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Algunos

planes de
vida.
Por Elizabeth de
Bianca.
Capítulo 1.
Tahuel x Baldasare
Rosas crueles.
Algunas rosas tienen demasiadas espinas, otras tan pocas que no se sienten, pero
supongo que las más hermosas tienen demasiadas espinas, porque no todos se
atreven a tocarlas.
Son como Tahuel, Tahuel es… ¿frio? Tal vez un poco, pero no es malo,
simplemente es diferente.
Tahuel toco la puerta una vez más, sus nudillos arremetieron contra la puerta y esta
produjo a su vez un sonido firme, entonces Baldasare corrió a la puerta y abrió casi
al instante.
Bienvenido Tahuel-dijo Baldasare sonriéndole mientras abría la puerta
completamente, feliz de que el regresase a casa, aunque no vio más que una cara de
enojo.
-¿por qué no abrías la puerta?-ni un hola, ni un abrazo.
-perdona, estaba cocinando y no escuchaba.
-tsk, está bien…-le entrego a Baldasare su saco de vestir y unos papeles- iré a
darme una ducha.
Era claro que había tenido un mal día, pues su carácter se veía desde lejos, además
si estaba de humor, le preguntaba a Baldasare si había tenido un buen día, cosa que
no hizo hoy.
En el momento en que lo vio salir supuso que estaba de peor humor, maldiciendo a
medio mundo con esos ojos que parecían tener fuego eterno.
Baldasare puso el plato de espagueti en la mesa, una copa, a Tahuel le encantaba
tomar un buen ron, o en algunos casos, un tequila preparado en la cena.
-ya está servida la cena…-dos platos estaban en la mesa.
Sentando Tahuel, espero con poca paciencia que Baldasare se acercara él, y cuando
este lo hizo, Baldasare sonrió nervioso, tenía miedo de que la comida no fuese del
agrado de Tahuel.
-se ve delicioso, por cierto-dijo Tahuel depositándole más confianza a Baldasare, y
entonces, deslizo su lengua por el cuello de este, mordiendo un pedacito de piel-te
extrañe mi conejillo de indias.
-espero que te guste-respondió Baldasare ignorando la acción caliente de su novio,
ni un comentario, ni solo un leve sonrojo, además de una cara rara, como si la
acción nunca hubiese pasado, eso le molesto a Tahuel.
-¿vas a comer conmigo?-pregunto Tahuel de nuevo con ese fuego en los ojos.
-claro-dijo este llevando una taza de lado de su plato, pues Baldasare no ha probado
nada de alcohol desde hace mucho, prefería tomar café.
-tráeme otra copa de vidrio y un ron blanco, el cinco estrellas-pidió Tahuel
encendiendo un cigarro marlboro y exhalando el humo blanco, esto le molesto a
Baldasare, le dedico una mirada de molestia.
-deja de mirarme así, solo es un cigarro-ordeno Tahuel.
-no, Tahuel, no se debe fumar en la mesa.
-dejare de fumar si tomas hoy conmigo, dejare de fumar y me quitaras el mal
humor, 2x1.-burlo Tahuel satisfecho de su broma.
-está bien, tomo contigo-dijo Baldasare tratando de sonreír.
Y así, estos dos se pusieron a beber de sus copas, y comer de sus platos hasta que
con solo algunas copas, Baldasare ya está cansado, incapaz de moverse.
-te vez muy bien…-susurro Tahuel acercándose , dándole un beso que el otro no
correspondió, cosa que saco de quicio a Tahuel-¡basta, mierda! Por qué no
correspondes al beso... ¿por qué no me dices nada?-pregunto en voz alta.
Baldasare se negó a contestar.
-Si eso quieres…-comenzó otro beso, está vez, uno fuerte y aprisionador, mordidas,
pellizcos, todo acompañado sutilmente de agarres con la mano de Tahuel, un
jaloneo en el cabello.
-¡ay! ¡Auch!-fue la expresión de Baldasare acompañada de unas lágrimas y una cara
que reflejaba claramente el dolor.
-déjate con tus estupideces, niégate, o dime que te gusta lo que quieras.
Baldasare negó con la cabeza fuertemente, Tahuel antes de que terminara de mover
su cabeza, arranco de una vez la camiseta de Baldasare, este dio un chillido
asustado.
-con que así va a ser…-dijo Tahuel antes de comenzar a sacar el cinturón que el
tenia puesto, y después el pantalón, Baldasare cerró los ojos con un tanto de
indiferencia.- ¿te gusta conejillo de indias?
- ¡basta! -grito Baldasare mirando a Tahuel con el cabello desecho, cubierto de
sudor y lágrimas de sus ojos hasta su pecho- ¡no me llames así! -a completo
llorando en el pecho de Tahuel.
-¿te molesta?-pregunto Tahuel parando sus acciones desbocadas.
-¡escuche el otro día! ¡Lo escuche, unos chicos hablando de ti! ¡Soy una prueba!
¡Soy tu sujeto de pruebas! Soy…soy… ¡tú conejillo de indias! –Baldasare espero
que Tahuel reaccionara, espero gritos, insultos, quizá una bofetada, pero en vez de
eso, recibió un fuerte abrazo que hizo que se pegara aun Más, al pecho de este.
-estúpido, te digo así porque de niño me compro mi padre antes de ir a la guerra un
conejillo de ojos avellana, tierno, pequeño… se parecía a ti, idiota, si tanto tenías la
duda me podrías decir…imbécil…imbécil.
Baldasare dejo de llorar, impactado por la revelación le dedico una mirada, le dio
un pequeño beso a Tahuel, correspondió a su abrazo, asustado del enojo de hace un
momento.
-per…perdóname Tahuel…soy tonto…puedes decirme cómo quieres…
-tonto…-otro beso, pero este muy dulce, empalagoso hasta no más, donde Tahuel
acaricio la espalda del conejillo, y este correspondía con sus labios suaves los
movimientos de su amado.
Lo curioso del amor, es sentir tu corazón tan solo cuando te decepcionan, las rosas
podrán ser mi flor favorita, pero ni todas las rosas del mundo reemplazarán a
Tahuel.

Capítulo 2.
Tahuel x Baldasare
Un problema de maternidad. (Primera parte)
Algunas veces veo en la televisión como las madres abrazan a sus hijos, me
pregunto dónde estará la mía…porque desde que tenía 7 no la veo…no sé si ella
quiere verme, de cualquier forma, ella me vendió con Erlen.
