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Esto es del segundo día en Colinas, Guaviare

Conversación 1- Franco: Es uno de los encargados de la coop es el vicepresidente. Lo que ellos


cuentan es que el modelo cooperativo es más difícil debido a las exigencias que les piden y que lo
mejor sería trabajar en un modelo de asociación. Hay formalización pero no necesariamente los
asociados le dedican tiempo a la asociación.

Conversación 2: Flor Nidia Escobar. Ella es la dueña o administradora de un restaurante en la Zona.


Es parte de la Asociación de Mujeres Jaime Pardo Leal. No ocupa ningún cargo directivo pero es
una asociada. Nos hace algunos comentarios sobre su vida y la Zona. Dice que en el lugar hay cerca
hay (600’) caprinos, por un valor de 500 millones de pesos, pero es muy difícil tenerlos. Se han
muerto algunos porque les da una enfermedad en las patas. Tampoco hay muchas personas
trabajando, a pesar de que ella menciona que hay un número de familias beneficiadas (ciento
algo). Aprendizaje de las herramientas formales para tener su negocio propio, el cual se llama Las
Delicias de Doña Flor. Ingresó a la guerrilla a los 17 y estuvo 18 o 19 años. Se conoció con su
esposo tiempo después de la dejación y ahora tienen un niño de 3 años. Ella es del Vichada, de
Guerimá. Menciona que en su pueblo llega todo tipo de transporte pero queda en medio de la
selva. El vichada es diferente al Guaviare, porque el primero es más sabanoso, como más seco,
mientras que el Guaviare es más selvático. Ella estuvo en Icononzo pero su esposo quería buscar a
su familia, entonces se trasladaron a Colinas. Allí ella, aunque fue enfermera en la organización, se
ha dedicado a cocinar en su propio negocio; muestra cómo amplío la casa, ya que al principio era
apenas un muro con un lote. Y de eso vive, aunque han sido malos tiempos porque el covid y el
paro redujo el número de visitantes, aunque los Espacios de por sí, ya tienen lugares destinados a
ser alojamientos. No hay un espacio de huerta colectivo, digamos que cada quien cultiva lo que
puede en sus espacios. Dice que algunas cosas se dan, cebollas, cilantro, pero mencionó que se
siembra algo como plátano, se da y luego se muere toda la platanera. Se desconoce si es tierra o
semillas. Ella en este tiempo no quiere estudiar, sino continuar con su negocio (ya tiene rut, todos
sus papeles al día). Su esposo es escolta. Yo siento que la carga de las mujeres es ucho mayor al
teber qye ocuparse de las tareas del hogar y de las de su negocio. Dice que pasa mucho tiempo
sola. Menciona que todavía tienen la asignación, por ejemplo, hoy es el día que llega toda la carne.

Uberney-Alfonso

No recuerdo que cargo dijo ocupar en FUNES. Que es una organización creada en el Guaviare para
los excombatientes/reincorporados en condición de discapacidad y de la tercera edad. Él dijo que
les faltaban aspectos necesarios para la formalización, ya que uno de los miembros está en el
Paro. Mencionó serias dificultades en el acceso de este tipo de población a los proyectos y
emprendimientos productivos, sea de FARC o en general, por eso quisieron diferenciarse ya que
según él no eran tenidos en cuenta. Dijo entrar a la guerrilla a los 14 años y estar 22 años al
servicio de la revolución. No tiene un brazo y el otro no está para ciertos tipos de trabajo. Al
parecer fue abaleado en varias partes, incluyendo dentro de su mano y en una pierna. Le han
negado trabajo precisamente por esta condición. Ahora, en lo que respecta a la situación de los
discapacitados, hay varios conflictos. Dijo que no fueron tenidos en cuenta en los diálogos de paz y
que por eso crearon una organización-federación con cerca de 2000 o 3000 reincorporados que
son los que están en dicha situación. Pero no los dejan participar directamente del CNR (dijo que
por razones políticas, diferencias o permisos del partido). Y esto quiere decir acceso diferenciado a
salud, tener vivienda, carreteras, etc. Se requiere especial asesoría en lo que es la formulación y
gestión de proyectos.

Nos habló también de las casas, tampoco recuerdo el número, pero creo que 70 o 130, ya que el
terreno ya fue comprado y que se esperaría lotearlo, tener casas propias. Sin embargo, esto
implicaría la demolición de las ya existentes. Y construir otras de acuerdo a los modelos y planes
ue ya se tienen. Eso va a traer dificultades. Él menciona tener conocidos y haber operado en el
Caquetá, fue de la guardia de Jorge Briceño.

