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Ciudad de México, a 31 de Julio de 2022

Muy buenos días,


La presente es para solicitar su apoyo, agradeciendo de antemano su amable consideración. 
Con la esperanza que pueda existir alguna alternativa para una resolución favorable justa y
pacífica para este caso, me parece que pedir que se respeten mis derechos como mujer,
como trabajador y como ser humano no es motivo para colocarme en una situación de
vulnerabilidad al forzarme a abandonar un trabajo para el cual he demostrado tener todas
las capacidades para desempeñar, pues entiendo que hay un marco normativo para resolver
estas situaciones, que no se está respetando.
Con una bendición de por medio, pongo a sus órdenes para proporcionarles la
documentación que soporte la información citada y aprovecho para felicitar su gran labor
en la protección y defensa de los derechos humanos de las trabajadoras en México.

COMITÉ DE ÉTICA
CFE
PRESENTE

El 22 de octubre del 2021 me entrevistaron Francisco Castellanos y Pierre Gilly, en las


oficinas de la Gerencia de Desarrollo Social en CFE, ubicadas en el cuarto piso de Río
Ródano no. 14 Col. Cuauhtémoc, 06500 CDMX y el 15 de febrero del 2022 ingresé a
trabajar a la Gerencia de Desarrollo Social de estas Oficinias Nacionales de la CFE.

En un inicio me pidieron realizar actividades como el reporte de la difusión de la cartelera


cultural, mejorar el diseño de infografías y presentaciones, correcciones ortográficas a
escritos, la planeación de talleres de yoga y actividades para el bienestar integral y la
calidad de vida de las y los colaboradores de la empresa. Sin embargo, nunca me asignaron
un rol específico o una responsabilidad clara dentro del equipo de trabajo. La única
mención relacionada con mi papel en la Gerencia de parte de Francisco Castellanos es que
era “poco menos que Staff” sin mencionar ninguna posibilidad de desarrollo.

La primera de las comisiones fue en la Central Nucleoeléctrica Laguna Verde, Veracruz el


22, 23 y 24 de febrero del presente año. Durante esta, las actividades de las que estuve
encargada fueron la planeación y ejecución de un taller de Teatro, Danza y Artes Escénicas
para las y los alumnos de tres escuelas aledañas, así como dinámicas de bienestar
emocional para colaboradores de dicha Central. A partir de esta visita, el responsable de
Desarrollo Social del Departamento de Coordinación y Vinculación de la zona escribió una
solicitud de colaboración, destacando el éxito de la intervención y la disposición e
importancia de integrarme en el equipo. (Anexo el correo).
Después de esta comisión, solicité una reunión con Francisco Castellanos y el equipo de
Ximena Serdán, Irene Blanco, Omar Almanza, Alma Camacho, y Daniel Ramírez para
denunciar actos de violencia durante el viaje (reproducción del liderazgo negativo y
discriminación al aislarme en otro transporte y pedirme que me fuera por otro lado, sin
ninguna justificación; la “pérdida” de mi material de trabajo - un mini teatro guiñol infantil
y un sombrero de Fomi-; jornadas de trabajo superiores a las previstas por la falta de un
itinerario que permitiera la libre autodeterminación después de las actividades
encomendadas y la diferenciación entre horario laboral y tiempo personal durante la
comisión, de manera que Irene Blanco tuvo que pagar la comida para todos al regreso con
tal de regresarse a tiempo para reunirse con su familia, y Ximena Serdán mostró también su
inconformidad en torno a las decisiones tomadas para la ruta de regreso) así como
condiciones de trabajo desfavorables como la presencia de bebidas alcohólicas en la
camioneta. Francisco Castellanos, quien mostró una actitud impositiva y agresiva
(ridiculizaciones y comparaciones destructivas hacia Daniel Ramírez) desde un inicio,
ignoró estos hechos y me solicitó acostumbrarme por haber sido “invitada” al grupo.
La segunda de las comisiones fue del 22 al 25 de marzo del presente año, con el propósito
de llevar a cabo talleres de comunicación y de liderazgo, en materia de calidad de vida, en
la Central Hidroeléctrica de Temascal, Oaxaca. Mi participación en las actividades
planeadas consistió en la realización de cuatro dinámicas (análisis FODA grupal,
improvisación teatral con la creación de una historia colectiva, estimulación del nervio
vago y PNL con cartas afirmativas como herramienta de psicología positiva) durante el
taller de Manejo del Estrés.

