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LA LITERATURA ESPAÑOLA DESDE FINALES DEL SIGLO XIX HASTA LA GUERRA CIVIL

0. INTRODUCCIÓN: EL MARCO HISTÓRICO Y SOCIAL DE ESPAÑA EN EL SIGLO


XX. PRINCIPALES CORRIENTES LITERARIAS.

1. EL MODERNISMO
1.1 Concepto.
1.2 Los Orígenes del Modernismo.
1.3 Temática del Modernismo.
1.4 El estilo modernista.
1.5 Rubén Darío
1.6 Delmira Agustini

2. LA GENERACIÓN DEL 98
2.1 Concepto.
2.2 Evolución Ideológica de la Generación del 98.
2.2.1 Primera etapa: Juventud del 98.
2.2.2 Segunda etapa: El Grupo de los Tres.
2.2.3 Tercera etapa: Madurez del 98.
2.3 Estética y temas del 98.
2.4 La trayectoria poética de Antonio Machado
2.5 La Generación del 98. Baroja, Unamuno y Azorín.

3. LA GENERACIÓN DEL 1914 Y EL NOVECENTISMO


3.1 Ensayo y novela.
3.2 La poesía de Juan Ramón Jiménez.

4. EL VANGUARDISMO
4.1 Movimientos vanguardistas: Futurismo, Dadaísmo, Cubismo, Ultraísmo, Creacionismo y Surrealismo.
4.2 El vanguardismo en España: Ramón Gómez de la Serna e influencias en la Generación del 27

5. EL GRUPO POÉTICO DEL 27


5.1 Nómina de autores.
5.2 Características.
5.3 Etapas.
5.4 El grupo poético del 27 a través de alguno de sus principales autores: Salinas, Lorca, Alberti y Cernuda.
5.5 Las Sinsombrero.

6. EL TEATRO ESPAÑOL ANTERIOR A 1936


6.1 El teatro comercial.
6.2 El teatro innovador. (Valle-Inclán y Lorca)

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0. INTRODUCCIÓN: EL MARCO HISTÓRICO Y SOCIAL DE ESPAÑA EN EL SIGLO XX

- La vida política de finales del siglo XIX y principios del XX sigue presidida por el turno de
conservadores y progresistas en el gobierno. Fuera de estos “partidos dinásticos” hay otros grupos que van
de los carlistas a los republicanos y, más a la izquierda, los socialistas y los anarquistas. Los principales
temas de debate y conflicto son el regionalismo, la reforma agraria, la industrialización y la “cuestión social”.
- La sociedad presenta, en su base, una gran masa rural –dominada por el caciquismo─ y un proletariado
aún poco desarrollado (en Cataluña y País Vasco); en estos sectores prenden doctrinas revolucionarias. Su
pobreza contrasta con el poder y el lujo de la aristocracia y la alta burguesía de las ciudades, encasilladas en
posturas conservadoras. Entremedias, hay una pequeña burguesía o “clase media”, a menudo descontenta y
propicia al reformismo, aunque temerosa de revoluciones.
- La tensión social y los problemas económicos (atraso, crisis...) son graves, pero muchos españoles viven
inconscientes y optimistas. Unos trágicos acontecimientos vendrán a sacudir las conciencias más sensibles.
- En 1898, tras varios años de guerra, Cuba, Puerto Rico y Filipinas van a conseguir su independencia
con la ayuda decisiva de Estados Unidos: la escuadra española quedará destrozada en Santiago de Cuba y en
Cavite, las pérdidas humanas y económicas son cuantiosísimas. Es el “Desastre del 98”
- La Primera Guerra Mundial (1914-1918) a pesar de la neutralidad española, sirvió para dividir más a
un país ya de por sí no muy unido.
- La huelga general (1917), con el descontento de la clase obrera, y el desastre de Annual (Marruecos)
(1921), descontento de la clase militar, desemboca en la Dictadura de Primo de Rivera que se verá incapaz
de frenar las sucesivas crisis económicas que abaten a un país en plena ebullición.
- La II República (1931) pretende cambios demasiado bruscos, además, la sociedad española ya estaba
profundamente dividida. Aparece la Falange y el Frente Popular.
- España es un volcán que estalla el 18 de julio del 36: la Guerra Civil. Con la victoria Nacional
comienza la Dictadura de Franco. Hambre, odio, represión censura... son las constantes de la posguerra.

PRINCIPALES CORRIENTES LITERARIAS.

1. Modernismo: jóvenes escritores de España e Hispanoamérica con impulsos innovadores fruto de la


crisis de la conciencia burguesa.
2. Generación del 98: escritores llamados al principio modernistas que, aunque animados por el mismo
afán renovador, dan especial entrada a los problemas del momento histórico.
3. El Novecentismo con el ideal de la literatura pura.
4. Las Vanguardias y la intensa búsqueda de nuevas formas.
5. El grupo del 27, que enlaza con la vanguardia pero depurando la poesía e integrándola con
otras tendencias (poesía pura, clasicismo, neopopularismo).

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Paradoja.- Cuanto peor es la situación política y social de nuestro país, mejor es su producción
artístico- literaria. Ejemplos: Barroco, el 98, el 27 (Segunda Edad de Oro o Edad de Plata).

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1. EL MODERNISMO

1.1 CONCEPTO
En términos artísticos, la palabra “modernismo” se aplicó a una serie de tendencias europeas y
americanas surgidas en los últimos años del siglo XIX. Estas tendencias presentaban una serie de rasgos
comunes:
a. Anticonformismo.
b. Deseo de renovación.
c. Oposición a las tendencias artísticas vigentes (realismo y naturalismo).
Pese a lo dicho, en el terreno literario los críticos no se han puesto de acuerdo sobre el concepto de este
movimiento. A grandes rasgos podemos reducir las diferentes interpretaciones que se han dado a sólo tres:

a. Considerar el Modernismo como un movimiento literario bien definido que se desarrolla entre
1855 y 1915 y que se define por el esteticismo y el escapismo.
b. Algunos piensan que el Modernismo no es un movimiento literario, sino una época y una actitud que
incluye múltiples y diferentes manifestaciones, unas marcadas por el esteticismo y escapismo, pero
otras no.
c. Una postura intermedia entre las anteriores en la que “cabría definir el Modernismo Literario como
un movimiento de ruptura con la estética vigente, que se inicia en torno a 1880 y cuyo desarrollo
fundamental alcanza hasta la Primera Guerra Mundial”. Este movimiento de ruptura enlazaría con la
amplia crisis espiritual de Fin de Siglo y sería una manifestación más de la misma.

1.2 LOS ORÍGENES DEL MODERNISMO


El movimiento modernista, como es obvio, no surge de la nada, sino que es consecuencia de una serie de
factores:
• Raíces históricas y sociales
El Modernismo fue un movimiento marcado por el anticonformismo. Esa actitud venía provocada por el
desacuerdo de los escritores con el espíritu materialista y utilitario de la sociedad europea de la segunda
mitad del siglo XIX. Esta sociedad había nacido con la Revolución Industrial y había llevado al poder
político a la clase burguesa, que impondrá una rígida moral y unas pautas de comportamiento férreas. Los
escritores modernistas reaccionarán contra esta sociedad de normas y formalismos, exigiendo una mayor
libertad y el derecho a ser diferentes (pelo largo, vida bohemia, amores
“amorales”, etc.).
Las actitudes de los escritores ante este panorama social podemos resumirlas en dos:
a. Algunos manifestarán en sus obras su oposición al sistema de una forma explícita, adoptando una
actitud de rebeldía política (el poeta cubano José Martí, por ejemplo).
b. Pero la mayoría expresará su disconformidad mediante el aislamiento de esa sociedad con la que no
comparten casi nada. Ese aislamiento será de muchos tipos, pero predominarán las posturas que
recrean mundos aristocráticos propios ya de otros tiempos (Valle-Inclán en Sonata de Otoño, por
ejemplo) o mundos exóticos orientales (Rubén Darío, Villaespesa o Marquina...).

• Raíces literarias
El Modernismo literario nace en Hispanoamérica en países que ya habían conseguido la independencia en
ese siglo o, en el caso de Cuba o Puerto Rico, estaban en pleno proceso. Esta situación histórica explica que
entre los autores modernistas nos encontremos en los primeros tiempos con un rechazo de la tradición
literaria española y que, por tanto, vuelvan sus ojos a otras literaturas, como la francesa.

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- De la literatura francesa les interesarán, fundamentalmente, dos movimientos artísticos que se
desarrollan en la segunda mitad del siglo XIX: el Simbolismo y el Parnasianismo.
A) Parnasianismo. Los parnasianos buscarán por encima de todas las cosas la perfección formal de la
obra literaria. Representa un intento de alejarse de la realidad de su época por medio de la creación
de otra realidad artificial en la que sólo importa la belleza. El esteticismo y el deseo de evasión o
escapismo serán las notas distintivas del Parnasianismo. Gusto por el detalle, lo mitológico, lo
exótico y lo sensorial.
B) Simbolismo Los simbolistas también reaccionan contra un arte que se limita a representar la realidad.
Ellos se proponen ir más allá de lo que se puede percibir por los sentidos. La misión del artista será la
de descubrir esas “otras realidades” que existen tras la realidad aparente y luchar con el lenguaje para
intentar sugerirla al lector. Expresan ideas y sentimientos a través de elementos sensoriales como los
objetos y los colores. (Charles Baudelaire, Arthur Rimbaud, Paul Verlaine, Stéphane Mallarmé)

- Aunque en buena parte el Modernismo se olvida de la tradición literaria española, sí encontramos en


sus obras referencias a algunos autores o movimientos:
A) Bécquer y los simbolistas españoles. Bécquer fue el mejor representante en España del movimiento
simbolista y como tal lo entenderán los poetas modernistas.
B) El Mester de Clerecía. De esta escuela literaria medieval les interesará a los modernistas el verso
alejandrino, que se convertirá en uno de los metros más usados.

El principal autor modernista fue el nicaragüense Rubén Darío, del que hablaremos más adelante. En
cuanto al Modernismo en España, Manuel Reina, Salvador Rueda y Ricardo Gil pueden ser considerados
como precursores de esta nueva sensibilidad, aunque se suele proponer como fecha de inicio 1902 (2º viaje
de Rubén Darío a España). Los modernistas españoles más destacados son Francisco Villaespesa y Manuel
Machado. También cultivaron esta tendencia, en sus inicios poéticos, Antonio Machado (Soledades) y Juan
Ramón Jiménez (etapa sensitiva: Almas de violeta, Ninfeas, La soledad sonora,…) El Modernismo español
se caracterizó por una menor brillantez externa -menos alardes formales- y una mayor influencia simbolista,
predominando el intimismo (que enlaza con la poesía posromántica de Bécquer y Rosalía) y siendo menos
frecuente la presencia de elementos exóticos.
A la vista de lo expuesto anteriormente, podríamos fijar los orígenes del Modernismo y acercar esta
definición: “El Modernismo es un arte sincrético en el que se entrelazan armónicamente tres corrientes: una
extranjerizante (Parnasianismo y Simbolismo), otra americana (literaturas y tradiciones autóctonas) y la
tercera, hispánica.”

1.3 TEMÁTICA DEL MODERNISMO


Los temas de la literatura modernista podemos clasificarlos en dos grandes bloques que responden en
buena medida a las influencias básicas de los movimientos parnasiano y simbolista:
• La literatura de los sentidos. Algunos escritores pondrán sus ojos en la exterioridad sensible,
buscando la perfección formal, la belleza. La influencia parnasiana es evidente en estos casos.

• La literatura de la intimidad. También apuntan hacia la expresión de la intimidad, de los


sentimientos del autor. Estos sentimientos pueden ser vitalistas y optimistas: “Ínclitas razas
ubérrimas sangre de Hispania fecunda”, o bien, angustiados y melancólicos:
“Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto, y el
temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
Y sufrir por la vida y por la sombra y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos, Y la
carne que tienta con sus frescos racimos,
Y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber adónde vamos, ni de dónde venimos!...” (Rubén Darío, “Lo fatal”)

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En esta línea literaria se puede apreciar la presencia del Simbolismo, y es la que mejor puede explicarnos
el Modernismo como manifestación de la Crisis de Fin de Siglo.
Vinculados en mayor o menor medida con uno u otro de los dos bloques de contenidos
anteriores, encontramos en la literatura modernista una serie de temas recurrentes:
A) La crisis espiritual. Sensaciones de soledad, de melancolía, de tristeza, de desarraigo de una sociedad
que no puede ni quiere comprender al artista. Esta crisis provocará la exaltación de todo aquello que vaya
contra lo racional y lo real, y así entrarán en sus obras lo pasional, lo fantástico, el misterio, los sueños... La
expresión de estos sentimientos angustiados la realizarán por medio de símbolos como la tarde, el otoño, los
parques, etc.

