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El sexo y la sexualidad, tabú de los tiempos pasados, hoy día son cuestiones que,

particularmente en los países de Occidente, se ventilan a plena luz del día sin temor
a falsos pudores y vergüenzas que tanto mal causaron preteridamente a la
Humanidad, de manera especial a la juventud, siempre ávida de saber y condenada
a todos los errores y tropiezos por culpa del silencio mantenido acerca de tales
temas.

Y, no obstante, el sexo es la palanca que mueve al mundo, el eje a cuyo alrededor


giran y se sustentan todos los actos humanos, desde el de consecuencias más
resonantes e internacionales hasta el más nimio y más local.

El sexo, entre los mortales, es fuente de alegrías inmensas y también de grandes


catástrofes. El sexo es la causa de que nazcan los hijos y de que mueran en la
guerra. Es la causa de todos los afanes, todas las inquietudes, todos los
descubrimientos, todos los fracasos de la doliente Humanidad que, sin el sexo,
todavía sería más doliente.

Tiempos de oscuridad
Después de los esplendores y miserias de culturas como la babilónica (donde todas
las mujeres debían entregarse una vez al año al mejor postor, en las gradas de los
templos), hasta la época de griegos y romanos, con sus peculiares ideas sobre el
amor y el sexo, preciso es remontarse a los oscuros años de la Edad Media, cuando
la vida sexual, debido a las enseñanzas cristianas, era algo vergonzoso,
inconfesable, una verdadera necesidad fisiológica que debía ocultarse e incluso
negarse.
Y sin embargo, el cristianismo y sus jerarquías defendían acérrimamente el
matrimonio, pero desprovisto de toda idea impura, fin único de la procreación, sin
el menor pensamiento libidinoso.

De todos modos, sucedió algo con lo que no contaban los moralistas cristianos: la
mujer fue fiel a la moral cristiana con su cuerpo, pero no con el espíritu. Es decir,
las mujeres se casaban y compartían el lecho conyugal con el marido... pero en
secreto, amaban a otro hombre, al de sus sueños, al que entregaban todo su amor...
y de este modo, eran infieles al esposo con el espíritu, no con la carne.

Naturalmente, las Cruzadas, con sus aguerridos caballeros, sus aventuras, sus
heroísmos, fue terreno propicio a tales amores espirituales.

Fue asimismo entonces cuando, temerosos los guerreros de que sus esposas no
fuesen todo lo fieles que era deseable, inventaron los temibles cinturones de
castidad, aunque se sabe que en más de una ocasión, las mujeres supieron burlarse
de tal medida.

El Renacimiento
Con el Renacimiento cambiaron bastante las cosas relacionadas con el sexo y el
amor. Tras el oscurantismo anterior, las mentes se abrieron más a la cultura, a las
ciencias y a la sexualidad. Los poetas como Dante y Petrarca cantaron a la mujer,
ensalzando el sexo más bien liberal. Abelardo, el célebre amante de Eloísa, declaró
por su parte: "No ha de considerarse pecado ningún placer natural de la carne, ni
señalar como culpa el hecho de que alguien se deleite con el placer allí donde
necesariamente tiene que sentirlo."
Si los escultores griegos y romanos ya se habían complacido esculpiendo estatuas
en las que, sobre todo en las masculinas, se descubrían los atributos sexuales
externos, tampoco en ello anduvieron remisos los pintores y escultores del
Renacimiento, como lo demuestra, entre otras muchas, la imagen del David, salido
de las manos de Miguel Ángel.

Un hecho trascendental, en el contexto erótico de la época, influyó sobremanera en


las relaciones sexuales de la pareja desde el Renacimiento. Nos referimos al
descubrimiento llevado a cabo en la villa de Grottaferratta, propiedad del papa
Julio II, decidido protector de Miguel Ángel, fue hallada una estatua de mármol de
un joven que encarnaba al dios Apolo. Era un magnífico desnudo masculino, y
Julio II, sensible al arte escultórico, quedó deslumbrado ante tanta belleza, y a
pesar de su desnudez, dio orden de llevar la estatua al pabellón de Belvedere,
situado en el Vaticano. Hoy día se conoce a dicha escultura como "el Apolo de
Belvedere".

A partir de entonces, pintores y escultores se atrevieron a realizar desnudos en sus


obras, mostrando en muchos casos la virilidad tal cual es.

Uno de los máximos representantes de esta que podríamos llamar "escuela del
desnudismo" fue el célebre Aretino, una de las figuras más singulares del
Renacimiento.

Poeta de gran talento, jamás desdeñó recurrir al más acendrado erotismo para dar
más fuerza a sus obras. Si bien se le consideraba un hombre honesto, perdió toda
su buena fama al descubrirse, -con motivo de interceder en favor del pintor Giulio
Romano, ante Clemente VIII, así como del grabador Marco Antonio Raimondi,
quienes habían difundido 16 láminas representando a la pareja humana en posturas
fuertemente eróticas-, que el propio Aretino era autor de unos sonetos ilustrativos
de los mencionados grabados, tan eróticos o más todavía que los dibujos. El papa
ordenó que los tres, pintor, grabador y poeta, ingresaran en prisión, perdiendo
Aretino el favor de Clemente VIII.

En España
También en España, país siempre católico por excelencia, estuvo el erotismo en un
auge mayor cada vez, aunque debidamente
disimulado.

Así, por ejemplo, ya dio pruebas de ello el mismo Fernando el Católico, siendo
amante de Germana de Foix, aunque luego, a la muerte de su esposa Isabel, se casó
con aquélla.

Las intrigas palaciegas y entre la clase alta estaban a la orden del día. Lope de Vega
tuvo numerosos amoríos antes de tomar las órdenes eclesiásticas; Calderón de la
Barca, sacerdote toda su vida, tuvo una hija, María la Calderona, que fue amante
del rey Felipe IV. Este mismo monarca protagonizó una aventura, tal vez
legendaria, con una monja del convento de San Plácido de Madrid, aventura que se
frustró por intervención divina, según la leyenda o por intervención de la Superiora
del convento, según otras fuentes más terrenales.

Por otro lado, según documentos descubiertos en los archivos de Valladolid, en la


corte de este mismo rey existía un círculo homosexual, figurando en él el conde de
Villamediana y tal vez el soberano en cuestión. También es sabido que el héroe de
Lepanto, Juan de Austria, era bastardo, lo que significaba una coyunda irregular.

Felipe II, el Prudente, tuvo amores con la hermosa Ana de Éboli, amante a su vez
del secretario del rey, Antonio Pérez, casado con doña Juana de Coello.

La corte de Versalles
En Francia, el erotismo gozó de gran predicamento desde tiempos muy antiguos.
Ya los "troubadours" ensalzaban las gracias y los favores femeninos fuera del
matrimonio, y cuando más alto llegó el nivel lúbrico fue tal vez en los reinados de
Enrique III, rodeado de los famosos "Cuarenta y cinco" "mignons", que estaban al
servicio "completo" del rey, y de Enrique IV, apodado el "Verde-Galán". Este se
casó con Margarita de Valois, conocida como Reina Margot, hija de Catalina de
Mediéis, que a la edad de once años ya tenía dos amantes. A los quince, fue la
amante de sus tres hermanos, hasta que se enamoró del hermoso conde de la Mole
quien, junto con un tal Coconnas, murió ajusticiado en la plaza de la Gréve.

Se decía que Margarita guardaba en una bolsa, bajo su faldellín los "ornamentos"
viriles de sus amantes, muertos por causas diversas.

Por su parte, el Verde-Galán tuvo también numerosas amantes, aunque su favorita


fue la bella Gabriela de Estrées. Ana de Austria, esposa de Luis XIII, quien tuvo
aventuras homosexuales, como por ejemplo sus amoríos con Cinc Mars, estuvo
enamorada del duque de Buckingham, embajador de Inglaterra en Francia.

Después de Luis XIII subió al trono de Francia, Luis XIV, el artífice de Versalles.
Toda la nobleza de aquellos tiempos incluyendo el reinado de Luis XV, acudió a la
más sofisticada coquetería. Perfumes y peluquines estaban de moda, y en muchos
casos fue un honor que la esposa de un noble compartiera la cama con el rey.
Ninón de Lénclos fue en su época la verdadera protagonista del erotismo francés.
Toda su vida estuvo entregada al amor carnal. Entre sus amantes se cuentan:
Gaspar de Coligny, máximo partidario de los protestantes franceses, llamados
"hugonotes"; el escritor La Rochefoucauíd; Sevigné, esposo de la célebre
"Madame de Sevigné"; el duque de Longueville; el marqués de Saint-Evremond,
Rambouillet... Una lista casi interminable.

Luis XIV, pese a su lema "El Estado soy yo", tomó muchas decisiones influido por
las mujeres con las que mantuvo relaciones muy íntimas. Hasta Luis XV, el
erotismo impregnó el ambiente de Versalles, de Francia entera. Las orgías y
bacanales eran moneda corriente en aquella corte, los voluptuosos paseos a la luz
de la luna, los juegos de carácter erótico en el Petit Trianon...
Luis XV tuvo unas amantes que han pasado a la historia por derecho propio:
Madame Pompadour y Madame Du Barry, ésta última casada con un hombre que
se enorgullecía de llevar unos cuernos debidos al monarca.

La moral burguesa y la sexualidad


Tras la época napoleónica, pasada la era revolucionaria, en que la sexualidad
volvió a cobrar nuevos bríos, la moral sexual ya dentro del siglo XIX, adoptó la
hipocresía por bandera. Así, por ejemplo, estaba prohibida toda experiencia sexual
fuera del matrimonio. Este estado de cosas empeoró en alto grado durante el
reinado de la reina Victoria de Inglaterra.
La mujer tenía que ser virgen ineludiblemente hasta que llegara al tálamo nupcial,
por lo que la caza del marido se convirtió en la exclusiva ocupación de las
muchachas casaderas, y de sus "mamas".

Con los hombres, la cosa ya no era tan severa. Se toleraba que el varón tuviese
aventuras extraconyugales, lo que solamente podía conseguir con las llamadas
"busconas" o mujeres fáciles. De este modo, la estrecha moral burguesa propiciaba
la prostitución.

Sin embargo, este estado de cosas respecto a la sexualidad empezó a cambiar en


Occidente al término de la Primera Guerra Mundial. En efecto, hasta 1914
aproximadamente, la moral burguesa mantuvo firmes sus riendas, pero a partir de
entonces las mismas comenzaron a aflojarse. Finalizada la contienda, la mujer
sintióse ya injustamente oprimida con la moral burguesa de los años pasados, y
avanzó tímidamente por la senda de la reclamación de sus derechos sexuales. Ya
habían avanzado en el camino de la obtención del voto femenino, y ahora se
disponían a librar una batalla tal vez más difícil todavía.

El drama espantoso de la guerra aventó muchas mojigaterías y bastantes fueron las


jóvenes que no tuvieron ningún reparo en ofrecer sus encantos a los soldados que
regresaban del frente con permiso, o en calidad de convalecientes.

El freudismo
En esa época de confusión sexual aparecieron las teorías del psiquiatra vienes
Sigmund Freud. El doctor Freud consideraba que el "instinto sexual es el motor
fundamental de todas las manifestaciones y actividades psíquicas". Llamó "libido"
al poder con que se manifiesta el instinto sexual. La libido tropieza con diversas
dificultades en su desarrollo, estando expuesta a estacionarse, o sea a fijarse en una
tendencia que sólo representa una fase momentánea de su desarrollo (por ejemplo,
la tendencia incestuosa).

La libido también está expuesta a una "regresión", cuando hay obstáculos


insalvables, en cuya coyuntura es posible que la persona retroceda hasta el
sadismo, incluso a la necesidad de provocar sufrimientos, como les sucede a los
niños.

El instinto de conservación, las tradiciones, la moral, los intereses profesionales,


las leyes civiles, constituyen otras tantas barreras contra la libido, y de esta manera
se origina un fuerte conflicto entre el "yo" artificial y la sexualidad original.

El resultado de tal conflicto varía según el individuo. En algunos triunfa la libido, y


éstos son llamados libertinos o pervertidos por los moralistas. En la mayoría, no
obstante, se establece una especie de equilibrio entre la vida sexual y las demás
formas de vida del "yo".

Las tendencias sexuales son en algunos desviadas o "sublimadas", orientadas hacia


fines sociales: el arte, la ciencia, la literatura, la religión, la filantropía... Sin
embargo, hay seres en los que, no estando la libido ni satisfecha ni sublimada, se
ve violentamente rechazada hacia el inconsciente. Esta es la causa de las neurosis,
las perturbaciones psíquicas, manifestadas mediante las obsesiones, los impulsos
criminales, las fobias, las inquietudes, la melancolía y el ascetismo exagerado.
Para penetrar en ese inconsciente, asiento de las neurosis, el psicoanalista investiga
los actos de olvido ("lapsus"), los sueños y su simbología, la "censura del yo" o
autocensura, la psicología infantil, todo lo cual reclama un método difícil y
complejo.

Freud se empeñó en hacer volver el inconsciente al consciente. No fue un


revolucionario social que indujese al individuo a vivir toda su vida sexual en
detrimento de la moral. Aunque en realidad fue un acérrimo partidario de las dos
naturalezas, esforzándose por aclarar la lucha entre la sexualidad y el ascetismo,
pero dejando al ser humano que "tome decisiones por sí mismo". Por consiguiente,
fueron exageradas las acusaciones de inmoralidad que se le dirigieron al
psicoanalista vienes. El doctor Freud no tenía ideas sociales en relación con el
sensualismo, conformándose con exponer escuetamente los hechos. Era lo
suficientemente avanzado para reconocer que el instinto sexual supera al instinto
de reproducción, que lo sexual no está ligado de forma inevitable a lo genital.

La parte realmente nueva de las investigaciones de Freud fue el estudio de la vida


sexual del niño, vida rica en sensaciones y sentimientos que superan a los
considerados normales y que culminan en el famoso "complejo de Edipo", el cual
aparece temprano, a los dos o tres años de edad; es entonces cuando el niño se
"enamora" de su madre, mientras que la niña ve en su madre un ser molesto,
valiéndose de la "coquetería" ante su padre.

Los nuevos hermanos o hermanas son recibidos con desagrado, pero más adelante
se convierten en los del "amor" del hermano o hermana mayores, disconformes de
la "infidelidad" o indiferencia del padre o la madre. Este "complejo de Edipo" que
Freud estudió en profundidad, lleva a la conclusión de que el incesto no debe
inspirar en ningún caso indignación ni horror, sino que es ingénito a la naturaleza
física y psíquica del hombre y hasta de los animales.

Las antiguas religiones griegas y egipcias impusieron ciertos ritos incestuosos, y


así en Egipto, el faraón se casaba con su hermana. El niño, en efecto, lleva en sí, de
manera velada, no sólo la herencia humana, sino también la prehumana. Por tanto,
no ha de sorprender que en la primera infancia reaparezcan rasgos y tendencias de
edades pretéritas.

Estas incitaciones incestuosas, repelidas hacia el inconsciente por la educación,


reaparecen en el ser adulto cuando el sueño lo libera de las coacciones morales. De
aquí resultan los sueños raros del hombre y la mujer, sueños que parecen "proceder
de un verdadero infierno" y que no son más que fenómenos regresivos del instinto
sexual.

Spiessismo
Mientras Sigmund Freud se ocupaba de los problemas psíquicos a través de la
sexualidad, Camilo Spiess, sabio ginebrino, (discípulo de Niesztche y Gobineau),
se esforzaba por "sublimizar" la misma sexualidad.

Partiendo de los fenómenos de la fecundación, llegó al concepto del espiritualismo


sexual. Esta concepción, algo mística, no constituía más que una trasposición del
"superhombre" filósofo de Niesztche.
La idea del "hombre del tercer sexo", el ser completo en el que conviven marido,
esposa e hijo, puede tomarse en el sentido múltiple o restrictivo.

En el ser del tercer sexo residen todas las perfecciones pasadas y futuras, pero
asimismo todas las imperfecciones, todas las inversiones y perversiones del
instinto sexual del marido, la mujer y el hijo, al que Spiess le concede un amor
"más allá del sexo", siendo el "genio" a través del cual es amada toda la
Humanidad. Esta idea explica por qué los sabios de Grecia se sintieron atraídos por
los adolescentes o efebos, por los impúberes, aunque Spiess no aportó prueba
alguna de que Sócrates y otros filósofos tuvieran con sus discípulos relaciones más
que puramente espirituales. La espiritualización del apetito sexual fue expuesta por
Spiess en una serie abundante de obras, pero con una terminología ciertamente
intrincada y difícil para el público en general.

Los peligros del sexo


Como casi todas las cosas de este mundo, también el sexo tiene lo que podríamos
llamar el Yin y el Yang. Es decir, lo bueno y lo malo.

En el sexo lo bueno es el placer, el erotismo que se desprende del mismo. Pero


desdichadamente existe la otra cara de la moneda, y ésta son las enfermedades
llamadas "venéreas", afortunadamente superadas casi todas ellas, o en vías de
superación incluso a corto plazo.
Mas por desgracia, desde hace relativamente muy pocos años una espesa sombra se
cierne sobre la Humanidad, relacionada estrechamente con la sexualidad. Nos
referimos al Sida, esta terrible plaga que se abate sobre todos los seres humano, sin
distinción de sexo ni siquiera de edad.

Esta enfermedad que, como veremos no es tal, es hoy día el gran problema con el
que se enfrentan cuantos están relacionados con la Sanidad en general, en el
mundo entero: médicos, investigadores, fisioterapeutas, virólogos...

Por su gran desarrollo entre el género humano y por las dificultades que ofrece su
extinción, el Sida ocupa siempre un lugar destacado en todo cuanto se refiere a la
sexualidad y el erotismo.

El Sida
El término Sida está formado por las siglas del "Síndrome de Inmunodeficiencia
Adquirida". Con el vocablo "síndrome", en el vocabulario médico significa una
serie de alteraciones diversas que combinadas definen clínicamente una dolencia o
un estado patológico determinado.

La frase "inmuno deficiencia" indica una disminución de la capacidad del sistema


inmunológico de defender el organismo de las agresiones que padece por parte de
los microorganismos, como los virus y las bacterias.

En un estado de inmunodeficiencia, varios gérmenes que habitualmente están


perfectamente controlados por los mecanismos defensivos del sistema
inmunológico pueden ejercer su acción nociva en el organismo sin grandes
dificultades.
Finalmente, el adjetivo "adquirida" sirve para diferenciar el estado de
inmunodeficiencia que tiene una persona previamente sana de la alteración
presente desde el nacimiento.

En definitiva, pues, el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, o Sida, es una


grave alteración de un sistema inmunológico que hasta entonces funcionaba con
normalidad, favoreciendo la aparición de una serie de alteraciones características
que conforman la enfermedad.

Breve historia de la enfermedad


Oficialmente, los primeros casos de Sida registrados clínicamente se remontan a
mediados del año 1981. Por aquellos días hubo en Estados Unidos, en ambas
costas, unos hechos que llamaron la atención de la práctica médica, sospechándose
la aparición de una nueva enfermedad.

Un grupo de jóvenes padecía una grave pneumonía que rápidamente deterioraba su


salud. Lo más raro del caso era que la pneumonía se debía a un germen llamado
"Pneumocystis carinii", un microorganismo que solía afectar a las personas con la
salud dañada por una grave dolencia que había deteriorado el sistema
inmunológico. Por lo demás, el grupo juvenil había gozado de muy buena salud
antes de verse afectado por la dolencia.
Otro dato era sumamente significativo: los muchachos que presentaban ese tipo de
enfermedad eran todos homosexuales.

Aunque al principio se ignoraba hasta qué punto su condición sexual estaba


involucrada en la dolencia, no se tardó mucho en creer que sólo los homosexuales
podían contraer el síndrome recién descubierto.
La enfermedad de las 4 H
A partir de los primeros comunicados, los médicos se pusieron alerta para detectar
si había casos fuera de la normalidad, y efectivamente así era, mas no ya solamente
entre homosexuales, puesto que en el año 1982 hubo casos similares entre
heroinómanos, que solían administrarse la droga por vía intravenosa.

Asimismo, se dieron casos en personas hemofílicas, siendo la hemofilia una


enfermedad en la que un fallo en el sistema coagulante de la sangre, ocasionaba la
producción de hemorragias.

Finalmente, hubo otro grupo cuyo nexo común era ser de origen haitiano. Por
tanto, se intentó averiguar por qué esa enfermedad afectaba principalmente, al
parecer, a homosexuales, heroinómanos, hemofílicos y haitianos, y de ahí nació la
apelación de las "4 H", aplicada al síndrome en cuestión.

En la actualidad, esto ya es solamente historia, habiéndose configurado los


siguientes grupos de riesgo, o como se llaman también, "grupos de individuos
expuestos a prácticas o conductas de riesgo elevado".

Grupos de riesgo elevado


Homosexuales: El riesgo de contagio del Sida entre miembros de la comunidad
homosexual es elevado por dos motivos: porque la infección causada por el virus
se ha propagado intensamente entre dicho grupo, y porque en las relaciones
homosexuales suele practicarse el coito anal, una de las principales vías de
transmisión del virus.
Por otro lado, si se simplifica considerando como grupos de riesgo elevado al de
los homosexuales, en realidad se hace referencia a su modo de vivir, que comporta
relaciones homosexuales pero también en multitud de casos las heterosexuales.
Así, las personas que se relacionan indiferentemente con mujeres que con hombres,
las llamadas "bisexuales", también pertenecen a este mismo grupo de riesgo.

Heroinómanos: Otro grupo de riesgo elevado es el de los heroinómanos, que


suelen servirse de las mismas agujas y jeringas que su compañeros para inyectarse
la droga, y por eso este grupo es el más idóneo para la transmisión vírica. Además,
cuando se trata de drogadictos en la cárcel donde es manifiesta la promiscuidad, el
riesgo se multiplica inmensamente.

Hemofílicos: Las transfusiones de sangre hechas a los hemofílicos ofrecieron hace


unos años un gran riesgo, pero éste ha quedado ya sólo como un mal recuerdo, al
parecer, debido a las órdenes tajantes dadas por los departamentos de Sanidad
respecto al análisis exhaustivo que es necesario efectuar de la sangre de los
donantes y del plasma sanguíneo empleados en las transfusiones.

Haitianos: El grupo de los haitianos fue únicamente un caso anecdótico, del que
ya no queda la menor memoria.

La promiscuidad heterosexual
Está ampliamente demostrado que el Sida puede contraerse asimismo en los
contactos heterosexuales, siendo por tanto muy posible el contagio de hombre a
mujer y viceversa.

Es por todo esto, que en los asuntos sexuales, lo ideal es compartir el innegable
placer sexual con un solo compañero, formando por consiguiente una pareja, sin
intromisiones ajenas siempre peligrosas. Un
hombre y una mujer limpios del Sida jamás habrán de temer ningún contagio si se
limitan a gozar del sexo solamente entre sí.

El virus del Sida


Los virus son agentes infecciosos, cuya estructura es muy simple, puesto que
básicamente únicamente poseen una cubierta proteica que contiene una partícula
de ácido nucleico, ARN (ácido ribonucleico) o ADN (ácido desoxiribonucleico).

Los ácidos nucleicos tienen información genética del germen, lo que posibilita su
multiplicación formando nuevas estructuras similares. Pero lo más característico de
un virus es que no dispone de ninguna otra estructura biológica por no tener
metabolismo propio ni pueden desarrollarse ni multiplicarse por su propia cuenta.
Ciertamente, resulta difícil poder considerarlos organismos vivos.

Para vivir, o sea para activarse y multiplicarse, un virus ha de estar en el interior de


una célula viva. Y esto es lo que hacen los virus que penetran en nuestro
organismo. Ya dentro de una célula, el ácido nucleico, utilizando los materiales que
allí encuentra y las reacciones enzimáticas y energéticas de la célula, produce
nuevas partículas víricas.

Cuando la célula invadida está repleta de nuevos virus, se destruye y salen los
gérmenes, que atacan al instante al organismo.
Es así cómo los virus originan las enfermedades. Los diferentes virus tienen
afinidades para diversos órganos o sistemas orgánicos.
La afinidad de un virus por un tipo de célula depende de la conformación de la
cubierta exterior, que le permite unirse a la cubierta de la célula, de la misma
manera que se unen la llave y la cerradura al encajar.

La infección provocada por el VIH


El VIH es un virus y respecto a su origen, a lo largo de todos esos años se han
formulado numerosas teorías acerca de "fabricación" de dicho virus, que es el
productor de esta enfermedad. Así, por ejemplo, se ha dicho que el virus procedía
del África Central; se aseguró que era un "azote divino", una plaga destinada a
erradicar de este mundo a los amigos de la promiscuidad sexual...

En realidad, cundió el pánico, especialmente ante la tenaz propagación del Sida


entre todas las capas de la sociedad. Luego, en 1983, en el Instituto Pasteur de
París se identificó y fotografió un virus al que bautizaron con el nombre de LAV
(Lymphadenopathic Associated Virus), o sea, un virus asociado a linfadenopatías,
lo que hace referencia a afecciones del tejido linfático.

Al mismo tiempo, en el National Center Instituto, el grupo dirigido por Robert


Gallo aisló el virus responsable, el HTLV-III. Al comprobarse que se trataba del
mismo virus se decidió unificar sus nombres y el resultado final fue "VIH", o
"virus de la inmunodeficiencia humana".
El sistema inmunológico
El sistema inmunológico del ser humano es una parte esencial de los mecanismos
de defensa de que dispone el cuerpo del hombre para repeler las agresiones
externas al organismo.

El sistema inmunológico es uno de los más complicados del organismo, pero del
que, por este motivo, todavía falta mucho por conocer, a pesar de que en los
últimos tiempos las investigaciones hayan suministrado gran cantidad de datos que
han permitido saber cómo está constituido y cuáles son sus mecanismos de
funcionamiento.

Su modo de funcionar es como sigue:


En realidad, la primera defensa del cuerpo humano es la piel, con sus dos capas
principales, epidermis y dermis. La piel actúa como protectora ante las invasiones
del exterior. La piel posee unos puntos débiles, que son los poros cutáneos, por
donde se segrega un líquido muy pegajoso, que atrapa a los gérmenes.

Supongamos que esos gérmenes logran cruzar la primera barrera, en cuyo caso
tendrán que enfrentarse a los glóbulos blancos, denominados en su conjunto
"leucocitos", en oposición a los glóbulos rojos; todos estos glóbulos y las llamadas
plaquetas componen el Fluido llamado "sangre".

La misión de los leucocitos es recorrer constantemente el organismo para descubrir


la presencia de sustancias extrañas al cuerpo, y en caso de hallarlas, tratar de
destruirlas o inactivar sus efectos nocivos.
Cuando, repetimos, hay invasión, los leucocitos son los primeros en llegar a la
zona de peligro, y se adhieren a los gérmenes invasores, envolviéndoles. En
realidad, estos glóbulos combatientes son los fagocitos, que se forman en la
médula y tienen un ciclo vital muy breve, sólo de unos días, durante los cuales
circulan por la sangre, atentos a toda alarma.

Si los fagocitos son derrotados se presentan los macrófagos, que antes de morir
pueden devorar unas 100 bacterias. Estos macrófagos están en la sangre y en los
tejidos, particularmente en el linfático, en calidad de filtros, eliminando los
microorganismos de la sangre y la linfa, e ingiriendo los cuerpos extraños.

Existen otros glóbulos blancos, los linfocitos, que también ayudan a la defensa del
cuerpo, el cual cuenta con diez billones de ellos, por término medio. También
nacen en la médula, y su vida es sumamente corta, pues mueren al cabo de unas
semanas o días, si no se presenta el antígeno correspondiente. Un antígeno es la
sustancia que puede estimular el sistema inmunológico.

Cómo se produce la lucha


Cuando en el organismo penetra un virus o una bacteria, aparece un linfocito que
reconoce a ese antígeno. El linfocito lo fija a su receptor, y la célula inicia la
respuesta más adecuada para eliminar a dicho antígeno.

Cuando un virus ataca al sistema de inmunidad, el organismo queda invadido por


el virus, totalmente desprotegido contra el asalto de otras enfermedades.

Por eso no es el virus el que mata a su receptor sino una serie de infecciones y
dolencias de todo tipo, que se van acumulando sobre el organismo, incapaz de
defenderse.

El período de incubación de esta enfermedad abarca desde unos meses a varios


años, hasta siete u ocho. El contagio puede llegar por diversas vías, aunque la más
corriente es el contacto sexual con un portador-transmisor, que a lo mejor no ha
desarrollado la enfermedad, a pesar de poseer el virus que en el otro cuerpo pierde
su condición de latente y desarrolla su potencia destructora.

Los síntomas
Entre los síntomas más acusados se hallan la fiebre, con una evolución trimensual,
una intensa fatiga corporal, afasia del habla, pérdida de memoria, dificultades
motoras, jaqueca, neuralgias y diarreas muy violentas que acarrean una
espectacular pérdida de peso.

En general, esta enfermedad, o mejor dicho, esta causante de enfermedades, se


detecta al presentarse otros síntomas más graves, relacionados con enfermedades
específicamente asociadas al Sida, como es el sarcoma de Kaposi, que es un cáncer
de piel que ocasiona lesiones dermatológicas, con manchas de color morado, o
hipertrofia del hígado, del bazo o de los ganglios linfáticos. En los últimos casos
hay tos, disnea, dolor en la pleura e inapetencia.
Las vacunas
Hasta el momento los equipos investigadores, a pesar de sus afanes y de tener a su
disposición todos los medios posibles, y que han dado pasos espectaculares en la
investigación del Sida y su virus, mas lo cierto es que la vacuna que atajaría de raíz
la enfermedad no ha podido descubrirse todavía, aunque existen buenas esperanzas
de que en un futuro no muy lejano dicha vacuna aparezca de manos de un experto
en algún laboratorio entre los muchos dedicados a esta búsqueda.

No obstante, hay varios obstáculos para la obtención de dicha vacuna. En efecto,


este virus presenta unas características que pueden calificarse de diabólicas, que
precisamente atacan a los linfocitos o células del sistema inmunológico, que en
realidad son los encargados de defendernos.

Otras circunstancias negativas son la mutabilidad del virus y la falta de un animal


de experimentación que reproduzca exactamente la enfermedad tal como se
desarrolla en el hombre.

Sin embargo, en los primeros meses de 1997 parece haberse conseguido unos
resultados espectaculares y esperanzadores en el campo de la atención a los
enfermos de Sida, gracias a la medicación con la alternancia de fármacos que
detienen el progreso del virus, como el muy conocido y experimentado AZT o el
3TC, descubierto por Marck A. Wainberg. En efecto, los últimos tratamientos
llevados a cabo desde un par de años atrás de esa fecha fueron, según palabras de
un investigador, totalmente eficaces en un 80 por ciento.
Lo cierto es que la cantidad de VIH en la sangre se ha reducido de forma
considerable, a niveles casi indetectables, habiendo pasado ya de un millón de
virus por mililitro de sangre, aproximadamente, a menos de doscientos, al tiempo
que el sistema inmunológico de los pacientes presenta claros síntomas de
recuperación.

Además, los efectos secundarios de los nuevos tratamientos son escasos, al revés
de lo que ocurre muchas veces con la quimioterapia empleada en los operados de
cáncer. Por otra parte, el problema crucial no es el de los fármacos en sí sino el
incumplimiento del tratamiento seguido por algunos pacientes. Lo peor es que el
VIH es resistente a alguno de dichos fármacos, por lo que a veces es preciso
sustituir unos de ellos por otros para
desactivar de nuevo al temible virus.

El tratamiento no es sencillo, dado que para conseguir éxito en la lucha del


enfermo contra el virus del Sida hay que ingerir unas quince pildoras al día,
algunas en relación con las horas de las comidas, lo cual ciertamente contraría al
paciente, como es fácil de comprender.

Es por eso que el enfermo de Sida debe estar convencido de la bondad del
tratamiento, antes de iniciarlo, convencido, por consiguiente, de que la vida le
aguarda al final del duro camino.

Continúa y continuará el combate contra esa enfermedad que está segando millares
de vidas en todo el planeta, y es por eso, por la dedicación sin límites que los
investigadores ponen en su búsqueda del remedio necesario para eliminar el
peligro que representa el virus del Sida que no se debe perder la esperanza de que
llegará un día en que esta enfermedad, sea ya tan sólo un amargo recuerdo en la
memoria de la Humanidad.

Consejos finales
Para prevenir el contagio del Sida es preciso: Evitar la promiscuidad, tanto
heterosexual como homosexual.

Decir NO a la drogadicción.

Usar preservativos durante el acto amoroso-sexual.

individuo, varón o hembra. Son varios los ingredientes que constituyen el «sex
appeal»: una perfecta constitución física, simpatía, la tonalidad de la voz, el modo
de moverse, el gesto, incluso el color del pelo y el olor del cuerpo... El «sex
appeal» está íntimamente relacionado con la personalidad del individuo y no sólo
se refiere a cualidades físicas, sino también de índole psíquica y aun espiritual. De
ahí que resulta inexacto afirmar que sólo las personas bellas físicamente tienen
«sex appeal». Pueden tenerlo igualmente, y en un grado de
considerable intensidad, individuos no bellos en el físico, e incluso feos. Un
elemento característico y determinante del «sex appeal» es la vitalidad. Los
individuos de mucha vitalidad suelen tener un acusado atractivo sexual. Otro
elemento importante del «sex appeal» es la inteligencia. Muy pocas veces deja de
ejercer atractivo sexual una persona inteligente, siempre que su apariencia sea sana
y no tenga un cuerpo contrahecho.
Conviene no olvidar que el «sex appeal» es una característica perenne. La gente
suele creer que el «sex appeal» sólo tiene realmente influjo pasajero y no subsiste
más que al tiempo que dure un flirt o un encaprichamiento. Craso error. El «sex
appeal» es una constante y el atractivo sexual se mantendrá vigente hacia aquellas
personas determinadas sobre las que ejercen influjo erótico unas determinadas
características.

No es recomendable dormirse sobre los laureles del estricto «sex appeal». No


puede olvidarse la inteligente máxima gastronómica: «Incluso lo exquisito, si se
prodiga, cansa.» La máxima puede aplicarse al campo erótico. Es preciso que el
individuo -tanto el hombre como la mujer- recurran a la imaginación para potenciar
y enriquecer su natural atractivo físico y espiritual. Las relaciones sexuales no
pueden nunca convertirse en mera costumbre. Han de tener una corte de pequeños
y renovados detalles,    a fin de que el acto sexual no estribe poco menos que en el
orgasmo. Este no puede producirse -mejor dicho- no debe producirse mediante la
mera repetición de unos movimientos de carácter mecánico. De ahí la importancia
que tiene siempre el juego amoroso previo.

Sobre todo cuando las relaciones sexuales entre un hombre y una mujer se
mantienen durante un periodo de tiempo largo, es necesario que ambos
protagonistas mantengan muy alerta su imaginación erótica a fin de que su
atractivo sexual no mengüe con los reiterados acoplamientos. Si falla la ilusión, el
placer sexual es mucho menos intenso. Y la ilusión fallará indefectiblemente si el
compañero sexual no procura mantenerla viva con todos los recursos imaginativos
a su alcance.
EL VERDADERO AMOR
Cuando una pareja se compenetra sexualmente y procura conservar la ilusión, el
amor que nace entre ellos constituye una fuerza que lo perpetua, tras sucesivas
evoluciones, a lo largo de toda una vida compartida. Este amor que llamaremos
verdadero, por diferenciarlo del que se reduce a pasión impulsada por el deseo,
enriquece todas las facetas vitales de la pareja, tanto las de índole erótica, como las
psíquicas, las intelectuales, las artísticas o las morales.

El verdadero amor es monógamo. Esto no quiere decir que el amor estrictamente


sexual no pueda ser compartido. Todo lo contrario: no va en modo alguno contra la
naturaleza humana la multiplicidad de relaciones sexuales. Esta multiplicidad no se
da empero en el verdadero amor, que sólo se produce en determinadas parejas.

