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HISTORIA DE LA FILOSOFÍA POLÍTICA

LEO STRAUSS Y JOSEPH CROPSEY (COMPILADORES)

Thomas Hobbes (1588-1679)


Laurence Berns

Síntesis (paginas 377-399)

La obra de T. Hobbes fue presentada por temas en tres libros, The elements of law
(1640), The Citizen (1642) y Leviatan (1651), estos últimos se diferencian por la
concepción y elaboración de la doctrina teológica.
La obra de Hobbes buscaba dos objetivos, 1) sentar bases científicas a la filosofía
moral y política; 2) Contribuir con la paz y lograr que la humanidad cumpla con sus
deberes cívicos. El segundo objetivo estaba cerca al pensamiento de los clásicos
griegos Sócrates, Platón, Aristóteles, Plutarco y Cicerón, pero según el autor estos
fallaron por no poder guiar a los hombres a la paz. La ruptura de Hobbes con los
filósofos griegos se debió a las lecturas de Roger Bacon y Nicholas Maquiavelo
quienes manifestaban que los objetivos de los griegos eran demasiadas altos y
crearon “leyes imaginarias para repúblicas imaginarias” basadas en la virtud del
hombre.

Maquiavelo propuso que la concreción de los motivos más bajos en la política, eran
mucho más realizables que las utopias de los filósofos griegos, ya que las metas más
bajas son más poderosas que los hombres y están son perseguidas por todos y en
todas las sociedades. De esta forma Maquiavelo y su “realismo” bajan las normas de
la vida política.

A diferencia de Maquiavelo, Hobbes estableció un código de ley moral o natural, la ley


natural como ley moralmente obligatoria, que determina los propósitos de la sociedad
civil. Intento deducir la ley natural, lo más poderoso que tienen casi todos los hombres
de todos los tiempos: la pasión

Según Hobbes la filosofía o ciencia procede de una de dos formas 1) Con el método
compositivo o “sintéticamente”, que consiste en la búsqueda de posibles efectos o
hechos aparentes a partir de las causas primeras o generadoras de todas las cosas; 2)
Con el método resolutivo o “analíticamente” que consiste en encontrar las causas
primeras o generadoras a partir de sus efectos o hechos aparentes. Para Hobbes con
el método sintético se encontraríamos las leyes de la física en general y de ahí
deduciríamos las causas de la conducta del hombre, y de las pasiones deduciríamos
las leyes de la vida social y política. Pero con el método analítico se llegaría a las
definiciones adecuadas de los primeros principios.
El método analítico tiene una cierta importancia para la filosofía política, ya que
Hobbes esperaba que la ciencia moral que estaba creando sea lo suficientemente
convincente no sólo para cualquier filósofo político sino para cualquiera que lo lea,
pues los hechos en que basa su estudio son conocidos por todos los hombres.
Hobbes manifestaba que si el lector se miraba a sí mismo (dentro suyo) y se
identificaba con lo que afirmaba de las pasiones, los pensamientos, e inclinaciones
naturales del resto de la humanidad, podría “leerse” y conocerse a si mismo con la
similitud de las pasiones, sí lograba esto el lector, este podría conocer y leer las
pasiones y pensamientos de los demás.

Para Hobbes la conducta humana debe interpretarse en base a una psciología


mecanicista de las pasiones, las fuerzas que lo empujan desde atrás; no se debe
interpretar en base a lo que buscan de frente o lo que son los objetos de las pasiones,
ya que estas varían de acuerdo a la educación y constitución de cada hombre,
además que estas son fáciles de disimular. El “bien” o “mal” son palabras con las que
le hombre define los objetos de su gusto o repudio, porque los hombres manifiestan
que algo es bueno cuando esto les agrada, además se dejan llevar por su imaginación
y opiniones de lo que es bueno o malo.

