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Artrit

is
¿Qué es?

La artritis es la hinchazón y la sensibilidad de una o más de las articulaciones. Los


principales síntomas de la artritis son dolor y rigidez de las articulaciones, que
suelen empeorar con la edad. Los tipos más frecuentes de artritis son la artrosis y
la artritis reumatoide.

La artrosis hace que el cartílago, el tejido duro y resbaladizo que recubre los
extremos de los huesos donde forma una articulación, se rompa. La artritis
reumatoide es una enfermedad en la cual el sistema inmunitario ataca las
articulaciones, comenzando con el revestimiento de estas.

Los cristales de ácido úrico, que se forman cuando hay demasiado ácido úrico en
la sangre, pueden causar gota. Las infecciones o enfermedades de fondo, como
la psoriasis o el lupus, pueden causar otros tipos de artritis.

Artritis de

pulgar
La artritis del pulgar es frecuente a medida que se envejece y se produce
cuando el cartílago se deteriora en los extremos de los huesos que forman la
articulación en la base del pulgar (conocida como articulación
carpometacarpiana [CMC]).

La artritis del pulgar puede causar dolor intenso, inflamación y disminución de


la fuerza y del rango de movimiento, lo que dificulta la realización de tareas
simples, como girar picaportes o abrir frascos. El tratamiento suele incluir una
combinación de medicamentos y férulas. La artritis del pulgar grave puede
necesitar cirugía.

Síntomas: El dolor es el primer síntoma, y el más frecuente, de la artritis del


pulgar. El dolor puede producirse en la base del pulgar cuando sostienes,
agarras o pellizcas un objeto, o cuando usas el pulgar para aplicar presión.

Otros signos y síntomas pueden incluir lo siguiente:

 Inflamación, rigidez y sensibilidad en la base del pulgar


 Disminución de la fuerza al pellizcar o sostener objetos
 Disminución de la amplitud del movimiento
 Aspecto alargado o huesudo de la articulación de la base del
pulgar
 Causas

La artritis del pulgar suele aparecer con el envejecimiento. Las lesiones o


traumatismos anteriores de la articulación del pulgar también pueden provocar
artritis del pulgar.

En una articulación del pulgar normal, el cartílago recubre los extremos de los
huesos, como una almohadilla y permite que los huesos se deslicen
suavemente entre sí. En el caso de la artritis del pulgar, este cartílago que
recubre los extremos de los huesos se deteriora y la superficie suave se vuelve
áspera. Entonces, los huesos se rozan entre sí, lo que provoca la fricción y el
daño de la articulación.

El daño de la articulación puede tener como consecuencia el crecimiento de un


nuevo hueso a los costados del hueso existente (espolón óseo), que puede
producir bultos perceptibles en la articulación del pulgar.

 Factores de riesgo

Algunos de los factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir artritis del
pulgar son:

 Ser de sexo femenino.


 Tener más de 40 años.
 Sufrir de obesidad.
 Tener ciertas enfermedades hereditarias, como laxitud de los ligamentos
de las articulaciones y malformación de las articulaciones.
 Sufrir lesiones en la articulación del pulgar, como fracturas y esguinces.
 Padecer enfermedades que cambian la estructura normal y el
funcionamiento del cartílago, como por ejemplo, la artritis reumatoide. Si
bien la causa más frecuente de la artritis de pulgar es la artrosis, la
artritis reumatoide también puede afectar la articulación
carpometacarpiana, en general, en un grado menor que las otras
articulaciones de la mano.
 Realizar actividades y trabajos que tensionen mucho la articulación del
pulgar.

Artritis idiopática
juvenil
La artritis idiopática juvenil, anteriormente denominada "artritis reumatoide
juvenil", es el tipo más frecuente de artritis en los niños menores de 16  años de
edad.

La artritis idiopática juvenil puede causar dolor, inflamación y rigidez articular


persistentes. Algunos niños podrían experimentar síntomas durante unos pocos
meses solamente, mientras que otros presentan síntomas por muchos años.

Algunos tipos de artritis idiopática juvenil pueden causar complicaciones


graves, por ejemplo, trastornos de crecimiento, daño articular e inflamación
ocular. El tratamiento se centra en controlar el dolor y la inflamación, mejorar la
función y prevenir el daño.