LA OPINIÓN DE SADE
Naturalmente, para el marqués de Sade el amor era algo muy distinto. El divino
marqués dice en La filosofía del tocador por boca de uno de sus personajes de
ficción -en el que no es difícil detectar la personalidad del propio Sade-,
dirigiéndose a una mujer: «¿Me dirás, por ejemplo, que la necesidad de casarme,
para tener descendientes o para hacer fortuna, debe establecer lazos indisolubles o
sagrados con el objeto al que me uno? ¿No sería absurdo sostener tal cosa? Te lo
pregunto... Mientras dura el acto del coito puedo, sin duda, tener necesidad de
dicho objeto para participar en él; pero apenas satisfecho, dime por favor, ¿qué
queda entre el sujeto y yo? ¿Qué obligación real podrá encadenar a cualquiera de
los dos a los resultados del coito? Estos últimos lazos son frutos del terror que
experimentan los padres de ser abandonados en su vejez, y los cuidados
interesados que nos prodigan durante la infancia son tan sólo para merecer más
tarde las mismas atenciones durante sus últimos años...» Obsérvese la afinada
depravación que emana del párrafo precedente característica de toda la filosofía,
que se desprende de la desviación sexual conocida por sadismo (que más adelante
analizaremos concretamente). Continuemos ahora con el texto de Sade: «¡Oh,
mujeres voluptuosas, entregadnos vuestros cuerpos tanto como podáis! ...
¡Divertios; es lo esencial! ...Pero huid cuidadosamente del amor. Lo único bueno es
su físico, decía el naturalista Buffon, y no era éste el único punto en que razonaba
como buen filósofo. Lo repito: divertios, pero no améis. Las mujeres no han sido
hechas para un solo hombre, la naturaleza las creó para todos. Escuchando tan sólo
esa voz sagrada, que se entreguen indiferentemente a quienes las solicitan. Siempre
prostitutas, siempre amantes, huyendo del amor y adorando el placer, no
encontrarán más que rosas en la carrera de la vida y nos prodigarán únicamente
flores...»

EL SADISMO
La psicología libertina del marqués de Sade -escritor de indudable talento- dio
nombre a una de las desviaciones sexuales más conocidas y vituperadas: el
sadismo. Naturalmente, el sadismo existía ya antes de Sade. Pero fue la obra
literaria del marqués, en la que hace gala de una exacerbada y retorcida
imaginación erótica, la que lo tipificó. El sadismo no es otra cosa que la
exacerbación del placer sexual por medio de la crueldad ejercida por una persona
sobre otra. Sade afirmaba que «el acto de gozar es una pasión que subordina todas
las otras» reuniéndolas al mismo tiempo. Según el marqués, al hombre le asiste el
derecho de dar rienda suelta a todos sus impulsos, incluidos los sexuales, como es
lógico, aun cuando estos aparezcan morbosamente deformados.
El sadismo es una vertiente de la sexualidad mucho más difundida de lo que a
simple vista parece. Introduce en la «guerra de los sexos» una violencia ajena al
verdadero sentido de la sexualidad. Por otra parte, el sadismo aparece
frecuentemente estrechamente vinculado a otra desviación sexual, de índole
inversa y complementaria dentro de su común perversidad: el masoquismo.
La conjunción de las dos desviaciones constituye lo que se llama sadomasoquismo.

EL MASOQUISMO
La denominación proviene de otro escritor: Sacher Masoch. Era autor de varias
novelas, de calidad literaria muy inferior a las escritas por Sade. La acción en las
novelas de Masoch estaba plagada de humillaciones sexuales

Todavía, no obstante, existen en la sociedad y en algunas culturas más que en otras,


una gran prevención contra los homosexuales, como herencia de los prejuicios
pretéritos, y se les trata como a seres de segunda categoría, indignos de ocupar
puestos de responsabilidad. Quienes así piensan no comprenden, o no quieren
comprender, que la homosexualidad es congénita en la mayoría de casos, aunque
en otros puede deberse a multitud de causas, como tal ocurre, por ejemplo, con la
homosexualidad tardía o adquirida. En la homosexualidad congénita el individuo
no tiene culpa ni responsabilidad alguna en su «manera de ser». En el hombre, el
instinto sexual desviado puede decantarse en dos direcciones: el uranismo y la
pederastía. El primero es el afán de establecer relaciones sexuales con varones
adultos, incluso muy mayores, mientras que la pederastía se refiere a las relaciones
entre un adulto y un joven.
LA SODOMÍA
Es ésta la práctica más común entre los homosexuales, cuando hacen el amor entre
sí. La sodomía puede definirse simplemente como la sustitución de la vagina
femenina por el ano masculino. En estos casos, si se acepta la homosexualidad,
como ocurre actualmente, al menos en numerosos países de Occidente, debe
aceptarse asimismo la sodomía como la práctica capital de las comunidades gay,
aunque debiendo atender a dos principios que entran dentro del más humano
razonamiento: no realizarla jamás con los menores de edad por motivos obvios, ni
tampoco, sin el consabido preventivo, para alejar así el peligro de esa terrible
enfermedad que es el Sida, preventivo que también debe usarse en las
penetraciones heterosexuales.

MATRIMONIO ENTRE HOMBRES


No está generalizado, sancionado ni reconocido por las leyes el casamiento entre
hombres, especialmente en ciertos países de carácter retrógrado, pero sí lo está en
bastantes países, pudiendo citarse al respecto, y siempre generalizando, las
naciones del norte de Europa.

De hecho, en la actualidad, aunque todavía haya que luchar en ocasiones para


conseguirlo en pleno derecho, se están reconociendo las herencias y
damnificaciones por accidente laboral, por ejemplo, en favor del «compañero» del
fallecido o accidentado, siempre que se demuestre que su vida en común se
remonta a un número dado de años.

En realidad, a veces las uniones conyugales de los gays no suelen ser de larga
duración pero ¿acaso se diferencian mucho de los matrimonios hetero- sexuales
modernos, que a veces terminan muy pronto con el divorcio, poniendo como causa
casi siempre los «malos tratos» por parte de uno de los esposos, cuando el
verdadero motivo es el «aburrimiento»? Por consiguiente, y siempre en términos
racionales, si existe un auténtico amor, poco ha de importar que la unión tenga
lugar entre parejas heterosexuales o entre parejas de carácter gay.

Resultan de gran interés para aquilatar la importancia que la homosexualidad


ha llegado a alcanzar en nuestro tiempo. Experiencias homosexuales por cada 100
hombres encuestados. Edad
10 años            0,4
15 años            28,0
20 años            40,3
25 años            44,4
30 años            48,1
35 años            49,8
Estos resultados se refieren a los varones interrogados por Kinsey, quien obtuvo
unos resultados similares al interrogar a un número igual de mujeres. Las personas
que, según Kinsey, son más propensas a la homosexualidad adquirida son
precisamente las pertenecientes a las capas altas de la sociedad.

En la tabla precedente no se especifica el tipo de experiencia homosexual tenida


por el individuo interrogado. Pero en la que sigue se alude ya de un modo explícito
a los contactos con orgasmo.
Eyaculaciones semanales
Edad
15 años            0,56
16-20 años      0,62
21-25 años      1,09
26-30 años      1,48
31-35 años      1,68
36-40 años      1,69
Los individuos incluidos en esta encuesta son,
naturalmente, varones. Kinsey amplió su
famoso informe, haciendo encuestas entre
hombres heterosexuales, solteros y casados,
relacionándola con varones homosexuales.
He aquí otro cuadro revelador:
Eyaculaciones semanales Hombres normales
Años            Solteros      Casados      Hombres homosexuales
15                  3,36                                    0,56
16-20            3,37              4,83              0,62
21-25            3,40              4,14              1,09
26-30            3,38              3,51              1,48
31-35            2,90              2,90              1,68
36-40            2,36              2,42              1,69
Kinsey afirma que más de la tercera parte de los norteamericanos varones han
tenido en su vida alguna experiencia homosexual. Según su encuesta, un 7 por
ciento mantuvo prácticas homosexuales tan sólo de una forma efímera, sin que la
experiencia deformase su sexualidad. Sin embargo, esta experiencia no fue siempre
estrictamente pasajera, ya que un 8 por ciento afirmó que había mantenido
relaciones homosexuales durante unos tres años. Finalmente, un 4
por ciento llegó en sus relaciones sexuales hasta sus últimas consecuencias, es
decir, hasta el agotamiento de su potencialidad sexual. Otro dato interesante del
informe de Kinsey: casi la quinta parte de los encuestados afirmó haber mantenido
relaciones homosexuales alternándolas con relaciones sexuales normales, es decir,
con personas del sexo opuesto, al menos durante tres años.

HOMOSEXUAL ACTIVO Y HOMOSEXUAL PASIVO


En el homosexual hay frecuentemente unas características sadomasoquistas y
puede establecerse una ley con respecto al comportamiento de los homosexuales
con tendencia al sadismo y de aquellos en los que se aprecia inclinación al
masoquismo:
1.°-El homosexual activo, es decir, el que hace de hombre en las relaciones
homosexuales, tiende a dejarse humillar por el homosexual pasivo, o sea, el que
representa el papel de mujer.
2.°-El homosexual pasivo tiende a incitar a que su compañero lo humille e incluso
a que lo maltrate.
EL AMOR LESBIANO
La denominación de lesbiana proviene de la isla de Lesbos, en la que vivió la
poetisa Safo, fundadora de la llamada escuela del «bello espíritu». Esta escuela
propugnaba, al principio soterradamente y después de un modo abierto, las
relaciones sexuales entre mujeres. Safo llegó, al parecer, a enamorarse de una de
sus alumnas y, al no ceder ésta a las insinuaciones de la poetisa. Safo se suicidó
ahogándose en el mar.
El lesbianismo es una de las prácticas sexuales más antiguas. En la actualidad está
muy difundida, mucho más posiblemente que el homosexualismo masculino.
Ocurre que el lesbianismo es más fácil de disfrazar y resulta menos espectacular.
Charles Baudelaire ha cantado el amor lesbiano en versos de excelente factura en
su poema «Femmes Damnées»: «Temo el estremecimiento nacarado de tus senos
débiles. Toco tu cuerpo sagrado con manos temblorosas. Temo el encanto de tus
labios.»
El lesbianismo es un mundo erótico lleno de misterio. Conviene poner de relieve
su importancia y para eso no hay otro medio más eficaz que el de estudiarlo desde
la vertiente científica a fin de poder extraer consecuencias útiles de las relaciones
sexuales entre mujeres. Para el doctor Lorand, director de una publicación
médicopsicológica de Lyon, las causas determinantes del lesbianismo son las que a
continuación trascribimos:
«Las causas orgánicas son relativamente raras. Son mucho más frecuentes los
motivos psicológicos. A menudo, uno se enfrenta a causas psicológicas
constitucionales o psicológicas adquiridas como resultado de dificultades mentales
o complejos».

.LESBOS, LA ETAPA Inevitable


Mariza Querlin Publico una obra sobre el lesbianismo titulada: mujeres sin
hombres, de la que reproducimos por su evidente interés los siguientes párrafos:
«¿Por qué está más desarrollada la homosexualidad en la mujer que en el hombre?
¿Por qué debe ser un fenómeno más natural en las mujeres que en los hombres? La
respuesta a estas preguntas nos permitirá comprender algunas de las diferencias
fundamentales que existen entre el hombre y la mujer. «Se sabe menos sobre la
mujer, incluso ahora, que sobre el hombre. Esto se debe parcialmente al hecho de
que el hombre ha sido durante mucho tiempo el amo, y la historia siempre ha
tendido a interesarse más en los amos que en los subordinados. Pero hay una
segunda razón que ha salido a la luz en los últimos cincuenta años: el desarrollo
psicológico de la niña es mucho más complicado que el del muchacho.
«Al principio de la vida, la niñita vive en contacto estrecho con la madre igual que
el niño, por supuesto. Recibe de su madre alimento, ternura y protección. Por lo
tanto, puede decirse, sin provocar gritos de horror de los mojigatos, que vive en
una relación homosexual con su madre. No quiere decir que haya intercambios
sexuales entre madre e hija. Sin embargo, la dependencia absoluta de la hija
respecto a su madre puede crear luego cierto grado de erotismo. Esto se denota aún
más rigurosamente en el caso del niño. Pero entonces el desarrollo de ambos toma
caminos diferentes. Para convertirse en hombre, el muchacho tiene que abandonar
de manera gradual este fanático amor hacia la madre y volverse hacia alguna otra
mujer, con quien se casará o a quien tomará como amante. Su amor se modificará
sin tener que cambiar el sexo de su elección: No ocurre lo mismo con la muchacha,
que tiene que experimentar un cambio psicológico completo y sustituir después el
amor exclusivo de una mujer, su madre, por la atracción de un hombre».

LA PERMISIVIDAD
Si hasta no hace mucho tiempo, todo lo relacionado con la Sexualidad en general
era motivo de escándalo e hipocresía, hablándose de ello en susurros y rubor en las
mejillas, hoy día, afortunadamente por todos los conceptos, el tono ha cambiado y
en el mundo entero existe una permisividad sobre el tema, mayor o menor según el
país o región de que se trate, pero siempre detectándose una mayor libertad
expresiva al respecto. Esta permisividad permite que, de manera particular en
Occidente, proliferen toda clase de lo que podrían llamarse «ayudas» a la
consumación del acto sexual o a dar escape a la libido humana reprimida, al menos
hasta cierto punto, en tiempos pasados.
Estas ayudas adoptan muchas formas y métodos. Y entre ellos, deben citarse, por
ejemplo, las sex-shops, tiendas dirigidas a la sexualidad en general, donde «los
adultos» pueden adquirir diversos artilugios que ayudan a satisfacer la
voluptuosidad del cliente, disponiendo asimismo de cabinas individuales donde
poder admirar películas de carácter pornográfico. Entre estos establecimientos los
hay dedicados exclusivamente al mundo gay, otros al sadomasoquismo, y en
algunos, llamados «peep-show», es posible asistir a espectáculos de desnudismo y
strip-tease, aunque en general nunca se abuse excesivamente de esa
«permisividad» existente en tales locales.
Abundan asimismo las publicaciones tanto heterosexuales como homo sexuales,
figurando en primer lugar MAURICIO, novela inglesa de finales del siglo XIX,
prohibida hasta no hace mucho, y llevado con gran éxito a la pantalla.
Otras publicaciones como MENTA CON LIMÓN, VIVIR CON UN GAY, SAUNA
perfumes y otras sustancias afrodisíacas, muñecas y muñecos hinchables, lencería
voluptuosa, anillos, vibradores, consoladores de todas las medidas imaginables...
En algunas ciudades de varios países funcionan ya restaurantes y establecimientos
especializados en la oferta de productos afrodisíacos, y también platos y alimentos
que recuerda más o menos los órganos genitales femeninos y masculinos. En
ciertos locales se puede practicar el llamado «swinging» o cambio de pareja, lo que
permite a veces descubrir nuevos horizontes sexuales, según afirman quienes lo
practican. Tanto en teatro como en cine, la permisividad ha alcanzado en los
últimos tiempos cotas muy altas. Y así, en cine ha sido posible visionar
abiertamente (y no en los llamados «cines X»), películas de carácter gay, como LA
JAULA DE LAS LOCAS 1,2 y 3, en las que a la gracia y frescor del argumento se
une la genial (sic) interpretación de Michael Serrault y el desaparecido Ugo
Tognazzi. Otros títulos de éxito y que demuestran el cambio en la opinión pública,
son FILADELFIA (sobre los gays y el sida), MAS QUE DOS COLEGAS,
MAURICIO (según la novela homónima), la cubana FRESA Y CHOCOLATE, que
ha dotado de una nueva imagen al régimen de tan hermosa isla; A BEAUTIFUL
THING, según la comedia inglesa del mismo título, casi un canto al amor gay y
lesbiano, LA HERMOSA LAVANDERÍA, e incluso hay toques homosexuales en
EL SILENCIO DE LOS CORDEROS. En teatro fue un indiscutible éxito la obra
EQUUS así como LOS CHICOS DE LA BANDA y naturalmente la original
CAGE AUX FOLLES (que dio origen a la mencionada JAULA DE LAS LOCAS
1).
Asimismo, la televisión, en diversos países, y siempre en horas cuyo visionado no
pueda impactar en las mentes de los menores de edad, ofrecen programas y cintas
de carácter francamente sexual, en realidad pornográfico, pertenecientes a todas las
tendencias.
En el mundo del espectáculo, más allá del círculo reducido del «pomo», están
proliferando los shows de fuerte carga erótica como los strip-tease masculinos
donde concurren las asistentes a las despedidas de solteras en forma masiva.

Por consiguiente, cabe afirmar que nuestro mundo está entrando, con ese cambio
de moralidad y de tono más permisivo, más abierto, menos represivo, menos
tradicional, en una época de auténtico progreso respecto a todo lo que atañe a la
sexualidad.
Ciertamente, a ello ha contribuido la corriente turística de estos años, con el
intercambio de ideas y costumbres que siempre trae consigo esta clase de tráfico
cultural, moral y mental.

LA FRIGIDEZ SEXUAL DE LA MUJER

La mujer no consigue alcanzar con tanta normalidad como el hombre el placer en


sus relaciones intersexuales. Una de las causas es precisamente la frigidez,
anomalía sexual muy difundida entre las mujeres. La frigidez femenina presenta
diversos grados de intensidad y está condicionada por distintos factores de índole
congénita o ambiental. Las experiencias acumuladas por distintos médicos
especialistas en la materia permite ofrecer un cuadro sintético relacionado con la
frigidez femenina, muy útil a la hora de estudiar los problemas sexuales y
psicológicos de la mujer con problemas eróticos. He aquí el cuadro en cuestión:
a)-La mujer no llega a conseguir el orgasmo más quede un modo irregular. No
pocas veces realiza el acto sexual sin obtener el placer pleno que significa el
orgasmo.
b)-El orgasmo se consigue en contadas ocasiones. La mujer silencia generalmente
su decepción sexual cuando no ha alcanzado el orgasmo. Se siente, en estos casos,
avergonzada, humillada.
c)-A veces, las más de las veces, la mujer obtiene tan sólo cierta sensación de
voluptuosidad al realizar el coito, pero no la culminación erótica del orgasmo.
ch)-En otros casos, no sólo no consigue el orgasmo, sino que no obtiene tampoco
la menor sensación voluptuosa al realizar el acto sexual, sin que por ello la mujer
frígida sienta repelencia a su realización.
d)-No sólo no consigue el orgasmo ni experimenta la menor voluptuosidad, sino
que incluso siente una invencible aversión hacía la realización del acto sexual.
e)-La frigidez se manifiesta, en muchos casos, producida por los intensos dolores y
espasmos en la vagina que la mujer experimenta cuando intenta realizar el acto
sexual, que, finalmente, no puede ser consumado.

CLASES DE FRIGIDEZ FEMENINA

La frigidez sexual de la mujer puede ser, pues, ateniéndonos a las reglas del cuadro
anterior, total o parcial. También puede ser frigidez aguda o crónica. Por su origen
cabe dividir la frigidez femenina en dos grandes grupos:
a)-Frigidez congénita.
b)-Frigidez adquirida.
Son pocos los casos de frigidez congénita, producida por mala conformación del
aparato genital femenino. En estos casos, resulta imprescindible acudir al
facultativo a fin de que estudie la posibilidad de corregir la malformación, cosa que
a veces se consigue con una sencilla operación quirúrgica.
A veces, la frigidez femenina obedece a causas más complejas, de índole
psicológico y espiritual. Estas causas pueden resumirse del modo siguiente:
a)-Miedo a que no se consiga tener el hijo que se desea fervientemente. La mujer,
en su excitación psíquica, malogra el acto sexual por puro nerviosismo.
b)-Caso contrario: miedo a quedar embarazada si realiza plenamente el acto sexual.
c)-Duda de poder llegar a tiempo de obtener el orgasmo antes de que se produzca
el del varón.
ch)-Fragilidad de los genitales. La frigidez se produce por el miedo que la mujer
siente a realizar el acto sexual, casi siempre como consecuencia del dolor que
experimentó con el primer coito.

EL INFORME KINSEY Y LA SEXUALIDAD FEMENINA


El ya citado Kinsey ha llevado a cabo investigaciones de gran interés relacionadas
con el amor sexual femenino y su complejidad. Refiriéndose al miedo que
experimentan algunas mujeres a la realización del acto sexual, a causa del dolor
experimentado en el primer coito, Kinsey llegó a las tres conclusiones siguientes:
a)-Toda joven ha de ser informada antes de contraer matrimonio de todos
los problemas que afecten a las relaciones intersexuales.
b)-Conviene que las jóvenes reúnan la mayor cantidad de experiencias en los
juegos eróticos no concluidos con la realización plena del acto sexual.
Kinsey extrae lógicamente la consecuencia de que las generaciones femeninas más
jóvenes están más capacitadas para realizar el coito que sus antecesoras.
En relación con el orgasmo y la duración del matrimonio, Kinsey obtuvo los
siguientes resultados:
De cada 100 mujeres lograron el orgasmo el siguiente porcentaje: Primer mes de
matrimonio        49 Sexto mes de matrimonio            67 Primer año de matrimonio
75 Kinsey afirma que en los Estados Unidos tan sólo un 10 por ciento de las
mujeres no han gozado del placer del orgasmo después de haber vivido casadas 15
años.
Otra conclusión interesante de Kinsey: la mayor parte de las mujeres no consiguen
el orgasmo cuando se sienten distanciadas psíquica o espiritualmente del hombre
con quien realizan el acto sexual. Las más eficaces técnicas para consumar el coito
resultan inoperantes aplicadas a una mujer que no se sienta afectivamente inclinada
hacia el hombre que las practica.

MATRIMONIOS LESBIANOS
Es posible que no haya entre las mujeres tantos casos de casamiento (nos
referimos, claro está-a los países más permisivos) como entre los hombres, aunque
en ambos casos sea casi preferible hablar de «uniones estables», pero el hecho está
ahí: dos mujeres pueden hacer, y en realidad hacen, vida en común con más
facilidad de dos hombres, y practican la sexualidad de manera acorde con sus
órganos genitales externos.
En realidad, según afirman muchas mujeres lesbianas, su mayor placer reside en
hacer el amor, abrazarse y, sobre todo, conversar, hablar mucho acerca de todas las
cuestiones que, por su inclinación lesbiana, les resultan gratas e interesantes.
Las relaciones entre mujeres son más individualistas que entre un hombre y una
mujer; por otro lado, no existe el temor de que el placer termine, pues el orgasmo
de una de las participantes en el banquete sexual no es en manera alguna el «final»
del acto.
La mujer es normalmente más imaginativa que el varón, por lo que las sesiones
amatorias pueden ser verdaderos manantiales de goce y placer satisfecho
mutuamente, entre caricias, besos y roces íntimos.
Si además de lo dicho, las dos mujeres que integran la pareja, ponen a contribución
sus dotes innatas a su sexo: orden en el hogar, aficiones culinarias, etc., es fácil
comprender que ese tipo de «matrimonios» pueda tener una larga duración y ser
altamente satisfactorio para ambas «cónyuges».
LA PROSTITUCIÓN LESBIANA
Se trata de un aspecto no sólo poco conocido del lesbianismo, sino que
posiblemente causará en muchos un movimiento de escepticismo ante la
posibilidad de su existencia. Y, sin embargo, la prostitución dentro del lesbianismo
es un hecho y está relativamente difundida. Marise Querlin cuenta cómo presenció
un claro caso de prostitución lesbiana. Acompañada por un amigo abogado entró
en una casa de prostitutas lesbianas, situada en una calle de Passy, «una villa
particular sólida, de clase media, como son todas en este distrito.
«Llamamos a la puerta, y un cancerbero con faldas abrió la mirilla y pidió la
contraseña. Mi compañero sabía la palabra y nos permitieron pasar.
esta casa tan elegante como pupila antes de enviarla al dentista: tenía el cuerpo
de una Diana, realzado por un vestido de hermoso corte. «La tercera muchacha me
interesó. Era muy joven, sin duda una menor, con cabellos rojos, rizados y
llameantes, una cara bella y encantadora con ojos patéticamente grandes. Sin
embargo tenía los tobillos de una rústica. «No tuve tiempo de examinar a las otras
dos, que desaparecieron a una señal misteriosa. Entendí que un caballero (o una
dama, o una pareja) que, como nosotros, había pasado un corto tiempo en el bar,
las eligió para que le fueran enviadas a la planta alta.
«La anfitriona, impaciente, pero cortés, demasiado cortés para ser sincera, habló de
la lluvia y del tiempo magnífico (esa noche estaba lloviendo), y nos preguntó sin
rodeos cuál de las damas nos agradaba. Respondí con ingenuidad:
«-Me gustan las tres.
«-¡Oh, oh! -contestó la dama-. ¿Sabe el precio?
«Tuve que negarlo. Mi amigo me miró furtivamente, preguntándose qué intentaba,
temeroso tal vez de que mis fantasías fueran demasiado onerosas, pues incluso en
«Lesbos» un caballero no permitía que pagara una mujer.
«Se estremeció cuando la anfitriona continuó:
«-Cada mujer cuesta 2.000 nuevos francos... y la champaña es aparte. «Inquirí
imperturbable:
«-¿No hay un precio especial para mí?
«Me miró de pronto, alarmada. Debían de haber pasado por sus manos psicópatas,
pervertidos, fisgones, sádicos, fetichistas y tímidos de todas, clases (hombres y
mujeres). Pero una mujer acompañada de su abogado, que deseaba tres mujeres al
mismo tiempo, le parecía exceder todos los límites. ¡Dos podrían haber estado
bien, pero tres, como hubieran dicho mis chinos!
«-Si tarda mucho, no tendré a una sola aquí abajo -replicó evasiva-.
«-¿Está esperando compañía?
«-Esta es la hora en que vienen de ordinario los clientes. Pero nunca nos avisan.

«-¿Qué tipo de clientela regular tiene aqui?


«-¿Por qué me pregunta eso?-inquirió nerviosamente.                           
«-¡Oh! Por nada. Para saber...
«-Personas muy acomodadas -contestó, calmada por mi sinceridad ingenua-.
Industriales, diplomáticos extranjeros... aun abogados, incluso sus... «-¿Esposas?
«-No sé si son las esposas-insinuó-. Nunca lo dicen. Son
mujeres distinguidas.
«-¿La policía la tolera?
«Un asomo de alarma apareció una vez más en su cara bovina. Se volvió hacia mi
amigo.
«-¿A dónde quiere llegar con todas estas preguntas? ¿La
conoce?
«Sí... sí -respondió él al fin-. No tiene nada que temer. Respondo por ella como
por mí mismo.
;-¡Oh! A usted lo conozco... Debe aconsejarme respecto a...
;-¡Sht! -la hizo callar mi amigo misteriosamente-. Respete
mi incógnito. «Después me explicó que tenían un arreglo. Ella pagaba sus
honorarios... él pagaba sus bebidas... pero nunca debía reconocerlo.
«Pero volvamos a la historia. Al parecer, las clientes revelaban en algunas
ocasiones los secretos de la procedencia de su dinero, en la intoxicación de los
placeres equívocos y del alcohol. Esto era distribuido como recompensa por el
cohecho por las 'pequeñas aliadas' de la señora de la casa.
La mujer me obsequió con una sonrisa amplia y musitó:

«-Ahora comprendo... tiene curiosidad... Nunca ha poseído a una mujer y quiere


tres a un tiempo... Bueno, permítame aconsejarla. Comience con dos. Como verá,
dos son maravillosas. La morena y la rubia. Tienen mucha demanda. Ellas aman
realmente a las mujeres. Usted las complacerá. La pequeña pelirroja, Suzy, es para
los hombres; deliran por ella... pero tendré que entrenarla...
«Comprendí por la mirada que lanzó a la muchacha, que reservaba celosamente
para ella misma esta tarea de educación sexual.
«-¿Ellas viven aquí?
«-No, por supuesto. Esto no es un burdel. Es una elegante 'maison derendezvous'.
Los cuartos son encantadores, como verá. Antigüedades auténticas. El salón Luis
XVI fue copiado de un baudoir del Trianón. Es exquisito. Si prefiere lo moderno,
creo que la sala napolitana está desocupada... tela verde pálida. Es maravilloso.
«Llamo por teléfono a mis muchachas durante el día.
O vienen por su propia iniciativa por la noche para beber un trago en el bar... Usted
sabe, son mujeres bien educadas... esposas y madres... de buenas familias. Pero con
esposos que ganan demasiado poco, no puede esperarse que puedan comprarse
ropa.
«-Comprendo.
«-Bueno, entre ustedes dos solos no van a beberse esta botella. ¿A cuál de las
damas debo enviar?
«-A la morena -replicó mi amigo.
« La señora tomó un sorbo de champaña y llamó a la muchacha morena, que vino
hacia nosotros inmediatamente.
«-Siéntese, mademoiselle -dijo el abogado. Ella lo conocía pero fue lo bastante
discreta para no delatarlo-. ¿Quiere beber un poco de champaña?
«-No, gracias -arrulló ella-. La champaña me descompone el estómago. Prefiero un
whisky.
«Y antes que mi amigo pronunciara otra palabra, llamó al cantinero y chilló, con
voz que distaba mucho de ser refinada.
«-¡Hola, compañero, tráenos un Black and White! ¿Quieres uno? -preguntó
rotundamente a su compañera.
«Su amiga se aproximó sin ser invitada. Ya éramos cuatro, y podríamos haber
jugado unas buenas manos de bridge.
«La morena principió a mimar a mi amigo. Le tomó y murmuró palabras lascivas a
su oído. Al ver esto, la muchacha rubia frotó su pierna enfundada en nylon contra
la mía. Cerré los ojos, tratando de imaginar cómo serían estas mujeres desnudas,
intentando proporcionarme sensaciones no acostumbradas, con pasión fingida.
Pregunté a mi amigo en voz baja.
«-¿Nos retiramos?
«-Creo que sí -replicó el abogado-. Mi querida Marise, temía que me hicieras subir,
y allí me habrías avergonzado. «Reí.
«-Amor sin amor... es como tomar un baño de agua salada...
«Pagó la cuenta y dejó una propina generosa para las dos mujeres, que no estaban
seguras de si debían estar complacidas por haber ganado dinero por nada, o de no
haber tenido que trabajar...
«-Pues cuando una novicia comienza con una mujer -me dijo la morena-, ya no
puede pasarse sin ella, y ninguna mujer, incluso la más seria, permanece insensible
a las caricias de una lesbiana.
«A modo de despedida, oprimió mi mano de una manera provocativa y, mirándome
directamente a los ojos, ronroneó con acento eslavo: -Regresa sola y pregunta por
mí... Me llamo Nadia.»

EL MISTERIO DE AFRODITA
El hermafroditismo está íntimamente emparentado con el homosexualismo. Hay
hermafroditas que viven como mujeres o y otros como hombres. Los primeros se
sienten atraídos por los hombres y los segundos, por las mujeres. Hay que
distinguir entre el verdadero hermafroditismo y el falso.

HERMAFRODITISMO VERDADERO
Se presenta cuando en una persona subyacen, conjuntamente, predisposiciones
genitales masculinas y femeninas. Este tipo de hermafroditismo es muy poco
frecuente.

FALSO HERMAFRODITISMO
Presenta dos variedades:
1.° Varones que tienen los órganos sexuales externos de una mujer.
2.° Mujeres que presentan órganos sexuales externos de un hombre.
El primer caso es mucho más frecuente que el segundo.

INTERSEXO FEMENINO
Se origina cuando un embrión con características femeninas, mediante el proceso
hormonal, se toma de tendencia masculina. Hay que tener en cuenta, a la hora de
interpretar este fenómeno, que en ningún individuo se dan integralmente unas
características masculinas o femeninas puras. Unas y otras
conviven en hombres y mujeres en diversos porcentajes.
¿Quién no ha asistido a un Carnaval? ¿O lo ha visionado en el cine o en la
televisión? Todo el mundo, en tales ocasiones, puede ver que la mayoría de
disfraces femeninos los lucen los hombres (y no precisamente los homosexuales) y
las mujeres visten prendas masculinas (aunque en menor cantidad que los
hombres).
Por otra parte, la ciencia moderna nos dice que tanto en el hombre como en la
mujer hay hormonas masculinas y femeninas, y que de la cantidad de unas en
relación con las otras se definen las inclinaciones sexuales del ser. Por
consiguiente, no es de extrañar que, aunque sea en mínimo número, haya
individuos, tanto de un sexo como de otro, que guste de vestir ropas del sexo
contrario, a lo cual llamamos travestismo.
En el mundo del espectáculo siempre han habido, y hay, artistas dedicados al
travestismo, bailando y cantando con, a veces, más garbo y gracia que una mujer.
Es el travestismo, en fin, lo que lleva al cambio de sexo, según se practica hoy día,
cambio aceptado ya por la sociedad, lo que es tanto como decir que el
«travestismo» está aceptado sin el menor rechazo por parte de nadie.

MOJIGATERÍA
Se trata del vicio contrario a la impudicia. Viene a ser un pudor exagerado y
antinatural. La persona mojigata se escandaliza por cualquier referencia, por
inocua que sea, hecha al sexo o a las relaciones entre hombre y mujer. Rechaza
como pecaminosa toda tendencia a superar los tabús sexuales. La mojigatería es un
vicio más difundido entre las mujeres que entre los hombres. Generalmente,
obedece a una falta de formación no sólo sexual, sino también histórico-cultural.
Por ejemplo, hace unos años, la prensa español publicó una noticia fechada en
Cáceres por la Agencia Cifra reveladora de la mojigatería que todavía existe en
ciertas capas poco evolucionadas de la sociedad española, y que en estos tiempos,
que tienden a la liberación del sexo, resulta francamente sorprendente. He aquí la
noticia:
«Cáceres, 3 (febrero de 1975).-Un guardia municipal ordenó a la empleada de una
librería cacereña a retirar del escaparate del local una reproducción de la maja de
Goya que el funcionario consideraba pornográfica.
«Aproximadamente a la una de la tarde del sábado pasado, un guardia de la policía
municipal irrumpió en una librería de esta capital y conminó a la señorita Charo
Figueroa para que retirara una reproducción de 'La maja desnuda', de Francisco de
Goya, expuesta en el escaparate del establecimiento. «Inmediatamente y ante las
amenazas del guardia, la señorita optó por re tirar el cuadro, así como una
litografía de Fireglow, titulada'La niña de fuego'. Mientras tanto, el funcionario
calificaba repetidamente de indecencia y pornografía el retrato de la maja goyesca.

«Tras la marcha del policía municipal los cuadros volvieron al escaparate y la


señorita Figueroa dio cuenta del suceso a las autoridades para que tomaran las
medidas oportunas sobre la conducta del funcionario.»
La noticia no tiene desperdicio y no precisa la menor glosa.

LOS PLACERES SOLITARIOS


El mito de Narciso no anda lejos del ejercicio de los placeres solitarios. Como se
sabe. Narciso era un joven griego que se enamoró de su propia imagen. La
masturbación, u onanismo, posibilitan el logro de cierta satisfacción sexual de un
modo autónomo, sin más intervención que la del propio individuo que se masturba.
En la masturbación es un elemento fundamental la excitación imaginativa. La
técnica de la masturbación es simple y se reduce a frotamientos del propio sexo,
efectuados con la mano o de cualquier otra forma (en el caso de las mujeres que se
masturban es frecuente la utilización de objetos que remedan por su forma el pene
o miembro viril).

CLASES DE ONANISMO
En esta práctica pueden establecerse tres categorías en función de la edad que tiene
el onanista:
1.° Masturbación infantil
2.° Masturbación del adolescente
3.° Masturbación del adulto.
En nuestros días, tanto la ciencia médica como la gente de la calle consideran la
masturbación, a todas las edades, como «vía de escape de la libido contenida en el
organismo humano y particularmente en los órganos sexuales».
Y esto tanto vale para el hombre como para la mujer, siendo una práctica que no se
aprende pues es innata en el ser humano.

ORIGEN DEL ONANISMO


El Antiguo Testamento hace referencia a Onán, que era hijo de Judas, y cuando
murió su hermano mayor, Her, tuvo que casarse con Thamar, la viuda de su
hermano, a fin de cumplir con la tradición hebrea que ordenaba que, cuando una
mujer enviudaba sin tener descendencia, su cuñado tenía la obligación de casarse
con ella a fin de asegurar la descendencia de la familia. Cuando Onán se encontró
por primera vez a solas con Thamar, en vez de llevar el coito a sus últimas
consecuencias, vertió el semen fuera del sexo de su cuñada, con el fin de que ésta
no quedase embarazada. Como este acto era considerado impío por la ley mosaica,
Onán murió castigado por haber realizado aquel acto.
La verdad es que en la referencia bíblica del caso de Onán no queda claro si éste se
masturbó simplemente, sin introducir el pene en el sexo de Thamar, o bien realizó
normalmente el acto sexual en su primera fase y luego, en el momento de la
eyaculación, retiró el miembro viril de la vagina a fin de que el semen cayese al
suelo. Esta última hipótesis correspondería a lo que se denomina coitus interruptus
y no podría ser considerado en puridad como onanismo, es decir, como
masturbación, términos que se aplican a la definición amplia de los placeres
solitarios.
EL INFORME DE KINSEY RELATIVO A LA MASTURBACIÓN

Los niños suelen masturbarse en la proporción de uno cada cinco. A veces la


masturbación infantil, entre los varones, es ocasionada por padecer fimosis,
estrechamiento del prepucio.
De las investigaciones hechas en Norteamérica por Kinsey sobre la extensión de
las prácticas onanistas, se desprende que alrededor de un 92 por ciento de los
varones norteamericanos han practicado la masturbación, al menos en su
adolescencia. Un porcentaje similar arroja el número de mujeres consultadas al
respecto.