-te dejare esta vez $800 euros-dijo Tahuel mostrándole el dinero en la mesa-ya sé
que te sabes administrar bien, así que esto es para ti-dijo dándole $200 euros,
Baldasare le asintió-el dinero de la mesa es de hoy sábado hasta el viernes, pero los
domingos y las cenas de los sábados yo daré la comida.
Baldasare asintió, si no fuese porque él, sabia la rutina se hubiese revuelto con la
explicación de Tahuel, pero ya sabía de antemano la rutina: los sábados (días de
paga) Tahuel le daba una cantidad para que Baldasare atendiese la casa como es
debido, cocinara, pero los domingos, y las cenas de los sábados las seguía pagando
Tahuel, además de que comían en otra parte.
También le daba algo a Baldasare, y este, a veces sin saber cómo utilizarlo lo
guardaba, tenía planeado invitarlo el próximo sábado, faltaba poco.
Entonces Tahuel se fue a trabajar, hoy salía temprano, a las 5:00pm, Baldasare
también salió de la casa, quería comprar algunas cosas antes de cocinar.
Después de media hora regreso a su casa, sacando de vez en vez las cosas que había
comprado, para recordar el precio de todo puso el ticket en el refrigerador, $183,
como total.
Alguien toco la puerta, Baldasare extrañado observo en el picaporte una hermosa
blusa de color hueso, una falda morada con adornos blancos, unos tacones de color
hueso también, abrió la puerta.
-disculpe, ¿sabe si esta es la residencia de Baldasare Cossa?-pregunto la mujer con
hermosa voz.
-soy yo-dijo este cohibiéndose, tratando de sonreír, la extraña lo abrazo
efusivamente.
-¿ya no reconoces a tu madre Vanya?...-Vanya, hace tanto que no escuchaba su
segundo nombre.
-¿ma…mama?-pregunto Baldasare correspondiendo su abrazo, esta sin soltarlo.
-Baldasare, te he estado buscando desde hace mucho, no sabes, recorrí Francia y
después supe que estabas en España… vine aquí y me tomo días buscarte…
Como si fuese una visita, ni un comentario sobre Erlen, nada.
-debes saber que quiero tener contacto contigo, ¿Dónde…donde está Erlen?-
pregunto la madre observando la casa.
-ya no trabajo para el…lo deje de ver hace casi un año.
-¿entonces de quien es la casa?-pregunto la madre.
-es de…es de mi novio…
La cara de la madre rebozo una sonrisa.
-me alegra por ti…estoy tan feliz de que estés bien, pero podría incomodarle a él,
será mejor de que te visite en otra ocasión.
Baldasare reacciono, no quería que se fuese su madre ni un segundo, la tomo de la
mano…
-no mama, espera, él llega hasta las 5:00pm, además es tranquilo, amigable, muy
bueno, le vas a agradar, quédate conmigo…por favor.
La madre sonrió, asintió.
Comenzó a cocinar, él y su madre platicaban de algunos temas antiguos, de la
época, no podía estar más contento, salió el tema de Tahuel.
-¿a qué se dedica?-pregunto la madre.
-es general en el ejército de España-respondió Baldasare encendiendo la estufa,
estaba orgulloso de lo duro que trabajaba Tahuel, podría decirse que presumió un
poco, miro a Edith por encima de la mesa-bar, su madre estaba sentada en la mesa.
-qué maravilla, un general-la madre sonrió bebiendo el té de la taza que Baldasare
le había traído.
-¿Cómo es él?-pregunto una vez más.
-es…él es la mejor persona que he podido conocer, es bueno, me trata bien, tiene
gustos raros, le encanta como cocino, mide mucho más que yo, es así de alto-dijo
Baldasare poniéndose de puntitas y estirando su brazo-creo que así.
-se nota que te gusta mucho-dijo tratando de sonreír la madre.
-sí, la verdad es que desde que lo vi por primera vez…escuche su voz… me
enamore de él…
La puerta se abrió, Tahuel había buscado el duplicado de la llave, y entro, sin
prestar atención a la presencia extraña, aun ni la había notado, leía con esmero una
carta, mientras fumaba, dejo el cigarro en el cenicero de la mesa.
-buenas tardes conejito-dijo en voz alta yendo en la cocina, depositándole un suave
beso en los labios, y acariciando su cabello con expresión seria, casi fulminadora.
Al parecer había tenido un día tranquilo, lo habían retirado pronto (no eran más de
las 3:00pm) y venia de buen humor.
-buenas tardes Tahuel-dijo Vanya esperando a que se diese cuenta de su madre,
sonrojado por el apodo de conejito que Tahuel le había dicho.
-¿son reportes?-pregunto Baldasare sobre la carta, este negó.
-es una carta de Tateshuo, dice que quizá regrese a España este año, en principios
de junio.
- ¿Tateshuo Kimiki? -la voz de la mujer llena de asombro se escuchó, Tahuel se
percató de la presencia de la madre.
-¿Quién es?-pregunto Tahuel mirando a Baldasare, como si buscase una respuesta
en los ojos de este, Baldasare le tomo de la mano.
-Tahuel, te presento a mí… mi madre.
-mucho gusto, soy Edith Ross Cossa-dijo la señora haciendo una pequeña
reverencia-supongo que usted es…
-el novio y propietario de Baldasare-sin vacilar, había dicho “propietario” como si
Baldasare fuese de verdad un conejillo que él había comprado.
-Tahuel, es un gusto conocerte, y saber que mi hijo está en buenas manos.
-más que eso, diría que está en mejores que las de usted.
Momento de silencio, ambos, Tahuel y Edith fruncieron el ceño.
-Tahuel…-una dulce voz triste se escuchó bajamente, ambos peleoneros voltearon a
ver al pequeño Baldasare-basta.
Tahuel tuvo ganas de gritar, pero en vez de eso, simplemente cruzo los brazos.
-¿Cómo sabes que no estaba en buenas manos?-pregunto Edith con una voz
prensada.
-fácil, Baldasare no ha dicho una palabra de ti nunca, eso es suficiente para mi
-¿sabes qué edad tiene Baldasare? 17,-respondió ella misma- aun no es mayor de
edad como tú lo aparentas.
-así si es, pero al menos…
-basta por favor, madre, por favor.
