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MAYO MES DE LA VIRGEN MARIA

PARROQUIA SAN MARTÍN DE PORRES

31 DÍAS MEDITANDO CON MARÍA


Hay tanto que nos enseña nuestra Madre Santísima que
los días de la vida no alcanzarían para aprender todas sus
lecciones, pero al menos en este mes dedicado a ella,
podremos pensar cada día en una virtud especial asumida
e interiorizada por su Corazón. Mientras meditamos en
una de sus virtudes haremos también un propósito, Oh
María, haz que viva en Dios, con Dios y por Dios.
Oración inicial
¡Oh María!, durante el bello mes a Ti consagrado, todo
resuena con tu nombre y alabanza. Tu santuario resplandece
con nuevo brillo, y nuestras manos te han elevado un trono
de gracia y de amor, desde donde presides nuestras fiestas y
escuchas nuestras oraciones y votos.
Para honrarte, hemos esparcido frescas flores a tus pies, y
adornado tu frente con guirnaldas y coronas. Mas, ¡oh María!,
no te das por satisfecha con estos homenajes. Hay flores
cuya frescura y lozanía jamás pasan y coronas que no se
marchitan. Éstas son las que Tú esperas de tus hijos, porque
el más hermoso adorno de una madre es la piedad de sus
hijos, y la más bella corona que pueden depositar a sus pies,
es la de sus virtudes.
Sí, los lirios que Tú nos pides son la inocencia de nuestros
corazones. Nos esforzaremos, pues, durante el curso de este
mes consagrado a tu gloria, ¡Oh Virgen Santa!, en conservar
nuestras almas puras y sin manchas, y en separar de
nuestros pensamientos, deseos y miradas, aun la sombra
misma del mal.
La rosa, cuyo brillo agrada a tus ojos, es la caridad, el amor a
Dios y a nuestros hermanos. Nos amaremos, pues, los unos
a los otros, como hijos de una misma familia, cuya Madre
eres, viviendo todos en la dulzura de una concordia fraternal.
En este mes bendito, procuraremos cultivar en nuestros
corazones la humildad, modesta flor que te es tan querida, y
con tu auxilio llegaremos a ser puros, humildes, caritativos,
pacientes y esperanzados.
¡Oh María!, haz producir en el fondo de nuestros corazones
todas estas amables virtudes; que ellas broten, florezcan y
den al fin frutos de gracia, para poder ser algún día dignos
hijos de la más Santa y la mejor de las Madres,
Amén.
DÍA 1. MEDITANDO CON MARÍA
VIRTUD: LA FE
Cada minuto de la Madre ha transcurrido en un profundo acto de fe. Tantas
actuaciones de Dios le exigirían cerrar los ojos, abrir el corazón y decir "sí" a un
Plan de Amor a veces tan incomprensible y aparentemente contradictorio. No se le
ahorrarían a ella las noches de fe en que no se ve nada y sin embargo se espera
todo de Dios. La Madre tenía que recorrer el mismo camino para después guiar a
sus hijos en esta travesía de creer contra toda esperanza. María es plena en la fe
porque sabe Quién es su Dios y tiene en su Corazón la plena convicción de que
aunque el dolor llegue a lo sumo, Él jamás la abandonará. Madre de los creyentes,
aumenta, fortalece y perfecciona nuestra fe.

PROPÓSITO: En el silencio de esta noche, habla con María de todo aquello que te
inquieta, de lo que te impide fiarte totalmente de Dios. Harás con ella un
intercambio: tú le darás tus preocupaciones y ella te dará una gran dosis de fe, te
enseñará que todo es posible si aprendes a creer.

DÍA 2. MEDITANDO CON MARÍA


VIRTUD: LA ESPERANZA
La Madre espera en Aquel a Quien espera. El Fruto de su vientre es la razón de su
esperanza. En el Seno de una humilde niña nazarena yace la Esperanza del
mundo, sí, María es Madre de la Esperanza. Ha aprendido a aguardar con
paciencia y a buscar no las cosas del Señor sino al Señor de las cosas. Vive de
esperanza en la Encarnación, en las noches frías del pesebre en Belén, luego
cuando hay que huir a Egipto, también cuando Jesús se le pierde en el templo,
cuando muere San José, cuando su Hijo abandona la casa para irse a anunciar la
Buena Nueva. Vive con esperanza la locura de la Cruz, la muerte de su Vida, la
soledad de los días del sepulcro. Cómo sobrevivió su esperanza ante tanta
dificultad? La respuesta es inmediata: Dios siempre vivió en su corazón y ella le
dejó hacer, le dejó obrar, por eso nunca se apagó su llama, no se secaron sus
esperanzas. Aquel que dio a luz, mantenía encendida su luz. María, Madre de la
esperanza, enséñanos el arte de aprender a esperar sin desmayar, dejando el
control de nuestra vida en las manos del Señor.

PROPÓSITO: Imitar a María en la oración con los salmos. Rezar muy despacio el
salmo 26: El Señor es mi Luz y mi salvación. Anota las frases que más resuenen en
tu corazón: El Señor es mi luz y mi salvación, a quién temeré? El Señor es la
defensa de mi vida, quién me hará temblar? Espera en el Señor, sé valiente, ten
ánimo, espera en el Señor lo que más te ayude. Luego, trata de traer estas frases a
la mente a lo largo del día y ahí estarás orando pidiendo el don de la esperanza.
DÍA 3. MEDITANDO CON MARÍA
VIRTUD: EL AMOR
Nadie después de Cristo conoce tan bien como María lo que es amar. El suyo es
un amor de entrega total, no escatima nada, no pide algo a cambio, no calcula, no
tiene límites, no da para después retirar, no busca protagonismos, sólo quiere
darse. Cada acto suyo es un te amo para Dios, toda su vida es un canto para el
Amado, no quiere vivir si no es a través de Él y es tan profundo verdaderamente
este amor que el Señor no quiso otra morada que no fuese ella; si se encarnó en
sus entrañas maternas, fue porque primero se encarnó en su Corazón. Pero el
amor no puede quedarse en sí mismo ni permanecer inactivo, ella lo sabe muy
bien; el auténtico amor se hace obra y por eso se va a servir con alegría a su prima
Isabel, a su Esposo José, a su Hijo Jesús, seguramente a tantos que iban a pedir
su ayuda a la humanidad entera cuando nos recibe como hijos desde la cruz. María
hace del amar todo su ejercicio. Madre, enciende en nuestro corazón la llama viva
del amor, que por esta maravillosa virtud que sostiene todas las demás, podamos
hacer de lo más ordinario e insignificante de nuestra vida algo extraordinario con
fruto de eternidad.