CARACTERÍSTICAS DEL ONANISMO La masturbación u onanismo, aparte


de ser, como se ha dicho, la puerta de escape de la libido humana, es también una
ciencia de manantial imaginativo de cara a la sexualidad. En realidad, el hombre
tiene «necesidad» de acudir a la masturbación debido a infinidad de causas: si un
hombre ve a una mujer (o a otro hombre en los casos gay, por ejemplo), pero no
puede lograr sus favores en modo alguno (a veces ni lo intenta), la masturbación
posterior, la práctica solitaria estará aconsejada por su imaginación, pensando en el
placer que podría conseguir con la persona deseada y no lograda.
Un individuo fogoso e imaginativo acudirá normalmente a la masturbación para
calmar sus ardores (y quienes piensan en venganzas sexuales, deberían masturbarse
antes de llevar a cabo sus ideas, con el fin de «enfriar» su ardor y sus celos), y el
individuo (de uno u otro sexo) que ha triunfado plenamente en un asalto amoroso,
acudirá al onanismo al recordar el infinito goce experimentado en brazos del
compañero o compañera.

Por eso, cabe afirmar que quien se masturba no es en modo alguno un bseso exual,
como se creía antes, puesto que en realidad necesita estar en ontacto mental e
imaginativo en otra persona para llegar al orgasmo.

EL IPSISMO
Se trata de la práctica de sustituir la realización plena del acto sexual por medio de
una actividad similar que, al no existir la ocasión propicia para que individuos
cretinos o tarados mentalmente, sino de seres humanos imposibilitados de
desahogar su natural afán con su semejante, por lo que necesitan recurrir a la ayuda
de un animal.
En estos casos, el mal llamado «bestialismo» desaparece cuando el practicante
puede dirigir sus ansias a otro ser humano.

EL EXHIBICIONISMO
Es una desviación sexual que impulsa al individuo a mostrar sus partes genitales a
personas del sexo contrario. Los exhibicionistas se recluían mayoritariamente entre
personas alcohólicas o de avanzada edad. Es más frecuente entre hombres que
entre mujeres.
No deja de ser frecuente que el exhibicionismo vaya estrechamente relacionado
con el homosexualismo, de modo especial por el de carácter masculino.

EL FETICHISMO
Anomalía sexual que se caracteriza por el fenómeno de que la persona afectada
sólo obtiene placer sexual con la presencia de determinados objetos inanimados.
Estos objetos excitan la libido del individuo en cuestión.

Hay una variedad de fetichismo que consiste en que el fetichista se siente ya


satisfecho con contemplar cualquier parte de la persona a la que desea poseer. En
realidad, raras son las personas que no son relativamente fetichistas por lo que
respecta a la libido. Un color, una prenda, una determinada zona del cuerpo
intensifican el apetito sexual del individuo y cada individuo tiene a este respecto
sus preferencias.
A veces, incluso las estatuas y las imágenes despiertan la libido del fetichista. Pero,
por lo general, el fetichismo se concentra en símbolos como los siguientes: una
media, unos sujetadores, un zapato, una mano, una pierna, un seno, la voz, el pelo
y un sinfín de prendas interiores.
Generalmente, los adeptos al fetichismo son más numerosos entre los hombres que
entre las mujeres. El fetichista viene a ser, en suma, un tipo negado para el
verdadero amor, que se limita a buscar el orgasmo por caminos fantásticos, sin
colaborar para nada en la obtención del placer de la persona con la que se acopla.

LA MUJER Y SUS ZONAS ERÓTICAS

Resulta de capital importancia para el logro de la plena satisfacción sexual que el


hombre conozca perfectamente cuáles son las zonas erógenas más sensibles de la
mujer y logre excitarlas hábilmente por medio de caricias con los labios, las manos
o el pene.
Si bien todo el cuerpo femenino reacciona eróticamente si es acariciado por unas
hábiles manos masculinas, las principales zonas eróticas femeninas son sus
órganos genitales, los pechos y la boca. Otras importantes zonas eróticas femeninas
son las piernas, los muslos, las caderas, las orejas, el cuello, los hombros, la
cintura, las mejillas o el vientre.Todas estas zonas, si son acariciadas por las manos
masculinas, producen en la mujer una sensación de placer erótico. La sensación
será más viva y la erotización de la mujer mucho más intensa y eficaz si el hombre
acaricia las zonas erógenas con los labios y la lengua.
EL JUEGO ERÓTICO

El hombre ha de actuar gradual y sutilmente para lograr que la mujer experimente


la excitación previa al acto sexual. Debe iniciar las caricias besando el cuello de la
compañera, suavemente con la boca entreabierta, especialmente en el punto de
intersección entre el hombro y la oreja. Toda esta zona es particularmente sensible
en la mujer al beso masculino. La nuca también es sensible, aunque no tanto, y la
garganta no resulta zona apropiada para la caricia erótica.
Tras acariciar durante un tiempo prudencial el cuello femenino, el varón puede
proceder a besar el hombro o bien la oreja de la mujer. La oreja resulta
particularmente sensible. Resulta particularmente excitante deslizar la lengua por
el reborde de la misma o bien penetrar suavemente en el interior de la oreja.
Hay mujeres particularmente sensibles a este tipo de caricia, pero, en general, a
ninguna deja de producirle excitación sexual. Es preciso, no obstante, saber
graduar las caricias en la oreja, porque, si bien a algunas mujeres les resulta
particularmente grato la continuada caricia en la oreja, otras no resisten este juego
erótico más que durante un tiempo breve. A algunas incluso no les produce
sensación de placer, sino que la caricia les produce cosquillas y la rechazan
instintivamente.
Cuando la mujer que es acariciada en la oreja, empieza a respirar con rapidez, ello
es indicio de que se siente ya poderosamente inclinada a la realización del coito. El
hombre debe, pues, en tales casos proseguir sus caricias por otra zona del cuerpo,
el hombro, por ejemplo.

EL BESO FRANCÉS
Naturalmente es el beso más popular y eficaz eróticamente considerado. Se trata,
sencillamente, de un beso que hombre y mujer se dan con la boca abierta,
introduciendo ella su lengua en la boca de él y éste la suya, en la de su compañera.
Las dos lenguas se acarician y la excitación erótica que se produce en la pareja es
de considerable intensidad.

EL ABRAZO
El beso, tanto que sea el «francés» como el clásico, el que ambos amantes se dan
con la boca cerrada, acariciándose mutuamente tan sólo los labios, ha de ir
acompañado del abrazo. Por medio del abrazo y del beso, el hombre puede
constatar perfectamente, si es mínimamente hábil eróticamente hablando, cuál es el
tipo de sensibilidad de su compañera. Hay mujeres que prefieren ser besadas
arrebatadamente y apretadas hasta casi el ahogo por los brazos masculinos, y otras,
en cambio, que prefieren los besos tiernos y prolongados y los abrazos suaves e
insinuantes.

LOS PECHOS
Según la forma y volumen de los pechos, se puede establecer de un modo
aproximado el carácter sexual de una mujer. Los tipos de pechos femeninos
más usuales son los siguientes:
En forma de disco o de concha.
De forma de manzana o semiesféricos.
En forma de pera o de bola.
Los pechos femeninos son muy importantes en la vida sexual y desempeñan un
papel primordial en el juego erótico. Hoy parece ser que los pechos pequeños
resultan más erotizantes para los jóvenes que los pechos grandes. Pero hubo épocas
en que los pechos voluminosos resultaban un elemento sumamente erotizante.
En general, se trata de un relativo fetichismo masculino, ya que los pechos de una
mujer no deben ser considerados por sí solos, analizados independientemente del
cuerpo, sino en relación con las dimensiones de éste. La mujer pícnica suele tener
pechos de considerable tamaño, en forma de concha o de manzana, y la mujer
leptosomática los presenta, generalmente, en Forma de pera de pc-ra. Hay
mujeres muy desarrolladas corporalmente que tienen pechos poco
desarrollados, y otras mujeres poco desarrolladas que, por el contrario, poseen
senos voluminosos. En vez de resultar desagradables, tales contrastes añaden a la
mujer un doble incentivo erótico si la desproporción entre cuerpo y pechos no
resulta, naturalmente, exagerada y constituye, en realidad, una deformidad.

LA VULVA
Es muy sensible a veces al contacto de la caricia del pene -o en su defecto del
dedo-, pero lo corriente es que no lo sea tanto ni mucho menos, como el clítoris. El
orgasmo es más difícil de lograr acariciando la vulva que el clítoris. Las caricias de
la vulva capaces de producir el orgasmo han de ser siempre rápidas y bruscas. Es,
porlo tanto, mucho más difícil la compenetración erótica por medio de la caricia de
la vulva que la que se obtiene acariciando el clítoris. Hombre y mujer necesitan
actuar a un ritmo muy vivo y constante, y no siempre sincronizan sus movimientos.
LOS LABIOS MENORES
Se trata de una zona particularmente erótica si el contacto se hace con el miembro
viril. También las caricias manuales producen excitación, e incluso puede
obtenerse el orgasmo con ellas, pero, en todo caso, resulta la satisfacción muy
inferior.

LA EMOCIÓN SEXUAL DEL HOMBRE


Descrito en el capítulo anterior el proceso de la excitación erótica en la mujer, es
preciso, antes de entrar de lleno en la descripción del acto sexual en sí mismo,
proceder a estudiar, siquiera sea de un modo somero, la que pudiéramos llamar
mecánica de la erección masculina.
En primer lugar, es preciso decir que la sexualidad de la mujer ofrece unos
caracteres mucho más complejos que la del varón. Y no sólo esto porque sus
órganos sexuales son más complicados, sino también, y una cosa no puede
separarse de la otra, porque su psicología lo es también.
Un hombre experimenta el deseo sexual con mucha más facilidad y rapidez que la
mujer. No le es necesario al hombre -nos referimos, claro está, a un hombre
normal, tanto física como psíquicamente- más que contemplar un bello e incitante
cuerpo femenino para que su excitación erótica se ponga en movimiento. La simple
contemplación de un seno semicubierto por la ropa, una rodilla perfectamente
torneada o un muslo atisbado de reojo son motivos más que suficientes para que el
varón se sienta excitado sexualmente.

No ocurre lo mismo con la mujer. Ella puede admirar con la inteligencia la belleza
masculina en un caso concreto sin que su apetito sexual se despierte en seguida. En
este sentido, el hombre es más materialista y simple que la mujer: le basta con
contemplar la belleza femenina para que se inicie un amago de erotización.
Mientras que las zonas eróticas de la mujer son muchas y de muy diversa
sensibilidad, en el hombre sólo existen dos: el miembro viril y la boca.
Naturalmente, la mujer, cuando acaricia a un hombre, logra en el cuerpo de éste
diversos grados de excitación erótica. Pero se trata de una excitación innecesaria,
adjetiva, en tanto que en la mujer son casi siempre necesarias varios tipos de
caricias en distintas zonas erógenas de su cuerpo para que pueda poder, tras un
incitante juego erótico, suceder a la plena consumación del acto sexual. Nada de
esto es necesario para el hombre.
Al varón le es suficiente ver. Si contempla las zonas erógenas de la mujer;
aunque no lo haga en el cuerpo desnudo, el hombre se siente excitado sexualmente.
A la mujer la simple contemplación del cuerpo del hombre no le es suficiente casi
nunca para llegar a la excitación erótica que precede eficazmente al coito...
Un hombre no tiene más que poner en juego su imaginación erótica para sentirse
excitado sexualmente y en disposición de consumar rápidamente el acto sexual.
Por mucho que una mujer se excite imaginativamente, si no cuenta con la
colaboración activa de un compañero o actúa en su propio cuerpo con
manipulaciones de tipo masturbatorio, no le será posible acceder al estado de
disponibilidad sexual para que el coito pueda consumarse con el logro del
orgasmo.
De ahí que el hombre tenga unas ventajas claras sobre la mujer por lo que respecta
a la realización del acto sexual. Si es joven y sano, y no está sexualmente cansado,
podrá realizar el coito sin mayores dificultades. Claro que, como contrapartida, el
varón tiene, en relación con la hembra, otras desventajas, que no son del caso
analizar aquí.

LA BOCA
La mujer puede intensificar con su boca el grado de excitación sexual que su mera
presencia eroticante produce en el hombre. Las zonas que la mujer puede acariciar
eficazmente en el hombre con su boca son -aparte, naturalmente, de las caricias
propias del llamado «beso francés» hechas con la lengua- el cuello, las tetillas, la
cintura, las ingles, los muslos -por su parte interior- y el pene y los testículos.
Las caricias realizadas con las manos por la mujer se reducen eróticamente a los
genitales. Todas las demás caricias manuales son simple demostración de cariño,
que no excitan sexualmente al varón, aunque no dejan de predisponerle para
efusiones que puede adquirir el talante erótico previo al coito.

AUTOEXCITACIÓN MASCULINA
El varón se excita eróticamente acariciando a la mujer en las zonas erógenas de
ella más, si cabe, que con las caricias que ella pueda prodigarle.
Esto, naturalmente, siempre que se trata de un hombre normal, de salud física y
psíquica probada.
TIEMPO NECESARIO PARA EL COITO

El hombre no necesita generalmente más que un minuto de juego erótico para estar
dispuesto a realizar el acto sexual. Naturalmente, espera mucho más tiempo no
sólo por el placer que le produce el juego de las caricias previas al coito, sino
porque la preparación de la mujer requiere más minutos.

El varón logra el orgasmo sin dificultad alguna en un par de minutos y, pese a lo


que afirman, alardeando de potencialidad, los triunfalistas sexuales, no es capaz de
conseguir más que un orgasmo pleno en el curso de una relación íntima con la
mujer. Cuando obtiene más orgasmos que uno, se debe a que ninguno de los
precedentes ha sido completo. Por otra parte, es muy poco frecuente que un varón
logre orgasmos dobles.

DESPUÉS DEL COITO


Una vez realizado el acto sexual, conviene que el varón relaje su cuerpo. Esto lo
logra aproximadamente en un minuto. El agotamiento que produce el orgasmo es
muy efímero. El hombre joven y sano se recupera en seguida. Pero, no obstante, no
está en disposición, generalmente, de poder realizar un nuevo acto sexual hasta
pasado un tiempo prudencial. La excitación erótica tarda más en producirse al
intentar consumar un segundo coito y más todavía un tercero, un cuarto o un
hipotético quinto.

Después del primer coito, el hombre tiene que hacer acopio de voluntad para lograr
la necesaria excitación erótica. Ya no le es suficiente el mero instinto sexual. Ha de
utilizar ahora, en el segundo coito, la imaginación más intensa-mente que lo hiciere
en el primero.
TIEMPO DE REALIZACIÓN DEL SEGUNDO COITO

Como mínimo, hasta haber transcurrido un cuarto de hora desde la realización del
primer coito no es posible acometer el intento del segundo. Por regla general, ha de
transcurrir entre el primero y el segundo una hora de intermedio. El orgasmo no se
obtiene tan rápidamente en el segundo coito como en el primero, pero, a veces, es
más intenso.

SENSACIÓN QUE EXPERIMENTA EL VARÓN


Cuando el hombre ha introducido el pene en la vagina femenina y empezado a
realizar los movimientos propios del acto sexual -cuyo ritmo dependerá de la
mayor o menor vehemencia de cada individuo-, experimenta un cosquilleo en la
punta del falo, que va ascendiendo gradualmente por todo el miembro, hasta que se
producen una serie de expansiones y contracciones imposibles de dominar, y de
ritmo convulso, que acompañan a la eyaculación espermática. Una vez que ha
eyaculado, el varón siente una imperiosa necesidad de descanso, a la que no debe
ceder hasta que haya constatado que también su compañera ha conseguido el
orgasmo.

COMPORTAMIENTO DESPUÉS DEL COITO

El hombre tiende a separarse del cuerpo de su compañera en cuanto ha conseguido


el orgasmo. En cambio, la mujer propende a mostrarse tiernamente afectiva.
Mientras el varón instintivamente procura desprenderse en la manera posible del
influjo que en sí mismo produjo la excitación erótica y la posterior eyaculación, la
mujer busca el cariño manifiesto del compañero.
Este ha de ser complaciente con ella en estos momentos y tratarla con la máxima
delicadeza.

CONDUCTA MIENTRAS SE PRODUCE EL ORGASMO

El intenso placer que proporciona la obtención del orgasmo se manifiesta de


diversas formas, tanto en hombres como en mujeres. Unos individuos lanzan
exagerados gritos, algunos sollozan o lloran abiertamente. Algunos mueven
bruscamente la cabeza. Pero lo normal es que el individuo jadee con violencia e
intenten respirar profundamente.

El varón hábil y consciente procurará no desentenderse en ningún momen-to, ni


siquiera cuando se produce el orgasmo, de las necesidades que experimenta en ese
crítico momento la mujer, y procurará satisfacerlas con su conducta y por todos los
medios que a su alcance haya puesto la experiencia.
Es conveniente que el varón procure no respirar de un modo ostentoso cuando
realiza el acto sexual y contener durante el orgasmo toda manifestación que pueda
resultar desagradable a su compañera. Una falta de delicadeza en el momento del
coito puede determinar que la mujer no llegue a conseguir el orgasmo. Su
frustración sexual, en este momento culminante del amor, puede tener graves
consecuencias en las relaciones a nivel de pareja.
LA UNIÓN SEXUAL
La atracción intersexual inclina poderosamente un hombre hacia una mujer. El
juego amoroso estimula el deseo sexual, que no cesa de manifestarse hasta que se
realiza la unión sexual plena. Como ya hemos dicho en los capítulos precedentes,
las llamadas zonas erógenas intervienen activamente en los prolegómenos del
coito. A medida que el deseo sexual se va intensificando, por lo que al hombre
respecta, va afluyendo la sangre a los tejidos cavernosos del miembro viril, que se
pone en erección. En la mujer, por su parte, se ensancha la entrada vaginal,
mientras el clítoris hace presión hacia abajo y se intensifica la secreción de mucosa
en la vagina.
Mediante la erección, el pene está en condiciones de introducirse en la cavidad
vaginal, realizándose entonces, mediante los movimientos apropiados, el acto
sexual, que culmina con el orgasmo.
La excitación sexual ha sido incrementada por la actividad cardiaca determinando
la afluencia de la sangre a los cuerpos cavémosos. Es entonces cuando el tejido
esponjoso se desarrolla, cubriendo la capa gruesa de los cuerpos cavernosos, lo
cual, a su vez, provoca la erección del pene al fluir la sangre a él. Una vez
realizado el acto sexual, el falo recupera su posición normal.

IMPORTANCIA FUNDAMENTAL DEL JUEGO ERÓTICO


Es necesario advertir que el juego erótico resulta imprescindible como prólogo del
coito. Será más o menos extenso y variado, más hábil o más tosco, más delicado o
más rudimentario, pero el juego amoroso resulta siempre un preludio de excitación
necesario para que hombre y mujer estén en mínimas condiciones de obtener el
orgasmo por medio de su unión sexual plena.

DIVERSAS CLASES DE UNIÓN SEXUAL


En ese antiguo y siempre nuevo tratado oriental del arte de amar que se titula.
Kmua Sutra se hace una interesante división de las diversas clases de formas en
que pueden unirse un hombre y una mujer en el coito, teniendo en cuenta la
especial estructura de sus respectivos órganos genitales.
«El sexo masculino -dice Vatsyayana, recopilador de las tradiciones y costumbres
sexuales de la citada obra- puede dividirse en tres grupos, según el tamaño de los
órganos sexuales. Estos grupos se conocen como la Liebre, el Toro y el Caballo.
«Similarmente, las mujeres también se dividen en tres categorías, en relación con
el tamaño y profundidad del yoni (sexo femenino): la Cierva, la Yegua y el
Elefante.
«Se desprende, por lo tanto, que existen tres formas perfectas de unión entre
personas de dimensiones correspondientes, y seis combinaciones físicas desiguales
o menos satisfactorias cuando las dimensiones no corresponden.
«La tabla siguiente ilustra este punto más gráficamente:
Iguales                              Desiguales
Liebre          Cierva          Liebre
Yegua
Toro            Yegua          Liebre
Elefante
Caballo        Elefante      Toro
Cierva
Toro            Elefante
Caballo        Cierva
Caballo      Yegua
«Cuando un hombre tiene relaciones con una mujer cuyas
dimensiones sexuales son inferiores a las suyas, su unión con
ella y con una mujer de
mentos básicamente puritanos, sienten cierto placer durante el
acto. Pero es imposible para ellas definir este placer, o decir
exactamente en qué consiste. La prueba está en el hecho de
que, después del orgasmo, el hombre interrumpe
deliberadamente el coito, pero no así las mujeres. «No
obstante, es bien sabido que a las mujeres les gusta el acto
sexual prolongado, y si el hombre emite con demasiada
rapidez, se sienten irritadas y frustradas. Algunos de los
antiguos maestros interpretan esto como prueba de que la
mujer tiene un orgasmo tan fuerte como el del hombre.

«Hay también un antiguo poema que afirma: 'El deseo, la


pasión y la lascivia de una mujer se calman mediante la unión
violenta con un hombre; y los placeres del coito representan
la satisfacción para algunas.' «Por otra parte, los discípulos de
Bhabravaya afirman que los hombres emiten su esperma
desde el principio hasta el final de la unión. Esta teoría no es
válida, porque la pasión sexual se rige por las mismas leyes
que la rueda del alfarero, o un objeto que corre cuesta abajo.
Al principio, la mujer se siente parcialmente excitada, y no
puede igualar el ardor de su amante; pero su pasión va
aumentando gradualmente hasta que pierde toda noción de
los movimientos y del ritmo de su cuerpo, y cuando se
extingue la pasión siente la necesidad de detenerse. 'El
esperma de un hombre surge como un surtidor cuando la
pasión se apacigua al final del coito, pero el flujo vital de una
mujer es una corriente continua y cuando la fuente se seca y
el cauce se vacía, la pasión cesa, y la lucha toca a su fin.'
«Se ha preguntado a menudo la razón de que suponiendo que
hombres y mujeres pertenezcan a la misma especie, busquen
en el acto sexual una satisfacción similar, tengan ambos que
cumplir funciones diferentes. «Es evidente que los hombres y
las mujeres juegan papeles diferentes. Puede incluso decirse
que su concepto del placer es diferente. En el coito, el hombre
es la fuerza agresiva, la mujer, la receptiva, lo cual es
básicamente el papel del macho y la hembra en la propia
naturaleza. Esta diferencia de acción está directamente
relacionada con la diferencia de concepto. El hombre dice del
acto amoroso: 'Esta mujer está unida a mí: mientras que ella
piensa: 'Estoy unida a este hombre.' «Hay quien deduce de
esto que si hombres y mujeres tienen papeles diferentes,
también sienten de modo diferente.

«Pero no es cierto, porque hombres y mujeres tienen diferentes personalidades, y


es este hecho la causa de que jueguen papeles diferentes, pero ello no implica que
no alcancen el mismo grado de placer en el acto que ambos realizan.
«Una vez probado este punto, hay que recordar que existen nueve clases de unión
sexual según la dimensión, nueve más según el temperamento, y otras nueve según
el tiempo y la rapidez. Las combinaciones posibles son infinitas y, por
consiguiente, para lograr una unión sexual perfecta, el hombre ha de juzgar en cada
caso determinado para superar cualquier discrepancia que pudiera existir.
«Por ejemplo, es bien sabido que la primera vez que se aman un hombre y una
mujer, la pasión del hombre es intensa, y alcanza el orgasmo con mucha rapidez,
mientras que la mujer está sólo excitada a medias. Más adelante, sin embargo,
sucede lo contrario. La pasión de la mujer crece, y cada vez alcanza con más
rapidez la satisfacción plena mientras la pasión del hombre va disminuyendo
gradualmente.

DIFERENTES CLASES DE AMOR


«Los hombres versados en humanidades definen cuatro clases de amor:
1).- El amor que resulta de la ejecución constante y continuada de un acto
determinado se conoce como el amor adquirido a través de la práctica constante y
la costumbre. Por ejemplo, el amor de la unión sexual, el amor por el alcohol, los
juegos y los deportes.
2).- El amor que se siente por las cosas fuera de lo corriente y que se basa
enteramente en la imaginación o el intelecto, se llama amor que resulta de la
imaginación. Por ejemplo, el amor que sienten ciertos hombres y mujeres por la
unión oral, y el amor que siente todo el mundo por los besos, caricias, etcétera.
3).- El amor totalmente recíproco y sincero, cuando cada uno ve en el otro el
complemento de sí mismo, se llama amor que resulta de la fe.
4).- El amor que resulta de la percepción de objetos externos es conocido por
todos, y la contemplación de una mujer hermosa ha inspirado más versos a los
poetas y más locuras a los amantes que cualquier otra clase de amor.»

POSTURAS IDÓNEAS PARA LA REALIZACIÓN DEL COITO


La realización del acto sexual puede hacerse mediante varias posturas todas ellas
de resultados positivos comprobados. Las comúnmente utilizadas son seis, a saber:
Posición en que el hombre se coloca encima de la mujer y ésta tendida en posición
decúbito supino. Posición en que la mujer se sitúa encima del varón y éste se
tiende en posición decúbito supino.
Posición lateral.
Posición posterior.
Posición erguida.
Posición sedente.
A continuación explicaremos las ventajas e inconvenientes de cada una de estas
posiciones a la hora de obtener la misma satisfacción sexual por ambas partes.
POSICIÓN DE HOMBRE ENCIMA Y MUJER DEBAJO, TENDIDA
SOBRE SUS ESPALDAS
Se trata de la posición empleada mayoritariamente por la pareja humana para
realizar el acto sexual. En tal posición se efectúan con ritmo rápido los
movimientos necesarios para la obtención del orgasmo de la mujer y el varón. La
penetración del miembro viril en la vagina es satisfactoria, pero en esta posición el
hombre se encuentra en obvias dificultades si quiere acariciar los senos femeninos
con las manos o la boca.
A fin de que la penetración del pene en la vagina sea más profunda puede colocarse
una almohada debajo de las posaderas de la mujer. Al objeto de que la unión de la
pareja resulte más estrecha, es recomendable que la mujer enlace con sus piernas la
cintura de su compañero.

POSICIÓN DE MUJER ENCIMA DEL HOMBRE


Resulta ventajosa para que la mujer pueda lograr el máximo de goce erótico, ya
que en tal postura ella pueda llevar la iniciativa y controlar, en la medida posible, la
obtención del orgasmo.

POSICIÓN LATERAL
La mujer descansa sobre su costado derecho y el hombre, por el izquierdo. Ella
introduce su pierna derecha entre las del varón y recoge la izquierda, doblando la
rodilla, volcándose ligeramente sobre la cadera de su pareja.
En esta posición el contacto de los dos sexos, el femenino y el masculino, se logra
al máximo y el goce sexual resulta muy intenso cuando se realiza el acto sexual en
esta posición, por cuanto el hombre puede besar a la mujer en los pechos o en la
boca.
Esta posición tiene el inconveniente de que los movimientos no pueden realizarse a
un ritmo rápido.

POSICIÓN POSTERIOR
La mujer se sitúa de espaldas al varón, apoyándose sobre sus codos y abriendo las
piernas, a fin de que su compañero pueda introducir el pene en su vagina. Esta
posición es recomendable cuando el hombre y la mujer tienen voluminosos
abdómenes. Tiene la ventaja de que el hombre tiene libres las manos para poder
acariciar los pechos de su compañera.

El inconveniente radica en que el contacto entre el abdomen del varón y las


posaderas de la mujer resulta menos satisfactorio eróticamente que el contacto
entre los dos abdómenes.

POSICIÓN ERGUIDA
Se trata de una postura incómoda y poco recomendable en circunstancias normales
para la pareja. A fin de que el hombre no tenga que doblar sus rodillas y se canse
excesivamente, es recomendable que la mujer se sitúe en un plano algo más
elevado. Todo depende, en la práctica, de la estatura de cada uno de los miembros
de la pareja que realizan el acto sexual en esta postura.

POSICIÓN SEDENTE
Puede utilizarse esta posición bien siendo el hombre el que se siente o bien la
mujer. Es posiblemente más eficaz a la hora de obtener el orgasmo la postura
sedente de la mujer. La mujer se sienta en estos casos sobre un diván o un sofá no
demasiado alto y el hombre se arrodilla ante ella. Mientras la mujer se echa hacia
atrás, inclinará las piernas sobre los hombros de su compañero. En esta postura se
consigue una satisfactoria penetración del miembro viril en la vagina y el hombre
puede además acariciar los senos de la mujer con las manos.
Se trata de una postura en la que no se puede permanecer mucho tiempo, ya que
resulta notoriamente incómoda, más para el hombre que para la mujer.

Cualquiera de estas posiciones es idónea para obtener el orgasmo en el coito. Cada


pareja adoptará, según su propia experiencia, la que más eficaz les resulte a ambos.
Por supuesto que cada posición puede combinarse con pequeñas variedades,
recurso que han de adoptar asimismo cada uno de los miembros de la pareja con
arreglo a su propia experiencia.
Hay posiciones que resultan ideales para una pareja y, en cambio,
extraordinariamente incómodas para otra. Hay que tener en cuenta, a la hora de
escoger una u otra, la estructura física del hombre y de la mujer, el temperamento e
incluso el momento en que se realiza el acto sexual.
Toda regla con pretensiones dogmáticas sobre la posición de la pareja en el
momento del coito resultaría ridicula, habida cuenta de las consideraciones que
acabamos de hacer al respecto.

PRINCIPIO Y FINAL DE LA UNIÓN SEXUAL


Al describir las zonas erógenas del hombre y de la mujer, y detallar las caricias con
las que se puede excitar el deseo sexual, hemos puesto de relieve la importancia
que tiene el juego erótico como prólogo del acto sexual. Este preludio amoroso
tiene por objeto no sólo despertar el apetito sexual, sino también establecer una
atmósfera de confianza e intimidad entre el hombre y la mujer.
Se trata de una especie de conocimiento previo de la sexualidad del compañero.
Tanto el hombre como la mujer, mediante el juego amoroso, toman conciencia de
las posibilidades propias y de las de su pareja. Esto es imprescindible para que se
pueda lograr, mediante la realización del acto sexual, un perfecto orgasmo.

DIVERSAS CLASES DE UNIÓN SEXUAL


El hombre y la mujer pueden unirse sexualmente por muchas causas, aparte de la
fundamental de gozar con la obtención del orgasmo. En el Kama Sutra se citan las
siguientes clases de unión intersexual La Unión del Amor.
La Unión del Amor Subsiguiente.
La Unión del Afecto Simulado.
La Unión del Amor Transferido.
La Unión Similar a la Cópula de los Eunucos.
La Unión Decepcionante.
La Unión del Amor Espontáneo.
«I) Cuando un hombre y una mujer se han amado durante mucho tiempo y se
encuentran por fin unidos después de muchas dificultades, o cuando uno de los dos
regresa de un viaje, o cuando se reconcilian después de una pelea, se llama la
Unión del Amor. Esta unión puede realizarse del modo que más guste a los
amantes y durante el tiempo deseado.
«2) Cuando se unen dos personas cuyo amor está todavía en sus primicias, se llama
la Unión del Amor Subsiguiente.
«3) Cuando un hombre no lleva a cabo el acto carnal hasta que se ha excitado por
todos los métodos y medios comprendidos en las sesenta y cuatro artes, o cuando
un hombre y una mujer se unen sexualmente aunque cada uno de ellos ame a otro,
se llama Unión del Afecto Simulado. En estas circunstancias hay que emplear
todas las artes y sutilezas indicadas en los Kama Sutra.
«4) Si durante el coito con una mujer, el hombre no deja de pensar en otra, y en la
oscuridad se imagina que es ella la que yace debajo de él, se llama Unión del Amor
Transferido.
«5) La unión sexual entre un hombre y una aguadora o una mujer de casta inferior,
que sólo se prolonga hasta que el deseo de él ha sido saciado, se llama Unión
Similar a la Cópula de los Eunucos. Si un hombre se une a una mujer así, debe
abstenerse de tocarla, besarla, acariciarla o fomentar de algún modo una mayor
intimidad con su pareja.
«6) La unión sexual entre una cortesana y un campesino, o entre un habitante de la
ciudad y una mujer del pueblo, o mujeres que procedan de los suburbios, se llama
Unión Decepcionante.
«7) La unión entre dos personas que se aman y que se entregan totalmente y con
imaginación al goce de sus cuerpos, se llama Unión del Amor Espontáneo.»
Pese a tratarse de unas reflexiones sobre el amor hechas hace más de dos milenios,
y que, por consiguiente, se refieren a mundos sociales remotos, todo lo contenido
en los párrafos precedentes sigue teniendo sustancial vigencia en la actualidad y
refleja con notable fidelidad el trasfondo del amor sexual.
FIN DE LA UNIÓN SEXUAL
No es otro que el de la obtención del orgasmo. Naturalmente este fin puede, y
debe, estar potenciado por sentimientos de índole superior a los del goce
estrictamente sexual. Entre los fines más comúnmente aceptados y perseguidos
están el del logro de la felicidad compartida y el de la formación de una familia.
Pero se trata, en todo caso, de fines acumulativos, que no podrían subsistir sin el
fin principal: el goce sexual por medio del orgasmo.

TÉCNICAS MODERNAS DEL ACOPLAMIENTO SEXUAL


Ya hemos citado las seis posiciones principales para la realización del acto sexual.
En el presente capítulo nos vamos a referir a una serie de técnicas nuevas para
intensificar el goce sexual. Se trata, en realidad, no de técnicas rigurosamente
nuevas, ya que nada hay nuevo en el tan transitado campo del erotismo, sino de
técnicas que, siendo en realidad muy antiguas -tan antiguas como el amor sexual-,
han sido revalorizadas y difundidas en nuestra época, o de combinaciones
posicionales, partiendo siempre, como es natural, de las ya consideradas como
clásicas.
Hay que advertir que no es posible que se invente ya nada nuevo en la práctica del
amor. La humanidad lo conoce ya todo desde hace siglos y siglos. Pero hay que
hacer una precisión al respecto: la humanidad lo conoce todo, efectivamente, en
relación con el amor, pero la inmensa mayoría de los humanos desconocen todavía
infinidad de secretos eróticos, unos reprobables y otros no. Unos que pertenecen al
campo de la aberración como los que decoran el sadismo y otros que, por el
contrario, contribuyen a intensificar sin sustancial morbosidad el goce sexual, pero
que han sido rechazados durante siglos y siglos por una moral mojigata,
antinaturalmente impuesta al hombre medio y al humilde, pero no al de las clases
elevadas.
El famoso Aretino cita en sus famosos versos treinta y seis posturas para hacer el
amor. En el Kama Sutra se habla nada menos que de sesenta y cuatro. Si se
recopilasen todas las posiciones que, desde la Antigüedad clásica hasta nuestra
época, se han ido adoptando para consumar el coito posiblemente se llegaría al
centenar o muy cerca de tal cifra.

