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CUESTIONARIO EN ECLESIOLOGIA

1. ¿Explicar los factores que prepararon la eclesiología del Concilio Vaticano II?

Los factores que prepararon la eclesiología del Concilio Vaticano II son según la reflexión eclesiológica
un doble descentramiento que la sacara del eclesiocentrismo y jerarcología y la orientara hacia un nuevo
re-centramiento, por lo tanto, se necesitaba:
1) salir del planteamiento societario, es decir, una Iglesia en paralelo con las sociedades civiles,
para poder insertarla en el entero evento salvífico. Será el misterio de la Iglesia el que abre el
horizonte y el sentido de la misión.

2) dejar de girar en torno a la jerarquía para reencontrarse en comunión de todos los bautizados,
enriquecida con los dones, carismas y ministerios de cada uno de ellos. Conjuntamente, este
desarrollo ha sido posible por la confluencia de factores diversos, como:

a) El movimiento litúrgico. Ayudo a descubrir que todos los bautizados eran partícipes
en el misterio celebrado por la Iglesia.

b) favoreciendo una espiritualidad Cristo céntrica.

c) En una sociedad que tendía al anonimato, resurgía la nostalgia del espíritu


comunitario y la Iglesia se presentaba como ámbito privilegiado.

d) La necesidad de situar la fe cristiana en la sociedad y de hacer presente a la Iglesia en


ambientes descristianizados exigía la revalorización del laicado.

e) El resurgir de los estudios bíblicos y su inserción en la eclesiología.

f) El florecimiento de la patrística aportó nuevos y fundamentales temas a la eclesiología.

g) Las nuevas situaciones históricas en que se encontraba la Iglesia contenían


repercusiones y desafíos eclesiológicos de notable alcance: el ámbito ecuménico que se
iba creando, las experiencias misioneras y las urgencias evangelizadoras.

Todos estos factores confluyeron en el Concilio Vaticano II, que legitimó el cambio eclesiológico
necesario. Y en este sentido se puede afirmar que clausuró la época de la contrarreforma.

2. ¿Cuáles son los rasgos y ejes más significativos de la eclesiología conciliar y postconciliar?

Ejes y rasgos de la eclesiología conciliar.


a) La Iglesia presentada como misterio de salvación.
b) La centralidad de la categoría bíblica de Pueblo de Dios y el llamamiento universal a la santidad.
c) El reconocimiento de las Iglesias particulares y del colegio episcopal.
d) La importancia de la historia frente a la escatología.
e) Reconocimiento y diálogo cordial con las confesiones cristianas, realidades mundanas y seculares y
religiones no cristianas.

Ejes y rasgos de la eclesiología post-conciliar.


a) Las diversas imágenes de la Iglesia.
b) La catolicidad de las Iglesias particulares.
c) La colegialidad de los obispos provinciales.
d) Las corresponsabilidades y participación de los laicos en la Iglesia.
e) La nueva actitud y cooperación de la Iglesia en otras realidades del mundo.
f) La centralidad de Jesús.
g) Redescubrimiento de los orígenes de la Iglesia volviendo a sus fuentes.
h) Desarrollo de las pequeñas comunidades de base.
i) Modos nuevos y diversificados de presencia eclesial en el mundo.

3. ¿Explicar, de manera sintética, las cinco imágenes de la Iglesia propuestas en la Const. dogmática Lumen
Gentium (fundamentación bíblica, patrística y teológica)? ((Explicar))

Las cinco imágenes de la Iglesia propuestas en la Constitución dogmática Lumen Gentium son:

• Redil: cuya única y obligada puerta es Cristo (Jn 10, 1-10). Es también una grey, cuyo Pastor será el
mismo Dios, según las profecías (Cf. Is 40, 11; Ez 34, 11ss), y cuyas ovejas aunque aparezcan
conducidas por pastores humanos, son guiadas y nutridas constantemente por el mismo Cristo, buen
Pastor, y jefe rabadán de pastores (Cf. Jn 10, 11; 1 Pe 5, 4), que dio su vida por las ovejas (Cf. Jn 10, 11-
16).

• Campo: En este campo crece el vetusto olivo, cuya santa raíz fueron los patriarcas en la cual se efectuó
y concluirá la reconciliación de los judíos y de los gentiles (Rom 11, 13-26). El celestial Agricultor la
plantó como viña elegida (Mt 21, 33-43; Cf. Is 5, 1ss). La verdadera vid es Cristo, que comunica la savia
y la fecundidad a los sarmientos, es decir, a nosotros, que estamos vinculados a El por medio de la
Iglesia y sin El nada podemos hacer (Jn 15, 1-5).

• Edificación: El mismo Señor se comparó a la piedra rechazada por los constructores, pero que fue
puesta como piedra angular (Mt 21, 42; Cf. Hch 4, 11; 1 Pe 2, 7; Sal 177, 22). Sobre aquel fundamento
levantan los apóstoles la Iglesia (Cf. 1 Cor 3, 11) y de él recibe firmeza y cohesión. A esta edificación se
le dan diversos nombres: casa de Dios (1 Tim 3, 15), en que habita su "familia", habitación de Dios en el
Espíritu (Ef., 2,19-22), tienda de Dios con los hombres (Ap., 21,3) y, sobre todo, "templo" santo, que los
Santos Padres celebran representado en los santuarios de piedra, y en la liturgia se compara justamente a
la ciudad santa, la nueva Jerusalén. Porque en ella somos ordenados en la tierra como piedras vivas (1 Pe
2, 5).

• Jerusalén de arriba y madre nuestra: se representa como la inmaculada "esposa" del Cordero
inmaculado (Ap 19, 1; 21, 2.9; 22, 17), a la que Cristo "amó y se entregó por ella, para santificarla" (Ef
5, 26), la unió consigo con alianza indisoluble y sin cesar la "alimenta y abriga" (Cf. Ef 5, 24), a la que,
por fin, enriqueció para siempre con tesoros celestiales, para que podamos comprender la caridad de
Dios y de Cristo para con nosotros que supera toda ciencia (Cf. Ef 3, 19). Pero mientras la Iglesia
peregrina en esta tierra lejos del Señor (Cf. 2 Cor 5, 6), se considera como desterrada, de forma que
busca y piensa las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios, donde la vida de la
Iglesia está escondida con Cristo en Dios hasta que se manifieste gloriosa con su Esposo (Cf. Col 3, 1-
4).

4. ¿Explicar el sentido teológico de la Iglesia como Pueblo de Dios?

a) La Iglesia debe ser vista en la clave de discontinuidad-continuidad del A.T y N.T.


b) La Iglesia se concibe trinitariamente.
c) Se destaca la dimensión comunitaria y de asamblea.
d) Hay igualdad en la confesionalidad de fe en Jesús y diversidad en cuanto el servicio a su misión.
e) La Iglesia peregrina se equipara a los demás pueblos, y por esto no puede estar ajena a las
preocupaciones por la existencia colectiva de los pueblos.
f) La Iglesia es figura escatológica de lo pleno y definitivo.
g) Aparece la figura del ecumenismo, para buscar la unidad entre los demás pueblos.
h) Hay un vínculo espiritual estrecho con el pueblo del A.T y sus promesas.

5. ¿Explicar teológicamente en qué sentido Jesús es el Fundador de la Iglesia?

