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Seguridad Social

Francisco Raúl Sánchez Román

Introducción
La Seguridad Social es entendida y aceptada como un derecho que le asiste a
toda persona de acceder, por lo menos a una protección básica para satisfacer
estados de necesidad.

Es así como la concepción universal respecto del tema ha llevado a cada


nación a organizarse con el objeto de configurar variados modelos al servicio
de este objetivo. En este contexto siempre se concibió al Estado como el
principal, si no el único promotor de esta rama de la política socioeconómica
puesto que los programas de seguridad social están incorporados en la
planificación general de este. Sin embargo, no siempre se ha logrado a través
de tales políticas desarrollar e implementar un sistema de seguridad social
justo y equitativo, en el cual la persona tuviera la atención que amerita. Se
suma a ello el vertiginoso avance de la economía mundial.

El Estado debe ejecutar determinadas políticas sociales que garanticen y


aseguren el bienestar de los ciudadanos en determinados marcos como el de
la salud, la educación y en general todo el espectro posible de seguridad social.

Estos programas gubernamentales, financiados con los presupuestos federales


y estatales, deben tener carácter gratuito, en tanto son posibles gracias a
fondos procedentes del erario público, sufragado a partir de las imposiciones
fiscales con que el Estado grava a los propios ciudadanos. En este sentido, el
Estado de bienestar no hace sino generar un proceso de redistribución de la
riqueza, pues en principio, las clases inferiores de una sociedad son las más
beneficiadas por una cobertura social que no podrían alcanzar con sus propios
ingresos.

En este Sistema se engloban temas como la salud pública, el subsidio al


desempleo, o los planes de pensiones y jubilaciones y otras medidas que han
ido surgiendo en muchos países tanto industrializados como en vías de
desarrollo desde finales del siglo XIX para asegurar unos niveles mínimos de
dignidad de vida a todos los ciudadanos e intentar corregir los desequilibrios de
riqueza y oportunidades.

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Síntesis histórica de la seguridad social

El Prócer de la Independencia y la integración


latinoamericana Simón Bolívar, en el discurso de
Angostura (15 de febrero de 1819) dijo: "El sistema de
gobierno más perfecto, es aquel que produce mayor
suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad
social y mayor suma de estabilidad política".

Las Ideas de Simón Bolívar fueron expresadas 62 años


antes que la Seguridad Social como tal hiciera su
aparición en el mundo. No le había llegado su tiempo a
las ideas del Libertador, pero fructificaron y fueron señaladas posteriormente
según él lo había adelantado.

La Seguridad Social como tal nace en Alemania como


producto del proceso de industrialización, las fuertes
luchas de los trabajadores, la presión de las iglesias, de
algunos grupos políticos y sectores académicos de la
época. Primeramente los trabajadores se organizaron en
asociaciones de auto-ayuda solidaria, destacando las
mutuales de socorro mutuo, las cooperativas de
consumo y los sindicatos. Eran los tiempos en que
Alemania era gobernada por el Káiser Guillermo II (1859-
1941), como primer gran documento de compromiso
social del Estado, se caracteriza el Mensaje Imperial, de
17 de Noviembre de 1821, anunciando protección al
trabajador, en caso de perder su base existencial por enfermedad, accidente,
vejez o invalidez total o parcial.

Impulsadas por el Canciller Alemán Otto Von Bismarck


(1815-1898) son refrendadas tres leyes sociales, que
representan hasta hoy, la base del Sistema de
Seguridad Social Universal:

- Seguro contra Enfermedad. 1883


- Seguro contra Accidentes de Trabajo. 1884
- Seguro contra la Invalidez y la Vejez.1889

Los resultados de la aplicación de este Modelo fueron tan eficaces que muy
pronto es extendido a Europa y un poco más tarde a otras partes del mundo.

En 1889, en París se creó la "Asociación Internacional


de Seguros Sociales". Sus postulados a ser temas
relevantes en congresos especiales: en Berna en 1891;
en Bruselas en 1897; en París en 1900; en Dusseldorf
en 1902; en Viena en 1905 y en Roma en 1908.

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En el Congreso de Roma se propuso además la creación de conferencias
destinadas a conseguir la concertación de convenios internacionales, las
primeras de las cuales tuvieron lugar en La Haya en 1910; en Dresden en 1911
y en Zurich en 1912.

En 1919, mediante el Tratado de Versalles, los líderes políticos ponen fin a la


Primera Guerra Mundial. Como producto de este histórico Tratado nace la
Organización Internacional del Trabajo (OIT). El Preámbulo de la Constitución
de la OIT es muy rico en contenidos de protección social y sirve como pilar
doctrinal y de política de la Seguridad Social.

