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Capítulo I

EL SABER DEL DOCENTE

Naturaleza de este saber

Ambos, el analista y el docente, tienen que habérselas con el saber*


y con su transmisión, ¿De qué saber se trata? ¿Qué modo de
transmisión utiliza cada uno? Veremos que los dos saberes son
exactamente antinómicos y que también su modo de transmisión es
muy diferente.
Comprenderemos mejor aún esta diferencia entre los saberes
cuando nos interroguemos sobre la naturaleza del saber que el niño
espera del analista y del enseñante.
El ¡;aber del enseñante corresponde a una suma de conocimientos •
adquiridos en sus años de estudios y transmitidos por maestros que
los habían recibido a su vez de sus propios maestros. No hay nada
que inventar, no hay nada que crear: el docente es un eslabón en la
cadena del saber que se transmite de una generación a otra. Lo único
que él inventa es la manera de "poner en escena" las ideas a
explicitar.
Por su formación, es y seguirá siendo un universitario; el docente
ana1iza, compara, comenta los textos o trabajos de sus maestros, y
da cuenta dé su labor en tesis que son en general monumentos de
erudición. En estos trabajos universitarios resulta muy difícil des-
entrañar el pensamiento del autor, quien no parece tomar posición
por cuanto todas las teorías son expuestas y analizadas con la Ínayor
imparcialidad. Salvo en los trabajos de investigación, parecen ser
todas equivalentes pues no se emite sobre ellas ningún juicio
propiamente crítico .
Una investigación lacaniana de los años 1970 sobre la noción d<' •

'7
discursoYfue para nosotros el punto de partida de una reflexión Discurso Universitario· discurso de la cicnciu
sobre los elementos de acercamiento y ruptura entre psicoanálisis y
pedagogía. No realizaremos aquí un examen exhaustivo de esos
enunciados lacanianos; el lector, si lo desea, podrá acudir al texto del "La ciencia, que se remite a una articulación tomada ャセク」オhカョキᆳ
seminario. Pero sí retendremos el concepto de discurso, al que nos te del orden significante, se construye a partir de algo de lo qul' antes
• referiremos en varias ocasiones . no había nada": así pues, La can se está refiriendo aquí a una ci('ncia
L \ \c,o El PetitRobert nos dice que el discurso. en términos lingüísticos, reducida al orden significante. Se trata de "un saber entcrnnH'llÜl
OJ-"Y es "el conjunto de los enunciados, de los mensajes; se opone a la autónomo del saber mítico ... esta forma de saber sirve incluso para
lengua en cuanto código". El discurso se refiere a un lenguaje común reprimir lo que habita en el saber mítico", dice Lacan en este
compartido por un grupo de individuos, y rige las formas del lazo seminario.
• social. Vemos aquí, en estos saberes disyuntos, la ciencia y el mito, In •
セ@ fL' • Lacan distingue cuatro _discursos:·del uョゥカ・イウエ。ッセ@ del Amo, de antinomia que Lacan destaca en "La ciencia y la verdad". 2
l。HャイBセ ャ。@ Histérica ldel Analista. El título de su seminario El revés del Muchos docentes denuncian el efecto deshumanizador del discur-
psicoanálisis (Libro XVII)* designa al discurso del Amo, marcando so de la ciencia. Bourdieu, en su gran investigación La misere du
de este modo la antinomia intrínseca entre el discurso del Amo y el monde, 3 describe algunos de sus rasgos. Una profesora de letras de
del Analista: "El revés del psicoanálisis es precisamente lo que un colegio expresa los sentimientos que comparte セッョ@ sus colegas,
propongo este año bajo el título de discurso del Amo", dice. En la "de habérselos exprimido como limones y no ser reconocidos".
• escritura de estos cuatro discursos encontramos los mismo_s_térmi- Recusa aquellas declaraciones de sus colegas en las que se afirma
nos en lugares diferentes:&$, el"<(, el 8 1 (significante amo), ・セ@ "que no estamos aquí para querer a los niños";.ella, en cambio, tiene
• (el saber). Lacan señalapara cada uno de ellos un "lugar dominan- necesidad de esa relación afectiva.
te", también llamaao lugar del agente: Qara el discurso del Amo es El temor a quedar encerrado en el discurso de una ciencia
el SJ; para el discurso del Universitario, el Sg asimilado a la ciencia; formalista, desubjetivante, utilitaria, tiene expresiones inespera-
para la Histérica, es el síntoma que da cuenta del sujeto dividido; das; pienso particularmente en lo que sucedió durante los últimos
para-el analista, el pequeño "a". El lugar dominante en el discurso años: el rechazo de las carreras científicas y la inscripción masiva de
del Amo será ・ャセ@ ese signifi'Cante que Lacan identifica, a lo largo los estudiantes en materias pertenecientes a las ciencias humanas,
de este seminano, con la ley, con el derecho, con el orden o con el sobre todo la psicología, cuando nadie ignora la escasez de salidas
mando. laborales para estos estudios.
• En un momento ulterior de esta enseñanza dirá que el lugar Una investidura excesivamente grande del saber puede enmas-
dominante en eldiscurso Universitario es el 8 2 , elsaber: al "Sl' lugar carar la neurosis del sujeto. "El saber sirve a la represión", dice
del orden y del mando", lugar sostenido en el discurso del Amo, le Lacan, oculta la verdad del inconsciente y robustece las defensas. El
sustituye, en el discurso Universitario, "un saber surgido del discur- saber matemático, prototipo del puro saber científico, es particular-
so de la ciencia". l;acan no se cansa de señalar la enojosa tend§lcia mente adecuado para cumplir este papel de camuflaje de los conflic-
de los discursos Universitario y Analítico a virar al discurso del Amo. tos inconscientes, puede ayudar al mantenimiento de la represión
セ@ El docente" más allá del nivel en que ッー・イLセ⦅ゥョウ」「@ en el durante mucho tiempo y prevenir así el desencadenamiento psicó-
"-=ctiscurso Universitario, y p_or lo tanto en el discurso de la óencia tico. La investidura matemática, llevada a su nivel más alto, puede
tener incluso una función de "suplencia" en la psicosis, impidiendo
*La traducción por "El revés del psicoanálisis" nos parece preferible a la de "El la más mínima aparición de síntomas y permitiendo al sujeto vivir
reverso del psicoanálisis". [N. de la T.]
l. J. Lacan,Le Séminaire, op. cit., Livre XVII ,L'Enuers de lapsychanalyse (1969- 2. "La science et la vérité", en Écri ts, pág. 855 y sig. [Hay versión castellana : "Ln
1970), 1975. [Hay versión castellana: El reverso del psicoanálisis, Buenos Aires, ciencia y la verdad",Escritos 2, Buenos Aires, Siglo XXJ, 1987 [1975], p:ig. 834 y Hig[
Pnidós, 1992.) 3. Bajo la dirección de Pierre Bourdieu, La Mise re du monde, Libre exam!'n, pョ セN@
Le Seuil , 1993, "Un boulot de merde", pág. 655.

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\
"normalmente". Se conocen ejemplos de matemáticos célebres cuya
locura matemática sustituyó a la locura ordinaria. La escritura
Ciertas teorías suministran a los doccn tcH con rt nd nH "(' i Pn ti fi caH"
que los fijan aún en mayor medida a sus ccrtt•wH. nu• n•l'11•ro i rh J
";eJ u

también puede cumplir este papel, y Joyce es un ejemplo de ello. especialmente a las teorías cognitivistas.
• セ eャ@ doceillg, por su parte, セ・ ⦅ ァオ・、。イウ@ demasiado tieJ!!PO en _ El cognitivismo es muy ponderado en la actualidnd puPH,., 'HJrorHit•
el aislamiento del investigador o del escritor; su m.e:ro saber no le a las preocupaciones profesionales de los docentes y acorupr11111 HU
permitirá protegerse de sus demonios ni ャGeュ。セオ@ vacío interior:- reticencia a reconocer el lugar que ocupa el inconsciente 1111 Hll
eorque este saber él debe transmitirlfy de esa forma ar;:o;;iar(i[ práctica.
,2tro. Interpelado, sacudido en su ser x:_ en ウオセls・イエコ。@ por las Este enfoque resulta intelectualmente seductor pues apeln n la
demandas apremianteSCie que es objeto, su saber teórico será razón, a la reflexión y a la voluntad. Habría un error en la aprecia-
insuficiente para proteger su Gイ・エゥッセ@ - ción de la realidad y este error, del que derivan trastornos psicoló-
gicos (depresión, fobia, etcétera), podría corregirse a través de un
aprendizaje adecuado. El sistema (consciente) de creencias erró-
neas se vería así revisado y reelaborado en una suerte de "gestión de
La transmisión del saber en el docente sí mismo". Esta concepción del psiquismo que apela al razonamiento •
y al control mezclados con una confianza sin fisuras en el prescriptor
(cuando se trata de psicoterapia), es indudablemente más atractiva
)'3'.u formación pedagógica hace creer al docente en la posibilidad de_ que la concepción analítica de un sujeto sometido a la castración.
;/controlar totalmente los procesos de aprendizaje. Cree posible una Con el tema de la transmisión de este saber alcanzamos el punto
transmisión neutral, sin imphcación subjetiva, sin estados aními- central de la escritura de este libro: ¿qué sucede con el "sujeto" en el
cos. Impregnado por el discurso Universitario y por la creencia en la ejercicio de sus funciones?
supremacía de la ciencia, apegado a la lógica y al razonamiento, el El término "vocación" (del latín vacare: llamar), utilizado por el •
enseñante deberá cambiar de rumbo ya desde las primeras clases. docente, セウ。@ claramente la implicación afectiva del Rujeto ・ョAセ@
Pasará, en efecto, de las ciencias exactas y su saber totalizador a la erección de esa profesión. Sin embargo, hay muchos casos en los que
práctica de las ciencias humanas y la enorme indeterminación que tal elección no responde a razones ideológicas sino que puede ser
encierran. ¿De dónde le vienen esta certeza sobre el valor absoluto consecuencia de un fracaso en otros terrenos: el desempleo de ciertas
de las virtudes pedagógicas y esta confianza en su poder? - categorías de trabajadores los lleva a reconvertirse en la enseñanza;
., Pienso que le vienen de su propia experiencia como alumno y aqúí los salarios no serán prodigiosos, pero, dados los tiempos que
estudiante; es raro que él mismo haya tenido dificultades para corren, la estabilidad laboral y las vacaciones prolongadas son cosas
aprender. En la mayoría de los casos fue un niño y luego un apreciables. Para las mujeres significa llevar el mismo ritmo de
adolescente "inclinado al estudio", feliz de a prender, orgulloso de sus trabajo que los hijos, y por lo tanto estar más disponibles para
notas y del puesto alcanzado. Esta investidura le permitió muchas criarlos. Estas elecciones razonadas no son las menos válidas pues
veces salvarse de las manifestaciones neuróticas o, si las tuvo, jamás muestran cierta puesta a distancia y suelen ser preferibles a moti-
tocaron la esfera intelectual. Las anoréxicas, por ejemplo, son casi vaciones de índole más pasional.
siempre alumnas sumamente brillantes. Es asombroso ver a estas Cuando tratemos del deseo del analista4 y del deseo del enseñan-
jovencitas en el límite de la caquexia, con sus 36 a 38 kilos, te, 5 veremos qué elecciones pasionales o éticas están en el origen del
mantenerse a la cabeza de su división. La sobreinvestidura de los deseo de enseñar, qué motivaciones más o menos conscientes inci-
estudios o la desinvestidura tienen a menudo por origen un mismo dieron en tales opciones. Tuvimos varias expresiones de esto en el
• malestar del sujeto. Los "cracks" y los "retrasados" expresan el grupo: satisfacer a un.padre, por ejemplo, ocupar un lugar de jefe de
mismo desasosiego en el plano del ser. Podríamos comparar estos
comportamientos extremos con la bulimia o la anorexia, que son las 4. Cf. "El deseo del analista", en quinta parte, "Enseñar-educar-psicoanaliznr·".
dos caras de un trastorno de la oralidad. 5. Cf. "El deseo del enseñante", en quinta parte, "Enseñar-educar-psicoanolizur'',

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familia, identificarse con un rasgo paterno, o satisfacer a la madre. Capítulo 11
Las entrevistas con docentes en La misere du monde revelan las EL SABER DEL ANALISTA
múltiples facetas de estos compromisos con la función de enseñar.

Un saber "insabido"

El saber del analista difiere por completo, en su naturaleza, del


saber del cnseüante: Lacan lo diferencia tanto que llega al punto de
llamarlo "verdad" del sujeto. Uno es un saber lógico que reduce el
enunciado a una significación precisa y fijada; el otro es un "saber
que no se sabe, un saber que no supone el menor conocimiento"
(La can): es el saber del enigma, enigma de un sujeto dividido por el
significante y por el goce. Este saber que se sustrae incesantemente
' se deja adivinar empero en las grietas del discurso, en los tropiezos
de la enunciación, en los malogros de la conducta: lapsus, olvidos,
pasajes al acto, pero también sueños o ensoñaciones. El sujeto se ve
impulsado a manifestar este saber inconsciente, a vivirlo. Lo hace a
través de su decir ("la verdad está en el medio-decir", dice Lacan) y
a través de su hacer. Este "decir" y este "hacer" son tributarios del
automatismo de repetición.
"Lo que necesita de la repetición es el goce", dice Lacan, ese "más
allá del principio de placer" que impulsa al sujeto a repetir durante
toda su vida los mismos libretos bajo máscaras engañosas. Es la
mujer que "da" siempre con compañeros que la violentan, siendo que
ella aspira a encontrar un hombre bueno y cariñoso capaz de hacerla
セ ᄋ@
feliz . Es esa muchacha a la que vi en un programa que trataba sobre
las cárceles: mostraba a su bebé nacido en cautiverio y, con sonrisa
enigmática, contaba que ella misma había nacido en prisión. Su
historia se reunía con la de sus padres y abuelos, quienes en algún
momento de sus vidas también habían estado presos. Su destino
parecía sellado, la cárcel era su morada, su lugar de origen . Yo