PROPÓSITO: Busca a alguien que te sea difícil amar y pídele a María que te ayude
a tener un gesto de cariño con esa persona. A lo largo del día encomiéndala en tus
oraciones y verás que tu corazón se hace cada vez más una casa de puertas
abiertas para todos como el de la Madre.

DÍA 4. MEDITANDO CON MARÍA


VIRTUD: LA HUMILDAD
Si algo ha hecho grande a María ha sido precisamente su humildad. Lo que
expresan sus palabras no es sino el convencimiento interior de su nada: He aquí la
esclava del Señor. Así se descubre la Madre ante Dios: pequeña, necesitada, sabe
que su vida no le pertenece, que Otro la lleva. María no proclama su propia
grandeza, sino que canta las grandezas del Señor, no hace suyas las glorias ni los
méritos, no presume de ser la Madre del Salvador; ella es Reina sí, pero su trono
como el de su Hijo, está puesto en lo alto de la humildad, así el reinar adquiere una
connotación distinta: cuanto más desapercibida mejor, cuanto menos importante y
reconocida entre los hombres más importante y reconocida por Dios, cuantos
menos homenajes en la tierra tantos más honores en el cielo. La Virgen brilla hoy
como lumbrera inapagable porque no quiso brillar ella sino dejar brillar a Dios.
Cuánta necesidad tenemos Madre de aprender en medio de este mundo donde
tantas veces se quiere ser protagonista, que para ser grande a los ojos de Dios hay
que hacerse pequeño a los propios ojos y a los de los demás. Enséñanos a avanzar
sin pisotear, a colaborar sin imponer, a dejarle al Señor el número 1 para ser
nosotros el número 2. Que seamos grandes sin exhibirnos, que obremos sin buscar
aplausos sino la gloria de Dios. Sí María, ayúdanos como tú a ser humildes de
corazón.

PROPÓSITO: Entona con María el magnificat. Piensa en cuáles son esas


grandezas tuyas, esos orgullos que necesitan caer a los pies del Señor y
cuéntaselo a María para que te ayude; después ve a la acción, no hagas sólo un
acto de humildad hoy, trata de aprovechar las ocasiones que puedas para
ejercitarte en esta virtud y así cada día. Tanto más algo serás cuanto menos ser
quisieras.

DÍA 5. MEDITANDO CON MARÍA


VIRTUD: LA FIDELIDAD
La fidelidad es uno de los frutos más bellos del amor: quien no ama profundamente
tampoco es capaz de ser fiel. La fidelidad en el corazón del creyente pasa por una
fuerte lucha entre dos amores: el amor a Dios y el amor propio, es la elección entre
el placer personal o el ser obedientes a Dios. La Madre fue fiel porque su amor por
Dios estaba por encima del amor a sí misma. Esta fidelidad suya es probada
continuamente, los retos van de escala en escala y la meta se cruza en el cielo, allí
está la recompensa. El decir sí la primera vez, le implicaría seguir diciendo muchos
otros sí a lo largo de su vida y hasta el final. María vive en un sí sostenido a Dios
que se va fortaleciendo en la oración. Ser fiel en las horas alegres es fácil, pero
permanecer fiel en la hora extrema del dolor es la prueba de que Dios puede contar
con el alma. María ha dado su mayor testimonio de fidelidad al pie de la cruz, la
Sangre de su Hijo y la sangre de su Corazón marcan con sello indeleble la certeza
de su Amor incondicional. Mirar el ejemplo de la Madre es comprender que nuestro
camino no puede dar rodeos a lo que Dios nos pide y que si queremos que Él se fíe
de nosotros necesitamos también dar prueba de nuestro amor y de nuestro deseo
de permanecer con Él. Virgen fiel, que tu sí a la Voluntad del Padre sostenga el sí
de cada uno de tus hijos, especialmente en los momentos más difíciles, para que
podamos junto Contigo entonar nuestro cántico de amor en la eternidad.

PROPÓSITO: El pecado es la mayor infidelidad al Señor porque es preferirse a sí


mismo antes que a Él. Examina cuál es tu pecado o pasión predominante y pídele a
María en la oración que te ayude a renunciar a él. Busca también tú mismo la
manera de evitar la tentación y por cada vez que te veas incitado a caer reza un
Ave María. Te ayudará si lo haces no sólo por hoy sino siempre.

DÍA 6. MEDITANDO CON MARÍA


VIRTUD: EL SILENCIO
El silencio de María se encuentra envuelto por un clima de oración continua, el
suyo es un silencio habitado por una Presencia a la que ella vive atenta: la de Dios.
María sabe que es necesario callar el bullicio interior incluso más que el exterior
para escuchar la Voz de Aquel que en el silencio dice sus mejores Palabras. Nos
narra el evangelio que ella conservaba todas las cosas meditándolas en su
corazón. El silencio se había convertido en su mejor amigo y le hacía vivir desde
dentro todos los misterios y las acciones de Dios, sólo así pudo llegar a entender
que Él también habla cuando calla, que cuando parece ausente es cuando está
más presente, pero trabajando de un modo distinto en la vida y en el alma. Cuántas
sinfonías de amor se escucharían en aquella humilde casita de Nazaret, la música
era el silencio y las notas la oración, el trabajo y los quehaceres, un modo de unirse
a Dios. En silencio pasan en la tierra los días de la Madre y mientras tanto en ese
mismo silencio se va tejiendo una historia que perdurará de generación en
generación: aquella que sin tanto preguntar se fió de Dios, aquella que se llamó a sí
misma la esclava del Señor, es ahora la Reina de toda la creación. María Madre del
silencio, enséñanos a meditar en nuestro corazón todo lo que tu Hijo nos ha
enseñado, ayúdanos a callar tantos ruidos que nos impiden escuchar su Voz,
haznos almas de vida interior.

PROPÓSITO: Pídele a María que a ejemplo suyo te ayude a vivir atento a la


Presencia de Dios y que todo cuanto hagas se transforme en oración. Calla,
contempla y escucha lo que el Señor te dice, a qué te llama, qué te pide después
respóndele.

