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Segunda República desde finales del siglo

XIX hasta principios del siglo XX.


La inestabilidad política en los inicios del siglo XX
A la caída del régimen dictatorial de Lilís, resurgió el caudillismo, con el
mismo ímpetu que tuvo durante la primera República y durante gran parte
de la segunda. Esta vez lo encabezarían Juan Isidro Jiménez, quien presidiría
la facción denominada Los Bolos, mientras que Vásquez la de los Coludos.
De esta manera, la militancia partidaria se identificaría con las peleas de
gallos, que fue el pasatiempo preferido de los dominicanos hasta 1916,
cuando los norteamericanos impondrían el beisbol.
La mayoría de los integrantes de los Bolos estuvo concentrada en las zonas
rurales, principalmente en el Cibao, además de tener en sus filas a los ex
integrantes del Partido Rojo o baecistas, mientras que los Coludos fueron
fuertes en Santo Domingo y poblaciones aledañas, y se nutrieron de los
antiguos azules o liberales.
Situación del país al término del siglo XIX:
• La República se encontraba totalmente arruinada, endeudada y con los ingresos
en poder de la Improvement.
• La región Sur padeció un profundo cambio a partir de 1886 al ser sustituida la
economía maderera y ganadera por la producción de caña de azúcar.
• La región Norte además del cultivo de tabaco se dedicó a la del cacao y café.
• Sánchez y San Pedro de Macorís, sustituyeron a Montecristi y Puerto Plata, como
principales centros de comercialización.
• Muchos comerciantes de prestigio quedaron arruinados debido a las continuas
crisis financieras y a las emisiones monetarias.
• Se incrementaron las emigraciones de personas de distintas nacionalidades.
• Surgió un grupo de comerciantes Lilisistas que si se beneficiaron de la política del
tirano.
Los principales caudillos y hechos destacados:
Horacio Vásquez Fueron los dos principales caudillos dominicanos en las primeras décadas del siglo veinte,
representan el tránsito entre el caudillo militarista o caciquista y el nuevo caudillo civil, urbano e
Juan Isidro Jiménes intelectual que se enseñorea de la vida dominicana.
Ramón Cáceres Fue un continuador de la política entreguista que, en favor de la Nación del Norte, desarrolló
Morales Languásco, como quedó demostrado, a partir de 1907 cuando hizo aprobar en el
Congreso dominicano, el 3 de mayo de ese año, la Convención DominicoAmericana, mediante la
cual Estados Unidos quedó con el control de las actividades financieras del país, y con el derecho
de intervenir en la vida política dominicana cuando estimara que las operaciones de la Receptoría
General de Aduanas y Cobros no fueran de su agrado.
Morales Político entreguista, accionaba en favor de la Nación del Norte.
Languasco
Desiderio Cayó abatido por las tropas del supercaudillo que los ocupantes norteamericanos habían
Arias adiestrado para que sirviera de guardián a las enormes inversiones realizadas en la nueva
economía agro exportadora.
Los bandos predominantes: Bolos-Jimenistas,
Coludos- Horacistas
Los nuevos Caudillos del siglo XX: Horacio Vásquez y Juan Isidro Jiménez, en 1899 se organizaron unas elecciones
“libres” que presentaba como candidato a la presidencia a Don Juan Isidro Jiménez, ocupando Vásquez la
vicepresidencia. Con esta candidatura única y con la votación indirecta que Lilís había conseguido restablecer en la
reforma constitucional del 1896 fueron elegidos, ambos ciudadanos, y tomaron posesión, para un período de 4
años, el 15 de noviembre de 1899.

