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de las
Misiones
Avery Willis, Jr.
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Acerca del Autor
Avery T. Willis, hijo es la persona ideal para escribir este libro. Como supervisor de la
sección de Adultos del Departamento de Programa de Preparación de la Junta de Escuelas
Dominicales, es consciente de las necesidades de preparación que tienen los adultos. El doctor
Willis llegó a ocupar dicho puesto después de haber servido en el campo misionero como
presidente del Seminario Teológico Bautista de Indonesia. Por lo tanto, escribe con la pericia de
un educador y con el corazón de un misionero.
El doctor Willis es oriundo del estado de Arkansas y graduado de la Universidad Bautista
de Oklahoma y del Seminario Teológico Bautista del Suroeste donde en 1974 recibió un
doctorado en teología con especialidad mayor en misiones y menor en filosofía y predicación.
Pastoreó iglesias en Oklahoma y Texas durante diez años antes de ser nombrado misionero de la
Junta de Misiones Foráneas de la Convención Bautista del Sur.
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Cómo Estudiar Este Libro
ESTUDIO EN GRUPOS
El libro es ideal para ser estudiado en grupos grandes o pequeños aprovechando las actividades
de Aprendizaje Personal para lograr la participación activa de todos los presentes
ESTUDIO INDIVIDUAL
Usted pede estudiar este libro individualmente tanto como en grupo. Lea con cuidado cada
capítulo y complete cada Actividad de Aprendizaje Personal a medida que van apareciendo en el
texto. Se encontrará ideas nuevas y originales. Tome tiempo para considerar y evaluar cada una.
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Prefacio
A los pocos meses de estar en mi primer pastorado, una hermana fiel y también muy franca, me dijo:
-Hermano Avery, ¿sabe qué es lo que me gusta de su predicación?
-Me adelanté en la silla sin poder disimular mi curiosidad -Es que usted no predica doctrina,
-Pasmado, me desplomé en mi asiento.
-¡Pero todo lo que predico es doctrina, hermana! -exclamé.
-Bueno, no parece serio.
-Pero doctrina significa verdad o enseñanza, Todo lo que yo predico es doctrina porque predico la Biblia.
Desde ahora mismo, quiero que sepa usted que puede ser que este libro no parezca doctrina, pero lo es. Le
ruego que lea la Palabra de Dios junto con el libro para poner a prueba mis interpretaciones. Si este libro lo impulsa
a examinar la Palabra para descubrir la base bíblica de las misiones, entonces habré triunfado,
No quiero que este libro parezca texto teológico, He estudiado la mayoría de los que existen sobre
misiones, y dudo que muchas personas leerían este libro si lo hubiera encarado como tal, o si lo hubiera
documentado extensamente. He escrito diálogos para lograr que algunos de los temas clave cobren vida, Los pasajes
de la Escritura de los cuales se derivan, por lo general aparecen después de los diálogos para que usted pueda
estudiar su Biblia y determinar la validez de los mismos, Mi interés principal es que usted llegue a ver al mundo
desde la perspectiva de Dios y comprenda su plan de establecer su reino,
El primer deseo de escribir este libro lo tuve hace quince años en un seminario sobre misiones cuando un
profesor comentó que los bautistas necesitábamos un libro actualizado sobre las bases bíblicas de las misiones. Me
sorprendió porque pensaba que todo lo que puede haber sobre la base bíblica de las misiones ya había sido escrito,
Hace diez años escribí un bosquejo y comencé mis investigaciones de lo que sería el contenido de este libro. Me di
cuenta de que no comprendía ni había experimentado todo lo que fui descubriendo en la Biblia en cuanto a las
misiones: Ya había cumplido un período de servicio misionero, pero regresé a Indonesia para poner en práctica lo
que Dios me había revelado en su Palabra.
Durante los catorce años de experiencias misioneras en Indonesia, Dios me obligó a estudiar su Palabra una
y otra vez para poder comprender más profundamente la base bíblica de las misiones y lo que implican para
nosotros en la actualidad. Me ha dado una perspectiva nueva de su propósito y plan para el mundo y de las maneras
como piensa atraer a todas las naciones a su seno. Espero que este intento de compartir estas percepciones con usted
resulten en que comprenda las bases bíblicas de las misiones; pero aún más, espero que como resultado, usted haga
que la obra misionera mundial sea el propósito principal de su vida. .
Sin duda, leerá algunas cosas aquí que nunca ha leído antes. Espero que sea usted como los bereanos que
"recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así"
(Hechos 17:11).
Reconocimientos
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Introducción
Las realidades de la actualidad nos obligan a mirar con nuevos ojos a las bases bíblicas de las
misiones. La obra misionera moderna se encara como si fuera la ocurrencia de una minoría. Después del
primer siglo, las misiones no han vuelto a ocupar el lugar que les corresponde en el ministerio de la
iglesia. Por supuesto, iglesias, juntas de misiones, sociedades e individuos han hecho esfuerzos para
llevar el evangelio hasta lo último de la tierra; pero si contáramos a todos los que han participado en
cualquier fase de la obra misionera, el porcentaje sería tristemente pequeño.
DEFINICIÓN DE TÉRMINOS
Permítame explicar algunos términos que serán usados en este libro. Al decir misión, quiero decir
el propósito redentor total de Dios en establecer su reino. Misiones u obra misionera, por otro lado, es la
actividad del pueblo de Dios, la iglesia, para proclamar y mostrar el reino de Dios al mundo. La palabra
misión se deriva de la palabra latina mittere que significa enviar. Dios es tanto el que envía como el
enviado (en Cristo). La iglesia es enviada por Dios en una misión y colabora con Dios para enviar
misioneros. Los misioneros son escogidos por Dios y la iglesia para cruzar las barreras naturales y
culturales con el evangelio.
Hago esta distinción porque misiones u obra misionera siempre está en peligro de convertirse en
una expresión del hombre. Las misiones colocan a la iglesia en el centro de los conflictos del mundo. Sin
una base bíblica, la iglesia no podrá ser leal a la misión de Dios. La obra misionera puede llegar a
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identificarse fácilmente con la cultura del que envía o ser influida por elementos de la cultura en la cual se
está expresando. Por ejemplo, la Compañía de las Indias Orientales fue comisionada para hacer obra
misionera en Indonesia, pero subordinó las misiones a los intereses del imperio financiero. El
nacionalismo que vuelve a surgir alrededor del mundo reacciona ante cualquier intento extranjero de
cambiar las culturas nacionales. Las personas de otras culturas en seguida puntualizan los fracasos
contradictorios de la civilización occidental. Reaccionan contra la actitud de superioridad de parte de los
extranjeros gritando: "váyase, Yankee." A pesar de esta reacción muchos norteamericanos creen que si
utilizan métodos modernos de negocios y propaganda la gente llegará a Cristo en gran número. Se pueden
vender hamburguesas pero la gente de muchas naciones frecuentemente rechaza el evangelio cuando éste
les es presentado en un "paquete" occidentalizado.
La misión de Dios es el factor principal en las misiones. Así como el fruto es el producto de la
vid, así las misiones son el producto, o el resultado, de la misión de Dios. Para entender a las misiones
debemos empezar con la vid: la misión de Dios. De la vid vayamos a la rama: la misión de la iglesia.
Luego consideremos el fruto: las misiones. Las tres deben basarse en la Biblia para no degenerarse en
metodologías superficiales, soluciones humanas y logros que sólo duran un corto tiempo.
En la primera mitad de este libro (capítulos 1 al 5), estudiará usted acerca de la misión de Dios y
la co-misión de la iglesia. En la segunda mitad (capítulos 6 al 10), pasará de la base teológica a la
expresión práctica de la misión. La base bíblica de las misiones abarca tanto el aspecto teológico como el
práctico. Sin embargo, no es la finalidad de este libro detallar las expresiones concretas de la obra
misionera.
Permítame alertarle sobre los tres énfasis en el libro que pudieran ser mal entendidos si no se
toman dentro del contexto total. Primero, la misión de Dios es vista en el orden de una revelación
progresiva: el Padre, el Hijo y el Espíritu. Las tres personas de la deidad no deben considerarse tan
distintas que violen la unidad de Dios. El Hijo y el Espíritu fueron activos en la creación y en el período
del Antiguo Testamento. Pero predominan más en el Nuevo Testamento. Segundo, el tema del conflicto
entre el reino de Dios y el reino del mal se da a lo largo del libro, pero no debe ser interpretado como un
dualismo. Dios es siempre Señor de todo. Pero Dios se ha limitado a sí mismo en la era presente para
salvar al hombre e incluirlo en la misión de Dios. Tercero, ocasionalmente aparece un tono escatológico.
Mi intención no es fijar una fecha, ni dar mi apoyo a una interpretación en particular. Sin embargo, la
Biblia refleja un sentido de urgencia bíblica para nosotros que vivimos en los últimos días que
comenzaron el día de Pentecostés y terminarán cuando Cristo regrese.
El capítulo 1 muestra que la misión de Dios es restaurar el compañerismo con el ser humano y
hacerle socio de la redención mundial. El hombre se niega a ser el socio de Dios, dando como resultado
un conflicto en la tierra entre Dios y Satanás, El hombre colaboró con Satanás y demoró el plan de Dios
de que su voluntad fuera hecha en la tierra así como en el cielo. El resto del libro va presentando el
conflicto entre el reino de Dios y el reino de Satanás.
El capítulo 2 detalla la misión del pueblo de Dios. Dios se negó a darse por vencido ante el
pecado del hombre. Levantó a un pueblo para que hiciera su voluntad y fuera sacerdote-siervo obediente
a todas las naciones del mundo. Eligió a Israel, hizo un pacto con ella y la disciplinó. Pero una y otra vez
Israel egoístamente se negó a cumplir su propósito. Hacia el final del Antiguo Testamento el hombre
había fracasado completamente, y parecía que la voluntad de Dios nunca se haría en la tierra.
El capítulo 3 describe cómo, una vez más, la misión fue de Dios únicamente. Dios envió a Jesús
como su Siervo-Sacerdote obediente para redimir al hombre y formar un reino santo de sacerdotes que
demostrarían y proclamarían las buenas nuevas del reino. Jesús cumplió el intento de Dios para Israel al
convertirse en el Hijo Disciplinado en la encarnación, el Siervo Sufriente y Sacerdote a todas las naciones
en la crucifixión, y el Rey del Cielo y la Tierra en su resurrección. Escogió doce discípulos para ser el
núcleo de su nuevo pueblo del pacto. .
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El capítulo 4 documenta cómo el Padre y Jesús enviaron al Espíritu Santo para tomar el lugar de
Cristo, y para investir de poder, inspirar y guiar a su pueblo escogido en la proclamación de las buenas
nuevas del reino a. toda persona sobre la tierra.
El capítulo 5 muestra cómo la iglesia recibió el rol de co-misión con Dios. Cristo mora en la
iglesia para que ésta viva por el principio del Calvario en cuanto a su sacerdocio, el principio de la
encarnación en cuanto a su servicio, y el principio de la resurrección en cuanto a su relación como hija.
El capítulo 6 explora cómo Dios cumple su misión por medio de multiplicar discípulos en todas
las naciones.
El capítulo 7 trata de cómo. Dios provee equipadores para preparar al pueblo de Dios para la
obra del ministerio.
El capítulo 8 relata cómo Dios llama a todos los discípulos a ministrar, dándoles dones
espirituales que los capacita para servir en el mundo y extender el reino de Dios.
El capítulo 9 presenta la tesis de que Dios intercede en los asuntos de los hombres y las naciones
para establecer su reino en proporción a la oración intercesora de su pueblo en favor de ellos.
El libro culmina con la misión cumplida en el capítulo 10. La misión de Dios será cumplida
cuando Cristo entregue el reino al Padre. Mientras tanto, está dando a su pueblo todas las oportunidades
posibles para que sean socios de él en el establecimiento del reino y en prepararse para reinar con él.
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CAPITULO 1
Misión de Dios
La mañana después que acepté a Cristo como Señor y Salvador, corrí a los hogares y los negocios
de todos mis amigos para contarles la gran noticia. Aunque sólo era un niño, intenté predicar a
quien me escuchara. Mi único sermón era: "Cristo es para todo el mundo", basado en Juan 3:16.
Tanto está la obra misionera en el corazón de Dios que hasta un niño que sólo sabe Juan 3:16 y
que ha recibido nueva vida en Cristo la puede comprender.
¿Por qué hay tanta confusión en el mundo? ¿Es que Dios no lo ama? ¿No quiere él hacer el bien? ¿No
tiene acaso todo el poder? En suma, ¿por qué se necesita realizar obra misionera mundial?
La majestad de la misión de Dios radica en la respuesta a este problema: ¿Por qué no se hace la
voluntad de Dios en la tierra como en el cielo? Las respuestas finales se encuentran en la naturaleza de
Dios, en la naturaleza del hombre, en la naturaleza de la maldad y en la naturaleza de la misión.
LA NATURALEZA DE DIOS
El dilema relacionado con la naturaleza de Dios puede diagramarse de la siguiente manera:
Poderoso
Suba conmigo a un cohete espacial y vislumbre la grandeza de Dios. Viajamos a la velocidad de la luz,
186.282 millas por segundo. Al ser lanzados al espacio, desde nuestros asientos vemos a la tierra con
claridad. Un segundo después la tierra ha quedado atrás y no parece más grande que un enorme globo. En
dos segundos hemos pasado la luna y observado la vista, ya famosa, de la tierra desde allí. Después de
ocho y medio minutos pasamos el sol. A una distancia de 93 millones de millas, la tierra parece ser sólo
un punto en la oscuridad del espacio.
Cinco horas después abandonamos el sistema solar y ya no podemos distinguir a la tierra entre
los millones de planetas y estrellas. Después de cuatro años de viaje a la velocidad de la luz, pasamos la
estrella más cercana a la tierra, Alfa Centauri. Nos lleva casi cien mil años cruzar nuestra propia galaxia,
la Vía Láctea, Después, seguimos otros 1.500.000 años antes de llegar a la Gran Nebulosa, la más
distante de las otras siete galaxias en lo que los astrónomos llaman el Grupo Local. Hasta ese punto
podríamos comparar nuestro viaje con una familia que emprende un viaje largo cuyo niñito pregunta aún
antes de haber salido de la ciudad: "¿Falta mucho para llegar?" En la gran inmensidad del espacio, hemos
de viajar por lo menos 4.500 millones de años a la velocidad de la luz antes de empezar a alcanzar la
parte del universo que no se puede ver con telescopios desde nuestro planeta. ¡Y quién sabe cuánto existe
más allá!
Y, sin embargo, Isaías dice que Dios "midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con
su palmo" (Isaías 40:12). Mide el espacio con la palma de su mano. Vislumbrar la grandeza de Dios debe
aumentar nuestra admiración de lo que es su misión. "Los cielos cuentan la gloria de Dios" (Salmo 19: 1),
pero sólo un poquito. Cuando comparamos la infinidad de Dios con nuestras propias limitaciones de
tiempo y espacio decimos como el salmista, "cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las
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estrellas que tú formaste, digo: ¿qué es el hombre para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre,
para que lo visites?" (Salmo 8:3, 4).
Ciertamente el desorden del mundo no es porque a Dios le falte poder y grandeza.
Amoroso
Para comprender mejor a Dios, debemos dar marcha atrás a nuestro cohete espacial y regresar a la tierra
pues el salmista afirma: "Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra.
Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos: todo lo pusiste debajo de sus pies" (Salmo 8:5, 6).
Dios ama al ser humano. ¿Podemos imaginamos al Dios grande que creó todo el universo
visitando la tierra, formando al hombre del polvo y dándole el aliento de vida? (Génesis 2:7). Como
corona de la creación de Dios, el hombre fue puesto en un ambiente perfecto que le proveía de todo lo
que necesitaba (Génesis 2:8-14). Dios hasta creó a la mujer como compañera amorosa que lo
complementaba perfectamente (Génesis 2: 18). Dios se comunicaba con esa criatura finita que había
creado a su imagen. Le confió el resto de su creación y le dio dominio sobre ella. La provisión, la
comunión y la confianza de Dios son prueba de su amor. No es porque a Dios le falte amor que el mundo
se encuentra en confusión.
Tiene Propósitos
Una rápida mirada al orden creado nos convence de que Dios tiene propósitos.
Porque recta es la palabra de Jehová, y toda su obra es hecha con fidelidad. El ama justicia
y juicio; de la misericordia de Jehová está llena la tierra. Por la palabra de Jehová fueron
hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca... Jehová hace nulo el
consejo de las naciones y frustra las maquinaciones de los pueblos. El consejo de Jehová
permanecerá para siempre; los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.
(Salmo 33:4-6, l0, 11).
Las normas que Dios estableció al crear el universo hacen posible que la ciencia exista. Sin la
regularidad de estas normas la ciencia nunca podría verificar un experimento porque no podría estar
segura de que los elementos reaccionarían de la misma manera bajo las mismas condiciones. La
astronomía puede predecir la ubicación y movimiento precisos de las estrellas y planetas porque fueron
hechos de acuerdo con el propósito de Dios. "Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento
anuncia la obra de sus manos" (Salmo 19:1).
Desde nuestro punto de vista actual no comprendemos todo el propósito original de Dios en la
creación, pero sí sabemos que era bueno. Sabemos que el hombre iba a ser su socio a fin de desarrollarla
y que Dios y el hombre comunicaban de ello regularmente. En los primeros capítulos de la Biblia,
vislumbramos la naturaleza de Dios como poderosa, amorosa y que tiene un propósito, y comenzamos a
comprender su misión. Resulta claro que no fue alguna carencia en el propósito original de Dios lo que
causó el mal que vivimos en el mundo de la actualidad. .
¿Por qué, entonces, permite Dios que el mundo sea como es? No puede ser que no ame al ser
humano, pues no escatimó a su propio Hijo para salvar al hombre (Romanos 8:32). No es por la voluntad
de Dios que las cosas no andan mejor pues Dios no quiere que nadie se pierda (2 Pedro 3:9). Tampoco es
por falta de poder pues Dios mismo dice: "He aquí yo soy Jehová, Dios de toda carne: ¿habrá algo que
sea difícil para mí?" (Jeremías 32:27). .
Ya que Dios ama y tiene el poder para hacer lo que desea, la respuesta ha de estar en alguna parte
de su voluntad, y es aquí donde entra en juego la naturaleza del hombre.
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LA NATURALEZA DEL HOMBRE
La naturaleza del hombre agrega otra dimensión a la misión de Dios y explica parte del dilema.
Dios creó al hombre a su propia imagen, lo que significa que el hombre era bueno, responsable y capaz de
comunicarse con Dios (Génesis 1:27). Pero creó al hombre del polvo, lo que significa que era finito y
limitado a un tiempo y espacio (Génesis 2:7).
La habilidad del hombre de pensar, de tener voluntad propia y de sentir reflejaba la imagen de
Dios. Pero su parecido a Dios era más evidente en su naturaleza moral.
Relacionado
Porque el hombre reflejaba la imagen de Dios, su necesidad primaria tenía que ver con sus
relaciones. El hombre deseó relacionarse con Dios y con otros seres creados para sentirse completo.
El hombre descubrió su verdadera naturaleza e identidad al relacionarse cara a cara con Dios y al
relacionarse con la creación. Sabía que era distinto de los otros seres creados. Podía pensar, hablar y
actuar con la creación en formas que no podían los animales. Aún más importante, encontró que podía
comunicarse con Dios.
Sin embargo, al relacionarse el hombre con Dios percibió que Dios era el Otro distinto del
hombre o de la creación. Dios era infinito; el hombre era finito. Dios tenía poder sin límites; el del
hombre era limitado. Dios podía estar en cualquier lugar; el hombre, sólo en un lugar a la vez. Dios sabía
todo; el hombre todavía estaba aprendiendo. Dios era independiente; el hombre dependiente. Dios era
Espíritu; el hombre carne y espíritu. En esta relación el hombre se sentía seguro. Dios amaba al hombre, y
el hombre respondía. Dios le tenía confianza, y el hombre tenía confianza en Dios. La percepción de su
identidad lo hizo sentirse cómodo con Dios y con el mundo. Adoraba a Dios y se sentía feliz de ser su
amigo.
Responsable
Dios hizo al hombre responsable dándole dominio sobre todos los seres vivientes de la tierra. El
hombre original debe haber tenido grandes poderes intelectuales para conocer y dar nombre a todos los
animales (Génesis 2: 19, 20). No sabemos cómo el hombre gobernó sobre los bienes que Dios creó para
él, pero resulta claro que debía ser responsable de ellos.
La segunda responsabilidad del hombre era sojuzgar la tierra. Tenía el derecho de dominar su
ambiente material y lograr que le sirviera. Dios puso al hombre en el Edén y le dijo "que lo labrara y lo
guardase" (Génesis 2:15).
La tercera responsabilidad del hombre era "fructificad y multiplicaos; llenad la tierra" (Génesis
l:28). Era responsable de su descendencia.
Limitado
La limitación del hombre no era mala; al contrario, era la razón más poderosa para depender de
Dios. Aunque el hombre tenía limitaciones, contaba con todo el poder que necesitaba para vivir una vida
feliz. Su susceptibilidad a la muerte surgió sólo después que abusó de su dominio.
El hombre se rebeló contra su dependencia de Dios y se entronizó a sí mismo. Deseó ser "como
Dios, sabiendo el bien y el mal" (Génesis 3:5). La naturaleza del hombre se corrompió. De un golpe
sacrificó su íntima relación con Dios, su relación de cooperación con el orden creado, y fue sujeto al
pecado y la muerte (Génesis 3:16-24).
El hombre perdió la identidad de sí mismo en la caída porque ya no pudo relacionarse
debidamente con el Otro. Su falta de integridad causó que se relacionara indebidamente con su prójimo.
Buscó identidad y seguridad en compararse con otros a quienes consideraba inferiores o volviéndose
hostil hacia los que percibía como superiores.
Creó una sociedad fraccionada que se sostiene haciendo distinciones de raza, clase, intelecto, habilidad,
religión, etc.
Por lo tanto, el hombre está separado de Dios, dislocado de su posición original en el orden
creado y, enajenado de sus prójimos.
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A la par del pecado y la maldad del hombre, se desarrolló una falla destructiva en el orden
creado. Pablo describió la condición caída del hombre en un mundo caído: "Porque sabemos que toda la
creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también
nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros
mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo" (Romanos 8:22, 23). Parte del dilema
mencionado empieza a aclararse. Al darle libertad al hombre, Dios, hasta cierto punto, se limitó a sí
mismo. Dio al hombre la responsabilidad de elegir y le dejó sufrir las consecuencias de sus elecciones
equivocadas. .
Entonces aparece otro aspecto de la naturaleza de Dios: su rectitud y justicia. Castigó al hombre y
a la serpiente. Pero porque amaba al hombre, no lo abandonó. La misión de Dios es restaurar al hombre
para que vuelva a ser íntegro y poder así relacionarse debidamente con Dios, el hombre y el orden creado.
La misión de Dios no sólo surge de su propia naturaleza sino que fluye hacia la naturaleza caída
del hombre para restablecer una relación correcta entre él y el hombre.
Escriba un párrafo, en sus propias palabras, describiendo cómo la naturaleza del hombre complicó
la misión de Dios.
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que vuelva a coronar a Dios como Señor y para que lo haga por su propio libre albedrío. Dios obra a
través del hombre para volver a establecer su reino. El hombre no puede hacer que venga el reino, pero
puede reconocerlo y ser socio de Dios. Dios no quiere un reino de esclavos, sino de hombres libres
quienes gozosa y voluntariamente le adoren. .
Dada la naturaleza de Dios, la naturaleza del hombre y la naturaleza del mal, el dilema del mundo
no se resolverá hasta que la misión de Dios se cumpla.
LA NATURALEZA DE LA MISIÓN
La obra misionera se originó en el corazón de Dios. No es algo que decidimos hacer para Dios,
más bien Dios nos revela su propósito para que podamos tener una participación creativa en su misión.
No nos equivoquemos, nosotros no iniciamos la misión de Dios, ni la consumamos. Pero de alguna
manera, y hasta cierto punto, Dios ha limitado lo que él haría. Esa limitación viene a ser la posibilidad de
lo que él puede hacer por medio de nosotros (Salmo 78:41). Dios resume nuestra tremenda
responsabilidad y la fe que deposita en nosotros en tres propósitos básicos de su misión y de la nuestra.
Compartir las Buenas Nuevas con los Que Están Enemistados con Dios
La misión de Dios incluye volver a crear al hombre espiritualmente. "Porque somos hechura
suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que
anduviésemos en ellas" (Efesios 2: 10). Dios restaura la identidad del hombre y su razón de ser
Al mismo tiempo, Dios crea una nueva sociedad sin barreras (Efesios 2: 13-22). El misterio de la
misión de Dios es claro: "que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y coparticipes
de la promesa en Cristo Jesús" (Efesios 3:6). Ha encomendado a su pueblo la misión expresada por Pablo:
"A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre
los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo, y de aclarar a todos cuál sea la
dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas" (Efesios 3:8, 9).
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comprendemos qué significa para Dios, pero se nos dice que esto es de suprema importancia para él y
para nosotros.
Cada uno de nosotros se siente inseguro en cuanto a su propósito en la vida hasta que Dios se lo
revela. Uno de los propósitos de este libro es ayudarle a usted a comprender lo importante que usted,
como individuo, y la iglesia, como pueblo de Dios, son para Dios.
Dios quiere que el hombre le glorifique, que comparta las buenas nuevas con los que están
separados de él, y que muestre la sabiduría de Dios a los poderes malignos.
Dios está decidido a cumplir su misión en sus propios términos. No obliga al hombre, ni acepta
que el hombre lo obligue a él. Más bien, guiará al hombre por medio del amor. Después que el hombre
cayera, siguió defraudando a Dios. Se volvió tan malo que "todo designio de los pensamientos del
corazón de ellos era de continuo solamente el mal y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la
tierra, y le dolió en su corazón" (Génesis 6:5,6).
Es difícil comprender el significado de las palabras; "El Señor se arrepintió." Arrepentirse significa
cambiar de opinión, de acción o conducta. A veces la verdad de que Dios no cambia se interpreta como
que es estático, inactivo y que no le afecta nada de lo que el hombre hace. Pero cuando la Biblia dice que
Dios no cambia, significa que no cambia en su carácter.
Escriba en sus propias palabras lo que usted opina que habrá significado para Dios arrepentirse y
sentir dolor (Génesis 6:6, 7). Luego piense en el dolor más intenso que haya 'sentido en su vida.
Escriba tres o cuatro palabras describiendo cómo se sentía. Ahora trate de Imaginar cómo Olas se
siente ante el fracaso del hombre en hacer su voluntad.
Aunque Dios destruyó a la mayoría de la gente que creó, su misericordia le hizo detenerse antes
de destruir a todos. Así que aunque Dios se "dolió" por la forma como el hombre había corrompido su
creación, no se "arrepintió" en el sentido de descartar su propósito anterior. Mantuvo su propósito pero le
dio nueva dirección a fin de poder cumplirlo.
Los escritores de la Biblia no podían expresar las emociones de Dios en otros términos que no
fueran humanos. Pero no nos equivoquemos, Dios tiene emociones. Las emociones son una parte de la
imagen de Dios que pusiera en el hombre. La mayoría de nosotros en el mundo occidental hemos recibido
inconscientemente la influencia de la filosofía griega que mantenía que Dios es el Ser Inamovible, que
estoicamente se sienta sobre un trono sin actuar ni sentir. Aun el estudio más somero de la Biblia revela
que Dios sufre, siente dolor y quebranto de corazón por la rebelión del hombre. El es el Dios que siente y
actúa.