Edith asintió, Baldasare aún no le tenía demasiada confianza, una prueba de ello es
que le había llamado la atención a ella, y no a Tahuel, además era mal plan pelearse
con el general, eso no sería bueno para sus futuros planes.
-discúlpame hijo, en verdad, también tú, Tahuel, supongo que eh estado estresada,
lo siento y un gusto conocerte Tahuel.
Tahuel había esperado de todo menos eso, sin embargo solo asintió, estaba
demasiado de buen humor como para amenazar con fusilar a la madre de su novio.
Y Tahuel se sentó en la mesa.
-serviré el almuerzo, Tahuel, hice algo especial para ti, ahora vengo.-y salió este
disparado a la cocina, sirviendo tres platos de lo que parecía ser caldo, albóndigas
exactamente.
La madre fingió un suspiro.
-buen provecho-dijo levantándose y haciendo un gesto de despedida, la cara de
Baldasare cambio rápidamente.
-mama… ¿no comerás?-pregunto Vanya tristemente.
-ah, no quisiera molestar cariño.
Tahuel dudo un segundo si había sido muy duro con la mujer.
-mama, no te preocupes come con nosotros por favor.
-coma con nosotros hoy, la comida española es del agrado de muchos-las palabras
de Tahuel se dirigieron a la mujer.
-gracias.
-ah, ¿Qué decía Tateshuo?-pregunto Baldasare curioso cuando habían comenzado a
comer.
-que vendrá a principios de junio, te manda saludos, y dice que el niño te manda
muchos saludos.
-Mirako-la cara de Baldasare estuvo alegre- ¿Cómo están ellos?
-bien supongo, Mirako ya comenzó su último grado en la preparatoria y Tateshuo
viajo a roma hace tres meses, alega no haber pisado España por las exigencias de
Mirako.
-me lo imagino, no le gusta que se valla, es totalmente comprensible.
-claro que no, ¿Qué harías tu si me asignan cuatro meses a puerto Vallarta? ¿Llorar?
-claro que lloraría, no te vería en mucho tiempo, no quiero, te seguiría, iría contigo.
-no te dejaría ir en un lugar tan peligroso.
-disculpen, ¿conocen a Tateshuo Kimiki?-pregunto la madre la duda que tuvo desde
el principio.
-claro, es un amigo de Tahuel desde que era pequeño, yo lo conocí cuando llego a
España el anterior año.-explico Baldasare sonriendo.
Eso explica porque parecen vivir cómodamente, con Tahuel teniendo tales
amistades, no dudo que tengan dinero de sobra-dedujo la madre de Baldasare.
-oh, qué lindo, no sabía que lo conocías-fingió un gesto de sabor en la comida-esta
delicioso.
No es que no lo estuviera, simplemente ella no estaba concentrada en el sabor.
-bien, es hora de irme-anuncio la madre cuando se hubo terminado la comida,
Baldasare sintió de nuevo esa tristeza.
-re…regresaras ¿verdad? -la pregunta de Baldasare no conmovió a la madre, pero
que más, la madre fingió tristeza
-vendré un día de estos, eso es seguro.
Y así se fue de esa casa dejando a su hijo con una esperanza de retorno.
-ahora estamos solos-la voz de Tahuel se escuchó detrás de Baldasare-supongo que
ahora que ella no está, podre hacer de general…
Y diciendo esto lo abrazo efusivamente, no hay duda de que quería una recompensa
por controlar el carácter del diablo que siempre traía.
-ta…Tahuel no tengo ganas-dijo Baldasare sintiendo su cuerpo estremecerse con los
susurros de Tahuel.
-insubordinación… -dijo Tahuel mordiendo un pedazo del cuello, hace más de 5
semanas que no lo hacían y estaba ardiendo por hacerlo de nuevo, no le importaba
en ese momento si Baldasare solo quería bañarse y dormir, había planeado hacerlo
hoy y lo haría.
Los cambios de horario de Tahuel, el hecho de que Baldasare no volviera al cuartel,
los días ocupados, las reuniones generales, las salidas de los sábados, todo lo estaba
alejando de su vida amorosa y sexual, incluso hubieran podido hacerlo en la tarde
de no ser porque estaba la madre de Baldasare, no es que meter a la cama a
Baldasare fuera su único momento amoroso, en realidad disfrutaba dormir con él,
comer con él, charlar con él, en fin, todo, y era claro que no podían hacerlo todo el
tiempo, Baldasare era frágil, delicado, aunque Tahuel no lo quisiese admitir,
recordó el intenso dolor del que se quejó Baldasare por ese maratón de 3 veces
seguidas, cuando Baldasare no se levantó de la cama todo el día, y hasta el día
siguiente en la noche, si de por si todo era doloroso, con la dichosa fuerza que tenía
Tahuel, Baldasare debía aprender a no forzarse demasiado.
-¿quieres hacerlo?-pregunto Tahuel directamente.
-la verdad, es que si-admitió Baldasare dándose la vuelta y sonriendo sonrojado.
Y Tahuel comenzó a caminar agarrado de la mano con Baldasare, se sentó en el
sillón.
-pensé que iríamos a la cama-dijo Baldasare, Tahuel rio burlonamente.
-aquí está bien-señalo y jalo a Baldasare, comenzó un beso.
Un beso delicioso, un beso acompañado de un sabor dulzoso y agrio a la vez,
Tahuel sin perder el tiempo desabotono la camiseta, un botón a la vez, hasta que,
con el tacto, se dio cuenta de que no había más botones, excepto el del pantalón, lo
desabotono, Baldasare se flexiono un momento para que el pantalón le fuese
quitado, quedando en solo bóxer, Tahuel contemplo su obra maestra, y el mismo se
quitó la camiseta.
El olor entre los dos se hizo presente, cada vez que rozaban su cuerpo se expandía
ese aroma.
Bajo a Baldasare, increíblemente, pudo ponerlo de modo en que su rostro veía el
suelo alfombrado.
-es una hermosa posición.
Alago Tahuel, acariciando la espalda de este, sonriéndole sin que Baldasare se dé
cuenta.
Hubo un gimo de dolor cuando Tahuel jalo hacia atrás el cabello de este.
-agh…mi cabello…-el susurro de Baldasare fue percatado por su amo.
-tranquilo, lo tengo aquí…-una pequeña risa burlona y sádica, Baldasare solo hizo
lo que siempre hacia, asintió sumiso.