Teológicamente Jesús es el fundador de la Iglesia en el sentido de que la vinculación de la Iglesia con


Jesús constituye una de las cuestiones decisivas de la eclesiología. Sin esa vinculación difícilmente se
puede afirmar que la Iglesia está enraizada en la misión del Hijo, aparecería como algo extrínseco o
ajeno a ella. Si no se establece la acción real de Jesús en el origen histórico de la Iglesia, tampoco se
podrá garantizar su presencia y su acción posterior en ella.

Por otra parte, se reconoce la importancia de la Pascua y la necesidad de tener en cuenta todo el
acontecimiento de Cristo para entender la fundación de la Iglesia. Además, la posición católica debe
estructurarse, en torno a dos ejes: a) la existencia en la intención y en la actuación de Jesús de actos
eclesiológicamente relevantes. b) existe una continuidad histórica entre la Iglesia que se manifestó en
Pentecostés, la comunidad reunida en el cenáculo de Jerusalén y el grupo de discípulos que Jesús reunió
en torno a sí.

La Comisión Teológica Internacional explica que:


a) La vida de Jesús atestigua la conciencia de su relación filial con el Padre, de ser el Hijo único,
y por ello conoce y acepta el fin de su misión, que implica la entrega de su vida en favor de la
salvación de los hombres. b) Para realizar su misión quiso reunir a los hombres, llevando a cabo
una serie de actos cuya interpretación, en su conjunto, no puede ser más que la preparación de la
Iglesia.
c) Por tanto, hay que afirmar que Jesús quiso fundar la Iglesia, lo cual no significa que
estableciera todos sus aspectos institucionales, pero sí que dotó a la comunidad de una estructura
que permanecerá hasta el cumplimiento del Reino definitivo.
d) Aunque no se puede concentrar su intención en una palabra o en un hecho, hay que reconocer
como eclesiológicamente relevantes una serie de elementos preparatorios, de actos estructurantes,
de etapas progresivas que conducen a la Iglesia.

De igual modo, Jesús hereda y asume las promesas veterotestamentarias referentes al pueblo de Dios y a
una nueva alianza. La predicación del Reino de Dios sintetiza el sueño de Dios en favor de los hombres,
que queda sintetizado en su persona y en su misión. Los destinatarios eran todos los miembros del
pueblo de Israel en su conjunto, pero no simplemente para que recuperaran su vocación originaria, sino
para que creyeran en él y le siguieran. La cruz, en cuanto entrega consciente y generosa de la propia vida
por la salvación de todos, abre el paso a la reconstitución de la comunidad, dotada ya de los dones
escatológicos, especialmente del Espíritu Santo.

6. ¿En qué sentido el Espíritu Santo es también cofundador de la Iglesia?

El sentido de que el E.S. es cofundador de la Iglesia está en que éste continúa la misión del Hijo (la
salvación), la cual encomendó y confió a los apóstoles al enviarlos. Este Espíritu es el mismo del Señor,
pero ha sido enviado en el momento de su glorificación, manifestado plenamente en el acontecimiento
de Pentecostés.

7. ¿Explicar teológicamente cómo la Iglesia es sacramento de la comunión?


La Iglesia es teológicamente sacramento de la comunión en cuanto que es un concepto que debe ser
entendido teológicamente a la luz de los datos de la revelación. Esta designación de la Iglesia como
sacramento se ha ido abriendo camino en la teología. Por ello, la eclesiología debe basarse sobre la
teología trinitaria si quiere ser una eclesiología de comunión. En este sentido, la Iglesia vive de, en y
para la comunión que la santa Trinidad establece en el seno de la historia. Desde este punto de vista, la
Iglesia es, la presencia pública, de la acogida humana del don de Dios. Por ello, la Iglesia puede ser
considerada sacramento de la comunión del Dios trinitario: porque se hace presente como Pueblo de
Dios, Cuerpo de Cristo y Templo del Espíritu.

La teología reciente, bebiendo de las fuentes patrísticas, fue ampliando la comprensión de lo sacramental
convirtiéndolo en clave de lectura de la historia de la salvación y de la realidad. De este modo, Cristo
puede ser llamado “sacramento de Dios”, del mismo modo la Iglesia es para nosotros sacramento de
Cristo, ya que lo representa en toda la fuerza originaria de la palabra, nos regala su actualidad verdadera
y lo prolonga a él mismo.

El Vaticano II en LG 1, 48,59; presenta a la Iglesia como sacramento universal de salvación, sacramento


de la unidad del género humano, sacramento de la unión íntima con Dios; el misterio o plan de salvación
de Dios. Por otra parte, la Constitución dogmática sobre la Iglesia presenta como “luz de los pueblos” a
Cristo que resplandece en el rostro de la Iglesia. Y en el período postconciliar esta perspectiva adquirió
cierto relieve porque permitía integrar o armonizar aspectos diversos de la Iglesia y porque abría nuevas
posibilidades a la sacramentología.

8. ¿Cuáles son las distintas dimensiones de la comunión en la Iglesia?

1. El punto de referencia en la comunión es la adhesión a Jesús.


2. Una misma es la misión, la cual parte de la unidad trinitaria.
3. A través del Bautismo y de la Eucaristía se adhieren plenamente los cristianos al misterio trinitario
de la salvación.
4. Se presentan dos dimensiones: la vertical, que implica la sacramentalidad y la horizontal, como
consecuencia de la vertical, es la apertura fraterna a los hermanos.
5. La base de la eclesiología neo-testamentaria es la koinonía.
6. La Iglesia como misterio de comunión se hace presente y se realiza en la asamblea litúrgica y de
manera excelente en la eucaristía.
7. La koinonía tiene unas acciones eclesiales concretas (gestos y actitudes): el amor a los hermanos, la
comunión de bienes y el servicio a la comunidad.
8. Tensión escatológica: Apunta a que Dios reunirá a todos, y lo será todo en todos. La Iglesia actúa de
esta manera, preparando este momento.
9. La comunión se abre a la misión universal y a la responsabilidad humana histórica, a partir del
testimonio y del anuncio de la Palabra.

9. ¿Explicar cuáles son los presupuestos y los elementos constitutivos da teología de la Iglesia particular?

Los presupuestos y elementos constitutivos de la teología de la Iglesia particular son en un doble


presupuesto, ante todo el dato de los neotestamentarios que imponen la evidencia de que la experiencia
de la Iglesia en un lugar es directa, inmediata y primaria. Asimismo, aparece con nitidez en el más
antiguo escrito del Nuevo Testamento (1 Tes 1,1; 2,14). Ekklesía seguirá designando a los destinatarios
de las cartas (Rom 16,1). Fundamentalmente se refiere a la asamblea reunida para la eucaristía, tanto en
ámbito doméstico (Hch 14,4; 1 Cor 11,18.19; Rom 16,15.19; Flm 2) como en el de la ciudad (Hch
11,22; Rom 16,4; 1 Cor 7,17).
En este sentido se puede decir que la iglesia local se nos presenta antes que la Iglesia Universal. El
Nuevo Testamento mismo, como conjunto literario, es reflejo de comunidades distintas que objetivan su
experiencia en documentos distintos. La existencia del Nuevo Testamento expresa además el mutuo
reconocimiento y la recíproca recepción de las diversas iglesias a través de la acogida de los textos
canónicos. Ello se produce sobre la base del común reconocimiento de la autoridad del kerygma
apostólico, como Palabra de Dios y no de los hombres.
Como segundo presupuesto hay que tener en cuenta que la salvación de Dios se hace experiencia en lo
concreto de la existencia humana y en todas las dimensiones de su ser. Los elementos constitutivos de la
iglesia particular, que deben ser incluidos en su definición, son los siguientes:

1. Un grupo humano que da carne a la realidad eclesial en cuanto, incorpora la “particularidad


socio-cultural” (AG 22).