 Síntomas

Los signos y síntomas más frecuentes de la artritis idiopática juvenil son:


 Dolor. Aunque tu hijo podría no quejarse de dolor articular, tal vez notes
que cojea, especialmente apenas se levanta a la mañana o después de
una siesta.
 Hinchazón. Es común que las articulaciones se hinchen, pero a menudo
se nota primero en las articulaciones más grandes, como la rodilla.
 Rigidez. Quizás notes que tu hijo parece más torpe que lo habitual,
especialmente por la mañana o después de las siestas.
 Fiebre, ganglios linfáticos inflamados y sarpullido. En algunos casos,
puede haber fiebre alta, inflamación de los ganglios linfáticos o un
sarpullido en el tronco, que suele empeorar por las noches.

La artritis idiopática juvenil puede afectar a una o varias articulaciones. Hay


varios subtipos diferentes de artritis idiopática juvenil, pero los principales son
sistémicos, oligoarticulares y poliarticulares. El tipo que tenga tu hijo dependerá
de los síntomas, del número de articulaciones afectadas y de si la fiebre y los
sarpullidos son características destacadas.

Al igual que otras formas de artritis, la artritis idiopática juvenil se caracteriza


por períodos en los que los síntomas se intensifican y otros en los que pueden
ser mínimos.

 Causas

La artritis idiopática juvenil se presenta cuando el sistema inmunitario del


organismo ataca sus propios tejidos y células. Se desconoce la razón por la
que esto sucede, pero, al parecer, influyen tanto la herencia como el entorno.

 Factores de riesgo

Algunas formas de artritis idiopática juvenil son más frecuentes en las niñas.

 Complicaciones

La artritis idiopática juvenil puede provocar varias complicaciones graves. Pero


vigilar con atención la enfermedad de tu hijo y buscar atención médica
adecuada pueden reducir mucho el riesgo de experimentar las siguientes
complicaciones:

 Problemas oculares. Algunos tipos pueden causar inflamación ocular. Si


esta afección se deja sin tratar, podría provocar cataratas, glaucoma e
incluso ceguera.

La inflamación ocular a menudo se manifiesta sin síntomas; por ello, es


importante que un oftalmólogo examine periódicamente a los niños con
esta afección.

 Problemas de crecimiento. La artritis idiopática juvenil puede interferir en


el crecimiento y desarrollo óseo de tu hijo. Algunos medicamentos
utilizados para el tratamiento, principalmente los corticosteroides,
también pueden inhibir el crecimiento.
Artritis psoriásica

La artritis psoriásica es una forma de artritis que afecta a algunas personas que
tienen psoriasis, una afección que presenta manchas rojas en la piel cubiertas
con escamas plateadas. La mayoría de las personas desarrolla psoriasis
primero y luego se les diagnostica artritis psoriásica, pero los problemas
articulares a veces pueden comenzar antes de que aparezcan los parches
cutáneos.

El dolor articular, la rigidez y la hinchazón son los principales signos y síntomas


de la artritis psoriásica. Pueden afectar cualquier parte del cuerpo, incluido las
puntas de los dedos y la columna vertebral, y pueden variar de relativamente
leves a graves. Tanto en la psoriasis como en la artritis psoriásica, los brotes
de la enfermedad pueden alternar con períodos de remisión.

No existe cura para la artritis psoriásica, por lo que el objetivo es controlar los
síntomas y prevenir el daño a las articulaciones. Sin tratamiento, la artritis
psoriásica puede ser incapacitante.

 Síntomas

Tanto la artritis psoriásica como la psoriasis son enfermedades crónicas que


empeoran con el tiempo, pero puedes tener períodos en los que los síntomas
mejoran o entran en remisión, alternados con momentos en los que los
síntomas empeoran.

La artritis psoriásica puede afectar las articulaciones de un solo lado o de


ambos lados del cuerpo. Los signos y síntomas de la artritis psoriásica a
menudo se parecen a los de la artritis reumatoide. Ambas enfermedades hacen
que las articulaciones se vuelvan dolorosas, hinchadas y calientes al tacto.

