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Por ejemplo, si este mes nuestra organización pretende vender 15.000 productos, y
finalmente vende 13.524 unidades podemos definir a nuestro KPI "Cumplimiento
de Ventas (CV)" como:
También es habitual para medir desempeño en términos de tiempo. Si, por ejemplo,
deseamos conocer el grado de cumplimiento de los plazos de pago de los clientes se
puede definir el KPI "Mora en pagos (MP)" como:
El secreto en la correcta utilización de los KPIs es determinar cuáles son los indicadores
que reflejen con mayor fidelidad el desempeño de los procesos, sin abusar de la
cantidad. Pueden ser por ejemplo 5, 8 o 10. Más de 10 hace muy engorroso el análisis y
confunde a la hora de tomar decisiones.
SMART
Specific (Específico): el KPI debe ser específico, es decir, debe estar bien
acotado y su interpretación debe ser objetiva y sin ambigüedades.
Measurable (Medible): todo KPI debe poder medirse para que pueda ser
intercomparable. Por esta razón, debemos encontrar la manera de cuantificarlo
de manera única.
Achievable (Alcanzable): no deben definirse valores esperados de manera
utópica. Dadas determinadas condiciones de rendimiento, todo KPI debería ser
lograble en la práctica.
Relevant (Relevante): un KPI es un indicador clave, no cualquier indicador.
Debe ser representativo y crítico para el proceso que se está analizando.
Timely (Temporal): todo KPI debe poder medirse en el tiempo, es decir, debe
estar disponible cuando se lo requiera bajo las mismas condiciones. Se debe
destacar aquí que un KPI no sólo debe estar disponible en el tiempo sino que
debe estar disponible a tiempo. Sólo así podremos tomar medidas efectivas. La
frecuencia de lectura del indicador también es importante.