B) La evasión. Este tema deriva del anterior: el escritor se encuentra inmerso en una realidad que le
disgusta y tiene que manifestar su disconformidad de alguna manera. Algunos autores intentarán
transformar la realidad mediante la crítica y la acción política.
“Yo soy un hombre sincero de
donde crece la palma, y antes
de morirme quiero echar mis
versos del alma”
José Martí

pero la mayoría preferirá olvidarse de esa realidad, escaparse de ella,


“La princesa está triste... ¿qué tendrá la princesa? Los
suspiros se escapan de su boca de fresa, Que ha
perdido la risa, que ha perdido el color. La princesa
está pálida en su silla de oro,
Está mudo el teclado de su clave sonoro;
Y en el vaso olvidada se desmaya una flor.”
Rubén Darío, “Sonatina”

En la literatura modernista nos encontraremos tres maneras diferentes de evasión de


la realidad:
1. El mundo de los sueños.
2. La evasión temporal hacia mundos pasados supuestamente más bellos y más libres.
3. La evasión espacial hacia mundos exóticos (orientales, sobre todo) en los que encontrar
aquello de lo que carece la civilización occidental.

C) Cosmopolitismo. Es consecuencia de la necesidad de evasión. Muchos autores intentaron buscar la


diferencia en los comportamientos aristocráticos alejados de la mediocridad burguesa dominante. Ese
cosmopolitismo desembocó en una devoción por la gran ciudad y por la vida bohemia.

D) El sentimiento amoroso. El amor en la literatura modernista oscilará entre dos polos opuestos:
• La idealización del amor y de la mujer entendida como amor imposible e inalcanzable. El amor
irá asociado a sentimientos como la tristeza, la soledad, la melancolía...
• Concepción vitalista del amor, marcada por la búsqueda del sexo y del placer. Esta actitud hay
que relacionarla con el deseo de los modernistas de rebelarse contra toda norma y moral.
E) La búsqueda de las raíces. Los modernistas hispanoamericanos se ocuparán con sus obras de recuperar
el pasado precolombino y sus mitos, con el fin de autoafirmarse frente a la tradición española. En un
segundo momento, sin embargo, los autores hispanoamericanos volverán a ocuparse de la tradición
hispánica como acto de afirmación frente a la presión económica, política, militar y cultural
estadounidense.

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La búsqueda de las raíces propias del individuo se debe entender también como consecuencia de la
crisis espiritual que está en la base del Modernismo: cuando al artista se le rompe su realidad,
necesita encontrar unos nuevos fundamentos sobre las que construir una nueva realidad más
satisfactoria.

1.4 EL ESTILO MODERNISTA.

Si tuviéramos que intentar definir el estilo modernista en pocas palabras, lo haríamos con las que siguen:
“El Modernismo era el encuentro de nuevo con la belleza, sepultada durante el siglo XIX por un tono general
de poesía burguesa”. En las palabras de Juan Ramón Jiménez podemos encontrar la base de la intención
estética modernista: diferenciarse de la mediocridad burguesa (también en literatura) dominante y hacerlo
mediante el cultivo de la Belleza, ya que la literatura realista (la propia de la sociedad burguesa) había
preferido cultivar otros valores (la autenticidad, la crítica, la denuncia...). A esta actitud de búsqueda de la
Belleza es a lo que llamamos esteticismo.
Algunas de las características que definen el esteticismo modernista son:
A) Intento de reflejar mediante la palabra múltiples valores sensoriales (auditivos, visuales, olfativos,
etc.).
B) Abundan los recursos fónicos que son útiles para conseguir la musicalidad del verso.
C) Enriquecimiento léxico por la introducción de cultismos y neologismos.
D) Adjetivación abundante y, en muchos casos, ornamental.
E) Símbolos de la elegancia y la belleza: el cisne, la flor de lis, el color azul…
F) Utilización de sinestesias (“furia escarlata”, “rojos destinos”, etc.).
G) Metáforas e imágenes originales y deslumbrantes: “Nada más triste que un titán que llora,
hombre-montaña encadenado a un lirio.”
H) En lo referentea la métrica, los modernistas preferirán los versos largos (dodecasílabos,
alejandrinos) y se caracterizarán por la alteración libre de los versos y el uso de estrofas
tradicionales, por ejemplo el soneto.

1.5 RUBÉN DARIO

Félix Rubén García Sarmiento (Rubén Darío) (1867-1916), nicaragüense, fue periodista y visitó
diversos países de América y Europa. Se estableció dos veces en España con misiones de representación o de
diplomacia. Era un nómada que vivió con opulencia y miseria. En su primera venida a España (1892) saludó
emocionado a los escritores más famosos. Volvió un año después del desastre de 1898 y ya era ídolo de los
jóvenes escritores. Líder y figura más representativa del movimiento Modernista.

Alcanzó un estilo nuevo, de extraordinaria brillantez. Sus obras son: Azul, Prosas profanas y Cantos de
vida y esperanza. Como los parnasianos, concibe el poema como una creación sólida y de gran musicalidad,
con temas paganos y exóticos, un mundo poblado sólo de belleza. De los simbolistas hereda el goce de la
palabra como forma simple, su rebeldía social, su peculiar moral entre la sensualidad pagana y un
catolicismo superficial.

Su trayectoria representa la de todo el movimiento: existe un primer período de gran plasticidad y


sonoridad y de temas refinados y evasivos, su primera obra, Azul (1888) marca también el inicio de esta
corriente); luego vendría Prosas Profanas (1896) que supone la culminación de ese Modernismo exuberante y
donde introduce temas españoles; su última obra, Cantos de vida y esperanza (1905) lo sitúa en la línea de un
Modernismo más intimista y meditativo.

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Los temas dominantes en su poesía son:

- Una desazón “romántica”: la influencia de Bécquer es evidente en sus textos: rechazo de una
sociedad vulgar (“Yo detesto la vida y el tiempo en que me tocó nacer”, decía Darío); parecida
sensación de desarraigo, de soledad… La defensa de las pasiones y de lo irracional volverá a dar paso
al misterio, a lo fantástico, a los sueños… Pero lo más importante son las manifestaciones de hastío y
de profunda tristeza; por ello, la melancolía y la angustia son sentimientos centrales (ejemplo:
“Sonatina” de Prosas profanas o “Lo fatal” de Cantos de vida y esperanza). Reflejo de estos
sentimientos es la presencia de lo otoñal, de lo crepuscular, de la noche…

- Escapismo: huye de la mediocridad evadiéndose en el tiempo y en el espacio. En el tiempo se


retrocede al pasado nacional, fuente de evocaciones históricas y legendarias, o al mundo sensual de la
mitología clásica. En el espacio es relevante el gusto por lo oriental y lo exótico. Descontento con la
realidad que se le ofrece, el poeta se refugia en otra, creada por él a su gusto, en escenarios lejanos o
inventados.

- El cosmopolitismo: el deseo de evadirse, de buscar algo distinto determina el interés por viajar que
sintió no sólo Rubén Darío sino todos los modernistas (“Tuvimos que ser políglotas y cosmopolitas”,
decía el poeta). El cosmopolitismo desembocó en la devoción por París, ciudad que representa el
mundo al que aspiraban, su vida nocturna, los cabarets, la bohemia…

- El amor y el erotismo: el tratamiento de ambos apunta en dos direcciones: una, la idealización del
amor y de la mujer, mundo inalcanzable que sume al poeta en la más profunda insatisfacción y tristeza;
otra, el erotismo desenfrenado, encarnado en la mujer fatal, lasciva y dominadora. Ejemplo de estos
temas son textos como “Que el amor no admite cuerdas reflexiones” de Prosas profanas, o “Venus” de
Azul.

- El cultivo de temas indígenas e hispánicos convive con el afán cosmopolita. En un primer momento
cultiva esta temática –mitos y leyendas de las culturas precolombinas y española- como forma de
evasión de la realidad circundante, posteriormente como exaltación de lo hispano frente al poder
dominante de los Estados Unidos. Con sus Cantos de vida y esperanza, Rubén Darío exalta lo español
como un conjunto de valores humanos y culturales frente a la civilización yanqui.

Enriqueció enormemente el lenguaje poético mediante la utilización de variados recursos:

■ Recursos que aportan musicalidad: los recursos de repetición, pero sobre todo aliteraciones y juegos
fónicos variados. Con esta finalidad emplea de forma abundante palabras esdrújulas.

■ Recursos que aluden a lo sensorial: la poesía se dirige directamente a los sentidos, de ahí la utilización
copiosa de sinestesias (“verso azul”) y la adjetivación referida al color, al sonido, al tacto, a través de la
cual se intenta captar un mundo lleno de goce y belleza.

■ Riqueza verbal y capacidad de sugestión: las metáforas deslumbrantes y el adjetivo se convierten en


recursos decisivos; además de la utilización de un léxico extraño, poco habitual: cultismos,
neologismos, arcaísmos, palabras exóticas…

Renovación métrica: la obra de Rubén Darío es, desde el punto de vista métrico, la más variada y rica en
lengua castellana. A la vez que cultiva con acierto composiciones clásicas, introduce en ellas audaces
novedades, como el soneto de versos alejandrinos. Además de emplear versos hasta entonces prácticamente
inexplorados como los de 15 y 17, Darío recupera el eneasílabo y el alejandrino, versos que habían caído en
desuso.

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1.6 DELMIRA AGUSTINI

Delmira Agustini (Montevideo, 1886-1914). Admirada por su talento y por la sensualidad de sus versos,
la prematura y trágica muerte que hace de ella toda una leyenda, no impidió que se publicaran tres poemarios
que llamaron la atención de sus contemporáneos y que desconcertaron a la sociedad uruguaya de su tiempo.
Elogiada por Rubén Darío —que escribió el «Pórtico» de su libro Los cálices vacíos, y por otros
intelectuales del momento, la retórica modernista en ella va dejando paso a una nueva visión del lenguaje
erótico, aportando una perspectiva jamás expresada hasta el momento que chocó con los códigos
tradicionales de su entorno, la del deseo femenino.

Delmira se educó en el hogar, como solían hacerlo entonces las señoritas de la clase media alta, y
recibió clases de francés, piano, pintura y dibujo. Pronto empieza a escribir poesía y a publicar en revistas de
la época. En 1913 se casa con Enrique Job Reyes. Reyes nunca le dio importancia al talento poético de
Delmira, más bien lo consideraba una «debilidad» de soltera; solía decir que, una vez casados, se encargaría
de ver que abandonara la escritura. Pero Delmira venía publicando poesía desde los dieciséis años: era, sin
duda, su gran pasión. Por otro lado, cuando se casa con Reyes, la poeta ya no está enamorada de él. Para
entonces ya siente un fuerte apasionamiento por el intelectual argentino Manuel Ugarte, quien irónicamente
será uno de los testigos de la boda. Delmira, quien no había soportado vivir más de un mes y medio al lado
de Reyes, se había mudado a la casa de sus padres. En noviembre de 1913, interpuso una demanda de
separación aludiendo hechos graves sufridos por la conducta de su marido.

Reyes no pudo soportar que Delmira no sólo lo abandonara, sino que además inaugurara la ley de
divorcio en el Uruguay. El caso tuvo una enorme repercusión debido a que con ello se sentaba un precedente
en el continente y a que quien solicitaba el divorcio era una célebre autora de versos eróticos. Por tanto, es
fácil comprender hasta qué punto, en un medio tremendamente machista, el marido se sentía cuestionado en
su masculinidad.

Delmira, poco después de la separación, empieza a cartearse intensamente con Ugarte, y el sentimiento
de amor se hace cada vez más explícito.

Estando el divorcio en pleno trámite, Delmira empieza a verse con su todavía marido en secreto. En uno
de esos encuentros es asesinada cuando este le dispara dos tiros a la cabeza y a continuación se suicida, todo
en una habitación repleta de fotografías, pinturas y otros objetos de Delmira. Ella tenía 27 años, él 28, ambos
de familias acomodadas, por lo que los periódicos llenaron sus páginas con reseñas sensacionalistas.

• Obra

- A partir de 1902, a los dieciséis años, empieza a publicar sus primeros poemas en la revista La
Alborada. Es en estos poemas donde se identifica su estilo modernista más extremo, muy cercano al de
Rubén Darío en Azul o Prosas profanas; allí están presentes el exotismo, el cosmopolitismo, el preciosismo
y un afán por la rima musical. Asimismo, estos primeros poemas todavía están acentuados por una temática
convencional donde sobresale un fuerte idealismo; precisamente porque es una joven adolescente, prefiere
escribir sobre ilusiones y sueños. Al año siguiente, esta misma revista la invita a colaborar en una sección
que ella misma bautiza con el nombre de «La legión etérea» y que firma con el pseudónimo de Joujou. En
esta sección, Delmira se ocupa de hacer retratos de mujeres de la burguesía montevideana que sobresalen en
lo cultural y/o lo social. Se trata de siluetas excesivamente ornamentales del más puro gusto modernista.

- En 1907 publica su primer poemario, El libro blanco (Frágil) que fue muy bien acogido por la crítica.
Aunque su talento fue elogiado, su temática explícitamente erótica no encajaba dentro de los estereotipos
femeninos de la época, los cuales enfatizaban el perfil de lo que «tenía» que ser una mujer, especialmente
una joven soltera y virgen.

