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PROCESO DE
ADMISION 2023
ETAPA INTELECTUAL
INSTITUTO UNIVERSITARIO PROVINCIAL DE SEGURIDAD
Av. Forestal N° 613 - B° Alto Comedero - Jujuy - República Argentina
Tel. (0388) 4057504 - CP 4600– Instituto Superior de Seguridad Pública- www.iups.jujuy.gob.ar
PRESENTACIÓN – CONTENIDOS
Para tal fin y para una mejor comprensión del aspirante, se han organizados las
unidades temáticas para el modulo SEGURIDAD CIUDADANA, conforme lo siguiente:
TEMA 1:
INTRODUCCIÓN
En palabras del Profesor Valentín Arias Ceballos del Instituto Universitario de la Policía
Federal Argentina en su manual de “Seguridad Bancaria”, respecto de un término genérico,
seguridad es:
Análisis de la definición:
Nos hace estar adecuadamente exentos: esta frase refiere claramente al sistema o
cobertura (coraza) preventiva de seguridad implementada.
Dentro de un marco de lógico equilibrio psíquico: refiere al área psíquica del hombre.
Todo lo explicado anteriormente debe practicarse desde la salud mental, alejado de cualquier
psicopatía.
Por lo anterior, el afán contemporáneo de seguridad –en los más diversos contextos– es
tema de análisis para las ciencias sociales. El problema que esta preocupación trae aparejado
es que tiende a avasallar otros valores deseables como pueden ser la igualdad entre los
ciudadanos, la libertad, la cooperación, la protección mutua entre miembros de una
comunidad. La prioridad que hoy adquiere la pretensión de seguridad opaca la importancia de
otros valores indispensables para la vida democrática.
Justamente, la idea de una seguridad democrática fija un límite respecto a aquello que
podrá hacerse y lo que no podrá llevarse adelante para obtener seguridad. Esto quiere decir
que para obtener seguridad no se puede “pagar cualquier precio”. Hay derechos que no
MODULO: SEGURIDAD CIUDADANA Página 4
INSTITUTO UNIVERSITARIO PROVINCIAL DE SEGURIDAD
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deberían nunca ser vulnerados en nombre de la seguridad, aunque sea usual reconocer
reclamos de seguridad en los que se pide resignar derechos fundamentales, como por ejemplo
el derecho a la vida.
SEGURIDAD HUMANA
La idea de seguridad humana remite a una idea cuyo foco principal es la seguridad
integral del ser humano. De este modo, la noción de seguridad humana abarca el desarrollo
pleno de las personas, entendiendo que el acceso a ella es un derecho de todos los habitantes,
individuos y comunidades. Esta dimensión de la seguridad incluye el logro de un desarrollo
sostenible que mejore la calidad de vida de los individuos y comunidades, así como las
posibilidades de integración y participación social de las personas. En 1994, el Informe de
Desarrollo Humano, del Programa para el Desarrollo de la Organización de Naciones Unidas
(PNUD), incorpora explícitamente el concepto de seguridad humana planteando que se deben
llevar adelante acciones de promoción, protección, prevención y mitigación de los distintos
riesgos presentes en la vida social (PNUD, 1994; Fernández Pereira, 2006). De este modo se
sostiene que no alcanza con ampliar los niveles de ingreso, educación y salud, si esa ampliación
no se produce en un entorno que permita el acceso equitativo en condiciones de paz social,
equidad y solidaridad.
generalizadas y la presencia estructural del riesgo. De este modo, al tiempo que las
condiciones sociales, políticas y económicas actuales generan altos niveles de incertidumbre,
las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales alertan sobre sus consecuencias
apelando a la idea de seguridad humana como paliativo de estas nuevas condiciones de vida.
Para la ONU, entonces, seguridad humana significa que la gente pueda disfrutar de
una creciente gama de opciones de desarrollo de forma segura y libre y que pueda tener
confianza en que las oportunidades de hoy no desaparecerán mañana (PNUD, 1994). Una
aspiración ciertamente optimista en contextos de alta volatilidad e incertidumbre como lo es el
de la modernidad tardía.
https://www.iidh.ed.cr/multic/default_12.aspx?contenidoid=82796aa5-db81-45f2-
a31e-f55e5e60d9a1&Portal=IIDHSeguridad
SEGURIDAD PÚBLICA
La definición precedente es amplia, pero el propio autor vuelve más específica esa
noción al referirse a los “sistemas de seguridad pública”. Considera que los sistemas de
seguridad pública están conformados por las fuerzas de seguridad, las administraciones de
justicia penal y los sistemas penitenciarios (Saín, 2008). De modo que entonces la seguridad
pública:
1Década del 50 al 70 que se caracterizaba por la seguridad entendida en términos de “seguridad social” (garantía de la
seguridad de las personas frente al riesgo del desempleo, la vejez, las enfermedades crónicas, la desprotección en la niñez)
con un Estado protector frente a dichos riesgos que podían afectar la vida de los individuos.