DÍA 7. MEDITANDO CON MARÍA


VIRTUD: DOCILIDAD
Hágase en mí. La docilidad de María bajó el cielo a la tierra. Gracias a estas
palabras Cristo se entró en nuestra historia humana y vino a ser uno de nosotros
para salvarnos. Una niña acepta ser Madre, no entiende cómo pero corre todos los
riesgos, acepta un futuro lleno de esperanza pero también de dolor, vence sus
miedos abandonándose al Dios que no falla ni defrauda. Aceptar el Plan de Dios
significa renunciar a sus propios planes, ya no es ella quien dirige su vida, quien
decide, quien escoge por dónde ir, ya no se pertenece a sí misma, ha escogido la
Voluntad de Dios y no la suya; por su docilidad estas dos voluntades se entrelazan,
no riñen, se abrazan; por su docilidad hoy nosotros gozamos de la salvación. Lo
que Dios necesita en un alma para hacer obras grandes es precisamente esta
virtud, que lejos de ser adormilamiento es una entrega consciente, libre, total y
voluntaria. Me doy todo a mi Dios y Dios se da todo a mí y juntos caminamos por
donde Él indique y yo me dejo llevar como un niño porque de su mano el destino es
seguro. María, Madre dócil, ayúdanos a vencer todas esas resistencias que
solemos poner al plan de Dios en nuestras vidas, que Él pueda contar con nosotros
y que nuestro corazón viva en disposición permanente para dejarse llevar y
conducir por su Amor.
PROPÓSITO: Reza y medita en cada petición del Padre Nuestro, toma plena
conciencia cuando digas: Hágase tu Voluntad en la tierra como en el cielo. Que ese
hágase sea una aceptación gozosa de la Voluntad de Dios y unido al de María te
ayude a caminar cada día por este itinerario de fe. "Lo que Tú quieras, como Tú
quieras, cuando Tú quieras, donde Tú quieras Señor".

DÍA 8. MEDITANDO CON MARÍA


VIRTUD: POBREZA INTERIOR
La pobreza de María no es sólo una pobreza material, que ciertamente la hubo de
experimentar, sino sobre todo una pobreza interior que la hacía vivir despojada de
sí misma, de todo orgullo y vanidad, de toda autosuficiencia y luego sí, de las
riquezas terrenas para atesorar dones en el cielo. Sólo un corazón pobre es capaz
de sentir la dependencia vital de Dios y tenderle la mano y la existencia para que Él
se la llene. María sabe que su nada en las manos del Señor se transforma en todo,
ella es pobre de prepotencia y rica en humildad, pobre de egoísmo y rica en amor,
pobre de confianza en sí misma y rica de confianza en Dios. Va por la vida con el
corazón libre porque nada ni nadie se lo aprisiona, porque su recompensa no se
paga aquí sino en la eternidad; se eleva como un ave sobre las alturas de la
santidad pues ningún hilo la ata, nada la hace dependiente del mundo ni de los
hombres, SÓLO DIOS ES SU RIQUEZA. Enséñanos María a buscar la pobreza
interior que nos hace vivir como niños sencillos y necesitados delante de nuestro
Padre y ayúdanos a evitar la pobreza del pecado que nos vacía el alma de los
dones que Él pone en nosotros.

PROPÓSITO: Examina en silencio cuáles son esas riquezas a las que tienes
aferrado el corazón, ponles nombre: pueden ser personas, cosas, deseos, afectos
desordenados, y pídele a María que te ayude a despojarte para que el Señor te
pueda hacer libre y puedas atesorar para la eternidad.

DÍA 9. MEDITANDO CON MARÍA


VIRTUD: LA PUREZA
Según el Padre Kentenich, fundador del Movimiento Apostólico de Schoenstatt,
pureza es la transparencia nítida y plena de la huella de Dios en nosotros. La
pureza es reflejo de la belleza eterna, reflejo de la belleza de Dios. María se había
dejado caminar el corazón todos los días por el Señor y todo cuanto amaba,
deseaba o realizaba, lo hacía en orden a su Amor. Todo en el interior de la Madre
estaba en orden. Esta pureza abarcaba sus pensamientos, sus afectos, sus
intenciones al fuego del Amor de Dios todo se purificaba continuamente en su alma
y por eso el pecado no encontraba la forma de asentarse en su interior. Cuánto
necesitamos Madre, en este mundo donde lo normal no es vivir en gracia sino en
pecado y satisfacer en todos las inclinaciones naturales, que nos ayudes a vivir
como tú esta indispensable y fraguada virtud de la pureza para ser agradables a
Dios, libres en nuestro interior, transparentes en nuestro exterior, para dejar en el
mundo las huellas que el Señor deja por esta virtud en nuestro corazón. Regálanos
tu pureza Madre Amada.

PROPÓSITO: Conságrale tu corazón a María para que ella se lo robe a todo


aquello que quiera separarlo de Dios. Reza la oración Bendita sea tu Pureza.

DÍA 10. MEDITANDO CON MARÍA


VIRTUD: LA FORTALEZA
Junto a la cruz de Jesús estaba su madre (Jn. 19,25). En una cita corta se recoge
toda la enseñanza de esta virtud de María. La fortaleza en María no le viene de su
propia fuerza, de ser así, no hubiera soportado el dolor que llega hasta lo inaudito
cuando ve a su Hijo clavado en la cruz; esta fortaleza es una gracia dada por Dios
que se acrecienta en ella cada día a través de la confianza y la oración. Sí, la
fortaleza es permanecer firme junto a la cruz y María lo sabe muy bien. Tantas
pruebas en su vida le han hecho afincarse sólo en Dios y tomar su mano que la
sostiene para permanecer de pie. No pregunta por qué?, no reclama, no protesta,
no reniega, ella entiende que las espadas que le traspasan el Corazón son un
sufrimiento que unido al de su Hijo se convierte en Redentor y ahí estamos
nosotros: La Madre ofrece todo por ti y por mí, el amor que nos tiene le hace poder
más incluso cuando ya humanamente no se puede. La fortaleza en ella es fruto del
olvido de sí misma, pues no se para a contemplar sus propias heridas sino que
pone sus ojos en el dolor de Jesús y de todos nosotros sus hijos que necesitamos
beber en la fuente de su pecho, la fuerza para continuar nuestra peregrinación por
este valle de lágrimas. Madre fuerte y valiente, ayúdanos como tú a permanecer
firmes y fieles en el momento de la cruz, que sepamos ofrecer nuestro dolor por la
salvación del mundo.

PROPÓSITO: Dale fuerzas con tu compañía a alguien que sepas que está
atravesando por un momento difícil, sal de tu mismo y hazte consolación para tu
hermano que precisa de una palabra de aliento.

DÍA 11: MEDITANDO CON MARÍA


VIRTUD: VIRGEN OYENTE
María es la «Virgen oyente», que acoge con fe la palabra de Dios: fe, que para ella
fue premisa y camino hacia la Maternidad divina, porque, como intuyó S. Agustín:
«la bienaventurada Virgen María concibió creyendo al (Jesús) que dio a luz
creyendo» Cuando recibió del Ángel la respuesta a su duda (cf. Lc 1,34-37) «Ella,
llena de fe, y concibiendo a Cristo en su mente antes que en su seno», dijo: «he
aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38); fe, que fue
para ella causa de bienaventuranza y seguridad en el cumplimiento de la palabra
del Señor» (Lc 1, 45): fe, con la que Ella, protagonista y testigo singular de la
Encarnación, volvía sobre los acontecimientos de la infancia de Cristo,
confrontándolos entre sí en lo hondo de su corazón (Cf. Lc 2, ). Esto mismo hace la
Iglesia, la cual, sobre todo en la sagrada Liturgia, escucha con fe, acoge, proclama,
venera la palabra de Dios, la distribuye a los fieles como pan de vida y escudriña a
su luz los signos de los tiempos, interpreta y vive los acontecimientos de la historia.