- En 1910 publica su segundo libro, Cantos de la mañana. Para entonces su prestigio como poeta es
considerable e incluso llega a ser elogiada por Rubén Darío, a quien conoce en 1912 durante una visita de
éste a Montevideo; el encuentro provoca un intercambio de cartas. Asimismo, en su casa recibe las visitas de
varios escritores e intelectuales atraídos por su talento, entre ellos, Manuel Ugarte. Una vez ha despuntado el
talento poético de Delmira, su familia apoya su vocación de forma completa.

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- En febrero de 1913 publica su tercer libro de poemas, Los cálices vacíos, poemario más abiertamente
erótico que los anteriores, algo que provoca un escándalo social que luego pasa a la murmuración incesante
en torno a la joven poeta y su atrevimiento. Los poemas resultaron especialmente escandalosos no sólo
porque su autora fuera una joven soltera sino también porque en ese momento se consideraba impropio que
la mujer fuera sujeto de deseo, es decir, podía ser únicamente objeto deseado. De allí lo excepcional de sus
versos: Delmira se apropia de elementos culturales de la época pero para perfilar un nuevo y complejo sujeto
femenino, un sujeto que posee por sí mismo un erotismo personal y diferente a aquel impuesto por la
tradición literaria masculina. En pocas palabras, subvierte imágenes y conceptos de la tradición modernista
para hablar de sus experiencias como mujer.

- Por otro lado, en Los cálices vacíos, Delmira anuncia, en una nota «Al lector», que está preparando un
nuevo poemario que se titulará Los astros del abismo y el cual considera será «la cúpula» de su obra. Estos
poemas, los más oscuros y barrocos, fueron publicados póstumamente en la edición de sus Obras completas
de 1924 bajo el título general de «El rosario de Eros».

• Rasgos característicos

- Afán aristocrático. Una clara intención de huir de la vulgaridad. Este credo poético de la poetisa se
anuncia muy al comienzo de su primer libro. Allí está la primera afirmación de antirrealismo, como un
camino franco hacia los mundos del ensueño.
- Consigue dar emoción lírica a la realidad cotidiana, valiéndose de un elemento irracional, el ensueño.

Sobre el mar que los cielos del ensueño retrata


alza mi torre azul su capitel de plata

- El pasado irreal. Poetización de épocas pasadas y de países remotos. La edad media idealizada a través de
unas princesitas remotas, en unas ruinas y en unos castillos fantásticos.
- Símbolos modernistas. Jardines ornados por el cisne. Cisnes que brillan sobre el azul del estanque. Hay
también una flor en la que se concretan todos los símbolos vegetales. Es la azucena, o, según el gusto de la
época, las lises. Hay lises en las manos de las princesas, en la castidad y en la forma de la lira; hay lirios
en la inocencia, en la dama medieval, en la boca del amado y en las alas del cisne.
- Sensorialismo, referido a lo visual y lo táctil. Cromatismo.

Pupila azul de mi parque


es el sensitivo espejo
de un lago claro, muy claro!…

- Lo religioso. La religiosidad de los modernistas es sentimental. Se apoya en unos anhelos inconcretos o en


una pasión por la belleza.

Tú que en mí todo puedes,


¡En mí debes ser Dios!
De tus manos yo quiero el bien que hace mal...
Soy el cáliz que colmarás, Señor;

- El erotismo. La mujer toma un papel activo frente al deseo. Esto constituye un elemento novedoso frente a
los cánones de la época.
Eros, yo quiero guiarte, Padre ciego...
Pido a tus manos todopoderosas,
Su cuerpo excelso derramado en fuego
Sobre mi cuerpo desmayado en rosas!

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2. LA GENERACIÓN DEL 98

2.1. CONCEPTO

Debemos recordar que, según Salinas, en un ensayo de 1935, para que podamos hablar de “generación
literaria” deben cumplirse, al menos en su mayoría, una serie de principios (ofrecemos una explicación de si
se cumple o no en la Generación del 98):
• Nacimiento en años poco distantes. Es fundamental que los autores hayan nacido en una misma
zona de fechas. Este requisito se cumple a la perfección ya que solo once años separan al autor más
joven del autor más viejo de la generación. (Unamuno, 1864 - Machado, 1875)
• Formación intelectual semejante, en lo que respecta a su evolución como artistas comprometidos
socialmente. Una característica importante es el autodidactismo de los autores, es decir que
aprendieron por su cuenta.
• Relaciones personales. Todos los autores de una misma generación deben mantener ciertas
relaciones entre ellos. En este caso son conocidos los vínculos que unieron a Baroja, Azorín y
Maeztu (Grupo de los tres), y sus contactos con Unamuno y Valle Inclán. Además coincidieron en
tertulias, participaciones en revistas, etc.
• El acontecimiento generacional. En este caso fue el desastre del 98, aunque también algunos
modernistas, en España y en América habían denunciado la gravedad del asunto.
• Presencia de un guía. Toda generación debe tener un precursor, requisito difícil de comprobar en
este caso. Para Salinas fue Nietzsche quien desempeñó tal papel. Aunque otros lo atribuyen a
Schopenhauer. Algunos piensan que fue Unamuno; todos le respetaron, pero él prefirió guardar
ciertas distancias.
• Lenguaje generacional. Son evidentes las novedades estilísticas respeto a la generación anterior.
Para Salinas el Modernismo no es otra cosa que el lenguaje generacional del 98.
• Anquilosamiento de la generación anterior. Es decir, existe una evolución. Sí se cumple, ya que el
Realismo apenas producía ya obras de alto valor literario.

El nacimiento de la Generación del 98 es similar al movimiento anterior, al Modernista. Así


podemos caracterizar esta generación por:
• Un Espíritu de protesta contra lo establecido.
• Profundo amor al arte.
• Influencias del Parnasianismo y Simbolismo.
Como hemos visto, esos tres caracteres eran propios también de la literatura modernista. Sin embargo
en la Generación del 98 se dan una serie de temas que no se manifiestan en el Modernismo como son:

• La preocupación por el tema de España.


• La preocupación religiosa y existencial.
• La sobriedad estilística y la huida, por tanto, del esteticismo modernista.
Los autores más relevantes de la “Generación” son Antonio Martínez Ruiz “Azorín”, Miguel
de Unamuno, Pío Baroja, Antonio Machado, Ramiro de Maeztu y Ramón María del Valle-Inclán.

2.2 EVOLUCIÓN IDEOLÓGICA DE LA GENERACIÓN DEL 98

2.2.1 Primera etapa: Juventud del 98


Los primeros años de todos estos autores vienen dominados por un espíritu de protesta y rebeldía.
Ideológicamente, se muestran cercanos a las posturas más revolucionarias de la época. “Azorín” resumió esta
primera etapa en una frase: “Un espíritu de protesta, de rebeldía, animaba a la juventud del 98”.

20
2.2.2 Segunda etapa: El Grupo de los Tres.
En el año 1901, “Azorín”, Baroja y Maeztu publicarán un Manifiesto con el que pretenden animar a “la
generación de un nuevo estado social en España”. La intención de este texto y de sus autores no es ya
revolucionaria (no pretenden cambiarlo todo), sino más moderada: pretenden reformar el país y entienden
que desde la acción política no es posible.
2.2.3 Tercera etapa: Madurez del 98
Hacia el año 1910 los autores del 98 han abandonado sus intentos de cambiar España, centrándose en sus
problemáticas individuales vistas con un enorme subjetivismo. Este período es el que tradicionalmente se ha
considerado más característico de la Generación del 98 y viene definido por tres rasgos principales:

• Su pensamiento enlaza con el de los irracionalismos de la segunda mitad del siglo


XIX (Schopenhauer, Nietzsche y Kierkegaard).
• Los temas más corrientes en sus obras girarán en torno a las preocupaciones religiosas y
existenciales.
• Seguirán interesándose por España, sus problemas y su esencia, pero desde posturas muy subjetivas.

2.3 ESTÉTICA Y TEMAS DEL 98


Técnicamente, la literatura de los autores del 98 podemos caracterizarla por los siguientes rasgos:
• Subjetivismo.
• Predominio del contenido sobre la expresión.
• Renovación lingüística, a través de un lenguaje sencillo y directo, y también a través de la inclusión
de términos propios del habla popular y dialectal.

La literatura del 98 se preocupó, sobre todo, por cuatro temas:

A) El tema existencial La vida humana y su sentido, la soledad, la tristeza y la melancolía, el amor y la


ausencia del amor, etc.
B) El tema religioso Muy vinculado con el anterior, ya que Dios puede ser lo que de sentido a la vida
humana. La existencia o la no existencia de Dios, el problema del alma y la inmortalidad, la fe, la
razón y el corazón, son preocupaciones que aparecerán en sus textos.
C) El tema social y la preocupación por la situación de España. Todos estos autores intentaron en uno u
otro momento de sus vidas, transformar la vida española: analizaron las causas de la decadencia del
país, así como los problemas concretos que existían en los primeros años del siglo.
D) La propia literatura también apareció como tema en sus obras: intentaron definirla y adaptar los
distintos géneros literarios a sus fines.

2.4 LA TRAYECTORIA POÉTICA DE ANTONIO MACHADO.


Machado supone en cierto modo la continuidad del Romanticismo, contagiado al tiempo por el
Modernismo, aunque evitando sus excesos de superficialidad. Desde el punto de vista estético son
indudables sus orígenes modernistas, prueba de ello es su primera obra, Soledades. Ya en su siguiente obra,
Campos de Castilla (1912), además de los temas constantes -el paso del tiempo, la muerte, el amor...-,
aparece el tema de España: su preocupación por la decadencia en que se encuentra, el amor por sus paisajes y
sus gentes, el interés por su historia... Se observa una visión crítica que motivó la adscripción del poeta a la
Generación del 98.

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BIOGRAFÍA
Nace en Sevilla en 1875 y se traslada con ocho años a Madrid, donde se educa en la Institución Libre de
Enseñanza. En 1907 obtiene la cátedra de francés en Soria, aquí se casa con Leonor y permanece hasta la
muerte de esta en 1912. Posteriormente se traslada a Baeza, Segovia y Madrid. Se enamora de Pilar
Valderrama, la Guiomar de sus versos.
Perteneció a la Real Academia Española.
De ideología republicana y progresista, en 1939 se exilia en Francia, concretamente en Colliure y allí
muere ese mismo año.
Vivió una juventud bastante ociosa, en la que frecuentaba las tertulias, cafés, teatros y ambientes
bohemios típicos de la época y donde tuvo ocasión de contactar con las figuras más destacadas del
momento: J.R. Jiménez, Rubén Darío... En 1899, al año siguiente del fatídico "desastre", marcha con su
hermano Manuel a París donde trabaja en la editorial Gamier; allí conoce a O. Wilde. Un año después
vuelve a España, y a finales de 1902 publica su primer libro de poesía, Soledades. A partir de entonces
proliferan sus colaboraciones en revistas o prensa.
Se identificó con el austero espíritu castellano por su carácter humilde, ensimismado, de sobria y honda
sensibilidad.
Antonio Machado consideraba que la poesía era "la palabra esencial en el tiempo". Comienza su obra
poética con el Modernismo, influenciado por el Simbolismo y por la poesía romántica e intimista de
Bécquer y Rosalía, pero pronto se propuso una depuración estilística que le lleva a la sobriedad formal y a la
densidad conceptual, alejada ya del Modernismo, con una perspectiva crítica ante el problema de España.
Escribió Machado una recopilación de artículos ensayísticos, Juan de Mairena, sin embargo, destacó por
su brillante obra poética.

PRODUCCIÓN LITERARIA
Su lengua poética se formó en el Modernismo y en el simbolismo. Sin embargo Machado emprendió
pronto una empresa de depuración estilística. En 1931 definió su obra diciendo que "la poesía es la palabra
esencial en el tiempo": captar la esencia de las cosas, a la vez que su fluir temporal. También diría que "la
poesía es el diálogo del hombre, de un hombre, con su tiempo".
Machado creó una poesía de intensa emoción y gran introspección. Su obra se suele clasificar en
tres etapas:
1- La primera va de 1899 a 1907, de claro intimismo e influencia modernista, en la que se conforma su
personalidad literaria, y que produce como obra principal Soledades, galerías y otros poemas.

2- La segunda, de 1907 a 1917, caracterizada por el castellanismo, cuando produce Campos de Castilla.

3- La tercera va de 1917 a 1926, en la que predomina la poesía de corte filosófico y también folclórico y
popular, representada por Nuevas canciones y De un cancionero apócrifo (escrito principalmente en prosa,
pero que se puede considerar una continuación de la lírica).

Estas etapas están marcadas por una evolución desde el individualismo hacia la solidaridad. Parte del
subjetivismo intimista y busca, por caminos distintos, establecer un diálogo con la realidad y con el prójimo.