Sin embargo, como afirma Alberto Binder, la idea del orden es en primer lugar una
ilusión, ya que el conflicto es inherente a todas las sociedades en la medida en que existen
diferentes intereses y necesidades. Pero primordialmente, la idea del orden no es una idea
democrática. Los principios en base a los cuales se establece el orden, no son principios que
puedan ser debatidos democráticamente, sino que es un sector social particular quien se
autodefine como aquel capaz de decir cómo debe ser ese orden, en virtud de su fuerza para
hacerlo. Es decir, lo que se considera permitido y lo que no, es definido por el “más fuerte”.
https://reconciliandomundos.com.ar/nuevas-medidas-de-seguridad-publica-en-
argentina
SEGURIDAD CIUDADANA
http://biblioteca.clacso.edu.ar/Ecuador/flacso-ec/20170622024655/pdf_116.pdf
Parte de esta nueva perspectiva, es poner en discusión las premisas del paradigma del
orden y proponer una nueva perspectiva: la gestión de la conflictividad. El cambio de
definición no es solamente formal: implica modificar la manera de pensar nuestras sociedades
y los problemas que en ellas tienen lugar, y considerar a la democracia como un “orden
desordenado, inestable y dinámico, que requiere esfuerzos continuos de parte de los
protagonistas –los distintos actores sociales- por los incesantes desplazamientos y
renegociaciones constantes entre ellos”.
Con respecto al ámbito que nos incumbe el término se aplica a la seguridad cotidiana,
que refiere a la posibilidad de sufrir un daño, violencia o delito. La inseguridad se asocia con
una tendencia creciente en las últimas décadas de la criminalidad, lo que se refleja en un
incremento de los delitos denunciados y en las demandas sociales a través de diversas
metodologías solicitando mayor seguridad (protestas, pedidos de reuniones con autoridades
gubernamentales, recurrir a los medios de comunicación, organizarse vecinalmente, etc.). A
través de estos mecanismos la ciudadanía visibiliza su malestar antela incertidumbre cotidiana
que se entrelaza a la amenaza criminal constante sobre la vida ylos bienes de los individuos.
Desde hace algunos años trabajar sobre aquello que conforma el problema de la
in/seguridad implica hacer una distinción indispensable entre inseguridad objetiva e
inseguridad subjetiva. Estos dos elementos presentan cada uno su propia especificidad y
complejidad, lo cual obliga a tomarlos en cuenta por separado, si bien conforman un problema
común.
En la mayoría de los casos, tanto los debates como la toma de decisiones en torno al
problema de la seguridad se han apoyado en las estadísticas para encontrar un fundamento.
Sin embargo, resulta llamativo que los mismos datos sean utilizados para defender ideas e
intervenciones que se oponen. Si bien se registró una creciente tecnificación del discurso de la
seguridad a partir de 1990, no puede afirmarse que los números “hablen por sí solos”. Las
cifras, que se presentan como incuestionables y neutrales, no parecen haber clarificado el
problema que se pretendía solucionar.
Máximo Sozzo (2008) afirma que la información cuantificada sobre el delito puede ser
precisa al mostrar parte de un fenómeno, pero al mismo tiempo puede ocultar otra. Si bien los
números pueden mostrar una fotografía de la situación, muestran solo una entre las diversas
fotografías posibles, por cuanto recortan algo para mostrarlo pero al mismo tiempo omiten –
deliberadamente o no– lo que queda fuera del recorte.
Los datos cuantitativos sobre el delito son casi exclusivamente estadísticas oficiales, ya
que son producidas por agencias estatales a partir de las denuncias realizadas por las víctimas
o por las actuaciones de oficio de la justicia.
Las fuentes más importantes que generan información sobre delitos son las
estadísticas policiales y las judiciales, tanto para el ámbito nacional como para los
provinciales. Ambos organismos tienen distintas modalidades de recolección, sistematización
y análisis de los datos, lo cual hace que muchas veces sea difícil relacionar entre sí estadísticas
provenientes de diversas fuentes.
Tanto las estadísticas policiales como las judiciales parten de los hechos que llegan a su
conocimiento. Esto quiere decir que las cifras oficiales se basan en los delitos denunciados y/o
judicializados y, por tanto, no incluyen aquellos casos que no son denunciados. La literatura
especializada define los delitos ocurridos pero no denunciados como “cifra oscura” o “cifra
negra” de la criminalidad. Estas nociones ya forman parte del vocabulario corriente en la
materia y pueden encontrarse tanto en los medios masivos de comunicación como en los
debates locales.
hecho presuntamente delictuoso pues no posee capacidad institucional o los miembros que
reciben la denuncia no desean hacerlo; el ministerio público puede desechar la denuncia
realizada como infundada, etc.