-eso es, relájate-la voz tensa de Tahuel fue la señal de que Baldasare debía rápido
adaptarse, porque su novio no esperaría mucho.
-ah…-las manos de Tahuel no descansaron, buscaron por doquier donde tocar,
donde difundir el veneno del éxtasis de una manera que pidiera hacer sentir bien a
su asustadizo conejillo de indias.
Entre venenos y venenos, gemidos y gritos, sonrojos, quejidos, éxtasis y placer,
pasaron la noche en vela, amándose, sintiendo de nuevo esa conexión-satisfacción
que ambos anhelaban.

Capítulo 3.
Día de limpieza.
(Timothy x Kennedy)
Era ya las 6:00am, el cielo despegado y frio anunciaban en Francia un hermoso
invierno, y en la casa de los “Crespo”, Andreu, de 15 años, Diane la pequeña de 10
y Danny de 4, hermanos menores de Timothy se despedían de él, junto con su
madre para irse a casa de la abuela Marggy, y aunque todas las semanas las pasaban
allí, Timothy sentía que el día era especial, y no era para menos, solo en casa, en el
día de limpieza del mes, donde limpiaba hasta el último rincón de la casa, desde los
pisos hasta los techos, desde los cuartos hasta la bodega y desde la cocina hasta el
jardín
Algo irrumpió sus planes, un toque en la puerta y el sonido del timbre.
Observo desde el picaporte el cabello verde brillante de su novio, Kennedy Miller y
abrió la puerta.
-hola, oye Tim, ¿podría quedarme contigo hoy? Mis padres viajaron y…
Timothy parecía no escuchar, le sonrió.
-¿me estas escuchando?-pregunto Ken de mala gana al ver la cara perdida del amor
de su vida.
-si corazón-dijo este mirando por fin al chico-es solo que siempre estoy solo
limpiando una vez al mes, bueno, no quisiera incomodarte.
-oh, tranquilo, de todos modos tengo trabajo, me quedare arriba haciendo la tesis de
quien pudo haberle hecho eso a nuestra victima-respondió este sacando del
frigorífico una soda, un plato de comida y encaminándose al cuarto de Tim, no era
la primera vez que se quedaba con él, además le parecía mejor no molestar.
Tim se quedo solo en la sala, sonrió, amaba los sábados de limpieza absoluta, pero
estaría bien ¿Qué podría salir mal?
Saco del estante de la cocina trapos de limpieza, cloro, detergente quitamanchas,
limpiador de estufas, cocina, baño, etcétera.
Kennedy dio un mordisco al emparedado, observo al hombre herido en gravedad,
horrible. Detestaba que Murrall, el jefe le diese esa clase de tareas, pero ni modo,
tenía que cumplirlas.
Saco de su bolsa dos tiquet de compras, recordó el día de ayer cuando fue a comer
un helado con Bluepale.
Pensando en que él le pudiese ayudar con el caso tomo su teléfono de inmediato y
una somnolienta voz contesto, no era Bluepale, era Tenua.
-¿sí?-pregunto Tenua con voz apagada.
-necesito a Bluepale-la orden de Kennedy fue clara.
-está dormido Kenny, tiene que descansar y…
-me vale mierda, pásamelo.
-ok, ok, calma-dijo Tenua y después de lo que parecían ser unos besos la voz de
Blue se escucho-¿hola? ¿Qué pasa Ken?
-necesito que me ayudes con el caso, ahora, en video llamada, ¿puedes?
Un minuto después, seguido de un bostezó, la voz melada y reducida en espaciosos
susurros atendió.
-en diez minutos, déjame comer y sacar los archivos.
Diez minutos después, ambos estaban sentados frente la computadora de cada uno,
Bluepale contesto la llamada.
-hola Ken el caso…
-al parecer esta malherido en un hospital de gran Bretaña
-sé que tenía unos 35 porque lo tengo seguido para otro caso…
-¿quiere decir que conoces su identidad?
-sí, Magregor Karl, todo un gillipollas, además de un narcisista estúpido-a
completo Bluepale mientras comenzaba a revolver las hojas que tenía en su mano.
-caramba, entonces me imagino que te interesa el caso… ¿Por qué lo odias si se
puede saber?
-es que el…hefipqwdqw ame, asldnotjjo kwdjpqweojrweioek y cuando lo vi
kdoqendqmdpqeiwfji ifjpqwekdfqwpejfiw
-¿Qué?
Kenny no entendía nada, la aspiradora del piso de abajo le robaba todo el silencio
que había reinado hace apenas un momento, un tanto intolerante se asomó por las
escaleras y observo al intranquilo Timothy aspirando las paredes.
-¡amor! ¡Has menos ruido, estoy hablando de algo importante!
Timothy de mala gana apago el aparato y comenzó a buscar el desinfectante.
-perdón, repíteme todo por favor-pidió Kennedy.
-solo decía que el estaba mezclado con narcotraficantes, y mucha pero mucha
prostitución… luego me invito a tomar piña colada, y muy sacado de mi le dije que
sí pero…
No escucho nada más de nuevo, ahora no se escuchaba la aspiradora, solo golpes de
martillos.
Con molestia, Kennedy salió de su lugar y se dirigió a la puerta.
-corazón, no me estas dejando trabajar.
-ni tú a mi-suspiro Timothy.
-¿Qué?-dijo Kennedy molesto.
-que no voy a hacer mucho ruido amor, solo estoy poniendo unos tornillos.
-si amor, pero lo puedes hacer en otro momento, estoy en videoconferencia.
-¿con quién?-pregunto Timothy con mala cara.
-con Bluepale, y no hagas más ruido…
Molesto cerró la puerta.
-y no hagas más ruido…-susurro Timothy imitando la voz de Kennedy.
Kennedy cerró la puerta molesto, Bluepale estaba comiendo cereal con leche,
mientras leía el caso.
-¿Qué decías?-pregunto interesado en el chisme Kenny.
- así, era un asesino tonto, era un asesino impotente.
-¿ah?...-pregunto con extrañeza.
-o sea, quería pero no podía, ese era su caso-dijo Bluepale dándole una mordida a
una barra de cereal integral-esta cosa sabe del asco-dijo tirando la barra de granola
baja en grasas.
-pues se supone que lo golpearon por asesinar, por cierto, con leche sabe mejor la
granola.
-no es cierto-dijo Bluepale.
