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Quien era Heraclio

Fue un emperador bizantino que reinó brevemente sobre el Imperio a


mediados del siglo VII. Era hijo del emperador Heraclio. fundador de
la dinastía heracliana.
El imperio Bizantino antes del año 610 (d.c.) vivía una decadencia
gigantesca, económica y militar, que encontró su punto de inflexión en
el golpe de estado realizado por Focas-Predecesor (602-610) y su
gobierno del terror, nombre que le fue catalogado a su administración,
donde se encargó de aniquilar a cualquier sucesor de la dinastía
Justiniana, para que nadie pudiera gobernar ya que el poder se
entregaba mediante sucesión en aquél entonces.

Pero una familia, dirigida por Heraclio, cansada de las atrocidades


cometidas y del constante abuso que el pueblo recibía por parte de
sus autoridades comenzó a planificar su llegada al poder en
Constantinopla para cambiar la forma de gobernar y dar tranquilidad a
sus ciudadanos.

ORIGEN DEL IMPERIO BIZANTINO


El Imperio bizantino estuvo gobernado por emperadores de la dinastía
de Heraclio entre los años 610 y 711. Los heraclianos presidieron un
período de eventos catastróficos que marcaron un hito en la historia
del Imperio y del mundo.
Al comienzo de la dinastía, la cultura del Imperio seguía siendo
esencialmente la misma que la de la Antigua Roma, dominando
buena parte del Mediterráneo y albergando una próspera civilización
urbana de la Antigüedad tardía. Todo lo anteriormente nombrado fue
eventualmente destrozado por el desgaste de las sucesivas
invasiones, que resultaron en grandes pérdidas territoriales, colapso
financiero y plagas que despoblaron las ciudades, mientras que las
controversias religiosas y las rebeliones debilitaron aún más el
Imperio desde dentro.
Al final de la dinastía, el Imperio había desarrollado una estructura
estatal muy diferente: Ahora conocida en la historiografía como
Bizancio medieval, una sociedad principalmente agraria dominada por
las fuerzas militares que estaban involucradas en una larga y
constante guerra con el califato musulmán. Sin embargo, el Imperio
durante este período también fue mucho más homogéneo,
reduciéndose casi en su totalidad a los territorios centrales cuya
población mayoritaria era de habla griega y fieles calcedonios, lo que
le permitió apaciguar estas tormentas y entrar en un período de
estabilidad bajo la dinastía sucesora de la Isauriana.
La dinastía Heracliana recibió su nombre por el general Heraclio,
quien, en 610, zarpó desde Cartago, derrocó al emperador
ilegitimo Focas o predecesores, que había llegado al poder gracias a
un grupo de hombres influyentes de Constantinopla, y termino siendo
coronado él mismo como el nuevo emperador. En ese momento, el
Imperio estaba envuelto en una guerra contra el Imperio sasánida,
que en la década siguiente conquistó las provincias orientales del
Imperio.
Después de una lucha larga y agotadora, Heraclio logró derrotar a los
persas y restaurar el Imperio, solo para perder las provincias
recientemente reconquistadas poco después, cuando sus fuerzas se
toparon con las conquistas musulmanas. Sus sucesores lucharon por
contener el avance árabe. El Levante y el norte de África fueron
irrecuperables, a su vez, en un período de 674–678, un gran ejército
árabe sitió a la misma ciudad de Constantinopla.
Sin embargo, el estado sobrevivió y el establecimiento del sistema
Thema permitió conservar el corazón imperial de Asia Menor. Bajo la
dirección de Justiniano II y Tiberio III se estabilizó la frontera imperial
en las provincias de Oriente, aunque nunca cesaron las incursiones
de ambos lados.
Al final del Siglo VII también se vieron los primeros conflictos con
los búlgaros y el establecimiento de un estado búlgaro en las antiguas
tierras bizantinas al sur del Danubio, que sería el principal problema
del Imperio en Occidente hasta el siglo XII.

Legado
Mirando en hacia el pasado, el reinado de Heraclio pese a las
derrotas de sus últimos años, fue valorado positivamente por los
historiadores, ensalzando sus logros por encima de sus fracasos.
Amplió el imperio y su reorganización del gobierno y del ejército
fueron dos grandes éxitos. Sus intentos por lograr la armonía en
cuestiones teológicas fracasaron, pero sí que tuvo éxito en retornar la
Vera Cruz, una de las reliquias más sagradas del cristianismo, a
Jerusalén.

Muerte de Heraclio

Después de la muerte de Heraclio en febrero de 641, la ex emperatriz


Martina se declaró a sí misma, a su hijo Heracleonas y a su
hijastro, Constantino III Heraclio, como coemperadores. Sin embargo,
los ciudadanos de Constantinopla se negaron rotundamente a aceptar
esto. Y así, cuando Constantino III murió prematuramente en algún
momento de mayo de 641 (siendo asumido por los ciudadanos que la
artífice de esto fue Martina), Heracleonas y su madre fueron
depuestos el verano siguiente. Entonces a Heracleonas le cortaron la
nariz ya Martina le arrancaron la lengua. Estos actos aseguraron que
Heraclonas nunca pudiera convertirse en Basileus (Monarca), las
deformidades físicas lo habrían imposibilitado. Sin embargo, teniendo
en cuenta que ambos eran sospechosos de cometer regicidio, su
destierro a la isla de Rodas fue un castigo leve.[29]
Con Constantino III muerto, la población de Constantinopla recurrió a
su hijo de 11 años (quien también fue llamado Heraclio), para ser
coronado como el nuevo emperador y entonces este cambió su
nombre a Constantino. Sin embargo, más tarde se hizo conocido con
el sobrenombre de "Constante", convirtiéndose así en Constante II.

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