Si en un mismo incidente criminal varios delitos son cometidos, sólo se cuenta el más
serio, salvo que se haya producido un hecho de violencia en cuyo caso la regla es “un delito por
cada víctima”; si cambiáramos la regla evidentemente va a cambiar la cantidad de hechos
presuntamente delictuosos registrados.
En la Argentina, las formas en que los datos son relevados carecen, aún hoy, de
patrones homogéneos para las distintas jurisdicciones policiales y judiciales. De modo que,
además de los problemas inherentes a cada una de las fuentes, se hace muchas veces
imposible conciliarlas a nivel nacional.
A su vez, las estadísticas policiales han sido utilizadas con diversos fines, por ejemplo,
como mecanismo de evaluación de la eficacia policial, así como para intentar recuperar la
confianza de la ciudadanía. Pero hay que tener cuidado con ello ya que, por ejemplo, una
elevada cantidad de denuncias puede significar que ha aumentado la efectividad del mismo o
significa que ha disminuido, ya que es igualmente posible
La expresión “miedo al delito” (fear of crime) ha ganado terreno en las últimas décadas
como un área de indagación importante a la hora de pensar políticas de seguridad. Desde
distintos ámbitos, incluso se sostiene que la cuestión de la sensación de inseguridad puede
llegar a ser un problema mayor que la presencia real de ciertos delitos. Por lo tanto, se
convierte en un campo de reflexión e intervención independiente (Kessler, 2007).
Las investigaciones sobre el miedo al delito muestran con claridad, en todos los
contextos culturales, que la dimensión objetiva y subjetiva de la seguridad no se mueven a la
par. Por ejemplo, hay delitos que independientemente de los índices de ocurrencia no generan
temor ni cambios de conducta, tales como la incorporación de hábitos de autoprotección. Tal
es el caso de los delitos de tránsito que, pese a su importante incidencia, no provocan por
ejemplo el uso generalizado del casco por parte de los motociclistas. En cambio, hay delitos
que registran niveles muy bajos de ocurrencia y que no solo generan temor sino cambios de
conductas independientemente de los riesgos de victimización (el secuestro es un ejemplo
claro de esta disociación).
recuperar a la víctima como actor clave, tanto del proceso penal como de la discusión sobre
política criminal. Este tipo de encuestas permitía conocer datos que escapaban a la estadística
oficial y estimar riesgos diferenciales de victimización (según edad, género, nivel de ingresos,
lugar de residencia, etcétera). Así, rápidamente se le dio un lugar relevante a la sensación de
inseguridad y se comenzó a indagar sobre las representaciones sociales respecto del crimen,
el miedo ante los actos delictivos, la modificación de comportamientos orientada a evitarlos y
las opiniones sobre las políticas públicas frente al problema de la seguridad (Varela, 2004;
2005). De todos modos, recién en los años de 1990 se extendió su utilización (Sozzo, 2008).
De esta manera podemos afirmar que las fuentes que nos permiten vislumbrar la
inseguridad subjetiva y que son complemento de las Fuentes oficiales son las:
Las encuestas de victimización muestran con claridad que no hay correlación entre la
experiencia de haber sido víctima de un delito, el riesgo de victimización –según la edad, el
lugar de residencia, el género– y el miedo al delito. Esto quiere decir que el miedo al delito
parece depender de otros elementos que no tienen que ver con posibilidades objetivas de
padecerlo o con haberlo vivido efectivamente con anterioridad.
DIMENSIONES DE LA INSEGURIDAD
INSEGURIDAD SUBJETIVA O
INSEGURIDAD OBJETIVA
SENSACION DE INSEGURIDAD
TEMA 2:
Si bien la Ley, establece que la “emergencia” regirá por el término de dos años, sin duda
alguna fue el puntapié y el basamento legal para iniciar un proceso de transformacióny cambio,
particularmente dentro de la Policía de la Provincia, a la vez que dentro de la estructura
gubernamental se crea el Ministerio de Seguridad, pasando ésta área a ser ejercida desde un
órgano político, cuyo detalle se amplía en el tema siguiente de la presentecartilla.
De ésta manera, se entiende que los modelos de seguridad (policiales) deben ajustarse
al contexto actual de las sociedades actuales. En este sentido, hablamos de una Policía
proactiva, es decir que trabaje en la prevención de hechos ilícitos.
Un aspecto no menor, que debemos aclarar, es que la función reactiva, es decir actuar
una vez que ya se ha perpetrado o cometido un hecho, aún debe ser realizada por la Policía,
habida cuenta que como “Auxiliar de la Justicia”, se actúa en materia y tareas de investigación,
con la finalidad de esclarecer el hecho ilícito.
