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LA REPRESENTACIÓN

El acto jurídico puede ser celebrado por el propio sujeto interesado o por medio de otra
persona, dándose lugar a la figura jurídica de la representación.
La Representación ha tenido su evolución (Art. 145 CC); empezando por Roma, donde
el derecho romano clásico no admite el contrato en favor de tercero, pues no se concebía
que el contrato pudiera beneficiar a personas extrañas. El desarrollo del derecho romano
nos muestra necesidades comerciales donde comenzaran a desafiar la enorme creatividad
de los juristas y pretores romanos quienes, iniciaron a idear varias instituciones que de
alguna forma colaboraron a superar la prohibición de la representación, a esto se
inventaron las actiones adiecticiae dualitatis, las cuales no llegaron a constituir un
verdadero caso de representación directa. Pues para el Derecho Romano.
Seguidamente tuvimos presente en los Códigos del Siglo XIX, donde el Derecho
Canónico inició a conceptualizar el término de representación directa. La regla contenida
en el código napoleónico es la misma regla que en el derecho romano, con una sola
diferencia: en el derecho romano al inicio no admitía excepciones; las que sí son
admitidas en el código napoleónico. La doctrina de este código se extendió al Códice
Civile de 1865 y el Código Civil español en el artículo 1259 del Código Civil español, de
acuerdo con el cual: ‘’Ninguno puede contratar a nombre de otro, sin estar autorizada por
él, o sin que tenga por la ley su representación’’.
Finalmente, El Código Civil Alemán por el momento no establecía la regla general
acorde a la cual ninguno puede celebrar contratos en nombre de otro, sino que, pasa de
manera directa a regular el instituto de la representación. En el momento en que
evoluciona el fenómeno de la representación, el artículo del comentario se ubica en el
mismo artículo que regula directamente a los negociadores, dejando de lado el desfase
que se inició en la antigua Roma, estableciendo como regla general que los negocios
jurídicos tienen la posibilidad de ser realizados. por los representantes, salvo esos que
expresamente señale la ley.
Podemos encontrar en la doctrina diversos conceptos sobre la representación, pero la que
mas destaca es la del Dr. Aníbal Torres Vásquez, donde indica que:
"Por la representación una persona (el representante) sustituye a otra (el representado) en
la celebración de un acto jurídico. El representante manifiesta su voluntad por cuenta y
en interés del representado. Con la representación se amplían las posibilidades de obrar
del representado, quien puede celebrar varios actos jurídicos al mismo tiempo o
sucesivamente en el mismo lugar o en lugares diferentes".
Pero de manera general podemos decir que la representación es la imagen de una persona
(el representante) celebra uno o más actos jurídicos para proteger los intereses de otros
(el representado).
Según el Dr. Aníbal Torres Vásquez, son considerados sujetos de la Representación los
siguientes: El representado (sujeto principal a quien le cae directa o indirectamente los
efectos del acto), el representante (persona que actúa por cuenta y en interés del
representado), y el tercero (persona con quien el representante celebra el acto jurídico).
El Código hace una distinción sobe la representación en el segundo párrafo del art. 145,
donde ha sido clasificada en legal y voluntaria. La Representación Legal, es la que es
dispuesta por la propia ley. Y la Representación Voluntaria, es la que se da cuando una
persona voluntariamente no desea o no puede actuar por sí misma y designa a otra para
otorgarle facultades suficientes para que realice el acto jurídico en su nombre, esta a su
vez se subdivide en dos: Directa (el representante actúa en nombre e interés ajeno) e
Indirecta (se actúa en nombre propio, pero en interés ajeno).

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