Está en la página 1de 3

Clasismo: Camino al fracaso

Agustin Paredes
El clasismo, la Real Academia Española
(RAE) lo define como: “Actitud o tendencia de
quien defiende las diferencias de clase y la
discriminación por ese motivo.”. Estas
“tendencias” siguen vigentes en nuestra
sociedad y forman parte acérrima de la cultura
chilena, que sin duda tiene tendencias racistas
y clasistas que se ven reflejadas en diversos
ámbitos; Apellido, comuna, universidad,
colegio, entre otros. Como lo profundizaremos
más adelante en este artículo, el clasismo es
una mentalidad retrógrada y que
lamentablemente significa una guía al fracaso.

Oscar contardo, en su libro “siútico”,


publicado el 2008, en el cual analiza la cultura
chilena, afirma lo siguiente: “Como el estatus ya
está dado por los genes, el apellido y la tierra,
en un universo en donde todos se conocen, los
demás signos materiales de alcurnia se
consideran accesorios, innecesarios.”.
Básicamente la analogía que realiza el autor es
que la estatus no se hace, ni se consigue a lo largo del tiempo , sino que estará
determinado por una serie de factores que están dados al nacer, asumiendo así una
movilidad social prácticamente nula. Apreciando así de mejor manera esa “riqueza antigua”,
dada por estigmas sociales, apellidos o tierras.

Pues no es lo mismo tener dinero, que tener clase, o pertenecer a la élite, puedes tener
un gran poder adquisitivo, conseguido, sin duda, en base a mérito propio, puedes ascender
de clase económica, pero socialmente el escenario es distinto, es de esta manera que se
empezó a construir un nuevo término, el “New Rich”, estamos hablando de aquellos
individuos que consiguieron una llamada “fortuna rápida” y consiguieron integrarse,
económicamente, entre los segmentos más altos de nuestro país. El ex candidato
presidencial Ignacio Briones (2018) habla de ellos, y dice lo siguiente: “También desde el
púlpito de cierta élite tradicional, como más de alguna vez me ha tocado ser testigo. Bajo su
prisma, el nuevo rico … es mirado con cierta sospecha, cuando no con clasista desdén.”
Además en su columna, agrega que esta mentalidad son propias de un país sin futuro, y
que tarde o temprano, nos pasará la cuenta; “Llevado al extremo, ningunear al nuevo rico y
reivindicar poco más que la fortuna histórica, implica que, en lugar de ensalzar el
emprendimiento y la creación de riqueza, lo destacable sería ser rentista. Pero un país
anclado en tal premisa, lo sabemos, estaría simplemente destinado al fracaso.”

En Santiago el clasismo se ve expresado en una frontera invisible, pero que para


cualquier chileno es más bien una división entre 2 mundos, entre 2 formas distintas de vivir
y 2 tipos de personas, las estadísticas hablan por sí solas, y es que en un estudio realizado
por la Universidad Católica en 2019 se concluyó que estas diferencias abarcan también las
expectativas de vida; “Mujeres del sector oriente de Santiago viven hasta 18 años más que
las que viven en el sector poniente”.
El sector oriente de la capital, como es de público conocimiento y los números lo
demuestran (Imagen 1), es una zona privilegiada, de mayor ingresos y satisfacción. Pero
también es una zona en la cual se han visto más conductas discriminatorias y clasistas en el
último tiempo. Uno de los ejemplos más claros de lo anterior tiene lugar durante el
desarrollo del estallido social, instancia en la cual tal como nos cuenta el Desconcierto
(2019), durante manifestaciones en el Portal La Dehesa, cuna del sector oriente de
Santiago, “un hombre habría gritado “Ándate a tu población de mierda, roto
conchetumadre”. ¿Por qué este tipo de acusaciones, se dan precisamente en este lugar?

Durante 2019 una de las principales demandas de la población eran precisamente las
brechas salariales y desigualdad económica que se vivían en nuestro país, ¿Porque el
sujeto entonces, asume que aquellos manifestándose en un mall “prestigioso”, deben ser de
alguna “población de mierda”? ¿Acaso aquellos con un mayor poder adquisitivo, no pueden
manifestarse en busca de una menor desigualdad en términos salariales y económicos? Un
país en donde se juzga a las personas, sus opiniones y acciones, dependiendo del estatus
social, lugar donde se vive y apellido de los padres, es un país destinado al fracaso.

Como lo he mencionado anteriormente en esta columna, el apellido es un factor


sumamente determinante en la sociedad chilena, y para algunas personas definirá el trato
que tendrán contigo. Este elemento también fue analizado en el libro “Siútico”, en el cual se
dice: “Porque un Vial no será nunca,
jamás, lo mismo que un Vidal. hay
Vidales que matarian por ser Viales,
pero ¿habrá Viales que quisieran ser
Vidales? ¿O García-Huidobros que
eliminen el Huidobro para ahorrar
energías y espacio en la firma?” Estas
diferencias, que para alguien que
desconozca de la situación Chilena
podrían parecer absurdas, en realidad
siguen presentes en nuestra sociedad
y hablan una vez más de tendencias
discriminatorias y clasistas.

En 2019, un estudio Cadem, comparó la percepción de clase social según distintos


nombres, en este el sujeto llamado Matias Errazuriz era percibido por más de un 90% de los
encuestados, como alguien de clase media alta y alta, en cambio Ivan Melinao, cuyo
apellido es de origen mapuche, fue percibido en gran parte (67%) como alguien de clase
media baja y baja.

Todos estos factores suman y son claves en el destino de la sociedad Chilena, para
avanzar hacia una sociedad más igualitaria en términos de oportunidades, lo primero que
debemos hacer es dejar atrás todo los elementos señalados en este artículo, que, en caso
de seguir vigentes, no serán más, que una vía directa al fracaso.

También podría gustarte