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Los manantiales en las zonas de montaña se producen en el sitio donde la superficie del
terreno corta una capa permeable o una fractura que conduce agua, por lo tanto son salidas o
afloramientos de agua que brota de las rocas y son considerados como descargas naturales del
agua subterránea. Sin embargo, en zonas de recarga también es posible encontrar manantiales
y significa que ellos hacen parte de un sistema de recarga. Aunque en general se dice que ellos
pueden ser salidas temporales o permanentes, estrictamente son llamados manantiales si
están en contacto con acuíferos, por lo tanto ellos deben tener flujo permanente a lo largo del
tiempo, con mayor o menor volumen de descarga dependiendo de las épocas secas o lluviosas.
Los manantiales se encuentran asociados a niveles freáticos estables, aunque en épocas secas
el flujo se puede reducir significativamente debido a los descensos naturales de los niveles. Los
caudales pueden ser considerados bajos (menos de 1 litro por segundo), sin embargo, el
número de puntos de salidas puede ser tan alto que la suma de estos flujos se puede convertir
en un valor importante de agua subterránea. El agua puede brotar en forma errática debido a
la heterogeneidad del medio, por lo tanto no es fácil hacer la medición del flujo de salida.
Algunas veces el manantial está conformado por la salida de numerosos puntos, difíciles de
medir todos, especialmente cuando los caudales son bajos. Un flujo temporal refleja contacto
con capas permeables que contienen flujos subsuperficiales o hipodérmicos. En la figura 1.7 se
Aunque en rocas cristalinas es posible construir pozos o galerías para captar el agua
subterránea, en estas rocas los manantiales se constituyen en salidas de agua subterránea en
forma natural que no requiere grandes inversiones, a lo sumo construir pequeñas estructuras
o galerías de drenaje que faciliten la captación y protección del agua del manantial. Ellos son
utilizados como puntos estratégicos para estudiar el agua subterránea en las zonas de
montaña. Un estudio hidrogeológico en rocas cristalinas incluye la realización de inventarios,
aforos y monitoreos de la calidad del agua, así como la realización de muestreos hidroquímicos
e isotópicos aprovechando la aparición natural del agua en puntos de manantiales. La
información obtenida puede ser utilizada en la realización de modelos conceptuales de flujo
subterráneo y su dinámica (Padilla, 1994). La disposición de un número importante de
manantiales en mapas podría mostrar una alineación que puede dar idea de la localización de
líneas o rutas de flujo. El agua en macizos rocosos es un recurso vital para muchas
comunidades y debe ser preservada de contaminación y de afectación en sus zonas de recarga.
(Isidro, 2014)
AGUAS SUBTERRANEAS.
El agua subterránea, al ser un elemento que se aloja dentro de otros elementos permeables,
necesita un marco físico en el cual almacenarse. No es una vena que escurre, ni tampoco es un
lago subterráneo; es, esencialmente - perdonando la expresión-, un tarro con piedras lleno de
agua. Si tomaramos un tambor de 200 litros y lo llenaramos de piedras, mas arena y agua,
veríamos que aunque el tambor esté lleno de piedras y arena, es capaz de recibir una buena
cantidad de agua; una vez que ya no puede recibir más, se encuentra saturado, y el agua
queda alojada en los huecos de aire que dejan las piedras entre unas y otras. El aire sale, se
desplaza, entra el agua y ocupa los huecos. Extrapolemos esto a enormes dimensiones, tarros
de muchos kilómetros de ancho y de mucho espesor, 100, 200, 300, 500 metros, eso es el agua
subterránea. Así está alojada en la mayoría de las formaciones geológicas cuando éstas son
permeables.
En la parte alta, en la Cordillera de los Andes, tenemos una serie de formaciones muy antiguas,
porque esta cordillera tiene, en su parte superior, lo que fueron los restos de las formaciones
marinas. La cordillera andina se levantó geológicamente hace pocos años, en el cuaternario, y
alzó unas formaciones geológicas que eran o bien lagunares o bien marinas, y que, en algunos
casos, tienen permeabilidad granular o permeabilidad por fisuración; por fisuración es cuando
la roca esta agrietada y en esas grietas se aloja el agua subterránea.
