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UNIDAD DE APRENDIZAJE Nº 1

ORATORIA FORENSE
Esta Primera Unidad de Aprendizaje del módulo de Litigación Oral denominada: Oratoria Forense,
aborda uno de los elementos centrales para el desarrollo de la labor fiscal en el uso de la oralidad,
que es el arte de hablar con elocuencia y por consiguiente presentar sus casos ante jueces y
tribunales en juicios orales y públicos con la suficiente capacidad, seguridad y destreza a objeto de
crear convicción en los juzgadores respecto a la responsabilidad penal del imputado.
El estudio de la oratoria forense parte de la teoría de la comunicación, y analiza tres de sus
categorías fundamentales que son: la oratoria, la elocuencia y la retórica para una adecuada e
idónea actuación de los fiscales en la aplicación de las técnicas de litigación oral en las audiencias
orales ante jueces y tribunales.

1. ¿QUÉ ES ORATORIA FORENSE?


Es una rama de la oratoria que se desarrolla en el ejercicio de la ciencia jurídica y en específico en
las actividades que desarrollan los profesionales del Derecho. Se la conoce también como Oratoria
Judicial y es utilizada en exclusiva en el ámbito de las ciencias jurídicas para exponer con claridad
y precisión los informes orales de jueces, fiscales y abogados.
“El orador forense, para lograr el fin de persuadir y crear convicción en los tribunales de justicia,
debe preparar sus alegatos previamente, y para ello, se debe apoyar en la teoría del arte de la
oratoria forense, en sentido general y en las características de la oratoria moderna”
El fiscal debe basarse en elementos doctrinales para la preparación del discurso, la postura debe
ser de pie; una correcta entonación, evitar la gesticulación y la teatralidad excesiva; emplear las
expresiones extraverbales necesarias para comunicar; objetividad, claridad, coherencia y cohesión;
extensión acorde con el caso; valorar, argumentar con razones y pruebas suficientes; todo ello
configura la correcta utilización del lenguaje.
Todos los Fiscales de Materia y Asistentes legales del Ministerio Público, deben conocer y aplicar
la Oratoria Forense. En esta Unidad de Aprendizaje, puntualizaremos algunos elementos
importantes sobre la elocuencia, la persuasión que es de gran importancia y el su uso y aplicación
en una audiencia o juicio oral.

El Código de Ética del Ministerio Público, Art. 6 (Principios generales) señala:


“En todo momento las y los Fiscales, de manera inexcusable, demostrarán transparencia en sus
actuaciones, eficiencia en su intervención de la acción penal pública y sobre todo hacer ver que el
trabajo desarrollado sea confiable, promoviendo que todo conflicto se resuelva con celeridad.”
Por ello uno de los aspectos que el fiscal debe hacer prevalecer en sus actuaciones, es el de la
eficiencia en su intervención, y uno de los elementos que llevan a la eficiencia es precisamente el
uso adecuado de la oratoria en un sistema procesal penal que en Bolivia es eminentemente oral.
La argumentación del fiscal sobre sus conclusiones o alegato en conclusiones es un momento de
especial importancia en el juicio oral, a los efectos de destacar los elementos probatorios que
apoyan la acusación formulada, según lo que se hubiese demostrado de acuerdo a la teoría del
caso elaborada.
Al exponer su informe el fiscal debe ser objetivo, expresando de forma interrelacionada los hechos
con las pruebas practicadas que demuestran la participación del o de los acusados; deberá realizar
una valoración técnico - jurídica de la figura delictiva imputada y el grado de participación de los
autores, basándose en elementos doctrinales que sirvan para argumentar su acusación, lo
que constituye el elemento fundamental de la exposición. Además debe realizar la valoración
de las características individuales del o los acusados y explicar la trascendencia social, económica
o política que tenga el hecho.
El proceso de la argumentación debe adecuarse a la trascendencia verdadera de cada delito, su
gravedad y su repercusión social con independencia de su mayor o menor brevedad, deberá
exponer un fundamento razonado de la acusación formulada.
A los efectos de que en la audiencia de juicio oral pueda el fiscal ser escuchado por todos los
presentes, estando de pie, debe emplear la modulación de la voz adecuado para que todos puedan
entender lo que dice, evitando leer, salvo para hacer citas textuales cuya extensión dificulte
repetirlas de memoria con exactitud.
Debe evitarse la gesticulación y la teatralidad excesiva, aunque es conveniente recalcar algunas
exclamaciones o afirmaciones con expresiones extraverbales.
La argumentación del fiscal debe ser clara y detallada, exponiendo los elementos que caracterizan
la conducta del imputado y haciendo referencia expresa a las pruebas que se acumularon, de
manera que su exposición ponga de manifiesto la real necesidad de la medida que se solicita al
tribunal que aplique, los preceptos en que se basa tal solicitud y la necesidad de enfrentar estos
tipos de conductas, teniendo en cuenta las características propias del lugar, la incidencia del delito
o de otras conductas que afecten el orden público y explicando la conveniencia de influir por vía
institucional, de manera positiva la reforma de los infractores.
1.1. TEORÍA DE LA COMUNICACIÓN

Cuando buscamos establecer una relación entre la teoría de la comunicación y las relaciones
públicas, es obligación teórica aclarar que la primera abarca la segunda; es decir, las relaciones
públicas como técnica y disciplina encuentran en la comunicación su principal instrumento para
desarrollarse, para convertirse en realidad.

De acuerdo a Botero: “El uso de los medios de comunicación y de las herramientas de persuasión
fundamentadas en el lenguaje oral y escrito, ha hecho de las relaciones públicas una disciplina de
amplio reconocimiento en Estados Unidos y Europa, configurando una profesión de alto lucro y de
consolidada posición social. Pero para comenzar a abordar el tema que nos ocupa, la relación
conceptual entre ciencia (la comunicación) y disciplina (las relaciones públicas), miremos cómo se
sitúa la oratoria forense en los paradigmas de la teoría de la comunicación.

Es de amplio conocimiento en los espacios académicos que la teoría de la comunicación encuentra


asidero en tres modelos, a saber: el funcionalismo, el estructuralismo y la teoría crítica, paradigmas
que han dado como resultado una multiplicidad de escuelas y movimientos que, a su vez, han
tenido como objeto de estudio la comunicación humana. He Aquí otro hilo que relaciona ambos
conceptos: la amplia investigación que se ha gestado alrededor de dicho objeto, la misma que dio
pie a la construcción teórica tanto de la ciencia de la comunicación como a la disciplina de las
relaciones públicas.” 1

2.ORATORIA, ELOCUENCIA Y RETÓRICA

2.1. ¿QUÉ ES ORATORIA?


El concepto Oratoria tiene dos sinónimos de uso frecuente, la retórica que deriva de la palabra
griega rhétor, la cual designa al arte del bien decir, de embellecer la expresión de los conceptos,
de dar lenguaje escrito o hablado, la eficacia adecuada para deleitar, persuadir o conmover; y la
elocuencia como la facultad de hablar o escribir de modo efectivo para encantar, inquietar y
convencer a los demás mediante el manejo dialéctico de argumentos lógicos, para que asuman la
conducta que se sugiere, de tal forma que no se sientan sometidos u obligados a hacer por la
fuerza lo que se les dice, sino que lo realicen por propia voluntad, porque realmente lo quieran
hacer, y que estén convencidos de que así debe de hacerse.

1BOTERO Escobar, Nora Elena. La Teoría de la Comunicación, las relaciones públicas y la investigación: una relación simbiótica.
Revista Revista Anagramas, Medellin – Colombia, Volumen 10, Nº 21
La oratoria es persuasión, honradez y convicción, la manipulación mediante la palabra; sin
embargo, el engaño y la intimidación, no es oratoria, es charlatanería, es falacia, ya que se tiene
que convencer con la verdad, por consiguiente, el auténtico orador hace de la palabra un
instrumento de la verdad. “Todo por la fuerza de la razón; nada por la razón de la fuerza”2
Es el arte de hablar con elocuencia y también un género literario que se concreta en distintas
formas; en ese último, debe hacerse una diferenciación:
a. El discurso, del latín discursus, que es la facultad racional con que se infieren unas cosas
de otras, sacándolas por consecuencia de sus principios o conociéndolas por indicios y
señales. Serie de palabras y frases empleadas para manifestar lo que se piensa o siente.
Razonamiento o exposición sobre algún tema que se lee o pronuncia en público. Doctrina,
ideología, tesis o punto de vista. De una manera más directa se puede decir que un
discurso es un razonamiento, mientras que la oratoria es el arte de hablar. Por lo tanto, el
discurso es aquello que razonas en tu mente y compartes con otras personas, y la
oratoria es el arte con que lo haces.
Demos un ejemplo para entenderlo más claramente: Una persona hace un dibujo, y otra
crea una obra de arte; la primera actúa empíricamente; la segunda, con técnica, de modo
que la diferencia entre una obra de arte y cualquier dibujo reside, en si se lo hace siguiendo
alguna norma. Con la palabra ocurre algo parecido, cualquier persona puede pronunciar
un discurso, aunque lo hará mejor si conoce las reglas gramaticales, de sintaxis, si tienen
conocimientos de vocabulario, si ha tenido la preocupación de leer, escuchar y preparar
una exposición y luego demostrar su capacidad de elocuencia y persuasión. Por lo tanto,
la diferencia entre un discurso y la oratoria, también radica en cuánto puede saber acerca
de los principios que le permiten expresarse con eficacia. Si expone de cualquier manera,
podríamos decir que simplemente está dando un discurso o exponiendo sus razonamientos
ante otras personas; y si expone desplegando técnica, conocimiento previo y estudiado de
los antecedentes de lo que dirá, así como el uso de determinadas características o
recursos para hablar con el fin de persuadir para tomar una decisión, entonces Ud. está
practicando “el arte de hablar en público”, UD. ESTÁ PRACTICANDO LA ORATORIA.
b. La disertación, disertar, del latín dissertâre, que significa razonar, discurrir detenida y
metódicamente sobre alguna materia, bien para exponerla, o bien para refutar opiniones
ajenas.
c. La conferencia, del latín conferentîa, consiste en una plática entre dos o más personas
para tratar sobre determinado punto. Disertación en público sobre algún punto doctrinal.
Reunión de representantes de Gobiernos o Estados, de comunidades eclesiásticas y de
agrupaciones de otra índole, para tratar asuntos de su competencia. En algunas
universidades o estudios, lección que recibían los estudiantes cada día.

2 VERDERBER, Rudolph F., Comunicación Oral Efectiva, Editorial Thomson, 11ª. Edición, México, 2004, pág. 2.
d. El sermón, del latín sermo, ônis, Discurso religioso que predica el sacerdote ante los fieles
para la enseñanza de la buena doctrina. Amonestación o reprensión insistente y larga.
Discurso o conversación.

RECUERDE: La oratoria es persuasión, honradez y convicción, la manipulación mediante la


palabra; sin embargo, el engaño y la intimidación, no es oratoria, es charlatanería, es falacia, ya
que se tiene que convencer con la verdad, por consiguiente el auténtico orador hace de la
palabra un instrumento de la verdad

2.1.1. REQUISITOS DE LA ORATORIA


Para que nuestra oratoria sea más eficaz y que tanto el Juez o Tribunal, así como
las partes del proceso, logren captarla adecuadamente, es necesario tomar en
cuenta los siguientes requisitos:

Claridad: En términos generales significa pensamiento claro, conceptos bien


definidos, exposición coherente; es decir, una sintaxis correcta y un vocabulario al
alcance de la mayoría. En otras palabras, la intervención es clara cuando el
pensamiento del fiscal penetra sin esfuerzo en la mente del juzgador.

Concisión: El fiscal, debe de emplear únicamente palabras significativas,


indispensables para expresar lo que se quiere decir. La concisión es enemiga de
la verborrea (redundancia) y el titubeo; elementos que obstruyen la comunicación; el mensaje no
llega adecuadamente y en muchos casos ni siquiera llega.
Coherencia: Las relaciones entre las ideas expuestas deben de ser lógicas y las contradicciones
evitadas. Cuando el fiscal necesite expresar puntos de vista personales o puntos de vista de otra
persona, debe de prevenir a quienes lo escuchan, porque de lo contrario provocará incomprensión
y distorsión en lo que está diciendo.

2.2. ¿QUÉ ES ELOCUENCIA?