Un segundo gran componente de la Seguridad Social es


introducido desde Inglaterra por Sir William Beveridge
(1879-1963) en 1942. Se conoce como el "Plan
Beveridge", este contiene una concepción mucho más
amplia de la seguridad social. Tiende a contemplar las
situaciones de necesidad producidas por cualquier
contingencia y trata de remediarlas cualquiera que fuera
su origen.

“Aliviar el estado de necesidad e impedir la pobreza es un


objetivo que debe perseguir la sociedad moderna y que
inspira el carácter de generalidad de la protección".

Este segundo componente fue adoptado por países europeos y se procuró


extender a América Latina y otras partes del mundo.

En 1944, la Conferencia General de la OIT congregada en Filadelfia presenta la


Declaración de los fines y objetivos de la OIT y de los principios que debieran
inspirar la política de sus miembros, en su Título III establece que: La
Conferencia reconoce la obligación solemne de la Organización Internacional
del Trabajo de fomentar, entre todas las naciones del mundo, programas que
permitan: “Extender medidas de seguridad social para garantizar ingresos
básicos a quienes los necesiten y prestar asistencia médica completa".

De esta manera, la Seguridad Social adquiere tal relevancia que aparece en


1948, como parte integrante de la Declaración de los Derechos Humanos.

Definición de Seguridad Social


Es un Sistema de Seguros perteneciente al Estado que proporciona recursos
financieros y servicios médicos a las persona impedidas por enfermedad o por
accidente. Los sistemas de salud se coordinan a menudo con otros
mecanismos de seguridad social como programas de pensiones de subsidio al
desempleo y de compensaciones laborales.

El Departamento de Seguridad Social de la OIT, ubicado en Ginebra, en


conjunto con el Centro Internacional de Formación de la OIT, con sede en Turín
y la Asociación Internacional de la Seguridad Social (AISS), en Ginebra publicó
en 1991 un documento titulado "Administración de la seguridad social". De este

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documento se transcribe una definición de Seguridad Social ampliamente
aceptada es la siguiente:

"Es la protección que la sociedad proporciona a sus miembros mediante una


serie de medidas públicas, contra las privaciones económicas y sociales que,
de no ser así, ocasionarían la desaparición o una fuerte reducción de los
ingresos por causa de enfermedad, maternidad, accidente de trabajo o
enfermedad laboral, desempleo, invalidez, vejez y muerte y también la
protección en forma de asistencia médica y de ayuda a las familias con hijos".

Objetivos de la seguridad social


La Seguridad Social Integral tiene como fin proteger a los habitantes de un
país, de las contingencias de enfermedades y accidentes, sean o no de trabajo,
cesantía, desempleo, maternidad, incapacidad temporal y parcial, invalidez,
vejez, nupcialidad, muerte, sobrevivencia y cualquier otro riesgo que pueda ser
objeto de previsión social, así como de las cargas derivadas de la vida familiar
y las necesidades de vivienda, recreación que tiene todo ser humano.

Debe velar porque las personas que están en la imposibilidad sean temporal o
permanente de obtener un ingreso, o que deben asumir responsabilidades
financieras excepcionales, puedan seguir satisfaciendo sus necesidades,
proporcionándoles, a tal efecto, recursos financieros o determinados o servicios

Ámbito de aplicación
Estarán protegidos por el sistema los habitantes que cumplan con el requisito
de afiliación. La protección social que garantiza el sistema requiere de la
afiliación del interesado y el registro de sus beneficiarios calificados.
Corresponde al empleador la afiliación de sus trabajadores y quienes no tengan
relación de dependencia lo harán directamente.

Organización y estructuras del sistema de seguridad social


Un Sistema de Seguridad Social como conjunto orgánico, está organizado en
subsistemas y es un servicio público de afiliación obligatoria para cada
trabajador y de carácter contributivo.

El régimen obligatorio del Sistema de Seguridad Social en México lo conforman


los siguientes seguros:
1) Riesgos de trabajo;
2) Enfermedades y maternidad;
3) Invalidez y vida;
4) Retiro, cesantía en edad avanzada y vejez y
5) Guarderías y prestaciones sociales

Subsistema de pensiones
El subsistema de pensiones tiene por objeto la cobertura de las contingencias
de riesgos de trabajo, invalidez, cesantía en edad avanzada, vejez, muerte,
asistencia funeraria, nupcias y sobrevivencia.