Con razón Aquel que es Perfecto sufre cuando el hombre peca intencionalmente. El hombre trata
de ser como Dios, pero por razones equivocadas. Quiere el conocimiento que Dios tiene para usarlo en
lograr sus propios fines. Quiere gobernar el mundo como una manifestación de su propio poder en lugar
de hacerlo como una extensión de la autoridad de Dios. Quiere compañerismo con Dios basado en sus
propias obras en lugar de basarlo en la gracia de Dios. Quiere tener comunión espiritual, pero ha escogido
comunicarse con Satanás y los poderes del mal en lugar de comunicarse con Dios. Ha tomado los dones
de Dios y los ha usado egoístamente. Tanto se ha pervertido por medio de su rebelión que piensa que la
maldad es mejor que la bondad y la justicia. La rebelión y la maldad del hombre son una carga para el
Señor. El Señor expresa su carga "¿Qué maldad hallaron en mí vuestros padres, que se alejaron de mí, y
se fueron tras la vanidad y se hicieron vanos?" (Jeremías 2:5).
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El resto de la Biblia después de la caída es la historia de la decisión de Dios de dar marcha atrás a
la historia y de establecer su reino. Dios volvió a empezar una y otra vez, pero cada vez lo hacia con un
hombre manchado. Sin embargo, Dios no se ha dado por vencido en lo que se refiere al hombre y su plan
de establecer un reino de personas de todas las naciones.
Jesús más tarde se hizo eco de este deseo al decir en Mateo 28: 19: "Por tanto, id y haced
discípulos a todas las naciones." El Espíritu demostró el deseo de Dios de alcanzar a gentes de todas las
naciones cuando, en Pentecostés, hombres de muchas naciones escucharon, en su propio idioma, las
maravillosas obras de Dios (Hechos 2: 11). Juan profetizó en Apocalipsis que "cantaban un nuevo
cántico, diciendo: - tú ... con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y
nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra" (5:9, 10).
El drama de la misión de Dios se desarrolla entre Génesis 3: 15, cuando Dios prometió que el hijo
de Adán heriría la cabeza de la serpiente, y Apocalipsis 20, cuando Satanás es lanzado al infierno.
Nota
l. Edwin D. Roels, God's Mission (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Company, 1962), p.
80.
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CAPITULO 2:
Misión del Pueblo de Dios
"Qué extraño que Dios escogiera a los judíos", pensé al despertar en una cama de
hospital en Bangkok, Tailandia, Aparentemente, caminando por la calle esa mañana, me
atropelló un auto y al caer me había golpeado la cabeza en el filo de la vereda, Cuando
recobré el conocimiento varias horas después en el hospital, sin saber dónde estaba ni
qué había pasado, el rítmico refrán se repetía una y otra vez en mi mente: "Qué extraño
que Dios escogiera a los judíos”
Sí, parece extraño que Dios escogiera a los judíos, o a cualquier otro, como sus socios para
redimir al mundo. ¿Por qué, por qué se limitó Dios a establecer su reino por medio de la colaboración
voluntaria del ser humano? Como Señor soberano creó al vasto universo con sus galaxias y millones de
estrellas. Se inclinó hacia un pequeño planeta en un sistema solar mediano, exhaló vida a un puñado de
polvo que había juntado, y lo llamó "hombre".
Dios podía haber controlado las acciones del hombre, pero escogió darle libertad de hacer el bien
o de hacer el mal. El hombre abusó de su libertad y desobedeció a Dios, La relación y la comunión con
Dios se quebrantaron, y los descendientes de Adán marcharon resueltamente en dirección contraria a
Dios.
No hay duda que Satanás y sus huestes bailaban de alegría cada vez que el hombre fracasaba,
Creían que habían ganado la batalla en Edén, Y luego en el diluvio. Después en Babel. Sin embargo, en
cada oportunidad, Dios encontraba la manera de continuar con su propósito. Pero después de Babel,
cuando se vio forzado a dividir la humanidad en razas y a esparcirla sobre la faz de la tierra, parecía que a
Dios se le terminaban las opciones. ¿Qué haría ahora?
Considere la pregunta: Si yo hubiera sido Dios, ¿qué hubiera hecho? Coloque una marca
junto a la afirmación que más se asemeja a lo que usted siente.
__ 1. Destruir al hombre y olvidado. ¿Quién lo necesita?
__ 2. Esparcir a la humanidad y dejar que el pecado la destruya.
__ 3. Comenzar de nuevo con un hombre incapaz de pecar.
__ 4. Me arriesgaría a seguir con el plan original de dar completa libertad de elección al hombre.
__ 5. Modificaría el plan original para que el hombre pudiera ser dirigido por medio del control
subconsciente de la mente.
Dios continuó con su plan original. Pero necesitaba una estrategia nueva. ¿Cómo podría lograr
que él hombre voluntariamente se prestara a ser socio cabal en la obra de establecer el reino celestial
sobre la tierra?
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El conflicto entre el propósito permanente de Dios y la voluntad cambiante del hombre moldeó
los eventos de la historia. La clave para entender la Biblia y lo que Dios hace en esta era es ésta: el
hombre es libre para .hacer lo que quiere, pero Dios obra en todas las situaciones para guiar a los hombres
hacia el propósito final de Dios (Romanos 8:28).
Un ejemplo de esto es el proceder de Dios con Israel. Los descendientes de Abraham habían
perdido mayormente el sentido de llamamiento que Abraham tenía. Fue durante el éxodo que Israel
volvió a tener conciencia de que era elegido. Los hechos milagrosos de Dios durante el éxodo revelaban
que Dios de verdad intervenía y actuaba en la historia. Por primera vez, el pueblo elegido de Dios sabía
que la historia seguía adelante hacia una meta, en lugar de transcurrir en ciclos sin fin como creían sus
vecinos paganos. La Biblia es un registro de las acciones de Dios para y por medio de su pueblo elegido,
y por lo tanto fue escrito después del éxodo.
2. ¿Qué características tuvo que poner en práctica Abraham para obedecer el mandato de Dios?
Después de que haya respondido a estas preguntas a su propia satisfacción, siga leyendo.
Dios se revela por medio de sus acciones. La creación, el diluvio, la confusión de lenguas en
Babel ayudaron a que el hombre primitivo supiera que Dios es poderoso, justo y comprometido con la
vida diaria del hombre. Israel comenzó a percibir su posición de elegido porque era objeto de las acciones
de Dios a su favor.
Génesis 12: 1-3 es el punto de referencia desde el cual podemos comprender el plan de Dios.
Escogió a Abraham para bendecir a todas las familias de la tierra. Cuando Dios eligió a Abraham, lo hizo
por toda la humanidad. Cada persona elegida en la cadena de elección de Dios es un eslabón hacia el
resto del mundo. Aun cuando lo olvidaban, Dios lo recordaba. .
La palabra hebrea para elección-amor (ahabah) significa amor incondicional. Los escritores del
Antiguo Testamento concuerdan en que el amor de Dios, y no la fidelidad de Israel, constituía la razón de
la elección de él (Deuteronomio 9:4, 5; 7:7, 8; Oseas 11:1-3; Jeremías 3:4; Éxodo 16:6).
Nosotros no elegimos a Dios; él nos elige a nosotros. La elección es iniciativa de Dios. La
palabra hebrea que quiere decir elección (bahar) significa "Dios decide las formas y maneras de elegir de
entre lo que es posible” 2. Dios hace la elección, y nosotros no tenemos derecho de cuestionarla (Romanos
9:8-24).
La pregunta no debe ser: ¿Por qué escogió Dios a los judíos o a nosotros?, sino: ¿Con qué
propósito nos escogió? De niño me gustaba jugar al béisbol. Los dos muchachos más grandes
automáticamente eran los capitanes. Después de tirar el bate para determinar quién elegiría primero, los
capitanes escogían a los que formarían su equipo. Al principio, cuando empezaba yo a jugar, siempre me
elegían por último. Pero no importaba, porque sólo poder jugar me emocionaba. Pero nunca olvidaré el
día cuando me escogieron primero, Con orgullo me puse de pie junto a mi capitán sonriendo de oreja a
oreja mientras él elegía al resto del equipo. Pasaron muchos años antes de que me diera cuenta de que me
había seleccionado, no porque gustara más de mí que de los demás muchachos, sino porque pensaba que
yo podría ayudar a su equipo a ganar el partido. La elección de Dios es así.
Cuando las acciones que muestran la elección de Dios se interpretan incorrectamente, el pueblo
elegido no alcanza a cumplir el propósito que se le ha designado. Por ejemplo, la interpretación calvinista
en cuanto a la predestinación ha resultado en que mucha gente interprete la elección como una decisión
de Dios a favor de algunos y en contra de otros. El hecho es que los salvos son escogidos para ayudar a
traer a los perdidos a un conocimiento de Dios. La doctrina calvinista se torna anti-misionera cuando sus
seguidores dicen: “Si Dios quiere salvar a los paganos, lo puede hacer sin nuestra ayuda.”. El mismo
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sentido de superioridad prevalecía en Israel e impedía que el propósito misionero de Dios se cumpliera
por medio de ella.
¿Ha interpretado usted su salvación como favoritismo o como un llamado a contraer un
compromiso con Dios para establecer su reino en la tierra? Somos elegidos como socios responsables de
Dios para ayudar a ganar la victoria sobre Satanás.
La obra misionera es elección de Dios. Los misioneros van a los campos en obediencia al
mandato del Señor soberano, no por sus propios caprichos y deseos. Nadie es candidato a misionero si
Dios no lo elige. Esto no limita la cantidad de misioneros. En realidad, abre el camino para que todo el
pueblo de Dios cumpla su misión. Dios eligió a un pueblo misionero cuando escogió a Abraham y
después a Israel, y luego a los herederos espirituales de Israel.
Lea Éxodo 19:4-6. Escriba en sus propias palabras las condiciones del pacto de Dios y las promesas
que hizo a Israel antes de darle los Diez Mandamientos.
El pacto prueba que la elección es para servir. Dios recordó a Israel que lo había librado de
Egipto para que fuera una nación de sacerdotes al mundo. Israel no siempre supo reconocer que el
llamado de Dios era para servir. Ciertamente no sirvió a las naciones. Generación tras generación, Dios
trató de hacer de su pueblo una nación de siervos-sacerdotes.
El plan de Dios para que el hombre sea su socio en el plan de redención mundial es claro:
elección, pacto, y respuesta obediente por medio de la fe. Aunque el hombre no responda, Dios
permanece fiel a su promesa y propósito. Usa la desobediencia del hombre y la sagacidad de Satanás para
lograr la alabanza a su nombre.
Dios logra su propósito a pesar de la pecaminosidad del hombre. A veces, el hombre sigue
voluntariamente los mandatos de Dios, Otras veces, se niega a hacer su voluntad. Israel puso a dura
prueba la paciencia y el propósito de Dios. Pero Dios, con fidelidad, ordenó los acontecimientos para
llamarlo al arrepentimiento y la fe.
Usted, como cristiano, es elegido en Cristo y hereda las promesas (Gálatas 3:13-16). Dios le ha
llamado y escogido para ser uno de sus hijos. Espera que usted ande en obediencia a sus mandatos y que
le sirva sirviendo a la humanidad. No se conforma contener sólo unos pocos líderes selectos, sino que
anhela que su pueblo entero sean sus siervos-sacerdotes santos a la humanidad.
Lea los siguientes ejemplos y escriba un párrafo explicando cómo Dios finalmente obra para que
todas las cosas "ayuden a bien", a fin de lograr su propósito a pesar de la desobediencia del
hombre.
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1. Abraham abandona la Tierra Prometida y miente acerca de su esposa (Génesis 12:10-20).
2. Abraham fracasa al no creer la promesa de Dios en cuanto a sus descendientes (Génesis 16:1-3).
3. Jacob complota y engaña para lograr el primer lugar en la línea de descendientes de Abraham
(Génesis 27:36).
4. José es vendido por sus hermanos malignos como esclavo en Egipto (Génesis 45:4-8; 50:20).
5. Moisés trata de liberar a Israel con su propio poder y sus propios planes (Éxodo 2:11-15).
6. Israel se niega a entrar a la Tierra Prometida de acuerdo con la programación de Dios (Números
14:1-10).
Cuando nos salva, Dios pone en nuestro corazón el deseo de servir. Cierta iglesia realizó una
encuesta para ver a cuántos de sus miembros les gustaría estar ocupados en algún servicio especial para
Dios. De los 204 que respondieron, 196 dijeron que sí. No significaba que querían ser pastores, sino que
creían que Dios tenía algo especial para que ellos hicieran. Con frecuencia, el pueblo de Dios tiene el
deseo de servir pero no sabe lo que debe hacer ni cómo hacerla.
Un Pueblo Disciplinado
El Antiguo Testamento bosqueja los esfuerzos de Dios por formar un pueblo santo. Santo
significa “ser separado para Dios”. Dios llamó a Abraham a que dejara su hogar y su familia y que viviera
una vida solitaria. Sus descendientes se convirtieron en un pueblo nómada. La historia de Israel es una
narración de los esfuerzos de Dios por mantenerla fiel a su llamado singular en lugar de ir a la deriva
como los demás pueblos. Debía representar la Santidad de Dios ante las otras naciones del mundo. Pronto
aprendió que la justicia de Dios demandaba un pueblo disciplinado y obediente. Dado que la justicia de
Dios trae su ira sobre los pecadores, Israel debía ser una parábola y proclamadora de la santidad de Dios.
Para comprender las intenciones de Dios, lea Deuteronomio 7:6.11 y haga una lista del quién, qué,
por qué y cómo de la relación de Dios con su pueblo.
Porque eran sus hijos, Dios tenía tanto el derecho como la obligación de disciplinar al pueblo de
Israel. La disciplina incluía alimentarlos para motivarlos, capacitarlos para ser obedientes y castigarlos
para corregirlos en justicia. ¡Cuántas veces Dios se desesperó ante el rechazo del pueblo que se negaba a
ser su posesión santa y a cumplir su voluntad! Y les castigó una y otra vez.
Más que cualquier otra cosa, Dios quería gobernar a su pueblo en justicia. Al poco tiempo de
haber arribado a la Tierra Prometida, el pueblo olvidó el pacto con Dios de ser una nación santa y
separada. Demandaron "constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones" (1
Samuel 8:5). Un Samuel afligido oró a Dios quien contestó: "porque no te han desechado a ti, sino a mí
me han desechado, para que no reine sobre ellos" (1 Samuel 8: 7). El deseo de Israel de ser como otras
naciones le hizo rechazar el gobierno de Dios sobre ella sujetándose a un rey terrenal.
Aun este acto extremo de rebelión no contrarrestó el propósito final de Dios. Una vez más, Dios
cambió su estrategia, ahora para obrar por medio del rey. Después de Saúl, escogió a David. "Un varón
conforme a su corazón " e hizo un pacto para establecer su reino para siempre.
Israel interpretó mal las bendiciones de Dios, tomándolas como señal de aprobación, y pensó que
el reino de Israel era sinónimo de reino de Dios. Se vio como un depositario de la gracia de Dios a la cual
debía recurrir el resto del mundo. Su error es básicamente el mismo error que comete el pueblo de Dios
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en la actualidad. Pareciera que pensáramos que el mundo debe venir a nosotros en lugar de nosotros
proclamar el reino de Dios al mundo.
Porque Israel no comprendió su rol en la tarea de establecer el reino de Dios, Dios destruyó su
poder terrenal. Mandó profetas para que proclamaran su ocaso y caída porque había interpretado su
elección como un privilegio en lugar de un servicio. Dios se negó a permitir que este concepto
distorsionado sobre su elección subsistiera indefinidamente.
El exilio en Babilonia fue una lección objetiva que duró setenta años para enseñar a Israel que
sólo Dios era Dios y ella debía obedecer su Ley. Aprendió a obedecer la Ley, pero no comprendió la
lección más importante de que debía ser un pueblo disciplinado y santo para ser bendición a otros. Ya en
los primeros tiempos del Nuevo Testamento, unos cuatrocientos años más tarde, la Ley se había
endurecido en un molde, y prevalecía la idea de Israel como pueblo favorecido de Dios. No se permitía a
otras naciones adorar a Dios a menos que se convirtieran en judíos.
El propósito de la disciplina es lograr que uno sea responsable. Israel pervirtió su responsabilidad
por las naciones concentrándose en sí misma. Ser santo y separado no significa falta de amor o de
contacto con otros. Dios, el más santo y separado, es el que más se preocupa por todos los pueblos.
De acuerdo con los profetas del Antiguo Testamento, la esperanza del reino sería un remanente
fiel, purificado en un juicio de fuego y hecho maleable a los propósitos de Dios. La esperanza no era el
remanente de un reino terrenal, sino el principio de uno eterno compuesto de hijos obedientes al Rey.
Lea Éxodo 19:3-7 e Isaías 61:4.6. Conteste con sus propias palabras a la pregunta: ¿Qué quiso decir
Dios cuando dijo que Israel sería una nación de sacerdotes?
En retrospecto, la intención de Dios nos parece clara y obvia; pero Israel no entendió, interpretó
mal y la rechazó. Dios no tenía la intención de que los israelitas en esta etapa tomaran la iniciativa de
convertir a las naciones a Dios, sino que debían ser fieles y ser su pueblo. Cuando llegara el momento
preciso habrían de proclamar la salvación a todo el mundo. .
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ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE PERSONAL 11
Lea Isaías 42:1.7 y 49:1.12, los primeros dos pasajes del siervo. Subraye o haga una lista de las
ideas que se relacionan con el siervo para las naciones.
El primer pasaje del siervo (Isaías 42: 1-7) afirma que el siervo traerá justicia a las naciones (v.
1), que las islas esperan su ley (v. 4) y que el Señor dará al siervo "por pacto al pueblo, por luz de las
naciones" (v. 6).
El segundo pasaje del siervo (Isaías 49:1-12) alerta a las islas que Dios ha llamado a Israel. A
Israel le dice: "Mi siervo eres, oh Israel, porque en ti me gloriaré" (v. 3). Dios dice que es poca cosa
levantar a la tribu de Jacob sólo por su bien porque "te di por luz de las naciones, para que seas mi
salvación hasta lo postrero de la tierra" (v. 6). Como resultado los reyes se levantarán y los príncipes
adorarán a Dios (v. 7), Y el siervo será un pacto para que el pueblo establezca la tierra y herede a los
pueblos que la habitan (v. 8).
Lea Isaías 50:4-11 y 52:13-53:12, que son dos pasajes más del siervo, Y conteste esta pregunta:
¿Cuál es el primer requisito del siervo para las naciones?
Un pueblo no puede convertirse en una nación santa de siervos-sacerdotes sin sufrir. Muchos
judíos afirman que esta escritura predice el sufrimiento que han tenido a través de los siglos y, en
particular, a manos del nazismo. Note que el siervo no sufre por sus propios pecados, sino por los de los
otros. Israel rechazó la idea de un Mesías Sufriente y, para el tiempo del Nuevo Testamento, no podía
aceptar a Jesús cuando éste cumplió la profecía.
Cristo aceptó gustosamente el rol que Israel rechazara. Lo legó luego a su pueblo como una
experiencia obligada. El pueblo de Dios debe estar dispuesto a sufrir si ha de ser el eslabón para traer a
los hombres a Dios. Rechazar el rol de siervo sufriente es rechazar su destino de traer salvación a las
naciones.
CONCLUSIÓN
Se ha cuestionado si en realidad el Antiguo Testamento enseña las misiones. Las misiones, u obra
misionera, en el sentido del pueblo elegido de Dios yendo a otras naciones llevando el mensaje de salvación, no era
practicada en el Antiguo Testamento. El mejor ejemplo de actividad misionera en el Antiguo Testamento es el de
Jonás yendo a Nínive. Y aun Jonás, como Israel, se negó a ser el mensajero escogido para las naciones. El episodio
de Jonás termina con un Jonás disgustado porque Dios perdonó a los habitantes de Nínive en lugar de castigados
(Jonás 4:2). Jonás se preocupaba más de su calabacera que del arrepentimiento de miles de personas en Nínive.
Compare la negación de Israel de ser el tipo de pueblo que Dios quería, con la reacción del pueblo de Dios en
la actualidad con respecto a lo siguiente:
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Los profetas y los salmistas hablaban de las naciones vecinas de Israel. Proclamaban a Dios como
el Dios de toda la tierra y pronunciaban sus juicios sobre las naciones pecadoras. Por lo general, limitaban
sus profecías relacionadas con la actividad misionera a la venida de otras naciones a Israel, y en particular
a Jerusalén. Resulta claro que Israel no puede ser nuestro ejemplo de un pueblo misionero.
Sin embargo, si miramos los hechos de Dios como revelaciones de su propósito, vemos que el
Antiguo Testamento es intensamente misionero. Toda la historia de los hijos de Israel es la historia del
Dios misionero preparando a un pueblo para que sea misionero. Dios es el misionero en la historia de
Jonás. Dios actuó continuamente en la historia de Israel para extenderse más allá de sus fronteras raciales.
Por ejemplo, tenemos a Rut, oriunda de Moab, y Rahab, de la pagana Jericó. El Antiguo Testamento
concluye con promesas proféticas de gloria futura. Aún así, el pueblo escogido fracasó totalmente en
cumplir el propósito de Dios. Los cuatrocientos años de silencio entre el Antiguo y el Nuevo Testamentos
son testimonio mudo de que el hombre era incapaz de hacer la voluntad de Dios y de establecer su reino.
Israel resultó ser más el pueblo contrario de Dios que su pueblo misionero.
NOTAS
1. A efectos de continuidad usa Abraham, el nombre que Dios diera más tarde a Abram.
2. G. Quell, "Election in the Old Testament", Theological Dictionary of the New Testament, Vol. 4, ed. Gerhard
Kittel (Grand Rapids: William B. Eerdemans Publishing Company, 1967), p. 146.
3. Henry Cornell Goemer, "Thus It Is Written"; the Missionary Motif in the Scriptures (Nashville: Convention
Press, 1966), p. 14.
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CAPITULO 3
Misión de Cristo
-Dios no tiene esposa; Dios no tiene sexo; Dios no tiene hijo -dijo vehemente mi amigo
musulmán.
-Pero María no era la esposa de Dios-expliqué. El Espíritu Santo hizo que una virgen
concibiera milagrosamente. De hecho, Dios se hizo hombre.
Replicó él: -Dios es el todopoderoso y es supremamente uno. No puede ser tres Dioses
como enseñan ustedes los cristianos. Es uno. Es todopoderoso. Es imposible que se haya
hecho hombre. Así razona la mente lógica del musulmán; para él es imposible que Dios
se hiciera hombre.
Sólo Dios pudo concebir la encarnación. Las religiones creadas por los hombres exaltan al
hombre a un nivel divino; sólo la Biblia enseña que Dios se hizo hombre.
Pensemos en la misión de Dios en el Antiguo Testamento como un reloj de arena. Empieza con
toda la humanidad y se va encogiendo a un grupo cada vez más selecto hasta llegar a un punto estrecho y
sin salida. Ningún hombre cumplió totalmente el propósito de Dios. Dios mismo tuvo que abrirse paso
por la estrechez del vidrio y formar el embudo que se fuera abriendo del otro lado hasta incluir a toda la
humanidad. Jesús fue la brecha que Dios abrió para dar una nueva oportunidad. Cumplió todo el
propósito de Dios que Israel no cumplió, al convertirse en el Hijo disciplinado en la encarnación, el
Siervo Sufriente y Sumo Sacerdote en la crucifixión y el Rey del cielo y tierra en la resurrección.
LA ENCARNACIÓN
Es probable que tanto haya oído y cantado del niño Jesús que le resulta normal pensar en Dios en
forma humana. En cambio, una persona en un medio no cristiano queda pasmado. Ninguna religión se ha
atrevido a afirmar tan directa y categóricamente que Dios se hizo hombre.
Al musulmán le resulta absurdo pensar que el Dios trascendente y todopoderoso pudiera, o
quisiera, limitarse haciéndose hombre. Al hindú la singularidad de la encarnación como una sola venida
de un único y verdadero Dios para todos en la historia, es absurdo. El budista no puede imaginar a Dios
haciéndose hombre y viviendo en el mundo donde aun el mero hecho de existir es maligno. No nos
extrañe, entonces, que Jesús sea la piedra de tropiezo para quienes no lo aceptan como la revelación de
Dios.
Las siguientes citas bíblicas pueden darle información para ayudarle a responder a las preguntas
anteriores: (1) 1 Corintios 2:14; Hebreos 2:9; (2) Hebreos 4:15; (3) Juan 1:5,16; (4) Filipenses 2:7; y (5) 1
Timoteo 1: 15.
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La singularidad de la encarnación requiere que toda persona en el mundo se entere de ella. La
vida de ningún hombre puede considerarse completa hasta que haya tenido un encuentro real con el Dios
que invadió la historia. Ninguna persona que haya aceptado a Cristo como el Hijo de Dios debe sentirse
satisfecha hasta que toda persona sepa que Dios visitó la tierra para lograr que el hombre volviera a tener
una relación correcta con su Creador. Cuando Dios habló al principio del tiempo, creó al mundo; cuando
Dios habló por la Palabra en la encarnación, creó a la nueva humanidad. No le costó nada a Dios crear al
mundo, pero crear la nueva humanidad le costó su Hijo. La encarnación es la buena nueva de que el reino
de los cielos ha venido en Cristo.
En Filipenses 2:7 la palabra griega para "se despojó a sí mismo" (kenoo) significa sencillamente vaciar,
hacer vacío o de ningún efecto. Ser en la forma de Dios significó que no era menos Dios cuando tomó la
forma de hombre. Ser a la hechura del hombre significa que no era menos hombre por ser Dios en la
carne. Jesús no era mitad Dios y mitad hombre, sino totalmente Dios y totalmente hombre.
Con frecuencia enfocamos las señales de su divinidad en su nacimiento Y olvidamos su
humanidad. Nos asombramos por el nacimiento virginal; nos gozamos con el canto de los ángeles; nos
admiramos de la aparición de la estrella; nos maravillamos ante el viaje de los Magos y de sus presentes.
Pero con frecuencia no pensamos que nació en un establo a una mujer que lo concibiera antes de casarse.
Quizá María en aquella primera noche de Navidad pensara: "¿Es posible que éste realmente sea el Hijo de
Dios? Hace nueve meses que me hablara el ángel. ¿Lo habré soñado? Si éste es realmente el Mesías, ¿por
qué estamos en un establo? ¿Por qué no tuve a nadie para ayudarme a dar a luz? ¿Dónde está Dios?"
"Está en tu regazo... tanto como lo está en el cielo." ¡Es increíble pensar que el Dios que creó el
universo se sujetó a las limitaciones de una forma humana, aproximadamente de 40 cmts. de largo y
pesando unos 3,50 kilos! ¡No nos extrañe que a las otras religiones les resulte difícil creer en la
encarnación!
Cuando la Biblia usa la metáfora gráfica "se vació a sí mismo", expresa la total renunciación que
Cristo hiciera de sí mismo. Mucho se ha debatido sobre lo que significó que Cristo se vaciara a sí mismo.
Sea como fuere, no podemos ignorar la evidencia en el Nuevo Testamento en el sentido de que Jesús dejó
a un lado sus beneficios como Dios para hacer frente a una vida de hombre. Su identificación y
solidaridad con el ser humano fue completa.
Jesús tuvo que crecer en sabiduría y en estatura física (Lucas 2:52); tuvo que aprender obediencia
(Hebreos 5:8); realmente sintió hambre, sed y cansancio; sintió emociones como ira y compasión; soportó
el dolor; tuvo que vivir por fe de que era el Hijo de Dios y buscar constantemente un lugar de oración
para recibir el conocimiento y sabiduría del Padre. Sí, Jesús fue realmente hombre.