TÉCNICAS CITADAS POR EL KAMA SUTRA

Nos referiremos primero a las técnicas de que nos habla el famoso libro oriental. A
fin de que puedan ser debidamente interpretadas, es conveniente recordar lo que se
dice en el capítulo titulado La unión sexual del presente libro referente a la
calificación de hombres y mujeres en relación con las dimensiones de sus
respectivos sexos.
«En una Unión Elevada, la Mirigi, o mujer Cierva, debe tenderse de modo que su
yoni quede distendido y ensanchado; mientras que en una Unión Baja, la mujer
Elefante debe colocarse de modo que su enorme cavidad se contraiga. Pero en una
unión igual han de acostarse en la posición natural, y lo mismo reza para la
Vadawa o Yegua. En una Unión Baja, las mujeres deben hacer uso de las drogas
para agudizar su deseo y precipitar el orgasmo.
«Las tres mejores posturas a adoptar por una Mirigi, o mujer Cierva, en el coito
son:
1) La postura Abierta es cuando la Mirigi baja la cabeza y eleva
el jaghana. El hombre debe usar algún ungüento para que la
penetración sea indolora y fácil.
2) Cuando ella levanta los muslos y abre mucho las piernas, se
llama postura Muy Abierta.
3) La postura Indrani es más complicada. La Mirigi debeponer
las rodillas a la altura del pecho, con las piernas pegadas a los
muslos. Esta postura sólo puede aprenderse gracias a la
práctica repetida, y también puede usarse en una    Unión Muy
Elevada.
«La postura Cerrada se alterna en la Unión Baja y la Unión Muy
Baja con la postura Comprimida, la postura Suave y la postura de
la Yegua.
1) Cuando las piernas del hombre y la mujer están estiradas unas
contra otras, se llama postura Cerrada. Hay dos clases de postura
Cerrada: de lado o boca arriba. Cuando un hombre practica de
lado la unión sexual Cerrada, debe estar siempre sobre su lado
izquierdo, y colocar a su mujer sobre su lado derecho. Esta regla
se aplica a las mujeres de todos los países.
2) Cuando el coito se inicia en la postura Cerrada, y la mujer
oprime los muslos de su amante entre los suyos, se llama postura
Comprimida.
3) Cuando una mujer coloca uno de sus muslos sobre los muslos
de su seductor, se llama postura Entrelazada.
4) Y finalmente, cuando la mujer contrae los músculos de su yoni
y mantiene al lingam prisionero en su interior, se llama posición
de la Yegua.
Esta técnica sólo puede aprenderse por la práctica, y las dulces y
lozanas mujeres de Andhara son bien conocidas por su habilidad en
esta deliciosa costumbre.«Existen diferentes métodos o posturas para
la unión sexual, enumeradas por Bhabravaya. Sin embargo,
Suvamanbha incluye muchos más: «Cuando la mujer coloca los dos
muslos en vertical, se llama postura Alzada.
«Cuando coloca ambas piernas en los hombros de su amante, se
llama postura Ampliamente Abierta.
«Cuando su amante le contrae las piernas y las oprime contra su
pecho, se llama postura Oprimida.
«Cuando una pierna está estirada y la otra contraída sobre el pecho,
se llama postura Semioprimida.
«Cuando la mujer coloca un pie en el hombro de su amante y estira
la otra pierna horizontalmente sobre el lecho, y después hace lo
propio cambiando de pierna, se llama la Hendidura de Bambú.
«Si se coloca una pierna en la cabeza de su amante, y estira la otra
horizontalmente, se llama el Clavo. Pero esta postura sólo pueden
practicarla los amantes apasionados y con experiencia.
«Cuando la mujer contrae ambas piernas y las coloca sobre su estómago, se
llama la postura del Cangrejo.
«Si levanta los muslos y coloca uno sobre el otro se llama el Paquete.
«Cuando dobla las piernas, una encima de la otra, y las levanta, se llama la
postura del Loto.
«Cuando el hombre hace oscilar las caderas durante el coito, mientras la mujer
lo rodea con sus piernas, se llama postura Giratoria.
«Suvamanabha dice que todos los actos y posturas complicados y difíciles,
tanto si se practican en posición levantada, sentada o supina, deben ser primero
intentados dentro del agua, ya que esto facilita el acceso y hace posible dominar
estas técnicas difíciles, pero agradables. Sin embargo, Vatsyayana difiere de él,
y afirma que la unión sexual en el agua está prohibida por las escrituras.
«Cuando un hombre y una mujer oprimen sus cuerpos uno contra el otro, o si se
apoyan contra una columna o una pared, y practican el coito estando de pie, se
llama postura de Apoyo.
«Cuando el hombre se apoya contra la pared y la mujer se sienta sobre sus
manos, que le sostienen las nalgas, y apretando los muslos contra la cintura de
él, inicia un movimiento rítmico de unión, con los pies fijos en la pared, se
llama postura Suspendida.
«Cuando la mujer se pone a gatas, como un animal, y el hombre la monta como
si fuese un toro o un semental, se llama postura de la Vaca. En estas
circunstancias es corriente practicar todos los pequeños actos auxiliares del
amor en la espalda, en vez de en los pechos.
«También se puede variar esta última forma de unión adoptando la postura del
Perro, la unión de la Cabra, la Cierva, el violento asalto del Asno, la unión del
Gato, el salto del Tigre, la presión del Elefante el frotamiento del Jabalí, y el
ataque del Semental. El hombre, en estos casos, debe imitar los actos y sonidos
de los diferentes animales.
«Cuando un hombre posee dos mujeres al mismo tiempo, se llama Coito Unido.
«Cuando un hombre goza de muchas mujeres a la vez, se llama Unión del Toro
con las Vacas.
«Esta última forma de unión sexual también puede variarse; por ejemplo.
Unión del Elefante con sus hembras, que siempre debe practicarse en el agua;
mientras que en la unión de la Cabra y la unión del Ciervo, el hombre ha de
imitar la acción de estos animales y montar a sus mujeres una después de otra.
«En la provincia de Gramaneri, muchos jóvenes gozan de la      misma mujer
(que puede estar casada con uno de ellos), o bien todos al mismo tiempo, o uno
después de otro. Por ejemplo, uno la abraza y excita con caricias, otro penetra
en su yoni, un tercero en su boca, mientras el cuarto se apodera de su vientre, y
de este modo todos . se van alternando y gozan de ella por turnos.
«Lo mismo sucede a menudo cuando varios hombres se encuentran visitando a
la misma cortesana. Y las mujeres del harén real suelen gozar juntas de un
hombre si logran por casualidad introducirle a pesar de los eunucos y los
guardas de palacio.
«Las gentes de los países meridionales gozan a menudo penetrando el ano, pero
esto se conoce como unión sexual Inferior. 'Un amante ingenioso y sensual
debe multiplicar por un millón el acto del amor; imitar las maneras y gritos de
pájaros y bestias, porque la imaginación sujeta apenas por costumbre y
tradición, que varía cada vez las delicias del amor, abre el corazón de la mujer,
y engendra en él amor, respeto, amistad y sumisión'.»
notoriamente exagerado, ya que todas las citadas y sus respectivas
combinaciones pueden ser consideradas normales igualmente. Veamos sus
variantes: Ya se ha hablado de esta postura en el capítulo anterior. Vamos ahora
a describir las distintas variantes que pueden ser utilizadas en esta posición, con
el hombre recostado encima de la mujer.
a) Tendida ya la mujer sobre sus espaldas, levanta un poco las piernas y las atrae
hacia ella. Para que esta postura resulte eficaz en el coito, la mujer ha de alzar un
poco el vientre, lo que conseguirá poniendo una almohada debajo del cuerpo. De
esta forma, el pene penetra satisfactoriamente. Se trata de una posición que no
deben adoptar las mujeres cuyo orgasmo se produce tardíamente. Es, en cambio,
muy recomendable para las que obtienen con facilidad el orgasmo.
Se trata de una posición recomendable para las mujeres embarazadas, ya que el
miembro viril -no poniendo la almohada debajo de la mujer- penetra poco.
b) La mujer ha de doblar las piernas y replegarlas hacia ella, de modo que sus
rodillas toquen los hombros de su compañero. La pelvis se comba en esta posición,
acortándose entonces el conducto vaginal en varios centímetros, favoreciendo una
profunda penetración del miembro viril.
El clítoris aparece colocado hacia adelante por efecto de las contracciones
musculares correspondientes, situándose próximo al pene y favoreciendo su
excitabilidad. Al favorecer una penetración profunda, tanto la mujer como el
hombre gozan intensamente en esta posición.
Por otra parte, al producirse la eyaculación del semen muy cerca del orificio del
útero, hay muchas posibilidades de que la mujer quede embarazada. No obstante,
hay que tener en cuenta que en esta posición, a causa de la profunda penetración
del miembro viril, si el útero es muy sensible, al realizar el acto sexual puede
experimentar la mujer dolores que dificulten o incluso deshagan la sensación de
placer. A veces, hasta se producen hemorragias y lesiones. Esta posición no debe
adoptarla nunca una mujer embarazada para realizar el acto sexual ni tampoco en
los primeros tiempos posteriores al alumbramiento.
c) Esta posición consiste en lo siguiente: una vez introducido el miembro viril, la
mujer cierra los muslos y extiende las piernas, quedando aprisionadas entre las del
varón. Se trata de una posición recomendable cuando se quiere realizar el coito
mediante una penetración no muy profunda del pene. Está muy indicada cuando la
mujer está embarazada o padece vaginitis. Esta posición resulta muy eficaz en las
mujeres que obtienen el orgasmo tardíamente. Permite una eficaz excitación del
clítoris mediante el directocontacto con el miembro viril. Además, se establece un
íntimo contacto entre el pene y los labios de la vulva, favoreciendo el orgasmo de
la mujer.
También resulta altamente recomendable esta postura de los muslos femeninos
cerrados, en los casos en que la potencia sexual del varón se haya debilitado,
ya*que el pene difícilmente se sale de la vagina. Sin embargo, la excitación del
hombre es deficiente, al no estar su miembro viril en contacto con la vagina.
Esta posición dificulta el embarazo.
ch) La mujer se sienta sobre la cama y se inclina hacia atrás, apoyándose en los
antebrazos y codos, abriendo las piernas y tocando el suelo con los pies, mientras
el hombre se echa encima de ella. Cuando la cama sea demasiado baja, se pone una
almohada. El coito logrado en esta posición es altamente recomendable para las
personas de robusta complexión. Es preciso que la mujer se eche hacia atrás
bastante, ya que, en caso de no hacerse suficientemente, el miembro viril no llega a
penetrar profundamente.

EL HOMBRE ACOSTADO DE ESPALDAS


Vamos a describir las ventajas e inconvenientes que ofrecen las diversas
combinaciones que puedan hacerse en esta posición para realizar el acto sexual.
a) Una vez tendido el hombre de espaldas, la mujer se sienta a horcajadas sobre él,
echando el torso hacia atrás y tocando los muslos de su compañero, que ha de tener
ligeramente levantadas sus rodillas. Si el varón está fatigado, es una posición muy
recomendable, sobre todo cuando la mujer se inclina hacia adelante apoyándose en
las manos y las rodillas.Si la mujer se inclina bastante hacia adelante, el pene
queda eficazmente hincado en la vagina, lo cual favorece la excitación del varón
cuyo vigor sexual
está ya en baja. Tiene esta posición el inconveniente de que impide que se
produzca un contacto total entre los cuerpos masculino y femenino. Esto dificulta
las caricias de la pareja.
Tampoco es una posición recomendable para la fecundación, ya que el semen se
escurre fácilmente de la vagina.
b) Tendido el hombre sobre sus espaldas, la mujer se sienta a horcajadas sobre él y
le da la espalda. La mujer puede también inclinarse hacia adelante, apoyada en
manos y rodillas. Esta posición para realizar el coito resulta muy eficaz cuando el
varón posee una considerable corpulencia.
Entre los inconvenientes de tal postura, resaltan la escasa penetración del miembro
viril y la deficiente excitación del clítoris. En cambio, dado que la mujer puede
dirigir libremente los movimientos favorecida por la escasa penetración del pene
en su vagina, se trata de una postura muy recomendable para evitar el embarazo, y
también para realizar cuando la mujer está encinta.
c) En esta posición aparece el hombre sentado en una silla y la mujer a horcajadas
sobre él y de espaldas, tocando el suelo con la punta de los pies. Se trata de una
posición en la que no penetra profundamente el miembro viril, ni llega a contactar
con la cavidad uterina. Para intensificar la excitación puede acariciarse el clítoris
con la mano. Se trata de una posición para realizar el coito en la que son muy
pocas las posibilidades de embarazo.
ch) El hombre y la mujer ocupan la misma posición que en la postura acabada de
describir, con la variante de que ella está de frente a su compañero. El pene penetra
profundamente si la mujer no se inclina mucho hacia atrás.

LOS ALAMBICAMIENTOS DEL AMOR MORBOSO


Realizar el acto sexual de un modo normal, y normal es buscar por medios
naturales una mayor eficacia técnica y un mayor goce de la pareja, resulta algo que
en modo alguno puede condenarse en nombre de ninguna moral humanista. Pero, a
veces, el hombre y la mujer recurren a medios que van contra natura o bien
resultan condenables por la morbosidad que entrañan. El coito es un acto natural y
deseable, pero no puede ser objeto de manipulaciones patológicas. El deseo sexual
es preciso satisfacerlo. El acoplamiento de hombre y mujer resulta un acto legítimo
cuando obedece a una necesidad íntimamente sentida. Pero deja de ser legítimo
cuando es la torcida resultante de artificiales y perversas excitaciones.
El acto sexual ha de hacerse impulsado por el amor y canalizarse por el
mismo conducto. Al referirnos aquí al        amor no hacemos tanto a un senti
miento excesivamente sublimado -sublimado a veces también artificialmente-,
como a un impulso instintivo que acerca irresistible- mente a dos seres de sexo
opuesto.
Es decir, nos referimos también aquí, y de modo muy particular dada la índole del
presente libro, al amor de origen, canalización y consumación radicalmente
sexuales.
Ahora vamos a describir lo que pudiera denominarse la patología del acto sexual.
EL MACHISMO
Se trata de una desorbitación del instinto de la virilidad. Muchos hombres, de
modo especial en el ámbito latino, parecen no vivir más que obsesionados por el
sexo. Esto naturalmente produce un desequilibrio en sus personalidades. El sexo es
fundamental, imprescindible, pero el sexo no puede serlo todo en la vida humana.

deseo, una vez que la necesidad ha sido satisfecha, no existe más que
morbosamente en la mente y el goce que se experimenta con los coitos repetidos
consecutivamente es apenas perceptible y se reduce, en rigor, a un artificial halago
de la propia vanidad.

LA MUJER Y LA REPETICIÓN CONSECUTIVA DEL COITO


Una vez que ha logrado satisfacer su deseo sexual, la mujer ya no reacciona
eróticamente. No obstante, le es posible prestarse a la repetición del coito cuantas
veces quiera, ya que para ella no comporta efectos nocivos de ningún género tal
repetición.

COITUS INTERRUPTUS
Se llama así el coito interrumpido antes de que el pene haya eyaculado dentro del
recinto vaginal. El varón ha retirado el miembro viril para eyacular fuera con el
objeto de que el semen no pueda penetrar y de esta forma soslayar el embarazo de
la mujer. Esta brusca interrupción del acto sexual en su momento culminante no se
realiza sin notable perjuicio para los sistemas nerviosos del hombre y de la mujer.
En caso de que el coitus interruptus se haga habitual, lo más probable es que
produzca trastornos nerviosos en el hombre o en la mujer, e incluso frigidez e
impotencia. «La causa de la neurosis de angustia -dice Freud-, tanto en el hombre
como en la mujer, es debida tan frecuentemente a la interrupción del acto sexual,
que el médico debiera examinar en primer lugar si no son provocadas por dicha
práctica. En la mayor parte de estos casos la neurosis cesa con el abandono de la
interrupción.»
«Las caricias ardientes -dice Alice Stockhan en su obra titulada Karezza- no deben
entrañar fatiga ni física ni psíquica, y sobre todo deben desembocar en un
acoplamiento fuerte pero delicado. Una vez efectuado el acoplamiento conforme a
este principio, el acto debe ir acompañado de movimientos lentos, con pleno
dominio de sí a fin de que la excitación no se dé rienda suelta al orgasmo. Si no se
tiene el propósito de fecundar, se evita así una eyaculación' intempestiva. Si los
esposos se aman y prolongan suficientemente el acto, éste dará entera satisfacción
incluso sin eyaculación y sin orgasmo. Al cabo de una hora el cuerpo recobra el
sosiego, el alma se siente como transportada y, con la recobración del vigor físico,
se abren nuevos horizontes.»
Al interrumpirse el coito, el miembro viril se relaja antes de haber eyaculado y
produce como consecuencia un debilitamiento del mecanismo de la erección y el
que se produzca el orgasmo de modo antinatural, por ejemplo durante el sueño.
La prolongación antinatural del acto sexual determina que el líquido seminal se
acumule en la próstata, llegando a provocar la dilatación y endure- cimiento de tal
glándula.

COITO ANORMAL
El coito normal es, por antonomasia, aquel en el transcurso del cual el pene penetra
en la vagina y eyacula en su cavidad. Cuando el acto sexual no se realiza con la
participación del órgano sexual femenino es anormal. Pero aquí citaremos como
coito anormal por excelencia aquel en el que el orgasmo es producido por un beso
genital que realizan el hombre y la mujer con los cuerpos invertidos. Este tipo de
beso es lícito sexualmente si forma parte del juego erótico previo a la realización
normal del coito, pero se convierte en morboso cuando se practica como un fin
para lograr por medio del mismo el orgasmo de la mujer y del hombre. Este tipo de
coito se denomina fellatio.

EL COITO ANAL
Se trata de otro acto sexual de carácter claramente anormal y se caracteriza por el
hecho de que el varón introduce el miembro viril en el recto de la mujer y eyacula
dentro de su cavidad.
Aparte de su carácter morboso desde el punto de vista sexual este tipo de coito
produce efectos perjudiciales, tales como forúnculos en el ano, hemorroi- des y
otras perturbaciones.
Aunque parezca que en la realización de este coito sólo experimenta satisfacción el
hombre, ya que logra el orgasmo al eyacular en el recto femenino, también la
mujer experimenta, si bien no siempre, placer al ser excitada la mucosa de su recto
con el roce del miembro viril.
COITO ENTRE LOS SENOS
En realidad, no se trata de otra cosa que de una masturbación con colaboración
femenina, ya que el hombre eyacula entre los pechos de la mujer, que se limita a
prestarse al juego erótico moviendo con sus senos el pene.

LA MUJER, EL HOMBRE Y EL SEXO


Evidentemente el sexo es fundamental en las relaciones entre hombre y mujer, pero
considerar que sólo pueden relacionarse hombre y mujer a través del sexo resulta
inexacto. En realidad, el acto sexual es la culminación del amor, pero éste conlleva
una complejidad de difícil esquematización. En el amor juegan un importante
papel factores de tipo espiritual que confieren un alto valor al acto sexual. Es cierto
que no existe el amor sin relaciones sexuales, pero no lo es menos que las
relaciones sexuales por sí solas no resumen la amplitud del amor entre hombre y
mujer.
Para que las relaciones sexuales puedan desembocar en buen puerto, es preciso que
medie el tiempo suficiente, exista una atracción mutua entre hombre y mujer y
sean observadas fielmente las diversas fases eróticas. Cumplidos estos requisitos,
el acto sexual se convierte en la consumación ideal de las relaciones de la pareja
humana. Ya en la fase estricta de relaciones físicas, para que el coito cumpla su
importante función de unión intersexual, han de cumplirse las fases que a
continuación citamos:
Prólogo erótico.
Juego amoroso.
Coito Epílogo.
LA CONVERSACIÓN EROTIZANTE
No es posible que el acto sexual se realice de forma cabal si no va precedido de
una conversación mínimamente erotizante. Los sentimientos son excitados por
medio de palabras adecuadas y oportunamente pronunciadas. El éxito de muchos
donjuanes radica no tanto en su apostura física como en su erotizante conversación,
abierta en un momento oportuno y canalizada hábilmente.

EL BAILE Y SU FUERZA ERÓTICA


Al igual que la conversación erotizante, el baile constituye uno de los elementos
más eficaces dentro del prólogo erótico capaz de conducir a la pareja a la
realización del acto sexual. El ritmo de un baile de tendencia afrodisíaca surte
efectos erotizantes en la mujer y en el hombre capaces de excitarlos sexualmente.
«No obstante, está prohibido bajo cualquier circunstancia tener relaciones
sexuales con las mujeres siguientes:
Una leprosa.
Una lunática.
Una mujer expulsada de su casta.
Una mujer que no sabe guardar un secreto.
Una mujer que expresa públicamente su deseo de un hombre.
Una mujer de cutis demasiado blanco.
Una mujer de cutis demasiado oscuro.
Una mujer que emita un olor desagradable.
Una mujer que sea parienta próxima.
Una mujer con la que se tenga amistad.
Una mujer que dedique su vida a la religión.
La esposa de un pariente o un amigo o un maestro de sánscrito.
«La mujer puede ser a veces un amigo tan leal como un hombre, pero la elección
de las verdaderas amigas debe circunscribirse a: Las que han jugado contigo de
niñas, en el polvo del verano.Las que están ligadas a ti por alguna obligación. Las
que tienen los mismos gustos y el mismo temperamento. Las amigas de tus días
estudiantiles.
Las que conocen tus defectos y tus secretos; y aquellas cuyas debilidades y
secretos te sean conocidos. La hija de tu nodriza. Las que crecieron a tu lado. La
hija de un amigo de la familia.

«Un verdadero amigo, ya sea hombre o mujer, debe poseer las siguientes
cualidades:
Ha de decir la verdad.
Ha de ser constante.
Ha de ayudarte a alcanzar tus objetivos.
Ha de ser de carácter firme y fiel.
No ha de desear lo que te pertenece.
Los enemigos y personas hostiles no han de poder influenciarla.
Ha de guardar tus secretos hasta la muerte.
«No siempre es posible dirigirse a una mujer personalmente o proponer a alguien
un negocio, si dichas personas no te son muy conocidas. En tales casos es
aconsejable el empleo de los servicios de un intermediario, debe poseer las
siguientes cualidades:
Buena presencia.
Audacia.
Habilidad para juzgar los caracteres.
Buenos modales.
Capacidad para elegir el tiempo y el lugar apropiados para proponer asuntos de
diversa naturaleza.
Lealtad en lo referente a dinero y mujeres.
Una inteligencia despierta.
Rapidez y astucia en caso de dificultades inesperadas.»

Como dicen los Shastra:

«Un hombre sabio y sutil a la vez, cuando por un


amigo astuto que conozca los secretos del tiempo y
el lugar, que conosca los secretos del tiempo y el
lugar    y cuándo está abierto el corazón femenino...
triunfará sobre todas las virtudes de la más casta y
más fiel de las mujeres.»

Aunque pueda parecer lo contrario, todo este


trasfondo erótico y delicadamente concupiscente
que aparece en el remoto mundo oriental reflejado
por Vatsyayana tiene un gran parecido sustancial
con la sexualizada sociedad occidental de nuestros
días.
ORGASMO Y EPÍLOGO DEL ACTO SEXUAL
En cuanto el miembro viril se introduce en la cavidad vaginal los movimientos
rítmicos de la pareja acoplada excitan de forma creciente las terminaciones
nerviosas sensoriales de los dos, hombre y mujer, al tiempo que va aumentando la
tensión en el cerebro y en la médula espinal, hasta que se produce finalmente el
orgasmo, sensación culminante del placer sexual que en el varón va acompañada
de la eyaculación seminal. Mientras se está realizando el acto sexual, los latidos del
corazón no cesan de incrementarse aceleradamente, en tanto la presión sanguínea
va aumentando también. Paralelamente, las glándulas intensifican su actividad, los
vasos sanguíneos se dilatan, la respiración deviene entrecortada y las pupilas se
dilatan. Todo el organismo está en tensión, participando de una forma u otra en el
acto sexual por excelencia. En la unión perfecta, igualmente el espíritu participa
generosa y plenamente en la intensidad afectiva del momento.
La excitación sexual no ofrece las mismas características en la mujer que en el
hombre. En tanto que en éste la excitación sexual alcanza muy pronto el grado
máximo -que es asimismo de breve duración y está perfectamente tipificado-, en la
mujer se desarrolla más lentamente, prolongándose más tiempo. En el varón
desaparece la excitación en cuanto se ha consumado el coito, pero en la mujer la
excitación se mantiene incluso después de la realización de la unión sexual.
Teniendo en cuenta esta diferencia, el hombre, a fin de que el acto sexual se realice
del modo más perfecto posible ha de procurar adaptarse a las características que
definen la actitud sexual de la mujer.
Generalmente, el hombre no necesita una excitación preliminar demasiado
prolongada, mientras que la mujer exige un período preparatorio más dilatado, lo
cual se explica perfectamente conociendo no sólo la conformación de sus genitales,
sino la peculiar psicología femenina y el papel que representa dentro del contexto
social y familiar.
Dado que se trata no sólo de una unión de carácter físico, sino también de una
armónica vinculación de tipo espiritual y sentimental al mismo tiempo, el hombre
no ha de dar por terminado el coito una vez conseguida por él la finalidad de su
propia satisfacción. Hacerlo de esta forma sería actuar de manera intolerablemente
egoísta y ello atentaría -como tantas veces ocurre, no obstante- contra las raíces
mismas del amor y el respeto humano que deben informar toda unión entre hombre
y mujer.
Como quiera que el próximo capítulo estará dedicado exclusivamente al orgasmo,
pasamos ahora a otro apartado del presente capítulo.

EL ACTO SEXUAL Y LA FELICIDAD A NIVEL DE PAREJA


Es evidente que una perfecta unión sexual propicia incrementa el grado de
felicidad del hombre y la mujer. Naturalmente, es imposible alcanzar esa armonía
sólo desde el ángulo sexual estricto. Sin amor, por otra parte, amor no sólo sexual,
sino de raíz espiritual, no existe la menor posibilidad de que la pareja viva
compenetrada y feliz.
Es importante, desde luego, la posición de los cuerpos para el logro de una perfecta
realización material del coito. En muchos casos, esto no se consigue más que con
un tiempo prudencial de convivencia entre hombre y mujer.
Por desgracia, existen infinidad de casos en que la insatisfacción sexual produce
desavenencias entre hombre y mujer. Cada caso ha de ser examinado a nivel de
pareja con amplio espíritu de comprensión. Muchas veces, no existen más que
motivos fútiles, equívocos que se deshacen con facilidad.
Por el contrario, otras veces, los motivos son graves y se requiere la intervención
médica. Hay casos en que existen unos obstáculos orgánicos que impiden la
realización normal del coito.
«Cuando la mujer ve a su amante extenuado por una unión sexual prolongada -dice
Vatsvayana-, incluso antes de que haya satisfecho su deseo, debe ayudarle
dulcemente, con su consentimiento, a que se acueste de espaldas, y proceder a
desempeñar su papel. También puede adoptar la posición normal del hombre en el
coito solamente por satisfacer la curiosidad de él o porque sienta la necesidad de
variación.
«Hay dos maneras de desempeñar este papel. O bien la mujer se da la vuelta y
monta a su amante sin interrumpir el coito, o adopta el papel de hombre desde el
principio.
«Con la cabellera suelta sobre la espalda y cuajada de flores, sonriente y sin
aliento, la mujer debe frotar sus senos contra el pecho del hombre, y bajando
frecuentemente la cabeza, devolver sus golpes, mordiscos, besos y palabras
seductoras, diciendo: 'Tú me has acostado y has buscado hasta el centro de mi ser;
ahora me toca a mí acostarte y buscar en ti.'
«Entonces ha de fingirse vencida de pronto por la modestia, y negarse a continuar
interpretando su papel. Así, alternando la audacia con la timidez, debe desempeñar
el papel del macho.
«El papel o la tarea de hombre consiste en hacer todo lo que puede procurar placer
a la mujer.
«Por ejemplo, cuando la mujer está acostada, murmurando palabras amorosas, el
hombre debe desatar su vestido, y si ella empieza a protestar y regañarle, silenciar
sus protestas con besos. En cuanto su lingam alcance la erección, debe acariciar
sutilmente el cuerpo de ella y oprimir y palpar con delicadeza sus partes más
sensibles. Si la mujer es tímida y ésta es la primera vez que tiene relaciones
camales, el amante debe apartarle los muslos con las manos. O si se trata de una
doncella muy joven, debe empezar por cogerle los senos, que ella indudablemente
intentará proteger cubriéndose con las manos, y entonces, deslizará los brazos bajo
sus axilas y la tomará por el cuello. Si, por el contrario, la amante es una mujer de
experiencia, la acariciará del modo que ella prefiera y que sea apropiado en tales
circunstancias. Después enredará la mano en sus cabellos, levantará su barbilla y
cubrirá su rostro de besos.
Si la amante es muy joven, se sentirá avergonzada y cerrará los ojos, pero sean
cuales fueren las circunstancias, la expresión del rostro de la amada es la mejor
indicación de lo que debe de hacer para complacerla.
«Si la mujer es feliz y está satisfecha, y alcanza el orgasmo al mismo tiempo que
su amante, su cuerpo se relaja, cierra los ojos, olvida toda modestia, y demuestra
un deseo creciente de unir los dos órganos tan estrechamente como sea posible.
«Por otra parte, si no está satisfecha, retuerce las manos, no permite a su amante
que se incorpore, parece abatida, le muerde y le golpea y le pide que continúe
mucho después de que él haya satisfecho su deseo. En tal caso, el hombre debe
acariciar suyoni (como el elefante acaricia con su trompa) hasta que se calme su
agitación, y después introducir en ella su lingam y empezar de
nuevo.   
(Aquí me quede) Los actos camales de un hombre son:
El Empuje hacia delante.
La Fricción.
La Penetración.
Los Golpes.
Las Presiones.
Las Bofetadas.
EJ Ataque del Jabalí.
El Ataque del Toro.
La Caza del Gorrión.
1) Cuando los órganos se acercan simple y directamente, se llama el
Empuje hacia Delante.
2) Cuando él sostiene el lingam en la mano y lo hace girar dentro delyoni,
se llama Fricción.
3) Si el yoni está bajo, y al penetrar el lingam en él, entra en contacto con la parte
superior del yoni, se llama Penetración.
4) Cuando ocurra lo mismo, pero el lingam roza la parte inferior del yoni, se llama
Golpe.
5) Cuando e\yoni está en contacto con el lingam durante largo rato, se llama
Presión.
6) Cuando el lingam se retira y después entra en el yoni con gran fuerza, se llama
Bofetada.
7) Cuando el lingam roza solamente un lado de\yoni, es el Ataque del Jabalí.
8) Cuando ambos lados del yoni son rozados por el lingam. es el Ataque del Toro.
9) Cuando el lingam está en el yoni, y el hombre arremete con fuerza, en un
rápido movimiento de vaivén, sin retirar el órgano, se llama la Caza del Gorrión, y
éste es el último acto de la unión sexual.
«Cuando la mujer desempeña el papel de hombre, debe ejecutar lo siguiente,
además de los nueve actos:
Las Pinzas.
La Peonza.
El Columpio.
1) Cuando la mujer introduce en el interior el lingam, contrae los músculos para
absorberlo mejor, lo oprime y lo mantiene así durante mucho rato, se llama las
Pinzas.
2) La Peonza es cuando Ja mujer gira repetidamente sobre el lingam. Esto sólo
puede aprenderse por la práctica.
3) Cuando el hombre eleva la parte media de su cuerpo, y la mujer tuerce repetidas
veces la parte media del suyo, se llama el Columpio.

«Si la mujer está cansada, debe apoyar la frente contra la mejilla de su amante, y
permanecer quieta sin interrumpir el contacto de los órganos,    Cuando ha
descansado, el hombre se dará la vuelta y asumirá de nuevo el papel activo.

EL BESO
Es uno de los más delicados y clásicos homenajes eróticos que hombre y mujer se
pueden ofrecer mutuamente. El beso goza de difusión y aceptación universales. La
atmósfera poética que emana del beso ha sido cantada por los más grandes
escritores y poetas. Bécquer, poeta del amor, dice en sus famosas
Rimas:
«Por una mirada, un mundo:
por una sonrisa, un cielo:
por un beso..., yo no sé
qué te diera por un beso.»
Cabría responderle a Gustavo Adolfo sencillamente:
¡Otro beso!

El Premio Nobel de Literatura, Ernest Hemingway describe magistralmente -en su


obra En otro país- una escena presidida por un beso:
«Nos miramos en la oscuridad. La encontré muy bonita y cogí su mano. Ella lo
consintió y yo la retuve con fuerza y la rodeé con mi brazo:
«No -dijo ella. Y yo dejé mi brazo donde estaba.
«Sí -dije yo-, por favor.
«Me incliné en la oscuridad para besarla, y sentí una aguda y ardiente quemazón.
Me había golpeado con fuerza en el rostro. Su mano me había alcanzado la nariz y
los ojos, y las lágrimas acudieron a mis ojos como reflejo.
«La miré a los ojos y la rodeé con mi brazo como lo había hecho antes, y la besé.
La besé con fuerza y la mantuve estrechamente abrazada y traté de abrir sus labios.
Estaban firmemente cerrados. Yo estaba todavía furioso, y mientras la sujetaba se
echó a temblar de repente. La mantuve estrechamente abrazada y pude oír latir su
corazón y sus labios se abrieron y su cabeza cayó contra mi mano y después se
echó a llorar sobre mi hombro.»
Hay cuatro clases de besos que pudiéramos llamar clásicos:
Ligeros.
Comprimidos.
De succión.
Suaves.
Mediante el beso ligero se logra despertar el instinto erótico de la mujer, excitando
al hombre al propio tiempo.
El beso comprimido es largo y profundo y va acompañado de suspiros y lamentos
eróticos.
El beso de succión ha sido ya descrito: es, en rigor, el llamado «beso francés».
Pero, en realidad, el beso llamado de succión no sólo se da, en la boca, sino en
cualquier parte del cuerpo. Es muy excitante. El beso suave es delicado y resulta el
menos erótico.
Habría que hablar del beso salvajemente apasionado, que, en realidad, más que
beso, es ya un mordisco erótico. Vatsyayana lo describe perfectamente:
«Todas las partes del cuerpo que pueden besarse, pueden también morderse, a
excepción del labio superior, el interior de la boca y los ojos.
«Los dientes buenos son todos de la misma longitud, brillantes, agradables a la
vista, bien proporcionados, enteros, intactos y de bordes agudos.
«Los dientes anchos, irregulares, espaciados y mates son feos y alejan a los
amantes.
Las distintas clases de mordiscos amorosos son:
El Mordisco Oculto.
El Mordisco Hinchado.
El Punto.
La Línea de Puntos.
El Coral y la Joya.
La Línea de Joyas.
La Nube Quebrada.
El Mordisco del Jabalí.
1) El Mordisco Oculto se nota únicamente por un ligero
enrojecimiento de la piel.
2) El Mordisco Hinchado es el que produce hinchazón.
3) El Punto es una pequeña parte de la piel, mordida sólo por
dos dientes.
4) Cuando se marcan pequeñas partes de piel con todos los
dientes se llama Línea de Puntos.
5) El Coral y la Joya es el mordisco que se inflige con los
labios y dientes a la vez. Los labios son el coral, y los dientes,
las Joyas.
6) Cuando el mordisco se da con todos los dientes, se llama la
Línea de Joyas.
7) Un mordisco en forma de círculo irregular (irregularidad
debida a la forma de los dientes) se llama Nube Quebrada.

