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ESTADO DE HIDALGO
INSTITUTO DE CIENCIAS AGROPECUARIAS
8vo Gpo. 2
Auscultación
La auscultación cardiaca se basa en la detección y análisis de sonidos producidos en el corazón por la
apertura y cierre de las válvulas cardiacas, por el flujo sanguíneo dentro de las cámaras cardiacas o a
través de los grandes vasos y por las vibraciones que se producen en las paredes cardiacas cuando se
contraen o se relajan y se llenan de sangre.
Se trata de una técnica diagnóstica imprecisa y que está influida por numerosos factores externos a
los sonidos cardiacos: las condiciones de auscultación no siempre son ni las ideales ni constantes y
regulares, las características del tórax, piel y pelo, incluso de carácter y comportamiento de los
pacientes, son igualmente factores muy variables entre uno y otro.
Influyen otros factores como los equipos usados para la auscultación (estetoscopios o fonendoscopios)
que tienen diferencias significativas entre unos modelos y marcas y otros.
En la auscultación cardíaca nos concentraremos en identificar dos tipos de sonidos:
1. Sonidos circunscritos o transitorios; se definen como RUIDOS
2. Sonidos en forma de vibraciones prolongadas que se definen como SOPLOS
Siempre prestando especial atención a identificar y aislar aquellos que se producen en el corazón y
grandes vasos (y no en vías respiratorias, pleural, roces con piel y pelo o en el exterior – sala de
exploración, sonidos de la calle, conversaciones, etc.) El corazón se ausculta de forma sistemática por
el área de localización aproximada de las válvulas cardíacas, el paciente se deja en la estación sobre
sus cuatro miembros y se evita una sujeción excesiva para limitar el estrés. Las áreas de auscultación
son las siguientes:
a) Área mitral: En el lado izquierdo, en los espacios intercostales 5-6, cerca del borde esternal (unión
costo-condral). En el gato más cerca del 6º espacio intercostal.
b) Área pulmonar: Se localiza desplazando el estetoscopio hacia craneal y ventral (ligeramente) en
los espacios intercostales 3 y 4 (incluso en el 2º espacio intercostal), se localiza, habitualmente,
junto al borde esternal.
c) Área aórtica: Se localiza desplazando el estetoscopio desde el área mitral hacia craneal y dorsal
(ligeramente), aproximadamente en el tercio medio del tórax, por encima de la unión costo-
condral. En el perro suele ser el espacio intercostal 2-4 y en el gato un poco más craneal; espacios
2-3.
d) Área tricúspide: Se localiza en el lado derecho, en el 4 espacio intercostal (3º-5º) entre el tercio
medio y el tercio inferior de la pared torácica, un poco más dorsal que la unión costo-condral.
Aparte de realizar una auscultación esquemática del corazón, no debemos pasar por alto tanto la
inspección del tórax del paciente valorando el patrón respiratorio, como la auscultación del campo
pulmonar (crepitaciones, sibilancias etc). En determinadas situaciones un paciente cardiópata puede
acudir a la consulta con un cuadro de disnea; en esos casos deberemos valorar el tipo de disnea que
presenta (inspiratoria-espiratoriamixta). Al igual que establecer el patrón respiratorio si es de tipo
obstructivo o restrictivo. En los casos de un edema pulmonar nos encontraremos un patrón respiratorio
restrictivo.
En el momento de realizar la auscultación si un soplo es detectado, las causas del mismo podrán ser:
A) Insuficiencias valvulares: mitral, tricúspide, aórtica
B) Estenosis valvulares: pulmonar-aórtica.
C) Shunts cardiacos: defecto tabique ventricular (DTV). Defecto tabique atrial (DTA). Conducto
arterioso persistente (CAP).
D) No estar asociado a enfermedad cardiaca: inocentes o fisiológicos. Fiebre, anemia o estados de
hipoproteinemia.
Los soplos pueden clasificarse según al punto de máxima intensidad (PMI); esto se refiere a la
ubicación donde el soplo es más fuerte. Con respecto al hemitórax izquierdo el PMI se divide en dos
posiciones:
- Base corazón: válvula pulmonar, válvula aórtica.
- Apical: válvula mitral.
Con respecto al hemitorax derecho el PMI es:
- Mitad corazón: válvula tricúspide.
- Borde esternal: en casos de defecto tabique ventricular (DTV).
Según en la fase cardiaca en la que ocurre el soplo puede ser:
- Sistólico: ocurre durante la sístole del corazón.
