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EJÉRCITO ARGENTINO
COLEGIO MILITAR DE LA NACIÓN

El Palomar 22 de Agosto de 2001

Instrucción de: Cadetes

Materia: EEE y S

Tema: Combate de Monte Longdon

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Cad Ier Año EUGENIO SAN ROMAN
Ca Ier Año “B”
Clase de Trabajo: de Gabinete

Dado por: Sarg Cad HERNÁN ALZAMORA

Tiempo Concedido: 10 Días

DESARROLLO

Luego de los últimos ajustes al dispositivo de la defensa de Puerto Argentino, en orden a la


preparación para el combate con las fuerzas inglesas, que habían estado preparando y concentrando sus
fuerzas en los alrededores del Monte Longdon y el Monte Harriet, el Regimiento de Infantería 7 ocupó
finalmente la parte Norte del dispositivo; había subdividido su sector de responsabilidad en tres
subsectores.
El subsector 1, al centro, a cargo del J de Regimiento, Tcnl Jiménez; el subsector 2, al oeste, estaba
a cargo del segundo J de Regimiento, My V. Carrizo Salvadores. El subsector 3, al este, a cargo del J
de la Batería del GADA 101, My Monge.
El subsector 2 estaba ubicado, aproximadamente a 9 Km. Al oeste de Puerto Argentino, y tenía un
frente de 3 Km. Hacia el norte por 4 Km. Al oeste, conteniendo en su centro al Monte Longdon. Sobre
este se organizó un punto fuerte con capacidad defensiva en 360 grados y con esfuerzo principal hacia
el oeste. El subsector disponía de un solo aparato de puntería para tiro nocturno con fusil, en cambio,
poseía 21 visores para la observación nocturna, que no permitían tirar.
Al caer la noche, se intensificó el fuego inglés sobre la posición, que alcanzó su mayor magnitud a
partir de las 20.30. Aproximadamente a las 22.00, la explosión de una mina antipersonal al noroeste,
puso en alerta a la posición. Inmediatamente después, la primera sección informaba telefónicamente
que se habían infiltrado efectivos enemigos cuya magnitud se desconocía y que se combatía dentro de
la posición.
La primera sección, empeñada en combate cuerpo a cuerpo con el enemigo, debió ceder la cresta de
la altura. Dejó varios muertos y heridos, entre ellos a los oficiales Jefe de Sección y al Observador

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Adelantado de Artillería, y ocasionó bajas al enemigo. El combate se hizo duro y difícil para los
efectivos argentinos; la carencia de aparatos de puntería nocturnos para las armas automáticas y
portátiles, dificultaba la eficacia de los fuegos.
Aproximadamente a las 23.30, la situación era:
- El Jefe del subsector había perdido toda comunicación con la primera sección y en su zona de
responsabilidad se escuchaba intenso ruido de fuego de armas automáticas.
- Los extremos oeste de la segunda y tercera sección combatían por el fuego hacia el oeste,
hacia el norte y hacia el sur.
- Los Jefes de la segunda y tercera sección habían sido heridos y los trasladaban hacia el puesto
de socorro del subsector. El oficial observador adelantado de artillería había muerto.
- La artillería enemiga había puesto fuera de combate los morteros pesados del Regimiento y
ejecutaban una barrera de fuego que aislaba a la primera sección del resto.
Esta situación determinó que, momentos antes de las 22.30, el Jefe del subsector ordenara un
contraataque con la primera sección de la Ca Ing 10 (reserva) por el lado sur de la altura, apoyándose
en la tercera sección, para restablecer y retomar el sector oeste de la posición.
El contraataque se ejecutó, pero al alcanzar el extremo oeste de la tercera sección fue bloqueado.
Aproximadamente a las 24.00, la situación era:
- El Jefe de la Primera sección estaba muerto y su fracción con gran número de bajas.
- No se disponía de información sobre el Jefe de la sección de morteros.
- La sección reserva del subsector se encontraba aferrada y combatiendo a distancias muy
próximas.
- La artillería enemiga había dividido, con sus fuegos, la posición en dos partes.
- El Jefe del subsector no tenía contacto radial ni telefónico con el Jefe del Regimiento de
Infantería 7, y solo podía hacerlo con el Comandante de la Agrupación Ejército, a quien le
solicitó refuerzos para realizar un segundo contraataque.
El comandante de la Agrupación le ordenó al Jefe de Regimiento el urgente envío de los refuerzos
solicitados. El j De regimiento ordenó a la primera sección de la compañía C concurrir en apoyo del
subsector 2. Aproximadamente a las 02.15 del día 12, el Jefe de sección arribó al puesto de comando
del Jefe del subsector, donde fue puesto en situación y recibió la orden para realizar el contraataque,
esta vez por el lado norte, apoyándose en la segunda sección.
La fracción chocó frontalmente con la infantería inglesa, trabándose en combate cuerpo a cuerpo.
Aproximadamente a las 02.20, el Escuadrón de Exploración de Caballería Blindado 10 (reserva al
pie de la agrupación), ocupó una posición de bloqueo al sudeste del Monte Longdon, con la misión de
detener una posible penetración inglesa en la zona y posibilitar el repliegue de las fuerzas, si es que no
podían sostenerse en la posición.
Se continuó combatiendo intensamente. La fuerte presión que el enemigo ejercía, provocaba que se
fuera cediendo el terreno.
Describe el combate el Coronel Británico Hew Pike: “Mc Kay consiguió rodear el bunker y situarse
más allá y por encima del mismo y luego tirar dos granadas dentro antes de caer muerto por encima de
su abertura. Por fin se había conseguido silenciar el fuego argentino. A su alrededor había otros
pelotones empeñados en acciones similares. El lugarteniente Mark Cox, otro jefe de pelotón, haciendo
uso de armas antitanques, granadas y finalmente bayoneta, consiguió despejar otra posición, dando el
mismo Cox cuenta de tres enemigos. Verdaderamente son muestras de los mejore ejemplos posibles de
valor y decisión y habilidad táctica para entrar en este tipo de posiciones, comente Pike, porque hasta
que lo conseguías, los argentinos seguían peleando...”
A las 05.00, aproximadamente la situación era:
- El enemigo atacaba las posiciones desde el norte, desde el noreste, desde el oeste y desde el
sudoeste, con masivo fuego de artillería y morteros.
- Si bien la posición resistía, había sido penetrada en varios puntos, pese a la sostenida
oposición de sus defensores.
- No existían efectivos propios para contraatacar, pues las fracciones se encontraban aferradas.

