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SITUACIÓN DEL EMPLEO Y EL DESEMPLEO EN

EL PERÚ

La crisis del Covid-19 se produjo en un momento en que el impulso económico se


está desvaneciendo en todo el mundo, según el récord de PIB mundial de
la CEPAL. Un evento global sin precedentes, que afecta a todos los países en una
dirección multisectorial, sin necesidad de una crisis financiera como la de 2008.
Esta vez, el impacto económico se ve como resultado de las prioridades de salud y las
cuarentenas obligatorias. Al preservar el capital humano, la producción y la economía
se estancan, se paralizan o entran en una profunda recesión. Sin duda, estas
opciones dependerán de qué medidas elija cada país y cómo se maneje la situación.
En este punto, definiremos claramente lo que ha sucedido en el Perú en los últimos
meses y su relación con los años pasados.

Por ello, se analizarán algunos de los indicadores más relevantes del empleo


y el desempleo en nuestro país, así como la desigualdad actual en relación al ingreso
total, en relación al PIB per cápita, que no refleja la realidad. Además, se dará una
breve descripción de un tema principalmente relacionado con el trabajo,
ya que cubrimos lo informal y por qué nos limita como sociedad. De ahí la
importancia de distinguir entre el sector informal y el sector formal, pero esto no
necesariamente significa estabilidad en el sector formal, ya que muchos estándares
de salarios y empleados en este campo dependen de la evaluación de las necesidades
de empleo.

Confiar en muchos de los factores mencionados hace que este


tema sea demasiado aburrido para una descripción específica, por lo que se abordará
de manera general. Dando importancia a preguntas como ¿en qué medida y cómo ha
afectado la pandemia al estado del trabajo en el Perú? ¿Cuáles son los mecanismos o
estrategias que pueden revertir la situación actual? En Perú, ¿se garantizan los
derechos laborales básicos? ¿Cuál es la relación entre el PIB per cápita y el ingreso
total? Sin duda son preguntas básicas, ya través de este artículo tendremos ideas más
claras de lo que se ofrece.
Un gran retroceso: Impacto del Covid-19 en el sector laboral peruano
Antes de la pandemia, el panorama laboral en el Perú podía cambiar según la
perspectiva. Por lo tanto, se puede decir que existe un plan para reducir la informalidad con
el fin de mejorar un mercado laboral más justo. Pero si hay alguna posibilidad
de contradicción con la crisis laboral, ahora con el problema de la epidemia, ha
desaparecido por completo.
Una comparación simple para el trimestre de abril a mayo de 2019; Con el trimestre del año
2020, reflejando una disminución del 39,6% en la tasa de ejecución. Es decir, en junio, la
cantidad de desocupados en el país era de casi 6 millones 720 mil. En este
apartado, no sería de extrañar que las mayores proporciones correspondieran a las
zonas costeras, ya que la densidad de población en ellas supera con creces a la de las zonas
montañosas y boscosas. La culminación de esta dimensión es el análisis de los sectores
más afectados y otros que han experimentado un crecimiento significativo de la fuerza
laboral.
La población ocupada en el sector principal aumentó un 17,3%, destacando la
agricultura activa aumentando el porcentaje, mientras que la pesca y la minería redujeron
la población ocupada. Los sectores secundario y terciario, incluyendo la
manufactura, la construcción, el comercio y los servicios, son los que más reducen los
recursos humanos y de donde saldrán los cerca de 6 millones de desempleados.
Con estos datos, se puede predecir que el futuro del empleo y la reducción de la
desigualdad está lejos de lo que cabría esperar. A pesar de aliviar las restricciones de
salud y estimular la economía, el margen laboral se ha ampliado. Esto todavía no tiene
relación con lo que se ha probado en el aumento de la pandemia. Por
ejemplo, tendríamos: la dinámica de la demanda informal, o el fracaso de las ayudas y
subsidios a organizaciones y familias. Ambos casos tendrán consecuencias, sociales o
económicas, como reflejo del agotamiento de la planificación y la ineficacia del accionar
estatal.
Al concluir esta primera parte, me gustaría enfatizar los esfuerzos del estado para reactivar
gradualmente la economía, tomando las medidas sanitarias adecuadas. Sepa que en otros
países europeos se están apresurando a restaurar su economía y ahora están
sufriendo nuevas oleadas masivas de infecciones. Esperemos que lo ocurrido hace
unos meses detenga a nuestros representantes. La forma en que eligen la heterogeneidad
económica y la diversificación laboral. Con políticas que apoyen a las pequeñas empresas e
inviertan en tecnología en actividades económicas discriminatorias como la
agricultura. Esto plantea otras preguntas como: ¿Por qué ser agricultor en el Perú es
sinónimo de pobreza? Durante la pandemia, nos muestra cuánto podemos aportar a esta
actividad esencial.
Indicadores macroeconómicos y el trabajo decente
En la Conferencia Internacional del Trabajo del 2002, propuso una respuesta integral
basada en los cuatro pilares del trabajo decente: empleo, derechos en el trabajo, diálogo
social y fiesta de la protección social. Por ello, en esta parte del artículo consideraremos la
relación entre la calidad de los derechos laborales aplicables a nuestro país y el PIB, y sus
efectos sobre el individuo y. Para una mejor comprensión no se tendrá en cuenta ni la
pandemia ni el factor de crisis política actual.
Según un estudio de 2018 de la Confederación Sindical Internacional, Perú ocupó el
cuarto lugar en cinco rankings de países donde estos derechos son más respetados. Según
esta clasificación, el Perú se encuentra entre los países con “violaciones sistémicas de
derechos”. Para entender mejor el programa de trabajo, el Informe de Desarrollo (PLADES)
asegura que, en Perú en el 2019, de cada 100 trabajadores del sector público y privado,
solo 8 pertenecen a sindicatos. Es decir, al observar el sector formal, del cual el sector
informal en gran medida representa menos del 30%, el sector en sí no garantiza ningún
derecho laboral. A menos que el Estado intervenga en este libre mercado, continuarán
los casos de explotación laboral, como vemos a menudo en los centros comerciales o en
los supermercados transnacionales. A través de estrategias temporales, y aprovechando la
demanda de trabajo, lograron liberarse de cuotas adicionales como la del Seguro Social. Así,
en el Perú no existe el pleno disfrute de los derechos laborales sino sólo un aumento de
la desigualdad. Esto significa que los titulares de cargos públicos o privados que todavía
están haciendo su trabajo (independientemente de su desempeño) obtienen mayores
beneficios cada año, eliminando así oportunidades competitivas. No es una expresión más
común decir que los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres.
En términos de PIB per cápita, en 2019 alcanzó los $7.183, un incremento de 0,6% respecto
al año anterior. Cabría pensar que el daño a la mencionada cantidad anual per
cápita sería positivo. Esto se debe a que, en promedio, el ingreso mensual será
cercano a los 2000 soles. Sin embargo, la principal limitación de este indicador
macroeconómico es su límite matemático, que dista mucho de la realidad. Es claro que
el peruano promedio no gana dos mil soles al mes y, de hecho, si gana el salario mínimo de
930 soles en condiciones óptimas, entonces podemos hablar de reducción de la pobreza. Es
por esto que el valor del PIB per cápita como
indicador del desarrollo económico es simplemente una falacia de prosperidad. Entonces se
puede entender que, lo que se presenta en todo discurso político, el énfasis está en el
crecimiento económico, la defensa del supuesto desarrollo de la sociedad. Todo es mentira
y la realidad nos lo dice: la tasa de paro va en aumento. Reducir las oportunidades de
empleo ante problemas distintos a la competitividad; La desigualdad salarial está
aumentando; La pobreza deja de extenderse.