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pensaba en el futuro de su hijo: ¿podría romper él el ciclo de la y maltratado por ocupar en la transfercnCIIIIl LIII!;U!' ilLtl •JIÚPI ¡;"
repetición instaurado en esta familia? en este caso el objeto oral devorado y deshonntdu, Ílldi li¡lilll lllild• l.l'lt
El automatismo de repetición es más manifiesto todavía cuando destruir. Estas curas se parecen a las de los drogadict.utl•ll¡•llf ¡,,,-¡1,
el objeto causa de la división del sujeto es puro objeto pulsional, Es difícilmente puede renunciar a un goce procurado po•' "-" ,.¡J¡,,,,',
el caso de los paidófilos arrepentidos que, pese a sus promesas, no exterior a él, no ligado a la persona del otr,P: la botella, l1 1 el ro¡:lt , l'llí
abandonan jamás sus prácticas, Es el caso de esos paidófilos asesi- ejemplo. Exige que el analista reemplace a este objeto, y lii lr11 i11l il.1
nos y psicoterapeutizados, readaptados, que, en cuanto salen de la rencia adopta entonces una connotación sumamente agrcHivu /4,
cárcel o a raíz de alguna situación de abandono o de soledad, necesitan tiempo y circunstancias externas favorables, sobre lodo l' 1
reinciden indefectiblemente. Algunos de ellos, horrorizados final- sostén de la familia, para que pueda realizarse un verdadero Lrab!IJII
mente por sus acciones, reclaman una castración hormonal. No de análisis.
dicen otra cosa que el neurótico corriente: "Es más fuerte que yo, no El deseo del analizan te es transformar este saber enigmático que
puedo evitarlo, ¿por qué, por qué soy así?" lo habita en saber teórico. Quiere comprender el porqué y el cómo de
La cura analítica se inicia con la llamada a un Otro que supues- su conducta y de sus pensamientos. Quiere encontrar el sentido de
tamente conoce los resortes del alma humana. El sujeto viene a lo que se le escapa, de lo que percibe que es él mismo sin ser él mismo,
demandar que se le explique, quiere comprender el porqué de su ex-timidad, dice Lacan. Piensa entonces que puede hacerse
algunos de sus pensamientos o de ciertos actos que él rechaza. ¿Por dueño de sus actos, de sus pensamientos, de sus conductas sintomá-
qué, dice, me veo llevado a repetir siempre los mismos errores, los ticas. Cree en un Otro que sabe y que, porque sabe, va a revelarle este
mismos actos que repruebo, a meterme siempre en las mismas saber insabido.
situaciones?¿ Qué cosa en mi interior me impulsa a arrojarme sobre Esta creencia es doblemente engañosa y sin embargo es la palan-
la comida hasta reventar o a rechazarla hasta morir de caquexia? ca de la cura analítica: el analista no sabe y cierto saber revelado no
Cuánto quisiera sernormalyfeliz; usted que sabe, dígame, ayúdeme cura,
a librarme de estos síntomas en los que no me reconozco. Sólo paulatinamente, a través del trabajo de la cura, descubrirá
El acudir al analista o a un psicoterapeuta implica que el síntoma el analizante que el analista no sabe, que el saber del inconsciente
ha sido reconocido ya como propio. Mucho más cómodo es atribuir el está de su ャ。、ッセ@ es él mismo quien lo posee. Porque en un primer
sufrimiento a un factor externo: pueden ser el diablo, la maldición momento atribuyó al Otro este saber podrá, en un tiempo segundo,
de un vecino o, sencillamente, el mundo circundante, las circunstan- apropiárselo.
cias de la vida, la maldad de los otros, el estrés. La segunda ilusión es pensar que una revelación sobre la signifi-
Tuve en análisis a una paciente de 35 años que sufría crisis de cación de los síntomas los haría desaparP.cer. En este error cayó
anorexia-bulimia desde su niñez. Su peso oscilaba entre los 35 y los Freud al principio de su descubrimiento. SE espíritu científico lo
95 kilos en el espacio de unos pocos meses. Tranquila y serena en la movía a creer en la primada de la razón sobre el imperio de las
fase anoréxica, los períodos de bulimia resultaban un infierno. pasiones ... y de las pulsiones. Revelar a sus pacientes histéricas ra
Además pensaba que el diablo algo tenía que ver en todo esto, tan significacimn:itr""sus-trastornes neuróticos traía tan sólo una cura-
ajena e impotente se sentía ante las compulsiones que la arrojaban ción pasajera. El entusiasmo de los primeros descubrimientos y de
al interior de los supermercados o panaderías para llenar bolsas de los primeros resultados dio paso a una reflexión más proíuñaaque
comida con las que se atiborraba después hasta el ahogo. Lo había condü}O a F'reud a elaborar otras hipótesis, hipótesis que tomarían
intentado todo: sesiones de exorcismo practicadas por sacerdotes en cuentahrs"reaccloñes terapéuticas negativas", es decir:Tañega..'
habilitados, desembrujamientos, peregrinaciones, varias terapias tiva a curarse y con ello lo que había "más allá del principio de
de grupo con invigoración lindante con el sadismo. Tuvieron que prácer". El sujcl.Q busca y repite un sufrimiento del que dice querer-
pasar años de estas prácticas antes de que pudiera empezar una llBrarse, pero que élseem pena en conservar porgue es el fundamen-
cura analítica. to de su ser.
En este tipo de patologías el trabajo del analista es difícil: atacado

H-1 85
La transmisión del saber analítico
Capítulo III
EL SABER EN EL ALUMNO
Ya nos hemos referido al problema del saber en la cura analítica. El
analista no transmite un saber, deja que la verdad se abra paso por
entre las mallas del discurso del analizante. En lo que concierne al
contenido de este discurso, Lacan dice lo siguiente: "Para el anali-
zante que está ahí, en el$, el contenido es su saber. N os otros estamos
para que finalmente él sepa todo lo que no sabe, pero sabiéndolo, y
eso es el inconsciente."
Existe otra transmisión del saber analítico: la del corpus teórico.
Se plantea así una delicada cuestión cuando conocemos el antago-
nismo que separa el saber universitario del saber inconsciente. Sin
embargo, la enseñanza del psicoanálisis existe y se realiza en la
universidad. A. LA NEGATIVA A SABER Y SUS CAUSAS COYUNTURALES
Esta enseñanza del análisis practicada fuera del diván, encua-
drada en el discurso Universitario, suscita necesariamente múlti-
ples interrogantes. Si el profesor de matemática o física puede
contenerse en cierta neutralidad frente a sus alumnos o estudiantes, Hemos procurado definir la naturaleza de los saberes y sus modos
dada la naturaleza desubjetivada de este tipo de saber científico, con de transmisión, fundamentalmente en el analista y en el docente.
la enseñanza del psicoanálisis no sucede lo mismo. Entramos en otro ¿Qué ocurre con el destinatariq? ¿Desea éste apropiarse de esto¡¡
registro de comunicación enseñante-enseñado. La neutralidad del saberes? ¿Los va a reclamar, los va a recibir con entusiasmo o bien
enseñante se ve en apuros cuando éste debe transmitir un saber los rechazará? ¿Qué vínculos van a instaurarse entre emisores y
acerca de los resortes más íntimos de la vida psíquica, de la receptores de estos saberes, vínculos adecuados para incidir en su
naturaleza de las pulsiones, del deseo, de la sexualidad, de los transmisión y modificar la disposicióP de los interesados?¿ Cómo se
conflictos neuróticos . La subjetividad del uno hace resonar la subje- efectuará el encuentro entre dos expectativas, la del dispensador de
tividad del otro en medio de una andadura que frecuentemente saber y la del receptor, en particular el alumno?
ambas partes ignoran. El enseñado puede quedar subyugado por la En la situación analítica, la negativa a saber procede de una
persona del enseñante, a quien atribuye un saber de todo, y el resistencia al trabajo analítico: se trata del "no quiero saber nada"
enseñante puede reaccionar ante los afectos suscitados por sus de la represión. Este rechazo es debido a la propia índole del síntoma
intervenciones. Con ello quedarán reunidos todos los ingredientes y a lo dificil que le resulta al sujeto renunciar a él. En la tercera parte 1
capaces de provocar efectos de transferencia masiva (volveremos a de este capítulo nos extenderemos ampliamente sobre la naturaleza
tocar el tema en el capítulo sobre la transferencia). 1 sintomática del fracaso escolar, motivándose en este caso la negati-
va a aprender en un conflicto psíquico inconsciente.
Si muchísimos niños con dificultades escolares sufren de esta
inhibición sintomática en gran medida inconsciente, queda la ristra
de los que no se vieron favorecidos por la vida y para quienes el éxito
escolar resultará inaccesible a causa de graves carencias del medio.

l. Cf. tercera parte, "La transferencia". l. Cf. más abajo, cap. III, "El deseo de saber y su impedimento: el fracaso -
síntoma".

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superyó: por ejemplo, el yo ideal o el ideal del yo. En esta empresa La transferencia
de demolición y de reconstrucción que el sujeto ha encarado conser-
vará ciertos materiales y rechazará otros. Renegará así de valores La transferencia, tal como habló de ella Freud, podría definirse como
familiares a los que hasta entonces adhería y adoptará otros, la reactualización de un vínculo inscripto en lo inconsciente, y se
extraños al medio. Después de Mayo del 68, vástagos de buenas produce una vez reunidas ciertas condiciones. La relación analítica
familias dejaron sus estudios y partieron a criar cabras al Mediodía. permite observarla en su expresión más pura; sin embargo, los
Puede tratarse del rechazo de las creencias religiosas o de cualquier fenómenos de transferencia existen en otras situaciones donde no
otra convicción ética. La liberación sexual de los adolescentes siempre se los reconoce ni, menos aún, se los toma en cuenta: así
concretada por sus hijos perturbó en su momento a muchas familias. sucede en la relación enseñante-enseñado.
En la etimología de la palabra "transferencia'' está la idea de
transportar, de desplazar ; la misma raíz aparece en la palabra
El desafío "transporte" que designa, en sentido figurado, una emoción, un
sentimiento apasionado: se habla, por ejemplo, del "transporte
Hay casos en los que el desafío puede parecerse a un pasaje al acto. amoroso". La transferencia en análisis participa de estas dos acep-
En términos analíticos, podríamos hablar deactíng out. El joven es ciones, desplazamiento de un lazo afectivo y sustitución de una
portador de un desafío que tal vez le permita medir sus propios persona por otra. Algo de la relación padre-hijo va a repetirse a lo
límites y poner a prueba Jos límites de los demás. Los padres y los largo de la vida en ciertas circunstancias precisas. En análisis, la
docentes conocen bien estas actitudes: se sienten entrampados y no demanda de ayuda se hace a un Sujeto supuesto saber, que se cree
saben si deben ignorarlas, tolerarlas o sancíonarlas. Pensamos en liberará al sujeto de su malestar: el analizan te le supone al analista
esas interminables discusiones con los padres sobre temas litigiosos: el mismo poder que atribuía a unos padres todopoderosos. ¿Por qué
regresos tardíos, salidas nocturnas, regímenes draconianos, ausen- hablar de transferencia cuando se trata del alumno y del docente?
tismo escolar, o amenazas más graves acompañadas por el "yo no Encontramos en esta relación elementos necesarios para la ins-
pedí nacer". talación de la transferencia y sobre los que nos extenderemos más
Estas maniobras provocativas son sumamente dificultosas para adelante, en particular la asimetrla de la relación. Hay sin duda
los docentes por cuanto repercuten en el grupo de alumnos. Se trata inadecuación, disparidad entre los dos protagonistas, uno de los
en general de agresiones físicas o verbales: reyertas, falta de respe- cuales ocupa la función de maestro mientras que el otro queda como
to, groserías, etcétera. Constituyen la mayoría de sus quejas y de sus alumno. El sujeto va a revivir en esta relación afectos vinculados con
reivindicaciones. Rara vez encuentran los docentes el modo de su propia historia; el adolescente, en particular, desplazará sobre la
ponerles coto, y quedan sumamente afectados por este tipo de figura del docente algo de su problemática edípica. Su ambivalencia
comportamiento que sienten como ataques directos a su persona. respecto de las imagos parentales se trasladará a los profesores; ¿no
Hay aquí muchos malosentendidos. En ciertos ámbitos, los adoles- representan éstos, al mismo título que los padres, instancias educa-
centes no conocen las reglas elementales del saber-vivir, a menudo tivas y una autoridad a la cual el joven debe someterse .. . y que él
la familia no les ha dado ninguna educación, la Ley no fue interio- impugna? (También se da el caso de que la contestación sólo se
rizada y las reglas de la vida en sociedad les son extrañas. Entonces manifieste en el marco escolar, mientras que en casa reina la
la represión les parece injusta (palabra frecuentemente pronuncía- calma ... ) Los docentes saben muy bien que pagan los costos de un
da) y responden a ella aumentando su agresividad. He abordado conflicto jugado en otra parte, en realidad lo saben sin saberlo,
estos problemas en otros textos, por lo que aquí mencionaré sola- conocen el fenómeno, pero sin identificarlo con claridad. Es verdad
mente el papel de la transferencia en la relación alumno-profesor. que las nociones de desplazamiento y sustitución enmarcan la idea
Consideraremos después la manera en que los padres, pero también de equivocación, difícil de aprehender por cuanto el docente juega
los educadores, médicos, docentes pueden intervenir durante la limpio y se compromete en su función a cara descubierta. En estas
crisis de adolescencia. condiciones le es difícil concebir que los movimientos de amor u odio