8) El mordisco formado por grandes marcas de dientes


alternando con trozos de piel enrojecida se llama Mordisco de
Jabalí.
«Este último mordisco se inflige siempre en los pechos y es
la indicación
típica de un amante muy apasionado y fiero.
«El Mordisco Oculto, el Mordisco Hinchado y el Punto se
aplican generalmente al labio inferior, mientras que el Coral y
la Joya se da en la mejilla. Los besos, las cicatrices que dejan
las uñas y los mordiscos son adornos de la mejilla izquierda,
y cuando alguien habla de la mejilla en cuestiones de amor,
siempre se refiere a la mejilla izquierda.
« La Línea de Puntos y la Línea de Joyas se han de dar en el
cuello, las axilas y el interior de los muslos, pero el primero
también puede infligirse en la frente
y en la parte exterior de los muslos. «Si se marcan con las
uñas o con mordiscos los siguientes objetos: un adorno para
el cabello, un pendiente, un ramillete de flores, una hoja de
betel o de tamal, lucidos por la mujer amada o que le
pertenezcan, estas marcas simbolizan el deseo del amante de
gozar de su amada.»
Al referimos en esta parte final del capítulo a los mordiscos
eróticos, recordamos que hemos definido -es un decir- el
amor como una guerra subterránea entre los sexos masculino
y femenino (Véase el capítulo segundo de la presente obra).
LA EXCITACIÓN SEXUAL EN LA MUJER
El deseo de unión entre la mujer y el hombre es algo
perfectamente natural.Ocurre que este deseo se manifiesta de
un modo más impulsivo y claro en el varón que en la mujer,
pero en ésta es también igualmente intenso y, si no se
manifiesta generalmente de un modo más abierto, se debe no
tanto a la naturaleza como a los condicionamientos sociales,
que refrenan y reprimen los impulsos sexuales femeninos. El
freno del «¿qué dirán?» es todavía muy poderoso a ciertos
niveles por lo que respecta a los instintos sexuales femeninos
y su natural satisfacción.
La mujer ha de esperar a que el varón tome la iniciativa. Lo
contrario se considera poco menos que aberrante. No
obstante, hoy por hoy, la mujer ha iniciado una revolución
por lo que atañe a los planteamientos sexuales y reclama unos
derechos de iniciativa que hubiesen ruborizado y
avergonzado
ABRAZOS Y CARICIAS
profundamente a las mujeres de hace tan sólo una generación, sobre todo en
ciertos países y a ciertos niveles sociales.
La mujer siente recelo ante ciertas formas de excitación sexual y son no pocos los
casos en que ella misma se opone a satisfacer sexualmente sus deseos de una
manera plena. He aquí un caso práctico -del que se hace eco Kolle- que pone de
relieve esta susceptibilidad de la mujer en relación con sus derechos de satisfacción
sexual: Se trata de una carta escrita por una mujer de Colonia:
«Aún no hace dos años que me he casado por segunda vez. Tengo treinta y cinco y
mi marido me lleva tres. Mientras que el primero, por decirlo de alguna forma, era
un irresponsable, tanto en cuestiones de dinero como de mujeres o en cualquier
otro aspecto de la vida, el actual es totalmente distinto y yo soy completamente
feliz con él, tanto sexual como psíquicamente. Sólo hay un asunto que desde hace
algún tiempo me tiene preocupada.
«Poco después de nuestra boda me confesó que sentía cierta debilidad, una especie
de preferencia por ciertas prendas femeninas de goma. Sin duda estará usted tan
asombrado como me quedé yo, porque nunca había oído hablar de cosa semejante,
si bien más tarde pude darme cuenta de que muchos hombres sienten atracción
hacia un tipo especial de prendas, pues muchas casas se dedican a la venta y
fabricación de las mismas. Tras muchas vacilaciones por mi parte, decidimos
adquirir algunas de aquellas prendas que tanto le encantaban.
Si bien he de reconocer que son muy atractivas, no veo en ellas nada de particular,
ahora bien, mi esposo desea que yo me las ponga y se excita mucho cuando las
llevo y me paseo así ante él. Tengo la sensación de que ahora es cuando realmente
siente más placer en nuestro trato sexual y queda verdaderamente satisfecho.
«Como ello me resultaba extraño, creí oportuno comentarlo con otra persona. Y así
hablé con una amiga mía, de mi edad, también casada y con la que me une buena
amistad. Por fortuna no le dije que me refería a mi propio marido, sino que hablé
en términos vagos de algo que había oído y sobre lo que deseaba su opinión. Ella
me dijo que aquello era horrible, antinatural, anormal y no sé cuántas cosas más, de
forma que al punto desvié la conversación hacia otros temas pues vi que la
desagradaba incluso hablar de ello.
«Cuando le conté a mi marido la opinión de mi amiga, se disgustó mucho
conmigo, diciéndome que había faltado a su confianza. Créame sinceramente que
por nada del mundo deseo perderle pues le quiero de verdad, si bien el deseo de
comentar con alguien este asunto es sólo para saber si la opinión de mi amiga es
realmente correcta.»
Naturalmente que no lo es. La mujer unida al hombre debe ser discreta por lo que
respecta a los deseos del varón y, en general, a todo lo que sucede dentro del
ámbito de sus relaciones sexuales. Lo que la mujer debe hacer es intentar que la
unión sexual con el varón resulte lo más cabal y satisfactoria posibles. Ella ha de
buscar no defraudar al varón por lo que respecta al tipo de excitación sexual que él
necesita y a su vez exigir al respecto los mismos derechos relacionados con sus
necesidades al respecto. No cabe duda de que excitando sexualmente al varón de
una forma adecuada, la mujer acrecentará las posibilidades de su propia excitación.
La mujer necesita ternura a la hora de ser excitada sexualmente, pero también
necesita que el hombre sepa realizar con habilidad todos los juegos de excitación
sexual que sirven de preludio al coito.
El abrazo es muy importante a la hora de intentar excitar sexualmente a la mujer.
Se trata de un método tan antiguo como la especie humana. «El abrazo -se dice en
el Kama Shutra- es el contacto corporal que refleja la alegría de un hombre y una
mujer unidos por el amor.
«Los escritos antiguos afirman que hay cuatro clases de abrazo:
1) Cuando un hombre, sintiendo la violenta mordedura del deseo, toca el cuerpo de
una mujer con el suyo propio (generalmente usando algún pretexto o excusa,
porque éste es el más elemental de los contactos corporales), se llama Abrazo del
Tacto.
2) Si, en una habitación aislada, una mujer se inclina para recoger algo, y al
hacerlo sus pechos tocan suavemente con el cuerpo de su amante, y éste al punto
los cubre con sus manos, se llama Abrazo de Penetración.
Estas dos formas de contacto corporal son utilizados solamente por los amantes
que aún no estén seguros de sus sentimientos e intenciones mutuas.
3) Cuando dos amantes pasean lentamente por un jardín sombreado y tranquilo,
rozando apenas con sus cuerpos, el uno contra el otro, se llama Abrazo de Fricción.
4) Pero cuando uno de ellos oprime con fuerza y apasionadamente el cuerpo de su
amante con el suyo propio, se llama Abrazo de Presión.
«Estos dos últimos son empleados por aquellos que ya han sucumbido a las flechas
de Kama, y están dispuestos a flotar juntos en el mar tempestuoso del deseo.»
«Cuando un hombre y una mujer se encuentran con el único objeto de entregarse a
los recíprocos placeres del amor, en general se abrazan de las siguientes maneras:
1) Cuando una mujer se enrosca a su amante tan firmemente como una serpiente
alrededor de un árbol, y acerca la cabeza hacia los ansiosos labios de él, y si
entonces le besa emitiendo un sonido ligeramente sibilante, 'surt, surt', y le mira
larga y tiernamente, con las pupilas dilatadas por el deseo, esta postura se llama
Abrazo de la Serpiente.
2) Cuando una mujer coloca un pie sobre el pie de su amante, y el otro alrededor
de su muslo, cuando le pone un brazo alrededor del cuello y con el otro le rodea las
caderas, y gime suavemente en su deseo, como si deseara trepar por su firme
cuerpo y capturar un beso, se llama Abrazo Trepador.
«Pero estas dos actitudes pasionales son sólo un preludio de la unión en sí.
3) Cuando un hombre y una mujer, acostados sobre la cama, se abrazan con tanta
fuerza que sus brazos y muslos están enroscados en suave fricción, se llama Unión
de la Semilla de Sésamo con el Grano de Arroz.
4) Cuando un hombre y una mujer se aman con violencia y sin miedo al dolor,
como si desearan penetrar en el cuerpo del otro, incluso aunque la mujer esté
sentada sobre las rodillas de él, o en pie ante él, o tendida debajo de él, su
abandono se llama Unión de la Leche y el Agua.
«Los dos últimos apasionados abrazos tienen lugar en el mismo momento de la
unión sexual. Estas son las ocho clases de abrazo según los discípulos de
Bhabravaya.»
«Sin embargo, uno de los más antiguos maestros, Survarnanabba, añade que hay
también cuatro maneras básicas de abrazar distintas partes del cuerpo:
1) Si dos amantes se oprimen mutuamente los muslos, es la Caricia de Dos Muslos.
2) Si un hombre oprime el sa.gha.na (la parte inferior del cuerpo) de su amante, y
monta su cuerpo desnudo, ya sea para arañarla, morderla, golpearla o besarla, y
deshace el grueso moño de sus cabellos, se llama Caricia de Jaghama.
3) Cuando un hombre frota su pecho contra los suaves senos de su pareja, es la
Caricia de los Dos Senos.
4) Cuando un hombre aplica la boca, ojos y frente sobre la boca, ojos y frente de su
amante, se llama Caricia de la Frente.» Se trata de formas básicas de despertar la
excitación de la mujer y que, sin duda alguna, han sido y son empleadas en el
juego amoroso que precede a la realización del acto sexual.    Existen también otra
serie de recursos, no ya pertenencientes al preludio del coito, sino que incrementan
el placer que experimenta la mujer en el momento de realizarlo. No se trata de
técnicas ortodoxas, sino más bien bastante heterodoxas, pero que resultan muy
eficaces en infinidad de casos concretos. Es el varón, en realidad, quien tiene que
intuir si a la mujer le gusta este tipo de excitación sexual, y entonces propiciarla, o
bien si le desagrada, y, en tal caso, renunciar a su puesta en práctica.
De nuevo va a servirnos de guía el libro oriental del arte del amor. « La unión
sexual -puede leerse en el Kama Sutra- es susceptible de compararse a una riña
entre amantes, a causa de los pequeños enojos producidos tan fácilmente por el
amor y la tendencia de ambos amantes apasionados a pasar con rapidez del amor a
la ira. En la intensidad de la pasión, es corriente golpear el cuerpo del amante, y las
partes del cuerpo donde deben infligirse estos golpes amorosos son:
Los hombros.
La cabeza.
El espacio entre los senos.
La espalda.
El jaghana.
Las caderas.
Hay también cuatro maneras de golpear al ser amado:
Con la palma de la mano.
Con los dedos ligeramente contraidos.
Con el puño.
Con el dorso de la mano.
Estos golpes son dolorosos, y la persona que los recibe suele emitir un grito de
dolor. Existen ocho sonidos de agradable angustia que corresponden a las distintas
clases de golpes. Estos sonidos son:
El sonido Hinn.
El sonido Agudo.
ElSonido Arrullador
ElSonidoPlañidero.
sonido Phout
El sonido Phatt.
El sonido Soutt.
EL sonido Platt.
Aparte de estos sonidos, la víctima del placer amoroso exclama a menudo
palabras-como ¡Madre mía!', que expresan su deseo de libertad. Su
satisfacción al deseo que cese al castigo    a veces el orgullo del poder de su
Amante a esta palabras pueden añadírsele los sonidos de la    tórtola el
cucú, la paloma verde, el papagayo        abeja, el gorrión, el flamenco, el
pato y la Este tipo de excitación sexual sólo ha de buscarlo el varón en las
mujeres apasionadas y con cierta tendencia al masoquismo. Utilizada esta
técnica amorosa con mujeres de temperamento dulce, resulta
contraproducente.
COMPRENSIÓN PSICO-SEXUAL
Hay muchas mujeres que consideran las prácticas orales como una
aberración y no permiten que el varón despierte el deseo sexual femenino
por medios de caricias orales en sus genitales. En realidad, se trata de una práctica
de excitación sexual que puede considerarse normal. Según los informes obtenidos
por Kinsey, «el 54 % de los americanos casados realizan prácticas orales y un 49 %
de las mujeres hacen lo mismo. No es anormal, ni perverso, sino simplemente una
expresión de máximo interés amoroso y de preocupación por el otro».
La mujer ha de manifestarse con el máximo de comprensión en sus relaciones
sexuales. Todo lo que se hace con amor entre una pareja resulta, en líneas
generales, permisible. En las prácticas de excitación sexual lo condenable no es, en
muchos casos, la práctica en sí misma, sino la perversa intencionalidad del que la
lleva a cabo. Una mujer debe de saber perfectamente cuando lo que hace su
compañero para excitarla sexualmente está determinado por el amor que siente
hacia ella o por su propio y vicioso egoísmo.
«La mayoría de los matrimonios -escribe Oswait Kolle- tardan tres, cuatro o cinco
años en llegar a compenetrarse por completo según su deseo, y este periodo puede
resultar para ambos una época de dificultades y hasta torturas, o una época de
maravilloso aprendizaje en el lento camino de la felicidad y de las experiencias
humanas del descubrimiento del otro, camino lleno de sorpresas. Esto depende
totalmente de la forma como cada cual entienda el amor. Si uno opina que la vida
conyugal es una institución educadora y desea 'corregir' los defectos del otro,
imponiéndole sus propias convicciones por la fuerza, sólo conseguirá fracasar,
tanto en la vida cotidiana, como en las relaciones intimas.
«Desde luego, el de más experiencia o el más temperamental será el que
guíe al otro en el camino del amor. Pero una cosa es guiar y enseñar y otra muy
distinta imponer. El que asume esta responsabilidad debe obrar como un buen
montañero que guía a un novato enseñándole el modo de ir salvando los obstáculos
para convertirse en un buen escalador, capaz de llegar, más adelante, a las metas
que se proponga alcanzar. La mayor satisfacción para el guía de montaña es poder
decir: Ahora que ya has alcanzado mi nivel en la escalada dime la meta que deseas
que alcancemos juntos.»

LA NECESIDAD DE CARICIAS QUE SIENTE LA MUJER ANTES DE


REALIZAR EL COITO
El hombre ha de tener muy en cuenta siempre que no todas las mujeres son iguales,
que no son sólo hembras, sino que también son mujeres y que, por consiguiente,
tienen su personalidad. La tendencia al machismo frustra no pocas relaciones.
Antes de llegar al acto sexual, es preciso entablar el preludio del juego amoroso,
juego amoroso que unas veces requiere ser más prolongado que otras aun
tratándose de la misma mujer, ya que depende, ella más que él, de su estado de
ánimo y de una serie de factores extraeróticos el que pueda lograr el orgasmo antes
o después. El varón ha de esperar siempre pacientemente, esperar acariciando, y,
más tarde o más temprano, la mujer acariciada hábil y tiernamente se sentirá
excitada sexualmente y el varón se verá recompensado en su esfuerzo...
«Una mujer que necesita gran cantidad de caricias en el juego amoroso previo al
acto sexual en sí -dice Oswait Kolle-, para luego poder amar con toda intensidad y
gozar del placer juntamente con su pareja, es totalmente normal. Tan normal como
otra más dispuesta. Su cuerpo anhela sentirse acariciado en las zonas más
sensibles, el clítoris principalmente; desea que el hombre la bese en todo su cuerpo
y acaso sólo después de ese preludio se despierta en ella la verdadera necesidad
sexual. Una mujer así no es frígida, es normal; aunque sin tal preparación pudiera
llegar a la frigidez o al desprecio del acto sexual con su consiguiente repercusión,
de manera consciente o inconsciente, en el cariño hacia el cónyuge.»
La responsabilidad del varón en este sentido es muy grande y no siempre, ni
mucho menos, es asumida con plena conciencia.
El varón tiene múltiples medios a su alcance para conseguir excitar sexualmente a
la mujer. Todo depende de que sepa utilizarlos en el momento adecuado y con la
habilidad que el caso requiere.
«Si un hombre es incapaz de satisfacer a una Hastini o mujer Elefante -se dice en
el Kania Sutra-, debe recurrir a otros métodos para darle el placer del orgasmo
sexual. Ha de acariciar el yoní con la mano o los dedos, y no penetrar en él hasta
que la mujer esté muy excitada y ya han empezado los espasmos del orgasmo.
«Esta es una de las maneras de despertar el deseo de una mujer.
«También puede utilizar un apadravyas, que es un objeto tubular que se ata
alrededor del língam para agrandarlo y alargarlo, de modo que pueda llenar
completamente el yoni.
«Babhravya dice que estos apadravyas deben estar hechos de oro, plata, cobre,
hierro, marfil, cuerno de búfalo, hojalata, plomo o diferentes clases de madera.
Tienen que ser blandos, limpios, capaces de dar más dureza al Ungam y hechos a la
perfección para que logren el objetivo propuesto sin dificultades ni molestias.
«Hay muchas clases diferentes de apadravyas:
1) El Brazal (Valaya): esta apa dravya tiene eJ mismo tamaño que el lingam y la
superficie exterior es áspera.
2) La Pareja (Sanghati): está formado por dos brazaletes.
3) El Brazalete (Chudaka): está compuesto de tres o más brazales unidos hasta la
longitud necesaria. Existe también una forma más sencilla de brazalete, consistente
en un hilo de hierro que se enrolla alrededor del lingam para sostenerlo y
reforzarlo.
4) El Kantuka o Jalaka es un tubo hueco de superficie áspera provista de bultos
blandos, cuyo tamaño está en relación con las dimensiones del yoni. El Kantuka se
adapta al lingam y está sujeto a un cinturón.
«Si el hombre es cogido de improviso y no tiene a mano un Kantuka, puede
hacerse un aparato similar con la rama de un manzano o el tallo tubular de una
calabaza, o una caña suavizada con aceite y extractos de plantas, o incluso con
trozos de madera pulida, añadidos unos a otros. Todos ellos deben sujetarse a un
cinturón como el auténtico Kantuka.
Estos aparatos pueden usarse para cubrir y ayudar al lingam, o en algunos casos,
como sustituto. Por ejemplo entre dos mujeres.
« Las gentes del sur sostienen la creencia de que no se suele gozar plenamente de
un intenso placer sexual si el lingam no ha sido perforado.
«Si un joven desea probar este método, debe perforar el lingam con un instrumento
muy afilado y luego sentarse dentro del agua hasta que haya pasado la hemorragia.
Aquella misma noche debe entregarse a una forma activa de unión sexual para que
quede limpio el agujero. Después de esto, deberá continuar lavando el agujero con
diversos líquidos, y si lo desea, puede agrandarlo insertando en él juncos que
ensanchen gradualmente el orificio. También puede lavarse la herida con una
mezcla de miel y regaliz, y lubricar el agujero con un poco de aceite.
En este orificio del lingam se pueden insertar muchas clases de apadravyas,
tales como:
1) El Redondo (redondo de un lado)
2) El Mortero de Madera.
3) La Flor.
4) El Brazalete.
5) El Hueso de Garza.
6) El Colmillo de Elefante.
7) Las Siete Bolas.
8) El Mechón de Cabellos.
«Si se frota el lingam con una mezcla dephysalis, siexuosa, shavarakandaka,
jalasuka, la fruta de la berenjena, mantequilla hecha con leche de búfalo, la planta
hastirharma y el jugo de la planta vajrrasa, la hinchazón obtenida durará un mes.
«Por otra parte, si se hierven los ingredientes anteriores en aceite y después se frota
el órgano con esta mezcla, la hinchazón persistirá durante unos seis meses.
«Una mezcla de aceite hervido con semillas de granada y pepino, el jugo de la
planta valuka berenjena, y hasticharma, es asimismo efectiva y causa un
crecimiento progresivo.
«Pero aún existen más métodos cuyo éxito ha sido garantizado por los repetidos
experimentos de hombres sabios y doctos.
«Si un hombre mezcla el polvo de una planta que produzca leche y de la planta
kantala con los excrementos de un mono y la raíz molida de la planta lanjalika, y
derrama esta mezcla sobre una mujer ésta jamás podrá amar a otro
hombre.
«Si, por otra parte, un hombre hace una especie de jalea con los jugos del fruto
cassia fístula y eugenia jambolina, y la mezcla con el polvo de las plantas
soma, vemonia, anthelminteca eclipta próstata y lohopa juihirka, y aplica esta
mezcla al yoni de una mujer con la cual va a unirse sexualmente, el hombre cesará
instantáneamente de amarla.
«El mismo efecto puede lograrse si el hombre se une sexualmente a una mujer que
se ha bañado en leche de búfalo mezclada con el polvo de las plantas amaranta
amarilla, gopalika y banapad ika.
«Si una mujer se aplica al yoni un ungüento compuesto de flores nauclea cadamba
y eugenia jambolina, su marido la detestará. Las guirnaldas tejidas con estas
mismas flores tendrán idéntico efecto.
«Un ungüento compuesto de la fruta de la asteracanthalongífolia contrae el yoni
de una Hastini o mujer Elefante, pero esta contracción dura una sola noche.
«Por otra parte, una crema compuesta de las raíces molidas de la nelubrium
speciosum, del loto azul y de la physalis flexuosa, mezcladas con ghee y miel,
dilata el yoni de una Mirigi o mujer Cierva.
«La fruta emblica myrabolans empapada en la leche de la planta soma, la calotropi
gigante y el jugo de la fruta vemonia anthelmintica, tiene el pelo de blanco...»
En otra parte del famoso libro oriental, puede leerse: « Una mujer que se cita con
un hombre en un lugar solitario y le permite tocarla con el pie, y simula no darse
cuenta de ello (porque aún no está decidida), puede ser ganada con paciencia y
perseverancia del modo siguiente:
«Si por casualidad duermen el uno al lado del otro, él debe rodearla con el brazo
izquierdo, y por la mañana vigilar atentamente para ver si, cuando se despierta, le
rechaza de plano o de una manera que indica claramente que desea ver la caricia
repetida. Puede entonces repetir la caricia con el pie. Si ella se lo permite, tratará
de abrazarla más estrechamente, y si ella se levanta y le aparta el brazo, él debe
esperar por ver si se lo permite al día siguiente. Si en efecto ella vuelve al día
siguiente, y duerme junto a él, el hombre sabrá que ya no tardará en someterse a la
unión sexual...
«Cuando la mujer ofrece al hombre una oportunidad de declararle su amor, es
deber de él aprovecharse de las posibilidades de la situación. Los modos de que se
vale una mujer para revelar su deseo son sencillos y fáciles de reconocer:
1) Habla al hombre antes de que él se dirija a ella.
2) Le cita en lugares solitarios.
3) Tiembla y tartamudea cuando se dirige a él.
4) Un sudor nervioso empapa sus manos y sus pies, y tiene el rostro radiante
de felicidad.
5) Aprovecha cualquier oportunidad para dar masaje a su cuerpo y tocarle
la cabeza.
6) Mientras le da masaje, trabaja con una sola mano, y con otra acaricia
ciertas partes de su cuerpo.
7) Se queda muy quieta, con las manos sobre el cuerpo de él, como si algo la
hubiese sorprendido o estuviera muy cansada.
8) De vez en cuando se inclina para mirarse los muslos, y si él le pide que le
permita darles masaje, no se niega.
9) Coloca una de sus manos sobre el cuerpo de él, y aunque el hombre la oprima
entre los muslos, no hace nada para apartarlo.
10) Y, por último, cuando ha resistido todos los esfuerzos del hombre para
conquistarla, vuelve al día siguiente y se ofrece para darle masaje.
«El hombre ha de tomar la iniciativa con la mujer, y lograr su interés con una
conversación íntima. Después puede permitirse alguna insinuación amorosa, y si
advierte que ella reacciona en su favor, debe continuar sin miedo hasta que ha
logrado su propósito y gozado de ella.
«Una mujer que en el primer encuentro demuestra su afecto y atracción mediante
signos evidentes, puede y debe ser ganada muy fácilmente.
«Del mismo modo, la mujer lasciva que responde a las insinuaciones amorosas
mostrando inmediatamente su deseo de ser amada, puede considerarse seducida
desde el principio de la conversación.
«Acaso pueda afirmarse de modo general que todas las mujeres, ya sean
inteligentes, sencillas o confiadas, que revelan abiertamente su deseo, pueden ser
conquistadas con mucha facilidad.»
Todas estas reflexiones en torno al amor sexual y a sus múltiples connotaciones
que pueden leerse en el Kama Sutra están avaladas por la experiencia de una
antigua e ilustre civilización y constituyen un acervo común a toda la humanidad.
No cabe dudarlo, en lo sustancial el celebre libro oriental mantiene su vigencia y
puede constituir una especie de breviario para educar eróticamente tanto a la mujer
como al hombre.
La excitación sexual de la mujer es una empresa que ha de acometer el varón con
la máxima delicadeza y audacia al mismo tiempo, a base de prudencia y de
oportunidad, de reflejos psicológicos y experiencia acumulada. Sólo actuando
como un verdadero artista conseguirá el hombre, en el curso del juego amoroso
previo al acto sexual, que la mujer se entregue sin reservas y pueda la pareja
obtener el máximo placer de su acoplamiento, que ha de tender siempre al logro
del orgasmo conjunto.
LA EXCITACIÓN SEXUAL EN EL HOMBRE
El varón, como ya se dijo en otro capítulo, es sumamente fácil de excitar
sexualmente. Pero no se trata ahora de esta facilidad y rapidez con que puede ser
excitado y erotizado a fondo, sino más bien de contribuir a que el juego amoroso
que prolonga la realización del acto sexual constituya una especie de obra de arte y,
al mismo tiempo, un modo eficaz de contribuir a la excitación sexual en la
compañera.
No sólo ha de tener en cuenta el varón a la hora del juego amoroso los factores que
pudiéramos llamar somáticos, es decir, corporales, sino también, y en muy alto
grado por lo que respecta a la mujer, los psíquicos. Si el hombre se excita con
rapidez y facilidad, su grado de erotización llegará a intensificarse a medida que
crece la excitación sexual de la compañera de pareja. Es preciso, pues, que el varón
conozca cuáles son las preferencias de toda índole que tiene la mujer en lo
relacionado con el coito.
Por ejemplo, es de considerable importancia, aunque pueda parecer algo puramente
adjetivo -y lo es para unas mujeres, pero no para otras-, la cuestión de la luz al
realizar el acto sexual. ¿Se ha de consumar el coito con luz o a oscuras? Es algo
que se ha de decidir en cada caso concreto. De la importancia del tema da una idea
el que Kinsey haya realizado una encuesta al respecto. Los resultados de la misma
fueron los siguientes:

ACTUACIÓN DE LA MUJER EN EL JUEGO AMOROSO


Así como la mujer necesita ser acariciada con paciencia -salvo en determinados
casos de mujeres muy apasionadas que se decantan hacia la rudeza del varón-,
también el hombre requiere un especial tratamiento erótico por parte de la mujer.
«Es completamente normal -escribe Máxime Davies- que el hombre se excite
fuertemente ante la contemplación del cuerpo de su amada. La mujer, por el
contrario, puede ver el apolíneo cuerpo de su cónyuge y quedar tan fría, que le es
posible seguir pensando en el modelito que lucía su amiga.
La contemplación del rostro del marido cuando la abraza es más bien algo que la
distrae y que puede desviar el deseo que comienza a crecer en ella en vez de
aumentar su excitación. Por eso suele cerrar los ojos. En el hombre esta
contemplación actúa de forma diametralmente opuesta: aumenta su excitación.»
Por consiguiente, la mujer ha de tener en cuenta este factor a la hora de participar
en el juego amoroso y ofrecer su cuerpo a la contemplación de su compañero. De
esta forma, la excitación sexual del varón se incrementará.

LA IMAGINACIÓN FEMENINA A LA HORA DE EXCITAR


SEXUALMENTE AL COMPAÑERO
Es común el hecho de que se acepte la pasividad de la mujer en lo concerniente a
las relaciones sexuales. Se trata de un tópico que es preciso desterrar. La mujer ha
de jugar también un papel activo -en consonancia con
y su sensibilidad, naturalmente- dentro del marco de las relaciones sexuales. Ha
de estimular y ser estimulada. De lo contrario, la armonía sexual no tarda en
desaparecer y el hombre que se encuentra con una mujer pasiva, no tarda en
hastiarse y buscar otros horizontes eróticos. Es un grave peligro el que corre la
mujer que deja toda la iniciativa a su marido: corre el riesgo de convertirse en un
auténtico objeto de placer. Pero de los objetos todo el mundo se cansa a la    larga o
a la corta...
He aquí una carta, escrita a Kolle por una mujer joven, que pone de relieve          la
verdad de lo que acabamos de decir:
«A los dos años de matrimonio, aoté que la actividad sexual de mi marido
decaía visiblemente. Temía que nuestro matrimonio se derrumbase si las cosas
seguían adelante y decidí poner remedio. Me armé de valor y una noche, cuando
regresó del trabajo, representé ante él el papel de seductora. He de confesar que la
escena era fingida, pero pude darme perfecta cuenta de que a él le gustaba y esto
me enardeció a mí misma.
«Más tarde me confesó: 'Siempre esperé que fuera la mujer la que me
solicitara.' Y desde aquella fecha hemos comprendido que no siempre ha de      ser
igual, sino que unas veces tiene que ser él quien tome la iniciativa y otras,      yo. En
la actualidad no hemos de hablar sobre este asunto; todo transcurre de
la mejor forma, a iniciativa del uno o del otro, según los casos o las
insinuaciones.»
Esta es la conducta inteligente que debe de adoptar toda mujer que desee
conservar el amor de su compañero y mantener el dinamismo deseable en las
relaciones sexuales.

LA IMPORTANCIA FUNDAMENTAL DEL AMOR EN LA VIDA DEL


HOMBRE
'"      Hay muchos varones que consideran las conquistas sexuales como trofeos
deportivos. No se han planteado la verdadera importancia que tiene el amor como
vínculo integrador de la pareja humana y basamento firme de la vida individual.
Hacen el amor trivialmente y esto puede ser peligroso, a la corta o
te me di cuenta que hasta la fecha me había comportado como un cazador de
mariposas que se divierte sin profundizar en el objetivo real de su deporte. Sin
observar más que el aspecto exterior de la vida sexual, sin sentir verdadero interés
por seguir profundizando. Sin embargo, ¡qué atractivo es hallar o esperar un gesto
conocido, esto es algo que yo no sospechaba! Descubrir los mil rincones ocultos de
un ser que siempre es el mismo y siempre diferente, ver cómo la mujer que nos
acompaña evoluciona y se supera en un comportamiento sexual que antes no se
atrevía a exteriorizar por vergüenza o retraimiento, pero que se ofrece ahora, a
medida que avanza nuestra intimidad en la vida toda y en nuestros comunes
sentimientos. Esto es infinitamente mucho más bello que cualquier encuentro
superficial con una persona que en el fondo nos es y seguirá siéndonos extraña,
desconocida...»
La carta de este joven resulta sumamente reveladora por lo que respecta a la
verdadera naturaleza del amor sexual, que no se satisface con un mero
acoplamiento físico, sino que precisa, para alcanzar su plenitud, unión psíquica y
espiritual.

EL ÉXITO MASCULINO EN LAS CONQUISTAS ERÓTICAS


No se trata aquí del clásico y un tanto desprestigiado Don Juan, figura
estereotipada y ya muy manida literariamente, sino de las cualidades que suelen
concurrir en los varones con «gancho» -por decirlo de un modo popular-entre las
mujeres. El Kama Sutra cita 24 tipos masculinos:
1) Los hombres muy experimentados en la ciencia del amor.
2) Los que saben narrar historias divertidas y emocionantes.
3) Los hombres acostumbrados a vivir con mujeres desde su infancia.
4) Los que saben ganar su confianza.
5) Los que son generosos con sus regalos.
6) Los oradores persuasivos y elocuentes.
    7) Los que tienen en cuenta las preferencias femeninas.
8) Los hombres que no han amado antes a otra mujer.
9) Los que actúan de intermediarios.
10) Los que observan y reconocen las debilidades femeninas.
11) Los preferidos por las mujeres honestas y respetables.
12) Los que están en buenas relaciones con los amigos de la mujer en
cuestión.
13) Los que tienen aspecto de ser felices.
14) Los hombres que han crecido en compañía de mujeres.
15) Los vecinos.
16) Los hombres muy aficionados a los placeres sexuales, aunque sólo sean con
sus sirvientas.
17) Los amantes de la confidenta de la mujer.
18) Los hombres recién casados.
19) Los que disfrutan con las excursiones y fiestas.
20) Los hombres de carácter liberal y comprensivo.
21) Los que tienen fama de ser fuertes y apasionados (los Toros).
22) Los hombres valientes y audaces.
23) Los que superan a los maridos de las mujeres deseadas en aspecto,
carácter y liberalidad.
24) Los que visten con magnificencia y viven rodeados de gran lujo.
A estos 24 tipos podrían añadirse algunos más:
Los que tienen un temperamento romántico.
Los que saben ser tiernos con las mujeres.
Los hombres muy cultivados pero no pedantes.
Los artistas.
Los cantantes.
Los futbolistas.
Los que conducen un coche elegante.
Los hombres jóvenes de negocios...

Y otros muchos más. No existe, hoy por hoy, el tipo clásico del Don Juan que las
conquista a todas sin remedio. Y no existe porque la mujer ha hecho su propia
revolución, ha recuperado sus derechos y ha roto infinidad de tabúes,
convencionalismos y supercherías.
El Kama Sufra -y lo citamos aquí como mera curiosidad- recoge 40 tipos de
mujeres fáciles de seducir:
1) Las mujeres que siempre están a la puerta de la casa.
2) Las que pasan el día contemplando la animación de la calle.
3) Las que siempre están charlando con la vecina.
4) La mujer que mira directa y audazmente a los ojos de los hombres.
5) La intermediaria.
6) La mujer que mira de reojo.
7) La mujer cuyo marido se ha casado de nuevo sin ninguna razón válida.
8) La mujer que detesta a su marido o es odiada por él.
9) Aquella a quien nadie cuida ni vigila.
10) La mujer sin hijos.
11) Aquella cuya familia o casta no son muy conocidas.
12) La mujer que ha perdido a sus hijos.
13) La que en público hace gran ostentación de su amor por su marido.
14) La mujer aficionada a estar en sociedad.
15) La viuda de un actor.
16) Una viuda.
17) La mujer que necesita dinero.
18) La que ama los placeres sensuales.
19) La esposa de un hombre que tiene muchos hermanos más jóvenes que él.
20) La mujer vanidosa.
21) La mujer cuyo marido es inferior a ella en talento y rango.
22) La mujer preocupada por la disoluta conducta de su marido.
23) La que han casado de niña con un hombre rico, y que al
crecer descubre que no le ama, y busca un hombre más
adecuado a sus gustos.
24) La esposa a quien su marido maltrata sin ninguna razón justa.
25) La que no es respetada por otras mujeres del mismo rango y belleza.
26) La mujer cuyo marido viaja muy a menudo.
27) La esposa de un joyero.
28) La mujer celosa.
29) La mujer ambiciosa.
30) La mujer inmoral.
31) La mujer estéril.
32) La mujer perezosa.
33) La mujer cobarde.
34) La mujer jorobada.
35) La mujer enana.
36) La mujer embustera.
37) La mujer vulgar.
38) La que huele de modo desagradable.
39) La mujer enferma.
40) La mujer vieja.

TEORÍA Y SIGNIFICADO DEL ORGASMO


El orgasmo viene a ser la culminación del acto sexual, no sólo en el sentido
puramente erótico, es decir, de satisfacción de la libido, sino también en el
catánico, o sea, de liberación de cualquier complejo psíquico. Se trata, pues, de una
culminación psicofísica, mediante la cual el hombre y la mujer acceden a tiempo -
siglos- la faceta del orgasmo que atrae al placer parece ser que fue subvalorada por
los moralistas en un intento de dogmaticismo poco convincente -como todos los
dogmatismos-, para concentrar toda su importancia en la vertiente de función
imprescindible para la conservación de la especie.
El orgasmo era, pues, un medio y no un fin. Un medio para que la familia se
incrementase con los vastagos y no un fin hacia el cual tendía la pareja humana: el
placer. Se trataba de la misma diferenciación que se establecía entre el amor como
medio y el amor como fin.
Hoy en día el orgasmo y el amor son aceptados universalmente como fines en sí
mismos y no sólo como meros medios para la obtención de más trascendentales
logros; la conservación de la especie y de la familia. Vamos, pues, a tratar en este
capítulo el orgasmo como un fin en sí mismo, un considerado como la culminación
del amor sexual.

EL SEMEN MASCULINO
Lo ideal es que el orgasmo de la mujer y el del hombre coincidan. Pero esto no
suele ocurrir. Generalmente, el hombre experimenta el orgasmo antes que la mujer.
Por regla general, durante cada coito, la vagina recibe unos tres centímetros
cúbicos de líquido seminal, cantidad que puede normalmente elevarse a cinco
centímetros cúbicos.
El semen es de color blancuzco, lechoso y un poco amarillento. Es viscoso y se
gelatiniza pronto, licuándose después otra vez. Huele de manera muy parecida a las
albúminas básicas.
El semen contiene un noventa por ciento de agua. Se trata de una acumulación de
células germinales formada por la secreción de las glándulas sexuales.
Generalmente, en una eyaculación ordinaria hay unos doscientos o trescientos
millones de espermatozoides, formando un ejército fecundante francamente
considerable.
Cuando se repite el acto sexual en un plazo corto, la segunda eyaculación no
contiene más que la mitad de los espermatozoides que la primera y si el coito se
realizase por tercera vez los espermatozoides que existirían en el semen eyaculado
serían muchos menos.

