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ECLESIOLOGÍA

3. La Iglesia en el Magisterio y en la Teología


a) La Iglesia Una, Santa, Católica y Apostólica
Es a partir del símbolo Nicenocons-
tantinopolitano que se afirmará
formalmente que la Iglesia es una,
santa, católica y apostólica, estas son
propiedades esenciales de la verda-
dera Iglesia de Cristo y constituyen
un don que la Iglesia recibe de Cristo.
Unidad
• La Iglesia es Una debido a su
origen. "El modelo y principio de
este misterio es la unidad de un
solo Dios ".
• La Iglesia es Una debido a su
fundador. "Cristo dijo que quería
formar un solo rebaño bajo la guía
de un solo pastor (Cfr.Jn. 10)"
La Iglesia es Una debido a su
"alma": "El Espíritu Santo
que habita en los creyentes y
llena y gobierna a toda la
Iglesia, realiza esa admirable
comu-nión de fieles y une a
todos en Cristo tan
íntimamente que es el
Principio de la unidad de la
Iglesia".
La unidad de la Iglesia consiste
en una unidad en la fe, en la
caridad y en la liturgia, bajo el
gobierno de los apóstoles y
sus sucesores. Algo que
aparece expresado en los
Hechos de los Apóstoles:
"Eran constantes en escuchar
la enseñanza de los apóstoles
y en la comunidad de vida, en
el partir el pan y en las
oraciones" (Hch 2,42).
Santa
La santidad no expresa en la
Biblia una actitud ética
primordialmente, sino una
apropiación por parte de
Dios que santifica una
realidad profana. De ahí que
podamos afirmar que la
Iglesia es santa porque:
• Es de Dios y para Dios. Él
la elige y crea un pueblo
santo
• Jesucristo, el Hijo
amado de Dios, se
entregó por la Iglesia
para hacerla santa.
• El Espíritu Santo,
está presente en ella,
actuando con poder y
haciéndola depositaria
de los bienes de la
salvación que debe
transmitir
Católica
La Iglesia es católica porque la
salvación que Cristo nos trajo se
dirige a todos los hombres sin
excepción. Es Universal.
La catolicidad de la Iglesia se
realiza de forma concreta por la
misión que ha recibido del Señor
para anunciar la Buena Noticia a
todos los hombres.
Apostólica
Apóstol quiere decir enviado. Los cuatro evangelios señalan
que Dios, el Padre, ha enviado a Jesús, su hijo como Salvador del
mundo. A su vez, Jesucristo confió a los apóstoles la misión que
había recibido del Padre, encargándoles predicar en su lugar el
Evangelio a todos los pueblos, con el poder del Espíritu Santo,
hasta la consumación del mundo.
Al servicio de la apostolicidad de
todos los miembros de la Iglesia
está la sucesión apostólica de los
Obispos que garantiza en cada
momento que esta Iglesia nuestra
es l a Igl esi a mi sma d e l o s
apóstoles. Así, la misión de los
Apóstoles se han mantenido
íntegras y vivas mediante la
sucesión apostólica de los obispos,
asistida por el Espíritu Santo.
b) Las imágenes de la Iglesia en el Magisterio de la Iglesia

Como decía Pablo VI, la Iglesia tiene


que avanzar continuamente en su
propia autocomprensión por medio
de la meditación de las «imágenes
reveladas» en la Escritura.
La Eclesiología, a través de los siglos,
ha tenido que continuar utilizando la
mediación de las imágenes bíblicas.
Sin embargo, hemos de ser
conscientes que cada uno de
los modelos tiene sus
aspectos positivos y sus
limitaciones.
Mencionamos los modelos
que a lo largo del tiempo se
han utilizado:
✓La Iglesia como institución
✓La Iglesia como comunión mística
✓La Iglesia como sacramento
✓La Iglesia como heraldo
✓La Iglesia como servidora
✓La Iglesia y la escatología
✓La verdadera Iglesia
✓La Iglesia y las iglesias
✓ Eclesiología y ministerio
✓La Iglesia y la revelación
✓La evaluación de los modelos
c) Las imágenes de la Iglesia en los documentos del CELAM

