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INTRODUCCIÓN AL ECUMENISMO
CEOP 2021
Tema 1.3. Fundamentación eclesiológica
Fr. Jorge A. Scampini, O.P.
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Este tema específico se verá al final del curso, cuando se aborden las cuestiones pastorales.
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católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los Obispos en comunión con él, si bien
fuera de su estructura se encuentran muchos elementos de santidad y verdad que, como
bienes propios de la Iglesia de Cristo, impelen hacia la unidad católica” .
La expresión subsiste en fue elegida, tal como surge del debate conciliar y del contexto
en que aparece, para señalar que la Iglesia de Cristo se realiza concretamente en la Iglesia
católica. En esto no hay novedad respecto a la afirmación previa del Magisterio. Pero el
hecho de que esta expresión haya sustituido al es de Mystici corporis se explica por el
reconocimiento de que “fuera de su estructura se encuentran muchos elementos de santidad
y verdad que, como bienes propios de la Iglesia de Cristo, impelen hacia la unidad
católica”. En otros términos, el Concilio, sin negar la realización de la Iglesia de Cristo en
la Iglesia católica, reconoce que ésta no agota históricamente el misterio de la Iglesia. La
Iglesia de Cristo desborda los límites visibles de la Iglesia católica. La identificación de la
Iglesia de Cristo con la Iglesia católica no se considera ya como exclusiva y excluyente.
Debemos reconocer que la interpretación de la expresión subsiste en no ha sido fácil.
Podemos percibir que hay interpretaciones que acentúan más una referencia cristocéntrica,
otras una referencia eclesiocéntrica y, finalmente, otras han optado por una interpretación
más romanocéntrica. Excede nuestro propósito detenernos en ellas. En todos los casos, sin
embargo, es imposible desconocer que el Concilio reconoce la presencia de muchos
elementos de santidad y de verdad, fuera de los límites de la Iglesia católica. ¿De que se
trata? Para encontrar una respuesta adecuada debemos remitirnos al Capítulo II, El Pueblo
de Dios. Allí descubriremos que el reconocimiento conciliar va más allá de ver sólo
elementos eclesiales “dispersos”.
Es decir que, no sólo se reconocen elementos aislados, sino que esos elementos -y de
modo notable los sacramentos-, están integrados en y, al mismo tiempo, estructuran
comunidades con verdadera densidad eclesial, y que por esa misma razón el Concilio no
duda en llamarlas Iglesias y comunidades eclesiásticas.
Hasta aquí lo que nos ofrece Lumen gentium. Para avanzar un poco más es necesario
recurrir al decreto Unitatis redintegratio.
hay que renovar y corregir en la misma familia católica, para que su vida dé más fiel y claro
testimonio de la doctrina y de las normas dadas por Cristo a través de los Apóstoles.
Pues, aunque la Iglesia católica posea toda la verdad revelada por Dios, y todos los medios de
la gracia, sin embargo, sus miembros no la viven consecuentemente con todo el fervor, hasta el
punto que la faz de la Iglesia resplandece menos ante los ojos de nuestros hermanos separados
y de todo el mundo, retardándose con ello el crecimiento del reino de Dios.
Por tanto, todos los católicos deben tender a la perfección cristiana y esforzarse cada uno
según su condición para que la Iglesia, portadora de la humildad y de la pasión de Jesús en su
cuerpo, se purifique y se renueve de día en día, hasta que Cristo se la presente a sí mismo
gloriosa, sin mancha ni arruga.
Y la segunda pone de manifiesto cómo la Iglesia católica se ve ella misma afectada
por la división entre los cristianos:
“…las divisiones de los cristianos impiden que la Iglesia lleve a efecto su propia plenitud de
catolicidad en aquellos hijos que, estando verdaderamente incorporados a ella por el bautismo,
están, sin embargo, separados de su plena comunión. Más aún, a la misma Iglesia le resulta
muy difícil expresar, bajo todos los aspectos, en la realidad misma de la vida, la plenitud de la
catolicidad.”
Como podemos constatar, después de esta lectura, al mismo tiempo que se reconoce el
valor eclesiológico de las comunidades en las que se congregan los demás cristianos, se
siguen las expresiones: Comunidades, Iglesias y comunidades separadas, Comunidades e
Iglesias, o se habla de la diversa condición de cada Iglesia o Comunidad. En ningún
momento se dice cuándo estamos ante una Iglesia o ante una Comunidad; tampoco en qué
se fundamenta la diversa condición de cada Comunidad. Es necesario, para un intento de
respuesta, pasar al Capítulo III del decreto.
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W. Kasper, “La situación presente y el futuro del movimiento ecuménico”, en id., Caminos hacia la unidad
de los cristianos, Maliaño (Cantabria): Sal terrae, 2001, 346.
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esfuerzos que tienden a lograrlo comprometen a todos los interlocutores. Si bien es cierto
que la Iglesia católica, al proponer una eclesiología más compleja y estructurada, tiene
sobre si una carga mayor en el momento de presentar y dar razón de lo que considera
constitutivo de la Iglesia.