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El pensamiento

pedagógico de

Champagnat
El pensamiento pedagógico de Champagnat

La carta no.14, del 21/01/1830

es ya muy instructiva:
“También sé que tenéis un gran número de
alumnos y que tendréis, por consiguiente, un
gran número de imitadores de vuestras virtudes,
pues según vuestro modelo, se forman vuestros
Las cartas de Marcelino alumnos; ellos tratan de ajustar su conducta a
revelan su pensamiento
pedagógico
vuestros ejemplos.

¡Qué importante, qué sublime es vuestro trabajo!


El pensamiento pedagógico de Champagnat

La carta nº 19 (3/01/1831) retoma las mismas ideas:

el trabajo de los hermanos es:


“precioso a los ojos de Dios. Grandes santos
y grandes hombres se felicitaban por un
trabajo tan honroso ante Jesús y María…
Tiene Ud. en sus manos el precio de la sangre
Las cartas de Marcelino de Jesús. Sus alumnos le serán deudores,
revelan su pensamiento después de Dios, de su salvación. Sus vidas
pedagógico
serán el eco de lo que Ud. les haya
enseñado.
Al H. Alphonse, en carta del 3/11/1833 (Carta nº 21), le recomienda:

“Forme a los alumnos que le sean


confiados, en todas las virtudes cristianas.
Rece por ellos, ya que, con la ayuda de
Dios, ellos podrán superar todas las
Las cartas de Marcelino dificultades que encuentren en la vida. La
revelan su pensamiento
pedagógico
obediencia es la virtud que más deben
practicar”.
Cartas no. 14, 19 y 24 al Hermano Barthélemy; 20 a los Hermanos Antonie y Gonzague;
y carta no. 21 al Hermano Alphonse.

El Fundador desarrolla una visión espiritual de la


educación:

Los alumnos son amados por Jesús, que les ha salvado


con su sangre y les ha permitido acercarse a él.

Las cartas de Marcelino El educador es otro Cristo que, con su ejemplo, y


revelan su pensamiento también con su autoridad y conocimiento del
pedagógico
catecismo, suscita en ellos la virtud, garantía de la
felicidad y de la salvación.
Visión clásica del educador cristiano…

Visión llena de ternura, exenta de rigorismo,


atenta para introducir a los alumnos en una vida
religiosa fundamentada en la cristología y la
devoción mariana.

Está muy lejos de una visión formalista,


exigiendo al alumno sólo el aprendizaje de la letra
del catecismo.
Las cartas de Marcelino
revelan su pensamiento
pedagógico También lejos de una concepción instrumental del
maestro como simple auxiliar del clérigo:
el Hermano es maestro de vida.
Los Hermanos debían:

1 “Explicar el catecismo mañana y tarde”…

2 “Procurar que los alumnos se confiesen


cada tres meses, y prepararlos con suma
delicadeza a la primera comunión;

Una pedagogía
de combate:
3
primer texto
fundamental
4
5 “ Inspirarles devoción a los ángeles
custodios, a los santos patronos y a las
almas del purgatorio”.

6 “ Hacerles cantar a diario cánticos


religiosos y formarles en el canto
gregoriano”.

Una pedagogía
de combate:
7 “ Mostrarles la manera de santificar
todas sus acciones”…
primer texto
fundamental 8 “ Vigilar asiduamente a los alumnos”…
“ Recomendarles con frecuencia el respeto a
9 los ministros de Jesucristo, la obediencia al
Príncipe y a los magistrados”…

10 “ Infundirles gusto y amor al trabajo”…

11 “ Formarlos en la modestia y urbanidad”…

Una pedagogía
de combate:
12 “ Finalmente, los Hermanos deben ser para
sus alumnos modelos de piedad y de virtud,
primer texto de modo que los lleven a Dios mucho más
fundamental con el ejemplo que con las palabras”…
El educador no ejerce un “oficio fatigoso”, sino
un “ministerio religioso y un auténtico
apostolado”.

Su función hace de él un seguidor y cooperador de


Jesucristo; le abre la vía de la salvación y genera
la prosperidad de los establecimientos. Amando e
Según imitando a Jesucristo, el Hermano adquiere todas
Champagnat, las virtudes del buen maestro: humildad,
el educador dulzura, indulgencia, paciencia, generosidad,
prudencia, firmeza, celo, decoro, cortesía.
ejerce un
ministerio Así podrá comunicar a sus alumnos buen ejemplo,
capacidad y sentimientos paternales.
Champagnat tiene interés como pedagogo no tanto
por su originalidad cuanto por la modernización de la
pedagogía devota y su optimización.

Para hacer evolucionar la pedagogía devota


tradicional es necesaria la creación de un grupo de
cristianos que sustituyan –en cierta medida- a los
padres y sacerdotes para educar masivamente a los
niños por el catecismo, las formas de convivencia y
Champagnat, las prácticas cristianas. Esta función social y
moderniza y caritativa requiere almas profundamente
conscientes de la importancia de su misión, es decir,
optimiza deseosos de otra sociedad y de otra Iglesia.
Así pues, porque la infancia es vista con nueva
claridad, como un terreno estratégico para el
futuro, porque se tiene conciencia de la fragilidad de
la sociedad y de la cristiandad, y porque existe la
competencia protestante, el ambiente devoto crea
grupos de cristianos imbuidos de la vida vocacional
que les impulsa a consagrarse a una tarea
Champagnat, despreciable y repulsiva a los ojos de la sociedad:
moderniza y los niños.
optimiza
Pero todos estos aprendizajes y el deseo de retener
más tiempo a los niños para cristianizarlos,
disciplinarlos y retirarlos de la calle, necesita una
cualificación y una técnica educativa de la que Juan
Bautista de la Salle proveerá la síntesis más
completa. Por este camino nació el modelo de
Champagnat, cristiano y maestro que es “el Hermano”.
moderniza y
optimiza
• Champagnat, sacerdote y fundador, tratará
de conciliar su simpatía por la tradición
devota con una aspiración social, que
entiende muy bien porque él mismo la ha
vivido;
Champagnat,
• Hombre del pasado por su adhesión a un
hombre de sistema tradicional, Champagnat es
síntesis hombre del presente, por sus aspiraciones
pedagógicas.

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