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Para este subsistema se crean los fondos de capitalización individual, con el
objeto de otorgar a los afiliados una pensión cuya cuantía dependerá del monto
acumulado de los aportes en la cuenta individual del afiliado y del producto que
le corresponda por el rendimiento de las inversiones realizadas, estos fondos
son propiedad de los afiliados y su patrimonio es independiente y distinto del
patrimonio de las Instituciones que los administran, su administración estará a
cargo de Instituciones que determine la Ley cuyo objeto es complementar hasta
la pensión mínima vital, a quienes habiendo contribuido en el Subsistema de
Pensiones, el acumulado de su cuenta, no alcance el monto de aquélla.

Los beneficiarios tienen derecho a escoger libremente los entes


administradores de los fondos y de los prestadores del servicio de salud, que
podrán ser públicos, privados o mixtos debiendo cumplir con los requisitos que
les fijen las Leyes Especiales.

Subsistema de salud
El subsistema de salud tiene por objeto garantizar a los afiliados el
financiamiento y la seguridad de la prestación de los servicios de salud. Los
beneficios que otorgarán el subsistema y sus condiciones serán determinados
por la Ley. En este subsistema se crean un fondo solidario, con el objeto de
garantizar a los afiliados la prestación de la atención médica integral, su
financiamiento y acceso al tratamiento médico.

Subsistema de prestaciones sociales


El objeto de este subsistema es promover e incentivar el desarrollo de
programas de recreación, utilización del tiempo libre, descanso y turismo social
para los afiliados y beneficiarios del Sistema de Seguridad Social Integral. La
ley definirá los lineamientos y establecerá las normas para desarrollar en forma
directa o mediante acuerdos con entidades públicas o privadas, los programas
de recreación. Utilización del tiempo libre, descanso y turismo social, así como
el fomento de la construcción, dotación, mantenimiento y protección de la
infraestructura recreativa.

Principios fundamentales de la seguridad social


La Seguridad Social Integral se basa en los siguientes principios:

a) Universalidad: Es la garantía de protección para todas las personas


amparadas por esta Ley, sin ninguna discriminación y en todas las etapas de la
vida

b) Solidaridad: Es la garantía de protección a los menos favorecidos en base a


la participación de todos los contribuyentes al sistema.

c) Integralidad: Es la garantía de cobertura de todas las necesidades de


previsión amparadas dentro del Sistema.

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d) Unidad: Es la articulación de políticas, instituciones, procedimientos y
prestaciones, a fin de alcanzar su objetivo.

e) Participación: Es el fortalecimiento del rol protagónico de todos los actores


sociales, públicos y privados, involucrados en el Sistema de Seguridad Social
Integral.
f) Autofinanciamiento: Es el funcionamiento del sistema en equilibrio
financiero y actuarialmente sostenible

g) Eficiencia: Es la mejor utilización de los recursos disponibles, para que los


beneficios que esta Ley asegura sean prestados en forma oportuna, adecuada
y suficiente

Seguridad Social en México


Existen datos sobre instituciones similares a las de Seguridad Social, desde la
época de Moctezuma II, en el pueblo azteca, en las que se protegía
principalmente a guerreros que recibían atención médica, en establecimientos
parecidos a los hospitales, en los que también se atendía a los enfermos del
pueblo. Existiendo un servicio especial, muy parecido al Seguro de Invalidez.
Existieron este tipo de establecimientos en Tenochtitlán, Texcoco, Cholula,
entre otras poblaciones y que en Culhuacán sostenían un centro en el que se
atendía a todos los ancianos e impedidos que habían servido a la referida triple
alianza, ya fue en asuntos políticos o militares. Estos establecimientos eran
sostenidos con los sobrantes de las cosechas destinadas al culto de los dioses.
La práctica acostumbrada por algunos gobernantes mexicas, de repartir al
pueblo en tiempos de hambre provocada por epidemias, inundaciones o
sequías, los abastecimientos y semillas que tenían en los almacenes
(Petracalli) destinados a la guarda del fruto de las cosechas de las tierras del
palacio y en donde se almacenaban los productos del pago de los pueblos
tributarios. El hecho que, desde la época prehispánica, los recursos para la
práctica de esta asistencia, eran extraídos del erario público y que servía
principalmente para entregarles el beneficio de la asistencia médica, a quienes
habían servido al Estado, represento un antecedente de la seguridad social de
esa época.

