegurada. Al decirle que le salvará implícitamente le dice que no le evitará el
sufrimiento ni el miedo.

Lector 2: Yahvé que ha llamado a Jeremías lo reviste de su ministerio profético. Al

tocarle en la boca Dios personalmente le habilita para la misión: ya no necesitará él
buscar palabras, será Dios mismo el que las ponga en su boca. Queda investido
como portavoz oficial de Dios: te doy autoridad sobre las gentes y los reinos.

Coro y todos: Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu

fidelidad por todas las edades.

Lector 3: Esta autoridad se concreta en una doble acción negativa y positiva:

extirpar y destruir / perder y derrocar / reconstruir y plantar. No se trata de un
proceso sucesivo (demoler para construir) sino simultaneo, pero diversificado según
las disposiciones que se encuentre en el camino.

Lector 1: a través de la reflexión que hemos escuchado, descubrimos la grandeza

de toda vocacion, la cual proviene del corazón de Dios que quiere responder a las
necesidades de su pueblo para así mostrarles su amor mediante las diversas
vocaciones. El ministerio sacerdotal es también un ministerio profético como el del
profeta Jeremías, todos los sacerdotes a pesar de sus limitaciones son llamados
por Dios desde antes de nacer y consagrados por la santa ordenación para extirpar
y destruir el pecado que aleja a los hombres y mujeres de Dios y para edificar y
plantar el Reino de Dios.

Coro y todos: Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu

fidelidad por todas las edades.

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• Súplica

Sacerdote: Unámonos todos para pedir al Señor, santidad para nuestros

sacerdotes y abundantes vocaciones para esta sublime y necesaria misión en la
iglesia. Después de cada intención digamos juntos: Señor, danos sacerdotes
según tu corazón.

Lector 1: A los párrocos, fortalécelos en el servicio que presentan a su comunidad.

A los confesores y directores espirituales, hazlos instrumentos dóciles de tu Espíritu.
A los que anuncian tu palaba, que comuniquen espíritu y vida, señor. Oremos

Lector 2: A los que quieren fomentar vocaciones en tu iglesia, ayúdalos pasa ser
verdaderos testigos tuyos, señor. A los que trabajan entre los pobres, haz que te
vean y te sirvan en ellos. Oremos

Lector 3: A los que atienden a los enfermos, que les enseñen el valor del
sufrimiento. A los sacerdotes pobres, socórrelos, señor. A los sacerdotes enfermos,
confórtalos y sánalos señor. Oremos

Lector 1: A los sacerdotes ancianos, dales alegre esperanza. A los tristes y afligidos
consuélalos, señor. A los sacerdotes agotados, dales tu paz, señor. A los que están
en crisis, muéstrales tu camino. Oremos

Lector 2: Que todos los sacerdotes llenos de ti, vivan con alegría su celibato. A
todos los sacerdotes dales la plenitud de tu espíritu y transfórmalos en ti, señor.
Oremos

Lector 3: A todos los sacerdotes, señor, concédeles la firmeza de tu esperanza, la

fortaleza de tu espíritu, la paz de tu amor. Oremos

Lector 1: Que todos los sacerdotes, señor, aprendan de ti a amar a María como
madre sacerdotal, y acudan a Ella en los momentos difíciles de su ministerio y vida
sacerdotal. Oremos

Lector 2: que los seminaristas de nuestro seminario diocesano sean responsables

y fieles a su vocacion y como discípulos puedan configurarte contigo como
sacerdote y pastor. Oremos.

Lector 3: que los jóvenes estén dispuestos a escucharte y respondan

generosamente a tu llamada a la vocacion sacerdotal para que tu pueblo
experimente tu amor y misericordia. Oremos.

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Todos: Oh Dios Todopoderoso y Eterno en tu inagotable amor has provisto
ministros para tu Iglesia. Concédenos en nuestros días excelentes y adecuados
sacerdotes para que sirvan y santifiquen a tu pueblo.

Inspira una respuesta generosa y valiente en los corazones de tu pueblo, para así
aumentar el número de ordenaciones sacerdotales.

Confirma y sostén a aquellos que se han comprometido a llevar a cabo la obra de

Cristo, el Buen Pastor, predicando el Evangelio y uniendo a tu santo pueblo en uno
solo en Cristo. Esto te lo pedimos en el nombre de Cristo nuestro Señor.
Amén.

• Bendición y reserva