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Meta 1.5.

Zygmunt Bauman

La modernidad en sí misma es un fenómeno cultural de transformación, una


nueva era de individuos, sociedades y construcción de la realidad, un
evento basado en las ideas de la Ilustración. En el protestantismo del siglo
XV les dio a las personas la autonomía y la creencia en lo que tenían que
elegir, aprender y que fortaleció su razonamiento, que dio paso a la
exploración y descubrimiento de nuevos mundos, que permitió el desarrollo
de la sociedad en todos los sentidos.

Desde antes, la mayor parte de la sociedad occidental encontró fuertes


raíces culturales arraigadas en su pueblo, estaba entonces lejos de la nueva
era que se despuntaba en Europa. Como consecuencia de las nuevas
corrientes ideológicas, trajeron consigo la necesidad de explorar nuevos
mundos, y esta curiosidad provocó el descubrimiento de América, y por
tanto nuevas culturas y la interferencia con las ya existentes, difícilmente se
produciría este mestizaje. Un sentimiento amistoso desde la colonización
proceso de constricciones ideológicas y culturales.

Con especial referencia a México, con la llegada de los españoles, las


culturas indígenas establecidas en el territorio mexicano, acompañadas de
cierto rechazo a las costumbres externas, junto con la determinación de no
abandonar las propias, se tornaron hostiles. Los pioneros comienzan una
conexión muy especial entre la cultura y la introducción de nuevas formas
de pensar que allanan el camino para el proceso de modernización de
México, pero ¿por qué decir que el proceso fue heterogéneo?, es decir, que
la cultura europea no se ha introducido plenamente en la nuestra, porque
aún conservamos un elemento propio, una especie de hibridación que nos
permite autorregularnos y mantener un orden social que nos permite
adaptarnos a ambas culturas.

Esta lectura la relaciono mucho con el pensamiento de Norbert Elías, sobre


el proceso de des-civilización que estamos cruzando, alejándonos de los
cambios que posibilitan el progreso económico y político, pero al mismo
tiempo, el desarrollo sociocultural que desemboca en la desigualdad que
hoy vivimos. El equilibrio entre interior y exterior, la interdependencia de la
modernidad, eso lo podemos usar en el México de hoy. En México, los
ciudadanos estamos reñidos entre la persistencia de la dinámica del sistema
y nuestros ideales. Entonces, como el país va progresando, nosotros nos
oponemos. Debemos ejercer el autocontrol para no desequilibrarnos, este
sometimiento conduce a la desigualdad, pero debemos estar advertidos.

La modernidad también, como lo decía Zygmunt Bauman, proceso de


movimiento continuo, una “era de lo instantáneo”, concepto que
caracteriza a la modernidad como inestable y cambiante, lo que ayuda a
comprender los cambios sociales resultantes.

La modernidad nos ha llevado a una sociedad trabajadora y de consumo,


pero la desigualdad sigue siendo rampante, el cambio cultural y político
sigue siendo incompleto, la distribución desigual de la riqueza, existen
diferencias en la concentración de los recursos y los aspectos económicos
están dominados por factores externos. Los factores están conduciendo a
una mayor exclusión y pobreza dentro del país, lo que a su vez conduce al
estancamiento social.

Una de las características de la modernidad es su fluidez, en palabras más


concretas, término acuñado a Baumann, con el cual explicaba el
entretenimiento y los factores que causan la modernidad, con respecto a su
fuerza utilizaba metafóricamente los términos “líquidos” y “sólidos” para
tratar al flujo moderno, los “líquidos” como aspectos de aventura y los
“sólidos” como las barreras que había que romperse para dar simulación a
los “líquidos”. sí lo interiorizamos a la efectividad social mexicana podemos
hablar que los “líquidos” son los procesos modernos provenientes del
exterior, los cuales permitieron el granazón económico y político que dieron
variedad de cambios que influyeron en la reconstrucción de las instituciones
sociales partida individuales como colectivas, y los sólidos son las lealtades
tradicionalistas, que aún conservamos, sin embargo que tal parece resultan
ser una ambivalencia en la modernidad, ya que producen ventajas y
desventajas.

De esto podemos concluir que la modernidad en México es un proceso que


no está del todo asentado. Esto se debe a que nuestras raíces culturales
están tan profundamente arraigadas que representan una barrera para el
cambio en el mundo exterior. Hoy, lo que la modernidad no permite es la
desigualdad social. Fundada para transformar la sociedad mexicana y sus
instituciones sociales.

Finalmente, Bauman enfatiza que inmersos en una sociedad líquida, solo


podemos esperar un cambio, por mucho tiempo. No podemos cambiar en
unos años lo que ha sucedido durante siglos. Sin embargo, todavía tenemos
que esperar. Pero cabe señalar que la búsqueda de la identidad es, para
nuestro autor, una lucha constante por detener el flujo. La percepción de la
identidad desde el exterior capta nuestra atención, nos atrae, queremos
perseguirla, de una manera que nos permita no volvernos demasiado
dependientes de una sociedad de consumo. Sin embargo, estando en ella,
teniéndola, se nos aparecerá como algo ficticio, volátil, por eso siempre nos
gusta volver al escenario de una sociedad de consumo y sólida.

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