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¿Qué doy a los demás?

Lectura del Evangelio según San Mateo 5, 17-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:


“No creáis que he venido a abolir la Ley y los
profetas: no he venido a abolir, sino a dar
plenitud. Os aseguro que antes pasarán el
cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta
la última letra o tilde de la Ley. El que se salte
uno solo de los preceptos menos importantes,
y se lo enseñe así a los hombres, será el
menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe, será grande
en el reino de los cielos.”
Palabra del Señor.

Pregunta de interiorización

¿Cómo puedo con mi vida generar bondad, esperanza y alegría?

Palabras de reflexión

Los maestros cristianos están llamados a esforzarse “en las periferias de la Escuela, que no pueden ser
abandonadas a la marginación, a la ignorancia, a la delincuencia. En una sociedad en la que es difícil encontrar
puntos de referencia, es necesario que los jóvenes encuentren en la escuela un referente positivo”. “Deben
enseñar no sólo los contenidos de una materia, sino también los valores de la vida y los hábitos buenos para la
vida. Para aprender contenidos basta un computador, pero para comprender cómo se ama, para comprender
cuáles son los valores y las virtudes que crean armonía en la sociedad es necesario un buen maestro”. “Les animo
a renovar su pasión por el hombre en su proceso de formación – ¡no se puede enseñar sin pasión!- y a ser testigos
de vida y de esperanza. Nunca, nunca cierren una puerta, ábranlas todas, para que los estudiantes tengan
esperanza”. Papa Francisco

Oración

Señor, tú que eres el único y verdadero Maestro, concédenos la gracia de ser, a ejemplo tuyo, educadores para
estos jóvenes.

Haz que yo sepa, con mi vida, educar en la libertad y, con mi sabiduría, capacitar para un auténtico compromiso
hacia los demás.

Haz que yo sea capaz de hablar de ti y de enseñar a hablar contigo. Que los jóvenes se den cuenta de que son
amados y de que yo sólo busco su verdadero bien. Haz que mi amistad contigo, sea la fuente de mi amistad con
ellos.

Jesús Maestro, gracias por haberme llamado a tu misma misión. Que mi vida sea un reflejo de la tuya. Amén.

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