Está en la página 1de 3

APEGO INSEGURO:

- Ansioso – Evitativo: indiferentes, fríos. Autosuficiencia: intentan vivir sin el apoyo y


amor de otros. Ausencia casi total de expresiones de miedo, malestar o rabia. Vida
adulta poco contacto con las emociones (rechazan u ocultan). Solitarias. Poco dignas
de ser queridas, no se consideran valiosos. Desconfianza. Falsa imagen de fortaleza y
frialdad. Sentimientos de soledad que acaban generando síntomas ansiosos o
somatizaciones.
- Ansioso – Ambivalente: no tiene la certeza de que la figura parental esté disponible. La
presencia de la madre no le calma. Ambivalencia: rechaza el contacto (cólera) y lo
busca ansiosamente. Vida adulta: personas temerosas, pasivas y agresivas. Ansiosas
que se consideran poco valiosas y deseables. No se sienten responsables (culpan al
resto) y desarrollan un sentimiento muy acentuado de intimidad. Poca contención
emocional, dependientes y victimistas. Dependencia emocional y trastornos del estado
de ánimo.
- Desorganizado: se apega de manera superficial. Vinculación utilitaria (se protege de la
frustración y vulnerabilidad). Tb oscilación entre búsqueda y evitación. Vida adulta:
necesitan que los demás satisfagan sus necesidades. Intentan contener emociones
pero si las expresan los hacen de forma exagerada y descontrolada. Se muestran
excesivamente responsable, cuidando y a la vez rechazando a la otra persona. TLP y
trastorno histriónico. Dependencia emocional (las mismas personas que les cuidan son
quienes les hacen sufrir y se aferran a ellas como método de salvación)

DROGAS Y AMOR:
Estudios previos han señalado que la dependencia emocional podría
predecir o estar relacionada con el consumo de drogas (Barbarias et al., 2019).
Ambas problemáticas reflejan grandes similitudes, tales como, baja
autoestima, autoconcepto negativo, sentimientos de euforia, deseo
incontrolable, estado anímico triste y anhedonia. En esta línea, estudios
llevados a cabo anteriormente, sugieren que ciertas regiones cerebrales
involucradas en la dependencia de sustancias también están involucradas
en el amor apasionado. Tanto en el amor como en las adicciones a
sustancias, la dopamina codifica el valor del placer. Por lo tanto, el amor y las
drogas son potentes moduladores del placer del flujo de dopamina
(Reynaud, 2010). Sin embargo, se debe profundizar en el estudio de la
relación entre el consumo de sustancias y la de-pendencia emocional
(González-Bueso et al., 2016).

Por su parte, las personas con dependencia emocional presentan una


necesidad de afecto y contacto continuo y excesivo por parte de la pareja
(Momeñe, Jáuregui y Estévez,
122Janire Momeñeet al.anales de psicología / annals of psychology, 2021, vol.
37, nº 1 (january)2017). La priorizan sobre cualquier otra cosa y asumen
comportamientos de sumisión, pudiendo resultar un factor perpetuador de
las relaciones de pareja violentas (Momeñe y Estévez, 2018). Además,
muestran un terror intenso al abandono o rechazo de la pareja debido a la
soledad que esto conllevaría, la idealizan y presentan baja autoestima y
una necesidad extrema de agradar los demás (Castelló, 2012). Igualmente,
manifiestan una gran posesividad, incapacidad de romper la relación a
pesar de resultar insatisfactoria, pseudosimbiosis, esto es, no sentirse
completo sin la pareja (Moral y Sirvent, 2009) y baja resiliencia (Momeñe y
Estévez, 2019). Del mismo modo, experimentan un síndrome de abstinencia al
separarse de la pareja, incluso en las separaciones que requiere la
cotidianidad, denominado así, por su analogía con las adicciones a las drogas
(Castelló, 2015).

De este modo, el establecimiento de un apego inseguro durante la infancia


podría explicar las dificultades que presentan las personas dependientes a
sustancias para abandonar su consumo (de Lucas y Montañés, 2006).

Asimismo, el estilo de apego establecido durante la infancia podría influir


a la hora de adquirir una capacidad adecuada para regular el afecto
negativo en la adultez (Hervasy Vázquez, 2006). La regulación emocional,
se define como un proceso que implica el monitoreo, evaluación y modificación
de las propias reacciones emocionales, cuyo fin es el de acceder a las metas
personales (Marínet al., 2012). A pesar de esto, algunas personas tienen
dificultades a la hora de controlar, identificar y describir las emociones
(Hexel, 2003). Estudios previos han relacionado las dificultades en la
regulación emocional con el riesgo de recaídas de consumo de drogas
(Blanco-Álvarez y Jiménez-Morales, 2015). Asimismo, se ha señalado que la
regulación emocional puede ser un factor importante en el uso y abuso de
sustancias entre los adolescentes (Simons y Carey, 2002)

Relación entre adicciones y apego


Existen numerosos trabajos que muestran las relaciones entre el apego y las
adicciones. Incluso, hay investigaciones que relacionan los estilos de apego concretos
con el tipo de sustancia psicoactiva, sedante o estimulante que se consume (Schindler
et al., 2009). Para estos autores, las sustancias sedantes (alcohol, heroína,
benzodiacepinas, etc.) ayudan a experimentar una desactivación fisiológica y
emocional produciendo un distanciamiento interpersonal que es lo que buscan las
personas con apego evitativo y es el patrón mayoritario entre los consumidores de
opioides. En cambio, los estimulantes como la cocaína y la anfetaminas activan los
procesos fisiológicos y afectivos que buscan la proximidad hacia los otros, tal como
sucede, con las personas con apego ambivalente. Schindler y Bröning (2015)
realizaron una revisión de los principales estudios que relacionaban los estilos de
apego en adultos y adolescentes con el abuso de sustancias. El principal hallazgo fue
que todos relacionaban las adicciones con los estilos de apego inseguros. Los autores
explican que, para estas personas, la adicción se convierte en una estrategia de
automedicación para afrontar las emociones negativas que sienten por las necesidades
de apego no cubiertas.

Se estima que las experiencias traumáticas en el desarrollo y la falta de sintonía con la


madre en el proceso de apego (trauma relacional) entre personas con adicciones es
muy alta (van der Kolk, 2014) e incluso algunos autores consideran la adicción como un
trastorno del apego (Flores, 2004). En la actualidad, se están explorando las
principales vías neurológicas que relacionan el apego con las adicciones. Entre ellas se
encuentran el sistema de afiliación relacionado con la oxitocina, el sistema de
recompensa relacionado con la dopamina y el sistema de respuesta al estrés
relacionando con los glucocorticoides (Strathearn et al., 2019).

Comprender mejor los mecanismos de estos sistemas relacionados con el apego y la


adicción, nos ayudará a proponer mejores programas de intervención temprana y
tratamientos más eficaces para las adicciones, orientados al apego inseguro y a la
resolución de los posibles traumas existentes.

También podría gustarte