PROPÓSITO: afinar el oído durante el día, hacer silencio, mirar a María para
aprender de Ella a escuchar las inspiraciones del Espíritu Santo que está por llegar.

DÍA 12: MEDITANDO CON MARÍA


VIRTUD: LA TERNURA
En el Corazón de María, Jesús encontró una cuna llena de ternura, ese regazo
materno fue durante toda su vida el mejor lugar de descanso. María es Madre de
Dulzura, de Ternura, es suave en sus palabras, en su modo de proceder, todo
cuanto hace está impulsado por esta virtud. Cuando en medio de las luchas de la
vida buscamos un descanso y consuelo, ahí está siempre la Madre del cielo
extendiéndonos los brazos, recogiendo entre sus dedos nuestras lágrimas,
ofreciéndonos un refugio seguro mientras aguardamos a que pase la tormenta.
Virgen Tierna, infunde en nuestro corazón esa ternura tuya, para que seamos en el
mundo portadores de cariño y acogida para los hombres.

PROPÓSITO: Practica un acto de amor y ternura en este día: un abrazo, un detalle,


una palabra de cariño algo que sea capaz de tocar el corazón de tu hermano como
María toca tu corazón con la dulzura de su amor.

DÍA 13: MEDITANDO CON MARÍA


VIRTUD: LA ORACIÓN
Un murmullo continuo escucha Dios en el Corazón de María, una ininterrumpida
alabanza y adoración que se eleva al cielo bajo cualquier circunstancia: en los
quehaceres, el trabajo, la atención a los suyos, las conversaciones todo en la vida
de la Madre es oración como fruto de la unión con Dios. Si María no hubiese orado,
no habría tenido la fortaleza para responder con generosidad a los planes del
Padre, más de una vez habría caído en la confusión y la angustia, su esperanza se
habría apagado, incluso habría perdido la fe, pero ella oró incesantemente y esa
oración se convirtió en la piedra angular de su vida espiritual y le dio luz para saber
cómo actuar en cada momento; más aún, si en esta vida terrena oraba, con mayor
razón ahora que está en el cielo, porque sabe que necesita sostener al mundo
entero con su intercesión. En todas las apariciones marianas hay una insistencia
permanente: hijitos oren, recen. Atendamos al llamado de María, seamos almas de
oración, que esta sea nuestra mayor necesidad, que las ocupaciones no nos
separen de Dios sino que sean medios para unirnos a Él y para santificar nuestras
acciones. Madre Maestra de oración, enséñanos a orar incesantemente y con el
corazón.

PROPÓSITO: En este día de la Virgen de Fátima, atiende a su llamado, reza el


rosario por tu propia conversión, la del mundo y los pecadores y pídele la gracia de
querer y poder rezarlo todos los días.

DÍA 14: MEDITANDO CON MARÍA


VIRTUD: EL SERVICIO
El evangelio nos narra que María luego de recibir el anuncio del ángel de que sería
la Madre del Salvador y al enterarse simultáneamente de que su prima Isabel
estaba en cinta, se fue con prontitud a prestarle su ayuda. La virtud del servicio en
la Madre pasa por el olvido de sí misma y por la necesidad que pone el amor en su
corazón de hacerse donación. María no piensa en que la cuiden si no en cuidar, no
piensa en que la atiendan sino en atender, no piensa en preocuparse de sí misma
sino de los demás. Ella ha entendido muy bien que hay más alegría en dar que en
recibir, que el verdadero poder, el verdadero reinar, es el servicio, que cuanto más
sale de sí misma, la vida se le torna más rica, más libre, más auténtica, más plena.
María es feliz porque de su vida ha hecho una entrega total a Dios y a las almas.
Dulce Madre, servidora de toda la humanidad, ayúdanos a vencer tantos egoísmos
que nos hacen replegarnos en nosotros mismos para que a ejemplo tuyo, corramos
en ayuda de quien más nos necesite.

PROPÓSITO: Mira a tu alrededor, muchos precisan de ti. Decide no sólo servir una
vez sino muchas veces en este día. Permanece atento a las necesidades de tus
hermanos.

DÍA 15: MEDITANDO CON MARÍA


VIRTUD: LA PACIENCIA
María es bien conocedora de la ciencia de la paz. Paciencia significa precisamente
eso: paz-ciencia. La paz es el estado habitual de la Madre porque es el resultado de
la Presencia de Dios en su alma, el Espíritu de Dios es un Espíritu de paz y en esa
paz es que el Verbo se ha encarnado en sus entrañas. Por la paz, ha encontrado
en ella un cielo semejante al que ha abandonado por venir a salvarnos. Desde la
virtud de la paciencia, María ha aprendido que el actuar del Padre no pasa por la
lógica de lo inmediato y que sus respuestas no se dan en el tiempo nuestro, sino en
su tiempo perfecto. El arte de esperar confiadamente, ha sido uno de los que ella
mejor ha aprendido. Madre, vivimos en un mundo acelerado y facilista, que ha
olvidado la virtud de la paciencia. Ayúdanos a entender que los frutos que mejor se
maduran para la vida, son aquellos que han requerido de nuestra parte un gran
esfuerzo y una valiente espera.

PROPÓSITO: Reconoce cuáles son esas situaciones en tu vida que te vuelven


impaciente y te roban la paz, y trata hoy de enfrentarte a ellas en compañía de
María y de una gran dosis de amor.

DÍA 16: MEDITANDO CON MARÍA


VIRTUD: LA ALEGRÍA
La alegría en María es el resultado de saberse amada por Dios, no hay otra razón
más importante que esa: el santo vive alegre porque sabe que Dios lo ama y por
eso su felicidad no depende de las circunstancias, ni del tener, ni de las personas,
depende sólo del Señor. Esta alegría, obviamente, no se puede comparar ni medir
con aquella otra que apreciamos en el mundo: bulla, carcajadas, euforia la alegría
en María simplemente está, y muchas veces de manera silenciosa por ser una
convicción interior. Hablamos aquí de esa fuerza vivificadora que mantiene el ánimo
gozoso a pesar de las dificultades, que no hace de la cruz una carga sino una
bendición, que se refleja en la amabilidad de la relación con los demás, que
mantiene el corazón en una actitud de agradecimiento permanente por lo que Dios
hace cada día. Hablamos de esa santa alegría que le da sentido a todo y por la que
se descubre cada momento como un milagro que no volverá a repetirse. María,
Madre y mujer alegre, queremos poner nuestra alegría donde tú las has puesto: en
el Señor; porque todos los demás son goces efímeros, tan sólo polvo y aire.
Enséñanos a regocijarnos en Dios ya sea en la cruz, ya en el Tabor, que nuestra
dicha sea la tuya: saber que Él nos ama.