- Diastólico: ocurre durante la diástole del corazón
- Continúo.
Ocurre en ambas fases cardiacas En nuestra clínica práctica la mayoría de los soplos que auscultamos
son soplos sistólicos. Entre las patologías cardiacas más frecuentes que provocan un soplo sistólico se
encuentra las estenosis valvulares (aórtica-pulmonar) e insuficiencias valvulares (mitral-tricúspide).
Por el contrario, los soplos diastólicos no son frecuentes. Un soplo diastólico lo podremos auscultar en
el caso de tener un paciente con una insuficiencia de la aorta, en la mayoría de los casos provocada
por una endocarditis aórtica. Por último los soplos continuos son típicos del conducto arterioso
persistente.
Una vez detectado el soplo debemos clasificarlo según su intensidad:
a) Grado I: son soplos muy suaves. Son detectados después de varios minutos de auscultación.
b) Grado II: son soplos suaves. Se auscultan bien pero localizados en un área pequeña.
c) Grado III: soplo de intensidad moderada.
d) Grado IV: soplo de intensidad alta. No transmite vibración a la pared torácica.
e) Grado V: soplo de intensidad alta que transmite vibración a la pared torácica.
f) Grado VI: soplo de intensidad muy alta y palpable.
Un dato importante a recordar es que no siempre la intensidad del soplo va asociada con la severidad
de la enfermedad.
- Distensión abdominal: La distensión abdominal puede ser otro de los signos que nos pueden
aproximar al diagnóstico de una enfermedad cardiaca. La presencia de un paciente con ascitis
en el examen físico nos puede hacer sospechar de la existencia de un problema cardiaco
derecho. 6- Inspección de venas yugulares:
Todo paciente que presente ascitis o tengamos la sospecha de un problema cardiaco del lado derecho,
deberemos realizar una inspección de las venas yugulares. Dicho examen nos aporta gran información
sobre las presiones de llenado del lado derecho del corazón. En el caso de que observemos este pulso
yugular como hemos mencionado indicará que existe un aumento de presión en el lado derecho
cardiaco. Si queremos clasificar ese aumento de presión como leve-moderado o grave:
a) Grave: distensión venosa en reposo
b) Moderada: distensión venosa pero con presión digital yugular
c) Leve: en estos casos puede ser que con el examen físico no sea detectado
Examen de la faringe
La faringe se examina mediante una exploración anatómica o física y una exploración funcional
o Exploración Anatómica: En la exploración anatómica se emplean maniobras de inspección
(externa e interna) y palpación.
o Inspección externa: Se procede a elevar ligeramente la cabeza del animal y observar la región
faríngea. Se debe diferenciar las deformaciones propias, de aquellas que corresponden a
afecciones de los órganos vecinos (glándulas salivares, linfonódulos, tiroides).
o Inspección interna: La inspección interna proporciona datos sobre el estado de la mucosa
faríngea.
o Palpación Externa: En condiciones normales la faringe no es palpable porque es un espacio
virtual, sólo es posible la palpación ante la presencia de tumores, cuerpos extraños, abscesos.
En todos éstos casos se obtienen datos de forma y volumen, consistencia, sensibilidad y
temperatura.
o Palpación Interna
o Auscultación: En condiciones normales la faringe no es susceptible a la auscultación,
pero se ha descripto un estridor o cornage faríngeo en las faringitis crónicas,
resultante de la irritación de las terminaciones nerviosas de los músculos
constrictores.
o Exploración funcional de la faringe: Se realiza mediante la maniobra de inspección. El
clínico debe ofrecer alimento al animal y observar la deglución del mismo. Se obtienen datos
con respecto a disfagias de origen faríngeo (parálisis, estenosis, espasmos).
o Métodos Complementarios: Radiografía, radioscopia, endoscopía
Exploración Renal
En la exploración del riñón y pelvis renal el clínico debe considerar:
o Una semiología física representada por los métodos clásicos de exploración, inspección;
palpación.
o Una semiología humoral tendiente a determinar las modificaciones provocadas por la
alteración de la víscera, orgánica o funcionalmente afectada; medio interno y orina.
o Pruebas funcionales: Índice de depuración, aclaramiento o “Clearance”.
Métodos complementarios
1. Examen Objetivo General (EOG)
- Inspección general del sujeto:
- Facies
- Actitudes
- Sensorio
- Conformación
- Estado nutricional
- Estado de la piel y fanera.