Es aquella facultad de expresarse de modo eficaz a fin de deleitar, conmover y persuadir. La
elocuencia es la trascendencia de la personalidad, es la eficacia de las palabras, gestos o actitudes
en la oratoria.
Etimológicamente la palabra Elocuencia deriva del verbo latín: “elocuor, que significa hablar claro
y distintamente, como decía Quintiliano: “Manifestar nuestros pensamientos con claridad por
medio del lenguaje.” Según Cabanellas, es la “facultad de expresarse de modo persuasivo y de
manera que deleite a quien oye.”3

3 ESPINOZA, Braulio. Oratoria forense: Una Estrategia del Juicio Oral


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El objetivo de máxima relevancia de la elocuencia es la persuasión, el orador puede persuadir a su
auditorio de tres modos:
Mediante el poder persuasivo de su propio carácter.
Un orador para poder persuadir requiere ser carismático y tener una buena actitud ante las
situaciones que se le presenten.
Por medio del entusiasmo de las emociones que se denotan en audiencia.
La persuasión es producto de usar lenguaje verbal y no verbal, la expresión corporal la
gesticulación y el uso de ademanes y gestos, son elementos muy importantes para convencer
a las personas acerca de los argumentos que se presentan en audiencia.
A través de la prueba o prueba aparente.
El discurso o el alegato del orador, como se verá en las siguientes unidades, debe tener un
sustento que lo respalde, a ello denominamos la prueba o prueba aparente.
Estas herramientas no han de manejarse sin orden ni planificación, deben sujetarse por tanto a un
régimen con disciplina, tanto la dialéctica como la elocuencia, tienen sus principios generales, que
son comunes a todos los casos en que hay que demostrar y persuadir, pero las circunstancias
particulares exigen reglas especiales sobre el uso que puede hacerse de la argumentación y de la
persuasión en sus discusiones, y estas han de ser análogas a las personas, tiempos, cosas y
lugares.
2.3. ¿QUÉ ES RETÓRICA?
Conjunto de reglas o principios que se refieren al arte de hablar o
escribir de forma elegante y con corrección con el fin de deleitar,
conmover o persuadir.

Concepto de la obra: "La Retórica" de Aristóteles

La retórica en su sentido más amplio es la teoría y práctica de la


elocuencia, sea hablada o escrita. La retórica hablada es la oratoria, esta define reglas que rigen
toda composición o discurso en prosa que se propone influir en la opinión o en los sentimientos de
las personas, y en tal sentido es una manera útil para lograr la persuasión del auditorio.
A lo largo del tiempo se ha definido a la retórica como un conjunto de reglas que rigen toda
composición o discurso, pieza que se propone influir en la opinión del público o en los sentimientos
de la gente.
Se la define como el arte del bien decir, de dar al lenguaje escrito o hablado eficacia bastante para
deleitar, persuadir o conmover. También como Teoría de la composición literaria y de la expresión
hablada y como uso impropio o intempestivo de este arte. Otras definiciones describen la retórica
como al arte de hablar y arte de decir. El primer criterio nos acerca a la filosofía y a la
psicolingüística y el segundo, a la literatura. Hablar y decir se usan como sinónimos, pero hay
diferencias; toda vez que hablar, es hacer uso de una facultad propia del ser humano y decir es

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hacer uso de esa facultad en una dimensión concreta, específica. Con alfabeto y lengua escrita el
acto de hablar se hace audible, visible, analizable y programable.
Por su parte, entendemos por arte esa “virtud, disposición y habilidad para hacer algo” o el
“Conjunto de preceptos y reglas necesarios para hacer bien algo.”

3. COMUNICACIÓN Y ELEMENTOS DE PERSUASIÓN


La persuasión es una transacción de mente a mente, de voluntad a voluntad; bajo ese entendido,
el fiscal deberá transmitir el mensaje al juzgador, para que éste reciba ese contenido y su mente lo
procese; a partir de ese momento, ve o cree algo nuevo; provocando un claro enfoque, un criterio,
una motivación, que lo impulsa a actuar de determinada manera.

3.1. LOS TRES ELEMENTOS DE PERSUASIÓN

El arte de la Oratoria y la persuasión se postula a partir de tres funciones básicas y primordiales,


que son su fin último, que contemplan:

Conmover.- Apunta a influir sobre los sentimientos , afectos, pasiones; el fiscal trata de
ganar el corazón de su audiencia en general y de cada una de las partes del proceso en
particular, tanto en la comunicación como en la oratoria, la expresión, de los sentimientos
genuinos es un acto de gran trascendencia e impacto en la audiencia.
Para despertar sentimientos, es necesario previamente que el fiscal esté profundamente
convencido de lo que dirá. Si se pretende influir, el hecho de “sentirse influido”, debe
comenzar por uno mismo; ya que de manera natural, cuando una persona se encuentra
bajo la influencia de sus sentimientos, su personalidad real aflora a la superficie, todos los
obstáculos pueden ser derribados, el fuego de sus emociones y convicciones ha quemado
todas las barreras; por lo tanto, si se quiere influenciar emocionalmente, se debe comenzar
por estar uno mismo realmente conmovido.

Convencer; se basa en el hecho de precisar a otro, con eficaces argumentos y


razonamientos, que mude de parecer, que emprenda determinado camino, o que
abandone el que seguía, Se convence al entendimiento, se persuade a la voluntad, El
raciocinio convence, la elocuencia persuade.
El que pretende convencer, habla al entendimiento para que vea la razón. El que pretende
persuadir, habla a la voluntad para afectarla y movilizarla.
Ante ello, debe remarcarse esa distinción, por ejemplo: Una demostración de exactitud
matemática convence, pero probablemente no llegue a persuadir.
Persuadir: inducir, movilizar, direccionar la voluntad del auditorio por medio de impresiones
razones o presiones a que haga o deje de hacer algo, se influye de esta manera, más sobre la
voluntad que sobre el pensamiento, si el fiscal cree en algo firmemente, y lo expresa con la
necesaria convicción y conciencia de su rol, conseguirá seguramente el apoyo del juez o tribunal.
La persuasión es un fenómeno psicológico, actividad continuamente consciente, que en esencia,
consiste en inducir valores y comportamiento sobre la voluntad y la conducta de quien escucha

El fiscal debe desarrollar para su actividad de litigación en audiencias orales, una serie de
características intrínsecas y extrínsecas que le permitan presentar, sostener y comprobar su
acusación con solvencia y ética profesional; en función a ello, resulta de trascendental importancia
contemplar las competencias del fiscal litigante en esta última Unidad de Aprendizaje del Módulo
de Litigación Oral; puesto que más allá de los elementos técnicos respecto a la litigación oral y la
normativa procesal que debe conocer y dominar el fiscal; conviene analizar autocríticamente, cuál
es el nivel de desarrollo de ciertas competencias genéricas, que son consideradas esenciales para
el ejercicio de la función fiscal.
En ese sentido, en la presente Unidad de Aprendizaje, se presentan algunas competencias
inherentes a la función fiscal, las cuales se analizan en tres categorías: competencias en
conocimientos, en habilidades y en actitudes.
En el marco de los lineamientos de la Nueva Institucionalidad del Ministerio Público, la presente
Unidad de Aprendizaje, contempla a los elementos de mayor importancia, relacionados a la esfera
actitudinal de fiscales que son parte de nuestra Institución; en el entendido de que una formación
integral no se circunscribe únicamente a la acumulación de conocimientos, sino, enfocada a una
formación integral que de acuerdo al Enfoque de la Formación Basada en Competencias (FBC), es
la posesión y el desarrollo de conocimientos, habilidades y actitudes que permiten a la persona la
capacidad de desarrollar con éxito actividades de trabajo en su área profesional, adaptarse a
nuevas situaciones y poder resolver de manera idónea y pertinente los problemas que enfrenta en
su práctica profesional y laboral.
Tomando en cuenta esa premisa, la labor fiscal tiene una trascendental importancia y repercusión
en la sociedad, en razón a ello tanto el fiscal como el asistente legal para el desarrollo de sus
actividades deben tener una condición y calidad humana, que revaloricen la institucionalidad de su
condición de servidora o servidor del Ministerio Público.

Dentro de los Principios Generales establecidos en el Art. 5 de los Principios Éticos del Ministerio
Público según instrucción de la MAE canalizada a través de la Unidad de Asuntos Internacionales
de la Fiscalía General del Estado mediante nota CITE: FGE/UNAI Nº 106/2019, de 2 de abril de
2019 se establece: “los principios y valores éticos que se encuentran establecidos en la
Constitución Política del Estado y el Código de Ética del Ministerio Público de Bolivia son
complementarios y están acordes con la política nacional de lucha contra la corrupción y con las
corrientes internacionales sobre estos temas, sin perder de vista la identidad propia del Estado
Plurinacional de Bolivia”4

En ese sentido, el fiscal para el ejercicio idóneo de la acción penal pública requiere a su vez, una
serie de rasgos de personalidad que guarden relación con la responsabilidad que implica dicha
responsabilidad; por ello en la presente Unidad de Aprendizaje, se aborda a manera de reflexiones,
en principio los problemas de formación profesional que se identifican en las universidades,
facultades y Carreras de Derecho; para luego presentar una base de elementos y rasgos que deben
ser considerados como ineludibles por el fiscal para el ejercicio de la dirección funcional de la
investigación.
4. 4. COMPETENCIAS DEL FISCAL LITIGANTE (CONOCIMIENTOS, HABILIDADES Y
ACTITUDES)

Es de conocimiento colectivo, que la educación superior en Bolivia presenta una serie de


problemáticas que se han agudizado en los dos últimos quinquenios; encontrando a un Sistema
Universitario, que debe sopesar desde la masificación de ciertas carreras, el establecimiento de
cupos para el ingreso, las asignaciones presupuestarias, entre otras, hasta una de las más
importantes, que se constituye en las deficiencias formativas en los bachilleres, quienes en muchos
casos llegan a las aulas universitarias con varios vacíos, difíciles de ser cubiertos por la educación
universitaria.
Héctor Quiñones respecto a la formación del abogado señala: “Es en la Facultad de Derecho donde
comienza la formación del abogado litigante. En el sistema oral es fundamental la reputación
profesional que uno tenga ante la comunidad jurídica y ésta se comienza a formar desde el aula
universitaria. La que se forje, buena o mala, lo perseguirá durante toda su trayectoria profesional”
5

Resulta evidente advertir que las carreras de Derecho


de la mayoría de las universidades, se encuentre
ausente el fomento a la discusión de las normas y
doctrinas jurídicas, el análisis y aplicación práctica de la
jurisprudencia, entre otros, que permitan al futuro
abogado contar con las herramientas necesarias para
poder analizar un problema jurídico y ofrecer
alternativas de solución razonablemente aceptables y
viables; lo que implica que la educación universitaria
debe concentrase en enseñar a pensar más que a memorizar la doctrina y la letra muerta de la ley;
así como promover la práctica en las distintas áreas del ejercicio profesional del Derecho,

4MINISTERIO PÚBLICO DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA. Principios Éticos del Ministerio Público, p. 17
5QUIÑONES V. Héctor. Las Técnicas de Litigación Oral en el Proceso Penal Salvadoreño. Consejo Nacional de la Judicatura.
2003.
principalmente en el desarrollo de una adecuada litigación oral, toda vez que no puede confundirse
el “hablar fuerte y sin pausa”, con el uso adecuado de la palabra integrado de razón, y determinadas
características que hacen de la oralidad una herramienta muy valiosa en la búsqueda de la verdad.
Las consecuencias de estos problemas, se revelan ya en el ejercicio
profesional de los abogados, y por consecuencia lógica en el ejercicio de la
función fiscal. Al respecto Baytelman y Duce indican: “Un jurista que no sabe
litigación –litigante, juez o profesor de derecho– simplemente elabora teorías
abstractas, intelectuales, que no responden a la realidad, a los problemas y
a los valores para los que dichas normas fueron diseñadas. Y con
demasiada frecuencia esto – en América Latina lo sabemos bien–
desnaturaliza el proceso, lleva a lecturas lineales y literalistas de las normas,
equivoca las interpretaciones, genera requisitos absurdos o bien los estima
satisfechos con cumplimientos puramente formales.” 6
Finalmente al respecto, cabe señalar que otro elemento que debe tomarse en cuenta como una
debilidad en la formación de los futuros abogados, se relaciona con la implementación de la reforma
procesal penal que se implementó en Bolivia con la vigencia del Código de Procedimiento Penal
en 1999; sin embargo la oralidad fue pionera en materia penal ya se emplea de manera cotidiana
en el sistema procesal; pese a ello, gran cantidad de las universidades tanto públicas como
privadas no han implementado es sus planes de estudios , disciplinas contenidos o asignaturas que
se encuentren relacionadas directamente con la litigación oral, la enseñanza de sus técnicas y
peor aún el desarrollo de sus destrezas.
4.1. COMPETENCIAS PARA EL FISCAL LITIGANTE.
En muchos ámbitos del ejercicio profesional de los abogados se requiere no solo de un
conocimiento teórico respecto a la litigación oral; es así que actualmente una competencia básica
para todo fiscal es la de la litigación oral, ya que el sistema procesal penal oral, acusatorio y
contradictorio así lo demanda; sin embargo, la dificultad se presenta cuando llega el momento de
aplicarla, puesto que son varios fiscales a quienes se les hace difícil poner en práctica las técnicas
de litigación oral con éxito; razón por la cual, se considera de manera categórica que la teoría debe
ir acompañada de la práctica y sobre todo a una serie de rasgos o características de personalidad,
llamadas también “Cualidades” y “Competencias” que debe poseer todo fiscal para intervenir con
razonable éxito en la litigación oral, identificando entre ellas:

6 BAYTELMAN A. Andrés DUCE J. Mauricio. Litigación penal, Juicio Oral y Prueba. 1era. Edición. 2004.
4.2. COMPETENCIAS EN CONOCIMIENTOS.
4.2.1. SÓLIDO CONOCIMIENTO DE LA LEGISLACIÓN PENAL.
Señalábamos que la reforma procesal penal de 1999 introdujo el sistema oral púbico y
contradictorio; siendo que lo oral implica la exposición de argumentos y alegatos a través del uso
de la palabra, donde por lo general, no se encuentra ningún
espacio y tiempo para consultar textos o a otras personas;
para ello el fiscal debe encontrarse adecuadamente
preparado, puesto que todos los asuntos deben plantearse y
resolverse en audiencia, no después.
Para el fiscal el ámbito específico de sus funciones es el penal,
por ello se da por sobreentendido de que tiene un alto nivel de
conocimiento de la doctrina penal y domina el código sustantivo y adjetivo de la materia, en
consecuencia, se recomienda destinar tiempos exclusivos de la semana para leer y “releer”, el
Código Penal y el Código Procesal Penal desde el principio hasta el final, al ser ambos códigos sus
principales instrumentos de trabajo.
Sin embargo, a ello no debe olvidarse que el conocimiento sólido en materia penal y la labor de
litigación del fiscal no se circunscribe solo a la legislación; sino tiene trascendental importancia el
conocimiento y dominio de la jurisprudencia constitucional y ordinaria, así como de la doctrina que
los teóricos del derecho penal desarrollaron en el transcurso de varios siglos.
4.2.2. COMPETENCIAS EN HABILIDADES.
4.2.2.1. HABILIDADES COMUNICATIVAS.
La oralidad tiene como premisa fundamental el uso de la palabra, que
debe estar ligado con habilidades comunicativas y de oratoria forense
que exigen una buena retórica, discurso claro, elocuencia del lenguaje,
tanto oral como escrito. En ese contexto, el fiscal litigante tiene la
necesidad de expresarse correctamente.
Para ampliar su vocabulario, y así lograr mayor elocuencia, lo más
recomendable es hacer de la lectura un hábito. El buen fiscal debe
mantenerse leyendo todo el tiempo.
4.2.2.2. SENTIDO DE PRIORIDAD.
Debe desarrollar habilidad para el análisis y la lógica, ello implica distinguir entre lo urgente e
importante. Poder comprender e identificar la verdadera naturaleza de un problema o controversia
y llegar a conclusiones correctas respecto a las diversas soluciones y alternativas posibles. Es
decir, “llegar al tronco y no quedarse en las ramas”. Saber separar la “paja del grano”.
Debe proponer soluciones a los problemas que identifica, adoptando los correctivos con sentido
común y teniendo en cuenta el costo económico e impacto social que implican sus decisiones.
4.2.2.3. CREATIVIDAD E IMAGINACIÓN

El fiscal debe ser una persona con una gama de


soluciones a los problemas que se le presentan en
su función, creativo, con iniciativa e imaginación.
No dejarse dominar por convencionalismos. Dejar
de hacer las cosas de determinada manera por el
simple hecho de que siempre se han hecho así. En
otras palabras: ser creativo e innovador.
Héctor Quiñones indica: “En ocasiones, el transcurso del tiempo nos hace perder la perspectiva
real de las situaciones, haciéndonos actuar de determinada forma por uso y costumbre: sin
cuestionarnos el por qué lo hacemos.” 7
Esta competencia implica que el fiscal debe tener la capacidad de generar respuestas o soluciones
adecuadas, inclusive cuando no existan antecedentes que le sirvan de criterio orientador.

4.2.2.4. SABER ESCUCHAR


El fiscal tiene que aprender a escuchar a los demás; puesto que
para poder opinar con corrección y enfrentarse a la defensa,
debe primero escuchar con atención lo que ésta tenga que
decir. Si no lo hace, no sabrá lo que tiene que rebatir.
Escuche para que lo escuchen o para que pueda exigir que así
lo hagan.
El fiscal no debe interrumpir la alocución del contrario, a no ser por medio de una objeción. Espere
siempre su turno con paciencia, elegancia, cortesía, educación, y sobre todo, con mucho estilo.
En resumen, descubrir y reconocer sus limitaciones debe ser el primer paso a tomar para mejorarse
como fiscal y como persona, sin embargo, es de las cosas más difíciles de aceptar.
Si decide ser un fiscal litigante en el proceso oral público y contradictorio, evalúe si posee
estas cualidades, si no las posee trate de desarrollarlas, en caso de que no pueda lograrlo
es recomendable dedicarse a otra función que no sea la de fiscal.

7QUIÑONES V. Héctor. Las Técnicas de Litigación Oral en el Proceso Penal Salvadoreño. Consejo Nacional de la Judicatura.
2003.
4.2.2.5. ASERTIVIDAD.
El fiscal requiere desarrollar la asertividad como una
habilidad necesaria para el desempeño de sus funciones. La
persona asertiva es segura de sí misma y sabe lo que desea;
comunica lo que siente de forma clara y directa; además de
ser espontánea y natural.
Se enfrenta a los problemas en vez de evadirlos. Se expresa
con firmeza sin ofender ni herir; escucha y se interesa en la
opinión de los demás. Si no está de acuerdo con algún punto,
lo expresa con respeto y honestidad; hace valer sus derechos reconociendo que el derecho de los
demás también cuenta.
El fiscal asertivo es el que confía en los demás y hace sentir al otro valorado y respetado, sin
menospreciarlo ni ofenderlo, tiene voz firme, clara y directa, su sonrisa es espontánea, mira a los
ojos del otro cuando habla o escucha, camina con la cabeza erguida y paso firme y va en busca
de lo que desea sin hacer daño a nadie, y reclama la verdad sin agredir; sabe escoger prioridades,
tomar decisiones y aceptar las consecuencias; acepta y reconoce sus errores, comprende cuando
debe dar una disculpa y la hace; acepta la crítica negativa y se atreve a negarse a hacer algo que
no está de acuerdo con sus valores y principios, independientemente de quién sea la persona que
se lo solicite; recuerde que representa al Ministerio Público.

La asertividad se comunica a través del contenido y el lenguaje de lo que se expresa. De la


comunicación no verbal o lenguaje corporal que habla mediante el contacto visual, la postura, el
tono de voz, las expresiones y los movimientos del cuerpo.
4.2.2.6.IMAGEN PERSONAL
Es muy importante, que el fiscal tenga buena presencia en todo momento, presentando pulcritud
tanto en su persona como en su vestimenta; debiendo recordar que en su condición de servidor
del Ministerio Público se encuentra en una especie de “vitrina pública” en todos los espacios
públicos y privados en los que se encuentre.

La manera en la que el fiscal actúe y hable en ese momento podría estar siendo observado y
escuchado por otros con más atención de lo que se podría imaginar, en razón a ello se debe
presentar una imagen de seriedad y compromiso con lo que usted representa.
4.3.. COMPETENCIAS EN ACTITUDES.
4.3.1. AUTOCONCEPTO Y AUTOESTIMA
Para ser un buen fiscal litigante primero tiene que desarrollar un autoconcepto positivo de su
persona; es decir, con su forma de ser.
El fiscal litigante tiene que ser una persona segura de sí misma y poseedora de una gran
autoestima. No debe angustiarse por cualquier percance que tenga que confrontar.
Una característica esencial que debe tener un buen fiscal litigante es que no puede ser tímido, el
desarrollo de la función fiscal es para personas decididas. La timidez es un rasgo de la personalidad
que puede ser vencido generalmente a través de la práctica de la oralidad y de una adecuada
preparación teórica.
El autoconcepto va ligado a una adecuada autoestima que debe poseer el fiscal litigante para
reflejar en sus actuaciones autoridad, confianza y seguridad necesaria para convencer y persuadir
al juez o tribunal de sus alegatos.
4.3.2. SEGURIDAD Y VALENTÍA
La litigación oral requiere de un continuo actuar y proceder por parte del fiscal, en ciertas ocasiones
es común que limiten sus actuaciones por temor a cometer errores, un fiscal no puede actuar con
miedo a equivocarse.
El miedo es una respuesta condicionada, un hábito arrasador que puede, si no está atento,
consumir fácilmente toda su energía, creatividad y espíritu. Cuando el miedo aseche, córtelo de
raíz; la mejor manera para ello es hacer precisamente aquello que teme.
Para el fiscal un rasgo de personalidad concomitante a la seguridad es el de la valentía, la cual
debe expresarse en no tener miedo a cometer errores puesto que el error es también un método
de aprendizaje.
4.3.3. CAPACIDAD PARA TOMAR DECISIONES
Un requisito para todo aquel que decida entrar en el campo de la litigación oral es que tiene que
ser una persona dispuesta a tomar decisiones y asumir responsabilidad por las mismas.

El fiscal litigante no puede ser una persona indecisa, el fiscal al igual que el juez, tiene que estar
tomando decisiones día a día, minuto a minuto. Por tanto, tiene que estar dispuesto a tomar
decisiones continuamente. Muchas de éstas, sin duda, serán muy controversiales. Pero tendrá que
tomarlas, aunque puedan resultar equivocadas. La infalibilidad de éstas nunca está garantizada.
Al tomar decisiones, de entre varias opciones posibles, debe estar consciente del riesgo que se
corre al hacerlo; y asumir con entereza el éxito o el fracaso que éstas conlleven.
El miedo al fracaso es uno de los detonantes para la indecisión, por el contrario, la persona que
está clara en que el acierto de una decisión no puede estar garantizado, no le cuesta tomarla.
Para un fiscal en el ámbito de sus funciones, se recomienda que cuando tenga que tomar una
decisión, entre varias opciones posibles, decídase por aquella que, en el momento que le sea
solicitado, pueda defenderla con razonamiento lógico y fundamentado de acuerdo a su criterio y
convicción propios, enmarcada en el estricto cumplimiento de la normativa.
Héctor Quiñones recomienda: “Si en algún momento, ya sea como fiscal, como abogado defensor,
o como juez, algún superior le solicitara que tome una decisión contraria a la ley o contrario a lo
que entiende correcto: niéguese a ello terminantemente, no importando las consecuencias que
ello le pueda ocasionar. Esa acción de su parte podrá sustentarla y defenderla, aún en el caso de
20
que haya resultado ser una decisión equivocada. Por el contrario, si la decisión tomada fue por
temor o por complacencia, esa será su única defensa: que aun estando consciente que no era la
decisión correcta, la tomó por temor o por agradar a esa persona.
Siempre que tenga que tomar una decisión, especialmente cuando ésta tenga consecuencias para
otras personas, hágalo siempre basado en la verdad. A los jueces, fiscales y abogados defensores,
les digo lo que, en una ocasión, y con mucha razón a mi entender, me expresó una amiga juez:
“Decir la verdad tal como uno la ve requiere mucho valor cuando uno pertenece a una institución.
Cuando se va en busca de la verdad uno va solo. La senda es demasiado estrecha para llevar
compañía y para muchos es difícil soportar semejante soledad.” 8
4.3.4. HONESTIDAD Y ÉTICA

El fiscal debe tener un alto nivel de ética y profesionalismo, que se expresan en una actuación
honesta y proba.

La integridad y la honestidad son requisitos esenciales para el buen fiscal. Su palabra debe ser
siempre de fiar.
El fiscal puede sentirse tentado a poner en riesgo su integridad. Por ejemplo, entre otras cosas,
puede, por el deseo de ganar un caso, hacer que sus testigos falseen la verdad al declarar en el
tribunal o puede inducir a error al tribunal haciendo una falsa relación de los hechos o del derecho
aplicable; esta actitud ningún fiscal debería realizar puesto que con ello pone en riesgo su mayor
tesoro: su credibilidad y reputación profesional.
4.3.5. RESPONSABILIDAD Y PUNTUALIDAD.
Dos requisitos de suma importancia para destacarse como un buen
fiscal litigante son la puntualidad y la responsabilidad.
La puntualidad es el distintivo de la gente responsable; la
responsabilidad debe estar siempre presente, aun en los casos que
parecen carecer de importancia.

Actuando responsablemente comienza a ganarse el respeto de los


demás y gozar de respeto en el ejercicio de la función fiscal es
determinante.
La responsabilidad del fiscal se observa entre otras cosas en la celeridad en el ejercicio de sus
obligaciones, tomando decisiones oportunas y siendo consecuente con lo que resuelve y
determina.

8QUIÑONES V. Héctor. Las Técnicas de Litigación Oral en el Proceso Penal Salvadoreño. Consejo Nacional de la Judicatura.
2003.
21
Tomando en cuenta que el primer pasó al construir un argumento es preguntar: ¿Qué estoy
tratando de probar?, ¿Cuál es mi conclusión? Recuerde que la conclusión es la afirmación en favor
de la cual usted está dando razones no solo lógicas sino afirmaciones mediante las cuales usted
ofrece sus razones son llamadas «premisas» a través de la teoría fáctica, mediante la teoría
probatoria útil y pertinente y la demostración de la responsabilidad penal a través de la teoría
jurídica.