En base a ello, podemos afirmar que las dos principales funciones que recaen sobre la
Policía, son la PREVENCIÓN (mantener el orden público) y la de AUXILIAR DE LA JUSTICIA, en
tareas de investigación.
o zona. Es decir, que la necesidad de seguridad (o inseguridad según sea la forma en que cada
persona lo exprese), no es la misma en la ciudad de San Salvador de Jujuy, que en la localidad
de Santa Catalina o Libertador General San Martín o cualquier otra localidad, ciudad o pueblo
del territorio provincial.
Tal como veíamos en el tema 1 de la presente cartilla, se aprecian las diferencias entre
la seguridad pública y seguridad ciudadana, en ésta última se le da activa y gran participación
al ciudadano, al vecino común, haciéndolo participe de las políticas deseguridad.
16. El control de venta de objetos usados (autopartes, artefactos electrónicos, etc.) en los
comercios que fueran expresamente habilitados para tal fin, y regulación de la venta,
exigiéndose en todo caso la constancia de la adquisición de los bienes en forma lícita.
17. La puesta en marcha de un plan provincial de entrega voluntaria de armas y el control de
los comercios que tienen autorización para su venta y luchar contra la tenencia ilegal
de armas.
18. El control de las agencias de seguridad privada y la supervisión y el control de los
sistemas de seguridad privada.
19. La capacitación del personal de la Policía de la Provincia y del Servicio Penitenciario
Provincial a través de cursos de niveles terciario o universitario.
20. Propender al mejoramiento del bienestar del personal policial que contemple la
atención integral del agente policial y su familia.
21. Lo necesario para dotar a la Policía de la Provincia de infraestructura, equipamiento y
tecnología.
22. El fomento de la educación en contexto de privación de libertad que permita a los
internos del sistema penitenciario acceder a estudios primarios, secundarios, terciarios
y universitarios.
23. El abordaje integral de las actividades que se cumplen en la noche a fin de proteger la
seguridad de quienes participan de las mismas y de los vecinos de los lugares donde se
llevan a cabo.
24. La colaboración con las fuerzas nacionales en el cuidado de las fronteras de la provincia y en
la preservación del patrimonio natural que se encuentra en las regiones fronterizas en la
Provincia de Jujuy.
25. El mejoramiento de la velocidad de respuesta del sistema de salud ante las emergencias que
resulten de la comisión de un delito.
26. Lo necesario para promover la realización de Denuncias de los delitos y –cuando fuere
necesario- adoptar medidas para proteger a los denunciantes y a los testigos.
27. La realización de las acciones necesarias para evitar la utilización de comisarías para
mantener detenidas a personas.
28. La ejecución de reformas para erradicar la violencia institucional.
29. La creación de un Observatorio de Seguridad Pública.
Este tema guarda estrecha relación con el jefe de DESCENTRALIZACIÓN, al actuar según
zonas o regiones. Tal es así, que se entiende que toda política de seguridad es local y que, como
tal, toda actuación policial es también local, suena a exageración o a una adscripción ilimitada
a las formas descentralizadas de organización policial o de desarrollo de esa política. Pero no
es esa la intención; lo que busca esa afirmación, en sentido específico, es llamar la atención
sobre la ineludible dimensión local de toda política de seguridad o de la actividad policial. A
ello se le puede responder con modelos más o menos centralizados de organización policial o
de administración de políticas públicas, o con formas fuertemente descentralizadas. Pero en
uno u otro modelo, esa dimensión local no podrá ser anulada.
Lo dicho anteriormente habla justamente lo que decíamos al final del análisis de la Ley
5900, en el aspecto organizacional o administrativo, por supuesto que la organización es
centralizada y responde a un solo modelo, pero en lo funcional debe adaptarse al contexto de
cada zona o región.