El Bando de los Coludos: Llamado Bando de los Bolos: Llamados Jimenistas


también “robudos y horacistas”. Su líder al ser Juan Isidro Jiménez su líder, su
era Horacio Vásquez, su distintivo era un insignia era un gallo sin cola o “bolo”, su
gallo con cola larga y su color el rojo. Este color azul. Este más tarde desarrolló dos
partido jugó un importante papel en la tendencias:
vida política de la República posterior a la 1. Los bolos patas blancas de Jiménez.
muerte de Lilís. 2. 2. Los bolos patas prietas de Desiderio
Arias.
El despotismo del gobierno de Ramón Cáceres
Una serie de medidas, algunas de ellas drásticas, adoptó Ramón Cáceres, desde que
asumió a la Presidencia:
• Firmó dos contratos en 1906 para la construcción y administración de dos nuevos
ferrocarriles. Uno que comunicaría a Santiago y Moca, y otro al Seibo con la Romana.
• El comercio exterior se dinamizo extraordinariamente en 1905 como lo revelan las
exportaciones que se realizaron.
• Dispuso, concluido el señalado plazo, se aniquilará todo el ganado, y así dejar a los
guerrilleros sin ningún tipo de sustento, aplicando de esta manera lo que se conoce
como la política de “tierra arrasada”.
• se destruyeron las riquezas de la zona y centenares de personas, que no atendieron
el ultimátum dado, fueron asesinadas fríamente ante la consigna de “Vivo ni los
lagartos”.
• a través de lo que se llamó las devastaciones de la Línea, impuso la paz en el país,
pero a sangre y fuego, tal y como se lo sugirieron los norteamericanos y los sectores
dominantes de la época.
Las convenciones dominico- americanas del
1905-1907
La política interna que aplicó Cáceres se correspondió con las directrices trazadas por
los Estados Unidos, particularmente en lo relativo a una legislación favorable a la
inversión de capitales extranjeros e incentivos de la producción agrícola que
conllevaron a la proletarización del campesinado.
Cáceres hizo aprobar en el Congreso dominicano, el 3 de mayo de ese año, la
Convención DominicoAmericana, mediante la cual Estados Unidos quedó con el control
de las actividades financieras del país, y con el derecho de intervenir en la vida política
dominicana cuando estimara que las operaciones de la Receptoría General de Aduanas
y Cobros no fueran de su agrado.
Política económica y deuda externa
La presencia del capitalismo en la República Dominicana marcó un hito en la historia
económica dominicana a partir de finales del Siglo XIX. Pero como ya se ha visto, el
capitalismo dominicano desde sus inicios fue un capitalismo dependiente y atrasado,
que nació y se desarrolló sobre las bases de factores externos: externos fueron los
capitales originales, externos los individuos concretos que portaban dichos capitales e
inversiones, y hasta cierto punto externos una gran cantidad de la mano de obra, pero,
asimismo, externo el mercado al cual estaba destinada la producción.
Esas características, sumadas al hecho de que dicho capitalismo no era auto generado,
ni tampoco logró el establecimiento de un mercado local, son las determinantes para
definir el capitalismo dominicano, como dependiente. Esa es la razón histórica por la
cual el capitalismo no pudiera romper de raíz con algunas formas de producción
precapitalistas. Por otra parte, la política económica del Gobierno militar
norteamericano reprodujo a gran escala esas características generales del capitalismo,
éste logró una gran promoción durante los años de la ocupación.
Política económica y deuda externa
Bajo el régimen de política arancelaria el cual respondía al interés de los Estados
Unidos de mantener la dependencia del país en todos los niveles de la actividad
económica, el país vivió durante los primeros años de la ocupación militar
norteamericana una situación de prosperidad relativa, debido a los altos precios del
azúcar; pero a pesar de ello, el gobierno de ocupación paradójicamente no saldó la
deuda total del país, sino que por el contrario se hicieron nuevos empréstitos, cuyos
fondos se usaron en programas de Obras Públicas, Educación y Salud.
Fin del gobierno de Cáceres
En 1911, Cáceres se encontraba confiado de que las contradicciones políticas surgidas
en el seno del Jimenismo no afectarían su Gobierno, por lo que desconoció por
completo la trama, que en su contra realizaban personeros de su régimen. El
gobernante se descuidó y continuó efectuando sus paseos vespertinos, lo que fue
aprovechado por un grupo de fascinerosos que, el 19 de noviembre de 1911, lo
acribillaron a balazos en Güibia, mientras pasaba en horas de la tarde, por la carretera
del Oeste, que él había iniciado, y que en la actualidad se denomina, inexplicablemente
avenida George Washington, próximo a la avenida Máximo Gómez.
Cáceres fue víctima de sus propias maquinaciones, ultimado por personas que
estuvieron a su lado, y a las cuales disgustó, como fue el caso de Luis Tejera, quien
nunca le perdonó el no haberlo escogido como Jefe de la Armada.

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