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de los cuidadores y cuidadoras por llevar a cabo un proceso de crianza que asegure un
sano desarrollo para nuestros niños y niñas, nos hemos propuesto como equipo
información profesional y actualizada que les permitirá afrontar de mejor forma una
de las tareas más importantes de la sociedad, criar a nuestros niños y niñas para que
desarrollar una crianza respetuosa y atendiendo a las preguntas frecuentes que surgen
desde padre, madres, abuelos, abuelas y de todos quienes tiene a su cargo niños o
niñas y se interesan por realizar bien este rol. En este documento encontraran
1.- Mantener la calma: los adultos somos ejemplo para los niños, si nuestra forma de reaccionar es
inadecuada (gritando, golpeando la mesa, etc.) eso le estaremos enseñando. Un ambiente en calma ayuda a
recuperar el control.
2.- Intenta comprender lo que ocasiono la rabieta, y ponle nombre a lo que está pasando ejemplo: “te
enojaste porque se te cayo el juguete”, “te enojaste porque querías jugar con ese juguete y otro niño lo
tomo”.
3.- Intenta distraer con otra actividad o alternativa atractiva, ejemplo: “tenemos que irnos y sé que lo estás
pasando bien, podemos irnos cantando o jugando a tu juego favorito.”
4.- Si lo logra ¡refuérzalo!, abrázalo, dile que lo hizo bien y hazle saber que valoras su esfuerzo
5.- Evita el uso del "tiempo fuera", dejarle solo "hasta que se le pase" o mandarle a su pieza "a pensar".
Estas estrategias no ayudan a que aprenda a manejar sus emociones, tienden a aumentar la rabia y pena y le
enseñan que en los momentos difíciles no puede contar contigo.
6.- El sentido común, el juego y el humor son fundamentales para facilitar que un niño o niña colabore con
las órdenes o reglas que queremos que cumpla. Decirle “guarda tus juguetes” no es lo mismo que decirle
“¿Quieres ser mi ayudante especial para guardar?”.
7.- Evita explicaciones largas y complicadas, en medio de una rabieta no es buen momento. Una vez que la
situación vuelva a la calma, busca un momento tranquilo para hablar de lo que ocurrió y explorar juntos
otras maneras en que pueda reaccionar la próxima vez.
No es posible prevenir todas las pataletas, sin embargo, si podemos prevenir algunas de ellas,
observando a nuestros niños, reconocer sus momentos más difíciles y planificar una acción
anticipada que pueda contener una situación de frustración. Por ejemplo: llevar agua, si sabemos
que en el parque le dará sed.
El sueño
El sueño cambia en la medida que los niños y las niñas
van creciendo y se desarrollan. No se enseña, desde el vientre
de la madre las guaguas ya duermen. En los primeros meses de
vida, las guaguas se despiertan muchas veces
Consecuencias Cognitivas:
1.- Riesgo de ausentismo y deserción
escolar
2.- Bajo rendimiento escolar
3.- Problemas de memoria
4.- trastornos de aprendizaje y
dificultad para adaptarse a ambientes
nuevos.
(microdespertares) porque
necesitan comer, ver si está
su cuidador(a) cerca y porque
necesitan estimulación. Con
el tiempo, entre los 2 y 5
años, estos despertares se
hacen cada vez menos
frecuentes.
1.- Acoger y calmar a nuestros niños y niñas en los momentos difíciles es el primer ladrillo
para una futura seguridad emocional.
2.- Nómbrale lo que siente, aunque aún no pueda decirlo por sí mismo(a). “Estás enojada
porque se rompió tu juguete”, “Te dio pena que el niño no quisiera jugar contigo”
3.- Modela con el ejemplo. Si tienes pena, vergüenza o rabia dilo y muéstrale cómo logras
sentirte mejor sin dañar a otros.
4.- Los abrazos y regaloneos no son sólo para los bebés. Muchos niños a medida que crecen
los van perdiendo y se quedan sin esta estrategia tan efectiva de poder sentirse acogidos.
5.- Si les cuesta hablar de emociones en la familia, usen las películas que les gusten para
hablar de lo que le pasa a sus personajes (p.ej: Intensamente, Coco, Up). Si a ti te cuesta
hablar de esto, sólo deja que él/ella empiece a hacerlo
6.- Asegúrate de decirle muchas veces que no importa la edad que tenga, SIEMPRE puede
contar contigo y decirte si está mal o necesita ayuda. Demuéstralo escuchándole y dándole
tu atención cuando la pida.
7.- Enséñale a ver debajo de la rabia: Muchas veces detrás de un adulto irritable o alterado
hay una persona que sufre y no sabe cómo decirlo. Evita que le pase a tu hijo(a) dejando
que pueda mostrar pena, vergüenza, miedo o ansiedad, sin importar si es niño o niña.
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