En la época colonial como consecuencia de la conquista, este cambio se reflejó


también en el ámbito de protección y asistencia a las clases desposeídas, en
donde podemos encontrar algunas similitudes y a veces claros antecedentes
del tema de análisis, como: a) Instituciones hospitalarias. b) Cofradías y c)
Montepíos.

a) En esta época se erigieron en el virreinato 129 hospitales. El Obispo Vasco


de Quiroga, que gobernaba Michoacán ordenó que existiera un hospital en
cada pueblo, exclusivamente para indígenas, y así se hizo, pues esa región
contó con 72 unidades. En 1529, Fray Pedro de Gante, funda en la Ciudad de
México, el Hospital Real de los Naturales, destinado exclusivamente a los
indios y fue durante la colonia, junto con el de Jesús, el Centro de Estudios
Médicos y Quirúrgicos dedicado a la Enseñanza. La lista sería interminable a
medida que avanzaba la conquista o que se afianzaba sobre el territorio
virreinal.

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Las funciones de este régimen hospitalario eran muy amplias, pues en el
mismo establecimiento se manejaban orfelinatos, hospedería, sanatorio o asilo
al mismo tiempo. La política de asistencia pública acogía a todos los
necesitados; pobres, enfermos, peregrinos, lisiados, etc.

b) Las cofradías podía ser: 1) religiosas benéficas o de ayuda mutua, eran


aquellas en las cuales, los cofrades debían contribuir con cierta cantidad de
dinero al momento de ingreso y además pagar una cuota mensual. La Cofradía
se comprometía por su parte, a visitar a sus miembros, cuando estaban
enfermos, ayudándolos con los gastos de las medicinas y a pagar los gastos de
entierro y mortaja. 2) Por su parte, las cofradías gremiales reunían a los
miembros de un determinado gremio con la finalidad de: a) Prestar ayuda
mutua y el sufragio de los cofrades muertos; b) Rendir culto al Santo Patrón del
Gremio; c) Establecer Instituciones de beneficencia para atender a los cofrades
menesterosos, enfermos y lisiados.

c) Por Cédula Real del 2 de junio de 1774 y con el fin de aliviar en algo las
necesidades de los menesterosos, se fundó el Monte de Piedad en México. Los
Montepíos realizaron una labor similar a la que muchos años después, se
conoció con el nombre de Pensiones Civiles. Este sistema continúa operando
en el México independiente, ya que el 3 de septiembre de 1832, se expidió la
Ley sobre montepíos, en la que se ampliaron los servicios para los empleados
federales.

La situación económica en víspera de la independencia, repercutió en las


órdenes hospitalarias y originó un declive en la política social. La relajación del
régimen hospitalario se tradujo en malos servicios para los enfermos y por
consiguiente un decrecimiento importante en el sistema de apoyos
asistenciales. Lo cierto es que, en 1820, las Cortes Españolas, decretaron la
supresión de las órdenes hospitalarias y entonces los establecimientos
manejados por ellos, que eran la mayoría, pasaron a depender de los
ayuntamientos.

No fue sino hasta 1841, cuando se inicia un repunte con la creación del
Consejo de Salubridad. Por esas fechas el tema de actualidad en Europa, era
la cuestión de Salubridad y México no podría quedar fuera de esas ideas
renovadoras. En octubre de 1843, se expidió un decreto que permitió la entrada
al país, de las famosas Hermanas de la Caridad, enfermeras de profesión que
trataron de renovar los servicios hospitalarios. En 1861, el presidente Benito
Juárez decretó la creación de la Dirección General de Beneficencia, para
centralizar los servicios hospitalarios y para organizar, coordinar y sostener los
medios de beneficencia pública, a fin de convertirlo en un servicio público
dependiente del Estado.

Durante la intervención francesa se crearon nuevas Instituciones de


beneficencia entre las que podemos mencionar un instituto gratuito para
sordomudos y una maternidad.

En 1874 Lerdo de Tejada, decreta la expulsión de las Hermanas de la Caridad


de todos los hospitales del país. En 1877, en el Porfiriato se crea la Dirección

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de Beneficencia Pública. Ubicándose para 1881 dentro de la Secretaría de
Gobernación. En esta época, se fomentó la creación de fundaciones públicas
de carácter privado, como la Fundación Concepción Beistegui, que empezó a
crear nuevos hospitales. Tal fue el éxito de estas fundaciones y el crecimiento
de sus Centros Hospitalarios, que para 1885, el Gobierno tuvo que controlarlas
a través de Gobernación y en 1889 apareció una Ley que daba personalidad
jurídica a las Asociaciones Filantrópicas y en 1904 se dictó la Ley de
Beneficencia Privada para el Distrito Federal y Territorios Federales. Podemos
observar que antes de la Revolución, el aspecto asistencia médica se había
privatizado y que las condiciones económicas del mexicano no le permitían
acceder a estos sitios un tanto elitistas.

