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WILLIAM MONTGOMERY: EL
DESAFÍO EN LA INTEGRACIÓN DE
LOS CONDUCTISMOS
Luis Victor Quispe-Nuñez
Conduct ismo. Un análisis paradigmát ico. Cuest iones t eóricas, filosóficas y profesionales. William Mon…
Saul Wingat es
William Montgomery:
El desafío en la integración de los conductismos
Luis Victor Quispe-Nuñez* & Diego Torres-Marruffo**
*Universidad San Ignacio de Loyola
**Universidad Nacional Federico Villareal
Introducción
Montgomery nació en la ciudad de Lima en 1957, a los pocos meses fue llevado a
Arequipa, donde residió hasta 1970. En esos años, se crió en una casona antigua junto a
sus primos, con quienes compartió su vida escolar y gratificantes momentos de diversión.
Ya teniendo 13 años regresa a Lima para culminar sus estudios secundarios. Los intereses
del joven Montgomery eran variados, desde el fútbol hasta cursos que le generaban
mayor interés en su época escolar: Literatura, Filosofía, Historia Universal y Psicología. A
los 17 años ingresó a la Universidad Nacional Federico Villareal (UNFV) a estudiar la
carrera de Administración de Empresas. Es importante destacar este punto de su historia
ya que en ese periodo nació su interés por la filosofía política. El joven Montgomery
participó en grupos de izquierda y colaboró como redactor y caricaturista en un semanario
“trotskista” entre los años 1978-1980 de la Asamblea Constituyente convocada por la
Junta Militar para el retorno a la democracia. En 1980 obtuvo el bachillerato en
Administración, laborando por esos años, en la época más duras de la economía nacional,
en varias empresas. Algún tiempo sin empleo le permitió reflexionar sobre su verdadera
vocación y aspiraciones, cuyo desenlace fue marcado por su aproximación a textos de
Erick Fromm, Freud e Ivan Pavlov, iniciando así su interés por el estudio de la psicología.
Sus inicios en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Con los años, pese a la agitada vida política de aquella época, la vida académica de
la UNMSM se estabilizó, lo que le permitió desarrollar un programa personal de
orientación teórica relativamente independiente de la influencia de la mayoría de sus
profesores, exceptuando a Luis Benítez y Carlos Velásquez; quienes le informaron de la
existencia de un enfoque que ofrecía mejores perspectivas científicas y aplicativas que la
psicología dialéctica.
Profesión y ciencia
Entre 1996 y 1999, como parte de la tarea de extensión social, llevó a cabo una
serie de capacitaciones sobre habilidades sociales en diferentes colegios de educación
primaria y secundaria de Lima, fruto de aquellas experiencias publicó un libro titulado
“Asertividad, autoestima y solución de conflictos interpersonales” (Montgomery, 1997a;
Montgomery, 1999a), que tuvo dos ediciones rápidamente agotadas. También publicó un
libro de divulgación interconductista bastante polémico “Psicología y Conductismo
Radical: Fijando Posiciones” (Montgomery, 1998), incluyendo colaboraciones de Emilio
Ribes y Roberto Bueno. En este libro, la polémica se expresaba por la confrontación de
argumentos de los autores respecto de aquellos que estaban en contra del conductismo
radical, poniendo en la contratapa como señal de advertencia y atrevimiento “es un libro
de combate”. Este libró llamó y sigue llamando enormemente la atención, no sólo por los
detractores del conductismo, sino por aquellos que se asumían como tales (adherentes),
Aunque los temas eran variables, en la mayoría de estos expresaban las incongruencias en
las prácticas del psicólogo como profesional e institucional.
