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El cobre es uno de los metales de mayor uso, de apariencia metálica y color pardo
rojizo. El cobre es uno de los elementos de transición de la tabla periódica, y su
número atómico es 29.
Los bronces al estaño se utilizan para obtener una alta resistencia con buena
ductilidad.
Las aleaciones de cobre con aluminio silicio o níquel son buenas por su
resistencia a la corrosión.
Se estima que el descubrimiento del cobre se produjo 6.000 años antes de Cristo.
Desde épocas prehistóricas, el cobre habría sido uno de los primeros metales
usados por nuestros ancestros para fabricar herramientas y utensilios. Los
sumerios habrían sido uno de los primeros pueblos en conocer y usar este metal
para fabricar objetos, tales como armas, monedas, etc.
Su uso fue tan importante, que incluso dio pie para que sendas épocas de la
historia fueran conocidas como Edad de Cobre y Edad del Bronce.
Hacia el 3000 a.C., los egipcios ya utilizaban el cobre en una variedad muy amplia
de objetos creados para satisfacer las necesidades de la vida cotidiana. Asimismo,
perfeccionaron el procedimiento de aleación del cobre y el estaño, mezcla de la
cual se obtiene bronce.
Durante los siglos siguientes, civilizaciones como la china, fenicia, griega e incluso
culturas americanas precolombinas utilizaron este rojizo metal.
En la Edad Media se usó para fabricar principalmente piezas bélicas, tales como:
hachas, espadas, cascos y corazas.
Más tarde, este metal perdió importancia, pues en muchas aplicaciones fue
sustituido por el hierro u otros metales. Sin embargo, hoy es el más empleado,
debido a sus excelentes condiciones de resistencia y conductividad.
En la actualidad, una casa moderna requiere cerca de unos 200 kilos de cobre,
prácticamente el doble de lo que se usaba hace 40 años, pues posee más baños,
más aparatos eléctricos, más teléfonos y más computadores.
Pero también aparece en elementos mucho menos evidentes, como las monedas,
utensilios de cocina, objetos de arte, adornos, pinturas, instrumentos musicales,
etc.
La extracción de cobre se puede hacer desde una mina a tajo (rajo) abierto o
subterránea.
La extracción subterránea: se realiza cuando un yacimiento presenta una
cubierta de material estéril muy espesa, lo que hace que la extracción desde la
superficie sea muy poco rentable. Para ello se realizan distintos tipos de faenas
bajo el suelo, las que pueden ser horizontales en túneles o galerías, verticales en
piques o inclinadas en rampas.
La extracción a rajo abierto: se hace cuando una mina presenta una forma
regular y el mineral está ubicado en la superficie y el material estéril que lo cubre
pueda ser retirado con facilidad. Un rajo se construye con un determinado ángulo
de talud, con bancos y bermas en las que se realizan las tronaduras
(detonaciones), de donde sale el material que luego será transportado por estas
mismas vías en grandes camiones.
Química del cobre
En la tabla periódica de los elementos, el cobre tiene su propio símbolo, Cu.
Su número atómico es 29, su masa atómica es 63,546, su punto de fusión es de
1.080 C°, su punto de ebullición es de 2.350 C°, y es definido como un metal de
transición, no ferroso.
El cobre forma parte del mundo que nos rodea. Está en nuestras casas y en los
lugares donde trabajamos o estudiamos, en los medios que utilizamos para
transportarnos, en artefactos sofisticados y artesanales, en las computadoras y las
industrias, en pequeños adornos y en grandes estatuas.
Su presencia puede pasar desapercibida, pero está allí, utilizado como un material
resistente, durable, reciclable y con alta conductividad térmica y eléctrica. Son
propiedades que garantizan su vigencia como una materia prima esencial para la
construcción de la civilización iniciada hace miles de años.
Entre los artículos de consumo el uso del cobre destaca en aquellos que están
relacionados con la electricidad. Una computadora puede llevar más de 2 kilos de
cobre, comenzando por los minúsculos microprocesadores que las hacen
funcionar, cuyos modelos más avanzados incorporan este metal en su estructura.
El cobre puede estar más cerca nuestro de lo que pensamos, ya sea en forma
pura o como parte de aleaciones. Aparece en las monedas, utensilios de cocina,
joyería, objetos de arte, adornos, muebles, maquillajes y pinturas, instrumentos
musicales, ropa…
En el campo del transporte la presencia del cobre es muy importante. Este
material está presente en automóviles, trenes, aviones, barcos e incluso en
vehículos espaciales. Es utilizado en los motores, en los sistemas electrónicos y
en los sistemas eléctricos.
Un automóvil nuevo utiliza unos 20 kilos de cobre, el doble de los 10 kilos que
utilizaba en la década de 1970. Los cables de cobre incluídos en un modelo de
lujo miden más de 1,5 kilómetros. Y si se trata de un avión el largo de los cables
utilizados puede superar los 100 kilómetros.
Algunas propiedades del cobre, como el hecho que sea un buen conductor
térmico, fuerte, resistente a la corrosión y no magnético, determina su utilización
en aleaciones destinadas a la construcción de maquinaria especializada y piezas
destinadas a procesos industriales.