El día miércoles 23 de marzo, alrededor de las 2 de la tarde, después de la conclusión de


esta primera jornada, fuimos a comer el equipo de calidad de vida (Alma Camacho, Irene
Blanco y Omar Almanza) con el personal de dicha Central a un restaurante conocido por el
equipo. Al llegar anuncian que la comida es con motivo de celebrar el cumpleaños de Janet
(desconozco su nombre completo y correcto), la persona que era el vínculo con la Central
en Oaxaca, y con quien hasta el momento tenía, a mi parecer, buena relación, al haber
preparado en conjunto el material para impartir los talleres. Terminada la comida, algunos
compañeros de Oaxaca, cuyos nombres no recuerdo, y que traían agua ardiente por aparte
para ponerle a sus bebidas, junto con Alma Camacho, comenzaron a ingerir alcohol. Al
encontrarme en una convivencia que a mi juicio no agregaba valor al equipo para la jornada
de trabajo y escuchar comentarios inapropiados como la posibilidad de consumir drogas,
decido apartarme de la mesa y dirigirme al jardín fuera del restaurante frente al lago. Hasta
que empezó a oscurecer y a llover, pido apoyo a mis compañeros para regresarme al
campamento. Primero lo pido a Alma Camacho, secretaria particular de Pierre Gilly, por
ejercer un poder fáctico en la Gerencia, y ante su negativa a Omar Almazan quien me pidió
que esperara. La mayoría se encontraban ya en estado de ebriedad. Después recibí presión
del grupo y me sentí obligada a bailar con el compañero Ismael de la central de Temascal,
siendo objeto de comentarios sexistas en el momento, hecho que no pude evitar porque
esperaba que terminara el evento. Insistí en pedir apoyo para regresar al campamento a
otros compañeros de Temascal, cuyos nombres desconozco, y dada mi súplica sin respuesta
por conocer nuestro paradero recibí burlas de parte de todo el grupo. Al darse cuenta de la
situación, finalmente una persona del restaurante ajena al grupo se ofreció en regresarme al
campamento en su camioneta, siendo ya más de las 10 de la noche. Esto me hizo
percatarme de la peligrosidad del contexto no sólo por la violencia que los medios
demuestran en la región pero también porque desconocía el camino, así que decidí
contactar a una terapeuta que recomendó priorizar mi salud por encima de los intereses de
mis compañeros quienes no mostraron consideración alguna en la situación desfavorable de
trabajo que ponía mi seguridad en riesgo, especialmente fuera de un horario laboral y un
ambiente sano.
Ya estando en el campamento, el compañero Ismael (desconozco su nombre completo)
llegó gritando mi nombre y a tocar mi puerta de forma insistente y desproporcionada, al
parecer para pedirme una disculpa de los sucesos anteriores. Como no contesté el
compañero insitió abriendo la ventana de mi cuarto. Me angustié porque me encontraba en
ropa interior y en lugar de cerrarla inmediatamente se quedó observándome y luego volvió
a insistir forzando la puerta del cuarto para entrar, a pesar de mi molestia externada. Tuve
que empujarla y gritarle para que se fuera, resultando es una situación muy desagradable.
Aproximadamente 15 minutos después llegaron mis compañeros. Omar Almanza y la
persona festejada en el cumpleaños vuelven entonces a tocar a mi puerta con el objetivo de
“planear y organizar las actividades para el día siguiente”. No estaba segura si estaban o no
en estado de ebriedad, siendo casi las 11 de la noche. Ante la falta de un control de turnos y
un liderazgo asertivo en ambas comisiones, además debido a las recomendaciones de
seguridad de la terapeuta con quien acababa de hablar, no me parecieron las condiciones
apropiadas para lo que me estaban solicitando.
A la mañana siguiente me informan verbalmente que “por una decisión de
superintendencias” en Oaxaca, ya no desempeñaría mis funciones y tenía que quedarme los
dos días siguientes dentro la casa de huéspedes.
La tarde del viernes 25 de marzo de 2022, aproximadamente a las dos de la tarde, y
depsués de que mis compañeros estuvieron a punto de abandonarme en la camioneta (las
personas de describo los hechos anteriores en un correo al gerente, en espera de alguna
orientación. Al llegar a México, después de reiterados actos de violencia durante el camino
(comentarios intimidatorios y discriminatorios hacia mi persona), le mande el siguiente
mensaje a Francisco Castellanos: “Disculpe maestro, todo el trayecto fue muy angustiante,
no sé qué postura tomar y no me siento lista ni segura de regresar el lunes a trabajar así
¿cree que podría marcarle para una orientación?”
Me presenté el día Lunes de regreso, sin obtener ninguna respuesta de ambos. Francisco
Castellanos me informa que las actividades que había preparado con semanas de
anticipación (la ejecución de un taller en línea de Bienestar Emocional y Liderazgo
Transformacional) se habían cancelado sin justificación alguna. Posteriormente, sin
asignarme más actividades, el único comentario de Francisco Castellanos a partir de mi
experiencia en Oaxaca fue que representaba “peccata minuta”.
Al día siguiente, el gerente (con nulo reconocimiento y retroalimentación de mi desempeño
hasta el momento y no haber mostrado interés en mejorar el clima laboral para beneficiar el
trabajo en equipo y mi integración en él; sin contar la primer entrevista, sólo he mantenido
tres conversaciones con él) cuestiona mi presencia y disposición en la empresa, diciéndome
que, a diferencia de mi familia, no me consideraba una persona honorable. Le pedí que
investigara lo que había sucedido en la comisión antes de asumir que se trataba de un
asunto personal y no profesional, a lo que él respondió cuestionando la veracidad del
correo, asegurando “es que Alma ni toma”.
Posteriormente, a partir de la relación que había tenido con el equipo de Comunicación
Corporativa para la generación de infografías, Alma Camacho y Daniel Ramírez me dieron
las indicaciones del gerente, sin explicación alguna, de no tener contacto ni comunicación
con ningún área diferente a la Gerencia de Desarrollo.