2. El Espíritu Santo en cuanto sujeto de la iniciativa de Dios que se va abriendo un espacio


humano para edificar su templo en medio de los hombres.

3. El kerygma, proclamación del evangelio, que convoca, que invita a la conversión y que
congrega a los hombres en torno a un acontecimiento que es relatado y celebrado.

4. La eucaristía, realización máxima de la ekklesía, porque en ella se actualiza el misterio


pascual, como evento escatológico que anticipa la reconciliación y la superación de las divisiones
humanas.

5. El obispo, presidiendo la eucaristía, expresa plenamente su identidad. La Iglesia particular es,


en consecuencia, la realización local del misterio de la Iglesia

10. ¿Presentar brevemente cuáles son los nuevos movimientos en la Iglesia después del Vaticano II?

Los nuevos movimientos en la Iglesia después del Concilio Vaticano II, son aquellos que no se
reconocen como Comunidades Eclesiales de Base (CEB´s) sino como movimientos o asociaciones de
laicos suscitados por el Espíritu para vivir un carisma en particular o el de su fundador.

Para discernir la autenticidad de un movimiento o asociación de laicos se deben ver los siguientes
criterios de eclesialidad: primado de la santidad, confesión de la fe católica en fidelidad al Magisterio,
comunión firme y convencida con el Papa y el obispo, conformidad y participación en el fin apostólico
de la Iglesia. (pp. 120-121).

11. ¿Explicar cuáles son los principios del ecumenismo en la Iglesia católica?

Los principios del ecumenismo en la Iglesia Católica se explican en cuanto que, el avance del
ecumenismo en la Iglesia Católica ha sido lento pero decidido. La Iglesia Católica intenta conjugar sin
tensiones una doble polaridad: de un lado una decidida opción ecuménica, un compromiso serio por la
comprensión y la búsqueda de la unidad visible; de otro lado la convicción de que en materia de fe el
compromiso está en contradicción con la verdad que es Dios mismo. La valoración del estado de
división y el compromiso en favor de la reunificación son valorados desde los siguientes criterios (que
no deben atentar contra el reconocimiento de que la communio plena subsiste históricamente en la
Iglesia Católica):

1. La ruptura se sitúa en el interior de una unidad fundamental, que se da en Cristo como don
del Espíritu. En principio, la ruptura no se produce con Cristo, sino entre las mismas iglesias.
La fe trinitaria, la justificación por la fe y el bautismo, la incorporación profunda a la persona
y misterio de Cristo son realidades básicas.
2. Las heridas a la unidad se experimentan como una profunda herida porque impiden una
comunión plena y perfecta (UR 3). Aunque la unidad visible no es perfecta, se valora sin
embargo como un don inmenso de Dios lo que ya se ha conseguido.

3. La unidad es un don de Dios que sólo puede ser regalada como gracia; poco valen por tanto
los esfuerzos humanos o los acuerdos teológicos si no se apoyan en la oración y la
conversión, que son “el alma del movimiento ecuménico” (UR 8).

4. La unidad es un dato escatológico, que se abre como un futuro al que la Iglesia tiende y
aspira. Por ello debe reconocer la historicidad de su propio ser y el carácter dinámico de sus
formas históricas.

5. La pertenencia a la Iglesia ha de ser comprendida de un modo más matizado que el de la


eclesiología preconciliar.

6. La Iglesia no puede dejar de reconocer, a la vez con alegría y humildad, la fecundidad que el
Espíritu muestra fuera de sus propias estructuras visibles. Él obra la variedad de gracias y
ministerios enriqueciendo a la Iglesia de Cristo “con variedad de dones” (UR 2).

7. La teología católica debe reconocer que más allá de sus fronteras visibles “no hay un vacío
eclesial” (UUS 13) porque en la medida en que en las otras confesiones cristianas hay
elementos de verdad y de santidad, “la única Iglesia de Cristo tiene en ellos una presencia
operante” (UUS 11 y 13). Este reconocimiento nos abre a una cuestión especialmente
relevante desde el punto de vista eclesiológico.

12. ¿Explicar en qué sentido la falta de unidad entre los cristianos es un verdadero escándalo?

Es un atentado contra el ser de la Iglesia, se degrada la identidad por el anquilosamiento no en lo común,


sino en lo individual. Lo que se busca es salvaguardar la integridad de la fe. La ausencia en la unidad es
lo que se considera escándalo. La unidad es una realidad escatológica, todas las partes son
fundamentales, todos tienen necesidades entre ellas la conversión. Es necesario recuperar la imagen de
unidad, el imaginario colectivo que se ha perdido, por las causas de las graves separaciones, como los
grandes y principales cismas.

13. ¿Explicar cómo la comunidad cristiana es una comunidad bautismal?

La comunidad cristiana es una comunidad bautismal en la medida que en la comunidad cristiana tiene su
fundamento en el bautismo. El bautismo no debe ser comprendido como momento puntual y aislado,
sino como un paso del proceso de iniciación cristiana, que abarca también la confirmación y la
eucaristía. La peculiaridad de la iniciación cristiana arranca del carácter específico de la revelación
bíblica: narra una historia en la que Dios encuentra al hombre para entablar un diálogo personal y libre
de cara precisamente a comprometerlo en el designio salvífico que tiende a la felicidad de cada hombre
y de todos los hombres; en la alianza que así se establece el hombre no entra por mera pertenencia
étnica, sino por la opción libre que se concreta en la conversión y en la fe.
El misterio pascual como acontecimiento central, da sentido, y como acontecimiento, estructura la
historia de la salvación, que es a la vez evento fundador sobre el que se levanta la Iglesia. Además, como
evento fundador, ese acontecimiento no puede dejar de ser recordado y celebrado, hecho memorial. La
Iglesia realiza el memorial de la Pascua del Señor. Mediante esa celebración agradecida y agraciante, y
sobre la base de la fidelidad de Dios a su compromiso histórico, la Iglesia mantiene su propia identidad,
ratifica el horizonte de su misión y sirve de mediadora para que los nuevos miembros se inserten como
protagonistas del misterio de Dios que se desvela en favor de los hombres.
El cristiano no nace, se hace, se va haciendo. La maravilla novedosa de lo cristiano, de la fe, no
pertenece sin más a lo natural. Asimismo, la conversión, el caminar en una nueva vida, implica un
devenir. Ese proceso va marcado por el ritmo ritual y celebrativo que actualiza los diversos aspectos del
misterio pascual en el que son protagonistas el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
El bautismo inicia a toda la historia de la salvación y es por ello la puerta de los sacramentos, el ingreso
en los misterios de la Iglesia, la base de la vida cristiana y eclesial, el que establece la participación
común de todos los creyentes en los bienes salvíficos. El bautizado queda constituido como hijo del
Padre por participación en la filiación del Hijo en el Espíritu. De este modo queda insertado en el
dinamismo histórico de la misma Trinidad. El bautizado vive en Cristo y por ello es criatura nueva. El
bautismo es por ello un acto escatológico que constituye al hombre en la novedad de lo imperecedero (2
Cor 6,4.6; 2 Pe 2,2).
La Iglesia es esencialmente bautismal, la continuamente bautizada, porque brota continuamente como
convertida y perdonada de las aguas del bautismo. La Iglesia en el acontecimiento bautismal se realiza
como madre porque va engendrando continuamente hijos concebidos por el Espírito. La inserción del
bautizado en el seno de la Iglesia le constituye en sacerdote. Finalmente, el bautismo da origen a un
pueblo de sacerdotes y hace a la Iglesia sacerdotal y a partir del bautismo se despliega una variedad de
vocaciones en la Iglesia.