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Platón - El Banquete
del sujeto, del sujeto que habla y del que oye; emisor y receptor cst:tn
implicados en los fenómenos de transferencia.
Para abrir la cuestión de la transferencia en este año lectivo 1960- Alcibíades nos habla con emoción de la palabra de Sócrates,
1961, Lacan no partirá de las concepciones freudianas sino que palabra mágica que encanta y subyuga a quienes la escuchan. La
tomará, rigurosamente palabra por palabra, el texto de El Banque- compara con el canto de la flauta de Marsias, el sileno de Frigia que
te.5 No nos detendremos sobre los primeros intercambios, realmente tocaba para los Dioses: "Las melodías de éste, bien las interprete un
serios, entre los comensales de este banquete: se debate allí sobre las buen flautista o una mediocre tocadora de flauta, son las únicas que
virtudes del bello Amor, del Bien, de lo Bello, de lo Verdadero. Y he lo hacen a uno quedar arrebatado y que ponen de manifiesto a los
aquí que, en medio de estos discursos convencionales, la llegada de hombres que sienten necesidad de los dioses y de iniciaciones."8 Se
Alcibíades hace el efecto de una bomba. Con él entramos en lo significa aquí lo que puede tener de conmocionan te el sonido de la
candente del tema, el sexo, las pulsiones, el deseo. Alcibíades voz, a la que se compara con el de la flauta divina. ¿Es suficiente para
interpela a Sócrates de entrada como podría hacerlo un analizan te producir el encantamiento?
de nuestro tiempo. Quiere ser amado por aquel a quien admira y al Alcibíades prosigue: "Nosotros, cuando escuchamos a otro, por
que supone poseer un saber sobre las cosas del amor. En el discurso muy buen orador que sea, pronunciar otros discursos, ninguno
que despliega iremos localizando todos los componentes de la trans- sentimos, por decirlo así, preocupación alguna. En cambio, cuando
ferencia y veremos luego de qué modo Sócrates, sin responder a la se te escucha a ti o a otros contar tus palabras, por muy mediocre que
demanda, se sitúa en posición de analista y reenvía a Alcibíades a la sea el que las relate, tanto si es mujer como varón o muchacho quien
verdad de su deseo, verdad que, en este caso, se llamaAgatón. La can las escuche, quedamos transportados de estupor: estamos poseídos."
recogerá los elementos de este cruce entre Sócrates y Alcibíades y ¿No estamos de nuevo ante lo que aducíamos a propósito del saber
desarrollará una conceptualización siempre actual de la transferen- y de su transmisión en el docente? Alcibíades hace referencia al
cia, tan actual como ese asombroso diálogo de 2500 años de edad. encanto que emana de la persona de Sócrates, particularmente de su
voz. Pero aclara de inmediato que el contenido del saber que
dispensa es lo que hace impresión sobre el oyente, y el mismo
El poder de la palabra discurso repetido por otros tendría el mismo impacto, el mismo
poder de fascinación casi hipnótica: "estamos poseídos", dice. Se
Lacan, ya en el Libro I (1953-1954) del Seminario, 6 sostenía que "la trataba de una transmisión oral, puesto que Sócrates no escribió
transferencia eficaz ... es, simplemente, en su esencia, el .acto de la nunca y Platón fue su transcriptor.
palabra. Cada vez que un hombre habla a otro de modo auténtico y También un escrito puede tener por sí solo un efecto revelador
pleno hay, en el sentido propio del término, transferencia, transfe- para el lector, despertando en él un saber inconsciente sin que sea
rencia simbólica: algo sucede que cambia la naturaleza de los dos necesario añadirle la seducción del autor en persona. Una lectura
seres que están presentes". En 1960-1961, 7 dirá que "el fenómeno de puede influir en el destino de un sujeto, abrirle un camino iniciático:
transferencia está situado como fenómeno de sostén de la acción de ¡cuántas conversiones tuvieron lugar a raíz de la lectura de textos
la palabra". Lo cual significa que la palabra, es decir el discurso religiosos! El sujeto es entonces arrebatado, captado por un saber
dirigido a otro, no puede ser separada de la problemática singular que lo devuelve a sí mismo.
Alcibíades nos revela algunos de los efectos producidos por este
5. Platón, <Euvres completes, Le Banquet, París, Gallirnard, col. "La Pléiade", discurso: "Cuando lo escucho, mi corazón da muchos más brincos que
torno 1, 1950.
6. J. Lacan, Le Séminaire, op. cit., Livre I, Les Écrits techniques de Freud (1953-
1954), 1975, pág. 127. [Hay versión castellana: Los escritos técnicos de Freud, 8. Platón, <Euvres completes, Le Banquet, op. cit., pág. 753. [Para la traducción
Barcelona, Paidós, 1981, pág. 170.] castellana de esta obra de Platón hemos tomado como base la versión de editorial
7. J. Lacan, Le Séminaire, op. cit., Livre VIII, Le Transfert (1960-1961), pág. 206. AguiJar (Buenos Aires, 1980, aquí pág. 113), en traducción del griego por Luis Gil,
introduciendo alguna que otra modificación ー。イセ@ adecuarla a la versión ヲイ。ョ」p セゥ ャ@
comentada por la autora. N. de la T.]
258
"lí!l
el de los Coribantes en su danza frenética, 9 y se derraman mis
lágrimas por efecto de sus palabras y veo que a muchísimos otros les rales ... "10 Alcibíades nos expresa aquí la fascinación que pu<•dl'
sucede lo mismo ... sé en mi fuero interno que, si quisiera prestarle ejercer el saber, en este caso el saber filosófico, un saber que hace•
oído, no podría contenerme ... "; y dirá, algo más adelante: "... estoy cuerpo con el que lo dispensa.
consciente de que no puedo negarle que no es forzoso hacer lo que él En el propio comienzo de su seminario Lacan subraya la
asimetría de los partenaires y su disparidad en la relación
ordena." N o dudamos de que Alcibíades, como buen histérico que es,
no teme engrosar el trazo. Sin embargo, al lado de manifestaciones transferencial. En el texto de El Banquete, dos elementos mar-
transferenciales un tanto teatralizadas, hay que estar atentos a su can esta disemejanza. Primero, el que acabamos de mencionar:
observación sobre los felices cambios que este discurso opera en él, Sócrates aparece no solamente como un maestro en el arte del
aunque no se sienta obligado a suscribirlo a ciegas. discurso, sino también como un sabio, como el poseedor de un
Como todo analizante capturado en la ambivalencia transferen- saber misterioso sobre el alma humana, como un personaje fuera
cia!, no vacila en expresar su vergüenza por los anhelos de muerte de serie cuya palabra sabe despertar en su interlocutor una
hacia Sócrates: "Muchas veces me gustaría no verlo entre los verdad oculta. Es representante a la vez de un ideal del yo (el
hombres, pero si esto ocurriera, bien sé que mi pesar sería mucho conocimiento) y de un yo ideal por las cualidades de su persona.
mayor, de suerte que no sé qué hacer con este hombre." Se menciona de entrada otra asimetrfa más, y está en la dispa-
N a die ignora quién era ese hombre endemoniado. ridad de las posiciones amorosas de lospartenaires. Hoy en día no
Sócrates vivió en Atenas en el siglo V antes de nuestra era. se expresaría de la misma manera; ello no obsta a que este enfoque
Paseaba por las calles y los mercados, participaba en los banquetes de las relaciones amorosas nos remita a los orígenes del deseo, del
y conversaba con la gente. Fue un maestro del pensamiento para amor y de la transferencia. Todo el texto hace referencia a la
toda una juventud, aunque no profesara ninguna doctrina ni impu- situación del amante (érastés, en neutro: éron) y a la del amado
siera ningún saber; él escuchaba, preguntaba, impulsaba el diálogo. (éroménos, en neutro:éroménon). Elérastés, el amante, es aquel que
Remedando al ignorante, manteniéndose en el lugar del que no sabe, desea, es el sujeto de la falta; el éroménos, el amado, es el objeto
formulaba preguntas subversivas y descubría la verdad en el inter- amado, aquel quetiene algo. ¿Cómo se reparten los lugares del sujeto
locutor, hacía nacer las mentes (mayéutica), despertaba a las perso- deseante y del sujeto deseado en este asunto? Veremos que estos
nas suscitando su reflexión y su juicio: "Atenas es como un caballo lugares determinan los fenómenos transferenciales y que su susti- ·
perezoso y yo soy un tábano que trata de despertarlo y de mantenerlo tución nos esclarece sobre la significación del amor.
con vida", decía (esta actitud subversiva apresuró su condena y su En la primera parte de El Banquete, Sócrates se halla en la
muerte). posición del que tiene algo: él detenta ese objeto misterioso que
Alcibíades fue "mordido" al escuchar a Sócrates: "También me genera fascinación y envidia. Alcibíades compara a Sócrates con un
domina a mí eso que ocurre al que ha sido picado por una víbora. sileno, personaje cercano a Dionisio y de apariencia poco seductora.
Dicen, en efecto, que el que ha pasado por esto alguna vez no Sabemos que Sócrates era feo, de cabeza muy grande, cráneo
quiere contar cómo fue su sufrimiento a nadie, salvo a los que han despoblado y nariz respingona. Pero, dice Alcibíades refiriéndose a
sido picados también, en la idea de que son los únicos que lo van las estatuillas que representan a Sil en o, "al abrir [los silenos) en dos
a comprender ... Pues bien, yo he sido picado por algo que causa se ve que tienen en su interior estatuillas de dioses", todas de oro,
todavía más dolor, y ello en la parte más sensible al dolor de soberbias y maravillosas .11 Por lo tanto, Sócrates posee en su interior
aquellas en las que uno puede ser picado: el corazón o el alma, o un objeto precioso, "cercano a la función fetiche del objeto", dice
como se deba llamar eso. Ahí he recibido la herida y el mordisco Lacan.
de los discursos filosóficos, que son más crueles que una víbora, A propósito de los textos griegos, Lacan nos describe todos los
cuando se apoderan de un alma joven no exenta de dotes na tu-
10. Platón, CEuvres completes, Le Banquet, op. cit., pág. 761. Versión 」。セエイャQ@
9. Danzas que generan éxtasis. op. cit., págs. 117-118.
11. !bid., pág. 755. Versión castellana: op. cit., pág. 113.
260
"1:1
de trueque: mi belleza por ese objeto. Pero ambas cosas no son d!'
matices significantes de los "agalmata" y retendrá sobre todo la idea igual naturaleza, y Lacan lo subraya comentando el punto de cst ,.
de "brillo" y de "valor mágico" de ese objeto, características que modo: "Tú quieres cambiar la engañifa de la belleza por la verdad.
integrará ulteriormente en su concepción del objeto "a". Alcibíades Y, de hecho, esto no significa otra cosa que trocar cobre por oro." 12 Si
quisiera apropiarse de ese objeto que aparece vinculado al saber: Sócrates hubiera cedido a los avances de Alcibíades, habríamos
"aprender, dice, de él absolutamente todo lo que sabía". Para tenido, quizá, las primicias de una historia de amor común y
sondear a Sócrates y apropiarse de ese objeto, debe hacerse amar por corriente.
él. Situado hasta ese momento en el lugar del éroménos (poseedor El amor nace del cambio de posiciones del érastés y del éroménos.
del objeto codiciado), Sócrates debería volverse deseante (érastés) . Lacan lo dice en estos términos:w "La significación del amor se
Alcibíades elabora toda una estrategia para lograr sus fines, se produce por el hecho de que la función del érastés, del amante, que
propone a él como objeto sexual, como éroménos. En este punto se es el sujeto de la falta, ocupa el lugar, se sustituye a la función del
hace necesario ubicarse en el contexto de la época. Alcibíades sabe éroménos, el objeto amado." La metáfora del amor puede operar
que Sócrates no es indiferente a la belleza de los jóvenes e intenta cuando cada uno se vuelve a la vez érastés y éroménos, cuando cada
entonces seducirlo; hacerse su amante significaría realizar la metá- uno es a un tiempo sujeto de la falta y detenta el objeto causa del
fora del amor, es decir, ese vuelco, esa inversión donde se pasa del deseo del Otro. En las tragedias de Racine los héroes dejan escapar
lugar de amado a la condición de amante. siempre este encuentro, A ama a B que ama a C ... ¡El gran malen-
No nos extenderemos sobre la ambigüedad del amor homosexual tendido del amor es que cada uno ignora la naturaleza de su falta e
en Grecia, donde la dimensión ética, pedagógica y educativa disimu- ignora qué objeto detenta él y que atiza el deseo del otro! La
la el aspecto puramente sexual. A Alcibíades no le interesa mante- problemática fálica está destinada a indicar ャッセ。@ puntos de referencia
ner con Sócrates una relación "platónica", quiere llevárselo a la cama en cuanto al deseo, pero de esto no deriva ninguna certidumbre.
y lo consigue: "Una vez que se hubo apagado la lámpara ... le dije: A propósito de El Banquete, Lacan describe en estos términos el
-Sócrates, ¿duermes? -N o, por cierto, me contestó"; y entonces inicia desconocimiento intrínseco del sujeto:" ... el érastés ... no sabe lo que
maniobras de acercamiento: "Tú ... eres el único digno de convertirse le falta, con ese acento particular de insciencia propio del inconscien-
en mi amante y veo que no te atreves a declararte a mí." Alcibíades te. Por otra parte, el éroménos, el objeto amado, ¿no se situó siempre
prosigue su tentativa de seducción y le propone: " ... complacerte a ti como aquel que no sabe lo que tiene, lo que tiene de oculto y que
en esto y en cualquier cosa que necesitaras de mi hacienda o de mis constituye su atractivo?" 14 En su seminario Encare (Libro XX)
amigos, pues para mí no hay nada más importante que el hacerme agrega esto: "Todo amor se sostiene en una cierta relación con dos
lo mejor posible... ninguno me puede ayudar en esto con más saberes inconscientes." La lectura de El Banquete le inspirará esta
autoridad que tú", etcétera. Sócrates pone entonces las cosas en su imagen poética acerca del surgimiento del amor:
lugar: "Verías en mí una belleza indescriptible y muy superior a tu
bella figura. Por consiguiente, si la ves en mí y pretendes participar- Esa mano que se tiende hacia el fruto, hacia la rosa, hacia la antorcha
la conmigo y cambiar belleza por belleza, no es poca la ganancia que que súbitamente soflama, su gesto de alcanzar, de atraer, de atizar
piensas sacar de mí. .. lo que pretendes es en realidad cambiar oro por es estrechamente solidario de la maduración del fruto, de la belleza
de la flor, del resplandor del leño. Pero cuando, en ese movimiento de
bronce. Sin embargo, ¡oh bienaventurado!, mira mejor, no se te vaya alcanzar, de atraer, de atizar, la mano fue lo suficientemente lejos
a escapar que yo no sé nada." Alcibíades relata a los participantes del hacia el objeto, si del fruto, de la flor, del leño, sale una mano que se
banquete la noche que pasó echado junto a Sócrates bajo el manto sin tiende al encuentro de la vuestra, y en ese momento es vuestra mano
que pasara nada: "Me menospreció, se burló de mi belleza", dice; y la que se coagula en la plenitud cerrada del fruto, abierta de la flor,
concluye: "En lo único que yo creía que se dejaría apresar, se me
había escapado." Esta aventura lo deja contrariado, pero refuerza su 12. Le Séminaire, op. cit., Livre VIII, Le Transfert (1960·1961), pág. 184.
admiración por el "carácter" de Sócrates y por su "sabiduría". 13. !bid.' pág. 53.
Alcibíades se propone, pues, como objeto sexual para acercar a sí 14. /bid., pág. 753.
ese bien que está en Sócrates y que él ansía. Le propone una especie
"Ci:l
262
en la explosión de una mano que soflama, entonces, lo que se produce
es el amor. 15 respóndame, ¿le interesa lo que le digo?" El analizante dc!lpllt•¡:¡t
toda una estrategia para agradar porque quiere también hact•rHo
Las cosas no se dan así entre Sócrates y Alcibíades, el encuentro amar, su demanda pasa a ser una demanda de amor. Se introduci m,
amoroso no se produce. Sócrates sabe que Alcibíades busca en él lo para seducir, en identificaciones basadas en rasgos o en ideales que
que no existe. El no posee ese Conocimiento y esa Sabiduría que se cree percibir en su analista: imitará su lenguaje, parodiará su saber,
le atribuye, él no detenta ese objeto mágico que iguala el hombre a intentará confirmarle sus hipótesis teóricas; en una palabra, se
los dioses. Al magnificar su persona y su saber, sabe que el otro se mostrará amable. De la misma manera Alcibíades reivindicaba el
engaña. Sócrates es un buen conocedor del alma humana, sabe deseo de ser mejor, demandando a Sócrates que lo ayudara a
escuchar, oír, y con sus comentarios "hacer nacer las mentes". Ha adquirir esa sabiduría que entreveía en él. Este modo de identifica-
podido apreciar la castración, diríamos nosotros. Justamente por- ción es una resistencia al análisis; Lacan se alzó siempre contra una
que sabe todo eso, se niega a entraren eljuego del amor: "En lo único dirección de la cura que favorece y alienta este tipo de identificación
que yo creía que se dejaría apresar, se me había escapado", dice con el ideal del yo del analista. Ella mantiene el análisis en el campo
Alcibíades. Sócrates se instala en un deseo enigmático, no revela del yo (tipo psicología del ego). Toda una generación de analistas se
nada de sí y deja planear el misterio de su actitud de rehusamiento. fijó como meta "el robustecimiento del yo" para que el analizante
Desde esta posición excéntrica, desde este lugar de exterioridad, luchara más eficazmente contra sus malas tendencias. En estos
podrá interpretar la ilusión y reenviar al sujeto a la verdad de su casos hay reforzamiento de las defensas y no levantamiento de la
deseo. Podrá revelar a Alcibíades que sólo por procuración lo hizo represión, el analizante callará los movimientos agresivos hacia el
entrar en el juego del amor, y anunciarle: "Tu deseo está en otra terapeuta porque esto podría poner en duda la buena relación que
parte, apunta a otro, y ese otro es Agatón." El Banquete concluye en procura mantener con él; asimismo, reprimirá todo lo referido a lo
lo que podríamos llamar una interpretación de la transferencia. pulsional y a los contenidos fantasmáticos, que juzga malos para su
imagen. En este tipo de abordaje no se puede hablar de análisis, el
objetivo es más bien psicoterapéutico: el terapeuta se presenta como
un modelo y sabe qué dirección dar a las conductas y proyectos del
Nacimiento de la transferencia paciente; las terapias conductistas, hoy en día tan cotizadas, respon-
den a estos imperativos de adaptación y normalización. En estos
casos la transferencia se convierte en un instrumento de presión
Sócrates tenía fama de saber mucho sobre la naturaleza profunda de para que el sujeto avance en la dirección correcta, por supuesto ...
los hombres. De igual modo se les u pone al analista el disponer de un
saber sobre el psiquismo: posee conocimientos que el común de los
mortales no tiene, por eso se le piden revelaciones sobre uno mismo El amor de transferencia
y la curación de los desórdenes del alma. Para conseguirlo, será
preciso intentar un acercamiento; ahora bien, el futuro analizante Volvamos a la historia de Alcibíades. Quiere hacerse amar por
no se propondrá, a semejanza de Alcibíades, como objeto sexual: Sócrates para acceder a los "agalmata" que ansía, y se propone
¡sabe que esto no puede darse en la práctica analítica! Utilizará entonces como objeto sexual pues conoce el objeto causa del deseo de
entonces maniobras más sutiles de acercamiento, posibilidad que le Sócrates: su atracción por los bellos mancebos; se le revelaría así
viene brindada por el protocolo de la cura: basta con dejarse llevar un Sócrates descante, sujeto de la falta. Ahora bien, sufrirá una
por la asociación libre. Debe decirlo todo, así que se hará conocer y negativa, el deseo de Sócrates se mantiene atópico (atopia). ¿Es
demandará a cambio ser reconocido: "¿Me oye usted? No dice nada, análoga esta situación a la relación del analista con su analizant<'?
No cabe duda, pero es preciso introducir matices. El analista es un
15. lbid., pág. 67. sujeto que supuestamente detenta un saber sobre el deseo y l11
sexualidad, y es también un sujeto que supuestamente desea. PNo,
264
'lfifl
absoluto indiferencia, implica la inexistencia de juicio llloral , In
¿cuál es el objeto causa de su deseo? Permanece desconocido, renuncia al poder de la sugestión, la no-respuesta articulada 11 l11
enigmático para quien se tiende en el diván. Si Alcibíades tenía su demanda de amor, pero no excluye una implicación ー・イセZ^ッョ。ャ@ 1•:1
idea de Sócrates, el analizante de hoy no cesará de plantearse la conjunto de estas manifestaciones puede ser llamado contratrnn HI'o
cuestión y de buscar respuestas: "¿Qué quiere de mí? ¿Me ama?" rencia. Sin embargo, esta palabra no tiene el mismo significado para
Conocemos bien las estrategias implementadas por el analizante todos los analistas.
para obtener respuesta: faltar a las sesiones, por ejemplo, con esta Se ha llegado a decir que la transferencia no era pura ilusión: el
interrogación subyacente: "¿Me extrañará? ¿Me va a echar?"; el pago analizante puede vivir en su análisis un amor verdadero, un nuevo
diferido: "¿Le importo lo suficiente como para que me atienda gratis, amor; esto no tiene nada de sorprendente por cuanto el analista es
como a un amigo?" Junto con esto, discursos destinados a seducir: una persona completamente real que, pese a su silencio, se revela a
convertirse en un buen alumno, en un adepto de la teoría, sobretodo través de múltiples signos que su analizante no deja de interpretar.
cuando ésta es profesada desde una cátedra universitaria, acechar No hablemos de los analistas que desempeñan una función oficial,
la oportunidad de probar lo fundado de los conceptos, y para eso como el docente universitario a quien su analizan te frecuenta todos
están los sueños de transferencia. A todas estas incitaciones el los días: un amor verdadero puede eternizarse en un análisis sin fin.
analista no responde, lo que hace posibles todas las hipótesis y todas Encontramos así viejas duplas analista-analizante que funcionan
las interpretaciones. Al sustraerse, al mantener la opacidad de su durante décadas en una beatitud recíproca.
deseo, el analista conduce al analizan te a repetir su demanda para
reconocer el objeto que la sustenta. El analista sabe, como Sócrates,
que el objeto que el analizante cree ver en él es un semblante de
objeto; al sustraerse, al no dar cuerpo a ese objeto, permite al La contratransferencia
analizante reconocerlo como constitutivo de su propio fantasma y
como causa de su deseo. Ala pregunta "¿Qué es un análisis?", Lacan
respondía: "Es aislarse con otro para enseñarle ¿qué cosa? Lo que le Puede definírsela como el conjunto de las respuestas que da el
falta; .. .lo que le falta, él lo aprenderá como amante." "¿Por qué soy analista a las manifestaciones de transferencia de su analizante.
así?", dice el paciente: a través de una respuesta esperada que no Para Freud, la contratransferencia representa esencialmente los
llega él invertirá la pregunta sobre el objeto de su interrogación. afectos negativos respecto del analizante, y la agresividad que se
Cuando decimos que el deseo del analista debe permanecer siente puede llegar a perturbar el desenvolvimiento de la cura. ¿Por
enigmático (¿qué deseo no lleva consigo su misterio?), esto se qué no confesar que ciertos pacientes terminan con nuestra pacien-
corresponde fundamentalmente con una ética del análisis, aquello cia y nuestra tolerancia? Sin embargo, estos casos son previsibles, y
hacia lo que debe tender la práctica analítica. De hecho, la realidad siempre se puede no aceptar una demanda de análisis. Si las
muestra ser más compleja, el analista no es de ningún modo un entrevistas preliminares permiten al futuro analizante elegir a su
zombi y se descubre a través de sus decires, de sus intervenciones, analista, también permiten al analista detectar la estructura del
de su manera de ser, de su voz, de su estilo, de su manera de vestirse, candidato y decir que no cuando le parece que el trabajo está por
de caminar, de amoblar su departamento, sin hablar de sus lapsus, encima de su capacidad; ciertas disposiciones paranoicas percepti-
olvidos, etcétera. Lacan insistió mucho sobre la presencia del bles en las primeras entrevistas o la revelación de una estructura
analista, sobre su ser ahí. ¿Existe una relación de dos que sea perversa pueden justificar una decisión negativa.
equivalente a la relación analítica? ¿Hay en la realidad un otro que La contratransferencia no se reduce a este tipo de reacciones. Lo
se toma tiempo para recibirnos varias veces por semana, para que se da en llamar "actitudes contratransferenciales" suele ser
escucharnos sin decir ni pío, para estar atento a lo que decimos, producto de errores técnicos, interpretaciones abusivas, actin¡.¡s
alguien que sea el confidente de nuestros sueños y de nuestros respecto del paciente. El analista comete errores cuando no oy(' lo
ensueños? ¿Cómo no pensar que el interés que nos presta pueda ser que su analizante le dice, y ello porque esa palabra hace eco a lo quo
una forma de amor? La neutralidad que observa no significa en
•1 (1 '/