Conclusiones:
La pandemia actual ha afectado a todos los sectores empresariales excepto al
agrícola. Además, con la crisis sanitaria desapareció cualquier posibilidad de mejora en
estos problemas. Vivimos en un período de desempleo masivo y fuerte
crecimiento informal como resultado de la satisfacción de nuestras necesidades básicas. 
El Perú debe cambiar su base económica. Fomentando la diversificación de actividades y
la inversión en tecnología. De esta forma se estimularán los empleos y las empresas
nacionales.
Se necesita fortalecer la competitividad y el sistema financiero para crear flujos saludables
en el mercado laboral y, por lo tanto, mejores oportunidades laborales.
Se destacó la falta de garantías de los derechos de los trabajadores, la ausencia de un
estado y la posibilidad de un mercado libre de abusos contra los trabajadores. En
este sentido, la reforma constitucional será un tema a resolver.
Nuestra sociedad no puede macro economía. Bueno, no según indicadores que reflejan lo
que pasé como peruano, pero refuerza la idea de desigualdad social.
Nuestros representantes no saben por lo que está pasando la gente y cuáles son sus
necesidades.
Comentario final: No puedo entender que, ante tantos problemas y fallas estructurales,
nuestros políticos realmente no estén trabajando por el cambio y solo les
interese la continuidad del poder. No ganaremos nada si persiste este egoísmo y esta
actitud. Es triste lo que están pasando ahora, y parece que es más importante un conflicto
político entre las grandes potencias que proponer planes reales. Ya hay suficiente literatura,
teoría ideológica para aplicar y aún más expertos nacionales que merecen una posición
pública para enfrentar esta crisis. Pero solo prevalece el caciquismo, la corrupción y el
interés propio, dejándonos ser juzgados por gente inexperta sin ninguna ventaja.
Necesitamos marcar la diferencia y demostrar que la política no es sucia, sino un
sistema contaminado por gente sin escrúpulos. Como ciudadanos, debemos actuar y el
conocimiento es nuestra mejor arma. No nos conformamos con criticar, sino también con
generar ideas y convicciones, porque al final el país no
son estos representantes, sino el pueblo.
Bibliografía
1. INEI (2020) Informe técnico. Comportamiento de los indicadores de mercado laboral
a Nivel Nacional

2. Organización Internacional del Trabajo (OIT). (2013). La economía informal y el


trabajo decente: una guía de recursos sobre políticas, apoyando la transición hacia la
formalidad.

3. Organización Internacional del Trabajo (OIT). (2020). Panorama laboral en tiempos de


la COVID-19. Perú Impactos de la COVID- en el empleo y 19 los ingresos laborales

4. Programa Laboral de desarrollo (PLADES) (2019). La negociación colectiva en el Perú.


Lima, Perú

5. BCRP (2019) Actividad Productiva y Empleo. Lima, Perú Recuperado. de:


https://www.bcrp.gob.pe/docs/Publicaciones/Memoria/2019/memoria-bcrp-2019-
1.pdf

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