Por estas fechas se instauraron los primeros hospitales privados fundados por
las colonias extranjeras Franco-Suiza-Belga, Española e Inglesa. Mientras que
en el interior del país los cambios se realizaron por Instituciones Industriales,
Ferroviarias y Mineras y sólo algunos establecimientos dependían del Gobierno
Federal a través de la Beneficencia Pública.

Como antecedentes verdaderos de la Legislación Moderna sobre


aseguramiento de los trabajadores y de sus familiares, se encuentran en
principios de este siglo, en dos disposiciones de nivel Estatal: La Ley de
Accidentes de Trabajo del Estado de México, expedida en 1904, y la Ley sobre
Accidentes de Trabajo del Estado de Nuevo León, expedida en 1906. En estos
dos ordenamientos legales se reconocía, por primera vez en el país, la
obligación para los empresarios de atender a sus empleados en caso de
enfermedad, accidente o muerte, derivados del cumplimiento de sus labores.

Para 1915 se formuló un proyecto de Ley de accidentes que establecía las


pensiones e indemnizaciones a cargo del patrón, en el caso de incapacidad o
muerte del trabajador por causa de un riesgo profesional. En 1917, el congreso
constituyente retoma los derechos de os trabajadores y es hasta 1932 que se
emite la Ley Federal del Trabajo, en 1943 la Ley del Seguro Social y en 1959
se publica la Ley Federal del ISSSTE.

Seguridad social en América Latina


En el presente la realidad determina que el 40% de la población
latinoamericana vive en condiciones de pobreza, muchos de ellos en pobreza
extrema. La política ortodoxa de estabilización, con sus limitaciones estrictas
del gasto público, tuvo sobretodo efectos contraproducentes en los servicios
sociales y en el sistema estatal de seguridad social. Por un lado, la crisis social
se extendió a una gran parte de la población, por otro lado no se pudieron
acometer los procesos de depuración mediante una extensión equivalente del
sistema público de bienestar social, muy por el contrario, en la mayoría de los
países los gastos públicos destinados a servicios sociales retrocedieron
considerablemente en valores absolutos durantes los años 80. En la mayoría
de los países disminuyó también la participación relativa de los gastos sociales
en los presupuestos estatales.

Ante este panorama de crisis social y empobrecimiento de gran parte de la


población, le corresponde a la política social un papel clave para contrarrestar
las consecuencias negativas de los actuales programas. En 1987 la UNICEF se

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pronunció por un ajuste estructural humanitario que proteja a los más débiles
en lugar de imponerles la carga más pesada del ajuste.

El efecto político-económico, potencialmente desestabilizador, de la


marginación llevo al Banco Mundial (BM) y a los bancos de desarrollo
regionales a otorgar un mayor significado a la problemática social en el marco
del ajuste estructural. El banco Interamericano de desarrollo (BID) anunció en
su reunión anual de 1993, celebrada en Hamburgo que para ese año se
pretendía adjudicar el 50% de sus créditos a programas sociales en
comparación con el 27 % en 1992.

El punto era por resolver, que tipo de política social podría ser la adecuada
para conciliar conceptualmente y en la práctica los cambios estructurales
necesarios y la estabilidad social. Para la identificación de estrategias se
diferencia entre dos tipos de pobreza: la estructural y la nueva. Por pobreza
estructural se entiende los sectores marginados de la sociedad que
permanecen tradicionalmente excluidos del circuito formal de la economía a
causa de una estructura de producción heterogénea y que solo tiene acceso
limitado e insuficiente a las ofertas de empleo y educación. Los nuevos pobres
abarcan los grupos sociales que fueron incluidos a causa de la crisis
económica o de la política de ajustes estructural: trabajadores y empleados que
fueron despedidos de empresas públicas o privadas y del servicio público,
jóvenes desocupados, pensionados y personas jubiladas prematuramente.

La crisis financiera y las deficiencias de los sistemas tradicionales de seguridad


social, han sido cada vez más criticados en los últimos tiempos y se discute si
son adecuados para contener la crisis social. El sistema estatal de servicios
sociales se ha desarrollado en forma muy diferente en los diversos países
latinoamericanos. Se puede encontrar una combinación de los sistemas
clásicos de seguridad social de previsión de enfermedades, vejez e invalidez y
sistemas de seguridad social de orientación universalista.