Hobbes coincidió con Socrates y Santo Tomás de Aquino, de que la moral y política
deben ser determinadas por la naturaleza, especialmente la humana, pero se
distinguió por establecer normas fijas de la moral y política y desarrollar una teoría del
“estado de naturaleza”. Esta teoría intenta terminar el problema de si el hombre es por
naturaleza político y social, el autor sostiene que no.
Para el autor todas las sociedades antes de formarse vivieron en un estado de
naturaleza presociales y prepolíticos, y este estado se deduce de las pasiones del
hombre, por lo que si se logra descubrir las inclinaciones naturales se podrá formar un
tipo de orden político, el cual está basado en fines u objetivos.

Todos los hombres son iguales en facultades de espíritu y cuerpo, manifiesta Hobbes,
siendo la más grande la capacidad de matarse unos a otros, lo que hace que la pasión
primordial sea la de la conservación, el evitar la muerte. Esta pasión establece a una
igualdad de expectativas y a una competencia entre todos por conseguir lo que
quieren, llevando a que los hombres piensen en privar al resto de lo que tienen incluso
su vida, haciendo que todos busquen eliminar a los competidores o quienes desean
someter a uno mismo.

Este estado de confrontación se agrava con la vanidad, gloria y orgullo o como los
denomina el autor placeres del espíritu, es decir cualquier placer o pasión que no sea
carnal o sensual, y todos estos placeres provienen de la vanagloria y esta de las
buenas opiniones que tienen los demás de uno o la que se tiene de si mismo o del
poder que detenta, dichas opiniones o criterios son vertidos en comparación o
referencia al resto.
Todos buscan que el resto le aprecie como el se aprecia, rechazando y predispuesto a
destruir a quienes lo deprecian y/o desdeña, siempre busca la vanagloria incluso por
medio de las cosas jocosas o graciosas que agrada “o por la aprehensión de algo
deforme en otras personas, en comparación con las cuales uno se ensalza a si
mismo”.

En este tipo de situaciones, afirma Hobbes, el honor o justicia no interesa, ya que los
conceptos de honor, deshonor, justicia-injusticia, no es más que el reconocimiento de
poder que tiene una persona, es la aceptación de la superioridad de otro para ayudar o
destruir al prójimo. La reverencia como saludo es la expresión de la aceptación de
esta superioridad, y la concepción de que el otro teniendo el poder para hacernos
daño no lo hace, en todo esto no interviene la admiración, amor sino por el contrario el
miedo a ser destruido, el miedo a morir.

La vanagloria, la competencia y la desconfianza hace que el estado natural del hombre


sea un estado natural hostil y que viva en permanente estado de guerra, y en este
estado no se puede a apelar a la justicia, ya que no existe tal, a no ser que existiese
una ley anterior a este estado, todo esto demuestra que la naturaleza del hombre no
es social, sino por el contrario se disocial, lo cual no significa que el hombre bajo
determinadas situaciones busca vivir en sociedad, existiendo en él predisposición para
tener una vida civil.

El miedo a morir, la esperanza de lograrla y el deseo de la comodidad hace que le


hombre busque salir del estado de naturaleza y encontrar la paz, estos deseos o
pasiones son similares a los que evitan al hombre vivir en comunidad, solo el orgullo y
la vanagloria se encuentra ausente en las pasiones para vivir en sociedad, por esa
razón el hombre debe hacer todo lo posible por dominar la vanagloria por medio de la
intensificación de las pasiones del miedo a la muerte y la búsqueda de comodidad.

Todas las obligaciones políticas, sociales y las leyes de la naturaleza se originan en el


derecho de la naturaleza, y están subordinados al derecho individual de la
conservación. La libertad en este derecho de naturaleza consiste en todo lo que puede
hacer el hombre para preservar su vida, aquí Hobbes manifiesta que no importa las
diferencias intelectuales para una mejor compresión de lo que se debe hacer para
conservar la propia vida, por que ningún hombre esta interesado en la preservación de
la vida de los otros, en estos casos cada uno debe procurarse los medios para su
conservación.