Casi tan sorprendente como la encarnación fue el hecho de que Jesús se convirtiera en un siervo.
Sirvió al ser humano en las maneras más humildes. Cumplió las intenciones del Padre tal como aparecen
en los pasajes del siervo en Isaías. La figura más gráfica de su papel como siervo quedó grabada en la
mente del hombre para siempre cuando Jesús tomó la toalla y lavó los pies de sus discípulos. Dios, que se
hizo hombre, ahora se rebajaba a servir al hombre para que éste captara una visión de servicio.
Durante nuestros primeros años de servicio misionero en Indonesia comenzamos obra bautista en
Bogar, Java, y mi secretaria era musulmana. Cada sábado le leía a ella el sermón que había preparado en
indonesio para ver si estaba gramaticalmente correcto y si se entendía. Con frecuencia no era tanto el
lenguaje sino los conceptos los que le resultaban difíciles de entender.
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LA CRUCIFIXIÓN
El vaciamiento de Cristo llegó a su culminación en el Getsemaní y en el Gólgota. Filipenses 2:8 va
directamente de la encarnación a la crucifixión de Cristo: "y estando en la condición de hombre se
humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz". Porque fue el Siervo
Sufriente, Jesús cumplió la promesa divina que encontramos en la profecía de Isaías. La cruz era
inevitable.
La crucifixión no tomó de sorpresa al Padre ni al Hijo. Dios no tuvo que, de pronto, cambiar sus
planes. Jesús, el Cordero de Dios, fue sacrificado antes de la fundación del mundo (Apocalipsis 13:8).
Dado que vino a la tierra con ese propósito, dirigió resueltamente sus pasos al Calvario.
En Getsemaní, el horror de la muerte lo agobió. Como siempre, su único recurso fue ir al Padre.
Trató de conseguir que Pedro, Jacobo y Juan oraran por él, pero no lo hicieron y tuvo que enfrentar solo
la tentación. En el fragor de la batalla de Getsemaní, Jesús no quería más que complacer al Padre; pero
buscaba desesperadamente otra salida que no fuera cargar con los pecados de la humanidad y morir por
todos los hombres.
Para Jesús, la perspectiva de la muerte era horrible porque sabía perfectamente sus implicaciones. Los
que se ríen de la muerte, o la toleran estoicamente, sencillamente no la comprenden. La angustia física de
la crucifixión era sólo el comienzo. Jesús enfrentó la muerte como el Dios-hombre. ¿Podemos
imaginamos qué significó que la Vida muriera, que la Luz se viera envuelta en las tinieblas de la muerte,
que el que no tenía pecado se convirtiera en pecado para el hombre, que el que nunca se había separado
de su Padre sintiera la soledad de saberse abandonado? No nos sorprenda que dijo: "Mi alma está muy
triste, hasta la muerte" (Mateo 26:38).
La batalla que comenzara durante la tentación en el desierto alcanzó ahora nueva intensidad.
Satanás lo había dejado por un tiempo, pero después volvió a asaltarlo en cada oportunidad que se le
presentaba.
Satanás entró en Pedro apenas un momento antes de Getsemaní. Un rato después que confesara
que Jesús era el Cristo, el Hijo del Dios viviente, Pedro reprendió a Jesús por decir que iba a sufrir y
morir. Jesús tuvo que responder: "¡Quítate de delante de mí, Satanás!" (Mateo 16:23). Satanás no se
detenía ante nada para conseguir que Jesús no salvara a la humanidad. Asaltó la humanidad de Jesús en
Getsemaní para tentarle a que se echara atrás ante su inminente sacrificio. La voluntad humana y la divina
se oponían violentamente. "y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes
gotas de sangre que caían hasta la tierra" (Lucas 22:44).
Jesús no. estaba tomando parte en un drama. La batalla era real. Sin embargo, Jesús se rindió tan
completamente al Padre que la lucha se centraba en conocer la voluntad del Padre. La voluntad de Jesús,
siempre sumisa a la del Padre, venció tanto a la realidad física como a la presencia demoníaca de Satanás
cuando exclamó: "No se haga mi voluntad, sino la tuya" (Lucas 22:42). En ese momento, ¡Jesús ganó la
batalla para toda la eternidad! Se levantó con una confianza que no flaqueó frente a los soldados, al
sufrimiento y a la muerte. Para él, conocer la voluntad del Padre era hacerla. Se hizo" obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz" (Filipenses 2:8).
Jesús cumplió el papel de sacerdote por sus oraciones intercesoras y por su muerte. Se colocó
como un intercesor entre el hombre pecador y el santo Dios. Jesús "en los días de su carne, ofreciendo
ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, ... por lo que padeció
aprendió la obediencia" (Hebreos 5:7, 8). Por eso, vino a ser el autor de la salvación. El Padre le
reconoció como el sumo Sacerdote del orden de Melquisedec.
Jesús, como sacerdote, representó al hombre ante Dios y a Dios ante el hombre. Su divinidad le
permitió representar a Dios; su humanidad lo capacitó para representar al hombre. Por su muerte Jesús
llegó a ser el abogado de todos los hombres que vendrían a Dios por medio de él.
Jesús, gozosamente aceptó el papel que Israel había rechazado- sacerdote y siervo sufriente. Jesús
logró lo que una nación se negara a hacer y lo que una tribu de levitas no pudiera cumplir. Con ello, abrió
la puerta para que cada creyente pudiera ser un sacerdote.
La muerte de Jesús fue un acto de expiación que en el Antiguo Testamento significaba cubrir el
pecado con la propia provisión de Dios. Sobre la base de la expiación, Jesús reconcilió al hombre con
Dios (2 Corintios 5: 14 al 6:2).
La muerte de Jesús no sólo afectó los sentimientos del Hombre hacia Dios; pagó por el pecado
del hombre en un sentido objetivo e histórico. Por medio de ella, se hizo posible la comunión entre Dios y
el hombre (Hebreos 9:12, 26-28; 10:10; 1 Timoteo 2:4, 5).
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Por medio de su muerte, Jesús satisfizo a Dios, venció a Satanás y reconcilió al hombre con Dios.
El perdón se hizo posible a todos los que creen en Cristo como Salvador sobre la base de su sacrificio.
Hay quienes dicen que Jesús murió sólo por los que creen en él. Otros dicen que murió por
todo el mundo, incluyendo a. quienes le rechazan. ¿Cuál piensa usted que es correcto? Lea Juan 16;
2 Corintios 5:19; y Romanos 5:8 para poder contestar antes de seguir leyendo.
Si contestó usted que Jesús murió por el mundo, ¿cuáles son las implicaciones de esa verdad
para nosotros que hemos sido nombrados embajadores y a quienes se nos ha dado la palabra de
reconciliación? Lea 2 Corintios 5:20.
Dado que Cristo murió por todo el mundo, todo hombre tiene el derecho de escoger la salvación.
El hombre puede elegir no aceptar el ofrecimiento de Cristo; pero si no se le da la oportunidad de aceptar
o rechazar, pecamos contra él. Debemos rogar al hombre que se reconcilie con Dios.
Después de que le hablara a mi secretaria acerca de la encarnación, le dije que Cristo murió por ella.
-Pero no murió por mí -respondió-. Murió por los cristianos.
-No, murió por ti. Murió por todos -le dije.
-Pero nosotros no lo aceptamos.
-A pesar de eso, murió por ti. Qué triste que no lo recibas.
-Pero nosotros no queríamos que muriera por nosotros –dijo ella con exasperación.
-Aún así quiso morir por ti porque supo que tus pecados nunca podrían ser perdonados a menos que él
pagara el precio de ellos en la cruz. ¿Sobre qué te basas para creer que tienes perdón?
-No estoy segura. Sencillamente se lo pedimos a Dios y hacemos el bien -contestó.
-Eso es bueno, respondí -pero Dios no te puede perdonar hasta que haya una base objetiva para ese
perdón. Alguien debe morir por tus pecados, La única base que él acepta es la que proveyó en Jesús, La
Biblia dice: "Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los
hombres, en que podamos ser salvos" (Hechos 4: 12).
-¿Pero por qué tuvo que morir?
-Porque no había otra manera por la cual una persona pudiera ser salva, De haber otra manera, Jesús no
hubiera muerto. La noche antes de la crucifixión le preguntó al Padre si habría otra manera, pero no lo
había. Jesús dijo: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí" (Juan
14:.6),
Siendo el segundo Adán, Jesús restauró lo que el primer Adán perdiera. Hay sólo dos razones por
las cuales se pierden los hombres: una, nunca han oído adecuadamente el mensaje de salvación, o, dos,
han rechazado el ofrecimiento de Dios de reconciliarse en Cristo, No podemos hacer mucho con la
segunda razón, pero es nuestra responsabilidad eliminar la primera.
Después de que fracasara el atrevido plan de Satanás de eliminar a Cristo, trató de atacar por lo
bajo para convencer al hombre de que los hechos redentores de Cristo no son necesarios para la
salvación, Como no pudo detener a Cristo, Satanás trata de convencer a los hombres de que hay otros
caminos de salvación aparte de Cristo.
Paradójicamente, justo en el momento cuando los bautistas nos hemos comprometido en un
programa de expansión misionera audaz, la filosofía del mundo se ha infiltrado en nuestras
congregaciones quitándonos fuerza espiritual. Ciertas corrientes de pensamiento que tienen su origen en
el universalismo, humanismo y secularismo han venido a quitar a muchos bautistas el entusiasmo y
audacia de proclamar a Cristo Jesús como Salvador y Señor de toda persona. Esta filosofía insidiosa y
mundana se expresa diariamente en expresiones como: "¡Otras nacionalidades tienen sus propias
religiones, no les molestemos!" "¿Quiénes somos nosotros para decirles que están equivocados si no
aceptan a Jesús como el único camino?" "Nosotros mismos no andamos tan bien, mejor sería limpiar
nuestra propia casa antes de ir a decirles a otras naciones cómo deben vivir," Cuando dejamos de creer
que Jesús es el único camino de salvación, nos descalificamos para cumplir la misión de Dios.
Nuestra tarea como sacerdotes no es ofrecer un sacrificio por el pecado, sino proclamar el
sacrificio que Jesús hizo. Nuestro rol sacerdotal es lograr que la cruz sea real para las personas en las
encrucijadas de sus vidas.
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ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE PERSONAL 16
En setenta y cinco palabras o menos, compare el papel sacerdotal de Israel, de Cristo y del
creyente.
LA RESURRECCIÓN
Si un periodista hubiera entrevistado a Satanás cuando enterraban a Jesús, la entrevista pudiera haber sido
algo así:
-Perdóneme que lo distraiga de su celebración, pero quisiera hacerle algunas preguntas, ¿Cómo ve usted
la situación ahora que Jesús ha muerto?
-¡Me alegro de poder decirle que esta es la mayor victoria que he tenido en toda mi vida!
-¿Por qué dice eso?
-¿No sabe usted quién era Jesús? ¡Note que dije "era "! ¡Ja! ¡Ja! Era Dios entrando en escena. Jesús vino
para luchar contra nosotros en términos humanos y para quitar al hombre de nuestro poder, Puedo decirle
ahora que estos últimos treinta y tres anos han sido duros para nosotros.
-Parecería que Jesús hubiera estado a merced de ustedes en su condición de hombre.
-Así parecería, pero él era distinto de otros hombres. Todo lo que probamos falló, Cuando nació, me llevó
tanto tiempo juntar mis huestes para matarle, que pudo escapar. Cada esfuerzo que hice en los años que
siguieron fracasaron también. Pero fue en estos últimos tres años que tuvimos que batallar en serio
-¿Por qué fueron distintos estos tres años?
-Jesús se lanzó a la ofensiva. Pensé que lo había detenido al principio de su ministerio cuando lo tenté en
el desierto, pero no pude quebrantarlo, Después traté de exponerlo antes de que llegara su hora, haciendo
que mis demonios lo identificaran como el Hijo del Altísimo. Más adelante instigué un frente opositor
usando a los líderes religiosos para que echaran el anzuelo, para hacerle caer y desacreditarle. De alguna
manera siempre logró escapar de mis trampas, Hasta me infiltré entre sus discípulos. Tanto, que fue así
como finalmente gané. Uno de ellos lo delató a los líderes religiosos. Sabía que lo había vencido cuando
anoche rogó a su Padre que lo librara de la muerte que le esperaba. .
-¿Así que usted fue responsable de su captura?
-Correcto, Lo hice matar, Y justo a tiempo. Ya dirigía él a un grupo de personas para que lo coronasen
rey y establecieran el reino de los cielos en la tierra
-¿Así que opinas que todo ha terminado?
-Por supuesto. El Hijo de Dios ha muerto. Sus discípulos están desorientados. El ministerio de Jesús ha
sido desacreditado y más importante, Dios ha sido deshonrado
-¿No hará Dios algo más?
-No, esa es la parte hermosa, vera usted, en el principio Dios se limitó a sí mismo a lo que el hombre
podía hacer, Jesús representaba a la humanidad, Pero murió. Hasta Dios lo abandonó, ¿No oyó la
exclamación de Jesús justo antes de morir?: -Mi Dios, mi Dios, ¿por qué me has desamparado? Y en el
último instante admitió que yo había ganado cuando dijo; "Consumado es”. Si el propio Hijo de Dios no
me pudo vencer, no hay esperanza para el hombre. Dígale al mundo: "Satanás ha ganado; la guerra ha
terminado. ¡Ahora soy yo el señor de la tierra!" Con su permiso, debo regresar a mi fiesta, Esta es mi
toma de mando.
Si no supiéramos las profecías y las predicciones del mismo Jesús, creeríamos que Satanás había
ganado la batalla. Pero la contraofensiva de Dios, la resurrección, fue lo que logró la victoria. Jesús no
sucumbió con la muerte; ¡la avasalló! No fue conquistado por la muerte; ¡conquistó él la muerte!
La resurrección física, corpórea de Jesús establece firmemente la invasión de Dios en la historia.
La tumba vacía y sus apariciones a los creyentes lo autentican, Jesús de verdad comió, fue tocado y
transformó a los creyentes. La resurrección corporal de Jesús fue más que de su cuerpo físico. Pasaba a
través de puertas cerradas, desaparecía y aparecía a voluntad; pero era el mismo Jesús a quien los
discípulos habían visto, oído y tocado,
Cuando Jesús salió de la tumba comenzó una nueva era en la tierra. La humanidad tenía un nuevo
Rey. Jesús reveló por medio de su resurrección que él había logrado toda la autoridad en el cielo y en la
tierra (Mateo 28:18). Tenía poder sobre el pecado y la muerte y todo poder creado. Había reconciliado al
mundo con Dios (2 Corintios 5:18, 19; Colosenses 1:20).
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La resurrección de Jesús fue prueba de que los poderes malignos de Satanás habían sido vencidos
en todo el cosmos. En su muerte y resurrección, Jesús "despojando a los principados y a las potestades,
los exhibió públicamente triunfando sobre ellos" (Colosenses 2:15).
Ya no hay duda de quien ganará el conflicto de los reinos. La batalla decisiva sobre Satanás ha
sido ganada. Aunque Satanás sigue venciendo a los cristianos y sigue retardando el progreso del reino, ya
no hay dudas sobre el resultado final. Podríamos compararlo con un partido de fútbol. El partido todavía
se está jugando, pero ya se sabe quién será el ganador. El día de victoria entre Dios y Satanás fue el día
cuando Jesús murió y resucitó de los muertos.
El hombre había rechazado el gobierno directo de Dios sobre él en los tiempos del Antiguo
Testamento, pero Dios fue obrando por medio del pacto que hiciera en Sinaí y del pacto con David para
llegar a ser, una vez más, Señor y Rey (Filipenses 2:9-11: Efesios 1:20, 21).
El acto creativo más grande de todos los tiempos fue la resurrección de Jesús. Su poder se
manifestó muy claramente en el nuevo nacimiento (2 Corintios 5:17). La resurrección reveló la naturaleza
de Dios. Su amor, poder, presencia y propósito adquirieron mayor significado. Jesús se despojó de las
limitaciones que se había impuesto y reveló su naturaleza eterna. La resurrección se convirtió en la
prueba final del evangelio. Antes de la resurrección, el evangelio no había sido dado a todas las naciones
porque aún no había sucedido todo lo que llegaría a ser la totalidad de las buenas nuevas. La resurrección
dio nuevo significado a la encarnación y la muerte de Cristo. Ahora el evangelio completo podía ser
predicado, y así lo hicieron los cristianos del primer siglo, revelando que Dios había traído salvación al
hombre por medio de Cristo Jesús.
Cuando Pablo trató de ilustrar a los efesios cuánto poder tenían a su disposición, no usó como
ejemplo un tornado, ni un terremoto, ni un volcán. Si ya se hubiera inventado la bomba de hidrógeno,
tampoco lo hubiera usado como ejemplo de poder. Tales ilustraciones de poder son destructivas. Pablo
ilustró el poder creativo cuando oró que los ojos de los efesios fueran abiertos para que conocieran "la
supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de
su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos" (Efesios 1:19, 20)"
Como soberano de esta era, Dios lo resucitó" de los muertos y sentándole a su diestra en los
lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se
nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero" (Efesios 1:20, 21).
¡Aleluya! ¡Vivimos en una nueva era! "
La resurrección fue el comienzo de los últimos días. Vivimos entre la resurrección y el regreso de
Cristo. Durante este tiempo el evangelio ha de ser predicado a todas las naciones. Jesús dijo: "Y será
predicado este evangelio del reino en todo el mundo" para testimonio a todas las naciones; y entonces
vendrá el fin" (Mateo 24:14).
La resurrección cruzó todas las barreras nacionales y raciales para presentamos un Cristo
universal, espiritual, omnipotente y omnipresente. Cristo trascendió su marco histórico. Habitantes de
todas las naciones se identifican con él y lo proclaman como suyo. La resurrección obligó al cristianismo
a romper con el judaísmo. Cristo no podía ser contenido por una sola raza, La resurrección de Cristo
demanda la proclamación universal de que “¡Jesús es el Señor!" -
Jesús dio la Gran Comisión en base a su resurrección. La resurrección fue la condición para las misiones
mundiales. Fue lo que, convirtió a Jesús en la suprema autoridad en la tarea misionera. Rescató a todo el
mundo, tanto visible como invisible, de las garras de todos los demás poderes. Por lo tanto, ¡el pueblo de
Dios es enviado en el nombre triunfante del Señor Jesucristo!.
En cinco ocasiones después de su resurrección, Jesús mandó a sus seguidores que fueran testigos.
Cada mandato fue dado en una forma distinta pero tenía el mismo propósito.
Lea Mateo 28:18.20; Marcos 16:15; Lucas 24:46.49; Juan 20:21.23; Y Hechos 1:8, Después de leer
estos mandatos, resúmalos en una carta breve y personal de Cristo a usted y a la iglesia a la cual
pertenece.
Los que hemos escuchado el evangelio todas nuestras vidas quizá no nos demos cuenta qué son
las buenas nuevas. La encarnación anuncia a las masas que Dios las ama; la crucifixión proclama el
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perdón de pecados; la resurrección proclama que la victoria ha sido ganada sobre el pecado, la muerte y
Satanás.
Compare las buenas nuevas del evangelio con la creencia de mi amigo budista en Indonesia cuya
mayor esperanza es llegar a ser absorbido en el Nirvana, donde la personalidad individual deja de existir.
O compárela con la esperanza de mi amigo hindú de lograr reencarnar una y otra vez en seres superiores
hasta escapar de la vida y la maligna "rueda de la existencia". O compárela con mi amigo musulmán que
tiene la esperanza de que Dios le perdonará y dejará entrar en el cielo, pero que no tiene ninguna
seguridad de que esto ocurra. O compárelo con mi amigo animista que hace mucho tiempo se olvidó del
Altísimo Dios y se contenta con aplacar los espíritus que viven en los árboles, las rocas y los cementerios.
El evangelio es las buenas nuevas de Dios. En lo profundo del corazón de cada persona que lo escucha
yace el deseo de creer aun cuando sus tradiciones religiosas y sus pecados lo esclavicen. .
Un hombre de sesenta y cinco años supo de la iglesia bautista en un pueblito cercano,
Wonosekar, en Java. Su curiosidad lo llevó a acercarse al culto. Se maravilló cuando el predicador leyó
de un libro santo en su lengua madre, el javanés. Le impactó el mensaje del evangelio. Poco tiempo
después, aceptó a Cristo como Salvador y dijo: "Esto es lo que he anhelado y esperado toda mi vida."
La vida de Cristo divide a la historia en dos partes: a: de J. C. y d. de J.C. Demasiadas son las
personas que hoy viven al otro lado de Cristo. Nunca han escuchado el evangelio. Para ellos todavía es
antes de J.C.
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CAPITULO 4
Misión del Espíritu Santo
-Quiero darle una cosa -me dijo un niño de diez años que se me acercó un día después
de la Escuela Bíblica de Vacaciones.
-Magnífico, ¿qué es?
-Esto -siguió diciendo mientras me ponía en la mano una piedra pequeña en forma de
corazón
- La encontré y quiero dársela a usted.
-Gracias, pero ¿por qué quieres dármela a mí?
-Porque cuando usted predicó, di mi corazón á Jesús.
La venida del Espíritu Santo hizo posible el cumplimiento de Ezequiel 36:26, 27: "Os daré
corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de
piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis
estatutos."
Seguramente los discípulos se habían sentido como soldados que hacen una pausa en el campo de
batalla cuando han perdido a su general. No sabían qué hacer, y temían lo que el extrañamente silencioso
enemigo estaría tramando. Caminaron de regreso al aposento alto donde Jesús se reuniera con ellos tantas
veces, antes y después de la resurrección. Sus mentes bullirían con preguntas como estas: Si no pudimos
vencer mientras estaba Jesús con nosotros, ¿qué podemos hacer sin él? ¿Cómo podemos testificar a un
mundo hostil que mató a nuestro Señor? ¿Qué hará el Espíritu Santo que Jesús no haya hecho ya?
¿Cuánto debemos esperar? ¿Cómo podremos reconocer la venida del Espíritu Santo? ¿Por qué Dios no
hace algo ya, antes de que algunos de nuestro grupo se separen de nosotros? ¡Quizá fue en su
desesperación que comenzaron a orar unánimemente!
Mientras tanto, un repaso de Satanás a su propia situación puede haber sido algo así: "Jesús me
ha vencido y ha vuelto al cielo, pero ha dejado a sus discípulos que ahora son presa fácil para mí.
Desorganizados y confundidos como están, serán vulnerables a un ataque de frente. Nunca han entendido
que la guerra se lleva a cabo en el reino espiritual y, por lo tanto, todavía esperan fenómenos naturales.
No me darán ningún trabajo y no necesito atacarlos por unos días a menos de que hagan algo inesperado.”
Hoy nos enfrentamos con el mismo problema básico que enfrentaban los discípulos: tratamos de
ganar batallas espirituales con recursos humanos. La mayoría de los cristianos viven y sirven como si el
Pentecostés nunca hubiera sucedido. Valientemente tratan de obedecer los mandatos de Cristo con su
propio poder; y se preguntan cómo es que Satanás puede más que ellos y los vence con tanta frecuencia.
Ignoran la misión del Espíritu Santo, que viniera para tomar el lugar de Jesús para inspirarles,
darles poder y guiarles. Para ellos el Espíritu Santo es casi el "Dios desconocido" porque piensan en él
como una influencia, una actitud, o meramente otra manera de expresar la omnipresencia de Dios.
La clave se encuentra en la realidad de la experiencia de la presencia y el poder del Espíritu Santo
como la fue para los discípulos en el Pentecostés. El Pentecostés no puede volver a repetirse, como no
puede repetirse el Calvario, pero podemos apropiamos del poder de Pentecostés con la misma seguridad
con que podemos apropiamos de la redención por medio del Calvario.
El paréntesis entre la ascensión de Jesús y la venida del Espíritu Santo no fue accidental. Satanás
no sospechaba el próximo paso que daría Dios, Satanás puede leer las Escrituras, puede citarlas
equivocadamente para sus propios fines, pero no las puede entender porque el Espíritu Santo no se las
alumbra. Descansó durante diez días, pensando que el campo de juego había quedado vacío y que el
partido había terminado, sin saber que en realidad éste era el medio tiempo.
¿Por qué el Espíritu Santo demoró diez días en venir? Por supuesto, es imposible saberlo. Pero
hay varias posibilidades. Primero, puede haber sido un momento sagrado en el cielo. Jesús había
regresado de su misión triunfante en la tierra. El Espíritu Santo se preparaba para continuar esa misión.
Debe haber sido un gran momento de regocijo y de expectación. Pensando en retrospección, Pedro dijo:
"Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha
(Jesús) derramado esto que vosotros veis y oís" (Hechos 2:33).
Mientras tanto en la tierra, la segunda razón de la demora puede haber sido por la preparación
que los discípulos necesitaban. Mientras los seguidores de Jesús esperaban, estudiaban la Palabra a la luz
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de la crucifixión y resurrección. Repasaban los eventos del pasado y concordaban en cuanto a su doctrina.
También concordaban en oración al expresar que querían que la promesa del Padre viniera sobre ellos.
Con esto ¡cómo aumentó su sentido de esperanza y expectación!
La tercera razón de la demora puede haber sido el plan eterno de Dios. El Espíritu Santo no podía
descender hasta la fiesta de Pentecostés. Dios había proyectado que el Hijo fuera crucificado durante la
fiesta de la Pascua, porque simbolizaba la redención de Israel de Egipto y la muerte por medio del
cordero sacrificial. Había proyectado también que el Espíritu Santo descendiera durante Pentecostés
porque simbolizaba los primeros frutos de la cosecha. El día que vino el cosechero, tres mil primeros
frutos fueron recolectados en el reino.
Pentecostés marcó el esfuerzo de los "últimos días", el período entre la venida del Espíritu Santo
y la segunda venida de Cristo. Estamos viviendo en esos días. Este, es el tiempo de la cosecha. El
cosechero ha venido para "convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio" (Juan 16:8) y para
glorificar a Jesús (Juan 16: 14). Desde la venida del Espíritu Santo, Dios se ha dedicado a sujetar todas las
cosas bajo los pies de Jesús como Señor. "Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando
haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. Porque preciso es que él reine hasta que haya
puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies" (1 Corintios 15:24, 25).
Escriba en sus propias palabras tres posibles razones por la demora de diez días entre la ascensión
de Cristo y la venida del Espíritu Santo.
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Harry Boer, en su libro en inglés, Pentecostés y Misiones, ilustra con la historia de Adán y Eva la
diferencia entre estas dos motivaciones. Dios mandó a Adán y Eva que fructificaran y llenaran la tierra
(Génesis 1:28). Ellos respondieron, sin embargo, no en obediencia al mandato, sino porque Dios había
puesto en ellos el deseo de consumar su matrimonio y tener hijos. Igualmente, cuando el Espíritu Santo
llena al cristiano, le da un deseo en el corazón de cumplir la Gran Comisión.
Si hemos de tener un movimiento misionero masivo en nuestro tiempo, tendrá que ser motivado
por el poder del Espíritu. Santo llenando al pueblo de Dios: Cuando el pueblo de Dios se aviva, testifica.
El "avivamiento" que no resulta en que el cristiano testifique y en que los pecadores vengan a Cristo no es
fruto de un derramamiento del Espíritu Santo.
Examine su propio testimonio Y el de su iglesia para ver si es el que fue profetizado por Joel y
vivido por los discípulos en Pentecostés (Hechos 2:16-18). Haga una lista de las similitudes y de las
diferencias.