14. ¿Cómo se conjugan en la Iglesia carismas y ministerios?

De ante mano la conjugación está en cuanto que van dirigidos siempre a la vida misma de la comunidad.
Carisma es un don gratuito de Dios. En el N.T. el principal carisma es el E.S en la literatura paulina,
aunque después se enfocó más en aquello que se pudiese hacer en el apostolado, como la sabiduría, la
profecía, la curación, etc. En general son dones prácticos y sencillos en bien de la comunidad a través de
la caridad. El carisma no lo es en sí mismo, sino por la fuerza divina que viene con ellos, potenciando al
hombre hacia el encuentro con Dios, para que todos cooperando se edifiquen.
Es la comunidad quien asume con responsabilidad el carisma y de forma creativa lo desarrolla en un
ministerio, por ejemplo, los lectores, acólitos, presbíteros (clericalización de los ministerios). Hoy se
valora la ministerialidad del laico, imprimiendo un dinamismo particular. Ministerio es entonces: una
función relevante dentro de la Iglesia, en el que haya una voluntad de estabilidad, necesariamente
confiada por la comunidad y el presbítero.
Hay unos criterios para la configuración ministerial: la identificación y la disponibilidad para ejercerlo;
las necesidades y la estructuración de cara a las funciones a realizar; las necesidades del entorno y de las
circunstancias históricas en las que se debe realizar.

15. ¿En la exhortación apostólica “Christifideles Laici” (1988) cómo concibe el Papa Juan Pablo II a los
laicos?

En la exhortación apostólica “Christifideles Laici” el papa Juan Pablo II concibe a los laicos no solo
como simplemente los obreros que trabajan en la viña, sino que forman parte de la viña misma: “Yo soy
la vid; vosotros los sarmientos” (Jn 15, 5). Además, todos los fieles cristianos a excepción de los
miembros del orden sagrado y los del estado religioso sancionado por la Iglesia; es decir, los fieles que,
en cuanto incorporados a Cristo por el Bautismo, integrados al Pueblo de Dios y hechos partícipes a su
modo del oficio sacerdotal, profético y real de Cristo, ejercen en la Iglesia y en el mundo la misión de
todo el pueblo cristiano en la parte que a ellos les corresponde.
Los fieles laicos son hechos partícipes del sobrenatural sentido de fe de la Iglesia. Los fieles laicos
participan en su oficio real y son llamados por Él para servir al Reino de Dios y difundirlo en la historia.
La dignidad de los fieles laicos se nos revela en plenitud cuando consideramos esa primera y
fundamental vocación, la vocación a la santidad, o sea a la perfección de la caridad.
La comunión eclesial es, por tanto, un don; un gran don del Espíritu Santo, que los fieles laicos están
llamados a acoger con gratitud y, al mismo tiempo, a vivir con profundo sentido de responsabilidad. Las
funciones de los fieles laicos, tienen su fundamento sacramental en el Bautismo y en la Confirmación, y
para muchos de ellos, además en el Matrimonio.
Los fieles laicos participan en la vida de la Iglesia no sólo llevando a cabo sus funciones y ejercitando
sus carismas, sino también de otros muchos modos. El mismo Concilio anima a los fieles laicos para que
vivan activamente su pertenencia a la Iglesia particular. Los fieles laicos, juntamente con los sacerdotes,
religiosos y religiosas, constituyen el único Pueblo de Dios y Cuerpo de Cristo.
En el contexto de la misión de la Iglesia el Señor confía a los fieles laicos, en comunión con todos los
demás miembros del Pueblo de Dios, una gran parte de responsabilidad. Los fieles laicos, precisamente
por ser miembros de la Iglesia, tienen la vocación y misión de ser anunciadores del Evangelio. El
matrimonio y la familia constituyen el primer campo para el compromiso social de los fieles laicos.
La imagen evangélica de la vid y los sarmientos nos revela otro aspecto fundamental de la vida y de la
misión de los fieles laicos: La llamada a crecer, a madurar continuamente, a dar siempre más fruto. Los
fieles laicos han de sentirse parte viva y responsable de esta empresa, llamados como están a anunciar y
a vivir el Evangelio en el servicio a los valores y a las exigencias de las personas y de la sociedad.

16. Cómo la Exhortación apostólica “Vita consecrata” (1996) presenta las tres dimensiones de la vida
consagrada?

a) Dimensión cristológica-trinitaria: La relación entre Cristo y sus discípulos, imitando su vida y su


imagen terrena y glorificada. El consagrado debe insertarse en la filiación divina, imitando con actitudes
esta relación. La vida consagrada es la huella de la vida trinitaria.

b) Dimensión escatológica: la vida consagrada interpreta y simboliza figuras eternas. Su realización se


alcanza reconociendo que en esta tierra no hay morada, sino que ésta está en el Reino venidero
definitivamente. La vida consagrada se convierte en profecía y martirio, imitando así los padecimientos
de Cristo.

c) Dimensión eclesiológica: la vida consagrada participa en la vida sacramental de la Iglesia. Toda vida
consagrada debe edificar el cuerpo místico de Cristo, y lo hace mediante el desarrollo de sus tareas
particulares, asumiendo la misión de Cristo en la suya propia.

17. ¿Presentar la visión del Vaticano II sobre el ministerio ordenado, distinto de sacerdocio bautismal?

Este ministerio se sitúa en el interior de la comunidad en una dialéctica peculiar de un lado no pierde su
condición bautismal, no deja de ser discípulo, no puede situarse al margen de la comunidad, pero al
mismo tiempo representa una instancia distinta, un nivel superior, un simbolismo que quiebra las
relaciones habituales de la comunidad.
“El sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio ministerial o jerárquico están ordenados el uno al
otro, ambos, en efecto, participan, cada uno a su manera, del único sacerdocio de Cristo su diferencia,
sin embargo, es esencial y no solo de grado. En efecto, el sacerdocio ministerial, por el poder sagrado de
que goza, configura y dirige al pueblo sacerdotal, realiza como representante de Cristo el sacrificio
Eucarístico y lo ofrece a Dios en nombre de todo el pueblo. Los fieles, en cambio, participan en la
celebración de la Eucaristía en virtud de su sacerdocio real, y lo ejercen al recibir los sacramentos, en la
oración y en la acción de gracias, con el testimonio de una vida santa, con la renuncia y el amor que se
traduce en obra” (LG10)

Por otro lado, también se destaca que:


- El ministro ordenado es mediación del a priori incondicionado de Cristo mismo que se hace
presente desde su libertad generosa.
- El ministro posee la garantía del Espíritu y su fuerza vivificadora.
- Representa la comunidad de modo visible y sensible. Este ministerio ordenado condensa y cristaliza
el querer, el obrar y padecer común a todos.