Por lo tanto en este estado de naturaleza nadie está seguro por lo que los hombres
deben hacer cualquier cosa para su preservación y evitar todos los peligros que lleven
a su extinción. Entonces la primera ley fundamental de la naturaleza es que el hombre
debe buscar la paz, asociarse y defenderse contra aquellos que quieren hacerle daño,
todo el resto de la ley natural y moral esta dirigida a buscar las condiciones para la
paz.
La primera ley de la naturaleza, proveniente de la fundamental, establece que cada
hombre debe ceder derechos naturales para que el resto también lo haga, logrando
una cierta libertad individual limitada por el resto de las libertades de los demás, a esta
cesión de derecho se la denomina contrato social. El contrato social obliga a todos los
hombres que sean parte del mismo a no desobedecer a la persona o instancia que
hayan reconocido como su soberano, pero dicho contrato no obliga a los hombres a
renunciar a su derecho de preservación , es decir ningún hombre puede ceder su
derecho a defenderse en caso de peligrar su vida.

Hobbes manifiesta que todo contrato debe ser cumplido por todos aquellos que lo
suscribieron, y no deben estorbar a los delegados para su cumplimiento, en otras
palabras, todos los hombres deben cumplir con sus pactos, caso contrario la sociedad
se disolvería, y cualquier incumplimiento ocasiona que se vuelva al estado de
naturaleza. Toda legislación, dice Hobbes, es una autolegislación y su incumplimiento
es una contradicción, ya que dentro un pacto social todos ceden sus derechos para
obtener libertades y obligaciones, y nadie hace contratos o pactos para romperlos.
Además del cumplimiento, un contrato social depende de la confianza de cada uno de
los hombre tenga sobre el cumplimiento de los otros, y no existe confianza cuando no
existe un temor sobre el incumplimiento del contrato.

Para evitar la ruptura del contrato, debe existir un poder coercitivo encargado del
cumplimiento del pacto, un soberano que influya el miedo suficiente para que todos los
hombres respeten lo pactado, el temor al castigo debe ser la pasión con la que debe
trabajar el soberano, el miedo tiene que ser mayor a la tentación de romper el pacto y
ceder a otras pasiones. Acá es donde Hobbes se enfrenta a la idea aristotélica de la
justicia distributiva que sostiene que “algunos hombres, por naturaleza son más dignos
de mandar y otros son más dignos de servir”, por lo que manifiesta la igualdad de los
hombres en el estado de naturaleza y si existiese desigualdad, esta es producto de las
leyes civiles. Esta igualdad debe mantenerse aún si no existiese, ya que solo el
hombre entrará en paz ante una igualdad, por lo que la igualdad es una ley natural
donde todos los hombres deben reconocerse iguales ante la naturaleza y ante si
mismos, ya que las desigualdades naturales no tienen importancia política.

Según el autor, el propósito de las leyes naturales es evitar fricciones, violencia o


enfrentamientos entre los hombres, que son causados por el excesivo orgullo y amor
propio, por esta razón hay leyes para evitar disputas, de arbitraje, de prohibición y
otras normas que se resumen en “no hagas a otros lo que no quieres que te hagan a
ti”.

El defecto mayor de las leyes naturales, es que están en la conciencia de los hombres,
pero que sus actos no están determinadas por la conciencia ni la razón sino por el
miedo a castigos o la recompensa, para esto se deben crear instancias (gobierno civil
y político) lo suficientemente fuertes como para influir miedo a los miembros de la
sociedad y a posibles enemigos. Dichas instancias deben constituirse en una personal
legal por todos los integrantes o miembros de la sociedad, y que cada uno de ellos
debe comprometerse a cumplir lo que dicha persona legal realice.

La persona legal o soberano, como lo denomina Hobbes, se constituye en república, y


todos los hombres deben delegar a este ente su voluntad y asumir como propias las
acciones y legislaciones realizadas por el soberano. Este soberano tiene el poder de
ordenar y representar a todos, y puede estar en una persona, consejo o asamblea,
Hobbes fue el primer filósofo que concibió la idea de definir a la asamblea como una
“persona” jurídica.