Otro de los ensayos importantes fue: “El Problema de la Violencia Juvenil: Análisis
Teorético y de Programas de Intervención Conductual” (Montgomery, 1998). Lo
interesante de este escrito radica en la invitación al uso de la tecnología conductual que
hace el autor para estos fenómenos sociales debido a que precisaba que los trabajos
hechos a nivel nacional se basan principalmente en estudios exploratorios y de
diagnósticos, salvo algunas excepciones trabajadas y que por lo tanto había poca
intervención. Montgomery plantea, a partir de la literatura tecnológica conductual,
propuestas al trabajo efectuado por otros países para el tratamiento de la violencia
juvenil. Este trabajo significó, junto al de otros autores de la época con el mismo enfoque,
esfuerzos por dilucidar aspectos relacionados con los campos de aplicación de la
psicología desde una perspectiva conductual (Benites, 2006).
Desde una línea más empírica-métrica por esos años también publica “Un análisis
experimental de la aceptación de juicios clínicos acerca de la personalidad” (Montgomery,
2001), y “Estimulación suplementaria, memoria a corto plazo y ansiedad en jóvenes”
(Montgomery, 2002b) en este último enfatiza que los estados de elevada activación
ansiógena hacen a los sujetos más propensos a atender y recordar estímulos amenazantes
o inquietantes. De igual forma, publica “Comportamientos lingüísticos: Temas selectos”
(Montgomery, 2002c), y “Avances en el estudio conductual de la personalidad y sus
aplicaciones terapéuticas” (Montgomery, 2003d).
En el 2005, Montgomery observaba que el debate entre conductismo y
cognitivismo estaba envuelto en más que discusiones o diferencias bien fundamentadas,
en malas interpretaciones del enfoque conductual. Fue entonces, cansado de aclarar una
y otra vez errores categoriales, conceptuales, epistemológicos, y de evolución (post-
conductistas) en la interpretación del conductismo y su práctica, que publica: “El quehacer
conductista, hoy: Ensayos de interpretación teórica y práctica” (Montgomery, 2005) una
compilación de ensayos y artículos divulgativos propios del autor donde responde a
cuestiones epistemológicas relacionado a las ciencias del comportamiento,
adicionalmente hay dos artículos que están más relacionados a la práctica conductual: la
ingeniería del comportamiento y sus aplicaciones, y construyendo programas de
conducta. En el año siguiente publica “Psicología: Tópicos de actualidad” (Montgomery,
2006), “Complejidad, retórica de la complejidad y conductismos de tercera generación”,
donde el autor reseña las nociones generales de complejidad que imperan en la psicología
tradicional, estando de algún modo interrelacionadas; luego presenta la noción de
complejidad, pero valiéndose de los conceptos propios de la teoría del marco referencial,
del interconductismo y del conductismo psicológico, dándose, desde esas perspectivas, la
valoración de las contribuciones del paradigma complejo que las distingen de sus
extremismos (Montgomery, 2007a pp40); asimismo, hay que hacer mención a artículos
como “La psicología de la Conducta y el fenómeno de la salud integral comunitaria”
(Montgomery, 2007b), y “Psicología conductista y filosofía analítica: ¿Una alianza
conveniente para el siglo XXI? (Montgomery, 2007c). Es necesario destacar este último
estudio, puesto que tuvo por objetivo relacionar y reflexionar sobre cuáles son los puntos
en común entre la psicología post-skinneriana y la filosofía analítica del lenguaje. Trata de
deslindar las confusiones que se generan en la mayoría de los términos del lenguaje
ordinario aplicados a la psicología y al estudio de la mente, explicando la importancia de
aclarar estas concepciones psicológicas.
Cabe resaltar que Montgomery en la UNMSM es uno de los pocos, o tal vez el
único que se adhiere explícitamente a la doctrina conductual, ello fue siempre una
limitación para llevar a cabo proyectos o estudios en equipo. Sin embargo, logró conciliar
esfuerzos con destacados catedráticos de dicha universidad para producir conocimiento
científico en co-autoría, fue así que realizó investigaciones de diseños descriptivos
correlaciónales en poblaciones estudiantiles para conocer el estado de las variables de su
interés, reflejado en los siguientes estudios: “Bienestar psicológico, asertividad y
rendimiento académico en estudiantes universitarios sanmarquinos” (Velásquez et al.,
2008) en el cual se determinó que existe relación significativa entre el bienestar
psicológico y la asertividad, tanto en varones como en las mujeres. De igual manera, en
estudiantes de todas las facultades la relación es significativa entre las variables de
estudio, excepto en la Facultad de Ingeniería Industrial donde la relación entre asertividad
y rendimiento académico no resultó ser significativa.
