poético, al terreno de lo imaginario, están de acuerdo en reconocer a la imaginación, en todas sus manifestaciones, religiosas y míticas, literarias y estéticas, el poder realmente metafísico de enfrentar sus obras a la «podredumbre » de la Muerte y del Destino» • El mito es una elaboración imaginaria donde se lamina este originario impulso religioso, una racionalización simbólico-cultural en la que el abismo sin fondo da paso al sentido. • «El mito es esencialmente un modo por el que la sociedad catectiza con significaciones el mundo y su propia vida en el mundo, un mundo y una vida que estarían de otra manera evidentemente privados de sentidos» (Castoriadis, 1994: 71). • No hay sociedad sin mito, ya que el constructo mítico ofrece: • una respuesta al por qué y al para qué presentes en todo cuerpo social, • un sentido solidificado a un mundo de por sí intrínsecamente contingente. • lo más característico del mito es ser fundacional, su capacidad para crear y re-crear un sólido universo de significación que impide que se ponga al descubierto «el absolutismo de la realidad». • El mito tiene su anclaje en un ámbito de la vida individual y colectiva más allá del orden propiamente racional. • Las elaboraciones míticas emanan de una experiencia humana que transita por derroteros distintos a los de la razón, el pensamiento lógico o el discurso científico. • Existe una lógica sentimental, afectiva y emotiva que se halla en el trasfondo del mito. • la persistencia cultural del mito deja descubrir un componente antropológico alógico, aparentemente exiliado en una visión del mundo en donde prima una racionalidad excluyente. • «Todos los intentos de intelectualizar el mito, de explicarlo como expresión alegórica de una verdad teórica o moral, han fracasado porque, ignoraban los hechos fundamentales de la experiencia mítica. • El sustrato del mito es sentimiento; la coherencia del mito y de la religión primitiva depende en mucho mayor grado de la unidad del sentimiento o «lógica simpatética», que nos posibilita considerar el mito, primordialmente, como un «sentimiento general de la vida». • El mito es un instaurador de orden en un mundo de por sí en manos de la arbitrariedad y del azar. • Leszek Kolakowski: el mito contiene en sí mismo «la negación de la contingencia del mundo» (Kolakowski, 1975:133). • Las creaciones míticas y los universos simbólicos clausuran las preguntas acerca de las ultimidades que afectan constantemente a la vida humana y en las que se amenazan la visión aproblematizada del mundo. Carácter protector del mito ofrece seguridad en una mantiene una firme interpretación significativa del inseguridad ontológica de mundo que legitima el lugar del fondo, hombre en el cosmos.
el relato mítico «es la lógica que actúa
para dar al mundo una unidad, un orden, crea un orden a partir de un un sentido primordial; es captar cómo la creación pensada a partir de un caos originario e inquietante inicial impone sin cesar el doble juego de desorden. las fuerzas del orden y el desorden, y las figuras mediante las cuales aquellas actúan» (Balandier,1996: 19). Mito y ritualidad El mito funciona porque propone un orden protector, donde se ha neutralizado simbólicamente una primigenia y latente violencia originaria (Girard, 1998: 97-126).