PROPÓSITO: Hoy realiza el apostolado de la sonrisa. Regala un poco de cielo a la


tierra trayendo a otros alegría, deja que tu corazón sonría a través de tus labios, no
sabes cuánto bien puedes hacer si sonríes con amor.

DÍA 17: MEDITANDO CON MARÍA


VIRTUD: LA MISERICORDIA
Misericordia significa tener un corazón solidario con aquéllos que tienen necesidad.
La misericordia es el aspecto compasivo del amor hacia el ser que está en
desgracia o que por su condición espiritual no merece ningún favor. María es Madre
que acoge, que comprende, que perdona nuestra pobreza, nuestra flaqueza, sabe
que somos barro pero quiere ayudarnos a ser lo que Dios ha soñado de cada uno
de nosotros. La misericordia hace que María tenga siempre abierto su Corazón
para recibir el nuestro, a veces tan sucio y enfangado por el pecado; a nadie
rechaza esta Madre Buena, a nadie juzga, a nadie desatiende. El Plan de la
Salvación que ha tenido su plenitud en la Encarnación del Verbo, ha nacido del
Corazón Misericordioso de Dios Padre y ha pasado por el Corazón Misericordioso
de María. El sí de la Madre, pronunciado a cada instante de su vida, es un continuo
acto de solidaridad con el hombre. Es la misericordia la que hace que María acepte
el mal trueque de recibirnos por hijos cuando la Misericordia en Persona le dice:
Madre he ahí a tu hijo, y luego a nosotros: hijo, he ahí a tu Madre. María recibe por
hijo al ladrón, al discípulo traidor que niega y abandona a su Maestro, al que le ha
gritado improperios mientras Él agoniza, a ti y a mí que le hemos crucificado. Qué
grande es tu Corazón, oh, Madre!, cuánta misericordia para mirarnos y
perdonarnos, para consolar nuestra miseria, ayúdanos a ser misericordiosos con
nuestros hermanos, así como el Padre, así como tú lo eres con nosotros.

PROPÓSITO: Imitando a María que tantos gestos de solidaridad tiene con cada
uno de nosotros, ayuda a alguien que necesite mucho, no sólo cosas materiales,
sino sobre todo amor, comprensión, misericordia recuérdale que Dios le ama.

DÍA 18: MEDITANDO CON MARÍA


VIRTUD: EL CELO APOSTÓLICO
María es la primera evangelizadora y el mejor modelo de celo apostólico para la
Iglesia, su testimonio silencioso predica mil sermones más bellos que los que
pudieran encontrarse adornados de las mejores palabras. Sin embargo, llegado el
momento, también nos pone de manifiesto su mandato de Madre cuando en las
Bodas de Caná nos dice: Hagan lo que Él les diga (Jn. 2, 5). En estas palabras se
contiene el mensaje más contundente de la Madre para toda la humanidad, la mejor
evangelización. Ella sabe que sólo viviendo en la Voluntad de Dios el hombre
puede ser feliz. María arde en deseos de que todos sus hijos se salven, de
cualquier situación hace una oportunidad para ganar almas para el cielo, todos sus
trabajos, sufrimientos y sacrificios los ofreció en vida por esta intención especial y
ahora desde la eternidad, ha de ser una de las que más trabaja por conquistar
corazones a la gracia. La sed de Cristo en la cruz, era la misma sed de la Madre:
sed de almas, sed de que el mundo se convierta, sed de que pongamos nuestros
anhelos sólo en Dios. Hoy, ellos siguen teniendo sed y cada hijo de la Iglesia debe
experimentar lo mismo: sed de almas. Virgen apostólica y evangelizadora,
ayúdanos a arder en deseos de que todos los hombres conozcan a tu Hijo, que su
cruz y su evangelio sean nuestra bandera donde quiera que vayamos, que nuestro
testimonio convenza para que también nuestra predicación se llene de fuerza.
PROPÓSITO: Hoy, vence los respetos humanos, habla de Dios, primero con tu
vida, pero también con tus palabras. Empieza desde este día el compromiso de
conquistar un alma, dos, tres cuantas más puedas para el Reino de los cielos.

DÍA 19: MEDITANDO CON MARÍA


VIRTUD: CAPACIDAD DE MARAVILLARSE
María es mujer adulta en la fe pero es al mismo tiempo mujer con corazón de niña.
Sí, es niña y por eso es capaz de maravillarse de todo lo que Dios hace: de su
creación, de su actuación en la historia, de su Bondad, de su Belleza, de su
Grandeza, de su Perfección, de su Amor, de sus milagros. La Madre nunca se
acostumbra a recibir las bendiciones del Señor, en todo encuentra novedad y mil
motivos para estar agradecida, su relación con Él no conoce la rutina, por eso no
enferma de anquilosamiento y esclerosis espiritual, no se paraliza en su itinerario
de fe como algunas veces nos sucede a nosotros. Ella se deja sorprender por Dios
cada día y por eso vive feliz, su corazón permanece atento para descubrir sus
detalles, para leer en todo los signos de su Amor, todo le habla de Dios, todo tiene
música, sonidos, poesía, regalos del Amado para la Amada. María, Dulce Madre,
cuánto nos hace falta tener corazón de niños como tú para recuperar la capacidad
de asombro tan perdida entre los ires y venires de la vida, entre la razón y la lógica
de nuestro tiempo. Ayúdanos a descubrir y agradecer los innumerables dones que
Dios nos hace, tantas finuras y delicadezas de amor que no percibimos por andar
distraídos. Que como Tú podamos enamorarnos más de Él cada día y vivir alegres,
con los brazos abiertos y el corazón dispuesto a su Voluntad.

PROPÓSITO: Descubre y agradece todos los detalles que Dios tiene contigo,
cuenta tus bendiciones en lugar de enumerar tus problemas y verás que tienes
muchos motivos para sonreír, maravillarte y ser feliz.

