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Son muy conocidos los problemas derivados de la presencia de dureza, hierro, sílice,
alcalinidad, etc. en el agua de las calderas. Por ello es una práctica común tratar el agua
antes de su inyección. En sistemas de baja presión este tratamiento puede limitarse a un
ablandamiento (eliminación de dureza) y/o a una desmineralización. En la medida en que
aumenta la presión de trabajo de la caldera, las exigencias en cuanto al grado de
desmineralización del agua de aporte son mayores.
El condensado que se obtiene luego de que el vapor entregó su energía es agua de una
calidad muy alta desde el punto de vista de su contenido salino. Por ello es fundamental
su reutilización, lo que ahorra productos químicos, etc. Además está caliente, lo que
produce un ahorro adicional de combustible.
Sin embargo, el condensado arrastra algunas impurezas. En efecto, por erosión en las
líneas, normalmente de acero al carbono, se produce un aporte de hierro. Por otra parte,
cuando hay condensadores y estos están con un cierto grado de vacío, las pérdidas que se
producen permiten el ingreso de agua de enfriamiento hacia el condensado, lo que aporta
un conjunto de sales. El anhídrido carbónico que también se suma produce una
disminución del pH en las líneas de condensado no tan caliente, lo que posibilita un cierto
grado de corrosión que también aporta sales al condensado.
Por ello resulta conveniente tratar el condensado para eliminar estos contaminantes,
permitiendo así que las calderas trabajen con una menor carga de sólidos, menor purga,
etc. Cuando se trabaja con sistemas de baja o media presión el tratamiento se limita a la
eliminación del "crud" y de la dureza. El "crud" es el nombre que se le da a los sólidos en
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suspensión formados principalmente por distintos óxidos de hierro y cobre que se
desprenden de las cañerías por erosión y corrosión.
En estos casos se recurre a un tratamiento que consiste en una filtración para eliminar
los sólidos en suspensión y en un ablandamiento para eliminar la dureza. Ambos procesos
se efectúan simultáneamente con una resina de intercambio iónico.
La resina posee una cantidad fija de puntos de intercambio. Por esta razón a medida que
efectúa su trabajo se va saturando. Llega un momento en que no puede retener mas
dureza pues todos los sitios ya están saturados con iones calcio, magnesio, cobre o hierro.
Entonces en necesario regenerarla. Para ello se la trata con una solución concentrada de
sodio (salmuera). Esta altísima concentración de sodio desplaza la dureza de la resina
reemplazándola por iones sodio. Así, la resina queda lista para trabajar nuevamente como
corresponde.
Como la resina trabaja como filtro, muchas veces el ensuciamiento produce una alta
pérdida de carga que obliga a lavar la resina antes de agotar su capacidad de intercambio
iónico. Al tener que contralavar la resina resulta necesario regenerarla. La experiencia dirá
que cosa ocurre primero, si el agotamiento de la capacidad de intercambio iónico o el
taponamiento por sólidos en suspensión.
Dado que el condensado esta caliente (situación normal), con temperaturas del orden de
los 100 a 120 ºC, y se trabaja con velocidades altas a través del manto dada la bajísima
salinidad del mismo, las resinas resultan exigidas mecánicamente. A esto debe agregarse
el hecho de que la regeneración se efectúa normalmente con agua fría (a temperatura
ambiente). Por ello se utilizan resinas catiónicas fuertes con un mayor grado de
cruzamiento. La resinas normales están constituidas por una base poliestirénica
(cadenas de vinilbenceno) cruzadas con moléculas de divinilbenceno. La proporción de
divinilbenceno en una resina normal es de aprox. 8 %. En las resinas utilizadas en el
tratamiento de condensado esta cantidad sube a valores comprendidos entre el 12 y el 20
%. El mayor grado de cruzamiento se asocia también a una cierta disminución en la
capacidad de intercambio.
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superficial del manto de la resina a los efectos de romper esta capa. Para ello se incluye
habitualmente un distribuidor sobre el nivel de la resina con picos provisto de toberas que
se ubican algunos centímetros por debajo de la superficie del manto de resinas.
Para facilitar la liberación de los compuestos férricos y cúpricos que puede precipitar en la
resina, se adiciona habitualmente un agente reductor (bisulfito de sodio) con la salmuera.
Este agente tiende a transformar estos metales a sus formas ferrosa o cuprosa,
facilitando su eliminación. Cada cuatro o cinco regeneraciones se agrega también una
dosis de un reductor mas fuerte (hidrosulfito de sodio) para mejorar aún más la liberación
de estos metales de la resina.
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reposición, por lo que el tratamiento del condensado adquiere una importancia
fundamental. En estos casos, además de la eliminación del “crud” se requiere una
desmineralización total del condensado para eliminar no solo la dureza sino también
sílice, sodio, etc. En estos casos lo habitual es la utilización de lechos mixtos.
Como en situaciones normales la necesidad de regeneración surge por la elevación de la
pérdida de carga, mas que por el agotamiento de la capacidad de intercambio, y la
regeneración de los lechos mixtos resulta relativamente compleja y onerosa, se
acostumbra colocar algún elemento filtrante con costos operativos inferiores antes de los
lechos mixtos.
Por último, en las calderas modernas de muy alta presión y un solo paso (supercríticas), el
nivel de calidad del condensado es tal que exige una regeneración total de las resinas de
los lechos mixtos, lo que solo es posible mediante procesos complejos de regeneración.
Estos procesos normalmente implican la regeneración externa de las resinas. Al agotarse
un lecho mixto, las resinas son transferidas hidráulicamente a un recipiente del sistema
de regeneración. Inmediatamente una carga de resinas regeneradas es trasferida al lecho
mixto, entrando este nuevamente en servicio en pocos minutos. Luego en un sistema
externo se procede a la separación y regeneración de las resinas. Este sistema permite
que los lechos mixtos sean recipientes mas simples (pues no se efectúa ninguna
regeneración dentro de ellos) y se evitan eventuales problemas de fugas de regenerantes
hacia el condensado.
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