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Soledades
Aparece primero Soledades (1903); luego, suprimidas algunas composiciones y añadidas muchas más,
Soledades, galerías y otros poemas (1907). Es un modernismo intimista, con una veta romántica que
recuerda a Bécquer y a Rosalía de Castro. Los sentimientos que plantea se refieren fundamentalmente a tres
temas: el tiempo, la muerte, Dios. También hay nostálgicos recuerdos de la infancia y un amor más soñado
que vivido. Aparecen muchos valores simbolistas. Así, la tarde, el agua, la noria, las galerías, símbolos de
realidades profundas:
- Agua. Representa el inexorable fluir del tiempo; cuando brota, como una fuente, es símbolo de la
vida, los anhelos e ilusiones. Es símbolo de la muerte cuando está quieta o cuando es el mar. En ello recuerda
a Jorge Manrique.
- El camino. La vida en su devenir (transcurso), como peregrinaje y búsqueda.
- El aire. Libertad del hombre.
- El fuego. La poesía amorosa.
- La noria. El fluir de la vida, a veces atrapado.
- La tarde. Momento propicio para la meditación; decaimiento, apagamiento, melancolía, nostalgia,
expresión de la lucha entre la luz y las sombras; premonición de muerte.
- La cripta, el laberinto o las galerías. La búsqueda del mundo interno, del alma.
- El espejo. El lugar donde se proyectan los recuerdos y los sueños.
- La colmena. La creación poética.
- El jardín. La intimidad.

Machado hereda del Modernismo su preferencia por ciertos ritmos: se observan versos dodecasílabos o
alejandrinos, incluso algún ejemplo de métrica basada en pies acentuales; también se observan formas más
sencillas, como la silva (silva arromanzada: versos heptasílabos y endecasílabos, con rima en los versos
pares; esta estructura se debe a Bécquer, y se difundió con el Modernismo.) Tanto el léxico como imágenes
muestran una impronta modernista; a pesar de todo, Machado demuestra una voz propia y diferente.

Campos de Castilla
Campos de Castilla se publica en 1912, poco antes de la muerte de Leonor; se incrementará con nuevos
poemas en ediciones sucesivas. Los poemas de este libro se pueden agrupar de la siguiente forma:

• Poemas intimistas, en la línea de su poesía anterior; sin embargo, el libro aporta como novedad los
cuadros de paisajes y de gentes de Castilla o las meditaciones sobre la realidad española. Machado proyecta
sus propios sentimientos sobre las tierras de Soria; selecciona lo más adusto y acentúa, a través de la
adjetivación, lo que sugiere soledad, fugacidad o muerte.
• Poemas sobre el tema de España. La preocupación patriótica inspiran poemas sobre el pasado y
presente un futuro de España; esta actitud motivó la discutida adscripción de Machado al 98. Destaca, por su
longitud, el largo romance La tierra de Alvar González.
En Campos de Castilla inicia Machado un tipo de poemas brevísimos, que integran la serie de
"Proverbios y cantares".
Entre los poemas que se añaden en ediciones posteriores son importantes las evocaciones de Soria desde
lejos, o de la esposa muerta; el libro se completa con diversos elogios, entre los que destacan los dedicados a
Giner de los Ríos, Rubén Darío, Unamuno o Juan Ramón.

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Nuevas canciones
Su siguiente libro, Nuevas canciones, aparece en 1924. Las inquietudes filosóficas de Machado han
pasado a primer término y destacan en esta obra nuevos proverbios y cantares.

Últimos poemas
A partir de 1924 su obra poética es escasa; publica diversas ediciones de sus Poesías completas (1928,
1933, 1936), añadiendo cada vez algunos poemas; así el Cancionero apócrifo de Abel Martín, poeta filósofo
de su invención; entre las nuevas composiciones destacan las canciones a Guiomar, su nuevo y tardío amor.
Cuando estalla la contienda escribe poesías de guerra; y entre ellas destaca El crimen fue en Granada,
elegía a García Lorca.

Obra en prosa
Con el tiempo su producción en prosa se fue incrementando, respondiendo a sus preocupaciones
filosóficas, estéticas o políticas; algunos de sus escritos los reunió Guillermo de Torre (1957) con el título de
Los complementarios. Su gran obra en prosa es Juan de Mairena, serie de artículos, párrafos sueltos o cortos
diálogos, atribuidos a un personaje ficticio, que comenzó a publicar en la prensa en 1934, y recogió en un
volumen dos años después.

2.5 LA GENERACIÓN DEL 98. BAROJA, UNAMUNO Y AZORÍN.

• Pío Baroja
Fue un inconformista radical, mantuvo siempre una postura hostil hacia la sociedad. No creyó en Dios ni
en la vida. Y, sin embargo, hay también en Baroja una inmensa ternura por los seres desvalidos o
marginados. Defendió una novela abierta y la libertad absoluta para el escritor.
Sus novelas se caracterizan por los siguientes rasgos:
- Marcada presencia del narrador a través de comentarios y reflexiones (Baroja se permite expresar sus
ideas filosóficas, literarias y políticas).
- Novelas centradas en un personaje: activo y dominador o, pasivo y sin voluntad.
- Acción y diálogos abundantes.
- Descripciones impresionistas a base de pinceladas o unos pocos detalles físicos y psicológicos.
- Prosa espontánea que ha llevado a los críticos a tacharlo de desaliñado e incluso incorrecto.

Él mismo organizó sus novelas en trilogías (grupo de tres novelas que gira en torno al mismo tema, La
destacan: La tierra vasca, La lucha por la vida, raza y El mar.). Podemos distinguir tres etapas en su
producción literaria:

PRIMERA ETAPA: Es la etapa de mayor creatividad y vitalismo. Pertenecen a ella obras como
Camino de perfección; la trilogía La lucha por la vida (que incluye La busca); El árbol de la ciencia;
Zalacaín el aventurero o Las inquietudes de Shanti Andía ... Son las novelas en las que se refleja mejor la
personalidad de Baroja, y las que expresan más claramente el espíritu del Grupo del 98 y la crisis de fin de
siglo. Presentan una serie de personajes que intentan buscar sentido a su existencia; algunos son seres en
conflicto consigo mismos y con el medio, que acaban sucumbiendo; otros son hombres de acción que sueñan
con la libertad.

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SEGUNDA ETAPA: En esta época decae la capacidad creadora de Baroja que repite los moldes
narrativos anteriores e incluye en sus narraciones abundantes divagaciones ideológicas. Lo más interesante
de este periodo es la serie Memorias de un hombre de acción, veintidós novelas que cuentan las aventuras
de un antepasado del autor, Eugenio de Avinareta, conspirador y guerrillero del siglo XIX.

TERCERA ETAPA: Baroja ya no creó nada nuevo. Desaparecen de sus escritos la fuerza crítica y los
ataques a la sociedad. Tampoco aparecen héroes de acción. De esta última época destacan sus memorias,
tituladas Desde la última vuelta del camino, escritas con una gran sinceridad.

• Miguel de Unamuno
Maestro y guía de la Generación del 98. Toda su obra se basa en su preocupación por España y su
preocupación por la existencia y la muerte. Además, su obra gira alrededor de la relación entre Dios y los
hombres, entre la eternidad y la nada, alrededor del conflicto entre razón y fe. Estos temas aparecen ya en
sus primeras obras, como Amor y pedagogía (1902). Unamuno interviene en el relato, dialoga con sus
personajes, los convierte en símbolos, interpela al lector...
En 1914 publica la que, sin duda, es su mejor novela: Niebla (subtitulada “nivola”, nombre que el autor
daba a sus obras por considerarlas distintas). Lo que más sorprende al lector de esta obra es la utilización del
conocido juego vida-literatura: Augusto Pérez, el protagonista de la novela, se enfrenta con su creador en un
ambiente de confusión entre lo que es verdad y lo que es ficción.
Unamuno también se sintió atraído por el tema de la lucha entre hermanos, por la historia bíblica de Caín
y Abel. Este motivo fratricida sirve de base a su novela Abel Sánchez. Tras La tía Tula, que tiene como
tema central las ansias de maternidad de una mujer virgen, Unamuno publica San Manuel Bueno, mártir: en
esta obra aparecen todos los motivos que, recurrente e insistentemente, habían ido apareciendo en sus
novelas anteriores: la lucha agónica del individuo en este mundo, el creer y el aparentar creer, la soledad, los
problemas de la fe, la vida como sueño... Cuenta la historia de un cura de pueblo que ha perdido la fe, pero
que aparenta tenerla para que sus feligreses mantengan intactas sus creencias religiosas.

Unamuno utiliza el término “nivola” por primera vez en Niebla. Pretende romper con los principios de la
anterior novela realista como el uso de un narrador omnisciente en tercera persona, la ambientación realista
o la caracterización psicológica de los personajes.
* Las nivolas se caracterizan por los siguientes rasgos:
- Al igual que en su obra poética y dramática, las nivolas de Unamuno dan prioridad al contenido sobre
la forma. De hecho, novelas como Amor y pedagogía se encuentran cerca del género de la novela de
tesis, cultivado por Benito Pérez Galdós o Blasco Ibáñez, entre otros.
- Escaso desarrollo psicológico de los personajes: los personajes de las nivolas suelen estar
caracterizados por un único rasgo de su personalidad, lo que los convierte en "personajes planos",
frente a los "personajes redondos", con muchas facetas, que predominan en las novelas realistas.
Los protagonistas de Niebla, Amor y Pedagogía o Abel Sánchez son encarnaciones de una idea o una
pasión, que les impedirá relacionarse con el mundo con normalidad.
- Gestación "vivípara": en palabras del propio Unamuno, frente a la lenta y progresiva producción de las
novelas realistas ("gestación ovípara"), a sus nivolas les corresponde una gestación "vivípara", es decir,
un nacimiento apresurado y no precedido de una larga época de preparación, documentación y
planificación.

• José Martínez Ruiz "Azorín"


Sus ideas políticas y religiosas evolucionan desde un anarquismo juvenil al conservadurismo de su
madurez. Su filosofía se centra cada vez más en una obsesión por el tiempo, por la fugacidad de la vida... En
su obra se observa una íntima tristeza, una melancolía que fluye mansamente junto a un anhelo de apresar lo
que permanece por debajo de lo que huye, o de fijar en el recuerdo las cosas que pasaron. En definitiva,
Azorín vive para evocar, es un contemplativo.

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Cultivó el ensayo y la novela, y prácticamente borra las fronteras entre ambos géneros; aunque puso el
subtítulo de novela a unos quince libros, estos apenas se distinguen de sus ensayos. Las principales
cualidades de su estilo son la precisión y la claridad. De ahí el empleo de la palabra justa y de la frase breve;
en sus descripciones se observa una técnica miniaturista, por la atención al detalle, y se anulan el
movimiento y el tiempo, la narración se fragmenta en instantáneas que configuran cuadros o fotografías que
dispersan la atención del lector. Sus novelas de esta época son de dos tipos:
- Aquellas en las que predominan los elementos autobiográficos y de impresiones suscitadas por el
paisaje. El protagonista es Antonio Azorín (del cual tomará su seudónimo), personaje de ficción que se
convierte en la conciencia de su creador. Estas novelas son un pretexto para desarrollar las experiencias
vitales y culturales del autor. A ella pertenecen La voluntad, Antonio Azorín y Las confesiones de un
pequeño filósofo.
- En otras, Azorín abandona los elementos autobiográficos, si bien continúa reflejando sus propias
inquietudes a través de personajes míticos: la fatalidad, la obsesión por el tiempo, el destino, etc. Una
muestra de ello es Doña Inés. A esta misma etapa pertenece Don Juan, basada en la conversión cristiana
del mito.

• Destacamos también a Ramón Mª del Valle- Inclán:


Comenzó su carrera en el Modernismo, pero irá evolucionando hacia su gran creación, el esperpento (más
logrado en sus obras teatrales). Al Modernismo se adscriben las Sonatas (de primavera, de estío, de otoño y
de invierno) el protagonista es el Marqués de Bradomín, un donjuán "feo, católico y sentimental". Novelas
que ofrecen rasgos del esperpento: Tirano Banderas (que inicia, en cierto modo, la "novela de dictador"),
El ruedo ibérico…

3. LA GENERACIÓN DEL 1914 Y EL NOVECENTISMO


Dos denominaciones para un mismo movimiento. Se trata de escritores nacidos en los años 80 del siglo
XIX cuyas ideas tienen sus raíces en un reformismo burgués. Irrumpen en el panorama literario sobre el año
1914.
En lo cultural aparece un nuevo tipo de intelectual preocupados también por el problema de la
regeneración de España. En lo lingüístico persiguen la pulcritud y la máxima depuración expresiva.
Son autores con una sólida formación universitaria, espíritu científico, vocación europeísta, optimismo
por el futuro del país y talante liberal, si bien algo elitista.
Su estética se caracteriza por:
- La huida del sentimentalismo.
- La pulcritud, la preocupación por el lenguaje, su estilo cuidado.
- El intelectualismo, esto es, un imperativo de selección que produce una literatura para minorías.
- El ideal de un arte puro.
- La obsesión por la obra bien hecha, bien meditada.
Los géneros más cultivados son el ensayo (con autores como José Ortega y Gasset, Eugenio D’Ors,
Gregorio Marañón, Salvador de Madariaga, Américo Castro, Claudio Sánchez Albornoz, Manuel Azaña,
Menéndez Pidal) y la novela (con Gabriel Miró, Ramón Pérez de Ayala, Concha Espina, Ricardo León,
Wenceslao Fernández Flórez, Benjamín Jarnés,). En poesía, tenemos a Juan Ramón Jiménez y su ideal de
pureza.