El CELAM nace en el año 1955,


en Río (Brasil). Sin embargo, la
toma de conciencia de la
colegialidad del episcopado
latinoamericano se realizará
durante la vivencia del Concilio
Vaticano II.
1968, Medellín. Aquí emergen vigorosamente dos temas
mayores: el de los pobres y el de la liberación. La Iglesia (de
liberación) latinoamericana retomaba y replanteaba, de la gran
tradición católica, la figura de la “Iglesia de los pobres”.
Los años siguientes fueron
años muy difíciles y revueltos
que fueron perfilando dos
visiones de Iglesia previas a la
celebración de la III confe-
rencia General del Episcopado
Latinoamericano en Puebla: la
Iglesia popular contrapuesta
con la Iglesia oficial.
A pesar de las dificultades
previas, Puebla concluyó con
una serena y profunda afir-
mación de identidad cristiana,
eclesial y latinoamericana, ín-
timamente entrelazadas. Es el
punto más alto de la auto-
conciencia eclesial y latino-
americana.
Su preciosa eclesiología fue signo de que van quedando atrás
cuestionamientos tumultuosos y crisis de identidad, y se va
incorporando lo mejor de la reflexión teológica latinoamericana
desde la senda iluminante de la “Lumen Gentium”. Llamaba a
todos los bautizados a la “comunión y participación”.
Santo Domingo
La sabiduría eclesial en
Santo Domingo se expresó
en centrar todo en una
vigorosamente fiel confe-
sión de Cristo, y, por lo
demás, retomar y desa-
rrollar en general muchos
temas de la Conferencia
de Puebla.
Santo Domingo representa
una tendencia a volver a una
eclesiología universal con poca
relevancia de la Iglesias locales.
Y a pesar de que fue acusada de
tibieza, no deja de hablar de la
promoción humana y de la so-
lidaridad con los nuevos rostros
sufrientes. También recoge los
desafíos de las culturas indíge-
nas, afroamericanas y mestizas.
Aparecida
Dos son las imágenes que
se utilizan en la V
c o n f e r e n c i a
latinoamericana:
✓ Iglesia discípula-
misionera
✓ Iglesia viva.
La propuesta de Aparecida es
muy sencilla y clara en cuanto que
busca, en un principio, responder
a la invitación de Jesús cuando
llamaba a ser sus discípulos. Y, al
mismo tiempo, desde el primer
encuentro con Jesucristo, si es
verdadero, brota la necesidad de
comunicarlo a los demás. Por
tanto, se busca que en la Iglesia “el
discipulado sea para la misión”.
En cuanto a la segunda
imagen, Aparecida muestra una
Iglesia viva en cuanto que los
discípulos misioneros viven la
plenitud de la vida que ofrece el
encuentro con Jesucristo. De
esta manera todo lo que se hace
es para comunicar la vida, para
que la gente pueda llevar una
vida digna, plena y feliz.
d) La Iglesia y su constitución jerárquica
"Son fieles cristianos quienes,
incorporados a Cristo por el bautismo, se
integran en el Pueblo de Dios y, hechos
partícipes a su modo por esta razón de la
función sacerdotal, profética y real de
Cristo, cada uno según su propia
condición, son llamados a desempeñar la
misión que Dios encomendó cumplir a la
Iglesia en el mundo.
A los apóstoles y sus sucesores
les confirió Cristo la función de
enseñar, santificar y gobernar en
su propio nombre y autoridad.
Pero también los laicos, partícipes
de la función sacerdotal, profética
y real de Cristo, cumplen en la
Iglesia y en el mundo la parte que
les corresponde en la misión de
todo el Pueblo de Dios.
En esos dos grupos JERARQUÍA LAICOS
[jerarquía y laicos] hay fieles
Diaconado
que por la profesión de los Presbiterado
Episcopado
consejos evangélicos [...] se
consagran a Dios y contri-
buyen a la misión salvífica de VIDA RELIGIOSA
la Iglesia según la manera
Hermanos e
peculiar que les es propia. Frailes sacerdotes
institutos de
vida secular…
e) Triple función y poder de la Iglesia

La misión de la Iglesia le
implica tener ciertas capacida-
des que le permitan alcanzar
su fin. Para la consecución de
esta misión Cristo dejó a su
Iglesia tres poderes:
➢enseñar,
➢santificar y;
➢gobernar a los hombres
Enseñar: "Id, pues, enseñad a todas las
gentes..., enseñándoles a observar cuanto Yo
os he mandado" (Mt 28,19-20).
Santificar: “Bautizándolas en
el nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo” (Mt 28,19);
“Este es mi Cuerpo..., haced
esto en memoria mía” (Lc
22,19); “A quien perdonareis
los pecados, les serán perdo-
nados; a quienes se los retu-
viereis, les serán retenidos” (Lc
20,23).
Y gobernar en su nombre: "Si
los desoyere, comunícalo a la
Iglesia, y si a la Iglesia desoye,
sea para ti como gentil o
publicano...; “El que a vosotros
oye, a mí me oye, y el que a
vosotros desecha, a mí me
desecha” (Lc 10,16).

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