Por último también dijo que pertenecía al equipo de FARC que trabaja con la UBPD. En este caso
no se trata de nada judicial. Solo una persona que por alguna razón considere que las FARC
tuvieron que ver con su desaparición, porque lo cometieron ellos pero también pudieron ser
colaboradores o militantes. En ese caso se les pregunta a los presuntos resposables o personas con
información que pueda ser pertinente y se acompaña a las personas a la extracción de los restos o
se hace su entrega.

Por último encontramos a un señor, Miguel, el cual era de baja estatura, tenía una catarata en uno
de sus ojos. Nos dijo que existían unas arañas enormes, que llaman polleras, las cuales son
grandes y tienen pelos. Y que una vez lo picó y lo que hizo fue ponerse una especie de emplasto
hecho con tabaco y agua bendita, al cual le rezó dos padrenuestros. Y que cuando hizo de su
pierna empezó a salir un líquido viscoso y que nada más, se curó.

las personas preguntarán y de qué es sembrar.

Se trata de construir procesos a largo plazo, de largo aliento, de más duración.

(Es como componer una sinfonía, solo que con la naturaleza pero no se llama naturaleza sino que
es la sociedad: sembrar para componer una sinfonía socialmente).

Simple pero conlleva serios riesgos y dificultades.

Se comienza haciendo algo

-Es una acción, en el principio no era el verbo ni la carne: siempre es acción-


Cualquier cosa.

Funciona más el bien que el mal pero sí haces el mal procure hacerlo bien mal.

Pero sí es para bien, sucederá algo más.

El hecho básico de la vida:

Replicarse y sobrevivir.

Se replican los virus contagiando uno tras otro: mutando.

Pero en una escala más amplia.

Se replica todo, la vida no el capital:

Se replica la maleza si no se ocupa de ella.

Se replican los peces en el aire y las aves en el agua si se dejan.

Si queda aire y ellas respiran y se pueden reproducir.

Se replican los bosques si les damos alas.

Se replican los hongos volando en ésporas.

Y los seres humanos como plaga. Como espíritu. Como alma,

Los humanos (o humanongos) son plagas del espíritu con alma.

Se siembra socialmente haciendo el bien

Y se siembran acciones

La tierra es la gente. El abono es aplicarle algo de lógica. Y el tiempo pero ante todo el trabajo: es
lo que se llama cultivar.

Después de la siembra, viene el cultivo

Y llega la cosecha

El trabajo de cultivar implica que si siembra, usted adquiere un compromiso y requiere darle amor.
Un día, dos, todos los días. Amor es estar pendiente del riego, del tiempo de crecimiento, si hay
que echar esquejes, de mirar si la tierra produce y si esta se complementa con algo, lo que sea.

Apenas aprendo, siempre he sido un hongo andariego.

Pero hay toda una diversidad que se puede sembrar:

Hay una región del mundo o el planeta tierra o la existencia llamada el Guaviare, aún más queda
en un lugar llamado el Capricho, que a su vez tiene el nombre de Colinas.

Se siembran ahuyamas, ají, yuca brava y yuca dulce, ñame, uva caimarona, plátano, caña, papaya,
piña, lulo amazónico, limón, guamo, coca, chontaduro, arracacha, aguacate, mango.

Me quedo corto porque son cosas que las personas han traído e intentan sembrar.
Así mueran por culpa de la lluvia de todos y cada día de todos los del año

Así hayan animales que coman vegetales para que otros animales se los coman.

Así pase algo: que lleguen en motos y le metan disparos enfrente de su casa, no pasa aquí pero así
era antes pero pasa en otros lugares del mundo, como en Colombia.

Pero ahora uno puede enfermar de algún virus y que le pase eso.

Pueden suceder un millón de cosas pero nunca hay que para de sembrar.