El rito, que acompaña las celebraciones re-actualizadoras de un mito
fundador, posee la facultad de sujetar a los participantes a una regla, instaurar una repetitividad; eliminando, de este modo, la impredicibilidad y fortaleciendo el sentimiento de orden y protección. La filosofía como ensayo mitológico • el espíritu filosófico pretende colmar la duda y la indecisión a través de una justificación racional del acontecer del mundo, por poner orden en el desorden., persigue por derroteros que no son los del mito el mismo objetivo: introducir un orden en el deambular existencial del hombre. • «Si la mitología es una primera metafísica, la metafísica debe ser comprendida como una mitología segunda» (Gusdorf, 1979: 337). Mito e imaginación • La imaginación humana anhela trascender la facticidad de lo real. • Resulta de una creatividad mediante la cual se amplifica nuestro horizonte de experiencia vital. • Lo imaginario nace de un irrefrenable afán por ir más allá de lo dado, por construir formas simbólico-culturales que dotan de una significación al mundo circundante. Es así como en toda forma cultural está presente un inevitable componente de ilusión, ficcional. • Heredamos una distinción entre el mito y la historia que ya no es aplicable • El mito fue considerado como una falla de la capacidad humana para la abstracción: lo que se representaba como luchas reales entre dioses, el mundo actual sabe que puede expresarse por medio de una razón abstracta. Tradición • En el siglo XIX se percibía la historia como libre de las intervenciones de los dioses, como una cadena académica continua cerrada de causas y efectos, que puede ser descripta objetivamente sin prejuicios personales o cosmológicos interponiéndose ante los hechos . • El mito se convirtió en un término peyorativo que expresa el entusiasmo y la fertilidad de la imaginación humana no cultivada para negar, o para errar al percibir, sus condiciones históricas. Henri Bergson y Gastón Bachelard • El hombre cohabita en un universo ficcional, le es sumamente indispensable para afrontar su vida. Lo propio del ser humano, es «fabricar espíritus y dioses» (Bergson, 1996: 250), es edificar mundos imaginarios, estrategias antropológicas protectoras frente a la incertidumbre que caracteriza permanentemente a la vida. • La lógica de lo imaginario tiene su anclaje en el orden de lo vivencial, en una demanda humana por transfigurar lo real, y que no hay que evaluadr en términos intelectualistas al modo de la psicología fenomenológica sartreana Henri Bergson y Gastón Bachelard
• El mito, en cuanto ilusión solidificada,
ensoñación cristalizada culturalmente, es resultado de un fluir de la imaginación que se proyecta en una posible doble vertiente: hacia el pasado (memoria mítica) o hacia le futuro (utopía) • Consiste en un «dinamismo proyectivo que, a través de todas las estructuras del proyecto imaginario, procura mejorar la La función situación del hombre en el mundo» (Durand, 1971: 127). eufemizadora • Existiría una función fantástica, «marca de la originaria del espíritu», enraizada en una imaginación dimensión trascendental y universal atribuible a la imaginación. La eufemización, definitoria de lo imaginario, descansa en la facultad de la creación, • Las construcciones mítico- imaginarias, son accesibles a través de una sociología de lo profundo, El terror de la • Implican abolir la temporalidad historia profana, congelar el tiempo Mircea Eliade histórico e instaurar una temporalidad diferente por la que tratamos de contrarrestar el terror de la historia. • En los mitos, «los instintos pueden alcanzar las satisfacciones que la realidad les niega» a los hombres. • Los mitos son ilusiones Roger Caillois: resultantes del despliegue de la mito e ilusión imaginación, que nacen de la incapacidad natural «aceptar sin reservas la realidad con sus imperiosas prerrogativas» (Rosset, 1993: 9). • «una fabulosa noosfera estética/artística, que los media han multiplicado y diseminado, reina a su vez sobre nosotros, pero de forma singular: creemos profundamente en ella, estamos penetrados, embrujados por ella, pero no le conferimos Edgar Morin el mismo tipo de existencia que los y la noosfera creyentes en sus mitos» (Morin, 1998: 131). La noosfera, poblada de mitos y de otras expresiones culturales que emanan de lo imaginario, se superpone a posteriori sobre el mundo real y dota a éste de una significación particular. Es así como lo imaginario se torna finalmente real. • Hay un modelo monovalente de racionalidad representado por una objetividad científico-técnica al servicio de la eficacia y la operatividad, que sugiere un absoluto dominio de la naturaleza. • La entronización de la razón moderna conlleva un obstinado esfuerzo por eliminar el misterio de las cosas y la conversión de éstas en meros Modernidad y ejemplares desprovistos de singularidad. desmitificación • La modernidad implica una ruptura del cordón umbilical que había anudado del mundo saber y sentido. «En el camino hacia la ciencia moderna los hombres renuncian al sentido. Sustituyen el concepto por la fórmula, la causa por la regla y la probabilidad» (Horkheimer y Adorno, 1994: 59, 61). • En «asegurar la primacía del método por encima del ente (naturaleza e historia), el cual se convierte en algo objetivo dentro de la investigación » (Heidegger, 1996: 84). • La ciencia moderna transforma la totalidad de ¿En qué los entes en «objeto de representación explicativa» (Ibid: 86), convierte, al ente en consiste objetividad. La verdad deviene certeza de una propiamente representación objetiva. La «moderna imagen del mundo», concibe el mundo como imagen, lo la esencia de entiende como una representación objetiva, «la imagen del mundo no pasa de ser medieval a ser la ciencia moderna, sino por el propio hecho de que el Moderna? mundo pueda convertirse en imagen lo que caracteriza la esencia de la Edad Moderna» (Ibid: 