Exploración de la Vejiga.
Datos anamnésicos a considerar:
- Polaquiuria: Es un signo frecuente y se caracteriza por micciones frecuentes y de pequeño
volumen
- Tenesmo vesical: Se trata de una alteración generalmente asociada a la anterior y verificable
también por inspección directa y que se caracteriza por contracciones espasmódicas, a veces
dolorosas de la vejiga, con expulsión nula o muy escasa de orina modificada en sus caracteres
(piuria, hematuria).
- Disuria: Signo que al igual que los anteriores puede ser verificado por anamnesis e inspección
directa, caracterizado clínicamente por dificultad en la micción, que puede tener origen en
anomalías vesicales o anexos.
- Enuresis o incontinencia urinaria: Tratase de un signo caracterizado como se expresa en el
epígrafe por la pérdida pasiva de orina en forma continua o intermitente.
- Hematurias
Exploración Física De La Vejiga
- Inspección
- Palpación
- Exploración De La Uretra: Comprende la exploración de las porciones intra y extra-pelvianas
mediante las maniobras de inspección y palpación. Respecto a esta última, y en lo que se
refiere a la exploración intrauretrales se recurrirá a la palpación indirecta o instrumental
(sondaje uretral).
Exploración del macho andrológica externa (Escroto, testículos, prepucio y pene)
Debe hacerse una exploración completa de todos los sistemas corporales. El macho debe ser
cuidadosamente examinado para buscar anomalías que puedan inferir en su libido o en la capacidad
para montar o conseguir la intromisión.
- Inspección directa: Nos fijaremos en posibles asimetrías que nos orientarán sobre la ausencia
de uno (monorquídeos) o de los dos testículos (criptorquídeos), de posibles inflamaciones o
tumoraciones testiculares, así como en la superficie del escroto, presencia de heridas y
cicatrices que nos indicaran si el paciente está castrado.
- Palpación: Mediante la palpación del escroto podemos explorar la presencia del testículo,
apreciando y valorando su tamaño, forma, movilidad, sensibilidad y consistencia.
Los tumores de escroto y testículo en el perro tienen especial interés por ser relativamente
frecuentes (fibromas, sarcomas, carcinomas) en edades avanzadas y que se reflejan con un
aumento de tamaño y de consistencia del testículo afectado.
Otras anomalías que podemos encontrar a la exploración de los testículos son la presencia de
más de dos testículos (poliorquidia) y la unión de los testículos (sinorquidia).
El epidídimo sirve para el trasporte, acumulación y maduración de los espermatozoides; se
explora de manera conjunta su cabeza, cuerpo y cola. Se ha de valorar el tamaño y simetría
de sus estructuras en dependencia con la edad del animal al igual que la sensación tenso
elástica y no dolorosa a la palpación.
Los cordones espermáticos se pueden palpar al examinar el cuello del saco escrotal a nivel del
septo, apreciando un cordón tenso elástico.
PREPUCIO Y PENE
Inspección y Palpación: Con el animal sujeto, en decúbito dorsal, se inspeccionan visualmente el
prepucio y el pene, se palpan para buscar anomalías, por ejemplo:
• Frenillo persistente
• Hipospadias, o
• Estenosis del orificio prepucial.
• Se retrae el prepucio y se exterioriza el pene no erecto.
Esto es esencial para detectar úlceras, escaras, nódulos, tumor venéreo trasmisible (tvt) o signos de
inflamación. El pene se palpa con el pulgar, y con los dos dedos continuos registrando la presencia de
sensibilidad, o cualquier otra anomalía. El hueso peneano se palpa para buscar signos de fractura o
alguna anomalía congénita. El escroto y la piel escrotal se inspeccionan por si hay dermatitis,
inflamación, nudos o engrosamientos venosos.
Músculos.
Por inspección y palpación en los músculos valoraremos:
- Aumentos de tamaño: se pueden deber a miositis (inflamación), abscesos o enfisemas (aire
dentro del músculo).
- Disminución de tamaño: se suelen deber a atrofia.
- Espamos: son alteraciones en el movimiento, que pueden ser de dos clases, tónicos, es decir,
que los músculos están continuamente contraídos, o clónicos, es decir, que las contracciones
son discontinuas y repetidas.
- Temblores: son problemas sistémicos debidos a desequilibrios electrolíticos que influyen en el
movimiento y el músculo.
Huesos.