EL ESPERMATOZOIDE
Si se observa al microscopio, se asemeja a un cuerpo unicelular dotado de cola
movible, de una longitud aproximada de 0,6 milimetros. El espermatozoide está
compuesto de cabeza, parte media y cola.
Examinado de frente, es ovalado, asemejándose de perfil a una semilla de uva. En
la parte interior de la cabeza del espermatozoide se aloja la sustancia nuclear y es
allí precisamente donde radica la genes hereditaria.
La parte media del espermatozoide se inicia con un breve cuello movible,
propiedad que le permite desplazarse por sí mismo. Se considera que un
espermatozoide es capaz de recorrer por su propios medios unos cuatro milímetros
por minuto, siempre y cuando, como es natural, las condiciones químicas y físicas
del líquido que lo rodean sean normales.
El espermatozoide orienta siempre su movimiento a contracorriente y se dirige por
sus propios medios hacia las trompas de los órganos sexuales de la mujer, atraído
por el óvulo femenino maduro.
CÓMO SE FORMA EL ESPERMATOZOIDE
La formación de los espermatozoides se produce regularmente en el hombre
sexualmente maduro en los conductos seminíferos de los testículos.
El espermatozoide aparece rodeado de un líquido parecido a la sangre. La forma
que adopta el espermatozoide al principio tiende a ser alargada, pero, al mezclarse
las secreciones de las glándulas sexuales secundarias con el líquido seminal,
adquiere una extraordinaria vitalidad.

TIEMPO DE VIDA DEL ESPERMATOZOIDE


Si la temperatura incrementa la capacidad de movilidad del espermatozoide, por
otra parte contribuye a acortar su vida. El espermatozoide conserva su poder de
moverse por lo general durante unas veintitrés horas.
Pero es preciso decir que el índice de movilidad del espermatozoide no guarda
relación directa con su capacidad fecundante, ya que las secreciones orgánicas
acidas lo atacan y matan en un plazo considerablemente breve.
El espermatozoide no puede vivir más que tres cuartos de hora en la mucosa acida
de la vagina femenina. Puede, en cambio, vivir durante cuarenta y ocho horas
alejado de la mucosa alcalina del cuello uterino. Asimismo tiene uno o dos días de
vida en las células germinales del varón.
PROCESO DE DESARROLLO DEL ESPERMATOZOIDE
El espermatozoide se desarrolla en un plazo de veinte días de duración
aproximadamente.
Cuando el varón es joven y maduro, produce abundantes espermatozoides, pero, al
llegar a la edad de los cincuenta años -o a la de los sesenta, a lo sumo-, la
producción de espermatozoides se reduce de modo considerable. No obstante, el
hombre puede llegar a producir espermatozoides capaces de fecundar a la mujer
hasta la avanzada edad de noventa años.
Conviene anotar que el varón utiliza, por lo general, muchas más células seminales
en el transcurso de su madurez sexual que la mujer óvulos en el mismo plazo.
PARECIDO SUSTANCIAL ENTRE EL ESPERMATOZOIDE Y EL ÓVULO
Pese a ser de forma distinta y dado que Jos órganos genitales masculinos y
femeninos se basan en fundamentos originarios semejantes, su desarrollo es
sustancialmente el mismo. Hasta el extremo es esto así, que resultaría punto menos
que imposible constatar por su aspecto externo si una glándula genital pertenece a
un niño o a una niña.

EL ORGASMO MASCULINO
Se produce cuando el varón eyacula el líquido espermático. Ya se ha dicho que el
hombre alcanza el orgasmo con más facilidad y rapidez que la mujer. Lo cual es
lógico si se tiene en cuenta que su excitación sexual es también considerablemente
más rápida y fácil que la de su compañera.
El hombre consigue el orgasmo casi siempre en su primer coito, lo cual muy
raramente se da en la mujer. Son raros los casos de hombres que -estando en
posesión de su potencia sexual normal- no llegan a culminar el acto sexual con el
orgasmo.
Esta diferencia existente entre el orgasmo masculino y el femenino por lo que
respecta a la facilidad y rapidez en conseguirlo viene determinada no sólo por el
hecho de que es distinta la apetencia sexual entre hombre y mujer a causa de sus
también distintas estructuras sexuales, sino que incluso existen factores que
determinan una distinta intensidad según las épocas.

LA FECUNDACIÓN
La realización del coito propicia la penetración del espermatozoide en el óvulo
femenino maduro, fundiéndose con el núcleo de éste.
Verificada esta fusión de la genes paterna con la materna, se inicia el ciclo
evolutivo del embarazo hasta que, con el alumbramiento, sale al exterior un nuevo
ser.
Los espermatozoides se introducen en gran cantidad en la vagina y en la matriz,
pero es solo uno el que logra fusionarse con el núcleo del óvulo maduro, que
experimenta una intensa conmoción en su citoplasma.
La célula se encoge sobre sí misma después y secreta una sustancia líquida que
forma como una especie de capa de protección que obstaculiza la entrada
de cualquier otro espermatozoide. Seguidamente, el óvulo se divide en dos partes;
una de ellas forma el núcleo anterior femenino.
Una vez se ha introducido el espermatozoide en el óvulo maduro, se le cae la cola
y su parte media se convierte en un corpúsculo central que recibe el nombre de
centriolo, en tanto que el hilo espiral de la pieza con que se unió se fracciona en
pequeños granulos llamados mitocondrias.
Cuando adquiere mayor tamaño, la cabeza se convierte en el núcleo anterior
masculino y, al igual que el núcleo anterior femenino, se transforma en
cromosoma. Los dos se sitúan en forma de disco y se subdividen en las partes en
que sucesivamente se ha ido convirtiendo el óvulo, distribuyéndose por porciones
iguales en las nuevas células.
Este proceso origina la formación del embrión, o sea, que, al formarse los
dos medios núcleos en un núcleo completo, se transmiten por partes iguales las
cualidades hereditarias del padre y de la madre, aunque la madre tiene una
intervención más constante y decisiva en la creación del embrión debido a que el
óvulo es el que proporciona el citoplasma.
El encuentro del óvulo y del espermatozoide se produce en el tercio interior de la
trompa. Cuando ya se ha verificado la eyaculación del semen, éste penetra en la
parte posterior de la vagina y propicia el ascenso de los espermatozoides por la
mucosa de que está guarnecida la cavidad vaginal.
En su marcha ascendente hasta los ovarios, mueren la mayor parte de los
espermatozoides y únicamente los más resistentes prosiguen su marcha hasta morir
-si no se tropiezan con algún óvulo maduro en su periplo-, siendo devorados por
los leucocitos.
Si pasamos a tratar sobre el periodo propicio para la fecundación, cabe aclarar que
la vida del óvulo maduro salido del ovario se reduce a algunas horas tan sólo. Tal
circunstancia determina que el período de posible fecundación sea muy breve
dentro del plazo de un ciclo menstrual y no exista más que después de verificada la
ovulación.
Esta es la causa de que no sea fácil que una sola unión sexual sea capaz de producir
un embarazo, si bien se dan casos en que así sucede. Pero lo normal es que una
mujer no quede embarazada hasta después de haber realizado varias veces el coito
con un varón.
LA DESFLORACIÓN FEMENINA
Cuando a una mujer se le ha roto el himen como consecuencia de la penetración
del pene, se dice que ha sido desflorada. Conviene advertir que la desfloración
puede ser provocada artificialmente, sin que la mujer haya tenido contacto sexual
con ningún varón, y que incluso la mujer no sepa que está desflorada, a causa de
que su desfloración se ha producido accidentalmente debido a alguna causa
mecánica.
Pero, normalmente, la desfloración se produce en el transcurso del primer coito
efectuado de modo natural, dándose la circunstancia -que no deja de ser lamentable
para la mujer- de que la desfloración sólo ha ido acompañada del orgasmo
masculino, pero no del femenino en la mayoría de los casos. El himen suele tener
forma de anillo y es de una gran elasticidad. Al introducirse el miembro viril, dada
su elasticidad, el himen se dilata, produciendo dolor, pero sin sufrir siempre rotura.
Si el himen es duro y carece de la elasticidad normal, se resiste a permitir la
penetración del miembro viril, rompiéndose entonces por varios puntos al mismo
tiempo. Esta rotura produce en la mujer una sensación de vivo dolor y suele ir
acompañada de derramamiento de sangre. Pero, en todo caso, el dolor dura poco
tiempo.
Ni qué decir tiene que el hombre debe actuar con mucho cuidado en el curso del
primer coito con una mujer a fin de no causar un dolor innecesariamente intenso y,
lo que todavía es más importante, no causar una penosa impresión psíquica en la
mujer virgen.
CONQUISTA FÁCIL, CONQUISTA DIFÍCIL
Las relaciones entre un hombre y una mujer, antes del matrimonio especialmente,
siempre han sido objeto de numerosos estudios y conclusiones por parte de
expertos psicólogos y ginecólogos. Y no obstante, para que una pareja triunfe no ya
en las relaciones prematrimoniales sino también en las conyugales, es necesario
que exista entre ambos una enorme sinceridad, que nada se oculte del uno al otro, y
no solamente en cosas tales como el carácter, las costumbres personales, etc., sino
ante todo en cuanto concierne a las actitudes y preferencias sexuales.
No se debe tener miedo a confesar los gustos sexuales al compañero o compañera,
sino al contrario, confesar sus más secretos anhelos en materia sexual, pues de este
modo, enterados los dos de sus deseos más íntimos, podrá efectuarse una
concordante armonía, que satisfaga a los dos.
En muy contadas ocasiones, particularmente en la época actual, cuando tantos
tabús han caído en desuso, cuando ya las madres no necesitan dar consejos a sus
hijas cuando llegan a la adolescencia, una clara diferencia de gustos en materia
sexual da al traste con una relación amorosa-sentimental voluptuosa. Una relación
de carácter sentimental o sexual no es un contrato pero sí debe contener una
especie de cláusula que estipule los deseos y gustos que cada uno aporta a la
convivencia en común. La sinceridad en efecto, es la clave para la felicidad y el
placer sexual.

EL ÓVULO MADURO
Si se observa a través del microscopio, el óvulo maduro presenta forma de una
célula redonda, con un diámetro aproximado de 0,2 milímetros.
Situado en el interior del óvulo se halla el citoplasma, que aparece formado por una
leve masa de estructura viscosa. Es precisamente en el citoplasma donde está
alojada la vitalidad. La vesícula germinativa, que alberga el nucléolo o corpúsculo
nuclear, se encuentra algo separado del óvulo. En el citoplasma pueden observarse
unos granulos llamados deuteplasma que lo surcan y que, al almacenarse en el
citoplasma, posibilitan el crecimiento del embrión.
El óvulo aparece rodeado por su parte externa de una membrana densa y de
aspecto brillante, que recibe el nombre de colema, alrededor de la cual se forma
una especie de corona de células epiteliales.

LA OVULACIÓN
Esta pequeña célula descrita en el apartado anterior es la transmisora de la vida. Es
necesario que el óvulo esté maduro y en perfectas condiciones de ser fecundado
para que se desarrolle el proceso vital.
En la mujer se verifica cada cuatro semanas el proceso natural de la ovulación.
Mediante la ovulación sale del ovario un solo óvulo en cada proceso ovulatorio.
En el plazo de un año se calcula que, por término medio, son expulsados del ovario
alrededor de unos doce o trece óvulos en condiciones de ser fecundados y
susceptibles, por lo tanto, de engendrar una nueva vida humana.
Los óvulos comienzan a ser expulsados del ovario de la mujer a partir de la
primera menstruación o sea, cuando la mujer alcanza su madurez sexual,
aproximadamente, y en términos generales, entre los doce a los quince años de
edad.
Al presentarse la menopausia -que suele ocurrir entre los cuarenta y cinco y los
cincuenta años, siendo imposible precisar la edad exacta, dado que en unas mujeres
se presenta antes que en otras-, el ovario deja de liberar óvulos maduros. La mujer
no suele experimentar molestias durante el proceso ovulatorio.
No obstante, hay casos en que le causa a la mujer un vago dolor. La ovulación
produce frecuentemente un incremento de la secreción de las glándulas que
aparecen insertas en el cuello uterino. En otros casos, se manifiesta mediante un
descenso de la temperatura normal durante las mañanas. En ocasiones, la ovulación
produce una leve pérdida de sangre.

OVULACIÓN ANORMAL
Lo normal es que el óvulo maduro liberado del ovario sea acogido por los cilios del
epitelio tubárico, a cuyo efecto segregan un líquido capaz de atraer el óvulo hacia
el centro. Cuando el óvulo no logra efectuar este camino normalmente al salir del
ovario, ello puede ocasionar trastornos en el caso de que sea fecundado, ya que
anidará en el ovario, en la pared de la cavidad abdominal o en la trompa,
ocasionando un embarazo extrauterino que puede poner en peligro la vida de la
madre.

DURACIÓN DE TIEMPO DE EMIGRACIÓN DEL ÓVULO


Por regla general, el óvulo tarda entre seis y ocho días en llevar a cabo su periplo
emigratorio. La operación de ser fecundado se realiza en la primera fase de la
emigración y se considera que la fecundación es susceptible de efectuarse hasta
pasadas doce horas de haber sido expulsado el óvulo del ovario.
PROCESO POSTERIOR A LA OVULACIÓN Después de haber sido liberado
el óvulo, el ovario contrae su pared, circunstancia que produce, en ocasiones, un
derrame sanguíneo en la cavidad folicular.
Cuando la membrana epitelial se retrae, se hace considerablemente más gruesa la
pared folicular y se arruga de forma regular en la superficie.
Las células producen una sustancia de color amarillento, conocida por el nombre
de luteina, que es la que aparece formando el cuerpo lúteo, de color anaranjado y
brillante, con un diámetro de 1,5 a 2 centímetros.
El cuerpo lúteo se mantiene en actividad durante diez o doce días. Durante este
plazo segrega la hormona folicular y la hormona sexual femenina, o sea, la
progesterona, que es la que, cuando pasa a la sangre, impide la maduración de los
otros óvulos. La progesterona realiza, por otra parte, la función de dar, consistencia
a la pared muscular de la matriz y la de adaptar la mucosa del útero a fin de que
pueda anidar en ella el óvulo fecundado. Cuando el óvulo deja de ser fecundado,
sufre inmediatamente un proceso de atrofia el cuerpo lúteo. El color de éste pierde
su tonalidad amarilla, estrechándose sus zonas rugosas. También los vasos
sanguíneos son afectados por un proceso muy rápido de atrofiamiento. Es
precisamente este proceso de atrofia el que origina la hemorragia mensual
característica de la menstruación, mediante la cual son expulsados al exterior los
corpúsculos de la mucosa del útero o de la matriz que habían sido preparados para
acoger al óvulo fecundado...
Si el óvulo ha sido fecundado, el cuerpo lúteo prosigue su proceso de desarrollo y
propicia el embarazo hasta la mitad aproximadamente del tiempo que dura
normalmente éste. Terminado este plazo, la misión del cuerpo lúteo termina y la
placenta se encarga de producir las hormonas segregadas por aquél hasta ese
momento.
EL ORGASMO FEMENINO
Hay muchas mujeres que no logran en su vida un orgasmo pleno. Se trata de algo
perfectamente definido, pero que muchas mujeres que no han gozado del privilegio
de obtenerlo confunden con otras sensaciones de placer. «Toda mujer que haya
experimentado alguna vez un orgasmo -dice al respecto muy atinadamente Robert
Strest- lo reconocerá automáticamente, sin ningún género de dudas. La mujer que
no tiene certeza al respecto, nunca lo ha alcanzado. No se parece a ninguna otra
sensación conocida, y no puede ser confundida con ella. Es más individual y
característico que el dolor; hay muchos tipos de dolor, pero sólo una sensación de
orgasmo. En todos los casos se lo tiene que experimentar en la región genital. No
es una sensación exclusiva del corazón o la cabeza, aunque el primero puede latir
locamente, y parecer que estalla la segunda, y las piernas quizá se debiliten por el
agotamiento de la energía del cuerpo. El deleite de la sensación está localizado, y
se experimenta sólo en la zona genital. Parece abarcar simultáneamente al clítoris y
al interior y exterior de la vagina, y para la mujer resulta difícil determinar la
precisión de dónde surge realmente la sensación.» Se trata, desde luego, de un
deleite intenso, de la culminación del placer sexual.
La satisfacción sexual experimentada por la mujer mediante el orgasmo le
proporciona una viva sensación de felicidad. Después de haber logrado el orgasmo,
la mujer se siente invadida por una grata laxitud y su atmósfera interior aparece
aureolada de acariciadoras sonrisas. Se diría que la mujer ha penetrado en el tibio
recinto del amor y, durante un período de tiempo más o menos corto, se siente
como si ella fuese el centro mismo del amor.
Al parecer, lo primero que siente la mujer cuando logra el orgasmo es una
sensación muy intensa que, arrancando del clítoris, parece invadir todo su cuerpo.
El sexo parece ser único centro de su fisiología durante los breves y deleitosos
instantes que dura el orgasmo. La mujer siente como si toda su pelvis acabase de
incendiarse repentinamente, irradiando calor a todo el cuerpo. Cuando el orgasmo
se produce, la mujer siente que toda su cavidad vaginal late intensamente como un
alocado reloj.

EL ORGASMO CONJUNTO
Es este el objetivo que intentan conseguir todas las parejas mediante la realización
del acto sexual. Pero el orgasmo al unísono entre hombre y mujer se

El hombre, como se desprende de los párrafos precedentes, ha de procurar


contenerse si quiere lograr un orgasmo conjuntamente con su pareja. Pero,
¿cómo contenerse? Hay diversos medios de lograrlo. Oswait Kolle cita los
siguientes métodos para que el hombre no eyacule antes de tiempo, frustrando
así el orgasmo conjunto:
«Mediante un acto voluntario, el hombre debe esforzarse por olvidarse un
poco de sí mismo para concentrarse en su pareja, para orientar su principal
objetivo en el placer que él proporciona a la mujer.
«Aludimos a la posibilidad de contener la excitación después de
la introducción del miembro en la vagina mediante un diálogo
que le distraiga a él e incite a la mujer, como reacción normal
automática, a esforzarse por mantener la erección del miem-
bro viril mediante la continua contracción de los músculos de la
vagina y de todo su aparato genital.
«El hombre puede realizar movimientos muy suaves si cree que la
erección disminuye demasiado o que la excitación cede en exceso. Lo que se trata
es de convertir en un acto lento, más duradero y agradable para ambos, el acto
tempestuoso, incontrolable, puramente animal e instintivo al que suele tender el
hombre, ya que de esta forma la relación entre ambos sexos guiada tanto por él
como por la mujer, será vivida por ambos con plena satisfacción.
«Una importante ayuda para la práctica de la contención está en el siguiente 'juego
mental': el hombre debe pensar durante el acto que no va a expulsar el semen, sino
que lo va a absorber; así forzará al miembro a trabajar como una aspiradora y no
como un extractor. Este ardid es útil en ciertos casos y personas.
«Algunos hombres conocen por vez primera un coito prolongado con una
eyaculación retrasada cuando están bajo los efectos de cierta cantidad de alcohol;
la cerveza, especialmente actúa así. No existe ningún peligro en recurrir a ello.
«Lo esencial es que el hombre aprenda a conocerse, a dominarse, a pensar más en
el placer que proporciona a la mujer, que en el suyo propio, cosa muy fácil si se
ama de verdad y con ternura.
«En este camino la mujer puede ayudar mucho al hombre.
«También se da el caso de la mujer excesivamente temperamental, que le exigirá
gran dosis de paciencia por algún tiempo ante una meta tan importante
como es la de una perfecta compenetración sexual. Incluso cuando durante este
periodo, llamémosle de entrenamiento, no llegue nunca al orgasmo recurrirá a
todos los medios para atemperar la excitación del marido, por ejemplo, no
quedándose completamente desnuda, si esto es lo más eficaz. Evitará igualmente
todas aquellas caricias y movimientos que puedan excitarle y tendrá cuidado de no
incitarle con sus palabras o gestos. «La mujer deberá tener comprensión y alabar
todo éxito, por pequeño que sea, y cada retroceso en sus mutuos esfuerzos sabrá
aceptarlo con una sonrisa para animarle. Especialmente en las parejas jóvenes es
muy frecuente la eyaculación precoz o demasiado rápida.»
El logro del incomparable deleite que proporciona un orgasmo conjunto bien
merece que hombre y mujer estudien la forma de conseguirlo. De su logro
depende, en gran parte, su felicidad sexual y la sedimentación de su amor.
EL APARATO GENITAL FEMENINO
Es preciso tener muy en cuenta que la complejidad del aparato genital femenino
radica no sólo en que sus órganos están destinados a propiciar la fecundación del
óvulo maduro. Las funciones del aparato genital de la mujer no se reducen a
posibilitar la unión sexual como sucede con los órganos genitales del varón, sino
que han de cumplir asimismo unas funciones posteriores de la mayor importancia,
trascendencia y complejidad: el embarazo y el posterior alumbramiento.
El ovario femenino presenta una forma y un tamaño similares a los de una
almendra, y, al alcanzar su normal desarrollo, tiene generalmente unos tres
centímetros de largo por dos de ancho. El color del ovario es de tonalidad parecida
a la de la leche. El ovario resulta consistente al tacto.
La ubicación de los ovarios está localizada en la pared lateral de la pelvis pequeña,
exactamente en el punto en que la arteria ilíaca se divide en dos partes: la exterior
y la interior. Al estar por el lado de la derecha muy próximo al apéndice, las
enfermedades de ambos se afectan mutuamente.
El extremo de la trompa está enclavado alrededor del polo superior del ovario, en
tanto que el polo inferior se proyecta hacia la matriz. Los ovarios aparecen
sostenidos en su posición por medio de un dispositivo especial, apoyándose en la
pared exterior del ligamento que cruza la pelvis.
Un ligamento que cumple la función de suspensor desempeña asimismo la de
impulsar hacia la pared de la pelvis, siendo el encargado de soldar los vasos y los
nervios con el órgano. Otro ligamento -que alcanza una longitud de unos dos
centímetros- une, por su parte, la parte inferior con la matriz, posibilitando la
suspensión del ovario así como su movilidad. Una fina cutícula exterior de células
cúbicas aparece recubriendo el ovario. Debajo se inserta un núcleo de fibras de
tejido conjuntivo.
Seguidamente, aparece la capa cortical, donde se produce el crecimiento normal de
las vesículas ovulares. Los vasos mayores contenidos en la médula se ramifican
por todas partes en dirección a la capa cortical.
Al ser expulsado el óvulo del ovario después del proceso ovulatorio* es
aprehendido por un tubo que presenta el grosor de un lápiz corriente y una longitud
de unos 15 a 20 centímetros. Este tubo recibe el nombre de trompa. Las trompas
son dos y el tercio de cada una es la porción más delgada, está en comunicación
con la matriz y consta de una pared consistente, que se llama istmo. La pared de la
trompa es delgada pero fuerte en las extremidades. El extremo libre presenta forma
de embudo, y el opuesto, que forma varias curvas, tiene movilidad en la
extremidad superior del ligamento ancho, en tanto que la parte media se vuelca
hacia atrás y bordea el ovario.
La pared está constituida por tres capas: una de mucosa, otras de músculos y,
finalmente, el revestimiento del peritoneo. La mucosa esboza unos pliegues en
sentido longitudinal, de muchas ramas, pliegues que son muy acusados en la
ampolla, tanto, que apenas se puede concebir cómo el óvulo y las células de
esperma pueden encaminarse a través de semejante laberinto.
Por el contrario, los pliegues del istmo son mucho menos acusados. La parte
epiclociliar de las células de la mucosa producen una corriente dirigida hacia la
matriz que posibilita el transporte del óvulo y la penetración del espermatozoide o
de los espermatozoides. Por medio de la colaboración de una capa de músculos, la
trompa efectúa unos movimientos peristálticos que posibilitan el paso del óvulo a
la matriz. El tiempo que le lleva al óvulo en su tránsito desde el óvulo a la matriz
oscila entre seis y ocho días.
La mucosa uterina, que aparece en su interior guarnecida por una capa de células
altas y unos conjuntos glandulares que penetran en el tejido conjuntivo que hay
debajo, periódicamente, cada cuatro semanas, se altera como consecuencia de la
hemorragia menstrual, formándose, tras el proceso de la regla, de nuevo la mucosa
y volviendo a empezar el ciclo en su totalidad.

EL CICLO MENSTRUAL
La primera hemorragia menstrual se denomina monarquía. Por regla general, esta
primera regla aparece cuando la mujer tiene trece, catorce o quince años de edad. A
este respecto, es preciso tener en cuenta la influencia del clima, que condiciona el
proceso natural de la menstruación en la mujer.
El ciclo menstrual tiene como finalidad preparar el anidamiento del óvulo
fecundado favorecido por el cambio de mucosa. Si el óvulo no ha sido fecundado,
el ciclo menstrual se convierte, en realidad, en un proceso estéril. Sin embargo, la
naturaleza persiste y, cuando ha quedado destruido el nido de mucosa destinado al
óvulo fecundado, se inicia nuevamente el ciclo con el mismo objeto.
Se comprende de esta forma perfectamente que la presentación normal de la
hemorragia periódica es la mejor prueba de que el óvulo no ha sido fecundado y,
por lo tanto, la mujer, pese a haber realizado normalmente el acto sexual, no
ha quedado embarazada como consecuencia de su acoplamiento con el varón.
Cuando el óvulo es liberado del ovario se produce el momento culminante del ciclo
sexual de la mujer, siendo las alteraciones que experimenta la mucosa uterina
consecuencia de las que experimenta el ovario.
Si una mujer carece de ovarios, a causa de haberle sido extirpados mediante una
operación quirúrgica o por cualquier otro motivo, el ciclo menstrual no se realiza,
ya que la menstruación está directamente condicionada por la actividad de los
ovarios. El proceso menstrual aparece regulado por unas hormonas vertidas en la
sangre.
No resulta difícil de comprender que la mujer está biológicamente afectada por el
ciclo sexual, dado que las hormonas que ejercen influencia sobre los ovarios
penetran en la sangre, a través de la cual circulan por todo el organismo femenino.
De esta forma, no puede sorprender que la mujer experimente altibajos en su
fisiología y en sus manifestaciones psicológicas. Los días que preceden a la
menstruación están calificados con precisión de «días críticos» y se caracterizan
por ese nerviosismo, aparentemente antinatural, que condiciona el carácter de la
mujer. En el transcurso de estos días la mujer está dominada por una latente
irritabilidad y su humor es considerablemente inestable. Todo ello es efecto del
proceso sexual que alcanza en sus órganos genitales su punto culminante y cuya
influencia se extiende por todo el organismo femenino, condicionando su
psicología durante algunos días.
MENSTRUACIÓN Y EDUCACIÓN SEXUAL
Es altamente conveniente que toda mujer conozca los efectos que la menstruación
produce en su organismo. La experiencia termina por ponerle este hecho de relieve
en la mayoría de los casos. Pero, en otros, por desgracia, ignora a qué se debe su
estado de irritabilidad, es decir, no sabe que el proceso menstrual es un fenómeno
totalmente natural y lógico en el sexo femenino. Si una mujer logra asumir con
inteligencia el significado del ciclo menstrual, podrá reducir al mínimo los efectos
del mismo, tanto los de índole física como los de índole psicológica.
Es muy importante en este sentido que las niñas reciban, cuando se acercan a la
edad en que se les presentará la monarquía -la primera regla, como antes se dijo-,
una información amplia y desprovista de prejuicios y absurdas mojigaterías por lo
que respecta al proceso menstrual y a su auténtico signifi-
cado dentro de la vida femenina.
Es asimismo recomendable que la mujer adulta conozca de la forma más clara y
científica posible el origen, el proceso y las consecuencias -absolutamente inocuas
en los casos normales- del ciclo menstrual, con el fin de que se comporte, en los
días llamados críticos, con un talante comprensivo, intentando estabilizar
racionalmente su estado de ánimo y su humor. Todo ello no hará más que
beneficiarle a ella misma y también a sus familiares, que no tendrán que soportar
sus exabruptos y alteraciones de humor.

TÚNICA PERITONEAL DE LA MATRIZ


Los órganos genitales internos de la mujer constituyen una especie de promontorio
de abajo arriba, partiendo del saco peritoneal. A los dos lados del punto en que la
trompa se inclina hacia la pared lateral de la pelvis menor, se forma un pliegue, al
fondo del cual aparece el cuello del útero amparado por unas fibras de tejido
conjuntivo, en tanto otras empujan hacia atrás, en dirección a la región sacra, y
hacia adelante, presionando la vejiga.
El fondo de la pelvis sirve de basamento a la matriz y a la vagina, estando la
posición de la primera determinada por la distensión de la vejiga y del recto, en los
que se amparan.

LA VAGINA
Aparece constituida por un tubo aplanado, formado por células lisas de estructura
muscular y tejido conjuntivo.
Mientras, como queda dicho, el cuello uterino se introduce en la vagina por su
parte superior, por la inferior aparece herméticamente cerrada en las niñas y las
mujeres que no han sido desfloradas por medio de una delgada membrana
perforada. Esta membrana es la que se denomina himen y representa
simbólicamente la virginidad.
La luz canicular forma una hendidura transversal en las partes anterior y posterior
de la vagina, insertándose una encima de la otra. Por la parte en que se introduce
en ella el cuello de la matriz, la vagina presenta un mayor abultamiento.
El desarrollo de la vagina se produce de modo consistente en su parte posterior,
introduciéndose en el peritoneo, circunstancia que posibilita su perforación si se
practica el aborto artificial.
La parte anterior de la pared de la vagina se inserta con la uretra, mientras que la
posterior se une con el recto.
La mucosa vaginal presenta unas arrugas con aspecto de estrías en el interior. Su
secreción es originada normalmente por la descomposición del epitelio, acogiendo
casi siempre el ácido láctico producido por los bacilos denominados de Doederlein
y también glucógeno de las células del epitelio.
Estos bacilos existentes en la vagina constituyen una defensa natural contra toda
posible infección allí localizada.
ÓRGANOS SEXUALES EXTERNOS
En tanto que los masculinos están a la vista, los femeninos se ocultan totalmente.
Los labios mayores son de considerable tamaño y de materia grasosa, cerrando la
vulva, uniéndose por la parte de adelante al llamado «monte de Venus», zona que
aparece recubierta de fino vello.
Al abrirse los muslos de la mujer, aparecen los labios mayores, la vulva y el
vestíbulo de la vagina. Los labios mayores presentan en su borde lateral los labios
menores -las ninfas- en cuyo punto de unión se ubica el clítoris, que aparece
rodeado del prepucio clitoridiano, cuyo punto más sobresaliente es el glande
clitoridiano. Al unirse, los labios menores forman hacia atrás como una especie de
frenillo minúsculo, detrás del que se inserta el punto de unión de los labios
mayores. Toda esta zona que va desde ese punto al orificio anal se denomina
región perineal.
Los labios menores constituyen la auténtica abertura de la cavidad vaginal, que
aparece parcialmente obstruida por el himen en la mujer virgen y que, al consumar
el primer coito, se rasga normalmente, quedando tan sólo unos pocos residuos del
mismo tras el primer alumbramiento.
La entrada de la vagina comunica con la desembocadura de la uretra.
En tanto que los labios mayores están guarnecidos de una piel de naturaleza
grasosa, los menores aparecen recubiertos por una piel fina y sebácea.
A la entrada de la cavidad vaginal abundan las glándulas de carácter mucoso, que
humedecen la piel de la vulva. Si en esta parte de los genitales de la mujer no
existe la debida higiene, la mucosa, unida a la serosidad y a las células epiteliales
libres, pueden producir una secreción maloliente, que, al mismo tiempo, es
susceptible de originar irritación e incluso inflamaciones cutáneas. Las dos grandes
mucosas se ubican en la parte posterior de los labios menores, siendo su tamaño
aproximado el de un pequeño garbanzo. Estas glándulas se denominan mayores de
Bartolino y son parecidas a las glándulas bulbouretrales masculinas. La función de
las mismas no resulta fundamental en ningún sentido, facilitando tan sólo la
introducción del miembro viril en la vagina con su secreción.
En cuanto al clítoris, se trata del órgano más sensible de los genitales externos
femeninos. No nos extendemos más en su descripción debido a que ya se ha
hablado del clítoris anteriormente.

La actividad de los ovarios de la mujer concluye al llegar ésta a los cuarenta y


cinco o cincuenta años. En casos excepcionales, la mujer sigue ovulando pasada la
cincuentena.
Al cesarla ovulación, se terminan igualmente las hemorragias menstruales. Esta
nueva fase de la vida femenina se denomina climaterio. Se trata de un proceso que
se desarrolla gradual y lentamente.
Poco a poco, se van espaciando los periodos y, paralelamente, las hemorragias
devienen menos copiosas. Por fin, deja de producirse por completo toda
hemorragia natural y se llega al periodo que recibe el nombre de menopausia.
Todavía siguen existiendo folículos en los ovarios durante algún tiempo, pero ha
cesado ya completamente el proceso de maduración ovular. Los ovarios se retraen
al ser invadidos por el tejido conjuntivo y, paralelamente a este proceso, la mucosa
se adelgaza de modo acusado, en tanto que las glándulas van experimentando un
proceso de atrofia.
El periodo menopáusico se caracteriza también por el hecho de que la vagina se va
estrechando y acortando, mientras que los genitales extemos adquieren una
estructura lacia, arrugándose la piel y resecándose.
También los senos son afectados por la menopausia, ya que pierden el tejido
glandular. Al mismo tiempo, el abdomen y las caderas de la mujer
EL APARATO GENITAL MASCULINO
Su composición es mucho más simple que la del aparato genital femenino. El
masculino está compuesto de un par de testículos -que acogen el semen-, el
epidídimo, el cordón espermático. La pequeña pelvis, el fondo de la vejiga, la
vesícula seminal, los conductos eyaculadores, la uretra y el miembro viril
propiamente dicho. A continuación haremos una detallada descripción de los
órganos fundamentales en la función sexual.

LOS TESTÍCULOS
Son dos y presentan forma de huevo, siendo su longitud normal de tres a cuatro
centímetros de longitud por dos o tres centímetros de ancho. Cada testículo pesa,
habitualmente, si está normalmente desarrollado, entre los veinte y los veinticinco
gramos.
Los dos testículos aparecen embolsados en el denominado escroto, saco biforme
ubicado entre los dos muslos, presentando inclinación hacia delante en su postura
habitual.
Por regla general, el testículo izquierdo arroja más peso que el derecho. Los dos
testículos suelen estar uno al lado del otro, con el pene entre ambos, pero no es
infrecuente que aparezcan ligeramente encabalgados.
El escroto que sirve de alojamiento a los testículos está dividido en dos cavidades,
en cada una de las cuales se embolsan el testículo izquierdo y el testículo derecho,
que penden del llamado cordón espermático.

CORDÓN ESPERMÁTICO
Aparece constituido por unas fibras musculares, formando un dispositivo cuya
misión consiste en regular la posición y la altura de ambos testículos. Si hace frío,
la piel que envuelve los testículos, es decir, el escroto, se contrae y forma rugosa y
los testículos se unen íntimamente al cuerpo a fin de recibir su calor. El calor, por
el contrario, relaja la piel del escroto y los testículos aparecen colgando.
La temperatura del escroto oscila, por regla general, entre los tres y los cinco
grados inferior a la de la cavidad del abdomen, condición imprescindible para que
pueda segregarse el líquido seminal.

CÉLULAS GERMINALES
Cada testículo tiene debajo de su capa vaginal una superficie fuerte de tejido
conjuntivo, que recibe la denominación de túnica albugínea, cuyo color es
blancuzco y aparece recubriendo el interior de los testículos, surcados por una
considerable cantidad de minúsculos conductos -unos dos mil en cada testículo-
con la misión de deformar las glándulas germinales. Cada uno de estos conductos
mide entre setenta y ochenta centímetros de longitud.

CONDUCTOS SEMINÍFEROS
Los testículos tienen unos vasos sanguíneos y nervios, ubicados en la parte del
epidídimo que aparece sobre la glándula germinal, de los que parten unos tabiques
delgados de tejido conjuntivo, con formade radio. Aparecen recorriendo todo el
órgano y cumplen la función de limitar a los trescientos minúsculos glóbulos
longitudinales, en cada uno de los cuales hay entre dos y tres conductos
seminíferos.
Estos aparecen en el exterior recubiertos en toda su porción externa por un epitelio
delgado y elástico, que tiene en su interior una capa celular de relativo grosor. Se
trata de las células germinales en estado de desarrollo.