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Cuando cursaba mi primer año de universidad, el Espíritu Santo puso en mi corazón un deseo
intenso de testificar para Cristo. En los meses que siguieron, su presencia venció mi natural timidez y me
impulsó varias veces por semana a ir por las calles y entrar en bares para testificar. Sin embargo, no tuve
éxito en guiar a otros a los pies de Cristo. Memoricé versículos, estudié libros sobre ganar almas y oré.
Pero algo faltaba.
Un día recibí por correo un folleto que contaba las experiencias de D. L Moody, R. A. Torrey,
BilIy Sunday, BilIy Graham y otros cuyos ministerios habían sido transformados cuando fueron llenos
del Espíritu Santo.
Sentía un deseo ardiente de ser usado por Dios, pero no podía encontrar a nadie que me dijera
cómo ser lleno del Espíritu Santo. Finalmente, un amigo me prestó el libro El Espíritu Santo: Quién Es y
Qué Hace, por R. A Torrey.
Por primera vez, me percaté que el Espíritu Santo es una persona que nos posee, en lugar de ser un poder
o una influencia que poseemos nosotros. Torrey explicaba que el Espíritu Santo que vive dentro nuestro,
nos quiere llenar para servir. A la noche siguiente ya había terminado de leer el libro y me sentía listo
para seguir las instrucciones a fin de ser lleno del Espíritu. Confesé todos mis pecados, me presenté
totalmente a Dios y le pedí fe y que el Espíritu Santo me llenara. Al confesar mis pecados, comprendí
cuánto el Espíritu Santo me había amado y sufrido porque no le había prestado atención. Luego presenté
mi cuerpo, mi voluntad, emociones, intelecto y Espíritu para ser usados por Dios como él quisiera. La
parte más difícil fue aceptar por fe la plenitud del Espíritu Santo sin contar con una señal o manifestación
visible. Le dije a Dios: "Aceptaré el hecho de que estoy lleno del Espíritu teniendo como base la fe en la
Palabra, suceda lo que suceda cuando testifique.". No fue una gran experiencia emocional, pero tuve una
profunda percepción del amor del Espíritu.
La mañana siguiente cuando me dirigía a clase, el césped parecía más verde y más dulce el canto
de los pájaros. Tan real era la presencia del Espíritu que quería hacerme a un lado en la vereda a fin de
darle lugar para caminar a mi lado. Esa noche testifiqué a un muchacho en la calle, y aceptó a Cristo
como su Salvador. Dos noches después dos jovencitos aceptaron a Cristo. Y la noche después, un hombre
profesó su fe en Cristo, y la noche siguiente, otro hombre más.
Le comenté a un amigo: "Esto no puede seguir. Cada noche que salgo a testificar, alguien acepta
a Cristo." Esa noche nadie lo hizo. Tuve que regresar, pedir perdón y volver a ser lleno del Espíritu Santo
porque me había atrevido a pensar que yo era el que había ganado a esas personas para Cristo. Dios me
volvió a llenar con su Espíritu cuando me mostré dispuesto a confesar mis pecados, a presentarme delante
de él y a pedir en fe. Entonces, nuevamente las personas aceptaban a Cristo.
En los veinticinco años que median desde esa experiencia, el Espíritu Santo me ha enseñado el
secreto para ser lleno al enfrentar cada tarea en la obra. Miles de veces le he pedido que me vuelva a
llenar cuando he pecado, y lo ha hecho. La plenitud del Espíritu da energía y poder a diferentes dones en
diferentes personas, pero en todos los casos el resultado trae gloria a Cristo y atrae a otros hacia él.
En el capítulo 8 examinaremos con cuidado los dones del Espíritu.
Lea el Salmo 139:23, 24. Pida al Señor que le haga ver cualquier pecado que Impida que usted sea
lleno del Espíritu Santo. Confiésele esos pecados. Preséntese a él (Romanos 12:1,2) y pídale que lo
llene (Lucas 11:13; 1 Juan 5:14, 15).
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Cuando empezó la persecución, los discípulos oraron y "todos fueron llenos del Espíritu Santo, y
hablaban con denuedo la palabra de Dios" (Hechos 4:31). Más tarde la persecución llegó a ser un
instrumento del Espíritu y "los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio"
(Hechos 8:4).
Felipe fue a los despreciados samaritanos. Extrañamente, en medio de una gran cosecha espiritual
en Samaria, el Espíritu le dio a Felipe que fuera al desierto y testificara a un solo hombre. ¡Cuántas veces
la dirección del Espíritu Santo es totalmente opuesta a la sabiduría humana! A pesar de ello, Felipe
obedientemente siguió la dirección del Espíritu y ganó a un importante oficial etíope que llevó el
evangelio de regreso a su patria (Hechos 8:26-40).
Parecía que el testimonio se limitaría a los judíos y judíos prosélitos hasta que el Espíritu logró la
atención de Pedro con una visión y lo mandó a testificar a Cornelio (Hechos 10). Al Espíritu le fue más
difícil preparar a Pedro para ir, que a Cornelio quien ansiosamente esperaba oír. Cuántas veces éste es el
caso porque no seguimos la dirección del Espíritu Santo.
Otro adelanto tuvo lugar cuando fueron salvos los griegos en Antioquia. Un año después, el Espíritu
Santo separó a Bernabé y a Pablo de la iglesia de Antioquia para enviarlos un paso más allá en el mundo
con el evangelio.
Cuando regresaron Pablo y sus amigos con la buena nueva de que los gentiles se volvían a Dios,
parece que el elemento judío en la iglesia de Jerusalén quería anular el testimonio exigiendo que los
gentiles primero se hicieran judíos. Una vez más intervino el Espíritu Santo, y escribieron "porque ha
parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias"
(Hechos 15:28).
Paso a paso, Pablo y sus colaboradores fueron sintiendo la dirección del Espíritu para ir a Filipos.
Primero, el Espíritu Santo tuvo que prohibirles que hablaran la Palabra en Asia (Hechos 16:6). Luego no
les permitió ir a Bitinia (Hechos 16:7). Dado que les había prohibido que fueran a la izquierda y. a la
derecha, Pablo pensó que debía ir directamente hacia adelante. Pero para cuando llegaron a Troas, sobre
el mar Mediterráneo, no habían recibido otras instrucciones. Esa noche Pablo tuvo la visión de un hombre
macedonia que le decía "Pasa a Macedonia y ayúdanos" (Hechos 16:9), y supieron que Dios los
encaminaba en esa dirección (Hechos 16: 10).
Sólo el Espíritu es idóneo para determinar el lugar de servicio dé su pueblo. Somos tan limitados
en nuestro entendimiento que no podemos predecir la próxima indicación del Espíritu.
Pablo no puede haber entendido todas las experiencias que el Espíritu le hizo pasar para
conducirlo a Roma, pero ¿quién puede dudar de que era la voluntad de Dios? Seguramente más de una
vez la situación le habrá parecido rara a Pablo, pero nunca perdió el sentido de su misión a los gentiles y
su fe en la dirección del Espíritu (Hechos 26:16-18).
Dios nos revela nuestra misión a las naciones por medio de la Biblia, pero la hora y el lugar para
llevarla a cabo nos son revelados como le place al Espíritu Santo. Una cosa es cierta: los cristianos han de
ser testimonio sea donde fuere que el Espíritu Santo los coloque hasta que los dirija a otro lugar. Si un
cristiano no es misionero donde está, no puede esperar que se le dirija a otro lugar para que sea un
misionero. El Espíritu Santo por lo general guía a los cristianos donde están, antes de mandarlos a
cumplir una misión distante.
Entendamos bien. El Espíritu Santo no clasifica como "obra misionera" de más mérito a la de un
lugar que a la de otro. Cualquiera que piensa que la obra misionera foránea es más importante que la obra
misionera doméstica no se ha dado cuenta que el Espíritu Santo está a cargo de toda la obra misionera en
todo el mundo. Una persona que se salva en un país tiene el mismo valor que la que recibió la salvación
en otro.
No obstante, el Espíritu Santo redistribuye a sus siervos desde una región donde hay muchos
obreros a otras donde hay pocos. Debe determinar la necesidad y desplazar sus fuerzas. Hemos de
reconocer que el Espíritu Santo selecciona, separa y envía a los obreros a la mies como él quiere. Todos
somos el pueblo de Dios. Quizá no dedicamos el tiempo necesario al ayuno y la oración para poder
escuchar la dirección del Espíritu como lo hicieron los cristianos en Antioquía (Hechos 13:2, 3).
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El Espíritu Santo periódicamente da por tierra con las tradiciones y los prejuicios de su pueblo
para lanzarlos al mundo como flamantes testigos. Su acción entre los misioneros bautistas indonesios de
Java Central en 1971 se extendió a misioneros en toda la nación y a otros países del sudeste de Asia.
Cambió vidas y estructuras tan radicalmente que surgió una nueva estrategia misionera para alcanzar a los
inconversos que fue llamada "El Nuevo Molde".
El despertar espiritual empezó con un sentido de quebrantamiento ante el pecado. La primera
noche de un retiro de oración se logró un ambiente de aceptación que nos liberó para ser honestos. Una
persona se humilló y confesó sus pecados. El avivamiento empezó, como siempre, con la honestidad de
una sola persona hacia Dios y sus prójimos. Durante dos horas, veinticinco misioneros confesaron su
sequedad, su vacío y su falta de poder. El día siguiente surgió un espíritu de expectación cuando varios
compartieron su experiencia de haber sido llenados por el Espíritu. Otros contaron trozos del libro “El
Avivamiento de Shangtung”. El Espíritu conmovió profundamente revelando motivaciones, relaciones y
acciones. Hipocresía, resentimientos, lujuria, odio, disconformidad, escepticismo, egoísmo, codicia y
otros pecados de la carne fueron puestos a los pies del Señor. Vidas fueron consagradas de nuevo a
Cristo, y la plenitud del Espíritu fue reclamada por fe. El programa que se había planeado se dejó a un
lado cuando el Espíritu se hizo cargo de la reunión. Suspendieron u olvidaron la hora de comer y de
dormir.
El grupo de hombres elevaban oraciones urgentes a favor de los perdidos y enfermos. Algunos
lloraban incontrolablemente. Otros caían al suelo. Todos adoraban al Dios santo. Alguien empezó a
cantar "El Padrenuestro" y, al sumarse otros fue como si el Gran Director estuviera dirigiendo el más
sublime coro que jamás cantara el hermoso himno.
Cada día sentíamos la presencia admirable de Dios. Los cultos no seguían los moldes de
costumbre, pero no crea que sucedía nada ofensivo. Los testimonios de victoria eran seguidos por himnos
de gratitud y alabanza y oraciones intercesoras. Cuando terminó el retiro de fin de semana a las dos de la
mañana del lunes, todos sabíamos que el Espíritu Santo se había manifestado entre nosotros para
preparamos para algún ministerio especial. Dijo un misionero que había trabajado muchos años en China:
"Cuando Dios envía un avivamiento es para preparar a su pueblo para la mies o para la persecución. En
China fue la persecución. ¡No sé para qué nos prepara ahora, pero preparados estamos! "
Misioneros de otras zonas comenzaron a preguntamos qué nos había sucedido para que nuestras
vidas cambiaran tan dramáticamente. Al contarles, ellos eran tocados y llenados del Espíritu. Los
misioneros regresaron a sus iglesias para confesar sus malas actitudes a los creyentes nacionales. En
muchas iglesias gran cantidad de personas manifestó su fe en Cristo, otras volvieron a dedicar sus vidas o
se entregaron para servir de lleno al Señor.
Cuatro meses después, nuestras oraciones fueron contestadas cuando el Espíritu actuó entre los
misioneros y sus hijos en su reunión anual. ¡Nuestras vidas fueron cambiadas radicalmente! Una madre
expreso que la vida cristiana que había vivido era como un fogón de campamento que flamea pero pronto
se apaga, y testifica hasta este día que el fuego que se encendiera durante esa reunión de misioneros sigue
encendido. Otra misionera que confesó que en quince años no había visto que ni una persona aceptara a
Cristo como resultado de su testimonio personal, regresó a su hogar y condujo a varios a Cristo.
El avivamiento se derramó sobre los jovencitos. Bajo la dirección de un misionero de verano,
repartieron cinco mil tratados, dirigieron cultos en las calles que luego continuaron en el hogar de una
señora que se convirtió al Señor. La dedicación del misionero de verano no tenía limites, En lo que
quedaba del verano, cada día iba en bicicleta a los pueblos y campos de arroz donde repartía tratados.
Aun sin saber el idioma, evangelizó más que muchos que sí lo sabían.
Una conferencia de estrategia misionera que debía durar tres días, antes de la reunión de
misioneros, se extendió por diez días resultando en un avivamiento espiritual y en decisiones firmes que
cambiaron la estructura de la obra bautista en Indonesia, marcando el comienzo de la preparación del
pueblo de Dios para alcanzar, a 125 millones de indonesios para Cristo. El impacto del despertar y los
cambios que resultaron han sido sentidos en todo el sudeste de Asia y en otros países.
El Espíritu Santo obra alrededor del mundo a fin de preparar los corazones para recibir el
evangelio, pero su obra principal entre el pueblo de Dios es enviarlos con el mensaje del evangelio.
Marchar a la batalla sin la dirección del Espíritu es tan necio como que un ejército vaya a la batalla sin su
general. Testificar de la gracia de Dios sin contar con el poder del Espíritu Santo es pelear sin armas.
Satanás, el espíritu maligno, lucha por controlar las vidas de quienes ha seducido. Su fuerza sólo puede
ser vencida por el poder del Espíritu Santo. El Espíritu obra por medio del pueblo de Dios para llevar a
cabo su misión.
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CAPITULO 5
"Co-misión" de la Iglesia
Era un joven guapo. Su cabello oscuro y cortado a la última moda estaba
'esparcido en la almohada. Su voz resonaba como una campana en la pequeña
habitación mientras fijaba sus ojos en mí. Un hoyuelo se insinuaba cuando sonreía y
cada movimiento de las cejas revelaba sentimientos no expresados.
Lo único que echaba a perder esta magnífica figura varonil era que casi no
podía mover ni un músculo debajo de su cuello. Su brazo izquierdo se sacudía
espasmódicamente cuando trataba de sostener pequeños objetos. Un virus misterioso lo
había inmovilizado. Pensé: Es una parábola de la iglesia moderna,
La iglesia vive con dos identidades. Primero, es el remanente que Dios ha escogido, santificado y
comisionado para ser una bendición a la humanidad. Segundo, es el cuerpo de Cristo que debe cumplir su
ministerio en el mundo. Vive una tensión entre dos realidades: la posibilidad de fracasar en lograr el
propósito de Dios como fracasó Israel, y la posibilidad de llegar a ser la plenitud de Cristo (Efesios 1:22,
23). Dado que Cristo cumplió las esperanzas del Padre para Israel, la iglesia, como su cuerpo, ha de
cumplir el mismo ministerio en el mundo.
Lea Efesios 1 y escriba en no más de veinticinco palabras la esperanza de Dios para su Iglesia.
Pablo oró pidiendo que los cristianos abrieran sus ojos para que "sepáis cuál es la esperanza a que
él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos" (Efesios 1: 18). "Su
herencia" mencionada en el versículo 18 no es nuestra herencia, sino la de Dios. La asombrosa esperanza
de Dios es que heredará algo en nosotros. Dios no puede heredar nada en este universo porque ya es de él.
Su herencia consiste en su pueblo cumpliendo su voluntad. En el Antiguo Testamento la palabra herencia
es llamada con frecuencia una porción. Deuteronomio 32:9 dice "Porque la porción de Jehová es su
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pueblo; Jacob la heredad que le tocó." La herencia de Dios es el fruto de su trabajo: esto es, un pueblo
santo que hace su voluntad. Los padres que han visto sus mejores sueños cumplidos en sus hijos podrán
comprender cómo Dios puede referirse a sus hijos como su herencia. Le hacemos más rico con las
alabanzas que le damos y por las alabanzas que logramos que otros le rindan debido a nuestras vidas
(Efesios 1:12). Dios espera que seamos el cuerpo de Cristo "la plenitud de Aquel que todo lo llena en
todo" (Efesios 1:23).
Aunque algunos hayan perdido su esperanza en la iglesia, Dios no la ha perdido. Pues "Cristo
amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento
del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni
arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha" (Efesios 5:25-27).
Compare Éxodo 19:5, 6 con 1 Pedro 2:9, 10 y haga una lista de las similitudes.
Antes estábamos sin Cristo, sin hogar, sin promesa, sin esperanza y sin Dios (Efesios 2:12). Así
como el velo del templo excluía al hombre del lugar santísimo, así nuestros pecados crearon una barrera
que nos separaba de Dios y de nuestros semejantes. Pero ahora hemos sido hechos uno con él y con otros
cristianos por la sangre de Cristo Jesús, el Sumo Sacerdote, nos abrió el camino hacia Dios. Por su muerte
rompió el velo del lugar santísimo, estableció un nuevo pacto con nosotros, y nos dio acceso directo al
trono de Dios (Hebreos 8:6-13). Cristo nos redimió por su propio sacrificio y nos dio promesas aún más
grandes que las que recibiera Israel (2 Pedro 1:3, 4).
Como sacerdotes reales, recibimos tanto las promesas como las responsabilidades del nuevo
pacto. Como realeza, vivimos en la bendición del reino: como sacerdotes, actuamos como representantes
del reino.
Todos nosotros somos sacerdotes neotestamentarios y tenemos deberes específicos que difieren
de los que tenían los sacerdotes del Antiguo Testamento. Aquellos sacrificaban animales; los sacerdotes
neotestamentarios sacrifican sus cuerpos vivientes, su alabanza, gratitud, buenas obras y posesiones
materiales (Romanos 12: 1; Hebreos 13:15). Los sacerdotes del Antiguo Testamento obedecían y
ministraban solamente el Torah; nosotros obedecemos y ministramos toda la Palabra. Los sacerdotes del
Antiguo Testamento ministraban en el templo en Jerusalén; nosotros somos el templo del Espíritu Santo
(1 Corintios 3:16) y ministramos en todo el mundo. Los sacerdotes del Antiguo Testamento como
representantes de Dios, bendecían a personas en particular; nosotros bendecimos a todas las naciones por
quienes somos y lo que hacemos. El sacerdocio del Antiguo Testamento se limitaba a la tribu de Leví, el
sacerdocio del Nuevo Testamento incluye a todos los creyentes.
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Cristo, el sumo Sacerdote, ofreció el supremo sacrificio en la cruz. Se nos manda que nos
neguemos a nosotros mismos, tomemos nuestra cruz cada día, y que sigamos a Cristo (Lucas 9:23).
Liste un mínimo de tres razones por las cuales usted piensa que todos los creyentes deben actuar
como sacerdotes en el mundo.
Todos los hijos de Dios deben actuar como sacerdotes al mundo porque Dios los escogió. Eligió
individualmente a cada cristiano para que fuera parte de su pueblo a fin de bendecir a todas las familias
de la tierra. Jesús se sacrificó por los pecados del mundo y dio a su pueblo el ministerio de la
reconciliación. El Espíritu Santo vive en todo creyente y lo coloca en su templo santo y espiritual
designado para bendecir a todas las naciones. La Gran Comisión bosqueja la tarea de todo creyente como
sacerdote al mundo. Cada sacerdote cristiano compone el cuerpo de Cristo que funciona como Cristo en
el mundo. Si volvemos a abrazar el concepto del sacerdocio del creyente, asegura más un testimonio a
todas las personas.
Como nación santa, somos un pueblo peculiar y debemos vivir vidas separadas. Debemos ser
distintos en nuestra manera de pensar, hablar y caminar. El mundo busca a las personas que le ofrezcan
algo diferente de lo que ya conoce. Nuestras vidas han de ser para alabanza de la gloria de Dios de tal
modo que al entrar en contacto con nosotros, le alaben a él. Fuimos elegidos "para que fuésemos santos y
sin mancha delante de él ... para alabanza de la gloria de su gracia... a fin de que seamos para alabanza de
su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo" (Efesios 1:4.12).
Somos elegidos, hechos sacerdotes, y nos convertimos en Una nación santa por una razón: que
expresemos las alabanzas de aquel que nos llamó de las tinieblas a su maravillosa luz (1 Pedro 2:9).
Nosotros, como enlace entre Dios y el mundo, testificamos de su gracia en el poder de su salvación. Así
como cada creyente tiene el privilegio y la responsabilidad de ir al Padre para obtener perdón, así cada
creyente tiene el privilegio y la responsabilidad de ir al mundo para anunciar a los hombres el perdón de
Dios. Es casi imposible que nosotros, quienes hemos sido perdonados de una deuda tan enorme, no
estemos ansiosos de compartir las buenas nuevas del perdón que está a disposición de todos. Dejar de ir a
todas las naciones frustra el propósito de Dios al hacemos su pueblo.
Lea Juan 20:21; 15:20 y Filipenses 1:29. Compare el rol de Jesús como siervo con el rol de usted.
Para Jesús, encarnarse significó despojarse a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte. Hay
misioneros que han seguido literalmente el ejemplo de Cristo hasta el martirio. Pero una aplicación más
frecuente del principio de la encarnación es el de despojamos del poder terrenal y del sentido de nuestra
propia importancia. Roberto Adolfs declara:
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usará el poder para forzar a los hombres a entrar en acción,' sino que buscará gobernar
únicamente por el amor.
Una iglesia Kenótica (que se vacía a sí misma) también hará posible que por primera
vez el evangelio se extienda a todo el mundo. La iglesia en su expresión de servicio ya no
se sujetará a las normas occidentales del cristianismo y podrá estar presente como un
siervo… 2
Escriba un párrafo explicando con sus propias palabras qué significa ser la iglesia encarnada en el
mundo
Cuando vivíamos en Bogor, Indonesia, muy tarde una noche oí que alguien llamaba tímidamente
a la puerta. Cuando fui a abrir, me encontré con una mujer, quien, muy alterada me dijo: "Señor, vivo en
el pueblo. Mi niñito tiene alta temperatura. No podemos conseguir que le baje. Necesitamos cubos de
hielo. No tenemos refrigerador. ¿Puede usted ayudarnos?" Momentos después, al retirarse
apresuradamente con una bolsa de cubos de hielo, me dio el mejor cumplido que jamás haya recibido.
Dijo ella: "Muchas gracias. No le conocía antes de esta noche y tenía miedo de llamar a su puerta. Pero
sabía que usted es un hamba Tuhan (siervo de Dios). Así que pensé que me ayudaría con gusto”.
Quienquiera que dé un vaso de agua en el nombre de Cristo, aunque sea congelado en cubos, no
perderá su recompensa. Un factor que asombra al mundo quizá más que ningún otro es la variedad de
ministerios de servicio que patrocina la iglesia para beneficio de quienes no se pueden ayudar a sí
mismos. La iglesia o el cristiano que se identifica con Cristo le servirá sirviendo a los demás.
El propósito del servicio se centra en la proclamación del evangelio. La proclamación brota con
mayor naturalidad de una vida entregada a servir. Porque uno sirve, tiene oportunidad de testificar. La
orden de Jesús es primero hacer y luego enseñar (Hechos 1:1). Vivir una vida servicial hace que el mundo
nos examine cuidadosamente y provee la mejor oportunidad para testificar.
La crucifixión de Cristo es lo que mejor ilustra nuestro papel de sacerdotes. Su encarnación es lo
que mejor ilustra nuestro papel como hijos del Rey.
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HIJOS DEL REY: EL PRINCIPIO DE LA RESURRECCIÓN
Cuando Dios creó el mundo, su intención fue señorear sobre personas obedientes. La Biblia con
frecuencia se refiere al peregrinaje de Israel en el desierto y su entrada a la Tierra Prometida como el
período prototipo, porque Dios les dirigió. Después de que se rebelaran y pidieran un rey, Dios comenzó
un nuevo proceso que finalmente resultaría en su gobierno directo sobre ellos por medio del rey Jesús, de
la línea de David. Como Rey de todo, Jesús busca hombres para que le coronen Señor de sus vidas.
Ofrece tomar como hijos a todos los que aceptan su señorío.
Como hijos de Dios tenemos una relación íntima y heredamos un interés en el reino. Jesús
compartió sus sentimientos con los hijos del reino para involucrarlos en su establecimiento. Dijo: "A
vuestro Padre le ha placido daros el reino" (Lucas 12:32).
Como hijos del Rey, anunciamos que el reino ha venido. Con gozo contamos las buenas nuevas
de que nuestro Padre es dueño de todo. La nueva era ha llegado, y como sus hijos, heredamos, con todo
derecho, lo que nuestro Padre posee. Si no proclamamos el reino de Dios, ¿quién lo hará? Satanás derrota
con su mayor eficacia al reino de Dios cuando impide que los hijos de Dios testifiquen.
La primera iglesia enfrentó dilemas casi insuperables. Satanás lanzó sus ataques con creciente
poder y astucia, pero los primeros cristianos no podían permanecer en silencio. . El libro de Hechos
describe cuatro estrategias que Satanás usó para impedir que la iglesia cumpliera su co-misión. Sean
cuales fueren los medios que Satanás utilice para tentar al ser humano, éste siempre sigue siendo
responsable de sus acciones. La iglesia primitiva dependía del Espíritu Santo para lograr la victoria. La
iglesia de hoy enfrenta los mismos problemas.
Primero, Satanás usó a los enemigos de Dios para perseguir a la iglesia. Los primeros cristianos
fueron amenazados, apaleados y algunos sufrieron la muerte; pero no podían callar. Cuando los líderes
judíos les amenazaban, los cristianos continuaban hablando y aun oraban por más osadía (Hechos 4:20,
29). Cuando eran apaleados, alababan a Dios por tenerlos como dignos de sufrir humillación por él
(Hechos 5:41). Al enfrentar la muerte, oraban por que sus enemigos fueran perdonados (Hechos 7:60).
Decían: "y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo" (Hechos 5:32). Su
testimonio dio como resultado que miles siguieran a Jesús.
Segundo, Satanás probó la táctica sutil de desviar a la iglesia desde adentro. Cuando Satanás
trabaja dentro de la iglesia, es más difícil vencerlo. Ananías y Safira mintieron acerca de sus posesiones.
Dios intervino directamente para prevenir que el problema de egoísmo, mentira y engaño cortara la raíz
principal que es el amor. Después de esto, un gran temor cundió entre todo el pueblo: "aumentaban más,
gran número así de hombres como de mujeres" (Hechos 5:14).
Tercero, Satanás penetró más profundamente en la comunión de la iglesia con el fin de dividir sus
lealtades. Cuando las viudas griegas empezaron a quejarse de una injusta distribución de alimentos a las
viudas hebreas, la situación llegó a ser seria. Ellas eran personas honestas que quizá tenían una queja
legítima. Si Satanás lograba sembrar discordia valiéndose de prejuicios, egoísmo y prioridades
equivocadas, podía anular el entusiasmo de la iglesia por testificar. Nuevamente la iglesia buscó la
dirección de Dios y él les guió a escoger hombres dignos, llenos del Espíritu Santo, de sabiduría y fe para
solucionar el problema. El resultado fue: "y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se
multiplicaba" (Hechos 6:7).
Cuarto, Satanás organizó su ataque más grave en el área de la falsa doctrina. Si la doctrina es
falsa, la iglesia es falsa y la misión está perdida. Un líder de la iglesia acusó a Pedro de confraternizar y
comer con los gentiles. Más adelante el concilio de ancianos consideró cargos contra Pablo y Bernabé por
predicar a los gentiles. Ambos sucesos subrayaron los problemas causados por los prejuicios y los
obstáculos que habían surgido para impedir la aplicación universal del evangelio. Una vez más oraron, y
el Espíritu Santo les guió a aceptar a cualquiera que creyera el evangelio. El resultado fue que se predicó
a los gentiles abriéndose las puertas del reino a todos los pueblos, incluyéndonos a nosotros.
