La modernidad en sí misma es un fenómeno cultural de transformación, una
nueva era de individuos, sociedades y construcción de la realidad, un evento basado en las ideas de la Ilustración. En el protestantismo del siglo XV les dio a las personas la autonomía y la creencia en lo que tenían que elegir, aprender y que fortaleció su razonamiento, que dio paso a la exploración y descubrimiento de nuevos mundos, que permitió el desarrollo de la sociedad en todos los sentidos.
Desde antes, la mayor parte de la sociedad occidental encontró fuertes
raíces culturales arraigadas en su pueblo, estaba entonces lejos de la nueva era que se despuntaba en Europa. Como consecuencia de las nuevas corrientes ideológicas, trajeron consigo la necesidad de explorar nuevos mundos, y esta curiosidad provocó el descubrimiento de América, y por tanto nuevas culturas y la interferencia con las ya existentes, difícilmente se produciría este mestizaje. Un sentimiento amistoso desde la colonización proceso de constricciones ideológicas y culturales.
Con especial referencia a México, con la llegada de los españoles, las
culturas indígenas establecidas en el territorio mexicano, acompañadas de cierto rechazo a las costumbres externas, junto con la determinación de no abandonar las propias, se tornaron hostiles. Los pioneros comienzan una conexión muy especial entre la cultura y la introducción de nuevas formas de pensar que allanan el camino para el proceso de modernización de México, pero ¿por qué decir que el proceso fue heterogéneo?, es decir, que la cultura europea no se ha introducido plenamente en la nuestra, porque aún conservamos un elemento propio, una especie de hibridación que nos permite autorregularnos y mantener un orden social que nos permite adaptarnos a ambas culturas.
Esta lectura la relaciono mucho con el pensamiento de Norbert Elías, sobre
el proceso de des-civilización que estamos cruzando, alejándonos de los cambios que posibilitan el progreso económico y político, pero al mismo tiempo, el desarrollo sociocultural que desemboca en la desigualdad que hoy vivimos. El equilibrio entre interior y exterior, la interdependencia de la modernidad, eso lo podemos usar en el México de hoy. En México, los ciudadanos estamos reñidos entre la persistencia de la dinámica del sistema y nuestros ideales. Entonces, como el país va progresando, nosotros nos oponemos. Debemos ejercer el autocontrol para no desequilibrarnos, este sometimiento conduce a la desigualdad, pero debemos estar advertidos.
La modernidad también, como lo decía Zygmunt Bauman, proceso de
movimiento continuo, una “era de lo instantáneo”, concepto que caracteriza a la modernidad como inestable y cambiante, lo que ayuda a comprender los cambios sociales resultantes.
La modernidad nos ha llevado a una sociedad trabajadora y de consumo,
pero la desigualdad sigue siendo rampante, el cambio cultural y político sigue siendo incompleto, la distribución desigual de la riqueza, existen diferencias en la concentración de los recursos y los aspectos económicos están dominados por factores externos. Los factores están conduciendo a una mayor exclusión y pobreza dentro del país, lo que a su vez conduce al estancamiento social.
Una de las características de la modernidad es su fluidez, en palabras más
concretas, término acuñado a Baumann, con el cual explicaba el entretenimiento y los factores que causan la modernidad, con respecto a su fuerza utilizaba metafóricamente los términos “líquidos” y “sólidos” para tratar al flujo moderno, los “líquidos” como aspectos de aventura y los “sólidos” como las barreras que había que romperse para dar simulación a los “líquidos”. sí lo interiorizamos a la efectividad social mexicana podemos hablar que los “líquidos” son los procesos modernos provenientes del exterior, los cuales permitieron el granazón económico y político que dieron variedad de cambios que influyeron en la reconstrucción de las instituciones sociales partida individuales como colectivas, y los sólidos son las lealtades tradicionalistas, que aún conservamos, sin embargo que tal parece resultan ser una ambivalencia en la modernidad, ya que producen ventajas y desventajas.
De esto podemos concluir que la modernidad en México es un proceso que
no está del todo asentado. Esto se debe a que nuestras raíces culturales están tan profundamente arraigadas que representan una barrera para el cambio en el mundo exterior. Hoy, lo que la modernidad no permite es la desigualdad social. Fundada para transformar la sociedad mexicana y sus instituciones sociales.
Finalmente, Bauman enfatiza que inmersos en una sociedad líquida, solo
podemos esperar un cambio, por mucho tiempo. No podemos cambiar en unos años lo que ha sucedido durante siglos. Sin embargo, todavía tenemos que esperar. Pero cabe señalar que la búsqueda de la identidad es, para nuestro autor, una lucha constante por detener el flujo. La percepción de la identidad desde el exterior capta nuestra atención, nos atrae, queremos perseguirla, de una manera que nos permita no volvernos demasiado dependientes de una sociedad de consumo. Sin embargo, estando en ella, teniéndola, se nos aparecerá como algo ficticio, volátil, por eso siempre nos gusta volver al escenario de una sociedad de consumo y sólida.