3.1. ENSAYO Y NOVELA

• ENSAYO
Resultó ser el género más adecuado para expresar las nuevas inquietudes intelectuales de esta generación.

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José Ortega y Gasset (1883-1955) asumió el liderazgo espiritual del grupo. De ideología liberal, intervino
en la vida pública como profesor universitario, conferenciante, articulista e impulsor de diversos proyectos
culturales. En su obra trata estos temas, entre otros:
- Filosóficos: Meditaciones del Quijote, El tema de nuestro tiempo
- Estéticos: Acerca del elitismo, el antirrealismo, la intranscendencia y la tendencia a la
depuración del arte.
- Sociológicos: España invertebrada, La rebelión de las masas
- Psicológicos y misceláneos: Estudios sobre el amor, El espectador.

• NOVELA
Los novecentistas que cultivan la narrativa son, en cierto modo, continuadores del Modernismo. En unos
casos depuran intelectualmente la expresión literaria (Gabriel Miró y Pérez de Ayala) y en otros avanzan en
la ruptura hacia el vanguardismo (Gómez de la Serna)
- Gabriel Miró: Las cerezas del cementerio, El obispo leproso
- Ramón Pérez de Ayala: Belarmino y Apolonio, Tigre Juan, El curandero de su honra.

• POESÍA
La poesía de la generación de 1914 está dominada por la ingente figura de Juan Ramón Jiménez.

3.2. LA POESÍA DE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

Biografía
Nació en Moguer (Huelva) en 1881 y su entrega a la poesía fue temprana y total: renunció a seguir
estudios universitarios y marchó a Madrid para dedicarse a "luchar por el Modernismo". La muerte de su
padre le produjo una intensa crisis, que le llevó a ser internado en un sanatorio mental en Burdeos. Sigue su
convalecencia en Madrid, pero no supera su depresión, y en 1905 vuelve de nuevo a Moguer. Allí
permanece retirado durante seis meses y escribe Platero y yo. A instancias de numerosos amigos vuelve a
Madrid y se aloja en la Residencia de Estudiantes.
En 1916 se casa con Zenobia Camprubí y vive en Madrid, hasta que al comenzar la guerra civil
abandona España para residir en varios países americanos. En 1951 se instala definitivamente en Puerto
Rico, gracias a la generosa acogida de la Universidad. En 1956 le conceden el Premio Nobel. La noticia
coincide con la muerte de su esposa, la compañera y colaboradora insustituible del poeta. A los dos años
muere Juan Ramón. Sus restos descansan hoy en Moguer.

Obra Poética
La creación de J.R. Jiménez ha recorrido un amplísimo trayecto que ha tenido una influencia
trascendental para la poesía española contemporánea. Su evolución poética ha sido tan coherente que se
puede hablar de una única voz que fue transformando paulatinamente su registro a lo largo de los años.
Encerrado en su escritorio con su pasión, la poesía, descubría un motivo o una técnica que le parecía
afortunada y se dedicaba a crear sobre ello múltiples variaciones, siempre buscando perfección y belleza.

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El propio poeta expuso su trayectoria de manera temprana en Eternidades (1918):

Vino, primero, pura, …Mas se fue desnudando.


vestida de inocencia. Y yo le sonreía.
Y la amé como un niño.
Se quedó con la túnica
Luego se fue vistiendo de su inocencia antigua.
de no sé qué ropajes. Creí de nuevo en ella.
Y la fui odiando, sin saberlo.
Y se quitó la túnica,
Llegó a ser una reina, y apareció desnuda toda…
fastuosa de tesoros… ¡Oh pasión de mi vida, poesía
¡Qué iracundia de yel y sin sentido! desnuda, mía para siempre!

A partir de este poema se puede extraer la siguiente clasificación:


a) Época sensitiva (1898-1915): "Vino primero, pura, vestida de inocencia": se refiere a las obras
escritas entre 1903 y 1907: Arias tristes (su primer gran libro); Jardines lejanos, etc. Es una poesía con
influencia becqueriana. Poesía sencilla de formas, transparente de emoción. Predominan los sentimientos de
soledad, de melancolía y los temas del paso del tiempo y la muerte. En la versificación dominan los
octosílabos y las asonancias. El lenguaje es sobrio y musical. (JRJ olvida, al definir sus etapas, dos de sus
obras: Ninfeas y Almas de violeta, ambas de 1900, y con influencia modernista.)
"Luego se fue vistiendo de no sé qué ropajes” se refiere a los "ropajes" modernistas: La soledad sonora;
Sonetos espirituales...Típicamente modernistas son: la utilización del color y otros elementos sensoriales, la
adjetivación brillante, el uso de ritmos largos (ej.: el alejandrino), las metáforas embellecedoras y las
sinestesias; pero, a pesar de lo que él dice, su poesía nunca llegó a ser tan "fastuosa de tesoros", como la de
Rubén Darío; es más bien un Modernismo intimista. A esta época corresponde su obra en prosa poética
Platero y yo.
b) Época intelectual (1916-1936) "Mas se fue desnudando” la ruptura con el Modernismo se produce de
forma definitiva en 1916 con Diario de un poeta recién casado, que surge como fruto de su viaje a América
tras casarse con Zenobia Camprubí. Su novedad es asombrosa: desaparece el léxico modernista, la
adjetivación sensorial, los ritmos sonoros. Suprime el ornamento exterior para adentrarse en lo profundo, en
lo bello, en lo esencial. Predominan los poemas breves, en versos escuetos y preferentemente sin rima o con
leves asonancias. La adjetivación es menos importante; el sustantivo y el verbo son ahora las palabras
esenciales.
Es una poesía estilizada y depurada. Le siguen Eternidades (1918) Piedra y cielo. Se cierra con La
estación total, que recoge versos de 1924-1936 no incluidos en otras obras.
¡Intelijencia, dame
el nombre exacto de las cosas!
... Que mi palabra sea
la cosa misma,
creada por mi alma nuevamente.
Que por mí vayan todos
los que no las conocen, a las cosas;
que por mí vayan todos
los que ya las olvidan, a las cosas;
que por mí vayan todos
los mismos que las aman, a las cosas...
¡Intelijencia, dame
el nombre exacto, y tuyo,
y suyo, y mío, de las cosas!
Eternidades

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En este momento es reconocido como maestro por los poetas más jóvenes, especialmente por la
Generación del 27.

a) Época esencial, suficiente o verdadera (1937-1958). Esta última etapa incluye todo lo escrito
durante su exilio en América (a partir de 1951, en Puerto Rico). Destacan dos libros: En el otro costado y
Dios deseado y deseante. La poesía se hace más trascendente y depurada, si cabe, hasta llegar a veces a
unos extremos de abstracción que hacen difícil su comprensión. Dios, la belleza y la poesía son los tres
elementos que se conjugan siempre. Al primer libro pertenece un extenso poema en prosa, Espacio, iniciado
en 1941 y terminado en 1954.
Es una poesía de la memoria y los recuerdos nostálgicos. Homenaje a Zenobia. Juan Ramón busca en la
conciencia el camino hacia lo absoluto y celebra el hallazgo de su búsqueda. Su poesía se hace cada vez
más difícil de comprender. Es un momento en que su actitud vital se acerca más al misticismo, a lo religioso
y se siente cada vez más fundido con la belleza natural, llevado de un cierto panteísmo, que le proporciona
la plenitud.
En definitiva, Juan Ramón Jiménez ocupa un lugar privilegiado junto a los grandes líricos de nuestra
literatura, como poeta de excepcional sensibilidad, como modelo de las más exigentes Inquietudes estéticas
y de continua capacidad de renovación.

4. EL VANGUARDISMO
Los novecentistas habían introducido novedades pero la verdadera ruptura es lo que significan los
movimientos de vanguardia, movimientos que se oponen a la estética anterior y que proponen concepciones
profundamente nuevas del arte y de las letras.
Hacia 1914 se perciben en España una nueva sensibilidad y unas nuevas orientaciones estéticas que se
acentuarán en los años 20. Se observa un alejamiento de la realidad aparente como decisiva ruptura con
cualquier forma del realismo y la deshumanización diagnosticada por Ortega. Hay una exploración estética,
en busca de nuevas formas y un nuevo lenguaje. Picasso fue el motor del arte nuevo. En literatura, las
vanguardias tienen como pionero a Ramón Gómez de la Serna.
Las vanguardias son herederas del simbolismo, el impresionismo y el Modernismo. Repiten, llevando al
extremo, su espíritu renovador incluso hasta la experimentación en distintos ámbitos. Estos movimientos se
extienden, por lo general desde Francia y Alemania a todo el mundo occidental, afectando a todas las
manifestaciones artísticas: artes plásticas, literatura, música y cine. Rompen con el Naturalismo,
deformando la realidad (expresionismo), desdoblándola desde todos los ángulos posibles (cubismo),
reflejando su movimiento (futurismo) o mostrando sus zonas ocultas (surrealismo)
Pueden observarse cuatro etapas en el desarrollo del Vanguardismo español:
- De 1908 a 1918: primeras manifestaciones de la literatura de vanguardia protagonizadas
esencialmente por Ramón Gómez de la Serna.
- De 1918 a 1925, desde la llegada del poeta chileno Vicente Huidobro hasta los primeros contactos
con el Surrealismo. Años presididos por el Ultraísmo y el Creacionismo. Predomina el optimismo
vital, el juego, la exaltación de la modernidad y la deshumanización.
- De 1925 a 1930 es el influjo dominante del Surrealismo y el proceso de rehumanización con cierto
pesimismo y angustia ante los efectos deshumanizantes.
- De 1930 a 1936: un nuevo Romanticismo y el ocaso del Vanguardismo.

4.1 MOVIMIENTOS VANGUARDISTAS

En los movimientos españoles confluyen diversos movimientos europeos como el Futurismo, el


Cubismo y el Dadaísmo.

• Futurismo
Exalta la civilización mecánica y las conquistas de la técnica. Escoge nuevos temas como la máquina, el
avión, el deporte... El lenguaje pretende la supresión de adjetivos y adverbios en aras del dinamismo y hasta
la destrucción de la sintaxis para dejar las palabras en libertad. Su principal representante es el italiano
Marinetti. En España no tuvo éxito.

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• Cubismo
Nació como escuela pictórica (Picasso) pero el movimiento literario arranca con Guillaume Apollinaire.
Trata de deshacer la realidad para recomponerla libremente, mezclando conceptos, imágenes, frases. A ello
se añaden los caligramas, especiales disposiciones tipográficas de los versos formando imágenes visuales,
y otros artificios como el collage.
• Dadaísmo
Tendencia encabezada por Tristán Tzara que se caracteriza por su rebeldía pura contra la lógica, las
convenciones estéticas o sociales y el sentido común. Nace de la repulsa de una racionalidad que ha
conducido al absurdo de la guerra. Propugna, frente a ello, liberar la fantasía de cada individuo, la
superación de todas las inhibiciones y la creación de un lenguaje incoherente.
• Ultraísmo
Vanguardia española que recoge elementos futuristas, cubistas y dadaístas. El nombre indica la voluntad
de ir más allá del Novecentismo. Incluye los temas maquinistas y deportivos, rechaza lo ornamental y busca
imágenes nuevas, metáforas de múltiples sugerencias. A ello se añaden innovaciones tipográficas a la
manera de los caligramas. Su principal promotor fue Guillermo de Torre.

• Creacionismo
Este movimiento fue iniciado por el chileno Vicente Huidobro en París. Busca el alejamiento de la
realidad, pues el poema será un objeto autónomo que no recrea la naturaleza en sus versos, sino que la crea.
Entre sus seguidores españoles figura Gerardo Diego.
• Expresionismo
Procedente de Alemania. Solo admite la subjetividad creadora del artista para captar la esencia espiritual
de la realidad y expresa su visión atormentada y exagerada a través de formas experimentales.

• Surrealismo
Iniciado por varios dadaístas encabezados por André Bretón, es la revolución más importante surgida en
literatura y en arte en el siglo pasado. No se presenta sólo como una renovación estética, sino que pretende
ser una revolución integral. Busca la liberación total del hombre, de sus impulsos reprimidos en el
subconsciente. Lo que llamamos vida no es sino la cara más gris de la realidad; hay que conquistar una
verdadera vida, acceder a una realidad más alta, una super- realidad (sur-réalité) que se halla como
amordazada en lo más hondo de las conciencias.
Todo ello equivale a liberar el poder creador del hombre, tarea en la que la poesía ocupa un lugar
privilegiado. Se intenta una escritura automática, sin reflexión. A veces mediante drogas se provocan
alucinaciones y delirios para transcribir experiencias extra-racionales. Así se produce una liberación del
lenguaje con respecto a los límites de la expresión lógica. Siguiendo a Sigmund Freud, reivindican el
subconsciente y el sueño, el símbolo y el mito
La irrupción del Surrealismo significa la crisis del ideal de pureza y deshumanización que durante años
había dominado el horizonte de la poesía española. Lo humano, e incluso lo social y lo político, penetrarán
de nuevo en la literatura, por los cauces de la expresión surrealista.
Influirá en varios autores de la Generación del 27.

