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27/01/2020

CARU elevó niveles


Martes 7 de Setiembre de 2021

admisibles de
contaminación en el río
Uruguay Etiquetas:
Ambiente
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CARU
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Política
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Sociedad
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UPM
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Ventanas
La comisión argentino-uruguaya que
administra el río Uruguay redujo requisitos de 1 comentario Ordenar por M

calidad de las aguas, adaptándolos al nivel de


contaminación existente, y rebajó sus propios
objetivos
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Víctor L. Bacchetta

Juele María Blanca


La Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) fue creada "Prevenir o mitigar"??He ahí el d
el 26 de febrero de 1975 por el estatuto que estableció las
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obligaciones de Argentina y Uruguay por el Tratado de Límites del
Río Uruguay, firmado el 7 de abril de 1961. Este estatuto fijó las Plugin de comentarios de Facebook

funciones de la CARU en materia de navegación y obras, puertos,


salvaguarda de la vida humana y aprovechamiento de las aguas,
recursos del lecho y subsuelo.

El artículo 41 del estatuto dispuso que las partes se obligaban a


“proteger y preservar el medio acuático, y en particular, prevenir su
contaminación, dictando las normas y adoptando las medidas
apropiadas, de conformidad con los convenios internacionales
aplicables y con adecuación, en lo pertinente, a las pautas y
recomendaciones de los organismos técnicos internacionales”.

En el mismo artículo se expresó el compromiso de ambos países de


“no disminuir en sus respectivos ordenamientos jurídicos ... Las
exigencias técnicas en vigor para prevenir la contaminación de las
aguas” (sic).

Para dar cumplimiento a estas disposiciones, la CARU debe definir


los objetivos y estándares de calidad de las aguas, sedimentos y
componentes biológicos del río, así como los estándares mínimos
de los efluentes y otros vertidos en el río. Estos estándares son
reunidos en el Digesto sobre el Uso y Aprovechamiento del Río
Uruguay, publicado por la CARU y actualizado cada tres años.

El pasado 5 de diciembre la CARU comunicó, a través de la


resolución N°28/19, que se modificaron varios capítulos del
digesto vigente, en particular las directrices sobre Calidad de
Aguas y Prevención de la Contaminación que integran el Libro
Cuarto. El conocimiento de la decisión de la CARU llamó la
atención tanto por los cambios realizados, como por las
reacciones surgidas en diversos medios.

Debe recordarse que, si bien el fallo del Tribunal de La Haya puso


fin en 2010 al litigio por la instalación de la planta de celulosa de
Botnia (hoy UPM), la controversia sobre la contaminación de la
planta se remitió a evaluaciones posteriores. Para cumplir esta
tarea, la resolución de La Haya recomendó la creación de un
comité científico binacional bajo la órbita de la CARU como
instancia natural de cooperación entre ambos países.

Pero las diferencias de criterio surgidas en la CARU hicieron que


hasta noviembre de 2016 no se conocieran las primeras
conclusiones de ese comité. La “inmunidad de jurisdicción”
otorgada por ambos países a la CARU, en el acuerdo firmado en
1979, determina que sus actuaciones y documentos sean
reservados y, si no existe acuerdo entre las partes, no pueden ser
divulgados públicamente.

Entre 2010 y 2015 los gobiernos se acusaban uno al otro por la no


divulgación de los informes del comité científico, lo que hizo
pensar que ninguno de ellos quería hacerlo realmente. El cambio
de gobierno en Argentina, luego de las elecciones nacionales de
diciembre de 2015, posibilitó la superación del “impasse” en la
CARU, pero no significó que se llegara a conocer toda la
información sobre el estado del río.

“De acuerdo a lo que está previsto en los protocolos que ambos


países han suscrito solo se pueden publicar las conclusiones”, dijo
en mayo de 2016 el nuevo presidente de la delegación argentina
en la CARU, Mauro Vazón, aludiendo al acuerdo entre los
presidentes Mauricio Macri y Tabaré Vázquez. Y agregó: “También
hay una política de ambos Estados en referencia a que los
informes previos no son públicos”.

¿Contamina o no contamina?

Cuando se cuestiona la contaminación ambiental de una actividad,


sus defensores suelen decir que “toda actividad humana
contamina”, lo cual es cierto, aunque no son iguales los efectos de
distintos grados de contaminación. Otras veces dicen que “no
contamina”, lo cual no contradice a la anterior sino que significa
que esa actividad es aceptable porque no supera los niveles de
contaminación admisibles.

Es muy importante entonces conocer cuáles son y cómo se


determinan los estándares de calidad admisibles, porque de ellos
se deduce luego si un proyecto o actividad es aceptable. Las
diferencias en la CARU sobre Botnia/UPM se relacionan,
precisamente, con la definición y la aplicación de los estándares
que forman parte del Digesto del Río Uruguay y las acciones a
realizar frente a las violaciones del mismo.

La primera visita del comité científico a la planta de celulosa


constató que mezclaban el efluente con agua del río antes del
vertido, algo prohibido por la normativa vigente. UPM suspendió
la dilución, pero Uruguay modificó la norma por su cuenta,
elevando la temperatura admisible del vertido a 37 grados. Por el
digesto, el efluente debía “mantener las condiciones naturales” del
río, cuya temperatura promedio no supera los 20 grados.

Argentina consideró violaciones del digesto el cambio de


temperatura, la carga de fósforo del efluente y otras
transgresiones, como el uso un vertedero clandestino de
efluentes. El aumento en 2013 de la producción de UPM a 1,2
millones de toneladas anuales, autorizado por el gobierno de José
Mujica a cambio de mantener el efluente por debajo de los 30
grados, también fue rechazado por la delegación argentina.