266
la relación enseñante-enseñado. ¿De qué modo percibe el docente Jos'
Un niño cuyo análisis tocaba a su fin llegó un día a sesión fenómenos transferenciales de sus alumnos sobre su persona?
diciéndome: "Esta noche soñé que tu casa se había incendiado y que ¿Cómo los juzga? ¿Tiene conciencia de la manera en que los utiliza?
habías muerto." Los adultos no siempre tienen sueños de fin de Nos preguntaremos si el desconocimiento de la índole de este
análisis tan elocuentes de la verdad, pero el proceso es el mismo, el proceso no será responsable de muchos mal osen tendidos referentes
analista caído de su lugar de Sujeto supuesto saber y de semblante a la relación pedagógica.
de objeto ya no tiene razón de ser. Veremos más adelante, cuando La mayoría de los d9centes tienen conciencia de los movimientos
tratemos de otras formas de terapia, cuán difícilmente aceptable es afectivos que suscitan en sus alumnos, pero casi siempre los inter-
esta posición en otras coyunturas. Ella implica, en efecto, el renun- pretan como dirigidos directamente a su persona y a su manera de
ciamiento a cualquier mira de dominio sobre el otro, ella impone ser enseñar. Para muchos de ellos estas relaciones no difieren de las que
el soporte de la pulsión y de la producción fantasmática del paciente. se pueden observar en la vida corriente. El desconocimiento de lo
Para ocupar este lugar en negativo, el analista debe tener claridad que este vínculo tiene de específico puede dar lugar a actitudes
sobre su propio deseo, así como sobre todos los elementos que entran relacionales deplorables.
en resonancia con su goce. ¿Por qué hablar de "transferencia" sobre el docente? Se reúnen en
este caso varias de las condiciones que hemos enunciado como
necesarias para su instauración.
La transferencia en la relación enseñante-enseñado
El efecto-palabra
Fuera de la situación analítica, que constituye el lugar ideal de La palabra en sí misma tiene efectos transferenciales, y en el marco
observación, los fenómenos de transferencia pueden permanecer de la escuela circula fundamentalmente de arriba hacia abajo, del
desconocidos. No me refiero a los casos en los que la transferencia maestro al alumno. No estamos en la situación analítica, donde el
sirve para fines psicoterapéuticos, en protocolos definidos por cada que habla se dirige al que sabe; tampoco se trata de la enseñanza
sistema referencial: hipnosis, terapias conductistas, terapias sisté- socrática: Sócrates enseñaba, pero escuchaba también a sus interlo-
micas, otras tantas praxis que se diferencian del psicoanálisis. cutores y dialogaba con ellos para que emergiera un saber que éstos
Reeducadores de Educación nacional llegaron a escribir, por albergaban. Es raro que se pida al alumno expresarse y, lo que es
ejemplo, que la transferencia no les concernía: estaba reservada, más, que hable de sí. No obstante, la comunicación circula, los
decían, a la situación analítica. Semejante renegación por parte de efectos significantes del discurso están cabalmente presentes. El
personas que están a cargo de niños y adolescentes en dificultades saber en cuestión está lejos de parecerse al del análisis. Al analista
es absolutamente inconcebible. Están también los médicos: ellos no se le supone un saber sobre los constituyentes del ser; en cuanto al
ignoran que la eficacia de sus prescripciones depende tanto de la pedagogo, es un sujeto que posee realmente un saber adquirido
calidad de su relación con el enfermo como de la fórmula química del gracias a su trabajo. No es un saber sobre la naturaleza humana
medicamento. Reconocen intuitivamente la existencia de la transfe- (aunque se le acerque cuando es literario o filosófico), sino un saber
rencia y algunos intentaron circunscribirla en un trabajo de super- universal, exterior a él, transmitido por sus maestros y que él ha de
visión con profesionales "psi" (grupos Balint). A través de estas transmitir a su vez. Esta transmisión le es impuesta por instancias
consultas los médicos aspiran a comprender el porqué de sus superiores, la sociedad, Educación nacional. El mismo debe ocupar
reacciones ante ciertos pacientes (cancerosos, personas entradas en una posición de autoridad para imponer al alumno la adquisición de
años, personalidades histéricas, por ejemplo), el porqué de sus ese saber. Esta situación de dominación determina la naturaleza
fracasos relacionales; en una palabra: sus actitudes "contratransfe- de la transferencia del alumno sobre él.
renciales". Podemos señalar ya que esta posición de poder no resulta siempre
Vamos a interrogarnos sobre la naturaleza de la transferencia en
275
274
cómoda pues remite a su propia dependencia respecto de otro poder, ferencia se encuentra la asimetría de lugares. En la enseña mm hny
el de la jerarquía de que es tributaria. Mencionábamos este proble- sin duda una disparidad intrínseca entre los dos protagonistas: u no
ma en la primera parte de este libro a propósito de los temores que ocupa la función de maestro y el otro es siempre el alumno. Q\セ@
despierta en el docente la prueba de la inspección. El inspector, el maestro detenta un saber que es su obligación inculcar al alumno,
director del colegio, el ministro son los representantes de un poder término que nos permite medir la fuerza de una voluntad de
tenido por omnímodo. El docente no puede abandonar una posición dominio, la expresión de una exigencia sobre otro que supuestamen-
"infantil" de dependencia hacia una instancia que le dicta su conduc- te va a acoger con benevolencia, si no con entusiasmo, lo que se le
ta pedagógica, lo remunera, lo conserva en su seno cuando se ofrece .. . Aunque en nuestra sociedad moderna el docente haya
enferma. Ese gran cuerpo, esa gran familia que es Educación perdido un poco de su antiguo prestigio, sigue siendo no obstante el
nacional puede hacer las veces de padre azotador o de madre representante de un ideal de conocimiento y posee un saber que todo
compasiva. La dependencia transferencia! perdura a veces durante el mundo quiere alcanzar. Por más que, en ocasiones, intente zafarse
años y complica los apegos transferenciales de los alumnos sobre un de ese lugar, sigue siendo un educador conminado a transmitir los
docente que no se ha desprendido de las transferencias edípicas valores éticos de nuestra sociedad a jóvenes que él debe convertir en
sobre sus superiores. ciudadanos.
La jerarquía existe también en los grupos analíticos, pero no tiene Para Freud, la disparidad en la relación de transferencia es una
esta potencia ni este impacto. Aunque sigan observándose restos de reedición de la disparidad fundamental del niño frente al adulto
transferencia sobre algunas figuras prestigiosas como Freud o nutricio. Aunque en grados diversos, el alumno, en general, vive una
Lacan, la transferencia cambia de objeto y de naturaleza, devinien- situación similar: todavía depende de su familia, es presa todavía de
do en transferencia de trabajo a través de los intercambios y su problemática edípica. Adolescente, su ambivalencia frente a las
comunicaciones entre colegas. A diferencia del docente, el analista, imagos parentales se desplaza hacia las figuras de los maestros: ¿no
en su práctica privada, "se autoriza sólo por sí mismo" (Lacan); representan acaso los docentes, al mismo título que los padres,
significa que está solo ante su paciente y con la entera responsabi- instancias educativas a las que el joven debe someterse? La revuelta
lidad del compromiso asumido, lo cual no impide que deba exponer contra los maestros puede equivaler a la revuelta contra el Padre (cf.
su trabajo en la institución a la que pertenece. Lo hace de manera Mayo del68); Freud indicaba esta transferencia del padre al profe-
horizontal con sus colegas en los numerosos grupos de trabajo que sor en estos términos: "Estábamos inclinados de entrada al amor y
frecuenta. al odio, a criticarlos y a respetarlos." 22
El docente, por el contrario, vive como peligroso el tener que El rechazo escolar patente representa una forma de esa revuelta.
descubrirse, el tener que confrontar su experiencia pedagógica y sus Aquí no se trata de inhibición neurótica sino de una decisión
dificultades con las del vecino. Teme cualquier expresión de sus deliberada de oponerse a los deseos parentales, de una negativa a
sentimientos, miedos, inhibiciones, ante el riesgo de que esto pueda desempeñar roles impuestos, de un rechazo de los valores familiares
mellar la imagen ideal que quiere dar de sí mismo, y lo fragilice. marcados por la tradición. ¡Cuántas personalidades brillantes se
Colegas míos que tuvieron que dirigir grupos de docentes quedaron jactan de haber sido malos alumnos en su juventud, de haber
todos ellos impactados por esa cierta rigidez que pudieron observar, abandonado tempranamente la escuela, para desolación de sus
una especie de encierro causado por el temor de mostrar las propias familias ! En este caso la negativa a respetar los imperativos super-
debilidades. El docente es más vulnerable aún por cuanto no tiene a su yoicos tuvo un efecto dinamizador y permitió que el sujeto se
alcance la posibilidad de iniciar una reflexión sobre sí mismo y sobre construyera al margen de las normas, con sentimientos de respon-
su práctica fuera del rígido marco de su formación universitaria. sabilidad y libertad.
En un capítulo anterior hemos expuesto numerosos ejemplos de
experiencias pedagógicas en las que el trabajo en equipo permitía 22. S. Freud, The Standard Edition of the Complete Psychological Works of
superar algunas de estas desventajas. Sigmund Freud, edición James Strachey (24 vol.), Londres, Hogarth Press (1953-
Entre las condiciones requeridas para la instalación de la trans- 1966), vol. 13, pág. 242.