Si bien desde el inicio me sentí excluida porque no se me consignaron funciones que
correspondían a mi asignación de trabajo, la discriminación y el mobbing aumentó al ser
ignorada y/o “congelada”. Cabe mencionar que en ninguna de las dos comisiones me
incluyeron para realizar el reporte de actividades correspondientes. Tampoco hubo una
retroalimentación de nuestro desempeño.
A pesar de ello, agradezco haber sido invitada para participar en el curso ofrecido por
Indesol, Geografías de Paz (a diferencia de otros compañeros en la Gerencia que también
expresan su interés por capacitarse), ya que durante los meses posteriores no tendría
ninguna labor más que finalizar las tareas de este curso, que se entregaron en tiempo y
forma, gracias al acompañamiento del equipo de Laguna Verde. El equipo en México lejos
de mostrar apoyo o disposición para trabajar en conjunto, salieron del grupo de Whatsapp
creado para el efecto.
De cualquier manera, seguí realizando propuestas para el mejoramiento del clima laboral en
beneficio de la población y de la innovación social sustentable, a partir del compromiso de
protección al medio ambiente y desarrollo humano que tiene la misión de la Gerencia.
Durante esa misma semana, el gerente citó a mi madre Bernardita Morales en su oficina,
haciéndole varias preguntas sobre mi vida personal y manifestándole su preocupación por
mi salud al no adaptarme al desfavorable ambiente de trabajo. Durante las semanas
posteriores, su secretaria particular le hizo llamadas telefónicas manifestándole su
desagrado hacia mi persona.
Ella se sintió presionada y me acompañó al IMSS para una valoración psiquiátrica (que
puedo anexar a petición) la cual concluyó que sufría de un trastorno de adaptación, no
solamente por la brecha entre la cultura y el sistema mexicano comparado con el anglosajón
(donde había vivido durante el último año estudiando) sino derivado de un entorno laboral
desfavorable (“psicoestresores laborales que impresiona han generado un trastorno
adaptativo de predominio ansioso” describe la nota médica de la unidad psiquiátrica del
IMSS), poco incluyente a la diversidad y contrario a varias prácticas establecidas en la
norma NOM-035 establecida por la STPS y otros instrumentos internacionales
fundamentales en materia de derechos humanos (y obligatorios para los Estados que los
ratifican) como la ISO 45001 para los sistemas de gestión de la seguridad y la salud en el
trabajo, y la CEDAW Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer. También, derivado de la conversación que sostuvo el
gerente con mi mamá, ella me pidió con miedo que desistiera de cualquier denuncia local o
externa que hiciera a raíz de estos hechos.
La violencia siguió en aumento y Alma Camacho tiaraba mis pertenencias (comida en buen
estado) a la basura. Sin asignarle tampoco función alguna, colocaron a Irene Nuñez a lado
de mi cubículo, quien me hace saber que Alma Camacho le había pedido que no tuviera
contacto conmigo, críticas a mi vida personal como que tenía una “enfermedad” mental y
otros comentarios ridiculizantes que no sólo le había hecho a ella pero también a los demás
compañeros del área, con el objetivo de desacreditar mi reputación profesional y personal.
Después de expresarle mi consternación a Carlos Ávila por el aislamiento laboral, me
comunicaron, él y Francisco Castellanos, que habían tomado la decisión inmediata de
autorizar la comisión a la central de Laguna Verde, que un inicio el responsable de
Desarrollo Social en la zona, Darío Maya, había solicitado, con la finalidad de procurarme
un ambiente favorable de trabajo donde pudiera aplicar mis conocimientos y experiencia en
el ámbito profesional, y que en aquel momento de la petición, se había negado (anexo
copias de los correos) con la justificación de que representaba un elemento imprescindible
para el equipo, a pesar de no contar con ninguna función (todos los días, al llegar y antes de
salir, me ponía a disposición de Daniel Ramírez, a quien habían asignado como mi jefe, y
de Francisco Castellanos, sin ninguna respuesta de su parte).
Todo lo anterior derivó hasta mi despido verbal el día martes 19 de julio de 2022 en que
Enrique Martínez me pide sin justificación de por medio que suba urgentemente al piso 10
para encontrarme con Laura Arias, quien se excusa diciéndome que no tenía nada en contra
mía pero que “no sabía porqué a ella le habían pedido decirme que ya no trabajaba ahí” y
explicándome que había habido un error administrativo al darme una plaza. Debido a que
habían dos abogados ahí presentes en la sala, no accedí a que me presentaran nigún
documento sin la presencia de otro abogado que a mi me representara. Le hago saber esto a
Enrique Martínez y al poco tiempo llega con Carlos Ávila a amedrentarme para que salga
en ese momento con mis pertenencias. Entonces llamo por teléfono al personal a quien le
había estado reportando mis incapacidades directamente de la Región Centro, en donde está
localizada esta plaza, Hector Barrios y Miguel Ángel Climaco, para entender qué estaba
pasando y cómo debía proceder. Ellos me comunican que lo anterior era inadecuado pues si
dicha plaza hubiera estado en litigio no me la hubieran podido ofrecer a partir de mi CV
como en un principio lo aseguró el Gerente, y que hasta el momento ellos no tenían ningún
reporte o instrucción de baja en mi caso. Por lo anterior, seguí asistiendo en mis horarios de
trabajo hasta el día viernes 22 de julio en que los policías y el jefe de seguridad me
impiden la entrada al edificio con un oficio en mano donde por solicitud de Laura Arias no
está autorizado mi ingreso hasta el momento, ni siquiera para recoger mis pertenencias
personales.
A partir de entonces he enviado la presente queja a la unidad de género y al comité de ética
de la misma instancia, sin confirmación de haber recibido el documento o respuesta alguna.
Es por esto que solicité apoyo a coolaboradores en otras áreas pero hasta el día de ayer 3 de
Agosto pude tener acceso a mi correo institucional, razón por la cual les escribo desde mi
cuenta personal.