-si con leche y azuca…
-no, eso no, Magregor no podía ver sangre, era su fobia…-dijo este remojando su
barra de granola con la leche y dándole un mordisco-ah sí, sabe rico.
-esa es información vital porque quien lo golpeo, dijo que era por haber
asesinado…
-entonces no…
Toc, toc, toc, toc. El sonido de nuevo, harto, Kennedy aporreo la libreta en el suelo.
-¡Timothy estoy ocupado con el caso! –dijo molesto Kenny
-yo también estoy ocupado-fue la respuesta de Timothy, quien entro a la habitación
y miro con despecho a su novio.
-sí pero yo no estoy haciendo ruido-justifico.
-pero se tolerante, estoy limpiando.
-pues yo estoy resolviendo el caso.
-podrías haberlo hecho en tu casa…
Mientras discutían Bluepale seguía comiendo, escuchando con atención lo que
decía cada uno, Tenua se le unió a la observación y ambos hacían comentarios.
-¡no me grites Timothy!
-¡no te estoy gritando! ¡¡Esto es gritar!!
-¡eres insoportable George!-dijo Kennedy cruzando los brazos.
-tú no eres un ángel mi amor.-dijo Timothy alardeando.
-¡tu tampoco lo eres!
-por lo menos yo no soy adicto a las sodas.
-¡no soy adicto a las sodas!-dijo Kennedy mirando su refresco de lata en la rejilla-
así pues… pues por lo menos no confieso que no se comer con los cinco tipos de
cubiertos.
-son tenedores largos, ¡son iguales!-se defendió Timothy.
-se llama trinchete, pedazo de…
-otro defecto mas, odias que te contradigan-interrumpió Timothy.
-pues tú no sabes lavar la ropa-dijo Kennedy preparándose para el combate damas y
caballeros, Kennedy va ganando.
-niñato inmaduro…-uh, derechazo al hígado, la pelea esta en el clímax, Timothy
empata con un comentario maligno.
-¡chico con complejo de adulto!-dijo Kennedy haciendo estallar la ira de Timothy.
-¡por eso Tenua no te soportaba!


Se arrepintió microsegundos después, pero no había nada que hacer, cerro la
computadora, Tenua y Bluepale se hallaban impactados.
-Ken, amor no, perdóname, Ken- por más que Timothy insistió, Kennedy no le
hacía caso, lloraba dulcemente, manchando sus mejillas rosadas.
-dejare de molestarte y me iré-fue lo que dijo Kennedy guardando la computadora y
llevándose la lata de refresco-no volveré a venir así que no te preocupes.
-Ken, no, no, ven acá precioso, no…-decía mientras Kennedy no dejaba de llorar.
-¿Por qué eres cruel?-dijo Kennedy rompiendo a llorar, Timothy sintió una punzada
en el pecho, quería consolarlo.
-no, corazón, no llores, perdóname, estaba tan molesto que… se que fue inmaduro
decirte eso-dijo dándole un beso en cada mejilla.
-¿tan malo soy como novio?-fue la pregunta que hizo que Timothy le sonriera.
-yo soy el que debería preguntarte eso, yo te hice llorar y prometí que no lo haría…
-te amo-dijo Kennedy sollozando.
-yo te amo mas, mi pequeño peleonero ¿me perdonas?
Kennedy asintió contento, abrazándolo, cosa que Timothy aprovecho para
acariciarle el cabello.
-me encanta tu cabello-dijo con ternura, sonriéndole, mientras Kennedy también le
sonreía.
-¿me ayudas con la limpieza?, luego puedo ayudarte en el caso…
Ambos salieron del cuarto, una voz se escucho en el computador.
-¿crees que se hayan ido?-la voz de Bluepale salió.
-si-respondió Tenua- dale fin al video llamado y vallamos a comer algo.
-tú no me pones apodos como Timothy a ken-dijo Blue como reproche.
-de ahora en adelante serás la señorita granola ¿contento?
-¡eso no es romántico!
-estoy jugando cariño, ¿Qué tal cielo?
-¿cielo?
-porque eres todo lo que quiero mirar…
-Tenua… es perfecto…
-igual que tu…
Un beso los unió de nuevo.
Capítulo 4.”Un problema de maternidad”2da parte
Tahuel x Baldasare.
Agradeció Baldasare que su madre no apareciera al día siguiente, pues, después del
maratón con Tahuel, se quedo en cama casi todo el día, cansado, mientras su
espalda le dolía a muerte.
Por fin en la tarde del segundo día se levanto y prendió la televisión, recordó la
advertencia de Tahuel.
-te ira mal si cuando llego, estas limpiando o cocinando, descansa.
Eso había dicho, y Baldasare le haría caso, estaba en descanso absoluto.
-¿hola?-una voz detrás de la puerta se escucho, ¿podría ser?...
-¡mami!-Baldasare salto de su asiento y abrió la puerta, su madre lo abrazo.
-vine a verte cariño-informo la mujer.
-pasa, no he hecho nada de comer pero podemos ver películas y…
-claro, no cocines cariño, yo hare palomitas…
¿Habrá escena más hermosa? Baldasare sonriendo a lado de su madre mientras
ambos ven una película infantil, esas que ama Baldasare, turnándose dos sodas y
casi un kilo de palomitas extra mantequilla.
-¿Cómo te ah ido?-pregunto la madre a Baldasare.
-bien mama, ayer estuve todo el día con Tahuel porque fue su día de descanso ¿y
usted mama?
-para que mentirte-dijo la madre con un suspiro triste- es difícil de explicar, mi
actual esposo fue despedido de su trabajo y bueno, ahora es difícil conseguir
empleo, además debo la renta del departamento de hace casi tres meses…
-¡ay dios!-dijo Baldasare sorprendido-¿Por qué no me lo dijiste?
-no quería preocuparte…
-¿Cuánto es lo que debes?-pregunto Baldasare…
-tres…cientos cincuenta- dijo la madre asintiendo la cabeza.
-dios-dijo sorprendido Baldasare, tratando de pensar en algo.
¿Cómo podría ayudar a su madre? Tal vez podría decirle a Tahuel que le prestase
dinero.
-quizá le podría decir a Tahuel que te preste algo-dijo en voz alta, la madre le negó
con la cabeza.
-el no entendería como tu-dijo tomándolo del cuello y besando su cabello.