89). • La imagen moderna del mundo entiende el ente como representabilidad, de allí surgen el cálculo, la planificación y la corrección de ¿En qué consiste todas las cosas; la esencia de la • «lo cuantitativo se convierte en una cualidad propia». Es el triunfo final de una visión ciencia Moderna? racional del mundo, de un «monoteísmo de la razón», donde se entiende «que, en principio, se pueden dominar todas las cosas mediante el cálculo. Esto significa, el desencantamiento del mundo» (Weber, 1992: 67). Lleva a cabo el ocultamiento de la divinidad, de lo sagrado, del mito, de aquellas instancias que tradicionalmente ofrecían una significación a las experiencias La época fundamentales que afectaban al ser humano: el dolor, la muerte o el amor. moderna para La palabra nihilismo, indica que la nada es esencial, que desde cualquier perspectiva Heidegger todo es nada, expresa la laguna de sentido que la modernidad ha desplegado La época moderna para Benjamin • Nuestra actividad social, por fuerte que pueda llegar a ser, falla en una cosa: ha perdido su dignidad metafísica. Se ha convertido en una cuestión de mero orden público, de bienestar personal. Casi todos aquellos que actúan socialmente lo hacen como un asunto vinculado a la civilización, como la luz eléctrica, el dolor ha quedado secularizado La época • Entrañaría un proceso de racionalización de las imágenes del mundo que en «las culturas moderna para superiores», identificadas con las sociedades modernas, se verifica Jürgen en una disolución de las figuras mítico-narrativas, religiosas,
Habermas cosmológicas o metafísicas de
pensamiento • La evolución de la cultura occidental implicaría una inevitable «descentración de las imágenes del mundo» que conllevaría que los fundamentos últimos que habían guiado con anterioridad la La época interpretación global del mundo deban ser reconvertidos bajo la forma de un moderna consenso racional (Habermas, 1992: 104). La imagen mítica del mundo sería para Jürgen «sociocéntrica»; en ella los individuos se ven privados de cuestionar, bajo Habermas pretensiones de validez susceptibles de crítica, las orientaciones centrales de la vida social. • Ya no se trata de mitos cosmogónicos o teogónicos, de relatos originarios y Las ejemplarizantes, sino de figuraciones de mitos sociogónicos (Rivière, lo imaginario 1991) en donde, a través de lo imaginario, se inviste de en la aura mitológica a modernidad determinadas instancias o procesos sociales. El imaginario del progreso. La razón moderna deviene mito
• La idea de progreso nace como una secularización profana de la
teología que está en el trasfondo de este monoteísmo, «nuestro mundo moderno es profano e irreligioso y, no obstante, depende del credo cristiano, del que se ha emancipado. La ambición de ser creativo y el esfuerzo por una realización futura reflejan la fe en la creación y en la consumación, aun cuando se tengan por desatinados mitos» (Löwith, 1973: 227). El imaginario del progreso según Koselleck
• La noción de progreso surge en el siglo XVIII ,y se trata
«de una arriesgada combinación entre política y profecía» • Al finalizar la Edad Media, se arraiga la idea de la inminencia de un tiempo final de redención. • A partir del siglo XVI, el auge de la ciencia propiciará que la antigua esperanza judeocristiana se desplace de modo que en el nuevo horizonte de consideración del progreso «ya no es Dios el señor de la acción, sino que lo es el hombre» El imaginario del progreso según Koselleck
• «la aceleración del tiempo se convierte en el Siglo
XVIII en una obligación de planificación temporal, aún antes de que la técnica abra completamente el espacio de experiencia adecuado a la aceleración» • Se gesta en la conciencia europea una temporalidad de progreso, un tiempo en el que la experiencia del presente se substrae a la de un futuro siempre anhelado. Se encuentran en esta concepción expectativas apocalípticas cristianas de un tiempo final. • La conquista del porvenir obedece exclusivamente a la praxis humana. El anhelo de salvación al final de los tiempos se mundaniza como un proyecto el «mito de de liberación intrahistórico, de redención secularizada, con una prospección de progreso» futuro. asienta el • Hay un vestigio religioso: «la idea de que el tiempo solamente tiene sentido una «Imaginario vez consumado». Esta «futurización de la historia» entraña la supeditación de la central» significación de la actualidad en función occidental de la dirección histórica prediseñada. • El horizonte de la salvación sigue estando presente, si bien ahora se transforma en un principio activo y planificador, en una tarea de construcción de futuro dependiente del propio hombre. . Las construcciones mítico-imaginarias como configuradoras de identidades socio-políticas
• La integridad de una sociedad
descansa sobre una coparticipación en un centro simbólico, en unas imágenes, creencias y valores centrales que gobiernan la totalidad de sus actividades. Construcciones • La modernidad desafía el universo simbólico- mítico-imaginarias religioso tradicional y socava el centro simbólico sobre el que gravitaba la vida de las sociedades son premodernas, suscitando la demanda de un configuradoras de equivalente funcional que pueda suplir la laguna provocada por la desaparición de aquel. identidades socio- • La erosión de la religión cristiana por el políticas pensamiento ilustrado en Occidente hace necesaria una religión civil para sostener la integración normativa de la sociedad, pues sin un centro neurálgico que respalde un ordene, las sociedades pueden verse en proceso de descomposición. Las construcciones mítico-imaginarias como configuradoras de identidades socio-políticas «Hay una profesión de fe puramente civil, cuyos artículos fija el soberano, no como dogmas de religión, sino como normas de sociabilidad, sin las cuales es imposible ser buen ciudadano y súbdito fiel.