Dé un ejemplo moderno para ilustrar cada uno de estos obstáculos que causan que la iglesia no lleve a cabo
su co-misión con Dios.
1. Persecución
2. Engaño
3. Discordia
4. Prejuicio
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En 1972 tuve la oportunidad de ser testigo de cómo una denominación llegó a convertirse en el
pueblo misionero de Dios. Recibí una invitación para predicar en la Kerapatan Gereja Protestant
Indonesia, una convención de iglesias en Minahasa del Norte, Indonesia, de creencias bautistas, que luego
en 1979 se identificó como bautista. Sus líderes eran graduados del Seminario Teológico Bautista de
Indonesia, y muchos de ellos anteriormente habían sido pastores de iglesias bautistas en Java. En su
convención trianual hablé sobre "El Plan de Dios para la Redención del Mundo a Través del Ministerio
Espiritual de Todo su Pueblo."
Cada día comenzaba con oración a las cinco de la mañana. ¡La primera mañana varios empezaron
dos horas y media antes! Me desperté con su canto a las cuatro de la mañana. Les enseñamos á orar
conversacionalmente y Dios usó esas oraciones para comenzar un avivamiento al confesar sus pecados a
Dios y unos a otros. Durante todo el día siguiente pastores se ponían de pie en la reunión de la
convención para confesar pecados tales como apatía espiritual y odio mutuo. El tercer día, cuando enseñé
acerca del ministerio y la plenitud del Espíritu Santo, pedí que se pusieran de rodillas los que querían ser
llenos del Espíritu. Esperaba que unos pocos lo hicieran. Para mi sorpresa, casi todos se arrodillaron. De
lo más profundo del alma brotaron sublimes oraciones a Dios, confesando pecados, después de lo cual
nos desbordamos en alabanzas por las refrescantes lluvias de bendición. La indescriptible presencia del
Espíritu llenó el lugar durante la hora que siguió mientras sus siervos derramaban su corazón en oración.
Varios pastores fueron salvos durante esa semana.
Me habían concedido varias horas cada día para exponerles temas de la Escritura que usted está
estudiando en este libro. En el culto final hice un llamamiento para que la denominación entera se
dedicara al servicio misionero. Desde el comienzo de la invitación, el frente se fue llenando de personas
que querían entregarse a la tarea misionera, a dar de sus recursos para mantener la obra misionera y a
volver a dedicar sus vidas al servicio del Señor. El presidente de la convención pidió a pastores que ya
habían tomado una decisión que aconsejaran a otros que iban pasando al frente. Eran tantos que tomaron
decisiones que aún así no alcanzaban para tratar con cada uno individualmente. Entonces pidió: "Esta
semana hemos aprendido que todos somos sacerdotes. ¡No hay bastantes pastores para ayudar a todos, así
que ayudémonos unos a otros!" ¡Nunca he visto a Dios tomar completamente el liderazgo de una
convención y transformarla tan radicalmente! El presidente de la convención manifestó: "Esto es como si
nos hubiera caído una bomba atómica. Dios ha hecho esto, y empezaremos a reconstruir de acuerdo con
sus enseñanzas." Inmediatamente establecieron un departamento de misiones y empezaron a planificar el
envío de misioneros a otras islas.
Dos años más tarde, cuando regresé para predicar en una conferencia misionera, muchos de los
mejores pastores se entregaron para ir como misioneros a otras islas. Dijeron: "Debemos enviar nuestros
mejores obreros como misioneros. Dios levantará a otros hombres para pastorear a las iglesias aquí.
Empezaremos a entrenarlos ya, usando el seminario por extensión que los bautistas han establecido en
Java”
Hoy tienen misioneros en Kalimantan (Borneo), Sumatra, Sulawesi Central y varias otras islas. El
hijo de una de las familias más adineradas se encuentra en la selva de Kalimantan dirigiendo a varios de
sus misioneros en el establecimiento de un seminario para los aborígenes dayaks. Se ha hecho carne en
ellos la misión de Cristo como sacerdotes, siervos e hijos del Rey.
NOTAS
1. Robert McAfee Brown, The Significance of the Church (Filadelfia: The Westminster press, 1956), p. 17.
2. Robert Adolfs, The Grave of God, tr. N. D. Smith (New York: Harper & Row, Publishers, lnc., 1967), págs. 115,
148. Usado con permiso.
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CAPITULO 6
Hacer Discípulos: Mandato Misionero
Es fácil ver la cantidad de manzanas en un árbol, pero es más difícil ver la cantidad de
árboles en una manzana.
Las olas del estrecho de Malaka rompían a mis pies en la rocosa costa de Penang, una pequeña isla al
oeste de la península malaya. Un pescador llevó su bote a la bahía y comenzó su diaria labor. Como es mi
costumbre, le pregunté a Dios qué quería enseñarme con esto.
Pareció preguntarme: -¿Qué si te diera la tarea de pescar todos los peces en los siete mares?
¿Cómo lo harías?
La idea me anonadó: ¡Imposible!
-Pero esa es la tarea que te ha dado -respondió él.
-No hay manera de hacerlo -dije.
-¿Qué si -irrumpió en mis pensamientos-, cada vez que el pescador pescara un pez y lo tocara, se
convirtiera en un hombre? El pescador podría, entonces, explicar al primer pez, convertido en hombre, lo
que le había sucedido. Podría contarle el dilema de sus hermanos peces atrapados en su prisión en el agua
y explicarle que ellos también podrían ser liberados por el toque de la mano humana. Le podría enseñar al
hombre a pescar y a repetir el procedimiento. Pronto se multiplicarían.
-Si lo hiciéramos como la mayoría de los programas de capacitación -contesté-, enviaríamos al
hombre que había sido antes un pez, a un instituto de peces en las montañas. Allí podría aprender de
corrientes marinas, vida en mar, oceanografía y lo demás. Después de tres o cuatro años podría regresar
para ayudar al primer pescador. Por supuesto, es posible que no sepa tirar una red, ni cómo poner camada
a un anzuelo.
-Una manera mucho más práctica -susurró el Señor-, sería mostrarle inmediatamente cómo
pescar, permitiéndole sentir el gozo de liberar a otro hombre de su condición de pez. Entonces podría
pasarle al otro hombre nuevo lo que había aprendido. Es posible que algún día necesite realizar estudios
avanzados para ayudarle a enseñar a otros, pero la necesidad inmediata sería capacitarlo mientras trabaja.
Si usaras este método, como lo hice yo, podrías hablar de mí a toda la humanidad.
Jesús, meticulosamente enseñó a sus seguidores a hacer discípulos durante tres años porque sabía
que la ejecución del plan de Dios quedaría en sus manos. Sin embargo, al final de su ministerio terrenal,
todo lo que quedaba eran los once primeros discípulos, más ciento veinte seguidores que concurrieron a la
vigilia de oración en el aposento alto y quinientos que fueron testigos de su ascensión
¡Qué pocos se habrán sentido cuando Jesús les mandó que hicieran discípulos de todas las
naciones! Resultaba claro que necesitaban multiplicarse. Pero Jesús les había preparado bien para la
rápida expansión que pronto sucedería y que registra el libro de Hechos.
LA TAREA IMPOSIBLE
Los bautistas se han comprometido a llevar el evangelio a todas las personas en el mundo antes
del año 2000. La explosión demográfica hace que tal tarea parezca tan imposible como debe haberlo
parecido cuando Jesús comisionó a sus primeros discípulos.
Es imposible imaginamos cómo abarcar a toda la población mundial. Si pudiéramos haber
empezado a ganar un converso por minuto desde el día que Jesús resucitó, habríamos ganado solamente
cien mil millones de personas desde entonces hasta ahora. Ya ve, esto no es suficientemente rápido como
para alcanzar a nuestro mundo.
Supongamos que pudiéramos ganar tres mil personas por día como lo hicieron los discípulos el
día de Pentecostés. ¿Cuánto le parece llevaría ganar los aproximadamente seiscientos mil millones de
personas que se estima habrá en la tierra el año 2000? ¡5.479 años! Si Abraham hubiera ganado a tres mil
por día y sus descendientes hubieran continuado nos llevaría aproximadamente hasta el año 3000
evangelizar sólo las personas que habrá en el mundo en el año 2000.
A pesar de las estadísticas, los bautistas afirman que compartirán el evangelio con todas las
personas sobre la tierra para el año 2000. Esto significa que tenemos que testificar a casi 300 millones de
personas cada año entre 1980 y 2000. Y esto ni incluye los que morirán durante esos años. El plantel
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misionero seguirá siendo un misionero por cada 1.5 millones de personas, aun si se duplicara la cantidad
de misioneros para aquel entonces. Todos los medios de comunicación modernos no pueden presentar
con eficacia el mensaje a tal cantidad de gente cada año, diseminados como están en tantas regiones
remotas de la tierra.
Jesús no titubeó cuando dio el mandato de predicar el evangelio a toda criatura. El tenía un plan;
debemos rescatarlo. Una parte de su plan fue seleccionar unos pocos hombres y dedicarles su vida. Los
instruyó y por medio del ejemplo les enseñó a discipular a otros. Su plan fue puesto en práctica por los
cristianos del primer siglo, tanto que el evangelio se extendió por todo el mundo conocido. Dicho
sencillamente, el plan es éste: cada uno ha de discipular a uno o más hasta que el que está siendo
discipulado pueda discipular a una tercera persona. Entonces los dos ganarían a dos más, discipulándolos
también, y así sucesivamente.
Para comprobar la rapidez con que puede aumentar la cantidad de discípulos por multiplicación,
multiplique 2 x 2.
Continúe multiplicando los resultados por 2 hasta haberlo hecho 33 veces. La mayoría de las
calculadoras de bolsillo tienen una función constante con la cual se puede continuar duplicando la
cantidad continuamente apretando el signo de igual (=). ¿Cuántos discípulos habría después de la
trigésimo tercera multiplicación?
Si cada discípulo pudiera ayudar a otra persona a convertirse en un discípulo cada seis meses, se
necesitarían solamente dieciséis años y medio para ganar a más de 850 millones de personas, cantidad
que excede ampliamente la población estimada para el año 2000. Aunque es teóricamente posible, este
hecho no ha sido probado por la práctica. Resulta obvio que para alcanzar a los millones por
multiplicación, debemos hacerlo de una manera distinta que las que se utilizan en el presente.
Esto nos trae al primer punto crítico: para reproducir un discípulo, uno debe ser un discípulo.
Observe nuestro ejercicio anterior. Si el segundo discípulo no se reproduce, el total final será la mitad. O
supongamos que tiene poco ánimo para aprender y practica sólo la mitad de lo que su discipulador hace.
Entonces su discípulo adoptará su actitud pasiva y cortará nuevamente por la mitad las normas del primer
discípulo reduciéndolo a un cuarto. La generación siguiente lo reducirá a un octavo y así sucesivamente,
hasta que las normas y enseñanzas originales se diluyen.
Satanás parece tener una estrategia de cuatro pasos para sabotear el plan de Dios. Primero, ciega
a los hombres ante el evangelio para impedir que crean en Cristo. Segundo, tienta a los nuevos
convertidos para impedirles que obedezcan a Cristo y se conviertan en verdaderos discípulos. Tercero,
engaña y desanima a los discípulos para que no se reproduzcan. Cuarto, distrae a los hacedores de
discípulos y les impide capacitar a otros hacedores de discípulos.
___Lea Lucas 9:23. ¿Se está negando usted a sí mismo y tomando su cruz diariamente?
___Lea Juan 15:5. ¿Fluye la vida de Cristo a través de usted?
___Lea Juan 8:31. ¿Está demostrando que es usted su discípulo porque sigue aprendiendo y practicando sus
enseñanzas?
___Lea Juan 13:34, 35. ¿Sabe la gente que usted es su discípulo' por como ama a sus hermanos en la fe?
___Lea Juan 15:8. ¿Está dando fruto espiritual que muestra que es discípulo de Cristo?
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Jesús no llamó a la gente a ser cristianos, sino a ser discípulos. No les dijo qué fácil sería, sino
cuán difícil. No les invitó a pasar al frente del templo para manifestar su fe, sino a obedecerle
diariamente. No les dijo que se olvidaran de lo que cuesta, sino que contaran el costo. Además, Jesús no
exigió que nadie tuviera ciertos talentos, ni que fueran adecuados, ni miembros de cierta clase social. Sólo
demandó obediencia. Tomó a las personas como eran guiándolas a ser más como él.
Si hemos de cumplir la voluntad de Dios en la tierra, debemos adoptar la vida de discipulado
como norma de nuestras iglesias. Un discípulo es aquel que hace a Jesucristo, Señor de su vida. Alguna
vez puede fracasar en la aplicación del evangelio, pero no fluctúa en su lealtad a Cristo como Señor de su
vida.
Jesús dijo: "Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer e hijos, y hermanos,
y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no lleva su cruz y viene en
pos de mí, no puede ser mi discípulo" (Lucas 14:26, 27). ¿Cómo nos atrevemos a bajar los estándares que
Jesús estableció para sus discípulos? ¿Tenemos derecho de invitar a alguien a seguir a Cristo con
condiciones más bajas que las que él estableció?
¿Quiere usted ser un mejor discípulo? Vea aquí cuatro cosas básicas que un discípulo hace y que
usted también puede hacer.
Seguir a Jesús. Cuando Jesús dijo: "Sígueme", Pedro, Jacobo y Juan dejaron lo que estaban
haciendo para ir con él. Miraron a Jesús como guía de sus vidas y se sometieron a su liderazgo.
Obedecieron sus mandatos. Siguieron su ejemplo. Hicieron lo que vieron que él hacía.
Uno de los mejores discípulos que conozco es un hombre que decidió, el día que se convirtió, que
los mandatos de Jesús son justos y que es obligatorio cumplirlos. Cuando encontraba un mandato en la
Biblia, trataba por todos los medios de obedecerlo. A diferencia de muchos de nosotros, no tiene altibajos
en su vida espiritual, sino que crece continuamente en imitación de Cristo.
Sea un aprendiz. "Puede que un caballo te siga una larga distancia", me dijo una vez un granjero,
"pero para que trabaje tienes que ponerle la brida".
Jesús dijo: "Llevad mi yugo sobre vosotros" (Maleo 11:29). Se refería a un yugo que dos bueyes
usaban cuando tiraban de un arado o un carro. O puede haberse referido a los rabíes que usaban esa
expresión para atraer alumnos a sus escuelas. Un discípulo trabaja junto a Jesús como aprendiz. Se
interesa por las mismas cosas que interesan a Jesús. Va en la misma dirección que va Jesús. Es socio y
amigo de Jesús.
Sea un alumno. Jesús dijo: "Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí" (Mateo 11:29).
Uno de los significados básicos de la palabra discípulo es "el que aprende". El discípulo está siempre
estudiando para aprender. Convertirse en discípulo significa inscribirse en la escuela de Cristo y continuar
estudiando el resto de su vida.
Sea un representante. "Como me envió el padre, así también yo os envío", dijo Jesús a sus
discípulos (Juan 20:21). ¡No sólo ha de ser usted como Cristo; sino que ha de representar a Cristo!
Cuando pensamos en el discípulo de algún educador o psicólogo famoso, esperamos que represente con
veracidad a su maestro. Como discípulo, usted tiene la responsabilidad de representar a Cristo en un
mundo incrédulo.
Para llegar a ser discípulos bíblicos debemos seguir el ejemplo del Discipulador Maestro. .
Lea Juan 5: 19-43 y escriba al menos tres formas en que Jesús fue modelo vivo de la conducta de un
discípulo por cómo respondió al Padre.
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Jesús hizo lo que veía hacer al Padre, lo hizo de la misma manera, y lo hizo en el poder del Padre
(Juan 5: 19), Jesús hizo lo que el Padre le mostraba (Juan 5:20). Le fue dado todo juicio, pero no juzgó
nada por su propia iniciativa (Juan 5:22, 30), Dio vida a los muertos al recibirla del Padre (Juan 5:24-26),
Vino en el nombre del Padre (Juan 5:43),
Mis aplicaciones de estos versículos incluyen lo siguiente, Siguiendo el ejemplo de Jesús,
debemos escuchar a Dios cuando nos habla por medio de su Palabra, Debemos observar lo que Dios está
haciendo en la tierra e interpretar los sucesos diarios a la luz de su propósito. Nuestras evaluaciones y
decisiones deben ser hechas solamente después de consultar con Dios, Debemos reconocer que no
podemos hacer nada espiritual sin él, y, por lo tanto, hemos de depender de él para tener vida, amor,
sabiduría y poder. Debemos tener la valentía necesaria para representar a Dios, buscar solamente su honor
y dirigir a otros a darle honra,
Lea Juan 6:38.57 y escriba en sus propias palabras dos, maneras en que Jesús Identificó su misión
con la del Padre.,
El único propósito de Jesús en la tierra fue de hacer la voluntad del Padre en lugar de la suya
(Juan 6:38), Jesús no perdió a nadie que el Padre le diera, Mas bien, los discipuló (Juan 6:39), Recibió su
vida del Padre, y la pasa a quienes creen en él.
Al aplicar las lecciones que Jesús nos enseñó por medio de su ejemplo, nuestra primera prioridad
ha de ser saber y hacer la voluntad del Padre, Para lograrlo hemos de entregar nuestra voluntad a él.
Hemos de mantenemos en contacto con quienes Dios ha confiado a nuestro cuidado, procurando
hacer todo lo posible por no perder a nadie, Esta responsabilidad de no perder a los discípulos que le
fueron confiados seguramente hizo que Jesús fuera más paciente, No podemos esperar que nuestros
discípulos logren más que los de Jesús, pero tampoco debemos pensar en perder a ninguno que el Padre
haya hecho acercar a Cristo, Por lo tanto, hemos de vivir en Cristo, Debemos dar ejemplo de confianza
completa en Dios, en lugar de confiar en nuestra propia inteligencia, tenacidad y disciplina,
Lea Juan 7:16.28 y mencione dos maneras como Jesús mostró que su ministerio era para el Padre,
no para sí mismo
Jesús enseñó las enseñanzas del Padre, no las suyas (Juan 7:16), Buscó sólo la gloria del Padre
(Juan 7: 18), Y se vio así mismo como el representante del Padre (Juan 7:18).
Toda verdad viene de Dios, Nosotros somos sólo sus representantes; y para serlo tenemos que
estar con él y ser enviados por él. Hemos de ser obedientes para aprender. Tenemos que enseñar sólo su
doctrina y glorificarle a él. Necesitamos citar al Padre en lugar de citar a otros o decir lo que pensamos
nosotros, La sabiduría de este mundo y las tendencias actuales distorsionan la verdad eterna, Dios es el
Maestro, Dueño y Padre; ningún representante ha de pretender ser la mejor autoridad, Ni el mismo Jesús
lo hizo, Jesús conocía perfectamente el camino de Dios y lo enseñó convirtiéndose así en el modelo vivo
de lo que Dios quiere que hagamos
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ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE PERSONAL 34
Lea las enseñanzas de Jesús sobre el Espíritu Santo en los siguientes pasajes: Juan 14:16; 16:13-15.
Escriba dos maneras en que el Espíritu Santo manifiesta el rol de siervo.
Jesús prometió otro Consolador. La palabra griega que se traduce como otro Implica uno de la
misma clase. El Espíritu Santo es como Jesús. Actúa y reacciona como Jesús. Habla sólo lo que oye. Nos
pasa a nosotros lo que recibe de Jesús. Nunca se glorifica a sí mismo, pero señala a Jesús y le honra. Jesús
recibe del Padre; el Espíritu recibe del Hijo; nosotros recibimos del Espíritu; y hemos de pasarlo al resto
del mundo: El Espíritu Santo manifiesta el verdadero corazón del siervo, la cualidad básica del discípulo.
HACER DISCÍPULOS
Si hemos de discipular a otros, necesitamos estudiar cómo lo hizo Jesús; el insuperable Hacedor de
Discípulos.
Modelo
El primer requisito es ser ejemplo de conducta y actitudes que usted quiere que su discípulo
tenga. Jesús fue un modelo en su relación con el Padre. El método que vemos en el ministerio de Jesús es
enseñar haciendo, antes de tratar de enseñar hablando. Reaccionó violentamente contra los fariseos
quienes "dicen, y no hacen" (Mateo 23:3). Discipular no es solamente una doctrina veraz; debemos
demostrar la verdad en nuestra vida diaria.
Selección
Jesús oró toda la noche antes de escoger a los doce a quienes capacitaría de una manera especial
(Lucas 6: 12). Escogió hombres ordinarios que le tenían una devoción extraordinaria. Estaban dispuestos
a hacer cualquier cosa que les mandara. Imagínese qué haría usted si Jesús le mandara que caminara
sobre el agua... o que pescara un pez y pagara los impuestos con la moneda que allí encontraría... o
llevara prestado el asno de alguien sin pedir primero permiso al dueño.
Los discípulos cometieron muchos errores, pero la obediencia fue la gran característica de su
conducta.
Socios
Un ingrediente esencial al discipular es estar con el discípulo en toda suerte de situaciones.
Marcos dice: "Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar" (Marcos 3:14).
El "con él" es un principio que no puede ser ignorado. Dado que Jesús los enviaría como sus
representantes, necesitaban tener suficiente experiencia para actuar y reaccionar como lo hubiera hecho
él.
Al acercarse al fin de su ministerio terrenal, Jesús pasó más tiempo con sus discípulos. Se dio a
ellos porque ellos serían los que determinarían el alcance de su ministerio en el futuro.
El propósito del discipulador debe ser compartir los secretos de su ministerio. Conocí una vez a
un fontanero que nunca enseñaba a su aprendiz cómo aplicar ciertas soldaduras porque lo consideraba un
secreto de su oficio. El aprendiz tuvo que ir aprendiendo los procesos por sí mismo durante cuatro o cinco
años. Jesús nunca escondió sus secretos de sus discípulos. En cambio, los llevaba aparte y se aseguraba
de que habían comprendido sus enseñanzas.
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referencia para enseñarles. Se valió de un incidente, como el del joven rico que lo rechazó, para
enseñarles la relación entre las posesiones y el reino. En otra ocasión preparó a Felipe para que
aprendiera, al decirle que alimentara a cinco mil sin tener comida. Cuando el barco de los discípulos
sufría el embate de la tormenta, lo despertaron. Jesús inmediatamente aprovechó la oportunidad para
enseñarles una lección. Jesús siempre les enseñaba lecciones de la vida que nunca olvidarían.
DISCIPULADO GLOBAL
La expresión que se traduce id en la Gran Comisión es un participio que significa al ir vosotros o
habiendo ido. Jesús dio por sentado que sus discípulos irían.
Ir puede ser interpretado en dos formas. Primero, al cumplir los discípulos sus tareas en el
mundo, entrarían en contacto con personas de muchas naciones. Algunos hasta irían a otros países por
asuntos de negados o por persecución. Por medio de su quehacer diario, los discípulos reproducirían otros
discípulos quienes a su vez repetirían el proceso y extenderían las buenas nuevas en círculos cada vez
mayores desde Jerusalén, a Judea, a Samaria y hasta lo último de la tierra.
Segundo, los discípulos irían como misioneros a otras culturas y naciones. Habrían de ir hasta
hacer discípulos de todas las naciones. Jesús sabía que el Espíritu Santo los impulsaría a esparcirse. La
naturaleza universal del evangelio ardería en sus corazones hasta que lo proclamaran a todos los pueblos.
Somos parte de una larga cadena de discipulado global.
El mandato de Cristo no permite opciones. Hemos de hacer y desarrollar discípulos leales. El
único imperativo en la comisión es: "Haced discípulos." Con demasiada frecuencia, nos conformamos
con convertidos en lugar de discipulados. Jesús nunca nos mandó que practicáramos un evangelismo que
requiriera únicamente una aceptación mental. Ni esperó que tomemos atajos en nuestro apuro por
alcanzar a más gente. Debemos capacitar a los nuevos convertidos llevándolos con nosotros cuando
evangelizamos a otros. El evangelismo y discipulado pueden y deben ser realizados al mismo tiempo.
El segundo participio en Mateo 28:19, bautizando, relaciona al nuevo discípulo de Cristo con su
cuerpo, la iglesia. Bautizar tampoco es una opción. Si la persona no está tan entregada a Cristo que quiera
ser bautizada después de haber recibido la instrucción apropiada, no es digna de ser discípulo de Cristo.
Los creyentes de muchas tierras enfrentan ostracismo, persecución, y hasta la muerte cuando son
bautizados, pero Jesús dijo que debían hacerlo.
El tercer participio es enseñando. Con frecuencia pregunto a la gente qué nos mandó Jesús que
enseñáramos. Casi invariablemente contestan "todas las cosas". No es así. Nos mandó que les
enseñáramos "que guarden las cosas". Dios quiere práctica, no sólo doctrina. La palabra guardar significa
observar a cumplir lo que se debe. Es decir, poner en práctica las enseñanzas. La tarea no está terminada
cuando una persona le dice sí a Cristo. Sólo ha comenzado. Debemos enseñarle a cumplir los mandatos
de Cristo.
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REPRODUCCIÓN DE LOS HACEDORES DE DISCÍPULOS
El proceso de discipular cobra vida cuando observamos la experiencia de los principales
personajes del Nuevo Testamento. Bernabé, llamado hijo de consolación, es uno de los mejores ejemplos.
Probablemente confió en Jesús el Día de Pentecostés y fue discipulado por uno o más de los doce.
Más tarde, él discipuló a Pablo. Cuando los apóstoles no quisieron tener parte con Pablo, Bernabé
les hizo frente y defendió a Pablo. Luego, sirvieron juntos por un tiempo en Jerusalén (Hechos 9:23-29).
Varios años después Bernabé fue enviado a Antioquia para ayudar a la joven iglesia durante un gran
avivamiento. Y viajó 120 millas más para encontrarse con Pablo (Hechos 11:25,26).
Bernabé siguió discipulando a Pablo durante la primera fase de su ministerio unido en Antioquía.
El nombre de Bernabé siempre se menciona primero. Sólo después que empezaran su primer viaje
misionero el orden cambia a "Pablo y Bernabé". Bernabé guió tan bien a Pablo que éste lo superó. El
corazón servicial de Bernabé se revela en su disposición de permitir que Pablo fuera primero.
Más tarde, Bernabé discipuló a Juan Marcos, aun contra el consejo de Pablo, con el resultado que
Juan Marcos después llegó a escribir el Evangelio de Marcos. Finalmente, Pablo tuvo que admitir que
Marcos le había sido útil (2 Timoteo 4: 11).
Pablo siguió el ejemplo de Bernabé y escogió a Timoteo como su discípulo. Pronto a morir,
Pablo escribió a Timoteo: "Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que
sean idóneos para enseñar también a otros" (2 Timoteo 2:2).
Podemos ahora ver con claridad el principio de reproducción del discipulado en una cadena de
cinco generaciones que va aumentando. Bernabé discipuló a Pablo, quien discipuló a Timoteo, quien
discipularía a un hombre fiel quien a su vez pudo enseñar también a otros. Reproducir discípulos que
reproduzcan a discípulos es el plan de Cristo para la evangelización del mundo.
La iglesia local es el campo apropiado para discipular. Jesús dio la Gran Comisión a la iglesia.
Porque las iglesias han descuidado la tarea de discipular, la han comenzado a enfatizar grupos de afuera.
Pero discipular fuera de la iglesia local es actuar fuera de contexto.