¿Dónde conseguir ese dinero? ¡Claro! Pensaba llevar a comer a Tahuel el sábado, y
tenía 2500 guardados {si guardo un poco mas esta vez fácilmente podre juntarlo de
nuevo} pensó Baldasare mirando a su madre con ternura.
-tengo un poco aquí… te lo daré-dijo levantándose sin que él lo pidiera y abriendo
el cajón para sacar dinero, contándole se lo dio en la mano de la madre y sonrió-
aquí tienes mama-dijo sentándose de nuevo.
-¡hijo eres el mejor!
-oh, mama solo eh querido ayudarte-dijo Baldasare sonriendo, estaba contento de
poder ser útil con su madre.
-bueno, debo irme, iré a pagar la renta.
-bueno mama-dijo Baldasare sonriendo, un poco desilusionado de que su madre se
fuera.
Observo por un momento el bolso de su madre, era hermoso, los adornos amarillos
y blancos, el amarillo es el color favorito de Baldasare, y le dedico una última
sonrisa a su madre.

Se quedo dormido en la sala, sus sueños iban desde caramelos de la cena anterior
hasta la noche mágica entre él y Tahuel…
-due…le-dijo Baldasare cerrando los ojos, pero los abrió a la siguiente estocada,
seguido de un pequeño grito.
-parece que te falta acostumbrarte.- y arremetió de nuevo.
-ah… ¡Tahuel!...-Baldasare se aferro a la espalda de su novio.
-eso… di mi nombre una vez más…-su orden tenía una voz clara, como si estuviese
hablando, como si no sintiera nada.
-Tahuel…Tahuel… ¡Tahuel!-había dicho su nombre, al vaivén de las estocadas que
se hundían en su carne.
-Baldasare… voy a llenarte…-entonces se apoyo en la cama y aumento el
movimiento hasta venirse.
Un grito, de Baldasare, y un quejido, Tahuel cerró los ojos, nunca gemía, pero
parecía disfrutarlo.
-quiero hacerlo de nuevo…-Tahuel comenzó un beso rudo, otro más.
Siempre se pregunto cómo Tahuel podía mantener su voz fuerte en situaciones
como esas, ¿poder mental? Quizá, o estaba acostumbrado, se dio cuenta de que
sabia poco o nada de Tahuel, ¿fecha de nacimiento? 12 de mayo, ¿comida
preferida? La carne marinada ¿bebida preferida? El tequila, pero fuera de eso nada,
¿Dónde nació?, ¿tiene hermanos?, ¿Cómo se llevaba con sus padres?, ¿Dónde
estudio?, ¿tubo novios antes que él? Por el momento esas preguntas eran un
misterio, aunque no era culpa suya, Tahuel era una persona muy rara, odiaba que
Baldasare le hiciera preguntas que no fueran referentes al día, y se ponía como alma
que lleva el diablo cuando Baldasare se atrevía a preguntar cosas de su vida.
-aun no es tiempo de que lo sepas- eso había dicho ese día.
Y sin embargo ese dichoso tiempo para saber no había llegado, se paseo de un
sueño a otro, esta vez algo raro, su madre y él cuando era pequeño, pero en su
sueño, su madre le decía que le tiene que pedir permiso para casarse cuando este
grande con Tahuel, y cuando Baldasare le dijo que ya se había comprometido, se
echo a llorar tirando todo en la mesa, diciendo que la había traicionado, que su
propio hijo la había traicionado. Ahora Baldasare había crecido, y su madre le decía
que le pidiera permiso de nuevo, pero por mas que le pedía perdón, la madre le
lloraba amargamente en su regazo, Erlen apareció detrás del chico, y sin querer
todo se había vuelto una pesadilla, una de las peores de toda su vida, ahora Erlen
también le decía porque vivía con Tahuel.
-no es nada serio-la voz de Erlen era diferente- te tirara a la basura cuando termine
contigo.
-no puedo hablar con tu madre porque me casare este mes-Tahuel apareció frente a
ellos y con él, una hermosa chica de labios rosados y perfil perfecto.
No pudo más y rompió a llorar.
-¡Baldasare!-Tahuel apareció de lado de él, recordó todo y se puso a llorar…
-¡no me dejes!-fue lo primero que salió de los labios de Baldasare, después de mil
lagrimas.
-¿Qué?-fue lo único que pudo decir Tahuel confundido.
-no te vayas con ella-aun preso de su propio sueño no dejo de llorar.
Sin decir nada, Tahuel se sentó a su lado hasta que Baldasare se dio cuenta de que
todo había sido un sueño.
-¿ya estas mejor?-Tahuel sin soltar a Baldasare hizo la pregunta y luego añadió-no
me iré a ninguna parte, y si me voy iré contigo.
Eso hizo abrazar a su conejito, este le dedico una mirada complacida.
-¿Pesadillas?- presintió Tahuel.
-si-dijo Baldasare más tranquilo.
-un sueño, solo eso fue…-continuo Tahuel tranquilizándolo.
-Tahuel ¿Por qué no hablas con mi madre de lo nuestro? Como un permi…
No termino la frase, Tahuel hizo un gesto raro y corrió al baño, la regadera después
de unos minutos, le pareció la eternidad.
Un golpe, seco, hacia un vidrio, algo rompiéndose, y Baldasare miedoso, abrió el
baño, allí estaba Tahuel, parado frente lo que era el espejo, era, porque ahora estaba
hecho pedazos, y como si no hubiera pasado nada, Tahuel seguía parado frente al
espejo, solo con su pantalón de soldado rango A, sin su camiseta, y con un puño
sangrando, Baldasare saco un botiquín detrás de donde estaban los repuestos para el
jabón.
-¡oh dios!-dijo Baldasare asustado, llevando del brazo ileso a Tahuel hasta el sofá,
Tahuel parecía un robot, pues no reaccionaba, era como si aun se estuviese viendo
en el espejo
Baldasare le cura la mano, de nuevo un par de lágrimas le recorrieron su rostro
mientras limpiaba con un algodón las heridas que traía su novio.
-no es tu culpa- como si leyese su mente, Tahuel hablo claramente saliendo del
trance.
-Tahuel, perdóname…-Baldasare jamás se lo perdonaría a sí mismo.