Sin embargo, es más probable que la artritis psoriásica también cause:

 Dedos de manos y pies hinchados. La artritis psoriásica puede causar


una hinchazón dolorosa en forma de salchicha en los dedos de las
manos y de los pies. También pueden aparecer hinchazón y
deformidades en las manos y los pies antes de tener síntomas
articulares significativos.
 Dolor en el pie. La artritis psoriásica también puede causar dolor en los
puntos donde los tendones y los ligamentos se adhieren a los huesos,
especialmente en la parte posterior del talón (tendinitis del tendón de
Aquiles) o en la planta del pie (fascitis plantar).
 Dolor en la espalda lumbar. Algunas personas tienen una afección
llamada espondilitis como resultado de la artritis psoriásica. La
espondilitis causa principalmente inflamación de las articulaciones entre
las vértebras de la columna vertebral y en las articulaciones entre la
columna vertebral y la pelvis (sacroilitis).
 Factores de riesgo

Varios factores pueden aumentar su riesgo de artritis psoriásica, incluso los


siguientes:
 Psoriasis. Tener psoriasis es el factor de riesgo más importante para
sufrir artritis psoriásica. Las personas que tienen las uñas deformadas y
con hoyos son especialmente propensas a sufrir artritis psoriásica.
 Tu historia familiar. Muchas personas con artritis psoriásica tienen un
padre o un hermano con la enfermedad.
 Edad. Aunque cualquier persona puede sufrir artritis psoriásica, esta
ocurre con más frecuencia en adultos entre los 30 y 50 años de edad.
 Complicaciones

Un pequeño porcentaje de personas con artritis psoriásica desarrollan artritis


mutilante, una forma grave, dolorosa e incapacitante de la enfermedad. Con el
tiempo, la artritis mutilante destruye los pequeños huesos de las manos,
especialmente los dedos, lo que lleva a una deformidad y discapacidad
permanentes.

Las personas que tienen artritis psoriásica a veces también desarrollan


problemas oculares como conjuntivitis o uveítis, que pueden causar dolor,
enrojecimiento de los ojos y visión borrosa. También tienen mayor riesgo de
padecer enfermedades cardiovasculares.

Artritis reactiva
La artritis reactiva consta de dolor muscular e hinchazón que se desencadenan
por una infección en otra parte del organismo, en general los intestinos, los
genitales o las vías urinarias.

La artritis reactiva generalmente ataca las rodillas y las articulaciones de los


tobillos y los pies. La inflamación también afecta los ojos, la piel y la uretra.

Anteriormente, la artritis reactiva, a veces, se llamaba «síndrome de Reiter»,


que se caracterizaba por la inflamación de los ojos, la piel y la uretra.

La artritis reactiva no es frecuente. Para la mayoría de las personas, los signos


y síntomas van y vienen, y, finalmente, desaparecen en un plazo de 12 meses

 Síntomas

Los signos y síntomas de la artritis reactiva generalmente comienzan entre una


y cuatro semanas después de la exposición a una infección desencadenante.
Estos podrían comprender las siguientes:

 Dolor y rigidez. Es más frecuente que el dolor articular asociado con la


artritis reactiva se produzca en las rodillas, en los tobillos y en los pies.
También podrías sentir dolor en los talones, en la parte inferior de la
espalda o en los glúteos.
 Inflamación ocular. Muchas personas que tienen artritis reactiva también
presentan inflamación ocular (conjuntivitis).
 Problemas urinarios. Puede producirse un aumento de la frecuencia de
la orina o malestar al orinar, así como inflamación de la glándula
prostática o del cuello uterino.
 Inflamación del tejido blando en el punto donde se inserta en el hueso
(entesitis). Puede comprender los músculos, tendones y ligamentos.
 Hinchazón de los dedos de las manos y de los pies. En algunos casos,
los dedos de las manos o de los pies pueden hincharse tanto que
parecerán salchichas.
 Trastornos de la piel. La artritis reactiva puede afectar la piel de diversas
maneras, entre ellas, con una erupción en las plantas de los pies y las
palmas de las manos, y llagas en la boca.
 Dolor en la parte inferior de la espalda. El dolor suele empeorar por la
noche o por la mañana.

Causas

La artritis reactiva se presenta como una reacción a una infección en el cuerpo;


generalmente, en los intestinos, los genitales o las vías urinarias. Quizá no
notes la infección detonante si provoca síntomas muy leves o no provoca
síntomas en absoluto.