El Estado Nación recurre a una instancia imaginaria,
a un mito fundante, —y al acompañamiento de una ritualidad simbólica— en torno al cual gravita un sentimiento de colectividad; de este modo «objetiva políticamente el «nosotros », la comunidad» Las construcciones mítico-imaginarias • Se requiere la consolidación de un imaginario soporte para el como configuradoras afianzamiento de un «espíritu nacional», favorecedor de la congregación de de identidades socio- los individuos en torno a un ideal común forjará el vínculo colectivo deslindado ahora de una legitimación trascendente. políticas • «Con el reflujo de la creencia religiosa no desapareció el El sufrimiento que formaba parte de ella. La desintegración del paraíso: nacimiento nada hace a la fatalidad más arbitraria. El absurdo de la salvación: de las nada hace más necesario otro estilo comunidades de continuidad. Lo que se requería entonces era una transformación políticas secular de la fatalidad en continuidad, de la contingencia en modernas significado. Identidad e imaginación • En las ideologías políticas, la huella del componente mítico-imaginario propicia entre los coparticipantes de un determinado grupo la cristalización de una imagen de sí mismo, «permite la elaboración de la relación del grupo a su origen, certificando la identidad del fiel que legitima mediante este rodeo su orden vivido o proyectado, y cuya acción se moviliza para mantener o establecer este orden» (Rivière,1991: 11). • Reactualizan un antiguo mito mesiánico que aspira a la consecución de un paraíso terrenal en el que se alcance un estado de pureza absoluta; un orden social ideal, nunca realizado y proyectado en el porvenir. • Organizan y controlan el tiempo colectivo Las utopías sobre el plano simbólico, «conjuran el porvenir acogiendo y estructurando los políticas sueños y las esperanzas de una sociedad otra» (Baczko, 1984: 9). • Tratan de ocultar las miserias del presente, proyectando la felicidad sobre un tiempo final de la historia, proclamando «un orden refabricado, radicalmente negador de las tensiones, crisis y desgracias del presente» (Rivière, 1990: 36). • Lo cierto es que vivimos en un mundo lingüístico, sin una meta-narrativa, y experimentamos el mundo y la historia a través de los filtros de nuestras mini-narrativas "regionales" • Lo humano está condenado a la narrativa. Pero no estamos atrapados en un mundo lingüístico. Las metáforas y los símbolos de nuestras mini-narrativas abren el horizonte de sus narrativas a "más," y señalan el carácter dinámico de la experiencia, la condición de posibilidad que la metáfora y los símbolos tengan significado. • Mientras el mito y la historia colapsan en un proceso dinámico de comprensión del mundo, nuestra experiencia y nuestra comprensión ("historia" y "mito") nos llevan más allá de nuestro horizonte narrativo del momento a "más." Mito e historia colapsan en la temporalidad. • Los límites de la razón son un obstáculo y una ayuda. Los límites nos impiden ir más allá de ellos; la necesidad de las presuposiciones en toda narrativa impide que lleguemos a una narrativa absoluta. Al mismo tiempo, esos límites Los límites de nos posibilitan experimentar cualquier cosa del todo. La razón no puede ser transparene para sí la razón misma; depende de presuposiciones que ella no puede definir ni probar. • La razón es ciega a sus propias condiciones de posibilidad cuando intentan el conocimiento absoluto. • Narrativa paradigma, o modelo son esenciales para comprender lo humano como dependiente del mito en la conciencia. Procesos de • Toda conciencia es mítica. Nuestra situación lingüística y experiencial organización y activa tensiones internas dentro del mito. estructuración • Estas tensiones internas señalan las condiciones de posibilidad de nuestra experiencia de la temporalidad o de la historia. ¿Cómo experimentamos el mundo? • La función de la imaginación transcendental (Heidegger) permite encontrar al otro. • Es posible y necesario hablar de una coherencia interna entre mito, historia, e imaginación. HISTORY AND MYTH IN THE 19TH CENTURY: EMPIRICISM VERSUS INFANTILE PROJECTION
