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Citosol: composición,

estructura y funciones
Por
 Equipo editorial

El citosol, hialoplasma, matriz citoplásmática o fluido


intracelular, es la parte soluble del citoplasma, es decir, el
líquido que se encuentra dentro de las células eucariotas o
procariotas. La célula, como unidad autocontenida de la vida
está definida y delimitada por la membrana plasmática; desde
ésta hasta el espacio ocupado por el núcleo se encuentra el
citoplasma, con todos sus componentes asociados.

En el caso de las células eucariotas estos componentes incluyen


a todos los organelos con membranas (como núcleo, retículo
endoplásmico, mitocondrias, cloroplastos, etc.), así como
aquellos que no la tienen (como ribosomas, por ejemplo).

Célula
eucariota animal
Todos estos componentes, junto al citoesqueleto, ocupan un
espacio en el interior celular: podríamos decir, por lo tanto, que
todo aquello del citoplasma que no es membrana, citoesqueleto
ni otro organelo es citosol.

Esta fracción soluble de la célula es fundamental para su


funcionamiento, de la misma manera que el espacio vacío es
necesario para dar cabida a astros y estrellas en el universo, o
que la fracción vacía de una pintura permita definir la forma del
objeto que se dibuja.

El citosol o hialoplasma permite pues que los componentes de la


célula cuenten con un espacio que ocupar, así como con la
disponibilidad de agua y otros miles de moléculas distintas para
poder llevar a cabo sus funciones.

Índice del artículo [Mostrar]

Composición
El citosol o hialoplasma es fundamentalmente agua (cerca del
70-75%, aunque no es raro observar hasta un 85%); sin
embargo, hay tantas sustancia disueltas en él que éste se
comporta más como un gel que como una sustancia acuosa
fluida.

Dentro de las moléculas presentes en el citosol, las más


abundantes son las proteínas y otros péptidos; pero también
encontramos grandes cantidades de ARN (particularmente ARNs
mensajeros, de transferencia y los que participan en los
mecanismos de silenciamiento genético post-transcripcional),
azúcares, grasas, ATP, iones, sales y otros productos propios del
metabolismo específicos de tipo celular del cual se trate.

Estructura
La estructura u organización del hialoplasma varía no sólo por
tipo celular y por condiciones propias del entorno celular, sino
que también puede ser distinta de acuerdo al espacio que ocupe
dentro de la misma célula.
En cualquier caso, puede adoptar, físicamente hablando, dos
condiciones. Como plasma gel, el hialopasma es viscoso o
gelatinoso; como plasma sol, por el contrario, es más líquido.

El paso de gel a sol, y viceversa, dentro de la célula crea


corrientes que permiten el movimiento (ciclosis) de otros
componentes internos no anclados de la célula.

Además, el citosol puede presentar algunos cuerpos globulares


(como gotas de lípidos, por ejemplo) o fibrilares, constituidos
básicamente por componentes del citoesqueleto, el cual también
a su vez es una estructura muy dinámica que alterna entre
condiciones macromoleculares más rígidas, y otras más
relajadas.

Funciones

Provee condiciones para el funcionamiento de organelos


Primariamente, el citosol o hialoplasma permite no sólo ubicar a
los organelos en un contexto que permita su existencia física,
sino también funcional. Es decir, que les brinda las condiciones
de acceso a los sustratos para su funcionamiento, y además, el
medio en el que se “disolverán” sus productos.

Los ribosomas, por ejemplo, obtienen del citosol circundante los


ARNs mensajeros y de transferencia, así como el ATP y agua
necesarios para llevar adelante la reacción de síntesis biológica
que culminará con la liberación de nuevos péptidos.

Procesos bioquímicos
Además de la síntesis de proteínas, en el citosol se verifican
otros procesos bioquímicos fundamentales como el universal de
la glicólisis, así como otros de naturaleza más específica por tipo
celular.

Regulador del pH y concentración iónica intracelular


El citosol, también, es el gran regulador del pH y concentración
iónica intracelular, así como el medio de comunicación
intracelular por excelencia. 

También permite que se lleven a cabo una enorme cantidad de


distintas reacciones, y puede funcionar como sitio de
almacenaje de distintos compuestos.

Ambiente para el citoesqueleto


El citosol también proporciona un ambiente perfecto para el
funcionamiento del citoesqueleto, el cual entre otras cosas,
requiere de reacciones de polimerización y depolimerización
sumamente fluidos para ser efectivo.

El hialoplasma proporciona tal ambiente, así como acceso a los


componentes necesarios para que tales procesos se verifiquen
de manera rápida, organizada y eficiente.

Movimiento interno
Por otro lado, tal como se indicara anteriormente, la naturaleza
del citosol permite la generación de movimiento interno. Si este
movimiento interno es además responsivo a señales y
requerimientos de la propia célula y su entorno, se puede
generar desplazamiento celular.

Es decir, que el citosol permite no sólo que los organelos


internos se autoensamblen, crezcan y desaparezcan (de ser el
caso), sino que la célula como un todo modifique su forma, se
desplace o se una a alguna superficie.

Organizador de respuestas globales intracelulares


Finalmente, el hialoplasma es el gran organizador de respuestas
globales intracelulares.

Permite que se experimenten no sólo las cascadas regulatorias


específicas (transducción de señales), sino también, por
ejemplo, las oleadas de calcio que involucran a toda la célula
para una gran variedad de respuestas.
Otra respuesta que involucra participación orquestada de todos
los componentes de la célula para su correcta ejecución es la
división mitótica (y la división meiótica).

Cada componente debe responder de manera efectiva a las


señales de división, y hacerlo de tal manera que no interfiera
con la respuesta de los otros componentes celulares-
particularmente el núcleo.

Durante los procesos de división celular en las células


eucariotas, el núcleo renuncia a su matriz coloidal
(nucleoplasma) para asumir como suyo el del citoplasma.

El citoplasma debe reconocer como componente propio a un


ensamblado macromolecular que no estaba antes y que gracias
a su accionar debe ser repartido ahora de manera precisa entre
dos células derivadas nuevas. 

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