4.2 EL VANGUARDISMO EN ESPAÑA


Salvo el caso de Ramón Gómez de la Serna, los movimientos reseñados afectan sustancialmente a la
poesía (autores de la Generación del 27).
En cuanto a la prosa, las novedades arrancan de las orientaciones novecentistas, de las que eran ejemplo
Miró y Pérez de Ayala. En el pivote entre Novecentismo y Vanguardia se situaba Benjamín Jarnés.

Ramón Gómez de la Serna, defensor de un “arte nuevo” crea la greguería, género en el que combina la
metáfora y el humor
30
“El pez más difícil de pescar es el jabón dentro del agua.” “De la nieve
caída en los lagos nacen los cisnes.” “El rayo es una especie de
sacacorchos encolerizado.”

De esta base, procede también su novela vanguardista, en la que experimenta, juega con la realidad y la
fantasía, con la incongruencia y con la propia sintaxis. Entre sus novelas tenemos El incongruente y El
caballero del hongo gris

5. EL GRUPO POÉTICO DEL 27

Reciben el nombre de Generación del 27 un grupo de poetas nacidos entre 1891 y 1905, algunos de los
cuales celebraron en Sevilla un homenaje a Luis de Góngora en el tercer centenario de su muerte. Su nexo
común es la recepción del vanguardismo internacional unido a la tradición literaria española.

Sus rasgos generacionales son:


- Edad aproximada (nacimientos entre 1891 y 1905)
- Talante liberal, progresista y laico.
- Similar educación: casi todos cursan estudios universitarios de Letras, Derecho o Ciencias. Algunos
ejercen como docentes.
- Lazos de amistad.
- Actividades comunes: Convivencia en la Residencia de Estudiantes de Madrid, foco cultural de la
época, donde además coincidieron con otras personalidades de la época como Salvador Dalí o Luis
Buñuel. Colaboración en las mismas revistas, donde publican parte de sus obras. Conmemoración del
tercer centenario de la muerte de Góngora en 1927. Recopilación de sus obras en antologías.
- Raíces literarias: combinan elementos novedosos y vanguardistas con la herencia de la tradición
literaria. Sienten admiración por autores como Unamuno, Machado, Rubén Darío, Gómez de la Serna,
Ortega y Gasset y Juan Ramón Jiménez. También admiran a los clásicos como Garcilaso de la Vega,
fray Luis de León, Cervantes, Lope, Quevedo, Bécquer y, sobre todo, Góngora.

5.1 NÓMINA DE AUTORES


Entre los miembros indiscutibles del 27 se suele citar a Pedro Salinas, Jorge Guillén, Vicente Aleixandre,
Luis Cernuda, Gerardo Diego, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Dámaso Alonso, Emilio Prados,
Manuel Altolaguirre, Miguel Hernández.

5.2 CARACTERÍSTICAS
Comparten los grandes temas de la cultura occidental, centrados en el destino del hombre y su hábitat.

- La ciudad: expresión del progreso y la vida moderna. Es el polo opuesto del tópico de
“menosprecio de corte y alabanza de aldea”. Nueva York era la ciudad moderna por excelencia.
Cobran protagonismo los inventos modernos, los espectáculos de masas y los medios de transporte.
- La naturaleza: el artista se recrea en los espacios abiertos que le ofrece el medio urbano, como el
jardín o los amaneceres contemplados desde ventanales. También aparece en estado puro como
paisaje o proyección del mundo interior del poeta.
- El amor: visto en plenitud, libre y desprovisto de prejuicios.
- El compromiso: con su tiempo, con la creación artística, con los amigos y con el panorama social y
político.
- El destino individual del hombre: el amor, el universo y la muerte se tratan, por lo general, alejados de
la perspectiva religiosa de otras épocas.

31
El grupo del 27 eleva la imagen, en concreto la metáfora, hasta una cima sólo comparable con la
producción del Siglo de Oro. Del Siglo de Oro toman también alguna composición como el soneto, la
canción o la égloga.
También en la métrica del grupo se ha operado una reducción, se desechan muchas de las brillantes
variedades de versos y estrofas modernistas. A la vez, desarrollaron el verso libre o el versículo, que
responde a otra concepción del ritmo: la medida y las pausas son variables, los acentos no aparecen con
regularidad, aunque su distribución puede quedar dentro de ciertos límites, a diferencia de la prosa ordinaria.
El ritmo del versículo brota de la misma organización o forma del contenido del poema: se basa en la
reiteración, no ya de elementos fónicos, sino de ideas, de palabras, de estructuras sintácticas...

No obstante, conviene recordar que los recursos empleados dependen de la etapa de la que estemos
hablando, pues van cambiando, tanto temática como formalmente.

5.3 ETAPAS
Lo habitual es simplificar y hablar de dos grandes etapas, a grandes rasgos correspondientes,
respectivamente, a los años veinte y a los treinta: deshumanización y rehumanización. A fin de cuentas,
esa evolución es idéntica a la que se registra en el conjunto de la literatura española anterior a 1936. Aún
así, veamos una clasificación más detallada:

1/ Primera etapa (1918-1929)


1.1 Poesía vanguardista: influencia de las vanguardias y los “ismos” -en especial el ultraísmo y el
creacionismo-. Interés por la imagen y los caligramas. Temas relacionados con los inventos modernos
(futurismo) Manual de espumas, de Gerardo Diego, Cal y canto, de Rafael Alberti, poemas de Pedro
Salinas dedicados al teléfono, el automóvil, la bombilla o la máquina de escribir…
1.2 Poesía pura. Poesía pura es todo lo que permanece en el poema después de haber eliminado todo lo
que no es poesía. Pura es igual a simple, químicamente. En esta misma línea, al poeta del 27 le interesa
crear una nueva realidad a partir de otra distinta, y la imagen (la metáfora) le parece el recurso idóneo
para poner en contacto estos dos elementos (realidad – ficción). Se desvinculan de toda anécdota y de lo
sentimental y humano. Seguro azar de Pedro Salinas, Perfil de aire de Luis Cernuda…

1.3 Neopopularismo: inicio de la rehumanización. Lo popular como expresión del sentimiento más
profundo y humano. Marinero en tierra de Rafael Alberti, Poema del cante jondo y Romancero
gitano, de Federico García Lorca.
Tanto la etapa de poesía pura (1.2) como la de neopopularismo (1.3) están impregnadas de un
clasicismo formal claro (neoclasicismo). Los poetas del 27 se interesan por el Poema de Mio Cid, la
lírica tradicional, los cancioneros, el romancero, Berceo, Gil Vicente, San Juan de la Cruz, Fray Luis de
León, Cervantes... Los homenajes son, en muchos casos, explícitos. Sirvan estos cuatro ejemplos: el
título de La voz a ti debida, de Salinas, está tomado de la tercera égloga de Garcilaso; en el poema "Con
él", de Marinero en tierra, Alberti escribe: "Si Garcilaso volviera / yo sería su escudero; / qué buen
caballero era..."; a Bécquer dedica el mismo Alberti Sobre los ángeles; y Cernuda toma el título de su
libro Donde habite el olvido del penúltimo verso de la rima LXVI del poeta romántico. También se
ejemplifica este respeto a la tradición literaria en los muchos sonetos escritos por ellos y las fuentes
populares de las que beben muchos de sus poemas.
Mención aparte merece el interés de este grupo por Góngora (neogongorismo). De Góngora
admiran estos poetas su capacidad técnica, aprecian su hermetismo y valoran su habilidad para manejar
la palabra y, sobre todo, la imagen. Pero, fundamentalmente, los atrae de él su actitud de artista
transformador de la realidad.

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2/ Segunda etapa (1929-1939)
El hundimiento de la bolsa de Nueva York, la aparición del nazismo y el fascismo y el
enfrentamiento cívico de la España republicana que desembocaría en la Guerra Civil de 1936 hace que
se intensifique el proceso de rehumanización poética, cobrando interés los temas humanos y el
compromiso con los problemas de su época. Las circunstancias políticas y literarias cambian
sustancialmente, por la proclamación de la República en 1931 y, sobre todo, por el empuje de dos
poetas llegados de Hispanoamérica: César Vallejo, que visita España en 1930, y Pablo Neruda, cónsul
de Chile en Barcelona desde 1934. En su revista Caballo Verde para la Poesía (octubre de 1935),
Neruda escribe una especie de manifiesto de título bien significativo: "Sobre una poesía sin pureza". Si
la poesía pura apelaba a la minoría selecta, la literatura comprometida se lanza ahora a la búsqueda del
gran público que se estaba adueñando de la sociedad. Todo esto sitúa al ser humano y sus problemas en
el centro de toda la producción literaria.

2.1 Poesía surrealista. La conexión con el surrealismo es un tema que los propios integrantes del grupo
del 27 parecen haberse esforzado en sumir en la penumbra. Negaron casi en bloque (Alberti, Alonso,
Guillén) esa vinculación que, sin embargo, resulta evidente si se toman como referencias, por ejemplo,
Pasión de la tierra y La destrucción o el amor, de Aleixandre; Sobre los ángeles, de Alberti; Los
placeres prohibidos, de Cernuda; o Poeta en Nueva York, de Lorca.
Al sumergirse en las profundidades del yo, el surrealismo escudriña los más íntimos sentimientos
del ser humano. El surrealismo, movimiento de vanguardia, pretende revelarnos una suprarealidad, una
imagen totalizadora del ser humano que incluya no solo lo perceptible por los sentidos, sino todo lo que
queda oculto en el subconsciente y que escapa a los controles de la razón. Para alcanzar ese objetivo se
recurre a técnicas como la escritura automática o la transcripción de sueños.

2.2 Neorromanticismo. Influido por la poesía de Bécquer, se da especialmente en la poesía de Pedro


Salinas La voz a ti debida, Razón de amor y en Luis Cernuda Un río, un amor, Los placeres
prohibidos, Donde habite el olvido. Se aprecia en ellos la importancia del amor para el ser humano en
todas sus facetas (correspondido y jubiloso, prohibido y homosexual, irrealizable y frustrante)

También cultivan esta tendencia Lorca, Emilio Prados y Altolaguirre.

2.3 Poesía social y política. Durante la Guerra Civil, muchos autores apoyan la causa republicana como
Alberti con El poeta en la calle o Entre el clavel y la espada o Emilio Prados con Llanto en la sangre.
Tras el conflicto también tocan el tema Dámaso Alonso con Hijos de la ira o Pedro Salinas, con
poemas sobre la Segunda Guerra Mundial

3/ Tercera etapa (a partir de 1939)


Después de la guerra, Lorca ha muerto y los demás parten para un largo exilio. El grupo se ha
dispersado. En el exilio se inicia un nuevo ciclo poético marcado por el dolor del hombre, el desarraigo
por la patria perdida. Solo permanecen en España Gerardo Diego, Dámaso Alonso y Vicente
Aleixandre.

3.1 Poesía clasicista. Se retoma el clasicismo formal. Gerardo Diego con Amor solo o Canciones a
Violante, se unirá a la poesía arraigada de posguerra exaltando las glorias del pasado español o
cantando con tono intimista al amor, la familia y el paisaje.

3.2 Poesía desarraigada. Desde el destierro, se alterna la crítica contra los vencedores, la condena de
los horrores de la guerra con la añoranza y el ansia de regresar. Rafael Alberti con Entre el clavel y la
espada o Coplas de Juan Panadero, Pedro Salinas con Todo más claro. En España, Dámaso Alonso
(Hijos de la ira) y Vicente Aleixandre (Sombra de paraíso) muestran una profunda desazón
existencial.

33
5.4 EL GRUPO DEL 27 A TRAVÉS DE ALGUNO DE SUS PRINCIPALES AUTORES: SALINAS,
LORCA ALBERTI Y CERNUDA.

• Pedro Salinas
La poesía de Salinas funde lo intelectual y lo sentimental. Busca ahondar en las emociones profundas,
pero más como experiencia intelectual que pasional. Incluso en su primera etapa, cercano a la estética
deshumanizadora, atisba en los objetos un sentido oculto, cercano al que proponían los simbolistas, pero
alejado del tono decadente o emotivo de estos. Su obra se clasifica en tres etapas:
1/ Etapa inicial: Presagios, Seguro azar y Fábula y signo. En estas primeras obras sigue la línea de la
pureza estética juanramoniana, con abundantes elementos futuristas.
2/ Poesía amorosa: La voz a ti debida (1933), Razón de amor y Largo lamento: en todas
ellas se expresa una experiencia amorosa, erótica y espiritual en la que la amada es la
figura esencial.
La voz a ti debida es un extenso poema de amor en el que el poeta busca a la amada más allá del
mundo real, más allá de la amada misma. El mundo y la amada reales son negados por el poeta para
crear la imagen ideal de mujer. La amada se convierte así en un concepto puro.
Si La voz a ti debida expresa el encuentro de los amante, Razón de amor expresa la tristeza y
nostalgia por el amor acabado; y Largo lamento, el dolor y la resignación ante el imposible
reencuentro. Los tres títulos aluden a la tradición anterior: la literatura renacentista, la medieval y el
romanticismo
3/ Poesía del exilio: El contemplado, Todo más claro. Refleja una reflexión sobre los problemas de su
época, una crítica de la sociedad pero también una confianza en la vida.