276 277
Ya nos hemos referido a todas estas circunstancias en el capítulo
sobre la adolescencia. Subrayemos que el desplazamiento puede tica inconsciente, pero en un grado mucho menor que el enseñante,
operarse no sólo sobre los docentes sino sobre la sociedad entera. La pues en la cura la palabra está del lado del paciente y el analista
escuela primaria, el instituto secundario, las instituciones en sí resguarda al máximo su neutralidad. El docente se expone como
mismas son representantes de la ley social "opresiva" y condensan personaje real y carga al mismo tiempo con el peso de los afectos
sobre sí la violencia del rechazo. En el libro La misere du monde, motivados en su posición de maestro. Está en el cruce de dos
hallamos numerosos testimonios de esa revuelta. Más próximas a coyunturas indisociables e indiscernibles, está ahí como él mismo
nosotros, no faltan experiencias de campo expuestas al público por con su estructura de sujeto y su personalidad, pero también en el
los medios de difusión. lugar de otro, a causa de la transferencia que genera. Será juzgado
La situación del docente entrampado por la relación transferen- por lo que trasluce de su persona a través de su enseñanza, pero
cia! me evoca una experiencia que conozco muy bien: la del psicoa- soportará también el juicio emitido sobre su función; para algunos,
nálisis de niños. el papel de guía, de educador, de maestro, es una reedición demasia-
En mi libro Los retrasados no existen, expuse ampliamente la do intensa de la posición parental.
necesidad de tomar en cuenta en el análisis la realidad de las
relaciones parentales que el niño vive cada día. Los conflictos tienen
en su caso una actualidad candente que él reedita en la transferen- La contratransferencia
cia. El analista deberá atender, en la conducción de la cura, al peso
del apego actual a las figuras parentales trabajando siempre sobre La contratransferencia es la respuesta que da el docente a las
el material transferencia!. En cambio, el adulto que se analiza ya no manifestaciones afectivas de los alumnos. El docente no conoce
padece cotidianamente el peso de realidad del vínculo parental, está personalmente la historia de éstos y no tiene posibilidad alguna de
en un "a posteriori" y lo evocará a través de reminiscencias, fantas- apreciar el lugar que ocupa en la economía psíquica de cada uno ni
mas, sueños, comportamientos amorosos repetitivos, etcétera. Como las proyecciones transferenciales de que es objeto. No puede sino
el analista de niños, el docente se encuentra inmerso en una relación reaccionar según su propio temperamento a lo que las conductas de
transferencia! impregnada de conflictos actuales -¡a veces es actor cada alumno o de la clase en su conjunto dejan traslucir. Se podría
de un drama que se juega en la pieza de al lado!-, pero no está hablar de actitudes contratransferenciales en el docente cuando se
preparado para desembrollar los hilos de semejante madeja. Con- muestra especialmente agresivo con un alumno al que sitúa como
densa sobre su persona reivindicaciones destinadas a otro, se trate chivo emisario, o cuando dedica excesivo interés a un niño en
de un personaje materno o de una figura paterna. Puede ocurrir particular. En uno y otro caso, sus motivaciones se le ocultan. Una
incluso que el alumno transfiera, en el sentido literal de desplaza- docente del grupo terapéutico se había encariñado con un niño en
miento, toda su problemática edípica sobre la figura del docente. dificultades del que se ocupaba en detrimento del resto de la clase.
En el capítulo sobre la adolescencia indicábamos lo difícil que es Repetía en ello una situación de su infancia que la había marcado
para el docente captar este fenómeno de desplazamiento. El docente hasta el punto de orientar su vocación pedagógica. He visto en mi
no alcanza a entender la equivocación de que es objeto: ¿no actúa práctica de analista docentes que hacían pagar a sus alumnos adoles-
acaso a cara descubierta? Su función lo obliga, en efecto, a exponer- centes el precio de los conflictos que vivían con sus propios hijos.
se, él es quien habla y, a través de su palabra, se descubre, pues toda Relataré un caso observado hace muchos años en un dispensario
palabra, aunque sea para transmitir un saber desubjetivado, como de higiene mental. Se trataba de un chiquillo de 4-5 años que me
por ejemplo la matemática, revela siempre la faz inconsciente del habían derivado por un trastorno de conducta. Pierrot, en sala de
sujeto. La situación se hace más compleja por cuanto el docente se Jardín de infantes, iba a vomitar al escritorio de la maestra. La
encuentra allí en un doble carácter: a la vez en su singularidad y en muchacha se vio tan perturbada por esta práctica, que tuvo que
el lugar de otro por su función. suspender su trabajo por "depresión". La cosa había adquirido
También el analista revela sin saberlo una parte de su problemá- proporciones insólitas, la directora no quería más al niño en su
escuela y los propios padres estaban traumatizados.
278
27!)
es portador de una gran carga afectiva y de significaciones múl li pies
Ante esa figurita, pues en efecto era pequeño para su edad y muy que el alumno transfiere sobre el docente. En el capítulo sobre el
menudo, era difícil imaginar el desorden que había generado a su saber en el alumno hemos declinado las numerosas coyunturas en
alrededor. Ya en las primeras entrevistas con los padres y el niño, que ello ocurre. 23
este comportamiento se reveló cargado de significaciones. Pierrot
había nacido prematuro y tuvieron que operarlo de una estenosis del
píloro diagnosticada tras un largo período de rechazo del biberón.
Había conservado ese reflejo de vómito, que ahora manejaba a su Estrategia de la transferencia en el docente
capricho. Mientras que otro niño, para manifestar su descontento,
habría montado una escena de enojo, él tenía la posibilidad de
vomitar. ¡Esta manera de expresarse no era, evidentemente, del ¿Qué respuesta dará el docente a la transferencia del alumno? Es
gusto de su entorno! Después de desdramatizar la situación, recibí delicado hablar de estrategia pues aquí la respuesta no es objeto de
al niño y a sus padres durante un tiempo y todo volvió al orden. En ningún proceso de elaboración y, opuestamente a lo que sucede en
este caso se hubiese necesitado que la maestra no se sintiera el análisis, nunca fue conceptualizada. Diremos, en una primera
personalmente agredida por el comportamiento de su pequeño aproximación, que el docente se sirve de la transferencia, la utiliza
alumno, sino que se planteara más bien la cuestión de la significa- para hacer pasar su mensaje, para transmitir su enseñanza. Si a los
ción de ese síntoma. La directora, la psicóloga o el médico escolar ojos del alumno el saber se asocia primeramente al valor que le
habrían podido ayudarla en este sentido. atribuye el medio familiar, en un momento dado estará representa-
Pienso que un mejor conocimiento de los mecanismos de transfe- do casi exclusivamente por la persona del maestro. Todos nos
rencia de los alumnos sobre los docentes permitiría a éstos sentirse acordamos de cierto profesor que nos hizo amar la matemática, de
más cómodos en su práctica. Podrían discernir mejor lo que concier- otro que nos inició en la poesía o en la filosofía. El afecto que pudimos
ne a la función y lo que concierne a la persona, y considerar con más volcar en uno de ellos nos liberó de ciertos lazos parentales regresi-
serenidad las proyecciones de que son objeto por parte de los vos u oprimentes. ¡Cuántos niños procedentes de medios incultos
alumnos. La atención a la transferencia permitiría una cierta descubrieron en la escuela el placer enlazado a la actividad intelec-
distanciación y evitaría las derivas que acarrea automáticamente tual y al manejo de las ideas, cuántos se construyeron, afirmaron y
una relación dual, interpersonal, que desemboca automáticamente en fortificaron en su aprehensión de sí mismos y del mundo, cuántos,
un enfrentamiento, con todos los perjuicios psicológicos resultantes. gracias al dominio de la lengua, aguzaron su juicio y se abrieron a
Estas reflexiones nos mueven a reconsiderar el lugar del saber en una comunicación donde la fuerza de las palabras se impuso sobre
la relación transferencia! mantenida por el alumno con su profesor. la violencia del acto, y esto gracias a maestros que se granjearon su
En ese gran restaurante que es Educación nacional, con el saber aprecio!
escolar pasa lo mismo que con la comida: por mucho que se mejore ¿Por qué tal o cual docente influyó en el destino de tal o cual
el gusto de los alimentos, por mucho que se modifique el menú o se alumno? ¿Por qué ciertos vínculos entre alumno y profesor subsisten
cambie de cocinero o de maftre, por mucho que se reemplace a las durante toda una vida? La historia de Hannah Arendt, quien
camareras, el comensal bien puede no hallar los platos de su gusto mantuvo su correspondencia con su maestro Heidegger pese a las
y devolverlos a la cocina. ¿Va a tomárselas por ello con la moza? Sin posturas adoptadas por éste durante el período nazi, se conecta con
embargo, esto es lo que sucede en el alumno: el saber que le proponen ese misterio. Vamos a tratar de recoger algunos de los elementos que
se confunde con la persona dispensadora de este saber y responsa- contribuyen a esta afición: la seducción, el ideal, etcétera; ello para
biliza al docente por el plato indigesto, de manera que acaba ver de qué modo se puede instaurar, sobre esta base, una relación de
convencido de que el mal cocinero es él. circularidad.
Si la transmisión del saber no puede efectuarse desde una postura
de neutralidad, vemos que el propio objeto saber no es nunca neutro; 23. Cf. cap. III, "El saber en el alumno", en segunda parte, "Los saberes".