La iglesia debe estar involucrada en tres procesos de su ministerio discipular. Primero, el cuerpo
local de creyentes gana a nuevos convertidos y los integra en su comunión fraternal. Cuando la persona
adopta las actitudes y los patrones del grupo, se verifica el proceso de socialización. Pocas personas que
se han .criado en una iglesia local cálida, evangelística y fortificante se dan cuenta de cuánto sus vidas
han sido moldeadas por la conducta y actitudes de esa iglesia.
Segundo, la iglesia local provee pequeños grupos que ayudan en la internalización.
Internalización, valga la expresión, es el proceso de incorporar los valores y creencias de un grupo a las
de uno mismo. La interacción de un grupo pequeño, como ser la familia, escuela dominical, capacitación
o desarrollo cristiano, organizaciones misioneras y grupos de interés especial, facilita la formación del
carácter. Si los integrantes de un grupo pequeño especial se comprometen a ayudarse mutuamente para
llegar a ser discípulos y a vigilarse en el cumplimiento de sus responsabilidades, pueden llegar a ser el
mejor contexto para discipular. Los pequeños grupos deben integrarse al programa de la Iglesia local y
aportar a su liderazgo.
Tercero, la iglesia local debe tener hacedores de discípulos que puedan adelantar el proceso de
multiplicación. La multiplicación de hacedores de discípulos ocurre mayormente en relaciones
individuales entre líderes de la iglesia que tienen una visión de discipulado global y de aquellos que ya
han llegado a ser discípulos. Ocurre cuando los líderes de la Iglesia siguen el ejemplo de Jesús de hacer
discípulos.
Pregunté a mi abuelo, de noventa y seis años y a mi abuela de ochenta y nueve, cuántos
descendientes tenían.
-Sesenta y dos -contestó mi abuela inmediatamente.
En broma le pregunté: -¿Y cómo pudo criar a todos?
-No crié a todos, gracias a Dios -exclamó ella riendo-. Sólo crié a seis.
-¿Y los demás?
-Bueno, ayudé a algunos de los diecinueve nietos; ayudé un poco a criarte a ti. Pero no he hecho mucho
con los treinta y cinco bisnietos y los dos tataranietos. Sus propios padres se encargaron de ellos.
La reproducción espiritual es el mandato de Dios a realizar obra misionera.
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CAPITULO 7
Equipados para Cumplir la Misión
"Recuerdo cuando vi en un circo a un hombre que hacía girar platos sobre ocho
bastones. Hacía girar a los ocho y luego volvía" corriendo al primero y le daba nuevo
impulso para que siguiera girando, y así sucesivamente con los demás. Se me ocurre que
ésta es una buena ilustración del papel del pastor que ha elegido los platos que quiere
hace, girar y busca en la congregación para encontrar los bastones que necesita. Los
hace marchar a todos y descubre que los bastones no impulsan a los platos que giran,
así que no tiene más remedio que correr de un plato a otro haciendo marchar los
programas que los bastones no tienen motivación para hacer girar. "1
Al comparar a las iglesias del Nuevo Testamento con las prácticas de las iglesias en la actualidad,
nos preguntamos si hubiera podido ocurrir la siguiente escena.
Satanás llama a una reunión cumbre de los gobernadores de las tinieblas, las huestes de maldad,
principados, poderes y demonios durante la segunda mitad del primer siglo después de Cristo.
-He convocado a esta sesión plenaria extraordinaria a representantes de todos los sectores del
Reino de Maldad porque necesitamos una nueva estrategia. Desde el sensacional Pentecostés, no hemos
podido hacer nada con los seguidores del Nazareno. Nuestra estrategia de intimidación, persecución,
tentación y asesinato no ha detenido a la iglesia. Tenemos a Pablo, ese misionero fanático, en la cárcel -
dijo el Príncipe de los Espíritus de Roma, así que el liderazgo de ellos está bajo control.
-¡Recuerden lo que sucedió en Filipos! -advirtió el Príncipe de los Espíritus de Macedonia.
-Ni Pablo ni los otros líderes son nuestro problema principal -dijo Satanás-. Hemos dado muerte a varios
apóstoles, pero aún así no podemos frenar a la gente común.
-Es verdad -agregó el potentado de Palestina-. Hablan de Cristo espontáneamente, tengan o no un líder.
Cuando se dispersan por la persecución es como tratar de apagar el fuego en un campo. En seguida
surgen nuevos líderes.
-y tampoco necesitan un lugar para reunirse -agregó el demonio de Asia Menor-. Cuando logramos que
los corran de las sinagogas y de los lugares de reunión pública, sencillamente adoran a Dios en sus casas.
Cuando hacemos que prohíban sus reuniones, van a las catacumbas.
-¿Cómo puede ser que sean tanto problema? -preguntó un espíritu maligno-. Son incultos e ignorantes.
-Puede que no tengan educación -dijo Legión-, pero no son ignorantes con respecto a las cosas
espirituales. Te pueden hacer salir de una persona en un segundo. Sus líderes los equipan y capacitan para
enfrentar todo.
-Entonces, ¿cómo podemos detener su avance? –preguntó Satanás. Si no lo logramos por la fuerza,
tendremos que usar más astucia.
Todos los espíritus malignos, desesperados, quedaron en silencio. De pronto Satanás se puso de
pie.
-¡Ya sé! -exclamó-. Haremos que los cristianos piensen que sólo los líderes pueden testificar.
-Magnífico, ¡es una idea excelente! -exclamó el Príncipe Espiritual de Grecia-. Podríamos decirles que
los líderes son distintos y que nadie, aparte de ellos, tiene la preparación ni ha sido ordenado para hacer
sus tareas.
-y les diremos a los líderes que ellos tienen autoridad en la iglesia dijo el Príncipe de los Espíritus de
Persia-, ¡y seguro que les gustará creerlo!
-¡Adelante! -agregó un potentado espiritual-. Hasta podríamos decirles que los oficios de apóstol, profeta,
evangelista y maestro se combinan todos en el oficio del pastor. Entonces el pastor tendrá tanto trabajo
que la iglesia apenas crecerá.
-Así no tendrá tiempo para orar o para estudiar la Palabra -agregó el Príncipe de los Espíritus de Persia,
entusiasmado por el giro de la conversación.
-Más importante que eso -dijo Satanás- no tendrá tiempo para equipar a los santos. Especialmente si
logramos mantenerlo ocupado tratando de cumplir todos los ministerios de la iglesia.
-y cuando esto suceda haremos que los cristianos comunes se quejen porque las cosas no marchan bien -
agregó con alegría un demonio.
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-Hasta podemos conseguir que digan que al pastor se le paga para hacer el trabajo espiritual -dijo el
Príncipe de los Espíritus de Egipto-, y los cristianos comunes olvidarán que ellos también son sacerdotes.
Les diremos que lo único que tienen que hacer es sostener al pastor.
-Exacto -agregó un potentado-, y le haremos ciertas alusiones al pastor para que parezca distinto. Por
ejemplo, podemos decir que es de "tiempo completo", de manera que los miembros piensen que el
ministerio de ellos es de "tiempo parcial".
-Podríamos decir que es siervo de Dios para que los miembros crean que ellos no lo son. Hasta podemos
decir que ha entregado su vida a un servicio especial para que piensen que su propio servicio es menos
importante.
-Después, si podemos lograr que él piense que tiene jerarquía especial por sus dones espirituales, por
haber sido ordenado o por su educación, nos será más fácil neutralizar el servicio del pueblo de Dios.
Pensarán que son meros aficionados -agregó un poder menor.
-Hasta podríamos hacerles creer que los misioneros que van a otros lugares son más santos que los
demás. Entonces ni soñando pensarían los cristianos que ellos mismos deben ser misioneros -dijo el
Príncipe de los Espíritus de China.
Satanás dijo; -Honorables potentados, principados, poderes y demonios: hemos ideado una
estrategia muy buena. Nos llevará tiempo llevarla a cabo, pero dará resultado. Revisaremos nuestra
estrategia y haremos que el cristianismo sea considerado como algo respetable. Eso le quitará el filo que
tiene y empañará su identidad ante el mundo. Convenceremos nuevamente a los hombres, tal como lo
hicimos en el pasado, de que la adoración debe llevarse a cabo en un lugar determinado, a una hora
especifica. Haremos que sean espectadores pasivos de la actividad de sus líderes. Nuestro reino no
peligrará si podemos mantener a los miembros de la iglesia en pasividad mientras luchamos solamente
con los pobres líderes sobrecargados de trabajo.
No resulta claro si Satanás engañó al hombre o si el hombre siguió su propia naturaleza caída. Pero
resulta significativo el contraste entre las prácticas de la iglesia en el primer siglo y las del siglo
veinte. Del diálogo que precede prepare una lista de tres diferencias en prácticas.
Los bautistas fueron llamados radicales durante la Reforma, porque, entre otras cosas,
practicaban la libertad y responsabilidad que cada creyente tiene de ministrar. Lamentablemente, con el
correr de los siglos, nuestras prácticas bautistas muchas veces no han concordado con nuestra teología.
Howard E. Bult, Jr., un renombrado líder laico, tuvo el mensaje en un desayuno al cual asistí
justo cuando nos disponíamos con mi familia a ir a Indonesia como misioneros. Dijo él: "En práctica, los
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bautistas hemos desarrollado una jerarquía piramidal, con el laico en la parte inferior. Se espera que ellos
apoyen a los líderes de la iglesia concurriendo a los cultos, ayudando a la iglesia a hacer su trabajo y
ofrendando. En el segundo nivel están los directores de música. En tercer lugar, los directores de
educación cristiana. Y, cerca de la cumbre: los pastores. En la cumbre de la pirámide está el misionero a
Indonesia."
Después que terminó su mensaje, le dije: "¡Yo soy un nuevo misionero rumbo a Indonesia!".
Reímos y concordamos en que Dios no tiene tales jerarquías.
Lea Efesios 4:12. Ahora note cómo aparece en las siguientes traducciones. Haga una paráfrasis del
versículo.
1. "Así preparó a los suyos para hacer su trabajo de servicio, para hacer crecer el cuerpo de
Cristo" (Encuentro: El Nuevo Testamento Dios Llega al Hombre).
2. "... Porque quiere que su pueblo esté perfectamente capacitado para realizar mejor la tarea de
llevar a la Iglesia, cuerpo de Cristo, a un estado de vigor y madurez" (La Biblia al Día).
3. "... para la capacitación de los santos para la obra del servicio..." (Biblia de las Américas),
4. "… para la preparación de los santos a la obra del ministerio, en vista de la edificación del
cuerpo de Cristo'" (El Nuevo Testamento de Nuestro Señor Jesucristo).
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El propósito principal de los equipadores es capacitar a los santos para ministrar. Cada equipador
actúa en el área de ministerio que Dios le ha designado (apóstol. profeta, evangelista, pastor-maestro). Sin
embargo, la meta final de edificación de la iglesia depende de que él capacite a los santos para que
ministren en cada área en particular.
¿Equiparán a los santos para que hagan qué? Primero, para que anden como es digno de su
llamamiento (Efesios 4:1). La palabra vocación en este versículo es una traducción de la palabra
llamamiento. Los equipadores ponen en práctica el llamado de Dios a los santos al ayudarles a vivir
dignamente en humildad, mansedumbre, paciencia y unidad (Efesios 1:18; 4:1-6).
Segundo, equipan a los santos para el ministerio. Les ayudan a entender sus dones (Efesios 4:7) y
los preparan para servir y testificar,
Tercero, equipan a los santos para edificar el cuerpo de Cristo, La palabra que se traduce edificar
significa construir un edificio, Un edificio debe ser construido con materiales de calidad y debe tener
suficiente espacio para cumplir los propósitos de su dueño, Los santos, tanto como los equipadores,
edifican el cuerpo de Cristo tanto en tamaño como en calidad.
Cada equipador tiene un ministerio que realizar y que demostrar con su ejemplo mientras equipa
a los santos, Observe cada ministerio,
Apóstol
La palabra apóstol significa el que es enviado y se utiliza para designar a otros, además de los
doce primeros. Hoy es el misionero a nuevas áreas, Pablo nos ofrece el mejor ejemplo de la función
apostólica. El apóstol va a un territorio virgen, alcanza a gente para Cristo, empieza iglesias, les ayuda a
crecer, y luego las deja para ir a otra parte y hacer lo mismo. El apóstol equipa a la iglesia para que
cumpla su función misionera con su ejemplo, su mensaje, su exhortación y su tarea de preparar a otros
para el servicio misionero,
Profeta
El profeta proclama la palabra de Dios y tiene en su corazón a las naciones, iglesias e individuos,
Principalmente habla al pueblo de Dios para instarlos a volver a la misión de Dios, Denuncia el pecado y
la injusticia y pronuncia los juicios de Dios sobre los que se niegan a seguir sus caminos. Edifica la
iglesia animando, exhortando y confortando a sus miembros (1 Corintios 14:3). Aun cuando los cristianos
no quieran que se les equipe, el profeta igual lo hace, enfatizando los valores cristianos, un sentido de
Justicia, de rectitud y de urgencia por la venida del reino, Revela la obra de Dios en esta edad presente.
Su función principal es "decir" lo que necesita ser dicho, aunque a veces los profetas "predicen" el futuro,
El profeta proclama la verdad y exhorta al pueblo de Dios para que se arrepienta y vuelva a vivir según
las normas bíblicas.
Evangelista
El evangelista proclama las buenas nuevas a los inconversos, tanto a las masas como a
individuos. Tiene una habilidad especial de ayudar a las personas a tomar una decisión ante Cristo. Su
ministerio lo mantiene en el filo entre la iglesia y el mundo. Va al mundo para compartir las buenas
nuevas; se relaciona con la iglesia para traer a los nuevos convertidos al cuerpo de Cristo y para equipar a
los hijos de Dios para que testifiquen.
El apóstol, el profeta y el evangelista con frecuencia hacen su obra abarcando a muchas iglesias.
Como células en el flujo sanguíneo; traen vida y purifican el cuerpo. Son ejemplo y ayudan a pulir los
ministerios de los miembros del cuerpo local quienes tienen aquellas mismas funciones.
Pastor-Maestro
La construcción griega de Efesios 4: 11 plasma al pastor y al maestro en un solo ministerio. El
pastor-maestro ministra principalmente en la congregación local y necesita estar allí el tiempo necesario
para enseñar y capacitar a los hijos de Dios. Nutre a los niños y débiles en la fe, edifica la iglesia, equipa
a cada miembro del cuerpo para que cumpla su ministerio particular. Otros pasajes mencionan al maestro
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separadamente, pero el énfasis aquí es que el pastor ha de ser apto para enseñar. Entrena a los cristianos
para que ministren en lugar de tratar de hacerlo él únicamente. .
Los apóstoles y evangelistas enfatizan principalmente edificar la iglesia empezando nuevas
iglesias y agregando nuevos convertidos. Los profetas y pastores-maestros por lo general enfatizan
edificar la calidad de la iglesia. Los santos edifican la iglesia en ambas formas porque son idóneos para
cumplir su doble rol en el cuerpo y en el mundo.
Apunte dos maneras prácticas que a usted le parece nos ayudarían a volver a cumplir los
ministerios de equipar según el modelo bíblico.
Podemos volver al modelo bíblico teniendo en alto los ideales bíblicos en lugar de alguno
heredado de otras iglesias. Podemos afirmar que no todos los equipadores deben ser mantenidos
financieramente por la iglesia local, pero pueden recibir manutención de varias iglesias o de otros
trabajos.
El pastor puede reconocer cuál de los ministerios equipadores le ha sido dado por. Cristo y
concentrarse en él. Luego puede alistar a otros de su congregación (o fuera de ella) para cumplir los
ministerios equipadores (misionero, evangelístico, pastoral y profético) que él no ha sido llamado a
realizar. Hemos de exigir que los equipadores tengan la tarea de equipar a los santos como su primera
prioridad.
En un plan más amplio, podemos reconocer y utilizar el ministerio equipador de misioneros
asociacionales o nacionales que pueden cumplir una o más de las funciones de equipar. Para equipar a los
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miembros, nuestras iglesias pueden valerse de la ayuda de evangelistas, maestros, profetas y obreros
denominacionales cuyos ministerios son en muchas iglesias en lugar de serlo primariamente en una
iglesia local. Podemos educar a nuestro pueblo en iglesias, universidades y seminarios para que cumplan
los ministerios de equipar a los santos.
En el frente internacional, podemos ayudar a. misioneros a identificar sus funciones equipadoras
para que se concentren en ellas. Los misioneros deben enseñar el modelo bíblico y capacitar a miembros
de las iglesias para ser equipadores. Si las iglesias en otras tierras han de alcanzar a los millones que las
rodean, muchos de los pastores tendrán que ser bivocacionales. Aun en los Estados Unidos, más de nueve
mil pastores tienen también un trabajo secular.
No estamos rebajando a los pastores, sino levantándolos al ministerio al cual Dios los ha llamado.
Al cumplir con su función básica de equipar, la iglesia podrá ministrar y crecer.
Antes de que la iglesia pueda cumplir su ministerio, tenemos que considerar los dos lados del
problema. Los líderes deben concentrarse en realizar sus ministerios de equipar, y el pueblo de Dios debe
aceptar el rol de ministros que necesitan ser equipados.
Cinco meses antes de que Vietnam cayera en manos del comunismo, se me pidió que dirigiera un
retiro de oración con los misioneros en Dalat, Vietnam, Dios envió un despertar espiritual. Los
misioneros confesaron sus pecados, corrigieron las diferencias que había entre ellos y sus necesidades
fueron suplidas por el Señor. Orábamos hasta muy entrada la noche. Una de las misioneras recibió la
sanidad mientras el grupo oraba por ella.
Compartí con ellos los conceptos bíblicos de los ministerios para equipar y respondieron; "Si esto
es como dices, estamos haciendo mal la obra. Necesitamos determinar a quiénes Dios ha llamado como
apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros, y luego trabajar unidos como equipo." .
Nadie imaginaba que el gobierno de Vietnam del Sur caería tan pronto. Sin embargo, organizaron
equipos para ministrar de acuerdo con los dones y los llamados recibidos de Dios. Los equipos iban a
nuevas regiones, cada miembro concentrándose en su especialidad. Los templos se colmaban más allá de
su capacidad y nuevas iglesias eran organizadas. Los evangelistas predicaban y muchos aceptaban a
Cristo. Los maestros enseñaban los fundamentos de la vida cristiana a los nuevos conversos. Luego
equipaban a los líderes de las iglesias locales para que dirigieran y desarrollaran a estas iglesias. Cientos
vinieron a Cristo en esos pocos meses.
Desde la carda de Vietnam, pocas son las noticias que tenemos de estos cristianos e iglesias, pero
hemos llegado a saber que aun bajo condiciones adversas muchas congregaciones se mantienen activas
porque se les había equipado para hacer su obra.
NOTAS
1. John MacArthur, Jr., The Church: the Body 01 Christ (Grand Rapids: Zondervan Publishing House, 1973), p.
124. Usado con permiso.
2. Howard A. Snyder, The Problem of Wine Skins (Downers Grove, m.: InterVarsity Press, 1976), p. 52. Usado con
permiso.
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CAPITULO 8
El Pueblo de Dios en el Cumplimiento de Su
Misión
El pueblo de Dios debiera evaluarse en base a su fe, su sentido de responsabilidad y el
uso de sus dones espirituales en los distintos ministerios, y no en base a los factores que
han surgido a través de la historia para dividimos en categorías, tales como
clasificación (clero o laico), dinero (a sueldo o voluntario), educación (general o
teológica), tiempo (tiempo completo o parcial), o llamado (especifico o general).
Imaginémonos una vez más que estamos en el primer siglo, esta vez, viendo al pueblo de Dios
ocupado en el cumplimiento de su misión.
-Gracias, Aquila y Priscila, por recibimos en su casa. Hemos oído del crecimiento fenomenal de las
iglesias en Asia y deseamos visitar la de ustedes.
-Encantados de recibirles, pero será algo difícil que puedan ustedes ver nuestra iglesia. Está esparcida por
toda la ciudad y las provincias, o sea, dondequiera que hay discípulos.
-¿Quiere decir que no tienen edificios?
-Nos reunimos en casas como ésta para adorar al Señor y para gozar de comunión fraternal.
-¿Pero cómo pueden crecer como iglesia en una casa tan pequeña?
-No podemos menos que crecer. Cada semana tenemos que empezar nuevas iglesias en casas para hacer
frente a la demanda. En cuanto están equipados los discípulos, éstos comienzan nuevas iglesias.
-¿Pero, no podrían evangelizar esta ciudad con más rapidez si tuvieran su propio edificio? Los
inconversos se sentirían atraídos a él, y la comunidad los respetaría más.
-Ya recibimos más atención de la que queremos desde el desorden causado por los plateros. Además, ya
hemos llevado el evangelio a toda persona en Asia.
-¡A toda persona en Asia! ¡Eso es imposible! ¿Se refieren a todos los judíos y griegos en Éfeso, en
Esmirna, en Colosas, en Sardis, y al norte en Bitinia y más allá a Capadocia?
-¡Así es! Y también a muchos otros lugares. Priscila y yo pensamos mudamos pronto a Roma para
empezar una iglesia en nuestra casa allí como punto de partida para evangelizar a todo el Imperio
Romano. Pablo piensa ir a España y otros discípulos se radicarán en Alejandría y el norte de África.
-¿Cómo pueden hacerlo?
-Asia no fue tan difícil como lo será el resto del mundo, pero el plan es muy sencillo. Como puede usted
ver, nuestro oficio es hacer tiendas. Por eso nos conocimos con nuestro amigo Pablo en Corinto. El nos
habló del Señor. Desde entonces, sencillamente hemos seguido el modelo de la primera iglesia en
Jerusalén. Pablo nos trajo a Éfeso cuando fue a Jerusalén al terminar su segundo viaje. Nosotros hicimos
discípulos como Apolos, y los instruimos. Pero la obra no había terminado. Cuando Pablo regresó, llevó a
Cristo a doce de los discípulos de Apolos y los bautizó. Les enseñó acerca del Espíritu Santo, y desde ese
momento todo aquí cambió.
-Si las iglesias en Éfeso fueron organizadas por ellos en sus hogares, ¿no tuvieron muchos errores
doctrinales y divisiones?
-No muchos. Pablo nos enseñó durante dos años en la escuela en Tiranno mientras evangelizábamos y
empezábamos iglesias en Asia.
-¿Pablo los dejó después de dos años? ¿Cómo pudo haber hecho eso?
-Bueno, en realidad se quedó tres años, pero sintió que su tarea de equiparnos había terminado. Siendo un
apóstol, quería ir a predicar el evangelio a lugares nuevos.
-¿Y cómo se las arreglaron para tener un pastor?
-Pablo designó a varios ancianos, como yo, y nos ayudó a comprender nuestros ministerios como
apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros. Nos concentramos en equipar a todos los discípulos
para que, a su vez, ellos también ministraran.
-¿Quiere decir que todos ustedes son ministros?
-Sí, a nuestro modo. ¿De qué otra manera hubiéramos podido evangelizar a tantos en Asia? Cada uno de
nosotros usa sus dones espirituales para servir al Señor. Hemos ido de casa en casa testificando y
enseñando la Verdad. También hemos tenido varias reuniones públicas.
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-¿Cómo consiguieron que todos ministren?
-Desde el primer día que llegó Pablo a Asia, lloraba y testificaba por todas partes. No quería que nadie se
perdiera porque él no cumpliera su responsabilidad. Hemos captado su visión.
-¡Esto es admirable! Una pregunta más: ¿es cada discípulo un líder?
-Por supuesto que no. Dios da muchas clases de dones espirituales. Cada don apoya a los otros. La
persona con el don de la misericordia es tan importante para la iglesia como la que tiene el don de
admiración. Cada uno de nosotros ministra en el área de sus propios dones espirituales. Pareciera que
mucho de lo que le digo le resulta raro a usted. ¿Es extraño lo que hacemos? ¿Tienen ustedes métodos
nuevos que nos puedan ayudar a lograr que el evangelio llegue a toda persona antes de que vuelva el
Señor o antes de que pase nuestra generación?
-Tenemos medios nuevos y modernos, pero usted nos ha dado algo mucho más valioso. Le agradecemos
que nos haya permitido visitarle en su casa. Nunca sabrá cuánto su ejemplo nos ayudará a terminar la
tarea que Dios nos ha encargado.
Lea los pasajes que damos a continuación que narran los eventos mencionados en el relato anterior. En
seguida escriba tres principios bíblicos importantes de la acción misionera en el primer siglo. Hechos
18:18.21; 19:8.10; 20:17.35; Romanos 16:3.
... en la cultura occidental... "laico" vino a indicar las masas de los indoctos (en
cualquier disciplina) que no tienen la capacidad de formar juicios responsables o de
actuar con autoridad.
Nada puede estar más alejada de la idea bíblica del laos escogido por Dios. Su pueblo
ha sido llamado de las masas de la humanidad, y el pueblo todo se distingue por su
conocimiento de Dios y el poder que tienen de hacer su voluntad.2
Los bautistas, tradicionalmente, han rechazado la idea de una distinción entre el clero y el
laicado. A pesar de ello, tal filosofía y práctica se ha infiltrado en nuestras Iglesias. Algunos hasta sienten
que los miembros de las iglesias debieran ser como asistentes de pastores, que ayudan a los pastores a
realizar la tarea. La Biblia enseña que como equipadores los pastores son siervos que han de capacitar al
pueblo de Dios para que el pueblo mismo haga la obra.
Otro término bíblico que ha adquirido un nuevo significado en su uso moderno es la palabra
llamado. Esta es la traducción de una palabra griega, kaleo usada en el Nuevo Testamento para referirse a
quienes han sido llamados por Dios y que han escuchado su voz dirigida a ellos en el evangelio, o sea los
que se han alistado en el servicio de Cristo.
Hoy usamos la palabra llamado en un sentido especial, como "llamado a predicar", "llamado a ser
misionero", "llamado a una iglesia". Así el llamado de un sector del pueblo de Dios parece superior al
llamado de los demás. En el Nuevo Testamento, el llamado de Dios es el acto de elegir y designar a un
pueblo entero para cumplir su propósito especial.
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ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE PERSONAL 39
Lea los siguientes pasajes y note el significado de la palabra llamado.' Donde piensa que se aplica a
todos los creyentes escriba si. Donde piensa que sólo se aplica a una clase especial de ministros
escriba no.
1. 1 Corintios 1: 16
2. Efesios 1:18
3. Efesios 4: 1 7
4. 2 Tesalonicenses 1:11
5. 2 Timoteo 1:9
Jesús llamó a los hombres a un camino de vida nuevo. Exigió su completa dedicación antes de
permitirles que fueran sus seguidores. El llamado al discipulado es el llamado a dedicar todo lo que uno
tiene y es a Cristo como Señor. Cualquier servicio es parte de ese llamado, no un llamado superior. Uno
no puede entregar más que el todo. Jesús rechazó a quienes daban su primera lealtad a las posesiones,
familia o a su posición social. No debemos menospreciar a una parte del cuerpo de Cristo por pensar que
otra parte es superior.
Dijo Findley Edge: "El llamado a ser salvo y el llamado al ministerio J un mismo llamado. O sea
que cuando uno es llamado por Dios para ser parte de su pueblo, también es llamado al ministerio”.
Todo creyente es llamado a cumplir un ministerio. Cada miembro del cuerpo ha sido llamado a
edificar el cuerpo para que "siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza,
esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se
ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir
edificándose en amor (Efesios 4:15, 16).
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Las palabras correctas con explicadas arriba en el orden siguiente: versículos 4, 1, 6, 7, 5.