DÍA 20: MEDITANDO CON MARÍA


VIRTUD: LA GRATITUD
La virtud de la gratitud en María está transversalizada por otra virtud: la humildad.
La Madre agradece porque es cierto, no son sólo palabras, ella se siente la esclava
del Señor y todo lo que recibe de Él, pequeño o grande, le parece un don
inmerecido, no cree que se lo deba de justicia, como a veces le pasa al hombre que
cree que Dios tiene obligación de darle lo que le da. María ha aprendido a
agradecer en todo momento y aquí viene la lección más importante de la Madre: las
veces que más profundamente agradece son aquellas en que la prueba y la
adversidad le crucifican el Corazón. Agradecer cuando todo sale bien es muy
natural, es muy fácil, pero elevar un cántico de agradecimiento en la noche del
dolor, es realmente el acto heroico de la virtud. Agradecer en lugar de renegar,
bendecir a Dios porque Él sabe lo que hace y cómo lo hace. La gratitud es la
memoria del corazón y María tiene muy buena memoria de todo lo que el Padre ha
hecho en ella y aquí hay otro detalle importante, María no peca porque no olvida. El
pecado es consecuencia del olvido de Dios, es perder la memoria de su Amor.
Agradecer nos hará leer nuestra historia desde la fe para reconocer todo lo que
Dios ha hecho a favor nuestro, agradecer nos hará recordar cuánto nos ha amado
para no querer contristarle ni ofenderle. Madre de Corazón agradecido, ayúdanos a
vivir siempre esta virtud, que nunca olvidemos o pasemos por alto lo que el Señor
con tanta generosidad nos da.

PROPÓSITO: Ora con el Salmo de la gratitud, Salmo 103: Bendice, alma mía, al
Señor, y bendiga todo mi ser su Santo Nombre. Bendice, alma mía, al Señor, y no
olvides ninguno de sus beneficios Pronuncia despacio cada palabra, con conciencia
y desde el corazón.

DÍA 21: MEDITANDO CON MARÍA


VIRTUD: LA SABIDURÍA
En María la sabiduría no le viene de estudiar muchos libros ni de ser erudita, lo
suyo es un don recibido de Dios, del contacto asiduo y amoroso con Él. María tiene
un profundo conocimiento del Señor y de sus misterios y por eso se sumerge y se
abisma por entero en Él. Ella es Trono de la Sabiduría porque la Sabiduría misma,
Jesús, se encarnó en su seno, porque innumerables veces le tuvo entre sus
rodillas, le escuchó hablar del Padre, del cielo, de la ciencia del Amor, de la Verdad,
de los bienes eternos. María es también sabia porque hace y vive en la Voluntad de
Dios y ésta es la mayor sabiduría, dejarse conducir por su mano, dejarse instruir por
su Palabra que habla en las Escrituras, pero que habla también en el corazón.
Trono de la Sabiduría, Virgen María, danos un entendimiento dócil a la acción del
Espíritu Santo, que unidos a Él podamos saber cómo obrar en cada momento y
podamos conocer cada vez más entrañablemente el Misterio del Verbo Encarnado.

PROPÓSITO: Ora con el cántico de la sabiduría atribuido al rey Salomón (Sb 9, ),


él la pedía para gobernar bien a su pueblo, tú pídela para ser un buen rey de tu
propia vida y corazón. En la medida que te conozcas y te conquistes a ti mismo,
podrás darle a Dios el control.

DÍA 22: MEDITANDO CON MARÍA


VIRTUD: LA COMPRENSIÓN
María es Madre que comprende, es decir que prende el corazón de nuestra
necesidad, de nuestra miseria, de nuestro dolor. Ella no permanece indiferente ante
la realidad de sus hijos, es Madre que abraza, que venda heridas, que perdona, que
aconseja sin juzgar y que llena de aliento al que le busca para ampararse bajo su
manto. La virtud de la comprensión en María le ayuda a expandir los confines de su
Corazón para acoger a todos, especialmente a los más difíciles, porque el amor
hace eso, busca a los que nadie busca para restaurarles la confianza y la
esperanza. María comprende al hombre porque habla con Dios y Dios le dice qué
hacer con cada uno y le indica por dónde conducirnos, Ella no hace nada sola, todo
cuanto realiza es en obediencia al Padre, por eso siguiéndola jamás nos
perderemos. Madre de corazón comprensivo, danos entrañas de misericordia frente
a nuestros hermanos, que podamos a ejemplo tuyo recibir a todos en la casa de
nuestro corazón.

PROPÓSITO: Acércate a esa persona que te cuesta aceptar, que no logras


comprender, y acógela, pídele a María que te ayude a amarla como ella la ama;
quizás otros también le muestran resistencia, quizás sólo necesita un gesto de
amor para que se doblegue su corazón.

DÍA 23: MEDITANDO CON MARÍA


VIRTUD: LA TRANSPARENCIA
María es rostro de Dios porque su vida es limpia, transparente, genuina, no hay en
ella dualidad, lo que es delante de Dios eso es y nada más. La transparencia deja
ver sin dificultad, por eso en la Madre vemos sin dificultad al Hijo. Ella vive con el
alma en la palma de la mano, no esconde nada, no sabe lo que es la apariencia, la
mentira, el engaño sabe en cambio sí y muy bien, lo que es la verdad, la sinceridad,
la rectitud, la honradez. En los ojos de María se ve el cielo, en su mirada diáfana
está el resplandor de la pureza, en su Corazón la plenitud de la belleza virginal.
Dulce Madre, queremos aprender de ti todos tus gestos. Ayúdanos a ser limpios en
nuestros deseos, intenciones, acciones; que podamos ser delante de los hombres
lo que somos delante de Dios, que en todas partes seamos la misma persona en el
esplendor de la autenticidad.

PROPÓSITO: Examina esas realidades en tu vida que te puedan llevar a no ser


transparente, a vivir en la mentira, a esconder tu verdad Ponte delante del Señor y
háblalo con Él, decide cómo corregirlo y pídele a María que te ayude en tu
propósito.

DÍA 24: MEDITANDO CON MARÍA


VIRTUD: TEMPLO DEL ESPÍRITU SANTO
El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te
cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo
de Dios (Lc. 1, 35). Con estas palabras, María se convierte en Templo y Esposa del
Espíritu Santo y en el primer sagrario que custodia la Vida de Cristo. La Madre es
llena de gracia y conserva permanentemente su alma en ese estado. Su vida ha
sido edificada en Dios y para Dios, se descubre amada y habitada por el Dulce
Huésped y en todo cuanto hace busca agradarle, serle fiel, obediente. El Corazón
de María es la Casa de Dios, su vientre, la morada del Altísimo. Cada día ella afina
su oído para escuchar esa Voz interior que la dirige desde dentro, que le manifiesta
su Voluntad, que le orienta la vida. Al calor del Fuego Divino su amor se enciende,
se agiganta, se fortalece. María es el Templo preferido por Dios para habitar. Pero
también a nosotros se nos concede esta gracia: San Pablo nos dice que el Espíritu
Santo habita en la Iglesia y en el corazón de los fieles como en un templo (1Cor. 3,
16; 6, 19). Es necesario pues, que a ejemplo de la Madre, nosotros
permanezcamos en estado de gracia para no contristar con el pecado al Espíritu de
Dios que de un modo especial ha venido a quedarse en nuestro corazón desde el
Sacramento de la confirmación. Nosotros tenemos necesidad de barrer y limpiar
nuestra casa interior con la confesión, santificarla con la sagrada comunión,
embellecerla con la oración, fortalecerla con la meditación de la Palabra de Dios y
de un modo especial, pedirle a María que nos enseñe a ser templos del Espíritu
Santo, pues no en vano decía San Luis María Grignon de Montfort que, cuando el
Espíritu Santo encuentra a María en un alma, se siente atraído irresistiblemente
hacia ella y en ella hace su morada. María, Templo y Sagrario de la Santísima
Trinidad, haz de nuestro corazón un hogar digno para Dios.