En el 2010 fundó junto a los colegas Alex Grajeda y Juan José Danielli la Asociación
de Psicología Teórica, Tecnológica y Aplicada Internacional, espacio de difusión de
conocimiento científico en la comunidad profesional de psicología en Perú y
Latinoamérica. Ha publicado un libro que reúne ideas en torno al conductismo y análisis
conductual bajo el respaldo de esta asociación (Nótese en Montgomery, 2014a).
En el 2013 publicó un capítulo de libro que ilustra los aportes que ha recibido la
educación escolar por parte del modelo conductual (Montgomery, 2013). El año siguiente
(julio del 2014) el Colegio de Psicólogos del Perú le da el Premio Nacional de Docencia
Universitaria 2014. El premio fue otorgado meses después de haber publicado Teoría,
Evaluación y Cambio de Conducta, la obra más representativa de Montgomery. Luego de
este reconocimiento no debería de quedar duda de que estamos frente a uno de los
psicólogos más representativos del Perú de esta época y que aún tiene mucho por dar.
Nuestro personaje este año reinició sus estudios de doctorado, siendo miembro
del Colegio de Psicólogos del Perú, de la Asociación Peruana de Psicología Interconductual,
y de la Asociación de Psicología Teórica, Tecnológica y Aplicada Internacional. Además,
investigador permanente en el Instituto de Investigaciones Psicológicas de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos.
Es por ello que al igual que otros destacados psicólogos, no descarta los aportes de
otras corrientes más conocidas o populares dentro de la psicología, por el contrario hace
referencia como validez de los fenómenos ya estudiados, los transforma a un lenguaje
técnico propio del objeto de estudio y lo describe en términos apropiados y congruentes
con su enfoque propio.
El día en que los conductismos logren vencer su radicalidad y rechazo por toda otra
expresión conductista fuera de la vertiente que la sostiene, ese día podríamos decir que se
ha logrado dar un paso grande en el camino hacia del desarrollo de éste en el Perú. El día
en que se constituya un instituto de formación conductual donde se respeten las líneas de
trabajo a nivel teórico por un lado (conductismos); y aplicativo , experimental y
tecnológico por otro lado (Análisis de la conducta), y terapéutico (cambio de la conducta),
cada una con áreas y enfoques diferentes, entonces estaremos hablando de la sumatoria
de fuerzas, respetando sus diferencias para emprender un verdadero resurgir de los
analistas de la conducta en este nuevo milenio, lejos del aislamiento de contados
esfuerzos personales que publican de manera individualizada. La diversidad debiera de
entenderse como una fortaleza ante los ojos de los demás enfoques, y no como una
debilidad.
REFERENCIAS
Aliaga, J., Ponce, C., Bulnes, M., Elizalde, R., Montgomery, W., Gutierrez, V., Delgado, C.,
Perea, J. & Torchiani, R. (2012). Las inteligencias múltiples: Evaluación y relación con
el rendimiento en matemáticas en estudiantes del quinto año de secundaria de Lima
Metropolitana. Revista de Investigación en Psicología, 14(1), 163-202.
Ardila, R. (1986). La Psicología en América Latina: Pasado, presente y futuro. México: Siglo
XXI editores.
Ardila, R. (1997). Hacia el próximo milenio: Psicología ciencia y sociedad. El papel de las
síntesis experimentales del comportamiento. Revista Latinoamericana de Psicología,
29(3), 495-503.
Montgomery, W. (1999b). Pasado y presente del estudio psicológico del lenguaje: Una
revisión conductista. Revista de Investigación en Psicología, 2(1), 115-148.