281
280
La seducción
Estas dos últimas orientaciones conciernen especialmente al analis-
¿Es posible explicar por qué un ser posee más poder de seducción que ta y al docente.
otro? Pregunta eterna, pregunta sin respuesta ya que ninguno de los N os ocuparemos, pues, de ese momento clave en que un sujeto es
interesados, el seductor y el otro, lo sabe con exactitud: "Porque era subyugado por otro. En un primer tiempo suele ignorarse cuál es el
él, porque era yo", dice Montaigne a propósito del amor que lo unió factor desencadenante. La literatura abunda en descripciones de
a su amigo; el misterio subsiste. Lacan nos dice que busquemos por ese instante mágico en que algún rasgo detectado en la persona del
el lado de "a", ese objeto que se disimula mientras se escurre por otro viene a cristalizar un afecto que el sujeto creía estaba ahí desde
todas partes, como la sortija: un lunar, un timbre de voz, seguidos de siempre.
un cambio de miradas y brota la llama, es el flechazo; esto puede ser Así le sucede a Werther26 cuando conoce a Charlotte S. La ve toda
llamado Amor. Pero aquí Lacan nos desilusiona, pues creemos amar vestida de blanco, de pie, cortando pan moreno para alimentar a un
a un ser y lo que está en primer plano es el objeto: "El Otro sólo se grupo de niiios: "Mis ojos recibieron el impacto del más conmovedor
alcanza juntándose con el a, causa del deseo", 24 Ahora bien, cada espectáculo que vi en mi vida", dice. Esta imagen, sobrecogedora
cual ignora qué objeto detenta que causa el deseo del otro e incita a para él, desencadena un amor apasionado hacia la muchacha. Se
las declaraciones de amor, ni qué objeto en el otro viene a llamar a podría encontrar en este cuadro una conjunción de elementos
su corazón. Siempre está ahí, velado, el objeto que sostiene el vinculados con la madre nutricia y con la jovencita virginal.
fantasma y se muta en significante fálico. ¡Es tortuoso el camino del U na sola mirada de Beatriz basta para llenar la vida amorosa de
erotismo al amor! Siendo el amor el punto más acabado de esa Dante y para inspirar toda su prosa poética.
andadura. En este estadio prevalecen las estructuras simbólicas, y En Baudelaire, 27 los olores, los perfumes son la fuente de su deseo
esto nos lo recuerda Lacan citando la máxima de La Rochefoucauld: y de su ensoñación:
"Hay personas que no habrían estado nunca enamoradas si no
hubiesen oído nunca hablar del amor." 25 La can señala que aquí no se Cuando cerrados los ojos, en una noche cálida de otoño,
trata "de una 'realización' totalmente imaginaria del amor ... sino ... Hespiro el olor de tu pecho caluroso,
[de] un reconocimiento auténtico de lo que el amor debe al símbolo Veo desplegarse orillas felices
Que deslumbran los fuegos de un sol monótono.
y de lo que la palabra lleva de amor". (Pmfums exotiques)
Es verdad que las formas del amor, como las del síntoma, varían
con las épocas y con los valores dominantes. N o trataremos aquí del Como otros espíritus bogan sobre la música,
arte de amar: amor-ternura, amor-pasión, amor cortés, amor místi- El mío, oh mi amor, nada sobre tu perfume.
co, otras tantas declinaciones de un proceso cuyas premisas han de (La Chevclure)
ser buscadas siempre del lado del objeto, ese objeto "a" que estructura
el fantasma y hace creer en el amor. N os limitaremos a determinar La voz puede cumplir este papel de llamada al placer. En el
ese punto originario de la seducción, ese momento de apoderamien- aficionado a la ópera ella es por sí sola fuente de goce. La voz de
to en que el sujeto encuentra en el otro algo que lo sacude y a veces Sócrates, semejante al "canto de la flauta de Marsias", subyuga a sus
lo "desposee". Lo que sigue es imprevisible. La cosa puede tomar un oyentes.
camino donde sexo y amor se conjuguen, pero puede pasar a ser Una parte del cuerpo poco significativa en sí puede tener valor
también un amor idealizado o virar alas maniobras identificatorias. erótico. El protagonista de un filme reciente 28 se emociona al ver un
cuadradito de piel situado sobre el esternón de su amada. Esa
24. J. Lacan, Le Séminaire, op. cit., Livre XX, Encare (1972-1973), 1975, pág. 85.
[Hay versión castellana: Aun, Barcelona, Paidós, 1981, pág. 112.]
25. J. Lacan, Écrits, París, Le Seuil, col. "Champ freudien", 1966, pág. 264. [Hay 26. Goethe, Les Souffrances du jeune 1Verther, París, E. Den tu editor, "Petite
versión castellana: Escritos 1, Buenos Aires, Siglo XXI, pág. 253.] Collection Guillaume", 1842.
27. Charles Baudelaire, Les fleurs du mal.
28. 1966, El paciente inglés, de Antony Minghella.
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pequeña depresión que le complace ver y tocar tiene para él un fuerte sabios. La sabiduría es para él un saber asociado a la virtud, no un
valor erótico. saber puramente teórico, sino un saber-vivir en el que la virtud
Podríamos aludir aquí a la fascinación que ciertos rasgos de un entra como componente.
líder ejerce sobre las multitudes. La fuerza del verbo, la voz, Retomaremos esta cuestión de la Sabiduría y la Virtud cuando
asociadas a la violencia, provocan efectos de hechizo y de sumisión abordemos la ética del análisis en el capítulo sobre "el deseo del
incondicional. Se sigue de ello una identificación colectiva que ya analista" (quinta parte).
sabemos a dónde puede llevar. En nuestra civilización, la palabra "virtud" ha perdido su sentido
Los analistas se interrogan también sobre el momento en que se original y ha tomado una connotación religiosa no siempre aprecia-
instala la transferencia: ¿a qué se debe la elección de tal o cual da. Así pues, hablaríamos más gustosamente, en cuanto al tema que
terapeuta por el paciente? En ocasiones puede contestarse en forma nos ocupa, de rigor moral, honestidad, rectitud y ética. ¿No son acaso
inmediata y otras en el transcurso de la cura. Lacan menciona el virtudes que los niños saben reconocer y apreciar en sus maestros?
impacto de un "significante cualquiera"; podríamos hablar de un
rasgo con efectos de seducción sobre el que descansa frecuentemente
el compromiso en la cura. Pueden ser ciertas características de la El carisma
persona del analista, pero también puede tratarse de una interven- セ@
ción o una interpretación efectuadas en las entrevistas prelimina- Si la seducción se debe a una mezcla sutil de rasgos como los que -
res, reveladoras de un significante clave en el futuro analizante. hemos enunciado, ¿qué decir del carisma? ¿A qué se debe? A
Me acuerdo de un hombre que vino a verme para una demanda de imponderables que es difícil determinar. Diríamos que está más
análisis, personaje importante, director de una gran empresa; se vinculado con disposiciones inconscientes, con el ser del sujeto, que
quejaba de cierta rigidez que había derivado en una sintomatología con su imagen. Se trata en general de personas en armonía consigo
obsesiva. Durante la entrevista dejó escapar, como al descuido, que mismas, que disfrutan de una libertad interior, poco inclinadas a las
su madre lo llamaba "patito feo"; poco después repetí lo de "patito satisfacciones narcisistas y que no esperan del otro obediencia y
feo" a raíz de otra circunstancia mencionada por él, y se puso fuera sumisión, lo cual se asocia a las virtudes de la tolerancia y del respeto
de sí. Volví a verlo mucho más tarde, al cabo de la ronda que había al prójimo. Se ha dicho a menudo que la vocación pedagógica surgía
hecho por varios psicoanalistas sin decidirse a empezar un trabajo de pulsiones pedofílicas reprimidas. Resulta siempre difícil recono-
con ellos. ¡Al final de la carrera, se tendió en mi diván y se puso a cer el papel de lo pulsional en las investiduras afectivas de la
asociar con aquel "patito feo" que, reproducido por mi boca, lo había relación pedagógica, cosa que hemos podido apreciar a lo largo de
perturbado tanto! este libro. ¿Se trata de pulsiones sexuales reprimidas en una
¿De qué modo puede seducir el docente? Podríamos recordar aquí estructura perversa o neurótica? ¿Se trata, como sucede con más
algunas de las cualidades que dan a Sócrates su poder de seducción frecuencia, de sublimación de la pulsión? Es casi imposible situar de
y de fascinación. Primeramente, está la voz. Está la fuerza de su entrada el origen y la naturaleza del afecto.
discurso, el brillo de sus palabras, su conocimiento de las cosas del Para ilustrar estas afirmaciones tomaremos un ejemplo literario.
amor, pues él tendría el saber sobre el deseo que se le supone al Un libro de Stefan Zweig, La confusión de sentimientos, 29 arroja luz
analista. Está su presencia, su capacidad de escucha, su respeto al otro. sobre la fascinación que puede ejercer un profesor sobre su alumno.
¿Y la sabiduría? ¿Qué esconde este término? Hoy en día habla- Aunque ahora el estilo nos parezca pasado de moda, la descripción
ríamos más bien de equilibrio psíquico, de ausencia de reacción de los sentimientos conserva actualidad. En su momento el relato
pasional. El diccionario hace énfasis en la "moderación, la calma resultó escandaloso; seguramente Freud, que reconocía la sutileza
superior unida a los conocimientos". Una cita de Boileau sigue esta de los análisis psicológicos de su amigo Stefan Zweig, lo habría
dirección: "Una igualdad de alma que nada puede alterar, que apreciado.
ningún deseo inflama." Platón da a entender en El Banquete que la
sabiduría es un estado trascendente, y a sus ojos sólo los dioses son 29. Stefan Zweig, La Confusion des sentiments, París, Le Livre de Poche, n° 9521 .

284 :lHr,
hasta el día de hoy: el deseo de gozar de todas las cosas terrestres en
El joven protagonista, quien cursa sus estudios en Berlín, lleva esas palabras inspiradas.
una vida desarreglada y poco volcada al trabajo. Descontento, su
padre lo envía a continuar sus estudios en una universidad de El amor a Shakespeare nace de la pasión del maestro por este
provincias. Conoce allí a un viejo profesor que ejerce sobre él una autor, pero es toda la persona del profesor la que "contamina" el
extraña fascinación, y esto desde el primer contacto. Veamos cómo s aber mismo y suscita en el discípulo curiosidad y amor al conoci-
describe el joven el final de una de las primeras clases, cuando los miento. Vemos claramente de qué modo todos estos datos se conju-
alumnos, después de pasar momentos de gran tensión, se aflojan: gan para magnificar la transmisión, llegando al efecto mimético que
se produce cuando el alumno copia el tono de voz y las maneras de
Veinte gargueros hasta entonces mudos comenzaron a hablar todos su maestro.
a un tiempo, a tosiquear, a respirar profundamente; sólo ahora podía El estudiante se pone al servicio del profesor y lo convence de
advertirse cuán magnética había sido la fascinación que cerrara
todos esos labios súbitamente palpitantes ... En cuanto a mí, no podía
dictarle su obra, que él jamás pudo sentar por escrito. Va a instau-
moverme, fue como si hubiese recibido un golpe al corazón. Arreba- rarse entonces entre ellos un juego del gato y el ratón, fingiendo cada
tado, y capaz únicamente de captar las cosas de manera arrebatada, uno ignorar la pasión que lo habita. El estudiante busca el secreto
en el impulso fogoso de todos mis sentidos acababa de sentirme que se esconde tras el extravagante comportamiento de su maestro:
conquistado por primera vez por un maestro, por un hombre; acababa "Un secreto, de esto tenía yo cada vez más viva conciencia, un
de acusar el influjo de una potencia ante la cual inclinarse era un extraño e inquietante secreto se alojaba en lo más profundo de ese
deber voluptuoso y absoluto. La sangre me ardía en las venas, podía ser fascinante. En la manera singular en que su mirada se escabu-
sentirla, y mi respiración era más rápida; este ritmo impetuoso
palpitaba incluso dentro de mi cuerpo .. . Por último, cedí ami impulso llía, retrocediendo temerosamente tras haber avanzado con ardor
y me arrastré lentamente hasta la primera fila para ver el rostro de cuando uno se abandonaba a él con gratitud, yo presentía algo
ese hombre, porque, cosa extraña, mientras hablaba, no distinguí en oculto ... ", y más adelante: "Esa lucha por aprender y conocer más de
absoluto sus rasgos, tan fundidos estaban en la propia trama de su él duró semanas: con obstinación proseguía yo mi sondeo hacia el
discurso. núcleo de fuego que creía sentir, como un volcán, bajo la roca de su
silencio" (hoy, estas expresiones nos hacen sonreír). Los lectores ya
No se podría expresar mejor la atracción misteriosa ejercida por habíamos adivinado que ese secreto era la homosexualidad del
la conjugación del verbo y del personaje. En la enseñanza de este profesor. Ciertos rasgos aludidos en el primer capítulo nos lo habían
profesor, el estudiante dará libre curso al apasionamiento por hecho presentir. El muchacho había notado el cambio que se operaba
Shakespeare, en lo cual verificamos la identificación con el ideal del en su maestro al concluir su lección, el hombre brillante y seductor
yo del maestro: se convertía en un anciano vulgar de rasgos abotargados:
Mi primer movimiento fue sacar del baúl el Shakespeare que casual- Comencé a entender que, de temperamento frío cuando se hallaba
mente había llevado, impaciente por leerlo (era la primera vez en solo, en la soledad de su despacho estaba privado de esa materia
años); mi curiosidad había sido encendida hasta la pasión por el inflamada que, aquí, en nuestro grupo compacto, fascinado y de
discurso del profesor, y leí la obra del poeta como nunca lo había hecho respiración contenida, hada estallar una barrera interior; necesitaba
antes. ¿Pueden explicarse cambios semejantes? De golpe, descubrí en (¡oh, cuánto lo sentía yo!) de nuestro entusiasmo para tenerlo él
ese texto un universo; las palabras se precipitaban sobre mí como si mismo, de nuestro interés para sus efusiones intelectuales, de nues-
me hubiesen estado buscando desde hacía siglos ... yo vibraba, tem- tra juventud para sus impulsos juveniles.
blaba, una especie de fiebre me embargó; nunca me había ocurrido
nada parecido y, sin embargo, no había hecho más que oír un discurso
Adivinamos aquí que el carisma de este enseñante tiene su ヲオ・ョセ@
exaltado. Pero sin duda la embriaguez de este discurso persistía aún
en mí; si repetía una línea en voz alta, sentía que mi voz imitaba en su homosexualidad: el contacto de los jóvenes lo estimula, exalta
inconscientemente la suya; las frases saltaban a su propio ritmo su ánimo, mantiene su entusiasmo; ellos lo sienten y responden con
impetuoso y mis manos intentaban, lo mismo que las suyas, planear entusiasmo a su vez. Se trata de una homosexualidad no reprimida
y alzar vuelo ... descubría en mí... una nueva pasión que me fue fiel
287
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propiamente hablando, pues el profesor vive en otro sitio "aventuras muchachas se vestían de color azul, color que ella misma prefería
vergonzosas" en sus escapadas a la ciudad. En su enseñanza, el amor para su ropa, adoptaban su peinado y su estilo. Varios años después
homosexual subsiste en filigrana y aporta una dimensión exaltante supo que muchas de sus alumnas se habían orientado a la disciplina
a la transmisión del saber. Pienso que sus alumnos perciben en él al que ella enseñaba, y que algunas comentaban, divertidas, esa
mismo tiempo su pasión por la "juventud" y el sufrimiento que se afición al color azul que habían adoptado por entonces.
impone al prohibirse cualquier pasaje al acto con ellos. En los capítulos anteriores tuvimos ocasión de destacar la impor-
Durante una larga velada cara a cara, el estudiante tendrá las tancia de la mirada dirigida al docente: la imagen que éste debe dar
confesiones completas de su maestro y se despedirá de él para de sí ante sus alumnos, colegas y superiores es decisiva y sustenta
siempre tras haber recibido un largo beso "salvaje y desesperado su amor propio. Hemos visto hasta qué punto lo que revela de sí
como el grito de un muerto''. Habrá comprendido entonces el calva- mismo a través de su enseñanza está cargado de implicaciones
rio de este hombre: inconscientes que drenan la adhesión del alumno o su repulsión
hacia ese saber. Al analizar los factores que participan en el poder
La frecuentación permanente de Jos jóvenes es un deber oficial para de seducción tomábamos en cuenta un solo punto de vista, el del
el encargado de los cursos, y pronto para el profesor titular; la alumno; ahora bien, la relación pedagógica no sigue un sentido
tentación empuja siempre hacia él, al alcance de la voz, una nueva
floración de juventud, efebos de una palestra invisible en medio de un único; contrariamente ala relación analítica, estamos en un sistema
mundo regido por la ley prusiana. Y todos (¡nueva maldición! ¡nuevos interactivo. El docente, lo quiera o no, no puede permanecer indife-
peligros!) lo aman con apasionamiento, sin reconocer el rostro de Eros rente a los efectos de rebote que suscitan su enseñanza y su persona.
tras la máscara del profesor ... Lacan decía que la relación padres-hijos era "circular, pero no
recíproca". Hay circularidad de intercambios, hay interacción, pero
La "confusión de sentimientos" no es siempre tan evidente, pero jamás simetría, los lugares y funciones están definidos y no son
la pasión pedagógica oculta a menudo otra que el sujeto ignora: }a intercambiables. Esto es válido para el niño muy pequeño que no
pasión pedofilica. puede construirse sino por referencia a un gran Otro nutricio, y
sigue siendo válido después en ciertas circunstancias. Si se instala tt'
la reciprocidad, si los lugares se vuelven intercambiables, por
El yo ideal ejemplo entre padres e hijos, se ingresa en una relación imaginaria
en la que son posibles todas las derivas: un padre que hace de hijo
El aspecto físico de este profesor no parece especialmente seductor rivaliza con sus propios hijos, por ejemplo. ¿O "ser responsable" no
fuera del momento en que su pasión de enseñar lo transfigura significa asumir los deberes que uno tiene a su cargo? Para el
(Sócrates también era feo). Hay casos en que la persona misma del docente, el hecho de entrar en un juego de espejos con el alumno, de
docente posee un gran poder de seducción, muchas profesoras ceder al impulso de enfrentarse con él de igual a igual, significa
jóvenes lo reconocen y se sirven de esa carta de triunfo para hacer salirse de su papel, no asumir más sus responsabilidades. ¿Cómo
pasar su enseñanza. 'renemos aquí un rasgo del yo ideal, y en este administrar la respuesta a la respuesta del alumno? ¿Debe mante-
caso el efecto de fascinación se enlaza a la mirada. Profundizaremos ner el docente un docto distanciamiento o implicarse de manera más
el tema de la imagen más adelante, pero aquí comunicaré el relato personal en la relación? ¿Y en este caso, hasta dónde? Tal es el
de una docente que expresaba muy bien el placer ligado al "mostrar". interrogante que planteamos al procurar analizar las característi-
Una joven profesora había interrumpido su trabajo, que encon- cas de la relación imaginaria en la que entonces entramos.
traba poco valorizador, para entrar en la industria, donde era muy
apreciada. Unos años después reconocía que echaba de menos su
primer oficio, y sobre todo extrañaba, decía, ese placer de sentirse
como en el escenario de un teatro, de subyugar a su auditorio, de ver
a sus alumnos boquiabiertos de admiración ante ella. Señaló que las