• Se pensó que el siglo XIX era el umbral de una
nueva época de bienestar material y espiritual a medida que la conciencia se liberaba del mito y se dedicaba a comprender el tejido compacto de causas y efectos finitos. La historia como una secuencia causal finita proporcionó una coherencia objetiva o positivista entre el pasado, el presente y el futuro de ninguna manera determinada por lo sobrenatural (o mítico) excepto cuando estableció las condiciones necesarias para que la historia transcurriera. MYTH, METAPHOR, AND SYMBOL: THE • Según Clifford Geertz, la cultura es el DYNAMIC funcionamiento del mito en la conciencia "MORE" TO humana. Él escribe sobre la "cultura EXPERIENCE AND verdadera" como "... 'un sistema ordenado de significado y símbolos... en términos de UNDERSTANDING los cuales los individuos definen su mundo, expresan sus sentimientos y hacen sus juicios'... MYTH, METAPHOR, AND SYMBOL: THE DYNAMIC "MORE" TO EXPERIENCE AND UNDERSTANDING
• "... los patrones culturales tienen un doble aspecto
intrínseco: dan significado, es decir, una forma conceptual objetiva, a la realidad social y psicológica al amoldarse a ella " (1973: 93). • Pero, ¿cómo se lleva a cabo esta configuración (es decir, el cambio)? ¿Ocurre por medio de una lucha externa entre el sistema lingüístico (es decir, el mito) y la estructura de personalidad particular del individuo (como rebelde o como subordinado), porque son inconmensurables? • ¿O este cambio se produce tanto por una tensión interna dentro del propio sistema lingüístico como por esta confrontación externa? Más que hablar de tensiones internas y externas que demandan una nueva respuesta de significado interpretativo, Geertz piensa que el cambio es el resultado de una confrontación externa entre el sistema de símbolos y la "estructura de la personalidad".*
Sugiere, primero, que uno reconozca un distinción entre
"cultura" y "estructura social": "La cultura es el tejido de significado en función del cual los seres humanos interpretan su experiencia y guían su acción; la estructura social es la forma que toma la acción, la red de relaciones sociales realmente existente" ( 1973: 145). • Geertz identifica tres elementos que funcionan en un sistema de acción social completamente concreto: • un componente cultural; • una estructura social; • y la estructura de la personalidad. Se desarrolla una tensión necesaria entre estos elementos, sostiene, porque no son congruentes (1973: 145). De esta tensión como resultado de su inconmensurabilidad viene la transformación. El intento de comprender la interacción de estos tres elementos Geertz ha denominado el "enfoque funcionalista dinámico" de la cultura: • Ricoeur habla de una tensión metafórica dentro del discurso que anuncia de la manera más radical la profundidad ontológica del lenguaje precisamente a través de aquellos elementos del lenguaje (metáfora) y del mito (símbolo) que normalmente se tiende a ver como excepciones al lenguaje. Ricoeur sugiere que la metáfora y el símbolo no son excepciones dentro del lenguaje. • Sus tensiones traicionan la regla. • Ricoeur identifica tres elementos de tensión en la metáfora. • Si se entiende que la metáfora funciona a nivel de la oración, se entiende que el símbolo funciona según las mismas tensiones pero a nivel de la narración (mito): • 1) una tensión dentro de la declaración (narrativa); • 2) Una tensión entre dos interpretaciones; • 3) una tensión en la función relacional de la cópula, es decir, "entre identidad y diferencia en el juego de la semejanza" (1977:247). A los efectos del presente análisis, el tercer elemento de tensión, relacionado con el funcionamiento de la cópula, es el más significativo. • La metáfora y el símbolo tienen dos prioridades sobre otras formas de discurso: una prioridad temporal en la medida en que brindan el "shock" inicial para "pensar más" de lo que parece ser el caso, y una prioridad ontológica en la que