-cuando tenía seis…-dijo Tahuel, y luego, cerro sus ojos pero abriéndolos
instantáneamente, acariciando el cabello de Baldasare prosiguió-cuando tenía seis,
me gustaba un niño y cuando se lo dije, me dijo que debía pedirle permiso a mi
padre, para que fuese mi novio-hizo una pausa para besar las manos de Baldasare
que lo habían cuidado-y aunque jamás hablaba con mi padre, decidí pedirle
permiso, diciéndole que era una niña la que me gustaba-cerro los ojos de nuevo,
esta vez por casi tres minutos, tres minutos que parecían una eternidad, continuo-
me dio una paliza diciéndome que si me gustaba una mujer, solo la tomara, sin
pedir permiso.
Tahuel cayó un momento mirando su brazo izquierdo, observando una marca que
Baldasare no había notado, una marca que debió ser profunda.
-ahora me vale mierda si me lo dijo, pero tú me gustas…
Jamás había dicho eso, Tahuel le había dicho lo que tanto quería escuchar, se arrojo
sobre él, lo abrazo, lo beso, la expresión de Tahuel cambio, ya no era el romántico
de hace un momento, volvió a ser una persona sombría.
-ahora que lo sabes no vuelvas a tener esa pesadilla jamás…
Una orden directa seguida de un una noche melosa, llena de besos entre ambos, y
una nueva forma de ver lo que parecía ser una relación.
Tahuel, Tahuel, Tahuel, ¿alguna vez dejaras que me sienta al borde de un colapso?
¿Alguna vez dejaras de hacer que casi muera del susto? Ahora que se algo de ti,
deja te cuento algo de mí: yo jamás me separare de ti.
Capítulo 5. El principio.
Ahora creo que me toca ami decir cómo fue que paso todo esto.
Nunca me han dicho ¿Cómo fue esto? ¿Cómo aguantaste a Wanata? Pero nadie le
pregunta a Imasuyo como se ha sentido, nunca me dicen, ¡nunca me dicen nada!

-Imasuyo si no sales de ese baño iras como estés…-las amenazas de mi novio me
hicieron molestar, pero Ogenki es así.
-no iré-dije sentado en el retrete, molesto de todo, pero vestido con un traje formal.
-si no vas te juro que suspendo nuestro viaje a Argentina-su fue tan autoritaria su
voz que abrí la puerta casi al instante, me abrazo cuando vio que estaba listo-sube al
auto y quizá lleguemos a tiempo.
Sentí que no le importaba lo que había pasado, sentí también que le daba igual ¿soy
sentimental? Quizá, pero solo imaginar que a la persona que tanto quise, no le
importe, se llenan mis ojos de lagrimas.
Me seco las lágrimas, decido ocultar lo que pienso. Esperen ¿Por qué tengo que
ocultarme eso?
Les contare algo cuando un domador está en la plaza, oculta su cuchilla en la tela
roja, y cuando por fin se acerca el toro… ¡bum! Que le hunde en el corazón la
cuchilla. Ese es el daño que hacemos cuando ocultamos algo. Mi madre me dijo eso
cuando le oculte mi relación con Wanata…
-vamos Im- agitado y apresurado Ogenki me saca de mis pensamientos, nota mis
lagrimones y da un suspiro de reflexión mientras toma mi barbilla con una mano-
no debo presionarte.
-¿Por qué actúas como si nada pasara?- esa fue la pregunta que desato otro suspiro
de parte del chico de cabello morado.
-cuando voy a trabajar, muchas personas me preguntan si vivo con alguien, de
inmediato respondo que vivo con mi novio, mi compañero de toda mi vida y el que
me hace feliz.
Sabiendo a donde va y sintiendo culpa, quiero responderle, decirle que lo lamento y
que tiene razón pero él me hace un ademan de silencio con el dedo.
-objeción denegada-dije con una sonrisa seria, de pronto me mira como acusado a
punto de juzgar, se sienta en un sofá y yo hago lo mismo en el otro- ¿no cumplo el
deber que me corresponde como novio? ¿No te hago feliz?
-si-respondo con voz baja y con pesar.
Claro que me haces feliz…
-¿no sostengo esta casa?
-si-esta vez asentí algo incomodo, pues como tuve que pagar las deudas de las
tarjetas, no había dado ni un centavo.
Y tengo miedo de que te sientas utilizado.
-señor Imasuyo ¿no lo complazco sexualmente?
-s… si-enrojecido y penoso asiento.
Si lo haces… deja de decir esas cosas.
-porque si ese es el problema se puede solucionar…-con una mirada picara me
observa y cuando logra acercarse a mí, inicia un beso lento y cálido mientras
acaricia mis caderas de forma gradual, finalmente despega sus labios de los míos, y
con esa expresión acosadora sonríe-¿Cómo se declara el acusado entonces?
-culpable…-sin ninguna objeción me siento de nuevo en el sofá.
-yo digo que inocente porque todos cometemos errores pero tratas de hacer lo
correcto, y eso cuenta mucho, se que lo que hizo Wanata fue muy malo, pero ahora
que todo eso paso, no te sientas mal, cariñito, sabes que te amo…
Su abrazo, sus palabras, ese instinto cariñoso que muestra conmigo… lo abrazo
fuertemente.
-el día que nos declaramos amor, llame a mi madre, ella dijo: cariño son las 3 de la
mañana…-cuando imito la voz de su madre, reí con gravedad, siguió contando-y mi
padre dijo: Ogenki no me llames después de tu noche caliente–esta vez reímos
ambos.
-tú me haces realmente feliz-sonrisa que toco mi cara-te amo…
-¿podemos ir a la conferencia para poder presumirte?-con una sonrisa me
convenció.
Puede que nadie se pregunte mi versión de la historia, pero obtuve mi final feliz.
Capítulo 6. Un problema de maternidad (3ra parte)
Tahuel molesto maldijo en voz baja.
-Baldasare no te estoy preguntando…-el rostro de Baldasare dibujo una mueca de
miedo, mientras que Tahuel parecía demonio.
La situación era sencilla, la madre de Baldasare había prometido venir hoy, pero
Tahuel había decidido ir con él en un casino, Baldasare había propuesto ver a su
madre más temprano e ir otro día al casino pero como ya había dicho Tahuel, no era
una opción.
-pero Tahuel…-con un tono bajo, Baldasare cuestiona, algo que no es común en el.
-vas aunque no quieras…-y con esas palabras se dirigió al baño a darse una ducha.
Un timbre distrajo a Baldasare, observo a su madre en el picaporte.