Los que tienen alguna experiencia en minería han escuchado de minas abandonadas porque se
llenaron de agua. ¿De dónde Viene esa agua? En las grietas que se formaron en la roca,
durante cientos y cientos de años, se fue acumulando el agua de la lluvia que se infiltró, se
alojó allí y formó un acuífero, que es el conjunto roca/agua. Eso sucede en la Cordillera de los
Andes, aunque estemos a 3.000, 4.000 y 5 .000 metros de altura; hay agua subterránea.
(Praxis, 2006)
El agua que llega a la superficie y se infiltra en el terreno puede ser, de acuerdo con Fetter
(2001), de tres tipos:
i) Agua retenida por fuerzas no capilares (agua retenida por atracción eléctrica)
debido al carácter bipolar de la molécula del agua y de la superficie de los cristales
sólidos. Esta modalidad de agua se puede clasificar en:
• Agua higroscópica: absorbida por las partículas sólidas. Separable en forma de
vapor. • Agua pelicular: envuelve a las partículas y al agua higroscópica. Existe una
atracción molecular. En arcillas puede representar el 50% del agua mientras que
en gravas su presencia es mínima. Separable por centrifugación.
Estos dos tipos de agua tienen poco interés desde el punto de vista hidrológico
pues no se desplazan por gravedad ni se extraen de la zona saturada por bombeo.
Tampoco sirven para las plantas pues las raíces tienen una fuerza de succión
inferior a la de retención del agua.
ii) Agua capilar. Agua retenida por fuerzas capilares. Estas fuerzas se deben a
fenómenos de tensión superficial (atracción entre moléculas de dos fluidos no
miscibles agua-aire) y a que las moléculas de agua tienden a adherirse a los
sólidos. Su distribución es irregular y puede ser absorbida por las raíces. Es la
denominada agua capilar aislada.
Este mismo fenómeno se produce en la zona saturada. Es el agua capilar continua.
iii) Agua libre, gravífica o de gravitación: agua no retenida por el suelo, sometida a la
acción de la gravedad. Cuando el agua de este tipo alcanza un fondo impermeable
o una zona ya saturada, satura a su vez la zona suprayacente. Constituirá el agua
subterránea.
Por lo tanto, el agua subterránea es aquélla situada bajo el nivel freático y que está
saturando completamente los poros y fisuras del terreno; además, fluye a la
superficie del suelo de forma natural a través de manantiales, ríos, lagunas,
humedales, o al mar. Puede también fluir a la superficie del suelo de forma
artificial a través de pozos, galerías y cualquier otro tipo de captación.
La infiltración se puede definir como el proceso de penetración de agua en el
suelo. Es la suma del agua retenida en el suelo y del agua gravífica. Suele recibir el
nombre de infiltración eficaz, reservándose el de infiltración profunda para el agua
exclusivamente gravífica.
Esta infiltración en uno de los términos más importantes del ciclo hidrológico ya
que es el proceso que da lugar a todo el agua que utilizan los cultivos y los bosques
y casi todo el agua que da origen a las aguas subterráneas.
ACUIFEROS Y TIPOS
En hidrogeología se denomina acuífero a aquella formación geológica situada en la
zona saturada capaz de almacenar y transmitir agua, que es susceptible de ser
explotada en cantidades económicamente apreciables para atender diversas
necesidades (del latín aqua, agua y fero, llevar).
Otros términos que se emplean para caracterizar las formaciones geológicas desde el
punto de vista hidrogeológico son:
Acuitardo: formación geológica que conteniendo agua la transmite muy
lentamente, por lo que no son aptas para el emplazamiento de captaciones.
Sin embargo, bajo condiciones especiales permiten una recarga vertical de
acuíferos (del latín tardare: retardar). Ejemplo: arcillas limosas, arcillas
arenosas.
Acuicludo: formación que contiene agua en su interior hasta la saturación
pero no la transmite (del latín claudure: encerrar).
Acuifugo: formación que no contiene agua (del latín fugure: huir). Ejemplo:
macizo granítico sin alterar, rocas metamórficas.
Los acuíferos se pueden clasificar de diferentes formas. Por ejemplo (Freeze y Cherry,
1979):
Bibliografía
Delgado, C. D., Alberich, M. V., & López-Vera, F. (2005). Recursos Hídricos. Conceptos básicos y
estudios de caso en Iberoamérica. Mexico.
Praxis, L. e. (2006). Aguas subterráneas, un recurso inexplotado y desconocido. Chile: Red lus et
Praxis.
Freeze, R. y J. Cherry (1979). Groundwater. Englewood Cliffs, New Jersey, Prentice-Hall Inc.