anuncian "la visión dinámica de realidad que es la ontología implícita del enunciado metafórico”. La metáfora l símbolo es lo que da lugar al pensamiento. El pensamiento, lo categórico, nunca puede reemplazar a la metáfora l símbolo; nunca puede haber una descripción apofántica, literal, que pueda agotar el significado de la metáfora/símbolo o que pueda agotar el significado del mundo de la vida. La poética precede al pensamiento incluso cuando el pensamiento, en la interpretación, apunta al "fundamento" de la poética. • Si la imaginación es el reino de lo 'similar’, el intelecto lo es de 'lo mismo’. • Siempre que las cosas son 'parecidas', también está presente una identidad en sentido estricto y verdadero’” • La interpretación funciona en la intersección de dos dominios, metafórico y especulativo... Por un lado, la claridad del concepto: por el otro, espera conservar el dinamismo de significado que encierra el concepto e identificarlo con exactitud. . . [Donde falla la comprensión, la imaginación todavía tiene el poder de 'presentar' (Darstellung) la Idea. Es esta 'presentación' de la Idea por la imaginación lo que obliga al pensamiento conceptual a pensar más. • La imaginación creadora no es otra cosa que esta exigencia puesta al pensamiento conceptual. • En los mitos, «los instintos pueden alcanzar las satisfacciones que la realidad les niega» a los hombres. • Los mitos son ilusiones resultantes del despliegue de la imaginación, pero ese tipo de ilusiones que nacerían de esa incapacidad de «aceptar sin reservas la realidad con sus imperiosas prerrogativas»
id A. EL IMAGINARIO DEL PROGRESO.
• LA RAZÓN MODERNA DEVIENE MITO
La historia se transforma en un proceso lineal e irreversible; en
contraste con la cíclica doctrina del eterno retorno de lo mismo que alimentara la mentalidad del mundo antiguo. • Con la modernidad, el «mito de progreso» se convierte en «Imaginario central» de Occidente. Consiste en la conquista de un A. EL deseado porvenir por la praxis humana. El anhelo de salvación al final de los tiempos se IMAGINARIO mundaneiza como un proyecto de liberación intrahistórico, de redención secularizada, DEL con una prospección de futuro. PROGRESO. • Esta «futurización de la historia» entraña la supeditación de la significación de la actualidad en función de la dirección histórica prediseñada. • El horizonte de la salvación sigue estando presente, si bien ahora se transforma en un A. EL principio activo y planificador, en una tarea IMAGINARIO de construcción de futuro dependiente del propio hombre. Queda perfilada, así, la DEL emergencia del homofaber, representante de una concepción prometeica de la historia PROGRESO. en la que el hombre persigue un completo plegamiento de la naturaleza sus fines. • «Tratar aun hombre como cosa, o como puro sistema mecánico, no es menos, sino más imaginario que pretender ver en él a un búho; representa incluso un grado mayor de adicción a lo imaginario, pues el parentesco real del hombre con un búho es incomparablemente mayor que el que tiene con una máquina, y ninguna sociedad primitiva aplicó jamás tan radicalmente las consecuencias de sus asimilaciones de los hombres a otra cosa que lo hace la industria moderna con su metáfora del hombre- autómata.» (Castoriadis, 1983: 274). • La época moderna instaura un modelo monovalente de racionalidad que, representada por una objetividad científico- técnica al servicio de la eficacia y la operatividad, se encamina a un absoluto MODERNIDAD Y dominio de la naturaleza. DESMITIFICACIÓN DEL MUNDO • La entronización de la razón moderna conlleva un obstinado esfuerzo por eliminar el misterio de las cosas y la conversión de éstas en meros ejemplares desprovistos de singularidad. • La modernidad implica una ruptura del cordón umbilical que había anudado indisociablemente saber y sentido. MODERNIDAD Y • «En el camino hacia la DESMITIFICACIÓN • ciencia moderna los hombres renuncian al DEL MUNDO sentido. Sustituyen el concepto por la fórmula, la causa por la regla y la probabilidad»