Se siembran revoluciones

Pero da lo mismo

Vale para todas las excepciones

Se siembra la vida porque sí

Se siembra para sembrar

Asi como se vive para vivir

Sembrar es encontrarle sentido al sembrar

Como secreto mágico de la vida y ejercicio en pequeña escala de los dioses

Se trata de cambiar el mundo

No sabemos si para bien o para mal pero esperaría que para bien

Una semilla como una éspora no se sabe donde van a reventar

Pero Germinan

Como el himno: el bien germina allá

Allá en las selvas, mangles, desiertos, montes, ríos, mares, océanos

Entonces sí se siembran multitud de plantas en un entorno nuevo

Podrán salir esquejes para todo el mundo

La viralidad ya existía y es natural

Ocupenos de sembrar la vida en formas socialmente diversas

Y haremos posible lo inimaginado

Cosecharemos lo nuevo

Cosecharemos lo que existirá mañana después de mañana

Somos el ejército de bosques

Buscando la libertad de nuestra matria


Somos las aves que volamos sobre la tormenta que se avecina

En las nubes colombianas

Ayer

No solo hay un tipo de organización- en asociaciones y cooperativas-

Dos cosas:

El espacio se llama Jaime Pardo Leal. Aunque hay pocos referentes en los alrededores. Así se llama
el emplazamiento que hoy ocupan los reincorporados de las antiguas FARC. El poblado ubicado en
una llanura colindante de la selva en el Guavire, tiene una entrada con un estarcido del asesinado
líder de la Unión Patriótica. Cuando se les pregunta por qué el lugar tiene dicho nombre,
responden que fue una figura importante para la organización, como dirigente político de un
movimiento al cual le asesinaron miles de integrantes. Es curioso, estar muerte y que le den ese
nombre a los territorios.

Apuntes sobre Charras

Llevamos en Charras tres días. Para llegar hasta aquí tuvimos que esperar la Línea desde San José
del Guaviare, la cual no sale todos los días sino a lo sumo tres días por semana, en el que un
conductor hace la idea y al otro viene de vuelta. Cuesta unas 40 lucas aproximadamente. Estos son
camionetas las cuales llenan con todo tipo de víveres y checheres para las veredas de más
adentro. Charras queda siguiendo el curso del río Guaviare -el medio Guaviare- hacia el oriente,
con rumbo al Vichada y hacia el Brasil. El sábado, día en que viajamos, nos levantamos sin luz en
toda la ciudad y los negocios que no tenían planta propia, operaban a media marcha. Y el terminal
improvisado se fue llenando de personas que con sus enseres y encomiedas alistaban para
regresar a casa. De vez en cuando pasaba un señor vendiendo relojes digitales y artilugios que
parecían de oro. Un grupo de cuatro mujeres, que parecían prostitutas, aguardaban también
montarse en un bus, seguro hacia el trabajo. En una jaula llevaban un pequeño loro carisucio, de
plumaje verde en su lomo y cabeza blanca, anaranjada y negra. Chillaba cada tanto y cuando
pregunté por su nombre, una mujer de ojos miel me dijo secamente: Guahibo.
De San José a Charras hay unas tres o cuatro horas aproximadamente. Y creo que es camino
también hacia la Serranía la Lindosa pero luego acontece un desvío. Desde ahí salvo unas cuantas
casas y haciendas, el único corregimiento es El Boquerón. Cuando nos apeamos pregunté por un
aviso que se veía colgado en la tienda, diciendo que se vendían parcelas de 10 hectáreas. Me
resp0ndieron que 60 millones. Es un camino a lo largo de una trocha plana y arcillosa, rodeada
por anchas extensiones de sabana y en el fondo siempre el morichal o el monte, cuyas tonalidades
verde oscuro contrastan con la uniformidad del pasto. De vez en cuando se pueden ver algunas
aves sobre postes de madera, pero grupos de cebúes, que poco a poco pasan de diez a cien,
saliendo a la vía y estrellándose su mirada de canica negra con las nuestras. De atrás siempre venía
un llanero que a caballo, fuste y dos

Charras es un pequeño caserío de no más de 20 casas de madera con una o dos tiendas. Un
pequeño letrero anuncia que fue fundado en 1962 por un colono. De ese lugar poco se sabe hacia
fuera y he recibido con sorpresa cómo muchos conocidos en la ciudad, tratan de ubicar el
corregimiento en el mapa y no lo encuentran. Pero existe y queda entre Mapiripan y Puerto Alvira,
tristemente célebres por las masacres cometidas por los paramilitares en los noventa. En internet
encontré otra mención de Charras, con referencia a la comunidad indígena de los nukak maku,
que a pesar de ser conocidos a partir de 1987 cuando un grupo llegó al municipio de Colinas, se
empiezan a reportar conflictos con los colonos desde 1967, en donde se habla de raptos de niños
indios y de niños blancos. Charras estaba a todas luces olvidado. Y ha tenido un poco más de
visibilidad a raíz del establecimiento de un Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación:
el Marco Aurelio Buendía de Charras, Guaviare.