Las acciones más relevantes y los resultados más tangibles de la gran mayoría de las
políticas de seguridad se manifiestan en lugares concretos, en comunidades afincadas en
territorios circunscriptos y con lazos de interrelación que pueden ser conocidos e
identificados. No obstante, en nuestro país, la idea de que la participación de los municipios es
insoslayable en esas políticas, todavía no ha adquirido la centralidad que debiera para el
futuro de toda política de seguridad.9
La toma de conciencia del impacto localizado y municipal de las políticas de seguridad
se fue dando progresivamente en los últimos años. En una primera etapa, los gobernantes
municipales tomaron nota del malestar ciudadano, difuso o alrededor de algún caso concreto, y
trataron de sumarse a los reclamos, buscando convertirse en un canal hacia las autoridades
provinciales o nacionales, únicas responsables de los problemas de seguridad. Este modo de
encarar el problema duró bastante poco, dado que el malestar ciudadano, al no obtener
respuestas concretas, comenzó a considerar, aunque todavía de un modo indirecto, a los
propios gobernantes locales como parte del problema de ineficacia. En una segunda etapa, los
propios intendentes municipales comenzaron a darse cuenta deque debían proveer de algunas
soluciones, para no quedar atrapados en las quejas generalizadas. Comienza la etapa de
cooperación entre los municipios y, en particular, las fuerzas policiales, ya sea aportando
dinero para la compra de gasolinas, complementando el sueldo con horas extras de vigilancia
municipal o haciendo donaciones de equipos. De un modo u otro, el Municipio quedó
involucrado en el desarrollo de la política de seguridad, ahora vista como una política con gran
influencia sobre la calidad de vida de los vecinos. En esta etapa, los municipios quedaron
atrapados en un tipo de gasto improductivo. Los aportes de combustible para los patrulleros
rara vez se convertían en un patrullaje inteligente y orientado por problemas comunitarios,
cuando no era francamente malversado por las propias instituciones policiales. El poder del
municipio no aumentó significativamentepor estos aportes. La relación real de poder y manejo
de las fuerzas policiales siguió transitando los caminos más o menos oscuros de antes y la
afectación presupuestaria impidió en buena medida la generación de otro tipo de programas
específicamente municipales, mucho más orientados a la prevención de conflictos violentos,
por ejemplo.
Los municipios tienen cierta autonomía, es por ello que en el último tiempo se está
notando una mayor participación e involucramiento en las políticas de seguridad, obviamente
restringidas al área de su jurisdicción y competencia, debiendo acatar aquellas políticas de
índole provincial, cuando normativamente así se sea dispuesto.
La seguridad ciudadana entonces debe ser concebida como una política pública, tanto
para el poder provincial como municipal, entendiendo por ésta los lineamientos o cursos de
acción que definen las autoridades de los Estados para alcanzar un objetivo determinado, y
que contribuyen a crear o a transformar las condiciones en que se desarrollan las actividades
de los individuos o grupos que integran la sociedad, resguardando los derechos humanos,
según abordaremos en el tema siguiente, al referirnos a las POLÍTICAS PÚBLICAS.
TEMA 3:
Durante el desarrollo del presente tema, nos encontraremos con un fluido vocabulario
que intenta dar cuenta de diversas herramientas que el Estado utiliza para afrontar los
problemas que le plantea diariamente la ciudadanía. Será normal entonces, encontrarnos con
palabras tales como “política”; “política pública”: “agenda pública”; “agenda institucional”,
“procesos”, entre otras. La intención es aunar criterios sobre las interpretaciones técnicas que
le damos a cada vocablo, comprendiendo cabalmente que, aunque en apariencia algunos de
ellos pueden ser sinónimos, en realidad no lo son.
Así entonces, la política es entendida como actividad humana, como la práctica social
integradora por excelencia.
¿Qué entender por política pública? Joan Subirats (citado por Díaz, C.) distingue a las
políticas públicas como el producto de la acción del hombre. Así por ejemplo en el ámbito local
podemos referirnos a las políticas públicas de muchas maneras: “la política de obras públicas
del municipio de San Pedro de Jujuy”; “nuestra política es hacer de Humahuaca el corazón del
turismo en Jujuy”; “la política de cierre de los comedores comunitarios que funcionan en casas de
familia”; son todas expresiones que refieren a modos de actuar, es decir los “productos” de la
actividad humana.
Por un lado, controlar los riesgos y conflictos violentos y delictivos que lesionan los
derechos y las libertades (intervienen diferentes actores sociales y estatales)
Realizar intervenciones tendientes a reestructurar y modernizas las instituciones
que conforman el sistema de seguridad para hacerlas más efectivas y eficaces.
En este sentido, nos referimos cuando hablamos de “políticas” del gobierno provincial
en materia de seguridad pública, por ejemplo, cuando decimos: “la política de
descentralización de la Jefatura de Policía…”. Es decir, la asignación de medios y recursos a la
realización de ciertos productos, para generar algún efecto o impacto.
Podemos decir entonces que la ‘seguridad’ integra la agenda institucional, ya que nosolo
la comunidad la percibe como un problema, sino que forma parte de ese conjunto de asuntos
aceptados por este para ser considerados, tratados y solucionados. Aunque hay que tener
presente que no todos los problemas que hacen a la seguridad integraron la Agenda
Institucional, como en el caso de la Violencia de género que en épocas anteriores no formo
parte de la Agenda Institucional y consecuentemente no se llegó a materializar una Política
Publica al respecto.
El proceso de las políticas públicas tiene un carácter cíclico. El gobierno una vez
efectuada la intervención, mide los efectos de la misma sobre el problema y tras observar que
este ha concluido o permanece se pregunta si es necesario seguir actuando. En caso afirmativo
esto daría lugar a un nuevo proceso de formulación de alternativas. Los resultados de la
política retroalimentan el proceso.