En todos los países existen sistemas privados de previsión, además de los


sistemas públicos de servicios sociales. Argentina, Costa Rica, Cuba, Uruguay,
Brasil, Jamaica, las Bahamas y Barbados tienen los sistemas de seguridad
social más extensamente desarrollados. En casi todos esos países se
estableció relativamente un sistema de seguridad social basado en el modelo
de Bismarck, el cual se extendió progresivamente a sectores cada vez más
amplios de la colectividad. Al menos formalmente, la población de esos países
está amparada en un 70 al 100 % por este sistema. En el extremo opuesto se
encuentran países como Honduras, Guatemala, El Salvador, República
Dominica y Bolivia, en donde apenas un máximo del 20 % de la población está
protegido por sistemas públicos de seguridad social.

Además, hay países con un desnivel social considerable y otros con un


desnivel entre la ciudad y el campo. En Colombia, Ecuador y Perú, por ejemplo
del 64 al 84 % de los empleados en el área de la energía, del 40 al 45 % de los
trabajadores de la industria procesadora están amparados, pero solo un 5 % de
los trabajadores del campo reciben cuidados médicos a través del sistema de
seguridad social.

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En lugar de contribuir a una mayor justicia en la distribución, el sistema estatal
de seguridad social reproduce la estructura social extremadamente desigual y
la heterogeneidad estructural de las sociedades latinoamericanas. Todas las
críticas que se han hecho a la política social de América Latina y su crisis
actual, han dado lugar a nuevas orientaciones en esta materia. Desde hace
algunos años se han estado ensayando nuevas propuestas en algunos países
latinoamericanos.

Un enfoque de la política social más centrado en los grupos empobrecidos de


la población permite al menos considerar las desigualdades sociales existentes
y lograr efectos progresivos de redistribución. Sin embargo, los problemas de
asistencia social estatal dirigidos a los pobres, tampoco son una novedad en la
región, ya que en diversos países existen desde los años 60’s y 70’s (Chile,
Argentina, Brasil, Costa Rica, Guatemala). Lo que sí es relativamente nuevo es
la estrecha vinculación de las estrategias orientadas a grupos vulnerables con
la política de ajustes estructurales y su supeditación funcional a esta política.

El BM y el BID facilitan recursos adicionales para las medidas sociales de


amortiguación destinadas a aliviar la pobreza. Los Fondos de Inversión Social
constituyen la parte esencial de la estrategia político-social a los pobres
recomendada por el BM como compensación a los costos sociales de la
política de ajuste estructural en Latinoamérica. Estos fondos sociales fueron
implantados y probados por primera vez en Bolivia, en 1985 y también han sido
aplicados en Chile, Costa Rica, El Salvador, Honduras, Guatemala, Panamá,
Nicaragua, México, Perú, Uruguay y Venezuela.

Características socioeconómicas y demográficas de México:


México cuenta con una población superior a 126 millones de habitantes de los
cuales 49% son hombres y 51% mujeres. El porcentaje de adultos y ancianos
ha aumentado más del 1% cada década Con una esperanza de vida de 75
años.

La población trabajadora por sector económico se ha distribuido de la siguiente


manera: en el sector primario 16.2%, en el secundario 24.1% y en el terciario
59.3%. La población económicamente activa (PEA) representa el 42% de la
población total, de los cuales el 35% son mujeres. La PEA sin seguridad social
se calcula en 31% mujeres y 69% hombres quienes son subempleados o
participan en la economía informal; el desempleo abierto se ubicó en una
media de 3.74% que en términos generales podría considerarse bajo, pero el
subempleo es enorme (39% de la PEA) lo que favorece la informalidad y la
migración de la fuerza laboral principalmente a Estados Unidos de América, en
donde los trabajadores de origen mexicano captados por el censo
estadounidense equivalían al 20% de la PEA de México en el año 2000. Las
remesas enviadas por trabajadores migrantes a sus familias pasaron de 3,673
millones de dólares (mdd), en 1995 a 33,480 mdd en 2018. De acuerdo con
datos del Banco de México esta cifra representa un incremento de 10.53% en
2018 respecto a 2017, colocándola como una de las principales fuentes de
ingreso de divisas del país hasta nuestros días.

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Salud en el trabajo y el tratado de libre comercio de América del Norte
Desde el inicio del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)
en 1994, el objetivo de crear la zona comercial más importante del mundo, que
favorecería el crecimiento y la prosperidad económica en la región y aseguraría
un mejoramiento de las condiciones de vida de las poblaciones de los países
firmantes, no fue logrado y los efectos en la salud de los trabajadores tampoco
fueron evaluados.