Charras, a cuatro años de la implementación, es un pequeño caserío donde viven cerca de 140
personas con sus familias, en su mayor parte reincorporados.

Cordón de seguridad, en el que hay dos soldados imberbes cuidando el paso.

La diferencia entre excombatiente y reincorporado.

En las noches, las luces no se apagan para entrar en la oscuridad. Más bien, hay una actividades de
noche, en la que la gente toma el aire fresco y departe en los espacios comunes del lugar, como el
parque, los negocios de venta de cerveza, chorizo y preparada y ante todo los animales, al caer la
tarde, los perros corren y ladran alegremente por el sitio, hay gatos estirándose y caminando por
ahí y hasta la bulla de los loros tanto libres como domésticos revolotean a la par de los estéreos
con norteña popular y ranchera. Cuando no, sentados en sus casos ven la emisión central del
noticiero, en donde por primera vez en mucho tiempo -al menos en este territorio-, la gente del
campo contempla la ciudad como un escenario de guerra. Desde el campo los antiguos
excombatientes y bases de las FARC observan con estupefacción a lxs primeras líneas dándose con
la policía.

Uno de ellos -Alberto- mencionó que antes era muy fácil pararse ante el policía o el soldado al
tener un fusil, pero ¿sin él? Ante eso, solo restan decir que muy parados. (Pero esto también
puede ser un sinónimo de están locos).

Las personas se pueden preguntar por Comunes o por el Partido, y aunque existen complejas
relaciones entre el partido y las instituciones del estado e internacionales, que se ocupan de la
reincorporación, que se traducen muchas veces en planes y acciones. No puede decirse con
respecto a los y estos Espacios, que las personas estén ocupadas de llena en el Partido Político. Por
el contrario, las formas asociativas a las cuales las personas se han vinculado son las Juntas de
Acción Comunal.

La Junta de Acción Comunal es ficticia, la de Colinas. Un problema concreto es la falta de tierra y


los Espacios que fueron producto de concertación entre comunidades, FARC y gobierno, fueron
establecidas en puntos que pertenecían a fincas y haciendas de particulares, a las cuales les fueron
arrendados estos territorios. Tres años después y en algunos casos o dependiendo, la ARN se ha
encargado de comprar estos predios y comenzar el siguiente paso.

¿Cuál es? Que los predios sean loteados y cada uno de los excombatientes o reincorporados que
llegó, firmó el acuerdo y cumplió con su palabra, le sea asignada una casa. De hecho, consideran
que el espacio a donde se llegó fue ganado y que eso debe ser respetado.

El modelo depende del Espacio, ya que en Colinas y Charras no es igual. Pero en términos
generales, el gobierno habilitó unos contenedores, en los cuales fueron alojadas diferentes
familias, en un espacio correspondiente para dos o tres familias, con un cuarto o a lo sumo dos,
cocina y baño, aunque en ocasiones éste es compartido. Cada una de estas habitaciones ha sido
dotada con el gusto de las personas que viven en ellas. Aquí está quien prefiere conservar las
insignias de FARC, ésta quien es religioso, el que le gusta el fútbol, el que la adecúo para su taller,
para sus hijos, para quien gusta de las plantas, jardines y sus mascotas.

Estos son territorios donde se entablan complejas relaciones interétnicas, específicamente en


Charras, entre los nukak y la comunidad asentada de excombatientes y colonos. El día que
llegamos en una caseta típica, en la que funciona un billar, a lo largo de la noche, reincorporados,
discapacitados e indios, bailaban en plena noche en la selva, bailando el señor del Sombrerón de la
sonora dinamita.

En los espacios

Siento que desde la ciudad hay un conflicto y se alienta un conflicto.

Comentario crítico sobre las FARC

La situación de las personas en condición de discapacidad y de tercera edad

Rossana. La mujer de las moñas y las manillas.

La parte de memoria histórica

Las mujeres

Los lugares de donde provienen era la primera vez que lo escuchaban mis oídos -con la sorpresa e
ingenuidad tan típicas de los citadinos- Guérima en el Vichada y Tomachipán en el Guaviare.

Hay una población flotante y habitual en estos Espacios.