Numerosas bacterias pueden producir artritis reactiva. Algunas se transmiten


sexualmente y otras, a través de los alimentos. Las más frecuentes
comprenden:

 Chlamydia
 Salmonela
 Shigela
 Yersinia
 Campylobacter
 Clostridium difficile

La artritis reactiva no es contagiosa. No obstante, la bacteria responsable se


puede transmitir sexualmente o a través de alimentos contaminados. Solo
algunas de las personas que se exponen a estas bacterias presentan artritis
reactiva.

 Factores de riesgo

Determinados factores afectan tu riesgo de artritis reactiva:

 Edad. La artritis reactiva se manifiesta con mayor frecuencia en adultos


de entre 20 y 40 años.
 Sexo. Los hombres y las mujeres tienen la misma probabilidad de
padecer artritis reactiva en respuesta a infecciones causadas por
alimentos. No obstante, los hombres tienen más probabilidades que las
mujeres de contraer artritis reactiva en respuesta a bacterias
transmitidas sexualmente.
 Factores hereditarios. Se ha asociado un marcador genético específico a
la artritis reactiva. Sin embargo, muchas personas que tienen este
marcador nunca sufren la enfermedad.
 Prevención

Los factores genéticos parecen intervenir en la probabilidad de padecer artritis


reactiva. Aunque no puedes cambiar tu composición genética, puedes reducir
tu exposición a las bacterias que pueden provocar la artritis reactiva.

Asegúrate de guardar la comida a una temperatura adecuada y cocinarla


correctamente para tratar de evitar las numerosas bacterias transmitidas por
los alimentos que pueden provocar artritis reactiva, como salmonela, shigela,
yersinia y campylobacter. Algunas infecciones de transmisión sexual pueden
desencadenar una artritis reactiva. El uso de preservativos podría reducir el
riesgo.

Artritis
reumatoide
La artritis reumatoide es un trastorno inflamatorio crónico que puede afectar
más que solo las articulaciones. En algunas personas, el trastorno puede dañar
distintos sistemas corporales, incluida la piel, los ojos, los pulmones, el corazón
y los vasos sanguíneos.

La artritis reumatoide es un trastorno auto inmunitario que ocurre cuando el


sistema inmunitario ataca por error los tejidos del cuerpo.

A diferencia del daño por desgaste de la osteoartritis, la artritis reumatoide


afecta el revestimiento de las articulaciones y causa una hinchazón dolorosa
que puede finalmente causar la erosión ósea y la deformidad de las
articulaciones.

La inflamación asociada a la artritis reumatoide es lo que también puede dañar


otras partes del cuerpo. Si bien los medicamentos nuevos han mejorado las
opciones de tratamiento en gran medida, la artritis reumatoide grave aún puede
causar discapacidades físicas.

 Síntomas

Los signos y los síntomas de la artritis reumatoide pueden incluir:

 Articulaciones sensibles a la palpación, calientes e hinchadas.


 Rigidez articular que generalmente empeora por las mañanas y después
de la inactividad.
 Cansancio, fiebre y pérdida del apetito.

La artritis reumatoide precoz tiende a afectar primero las articulaciones más


pequeñas, especialmente las que unen los dedos de las manos con las manos
y los dedos de los pies con los pies.

A medida que avanza la enfermedad, los síntomas suelen extenderse a las


muñecas, las rodillas, los tobillos, los codos, la cadera y los hombros. En la
mayoría de los casos, los síntomas se producen en las mismas articulaciones
en ambos lados de tu cuerpo.

Alrededor del 40 % de las personas que padecen artritis reumatoide también
experimentan signos y síntomas que no involucran a las articulaciones. La
artritis reumatoide puede afectar muchas estructuras no articulares, incluido lo
siguiente:

 Piel
 Ojos
 Los pulmones
 Corazón
 Riñones
 Glándulas salivales
 Tejido nervioso
 Médula ósea
 Vasos sanguíneos

Los signos y los síntomas de la artritis reumatoide pueden variar en gravedad e


incluso pueden aparecer y desaparecer. Los períodos de mayor actividad de la
enfermedad, denominados brotes, se alternan entre períodos de remisión
relativa, cuando la hinchazón y el dolor se disipan o desaparecen. Con el paso
del tiempo, la artritis reumatoide puede provocar que las articulaciones se
deformen y salgan de lugar.