Siguiendo a Tamayo Sáenz las fases del proceso de la política pública son:
En este carácter cíclico de las políticas, el gobierno mide los efectos de las mismas y
decide si es necesario seguir actuando. Si es necesario hacerlo, se reformulan las alternativas
y se miden los resultados que son los que retroalimentan el proceso.
En la Argentina, desde el 2003, la re/asunción por parte del Estado Nacional de sus
funciones de promover y garantizar, por medio de políticas públicas activas, los derechos
sociales de los ciudadanos se evidenció también en materia de seguridad ciudadana.
Análisis: En la Provincia de Jujuy mediante el Decreto N° 78-MS/2015 (Expte. N° 1400-77/2016)- San Salvador de
Jujuy (11 de Diciembre del 2015) con promulgación en el Boletín Oficial N° 90 del 12 de Agosto del año 2016, se creó el
Ministerio de Seguridad. La decisión de crear este organismo refleja la voluntad de orientar y conducir los procesos necesarios
para la transformación del Estado, con el fin de consolidar estructuras de gobierno y políticas públicas.
Se entiende que esta decisión busca jerarquizar la política de seguridad a rango ministerial y gobernar plenamente la
totalidad de las agencias provinciales involucradas en la gestión de la materia. Ello implica la reorganización y articulación
de la administración pública desde una mirada multiagencial y la promoción de políticas de seguridad interjurisdiccionales
que, a través de una gestión orientada a resultados, sea tan eficaz como democrática.
MISION: Garantizar a todos los habitantes del territorio provincial las condiciones públicas para el goce de los
derechos de las personas, referidas a la inseguridad psicofísica, la libertad ambulatoria y la propiedad privada. Ejecutar y
controlar el cumplimiento de las políticas de seguridad pública, ordenadas por el Gobernador de la Provincia.
FINALIDAD: Compete al Ministerio de Seguridad asistir al Gobernador de la Provincia en todo lo inherente a la
planificación, organización, coordinación, ejecución y control de las políticas provinciales de seguridad publica al servicio de
la comunidad, asegurando la preservación de la tranquilidad, el orden público y el respeto por los bienes y derechos
fundamentales de los habitantes de la Provincia.
FUNCION: En particular corresponde al Ministerio de Seguridad:
1. Determinar, formular y ejecutar las políticas, programas y proyectos en materia de seguridad ciudadana, en articulación con otros
sectores del gobierno, con los municipios, con organizaciones barriales y con la sociedad civil.
2. Entender en la organización y régimen de la Policía de la Provincia de Jujuy, programando las modificaciones que resulten
necesarias para la implementación de la política provincial que en materia de seguridad pública se disponga.
3. Entender en el ejercicio del poder de policía de seguridad para el mantenimiento del orden público y la paz social.
4. La proposición de los nombramientos en los cargos de la Policía de la Provincia y de la Dirección General del Servicio Penitenciario
y su distribución de acuerdo con el planeamiento en la materia.
5. Elaborar y llevar adelante programas para la prevención de delitos, a través de la implementación de nuevas tecnologías, como así
también fomentando, en coordinación con los demás ministerios, la participación ciudadana y la cooperación de instituciones tanto
públicas como privadas.
6. Planificar y poner en ejecución, a través de la Agencia Provincial de delitos complejos las medidas vinculadas a la lucha contra el
narcotráfico, en articulación con las políticas y organismos nacionales.
7. Entender en la prestación, funcionamiento y control del Servicio Penitenciario Provincial, como también adaptarlo a la legislación
vigente, en busca de su perfeccionamiento y modernización, para el logro de la readaptación social de los condenados.
8. Adoptar las medidas necesarias atinentes a la formación y capacitación del personal de las fuerzas policiales, disponiendo as
modificaciones necesarias a los reglamentos respectivos.
9. Adoptar las medidas necesarias para el incremento y mejora de la infraestructura y equipamiento de dichas fuerzas.
10. Planificar, ejecutar y controlar las tareas de inteligencia y análisis de información conducentes a la prevención y represión delictual.
11. Planificar, ejecutar y controlen articulación con la Nación y los Municipios, las políticas y planes específicos en materia de
seguridad vial, con el objeto de prevenir accidentes de transito
12. Elaboración y dirección de programas para la prevención de catástrofes, organizando sistema de Defensa Civil provincial, y
actuando en coordinación y colaboración con otros organismos nacionales, provinciales, municipales y de la sociedad civil.