Recientemente, Canadá y Estados Unidos llegaron, junto a México, a un nuevo


acuerdo comercial adaptado para el siglo XXI: el Acuerdo Estados Unidos-
México-Canadá (USMCA, por sus siglas en inglés/ T-MEC, en español).
Además del cambio de nombre, estas son algunas de las principales
diferencias con el TLCAN:

1. El mercado lácteo canadiense


El acuerdo preservará un mecanismo de solución de controversias comerciales
que Canadá luchó por mantener para proteger su industria maderera y otros
sectores de los aranceles de Estados Unidos. El Capítulo 19 previsto en el
TLCAN vigente permite que cualquiera de los tres integrantes del acuerdo
pueda solicitar la conformación de paneles binacionales independientes cuando
sientan que son víctima de decisiones comerciales desleales por parte de otro
miembro del acuerdo. En contrapartida, Canadá acordó brindarles a los
productores de lácteos de Estados Unidos acceso a un 3,5% de su mercado
doméstico de productos lácteos, de aproximadamente $16.000 mdd al año. El
gobierno canadiense se está preparado para ofrecer una compensación a los
productores lecheros perjudicados por el acuerdo.

2. Automóviles
Canadá y México acordaron un cupo de 2,6 millones de vehículos exportados a
Estados Unidos en el caso de que Trump imponga aranceles de autos globales
de un 25% por motivos de seguridad nacional. La cuota permitiría un
crecimiento significativo en las exportaciones de automóviles libres de
aranceles desde Canadá por encima de los niveles actuales de producción de
alrededor de 2 millones de unidades. Además, se requerirá que, para poder ser
exportado sin aranceles, 75% de un vehículo tiene que ser producido en uno de
los tres países (en la actualidad se exige un 62,5%). El cambio es una victoria
para los sindicatos y los trabajadores. Estados Unidos se garantizó en el nuevo
acuerdo que entre 40% y 45% del auto debe ser fabricado por trabajadores que
ganen al menos $16 US por hora. Con esto se busca evitar la deslocalización
de fábricas a zonas de bajo costo en México.

3. Revisión periódica
El acuerdo tendrá una duración de 16 años, pero será sometido a revisión cada
seis años. Esta no acarreará la amenaza de expiración automática del tratado
—como había propuesto originalmente EE.UU.— y permitirá renovar el pacto
por otros 16 años. Además, en el apartado de derechos laborales del nuevo
acuerdo se incluye un anexo en el cual las partes se comprometen a adoptar
normas y prácticas laborales conformes a lo establecido por la Organización
Internacional del Trabajo, a hacerlas cumplir y a no derogarlas de su
legislación. También se acordó mantener los tipos de cambio determinados por
el mercado, no incurrir en manipulación cambiaria y combatir la corrupción.

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De cualquier forma, el desafío sigue estando en integrar la economía de los
tres países, a pesar de la desigualdad entre sus respectivos niveles de ingreso,
riqueza y desarrollo.

Autoridades en salud en el trabajo


Actualmente la Secretaria del Trabajo y Previsión Social (STPS) es la
encargada de establecer y hacer cumplir las normas relacionadas con la Salud
en el Trabajo, así como implantar los límites permisibles de exposición
ocupacional, convocando a representantes de trabajadores, empresas,
instituciones de educación superior y de salud. Sin embargo, su capacidad de
vigilancia es limitada. Asimismo, La Secretaría de Salud, que debería
desarrollar la normatividad sobre la salud de los trabajadores no tiene un papel
relevante en la regulación ni en la vigilancia en aspectos de Salud en el
Trabajo.

El sistema de salud en México actual:


El sistema de salud está formado por Instituciones públicas y privadas.

1. La seguridad social: El sector formal de la población que comprende


trabajadores de empresas privadas y del gobierno federal y estatal, cuentan
con instituciones de seguridad social que garantizan la atención contra
contingencias de la vida como enfermedades y accidentes del trabajo,
enfermedades generales o comunes, maternidad, invalidez, vejez, muerte,
cesantía en edad avanzada y retiro. Estas instituciones son financiadas por
aportaciones de trabajadores, patrones y gobierno, distinguiendo dos tipos de
servicios para los trabajadores:

a) Servicio para trabajadores del sector privado: Desde 1943 con la


publicación de la Ley del Seguro Social, (LSS) se estableció la obligación del
sector privado de proporcionar seguro social a sus trabajadores. El Instituto
Mexicano del Seguro Social (IMSS) es la institución encargada de proveer
prestaciones médicas, económicas y sociales a los trabajadores de empresas
privadas. El IMSS es la Institución de seguridad social más grande del país,
actualmente ofrece servicio a más de 800,000 empresas y a sus más de 12
millones de trabajadores (30% de la PEA) así como a sus beneficiarios, con lo
que alcanza una cobertura del 40% de la población total del país.

b) Servicio para trabajadores al servicio del estado: El gobierno federal


proporciona servicio a sus trabajadores a través del Instituto de Seguridad y
Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), que atiende a
más de 2 millones y medio de trabajadores, alcanzando una cobertura del 5.9%
de la población total del país.

c) Otras instituciones como Petróleos Mexicanos (PEMEX), Fuerzas


Armadas y Marina tienen distinto sistema de salud y cubren al 1.1% de la
población.