Pero desde 2016 en adelante, los informes del monitoreo


conjunto afirmaron que la planta de UPM “no contamina”, o sea
que, más allá de apartamientos puntuales, la instalación estaría
cumpliendo con la normativa vigente. Sin embargo, la rebaja de las
exigencias en el digesto anunciada ahora por la CARU indica que
se está buscando adaptar la norma a una realidad de deterioro
creciente del río Uruguay.

Principales puntos de monitoreo de la CARU

- La proporción de fósforo total (PT), un indicador clave de la


eutrofización de las aguas, fue elevada de 25 microgramos por
litro, máximo admisible en la norma uruguaya vigente fijada por el
Decreto 253/79, a 100 microgramos por litro.

- En la temperatura de vertido de los efluentes, se mantuvo la


norma de que no se deben alterar las condiciones naturales, pero
se especificó un rango admisible entre 13 y 30 grados, cuando
antes el máximo eran 20 grados.

- Una rareza es que se mantenga el parámetro del agrotóxico


endosulfán, admitiendo un máximo de hasta 0,02 miligramos por
litro en las aguas del río Uruguay, cuando fue prohibido en
Uruguay en el año 2012 y en Argentina en 2013.

El promedio del fósforo en el río Uruguay en los últimos cinco años


ha sido de 96,4 microgramos por litro. En lugar de buscar mejorar
la situación del río, la elevación del estándar se adapta
simplemente a la realidad. Además, se viola la disposición del
artículo 41 del estatuto de la CARU de no disminuir las exigencias
técnicas. ¿Se usará este cambio como antecedente para modificar
la norma uruguaya vigente?

Al disminuir las exigencias, se dirá que una actividad “no


contamina” o que el grado de contaminación es “aceptable”,
cuando en los hechos ha empeorado.

Situación del río Uruguay

La CARU inició un plan de monitoreo integral del río Uruguay, con


un subprograma sobre calidad del agua, sedimento y biota del río.
En noviembre de 2019, el comité científico divulgó el primer
informe de monitoreo, entre junio y noviembre de 2018, en nueve
sectores, desde Monte Caseros-Bella Unión, en el norte, hasta La
Concordia, en el sur, a partir del muestreo en ambas márgenes y al
centro del canal.

Para resumir la información, el comité utilizó el índice de calidad


del agua del Consejo Canadiense de Ministros del Ambiente
(CCME, la sigla en inglés), que con un puntaje de 0 a 100 define
cuatro categorías: Excelente (95 a 100), Buena (80 a 94),
Aceptable (65 a 79), Marginal (45 a 64) y Pobre (0 a 44). Se
tomaron 13 parámetros relevantes en función del cumplimiento
del digesto y/o normativas internacionales.

El índice de calidad del agua adoptado arrojó valores entre 60 y 77


en el tramo común del río Uruguay, “Aceptable” en la mayoría de
los casos y “Marginal” en seis lugares. En la zona de Punta Las
Rosas, en la costa argentina tras la desembocadura del río
Gualeguaychú, se registró las más altas concentraciones de bario,
sólidos totales, carbono orgánico disuelto y fósforo total, con 395
microgramos por litro en setiembre.

El otro punto muy comprometido es más al sur, en La Concordia,


que refleja la carga proveniente de la desembocadura del río
Negro. De acuerdo con el informe del comité científico de la CARU
“la media de cianobacterias potencialmente tóxicas para el
período analizado es de 33 cel/mL; registrándose el valor máximo
en el sitio La Concordia centro durante el mes de julio de 2018 con
537 cel/mL”.

Algunos parámetros presentaron una gran cantidad de


incumplimientos con respecto al digesto de CARU y se detectó un
gran número de plaguicidas, con al menos 20 de estos compuestos
en más del 10 % de las muestras. Además de la variedad de
plaguicidas, se detectaron 10 compuestos de alta peligrosidad
potencial para los organismos del río, cinco superando niveles de
toxicidad aguda en peces.

Promedio anual de fósforo total, en miligramos por litro

A los cambios resueltos por la CARU en algunos parámetros del


digesto, se sumaron modificaciones en sus objetivos. Según el
digesto anterior, el objetivo de la comisión era “prevenir” la
contaminación, entendiendo por esto “el conjunto de medidas que
permitan evitar la contaminación”. En el nuevo digesto, los
objetivos son “prevenir y mitigar”, alterando sensiblemente el
significado de estas funciones.

Según las nuevas definiciones, prevenir sería “el conjunto de


medidas precautorias tendientes a reducir los riesgos” y mitigar,
que no figuraba antes, es “la adopción de medidas para
contrarrestar o minimizar los efectos negativos” de cualquier
actividad. No es lo mismo evitar la contaminación que reducir los
riesgos o minimizar sus efectos, porque esto admite la
contaminación.

“De lo que se trata y se establece taxativamente en los tratados


internacionales en el río Uruguay es de evitar la contaminación de
las aguas y no de mitigarla”, declaró el ex presidente argentino de
la CARU Hernán Orduna frente al cambio. Y explicó que “la CARU
no tiene facultades para modificar el Tratado de Límites en el río
Uruguay, ni el estatuto del río Uruguay, ni los demás acuerdos
celebrados por los Estados”.

Orduna y el también ex representante en la CARU, Horacio Melo,


señalaron que esta resolución fue tomada cinco días antes del
nuevo cambio de gobierno en Argentina y la consideraron una
concesión de la delegación macrista a sus pares uruguayos. Hasta
que el gobierno de Alberto Fernández designe la nueva delegación
argentina no se sabrá si se reanudará o no el conflicto en la CARU.

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