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Licitación

La licitación es un procedimiento jurídico-administrativo, por virtud del cual la


Administración Pública elige a la persona con la cual habrá de celebrar un
convenio el cual puede tener diferentes objetos.

La licitación es un procedimiento utilizado para dos tipos de operaciones grosso


modo: 1) para que el Estado adquiera bienes o servicios de los particulares, y 2)
para que el propio Estado concesione a los particulares el uso de un bien del
dominio público de la Nación o la prestación de un servicio público.

La tramitación de la licitación, además de perseguir como finalidad asegurar para


la Administración Pública las mejores condiciones en cuanto a precio, calidad,
financiamiento y oportunidad, también contempla la eficiencia, eficacia y honradez.

Como menciono anteriormente, las licitaciones pueden ser entendidas en el


contexto de la contratación de un particular por parte del Estado para realizar
determinada obra, proveer determinado servicio o bien para el uso o
aprovechamiento de los bienes de la nación.

Por ejemplo, en el caso de la contratación de un particular para llevar a cabo una


obra pública como la construcción de una carretera, resulta incuestionable que es
necesario que esa contratación se realice con la persona o grupo de personas que
garanticen al Estado y, por lo tanto, a los ciudadanos que se verán beneficiados
por la construcción de la carretera, las mejores condiciones en cuanto a precio (no
debemos olvidar que se trata de manejo de recursos públicos), pero también en
cuanto a calidad, ya que no basta que se trate de un contratista que ofrezca cobrar
menos por la construcción de la carretera si ésta se vendrá abajo con la primera
tormenta que sufra, además de otros factores que deben tenerse en cuenta, como
la capacidad de los participantes para realizar la obra en los plazos y con las
condiciones requeridas, entre otros.

Como se ha señalado, la licitación es un procedimiento y como tal, se encuentra


integrado por una serie de pasos que, en términos generales, son los siguientes:
a) Preparación de las bases: Es un procedimiento en el que la autoridad que
pretende llevar a cabo una licitación, establece el objeto de la licitación, los
requisitos que habrán de cumplir quienes pretendan participar, así como las
condiciones generales en las que se desarrollará la licitación y los criterios que
serán empleados para determinar al ganador.

b) Publicación de la convocatoria: Es el llamado a los interesados a participar en la


licitación.

c) Publicación de las bases de licitación: Se ponen a disposición de los


interesados las bases de licitación que fueron previamente elaboradas, con la
finalidad de que los interesados conozcan los requisitos que deberán cumplir para
participar, así como los términos y condiciones.

d) Presentación de propuestas: Por parte de los interesados que hayan cumplido


con los requisitos de participación, es el momento en el que hacen del
conocimiento de la autoridad su ofrecimiento respecto al objeto de la licitación. Se
realiza de forma secreta, con la finalidad de evitar influir en las ofertas del resto de
los participantes.

e) Apertura de ofertas: Se permite a los participantes tener conocimiento de todas


las ofertas realizadas.

f) Resolución de la autoridad: La autoridad determina al participante que haya


ofrecido las mejores condiciones al Estado o, en su caso, declara que ninguno de
ellos lo hizo.

g) Formalización del acto, objeto de la concesión: La autoridad y el participante


ganador formalizan el acto para el cual se realizó la licitación (por medio de la
firma del contrato, el otorgamiento de una concesión, etc.)

h) Inicio de la obra o prestación de servicios.


Principios que deben regir en la licitación pública:

a) Concurrencia de participantes: Resulta indispensable que asista el mayor


número de aspirantes posible para asegurar al Estado las mejores condiciones en
cuanto a precio, calidad, financiamiento y oportunidad.

b) Igualdad: Se refiere al tratamiento indiscriminado de todos los interesados,


evitando favoritismos o tolerancias en favor de alguno.

c) Competencia: Evitar acuerdos entre los participantes para fijar posturas que
favorezcan a uno en perjuicio de las mejores condiciones para el Estado.

d) Transparencia: Tanto para los participantes, en el sentido de que todos


conozcan los pasos y consideraciones de la autoridad, así como para la sociedad
en general, que le permita conocer el proceso y las consideraciones de la
autoridad para seleccionar a uno u otro participante.

 Noción de las concesiones administrativas

Se entiende por concesión el contrato por medio del cual una persona pública,
denominada concedente, encarga a otra persona, denominada concesionario, la
realización o explotación de una obra destinada al uso público, la gestión y
explotación de un servicio público o bien la ocupación de ciertas dependencias del
dominio público, mediante una remuneración que deriva del derecho del
concesionario a percibir las tarifas, precios o ganancias, durante un tiempo
determinado suficiente para recuperar la inversión efectuada por éste.

La concesión ha sido regulada de forma muy diversa e intensa, dando lugar a


nociones y principios fundamentales en el Derecho Público contemporáneo.
Alessi, por ejemplo, estudia la concesión, dentro de la organización administrativa,
enfocando a los particulares como auxiliares de la Administración Pública.
También se ha examinado la concesión desde el punto de vista de la forma y del
contenido: por su forma, se ha estudiado la concesión como contrato
administrativo y lo que ello implica; por su contenido u objeto, puede estudiarse la
concesión como método para gestionar de forma indirecta los servicios públicos y
de auxiliar a la Administración en la construcción de obras públicas o como
mecanismo para aprovecharse en beneficio propio, exclusivo y excluyente de los
bienes de la dominialidad pública. En los últimos tiempos se ha reseñado también
un acercamiento entre la concesión de servicio público y la demanial.

Para Villar Palasí la concesión no es sino una variedad del género de contratos
mediante los cuales el Estado encomienda a una persona natural o jurídica la
gestión de un servicio público. En igual sentido se expresa Parada, quien agrega
que “el contrato de gestión de servicios públicos comprende ahora, además de la
clásica figura de la concesión de servicios, en que ésta se hace a riesgo y ventura
del empresario, las más modernas variantes de gestión interesada, el concierto, el
arrendamiento y la de explotación del servicio mediante la creación de una
sociedad de economía mixta [...]”, todas ellas como formas de gestión indirecta de
los servicios públicos.

Como ha señalado gran parte de la doctrina, entre los cuales encontramos a Jéze,
Dromi, Villar Palasí, Parada y Garrido Falla, la concesión tiene la naturaleza
jurídica de un contrato administrativo. Así, en la concesión de servicio público –
señalan- se observan todos los elementos y características que son propias de los
contratos de Derecho Público. En ese sentido, el contrato de concesión tiene una
característica especial y es la de crear una relación jurídica compleja. Por un lado,
aparece una situación reglamentaria que regula la organización y funcionamiento
del servicio y hay también una situación contractual de derecho administrativo, que
se refiere a la condición económica de la explotación, es decir, a la ecuación
económico-financiera. Son esos elementos los que enmarcan al contrato de
concesión dentro de la noción de los contratos administrativos

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