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la Técnica
Introducción a
la Filosofía
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Filosofía de la técnica
Hasta aquí, el alumno ha venido estudiando autores y momentos clave de la
historia de la filosofía. Luego del abordaje de los cuatro momentos más im-
portantes (edad antigua, moderna, media y contemporánea), con matices y
acentos, ahora nos abocaremos a algunas problemáticas más concretas que
hacen a algunos dilemas de nuestra época en donde todos estamos sumer-
gidos. Con esta lectura, el alumno entrará en contacto con esta rama de la
filosofía (la de la técnica) y con temas propios de ella como es el paso de la
técnica del artesano a la del técnico (punto 4.1.1 del programa) y la temática
del mundo de la imagen (punto 4.1.2 del programa). Evidentemente no se
pretende agotar estas perspectivas en pocas páginas, por lo que se brindará
una mirada global y de conjunto.
A modo de introducción
Algo de historia
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que la técnica es un conocimiento inferior en relación a la filosofía que es el
conocimiento superior. El prejuicio platónico recién indicado, se repite en
Aristóteles. La técnica sirve para la producción de objetos materiales según
el modelo del logos (razón). Y vuelve a separar la producción de objetos ma-
teriales con las capacidades superiores como la filosofía, la política o las vir-
tudes. En este sentido existe una descalificación de la técnica y de los arte-
sanos.
En la época moderna
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este sentido, la técnica es la posibilidad de lo nuevo y de lo nuevo para el
hombre que es limitado. Pero la técnica amplía el horizonte.
A partir de los años 70’, la filosofía de la técnica irá adquiriendo cada vez más
estatus propio dentro de las disciplinas filosóficas. Si bien hay una diversidad
de temas e intereses en este campo, a partir de los 80’, pueden delinearse
algunas corrientes que se relacionan, por ejempolo con el pensamiento de
Heidegger, y que se han desarrollado, sobre todo, en USA. Otra distinción
que podría hacerse, a modo de polos contrapuestos, es la que tiene que ver
con los prejuicios de los que da cuenta la historia entre filosofía y técnica. De
aquí emergen dos persepctivas que, grosso modo, pueden distinguirse entre
filosofía humanista y filosofía analítica de la técnica. Dentro de esta tensión
entre ambas tendencias, el enfoque humanista ha cobrado un peso muy re-
levante en el marco de la filosofía de la técnica. Una de las características
más frecuentes del enfoque humanista, es el cuestionamiento hacia la tec-
nología que se muestra en una crítica amplia que puede llegar hasta una
mirada antitecnológica.
Algo muy distinto sucede cuando surge la máquina como tal a partir de la
revolución industrial. La máquina pasa a un primer plano y el ser humano
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pasa a un segundo plano. En todo caso, el ser humano se concibe como
ayuda o suplemento de la máquina. Se trata de la técnica del técnico. La ca-
pacidad técnica se vuelve casi omnipotente y no se trata de algo al azar sino
de una intencionalidad. Tampoco se encuentra limitada al artesano o a un
tipo peculiar de persona. La técnica todopoderosa se vuelve un riesgo.
Riesgo que se ha visto evidente en la utilización de la técnica en el uso de la
guerra. Es decir, la técnica para matar y ya no para construir, como en el caso
de la técnica del artesano.
Pero hoy asistimos a una suerte de inversión, no sólo de los términos, sino
también de los contenidos. Aquella imagen del mundo que sirvió para la in-
terpretación de la vida se ha trastocado ahora un mundo de la imagen que
tiene que ver con las tecnologías globalizadoras. Hay una suerte de primado
de la “apariencia” que vuelve a los sujetos más pendientes de su propia ima-
gen como sucede también en el mundo del marketing. Aquí, precisamente,
el éxito de un producto tiene que ver con su imagen, con el envase. Esto está
relacionado estrechamente con el mundo virtual y, últimamente, con las re-
des sociales. El mundo de las redes sociales también está provocando la
emergencia de un nuevo sujeto que no sólo está más pendiente de su ima-
gen sino también dispuesto a mostrar cada vez con menos prurito, su propia
vida. La necesidad de mostrarse de este nuevo sujeto y la dependencia cada
vez mayor al mundo virtual no puede menos que cuestionar a la propia filo-
sofía: ¿qué es lo real cuando lo virtual se convierte en el criterio de vida?
¿Qué tipo de sujeto emerge cuando lo virtual va cobrando cada vez más im-
portancia? ¿Puede la imagen terminar de decir todo lo que somos? Son pre-
guntas que surgen del mundo de la técnica y que cuestionan lo que el sujeto
es y debe hacer.
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Referencias
Medina, M. (1995). Tecnología y filosofía: más allá de los prejuicios epistemológicos
y humanistas. Recuperado de http://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/26032
/1/93866.pdf