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EL CANTO

DE LA
LUNA
EL CANTO
DE LA LUNA
—Monito, hijito, cierra los ojos por favor, ya duerme. —dijo
la mamá Mona.
—Ya estoy muy cansada, anda duérmete en tu ramita.

Pero el Monito solo quería jugar y dormir en la cama de su


mamita. La mamá Mona estaba muy cansada y triste, su esposo
es doctor y está curando a muchos monitos en el hospital.
Hace días que no podían salir de su árbol, todo el bosque
estaba en confinamiento.
—jConfinamiento?, jQué es confinamiento mamá?, gritó el monito.

—Monito mío, es un hermoso tiempo en el que las familias de


monitos van a pasar juntas en sus hogares sin salir al bosque.
Vamos a contar juntos de 10 en 10. ¡Listo!10, 20, 30 días en casa
sin salir. Pero el Consejo de Sabios podría alargar estos días. No
son vacaciones. Es un tiempo en el que todos vamos a aprender a
ser los mejores monitos de toda esta gran floresta.
La mamá Mona no podía visitar a su mamá viejecita.También
estaban prohibidos los abrazos y besos. Una “plaga con corona”
como decía su hijito, estaba enfermando a todos sus vecinos,
principalmente a los ancianos.

—Estoy con miedo a la oscuridad, de pronto se aparece ese


bicho con corona, tengo pesadillas y lo veo en las noches,
es muy feo. —dijo Monito casi a punto de llorar, mientras
doña Luna lo miraba. —Mi papi tampoco está con nosotros
y lo extraño mucho.
—jMiedo a la oscuridad? No lo creo. —exclamó la Luna desde
lo alto y le explicó:

—La oscuridad no hace daño a nadie. La noche es bonita, llena


de estrellas, es tranquila y buena para descansar.
—En la noche todos duermen: grandes y pequeños, caballos, vacas
con sus terneros, pájaros y monitos. —Nadie debe tener miedo a la oscuridad, ni al “bicho con
corona”. Tú lo desapareciste cuando te lavaste bien tus manos.
—Cierra los ojos Monito, que yo te voy a cantar una canción
para que duermas bien.

El Monito cerró los ojos y la Luna le cantó junto con los otros
monos del bosque.
Cantaban y aplaudían a aquellos que estaban cuidando de los
enfermos. El Monito abrió sus ojos y empezó a aplaudir, quería
que su padre lo escuchase.

—Sueña con la primavera y conmigo. Ella vendrá cargada de flores,


cerezos y frutos. Sueña lindo, muy lindo. Cierra tus ojos y duerme
bien.— cantó la Luna.
El Monito fue quedándose dormido y la Luna se fue a conversar
con la mamá Mona.
—jCómo logró hacer dormir a mi hijo doña Luna? —
preguntó la mamá.
—Le canté una canción de cuna. A todos los guaguas les gusta
mucho las canciones que los acaricien y arrullen mientras
duermen.
—Es verdad, yo antes le rascaba su cabecita, diciéndole:
“piojito, piojito” —contó la mamá.
—¡Enséñeme esa canción doña Luna! —le pidió la mamá Mona.
Entonces la Luna desde el alto cielo, enseñó su canción a todas
las mamás y papás del bosque.
La mamá, luego de tomar un refrescante baño y lavarse muy bien
sus manos, fue a acostarse junto a su hijo, abrazándolo con ternura
e infinito amor.
La Luna siguió tranquila su camino. Se sentía feliz, pues sabía que
ahora las familias del bosque gozarían de una “calma invencible”
y cuidarían con amor a sus hijos.
© Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia –
UNICEF UNICEF Ecuador
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Teléfono: (593-2) 2460330
www.unicef.org/ecuador
Quito - Ecuador

Segunda edición: Abril, 2020


Texto: Nydia Quiroz
Diseño e ilustración: Roger
Ycaza Impreso en Ecuador

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