Aquí ha entrado el emprendimiento económico a través de los cursos y proyectos que se traen. No
se puede decir que aquí las personas se oponen al capitalismo o a la libre empresa, al contrario,
están buscando desde sus medios y acorde a sus necesidades y condiciones, participar para
mejorar sus condiciones de vida. Es así como de a poco se cuelan discursos sobre el
emprendimiento, el liderazgo, el desarrollo.

Pregunta por la articulación del movimiento rural de forma plena a lo que pasa en las ciudades y
con las reivindicaciones de los jóvenes. Un ejemplo notable en este territorio,

Cultura ribereña y rural. Por eso no me extrañó ver un billar en el camino con el letrero ídolos del
Pueblo con las siluetas de Vicente Fernández y Diomedes Díaz

Mujeres, discapacitados

Problema de la tierra, Posible traslado a una zona más cercana en el boquerón. Una vez resuelta la
tierra, se puede pasar a otra cosa.

Cerca de 120 personas de 40 con las que la recibió el responsable del espacio, hoy presidente de la
Junta de Acción Comunal.

Tomachipán, Lulú la Guacamaya.

En Charras hay dos asociaciones.


Charras es el segundo Espacio Territorial del Guaviare y también que visito. Para llegar aquí se
toma una línea -es decir, un bus- desde San José que lo trae a uno en poco más menos de cuatro
horas, por una carretera en su mayor parte, destapada, plana pero con varios recovecos como
huecos y pantanos, y que pasa por en medio de largas extensiones de pastizal y otras de monte o
morichal, hasta llegar a un punto en el que casi desemboca en el río Guaviare en su cuenca media
(o baja). Nada puede detener el recorrido de un carro, salvo las frecuentes interrupciones de
decenas de cebúes, a las que alcanza un llanero a caballo y sombrero, con un par de perros y fuste
para retirar el ganado de la vía. Imagino que para llegar aquí también se puede hacer en lancha
desde San José.

Charras parece un punto muy adentro pero el turista o poco conocedor, se engaña, porque lo que
hay es tierra y selva adentro y aunque el despoblamiento es notorio, eso no quiere decir que no se
puedan encontrar personas o caseríos a lo largo de los ríos -y caños, que son sus subsidiarios- que
van hacia el oriente y sur de Colombia, en otras palabras, llano adentro y selva adentro. Lo que
sucede es que en un punto la carretera se angosta y cada vez el monte parece más cercano y así,
hasta que se topa uno con un pequeño puesto con dos soldados jóvenes haciendo guardia. Se
levantan pasmosamente de sus asientos y abren las compuertas, antes de poner el dedo arriba y
seguir en la somnolencia de la guardia del servicio.

Primero se pasa por Charras y luego por la Marco Aurelio Buendía. Charras es un caserío de no
más diez casas de madera con un letrero que dice haber sido fundado por un señor colono en
1962, el mismo año de nacimiento de mi madre. Pero más allá de una tienda y un puesto de salud,
no parece haber nada. Y yo me rompo los sesos imaginando que este era el mismo lugar que sirvió
de camino a las AUC, tropa principalmente por hombres que montaron a un avión desde Urabá,
para probar lo que repetirían en Mapiripán y Puerto Alvira, en el Meta, pueblos tristemente
célebres por las masacres: amenazar a todo el mundo, sacar hombres y mujeres, a algunos
machetearlos, a otros dispararles, luego a los cádaveres llenarlos de piedras y votarlos al río. Por
sus dimensiones no pareciera que este fuera ese mismo de las masacres. Tampoco que tuviera una
importancia a nivel nacional, pero existe algo así como una economía polítco militar de las drogas
y del país. Y así se explicaría pero no se justificaría jamás la masacre, que querían darle un golpe a
lo que era el pulmón de la producción de coca para las FARC. Yo al poner mis pies en la polvareda,
diría que sí, que tal vez es el misno lugar pero por su carácter fantasmal. Y eso pasa: existen
pueblos fantasmas en nuestras selvas, abandonados por la pobreza, el desplazamiento, la
violencia o simplemente porque en otro lugar hay otro negocio, otra bonanza, o se los traga y ya.