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tenido ustedes?". Se plantea para el niño la problemática de la les del ello ... ", 11 "Las pulsiones son seres miticos de una impre-
escena primaria: ¿qué decir del deseo-materno y paterno? ¿Dónde cisión formidable" .12
está él en todo eso? El sexo, la muerte, su lugar en el linaje: otras Podríamos asociar a la palabra "pulsión" los términos "instinto"
tantas preguntas que a los adultos les resulta engorroso responder, y "libido". Hablar de instinto sería excesivamente reductor, sería
tan reprimidas se encuentran en ellos. Luego el niño extiende estas poner al hombre en un rango animal y privilegiar el elemento
preguntas fundamentales a los orígenes más lejanos, a los antece- puramente biológico. Ahora bien, las pulsiones son los representan-
dentes familiares, a las "historias de familia"; hemos visto cómo tes psíquicos de excitaciones procedentes del cuerpo, interfaces
podía surgir la angustia cuando sobre estos saberes se hacía pesar entre lo psíquico y lo somático.
una prohibición. 10 Lacan tomó de Freud el concepto de pulsión y lo situó como uno
Ya podemos imaginar el peligro pulsional que aparece cuando el de los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. 13
niño quiere explorar demasiado directamente el cuerpo de la madre La pulsión, definida por su relación con el objeto "a", deviene
o la sexualidad de los padres. esencialmente en pulsión parcial, conservando sus componentes
Esto nos conduce a hablar de la pulsión. Recordemos nuestro freudianos: la fuente, la meta, el objeto. Parte del borde erógeno
recorrido inspirado en la reflexión freudiana sobre la inhibición: el (boca, ojo, etcétera), hace un trayecto alrededor del objeto para
peligro ligado al saber puede tener su origen en el superyó y en el volver al borde del que había partido. Lo fundamental es el trayecto
ello. Nos hemos referido extensamente a la prohibición de saber de ida y vuelta en circuito. En cuanto al objeto, Lacan señala su
ligada al superyó, y ahora vamos a evaluar el peligro ligado al ello, inconsistencia; dice lo siguiente: 14
es decir, a las pulsiones.
El objeto que con demasiada frecuencia confundimos con aquello
sobre lo cual se cierra la pulsión -ese objeto que, de hecho, no es otra
cosa más que la presencia de un hueco, de un vacío, que, según Freud,
cualquier objeto puede ocupar, y cuya instancia sólo conocemos en la
La pulsión forma del objeto perdido a minúscula. El objeto a minúscula no es el
origen de la pulsión oral. No se presenta como el alimento primigenio,
se presenta porque no hay alimento alguno que satisfaga nunca la
La pulsión, que los ingleses traducen por drive o instinct y los pulsión oral, a no ser contorneando el objeto eternamente faltante.
alemanes por Trieb, es, en el sentido freudiano, una energta situada
en la fuente de todo el funcionamiento humano: carga energética, En efecto, el mero alimento no podrá colmar nunca a un sujeto;
fuerza, empuje, proceso dinámico, son los términos más utilizados podría satisfacer una necesidad, pero más allá están la demanda y
para hablar de ella. Para Freud, tiene su fuente en una excitación el deseo; entramos entonces en estructuras psíquicas donde el objeto
corporal, su meta es suprimir la tensión que reina en la fuente de la se transmuta. El objeto oral de V1rginie, la anoréxica, por ejemplo,
excitación y obtener de ese modo la satisfacción, y el objeto es lo que
la pulsión trata de alcanzar. 11. S. Freud,Abrégé de psychanalyse, París, PUF, 1979. [Hay versión castellana:
Freud pone fundamentalmente el acento en las pulsiones "Esquema del psicoanálisis", in Sigmund Freud. Obras completas, op. cit., t. XXlii.]
12. S. Freud, Nouuelles Conférences d'introduction a la psychanalyse, París,
sexuales, pero extiende el concepto a otros dominios. Habla, por Gallimard, col. "Folio Essais", 1984, pág. 129. [Hay versión castellana: "Nuevas
ejemplo, de las pulsiones del yo, de las pulsiones de autoconser- conferencias de introducción al psicoanálisis", enSigmund Freud. Obras completas,
vación, de la pulsión de vida y de la pulsión de muerte, de las op. cit., t. XXII.] El Vocabulaire de la psychanalyse de J. La planche y J.-B. Pontalis
(París, PUF, 1967. [Hay versión castellana: Diccionario de psicoanálisis, Barcelona,
pulsiones sadomasoquistas: "Damos el nombre de pulsiones a las Labor, 1974 [1971]) propone otra tra'ducción: "Las pulsiones son seres míticos,
fuerzas que postulamos en el trasfondo de las tensiones genera- grandiosos en su indeterminación" (entrada "Pulsión").]
13. J. Lacan, Le Séminaire, op. cit., Livre XI, Les Quatre concepts fondamentaux
10. Cf. "Secretos y no-dichos", en "El saber en el alumno", "El deseo de saber y su de la psychanalyse (1964), 1973.
impedimento", segunda parte, "Los saberes". 14. !bid., pág. 164. [Hay versión castellana: op. cit., pág. 187.]

:!16 317
pasa a ser esa "nada" que llena su vida y que permanece en el nódulo aparece asimismo en su obscenidad. En la anorexia el objeto está
de su goce. presente pero escamoteado en el no comer nada.
Para comprender mejor el modo en que el sujeto accede a estruc- En el niño psicótico, el objeto que no despega de lo real puede ser
turas cada vez más elaboradas en el eje de lo imaginario y de lo fuente de una angustia intolerable. En mi libro Un enfant psychoti-
simbólico, necesitamos seguir el periplo de ese objeto "a" cuyo que,16 relato la imposibilidad en que se encuentra Sylvie de abrir la
"destino pulsional" se desdibuja a medida que el sujeto se civiliza: boca y de alimentarse, pues esta acto despierta en ella un temor
la educación tiene aquí un papel que jugar. Intentaremos examinar canibalístico; su grito "no comer Sylvie", cuando había que alimen-
de cerca sus metamorfosis para trazar mejor el devenir de un sujeto tarla, significaba no ser comida, no comer al Otro y no comerse uno
y las etapas de su evolución. mismo; esta interpretación sólo fue posible después de un largo
El "a" es ante todo esa "libra de carne", ese pedazo de cuerpo que trabajo de localización en la cura.
"se anticipa al cuerpo mismo en cuanto a la constitución del sujeto", 15 La pulsión puede cumplir un papel patógeno en la relación madre-
dice Lacan. Algo de nuestro cuerpo será siempre inaccesible para hijo, donde volvemos a hallar los componentes pulsionales orales,
nosotros, desconocido, el objeto "a" conservará su connotación de anales y a veces escoptofilicos. Para comprender mejor su mecanismo
real insimbolizable. Se tiene un cuerpo al que se ama o al que se debe recordarse que el niño puede ocupar el lugar de objeto "a" para la
detesta, que uno ve envejecer con horror, que nos juega malas madre: ¿no es acaso una suerte de pedazo de cuerpo a la vez ligado y
pasadas a nuestras espaldas: cáncer programado en genes hereda- separado de ella, especie de objeto fetiche, soporte de toda su fantas-
dos de algún abuelo o infarto que viene a revelar nuestras dificulta- mática? Si el Nombre del Padre no opera, si el niño no puede tener
des con la vida. Su metabolismo, su funcionamiento son para acceso a lo simbólico e inscribirse en el linaje, su dependencia vital del
nosotros totalmente extraños. Un órgano enfermo puede cumplir el gran Otro materno induce una satisfacción de cuerpo a cuerpo de
papel de un perseguidor que nos vampiriza. Ciertos pintores como índole pulsional, cercana a un goce perverso. Amar a un hijo es
Francis Bacon supieron representar lo que reprimimos de ese renunciar a este influjo. Lacan decía: "El amor no puede plantearse
cuerpo-carne comestible. El acercamiento a este real orgánico sus- sino en ese más allá donde primero él renuncia a su ッセェ・エNB Q W@
cita en nosotros angustia y repulsión porque, vivos, hemos borrado Cuando el niño no puede zafarse de este lugar de objeto, su
esa percepción, mientras que el esquizofrénico está siempre con- evolución corre peligro. Arthur, vampirizado por su madre, se
frontado con eso innombrable. escapa haciendo de idiota o de muerto.
Nuestro cuerpo, a través de los objetos "a" puestos en circulación El goce pulsional está presente en la relación sadomasoquista.
en los intercambios con el Otro, pierde su peso de real y adquiere una Freud lo llamaba "pulsión de dominio", y ya lo habíamos evocado en
carga de goce donde el más inmediato es la pulsión. El goce pulsional el capítulo sobre la transferencia, 18 tomando entonces la opresión la
se empalma directamente con el cuerpo (bordes erógenos), y de ahí máscara del superyó. El niño, objeto de goce pulsional del Otro,
su condición de descarga inmediata y de violencia. Hallamos aquí puede fijar su libido ulteriormente sobre este tipo de relación por
el carácter impulsivo del pasaje al acto, en el cual el sujeto parece a medio de la inversión pulsional. Al identificarse con el agresor,
veces ausente (se dice que la pulsión es "acéfala") y donde el objeto buscará más tarde reproducir el mismo libreto. No nos sorprenda-
se muestra en su crudeza. mos de que la mayoría de los padres golpeadores hayan sido hijos
Ciertas situaciones son características de esta proximidad. To- maltratados, y de que los pedófilos sádicos hayan sufrido en su
maremos como ejemplo la pulsión oral. infancia abusos sexuales perpetrados por un adulto. Sin embargo,
Un filme de Marco Ferreri,Lagran comilona, nos sumergía en el correspondería distinguir varias formas de pedofilia.
horror de la pulsión oral llevada al paroxismo, es decir, a la muerte . Están los pedófilos que actúan con el pretexto del amor y del
El objeto oral del bulímico (cf. las crisis de bulimia en Virginie)
16. A. Cordié, Un enfant p sychotiq ue, op. cit.
17. J. Lacan, Le S éminaire , op. cit. , Livre XI, Les Quatre concepts fondam entaux
de la psychanalyse (1964) , 1973.
15. J . Lacan, El S eminario , Libro X, La angustia (no publicado). 18. Cf. "El docente superyoico", en tercera parte, "La transferencia".

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interés que sienten por el niño; pueden pasar al acto sin violencia o puede adoptar en la pulsión una forma invertida: ver, ser visto,
limitarse a la fantasmatización, a veces con el suplemento de un goce comer, ser comido, pegar, ser pegado. El peligro estriba en esta
voyeurista solitario (películas, casetes). Muchos hombres atraídos por posibilidad de inversión, pues la inversión implica el riesgo de
el niño no pasan al acto, sus pulsiones están reprimidas y a menudo no retorsión: matar es poder ser muerto. El niño en análisis puede
tienen clara conciencia de ellas. Han sublimado su atracción y pueden quedar paralizado por sus pulsiones asesinas, y sus ganas de matar
satisfacerse en actividades que los acercan a la infancia o a lajuventud: al hermanito significan la posibilidad de ser asesinado él mismo.
son a menudo buenos educadores, excelentes pedagogos. Invitado por el analista a verbalizar sus pulsiones, el niño responde:
Están los pedófilos sádicos, los más peligrosos, aquellos para "¿Cómo sé yo si esto no va a ocurrir de veras?"; hay un temor de no
quienes el cuerpo del niño es un objeto de goce sádico. Las consecuen- distinguir ya la realidad de la imaginación, pero también miedo a la
cias psíquicas de este comportamiento sobre el niño son muy serias retorsión: si lo hago, también me puede pasar a mí.
pues lo someten a una angustia de muerte que él no puede superar .19 Reaparecen aquí las características de la relación imaginaria20 de
Estas distinciones son un tanto arbitrarias, pero permiten no que hemos hablado, relación dual que conduce al "o él o yo", con el
incurrir en lamentables amalgamas. riesgo barruntado de la propia desaparición si no es uno el más
fuerte y si no domina al otro.

Pulsión de muerte, pulsión agresiva, pulsión destructiva


Transmutación del objeto: de la pulsión al fantasma

Otros tantos nombres dados a una pulsión constitutiva de la natu-


raleza humana, indispensable para sobrevivir. Ella encuentra sus En un nivel más elaborado el objeto se hace parte del fantasma, cuya
límites en la Ley: prohibición del asesinato, del canibalismo, del relación con la cadena significante está cabalmente expresada por la
incesto. Las conductas violentas salen directamente de las pulsiones fórmula de Lacan: $0a. La expresión freudiana del fantasma es: "un
agresivas, en este caso el sujeto no ha podido desprenderse de ellas; niño es pegado". Ya podemos apreciar la diferencia con lo que podría
la construcción del fantasma, el dominio del lenguaje y el acceso a lo ser la expresión de la pulsión: pegar, ser pegado. En la frase (cadena
simbólico permiten alejar el peligro pulsional. significante) "un niño es pegado", el sujeto ha construido un fantas-
¿Por qué hablar de peligro pulsional, peligro que es causa de ma a partir de una situación donde él se coloca en lugares múltiples,
inhibición? ¿Dónde reside el peligro? En la pulsión, la satisfacción referidos a su propia historia. El padre que pega, el niño pegado y por
obtenida está estrechamente asociada al cuerpo, y esta proximidad lo tanto amado, etcétera.
con un real ingobernable es fuente de angustia pues el peligro atañe El fantasma de J ustine 21 habría podido traducirse por: "una niña
a la destrucción, a la muerte, al aniquilamiento. El sujeto está en ella es mordida por un perro". En el síntoma fóbico resultante hemos
relativamente indeterminado, sin estructuras simbólicas que lo podido enlazar la pulsión oral agresiva a múltiples cadenas signifi-
releven, y por eso hay confusión de lugares: el peligro está ligado a cantes: la madre herida por el cuchillo del cirujano, J ustine respon-
la posibilidad de inversión ... y de retorsión de la pulsión. sable de esa efracción, el padre mordido por un perro rabioso,
La pulsión tiene la particularidad de poder volverse en su contra- etcétera. En la cura, vemos la zona ligada a la pulsión agresiva oral
rio, pero aquí no se trata en absoluto de denegación, la cual, en el -labios, boca, dientes-, fuente de angustia agresiva, convertirse en
discurso, da cuenta de un retorno de lo reprimido; el objeto, en zona erógena, causa del deseo y, sin duda, sede de placer futuro
cambio, no entra en las cadenas significantes, está siempre ahí y ligado al beso. CuandoJustinehablade ese chico de dientes en punta

19. Cf. "Las prohibiciones de decir", en "El saber ene! alumno", "El deseo de saber 20. Cf. Lo Imaginario, en tercera parte, "La transferencia".
y su impedimento", segunda parte, "Los saberes". 21. Cf. primera parte, cap. I, "Justine".