CÉLULAS DE LEYDIG
El tejido conjuntivo posee gran cantidad de líquidos y se inserta entre los
conductos seminíferos. Por medio de este tejido conjuntivo se deslizan los vasos
sanguíneos que tienen la misión de subvenir a la nutrición y próximas a ellas se
agrupan unas células redondeadas que reciben el nombre de células de Leydig.
Presentan pequeñas gotas de grasa brillante y algunos modernos investigadores las
consideran encargadas de producir las hormonas de los testículos, aunque es
preciso advertir que tal teoría no ha sido aún demostrada en la práctica de un modo
plenamente convincente.
Pero no es menos cierto que no ha sido posible descubrir todavía las células que
realmente producen las hormonas testiculares, que pertenecen al grupo de las
esterinas.
EL DESARROLLO PSÍQUICO NORMAL DEL HOMBRE Y LAS
GLÁNDULAS GERMINALES
Se trata no sólo de órganos de mucha importancia dentro del sistema endocrino
masculino, de los que dependen el desarrollo de los órganos genitales masculinos,
sino que también afectan a su personalidad psíquica, al masculinizarlo de modo
acusadamente diferenciado.
Si las glándulas germinales funcionan deficientemente, puede ello determinar
cierta atrofia en los órganos sexuales, producir un tono de voz feminoide e impedir
que nazca el vello viril.

LA ADENOHIPÓFISIS
Se trata del lóbulo anterior cuya misión es la de producir unas hormonas destinadas
a regularla actividad de las restantes glándulas endocrinas, una de las cuales -el
prolan A- propicia la producción del semen masculino y también la maduración del
óvulo femenino. Por lo tanto, si este lóbulo anterior -que recibe el nombre de
adenohipófisis- permanece inactivo por la causa que fuere, también queda inactivo
el varón en sus funciones testiculares. La adenohipófisis se inserta debajo de los
centros vegetativos del diencéfalo, que cumplen la misión de regular su
funcionamiento.

EL EPIDÍDIMO
Presenta Forma de S y se inserta en la parte posterior de los testiculos
La porción de arriba del epidídimo es considerablemente más gruesa que
la parte de abajo, recibiendo la primera el nombre de epidídimo y la
segunda, el de cola.
El epidídimo presenta dos regiones que lo unen y aparece totalmente, rodeado de
una superficie de tejido conjuntivo de color blancuzco. Se une con los testículos
por medio de unos canales cuyo número oscila entre doce y dieciocho que parten
de la red testicular y, atravesando las superficies que recubren los testículos forman
grupos de glóbulos de una misma forma y constituyen la cabeza del epidídimo.

EL CONDUCTO DEFERENTE
El conducto de los epidídimos, cuando llega a la parte inferior de la cola, se
encorva bruscamente y se eleva en forma de conducto deferente, extendiéndose a
lo largo de la parte posterior de la glándula germinal, y uniéndose a las arterias y a
los nervios descendentes. Paralelamente, el conducto deferente forma el cordón
espermático con la red de venas.
El conducto deferente, a través de la pequeña pelvis, pasa a la pared posterior de la
vejiga, constituyendo a los dos lados de la misma una ampolla y estableciendo
contacto con el conducto que sirve de salida a las vesículas seminales.
Posteriormente, el conducto deferente se va adelgazando gradualmente, hasta
formar el conducto eyaculatorio, que tiene dos centímetros de longitud y que se
introduce, por medio de una pequeña abertura y a través de la próstata, en la uretra.
La ampolla a la que nos hemos referido antes ofrece la mucosa con muchas arrugas
elevadas, en la que segrega una sustancia parecida a la segregada por las vesículas
seminales.
El conducto seminal tiene la misión de poner en comunicación los conductos del
epidídimo con el de la orina y, por medio de una vigorosa musculatura, impulsa el
semen hacia el conducto de la orina en el momento de la eyaculación.

VASOS SANGUÍNEOS Y LINFÁTICOS


Proceden, lo mismo que las glándulas germinales, de la región ocupada por la
pelvis, origen también del testículo, mucho antes de que éste haya sido embolsado
en el escroto.
La arteria espermática interna es la más importante entre todas las arterias de los
testículos. Arranca de la arteria del abdomen y, a través del conducto inguinal,
discurre emparejada con el cordón espermático. La arteria diferenciales también
importante y procede de la arteria ilíaca interna.
Los vasos del escroto, por su parte, proceden de la ramificación de la arteria
femoral.
Con objeto de que puede cumplir la función de desaguar, el cordón espermático
aparece rodeado de una extensa red de arterias, que, por el lado derecho, se
insertan en la vena cava inferior, y, por el izquierdo, en la vena renal.

GLÁNDULAS SEXUALES ACCESORIAS


Se trata de un conjunto de glándulas cuya misión no es exactamente la de producir
células sexuales, pero las materias que secretan son, sin embargo, de importancia
para el normal desarrollo de los espermatozoides y propician la función de agilizar
sus movimientos.
Las principales glándulas sexuales accesorias son las vesiculares, la próstata y las
glándulas bulbouretrales.
GLÁNDULAS VESICULARES
Se trata de unas protuberancias, de cinco centímetros de largo por dos de ancho
aproximadamente, que están situadas por detrás de la pared posterior de la vejiga y
que se fijan en la pared externa del conducto deferente, desembocando    do a los
dos lados suyos.
La glándula vesicular es un tubo de unos seis o siete centímetros de longitud, que
aparece formando un codo y que presenta numerosas protuberancias laterales.
Cumplen la función de secretar una sustancia gelatinosa y opaca que influye en que
el semen también adquiera un aspecto de gelatina.

PRÓSTATA
Situada delante de la vejiga, forma parte de ésta. Al ser atravesada por la parte
anterior de la vía urinaria, la parte principal del tejido glandular se apoya contra el
recto. La forma y el tamaño de la próstata recuerdan los de una castaña normal. La
próstata está compuesta por un tejido formado por unos lóbulos independientes -
cuyo número oscila entre treinta y cincuenta-, que aparecen rodeados de fibras
musculares lisas y tejido conjuntivo. La próstata aumenta de tamaño a medida que
el varón va cumpliendo años. Cuando su tamaño es excesivo, puede originar una
estenosis uretral muy dolorosa, susceptible incluso de producir lesiones renales.
Aunque esta afección, sobre todo si se ataca desde el comienzo, puede curarse
mediante un tratamiento de hormonas sexuales masculinas, hay ocasiones en que
se hace necesaria una intervención quirúrgica. La próstata produce una secreción
de tonalidad clara, que guarda cierto parecido con la leche. Es moderadamente
alcalina e influye positivamente en los movimientos de los espermatozoides.
GLÁNDULAS BULBOURETRALES
Reciben este nombre y también el de glándulas de Cowper. Se trata de dos órganos
de tonalidad amarillenta, del tamaño de un guisante aproximadamente, que están
situadas a ambos lados del bulbo uretral. Estas glándulas se encuentran en las
fibras de Guthrie y, cuando los músculos bulbouretrales se contraen, son
exprimidas. Los conductos tienen una longitud que oscila entre los tres y los seis
centímetros y cruzan el tejido cavernoso de la uretra, siendo su secreción -
producida antes de la eyaculación, al incrementarse el deseo sexual- viscosa y
filiforme. Se trata de una secreción que tiene la propiedad de eliminar los restos de
orina que puedan existir en la uretra, posibilitando al mismo tiempo que la pared de
ésta se revista de mucosa, a fin de propiciar el paso del semen cuando el varón
realiza el acto sexual.

LA URETRA
Este órgano tiene la misión de colaborar con los órganos genitales y también con
los urinarios. El canal de la uretra presenta un grosor aproximado de una aguja de
las utilizadas para hacer calceta y se ubica en el origen de la base de la vejiga,
terminando en el orificio uretral, que aparece en el glande del miembro viril. La
uretra aparece rodeada en la zona de origen por el tejido prostático y alcanza, por
término medio, una longitud de unos tres o tres centímetros y medio.
Presenta en la zona media de pared posterior una elevación al lado de los orificios
de los conductos espermáticos y de la corona de los conductos de desagüe de la
próstata. La elevación a la que acabamos de hacer referencia se denomina venum
montanum. La uretra atraviesa el músculo de Guthrie, fijándose en este punto y,
torciendo por debajo del borde inferior de la sínfísis, se inserta en el interior de los
cuerpos cavémosos con los que conforma el miembro viril.    Cuando llega al
orificio del glande, la uretra se hace más ancha y forma la fosa navicular. Pueden
observarse numerosas hendiduras en los pliegues longitudinales de la mucosa,
constituyendo un reducto del que es difícil expulsar a los agentes patógenos
productores de la enfermedad venérea denominada blenorragia.

EL GLANDE
Se trata de un cuerpo esponjoso, susceptible de multiplicar su tamaño de modo
considerable. El glande está situado sobre la parte posterior de la hendidura
formada por los dos cuerpos cavémosos del miembro viril. La parte posterior
forma el bulbo y a un centímetro se introduce la uretra en el interior. La superficie
del glande aparece recubierta por unos músculos en sentido oblicuo.

EL PENE
Llamado también miembro viril y falo. Consta de dos cuerpos cavémosos
estrechamente unidos en la parte anterior y gradualmente separados en la posterior,
apareciendo asimismo recubiertos por unos músculos oblicuos y un tejido
conjuntivo que los une. El pene está sujeto al abdomen por medio de unos
ligamentos y, cuando no experimenta excitación sexual alguna, cae colgando por
encima de los testículos, de forma que la uretra dibuja una curva doble parecida a
una S.
El miembro viril está recubierto por una piel fina muy movible, formando en el
borde del glande que sobresale un pliegue que lo recubre casi totalmente. Se trata
de un pliegue susceptible de retirarse y dejar libre el glande, convirtiéndose
entonces en una reserva de piel que permite al pene agrandar su volumen
considerablemente sin dificultad en el momento de la erección producida por la
excitación sexual.
La piel que aparece recubriendo el pene está ligada a la parte inferior del glande
por medio de un frenillo, que no le permite retroceder más que de un modo
relativo.
La operación de eliminar el prepucio por medio de una intervención quirúrgica
recibe el nombre de circuncisión, medida muy difundida entre los pueblos
antiguos, especialmente entre los hebreos, que la practicaron a lo largo de unos dos
mil años. Los judíos tenían tal práctica como una demostración de verdadero
espíritu progresivo, aunque los demás pueblos la consideraban como un defecto
vitando. La circuncisión consistía en un corte en el prepucio y se trataba,
naturalmente, de una operación dolorosa. Pero todo judío varón se sometía gustoso
a ella, ya que ninguno era considerado-un auténtico hombre si no había sido
circunciso.
Hoy la circuncisión es considerada como una medida de carácter higiénico. En
cierto modo, los judíos debían de practicarla para congraciarse con Dios, que,
según la religión mosaica, no toleraba la menor suciedad e impu- reza tanto de
orden físico como moral. «Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y
será señal del pacto entre yo y vosotros», está escrito en el Génesis.
LA CASTRACIÓN
Se trata de la extirpación de los testículos en el varón o de los ovarios en la mujer.
Tal operación origina indefectiblemente la esterilidad absoluta del individuo, tanto
en el macho como en la hembra. Determina cambios temperamentales, quedando la
constitución física gravemente trastornada, al quedar profundamente afectadas
todas las funciones orgánicas.

ENFERMEDADES VENÉREAS
Se trata de enfermedades infectocontagiosas, que suelen transmitirse en el curso de
las relaciones sexuales, si bien algunas veces son hereditarias y otras se contraen
por contagio sin necesidad de que haya habido un contacto sexual
previo.
Las enfermedades venéreas son cuatro principalmente:
Blenorragia
Sífilis
Chancro blando
Linfogranulomatosis inguinal
Existen otras enfermedades que se transmiten generalmente por vía sexual, como
son las siguientes:
Balanitis
Condilomas
Uretritis no gonocócica
Vulvitis
Parafimosis
Todas estas enfermedades son de menor importancia que las cuatro citadas en
primer lugar.
Hay otras afecciones de tipo parasitario, entre las que cabe destacar:
Sama y Ladillas
Se denomina asimismo gonococia y purgaciones, que es el nombre vulgar más
difundido de esta afección venérea. Después del descubrimiento de los
antibióticos, la blenorragia ha podido ser eficazmente combatida y en la actualidad
está muchísimo menos difundida que en el pasado.
La blenorragia la transmite el microbio que recibe el nombre de gonococo de
Neisser, que se presenta por parejas y tiene la forma de un grano de café. Se trata
de una enfermedad que puede ser contraída tanto por el hombre como por la mujer
y se transmite por contagio de uno a otro sexo. Si la blenorragia no es combatida a
tiempo, los gonococos penetran en la mucosa del aparato genital, produciéndole
lesiones que, en no pocos casos, resultan de muy difícil curación, sobre todo
cuando la enfermedad se ha hecho crónica.

SINTOMATOLOGÍA BLENORRÁGICA
El individuo afectado por esta enfermedad experimenta, entre los dos y los cuatro
días de haber realizado el acto sexual, por lo general, una especie de hormigueo en
la uretra, hormigueo que, al orinar, deviene en abierto escozor. En seguida se
produce una secreción que se toma purulenta y de color amarillo verdoso.

LA BLENORRAGIA Y SUS CONSECUENCIAS


Además del escozor característico con que se manifiesta la gonococia purulenta,
los bordes del mesto urinario aparecen inflamados y, si la enfermedad ha alcanzado
ya todo su desarrollo sin haber sido tratada convenientemente, puede producir,
entre otras, las siguientes complicaciones:
a) Que la infección pase a la uretra posterior.
b) Que resulten afectados los conductos deferentes y originen una oruiepi-
TRATAMIENTO DE LA BLENORRAGIA
Como ya se ha dicho, la gravedad de la blenorragia ha decrecido actualmente
gracias a que con la penicilina se combate de forma muy rápida y eficaz. Por regla
general, si se trata una blenorragia aguda con la aplicación de medio millón de
unidades de penicilina, en un día se cura.

SÍFILIS
Esta afección venérea se presenta de muy diversas formas. El agente transmisor de
la sífilis recibe el nombre de treponema pallidum. Se trata de un microorganismo
de la especie de los protozoos y vulgarmente se conoce al agente transmisor de la
sífilis con el nombre de espiroqueta -espirochaeta pallida-, que está dotada de una
gran capacidad móvil. La espiroqueta tiene el aspecto de un hilo formado en
espiral, que es, generalmente, muy delgado y forma unas espirales en número que
oscila entre las ocho y las veinte. Estas espiroquetas giran alrededor de su propio
eje y llevan a cabo movimientos ondulantes. Teniendo en cuenta que en un
ambiente húmedo son susceptibles de mantenerse fuera del organismo humano y
pervivir durante cierto tiempo, no resulta infrecuente que la sífilis sea transmitida
por contagio no necesariamente debido al contacto sexual.
De esta suerte, cualquier herida, un simple grano, puede acoger una espiroqueta y
transmitir la sífilis. Hay que tener en cuenta que la espiroqueta muere enseguida en
un ambiente seco, pero es capaz, por ejemplo, de vivir de diez a veinte minutos en
el borde de un vaso recién utilizado por un sifilítico.
El contagio de la sífilis en la mujer es fácil a través de una grieta en el pezón
durante el período de lactancia, circunstancia que es mayormente grave, dado que
la madre contagiará inmediatamente la enfermedad a su hijo.

Hay que insistir en que, sin embargo, la vía normal del contagio sifilitico
se produce a través de las relaciones sexuales.
LAS CUATRO FASES DE LA SÍFILIS
Esta enfermedad venérea presenta un proceso de desarrollo considerablemente
lento y complejo. La sífilis pasa por cuatro periodos en su proceso de desarrollo:
Periodo primario
Periodo secundario
Periodo terciario
Periodo cuaternario
A continuación pasamos a describir el proceso característico de cada uno de
ellos.

PERIODO PRIMARIO
En el curso de este periodo de la sífilis-que es precedido incluso de un periodo de
incubación, o sea, aquél en el que las espiroquetas penetran en la piel y dan
comienzo a su actuación para producir la primera lesión en el organismo humano-,
caracterizado por la aparición del primer síntoma concreto, los gérmenes se
introducen en los conductos linfáticos y en los vasos sanguíneos.
Este primer periodo de la sífilis tiene dos fases:
a) La preserológica, en cuyo transcurso las reacciones de la sangre todavía son
negativas.
Se corre el peligro de que, al tratar con penicilina una blenorragia, si el individuo
padece la sífilis en su periodo primario, la reducción temporal de la afección
sifilítica puede desorientar al facultativo y hacerle descuidar el tratamiento
adecuado. Por eso resulta necesario que, transcurridos unos tres meses después de
haberse presentado la blenorragia, el enfermo proceda a hacerse un análisis de
sangre, con objeto de constatar si existe o no contaminación sifilítica.
PERIODO SECUNDARIO
Esta fase de la sífilis se caracteriza por la presentación de roseólas
maculcerimatosas secundarias en el vientre y en los costados. Se trata de unas
coloraciones rosa pálido, redondas u ovales, perfectamente deslindadas, cuyo
tamaño y número son variables en cada caso particular.
Durante el periodo secundario, la sífilis suele localizarse en las mucosas y en otras
partes húmedas del organismo. Entre los efectos que produce, están las fuertes
cefalalgias características y la caída del cabello.

PERIODO TERCIARIO
En el curso de esta fase sifilítica desaparecen los síntomas que caracterizan a los
dos periodos anteriores. La enfermedad parece que ha sido curada, pero, al cabo de
tres o cuatro años, de nuevo hacen acto de presencia los síntomas sifilíticos, siendo
en el periodo terciario mucho más peligrosos que los característicos de la sífilis
primaria y secundaria.
Los síntomas del periodo terciario se presentan, por regla general, en la cara y en
las piernas, que son invadidas por tumores malignos. Otras veces, atacan,
destrozándolas terriblemente, porciones enteras del cuerpo, como son la nariz, las
orejas o los labios, presentando el rostro un aspecto repulsivo.
Por otra parte, los tejidos internos van destruyéndose paralelamente a la acción
externa. La sífilis afecta a los vasos sanguíneos, de modo especial a la aorta, que se
dilata, a veces de modo desmesurado, pudiendo causar la muerte del enfermo.

PERIODO CUATERNARIO
Esta fase sifilítica presenta dos aspectos, ambos de extraordinaria gravedad:
Tabes dorsal
Parálisis progresiva
La primera de estas formas sifilíticas constituye una manifestación retardada de la
enfermedad y se produce, después de un periodo dilatado en el que la sífilis
permaneció latente, estacionaria, a veces, incluso pasados veinte años desde que el
individuo sufrió el contagio venéreo. Por su parte, la tabes dorsal se manifiesta por
medio de anomalías en el aparato nervioso, haciendo tambalear en ocasiones al
sifilítico, sin que pueda controlar la estabilidad vertical. La tabes dorsal suele ir
acompañada de intensos dolores y, en ocasiones, de perturbaciones en la vejiga.
Otro síntoma: al sifilítico se le dilatan de modo anormal las pupilas. Durante este
periodo la sífilis ataca con frecuencia a la columna vertebral, produciendo la
muerte del enfermo. Otra de las formas en que puede presentarse la sífilis en su
periodo cuaternario es la parálisis progresiva, que determina el cambio total del
carácter del enfermo.
La penicilina resulta muy activa en los casos de sífilis primaria, si se empieza
pronto el tratamiento. Por el contrario, en los otros tres periodos de la sífilis, la
penicilina resulta poco menos que de acción nula.
CHANCRO BLANDO
Se trata de un tumor blando, con pus y bastante doloroso, que se presenta en los
órganos sexuales. Se denomina científicamente uleusmolley se transmite
al realizar el acto sexual. El chancro blando es producido por el estreptobacilo de
Ducrey y no es en sí mismo de gran peligro, pero, a veces, aparece relacionado con
la sífilis, dificultando en estos casos un eficaz diagnóstico de esta última
enfermedad. El tratamiento del chancro blando suele hacerse a base de penicilina
con    resultados bastante positivos, pero este tratamiento presenta el peligro de que
y puede encubrir la presentación de un proceso sifilítico.

LINFOGRANULOMATOSING
UINAL
Esta infección, que aparece preferentemente en los varones de 20 a 40 años, taca
las glándulas inguinales y va precedida de ulceraciones poco aparentes bajo la piel
o en las mucosas inguinales. Hay engrosamiento progresivo de la    linfoglándulas
inguinales de uno o ambos lados, con fiebre.
A veces la enfermedad sigue un curso crónico, con graves ulceraciones y esiones
en el ano.
El antibiótico más eficaz contra esta infección es la clortetraciclina endosis de un
gramo al día, durante diez días.
El tratamiento se completa con cortisona y la radioterapia si la infección se
prolonga indebidamente.
LA UNIÓN SEXUAL ORAL
Se trata de una práctica tan extendida como poco divulgada. Se trata, lisa y
llanamente, de la estimulación directa de los genitales del hombre y de la mujer
con los labios y la lengua. Es una unión sexual considerada como inconfesable.
Nadie habla de ella, pero son muchísimas las parejas que la practican. Hay que
advertir que, en líneas generales, es una práctica sexual tan normal como pueda
serlo otra cualquiera, siempre y cuando, naturalmente, la unión sexual no se
reduzca exclusivamente a la unión oral.
Hay muchas razones que explican el hecho de que esta práctica haya sido y sea
acremente atacada. En primer lugar, una educación sexual insuficiente y mojigata
condenaba como espúrea la unión oral. Después determinados errores, como el de
atribuir la práctica de este tipo de unión sexual a individuos dados a la
homosexualidad. Esta interpretación es, por lo menos, decididamente abusiva.
Puede haber, y de hecho así es en la totalidad de los casos, homosexuales que se
decanten por la práctica de este tipo de unión, pero ello en modo alguno demuestra
que todos los que la practican sean homosexuales. Es como si se rechazase el beso,
en sus diversas vertientes, porque también constituye una práctica común a los
homosexuales. Es preciso superar ese prejuicio. Hay que añadir que a una gran
parte de los detractores de la unión sexual les parece repugnante esta práctica
debido a que los genitales, tanto los masculinos como los femeninos, están, según
ellos, carentes de la necesaria higiene. El razonamiento no resiste una
argumentación mínimamente seria en contra. Los órganos sexuales han de estar
siempre rigurosamente limpios, se recurra o no a la práctica de la unión sexual
oral.
Con este razonamiento de la falta de higiene igualmente serían rechazadas las
caricias hechas con la boca en la oreja y en otras zonas erógenas. Todo depende,
pues, del concepto que de la higiene tenga cada individuo.
Lo que debe hacerse es incidir en que la unión sexual oral no es condenable en sí
misma, sino que constituye un medio de excitación sumamente eficaz, pero resulta,
en todo caso, poco recomendable para que por medio de tal práctica se llegue al
orgasmo. Las caricias orales en los genitales deben de reducirse a medios de
excitación sexual que conduzcan al orgasmo por medio del coito normal.
Sobre la Auparishtaka o unión sexual oral ha escrito Vatsyayana unas páginas
sumamente interesantes y reveladoras, que consideramos útil transcribir aquí:
«Existen dos clases de eunucos o hermafroditas: los que eligen el papel de
hombres, y los que prefieren disfrazarse de mujeres.
«Los eunucos que visten como las mujeres imitan al sexo débil en todas las
formas: en su modo de vestir y de hablar, en sus modales, su bondad, su timidez, su
delicadeza y su modestia. Y la suprema consagración de amor que las mujeres
reciben en las suaves profundidades deiyom, los eunucos la reciben en la boca.
Esto se llama Auparishtaka.
«Estos eunucos 'hembras' sienten un placer sensual con la unión sexual oral, y ello
mismo al tiempo les procura un lucrativo medio de ganarse la vida, permitiéndoles
vivir como cortesanas.
«Los eunucos que adoptan la vestimenta y el carácter de los hombres mantienen
sus prácticas sexuales en secreto, pero cuando eligen una profesión, se convierten
generalmente en masajistas. Utilizando el masaje como pretexto, estos eunucos
acarician subrepticiamente los muslos de su cliente, y después empiezan a tocar
con sus fuertes y experimentados dedos las áreas adyacentes de su cuerpo. Si el
lingam del cliente está en erección, lo frota y oprime suavemente con las manos.
Muestra sus intenciones sin ambages, y si el cliente no se opone, el eunuco
interpreta su silencio como aquiescencia, e introduce el miembro en su boca. Si,
por el contrario, el cliente se excita con estas caricias y ordena al eunuco que
continúe, el masajista se niega y sólo termina consintiendo después de ser
suplicado y sobornado.
«El eunuco procede entonces a enseñar a su cliente los placeres de las ocho
diferentes etapas de la unión sexual oral. Después de cada etapa se detiene y finge
negarse a continuar, pero esta repentina y transitoria negativa sólo sirve para
excitar aún más a su cliente, que ruega al masajista que continúe y le paga
espléndidamente sus esfuerzos.
«La primera etapa se conoce como la Unión Nominal. El eunuco toma el órgano de
su cliente en la mano y acaricia levemente el extremo con los labios.
«Después coge el extremo del lingam con la mano, cerrando los dedos como si
fuese el capullo de una flor, y besa y muerde la punta del órgano.
"Si su cliente le insta a continuar, el eunuco toma el lingam se lo introduce en la
boca, cierra los labios con fuerza y entonces tira de él como si quisiera arrancar el
órgano del cuerpo. Esto se llama Presión Exterior.
«Animado por la reacción de su cliente, el eunuco inserta el lingam más
profundamente en su boca, lo aprieta y después lo suelta pronto. Esto se llama
Presión Interior. "Si el eunuco tiene el órgano en la mano y lo muerde suavemente,
se llama el Beso.
«En cambio, si acaricia el lingam con la lengua, en especial su extremidad, se
llama el Pulido.
«La culminación del Auparishtaka tiene lugar en las dos últimas etapas. El eunuco
introduce en su boca la mitad del órgano, lo acaricia con la lengua y chupa con
gran fuerza. Esto se llama Comer el Mango.
«La culminación llega cuando el eunuco se mete todo el órgano en la boca y lo
aprieta con gran esfuerzo hasta su principio como si quisiera tragárselo entero. Esto
se llama Absorción.
está prohibido por las Sagradas Escrituras, según las cuales es muy perjudicial
para un hombre introducir constantemente su órgano en las bocas de eunucos
y prostitutas. Sin embargo, Vatsyayana difiere de los Acharyas y afirma que esta
clase de unión sexual está sólo prohibida a las mujeres casadas y sujetas a las leyes
de las Sagradas Escrituras. Cree que en materia de amor, uno debe guiarse por las
tradiciones y prácticas del país, pero sobre todo, por las propias
inclinaciones.
«El Auparishtaka no sólo está limitado a los hombres. Ciertas mujeres, en especial
si están enamoradas y no tienen libre acceso a los hombres, se acarician
mutuamente los yonis con la lengua. También se sabe que muchos hombres
satisfacen a las mujeres con esta forma de unión sexual, ya que pueden aplicarse al
yoni todos los besos que se aplican a la boca. Cuando un hombre y una mujer
yacen con la cabeza junto a los pies del otro y practican el Auparishtaka, se llama
actitud del Cuervo.
«Algunas cortesanas están tan obsesionadas por esta forma de placer físico, que
abandonan amantes ricos, honestos e inteligentes por hombres pobres y vulgares,
tales como esclavos o conductores de elefantes, que se avienen a esta práctica.
«El Auparishtaka no debe ser nunca practicado por un erudito Brahmán, un
ministro de Asuntos de Estado, o un hombre de buena reputación, porque pese a
que el acto está permitido por los Shastra, no se debe utilizar más que bajo
circunstancias muy especiales.
«Así, por ejemplo, en los libros de medicina se citan a menudo las nutritivas
cualidades y el buen gusto de la carne de perro, pero esto no incita necesaria-
mente a un hombre sensato a comer esta carne.
«Por otra parte, hay ciertos momentos, lugares y ocasiones en que uno debe
recurrir a estos actos.
"El hombre inteligente ha de considerar primero cuidadosamente el momento, el
lugar y el acto que va a ejecutar, y si encuentra en armonía todos estos factores, y
tras la reflexión decide que tal acción no rebajará su naturaleza, puede obrar como
le plazca de acuerdo con las circunstancias.
«Pero puesto que tales actos son ejecutados privadamente, y siendo la naturaleza
humana de tal inconsistencia, nadie puede saber a qué placeres se entrega un
hombre detrás de las puertas cerradas de su aposento.»
Los párrafos precedentes, en los que se adivina un irónico moralismo basado en el
acomodaticio sí, pero..., resultan más por las consideraciones de índole social,
referidas por otra parte al contexto de otro mundo y otro tiempo.
Conviene que quede bien claro que la unión sexual oral no es en sí misma una
práctica aberrante, ni mucho menos, sino que está de acuerdo con los instintos
naturales y constituye un eficaz medio de excitación sexual sumamente adecuado
para utilizar en el juego amoroso previo al coito.
PROLONGACIÓN DE LA VIDA SEXUAL
Se trata de un capítulo de suma importancia en la vida del hombre y de la mujer, al
que no suele concedérsele el debido estudio, ya que el envejecimiento sexual afecta
de modo absoluto a todas las facetas del vivir humano, tanto consideradas desde la
vertiente masculina como de la femenina. Hay una serie de tópicos, errores y
prejuicios que no permiten ver claro en un problema tan fundamental como es el de
la gradual decadencia sexual que va reduciendo las apetencias del hombre y de la
mujer. Muchas veces, la inapetencia sexual atribuida a la lógica decadencia física
que, tarde o temprano, afecta al ser humano, proviene no de causas orgánicas, sino
psíquicas. «El casi medio siglo de convivencia de los matrimonios actuales -
escribe el sexólogo galo Georges Valensin- produce una influencia perniciosa en el
instinto sexual de los cónyuges. La potencia sexual se reduce mucho menos por la
edad que por la monotonía, que apaga lentamente la llama de la actividad y el
impulso de la excitación.»
Si la monotonía es un temible enemigo de la vitalidad sexual, ¿de qué
modo se puede combatir eficazmente? No hay otro medio que el de la
imaginación.
«Sólo hay un medio para evitar que con el paso de los años el deseo de la pareja
mengüe -escribe Oswait Kolle- y es el no dejarse llevar por la cómoda tendencia a
ir distanciando las relaciones sexuales».
Las experiencias prácticas nos demuestran que son innumerables los hombres cuya
capacidad sexual no decae en absoluto, sino que lo único que desciende es el deseo
de realizar estas actividades con la mujer propia. Si consideramos estas
manifestaciones, dejando a un lado el aspecto    moral y examinamos los hechos
fríamente, destacaremos la importancia que representa la oportunidad llamada
'segunda juventud'.»
LA «SEGUNDA JUVENTUD»
Hay que ganarla venciendo imaginativamente la influencia paralizante de la
monotonía en las relaciones sexuales. «La segunda juventud o segunda primavera -
dice Kolle- no es un problema de hormonas, sino más bien un problema psíquico.
«El hombre, con el paso de los años, al igual que la mujer, tiene su época de
cambio -climaterio, menopausia-, siente agudamente el temor de que su potencia
sexual decaiga o desaparezca; por lo que ambos se esfuerzan en demostrarse a su
modo que este signo de envejecimiento no les afecta. El hombre procura
demostrarse a sí mismo su capacidad sexual buscando a mujeres jóvenes; la mujer
trata de rejuvenecerse para ver cuál es el efecto que causa en su propio marido o en
otros hombres. El hombre siente la convicción íntima, según asegura el Dr. Bovet,
de que al estar con unajovencita también se rejuvenecerá. Tanto si lleva a la
práctica su pensamiento o si simplemente conserva esta idea como un simple deseo
oculto, subconsciente, su mujer ya no se siente segura junto a él y con frecuencia
reacciona con muestra de celos y con ellos se agranda más la brecha que existe
entre ellos.
«Realmente, en muchos casos el hombre sólo busca una variante sexual que no
encuentra en su propia mujer. La que es inteligente y hábil debe saber que el
hombre necesita biológicamente la excitación exterior para poder conservar vivo
su apetito sexual. Por ello debe dominar todo sentimiento de celos, al menos
mientras satisfaga su apetito sexual con ella. Ella debe conocer, estudiándolo en los
libros adecuados, estas oscilaciones del instinto sexual masculino y actuar de
forma comprensiva con su marido ya mayor, sin    condenarle de antemano. Si él
busca instintivamente excitaciones mediante revistas o lecturas eróticas o si se le
van los ojos con fruición tras de las jovencitas que pasan a su lado, deberá
comprenderlo lo mismo que si intenta ensayar nuevas técnicas en su unión sexual.»
El Dr. Georg Belham expone este fenómeno de la siguiente forma: «La excitación
de la novedad es siempre un estímulo para la potencia del hombre y una mujer
inteligente debe saber emplear perfectamente este recurso en vez de reaccionar con
manifestaciones de celos. Aceptará gustosa que un hombre entrado en años se
sienta excitado aún con la contemplación de la figura de una mujer joven y
hermosa con la que ella no podría competir, pero en vez de enfadarse usará
comprensión y hábilmente estos estímulos en beneficio propio y de su unión. Ella
puede recoger lo que otras siembran y ambos tendrán en ello la mayor satisfacción.
De otra forma la mujer se hallará con un hombre cansado e inepto que deja de ser
su amante, mucho antes de lo que por ley biológica le correspondería.»
Estas claras ideas sobre el amor en la edad madura apenas necesitan glosa.
Constituyen un sabio y pequeño tratado erótico psicológico que puede evitar no
pocos descalabros a nivel de pareja y prolongar las relaciones sexuales al máximo.