La Marco Aurelio Buendía es diferente. Se trata de un poblado con cerca de 146 personas y un
número similar de casas. Hoy en día las FARC como eran, ya no están en las Zonas y lo que uno
puede ver a su paso, son las ruinas de lo que alguna vez fue, así como también las ruinas de lo que
en algún momento fue la bonanza cocalera. Pero en este lugar, porque en otros de Colombia, el
número de cultivos aumenta y seguramente allá habrá colonos tumbando selva y narcos haciendo
laboratorios. Hoy en día los únicos comandantes guerrilleros que existen están pintados y aún así,
lucen deslucidos. Dicen que Marco Aurelio, cuyo nombre real era otro, era cundinamarqués y que
su ápodo se lo puso Jorge Briceño con referencia a Cien Años de Soledad. Y así aparece, un
hombre mestizo de bigote y boina negra con estrellita. A su alrededor mariposas amarillas que
revolotean. Acá he visto algunas, sobrevolando la boñiga dejada por el ganado en las prados
impuestos sobre el río.

El segundo día de estar en el territorio, nos sorprendieron con una reunión de las FARC. A las 9
muy puntuales, en uno de los espacios comunes que tiene la zona, se dispone la gente y suena el
himno: “Compañeros de las FARC con el espíritu a luchar”. Solo que todo es muy distinto. Ninguno
tiene uniforme ni disposición marcial, al contrario, hay personas de todas las edades: mujeres
anchas con sus niños, señores de gorra con bigote blanco, moreno espigados de pelo corto y
mirada fija, trigueños lisiados sostenidos por una muleta y sobre todo niños y perros. Al tiempo
que suena el himno, cinco perros corren por el salón para dar con el patio y revolcarse entre la
tierra.

Ricardo, el líder del Espacio, nos dice que ellos son el único lugar que ha tratado de conservar esa
tradición de las FARC. Ya no se dan informes del comando sino que se reemplazaron por
asambleas cada quince días, en las que la comunidad del Espacio se congrega y trata los temas
relativos a la vida en el lugar. A quien llegue tarde se le aplaude y para aprovechar el tiempo
algunas señoras dejan listo el almuerzo en casa. En nuestra visita les ocupa particularmente el
tema del traslado del lugar.

Resulta que Charras es como Macondo y aquí en medio de la nada -pero ya lo saben no es
propiamente la nada- surgieron las primeras casas blancas que parecían huevos de cocodrilo o
reptil prehistórico. Pues bien, las FARC llegaron a este punto como algo temporal y la gente se
terminó quedando. Construyeron sus caletas con polisombra verde y techos de plástico, luego la
rancha para cocinar entre todos y ya después vino el resto. Módulos que trajo el gobierno (que
son cerca de 80), los cuales parecen una casa por fuera pero realmente constituyen distintas
unidades poblacionales con un baño y en ocasiones lavaderos compartidos, que luego la gente
adoptó para sus propias necesidades, agregando techos y extensiones de madera y dótandolas de
color y un estilo propio, sea que gusten de las FARC, de un equipo de fútbol, de un artista, de lo
que sea. Ya después vino la Brigada de Salud -que describen como un logro del proceso de paz-,
porque la Zona tiene su ambulancia, que le ha servido más a las comunidades que a los mismos
reincorporados. Así también el parque infantil al lado de la cancha, donados por una extranjeros,
la biblioteca, que está carcomida por el polvo y no tiene ningún libro de García Márquez. El
espacio de cuidado que tiene todo un conjunto de juguetes y de accesorios para los más
pequeños, un espacio de reciclaje, la planta de reciclaje, los huertos y pequeños galpones, el
vivero y los billares.

De excombatientes a reincporrados.

Tal vez uno de los cambios mas pronunciados que he visto durante estas visitas, es el cambio de la
condición de excombatiente a reincorporado. No sé qué dirá la literatura existente sobre el tema.
Pero podría decir que mientras el primero aun se encuentra en una cierta liminalidad, en el que
deja su vida nomadé hacia una vida más sedentaria. Pareciera que hubiese una permanencia de la
vida guerrillera en el excombatiente que llegó a la Zona. Pero ahora es diferente. El reincorporado
más allá del arma, esta asentado y generalmente vive con su familia y en el cual su vida transcurre
en otros términos. Es así como quien antiguamente fue enfermera -como Flor, la persona del
restaurante en Colinas- ahora está dedicada a tener su negocio; y así con el resto. Hoy día
Nuevos liderazgos en cabeza de los responsables de las asociaciones.

Curramba

Ardillo

Conversacines sobre animales, a menudo, selváticos, como el guío.

Que no le metan Lapa por guagua

Serie Colombia en Resistencia (¿?)

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