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d) Los gobiernos estatales también proporcionan servicios de seguridad
social a sus trabajadores, algunos estados cuentan con sus propias
instituciones y otros los subrogan a través de otra institución de seguridad
social, su cobertura es menor del 1% de la población.

2. Población sin seguridad social: La mitad de la población mexicana no


tiene acceso a la seguridad social y la atención médica es otorgada por
instituciones de salud subsidiadas por el gobierno, ofrecidos por instituciones
públicas estatales o del IMSS y/o por instituciones de caridad. Recientemente
se puso en marcha el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) que
sustituye al Seguro Popular y promete a las personas que no cuentan con
seguridad social poder recibir servicios gratuitos de salud. De acuerdo con la
Ley General de Salud, los Institutos Naciones de Salud y Hospitales Federales,
sujetos a la obtención de cuotas de recuperación, dan la atención de tercer
nivel.

Puesto que en nuestro país todas las personas sin seguridad social tienen
derecho a recibir de manera gratuita la atención pública de salud y
medicamentos, éstas pueden acudir a: Centros de Salud, Centros de Salud con
Servicios Ampliados (CESSA), Unidades Médicas del IMSS Bienestar,
Unidades de Especialidades Médicas (UNEMES) y en los Hospitales Rurales,
Comunitarios y Generales para recibirla. Quienes acudan al INSABI recibirán
medicamentos gratuitos, así como análisis, estudios y diagnósticos clínicos,
intervenciones quirúrgicas y hospitalización. Para determinar si el padecimiento
lo requiere, un médico de primer nivel realizará la primera valoración y derivará
al paciente a un segundo nivel si es necesario.

Si bien para gozar de los servicios ofrecidos por el INSABI no se requiere


afiliación, a diferencia del Seguro Popular, para tener acceso a la atención es
necesario presentar CURP, credencial del INE o acta de nacimiento. Respecto
a quienes cuentan con póliza de Seguro Popular la Secretaría de Salud ha
indicado que no verán afectada su validez ni se interrumpirán los servicios. En
tanto las citas o tratamientos continuarán, no se suspenderán partos u
operaciones programadas, y los pacientes con padecimientos considerados
catastróficos recibirán sus tratamientos en tiempo y forma regular.

3. El sistema de atención privado: Consiste en modalidades tales como


seguros de gastos médicos mayores, gastos médicos menores, pago por
servicio, servicio de atención por prepago o copago, los cuales tuvieron un
incremento en los últimos años debido a la tendencia de la apertura del sector
salud a la inversión privada. La mayor parte de estos servicios son
administrados por aseguradoras y no incluyen actualmente servicios de salud
en el trabajo. Se estima que este sistema da cobertura al 1.1% de la población.

Conclusiones
Los sistemas de Seguridad Social se han convertido poco a poco en una
preocupación para los países desarrollados que destinan a este fin más del
25% de su producto interior bruto. Muchos países que se encuentran en el
subdesarrollo no pueden hacer frente a estos gastos, bien sea por la carga

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económica que representan estos programas o bien temen el efecto que las
pesadas cargas fiscales impondrían sobre el crecimiento económico del país.

Las Instituciones de Seguridad Social, han cumplido con el mandato legal de


construir la infraestructura necesaria para atender a los trabajadores
mexicanos. Las condiciones que el proceso de modernización y el pluralismo
económico imponen, nos conducen a la exigencia de una revisión profunda de
nuestros esquemas actuales y mejorarlos. Dentro del campo de la Seguridad
Social, el desafío que enfrentamos nos conduce finalmente, a asimilar los
cambios y a presentarnos como un país preparado y dispuesto a vivir
plenamente el nuevo siglo.

Referencias

Díaz Limón José. La seguridad social en México un enfoque histórico. Instituto


de investigaciones jurídicas UNAM. Revista de la E. L. de Puebla (2): 39-59

Occupational Health in México. Francisco Raúl Sánchez-Román, Cuauhtémoc


Arturo Juárez-Pérez, Guadalupe Aguilar Madrid, Luis Haro-García, Víctor Hugo
Borja-Aburto, Luz Claudio. Int J Occup Environ Health 2006; 12:346–354

Sistema de Seguridad Social: disponibles en:


http://www.monografias.com/trabajos13/segsocdf/segsocdf.shtml

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