En suma, los dones espirituales son habilidades o poderes dados por el Espíritu Santo a una
persona para ser manifestados en su servicio para el bien de otros.
Como pueblo de Dios ya no podemos ignorar los dones espirituales que nos capacitan para
ministrar. Hay diversidad de interpretaciones en cuanto a cuántos dones existen, cuáles son activos hoy y
cuáles son las evidencias de que uno tiene cierto don espiritual.
Lea Romanos 12:4.8; 1 Corintios 12:8.11, 28.30; Efesios 4:7.11; y 1 Pedro 4:10.11. Haga una lista de
los dones espirituales que usted cree que Dios da.
Uniendo todo en una lista tenemos profecía, servicio (ayuda), enseñanza, exhortación, dación,
administración (mando), misericordia, palabra de sabiduría, palabra de ciencia, fe, sanidad, milagros,
discernimiento de espíritus, lenguas, interpretación de lenguas, don apostólico (misionero), evangelismo y
don de pastorear.
Cada cristiano debe conocer su don o dones y permitir que el Espíritu los desarrolle. La
certidumbre de que uno tiene un don viene al servir a Dios, al desarrollar sus habilidades y al ser sensible
a la dirección del Espíritu Santo quien los distribuye y afirma.
Los dones espirituales no son premios concedidos por santidad o por algún esfuerzo especial. Son
habilidades espirituales dadas a las personas para capacitarlas para ministrar a todo el cuerpo (1 Corintios
12:11- 18, 25). Los dones espirituales no existen para atraerla atención sobre sí mismos o para ser usados
para beneficio personal. Deben señalar a Cristo, su presencia y su poder. Algunos en la iglesia en Corinto
pensaban que un don particular era para beneficio exclusivo del individuo. Tal creencia niega la función
del cuerpo (1 Corintios 12:25). Aun el cuerpo de Cristo no funciona para su propio bien, sino para Cristo
y el mundo. Los dones espirituales siempre han de ser usados bajo la dirección del Espíritu y de la
congregación local para evitar los errores de la iglesia en Corinto.
El fruto del Espíritu es la expresión de la nueva naturaleza espiritual. Pablo identificó el fruto del
Espíritu como amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza (Gálatas
5:22,23). Los dones espirituales tienen oportunidad de florecer en una vida que muestra estas cualidades.
La mejor evidencia de una vida dirigida por el Espíritu es la presencia del fruto del Espíritu.
Todos los cristianos debemos tener las nueve expresiones del fruto (singular) del Espíritu. No todos los
cristianos tenemos todos los dones (plural). Realmente seria excepcional el que uno los tuviera todos,
dado que uno de los propósitos de la diversidad de dones es unir a todos los creyentes en un cuerpo
interdependiente (1 Corintios 12:11-27). Pablo da instrucciones especificas para evitar el mal uso de los
dones (1 Corintios 12-14). Si los, dones funcionan debidamente en el cuerpo de Cristo, la iglesia será
edificada, y el ministerio de Cristo al mundo se cumplirá.
Los dones espirituales son dados por Dios, no elegidos por los cristianos. El Espíritu Santo los da
a cada uno de acuerdo con su voluntad. (1 Corintios 12:11, 18). Dios determina el don o dones que usted
tiene y el ministerio que lleva a cabo. No envidie el don de otros ni menosprecie el suyo. 1 Corintios 14
enfatiza que los mejores para usted son los que le permiten realizar el mayor ministerio en favor de otros.
La Biblia no enseña que una persona puede elegir su propio don o que todos deben tener cierto don (como
el de lenguas). Si usted tiene un don en particular, no ha de ser razón para sentirse orgulloso; o si no tiene
algún don en particular, no debe avergonzarse. Dios decide.
Los dones espirituales difieren del fruto del Espíritu y de los talentos. Los talentos son dotes de
Dios dados al nacer, los dones espirituales son dotes dados al nacer espiritualmente.
Los dones espirituales pueden ser desarrollados o desperdiciados. Pablo insta a Timoteo a avivar
su don (2 Timoteo 1:6). Si usted identifica su don o dones, puede usarlos y desarrollarlos mejor. El don
reside en usted por la gracia del Espíritu Santo, y él anhela desarrollar y refinarlo a usted para que llegue
a su máximo rendimiento. Los dones espirituales pueden ser desperdiciados. El mal uso de los dones
demuestra inmadurez. Usted necesita estar seguro de que está lleno del Espíritu y que él le guía, a fin de
evitar excesos (Efesios 5:18).
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ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE PERSONAL 42
Empareje los siguientes distintivos de dones, talentos y fruto, trazando una línea que junte las
relaciones correctas. (Note que algunas pueden concordar con más de una categoría, pero trate de
Identificar la relación más precisa.)
EN SU ORIGEN
1. Dones a. Habilidades físicas
2. Talentos b. Cualidades espirituales
3. Fruto c. Habilidades espirituales
EN SU USO:
1. Dones a. Principalmente para el beneficio de Cristo y su cuerpo.
2. Talentos b. Principalmente para el beneficio de otros.
3. Fruto c. Principalmente para el beneficio de uno mismo o de otros.
EN LA CANTIDAD:
1. Dones a. Nueve
2. Talentos b. Sin límite
3. Fruto c. Limitados
EN SU OPERACION:
1. Dones a. Operado por uno mismo
2. Talentos b. Operado por el poder del Espíritu Santo
3. Fruto c. Operado por la presencia del Espíritu Santo.
Respuestas: ORIGEN l-c, 2-a, 3-b; USO: l-a, 2-c, 3-b; CANTIDAD l-c, 2-b,3-a; OPERACION: l-b, 2-0,
3-c. 3. Fruto
Satanás, como siempre, trata de falsificar lo que Dios hace, y usted necesita estar en guardia, para
que no le engañe haciéndole ejercitar sus dones en la carne. Pruebe también el espíritu de otros para que
ellos no lo engañen (1 Juan 4: 1, 2). No se sorprenda de que Satanás trate de desacreditar al Espíritu
Santo. Y no le permita que lo confunda ni que lo aparte de Dios, del Espíritu Santo, de sus dones ni de su
ministerio.
La presencia de un don espiritual prueba que Dios le ha dado a usted la habilidad de ministrar.
Los dones funcionan mejor cuando se enlazan con el fruto del Espíritu, especialmente el amor. Los
talentos deben ser entregados a Dios para que los use totalmente en su reino.
Permita .que su ministerio fluya de sus dones espirituales. Sus dones espirituales pueden ser
expresados a través de un talento si se ha entregado usted a Dios y permite que el Espíritu Santo le guíe.
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La práctica neotestamentaria de usar los hogares para cultos de adoración tiene muchas ventajas.
Las personas no salvas que casi nunca asisten a los cultos o campañas pueden con frecuencia ser
alcanzadas por medio de pequeños grupos en casas o departamentos. Un cálido estudio bíblico en un
hogar cristiano apela a muchos en nuestra sociedad desunida y solitaria.
Los cultos en las casas facilitan el que cada grupo étnico o social tenga sus cultos y que los asistentes
tomen sus primeros pasos para acercarse a Cristo sin tener que cruzar barreras naturales. Así el
crecimiento de la iglesia no se limita al espacio disponible en los edificios de la iglesia, ni a los horarios
en la semana.
En las reuniones familiares evangelizar se convierte en una parte más natural de la vida del
individuo al adorar y funcionar en sociedad. Cada persona puede ministrar con más facilidad de acuerdo
con sus dones espirituales en la alimentación espiritual e interacción de un pequeño grupo que ayuda a
otros a alcanzar madurez cristiana. Estos grupos pueden luego integrarse en los cultos de adoración
corporativos de la congregación total o pueden formar nuevas congregaciones al ir aumentando.
Las iglesias en todo el mundo deben considerar esta práctica neotestamentaria antes que los
problemas como escasez de electricidad, impuestos por propiedades pertenecientes a iglesia, restricciones
gubernamentales que pudieran surgir con cambios o desórdenes políticos obliguen a ello. La experiencia
práctica en las iglesias en las casas capacitaría a los cristianos a empezar nuevas iglesias cuando se mudan
a un lugar donde no hay obra. Los misioneros ya podrían tener experiencia en empezar nuevas iglesias
antes de ir a trabajar con otras nacionalidades o en otros países. En muchos países la iglesia en el hogar es
la única alternativa que existe para organizar iglesias que surgen y prosperan en el propio ambiente.
Si usted piensa que este método es muy radical, recuerde que la escuela dominical empezó
primero en hogares. Una de las razones porque los bautistas y metodistas han crecido con más rapidez
que las demás denominaciones es porque no se reunían solamente en los templos, sino también en casas y
escuelas.
Las Iglesias del Nuevo Testamento crecían en círculos que se agrandaban constantemente.
Cuando los cristianos testificaban, la gente respondía y nuevas iglesias eran organizadas. La iglesia local
es el plan de Dios para la obra misionera. Los discípulos reproductores logran que las iglesias se
multipliquen. Al crecer y multiplicarse las iglesias, se convierten en puntos de avance para la
evangelización del mundo. Las iglesias pueden extender su ministerio al mundo entero por medio de
esfuerzos cooperativos en asociaciones, convenciones y agencias misioneras. Podemos ver ejemplos en la
actualidad en todo el mundo donde asociaciones, y convenciones y juntas de misiones combinan sus
esfuerzos para extender el reino.
En 1965, los incendios causados por las revueltas y el saqueo en la ciudad de Watts en California,
todavía ardían cuando Jack O'Neal, director de ministerios cooperativos de los Bautistas del Sur, cuya
responsabilidad es coordinar y apoyar a la Convención Bautista Nacional, llamó a E. V. Hill, pastor
bautista en la localidad. Le dijo: "Estoy viendo todo esto en la televisión. ¿Qué podemos hacer para
ayudar?"
Una cosa que trataron de hacer fue saturar el área con el evangelio, comenzando con Escuelas
Bíblicas de Vacaciones,
La iglesia Monte Sion, que pastoreaba Hill, patrocinó cuatro Escuelas Bíblicas de Vacaciones el
siguiente verano y la Junta de Misiones Domésticas envió dos misioneros de verano para ayudar.
En 1967 Monte Sion patrocinó diez Escuelas Bíblicas de Vacaciones y la Junta de Misiones
mandó cuatro estudiantes misioneros.
En 1968 Monte Sion realizó ochenta y dos Escuelas Bíblicas de Vacaciones, alcanzando a seis
mil personas,
De todo el movimiento que causó esta actividad surgió la idea de tener un programa "mellizo-
trillizo", Sid Smith llegó a Los Angeles en septiembre de 1968. Propuso tener más Escuelas Bíblicas de
Vacaciones y realizarlas en los patios y garajes de las casas o en cualquier lugar que las iglesias pudieran
encontrar para reunirse,
En 1969, cinco iglesias de la zona realizaron diez Escuelas Bíblicas de Vacaciones cada una, En
1970, se empezó con el programa "mellizos", en que dos iglesias trabajaban en cooperación, En 1971, se
empezó con el programa "trillizos" en que cooperativamente trabajaban en Escuelas Bíblicas de
Vacaciones tres iglesias: de blancos, negros e hispanos,
En 1974, una docena de iglesias, incluyendo una china, cooperaron en los programas mellizos-
trillizos, Cada equipo de iglesias tuvo que realizar un mínimo de diez Escuelas Bíblicas de Vacaciones,
"Muchos nunca han realizado más de una Escuela Bíblica de Vacaciones por verano", dice Smith, "Al
principio dicen: '¿Diez? No, imposible.' Pero siguen adelante y comprueban que sí es posible".
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Para 1978, 25,000 personas habían asistido a las Escuelas Bíblicas de Vacaciones y 2,000 hablan
hecho profesión de fe.
Los cristianos del primer siglo recorrieron las naciones del mundo conocido como hombres de
negocios, turistas, soldados, exploradores, estudiantes y otros, pero "los que fueron esparcidos iban por
todas partes anunciando el evangelio" (Hechos 8:4), Se desplazaban por muchas razones, pero con un
propósito: extender el evangelio, Cuando los cristianos reconozcan su llamado, desarrollen sus dones, y
hagan obra misionera en su propio medio, ministrarán al mismo tiempo a personas de otras
nacionalidades (Mateo 28: 19),
Dios llama a misioneros de entre los miembros de iglesias que son espirituales y que están
creciendo para que vayan hasta el fin del mundo, El primer fruto de las misiones, la iglesia de Antioquía,
envió sus dos mejores equipadores a otras naciones,
"Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y
a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les
impusieron las manos y los despidieron" (Hechos 13:2, 3).
La iglesia de Antioquía nos presenta un modelo de cómo enviar misioneros. Primero, dedicaron
tiempo al ayuno y oración, colocándose así en una posición desde donde podían escuchar la voz de Dios.
Segundo, enviaron sus mejores equipadores. Tercero, cooperaron con el Espíritu Santo para
enviar misioneros. (Hechos 13:3 dice que la Iglesia los envió; el v. 4 dice que el Espíritu los envió.)
Cuarto, los encomendaron a la gracia de Dios al dedicarlos a la obra misionera. Quinto, recibieron
informes de los ministerios que cumplían los misioneros (Hechos 14:26, 27). Sexto, les mandaron
regresar al campo para realizar más servicio misionero (Hechos 15:40).
Extender el reino a todos los pueblos requería enviar miles de misioneros. Doscientos mil
millones de los trescientos mil millones que no son cristianos viven en un medio donde no hay cristianos.
Esto significa que no escucharán el evangelio hasta que alguien haya cruzado barreras culturales y de
comunicación. Todos los países del mundo están compuestos de una gran variedad de personas: tribus,
castas, grupos profesionales, grupos lingüísticos, grupos religiosos y combinaciones de éstos. Se estima
que hay más de 15.000 de tales grupos en los 221 países del mundo.
Los misioneros deben impartir a los convertidos el espíritu misionero que los impulsó a compartir
con ellos el evangelio; de lo contrario, estarán formando el último eslabón en la cadena del propósito de
Dios, que tiene que ser una cadena sin fin. Cualquier cristiano o iglesia que no está participando en la
obra misionera no está cumpliendo la voluntad de Dios. Las iglesias sin espíritu misionero son demasiado
inmaduras para pensar en las necesidades de otros y no sólo en sus propias necesidades, o no conocen el
propósito de Dios o desobedecen a su Señor.
En el populoso puerto de Jakarta, Indonesia, prospera una iglesia singular que se parece mucho a
las iglesias del Nuevo Testamento. Hace varios años, cuando el pastor aceptó el pastorado en otra iglesia
los miembros empezaron a hacerse .cargo de los cultos. Trece de ellos estudian en el curso por extensión
del Seminario Teológico Bautista Indonesio donde aprenden a servir. Con el tiempo, la iglesia organizó a
los inconversos durante la semana. Los domingos asisten a los cultos de la iglesia madre. Un obrero
portuario, un abogado, un maestro, un oficinista y otros se turnan para dirigir los cultos.
Cuando prediqué allí en una campaña de evangelización, pregunté si pensaban llamar a un pastor.
"Queremos hacerlo", respondieron.: “Necesitamos un pastor que nos entrene, pero no queremos uno que
no nos deje trabajar ni dirigir cultos en nuestras casas. No tendrá que hacer visitación regularmente,
porque nosotros la hacemos. Podría simplemente capacitamos Y' ayudamos a trabajar con personas o
situaciones difíciles. No hemos encontrado todavía a un pastor que nos dejaría hacer esto." Doy fe que
esta joven iglesia testifica y ministra porque al terminar mi semana allí, setenta y cinco personas habían
aceptado a Cristo como Salvador.
Uno de los líderes de la iglesia se ha trasladado a la isla de Sumatra donde es maestro de escuela.
Naturalmente, ha empezado cultos en varios pueblos vecinos. Otro miembro ha ayudado a administrar
fondos de ayuda a una isla a cientos de millas de Jakarta. Otra ha ayudado al grupo asociacional de
mujeres bautistas a enviar un misionero a un área de trasmigración en Lampung, Sumatra. Extender el
evangelio ha llegado a ser el estilo de vida de estos cristianos.
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NOTAS
1. Howard A. Snyder, The Problem of the Wine Skins (Downers Grave, 11/.: InterVarsity Press, 1976), p. 102.
Usado con permiso. .
2. Amold B. Come, Agents oi Reconciliation (Filadelfia: The Westminster Press, 1960) págs. 88, 89. Usado con
permiso.
3. Joseph H. Thaya,. A Greek-English Lexicon al the New. Testament (Nashville: Braadman Press, Copyright 1977
por Baker Book House; reimpresión de la cuarta edición impresa en 1889), p. 321.
4. Findley B. Edge, The Greening oi the Church (Waco: Word Books, 1971), p.38. .
5. Come, op. cit, p. 94.
6. Elaine Selcraig Furlow, The Human Touch (Atlanta: Home Mission Board, Southem Baptist Convention, 1975),
págs 137-52.
7. MARC NewsIetter (Mayo 1979), p. 4.
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CAPITULO 9
Los Intermediarios de Dios
"Dios va moldeando al mundo por medio de la oración. Cuantas más oraciones haya en
el mundo, mejor será el mundo, y más poderosas serán las fuerzas contra el mal. Las
oraciones de los santos de Dios son las reservas capitales en el cielo, por medio de las
cuales Dios realiza su gran obra sobre la tierra... En la oraci6n, Dios condiciona la vida
misma y la prosperidad de su causa. "1
Mi imagen bíblica de la batalla espiritual entre el reino de Dios y el reino de Satanás era bastante
pobre hasta que tuve la oportunidad de visitar a Corinto y empecé a comprender 2 Corintios 10:3-5. Fue
cuando regresábamos de Indonesia para tomar nuestras primeras vacaciones y pasamos por Grecia. La
antigua ciudad de Corinto nos decepcionó pues lo único que queda es un montón de escombros y unas
pocas columnas.
Sin damos por vencidos, llegamos en auto hasta una inmensa y antigua fortaleza sobre una
montaña cerca de la ciudad. Circunda la montaña un muro tan ancho que por él podría andar un carruaje.
Escalamos la montaña y pasamos por la primera puerta, para encontramos, subiendo unos cien metros
más, con un segundo muro. Y más allá vimos una .tercera muralla. Mi esposa y mis hijas se detuvieron
para descansar en la tercera puerta, pero mis hijos y yo seguimos subiendo hasta llegar a la cima. Cuando
miramos hacia atrás mi esposa e hijas se veían muy pequeñitas, como de cinco centímetros, ¡y todavía
nos encontrábamos dentro de la fortaleza!
Me volví para mirar en dirección contraria, y para mi sorpresa y admiración me encontré ante una
imponente vista panorámica del mar Mediterráneo. Hacia el oriente podía ver la ciudad de Atenas a la
distancia. De alcanzarrne la vista, hubiera podido ver hasta Roma.
Era fácil comprender que quien controlara la fortaleza tendría autoridad sobre esta parte del
mundo. La fortaleza, construida en los tiempos de Pablo, no pudo ser conquistada hasta mil trescientos
años después de su muerte.
Lea 2 Corintios 10:3-5 y note las palabras que pueden referirse simbólicamente a esta fortaleza.
Pablo mencionó militar, armas, fortalezas, derribar toda altivez y llevar a cautividad. Les explicó
a los cristianos de Corinto que ellos luchaban contra un enemigo espiritual que era humanamente
invencible y que debían pelear con armas espirituales porque la batalla se libraba en el mundo espiritual.
Note que las instrucciones de Pablo se relacionan con lo mental y lo espiritual. Debían derribar
argumentos, y toda altivez que se oponía al conocimiento de Dios, y sujetar todo pensamiento a la
obediencia a Cristo.
Luchamos contra un enemigo cuyo poder y astucia puede ser superado sólo por el poder y
sabiduría de Dios. ¡Estamos en pie de guerra! Por lo tanto, Cristo nos ha dado armas espirituales con las
cuales luchar. La oración está en la lista de armas a usar en la guerra espiritual contra las huestes de
Satanás.
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todas las naciones han de ser parte del cuerpo de Cristo. Llamó a Pablo y al resto de nosotros, "santos
menores.", para predicar las inescrutables riquezas de Cristo.
Lea Efesios 3:3-14 y escriba a que causa le parece que Pablo se refiere cuando escribe: "Por esta
causa doblo mis rodillas..."
El propósito eterno de Dios, que cumplió en Cristo Jesús, nuestro Señor, es que la iglesia dé a
conocer la multiforme sabiduría de Dios a "los principados y potestades en los lugares celestiales"
(Efesios 3: 10). Pablo inmediatamente después de escribir esto afirmó la seguridad y la confianza con que
podemos acercamos a Dios por medio de Cristo (Efesios 3: 12). Agregó: "Por esta causa doblo mis
rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo" (Efesios 3:14). La oración es el arma poderosa con la
que la iglesia cuenta para demostrar la sabiduría y el poder de Dios a Satanás y sus huestes de poderes y
demonios.
Paul E. Billheimer va al extremo de decir: ... la oración no es principalmente la manera
que tiene Dios de hacer las cosas. Es la manera que tiene Dios de capacitar a la iglesia,
en medio de su tarea, para vencer las fuerzas hostiles a Dios. Este mundo es un
laboratorio en el cual los destinados al trono están aprendiendo, por medio de la
práctica en la cámara de oración, cómo vencer a Satanás y sus huestes. 2
El propósito de la oración intercesora en la obra misionera es vencer los poderes espirituales que
gobiernan a las naciones y a los corazones de quienes no son salvos. Dios responde a la oración y recibe
la gloria de la victoria. Usa a su pueblo como intercesor para capacitado a comprender su voluntad,
dirigido en sus batallas, y para mostrar a los poderes malignos su plan glorioso de eterna comunión con el
hombre.
O. J. Frazier, misionero en la China, por medio de la oración ganó para Cristo a literalmente
treinta mil personas en el área de Lisu. Sus primeros seis años en la región dieron muy poco fruto entre
las tribus primitivas. Entonces empezó a interceder por ellos y a buscar socios de oración en Inglaterra.
Dios honró esa guerra espiritual sobre los poderes malignos que dominaba a la gente de Lisu. Cuando
empezó a llegar la respuesta, Frazier notó que las iglesias que no alcanzaba a visitar crecían con más
rapidez que aquellas en las cuales trabajaba regulam1ente. Llegó a la conclusión de que era porque oraba
más por las iglesias que no podía visitar y que, como resultado, prosperaban más.
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EL PODER QUE DA EL ORAR DE ACUERDO CON LA VOLUNTAD DE
DIOS
La oración existe más para incluimos a nosotros en el propósito de Dios que para incluir a Dios
en los planes nuestros. En cuanto entendemos el propósito de Dios en el mundo, hemos de invertir en él
nuestra vida. Dios se goza en contestar las oraciones que están de acuerdo con su voluntad. Se niega a
contestar la oración que no está dentro de su voluntad. Nuestra tarea es, entonces, descubrir lo que Dios
quiere y pedido.
Dios claramente presenta su propósito y su voluntad en su Palabra. Para orar victoriosamente
debemos conocer su Palabra y basar nuestras oraciones en sus promesas.
Lea 1 Juan 14, 15. Escriba en sus propias palabras lo que significa.
Sabemos que estamos orando de acuerdo con su voluntad si su Espíritu así lo revela en su
Palabra. En cuanto sentimos esa seguridad, tenemos la confianza de que lo que pedimos ha sido otorgado.
Lo aceptamos como un hecho ya consumado aunque tengamos que esperar para ver la evidencia física.
El Espíritu viene para guiamos a toda verdad (Juan 16:13). Cuando oramos de acuerdo con la verdad, el
Espíritu intercede por nosotros de acuerdo con la voluntad de Dios (Romanos 8:27).
La oración de Jesús revela la preocupación de Dios por nosotros y por el mundo. Lea Juan 17 y
prepare dos listas: (1) lo que Jesús oró por sus discípulos; (2) lo que dijo Jesús acerca del mundo.
Cuando oramos por las cosas por las cuales oró Jesús, sabemos que oramos dentro de la voluntad
de Dios. El oró por sus discípulos más que por el mundo, porque los estaba enviando al mundo. De igual
manera, nuestra mira debe estar puesta en los discípulos de Cristo y su ministerio ante el mundo.
Dios decidió hace mucho tiempo que no salvaría al mundo independientemente de su pueblo. Su
preocupación por el mundo está unida a la preocupación que su pueblo siente. No nos dijo que nosotros
enviáramos obreros a la mies. Dijo: "A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues,
al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies" (Mateo 9:37, 38).
La razón por la cual tenemos tan poca gente levantando la cosecha es porque no nos dedicamos a
orar para que Dios envíe obreros. Mientras escribo este libro, estoy orando para que Dios le toque y le
envíe, junto con una legión espiritual de obreros, a los campos blancos del mundo. Nos envía a cada uno
a los campos blancos en nuestras comunidades. Y nos envía a muchos de nosotros a otras naciones.
Jesús ora para que el Padre nos libre del mal (o "el Maligno" (Juan 17:15 RVA). Libró una guerra
espiritual por nosotros y ahora intercede por nosotros a la diestra de Dios.
Lea los siguientes versículos y escriba la cualidad más sobresaliente que tenían en común estos
hombres de oración: Génesis 16:8-13; 18:16-33; Éxodo 32:7-14; Números 14:11-21; e Isaías 62:1-9.
Los intercesores acerca de los cuales acaba de leer triunfaron en oración. Dios perdonó a su
pueblo y continuó con su propósito por intermedio de ellos. Pero cuando no había intercesores, Dios no
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perdonaba al pueblo. "Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha
delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé" (Ezequiel 22:30).
Las biografías de Jorge Meuller, Praying Hyde, Hudson Taylor, Rees Howells, y otros grandes
intercesores revelan que tenían varias cosas en común. Buscaban la voluntad de Dios acerca de un asunto
hasta que el Espíritu les convencía con la Escritura. Luego reclamaban la promesa de la Escritura por fe,
y Dios respondía a sus oraciones.
Examine su lista de oración y su vida de oración para ver si está usted orando de acuerdo con el
propósito de Dios. ¿Ora usted por el mundo? ¿Libra usted una guerra espiritual? ¿Ora por que más
obreros vayan a los campos blancos?
La intercesión de Howells lo preparó para el servicio misionero en África, Dios envió allí un gran
avivamiento como respuesta a sus oraciones, Más adelante Howells se dio enteramente al ministerio de
intercesión, Según Norrnan Grubb, biógrafo de Howells, hubo batallas en la Segunda Guerra Mundial que
fueron ganadas por sus oraciones y las de sus compañeros de oración, La última oración intercesora
victoriosa de Howell fue que el Señor proveyera cien mil libras esterlinas para ser usadas en la expansión
del evangelio a toda criatura.
¿Dónde, entre los bautistas, están los intercesores que darán su vida en la guerra espiritual de la
oración a favor del mundo? ¿Cuándo será el día que cada creyente comience a cumplir su sacerdocio y
dar parte de su tiempo para interceder por la obra misionera? Hemos de colocamos entre Dios y quienes
lo necesitan tan desesperadamente,
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HAY QUE TRAZAR PLANES PARA INTERCEDER
Porque nuestra lucha no es con carne, ni sangre, Dios provee una armadura espiritual al
intercesor. Hemos de tener conciencia de que nos encontramos detrás de las líneas enemigas y que la
guerra espiritual se libra alrededor nuestro, Nuestra inclinación natural es luchar con medios físicos,
¿Cómo se libra una batalla espiritual en oración? Efesios 6: 10-20 da una lista de la armadura
espiritual que necesitamos para luchar en oración: "Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en
el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos" (Efesios 6: 18). Es
esencial que el soldado de oración cuente con cada parte de esa armadura.