Por inspección y palpación, podremos valorar en los huesos:
- Deformaciones, ya sean congénitas o adquiridas.
- Fracturas.
- Exóstosis: son sobrecrecimientos óseos.
- Osteopatías sistémicas, como raquitismo u osteomalacia.
Articulaciones.
Por inspección de las articulaciones podemos valorar:
- Aumento de la articulación: se suele dar por inflamación.
- Desviaciones de los aplomos: la desviación en los aplomos no depende tanto de los huesos, sino
que está más relacionado con las articulaciones, por lo que en caso de que se den, tendremos
que valorar los aplomos en todas las direcciones, es decir, caudal, lateral y craneal.
Por palpación de las articulaciones podemos valorar:
- La presencia de líquido.
- Un aumento de la cápsula sinovial.
- Un aumento del tamaño óseo.
Mediante la palpación también realizaremos las llamadas pruebas de amplitud del movimiento, en
las cuales mediremos la limitación de la movilidad por dolor, así como las crepitaciones de las
articulaciones. Si existe una limitación de la movilidad debida a que el animal sufre dolor, puede
deberse a múltiples problemas como espasmo muscular, contracturas, inflamación, aumento de la
cápsula sinovial o estructuras periarticulares, efusión, crecimiento óseo, o desplazamiento o rotura del
menisco.
En el perro y el caballo estas pruebas de limitación de la movilidad consisten en realizar flexiones en
cada articulación de la extremidad, percibiendo dolor o quejas por parte del animal.
Pezuñas y uñas.
Una cojera puede estar relacionada con el mal mantenimiento de las pezuñas, por lo que se
inspecciona, valora:
- Crecimiento excesivo.
- Discontinuidad por fracturas o fisuras.
- Pérdida de sustancia.
- Exudados o costras.
- Zonas palmar/plantar
En las uñas, hay vascularización, pudiendo presentarse problemas de dolor o molestia por causas
como:
- Uñas excesivamente largas.
- Uñas encarnadas.
- Uñas excesivamente cortas por desgaste.
- Fracturas
- Inflamación
- Deformación. En el caso de la leishmaniosis, lo que ocurre es que las uñas crecen de forma
excesiva, proceso llamado onicogriposis.
Una cojera o claudicación es una alteración en la estación o en la marcha, debida a un dolor o a una
alteración mecánica. Las causas de las cojeras son muy diversas:
- Traumatismos.
- Anomalías congénitas.
- Infecciones, como artritis sépticas.
- Alteraciones nerviosas, como parálisis.
- Una combinación varias causas anteriores.
Podemos clasificar las cojeras en tres tipos, en función del momento en que se producen:
a) Cojeras de soporte.
b) Cojeras de movimiento.
c) Cojeras mixtas.
Haremos que el animal ande al paso, primer en línea recta y alejándose de nosotros, observando así
los miembros posteriores, para a continuación que dé la vuelta y se acerque a nosotros, evaluando las
extremidades anteriores. Haremos también que pase por delante para tener una vista lateral. Después
de esto, repetiremos la operación, pero en lugar de al paso, al trote. Todo esto se realizará en línea
recta, tanto en superficie dura como blanda. En la superficie dura podremos notar más cojeras
relacionadas con huesos y articulaciones, mientras que en superficie blanda podremos ver cojeras
relacionadas con tendones y músculos. En el ejercicio, podremos evaluar las cojeras en función de
diferentes grados:
- Grado I: la cojera se evidencia al trote, no al paso.
- Grado II: la alteración se nota al trote y al paso, pero sin movimientos mercados de la cabeza.
- Grado III: la alteración se nota al trote y al paso con movimientos marcados de la cabeza.
- Grado IV: la extremidad no soporta el peso.
Palpación y manipulación.
La palpación la realizaremos de forma sistemática, es decir, de distal a proximal, y de forma bilateral,
con el objetivo de determinar:
- Dolor.
- Crepitación.
- Aumento de T.
- Inflamación.
En la palpación, palparemos:
- El proceso extensor de la tercera falange
- La articulación interfalángica (en el hueso intersesamoideo distal), buscando dolor.
- El menudillo, en busca de distensión sinovial y aumento de la cápsula articular.
- Los ligamentos sesamoideos y tendones flexores superficial y profundo, los cuales se
encuentran en el aspecto caudal del metacarpo.
- Los sesamoideos proximales, buscando dolor.
- El metacarpo, buscando dolor e inflamación.
- Los metacarpianos rudimentarios.