18. ¿Explicar la relación Doce-apóstoles al origen de la Iglesia?

Los doce son un grupo históricamente constatable del periodo pascual. Tienen un carácter simbólico de
las 12 Tribus de Israel, con el objetivo de convocar al pueblo.
La relación Doce-apóstoles está en que en Jesús hay una iniciativa de constituirlos apóstoles, es
decir, de vincularlos a su destino y a su misión, para luego ser enviados a prolongar este destino y
esta misión.
Los doce pasan de ser una magnitud del pasado, pero no perdiendo su figura simbólica histórica, sino
más bien integrándola en los apóstoles.

19. El Concilio Vaticano II enseña que “los Obispos son los sucesores de los Apóstoles” (LG 20). Esta
afirmación conciliar es una conclusión dogmática sin ser una definición de fe en sentido estricto, pero expresa
una doctrina oficial de la Iglesia católica:

19a. - ¿Como explicar la sucesión apostólica a partir del NT y del testimonio de los Padres de la
Iglesia?

El NT expresa que la sucesión apostólica mediante:

- La idea de testamento (Gèn 47, 29-50, 14; Jos 23-24; 1 Sam 12; 1 Re 2, 1-9; 1 Cro 28-29), Hch 20, 18-
35, 2 Tim 4, 1-8, 1 Tim. De aquí que Tim presenta las últimas disposiciones de los apóstoles desde la
preocupación por asegurar el mensaje genuino y la identidad eclesial sobre un fundamento ya
establecido. Así mismo 1 Jn, 2 Jn, 3Jn garantiza un testimonio anterior dentro del “nosotros” eclesial
que se remonta a un origen anterior.

Testimonio de los padres

Por otro lado, el ministerio del apostolado al dejar su puesto al ministerio de los episkopé, de la vigilancia o
inspección. De este modo en el ámbito eclesial la tarea consistía en conservar la identidad de la misión
apostólica. Algo que había sido encargado y trasmitido a los apóstoles, sólo se podía conservar por medio de
ministerios que se deriven de ellos. La apostolicidad de la doctrina queda unidad de este modo a la
apostolicidad del ministerio. De esta manera en el testimonio de los padres de la Iglesia, se encuentra que:

1. Como constitutivo de los apóstoles itinerantes con autoridad supralocal recomienda la Didachè “Elegíos
epíscokopoi y diakonoi… porqué también ellos os administran el ministerio de los profeta y maestros.

2. La carta de Clemente menciona a los epískopoi y diákonoi que parecen ser conocidos también como
presbíteroi.

Existen indicios suficientes para pensar en una configuración colegial del ejercicio de la episcokopé, si bien fue
emergiendo la figura de un presidente unipersonal, que ya sería el obispo tal cual como actualmente lo
conocemos. En este sentido dice San Ignacio: “procurad (hacerlo todo en la concordia de Dios, presidiendo el
obispo) no hagáis cosa alguna sin contar con el obispo, no hay más que un solo obispo.

3. Tertuliano también hace alusión a la carta de Clemente: “Ecclesia ab apostolis, apostoli a Christo,
Christus a Deo”. La lógica de la trasmisión/ tradición se condensa de un modo más directo en la
sucesión episcopal que en laza el momento actual de cada iglesia con su origen apostólico. Por eso
florece un gran interés en elaborar las listas episcopales de cada una de las iglesias. Son el signo de que
esa Iglesia está adherida a la doctrina de los apóstoles “La Tradición de los apóstoles, manifestada en
todo el mundo en cada una de las iglesias, se deja por todos los que quieren ver la verdad, y podemos
enumerar aquellos que han ido instituidos como obispos en las iglesias por los apóstoles y sus sucesores
hasta nosotros, que nada enseñaron y conocieron de estas extravagancias presentadas por los sectarios.
Gracias a esta sucesión ha llegado hasta nosotros la tradición que desde los apóstoles permanece en la
Iglesia y la proclamación de la verdad. (pp. 192-193). Eloy

19b. - ¿Explicar el sentido y el alcance de la sacramentalidad del episcopado en el Concilio Vat II?

Según el santo Sínodo el sentido de la sacramentalidad en el Concilio Vat II reside en que con “la
consagración episcopal se confiere la plenitud del sacramento del Orden, que por esto se llama en la
litúrgica de la Iglesia y en la enseñanza de los Santos Padres, sumo sacerdocio, cumbre del ministerio
sagrado”. En efecto, esto confiere la capacidad de (hacer las veces del mismo Cristo, Maestro, Pastor y
Pontífice, y actuar en lugar suyo), gracias a la imposición de manos, en la que se trasmite el don del
Espíritu Santo (LG 21).

En cuanto al alcance el alcance del episcopado, reciben “toda potestad en el cielo y en la tierra, la
misión de enseñar a todas las gentes y de predicar el Evangelio a toda criatura, a fin de que todos los
hombres logren la salvación por medio de la fe, el bautismo y el cumplimiento de los mandatos” (Cfr.
Mt 28, 18; Mc 16, 15-16; Hch 26, 17s). (LG 24).

19c. - ¿Cuál es el estatuto eclesiológico del Obispo?

El obispo, en cuanto sucesor de los apóstoles, ejerce el ministerio de «vigilante», «testigo» y «memoria»
de la apostolicidad de la Iglesia. Pero su sentido eclesiológico debe ser todavía desglosado.
Fundamentalmente en un doble nivel. En la figura del obispo se cruza y condensa una doble dimensión.
De un lado está referido y vinculado a una iglesia particular. Pero de otro lado está referido a la Iglesia
universal.

19d. - ¿Cuál es la función del Obispo en su Iglesia particular o diocesis?


El obispo está dedicado al cuidado pastoral de una iglesia concreta, pero es constituido como tal por su
asunción en el colegio episcopal y en consecuencia está esencialmente dedicado a las exigencias de la
comunión y de la Iglesia universal.

A su vez rigen como vicarios y legados de Cristo en las Iglesias particulares que se les han
encomendado. Dicha autoridad es en nombre de Cristo, la cual es propia, ordinaria e inmediata (pero
regulada por la autoridad suprema). Además, sus consejos, exhortaciones, ejemplo, autoridad y potestad
sagrada ( es ejercitada en su grey con verdad y santidad; por consiguiente implica un sagrado derecho
que ante Dios, envuelve el deber de legislar sobre sus súbditos, de juzgarlos y de regular todo cuanto
pertenece al culto y organización del apostolado) (Cfr. LG 27).

20. - ¿Cuál es la intención del Vaticano II (LG 29), al restaurar y revalorizar el ministerio del diaconado
permanente? ¿Explicitar?