PROPÓSITO: Aprende y haz tuya esta maravillosa oración del Veni Creator
Spiritus, que es una invocación al Espíritu Santo. Ora con ella hoy que es
Pentecostés y cada mañana al despertar: Ven, Espíritu Creador, visita las mentes
de los tuyos; llena de la gracia divina los corazones que Tú has creado. Tú, llamado
el Consolador, Don del Dios Altísimo; Fuente viva, Fuego, Caridad y espiritual
Unción. Tú, con tus siete dones, eres Fuerza de la Diestra de Dios. Tú, el Prometido
por el Padre. Tú pones en nuestros labios tu Palabra. Enciende tu Luz en nuestras
mentes, infunde tu Amor en nuestros corazones, y, a la debilidad de nuestra carne,
vigorízala con redoblada fuerza. Al enemigo ahuyéntalo lejos, danos la paz cuanto
antes; yendo Tú delante como Guía, sortearemos los peligros. Que por Ti
conozcamos al Padre, conozcamos igualmente al Hijo y en Ti, Espíritu de ambos,
creamos en todo tiempo. Gloria al Padre por siempre, gloria al Hijo, Resucitado de
entre los muertos, y al Paráclito por los siglos y siglos. Amén.

DÍA 25: MEDITANDO CON MARÍA


VIRTUD: LA DULZURA
El Corazón de María es una reserva de dulzura de donde todo hombre puede
beber, y es dulce no porque no conozca la amargura -pues sí que la conoce- sino
porque ella ofrece todo, eleva todo, transforma todo con el amor y el amor tiene
sabor a dulzura, sabe quitar el vinagre a la vida, sabe besar la espina del dolor.
María es dulce cuando sonríe, cuando mira, cuando habla, cuando calla, cuando
escucha, cuando ora, cuando aguarda. Qué dulce es contemplar a la Madre,
encontrar en su pecho la fuente de todos los consuelos y aprender como ella a
endulzar la vida de los demás. Dulce Madre, regálanos esta virtud para tocar tantas
vidas embriagadas por la desazón del rencor, la desesperanza, la duda, la soledad.
Que podamos dejar a nuestro paso huellas de dulzura y suavidad.

PROPÓSITO: Recuéstate en el regazo de María, deja que te bese, que te estreche,


que te contagie el alma de toda su riqueza dile con dulzura muy despacio un Ave
María.

DÍA 26: MEDITANDO CON MARÍA


VIRTUD: LA GENEROSIDAD
La generosidad en María va sellada por un acto de entrega: ella no sólo da sino que
se da, en primer lugar, a Dios y en segundo lugar, a nosotros sus hijos. La Madre
nos enseña a dar sin retirar jamás y a ofrecer lo mejor que tenemos y lo Mejor que
María tiene es a su Hijo, y el Tesoro que nos entrega es a Él mismo. Acercarse a la
Madre es hacerse rico porque nos da la Riqueza inagotable y nos enseña a
guardarla en nuestro corazón con ternura y amor. Pero a su vez aprender de María
la generosidad es entender que aquello que hemos recibido gratis, debemos darlo
gratis, que Cristo nuestro Tesoro, se multiplica en la medida que lo demos a los
otros para que nadie sea pobre, para que nadie se sienta vacío. María nos enseña
que la matemáticas del amor no tiene cuentas, que nada tenemos que dejar para
nosotros, que la economía en Dios no funciona ahorrándose sino entregándose.
Madre Amada, danos un corazón generoso como el tuyo que no busque tanto
recibir sino dar, que no se busque a sí mismo sino salir al encuentro de los demás.

PROPÓSITO: Elige un acto de generosidad, qué harás?, mira las necesidades de


tus hermanos alrededor y haz tu parte.

DÍA 27: MEDITANDO CON MARÍA


VIRTUD: LA PERSEVERANCIA
El camino de María es una senda marcada por la prueba pero ella sabe
permanecer alegre y no se detiene porque ama. La perseverancia es fruto del amor,
si no amas no perseveras, si no amas no tienes voluntad ni motivación de ir
adelante. Empezar es de muchos pero terminar es de valientes. La clave de la
perseverancia en la Madre es haber puesto los ojos en Dios y no en sí misma, fijar
la mirada en Aquel que todo lo puede y que sostiene a quien se pone en sus
manos. María no pide explicaciones, no pregunta por qué, sólo avanza; el amor es
movimiento continuo, si no se avanza la vida se paraliza, se estanca. Pero además
el amor fortalece la voluntad; la Madre tiene voluntad de hierro, sabe que Dios
jamás la abandonará y que la parte que a ella le toca es ser fiel y dócil a la gracia.
Nada deja a medias esta Madre, lo que empieza lo termina, esta es también la
señal de su madurez espiritual y de su resolución inamovible de llegar hasta el final,
de cumplir a cabalidad la Voluntad de Dios, de permitirle hacer su obra en ella.
Virgen María, ayúdanos a ser perseverantes como tú, a no rendirnos tan fácilmente,
a no abandonar el camino cuando se pone difícil, a no buscar la comodidad y la
poca exigencia. Danos un corazón de anhelos grandes como el tuyo pero sobre
todo, un corazón de voluntad heroica también como la tuya para perseverar en el
bien y el amor. Que cuanto emprendamos, lo llevemos a feliz término con la gracia
del Señor.

PROPÓSITO: Qué hábito, obra o propósito bueno habías empezado y los ha


dejado inconcluso? Retómalo hoy o sino, proponte algo que te ayude a avanzar en
tu vida de santidad, preséntalo ante María y desde hoy ponte en camino con ella
hasta el final.

DÍA 28: MEDITANDO CON MARÍA


VIRTUD: DELICADEZA DE CONCIENCIA
La conciencia es la Presencia de Dios en el hombre, es su Voz, es donde se le
puede escuchar más nítidamente. María tiene una conciencia finísima,
delicadísima, porque su mayor anhelo es agradar al Padre, vivir atenta a sus
llamadas, a sus inspiraciones, a su dirección. María no deja manchar su conciencia,
no permite que nada la haga desligarse de su Dios, en esta actitud vive, por eso no
se equivoca. De María tenemos que aprender a escuchar esa campana interior que
no deja de sonar hasta que atendamos a lo que nos señala. Es necesario que no
pasemos por alto lo que nos va indicando que debemos hacer o no hacer, lo que
nos dicta que no está bien o que puede hacer daño. Si no respondemos a estas
llamadas es muy posible que nos vayamos endureciendo por la influencia del
pecado y por nuestra falta de docilidad. Danos Virgen Madre la gracia de educar
nuestra conciencia en orden al bien y a la verdad, ayúdanos a escuchar la Voz de
Dios, a obedecerla y a vivir unidos a Él de mente y de corazón.