Uno de los días más importantes de mi vida me desperté sintiéndome .terriblemente deprimido.
Esto me resultaba extraño. Entonces me di cuenta de que en realidad no estaba deprimido, sino oprimido.
No sabía todavía que el día seria importante, pero Satanás seguramente si lo sabía. En cuanto reconocí
este espíritu opresivo, me arrodillé junto a mi cama y usé la armadura de Efesios 6 para ganar la victoria.
Fue un día grandioso, y Dios ganó la victoria en decisiones muy importantes que tuve que enfrentar.
Efesios 6: 11, 12 define al enemigo como gobernantes espirituales malignos en diversos planos.
Satanás usa sus ardides para vencer a los santos aun en la oración (v. 11). La mayoría de los cristianos
piensan que son inmunes a los ataques de Satanás cuando están de rodillas, pero es entonces precisamente
cuando Satanás está más activo. Odia ver de rodillas aun al más débil santo.
Dios quiere que en la guerra espiritual estemos firmes contra (v. 11) Satanás y todos sus trucos.
Quiere que resistamos (v. 13) en el día malo y que finalmente venzamos estando firmes cuando la batalla
haya terminado (v. 13).
La armadura de oración ha de usarse específicamente en las siguientes situaciones. Primero,
cuando Satanás nos ataca. Segundo, cuando nosotros atacamos a Satanás y entramos en su territorio para
reclamar a los que él ha capturado, estos son los que se han desviado y los perdidos. Tercero, cuando
buscamos liberamos del dominio de Satanás sobre alguna fase de nuestra vida. Satanás celosamente
guarda todo lo que ha capturado y lo entrega sólo cuando Dios lo obliga.
Observe cada sección de la armadura y relaciónela con la oración. El yelmo de la salvación puede
simbolizar la protección de la mente, el lugar favorito de Satanás para empezar su obra. Satanás pone en
la mente dudas, desobediencia y ansiedad (2. Corintios 10:5). Cuando usted empieza a orar, coloque el
yelmo de salvación firmemente sobre su cabeza reclamando la sangre de Cristo como su base para orar
(Apocalipsis 12:11), alabando a Dios por su salvación y su seguridad espiritual (Salmo 145), dando
gracias a Dios por su salvación y las bendiciones que de ellas se derivan (Efesios 5:19, 20) y reclamando
la mente de Cristo (Romano 8:5).
La coraza de justicia puede simbolizar la protección del corazón. Todo lo malo procede del
corazón (Marcos 7:20-23). En ese instante, pida al Señor que examine su corazón y le muestre si hay en
usted camino de perversidad (Salmo 139:23, 24). Cuando el Espíritu le revele el pecado en su corazón,
confiéselo (1 Juan 1:9) y reclame la justicia de Cristo por sus pecados. Después de confesar sus pecados y
de reclamar la justicia de Cristo, imagínese la coraza firmemente sujeta para impedir que Satanás llegue a
su corazón. .
El cinto de la verdad puede representar la protección de las emociones (por lo general se piensa
que residen en el plexo solar). Decida que no querrá más que la verdad e integridad en su vida y sus
oraciones. Examine cómo evalúa usted las cosas, palabras y sentimientos y entréguelos todos a Dios a
cambio de la verdad. Con esto, usted logra ser más objetivo al orar y al vivir, y menos vulnerable a las
mentiras de Satanás. Pida a Dios que no permita que sus emociones empañen la verdad. El cinto mantenía
en su lugar a toda la armadura de los soldados romanos; la verdad mantiene firme nuestra armadura
espiritual. .
Al tener los pies calzados con el apresto del evangelio de la paz usted se coloca en posición para
atacar al enemigo (Isaías 52:7, 8). Esto significa que está usted preparado para llevar el evangelio a
cualquier persona por quien usted ora. Si no está listo para llevar el evangelio, le será difícil interceder
por los perdidos. Piense en los países del mundo donde el evangelio necesita ser predicado y ore por ellos
tanto como por sus amigos y vecinos.
El escudo de la fe rechaza los ataques de Satanás mientras usted avanza. Mientras él trata de
lanzarle dardos a su mente, corazón y emociones, Dios le da el escudo de la fe para rechazados. El escudo
de la fe se usa para avanzar, no para retroceder. Con este escudo se vence al mundo (1 Juan 5:4). Ni las
tentaciones, ni las pruebas pueden atravesar el escudo de la fe. La fe es la llave para ganar la victoria en la
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oración. Jesús dijo a sus discípulos: "Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo
recibiréis, y os vendrá" (Marcos 11:24).
La $ es la Palabra de Dios. No se puede lograr una victoria espiritual sin ella. El escudo de la fe
es más eficaz con la espada del Espíritu. Al marchar en el territorio de Satanás empiece a reclamar que
Dios le dé las cosas que Satanás ha usurpado del reino de Dios; pida las cosas que el Señor revela por
medio de su Palabra. Encuentre promesas bíblicas y úselas para reclamar lo que Dios de veras quiere
darle a usted. Satanás no puede soportar la Palabra de Dios y retrocede cuando usted se adelanta a tomar
las posesiones de Dios reclamando su Palabra por fe.
La armadura le prepara para interceder por otros. Ahora se encuentra usted en una posición para
orar por otros y para esperar una respuesta positiva. ¡La batalla ha comenzado! Avance vestido de la
armadura de Dios. Persevere en interceder hasta ganar la victoria, y levantar victoriosamente sus trofeos
de gracia. La oración intercesora ruega que el plan de Dios sea llevado a cabo y su evangelio sea
proclamado con audacia (Efesios 6:19, 20).
Mencione cada parte de la armadura. Escriba una oración acerca de cada una, describiendo su
función de prepararle para la oración Intercesora.
Es imposible orar así en cinco minutos. La guerra espiritual significa luchar con el enemigo.
Puede llevar una hora, Un día, una semana o más. Dios busca soldados armados para el combate. Y se ha
limitado a sí mismo a luchar con guerreros de oración. Cada avance del reino depende de las oraciones de
los santos. Dios ha resuelto que seremos sus socios exclusivos en la tarea de reclamar el reino y, por lo
tanto, nos espera hasta que nos hayamos colocado la armadura de oración y hayamos entrado en la guerra
espiritual.
Cada cristiano ha de apartar un tiempo especial para la guerra de oración además de sus
momentos acostumbrados de oración. Puede empezar con una hora por semana y luego extenderse a un
día de ayuno y oración. La tarea de ser un guerrero de oración no es para los santos jubilados únicamente.
Dios espera que todos nosotros oremos siempre con toda oración y súplica. El mayor privilegio que nos
da es el de luchar en su ejército en pro de quienes han sido capturados por el Maligno.
Lea los siguientes pasajes y cite el movimiento que nació de la oración: Éxodo 3:1.10; Nehemías
1:4-10; Mateo 4:1-11; Hechos 1:12 al 2:47; y Hechos 13:1.13.
El comienzo del movimiento misionero en el continente americano fue una reunión de oración
bajo una parva de heno en los Estados Unidos en 1806. Un despertar espiritual en las iglesias motivó a
Samuel John Mills y cuatro amigos a orar al aire libre dos veces por semana. Un sábado por la tarde
tuvieron que guarecerse de la lluvia bajo una parva muy grande. Oraron y hablaron de Asia, tema que
habían estudiado en clase. Mills afirmaba que debían enviar el evangelio a los paganos. Uno no estuvo de
acuerdo, diciendo que la civilización debía preceder al cristianismo. Se arrodillaron para orar pidiendo
estar unidos en su propósito. Al terminar de orar Mills exclamó: "Podemos hacerlo y lo haremos." Más
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tarde; en el Seminario Teológico Andover, Adoniram Judson se sumó al grupo de oración que dirigía
Mills y llegó a ser el primer misionero de la Junta de Misiones Foráneas Americana.
La misión de Dios al mundo comienza cuando su pueblo se pone de rodillas. .
La importunidad da a Dios la oportunidad de demostrar su poder. La oración intercesora no ha de
llevarse a cabo de acuerdo con nuestra conveniencia, sino por la inconveniencia que otro sufre. Jesús dijo:
"Pedid... buscad... llamad" (Mateo 7:7). Debemos dar prioridad a lo que Dios da prioridad.
Lea los siguientes pasajes y escriba una oración acerca de cada uno que muestre cómo la
importunidad resultó en perseverancia y urgencia: Lucas 11:5; Lucas 18:1-7; Hebreos 5:5-10;
Mateo 15:22.28 y Mateo 8:5-13.
Cuando Dios nos guió al campo misionero, puso en mi corazón la necesidad de contar con
intercesores. Sabía que yo soy una persona muy ordinaria, por eso dije: "Señor, quiero ver lo que puedes
hacer con una persona común respaldada por la oración." A lo largo de los años varios miles de personas
han orado por nosotros, algunas sin faltar ni un día. Cada mes les pedía en nuestra carta de oración que
oraran por motivos específicos. En las semanas y meses siguientes, les informaba cómo Dios había hecho
su obra por medio de sus oraciones. He documentado literalmente cientos de respuestas a la oración como
resultado de la oración intercesora de personas en mi país. Si cada misionero contara con personas que
oran diariamente por sus pedidos específicos, se sentiría una gran manifestación de poder en todo el
mundo.
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NOTAS
1. E.M. Bounds, Purpose in Prayer (Chicago: Moody Press, sin. fecha), págs. 9, 10. Usado con permiso.
2. Paul E. BiIlheimer.Destined for the Throne (Fort Washington, Pa.: Christtian Literature Chrusade, 1nc., 1975), p.
40. .
3. Mr.;. Howard Tay/or, Behínd the Ranges (Chicago: Moody Press, 1964). 4. Norman p, Grubb, Rees Howells,
lntercessor (Fort Washington, Pa.: Christian Literature Cnusade, Inc., 1976). págs. 97, 98. .
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CAPITULO 10
Misión Cumplida
Un muchacho de once años, fascinado con su libro de aventuras, protestó cuando le
dijeron que se fuera a la cama. Rogó, sin resultado, que lo dejaran un rato más porque
.tenía que saber si el héroe escaparía de la situación imposible en que se encontraba,
para rescatar a la heroína que se hallaba en las garras del villano. Más tarde, .con la
ayuda de una linterna debajo de las frazadas, leyó el último capítulo del libro. Y,
efectivamente, el héroe rescató a la heroína, y el villano fue capturado y castigado. Sin
embargo, porque no podía imaginar cómo todo había dado semejante vuelco, más tarde
empezó a leer nuevamente desde la página donde lo habían forzado a irse a la cama.
Cada vez que el villano hacía una maldad, el muchacho pensaba: "Si supieras lo que yo
sé, no andarías haciendo estas fecharías."
Si realmente creyéramos lo que Dios nos ha dicho sobre el final de su historia, viviríamos de otra
manera.
Los cristianos tienen una ventaja sobre el resto del mundo: Dios ha compartido con nosotros el
futuro. Sabemos el secreto, no importa lo oscuro que parezca el presente, ¡el reino de Dios triunfará!
Recuerde la situación que describimos en el capítulo 1. Dios tuvo la intención de involucrar al
hombre y hacerla su socio para establecer su reino. Satanás se opuso a la autoridad de Dios, sedujo al
hombre y lo esclavizó en el reino de maldad. Cada capítulo de este libro explica cómo este conflicto se ha
ido intensificando más y más.
Usted ya ha prometido lealtad a Jesús como Señor. Ha llegado la hora de orar pidiendo que venga
su reino, de ser consciente de su presencia y de consagrarse a su total realización.
Jesús vino anunciando el reino y llamando a los hombres al arrepentimiento. Resumió su misión
y la intención de Dios es esta única frase: el reino de Dios. El reino vino cuando apareció el Rey. El reino
empezó en los corazones de hombres que aceptaron al Rey. Continúa extendiéndose cada vez que alguien
cree al evangelio. Culminará con cada rodilla doblada y cada lengua confesando a Jesucristo como Señor.
Sólo Dios establece su reino. Hasta ahora hizo su parte y está listo para terminar su obra. Sin
embargo, nos ofrece la oportunidad de ser socios con él en el establecimiento de su reino. Quiere que
algún día reinemos con él. La hora de la venida de Cristo y la victoria completa no nos ha sido revelada
para que nos mantengamos ocupados en los negocios del Padre. El evangelio nos ha sido revelado para
que lo revelemos al mundo antes del día del juicio.
1. Lea en Mateo 13 las siete parábolas del reino. Escriba una o dos frases acerca de cada una,
explicando por qué es imperativo que demos primer lugar al reino de Cristo.
2. Lea Mateo 21:33.43 para descubrir qué sucederá si no cumplimos la intención de Dios.
A través de este libro hemos visto a Dios en cumplimiento de su misión estableciendo su reino y
llevando a cabo su plan de redimir y restaurar lo que el hombre perdiera y Satanás corrompiera. Ahora
deseo que usted vislumbre y sienta un poco de lo que será el triunfo de Dios. Haga una pausa y ore para
que Dios abra su entendimiento al leer reverentemente la revelación de Dios acerca del cumplimiento de
su misión. Lea los siguientes pasajes pensando en el impacto total y no tanto en los detalles. Necesitamos
la misma inspiración y sensación de la victoria final que necesitaban tener los cristianos del primer siglo
que recibieron la carta de Juan.
"Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí,
como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que
sucederán después de estas" (Apocalipsis 4:1).
"Y miré... un cordero como inmolado... Y cuando hubo tomado el libro, los
cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero... y
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cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar e/libro y de abrir sus sellos;
porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y
lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y
reinaremos sobre /a tierra. Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y
de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones, que
decían a gran voz:
El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la
fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Y a todo lo creado que está en el cielo, y
sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí
decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria
y el poder, por los siglos de los siglos. Los cuatro seres vivientes decían: Amén: y los...
ancianos se postraron... y adoraron..." (Apocalipsis 5:6, 814).
"Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas
naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del
Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz,
diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al
Cordero. Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de
los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron
a Dios, diciendo: Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y
la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.
(Apocalipsis 7:9-12).
"El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los
reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los
siglos de los siglos" (Apocalipsis 11:15). .
"Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás,
el cual engaña al mundo entero, fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados
con él. Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el
poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado
fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día
y noche. Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del
testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte. Por lo cual alegraos,
cielos y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el
diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo"
(Apocalipsis 12:9-12)...
"Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la
bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos... Y
la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el
que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego" (Apocalipsis
20:10, 14, 15).
"Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra
pasaron, y el mar ya no existía más. Y... vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén,
descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí
una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él
morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.
Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más
llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado
en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas" (Apocalipsis 21:1.5).
“Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el
Cordero. La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la
gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. Y las naciones que hubieren sido
salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.
Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche. Y llevarán la gloria y
la honra de las naciones a ella, No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace
abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del
Cordero" (Apocalipsis 21:22-27).
"Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que
salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y a otro
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lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su
fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. Y no habrá más
maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, y
verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. No habrá allí más noche; y no tienen
necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y
reinarán por los siglos de los siglos" (Apocalipsis 22:1-5)
"Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo
soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana. Y el Espíritu y
la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera,
tome del agua de la vida gratuitamente... El que da testimonio de estas cosas dice:
Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús" (Apocalipsis 22:16, 17, 20).
Medite en los pasajes selectos que acaba de leer y luego escriba en sus propias palabras lo que
siente acerca del cumplimiento de la misión de Dios.
Dios reveló a Juan lo que sucedería al final del tiempo para que su pueblo captara una visión de
su glorioso triunfo. Los cristianos del primer siglo, luchando con sus pruebas y tentaciones, habían
empezado a perder la visión del reino. A muchos cristianos actuales que están más preocupados en
conseguir cosas materiales que el adelanto del reino les está pasando lo mismo.
Contraste esto con los discípulos que ansiosamente preguntaban: "Señor, ¿restaurarás el reino a
Israel en este tiempo?" (Hechos 1:6). Jesús tuvo que decirles que no se preocuparan de cuándo vendría el
reino, sino de testificar a todos los hombres. El celo de su testimonio revela el impacto de la victoria
inminente de Dios.
En Efesios 1:9, 10, Dios revela que en la “dispensación del cumplimiento de los tiempos" reuniría
todas las cosas en Cristo.
La palabra que se traduce como dispensación significa mayordomía. Dios está diciendo que así
como el mayordomo en aquellos tiempos ponía orden en la casa y la administraba, así él está ordenando
todas las cosas para reunir todo en Cristo. Hasta ahora sólo se han cumplido algunos de los cientos de
promesas referentes a la gloria, majestad y el triunfo del reino. Dios nos manda que nos preparemos para
su total cumplimiento en la segunda venida de Cristo.
Dios establecerá su reino, pero nos ha dado a nosotros una responsabilidad estratégica que
cumplir para que llegue a ser una realidad. Pablo usó la misma palabra, dispensaci6n o mayordomía, para
describir su responsabilidad en el mundo. "De la cual fui hecho ministro, según la administraci6nde Dios
que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios... que es Cristo
en vosotros, la esperanza de gloria, a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo
hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; para lo cual también
trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí" (Colosenses 1:25-29).
Pablo sentía que le había sido dada la responsabilidad de predicar, enseñar y de presentar a cada persona
perfecta en Cristo. Nosotros tenemos la misma mayordomía.
El Nuevo Testamento enseña claramente que el reino de Dios vino en Cristo y que aún ahora se
halla en el mundo, pero que todavía ha de venir. ¿Cómo hemos de vivir en ese reino que ha venido pero
que todavía ha de venir, que ya es victorioso, pero que todavía espera la victoria?
Hemos de vivir como lo hiciera la iglesia primitiva: con la ansiosa esperanza del fin inminente y
la confianza total de que sólo Dios puede establecer el reino. Hemos de obedecer la comisión de Cristo y
demostrar hasta la muerte nuestra fe en ese reino. Hemos de buscar primeramente el reino de Dios y vivir
únicamente para que sea hecha su voluntad en la tierra así como se cumple en el cielo. Nuestro testimonio
y nuestra predicación debe volver a tener la urgencia que notamos en el Nuevo Testamento porque el
tiempo es corto y los últimos días han llegado.
Nuestra generación vive en los "últimos días" que empezaron en el Pentecostés y concluirán
cuando Jesús presente todos los reinos del mundo a Dios. Tres fiestas judías representaban el
cumplimiento del plan eterno de. Dios. En la fiesta de la Pascua, Cristo llegó a ser el cordero sacrificial
por los pecados del mundo. En la fiesta de Pentecostés el Espíritu Santo cosechó los primeros frutos de la
victoria de Cristo sobre la muerte. En un futuro, simbolizado por la fiesta de los Tabernáculos, habrá una
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celebración de la cosecha completa: la fiesta de las bodas del Cordero. Vivimos en un paréntesis entre la
venida del Espíritu Santo y la segunda venida de Cristo Jesús, y se nos ha comisionado para levantar la
cosecha.
La urgencia se relaciona tanto con el juicio inminente de Dios por el pecado del hombre como
con la promesa de que Dios tendrá misericordia de los que creen en éL Tenemos sólo dos alternativas
ante esta tensión en el reino: (1) abandonar toda esperanza y responsabilidad por este mundo, retiramos
de él y dejarlo en su camino de muerte que lleva al infierno; o (2) ser testigos agresivos y cumplir nuestra
mayordomía para establecer el reino de Dios.
"Si la redención del mundo descansa sobre su fe en Cristo y su Reino, entonces llamar al
hombre a aceptar esa fe no es entrometerse en su vida con pequeñeces; en la actividad
central de la historia... La redención del hombre espera precisamente el nacimiento de
una roza humana nueva y redimida. Y el Reino de Dios es esa nueva raza humana, la
iglesia viviente de Dios. En ella vive el Reino que viene."2
Somos una generación de sacerdotes escogidos para reinar con el Rey. Si hemos de reinar con
Cristo en el reino venidero, debemos obrar durante su ascenso al poder.
Debemos llevar el evangelio a toda criatura, discipular a los que siguen a Cristo y establecer
iglesias reproductoras entre todos los pueblos del mundo cuanto antes.
LA VOLUNTAD DE DIOS
Debemos evangelizar el mundo porque esto es la voluntad de Dios. El Señor no quiere "que
ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón
en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos,
y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas,
¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la
venida del día de Dios!" (2 Pedro 3:9-12).
Cada acción de Dios nos ha demostrado que quiere un pueblo que se decida a hacer su voluntad
en la tierra como en el cielo. Cristo murió para que esto sucediera. El Espíritu Santo obra día y noche para
convencer al hombre de pecado y para inspirar a los cristianos a llevarle el mensaje de salvación. '.
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enfatiza tanto el mundo de maldad que no puede creer que Cristo se hiciera pecado por nosotros. Así, que
sí la luz que tienen se convierte en oscuridad, ¡qué inmensa es esa oscuridad! Su única esperanza es en la
Luz del mundo visto por el ojo de cada uno individualmente.
En la zona noroeste de nuestra Canadá tenemos grandes campos. Cada otoño trenes
repletos de cosecheros se dirigen con urgencia a esos campos. ¿Por qué tanto apremio?
¿Por qué tanto apuro? ¿Por qué no tomamos nuestro tiempo? ¿Por qué no hacerlo más
tarde? ¿Por qué hay que trabajar ahora? Porque es ahora o nunca. La cosecha no
espera. Puede que luego haya otra, pero esta cosecha se perderá, y se Perderá para
siempre. Debe ser levantada dentro de los límites de una sola época de cosecha o se
perderá. De allí, el apuro. Así es la cosecha del Señor. Puede que habrá quienes
alcancen a las generaciones futuras, pero esta generación se perderá y morirá sin ser
evangelizada. De allí la urgencia.3
Durante las investigaciones que realicé para mi libro Indonesian revival: Why Two Million Come
to Christ (Avivamiento lndonesio: Por Qué Dos Millones Vinieron a Cristo), llegué a sentir la convicción
de que la mano de Dios interviene en todos los asuntos de los hombres, no sólo en los religiosos, para
generar una buena disposición hacia el evangelio. Es como si Dios usara un guante sobre el cual tiene
inscrito en cada dedo: cultura, política, sociedad, economía y religión. La mano de Dios se mueve
abarcando todos los asuntos de los hombres y de las naciones para producir una cosecha. El espíritu de
Dios también obra en los corazones de su pueblo para enviar obreros a los campos blancos para la siega.
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Además de enviar misioneros, debemos establecer en cada país iglesias que formen a sus propios
líderes y que sean parte de su propia cultura. La primera razón es que es imposible enviar tantos
misioneros, la segunda es que la mayoría de las personas responden únicamente cuando es un compatriota
el que comparte con ellos el evangelio. Hemos de edificar estas iglesias para equipar a cada miembro a
fin de que funcione como parte del cuerpo de Cristo.
La tecnología moderna ha aumentado nuestro alcance y ha encogido al mundo haciéndolo
alcanzable. La televisión, radio y otros medios modernos de comunicación hacen posible sembrar la
semilla.
Por otra parte, las mejoras en las condiciones de vida y de transporte facilitan la tarea del
cristiano de ir y levantar la cosecha.
CONCLUSIÓN
La obra misionera comenzó en el corazón de Dios y determina todos sus tratos con el mundo.
Reveló su propósito a su pueblo elegido, pero ellos rechazaron su llamado misionero y se prostituyeron
interpretando que la elección era su derecho exclusivo. A pesar de eso, proveyeron el medio por el cual el
propósito de Dios pudo ser revelado en su Hijo.
Jesús cumplió el propósito de Dios convirtiéndose en Siervo, Sacerdote y Rey. Llamó a un pueblo para
que cumpliera el mismo cometido. El Espíritu Santo vino para inspirarles, motivarles y darles poder para
ir hasta lo último de la tierra con las buenas nuevas, y para reunir a sus discípulos en iglesias.
La iglesia, como el cuerpo de Cristo, hereda el papel de Israel que fue cumplido por Cristo. Los
miembros de la iglesia deben servir como hijos disciplinados, siervos sufrientes y sacerdotes
ministradores para cumplir el propósito de Dios en el mundo. Como iglesia peregrina, sufre porque el
mundo no acepta sus credenciales. Vive en la tensión de los últimos días ansiando el establecimiento del
reino de Dios. Esta tensión comenzó con la resurrección y el Pentecostés, cuando comenzó la nueva era, y
ha sido la compañera constante de la iglesia toda vez que se ha atrevido seguir a su Señor ministrando al
mundo. La iglesia es el instrumento de Dios en el mundo. Es la encamación del propósito de Dios de
elegir un pueblo. Está equipada para hacer discípulos, para edificar el cuerpo y extender el reino. Se pone
de rodillas entre un mundo perdido y un Señor que ya viene.
La obra misionera es la obra del trino Dios. El mundo es la esfera de su misión: La iglesia es la
señal de la misión de Dios en el mundo y su socia en el reino venidero. La iglesia existe para ministrar y
para testificar al mundo.
El mundo espera el testimonio; Una mañana llevé a varios seminaristas a visitar un área de
Semarang, Indonesia, a unos tres kilómetros de casa. En dos horas pude testificar a cuatro mujeres que
nunca habían oído de Cristo Jesús. Una de ellas me invitó a pasar a su humilde hogar construido de
bambú. Nos sentamos en esteras en el piso de tierra porque no había muebles.
Tuve la inmensa alegría de contarle las buenas nuevas. Y eran nuevas. Le conté cómo Cristo vino
a un mundo en tinieblas que buscaba la luz. Describí la crucifixión a manos de hombres malignos y luego
me apuré a asegurarle que había resucitado de los muertos tres días después. Me preguntó ella,
expectante, "¿Cuándo?", como si recientemente hubiera sucedido lo que yo le contaba.
Al tratar de explicarle que había sucedido hacía casi dos mil años, veía que en su rostro se formaba una
interrogación: "Si este Jesús es tan importante como usted piensa, ¿por qué hasta ahora me entero de él?
¿Por qué mis padres nunca supieron de él?"
Doblé mi cabeza luchando por encontrar una respuesta. Levanté mis ojos y dije: "Señora, Dios no
tiene la culpa. Dios no tiene la culpa. Dios ha hecho todo lo necesario para que todo el mundo sea salvo.
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Dio a su único Hijo, y ese Hijo murió por nuestros pecados. Luego mandó a sus seguidores que llevaran
el evangelio a toda criatura. Perdóneme por no habérselo contado antes; perdónenos a todos nosotros los
cristianos por no haber hecho lo que nuestro Señor nos mandó."
En el centro, en el piso de tierra había una canasta dada vuelta sobre una gallina. Los pollitos
entraban y salían por lo agujeros de la canasta. Dije: "Nos parecemos bastante a los pollitos que quieren
regresar a su madre. Jesús dijo una vez que hubiera querido juntamos como una gallina junta a sus
polluelos bajo sus alas, pero que nosotros no queríamos. Al crecer los pollitos, será imposible que pasen
por los agujeros para llegar a su madre en la canasta. La canasta es como nuestros pecados que nos
separan de Dios. El que Jesús pagara por nuestros pecados viene a ser como levantar la canasta y decir:
'Vuelva al Padre. "
Ese día aquella mujer confió todo lo que sabía de sí misma y su pecado a lo que sabía de Dios y
su Salvador.
Millones que nunca han oído vendrían a Cristo si alguien les llevara las buenas nuevas. Dios
espera que nosotros cumplamos nuestra misión.
NOTAS
1. John Bright, The Kingdom of God (Nashuille: Abingdon Press, 1953), p. 258. Usado con permiso.
2. Donald A. MeGouran, Understandíng Church Growth (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing c., 1970),
págs. 58, 59. Usado con permiso.
3. M. A. Doroch, How Shall They Hear? (Grand Rapids: Zondervan Publishing Company, 1958), p. 35.
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