Algunos argumentos requieren que se preste atención al significado de las palabras. En ocasiones,
quizás ignoramos el significado usual de una palabra o tal vez su significado usual sea
especializado. Si la conclusión de su argumento es por ejemplo que: «Los wejacks son herbívoros»,
necesita definir sus términos, a menos que esté usted hablando a un ecologista algonquiano. Si
usted encuentra esta conclusión en algún otro sitio, lo primero que necesita es tener la información
necesaria y dominio del hecho, para no ser sorprendido y estar atento en todo momento durante el
desarrollo del juicio oral de principio a fin bajo a través de la inmediación, contradicción, oralidad
con el fin de obtener un acceso pronto y oportuno de la justicia.

Otras veces, una palabra puede ser de uso común, pero su significado ser poco claro. Hablamos
sobre el «suicidio», por ejemplo, pero eso no significa necesariamente que sepamos lo que significa
plenamente. Antes de poder argumentar de forma efectiva sobre ello, necesitamos una idea
consensuada de lo que vamos a argumentar, tanto en lo referente a la teoría jurídica con el hecho
demostrado con prueba que genere una convicción plena y certeza sobre la responsabilidad penal
del acusado, para que no exista ni siquiera duda razonable por parte del Juez y/o Tribunal al
momento de emitir la Sentencia, ya que no solo es obligación del Ministerio Publico demostrar el
hecho o su teoría del caso, sino también generar un ambiente de certeza y justicia para la víctima,
denunciante, querellante y/o acusador particular a la finalización del juicio.

22
UNIDAD DE APRENDIZAJE Nº 2
ALEGATO DE APERTURA

Hasta el punto anterior hemos podido desarrollar como debe construirse nuestra visión de los
hechos o también llamada Teoría del Caso. Establecida nuestra posición bajo elementos fácticos,
que encuadren en elementos jurídicos y que sean respaldados por elementos probatorios,
corresponde ahora realizar la presentación de nuestro trabajo; y el momento oportuno e indicado,
como lo establece el Código de Procedimiento Penal, es el alegato de apertura.
Su misión, como litigante, en esta instancia, es hacer que el juez compre su “versión creíble” de
los hechos. Tenga siempre en cuenta que los jueces se figuran la acción, pero no la pueden ver,
por eso se dice que el juicio oral es una batalla por la imaginación del juzgador.9
Presentados los argumentos por el fiscal y la defensa sobre lo que en el proceso se dedicarán a
probar, el juzgador, cual consumidor en el mercado jurídico que oferta “visiones creíbles del
sucedido”, centrará su atención en una de las versiones que se le presenten, para luego, esperar
con ansias la presentación de la prueba que confirme que su instinto, creencia en una de las
teorías, era correcta.

Asimismo, debe tener presente, a fin de demostrar el valor de este punto, que el discurso de
apertura además de señalar cuál la versión de los hechos desde nuestra perspectiva; o poder
demostrar las debilidades del contrincante, tiene las siguientes virtudes:
a) Señalar al tribunal que la versión del fiscal o defensa no es la única que escucharán
durante el juicio.
b) Que la versión del fiscal o defensa, aun cuando en principio pueda parecer en extremo
convincente, tiene el defecto que usted anticipará y que acreditará a través de sus
contrainterrogatorios o por la prueba que rendirá durante el curso de la audiencia.
c) Es conveniente para favorecer la tarea del tribunal al resolver objeciones sobre la
pertinencia o no de determinadas preguntas.

En definitiva, a través del alegato de apertura construiremos el punto de vista a través del cual
sugeriremos al tribunal examinar nuestro caso y prueba, de forma que pueda arribar a las
conclusiones, estimando ser correctas para nuestro caso.
2. ELEMENTOS INICIALES DE LA ORALIDAD
Es el formato de comunicación y el formato de entrega de información. Expresión verbal no es
oralidad efectiva. No todo acto verbal ante un juez constituye oralidad. La oralidad es un mecanismo

9ORTEGA JARPA, Waldo, Litigaciòn Oral en el Proceso Penal, Editorial Universidad Católica de la Santísima Concepción, Santiago
de Chile, 2012. p.69
23
para efectivizar otras garantías que están vinculadas al debido proceso y al juicio justo, que tienen
reconocimiento constitucional10 y constituyen estándares de derechos humanos:
Inmediación: Es el contacto directo juez y partes, significa que las partes tienen que asistir
a la audiencia y que la decisión se toma exclusivamente sobre la base de lo que las partes
aportaron en audiencia y no fuera de ella.
Publicidad: Es la posibilidad de que cualquier persona pueda presenciar en audiencias,
salvo que la ley prevea alguna situación de, que además debe ser fundamentada por el
juez en el caso concreto.
Contradictoriedad: La audiencia es un debate entre las partes, que controlan
horizontalmente la calidad de la información que la otra parte le está entregando (diciendo)
al juez. No un ritual de que una hable luego otra, debe ser un debate ordenado y el juez
no puede ser un actor pasivo sino activo, porque exige calidad ella información que le dan.

Oralidad

Publicidad Audiencia Inmediación

Contradicción

2.1. ¿QUÉ ES EL ALEGATO DE APERTURA?


La palabra “alegato” proviene del latín “allegatus”, que se refiere al escrito en el que el abogado
expones: “lo que conduce al derecho de la causa que defiende”
El alegato de apertura en el juicio oral es la narración de una historia clara, sencilla,
cronológicamente ordenada, interesante, dotada de credibilidad y de una gran fuerza persuasiva.
Constituye el primer relato de las partes ante un tribunal de sentencia en lo penal, cuyo objetivo
principal es dar a conocer la teoría del caso y ofrecer a los jueces una mirada particular sobre los
hechos.
Algunos autores la conceptualizan como aquel relato inicial que presenta los hechos desde la
posición de cada litigante, con el objeto de ofrecer al tribunal una óptica, lente, o mirada coherente,

10 Constitución Política del Estado, art. 180-1 (oralidad, inmediación y publicidad) y Ley del Órgano Judicial 025, Art.30.13 y 12
(contradictoriedad)

24
completa y creíble de los mismos, a partir de la cual lo jueces logren ordenar, entender y aceptar
los hechos del caso.
En la misma línea, pero en palabras de Paul Bergman, es una reseña previa, más que un análisis;
un panorama verbal que propone el abogado para ayudar al juzgador a entender el significado de
la evidencia que llegará después. La trillada frase “la evidencia demostrará”, es de uso frecuente,
aunque no indispensable, en esta declaración inaugural. 11

El alegato de apertura servirá para formar los fundamentos a los razonamientos finales que tendrán
los jueces en su decisión final. Debe ser racional y no demasiado extenso, a menos que la
complejidad del asunto así lo requiera.
Por ello, el alegato de apertura es una actividad fundamental, pues constituye la oportunidad para
presentar su teoría del caso ante el tribunal. Por medio del alegato de apertura los jueces tomarán
por primera vez contacto con los hechos y antecedentes que fundamentan el caso de la parte. 12
En el Código de Procedimiento Penal boliviano, el alegato de apertura se encuentra implícitamente
señalado en su Art. 346 cuando indica que: “Expuestos los fundamentos del fiscal y del querellante
y, en su caso, resueltos los incidentes, se recibirá declaración al imputado”13; son precisamente
esos fundamentos a los que se hace referencias lo que en la doctrina se conoce como el alegato
de apertura, vale decir la primera oportunidad que tiene tanto el acusador (fiscal) para realizar una
especie de presentación de lo que vendrá más adelante en el transcurso de las audiencias orales,
en consecuencia la exposición de los elementos iniciales y el anuncio de lo que presentarán la
partes en el juicio, siempre de acuerdo a lo que se tiene planificado en la teoría del caso

Conforme al Artículo 344 del Código de Procedimiento Penal, modificado por la Ley N° 1173, el
juicio oral inicia con los alegatos de apertura de las partes (fundamentación oral de la acusación y
de la defensa defensa).
El alegato de apertura tiene por objeto sentar las bases del debate, según sea la posición del
litigante y dar un contexto inicial al juez o tribunal de la controversia que se juzgará, fijando
claramente cuáles son los hechos en controversia, qué teorías jurídicas se van a discutir y qué
pruebas se van a producir.
En este sentido, el alegato de apertura no es un ejercicio argumentativo, porque aún no se ha
producido la información de la prueba. La argumentación está reservada a la finalización de la
producción de la prueba, durante los alegatos finales (alegato de clausura).
El alegato de apertura es, más bien, la comunicación de la teoría del caso enfocada en el elemento
fáctico, de forma concreta y sucinta para situar al juez o tribunal respecto a la controversia entre
ambas teorías.

11 BERGMAN, Paul, en FERNANDEZ LEÓN, Whanda, Procedimiento Penal Acusatorio y Oral, Vol II, 2º ed, Librería Ediciones del
Profesional Ltda., Bogotá, 2010, p.80
12 BAYTELMAN A. Andrés DUCE J. Mauricio. Litigación Penal, Juicio Oral y Prueba. 1era. Edición. 2004 pág. 160
13 GACETA OFICIAL DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA. CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL, LEY N° 1970

25
Para la parte acusadora, el alegato de apertura debe cubrir:
a) La presentación de la teoría fáctica.
b) Una información concreta de la prueba que se examinará en el juicio para
sustentar la teoría fáctica.
c) En anticipo de la teoría fáctica y probatoria de la defensa.
d) La especificación de la subsunción jurídica (sin el desarrollo de su argumentación).

Para la defensa, el alegato de apertura debe focalizarse en:


a) Identificar con claridad los puntos de controversia respecto a la teoría fáctica de la
acusación.
b) Identificar los fundamentos de la controversia (insuficiencia de la prueba de la
acusación, existencia de mejor prueba para refutar u otros).
c) Anticipo de una síntesis de la teoría jurídica que sostiene el pedido de absolución.

En cualquiera de los casos, las partes litigantes deben tomar en cuenta que:

a) La atención del juez o tribunal y el tiempo son limitados. El alegato de apertura es


la oportunidad para captar la atención e interés respecto a la teoría del caso, por
tanto, debe ser breve y directo.
b) La intervención debe ser informativa, no argumentativa.
c) El alegato debe priorizar la teoría de los hechos, con adecuado contexto de
ESPACIO, TIEMPO y PERSONAS (tanto respecto a la dimensión objetiva de la
conducta, como a la dimensión subjetiva de la conducta.

2.1.1. RECOMENDACIONES PREVIAS


2.1.1.1. CONOCER EL CASO
El fiscal participe en un proceso, no siempre lo hará desde el inicio del mismo, sin embargo, aun
sin haber planteado una teoría del caso desde un inicio, sea cualquiera el momento el que la parte
se hace cargo del caso, éste deberá ser conocido en su totalidad. El caso deberá ser denominado
profundamente.
En aquellos que participaron desde un inicio, esta recomendación también aplica, aunque resulte
redundante, ya que la participación inicial necesariamente implica conocimiento avanzado de lo
sucedido. Por ello, esta recomendación está dirigida para aquellos intervinientes que se introducen
al análisis de hecho en un momento avanzado del proceso. Estos tienen una obligación mayor de
conocimiento.
Como señala Pedo Angulo “el estudio del caso debe convertirse en una fuente de identificación
de las fortalezas, debilidades y servirá para estructurar la estrategia más conveniente para
enfrentar el contradictorio”.14