 Causas

La artritis reumatoide se produce cuando el sistema inmunitario ataca el


sinovial, el revestimiento de las membranas que rodean las articulaciones.

La inflamación resultante engrosa el sinovial, que finalmente puede destruir el


cartílago y el hueso dentro de la articulación.

Los tendones y ligamentos que mantienen unida la articulación se debilitan y se


estiran. Gradualmente, la articulación pierde su forma y su alineación.

Los médicos no saben lo que inicia este proceso, aunque parece probable que
sea un componente genético. Si bien los genes no causan artritis reumatoide,
pueden hacerte más vulnerable a los factores ambientales, como infección con
determinados virus y bacterias, que pueden desencadenar la enfermedad.

 Factores de riesgo

Los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer artritis reumatoide son:

 Sexo. Las mujeres son más propensas que los hombres a desarrollar
artritis reumatoide.
 La edad. La artritis reumatoide se puede producir a cualquier edad, pero
más frecuentemente comienza a mediana edad.
 Antecedentes familiares. Si un familiar padece artritis reumatoide, el
riesgo de que padezcas la enfermedad puede ser mayor.
 Tabaquismo. Fumar cigarrillos aumenta el riesgo de desarrollar artritis
reumatoide, especialmente si tienes una predisposición genética a
desarrollar la enfermedad. Fumar también aparece asociado a una
gravedad mayor de la enfermedad.
 Exposición ambiental. Aunque se entiende mal, algunas exposiciones,
como a asbestos o sílice, pueden aumentar el riesgo de desarrollar
artritis reumatoide. Los trabajadores de emergencia expuestos al polvo
del derrumbe del World Trade Center están en mayor riesgo de padecer
enfermedades autoinmunintarias como artritis reumatoide.
 Obesidad. Las personas, especialmente las mujeres de hasta 55 años,
que tienen sobrepeso o son obesas pareciera que presentan un mayor
riesgo de desarrollo de artritis reumatoide.

Complicaciones

La artritis reumatoide aumenta el riesgo de desarrollar:

 Osteoporosis. La artritis reumatoide en sí, junto con algunos


medicamentos utilizados para tratar la artritis reumatoide, pueden
aumentar tu riesgo de osteoporosis, una afección que debilita los huesos
y los hace más propensos a las fracturas.
 Nódulos reumatoides. Estos bultos firmes de tejido se forman con mayor
frecuencia alrededor de los puntos de presión, como los codos. Sin
embargo, estos nódulos pueden formarse en cualquier parte del cuerpo,
incluidos los pulmones.
 Sequedad en los ojos y la boca. Las personas que tienen artritis
reumatoide son mucho más propensas a manifestar el síndrome de
Sjogren, un trastorno que disminuye la cantidad de humedad en los ojos
y la boca.
 Infecciones. La enfermedad en sí y muchos de los medicamentos
utilizados para combatir la artritis reumatoide pueden dañar el sistema
inmunitario y provocar un aumento de las infecciones.
 Composición anormal del cuerpo. La proporción de grasa en relación
con la masa magra a menudo es mayor en las personas que tienen
artritis reumatoide, incluso en personas que tienen un índice de masa
corporal normal (IMC).
 Síndrome del túnel carpiano. Si la artritis reumatoide te afecta las
muñecas, la inflamación puede comprimir el nervio que irriga la mayor
parte de la mano y los dedos.
 Problemas de corazón. La artritis reumatoide puede aumentar el riesgo
de endurecimiento y obstrucción de las arterias, así como la inflamación
del saco que rodea el corazón.
 Enfermedad pulmonar. Las personas con artritis reumatoide tienen un
mayor riesgo de inflamación y cicatrización de los tejidos pulmonares, lo
que puede provocar una dificultad respiratoria progresiva.
 Linfoma. La artritis reumatoide aumenta el riesgo de linfoma, un grupo
de cánceres de la sangre que se desarrollan en el sistema linfático.
Artritis séptica

La artritis séptica es una infección dolorosa de las articulaciones que puede


provenir de los gérmenes que se propagan en el torrente sanguíneo desde otra
parte del cuerpo. La artritis séptica también puede ocurrir cuando una lesión
penetrante, como una mordida de animal o un traumatismo, hace que los
gérmenes ingresen directamente a la articulación.