- El ligamento suspensor del menudillo.
- El carpo y el hueso accesorio del carpo, en situación palmar.
- El tarso.
Pruebas de flexión.
En las pruebas de flexión deberemos aguantar cada una de las articulaciones flexionadas durante un
minuto, es decir, las articulaciones de:
- Hombro.
- Olécranon.
- Carpo.
- Menudillo.
- Articulaciones interfalángicas.
- Tarso.
Aislamiento de la cojera por anestesia local: Si dudados de dónde proviene la cojera, podemos utilizar
anestesia local, como lidocaína o mepivacaína, con tal de anestesiar la zona de la cojera y ver si de este
modo camina de forma normal. Siempre se realizará desde distal hasta proximal.
Métodos complementarios: radiología u otros.
TÉCNICA A-FAST
¿Cuándo se debe realizar un A-FAST?
La realización de un examen A-FAST debería ser lo antes posible, a continuación del examen de triaje
después de que el paciente haya entrado en la unidad de cuidados intensivos, a la vez que se están
realizando otras terapias de soporte y de diagnóstico.
Cualquier caso sospechoso de haber recibido un traumatismo, pacientes colapsados (recuperados o no)
con hipotensión, taquicardia y alteración del estado mental sin causa justificada, casos anémicos y
que no responden a tratamiento, cualquier animal postquirúrgico con riesgo de sangrado o peritonitis,
y animales con sospecha de esta última son casos en los que está indicado realizar un A-FAST. Aunque
se debe tener en cuenta que un A-FAST nunca debe ser sustituto de una ecografía abdominal
propiamente dicha en pacientes que lo necesiten.
Cuando se tienen pacientes críticos, se ha visto que exámenes seriados A-FAST permiten la detección
de líquido abdominal que no ha sido identificado en el estudio inicial y, sobre todo, permiten la
detección de cambios en la cantidad de líquido a medida que trascurre el tiempo.
En el caso de un traumatismo penetrante, en medicina humana se ha visto que la técnica de A-FAST
es menos sensible a la hora de detectar lesiones intraabdominales, ya que la técnica omite gran parte
del abdomen y puede no detectarse una lesión muy localizada.
TÉCNICA E-FAST
El examen FAST (Focused Assessment with Sonography in Trauma) busca la presencia de líquido,
que se presume que es sangre en el contexto clínico apropiado, y visualiza 10 estructuras o espacios en
cuatro áreas:
- Pericárdico
- Perihepático
- Periesplénico
- Pelviano
El E-FAST (FAST extendido) también examina los espacios pleurales anterior y lateral (vista
torácica) para evaluar un neumotórax o un derrame pleural, que se asume que es un hemotórax en
pacientes que experimentaron un traumatismo
E-FAST tiene alta sensibilidad y especificidad (en especial en el contexto de hipotensión), se puede
hacer en forma rápida, de manera no invasiva y sin exposición a radiación, y puede repetirse. Debido
a estos beneficios, la ecografía casi ha reemplazado por completo al lavado peritoneal diagnóstico
(LPD) en la evaluación de pacientes con traumatismos.
Aunque E-FAST fue diseñado para acelerar la atención en pacientes lesionados, se ha demostrado que
sus componentes son útiles para realizar ecografía en el sitio de atención (POCUS) en pacientes
hipotensas no lesionadas para identificar líquido libre debido a otras causas.
Protocolo E-fast
Una vez realizada la valoración inicial en el paciente politraumatizado, procedemos a realizar el E-
FAST. Si este es positivo actuaremos en función del ámbito en el que nos encontremos y de los
hallazgos de la exploración. Si el E-FAST es negativo podemos concluir la exploración ecográfica o
volver a realizarla de forma seriada en función del estado del paciente.
Para realizar el E-FAST utilizamos una sonda tipo convex multifrecuencia de entre 3.5 – 5 Mhz.
Colocamos al paciente en decúbito dorsal. Iniciaremos explorando el abdomen. Si existe líquido, éste
se concentrará en la zona más declive. Se evaluarán las cuatro zonas o ventanas fundamentales,
relacionadas con el FAST: Ventana subxifoidea o cardíaca, ventana del cuadrante superior derecho
para evaluar la bolsa de Morrison, ventana del cuadrante superior izquierdo para evaluar el espacio
espleno-renal y ventana suprapúbica. Por último, exploraremos el tórax si decidimos realizar la
extensión del FAST.
Bibliografía
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