14 ANGULO ARANA, Pedro, Los Alegatos en el Nuevo Juicio Oral, 1º ed, Gaceta Jurídica, Lima, 2010, p.22
26
2.1.1.2. EL LEMA
Desde nuestra perspectiva, el lema debe ser aquella frase que sintetice nuestra teoría del caso,
debe tener la capacidad para transmitir nuestra visión de los hechos y resumir la cuestión que será
conocida por el tribunal.
Este lema debe iniciar el alegato de apertura, creando impresión en el juzgador y centrado su
atención en nuestro caso, para que pueda comprender de qué trata lo que empezaremos a
argumentar. Por ello, luego de la utilización del lema, que el litigante ha relacionado con el caso,
corresponde explicar con palabras claras, precisas y directas la teoría del caso que se pretende
plantear al tribunal.
Cuando se termine su alegato de apertura, el juez debe recordar su caso a través de su lema; así,
cuando quiera recordar sobre que trataba el caso, lo primero que en lo que pensará será: Este es
el caso del homicidio, por ejemplo. Por eso tanto al inicio como al final, su alegato de apertura debe
empezar y terminar con la enunciación de su lema. Así, al inicio hizo que el juez centre su atención
en su exposición y al final, terminó por dejar impregnada en su mente su idea del caso, expresada
en un lema.
Para poder elaborar un buen lema, no debe olvidar las reglas básicas de todo proceso de
comunicación (resumido, no aburrido y que logre transmitir nuestra idea), si somos capaces de
identificar en pocas palabras el contenido central de lo debatido en el juicio y repetimos ese mensaje
en diversos momentos del juicio, no solo habremos captado la atención del tribunal, sino que
habremos avanzado de manera eficaz en fijar esa idea o concepto en la mente del juzgador.
2.1.1.3 CONEXIÓN DE IDEAS
Esta conexión a ideas externas debe realizarse según el rol del litigante, ello, para generar un relato
en torno a su posición en la teoría del caso. Por ejemplo, una importante conexión consiste en
HACER REFERENCIA AL BIEN JURÍDICO PROTEGIDO Y/O VALOR EN DEBATE EN EL JUICIO,
como primera idea para graficar la relevancia de lo que se juzga. Esta idea resulta particularmente
atractiva cuando se trata de delitos violentos o contra la libertad o indemnidad sexual.
También es importante HACER REFERENCIA A OBJETOS, ello debido a que estos pueden causar
impresiones más fuertes en el juzgador. Por ejemplo, en caso de ser fiscal o querellante, el arma
de fuego empleada en el delito o una foto de la víctima o indicarla al tribunal presentándosela al
mismo.
2.1.1.4. EL APOYO EN CIENCIAS AUXILIARES
A continuación, planteamos un ejemplo práctico donde podemos ver como el apoyo en ciencias
auxiliares sirve para justificar o explicar alguna acción, reacción o secuencia de hechos; ello
permitirá acercar a la mente del juzgador conocimiento científicamente afianzado y contribuir
incluso a consolidar las máximas de la experiencia que puedan relacionarse con tal conocimiento:
SEÑALAR LAS ESTADISTICAS SOBRE EL DELITO QUE SE PRESENTARÁ. En caso de estar
frente a un delito de robo agravado, puede buscarse el número de hechos que configuren este

27
delito y que se comente en la ciudad cada día. De esta forma si se estima que el juicio durará un
mes, y el promedio indica un robo con agravantes el día.
INCORPORAR DATOS SOBRE LOS PERFILES PSICOLÓGICOS MÁS CARACTERISTICOS, de
quienes cometen determinados delitos (datos que pueden resultar útiles para el discurso de
apertura de la fiscalía) o en personas que pudieran mentir, engañar o distorsionar la realidad (en
el caso de la defensa que desea presentar a la víctima como despechada prejuiciosa o sesgada).
2.1.1.5. LA PRESENTACIÓN DE LOS HECHOS
En el alegato de apertura debe aprovecharse para entregar al tribunal la versión estratégica de lo
ocurrido, la versión intencionada que logre generar en los jueces la capacidad de comprender el
conjunto de acciones y hechos que luego formarán parte del relato y de los detalles del mismo.
Para ello la forma en la presentación será de suma importancia.
Por ejemplo, si se trata de la apertura de la fiscalía y el caso se vincula con el delito de violación,
en el que se cree que el acusado está siendo víctima de un despecho de quien aparece como
víctima, una posible aproximación a la teoría del caso a exponer sería la siguiente: “Señores
miembros del tribunal, este caso trata sobre el despecho de una mujer que, herida por la decisión
de su pareja de terminar con ella, decide amenazarlo y luego denunciarlo por violación como parte
de su represalia y rabia que no logró controlar”.15
En este ejemplo vemos cómo este es el momento exacto dentro del alegato de apertura en el que
se debe exponer la teoría del caso de manera clara y precisa, hecho que permite desarrollar a
continuación y en el mismo discurso de apertura otros elementos claros y persuasivos que
entreguen más detalles sobre la versión estratégica expuesta.
Es preciso señalar también en la presentación de la teoría del caso, la relación de ideas que
permitan formar en la mente de los juzgadores la relación y asociaciones que los predispongan
favorablemente con la posición que tiene ese momento el litigante.
Por ejemplo, si el rol desempeñado es del fiscal de materia en un caso de violación, resultará
relevante que la víctima sea presentada como niña recién egresada del colegio, antes de decir que
se trata de una joven que estudia en primer año de universidad.
Para el juzgador no es lo mismo hablar de una niña que recién finalizó el colegio, a hablar de una
estudiante universitaria, aquí no se pretende recomendar artimañas que desemboquen en mentira.
Que la víctima recién acabó el colegio constituye un hecho cierto, lo único diferente se encuentra
en la presentación.
Tras haber expuesto la teoría del caso se puede ahondar en otros elementos del discurso de
apertura que generen en el juzgador la sensación de verosimilitud y autosuficiencia en la teoría
que se le está planteando.

15 BLANCO SUAREZ, Rafael et a., Litigación Estratégica en el Nuevo Proceso Penal, Lexis Nexis, Santiago de Chile, 2005, p.160
28
Para desarrollar esta tarea resulta importante indagar sobre la composición del tribunal, conocer la
edad de los jueces, el sexo de los integrantes, y otros detalles que contribuyan a definir lo que para
tales jueces podrían resultar aceptable como máxima de la experiencia. 16
De esta forma el litigante puede optar por presentar algunas características de las personas
involucradas en el hecho, lo cual posee como ventajas al acercar y humanizar a la víctima o
victimario según sea el caso al tribunal.
Si el alegato de apertura lo plantea el fiscal lo que se deberá pretender es crear en los jueces una
predisposición favorable para la víctima del caso en particular, ya sea presentando aspectos
personales de la víctima, relaciones laborales o algunos detalles del cómo se vivió el delito que
hagan que el nivel de credibilidad y coherencia vaya en aumento para la discrecionalidad del
tribunal oral.
2.1.1. ¿CUÁL ES LA IMPORTANCIA DEL ALEGATO DE APERTURA?
Una vez que se realizó el análisis y la planificación de la teoría del caso, de acuerdo a lo indicado
en la primera unidad de aprendizaje, el ejercicio de planificación estratégica debe ser puesto en
práctica en un espacio de oralidad concreto, que en el proceso penal se denomina debate oral o el
espacio de una audiencia oral pública y contradictoria.
El Perfil del fiscal boliviano, en el área de competencia: Litigación Oral adecuada y eficiente ante
órganos judiciales, plantea como una de las actividades:

“Planificar la intervención en la audiencia, considerando la prueba y documentación con pleno


dominio de éstas.” En razón a ello el alegato de apertura, al ser la primera intervención del fiscal
en audiencia, debe ser una actuación planificada desde la elaboración de la teoría del caso.

El propósito del alegato de apertura no es argumentar ni persuadir, sino simplemente darle al


juzgador una vista coherente de lo que es su posición (lo que se indica en su teoría del caso) y
anticipar el orden y contenido de la prueba que va a presentar; por ello debe tenerse presente que
el alegato de apertura en su lógica de herramienta estratégica para la litigación oral no debe ser
confundido con los interrogatorios o el desfile probatorio, puesto que se desnaturalizaría su esencia
y por ende perdería su contundencia.
Al ser una especie de enunciación o adelanto de la teoría del caso preparada, el alegato de apertura
debe producirse necesariamente al inicio de la audiencia oral como primera ocasión en la que se
pone en contacto al juez o tribunal con los hechos y los antecedentes que los fundamentan desde
la perspectiva del principio de contradicción que rige en el proceso penal boliviano.

16BLANCO SUAREZ, Rafael et a., Litigación Estratégica en el Nuevo Proceso Penal, Lexis Nexis, Santiago de Chile,
2005, p.162
29
El alegato de apertura le sirve al juez como una contextualización que le
ayudará a comprender mejor la presentación de cada parte, y en especial
la del fiscal. Es análogo en cierto sentido, al ordenamiento lógico y
cronológico de un cuaderno de investigaciones o de un resumen, pero
completamente oral. Cuando no se tiene a la mano el cuaderno de
investigaciones tradicional con las piezas probatorias, es esencial una
“inducción” al proceso de juzgamiento, no olvidemos que el juez o tribunal no conoce a detalle el
marco fáctico del caso.
2.1.2. ESTRUCTURA DEL ALEGATO DE APERTURA
Desde nuestra perspectiva, el alegato de apertura puede estructurarse en cuatro partes:

a) La introducción.

La introducción, así como todo el alegato de apertura, deberá ser lo más breve posible, así el
alegato deberá empezar con el lema que previamente estableció para resumir el caso. Ese lema
debe impactar al juzgador, y hacer que nuestro caso quede impregnado en su memoria. Lo que se
debe buscar en este punto es atraer la atención del juzgador y todos los participantes, para que en
nuestra parte de ofrecimiento de pruebas y cierre climático, pueda ir construyendo imaginariamente
nuestra teoría del caso.

Este lema debe iniciar el alegato de apertura, creando impresión en el juzgador y centrando su
atención en nuestro caso, para que pueda comprender de qué trata lo que empezaremos a
argumentar. Por ello luego de la utilización del lema, que el litigante ha relacionado con el caso,
corresponde explicar con palabras claras, precisas y directas la teoría del caso que se pretende
plantear al tribunal. Cuando termine su alegato de apertura, el juez debe recordar su caso a través
de su lema; así, cuando quiera recordar sobre que trataba el caso, lo primero en lo que pensará
será, por ejemplo: este es el caso del homicidio.
Por eso, tanto al inicio como al final, su alegato de apertura debe empezar y terminar con la
enunciación de su lema. Así, si al inicio que el juez centre su atención en su exposición, al final
debe terminar por dejar impregnada en la mente del juzgador su idea del caso expresada en un
lema.
En conclusión, esta parte introductoria debe cumplir con transmitirle al juez cual nuestra visión de
los hechos, un preámbulo de lo que a lo largo del proceso defenderemos con argumentos jurídicos
y probatorios.
b) Narración de la historia

30
Como habíamos señalado que la teoría del caso debe ser explicada a manera de historia, pasada
la introducción, corresponde la narración de nuestra historia, la narración de los hechos, pero
contados a nuestra manera, desde nuestro punto de vista.
Corresponde en esta exposición de nuestra versión de los hechos, una narración que en primer
lugar ubique al juzgador en tiempo y espacio, para luego establecer a los actores que intervinieron
en el suceso (exigencia de individualización). En caso de ser necesario, se puede empezar por la
narración de los antecedentes del hecho; ello a fin de complementar las acciones principales que
se quieran plantear.
Establecidas las bases, ahora podemos empezar con nuestra narración. Empezar por contar
nuestra versión, como una secuencia de hechos, como episodios de una historia que debe ser
convincente y creíble.
La narración debe diferenciar los episodios, cuando la acción principal se desarrolla en varias
acciones parciales. Significa que hay que considerar la secuencia de las actividades, cuando los
hechos son complejos o se trata de un concurso o conjunto de hechos. En estos casos, es
recomendable clasificarlos y enumerarlos, esto tiene la ventaja de facilitar la comprensión y la
contestación o no contradicción de los hechos.
c) Ofrecimiento de pruebas

Es sin duda esta etapa es la más importante de nuestro alegato de apertura. Ningún dicho tendrá
sentido, por más consistente y creíble que pueda parecer, si no tiene respaldo a un elemento
probatorio. De ahí que Devis Echandia señale que la valoración de la prueba es el momento
culminantes y decisivo de la actividad probatoria; define si el esfuerzo, el trabajo, el dinero y el
tiempo invertidos en investigar, asegurar, solicitar, presentar, admitir, ordenar y practicar las
pruebas que se reunieron en el proceso, han sido o no provechosos o perdido e inútiles.17
Aun cuando la fiscalía quien por tener la carga de prueba deberá presentar en juicio oral, en este
caso en el alegato de apertura, aquellos elementos probatorios que den fe sobre su teoría del caso;
en el caso de la defensa, de realizarse una defensa positiva, también se deberán presentar las
pruebas que respalden su visión de los hechos.
d) El cierre climático

El cierre de la presentación inicial debe ser fuerte, debe reiterar el tema del alegato y concluir con
la petición, en caso de ser fiscal con una condena o en caso de ser defensa con la absolución. Esta
petición será resultado de toda la audiencia pública condena o absolución fundamentada en el tema
de controversia.
Es así, que para el final del alegato de apertura resulta necesario aclarar las peticiones y
conclusiones, además de algunas ideas que sobre todo refuercen la teoría del caso que ya se ha

17 DEVIS ECHANDIA, Hernando, Teoría General de la Prueba Judicial, 3ª ed, Víctor P. De Zavalia Editor, Buenos
Aires, 1974, p.34
31
planteado en el sentido en el que se ha encaminado el litigante. Puede entonces concluirse el
alegato de apertura recurriendo a las siguientes ideas:
Reiterar por última vez el lema del caso que terminará por dejar la idea clara y concisa en
la mente del juzgador.
Presentar una nueva idea que vincule al juzgador con una máxima de la experiencia que
se pueda asociar al caso.
Señalar algún aspecto o conducta que tenga en particular, ya sea el acusado o la víctima
del caso, que genere una predisposición final de parte del tribunal.