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(¡como un perro!) que le gusta tanto, su alegre risa augura lo que pulsiones parciales es menos pr ofundo, tal vez le faltaba la experien-
seguirá. cia del análisis de niños. Melanie Klein llenará esta falta. Lacan nos
En el caso de Virginie, el objeto oral, apresado en el conflicto proporcionará h err amientas (objeto a) que nos permiten determi-
neurótico, se enlazaba a múltiples cadenas significantes referidas a nar mej or la r elación de la pulsión con la geografía del cuerpo y la
la angustia de castración; acceso a la femineidad, identificación con elaboración psíquica subsiguiente.
las figuras parentales, donde el objeto de la pulsión original se había
dispersado en numerosas redes.
El sujeto, al paso de su evolución, erige estos objetos en compo-
nentes de su deseo integrándolos en la problemática sexual. El beso La pulsión epistemofílica
tiene sus orígenes en el placer oral lo mismo que el chupeteo, el
cigarrillo por ejemplo. Ciertas palabras de amor conservan una
connotación alimentaria: "te como" ... El pecho, primer objeto de la Freud da el nombre de "pulsión epistemofílica" a lo que nosotros
satisfacción oral, se vuelve objeto erótico. preferimos llamar "deseo de saber". En efecto, es difícil hablar de
Lo mismo podríamos decir respecto de los otros objetos: la zona pulsión cuando se trata de un obj eto intelectual, en apariencia muy
anal es una parte del cuerpo especialmente investida por el perso- alejado del cu erpo. ¿Cómo puede la pulsión involucrar al saber?
naje nutricio a causa de los repetidos cuidados de que es objeto; el Hemos visto cuánto estaba ligada la cu riosidad del niño a la
objeto anal se articula en la demanda de la madre. Veamos lo que pulsión de vida: adquirir un saber sobre sí mismo y sobre el mundo
dice Lacan en el Libro X del Seminario :22 "¿Por qué vía entra el para comprender y hacerse un lugar baj o el sol. Todo lo que
excremento en la subjetivación? Por intermedio de la demanda del concierne al saber está anclado en lo pulsional, y el lenguaje
Otro, llegado el caso la madre; guárdalo ... dónalo." Encontramos la corriente hace presente ese anclaj e: ¿no se h abla acaso del gusto por
huella de este objeto en numerosas configuraciones que van del saber, del apetito de aprender, de devorar los libros, de atiborra-
lenguaje escatológico a la neurosis obsesiva. miento escolar o de anorexia escolar? ¿No viene el término "saber"
La voz y la mirada entran en los circuitos simbólicos más fácil- de sapere, gustar, reconocer?
mente que los objetos oral y anal. Freud enfatiza la proximidad del La actividad intelectual procede en línea recta del erotismo anal;
ver al saber. en "aprender" está "prender"; ret ener, rechazar , manipular son
La pulsión sexual no puede ser equiparada a una pulsión parcial componentes de la pulsión anal, el dominio de la actividad anal
pues concierne al sujeto en su asunción fálica. Sin embargo, la encuentra su prolongamiento en el dominio del bien decir. El セッ」・@
realización sexual puede mantenerse próxima a la pulsión con su procurado por el trabajo intelectual y el m anejo de las ideas es bien
carácter de placer narcisi sta. El consumo del sexo puede emparen- conocido. Freud temía verse privado de él y esto lo asustaba más que
tarse entonces con una conducta de adicción al mismo título que el la muerte. Los "cracks" invisten a veces el saber hasta el punto de
consumo de droga. En el capítulo sobre la adolescencia ya mencio- convertirlo en un mecanismo de defen sa n eurótico donde el trabajo
namos la fuerza con que emerge la pulsión sexual en la pubertad y intelectual viene a obliterar los conflictos inconscientes. La posesión
el trastorno que podía desencadenar en un ser mal preparado para de un saber cada vez más vasto halaga su narcisismo y les asegura
las elecciones amorosas y afectivas. La fuerza del empuje ligado a la un poder de dominación sobre el otro. Si el gran científico es
エイ。ョウヲッュ」ゥ￳セ@ corporal puede desestabilizar entonces al sujeto . modesto, el autodidacta exhibe a menudo su suficiencia.
Largo es el camino de la pulsión al amor.
En los principales textos donde trata de la pulsión, 23 Freud
considera fundamentalmente la pulsión sexual. Su abordaje de las souvenir d'enfance de Léonard de Vi nci, NRF, Gallimard, col. "Idées", 1987; Malaise
dans la civilisation, Pa rís, PUF, 1983. [Hay versiones castellanas: "Tres ensayos de
teoría sexual", en Sigmund Freud. Obras completas, op. cit., t. VII; "Un recuerdo
22. J . Lacan, El Seminario, Libro X, La angustia (no publicado). \.._ infantil de Leonardo da Vinci", ibid., op. cit., t. XI; "El malestar en la cultura", ibid.,
23. S . Freud , Trois Essais sur la sexualité, NRF, Gallimard, col. G セ ャ、←・ウ BL@ 1987; Un op. cit., t. XXI.I

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1'ara Freud, la pulsión epistemofílica viene directamente de la concepto freudiano, la sublimación, que nos permitirá situar el papel
pul sión escópica: el deseo de ver se articula a la curiosidad sexual y, de la educación en esta andadura.
por deslizamiento, al deseo de saber o de crear (cf. Un recuerdo
infa ntil de Leonardo da Vinci).
La investidura intelectual no puede resultar extraña a la pulsión
sexual, el saber hace entonces las veces de falo imaginario. Freud da La sublimación
ejemplos de inhibición en la escritura y señalados por su connotación
sexual. 24
El tema de la pulsión epistemofílica nos lleva a interrogarnos sobre
Cuando la escriLura, que consiste en hacer correr un líquido con una el mecanismo que preside el cambio de objeto y de meta de la pulsión
pluma sobre una hoja en blanco, tomó la significación simbólica del La sublimación implica el despegue del objeto ligado al cuerpo y la
coito, o cuando la marcha pasó a ser susLituto del pataleo sobre el
cuerpo de la tierra madre, escriLura y marcha son las dos abandona- transformación del goce bruto a él vinculado en un goce de otro orden
das porque equivaldrían a ejecutar el acLo sexual prohibido . El yo centrado en la palabra, en el sentido: lo estético, por ejemplo . Freud
renuncia a funciones que están a su disposición para no verse la define así: "Llamamos sublimación a cierta forma de modificación
obligado a emprender una nueva represión, a fin de evitar un conflicto de meta y de cambio de objeto en la que entra en consideración
con el ello. nuestra evolución social... implica abandonar la meta inmediata en
favor de otras metas no sexuales, eventualmente más elevadas en la
¡Me pregunto si hoy encontraríamos este tipo de inhibición! Los consideración de los ィッュ「イ・ウNBセ V@
Hay, pues, cambio de objeto y de
escritores, cuando no trabajan en computadora, suelen hacer men- meta, tomando el objeto un valor compartido con otros (valor social);
ción del placer de deslizar la pluma sobre el papel. Veamos lo que el placer se mantiene y esto sin represión.
dice Paul Auster: 2'; Freud hablaba fundamentalmente de las pulsiones sexuales.
''Yo escribo con una lapicera porque la lapicera necesita un Apoyaba su teoría sobre el caso de Leonardo da Vinci, en el cual la
verdadero esfuerzo físico y, cuando toca el papel, hace un ruido al creación artística implicaba una renuncia a la sexualidad, en tanto
que soy muy sensible." que su curiosidad científica permanecía ligada a una curiosidad
Cuando el deseo de aprender permanece ligado al peligro pulsio- referida a sus orígenes. La tesis de la sublimación en cuanto implica
nal y se topa con la prohibición de la ley, corre el riesgo de quedar un abandono de la sexualidad no tiene hoy vigencia, y la frase de
inhibido. Puede tratarse de un peligro incestuoso -penetrar el Freud -"Las fuerzas utilizables para el trabajo cultural provienen
cuerpo de la madre, hurtar el pene del padre- o de un peligro mortal también en gran parte de la represión de lo que llamamos los
por retorsión de una pulsión destructiva, por ejemplo. Cuando el elementos perversos de la excitación sexual"- debe ser tomada con
niño no encuentra en su camino un conflicto capital, la curiosidad grandes reservas.
primitiva desemboca lógicamente en el deseo de aprender. Puesto El concepto de sublimación será más operativo para nosotros si lo
que acompaña a la evolución del sujeto, este deseo adopta formas concebimos a partir de las mutaciones del objeto "a" durante la
diversificadas y no puede ser el mismo en el niño de 5 años que en estructuración del sujeto. Hemos visto que un sujeto nace de su
el adolescente. En el Jardín de infantes se concreta con las activida- relación singular con un Otro, su hablaser [parlétre] y su ser de goce
des lúdicas; en la adolescencia, interviene en la búsqueda de nuevas se constituyen entonces muy rápidamente y escapan de él para
identificaciones. A fin de explicarnos esta evolución apelaremos a un siempre; este pasado reprimido orienta su vida y sella su destino.
Pero el sujeto se confronta m uy pronto con la mirada del otro (estadio
24. S. Freud, lnhibition, Symptome et Angoisse, París, PUF, 1990. [Hay versión del espejo) y deberá ceder a los imperativos sociales, reprimir sus
castellana: "Inhibición, síntoma y angustia", en Sigmund Freud. Obras completas ,
op. cit. , t. XX.]
25. Manifestaciones recogidas por Gérard de Cortanze (Elle, n• 2686), "Une
journée avec Paul Auster". 26. S. Freud, Un souuenir d'enfance de Léonard de Vinci, op. cit.

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instintos y adquirir los valores de su grupo. Este recorrido puede Las ganas de aprender
estar sembrado de trampas, las insuficiencias y las carencias con
que el sujeto se tope podrán provocar rupturas en su evolución y
comprometer su narcisismo. No insistiremos en los múltiples parámetros que intervienen en el
éxito y en el fracaso escolar, 27 ligados unos al desarrollo precoz del
sujeto y relacionados otros con el medio.
Sublimación-educación Cuando consideramos "las ganas de aprender", constatamos que
los niños que no tuvieron la posibilidad de multiplicar y diversificar
N o se puede imaginar un proceso de sublimación instalándose en un sus investiduras culturales carecerán de interés por el saber escolar,
momento dado. Preferimos pensar que se trata de adquisiciones permanecerán cautivos de sus pulsiones, no tendrán ninguna ape-
progresivas y de una importancia cada vez mayor de las identifica- tencia por las actividades :intelectuales. El goce de la violencia no
ciones yoicas -yo ideal, ideal del yo- consolidando el narcisismo del pudo ser sofrenado y no se absorbió en las estructuras lingüísticas,
sujeto. por lo que estos niños no disponen de capacidad de reflexión y se
En el curso de una vida las fuentes de interés y placer se sienten incómodos en la relación con el otro.
modifican, ciertas investiduras desaparecen, otras aparecen, los La adquisición del saber escolar está lejos de dar placer y de
objetos de deseo y de placer se desvanecen o se deslizan, hay cambios procurar satisfacción inmediata: ¡el niño se ve obligado a sublimar!
de perspectiva. El niño renuncia por sí mismo al objeto de goce Salvo que se someta a una pasión devoradora (los cracks), la
pulsional para interesarse en actividades más "nobles", estimulado adquisición de conocimientos y el trabajo escolar no son por lo
a ello por el entorno: intercambios de lenguaje, actividades de general demasiado atrayentes. Aprender ya no tiene el carácter
pensamiento, actos creativos; los etnólogos gustan hablar de pasaje lúdico que presentaba cuando el niño era más pequeño, el placer de
de la naturaleza a la cultura. Este renunciamiento pulsional corre descubrir suele mitigarse por efecto de una pedagogía aburrida,
a la par con una integración de la ley; las prohibiciones edípicas son estudiar demanda esfuerzo, frustraciones, tenacidad.
en sí factores de civilización. El alumno debe "engancharse" a un proyecto de futuro mediante
Cabe preguntarse si no cabe ya hablar aquí de educación. Sin un trabajo de anticipación, su esfuerzo debe sostenerse en un ideal
duda, en la medida en que los valores se transmiten y en que La ley del yo y en la búsqueda de identificación con un yo ideal: puede
es interiorizada sin que sea preciso imponerlos. ¿Necesita la mayoría tratarse de la causa humanitaria como valor a defender, o del
de nosotros que la prohibición del asesinato, la prohibición del proyecto de hacerse piloto o veterinario; estamos aquí en la construc-
incesto, sean verbalizadas? Parecen caer por su peso en nuestra ción del yo con la perspectiva del éxito en la vida; ya no se trata de
cultura para quien ha recibido en su familia una educación de base. satisfacción pulsional, sino de placer diferido. Cuando el ideal
Las reglas sociales deben ser enseñadas e impuestas por la fuerza cultural esperado se contradice excesivamente con el del medio de
cuando el sujeto ha malogrado su entrada en lo simbólico: los valores origen, y cuando la educación familiar ha sido deficiente, ¿puede la
son exteriores a él, el pensamiento es primario y la satisfacción escuela llenar ese hiato? El abordaje del problema a partir de la
pulsional prevalece, de ahí el pasaje al acto. Si la instrucción dada pulsión y de la sublimación nos permite divisar algunas vías de
en la escuela debe tener virtudes educativas, además es preciso que transición.
el sujeto haya adquirido esa educación primera dada por la familia ¿Cómo podría favorecer la escuela el paso de la energía pulsional
y por el medio. a investiduras intelectuales?
Ciertas actividades pueden.cumplir ese papel de transición indu-
ciendo cambios en el objeto de la satisfacción pulsional: el deporte,
por ejemplo, ¿no constituye un amago de sublimación? Hay descarga

27. Cf. "El saber en el alumno", en segunda parte, "Los saberes".

:126 :327
corporal, sin duda, pero aquí está codificada, sometida a reglas
válidas para todos, socializada. El canto, la danza, los trabqjos
manuales, el dibujo son actividades ligadas al placer del cuerpo, peTo
también a la creatividad, lo que implica un goce de distinta natura-
leza y un placer "sublimado". 28
En estas actividades el objeto pulsional se des plaza, mientras que
el dinamismo ligado a la pulsión se conserva. Tales actividades
poseen otra virtud, la de reconciliar al sujeto consigo mismo: el éxito
le devuelve la confianza, y la competitividad, aquí muy bien recibi-
da, se diferencia de la rivalidad, de los celos y de la agresividad
enlazados a la pulsión.
Hemos intentado considerar aquí la violencia en función de la
problemática del sujeto, esto es, por su enganche con las pulsiones
y por su relación con la ley. El renunciamiento a la violencia no pasa QurNTA PARTE
forzosamente por la aplicación de una violencia represiva. Cuando
la ley no fue integrada a partir de la estructuración del sujeto, ENSEÑAR- EDUCAR- PSICOANALIZAR
hacerla respetar aparece como un imperativo superyoico y el sujeto
queda expuesto a responder con una intensificación de sus conduc- •
tas agresivas. Aunque el castigo siga siendo necesario, es preciso
apostar al efecto regulador y civilizador de la cultura . La escuela
puede cumplir este papel si reflexiona sobre los medios para inducir
a un sujeto a integrarse en ella, teniendo el cuidado de considerar el
punto del que arranca y la necesidad de no quemar etapas.

28. Cf. "Distribución del tiempo escolar", "Palaiseau", en "El saber en el alumno",
"La negativa a saber y sus causas coyunturales", segunda parte, "Los saberes".

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