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- Los niveles de existencia de munición en la posición eran críticos. Parte del personal había
agotado su dotación, por lo que se imponía un reabastecimiento urgente.
- Se habían producido numerosas bajas, especialmente entre el personal de cuadros.
- Los apoyos de artillería propios, si bien habían logrado neutralizar, por momentos, el ataque
inglés, no habían podido aliviar la presión general sobre las posiciones.
Aproximadamente a las 06.00, el Jefe de Agrupación ordenó:
- Al segundo jefe del RI 7 (J del subsector): replegar sus tropas hacia Wireless Ridge, según los
planes previstos, y en ese lugar, reorganizarse para entrar en combate a orden.
- Al Jefe del Grupo de Artillería 3 (coord.. de apoyo de fuego): Priorizar los fuegos de artillería
de campaña en apoyo de la compañía B del RI 7, a fin de facilitar el repliegue de la misma.
Sobre este momento del combate el general inglés Thompson dice:”La compañía B (del regimiento
de paracaidistas 3) se ubicó entre varios bancos de turba que le proporcionaban protección de la
artillería y los morteros argentinos, que se hacían cada vez más precisos sobre su posición y la posición
de la compañía C de la reserva.
A las 06.45 comenzaron a desprenderse los efectivos de la compañía B. Ya por entonces, algunas
posiciones habían sido cercadas. Se combatió retardadamente alcanzándose, aproximadamente a las
08.00 la zona de Wireless Ridge.
De los 278 de que disponía el Jefe de subsector, pudieron replegarse solamente 78. Luego de diez
horas de combate ininterrumpido contra un enemigo numéricamente superior, se perdía definitivamente
Monte Longdon y quedaban sobre la altura, entre muertos, heridos y prisioneros, 200 hombres.

CONCLUSIÓN:

El combate de Monte Longdon fue uno de los combates más sangrientos que se llevó a cabo en
nuestras Islas Malvinas, pero como en los demás combates que se llevaron a cabo contra el enemigo
inglés en las islas, en este quedó demostrado todo el valor y abnegación de los oficiales, suboficiales y
soldados argentinos en defensa de lo que por derecho es nuestro y muriendo por sus convicciones de no
rendirse frente al enemigo.
También hay que tener en cuenta en las condiciones en las cuales emprendieron esta heroica lucha
nuestros soldados, ya que el equipamiento personal del enemigo era muy superior al argentino, además,
los medios de apoyo de combate enemigo eran muy eficaces en su tarea y en la de bloquear el apoyo de
combate argentino efectuando un bloqueo marítimo desde el inicio del conflicto, lo cual dificultó de
sobremanera el arribo de medios de apoyo argentinos al archipiélago.
Los medios de apoyo de artillería de campaña y naval inglesa, así como el apoyo aéreo era muy
eficaz en la adquisición y reconocimiento de los blancos, así como también por parte especialmente de
la artillería naval la precisión en el tiro, batiendo el campo de combate argentino y sus posiciones
defensivas muy eficientemente.
Se debe de destacar que los medios de apoyo, tanto de fuego como logísticos argentinos eran
escasos, ya que en Puerto Argentino debieron de concentrarse y luego no pudieron ser trasladados a
causa de la dificultad y el peligro que representaba movilizar medios y personal debido a la artillería
enemiga. El resto de los medios argentinos debió permanecer en el continente lo que dificultaba apoyar
a las islas debido al bloqueo naval ingles, y a la escasa disponibilidad de medios aéreos.
Por lo tanto durante el combate en Monte Longdon, los efectivos argentinos debieron contar sólo
con el apoyo de fuego de la artillería de campaña la cual se veía dificultada a causa de anteriores
ataques a sus posiciones y la destrucción de un radar de adquisición de blancos aéreos dejando al
Grupo de Artillería de Defensa Aérea 101, sin el amparo de su artillería de defensa aérea y ante el
riesgo de ser atacados tanto ellos mismos como la Batería C del GA 3, que tenía sus fuegos sobre las
posiciones enemigas.
Las fuerzas de reserva de propia tropa nada o poco pudieron hacer ante el avance enemigo, ya que
chocaban de frente con la infantería inglesa y quedaban aferradas debido a que combatían a muy cortas
distancias y casi cuerpo a cuerpo, no se debe desmerecer el profesionalismo y la eficacia inglesa,
además de su valor y convencimiento, lo que los ayudó en la lucha para inclinarla a su favor.

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No se puede olvidar que a causa de algunos errores en la planeación del combate, sumado a la poca
información que se poseía del enemigo dificultó al comando de la Agrupación Ejército prever
totalmente la forma en la que el enemigo iba a llevar a cabo la lucha.
Para finalizar, el combate de Monte Longdon fue duro, cruento y desparejo comparando la
preparación y el equipamiento enemigo, pero la tenacidad del soldado argentino quedó intacta debido
a las sobradas muestras que se dieron durante el combate y después.

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