• Rafael Alberti
Rafael Alberti sobresalió tempranamente como poeta y pintor. Cultiva distintas tendencias:
1/ Neopopularismo: su etapa inicial; destaca Marinero en tierra (1925): se centra en el tema del mar,
símbolo del paraíso perdido de la infancia y de la adolescencia. Aparece cierta estilización
vanguardista. Otras obras de esta etapa: El alba del alhelí, La amante.
2/ Barroquismo y vanguardia: Cal y canto: sus poemas son fruto de la influencia de Góngora y las
vanguardias.
3/ Surrealismo: Sobre los ángeles. Expresa la angustia y la desolación causadas por una profunda crisis
existencial.
4/ Poesía social y política: comprende las obras en las que el poeta manifiesta su defensa de la
República y los ideales revolucionarios; escribe una "poesía de urgencia", para alentar a los
combatientes y satirizar a los enemigos. El poeta en la calle
5/ Poesía del exilio: La añoranza de la patria, y la situación del desterrado aparece en Entre el clavel y la
espada; su interés por la pintura se muestra en A la pintura; la rememoración de la infancia y
juventud en Retorno de lo vivo lejano; de su vida en Roma nace Roma, peligro para caminantes.

• Federico García Lorca


Nació en Fuentevaqueros (Granada) en 1898. Estudió Letras y Derecho en la Universidad de Granada y
también Música. En 1929 marchó a Nueva York; su estancia le dejó una profunda huella, por el egoísmo de
la sociedad, y las desigualdades sociales; escribiría Poeta en Nueva York. Al año siguiente regresó a
España. En 1932 fundó La Barraca, grupo de teatro formado por estudiantes universitarios, que recorrió el
país dando funciones clásicas por los pueblos. También viajó a Buenos Aires, ya que sus obras dramáticas
estaban teniendo mucho éxito por aquellas tierras. En agosto de 1936 fue asesinado cerca de Granada.

Predomina en su obra el tono trágico y la presencia de la muerte ronda su poesía como un


presentimiento. Crea metáforas e imágenes de una gran originalidad y fuerza expresiva, aunque a veces
difíciles de explicar. En sus temas aparecen constantemente elementos del folklore andaluz reelaborados
34
por el poeta, que casi siempre prefiere los rasgos más tristes o trágicos.
Sus obras líricas más importantes son Canciones, Poemas del cante jondo y Romancero gitano. En este
último libro, Lorca manifiesta una especial simpatía por los seres marginados y perseguidos, gitanos y
bandoleros.
Su obra, fruto de una fantasía e imaginación desbordantes, remite a una amplia tradición literaria, fundida
con elementos de vanguardia. A lo largo de toda su producción hay un conjunto de temas y motivos que se
repiten constantemente:
- El amor, homo y heterosexual, condenado con frecuencia al dolor y la pérdida del ser amado.
- La frustración y el destino trágico. Con este tema se relaciona el de la esterilidad, tanto de la
mujer como del amor homosexual.
- La muerte, siempre presente y relacionada con los temas anteriores.
- Los marginados (gitanos, niños, negros...), seres condenados a la frustración y a un destino
trágico.

En su poesía presenta tres etapas:


1ª: En sus obras se observan rasgos de la poesía tradicional combinados con las estéticas modernas:
Canciones, Poema del cante jondo, Romancero gitano (en el cual aúna la tradición culta, los ritmos
populares y la audacia vanguardista). Ofrece una visión de la vida humana en clave mítica, en la cual los
seres humanos están marcados por un destino trágico. En esta obra alcanza gran fuerza expresiva el empleo
de diversos símbolos: la luna, el agua, el caballo, los metales, etc.
2ª: Abarca los libros de influencia surrealista: Poeta en Nueva York, donde la gran ciudad moderna que
se convierte en símbolo del materialismo, la insolidaridad y la degradación es la protagonista.

3ª: Poemas de sus últimos años en los que confluyen diversas tendencias: la poesía árabe clásica le
inspira Diván del Tamarit; la lengua y tradición literaria gallega, Seis poemas gallegos, escritos
precisamente en gallego; con Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías presenta una elegía,
dedicada a un amigo torero fallecido, donde combina la tradición popular y la culta, con versos que
recuerdan a Jorge Manrique. La forma clásica del soneto aparece en Sonetos del amor oscuro.
Su producción teatral toca dos temas: lo popular, con obras como Mariana Pineda, y las pasiones
amorosas femeninas, como Bodas de sangre, Yerma, La casa de Bernarda Alba y Doña Rosita la soltera.

• Luis Cernuda
Nació en Sevilla (1902), se licenció en Derecho, pero dedicó toda su vida a la literatura. En los años 30
residió en Madrid, apoyó a la República y vivió el exilio en Inglaterra, Estados Unidos y México.
En 1936 reunió toda su poesía en un volumen, titulado La realidad y el deseo. El título muestra cuál es
la clave de su poesía: el ansia de eternidad, el contraste entre deseo (de amor, de felicidad, de libertad...) y
realidad (la frustración, la apariencia, el caos...). Se han establecido varias etapas en su producción, si bien
hay que destacar ciertos aspectos comunes: el análisis constante de sí mismo y de la realidad que le rodea y
el desarrollo de sus temas principales: el amor -homosexual-, la belleza de la naturaleza, la fugacidad del
tiempo, eldeseo que la realidad frustra y la soledad.
Etapas:
1/Primera etapa: periodo español. Inicialmente sigue la poesía pura, con algunos rasgos cubistas, y con
influencia renacentista. Perfil del aire.
2/ Luego, tras una estancia en Francia, recibe la influencia del surrealismo: Los placeres prohibidos,
Donde habite el olvido. El primero recoge sin inhibiciones su homosexualidad y deseo de amor; el
segundo es el testimonio de una historia de amor rota de forma dolorosa.

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3/ El exilio en Inglaterra. La influencia de la literatura británica será muy intensa. Alcanza su madurez
poética con Las nubes, un libro sobre la muerte y la destrucción, pues se siente afectado por lo que
ocurre en España. Presenta una tendencia meditativa muy acentuada, al estilo de los poetas metafísicos
ingleses, el tema religioso y el tema de la añoranza de España.
4/ El exilio americano. Al principio en Estados Unidos y luego en México. Se presenta la angustia por el
paso del tiempo, el paraíso de la infancia, definitivamente perdido, y la conciencia de la muerte
(Desolación de la Quimera). Se interesa por la música de Mozart, interés que reflejará en Variaciones
sobre un tema mexicano. En este último libro refleja también su reencuentro con el amor, que halló en
México.

5.5 LAS SINSOMBRERO.

La nómina de autores no estaría completa sin Las Sinsombrero; este es el nombre por el que son
conocidas un grupo de mujeres pensadoras y artistas españolas pertenecientes a la generación del 27.
Su nombre alude a un suceso anecdótico en el que, un día, en el Madrid de los años 20, Federico García
Lorca, Salvador Dalí, Margarita Manso y Maruja Mallo pasearon por la Puerta del Sol quitándose el
sombrero. Esta actitud transgresora pretendía romper la norma y, metafóricamente, en ausencia de la
pieza que tapa la cabeza, liberar las ideas y las inquietudes.

En Madrid residieron, estudiaron y desarrollaron su actividad artística la mayor parte de las autoras.
Abiertas a nuevos conceptos de modernidad y a las corrientes de vanguardia que provenían de Europa,
compartieron también con sus compañeros varones la recuperación de la tradición popular.
Se trata de mujeres profundamente comprometidas con su tiempo y su realidad social, que destacaron
por su actitud rompedora y abierta, transformando el panorama cultural y artístico de una España
convulsa. Desarrollaron una actividad constante y destacada en campos tan variados como la escritura,
la pintura, la escultura, la ilustración o la filosofía. Se cuentan entre las mujeres que tuvieron ese enorme
peso en la vanguardia artística de principios del siglo XX, entre otras:
• Maruja Mallo (Vivero 1902-Madrid 1995), pintora.
• Rosario de Velasco (Madrid 1904-Barcelona 1991), pintora.
• Marga Gil Roësset (Madrid 1908-Las Rozas 1932), escultora, ilustradora y poeta.
• María Zambrano (Vélez-Málaga 1904-Madrid 1991), filósofa.
• María Teresa León (Logroño 1903-Madrid 1988), escritora.
• Josefina de la Torre (Las Palmas de Gran Canaria, 1907-Madrid 2002), poeta.
• Rosa Chacel (Valladolid 1898-Madrid 1994), escritora.
• Ernestina de Champourcín (Vitoria 1905-Madrid 1999), poeta.
• Concha Méndez (Madrid 1898-México 1986), escritora, Margarita Manso (Valladolid 1908-Madrid
1960), pintora.

Estas artistas españolas del 27 reivindicaron su papel intelectual no solo sobre su propia figura, sino
sobre la vida cultural que las rodeaba. El trazo más relevante es la introducción de un perfil femenino
consecuente a su realidad en sus obras. La mujer se convierte en un personaje literario fuerte,
emancipado, que lucha contra su destino. Sus personalidades son fuertes e independientes y hacen suyo
un espacio que, hasta el momento, solo estaba permitido a los hombres. La relación entre estas mujeres
fue muy estrecha; las unía la lucha común contra una sociedad que las rechazaba y ninguneaba. Con sus
compañeros varones también tuvieron intensas relaciones, aunque incluso ellos mismos olvidan
mencionarlas en la mayoría de ocasiones. Sus encuentros se producen en lugares de intercambio cultural
como la Revista de Occidente o La Gaceta Literaria, pero también en lugares físicos, como la
Residencia de Señoritas, grupo femenino de la Residencia de Estudiantes. La semilla de la
transformación femenina de varias generaciones y el camino de la igualdad de derechos se gestó en
estas instituciones.
6. EL TEATRO ESPAÑOL ANTERIOR A 1936

El teatro depende mucho más que otros géneros literarios del engranaje comercial: editar un libro de
poemas o una novela supone un gasto limitado en comparación con la cantidad de dinero que hace falta para
poner en los escenarios una obra de teatro: hay que pagar el local, a los actores en los días de ensayos y
representaciones, iluminación, vestuario… Por ello, los empresarios prefieren estrenar títulos sencillo, poco
innovadores, que consigan de inmediato el favor popular.
El espectáculo dramático, por su índole audiovisual y su recepción colectiva, se muestra mucho más apto
que la novela o la poesía para la transmisión de ideas. Ello determinará que la censura se cebe
especialmente en el teatro en épocas de autoritarismo político, como la dictadura de Primo de Rivera o el
régimen de Franco. Así pues, el conservadurismo político, la escasa predisposición de los empresarios a
arriesgarse con experimentos de éxito dudoso y la vigilancia de los censores ante cualquier audacia política
o religiosa, explican la escasa originalidad del teatro español del primer tercio de siglo; baste recordar que
las mejores obras dramáticas de Valle-Inclán no subieron a los escenarios hasta los años 60 o que Miguel
Mihura hubo de esperar hasta 1952 para ver estrenada Tres sombreros de copa, escrita nada menos que en
1932.

De ello se derivan limitaciones y problemas en dos terrenos:


- En lo ideológico. Escasas posibilidades, pues no se puede herir al público burgués.
- En la estética. Resistencia a las experiencias innovadoras que triunfan en otros géneros,
especialmente en la poesía.

En general, tenemos dos etapas:


1/ El teatro comercial: comedia burguesa (Benavente), teatro poético, teatro cómico-costumbrista.
2/ Teatro innovador: El teatro de la Generación del 98, el teatro vanguardista y el esperpento de
Valle-Inclán, Lorca.

6.1 EL TEATRO COMERCIAL

A) La comedia benaventina (comedia burguesa)


La trayectoria teatral de Jacinto Benavente (1866-1954) es un ejemplo de las limitaciones del teatro
español. El fracaso de El nido ajeno, obra crítica que analizaba el oscuro lugar de la mujer de clase media, le
llevó a escribir otras más acordes con el público al que había que halagar. La comida de las fieras (1898)
fue su primer gran éxito. Desde entonces, Benavente se garantizó la aceptación de los espectadores
repitiendo sus fórmulas teatrales.
Sus tramas presentan problemas poco conflictivos. Benavente ponía en escena leves defectos de las
relaciones personales o sociales. Predomina el diálogo, un diálogo elegante, natural e ingenioso. Su obra
incluye comedias burguesas, como Rosas de otoño. La comedia burguesa estaba protagonizada por
personajes de clase alta; plantea conflictos típicos de ese grupo social -infidelidades conyugales esporádicas,
desamor, hijos calaveras, hipocresía, murmuración-.
También escribe dramas rurales, como La Malquerida y Señora Ama, anclado en un mundo rural y
arcaico sometido a irrefrenables pasiones. Los intereses creados, farsa de ambientación italiana, es su obra
más apreciada hoy en día y es una crítica a la sociedad de su momento que representaba asentada en los
intereses materiales. Benavente recibió el Premio Nobel en 1922.