De acuerdo a Baytelman y Duce18, el contenido que debería observarse como guía en el alegato
inicial es:

Introducción: Información esencial que nos interesa que sea conocida y comprendida por
los jueces.
Identificación de los principales intervinientes en el caso: Supone referirse a los
sujetos del proceso con su nombre propio, para que el juez o tribunal fije en su memoria
sobre quiénes se está tratando, como seres humanos y no necesariamente con nombres
genéricos.
Escena: Construir una imagen del lugar en que el delito fue cometido, sin hacerla larga o
abusar de los detalles o información irrelevante.
El Derecho: Considerar que Los jueces conocen el derecho, por ello debe establecerse
los hechos apoyados con el derecho, lo contrario, es decir una mera repetición de lo que
se encuentra señalado en el Código Penal o de Procedimiento Penal resulta ser una
repetición inútil.

2.1.3. ¿CUÁNDO Y CÓMO SE PRESENTA?


“El alegato de apertura, como su nombre lo indica, abre la audiencia oral del proceso penal. El
primero que presenta su teoría del caso es el fiscal.”
El alegato de apertura se presenta en audiencia oral al juez o tribunal con la finalidad de narrarle
los hechos según la investigación, explicarle el contenido de la acusación, anunciarle los medios
de prueba que presentará para la controversia y presentar las proposiciones fácticas que probará
con los medios que se han obtenido durante la investigación y anticipar su petición. Una vez que
el fiscal presenta su alegato inicial, la defensa hace lo propio conforme al principio de contradicción.

18 BAYTELMAN A. Andrés DUCE J. Mauricio. Ob. Cit., pág. 170 .


2.2. ESTRUCTURA DEL ALEGATO DE APERTURA
En el ámbito de las técnicas de la litigación oral no existe un formato uniforme o una estructura
definida estrictamente para estructurar el alegato de apertura, en gran manera depende de las
particularidades que se relacionan con la teoría del caso y de la formación, estilo y las
características de personalidad del fiscal, lo cual supone que existen elementos externos e internos
que influyen para definir la estructura del alegato.
No obstante, de ello, los autores coinciden en que existen algunos elementos demostrados por la
experiencia y la práctica que permiten organizar un alegato de apertura que llegue a cumplir con
los estándares necesarios para una efectiva litigación oral.
En ese sentido, el fiscal debería estructurar su alegato de apertura, tomando en cuenta los
elementos estrictamente necesarios, con el fin de desarrollar su primera intervención en el proceso
oral.
El Alegato de apertura en su estructura debe considerar estos aspectos específicos:

Presentación de hechos y no de conclusiones


La extensión del alegato debe ser concisa
No debe contener opiniones personales

No se debe exagerar la prueba


Se debe tener cuidado con no abundar en detalles
Considerar la importancia de personalizar a las partes del proceso.
2.3 PRESENTACIÓN DE LA CAUSA
El alegato de apertura desde su inicio debe enviar un mensaje claro al juzgador, la presentación
de la causa es la síntesis de la teoría del caso que destaca sus características particulares, por lo
tanto, antes que presentaciones distractoras y llenas de contenido abstracto o doctrinal, es
conveniente desde el inicio enviar un mensaje claro del tema sobre que versa la teoría del caso.
Según el estudio de caso hipotético presentado en el módulo, en el alegato de apertura del proceso
se tiene el siguiente: Con el uso de la palabra Sr. Presidente y señores miembros de este tribunal
de sentencia, el caso que presenta la fiscalía es el tipificado en el art. 252 Incs. 2, 3, 6 y 7 del
Código Penal, se trata de un brutal y cruel asesinato, perpetrado por los tres imputados acá
presentes y el cabecilla de la asociación delictuosa, que hace minutos ha sido declarado rebelde.
Durante el proceso de investigación, bajo la dirección funcional de mi autoridad, la policía ha
recibido una denuncia la noche del 29 de febrero de 2020, porque en un callejón de Villa Fátima,
dos jóvenes encontraron el cuerpo sin vida del taxista Rolando Rivas. Se ha procedido al
levantamiento legal del cadáver, el médico forense ha realizado la autopsia de ley, en fecha 1 de
marzo de 2003 estableciéndose la causa de muerte: HIPOXIA POR DE PRIVACIÓN DE OXÍGENO,
es decir por asfixia mecánica por estrangulamiento.
Según consta en el acta de levantamiento del cadáver, la víctima portaba en el bolsillo interior de
su chamarra una licencia de conducir No. 3721, lo que ha permitido su identificación corroborada
posteriormente por el reconocimiento de su concubina, la Sra. JUANA JUAREZ.

En la etapa preparatoria o de investigación, en base a los datos obtenidos a través de


declaraciones informativas, requisas y otros medios, se obtuvo información sobre la posible
ubicación e identificación de los autores, tal es así que en fecha 23 de marzo de 2020, se
allanaron con mi participación y con orden del Sr. juez de instrucción o cautelar, Dr. Justo
Juez tres inmuebles: uno en la zona Periférica, calle l, vivienda No. 100, en el que
encontraron varias partes de vehículos, sin embargo ninguno correspondía al de la víctima,
el segundo inmueble allanado ese día estaba ubicado en la zona Villa Dolores de El Alto,
en el que tampoco se encontraron elementos de prueba o evidencias vinculados, en el
tercer domicilio ubicado en la zona de Chuquiaguillo, carretera a los Yungas, sin número,
ocupado por una hermana del imputado principal se ha logrado recolectar, entre otras
partes y accesorios de vehículos una radio, marca TOSHIBA, serie a-zzz, que por una
marca causada por la víctima a tiempo de instalarla, su estado de conservación y otros
rastros ha sido identificada por JUANA JUAREZ, como la que utilizaba su concubino en el
taxi en el que fue atracado. Producto de las investigaciones se ha logrado identificar a los
imputados, quienes han sido aprehendidos, en fecha 25 de marzo de 2003, en el operativo
denominado PAVOR EN MEDIA NOCHE, realizado bajo mi dirección con el despliegue de
más de 50 efectivos de la Policía Nacional de diferentes unidades.

A los imputados se les ha tornado su respectiva declaración en presencia mía y de sus


abogados y luego ese mismo día de su declaración el día 26 de marzo de 2020, son
remitidos al Juez de Instrucción a cargo del control jurisdiccional de la investigación, el que
conforme a requerimiento fiscal y en audiencia pública, dispuso la detención preventiva de
los imputados.
Estos sujetos y el rebelde, con motivos bajos y fútiles, como es el de robarle su vehículo
de servicio de taxi y su magra renta obtenida en el día de trabajo, actuaron dolosamente,
con premeditación y alevosía. Para facilitar y consumar el robo de vehículo y dinero y
asegurarse no ser identificados, estos sujetos, deciden matar a la víctima, para ese fin
actúan entre varios, con el propósito de vencer más fácilmente la resistencia de la víctima,
se ensañaron con ésta, ya que no sólo le ahorcaron con una cuerda, sino que le causaron
lesiones en el rostro y en las manos con arma punzo cortante. Esto ha ocurrido la noche
del 29 de febrero de 2003.

Estos actos vandálicos y criminales, ariamente planificados y ejecutados, son dolosos, son
antijurídicos y merecen la aplicación de la máxima sanción que la ley establece, por lo que
el Ministerio Público, solicita una condena de treinta años para los imputados.
En este modelo, se destacan más los actos propios de la investigación, así como las inferencias y
conclusiones legales que al término del juicio el fiscal pretende llegue el tribunal y obvio detalle
sobre los hechos, aunque es una forma muy usual de presentar el caso, esta argumentación y
estilo es más adecuado (en la parte de inferencias y conclusiones legales) para el alegato final o
conclusiones que para la apertura del caso.
De acuerdo al alegato inicial del abogado defensor, el juez o tribunal obtiene la primera impresión
de la estrategia que tomará la defensa, que de antemano acepta la existencia de un hecho de
sangre y por tanto de un occiso, pero a su vez niega la autoría por parte de su defendido y ataca
desde ya las diligencias preliminares de la investigación porque éstas no se realizaron de forma
correcta.
2.4. PRESENTACIÓN DE LOS HECHOS
El alegato de apertura es una introducción al juicio, una presentación de lo que se debatirá y del
criterio con el cual se abordará la controversia. Por lo tanto, al no existir aún el caudal probatorio
practicado y controvertido, no hay lugar para realizar la crítica de las pruebas, ni inferir o
argumentar conclusivamente sobre el caso; esto es propio del alegato final.
Debe tenerse claro, que no existe un parangón entre el alegato de apertura y el alegato de clausura
o final, puesto que se presentan marcadas diferencias entre ambos. Según Quiñones, es la última
oportunidad que tienen las partes litigantes para dirigirse y expresarse ante el juzgador e intentar
persuadirlo, sea éste juez o tribunal, que la parte que representa tiene la razón. También puede
servir para ayudar a reforzar la opinión que pudiera haber ya concebido el juzgador acerca de la
causa. 19

Un ejemplo de la presentación fáctica no argumentativa, para el alegato inicial es el siguiente:

En el caso del Asesinato de Severo Ticona Bolívar, la Fiscalía podrá presentar los testigos sobre
la identidad del asesino, de la siguiente forma:

“La Fiscalía ha solicitado citar al señor Faustino Colque Campos, persona que habita en la
comunidad de Sauce Mayu, quien al dirigirse a la Localidad de Ravelo vio al imputado Mario
Condori Cruz bajando del lugar donde se encontró el cuerpo del occiso, a la hora aproximada de
su deceso y transportando paja, la misma que al momento de realizar el levantamiento legal del
cadáver se encontraba cubriendo su cuerpo. El Sr. Colque relatará a la sala como observó que el
que el Sr. Mario Condori Cruz se alejaba apresuradamente del lugar del crimen en estado de
ebriedad.”

19 QUIÑONES V. Héctor. Las Técnicas de Litigación Oral en el Proceso Penal Salvadoreño. Consejo Nacional de la Judicatura.
Primera Edición. 2003.
35
La Fiscalía ha enunciado los hechos que probará, concentrándose en los hechos, la escena, la
manera de ocurrencia y el centro de su teoría, la identidad del asesino. No realizó ninguna
inferencia, simplemente los enumeró a efectos de comprometerse a probarlos.
Por ello es una labor importante del fiscal, integrar al final de la audiencia todos los requisitos para
declarar la responsabilidad del acusado.
La defensa tiene un trabajo, en cambio, puntual frente a las deficiencias de la investigación o a
hechos que desvirtúan la teoría de la Fiscalía, por lo tanto su presentación no siempre es secuencial
ni ordenada cronológicamente, sino por temas.
En el caso de Condori iniciará con las deficiencias en la identificación de la persona que mató a
Ticona y el hecho que Condori se encontraba con sus compadres y su esposa a la hora en que se
produjeron los luctuosos acontecimientos.

2.5. PRESENTACIÓN DE LOS FUNDAMENTOS JURÍDICOS


El fiscal debe enunciar al juez o tribunal las disposiciones sustantivas (Código Penal) y adjetivas
(Código de Procedimiento Penal) que fundamentan su teoría, enunciar los juicios objetivos y
subjetivos que disponen la teoría del delito y el cumplimiento de las condiciones probatorias
necesarias para condenar; sin olvidar, el uso de la jurisprudencia.
En nuestro caso, el fiscal bien puede afirmar que Mario Condori Cruz asesinó a Severo Ticona
Bolívar sin que mediaran causas de exculpación o exención de responsabilidad, y en forma dolosa,
puesto que luego de propinarle una serie de golpes decidió cegar la vida de su víctima a través de
dos certeras puñaladas.
La defensa hará lo propio con las eximentes de responsabilidad o con la enunciación de la falta de
requisitos para que configuren los elementos constitutivos del delito que plantea la acusación y por
lo tanto de la sentencia. Podrá situarse en la violación a los derechos y garantías fundamentales o
en cualquier referente jurídico que debidamente sustentado permita recogerlo al finalizar la
audiencia, en el alegato de conclusión; todo ello dentro de los parámetros sustantivos y adjetivos
que se encuentran previstos en la legislación penal boliviana y convenios y tratados de DDHH de
los que forma parte Bolivia.
2.6. CONCLUSIÓN
El alegato de apertura debe concluir con una petición concreta sobre lo que será el desarrollo del
juicio oral y público. El juzgador debe saber qué es lo que el fiscal solicita al finalizar el juicio, es
decir una sentencia condenatoria con un número determinado de años de privación de libertad para
el imputado.
RECUERDE: La petición debe ser concreta, completa y clara para fijarse en la mente del juez.

36
En el caso de análisis del Módulo, el fiscal puede pedirle al juez que al valorar el desfile probatorio
producido en audiencia declare que Mario Condori Cruz es responsable por la muerte de Severo
Ticona Bolívar
2.7. TÉCNICAS DEL ALEGATO DE APERTURA
2.7.1. PREPARE UN ESQUEMA DEL ALEGATO, NO UN GUION PARA LEER
Es conveniente realizar un bosquejo del alegato, no un alegato escrito. Con un esquema el fiscal
podrá conocer los pasos que dará en la presentación, repasará la secuencia y el tiempo de cada
parte, y podrá sortear ordenada y eficientemente la presentación.
El bosquejo es una ayuda para el alegato de apertura pero no lo sustituye ni lo soporta para que
se realice una lectura, debe considerarse que el bosquejo es una indicación, no un guion.