-hijo necesito tu ayuda…
Antes de que Baldasare hablara, la mujer le conto todo lo que le aquejaba, que le
avisaron que al venir sin documentos, debía casi 3000…
-vine a pedirte que me ayudaras…
Claro que podía obtener el dinero en un mes o dos.
-¿Cuándo necesitas el dinero?-Baldasare estaba decidido a ayudar a su madre.
-mañana en la mañana-con asombro Baldasare pensó en cómo conseguir el dinero-
tal vez si le digo a Tahuel…
-por favor… no le digas… ayúdame tu-y sostuvo las manos de su hijo.
-pero es demasiado y…
-si no me ayudas me regresaran a Francia por indocumentada…
-te ayudare…
Cuando Tahuel salió encontró a un Baldasare nervioso, tratando de tomar un café,
con manos temblantes.
-exagerado-Tahuel acaricio el cabello suave, y sin previo aviso dio un golpe más o
menos duro.
-auch-Baldasare sintió el golpe y miro con preocupación a Tahuel.
-¿quieres otro?-Tahuel amenazo y al ver como negaba la cabeza su conejito, añadió
con mal humor-mañana dejare que vallas, ahora calmadito o tendré que calmarte a
mi modo.
-si Tahuel- y a pesar de la amenaza, le regalo un beso, uno suave y tierno.
-pero tampoco me provoques…- y Tahuel también contribuyo con un beso, pero
uno rudo, y caliente, aprovechando para acariciar la espalda baja de su novio.
Baldasare se separo de Tahuel, por mucho que quisiera sonreír, estaba preocupado.
Una llamada hizo que Tahuel no cediera a la tentación de darle otro pequeño golpe,
tomo el teléfono y contesto con enojo.
-¿Qué mierda quieres? Estoy ocupado…-escucho con atención y luego miro a
Baldasare con atención-dame media hora…
-pero sargento es urgente…-fue lo único que logro escuchar Baldasare antes de que
Tahuel colgara.
-me da tiempo de darte otro golpe y una regañiza o una sección de besos donde
cooperas con todo… decide…-evidentemente Tahuel seguía pensando que su novio
seguía molesto o por lo menos desanimado por no ir con su madre…
-pero si es urgente deberías…
-¿Quién manda aquí? ¿Tú o yo?- el tono de voz era bastante alto.
-tu…-Baldasare bajo la cabeza, en ese momento sintió un golpe retenido, no muy
duro, pero más que el anterior-ay…
-de todos modos no tenía ganas- fue lo único que el chico de ojos marrones tuvo
que escuchar para darse cuenta que se había retenido con esfuerzo.
-perdona no quise decir que…-estaba a punto de hablar cuando Tahuel no pudo
contenerse y le brindo un cálido beso.
No pudo decir que no (tal vez porque el beso le había robado el aire) y le sonrió con
una expresión algo contenta, quiso entonces decirle lo de su madre, tomo valor y
con poca confianza hablo.
-Tahuel… mi madre esta…
-¡y dale con todo eso!-Tahuel dio un fuerte manotazo en el escritorio que hizo que
Baldasare se sorprendiera.
-pero…-Baldasare iba a explicar todo pero de nuevo hubo otro golpe en la madera
del escritorio.
-¡no!-dijo con furia, esta vez apretando los puños-estoy harto de escuchar de ella,
“mi madre es así” “y así” ¡basta Baldasare! ¡No soy imbécil! ¿Acaso me vez la cara
de tonto? Sé que ella te metió la idea de que necesitas un permiso para salir
conmigo.
-no es así-susurro Baldasare con timidez.
-no me importa, ¿y sabes qué? Ahora te vas conmigo a expender una tarjeta de
circulación en un lugar pequeño y ajetreado ¿escuchaste?
De camino al cuartel, Tahuel reflexiono lo que había pasado, tal vez había perdido
un poco el control, odiaba admitir que no tenía control, pero era verdad, lo peor era
que Baldasare no discutía, no pedía y no gritaba.
-aporree la mesa- por primera vez en todo el viaje Tahuel hablo con tranquilidad,
haciendo que Baldasare prestara su atención.
-fue mi culpa, lo siento-Baldasare respondió rápido, como si estuviese esperando la
pregunta.
-entiendo si estas algo enfadado-mierda, por primera vez ignórame, así me sentiré
mejor.
-no lo estoy, porque fue mi culpa Tahuel-Baldasare erguió su cabeza.
-muy bien-¿Por qué no dices que tengo la culpa?- no me gusta que hables
demasiado de tu madre.
-perdona no lo volveré a hacer-Vanya bajo la cabeza.
-no… - Tahuel no sabía que mas decir así que opto por concretar- y no cambiare
mi decisión de ir al casino.
-lo entiendo- Baldasare asintió.
¡Como mierda es tan obediente!
-pareces preocupado- Tahuel noto como el chico jugueteaba con el cinturón de
seguridad.
-no es nada…
Mama, ¿Cómo puedo ayudarte? Tengo la mayoría del dinero pero… me falta…
¿Cómo puedo? Aun me falta 500… ¿Qué voy a hacer? ¡Wanata! El debe tener…
Cuando llegaron, se sorprendió de ver el cuartel lleno de periodistas, Tahuel cruzo
frente de ellos mientras los periodistas intentaban acercarse, entonces Tahuel, sin
necesidad de micrófono hablo.
-¡tienen permiso de disparar si uno de ellos les estorba, aquí dejan de ser ciudadanos
y se vuelven estorbos!-y luego dio una señal- uno, dos…
Nadie en absoluto estaba allí, habían obedecido la orden, y ahora le hizo una seña a
Baldasare.
-y tu sígueme antes de que te vuelvas un estorbo mayor-eso murmuro Tahuel
mientras se alejaba de todos los soldados que cuidaban el lugar.
Se preguntó porque el cuartel estaba rebosando hasta el tope de personas, tal vez
estaban siguiendo un caso muy severo.
-maldito, maldito- Tahuel murmuro con ganas de golpear algo-ese maldito ha
vuelto a secuestrar.
-Marllow Kiev, 15 años, esta vez quiere demandar al cuartel, dice que ellos eran los
encargados de cuidar a su hijo en ese momento.
-mierda, dime quien era el que estaba vigilando ese momento.
-Roll Peper, de rango c.
-rango c, rango c-cerro los ojos un momento

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