El ministerio del diaconado permanente ha sido restaurado y revalorizado por el Vaticano II, porque se
le considera un ministerio estable, no propiamente transitorio hacia un ministerio ulterior. Vive en
referencia al obispo no al presbítero, en su servicio a la comunidad. Se le impone las manos para realizar
un servicio y no para ejercer el sacerdocio. El diácono representa a Cristo en cuanto servidor y ayuda a
la Iglesia a configurarse como más servidora.

21. - ¿Cómo se vincula el Obispo con el Colegio apostólico?

Los obispos (sucesores de los apóstoles), al recibir el sacramento del episcopado, obtienen el
fundamento ontológico y sacramental en la que se puede afirmar que “así como, por disposición del
Señor, San Pedro y los demás Apóstoles forman un solo Colegio apostólico, de igual manera se unen
entre sí al Romano Pontífice, sucesor de Pedro, y los Obispos, sucesores de los Apóstoles. Ya la más
antigua disciplina, según la cual los Obispos esparcidos por todo el orbe comunicaban entre sí y con el
Obispo de Roma en el vínculo de la unidad, de la caridad y de la paz, y también los concilios
convocados para decidir en común las cosas más importantes, sometiendo la resolución al parecer de
muchos, manifiestan la naturaleza y la forma colegial del orden episcopal, confirmada manifiestamente
por los concilios ecuménicos celebrados a lo largo de los siglos. Esto mismo está indicado por la
costumbre, introducida de antiguo, de llamar a varios Obispos para tomar parte en la elevación del nuevo
elegido al ministerio del sumo sacerdocio. Uno es constituido miembro del Cuerpo episcopal en virtud
de la consagración sacramental y por la comunión jerárquica con la Cabeza y con los miembros del
Colegio. (LG 22). Finalmente, la unión colegial también se da en las mutuas relaciones de cada Obispo
con las Iglesias particulares y con la Iglesia universal (LG 23).

22. ¿Presentar en una síntesis breve una visión de la Iglesia, a partir de las 4 notas clásicas (esquema de los
principales elementos vinculados a cada una de estas notas)?

La Iglesia existe por naturaleza para evangelizar a todos los pueblos de cualquier raza, lengua o nación,
por eso es católica. Ha nacido del misterio de Dios, por ello es una y santa, pues expresa la unidad de la
familia divina y porque ella ha sido pensada por el Padre para convocar y reunir a su pueblo, y lo ha
hecho en el cuerpo y en la obra del Hijo, los cuales han comunicado su Espíritu a esta comunidad
apostólica para continuar esta misión.

La unidad se ve reflejada en la comunión que existe entre los creyentes, entre las Iglesias particulares y
con el Papa, así como en las reuniones que hacen los obispos en Sínodos provinciales y universales, y las
conferencias episcopales. La expresión máxima de esta unidad se encuentra visible en la celebración de
la Eucaristía.
La catolicidad se encuentra expresada en la misión evangelizadora abierta a todas las culturas de la
tierra. La salvación es para todos los seres humanos, no se excluye a ninguno, a no ser que este renuncie
a la propuesta del reino. La Iglesia por ello está abierta al diálogo con todas las culturas y religiones, con
los no cristianos y cristianos no católicos, esto es el diálogo ecuménico e interreligioso.

La apostolicidad la Iglesia la encontramos en la diversidad de ministerios y carismas, primero en los


obispos quienes son los sucesores directos de los Doce, pues a estos se les confía el servicio a la
enseñanza y a la verdad. Se destaca entre ellos al Papa, quien es el sucesor del apóstol Pedro. El Señor
Jesucristo llamó a Doce para fundar el nuevo Pueblo a imagen del primero de las doce tribus, a estos les
enseñaba un poco más del mensaje que le enseñaba a la gente. El ministerio de los Doce fue entregado a
la generación siguiente, ya no solamente Doce, sino más, pues el número de los creyentes aumentaba y
era necesario un apóstol allí en medio para que dirigiera, presidiera y enseñara en la comunidad. Hoy
estos apóstoles, están presentes en los obispos que están por todo el mundo, los cuales siguen ejerciendo
ese mismo ministerio apostólico presidiendo una comunidad diocesana.

23. El Concilio Vaticano I definió el Primado del Papa con esta fórmula: “Enseñamos y declaramos que
conforme a los testimonios del Evangelio el Primado de jurisdicción sobre la Iglesia unmoraliversal de Dios fue
prometido y conferido inmediata y directamente al bienaventurado Pedro por N.S.J.C. Porque sólo a Pedro …
se dirigió el Señor con estas solemnes palabras … Tú es Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia... Y solamente
a Simón Pedro confirió Jesús, después de su resurrección la jurisdicción de pastor y rector supremo sobre su
rebaño”. (DS 3053)1

23a. ¿Explicar cuáles son los tres momentos fundamentales del ministerio petrino en el NT?

El Nuevo Testamento no ofrece un cuerpo acabado de doctrina, pues deja ver el germen de una convicción
en desarrollo, pero firmemente afianzada en la historia misma de Pedro. En ésta podemos distinguir tres
momentos fundamentales. A lo largo del ministerio de Jesús, Pedro desempeña un papel relevante. No fue el
primero de los llamados para formar parte del grupo de los Doce, pero es el más citado (114 veces).

1. Es mencionado el primero en las listas (cf. Mt 10,2), su casa sirvió de punto de apoyo para la
actividad desde Cafarnaum (Mc 1,29).

2. Es testigo privilegiado en eventos de importancia peculiar (Me 5,2-43; 9,2-10; 13,3; 14,32-42).

3. Es portavoz del grupo (Mc 1,36; 10,28; 11,21, especialmente 8,27-30). Estos datos adquieren más
relevancia dado que no se ocultan las deficiencias de Pedro, su abandono y negación cuando Jesús es
hecho prisionero. Por ello resulta creíble el cambio de nombre (Mt 16,18) y su alcance simbólico:
Simón pasa a ser Pedro/Cefas porque ofrece seguridad, cobijo, amparo en medio de las dificultades.
(Pàg. 213)

23b. ¿Explicar o sentido exato do texto Mt 16, 17-19?

Este texto recoge una tradición particular, pero perfectamente compatible con otras tradiciones, ya que
refleja una experiencia común en todas las iglesias: a) Transición a la época postapostólica, y por ello
aparece Pedro como el gran rabino, el gran intérprete de la ley, referencia ineludible en el proceso de
transmisión y actualización de la tradición apostólica. b) Una Iglesia atravesada por corrientes diversas
Pedro es aquel que actúa como factor de integración, encuentro y mediación, como aquel al que todos
pueden mirar encontrándose reconciliados en comunión. Este texto denota una clara impronta aramea y
1
La traducción del texto de Denzinger-Sch. Es del Padre Jacques D’Arcy, PSS
refleja un contexto palestinense, lo que nos habla de una elaboración temprana. Desde el punto de vista
de su carácter histórico refleja sin duda la intención de Jesús y una actitud clara y formal hacia la
función de Pedro. No existen por ello argumentos decisivos en contra de la historicidad básica del hecho
narrado, que se encuentra además en coherencia con otros datos de la tradición neotestamentaria:

a) El papel que Pedro desarrolla en el Nuevo Testamento, no se debe a sus cualidades personales o a su
capaci- dad natural de liderazgo, sino a una disposición expresa de Cristo.

b) La atribución por Jesús del nombre de Cefas a Simón no ofrece dudas, porque acabaría sustituyendo
al nombre originario tal como se constata en el conjunto de los escritos neotestamentarios.