PROPÓSITO: Revisa en tu interior a qué te llama el Señor, a qué te invita en este


momento concreto de tu vida: qué te pide? qué debes abrazar y qué abandonar?...
Escúchalo en silencio.

DÍA 29: MEDITANDO CON MARÍA


VIRTUD: MADRE SOLÍCITA
Dios es un Padre que nos ama con Corazón de Madre decía Juan Pablo I, qué bien
vienen estas palabras si las pensamos al mirar a María. Dios Padre nos ama a
través de María con el Amor de una Madre. Difícil es hablar de esta maternidad
porque no se equipara a ninguna otra. María se adelanta a recoger al hijo incluso
antes de que caiga, María viene en nuestra ayuda incluso antes de que la
llamemos, María perdona incluso antes que mostremos arrepentimiento, María nos
escucha incluso antes de que elevemos la plegaria, María nos carga incluso antes
de que le extendamos la mano para ser llevados por ella. Jesús no tiene un tesoro
más grande después de su Sangre derramada que a su Madre, y por eso nos la
entrega como regalo, quiere que sepamos lo que es sabernos amados por ella. Él
es el Camino pero ella es la puerta para entrar al Camino. No somos más santos
porque no la amamos más, decía San Bernardo. Nadie es huérfano si se estrecha
al pecho de la Madre de Dios que es también Madre suya. Qué don inmerecido
Virgen María el poderte decir Mamá y el sentir que nos acoges con cariño, que
velas cada uno de nuestro pasos, que nos cuidas como a niños! Queremos ir a
Jesús por medio de Ti, llévanos Madre al cielo!

PROPÓSITO: Agradece hoy a María el don de su maternidad, el haberte regalado


el Fruto Bendito de su vientre y el haberte aceptado por hijo al pie de la Cruz.
Hónrala hoy con el rezo del santo rosario o con un detalle especial que la haga
sonreír.

DÍA 30: MEDITANDO CON MARÍA


VIRTUD: PIEDAD
María es Madre y Esposa, pero es también y antes que nada hija. Sí, María es hija
del Padre y es precisamente bajo esta experiencia de la filiación que surge en su
vida la piedad como manifestación de su amor, agradecimiento y obediencia al Dios
que le prodiga su Paternidad. Ella no es piadosa sólo cuando está en el templo o
cuando está en los ratos de oración o en las celebraciones religiosas, no, en la
Madre esta actitud trasciende a todo lo que vive porque su deseo de agradar a Dios
no depende de un lugar o de las circunstancias, no está sujeto a las apariencias o a
las apreciaciones humanas; María no obra para ser vista y alabada por los hombres
sino para hacer feliz a Dios. Por eso donde sea que esté se siente en la Presencia
de su Creador y hace de su Corazón un altar dónde elevar la plegaria y la ofrenda
como don. Nuestra vivencia de fe y piedad debería ser así, no quedarse sólo
reducida a las veces que estamos en la casa de Dios sino hacer de nuestra alma
una casa dispuesta permanentemente a que Él viva y se sienta amado, atendido,
obedecido. Dulce Madre, ayúdanos a experimentar cómo tú el anhelo ardiente de
agradar al Señor en todo lo que hacemos y vivimos y a buscar en todo su gloria y
su contento.

PROPÓSITO: Ofrécele un acto de amor al Padre por manos de María, pidiendo la


gracia de amarlo cada día más y de vivir la santidad.

DÍA 31: MEDITANDO CON MARÍA


VIRTUD: INCONDICIONALIDAD
Hace 31 días nos embarcábamos en la maravillosa experiencia de meditar con
María, de ahondar en sus virtudes, de aprender de ella a vivir nuestra relación con
Dios. La Madre nos ha conducido a lo largo de este mes de mayo y habrá
seguramente impulsado en nuestros corazones el deseo de abrazar la santidad en
lo más cotidiano y ordinario de nuestra vida. Si esto nos ha quedado como fruto de
las meditaciones, habrán sido en realidad de provecho. Hoy en el último día, sólo te
invito a pensar en la incondicionalidad de nuestra Madre. María es incondicional
con Dios porque siempre permanece firme en su decisión de amarle y de serle fiel,
pero a su vez, María es incondicional contigo y conmigo, continúa con nosotros a
pesar de nuestras limitaciones, traspiés, rebeldías, pecados y no nos deja incluso
cuando nosotros nos olvidamos de ella. Todos te podrán dejar en la vida, todos te
podrán fallar, pero la Madre jamás te abandonará, insistirá, resistirá y persistirá
hasta que te lleve al cielo, aunque no te obligará te ama tanto que respetará tu
libertad, pero es seguro, se quedará contigo siempre y no se rendirá hasta verte a
su lado en la eternidad. Cuando te sienta sólo, recurre a sus brazos y te sentirás
amado, cobijado, comprendido, consolado. Gracias María por estos 31 días de
compañía, por lo que nos has enseñado, por invitarnos con tu testimonio a mirar
hacia lo alto donde el Padre nos espera. Llévanos Madre de tu mano al cielo.

PROPÓSITO: En los comentarios ríndele honor a María, regálale un piropo, una


frase de cariño, lo que te nazca del corazón. Que ella las reciba como rosas que se
ofrecen con amor a su Corazón.

Oración final
¡Oh María, Madre de Jesús, nuestro Salvador y
nuestra buena Madre! Nosotros venimos a
ofrecerte, con estos obsequios que colocamos
a tus pies, nuestros corazones deseosos de
serte agradable, y a solicitar de tu bondad un
nuevo ardor en tu santo servicio.
Dígnate a presentarnos a tu Divino Hijo, que en
vista de sus méritos y a nombre de su Santa
Madre, dirija nuestros pasos por el sendero de
la virtud. Que haga lucir con nuevo esplendor la
luz de la fe sobre los infortunados pueblos que
gimen por tanto tiempo en las tinieblas del
error. Que vuelvan hacia Él, y cambien tantos
corazones rebeldes, cuya penitencia regocijará
su corazón y el tuyo. Que convierta a los
enemigos de su Iglesia y que en fin, encienda
por todas partes el fuego de su ardiente
caridad, que nos colme de alegría en medio de
las tribulaciones de esta vida y dé esperanzas
para el porvenir.
Amén.

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