Antes que presentaciones distractoras y llenas de contenido abstracto o doctrinal, es


conveniente que desde el inicio se envíe al juez o tribunal el mensaje claro del tema sobre
el que versa su teoría del caso.

2.7.2. NO REALICE PROMESAS QUE NO CUMPLIRÁ


Se dice en la cultura popular que en el salto alto o salto de garrocha, no hay que colocar la vara
demasiado alta, lo propio sucede en el alegato de apertura, ya que todo lo que se enuncia en la
apertura debe probarse, porque toda promesa incumplida será tomada por el abogado de la
defensa como un motivo de ataque durante las pruebas y sobre todo en el alegato de conclusión.
El juzgador puede tomar este hecho como debilidad o falta de preparación del fiscal de materia.
A la audiencia oral pública no se llega a improvisar, aventurar, a investigar o a esperar que el caso
se falle a favor con la sola habilidad o la suerte, o debido a las debilidades de la defensa del
imputado, por eso en la planificación y construcción de la teoría del caso y el alegato de conclusión,
debe precisarse cada hecho relevante en relación con cada medio de convicción, para saber de
antemano si se podrá enunciar para ser probado o deberá antes de iniciarse el juicio replantearse
la teoría del caso.
Tampoco la presentación debe abundar en detalles, porque es casi imposible que todos puedan
ser probados, ya que el juzgador puede entender que los testigos han sido preparados
indebidamente y llegarán solamente a repetir el guion planeado por el fiscal y finalmente, porque
los detalles, cuando son muchos, distraen del centro del debate y aburren al juzgador.
2.7.3. NO DE OPINIONES PERSONALES
En los alegatos siempre hay que ser afirmativo, debe expresarse el convencimiento pleno sobre
la teoría del caso. Lo que se exprese debe denotar la certeza de que lo dicho fue lo que ocurrió y
la manera como ocurrió.

37
Las opiniones personales demuestran lo que el fiscal piensa desde una perspectiva subjetiva pero
no persuasiva ni real, en ese sentido el juez o tribunal que observa no asume la presentación como
la realidad de los hechos, sino apenas como una versión sobre la que el fiscal da su criterio al
opinar, la psicología de la percepción obliga a que la presentación ante el juzgador sea asertiva y
objetiva.
Tome en cuenta para el alegato de apertura lo siguiente:

Haga un esquema o bosquejo para orientar los pasos que dará en la presentación.
Todo lo que se enuncie pruébelo. Las promesas incumplidas son tomadas por la defensa
para atacar su caso durante el periodo probatorio y, sobretodo, en el alegato de conclusión.

Nunca dé opiniones personales.


Su presentación debe ser completa y eficiente.
Utilice medios audiovisuales para recrear los hechos y garantizar un mejor nivel de
persuasión.
2.7.4. MANEJE BIEN EL TIEMPO
La presentación del alegato de apertura debe ser completa y a la vez eficiente.

El fiscal debe conocer de antemano cuanto demorará su presentación, concentrarse


en no perder la atención del juez, por otro lado se tiene que considerar
que el juez es quien define el tiempo de la presentación y el fiscal
debe ajustarse a esta decisión.
Lo mejor es planear el alegato de apertura centrado en lo
fundamental y ensayar contabilizando el tiempo de exposición, esto da
seguridad y permite que cuando el fiscal se escuche realice los ltimos
úajustes al alegato de apertura.

2.7.5. UTILICE MEDIOS AUDIOVISUALES


La percepción visual es mejor que la exclusivamente auditiva. El apoyo audiovisual permite crear
imágenes que determinan síntesis, recrean los hechos y proporciona un mejor nivel de persuasión,
en casos complejos evita que el alegato de apertura se prolongue demasiado porque se utilizan
para resumir los hechos y condensar las pruebas. Es importante precisar que no debe exponerse
imágenes relacionadas a prueba que, obviamente, aún no se ha introducido a juicio y no olvidar,
es sólo una ayuda un medio para obtener la atención del juez o tribunal y no sustituye al fiscal ni al
contenido de su presentación.

38
2.7.6. MANTÉNGASE ATENTO AL ALEGATO DE LA DEFENSA
Descubrir inconsistencias, errores, teorías irracionales, promesas no cumplidas y debilidades
probatorias se hace más fácil si desde el principio se escucha atentamente el alegato de apertura
de la defensa, para ello se recomienda tomar notas cada vez que encontramos algún aspecto
importante para la lucha dialéctica entre el fiscal y el abogado defensor, que se desarrolla en el
marco del principio de contradicción.
2.7.7. APLIQUE LA ORATORIA FORENSE
Es conveniente que el abogado hable en voz alta, clara y segura, que demuestre en sus
intervenciones en la audiencia oral un carácter sólido y una personalidad firme, seguridad en sí
mismo haciendo contacto visual con el juzgador mientras le habla. Lo mejor es usar su propio estilo
de oratoria, pero siempre usando lenguaje cotidiano, no rebuscado, siendo breve y conciso,
exponiendo los hechos de manera organizada y lógica.
Tome en cuenta para el alegato de apertura lo siguiente:
El fiscal debe utilizar un vocabulario entendible para el público en general, evitando
lenguajes complicados terminologías técnicas o científicas que podrían generar dudas en
el tribunal.

Háblele al juez en voz alta, clara y segura, haciendo contacto visual con él mientras le
habla.

Concluya su alegato con una petición concreta, completa y clara sobre lo usted quiere que
sea el fallo del juez.
Esto supone que el fiscal, tampoco debe abusar de su
investidura a momento de plantear el alegato inicial o de
apertura, exagerando la prueba o planteando elementos
sobredimensionados, puesto que éste alegato solo es un
ejercicio argumentativo y estratégico que en el transcurso de
la realización del juicio oral se irán desarrollando y cumpliendo,
según corresponda, conforme a la teoría del caso.

39
UNIDAD DE APRENDIZAJE Nº 3
TÉCNICA DE INTERROGATORIO

La presente Unidad de Aprendizaje comprende el estudio de las técnicas de interrogatorio que


debe emplear el fiscal en las audiencias de los juicios orales y públicos.
De acuerdo a la lógica que subyace al interrogatorio como una de las fases cruciales para procurar
lograr la convicción del juzgador o tribunal en el ámbito de la litigación penal, la presente Unidad,
parte del estudio de las finalidades del interrogatorio y la etapa de planificación y preparación de
los testigos, para enfocarse luego en el desarrollo o puesta en práctica ya dentro del juicio oral, con
lo que se aborda por ejemplo los modelos sobre le orden de presentación de los testigos de acuerdo
a la estrategia que se utilice en la acusación y el análisis de los tipos de testigos con los que podría
interactuar en el desarrollo del proceso penal.
La Unidad de Aprendizaje concluye con la exposición y ejemplificación de las técnicas que puede
emplear el fiscal a momento de realizar el interrogatorio en la audiencia oral, elementos que le
guiarán a desenvolverse de manera eficaz e idónea con el fin de demostrar la teoría del caso,
previamente trabajada.
3. INTRODUCCIÓN
Una vez que el fiscal cuenta con la teoría del caso elaborada y expone en la primera audiencia oral
los alegatos de apertura, el juicio se concentra en el debate probatorio a través del desfile de
pruebas en la audiencia oral mediante la prueba testimonial vertida a través del interrogatorio
deberá probar los elementos de la teoría del caso.
3.1. EL INTERROGATORIO

Se puede observar que no existe una uniformidad en cuanto a la definición del interrogatorio; así,
para Baytelman, el examen directo permite relatar la teoría del caso desde la prueba concreta y no
desde las puras afirmaciones del abogado litigante, que hasta el momento ha sido solo una
promesa.
Por su parte, Pablo Sanchez Velarde20 señala que el examen directo es el medio por el cual se
trata de obtener, por terceras personas que son ajenas al proceso, pero que conocen de los hechos
que se juzgan, el conocimiento que tienen respecto del delito y de su autor.

El interrogatorio es la manera como la prueba testimonial se presenta y practica ante el


juez o tribunal. Cada sujeto procesal (Fiscalía y Defensa) pretende probar su teoría del
caso a través de sus testigos y esto se hace a través del interrogatorio. De ahí que un
interrogatorio debidamente planeado y practicado conduce a la persuasión.

20 SANCHEZ VELARDE, Pablo. Manuel del Derecho Procesal Penal. 1ª ed, Idemsa, Lima, 2004, p. 588
40
La planificación del interrogatorio permite determinar cuáles son los hechos y/o las opiniones
relevantes de la teoría del caso que el testigo probará con sus declaraciones, qué secuencia deberá
seguir para explicarlos claramente y qué temas y detalles son de importancia para la consistencia
de su declaración.
El desarrollo del interrogatorio tiene como objetivo lograr que el testigo presente todos los hechos
que le constan, como los percibió, como los recuerda y los puede reproducir oralmente. 21 Por eso
se dice que el protagonista del interrogatorio es el testigo.
La técnica del interrogatorio permite desarrollar dos habilidades importantes para un fiscal:
1. La planificación de sus actuaciones procesales; y
2. La práctica de las mismas en la audiencia oral para una conducción exitosa de la
declaración de los testigos del Ministerio Público.
El Código de Procedimiento Penal Boliviano, al referirse al interrogatorio, señala:

“Art. 351° (Interrogatorio). Después de que el juez o el presidente del tribunal


interrogue al perito o testigo sobre su identidad personal y las circunstancias
generales para valorar su declaración, se dará curso al interrogatorio directo,
comenzando por quien lo propuso, continuando con las otras partes y, luego
podrán ser interrogados por el juez o el presidente y los demás miembros del
tribunal. Los declarantes responderán directamente a las preguntas que se les
formulen.” 22
3.2. FINALIDAD DEL INTERROGATORIO
El interrogatorio tiene por finalidad presentar el testimonio del testigo de una manera efectiva, lógica
y persuasiva, para cumplir con esa finalidad se debe tomar en cuenta los siguientes elementos:
Efectividad: Para lograr comprobar la teoría del caso, el fiscal debe ser conciso, preciso
y evitar toda información innecesaria y superflua, es importante dejar de lado todo asunto
irrelevante.
Lógica: Para obtener un relato coherente de los hechos, se tiene que destacar los puntos
claves del testimonio a fin de fijarlos claramente en la memoria del juez o tribunal.
Persuasión: Porque es la finalidad del interrogatorio el llegar al convencimiento del juez o
tribunal en el proceso oral, y eso se logra a través de los testigos y su relato verídico de
los hechos. Un interrogatorio no es persuasivo si suena improbable, entrenado o
manipulado e inclusive exagerado o sobreactuado; para lograr la persuasión con el
interrogatorio, el fiscal debe procurar la claridad y credibilidad del testigo.
En el interrogatorio el centro de atención es el testigo, cuya credibilidad se determina por:

21 GORPHE, Francois, Apreciación Judicial de las Pruebas, Temis, Bogotá, 1998.


22 GACETA OFICIAL DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA. CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL, LEY N° 1970.
41
¿Quién es? (su trayectoria de vida),
¿Qué dice? (contenido de la declaración), y
¿Cómo lo dice? (comportamiento y gesticulación).
El fiscal que presenta su testigo, debe centrarse en obtener del interrogatorio la información
relevante de su testigo, que el juez comprenda lo dicho por ese testigo y se persuada sobre la
veracidad de sus declaraciones.
Desde la perspectiva del juez, él se pregunta:

¿Quién es este testigo? (credibilidad),


¿Por qué está aquí? (relación con los hechos), y
¿Por qué debo creerle? (verosimilitud).
3.3. PLANIFICACIÓN DEL INTERROGATORIO
Un interrogatorio efectivo requiere de una planificación elaborada en base a la teoría del caso, que
permita saber qué aporta el testigo a ella; cuáles son las fortalezas y debilidades del testigo y su
testimonio; y cuáles son los temas básicos que se deben examinar con un testigo determinado.
La planificación comprende entonces responder a las siguientes preguntas:
1. ¿En qué orden presentar a los testigos?,
2. ¿Cómo orientar éticamente al testigo?,
3. ¿Cómo acreditar al testigo?, y
4. ¿Cómo desarrollar lógica y persuasivamente el testimonio a través de la
narración de los hechos?
3.4. ORDEN DE PRESENTACIÓN DE LOS TESTIGOS
La reconstrucción coherente y persuasiva de los hechos es el objetivo a
cumplir por el fiscal en juicio. Por ello la organización de la prueba tiene
una importancia primordial, pues la misma debe obedecer a un patrón
estratégico: cronológico, sistemático, de menor a mayor complejidad, por
autor, por acción, por delito acusado, comenzando por la más tenue y
cerrando con broche de oro, o bien impactando con la más fuerte y
cerrando con la menos importante, o bien en el orden que el litigante considere más apropiado a
su estrategia. Lo que no debe faltar es una estructura de prelación, o sea, de orden.