c) El cambio de nombre encierra un alcance claro: no es equivalente a la designación “hijos del trueno”
aplicada a Juan y Santiago, sino equiparable a lo sucedido con Abrahán, Sara y Jacob (Gen 17,5.15;
32,29): reciben un nombre de elección y de gracia que expresa la función que han de desempeñar en la
historia de la salvación; ello adquiere mayor relieve desde la concepción semita que asociaba
estrechamente el nombre a la esencia o naturaleza de las cosas

d) La expresión «mi iglesia», no se puede dudar de la realidad significada: el rebaño del que es el
pastor, la comunidad mesiánica inaugurada en los Doce.

e) Simón es designado como roca en función de dar solidez al edificio que se está construyendo y sobre
el que se han de abatir temporales y adversidades.

f) Las “llaves” que recibe se refieren a la autoridad de administración de una casa o de un territorio, al
poder que recibe un lugarteniente para administrar las posesiones de su señor (cf. Is 22,19-22).

g) La expresión “atar y desatar”, denota la autoridad en el orden de las determinaciones magisteriales, de


la actividad de decisión y de legislación, de la capacidad para excluir de la comunidad o reintegrar (Mt
18,18; cf. Jn 20,23).

23c. ¿Explicar el significado y el alcance de la definición, teniendo en cuenta tanto Vat I como Vat II?

El ministerio Petrino es el principio y fundamento visible de unidad de la Iglesia, otorgado a Pedro de


modo directo e inmediato, verdadero y propio de jurisdicción (no es simplemente de honor), ya que se
prolonga perpetuamente en quien sucede a Pedro en su cátedra. Este primado tiene potestad para regir y
gobernar a la Iglesia universal, de manera ordinaria y episcopal. En este sentido el Papa no es un
elemento ajeno a las iglesias, sino un elemento interno de su pertenencia a la Communio ecclesiarum.

Por consiguiente, el sentido y el alcance de las afirmaciones establecidas se debe precisar que:

- El primado es un servicio a la unidad del pueblo de Dios.


- El Papa es un obispo de los obispos (sin poder inferior y el primado se entiende en el interior de
la misma naturaleza del oficio episcopal como tal).
- La potestad no es delegada por los obispos. Además, al ser inmediata, se mueve dentro de los
limites señalados por el derecho natural y divino.

La doctrina del Vaticano I contiene un aspecto de inconsumación. Su clausura imprevista provocó una
focalización en el Papa que puede hacerlo aparecer como figura aislada, autónoma. El Vaticano II aportó
el equilibrio previsto ya en 1870. Recibe íntegramente la doctrina del primado desde la convicción de su
carácter definido y por ello irreversible, quitando así plausibilidad a las propuestas de releer el Vaticano
I redimensionando su alcance. El hecho mismo de la celebración del Vaticano II disipó los temores de
quienes veían bloqueado el dinamismo conciliar o los desarrollos colegiales. La objetividad del
ministerio petrino debe ser interpretada desde la voluntad de Cristo, desde la memoria histórica de la
Iglesia y desde las circunstancias históricas.

Resumiendo, el sentido y alcance del ministerio del obispo de Roma en el seno de la communio
ecclesiarum, podemos decir que, al ser ministerio de rango máximo, debe articular de modo más
significativo la dimensión personal (la presidencia que ejerce un individuo concreto), la dimensión
colegial (en cuanto se integra en la colabo- ración con otros ministerios) y la dimensión comunitaria (en
cuanto se inserta en el dinamismo sinodal)

23d. ¿Explicar las relaciones entre el Papa y el Colegio episcopal y viceversa?

Las características de estas relaciones entre el Papa y el Colegio están marcadas por:

- El Papa no debe ser considerado al margen del colegio o fuera de él. Del mismo modo, el colegio
episcopal no puede ser considerado al margen o fuera del ministerio universal de la unidad.

- Los obispos son sucesores de los apóstoles y todos juntos constituyen el fundamento de la Iglesia
universal (LG 19), se encuentran en la cumbre del ministerio (LG 21) y, como jefes de la Iglesia (LG
18), son ver- daderos «vicarii et legati Christi» (LG 27).

- La afirmación de la autoridad papal no se debe hacer a costa de la autoridad de los obispos,


conforme al principio establecido por el papa san Gregorio Magno y que es recogido también por la
constitución “Pastor aeternus” del Vaticano 157: Yo no considero como un honor lo que yo sé que
les quita su honor a mis hermanos. Mi honor es el honor de toda la Iglesia. Mi honor es el firme
soporte de mis hermanos. Yo soy en verdad honra- do cuando el honor propio de cada uno le es
otorgado según le corresponde.

- El ministerio del Papa no debe disminuir la autoridad de los obispos, y si el colegio es no una suma
de individuos, sino una estructura que pertenece a la constitución esencial de la Iglesia, se plantea el
interrogante siguiente ¿cuál es el sujeto último del poder en la Iglesia? Las respuestas son:

a) Tesis monárquica: la colegialidad, en consecuencia, es ejercida por el Papa o comunicado por èl.
b) Tesis extendida: la potestad es a veces ejercida por el Papa de modo personal y a veces por el
colegio. Esta afirmación podría llegar a formulaciones de carácter jurídico que simplifican
excesivamente la dinámica de la eclesiología de comunión y de la dimensión colegial del
primado: mientras que el colegio episcopal lo es gracias al Papa, éste lo es aún sin el colegio.
c) Sujeto de potestad suprema: ejercida de modos diversos (por el Papa personalmente o por el
colegio, pero sin distinciones excesivas entre ambos). Al hablar de un único sujeto colegial
estamos dando todo su valor al concilio ecuménico como expresión máxima de la autoridad en la
Iglesia, sin olvidar que ello acontece siempre como comunión jerárquica.

24. El Catecismo de la Iglesia católica afirma: (889)“Para mantener a la Iglesia en la pureza de la fe transmitida
por los apóstoles, Cristo, que es la Verdad, quiso conferir a su Iglesia una participación en su propia
infalibilidad. Por medio del "sentido sobrenatural de la fe", el Pueblo de Dios "se une indefectiblemente a la
fe", bajo la guía del Magisterio vivo de la Iglesia (cf. LG 12; DV 10). (890) La misión del Magisterio está ligada
al carácter definitivo de la Alianza instaurada por Dios en Cristo con su Pueblo; debe protegerlo de las
desviaciones y de los fallos, y garantizarle la posibilidad objetiva de profesar sin error la fe auténtica. El oficio
pastoral del Magisterio está dirigido, así, a velar para que el Pueblo de Dios permanezca en la verdad que
libera. Para cumplir este servicio, Cristo ha dotado a los pastores con el carisma de infalibilidad en materia de
fe y de costumbres. El ejercicio de este carisma puede revestir varias modalidades: (891) "El Romano Pontífice,
cabeza del colegio episcopal, goza de esta infalibilidad en virtud de su ministerio cuando, como Pastor y
Maestro supremo de todos los fieles que confirma en la fe a sus hermanos, proclama por un acto definitivo la
doctrina en cuestiones de fe y moral [...] La infalibilidad prometida a la Iglesia reside también en el cuerpo
episcopal cuando ejerce el magisterio supremo con el sucesor de Pedro", sobre todo en un Concilio Ecuménico
(LG 25; cf. Vaticano I: DS 3074). Cuando la Iglesia propone por medio de su Magisterio supremo que algo se
debe aceptar "como revelado por Dios para ser creído" (DV 10) y como enseñanza de Cristo, "hay que aceptar
sus definiciones con la obediencia de la fe" (LG 25). Esta infalibilidad abarca todo el depósito de la Revelación
divina (cf. LG 25)” (CEC 889-891).