Los bebés y los adultos mayores tienen más probabilidades de padecer artritis
séptica. Las personas que tienen articulaciones artificiales también tienen
riesgo de sufrir artritis séptica. Las rodillas son las que se ven afectadas más a
menudo, pero la artritis séptica también puede afectar las caderas, los hombros
y otras articulaciones. La infección puede dañar rápida y gravemente el
cartílago y el hueso dentro de la articulación, por lo que es crucial el tratamiento
inmediato.

El tratamiento implica el drenaje de la articulación con una aguja o a través de


una cirugía. Usualmente también se necesitan antibióticos.

 Síntomas

La artritis séptica generalmente provoca malestar extremo y dificultad para


utilizar la articulación afectada. La articulación podría estar inflamada, roja y
caliente, y es posible que tengas fiebre.

Si hay artritis séptica en una articulación artificial (infección de la articulación


protésica), algunos signos y síntomas, como dolores e inflamación leves,
pueden desarrollarse meses o años después de una cirugía de reemplazo de
rodilla o de cadera. Además, la articulación puede aflojarse, lo que puede
provocar dolor al moverla o poner peso sobre ella. En general, el dolor
desaparece cuando está en reposo. En casos extremos, la articulación se
puede dislocar.

 Causas

La artritis séptica puede deberse a infecciones bacterianas, virales o micóticas.


La infección bacteriana por Staphylococcus aureus (estafilococo) es la causa
más común. El estafilococo vive normalmente incluso en la piel sana.

La artritis séptica puede manifestarse cuando una infección, como una


infección en la piel o en las vías urinarias, se propaga a través del torrente
sanguíneo a una articulación. Con menor frecuencia, una herida punzante, una
inyección de medicamento o una cirugía en una articulación o cerca de esta
(incluso una cirugía de reemplazo de articulación) pueden dejar pasar
gérmenes al espacio de la articulación.

El revestimiento de las articulaciones tiene poca capacidad para protegerse de


las infecciones. La reacción del organismo a la infección, como una inflamación
que puede aumentar la presión y disminuir el flujo de sangre dentro de la
articulación, contribuye a causar daños.
 Factores de riesgo

Los factores de riesgo de la artritis séptica son:

 Problemas existentes en las articulaciones. Las enfermedades y


trastornos crónicos que afectan las articulaciones (tales como artrosis,
gota, artritis reumatoide o lupus) pueden aumentar el riesgo de artritis
séptica, como también puede causarlo una cirugía de articulación previa
y una lesión en la articulación.
 Una articulación artificial. Las bacterias pueden introducirse durante una
cirugía de reemplazo de una articulación, o bien, una articulación
artificial se puede infectar si los gérmenes llegan a la articulación desde
otra parte del cuerpo por el torrente sanguíneo.
 Medicamentos para la artritis reumatoide. Las personas con artritis
reumatoide tienen un mayor riesgo, ya que los medicamentos que toman
pueden suprimir el sistema inmunitario y así aumentar la probabilidad de
infecciones. Diagnosticar la artritis séptica en las personas con artritis
reumatoide es difícil, ya que muchos signos y síntomas son similares.
 Fragilidad de la piel. La piel que se quiebra con facilidad y cicatriza en
forma deficiente puede ser una vía de acceso al cuerpo para las
bacterias. Las enfermedades de la piel, tales como psoriasis y eccema,
aumentan el riesgo de artritis séptica, al igual que las infecciones en las
lesiones de la piel. Las personas que regularmente se inyectan drogas
también tienen un mayor riesgo de infección en el lugar de la inyección.
 Sistema inmunitario débil. Las personas con un sistema inmunitario débil
tienen un mayor riesgo de artritis séptica. Esto comprende a personas
con diabetes, problemas renales y hepáticos, y personas que toman
medicamentos para suprimir el sistema inmunitario.
 Traumatismo en las articulaciones. Las mordeduras de animales, las
heridas de punción o los cortes en las articulaciones pueden generar
riesgo de artritis séptica.