El contrato social, según el autor, tiene dos partes: 1) Un acuerdo de cada uno de los
miembros del futuro cuerpo civil, de reconocer, respetar y obedecer al soberano sea
elegido por la mayoría y este encarnado en un hombre o una asamblea; 2) El voto de
todos decide quien o quienes serán el soberano, y cualquiera que no haya votado
permanece en estado de guerra y es considerado enemigo del resto.

El pacto social no se ve invalidado si fue suscrito por la fuerza, por temor a la muerte,
ya que el cuerpo político puede surgir por medio de una institución o por la vía de la
guerra, ambos nacen por el temor a la muerte, y se considera que cualquiera que viva
en una república baja la protección del soberano es parte del pacto social, haya o no
haya firmado. El contrato es obligatorio y supone que nadie será dañado por el temor
que sienten los otros por el castigo si infringen el contrato.

El primer derecho del soberano es el de castigar de ejercer un poder de vigilancia, y


nadie puede resistirse a él por la cesión o renuncia del derecho a la resistencia
explicitado en el contrato, el soberano tampoco tiene la obligación de cumplir con el
pacto, porque este fue suscrito por los súbditos y no por él, por tanto el mantiene todos
los derechos del estado de naturaleza. El soberano no puede ser acusado por
injusticia, porque primeramente, él no firmo el pacto, segundo el soberano representa
la voluntad de todos y cualquiera que acusare al soberano de injusto, se acusa a si
mismo. El soberano tiene la potestad de cobrar impuesto u obligar a los súbditos
tomen armas para iniciar una guerra de defensa del país y cualquiera que no
obedezca será castigado porque es la prerrogativa del soberano.

Hobbes manifiesta que, el poder legislativo, judicial y militar debe estar en manos de
una sola persona: el soberano, este puede decir que es lo bueno o malo, lo que esta
permitido, determina lo que es propiedad de un individuo o de la comunidad, es suma
el soberano determina las normas que ayuden a preservar la paz entre los súbditos. El
soberano también establece los medios o mecanismo de cumplimiento de las normas,
además tiene la potestad de elegir a los consejeros, jueces y/o funcionarios que harán
cumplir las leyes, también los puede castigar o recompensar por su trabajo, ya que
todo depende de la voluntad del soberano que a su vez dependen de su opinión de lo
que es bueno o malo. Las doctrinas a seguirse en la república, la educación y/o
información que deben darse a los ciudadanos también es decisión del soberano, que
decide sobre lo que es censurable, esto también alcanza a las esferas religiosas.
Al estar concentrados todos los poderes en el soberano, el poder de este es absoluto,
no esta obligado a rendir cuentas ante las leyes, pues estas son producto de su
voluntad, nadie puede reclamar derecho de propiedad de nada porque es el soberano
el que determina a través de las leyes lo que es propiedad comunal o privada. El poder
absoluto del soberano esta implícito en toda forma de gobierno, incluso en tiempo de
guerra, en el cual el soberano delega temporalmente su poder a los militares. Incluso
en una asamblea constitucional que limite los poderes de un gobierno se habla de un
poder absoluto, que no puede ser objetado con el argumento que nadie firmo el pacto
para que el soberano o asamblea tenga poder absoluto, pues este ejercicio de poder
sería considerado una práctica defectuosa de la delegación del poder.

El autor manifiesta que la mejor forma de gobierno es la monarquía, ya que concentra


todos los poderes en una sola voluntad; en cambio la democracia debilita el estado
porque todos desean el poder e imponer su voluntad, la democracia es una suma de
voluntades. Además que el bienestar general se consigue cuando este está unido al
interés individual del soberano, y no así a varios intereses a veces divergentes o
contrarios dentro una democracia, que puede ocasionar guerras civiles o la
desintegración social. La aristocracia es un punto intermedio entre la monarquía y la
democracia, pero mejora si se acerca a la primera y empeora cuando se asemeja a la
segunda. Lo que buscan los antimonarquicos, manifiesta Hobbes, no es la libertad que
les restringe el soberano, sino el poder con todos sus honores.