B) El teatro poético
Es un teatro en verso influido por el Modernismo y caracterizado por sus temas históricos y su
conservadurismo ideológico, lenguaje sonoro, ambientes exóticos (Edad Media, Hispanoamérica, la
Granada musulmana). Los autores, en especial Eduardo Marquina y Francisco Villaespesa, de ideas
conservadoras, miran con nostalgia el pasado imperial en obras protagonizadas por el Cid Campeador (Las
hijas del Cid) o los Reyes Católicos. Es un teatro de evasión superficial y carente de compromiso.

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C) La comedia costumbrista
Representaba la modalidad escénica preferida por las clases populares; bajo este rótulo se agrupaban
espectáculos muy diversos, entre los que se incluían la zarzuela, el café teatro, el teatro por horas o el sainete,
que alcanzó con Carlos Arniches (1866-1943) amplio desarrollo. Este autor recuperó la tradición de las
piezas breves del Siglo de Oro o del XVIII para presentar una galería de tipos pintorescos madrileños, con sus
problemas cotidianos y su forma de hablar característica, en cuya captación se mostró Arniches como un
maestro consumado. En esta línea costumbrista hay que mencionar a los hermanos Serafín y Joaquín
Álvarez Quintero, que llevaron a los escenarios una Andalucía bonita y superficial, en la que todos los
problemas acaban por solucionarse.
Dentro del teatro cómico, cabe destacar las tragedias grotescas, en las que sin abandonar por completo
ciertos rasgos humorísticos, Arniches plantea con crudeza aspectos de la sociedad española ya tratados por los
del 98: la cerrada mentalidad de provincias, el caciquismo, la inmoralidad de las clases dirigentes o la
injusticia social en títulos como La señorita de Trevélez. Menos interés conserva hoy el astracán, subgénero
cómico basado en burdos juegos de palabras, equívocos fáciles parodia de diversos recursos teatrales. Su
máximo representante fue Pedro Muñoz Seca, autor de La venganza de don Mendo, afortunada
ridiculización de los dramas históricos modernistas.
El teatro cómico estaba emparentado con el género chico, teatro musical que es hermano menor de la
zarzuela

6.2 EL TEATRO INNOVADOR


A lo largo de este período no escasearon los intentos de experimentación dramática a cargo de autores de
sucesivas generaciones, aunque solo dos de ellos alcanzarán un justo y universal reconocimiento al cabo de
los años: el esperpento de Valle–Inclán y la tragedia de Lorca.
- Dentro de la llamada Generación del 98, Unamuno trató con poca fortuna de plasmar en las tablas las
ideas que ya había expresado en ensayos y novelas, con obras de extrema desnudez argumental y
escenográfica, en las que los personajes se limitan a expresar las inquietudes del autor. También Azorín buscó
la renovación de la escena nacional, en este caso recurriendo a un teatro en el que se vale de recursos irreales y
simbólicos para tratar temas como el paso del tiempo, la muerte y la búsqueda de la felicidad, a través de un
diálogo demasiado literario a veces.
- Entre los novecentistas y en relación con el teatro vanguardista, cabe destacar la tentativa renovadora
de Ramón Gómez de la Serna, el gran animador de las vanguardias en España. Escribió numerosas piezas
teatrales, de las cuales la más conocida fue Los medios seres, cuyo tema es el vacío en la búsqueda de la
propia identidad.
Jacinto Grau, barcelonés, se dedicó exclusivamente al teatro, un teatro denso, ambicioso al que se le
negó el triunfo. Suele inspirarse en temas literarios o en grandes mitos como en El señor de Pigmalión,
trasposición moderna del famoso mito clásico, en la que presenta a un artista, creador de unos muñecos que,
anhelantes de vida propia, se revuelven contra él.

Valle-Inclán y la creación del esperpento


En la actualidad, se considera a Valle-Inclán como el más importante dramaturgo español del siglo XX y
uno de los grandes renovadores del teatro contemporáneo. Ello se debe a la creación de una nueva forma de
reflejar la realidad, denominada esperpento. Valle fue radical en su crítica de la sociedad, de la cultura y de la
política. Su inagotable búsqueda artística le llevó de su inicial modernismo decadente a la creación de un
género personal: el esperpento.

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En el teatro de Valle-Inclán podemos ver la siguiente trayectoria dramática:
1/ Al igual que en su labor novelística, el primer teatro de Valle se inscribe en la corriente modernista
más decadente. Los temas de evasión, el estilo brillante y la actitud rebelde se encuadran en unas obras
idealizadas y estetizantes que resultan convencionales y retóricas.
2/ Su segunda etapa corresponde al ciclo mítico. Corresponden a esta etapa las Comedias bárbaras,
trilogía formada por Águila de blasón, Romance de lobos y Cara de plata. La Galicia mítica y rural es el
marco en el que se desarrollan estas historias. En ellas, los personajes actúan gobernados por instintos y
pasiones violentas y primitivas (sexo, dinero y poder) en un clima donde las supersticiones y los mitos
desempeñan un papel fundamental. La culminación de este ciclo es Divinas palabras.
3/ Sigue el ciclo de las farsas, donde el autor utiliza elementos procedentes del guiñol y del teatro de
marionetas, pero sobre todo descubre el humor para ridiculizar comportamientos de la nobleza, matrimonios
desiguales o la corte de Isabel II.
4/ El esperpento: Con la primera versión de Luces de bohemia, Valle da nombre a un género literario
propio, basado en la deformación sistemática de personajes y valores, con la que ofrece una denuncia de la
sociedad española contemporánea. Lo esperpéntico es una manera de ver el mundo, un reflejo deformado de
una realidad ya deformada, que nos revela el verdadero rostro de la vida española. Los personajes son seres
grotescos en un mundo grotesco, semejantes a marionetas ridículas y de pesadilla, aunque en ocasiones el
autor tenga un gesto de ternura hacia ellas.
Otros rasgos formales de los esperpentos son los siguientes:
- El uso de contrastes: entre lo doloroso y lo grotesco, lo trágico y lo cómico.
- La riqueza del lenguaje, cuidadosamente elaborado y muy personal, en el que hay una estilización de
registros diferentes (hablas populares, regionales, lenguaje literaturizado…)
- Las acotaciones teatrales, muy literarias, adquieren valor por sí mismas.
- Numerosos personajes y continuos cambios de espacio y tiempo entre las escenas.
Las obras esperpénticas incluyen novelas como Tirano Banderas o la serie de El ruedo ibérico. El teatro
esperpéntico agrupa a la mencionada Luces de Bohemia y la trilogía Martes de carnaval, integrada por Los
cuernos de don Friolera, Las galas del difunto y La hija del capitán. La primera resulta una parodia del
honor calderoniano y de sus realizaciones teatrales melodramáticas. Las galas del difunto, además de incluir
una caricatura de Don Juan Tenorio, trata sobre la miseria de los repatriados de la guerra de Cuba. La hija del
capitán esperpentiza el golpe de estado de Primo de Rivera y lo enlaza con la historia de un horrendo crimen.
• Luces de Bohemia es la obra maestra del teatro valleinclanesco. Basada en la vida del escritor
bohemio Alejandro Sawa, amigo personal del escritor y de Rubén Darío, narra la última noche del poeta
Max Estrella. Este, acompañado de su lazarillo, Don Latino de Hispalis, recorre diversos lugares de un
Madrid absurdo, brillante y hambriento (librerías, tabernas, cafés, calles, despachos de ministerios…) y
en todos encuentra motivos para la desolación. Desesperanzado, Max muere, o se deja morir, como su
mujer y su hija.
El valor literario de los esperpentos hay que buscarlo en la ruptura que, paralela a la de las vanguardias,
representan frente a la tradición, en su entronque con el expresionismo europeo y en su nexo con reflexiones
teatrales de Brecht y del teatro del absurdo: Valle fue un precursor y un guía del moderno teatro crítico.
En cuanto al estilo, el esperpento permite que se manifieste en toda su plenitud la extraordinaria
capacidad expresiva de Valle-Inclán. Hay una amplia variedad de registros lingüísticos (habla vulgar,
coloquial madrileña, andaluza e hispanoamericana, lenguaje administrativo y cursi) en los que destaca un uso
afortunado de la derivación irónica (rubiales, frescales) y despectiva (espadón, vejete); predomina, así mismo,
el humor agrio y el sarcasmo omnipresente; de esta manera, los personajes aparecen animalizados o
convertidos en peleles o fantoches.

García Lorca y la restauración de la tragedia.


La vocación dramática del poeta granadino fue temprana y orientada hacia el teatro poético-modernista.
Sin embargo, al regreso de Nueva York (1931) manifestó el autor su intención de emprender una profunda
renovación teatral en España. Para ello, contaba con el precedente de Valle-Inclán, cuyos esperpentos Lorca
admiraba sin reservas.

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Las tragedias de Lorca están caracterizadas por los siguientes rasgos:
• Búsqueda del espectáculo total, en el que se combina verso y prosa, elementos cultos y folclóricos,
música y plástica al servicio de la expresión de los sentimientos.
• Acercamiento a un receptor popular; en este sentido, Lorca dirigió durante los años de la República el
grupo teatral universitario La Barraca, con el que difundió por los pueblos la comedia clásica de Lope y
Calderón. También su propio teatro se impregnará de elementos populares.
• Ambientes opresivos que condicionan la liberad de los personajes principales.
• Protagonistas femeninas, a las que se impide desarrollar sus sentimientos esenciales, como son
el amor (Bodas de sangre, La casa de Bernarda Alba) o la maternidad (Yerma).
• Lenguaje sencillo, directo, pero dotado de incomparable aliento poético, que se manifiesta a través de
diálogos cuajados de imágenes, símbolos y metáforas de extraordinaria plasticidad.

La trayectoria teatral de Lorca puede agruparse en tres núcleos fundamentales:


1/ Primeras piezas teatrales. Farsas y poemas dramáticos, emparentados con ciertas obras de Valle-Inclán.
Se trata de textos sencillos en los que aparece ya el tema central de su dramaturgia: el conflicto
autoridad/libertad. En el primero de sus títulos teatrales, El maleficio de la mariposa, ya aparecen los temas
presentes en los títulos posteriores: el amor, la muerte, el deseo, la ilusión… pero esta obra no tuvo éxito.
El Retablillo de Don Cristóbal es una farsa de guiñol en la que se trata el tema de los matrimonios de
interés, y en la que las marionetas no consiguen ocultar el fondo triste del argumento.
Esta línea teatral de las farsas tiene otros ejemplos, aunque pensados para su representación por actores:
La zapatera prodigiosa y Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín, por ejemplo. Las dos son piezas
que provocan una risa amarga a partir del tema tradicional de la mujer joven casada con un hombre viejo.
Mariana Pineda, un romance popular en tres estampas, supone la primera tentativa de acercamiento al
drama lírico, al representar la historia de la heroína ajusticiada por bordar una bandera republicana en la época
del absolutismo de Fernando VII.

2/ Teatro vanguardista. Algunas piezas cortas concebidas entre 1925 y 1928 como El paseo de Buster
Keaton anuncian el giro hacia el Surrealismo que, tras su viaje a Nueva York, estará presente también en su
poesía. Dos obras testimonian este giro: El público, escrita hacia 1929, y Así que pasen cinco años (1931).
La primera, con gran complejidad técnica, despliega la historia de un amor homosexual: un hombre busca el
amor completo y puro, pero se encuentra con el público que no admite las relaciones distintas de las
contempladas por la Iglesia o la moral tradicional.

3/ Etapa de plenitud. Las obras más importantes de Lorca forman la llamada trilogía rural: Bodas de
sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba. Las tres presentan rasgos comunes: la índole sexual de los
problemas tratados, la mujer como protagonista, la ambientación en el campo andaluz y el desenlace trágico.
- Bodas de sangre (1932) representa los preparativos de una boda entre La Novia y El Novio. Pero
cuando la unión se va a celebrar, aparece Leonardo, antiguo amor de La Novia y ambos huyen. El Novio
inicia su persecución y en la pelea final, Leonardo y él mueren acuchillados. La unión de realismo y poesía, de
prosa y verso, y el clima denso y dramático son sus mejores logros.
- Yerma (1934) trata el drama de la mujer estéril. Yerma desea ser madre, pero lo hijos no llegan y
comienza a desesperarse y a culpar a su marido de su infecundidad. En su afán por quedarse embarazada,
acude a romerías en busca de un milagro. Pero ante lo inútil de sus intentos, mata a su marido, perdiendo así
definitivamente la esperanza de ser madre.
- La casa de Bernarda Alba (1936) es la cumbre teatral de Lorca. Es un drama sobrecogedor e intenso.
Bernarda Alba, a la muerte de su segundo marido, impone un luto de ocho años a sus cinco hijas, que
prácticamente se ven enterradas en vida. Pero los instintos afloran y cuando Pepe el Romano se compromete
con Angustias, la hija mayor, se desencadena una lucha de pasiones entre Adela y Martirio, que conducirá a
un trágico final: el suicidio de Adela.

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