13. Habilitar, regular y controlar la constitución y funcionamiento de las empresas privadas de vigilancia.
El área institucional refiere a la capacidad operativa del aparato estatal para cumplir
con sus obligaciones. Específicamente, se relaciona con la asignación eficiente de recursos
humanos y materiales a los organismos de gobierno que entienden en seguridad ciudadana: al
Poder Judicial, al Ministerio Público Fiscal, a las fuerzas de seguridad y al sistema
penitenciario. En este sentido, las estrategias institucionales son aquellas intervenciones
destinadas a reformar y modernizar el dispositivo institucional del sistema de seguridad
ciudadana, con el fin de resolver sus debilidades y adecuarlo al desarrollo eficiente de las
estrategias de control de la violencia y el delito.
http://jujuy.gob.ar/wp-content/uploads/sites/37/2020/01/DECRETO-366.pdf
MODULO: SEGURIDAD CIUDADANA Página 36
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http://boletinoficial.jujuy.gob.ar/?p=53985#:~:text=ARTICULO%201.,Ley%20Nacion
al%20N%C2%B0%2024.660.
El área preventiva se ocupa de desarrollar políticas que van más allá de los ámbitos de
desempeño de las fuerzas de seguridad y del sistema judicial. Esta área interviene en las
acciones no punitivas que deben implementar múltiples agencias estatales en conjunto con
organizaciones de la sociedad civil, con el propósito de transformar los factores que provocan
condiciones favorables para el surgimiento y la reproducción del delito y la violencia. El deber
del Estado en esta área es actuar de manera integral, lo que conlleva la necesaria coordinación
de todos los actores involucrados en la implementación de estas intervenciones. Así pues, en
una política de seguridad ciudadana democrática, el rol de la prevención es central. Esto
significa dejar de lado los modos de pensar la seguridad que postulan la utilización intensiva
de los recursos policiales y el endurecimiento de las penas como métodos excluyentes para
lograr controlar el delito y la violencia.
TEMA 4
Diversos autores (Crawford, 1998; Garland, 2005; Sozzo, 2000; 2008) distinguen tres
tácticas alternativas de prevención del delito, tal como fueron desarrollándose en los distintos
países. Vale referirse a la prevención situacional-ambiental, la prevención social y la
prevención comunitaria. Una vez más, la distinción es analítica, pues estas estrategias de
intervención se mezclan en el terreno y se combinan de diversas maneras. Para abordarlas
aquí, se exponen sus características distintivas.
Ejemplos:
En el Parque Lineal Xibi-Xibi de la Ciudad de San Salvador de Jujuy en el año 2018 se instalaron 20
cámaras en toda la periferia del Parque Lineal Xibi-Xibi para el trabajo de prevención y seguridad.
Las cámaras serán monitoreadas las 24 horas, por personal del 911, desde la base que ya funciona
en el edificio de monitoreo de la Municipalidad de San Salvador de Jujuy. El objetivo principal es el
cuidado de las personas que disfrutan del amplio espacio que brinda el nuevo lugar, además de servir
como herramienta de prevención y seguridad en hechos delictivos, siniestros viales, y demás. Desde
el Ministerio de Seguridad a través de la Jefatura de Policía se implementan constantes operativos de
prevención basados en la presencia y la cercanía del efectivo policial en el lugar con recorridos
constantes del personal de Caballería, bicipolicías y cuatriciclos.
La prevención social surge de una idea central: ciertos delitos son el efecto de
determinadas condiciones socioeconómicas, culturales, e incluso vinculares. Partiendo de esta
noción la prevención social plantea como eje de intervención la modificación de esas
condiciones que son consideradas las causas de ciertos delitos. De este modo, esta estrategia
se orienta hacia aquellos que a priori define como potenciales infractores, en virtud de
determinadas condiciones en las que se encuentran. Centrado también en los delitos contra la
propiedad, en la concepción del problema de la seguridad, este enfoque define como
potenciales infractores a las poblaciones más empobrecidas. No apunta a sectores usualmente
implicados en otros tipos de delitos ni a las condiciones que los generarían.
prevención social se centra así en la identificación de dos factores (Sozzo, 2000) que entiende
como centrales: – de riesgo: aquellos que empujarían a ciertas poblaciones a cometer delitos,
aunque particularmente a las poblaciones de jóvenes, urbanos, pobres, inmigrantes, y –
protectivos: aquellos que pudieran revertir los factores de riesgo, generando el alejamiento de
esas poblaciones de la comisión de delitos, identificando también cuáles son los factores que
posibilitan a los jóvenes desistir en el inicio de una “carrera criminal”. En términos generales,
entre los factores de riesgo que identifican los programas de prevención social de distintos
países, están la pobreza, la exclusión, las condiciones de vida, la falta de inserción en el
sistema educativo, la edad en contextos de marginación, las dificultades vinculares, la escasa
integración cultural, entre otras variables.Entre los factores protectivos identificados por estas
estrategias, se incluyen recurrentemente: la capacitación laboral, la integración cultural, la
reinserción en el sistemaeducativo, la recreación, el apoyo psicológico-vincular, etcétera.