24a. ¿En qué consiste el sentido sobrenatural de la fe (sensus fidelium) del Pueblo de Dios o los fieles?

24b. ¿Explicar en qué consiste la infalibilidad de la Iglesia, la del Romano Pontífice y la del cuerpo
episcopal?

24c. ¿En cuáles circunstancias precisas se manifiestan dicha infalibilidad eclesial y personal (Igreja,
Papa y colegio episcopal)?

25. ¿Cuál es el significado y raíz de la catolicidad de la Iglesia?

La catolicidad no se reduce a un universalismo numérico o geográfico: ella se encuentra en la esencia de


la Iglesia antes de estar presente como extensión o amplitud. En ese sentido la concepción de la
catolicidad de la Iglesia se debe tener en cuenta dos momentos: primeramente, la donación previa de la
plenitud; pero esta plenitud primigenia se convierte en donación ulterior y en exigencia, en principio de
esperanza y de acción; la catolicidad es, desde esta perspectiva, la capacidad universalizadora e
integradora de sus principios de unidad, que en último término están constituidos por la comunión
trinitaria.

La raíz de la catolicidad es el misterio trinitario que, pretende ofrecer la plenitud de la comunión divina
al conjunto de la realidad creada, tanto humana como cósmica, respetándola en sus peculiaridades y
diferencias. Plenitud del don ofrecido y amplitud de la invitación son constitutivos de la catolicidad. 1
Tim 2,4-5 sintetiza la intensidad católica de la voluntad originaria del Padre.

26. ¿Cuáles son los presupuestos teológicos de la Iglesia misionera?

1) Desde los orígenes, los seres humanos son llamados a vivir en unidad y en comunidad, a compartir y
a vivir en familia.

2) Con la violencia, el odio y los enfrentamientos, quiebran el proyecto de felicidad y unidad del ser
humano.

3) Dios ratifica la validez de su pretensión original: promete un salvador para la restauración de la


armonía global perdida.

4) Toda elección (o vocación) es intrínsecamente envío, misión.

5) Jesús es el misionero por antonomasia. Su mensaje, el Reino.

6) La Iglesia vive de la fe en el Resucitado y de la lógica de todo el acontecimiento de Cristo.

7) La Iglesia debe desplegar la misión de modo centrífuga, debe dirigirse a todo el mundo.
8) Las imágenes de la Iglesia, contienen ellas mismas el impulso de comunicación expansiva de la
misión:

a. Pueblo de Dios: No debe encerrarse en un etnocentrismo egoísta, sino que debe invitar a
todos los pueblos de la tierra, a formar un único Pueblo de Dios.
b. Cuerpo de Cristo: Adherir toda la creación a Él para que sea vea transformada.
c. Templo del Espíritu: Lugar donde se acoge al Espíritu Santo como en Pentecostés.
d. Comunión: Invitación permanente que supera las tragedias y divisiones humanas.

9) La Iglesia particular, así como al principio la de Jerusalén y la de Antioquía, prepara misioneros para
enviarlos a anunciar el Kerygma, para evangelizar.

27. “La Iglesia peregrinante es, por su naturaleza, misionera, puesto que toma su origen de la misión
del Hijo y de la misión del Espíritu Santo, según el propósito de Dios Padre” (Ad Gentes 2). Luego, La
eclesiología del Vaticano II, asimilando la misionología, debe conjugar la concepción globalizante de la misión
con la especificidad de la misión ad gentes. ¿Explicar los 4 pasos para articular entre ambos niveles una
solución de equilibrio?

 En la misión hay diferencias que no proceden de su misma naturaleza, sino de las condiciones en las que
esta se ejerce. Ahora bien, la misión se desarrolla en la historia, ni la Iglesia actúa al margen de los
medios de que dispone, ni los destinatarios se encuentran en las mismas condiciones respecto al
evangelio. Por ello deben surgir «iniciativas particulares» que se llaman misiones o actividad misionera
y que son claramente distintas de la pastoral o del compromiso ecuménico.

 La Iglesia es esencialmente evangelizadora, existe para evangelizar, presindiendo de las cirscunstancias


o regiones en que ello se realice.

 La evangelización en el mundo contemporáneo encierra un nivel planetario, en cuanto destaca la


unificación e interdependencia de la civilización actual, y un nivel regional, en el que se deberían tener
en cuenta las circunstancias y la diversidad de consecuencias que ejerce esa unificación cultural. De este
modo la nueva evangelización parecía destinada más a los alejados que a los lejanos, más a los
postcristianos que a los no cristianos. Por ello se requería una precisión que recuperara la especificidad
de la misión ad gentes.

 Afirmar que toda la Iglesia es misionera no excluye una específica misión ad gentes» (n.32). Hay que
distinguir por ello la acción pastoral (que se realiza en comunidades eclesiales consolidadas), la nueva
evangelización (dirigida a los bautizados que han perdido el sentido de la fe o de la pertenencia a la
Iglesia) y la actividad misionera específica.

28. ¿Con el Concilio Vaticano II cómo interpretar el axioma “Extra ecclesiam nulla salus”?

29. ¿Explicar la presencia de la santidad y del pecado en la Iglesia?

La conjugación de la santidad y del pecado en la Iglesia parece inevitable la alternativa: si se sitúa la


santidad en un nivel metaempírico se olvida que la Iglesia es también las personas reales que la
componen; pero si el pecado de éstas se atribuye y aplica a la Iglesia misma parecería negarse la
santidad como atributo esencial de la Iglesia. En cualquier caso, la Iglesia deberá reconocer que sus
infidelidades oscurecen su carácter de sacramento y de signo.
De allí que el pecado de los cristianos de alguna manera penetra en la Iglesia «en cuanto tal». Es la
Sancta Ecclesia peccatorum. Teniendo en cuenta que se da una asimetría entre ambas dimensiones, se
puede afirmar que la Iglesia es santa y pecadora: santa en su vocación auténtica y pecadora cuando
contradice esa vocación. El pecado cohabita en ella, pero como parásito. No todos sus actos son
automáticamente actos del Espíritu Santo. El Espíritu le garantiza que está permanentemente rescatada
por la gracia, y que por ello la corporeidad de la Iglesia no puede caer bajo el dominio de la culpa hasta
el punto de que el Espíritu se retire de ella. Pero por eso mismo debe tener presente el recuerdo de su
debilidad, de que es obra de la gracia y de que no alcanzará la consumación hasta que finalice su estadio
peregrinante.

30. El capítulo VIII de la constitución Lumen Gentium (53) presenta la Virgen María como modelo (prototipo)
de la Iglesia y el Papa Pablo VI la proclamó Madre de la Iglesia durante el Concilio Vaticano II: ¿explicitar
estos dos títulos atribuidos a Nuestra Señora?

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