Considero inaceptable que se tengan que normalizar estos abusos como una realidad en el
servicio público y de esta empresa, sacrificando el desarrollo sostenible de comunidades
vulnerables como a las que mi familia pertenece, con ello. La falta de mecanismos de
comunicación asertiva con enfoque humano y perspectiva de género provoca que no haya
la confianza necesaria para discutir la motivación de las y los colaboradores en el área en la
que agradezco haber sido asignada, pero sobre todo, la mejora en la calidad de los procesos
existentes para llevar a cabo tareas estratégicas hacia el crecimiento del país. En absoluto
considero que la violencia sea la solución, en ninguna de sus formas y para ningún contexto
ni estrato social, por lo que es mi intención encontrar plataformas pacíficas para el diálogo
y el entendimiento mutuo en beneficio de todas las partes involucradas. Por lo anterior, me
parece importante tomar en cuenta la retroalimentación que se hizo en un ejercicio
informal, por parte de mis compañeros, para mejorar su ambiente laboral: cooperar en lugar
de competir (ganar-ganar), respeto entre compañeros, empatía, programas de aprendizaje y
desarrollo personal, y finalmente claridad en las funciones y en los horarios laborales
(relación familia-trabajo).

Finalmente, espero sus disculpas si he cometido cualquier error en mi comunicación que


pudiera propiciar un malentendido personal y aprovecho para reiterar que mi intención con
esta iniciativa no es otra sino contribuir a la mejora continua y profesionalización de una
empresa de clase mundial, en sintonía con el compromiso de la presente administración por
la procuración de justicia, la construcción de la paz, la regeneración ética de las
instituciones y de la sociedad, el estricto acatamiento al orden legal y el pleno respeto a los
derechos humanos, incluyendo en estos el empleo, la salud y el bienestar, agradeciendo con
ello la consideración que tuvieron al contratarme, quedo a sus órdenes.

Atentamente,

Laura Moreno Morales


Lic. Relaciones Internacionales
Mtra. Estudios de Migración
lmorenomorales@usfca.edu
+ 1 (707) 697 3044
+52 (55) 1512 2138

Tenemos algo en común,


y ese algo en común es nuestra misión en la vida.
Seguramente una misión del bien,
una misión de la cultura de la vida,
y no una misión de la guerra.
Rigoberta Menchú.

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