EJEMPLOS:
CONVENIO ENTRE EL MINISTERIO DE SEGURIDAD E INSTITUCIONES DEPORTIVAS
El Ministerio de Seguridad de Jujuy firmo en el año 2018 un convenio con la Fundación Espartanos y la Unión
Jujeña de Rugby para que esas instituciones brinden clases a los internos del Servicio Penitenciario de Jujuy.
Tiene como objetivo la práctica del deporte como forma de reinserción social para las personas que se
encuentran privadas de su libertad en las diferentes unidades penales para lograr con el trabajo deportivo y educativo
bajar el índice de reincidencia de los reclusos.
Se prevé la formación de un equipo de rugby integrado por los internos y la competición con los demás clubes
que practiquen ese deporte en la provincia en un torneo que los incluya. El convenio que cuenta con el apoyo del Banco
Macro incluye la creación de un campo de juego apto para la práctica de rugby dentro de las instalaciones del Servicio
Penitenciario. “El rugby es una forma de vida que enseña disciplina, lealtad y compañerismo. Las personas que lo
practican aprenden buenos valores. Nosotros cuando entramos a un penal dejamos de ver a los internos como presos
y los tratamos como jugadores” expreso el presidente de la fundación en el día de la firma del convenio.
“Me incentiva a hacer algo, salir y hacer deporte, me gustaría capacitarme y salir y seguir jugando en
algún club”, fueron las palabras de uno de los internos de la Unidad Penitenciaria N° 2 de Menores. Agencias
intervinientes: Mtrio. de, Servicio Penitenciario de Jujuy, Instituciones civiles y privadas.
BECAS PROG.R.ES.AR:El Programa de Respaldo a Estudiantes de Argentina es una beca del gobierno para
jóvenes que deseen iniciar o finalizar sus estudios, continuar una educación superior y/o realizar experiencias de
formación y capacitación laboral. Fue creada el año 2014 y continua vigente hasta la fecha. Esta in iciativa está
dirigida a jóvenes de 18 a 24 años que no tienen empleo, trabajan informalmente o perciben un salario menos al
mínimo, vital y móvil y su grupo familiar se encuentra en iguales condiciones. Además se prioriza grupos en
condiciones de vulnerabilidad como mujeres con hijos/as menores de 18 años que se encuentren a cargo de un
hogar monoparental, integrantes de las comunidades indígenas y/o pertenecientes a pueblos originarios, y
PREVENCIÓN COMUNITARIA
Como se mencionó antes, el Estado aparece ahora como un actor más de las políticas,
en este caso las del campo de la seguridad, junto a actores privados o de organizaciones no
gubernamentales y/o simplemente miembros de la comunidad. En los contextos actuales, la
idea de comunidad reemplaza muchas veces otras formas de concepción de conjuntos de
población, como fueron la nación, el pueblo, la sociedad. Al hablar de comunidad se hace
referencia a un conjunto no solo más pequeño de individuos, sino también a un tipo de
vinculación específica entre ellos (De Marinis, 2004). Esa vinculación se presume más
estrecha y ligada a una pertenencia común, con una cierta afinidad entre los miembros que
componen esa comunidad. En algunos casos, esa pertenencia común puede ser geográfica,
pero también religiosa, institucional, política, de intereses o valores compartidos, etcétera.
Concretamente, en materia de prevención del delito, la táctica comunitaria surge con fuerza
en Gran Bretaña en la década de 1970 y se expande instalándose como una forma
MODULO: SEGURIDAD CIUDADANA Página 43
INSTITUTO UNIVERSITARIO PROVINCIAL DE SEGURIDAD
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Recomendaciones
policiales para la
Sugerencias prevención
vecinales Contacto
directo
sobre
vecino-
operativos
policia
policiales
Las reuniones de
Supervisión Seguridad Carácter
del accionar
aperturista
policial
Peticiones
Construcción
vecinales que
comunitaria
exceden la
de seguridad
labor policial
Bibliografía
Binder, Alberto M., “El control de la criminalidad en una sociedad democrática. Ideas
para una discusión conceptual”, en Kessler, Gabriel (comp.), Seguridad y Ciudadanía.
Nuevos paradigmas, reforma policial y políticas innovadoras, Edhasa, Buenos Aires,
2009.
Oszlak, Oscar y O´Donnell, Guillermo, “Estado y Políticas Estatales en América Latina:
hacia una estrategia de investigación”. CEDES, Buenos Aires, 1981.
Rangugni, Victoria, La Seguridad Ciudadana. Universidad Nacional de Lanus y Consejo
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Wacquant, Loïc, Las cárceles de la miseria, Manantial, Buenos Aires, 1999.
Zaffaroni, Raul E., “Estado y seguridad pública: algunas consideraciones básicas”, en
Cuadernos de Seguridad N° 14 INSTITUTO Nacional de Estudios Estratégicos de la
Seguridad – Ministerio de Seguridad – Presidencia de la Nación, 2011. Disponible en
www.minseg.gob.ar