La combinación de factores de riesgo genera mayor riesgo que la existencia de


un solo factor de riesgo.

Complicaciones

Si el tratamiento se demora, la artritis séptica puede provocar la degeneración y


daño permanente de la articulación. Si la artritis séptica afecta una articulación
artificial, puede haber complicaciones como el aflojamiento o la dislocación de
la articulación.
Espondiloartritis

La espondilitis anquilosante es una enfermedad inflamatoria que, con el tiempo,


puede hacer que algunos de los pequeños huesos de la espina dorsal
(vértebras) se fusionen. Esta fusión hace que la espina dorsal sea menos
flexible y puede conducir a una postura encorvada hacia adelante. Si las
costillas están afectadas, podría ser difícil respirar profundamente.

La espondilitis anquilosante afecta más a menudo a los hombres que a las


mujeres. Los signos y síntomas típicamente comienzan en la edad adulta
temprana. La inflamación también puede ocurrir en otras partes del cuerpo,
más comúnmente en los ojos.

No existe cura para la espondilitis anquilosante, pero los tratamientos pueden


disminuir los síntomas y posiblemente retrasar la evolución de la enfermedad.

 Síntomas

Los primeros signos y síntomas de la espondilitis anquilosante pueden incluir


dolor y rigidez en la espalda lumbar y las caderas, en particular por la mañana
y después de períodos de inactividad. El dolor y la fatiga en el cuello también
son comunes. Con el tiempo, los síntomas pueden empeorar, mejorar o
detenerse a intervalos irregulares.

Las áreas más comúnmente afectadas son las siguientes:

 La articulación entre la base de la columna vertebral y la pelvis


 Las vértebras de la espalda lumbar
 Los lugares donde los tendones y ligamentos se unen a los huesos,
principalmente en la columna vertebral, pero a veces a lo largo de la
parte posterior del talón
 El cartílago entre el esternón y las costillas
 Las articulaciones de la cadera y los hombros

o Causas

La espondilitis anquilosante no tiene una causa específica conocida, aunque


los factores genéticos parecen estar implicados. En particular, las personas que
tienen un gen llamado HLA-B27 tienen un riesgo mucho mayor de sufrir
espondilitis anquilosante. Sin embargo, solo algunas personas con el gen
tienen la afección.

 Factores de riesgo

 El sexo. Los hombres tienen mayor probabilidad de desarrollar


espondilitis anquilosante que las mujeres.
 La edad. Su aparición por lo general se da al final de la adolescencia o
en la adultez temprana.
 La herencia. La mayoría de las personas que tienen espondilitis
anquilosante tiene el gen HLA-B27. Pero muchas personas que tienen
este gen nunca desarrollan espondilitis anquilosante.
 Complicaciones

Cuando hay espondiloartritis anquilosante, se forma hueso nuevo como parte


del intento del organismo por curarse. Este nuevo hueso va formando un
puente que cierra la brecha entre las vértebras y, eventualmente, fusiona
secciones de una y otra vértebra. Esas partes de la columna vertebral se
vuelven rígidas e inflexibles. La fusión también puede agarrotar tu caja torácica
y restringir tu capacidad y función pulmonares.

Entre otras complicaciones podríamos mencionar:

 Inflamación ocular (uveítis). La uveítis es una de las complicaciones más


frecuentes de la espondiloartritis anquilosante y puede causar la
aparición rápida de dolor en los ojos, sensibilidad a la luz y visión
borrosa. Si presentas estos síntomas, consulta con tu médico de
inmediato.
 Fracturas por compresión. Durante las primeras etapas de la
espondiloartritis anquilosante, en algunas personas, los huesos se
afinan. Las vértebras debilitadas pueden colapsar, lo que aumenta la
intensidad de tu postura encorvada. Las fracturas vertebrales pueden
ejercer presión y tal vez dañar la médula espinal y los nervios que pasan
por la columna vertebral.
 Problemas cardíacos. La espondiloartritis anquilosante puede provocar
problemas con la aorta, la arteria más grande del cuerpo. La aorta
inflamada puede aumentar su tamaño al punto de distorsionar la forma
de la válvula aórtica en el corazón, lo que deteriora su funcionamiento.

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