La democracia es la primigenia de cualquier forma de gobierno, ya que los individuos


eligen quien los gobernará, ya que tanto el monarca como la aristocracia necesita que
alguien les delegue el poder para gobernar, esta delegación se da por medio de una
elección de la población que expresa su voluntad al designar al soberano o asamblea.
Pero Hobbes rechaza que la misma voluntad puede deshacer un gobierno, ya que la
disolución no depende de una mayoría, sea esta abrumadora, sino de la totalidad, y el
autor niega que todo el pueblo se ponga de acuerdo para derrocar al gobierno o
cambie de sistema, además que el pacto social incluye que los integrantes respetan la
voluntad.

Los modelos mixtos son rechazados por el filósofo porque tienen poco entendimiento,
ya que en un régimen dividido en ejecutivo monárquico, legislativo aristocracia y
cuerpo popular, las libertades de los individuos están restringidas al máximo. El
verdadero cuerpo político no esta constituido por el acuerdo o concordia, sino por la
unión de las voluntades en una sola voluntad: el soberano.

Para Hobbes la verdadera monarquía es la hereditaria, y no la monarquía electiva,


porque la designación del soberano depende de los electores. En un régimen
monárquico el mayor problema es el de la sucesión, pero Hobbes zanja el asunto
manifestando, que la persona con parentesco más cercano al soberano debe ser el
sucesor, y esta ley de sucesión debe entenderse en términos de voluntad y no de
razón, las ordenes se obedecen porque expresan la voluntad del que manda.
La costumbre, dice el autor, no puede constituirse en ley, pues el derecho
consuetudinario se basa en el consentimiento y su autoridad se basa en la venia del
soberano, otros autores sostienen que el derecho común y la ley equitativa tienen
base en la razón y fueron utilizadas para frenar y cuestionar los actos civiles de las
autoridades. Hobbes difiere de este punto y manifiesta que esta de acuerdo en que el
derecho no puede ir contra de la razón, pero pregunta ¿la razón de quien?, no la de
los jueces o sabios, sino de la republica representada en el soberano.

Hobbes no hace distinción entre la razón de la república y su voluntad, y manifiesta


que cuando el juez dictamina lo hace en concordancia a la razón que mueve al
soberano en dictar leyes, no juzga sobre los motivos que lleve al soberano a hacer tal
o cual ley. Las leyes necesitan intérpretes y jueces para su aplicación, pero el
soberano es el intérprete supremo de la ley, y este delega poder a otros para su
interpretación.

La aspiración de Hobbes, fue que su esquema de gobierno se generalice en todas las


repúblicas y tenga validez en cualquier tiempo, pues su esquema tenía como base la
pasión humana, y si los gobiernos y estados se desintegraban no era culpa de los
hombres sino del tipo de régimen de gobierno. Por eso pensaba Hobbes, que al
comienza de cualquier estado, no se puede prescindir de todo el poder para mantener
la paz y la defensa, porque cuando la seguridad del estado requiera el uso de todo el
poder parecerá injusto el uso del mismo.

Por tanto el soberano no puede prescindir de todos sus derechos, pues incumpliría en
sus deberes. Una de las principales obligaciones del soberano es educar y adoctrina a
su población sobre los derechos del soberano y sus súbditos, también es una
obligación extirpar toda doctrina sediciosa, como la teológica que manifiesta que cada
quien es juez de lo bueno o malo, esto dice Hobbes es real en el estado de
naturaleza, pero en una sociedad civil lo bueno y malo lo dictamina el soberano a
través de su voluntad expresada en el derecho civil. Otra doctrina extirpable es la que
declara que todo acto realizado por el hombre en contra de su voluntad y conciencia
incluso las ordenadas por el soberano son pecado; Hobbes refuta diciendo que
pecado es la desobediencia del súbdito, pues esto significa que cuestiona la razón del
soberano y se arroga el conocimiento de que es lo bueno y malo. No basta desarraigar
las doctrinas sediciosas, el soberano debe educar sobre los derechos y deberes del
soberano.

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