Tradicionalmente se reconocen algunos principios para determinar el orden en que se presentará


la prueba testifical, los cuales son comúnmente aceptados, como ser:
3.4.1. PRINCIPIO DE ORDEN CRONOLÓGICO.
Se presentan los testigos en el mismo orden en que puedan ilustrar cómo sucedieron los hechos.
Así, los testigos que conocen el hecho 1 pasarán primero; luego los que conocen el hecho 2, y así

42
sucesivamente. Es uno de los métodos más utilizados, pues en la reconstrucción de hechos al ser
humano le es más fácil avanzar en orden histórico o cronológico.
3.4.2. PRINCIPIO DE PRIMACÍA Y NOVEDAD.
Este principio es de una aplicación reiterada en la práctica forense anglosajona, dada la inclinación
por el modelo acusatorio que sigue este sistema, en el cual es conocido como “primacy and recency
principle”. Según éste, las personas recuerdan mejor lo primero y lo último que oyen. Es un método
de contenido psicológico, pues lo que busca es impresionar al juez o al tribunal.

En tal sentido, apuntaba ya desde el siglo antepasado Enrico Ferri: “Yo he comprobado, en cambio,
que el atenerse a la primera impresión inmediata es siempre más útil, ya sea para excitar después
al cliente, presentándole objeciones y preguntas, a poner en claro puntos oscuros; ya sea, sobre
todo, para no olvidar cuál será la primera impresión, esto es, el estado de ánimo inicial de los
jueces, populares o togados” 23
3.4.3. PRINCIPIO DEL TESTIMONIO MÁS CREÍBLE.

Su estrategia consiste en presentar primero los testimonios más verosímiles, pues causarán un
impacto que queda retratado en la retina del juzgador en función de la historia, la cual conocen
bien, es coherente y verosímil, no tiene contradicciones y se percibe como real. Es un método de
acreditación de la historia, no de la persona, por la impresión de verdad que causa una historia que
se percibe como incuestionable.
3.4.4. PRINCIPIO DEL TESTIGO MÁS CREÍBLE.

Según este principio, se presenta primero al testigo más creíble u honrado por el grupo social (un
político prominente, un ciudadano de buena reputación, un profesional internacionalmente
reconocido). Es el principio del testigo de excepción. Inversamente, el testigo idóneo en su
testimonio, pero cuestionable en su persona, será dejado de último o no será incluido.
El orden de presentación de testigos puede estar afectado por la credibilidad pues, aunque un
testimonio sea bueno, el litigante podrá preferir dejarlo para después, dada la figura personalmente
cuestionable del testigo.

Es obvio que toda persona es percibida por los demás según una determinada y manera de
apreciación, es decir: credibilidad-incredulidad, rechazo-aceptación, admiración-menosprecio,
factores todos que son intangibles e imprevisibles; no obstante, esa apreciación es decodificada
por el juzgador de un modo muy personal, y los prejuicios que permita que se formen inicialmente,
pueden tener mucho peso al momento de creer o no la historia obtenida a través del interrogatorio.
Este método también es de orden psicológico, pues se utiliza una especie de falacia de autoridad,
según la cual lo que diga una persona incuestionable es a su vez incuestionable.

23 FERRI, Enrico, Defensas Penales, prefacio a la segunda edición, Rocca di Papa, Italia, 1992.

43
3.4.5. PRINCIPIO DE ADECUACIÓN AL TIPO DE TRIBUNAL.
Algunos autores creen que dependiendo del tipo de tribunal ante el cual se deba estar, así debe
ser el orden de los testigos, pues asumen que las condiciones psicológicas son diferentes, y por lo
tanto debe cambiar la estrategia general del caso y el orden de la prueba. Es un método que tiene
orientación psicológica también, pues busca ofrecer primero al testigo según la impresión que
puede causar en el destinatario, independientemente de la credibilidad de la persona o del
testimonio.

Mauet, 24 un clásico del diseño de técnicas para el debate en el derecho anglosajón, recomienda
el siguiente orden de testigos en un caso de homicidio culposo:
• Primero: testigo presencial

• Segundo: el primer policía en llegar a la escena


• Tercero: Conductor de ambulancia
• Cuarto: Patólogo
• Quinto: Testigo presencial
• Sexto: Policía que efectuó el arresto
• Séptimo: Policía que condujo la investigación

Véase que los dos testigos presenciales, uno al inicio y otro al final, no obedecen al principio de
primacy and recency, según el cual deben presentarse primero los testigos más impactantes, y
cerrarse con otros semejantes, pues lo primero y lo último es lo que el tribunal o el juez recordarán.
Si se quisiera hacer la presentación de testigos según el principio citado, el orden de los mismos
debería ser:
• Primero: testigo presencial (de impacto)
• Segundo: el primer policía en llegar a la escena
• Tercero: Conductor de ambulancia
• Cuarto: Patólogo
• Quinto: Testigo presencial o de referencia
• Sexto: Policía que efectuó el arresto

• Séptimo: Policía que condujo la investigación


• Octavo: Testigo presencial (de impacto)

24 MAUET, Tomas A., Fundamentals of Trial Techniques, Boston, Little, Brown & Co., 1992.
44
Con este orden, sí estaríamos aplicando el principio citado, pero debe tenerse el cuidado de no
perder el orden cronológico de la historia que estamos reconstruyendo.
La selección y organización de la prueba testifical implica también la decisión sobre la cantidad de
testigos que se propondrá para el juicio, o que se utilizarán en él. Al respecto, el fiscal debe tener
presente:
1. No sobrecargue la prueba testifical. Si un testigo o dos pueden indicar
fehacientemente los hechos, no utilice un tercero o cuarto.
2. Utilice solamente los testigos necesarios para probar los elementos de su teoría
del caso, recuerde que si utiliza testigos débiles, le está dando facilidades a la
contraparte.
3. No ofrezca al policía si no vio los hechos. Por lo tanto, no lo llame antes de que
termine de testificar el último testigo directo.
4. Ofrezca al policía para detallar otros elementos.

3.5. PRESENTACIÓN DEL TESTIGO


Tiene como objetivo dar a conocer la naturaleza de ese testigo respondiendo de manera sucinta a
las siguientes peguntas ¿quién es?, ¿cuál es su medio social y familiar?, ¿cuál es su trabajo?,
¿cuál su experiencia?, ¿cuál su seriedad? El juez o tribunal querrá conocer quién es la persona
que declara y de ahí desprender su credibilidad. Así el fiscal que funge como interrogador deberá
conocer a su testigo, su entorno, su grado de educación y de experiencia para iniciar la declaración
como un diálogo con el testigo sobre su condición personal, familiar y social.
3.6. PREPARACIÓN AL TESTIGO
Los testigos y peritos de cada sujeto procesal deben ser preparados con antelación para presentar
su declaración. Tal actividad no se dirige a que falte a la verdad o que engañe al juez, por el
contrario se orienta a resaltar la veracidad y la efectividad de su testimonio.
Este trabajo con el testigo sirve también para “romper el hielo” y darle tranquilidad para responder
lo que conoce muy bien sobre los hechos.

Los propósitos de preparar al testigo son:

• Familiarizarlo con los fines y forma de la audiencia oral.


• Mostrarle cuáles son sus derechos y obligaciones.
• Recalcar su deber de declarar la verdad sobre lo que conozca de los hechos objeto
del proceso. (El testigo debe conocer que de acuerdo al art. 201 del C.P.P. el falso
testimonio constituye un delito).
• Lograr que su declaración sea efectiva.

45
• Reducir su temor y nerviosismo con una clara explicación de los procedimientos y
propósitos del interrogatorio y contrainterrogatorio.
• Recordar la necesidad de escuchar la pregunta antes de responder y de
manifestar claramente si no la entiende.
• Detenerse cuando se realice una objeción.
• Poner de presente el deber de dirigirse al juez y acatar sus instrucciones.
Después de haber presentado y acreditado la credibilidad del testigo, se le deben hacer preguntas
sobre:
La escena de los hechos: Para que el juez pueda tener un panorama general de lo que
pasó, es necesario describirle la escena de los hechos con sus diferentes variables, entre
las que podemos señalar: condiciones de iluminación, distancia, ubicación de objetos,
ubicación de personas, entre otras.
Los hechos: El interrogatorio o entrevista al testigo comprende aquellos aspectos de los
hechos que conoce, para ello es importante conocer los temas principales que se van a
tratar en el interrogatorio.
Detalles de los acontecimientos: Se le hacen preguntas que complementen la historia,
relacionadas con tiempo, modo, lugar, objetos, entre otros aspectos, esto precisa la historia
y le da mayor credibilidad al testigo.

Es conveniente realizar una práctica del interrogatorio para lograr la claridad y precisión del
testimonio que se presentará. El fiscal también hace saber al testigo el deber de detener su relato
si se realiza alguna objeción o surge una controversia con los otros abogados o hay algún
requerimiento del juez. También se puede mostrar, al testigo, documentos o declaraciones previas,
a efectos de refrescar su memoria.
Por otra parte, debe necesariamente advertir al testigo, sobre el escenario en el que brindará su
declaración; es decir, Cómo es una sala de juicio y cuál el procedimiento.

Al testigo debe referírsele los valores que deben guiar su testimonio, y que ante todo diga la
verdad; busque la justicia, no su interés; conteste “no me acuerdo” solo cuando en realidad no
se acuerde; no afirme nada de lo que no esté seguro; no procure favorecer a alguien por
motivación personal; y no testifique para vengarse de otra persona.

Además de ello, debe explicársele lo que se busca con su testimonio (reconstruir la historia
conforme lo que él o ella pudo percibir), donde:
No interesan sus opiniones ni su parecer personal sobre el tema.
No debe aparentar estados de tristeza, dolor, angustia, cansancio, interés o desinterés,
conforme a cada pregunta. Los estados de ánimo deben ser espontáneos.

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Debe tomarse en cuenta el especial tratamiento ante testimonios especiales, conforme al Art. 203
del Código de Procedimiento Penal; facilitarles además de lo contemplado en dicha norma,
Testimonios Especiales) un escenario que no les impida contestar con soltura y libertad.
En el manejo de la historia que el testigo reconstruirá en base a las preguntas del fiscal, se
recomienda:
Prepararlo de manera individual, ya que la interrogación así lo será.
Revisar con el testigo todas las evidencias materiales o documentales, para que él las
pueda identificar o relacionar adecuadamente con la historia; explicándole la manera en la
que el fiscal planea utilizarlas en la audiencia.
Si después de comparar el testimonio de otros testigos del Ministerio Público para
encontrar inconsistencias o contradicciones, el fiscal las advierte, se debe pedir explique
por qué de ellas.
Relacionar las declaraciones con las pruebas.
Preparar al testigo ante posibles ataques.
El fiscal con el apoyo del asistente legal debe preparar su interrogatorio y revisarlo con el
testigo varias veces. Si el testigo llegara a emitir respuestas diferentes, debe indagarse a
qué se debe ello; y si la historia fue distorsionada, utilizar la historia verdadera y realice
ajustes a la estrategia.
Si hay nerviosismo en el testigo, falta de memoria o confusión que afecte su credibilidad,
repasar la respuesta correcta.
En caso de testigos manipuladores, silenciosos, habladores, espontáneos u otros, debe
prepararse un contrainterrogatorio intenso, utilizando: preguntas cerradas, abiertas, para
respuestas monosilábicas, y otras.
Prevenir sobre las actitudes que puede tomar el abogado que contrainterrogue para
intimidarlo.
Recordad el claro y en voz alta para que lo puedan escuchar todos los presentes.
En caso de no escuchar o entender alguna pregunta, recalcar al testigo que puede solicitar
se le repita.
Ante la presencia de público, cámaras, periodistas, etc.; recordar al testigo su deber de
ignorarlos y no dejar que afecten su concentración, ya que lo que tiene de que decir es
más importante que el ruido que puedan generar factores externos.
Recordar al testigo, no usar palabras reñidas con la moral, no discutir con nadie,
principalmente con el juzgador.
A ello, debemos tomar en cuenta lo que decía Quintiliano, orador forense romano: “Ante todo es
asunto fundamental conocer al testigo; pues si es tímido, puede ser asustado; si es tonto,
engañado; si es irascible, provocado; si es ambicioso, envanecido; si es prolijo, enredado. Por el
contrario, si es atento y coherente, o debe ser alejado inmediatamente como hostil y testarudo, o
refutado, mas no con preguntas, sino con una breve interrupción por parte del defensor; o

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amortiguado y entibiado en su entusiasmo con palabras corteses e ingeniosas, o desacreditado
con acusaciones deshonrosas, si es que se puede decir alguna cosa contra su vida”. 25

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