Está en la página 1de 6

INTELIGENCIA DE

PERSONAS EN
DIFERENTES
EDADES Y
CULTURAS

VICENTE
ZEPEDA
ROJAS

GRUPO: 8

NL: 23

INTELIGENCIA CULTURAL: ¿QUÉ ES?


El concepto de inteligencia cultural, surgido a partir de la unión entre cultura e
inteligencia, se define como la capacidad de relacionarse e interactuar con
eficiencia con otras personas de orígenes culturales distintos. Desarrollar esta
sensibilidad cultural nos sirve para evitar y sobrellevar sin dificultad las
situaciones que presenta el nuevo escenario empresarial global y
multicultural. Esa ventaja competitiva la convierte en una de las soft skills más
valoradas.

En un entorno corporativo en el que la diversidad cultural está cada vez más


presente, la inteligencia cultural adquiere cada vez más relevancia como parte
del aprendizaje organizacional ya que contribuye en gran medida a la
adaptación de los empleados a la forma de trabajar propia de cada empresa.
Al mismo tiempo, está estrechamente ligada a la inteligencia emocional y a las
habilidades interculturales, por lo que también favorece los vínculos
personales y profesionales.

Desde la gestión de recursos humanos, el cultural intelligence management


se define como la creación de procedimientos y políticas para asimilar a los
nuevos trabajadores en la cultura de la empresa, basados en la celebración
de la diversidad, en la escucha, la empatía, la flexibilidad o la resiliencia. Por
otra parte, se habla de cultural quotient (CQ) como el conjunto de
competencias que permiten afrontar de manera efectiva situaciones
culturalmente diversas.

Tipos de inteligencia cultural


Dentro de la inteligencia cultural encontramos tres tipos o componentes
básicos que corresponden a los tres elementos inherentes al ser humano: el
componente físico, vinculado al cuerpo; la parte cognitiva o mental, y el factor
emocional o motivacional.

Inteligencia cultural cognitiva: Corresponde a la capacidad para aprender


naturalmente las normas, las costumbres, las creencias y los tabúes de otras
culturas.

Inteligencia cultural emocional: Es la suma de la voluntad y la motivación que


conduce a la adaptación de una persona dentro de un nuevo entorno cultural.

Inteligencia cultural física: Se caracteriza por la rápida asimilación de


elementos asociados a la comunicación no estrictamente verbal, como el
lenguaje corporal, los cambios en el tono de voz o la acentuación de ciertas
palabras durante el habla.

Cómo desarrollar la inteligencia cultural


1. Nutre la curiosidad

Para aumentar la inteligencia cultural, puedes empezar observando a las


personas: ¿cómo se comportan?, ¿siguen alguna pauta cultural distinta? Si
tienes cerca a alguna persona con una cultura de origen distinta, puedes
interesarte por ella y formularle preguntas e inquietudes.

2. Toma conciencia

Reflexionar acerca de cómo te relacionas con otras personas es un paso


fundamental para avanzar en el desarrollo de la inteligencia cultural. Del mismo
modo, puedes pedir a las personas que trabajan contigo que hagan lo mismo.

3. Detecta tus sesgos

Después del proceso de toma de consciencia, el siguiente paso será detectar


los prejuicios y sesgos que puedas tener. Es lógico que existan, ya que la
mayoría de las veces son la consecuencia de estímulos recibidos desde la
infancia. De hecho, una de las causas por las que pueden estar ahí es,
precisamente, la dificultad para verlos — por ello se habla de sesgos
inconscientes.

4. Piensa diferente

A la hora de interactuar con personas de otras culturas, no debemos esperar


que lo hagan como lo haríamos nosotros. Hacerlo supondría un error y, en
términos de negocio, podría llegar a poner en riesgo procesos de negociación,
relaciones comerciales y acciones de cooperación entre distintas empresas o
delegaciones.

5. Sal de la zona de confort

Como hemos visto, la inteligencia cultural es una habilidad que se puede


entrenar. Para hacerlo, no hay mejor forma que enfrentarse a una situación o
contexto desconocidos, en la que no estemos del todo cómodos.

Una técnica útil para avanzar en este proceso puede ser mostrando confianza
y con mentalidad optimista se pueden llegar a internalizar, entender y
reproducir las formas de relacionarse en este mundo global. Así, poner en
práctica nuevas conductas será como ir al gimnasio: poco a poco, los tres tipos
de inteligencia cultural — cognitivo, físico y emocional — se irán fortaleciendo.

¿Qué es la inteligencia emocional?


La inteligencia emocional es la habilidad de reconocer, regular y comprender
las emociones, tanto en ti mismo como en los demás. La inteligencia emocional
alta te ayuda a conectar con otras personas, forjar relaciones empáticas,
comunicar de manera efectiva, resolver conflictos y expresar tus sentimientos.
Puede que hayas oído hablar de la inteligencia emocional como IE o
coeficiente emocional (EQ).

Muchas veces se asume que la inteligencia emocional es algo que tienes o no


tienes. Sin embargo, al igual que tu coeficiente intelectual (IQ), el coeficiente
emocional (EQ) es un músculo que puedes desarrollar a lo largo del tiempo.

Los beneficios de un coeficiente emocional alto

Los estudios han demostrado que la inteligencia emocional es igual de


importante, o a veces más importante, que la inteligencia tradicional. Según un
estudio de 2016, una inteligencia emocional alta es más significativa para un
excelente trabajo en equipo que un coeficiente intelectual alto. Estudios
adicionales han demostrado que la inteligencia emocional alta da lugar a un
desempeño laboral y liderazgo mejores.

La inteligencia emocional se trata de entender tus propias emociones y las


emociones de los demás. Una inteligencia emocional alta te ayuda a:

 Colaborar de manera efectiva con los miembros de tu equipo

 Pensar antes de actuar o reaccionar

 Reducir tus reacciones viscerales o impulsos

 Superar problemas, tanto en casa como en el lugar de trabajo

 Atender conflictos

 Comunicarte en el lugar de trabajo

 Resolver problemas

 Forjar relaciones más sólidas

 Conectar con tus emociones

 Empatizar con los demás

 Desarrollar sinergia entre tú y tus compañeros

¿Por qué la inteligencia social debe ser considerada en


la experiencia educativa?
La educación emocional forma personas sanas que son capaces de manejar
eficientemente sus emociones, la inteligencia social utiliza las habilidades
otorgadas por la emocional y las propias para generar una aptitud de liderazgo
y realización de tareas cognitivas especializadas, únicas y altamente valuadas.

El problema de un posible aumento del desempleo provocado por el avance de


la automatización ha sido muy discutido. La capacidad del trabajador de
adaptarse y gestionar sus habilidades va a ser clave para mantenerse vigente
en un mercado laboral en el que más máquinas están siendo capaces de tomar
tareas anteriormente realizadas por humanos.

CONCLUSIÓN

La inteligencia emocional es el saber de controlar tus emociones o al menos no


reaccionar de una manera incongruente que afecte tanto a ti como a la
sociedad. Las definiciones populares de inteligencia hacen importantes los
aspectos cognitivos, tales como la memoria y la capacidad para resolver
problemas cognitivos, sin embargo, Edward L. Thorndike, en 1920, utilizó el
término inteligencia social para describir la habilidad de comprender y motivar a
otras personas.

la influencia de factores no intelectivos sobre el comportamiento inteligente y


sostuvo, además, que los test de inteligencia no serían completos hasta que no
se pudieran describir adecuadamente estos factores.

También podría gustarte