EL SEXO Y LA FISIOLOGÍA EN LA EDAD MADURA


Está comprobado científicamente que el cuerpo de una persona adulta está
compuesto de la siguiente forma:
Agua                          60%
Albuminoides            16%
Materias grasas        19%
Minerales                  5%
A medida que se van cumpliendo años, va decreciendo gradualmente el contenido
de agua en el cuerpo humano y las células se van endureciendo. En el recién
nacido, por ejemplo, la proporción de agua era de un 71,2%. En cuanto se alcanza
el límite de crecimiento, el cuerpo humano ya no se renueva, sino que comienza a
envejecer, hasta que el proceso de reducción y muerte de las células alcanza su fase
culminante, que es cuando, en rigor, empieza el envejecimiento. Se trata, pues, de
un proceso biológico inevitable, que afecta, como es lógico, a la vida sexual del
individuo, cuya intensidad también va decreciendo.
El Dr. Mendel dice que el proceso de la menopausia masculina es progresivo y
llega a su punto culminante después de un periodo que oscila entre los diez meses
y los cuatro años. Entre los síntomas que suelen acompañar a este proceso pueden
señalarse los siguientes:
Impaciencia
Irritabilidad
Laxitud
Susceptibilidad
Sentimiento de inferioridad
Disminución de las facultades intelectuales
Disminución de las facultades imaginativas
Cefalalgias
Insomnio
El carácter del hombre que se siente abocado al decrecimiento fatal de la actividad
sexual cambia, generalmente, de carácter insensiblemente. Hay que estar preparado
para tal eventualidad y dispuesto a hacer un relevo de ilusiones. De lo contrario, el
hombre se hunde y autodestruye.
LA LUCHA CONTRA EL ENVEJECIMIENTO PREMATURO
Desde la antigüedad más remota ha intentado el hombre poner un dique al asalto
que el tiempo hace a su potencialidad sexual. Se ha recurrido a los más diversos y
peregrinos métodos, desde la utilización de mágicos afrodisiacos a verdaderos y
demenciales pactos con el mismísimo Lucifer.
El Dr. Norman Haire recoge numerosos intentos hechos por diversos
investigadores para conseguir un alargamiento de la vida sexual. Los resultados en
ningún caso han sido decisivos, pero muchos de ellos resultan sumamente
interesantes. «Brown-Séquard -dice Haire-, de setenta y dos años de edad, anunció
a la Sociedad de Biología de París el primero de junio de 1889, que tras haberse
inyectado bajo la piel 'polvos de testículos de perro y de cobayo diluidos en un
poco de agua', había sentido un efecto revivificante. Esta noticia sensacional se
difundió en el mundo entero y fue acogida con entusiasmo extraordinario. Por
desgracia, pronto se descubrió que las esperanzas suscitadas por esta experiencia
carecían de fundamento.
"Hace algunos decenios, el sabio austríaco Steinach, tomando como punto de
partida la teoría de Brown-Séquard, según la cual la vejez se debe al lento
funcionamiento de las glándulas genitales, especialmente desde el punto de vista
de la producción hormonal, creó una operación, conocida por el hombre de
vasoligadura. Está basada en una observación, de Steinach, según la cual si la
secreción extema de los testículos se hace imposible, su secreción interna se
intensifica y transmite al organismo los elementos renovadores, es decir, las
hormonas. En consecuencia, la vasoligadura consiste en ligar los vasos deferentes.
«Se halló que en numerosos casos esta operación determinaba una mejoría general,
así como una reavivación del deseo sexual. Sin embargo, por diversas razones topó
con una oposición.
«Steinach aconsejó también el injerto de tejido testicular procedente de otro ser
humano, algunas veces de un órgano que debía ser extirpado, aunque sano, porque
permanecía en la cavidad abdominal en lugar de descender al escroto, causando así
vivos dolores y otros síntomas. En otros casos, el tejido se obtenía de un joven
sano que se prestaba a vender uno de sus testículos, puesto que uno solo basta para
nutrir el cuerpo con todas las hormonas requeridas. En otras ocasiones, se
extirpaba, después de muerto por accidente, de una persona sana. Estos trasplantes
dieron a menudo resultados satisfactorios, pero algunas veces el injerto no lograba
'enraizarse' en su nuevo lugar y degeneraba sin producir resultados duraderos en la
persona que había sufrido el injerto. En la actualidad sabemos que esto se debía al
hecho de que el donante y el sujeto receptor no pertenecían al mismo grupo
sanguíneo o a un tipo compatible.
«Casi al mismo tiempo, Voronof, partiendo también del principio de Brown-
Séquard, realizó operaciones de injerto trasplantando testículos de chimpancé en el
hombre. Su método produjo una sensación sin precedentes, pero aunque daba
resultados positivos temporales, no logró restaurar la virilidad del paciente.
«El cirujano estadounidense Thorak obtuvo mejores resultados con el injerto de
testículos de monos superiores. Los fracasos de esta técnica también se debieron,
sin duda, a la incompatibilidad sanguínea del donante y del paciente.
«Algunos sabios han recomendado como método de rejuvenecimiento tanto para
los hombres como para las mujeres, el empleo de los rayos X, reputados por su
efecto estimulante en las glándulas sexuales. El doctor Holzknecht, colaborador de
Steinach, pretendió haber obtenido excelentes resultados con este método.
«Entre los diversos procedimientos de rejuvenecimiento propuestos debemos
mencionar el del doctor Javorsky, si bien aún está en una fase experimental. Este
sabio inyectó a un chivo de quince años (por consiguiente, senil) algunos
centímetros cúbicos de sangre de un animal joven.
«Un cirujano italiano pretende obtener resultados satisfactorios embadurnando los
canales espermáticos con productos químicos irritantes como el fenol, que
estimula, según él, la secreción interna de los testículos.
«Ahora bien, todos estos métodos se emplean menos desde que se realiza la
inyección hormónica antes mencionada. «Una de las principales armas que
permiten al hombre de cuarenta años combatir la edad senil, es el régimen. Según
la opinión casi unánime de los especialistas, los hombres de más de dicha edad por
lo general comen demasiado. En todo caso, una alimentación excesiva hace más
víctimas que la sub-alimentación. Y esto no sólo porque fatiga los órganos
digestivos, sino también el organismo entero, que se 'usa' así más rápidamente. Por
otra parte, la asimilación imperfecta de los alimentos provoca una autointoxicación
progresiva que acelera considerablemente la llegada de la vejez.
«El gran sabio ruso Metehnikof trató de combatir esta intoxicación, y basó su
teoría en la acción de los fagocitos, es decir, las células capaces de englobar y
digerir ciertas partículas orgánicas o minerales, las células degeneradas, las
materias extrañas y sobre todo los productos tóxicos. Metehnikof puso de
manifiesto los efectos nocivos de los microbios establecidos en el intestino grueso
que producen toxinas, las cuales, una vez introducidas en la sangre, alteran los
vasos sanguíneos y conducen a la esclerosis. Los fagocitos, cuya acción favorece la
producción de ácido láctico, se encuentran en gran cantidad en el yogur.
Netchnikof aconseja conceder a este producto en lugar importante en la dieta
diaria. Se dice que la longevidad de los campesinos búlgaros se debe a la
popularidad de que goza en este país la leche cuajada mediante un fermento
especial llamado maya. La acción de los fagocitos es también favorecida por los
alimentos tales como el pepino, la col, el arroz y la cebada. Según este sabio, la
vejez es debida a colonias microbianas localizadas en el intestino grueso y, en
ciertos casos, aconseja intervenciones quirúrgicas.» Parece ser que, sin negar que la
ciencia pueda lograr algún día alargar la vida sexual, de momento el hombre y la
mujer han de resignarse a luchar por su prolongación mediante una vida sana tanto
física como psicológicamente: una dieta alimenticia adecuada y un constante
relevo de ilusiones.

LA IMPOTENCIA SEXUAL
Puede decirse, sintetizando, que la impotencia sexual estriba en la imposibilidad,
más o menos continuada, pero, en todo caso, repetida, de consumar normalmente
el coito.
Hay que precisar, no obstante, que existen dos clases de impotencia:
generandi y coeundi.
Entre las formas de impotencia de origen físico, las más corrientes son
éstas:
Imposibilidad de que el pene se ponga erecto.
Anomalías en la formación orgánica.
No producción de semen verdadero.
Anomalía orgánica que obstaculiza la introducción del pene.
Vaginismo.
Hay otras impotencias de origen psíquico. Sin ser, en rigor, síntomas de
impotencia, puede desembocaren impotencia sexual auténtica. Las más
importantes son las siguientes:
Rechazo del deber conyugal.
Negativa a mantener relaciones sexuales normales.
Hábito de utilizar técnicas inadecuadas para la excitación sexual.
Violentar las relaciones sexuales con prácticas morbosas.
Pudibundez exagerada.
Irracional asco a la vida sexual.
Repugnancia hacia el compañero de pareja.
En estos casos se trata de un problema casi siempre de inadecuada educación
sexual.
No son pocos los casos en que el fracaso en la vida sexual proviene de un
sentimiento de inferioridad, adquirido generalmente en la infancia o en la
adolescencia, que llega a convertirse en neurosis y psicosis muy peligrosa para la
salud psico-sexual del individuo en cuestión.
En ocasiones; la neurosis es la causa determinante del fracaso sexual, aunque no
resulta infrecuente, ni mucho menos, que las cosas sucedan a la inversa.
Si las impotencias son de carácter orgánico, resultan generalmente más fáciles de
curar, con las excepciones de rigor, naturalmente. Las de origen psíquico suelen ser
más complicadas y difíciles de tratar con éxito. Esto se debe, en la mayor parte de
los casos, a que, cuando se manifiestan, ya se ha constituido la pareja conyugal, y
la convivencia familiar agrava el problema.
La medicina concede un ámbito conceptual muy amplio a la impotencia sexual,
que abarca al campo general -al hombre- de la deficiencia de sus condiciones
masculinas. En este sentido, la impotencia sexual se relaciona
directamente en el varón con sus condiciones psicofísicas, tales como:
Actitud de dominio.
Firmeza.
Imperturbabilidad
Iniciativa.
Nobleza.
Pundonor.
Equilibrio
psicofísico.
Voluntad.
Ecuanimidad.
Amplitud de
miras.
El cuadro de manifestaciones que la impotencia sexual determina en la mujer es
también sumamente compleja.

SEXO Y SOCIEDAD
La personalidad del ser humano está constantemente influida en sus
manifestaciones por el ambiente en que vive el individuo y el signo de la época, lo
cual repercute, como es natural, en la vida sexual. Es frecuente que la sociedad
emita juicio de un individuo ateniéndose a valoraciones estrictamente sexuales. Por
ejemplo, a un hombre valiente suele asociarse una notable secreción testicular, al
paso que a un cobarde no es raro oírle llamar impotente, en tono de desprecio.
Todo esto resulta incoherente, analizadas las cosas con rigor, pero sucede así y
plantea en muchos casos problemas sexuales de difícil tratamiento.
El carácter sexual solía traspasar todas las facetas de la vida social. Hoy, en
realidad, ocurre lo mismo, pero se han venido abajo muchos tabúes y lugares
comunes. A medida que la civilización avanza, la humanidad va racionalizando en
lo posible la importancia de la vida sexual. La cerebralización de la vida moderna
redujo en cierta medida la importancia de la virilidad, es decir, recortó las
funciones de mando poco menos que omnímodo que ostentaba el varón y
reivindicó las posiciones femeninas. Todo esto ha determinado la irrupción de la
mujer en muchos sectores que durante siglos fueron coto vedado del hombre.
Esto es natural, dado que la complejidad de la vida moderna no permite soluciones
elementales, de mera fuerza y voluntad. Esta situación ha creado en el varón una
cierta psicosis colectiva. Su valoración está en crisis para todos aquellos que se
aterran al pasado, un pasado en el que el varón decidía por sí mismo sin tener en
cuenta a la mujer más que como un objeto de placer que utilizaba a su antojo.
Ahora las cosas en este sentido han variado: la mujer tiene conciencia de sus
derechos y sabe cómo reclamarlos y hacerlos respetar. Esto ha propiciado, aunque
pueda parecer descabellado, una cierta proliferación de la impotencia sexual
masculina.

EL COMPLEJO DE EDIPO
Freud fue quien descubrió que es más que frecuente el caso de los niños cuya vida
sexual instintiva se proyecta eróticamente hacia la figura de la madre. (El complejo
de Electra es el caso contrario: el de la niña decantada eróticamente hacia el padre.)
El niño llega incluso a tener, en muchas ocasiones, precoces celos del padre. Si esta
soterrada vida sexual de la infancia adquiere caracteres más o menos conscientes,
puede determinar un proceso de inhibición que más tarde sea origen de graves
consecuencias, al llegar el individuo a la edad adulta.
Pero sí se ha conseguido en más de una ocasión contribuir con éxito a que, por
medio de una intervención quirúrgica, una persona de un sexo pase a pertenecer al
opuesto. Esto sólo es posible cuando la diferenciación sexual del individuo en
cuestión es nula o casi nula. O sea: una persona de estado sexual intermedio, por
medio de un tratamiento hormonal o bien de una operación, puede concretar su
conversión total, del sexo neutro al masculino o al femenino, de acuerdo con su
natural proclividad, librándose de esta forma de contraer la impotencia sexual.

CLASES Y CAUSAS DE LA IMPOTENCIA


La impotencia generandi es aquella en la que el individuo puede realizar el acto
sexual, ya que su mecanismo de la erección funciona normalmente, pero es incapaz
de engendrar. Se trata, como se ve, de la denominada esterilidad. Por el contrario,
la impotencia coeundi le impide al individuo, por las causas que fueran, efectuar el
acto sexual, debido a que su pene no puede ponerse erecto.
Hay casos en que el impotente para realizar el coito no es estéril, siendo la causa de
su impotencia una imposibilidad de tipo mecánico -corregible en la mayoría de los
casos mediante un adecuado tratamiento-para materializar el coito. También se da
el caso de personas que realizan normalmente el coito y son, no obstante, estériles,
como ya hemos apuntado anteriormente.Por regla general, en no pocos
matrimonios, el marido achaca a la mujer la infecundidad, cuando, en la realidad,
son muchas las veces en que es el varón el infecundo, a pesar de su potencialidad
aparente en el momento de realizar la unión sexual.
En ocasiones, en el impotente total, son distintas las causas que determi- nan la
impotencia coeundi de la impotencia generandi. La primera suele provenir de
carencia de espermatozoides suficientes y la segunda, de causas meramente
mecánicas. Las dos deficiencias hay que corregirlas, por lo tanto, por separado.
Otras veces, la impotencia es únicamente parcial. Por ejemplo, cuando la erección
del pene se retrasa anormalmente o el semen tarda en salir. En ocasiones, incluso
no sale o lo hace en cantidad insuficiente.

LA POTENCIALIDAD SEXUAL
Diversos factores influyen en el grado de potencia sexual de un individuo. La gente
sustenta la errónea opinión de hacer coincidir corpulencia con virilidad. Se trata de
una apreciación totalmente inexacta. Hay personas corpulentas de escasa potencia
sexual y, por el contrario, individuos poco corpulentos que poseen una
extraordinaria virilidad. Cabe resaltar, entre los factores a tener en cuenta en la
potencia sexual, los tres siguientes:
a) La herencia biológica.
b) El estado de salud general, que influye decisivamente en el
índice de vitalidad, y ciertas enfermedades localizadas en los
órganos genitales.
c) La psicología de cada individuo, su educación en los
años infantiles y en los cruciales de la adolescencia. En
estas edades una educación antinatural puede, con
frecuencia, determinar complejos inhibitorios que originen
una impotencia de carácter psíquico o emocional.

La potencia sexual de cada individuo queda, por lo tanto, condicionada por una
serie de factores que parecen ajenos a la vida sexual, pero que, en realidad, tienen
una decisiva influencia en esta delicada faceta de la vida humana.

POTENCIA SEXUAL DEFICIENTE


Se trata, en realidad, de una impotencia relativa. Puede referirse a una débil
erección del miembro viril o bien a su tiempo de duración. Puede estar asimismo
relacionada con la mayor o menor frecuencia con que un individuo realice el coito,
y también con una mayor necesidad de los estímulos previos a la erección y a la
eyaculación.
Tal caso de impotencia suele ser fácil de curar, a condición de que se recurra al
especialista en cuanto el individuo afectado se percate de la anomalía.

CÓMO SE RECONOCE LA GRADUAL DEBILITACIÓN DE LA


POTENCIA SEXUAL
Teniendo en cuenta que no existe una edad común a todos en la que la pérdida de
la virilidad constituye un síntoma de normal envejecimiento orgánico, tiene que ser
cada individuo el observador de sí mismo a este respecto. El debilitamiento de la
virilidad ha de establecerse en términos de comparación con la normal potencia
sexual en el pasado. Es completamente equivocado intentar sacar conclusiones de
una comparación de la propia virilidad con la de otros individuos. Cuando llega el
momento crítico del declive, el individuo afectado deberá atemperar su vida sexual
a las posibilidades de su propia vitalidad. Deberá asimismo vigilar su régimen
alimenticio, absteniéndose de beber alcohol y de sobrecargar el estómago, a fin de
que el perfecto funcionamiento de sus órganos digestivos contribuya a la
agilización de sus reflejos y a evitar contraer enfermedades que contribuirían a
desgastar su organismo, lo cual aceleraría el proceso de pérdida de la virilidad ya
iniciada en él. El individuo debe realizar el acto sexual de la manera más natural,
sin recurrir a ningún género de excitantes al margen de los naturales.

MECANISMO DE LA ERECCIÓN
Cuando se produce la excitación sexual, las cavidades de los dos cuerpos
cavernosos que se extienden a lo largo del pene se dilatan al llenarse de sangre, lo
cual produce la erección y endurecimiento del miembro viril. Como es natural,
existe un proceso orgánico previo en el que intervienen las glándulas de secreción
interna, el sistema nervioso, las glándulas genitales y el aparato de circulación
sanguínea.
La excitación sexual opera en los nervios como si se tratase de un conmutador
eléctrico, poniéndolos en tensión instantáneamente y encomendándoles la misión
de graduar la sangre que se acumula en los vasos del falo. A renglón seguido se
abre una comunicación natural entre las pequeñas arterias y los dos cuerpos
cavémosos, pero, al colmarse éstos de sangre, el camino de salida por las venas
queda interrumpido durante todo el tiempo que dura la erección del pene. Una vez
que el miembro viril recupera su posición normal, ninguna sangre de la acumulada
permanece en las cavernas, habiendo sido evacuada toda por las venas. Mientras
dura la erección la piel del miembro viril se hace extraordinariamente sensible.
Esto es debido precisamente a la acumulación de sangre en los cuerpos cavémosos.
La sensibilización del pene se completa por medio de las extremidades de los
nervios que se extienden por los órganos genitales masculinos. Una vez que se ha
producido la erección del miembro viril originado por el proceso orgánico
provocado por el apetito sexual despertado en un momento dado, cuando el
individuo está psíquicamente en tensión y las glándulas seminales han alcanzado el
grado deseado en su actividad secretora, los centros nerviosos ubicados en la
médula provocan unas contracciones que tienen por objeto vaciar las glándulas
seminales y causar la eyaculación, o sea, la evacuación del semen a través de la
uretra. Varias son las causas que determinan la erección del pene:

Por estar colmadas las glándulas procreadoras.


Por excitación de la vista.
Por excitación del tacto.
Por excitación acústica.
Por excitación olfativa.
Por colaboración físico-mecánica.
Por el deseo de poseer una mujer.
Por reflejos instintivos dimanados del subconsciente.
Por excitación artificial.

EL SEMEN
Está formado por zoospermos vivos, que son los que determinan la fecundación. Si
se da el caso de que el semen carece de ellos en la proporción necesaria, se produce
la llamada impotencia generandi.
La cantidad de zoospermos está íntimamente relacionada con la edad del individuo
al que pertenece el semen. En un varón de cuarenta años, dotado de una normal
potencia sexual, la cantidad de zoospermos vivos alcanza una
proporción de 100 por 100. El índice va decreciendo gradualmente a medida que
aumenta la edad. A los 55 años los zoospermos vivos alcanzan un porcentaje de un
95 %, a los 70 años será tan sólo de un 80 % y a los 90 años, de un 10 %. En cada
eyaculación se expulsa normalmente una cantidad de semen que suele pesar unos
ocho gramos.

ERECCIÓN PRODUCIDA AL LLENARSE LAS GLÁNDULAS


PROCREADORAS
Al colmarse los testículos de semen, el pene se endurece. La erección es siempre,
en estos casos, favorecida por impulsos de origen psíquico. Si bien el tamaño de
los testículos es tenido vulgarmente como índice de mayor o menor virilidad, esto,
sin embargo, no es verdad más que en parte, porque, aun careciendo un individuo
de un testículo, la potencia sexual no decrece. En ocasiones, cuando es por causa
accidental, si un individuo pierde ambos testículos puede permanecer todavía
algunos años la potencia viril. Los testículos pesan normalmente entre 25 y 45
gramos y tienen, por regla general, unos cuatro centímetros de largo por tres de
ancho en el adulto. El líquido que, en rigor, tiene el poder fecundante no se
produce en los testículos más que en una pequeña cantidad, segregando el resto la
próstata, las vesículas seminales y otras glándulas genitales. Además de los
zoospermos fecundantes, los testículos segregan las hormonas testiculares, que
pasan a la sangre y llegan al cerebro, estimulando el deseo sexual.
Simultáneamente, los nervios de los órganos fecundantes propagan a los centros
nerviosos la impresión de madurez que emana del líquido fecundante a la sangre a
fin de que afluya en los cuerpos cavernosos del pene y produzca la erección.
ERECCIÓN DE ORIGEN EMOCIONAL
El factor psíquico y el imaginativo con siempre muy importantes en las relaciones
intersexuales. La erotización de la vida humana viene determinada, en gran parte,
por factores extraorgánicos, como son, por ejemplo, el ambiente, el arte, la
literatura, la moda y otros muchos que dejan en el subconsciente del individuo un
cúmulo de vivencias excitantes. Cuanto más civilizado es el ambiente, más influye
la imaginación en la erección del pene.
rriendo a vivencias sexualmente excitantes, a fin de que los centros de la médula
influyan en el mecanismo de la erección.

ERECCIÓN ORIGINADA POR CAUSAS FÍSICO-MECÁNICAS


Pueden ser de muy diversa índole este tipo de causas:
Roce de los genitales al ir en bicicleta.
Roce de los genitales al montar a caballo.
Roce de los genitales al llevar pantalones muy estrechos.
Roce de los genitales causado por dormir en determinadas posiciones
Estos roces producen una sensibilización cutánea que determina una puesta en
marcha del mecanismo de la erección. Se trata, por lo tanto, de una causa
puramente físico-mecánica la que determina este tipo de erección al margen de la
voluntad del individuo.
En ocasiones, los varones de potencia sexual débil no responden adecuadamente a
las excitaciones que se pudieran definir como normales y, en cambio, se sienten
estimulados por sensaciones físico-mecánicas, produciéndose de esta forma en
ellos la erección.
ERECCIÓN INCONSCIENTE
Recibe también la denominación de automática. Se trata de una erección
totalmente al margen de la voluntad. El elemento primordial que la determina en el
hipogástrico. No pocos hombres suelen experimentar erecciones por la mañana, al
despertarse, en las que para nada ha intervenido la voluntad. Estas erecciones las
ocasionan las heces acumuladas en el intestino o el líquido pues colma la vejiga de
la orina.
El recto, cuando está lleno, al ejercer presión sobre las vesículas seminales y la
próstata, puede también determinar las automáticas erecciones matinales. Es
frecuente que se produzca este tipo de erección en las personas que padecen
estreñimiento.
Igualmente puede ser causa de una erección inconsciente el calor que, durante las
horas de sueño, se proyecta sobre el miembro viril originándose entonces, cuando
las glándulas están repletas de semen las poluciones o involuntarias pérdidas
nocturnas de semen.
No es recomendable aprovechar la automática erección matinal para realizar el
coito, aunque si lo es en el caso de que el individuo padezca impotencia sexual de
origen psíquico, ya que tal coyuntura le demuestra que, en realidad, su impotencia
no existe, sino que es originada por una inhibición que puede curarse.
Hay que precisar que la erección automática no es, en rigor, normal y viene
determinada generalmente por una deficiencia funcional del individuo que la
experimenta.
LAS POLUCIONES NOCTURNAS
Como dijimos anteriormente, las poluciones consisten en la pérdida involuntaria de
semen en las horas en que el individuo está durmiendo.
Se trata, en la mayoría de los casos, de una reacción natural del organismo en las
personas que se abstienen, voluntariamente, de realizarla unión sexual. Las
poluciones de este origen se curan realizando ejercicios físicos y por medio de una
adecuada alimentación sin elementos excitantes.
Se registran casos en los que la pérdida seminal nocturna está determinada por
afecciones glandulares o nerviosas y producen una debilitación física y mental en
quienes la padecen.

LA ESPERMATORREA
Si las pérdidas involuntarias de semen se producen durante el día la anormalidad
recibe la denominación de espermatorrea. Se trata de una dolencia peligrosa, capaz
de perturbar gravemente la vida del individuo tanto física como mentalmente.
Puede considerarse, sin lugar a dudas, la espermatorrea como una de las
principales fuentes de la impotencia sexual masculina.
Las pérdidas seminales diurnas puede ser de dos clases:
Al defecar.
Al orinar.
La primera suele afectar a las personas que padecen estreñimiento; la segunda
clase de espermatorrea obedece normalmente a un deficiente ritmo nervioso y al
paso ejercido sobre las vesículas seminales de la próstata, que, al dilatarse,
obstaculizan el paso de la orina.
TRATAMIENTO DE LA ESPERMATORREA Y DE LAS POLUCIONES
NOCTURNAS
Tanto para la pérdida seminal nocturna como diurna, la persona afectada deberá
seguir las siguientes prescripciones:
1.° Impedir la acumulación de semen, con objeto de que las
glándulas que lo contienen no estén sobreexcitadas.
2.° Seguir un régimen alimenticio en el que no haya sustancias excitantes.
3.° Procurar que no se acumulen heces fecales en el intestino
y el recto -se trata, en definitiva, de curar el estreñimiento- y
que no haya demasiado líquido en la vejiga de la orina.
4.° Procurar que ni el bajo vientre ni los órganos genitales estén comprimidos.
5.° Llevar una vida natural, al margen de morbosas excitaciones.

IMPOTENCIA SEXUAL ORIGINADA POR LA DIABETES Y POR


AUSENCIA DE EJERCICIO FÍSICO
Como consecuencia de la perturbación del equilibrio de las glándulas de secreción
interna, la diabetes suele desembocar no pocas veces en impotencia sexual. El
debilitamiento progresivo que va minando el organismo del diabético influye
negativamente también en su virilidad. La vida sedentaria, con frecuencia origen
de la obesidad, el reuma y la diabetes, es también frecuentemente la causa
determinante de la impotencia sexual. Es cierto que la vida muelle estimula al
principio el apetito sexual, pero con el tiempo, por lo general, desemboca en el
hastío de los placeres naturales.
Llegado a este punto, la persona de vida sedentaria, cuando recurra a prácticas
artificiales para exacerbar el deseo, perturba el equilibrio nervioso y también el de
las glándulas de secreción, determinando la aceleración del proceso de debilitación
sexual y conduciendo a la impotencia prematuramente.
Hay que precisar que una alimentación que, en la edad adulta, carezca de la
vitaminas necesarias, de albúminas suficientes y de otras sustancias vitales
determina la ausencia de zoospermos en el semen y es susceptible de originar la
impotencia sexual o, cuando menos, la esterilidad.

IMPOTENCIA ORIGINADA POR LA OBESIDAD


En las personas obesas el corazón suele funcionar deficientemente, lo cual, al
originar una mala circulación sanguínea, determina, en muchos casos, la
impotencia sexual. Por otra parte, la gravitación de la grasa sobre los órganos
sexuales suele producir debilidad viril.

IMPOTENCIA PRODUCIDA POR TRASTORNOS GLANDULARES


Un mal funcionamiento glandular puede afectar a la secreción de los testículos, a la
presión sanguínea o a la próstata y ser origen de impotencia sexual. La
perturbación pancreática, por ejemplo, cuando degenera en diabetes, es frecuente
que produzca la impotencia. Durante la edad infantil la alteración glandular
determina un deficiente desarrollo de los testículos y ello produce más tarde la
impotencia sexual. Ya en la edad adulta, la perturbación glandular obstaculiza la
producción de zoospermos en el semen y disminuye el impulso psíquico hacia el
sexo contrario.
Son asimismo muy importantes las perturbaciones de la hipófisis, que, al
presentarse en la infancia, dificultan el desarrollo de los testículos. Si la glándula
hipófisis experimenta trastornos al llegar a la edad adulta, decrece la producción de
zoospermos y ello determina la aparición de la impotencia y la esterilidad.
También el mal funcionamiento del tiroides puede determinar un debilitamiento de
la virilidad.
IMPOTENCIA PRODUCIDA POR EL ABUSO DEL ALCOHOL
Aunque el alcohol suele citarse como un afrodisíaco, la apreciación es inexacta. El
alcohol excita el deseo, efectivamente, pero aminora la potencia sexual, ya que
perjudica los testículos y puede incluso producirles hipertrofia. También el tabaco
es perjudicial para la potencia sexual, ya que estrecha y endurece los vasos por los
que circula la sangre y dificulta, por lo tanto, el riego sanguíneo, imprescindible
para que el pene logre la erección.
Tampoco el café resulta propicio para la virilidad, ya que, si propicia el acceso de
la sangre a la cabeza, entorpece su paso al pene. El café favorece el trabajo
intelectual, pero es nocivo para la actividad sexual.

IMPOTENCIA DETERMINADA POR MALFORMACIÓN DE LOS


ÓRGANOS GENITALES
Las malformaciones pueden ser de diverso tipo:
Pene deficientemente desarrollado.
Pene exageradamente desarrollado.
Deficiente funcionamiento testicular
Son las tres malformaciones determinantes de impotencia sexual más importantes.
En estos casos no siempre el individuo que padece la malformación es realmente
impotente: lo que ocurre es que, como la realización del acto sexual le produce
sensaciones desagradables termina por inhibirse sexualmente y renunciar al coito.
Se dan casos en que la mujer es, al sufrir vaginismo o cualquier otro tipo de
anomalía en su aparato genital, la culpable de la impotencia del marido.
Ella dificulta la realización del acto sexual y él, viendo que sus esfuerzos resultan
una y otra vez baldíos, llega a considerarse impotente, sin serlo en realidad. Es un
caso típico de impotencia psíquica originada por causas de origen local.
IMPOTENCIA CAUSADA POR INFECCIÓN DE LOS ÓRGANOS
GENITALES
La blenorragia fue, hasta que se descubrieron los antibióticos, que combaten esta
enfermedad con admirable eficacia y rapidez, causa determinante -al no estar bien
curada- de no pocas impotencias sexuales.
Otras infecciones locales pueden asimismo provocar la aparición de la impotencia
sexual. La más frecuente tal vez sea la balanitis, o sea, la inflamación de la zona de
unión del glande con el prepucio.

IMPOTENCIA DETERMINADA POR ESTRECHEZ DEL PREPUCIO


Si un individuo padece esta malformación en el miembro viril, la erección le causa
dolor. Por otra parte, el pene no se endereza lo suficiente, sino que adopta una
forma curva, y en estas condiciones resulta poco menos que imposible la
realización del coito.
A fin de prevenir esta malformación, es conveniente practicar la circuncisión en los
años infantiles.
IMPOTENCIA DETERMINADA POR EL RETRASO DE LA
EYACULACIÓN A CAUSA DE EXPERIMENTAR SENSACIÓN DE
DOLOR CON LA ERECCIÓN
Se trata de uno de los casos típicos de impotencia derivada de causas
locales. Ante el dolor que experimenta el individuo con la erección, el
individuo termina por inhibirse sexualmente y renunciar a la realización del
coito.
Los dolores experimentados al ponerse erecto el miembro viril son
producidos, generalmente, por perturbaciones en la uretra o infecciones en
las vesículas y en la próstata.

IMPOTENCIA DETERMINADA POR AGOTAMIENTO NERVIOSO


Si la fatiga invade el centro nervioso que pone en funcionamiento el mecanismo de
la erección, casi siempre termina por aparecer la impotencia sexual. El agotamiento
nervioso puede proceder de la masturbación o de la utilización de excitantes del
deseo sexual. La erección lograda por medios artificiales desgasta la sensibilidad
de los centros nerviosos de la erección y, al final, llega el momento en que no se
produce ésta.

IMPOTENCIA PRODUCIDA POR EXCESO DE TRABAJO MENTAL


Si un individuo lleva una vida sobrecargada de preocupaciones, sean éstas de la
índole que fuere, y de trabajo mental, no tardará en sentir que decrece su
No resulta infrecuente que sea la mujer la causante de la inhibición psíquica del
varón debido al abandono corporal -mal olor, suciedad- que, en vez de estimular el
deseo sexual, lo amortigüe peligrosamente.
IMPOTENCIA POR DESVIACIÓN DEL IMPULSO NATURAL
Si se recurre de modo habitual a los estímulos artificiales para provocar el deseo
sexual, tarde o temprano llegara la impotencia. La búsqueda de sensaciones
inéditas pervierte a la larga la sexualidad y origina casi siempre la impotencia
sexual, que no es infrecuente que vaya, en estos casos, acompañada por las más
aberrantes perversiones eróticas.

IMPOTENCIA PRODUCIDA POR LA NEURASTENIA O EL


HISTERISMO
Son dos perturbaciones de tipo nervioso que suelen determinar la impotencia
sexual. Se trata de casos de impotencia, por lo tanto, de índole nerviosa, originadas
por motivos psíquicos.
Para que la potencia sexual pueda mantenerse es preciso combatir las causas que
originan la neurastenia, el histerismo, la melancolía, la tristeza, la depresión y otros
muchos trastornos psíquicos que merman el equilibrio de los órganos sexuales, y
son susceptibles de determinar la impotencia. La ciencia médica moderna no cesa
de insistir en la fundamental importancia que reviste el régimen alimenticio dentro
del tratamiento general de la impotencia sexual. Una dieta adecuada para contribuir
a regenerar los órganos de procreación y fortalecer los centros nerviosos que
participan en el mecanismo de la erección ha de contener los siguientes elementos
básicos:
Vitaminas.
Fósforo.
Hierro.
Cal.
Sales minerales.
Es muy recomendable asimismo un régimen alimenticio a base de vegetales,
huevos y leche.
Entre la lista de alimentos beneficiosos para las personas afectadas que sufren
impotencia sexual, figuran los siguientes:
Yogurt.
Legumbres secas.
Avellanas.
Nueces.
Almendras.
Verduras.
Ensaladas en crudo.
Toda clase de frutas del tiempo.
Cereales, especialmente la avena.
Habas secas.
Lentejas.
Crustáceos.
Moluscos.

ALIMENTOS PERJUDICIALES PARA LOS IMPOTENTES SEXUALES


Ofrecemos ahora una lista de alimentos de los que deben abstenerse los individuos
que padezcan impotencia sexual:
Todas las carnes en general.
Quesos fermentados.
Legumbres que produzcan flato.
Bebidas alcohólicas.
LAS PLANTAS Y EL TRATAMIENTO DE LA IMPOTENCIA SEXUAL
Hay gran cantidad de plantas que contienen propiedades medicinales aplicables al
tratamiento de la impotencia sexual. A continuación citamos los vegetales más
activos en la lucha contra la impotencia:
Casuelda.
Licopodio.
Menta.
Hisopo.

LOS AFRODISÍACOS
El hombre los viene utilizando desde la antigüedad más remota, ya que estimulan
el apetito sexual. Pero su grado de eficacia no es siempre el mismo en un individuo
que en otro. Tampoco son de por sí todos de igual acción. Ateniéndose a sus
propiedades y utilización, estableceremos la siguiente división:
1.° Afrodisíacos nocivos, que se toman para sobreexcitar la
sensibilidad sexual.
2.° Los que prescribe la ciencia médica para provocar la
erección en personas capaces de procrear, pero a quienes les
resulta difícil que el pene se enderece adecuadamente para
que pueda penetrar en la vagina.
3.° Los productos empleados para fortalecer el organismo en
general y en particular el sistema nervioso, con vistas a un
incremento de la potencia sexual.
AFRODISÍACOS NOCIVOS
Casi todos contienen veneno y perjudican la salud general del individuo que los
toma, sin curar en ningún caso la impotencia. Lo único que logran es estimular
circunstancialmente el apetito sexual, aunque no en todos los individuos. Estos
afrodisíacos minan, a la larga, la actividad de los centros nerviosos que intervienen
en el mecanismo de la erección del miembro viril. Vamos a citar a continuación los
afrodisíacos nocivos más conocidos y utilizados:
Mandragora.
Cantáridas.
Escarabeo.
Cubaba.
Cáñamo indio.

AFRODISÍACOS    MEDICINALES

Por regla general, no contienen un veneno demasiado activo y de ahí que


su peligrosidad sea muy reducida. La ciencia médica los viene utilizando para
combatir la debilidad y la impotencia sexuales, especialmente en aquellos casos en
que está probado que el individuo no es estéril, sino que es impotente por cualquier
causa anómala susceptible de ser eliminada. He aquí los afrodisíacos medicinales
más conocidos y usados:
Estricnina.
Yohimbina.
Fósforo.
Cacedilatos.
Clicerofosfatos.
Hay que advertir que estos afrodisíacos no deben de ser utilizados sin prescripción
médica.

PLANTAS QUE ESTIMULAN EL APETITO SEXUAL


Hay gran cantidad de plantas conocidas por sus efectos curativos en la lucha contra
la impotencia sexual. Ofrecemos a continuación una lista de estas plantas
estimulantes del apetito sexual más conocidas y eficaces en tal sentido:

Perejil.
Cacao.
Angélica.
Vainilla.
Damiana.
Enula campana.
Canela.
Lampazo.
Coclearia.
Todas estas plantas medicinales pueden, como es natural, tomarse no solas, sino
incluyéndolas como ingredientes del régimen alimenticio prescrito para combatir la
impotencia sexual.
Hay también infinidad de vegetales que son altamente recomendables para
favorecer la salud en general, lo cual repercute beneficiosamente, de modo
indirecto, en el perfecto funcionamiento de los órganos sexuales. Entre los que
merecen ser citados, figuran los siguientes:
Espliego.
Tomillo.
Nabo.
Berros.
Nueces.
Higos secos.
Cebollas.
Setas.
Alcachofas.

ESPECIAS QUE SON NOCIVAS PARA LA IMPOTENCIA SEXUAL


Algunas especias, si bien excitan sexualmente, no son recomendables a causa de su
difícil eliminación y a sus efectos irritantes. Las más conocidas especias de este
tipo son:
Mostaza.
Clavo.
Pimienta.
Nuez moscada.

LA IMPOTENCIA SEXUAL HEREDADA


Teniendo en cuenta que el hijo engendrado es consecuencia de la unión del
espermatozoide masculino con el óvulo femenino mediante la realización del acto
sexual, es lógico que el nuevo ser que nace herede una serie de estructuras
biológicas fundamentales del padre y de la madre. Pero ocurre que la llamada
herencia biológica del recién nacido alcanza a varias generaciones anteriores a la
de los padres, o sea, que, a través de los veinticuatro cromosomas del zoospermo
paterno y los veinticuatro cromosomas del óvulo materno aprovechados
vitalmente, el hijo entra a formar parte de una maravillosa comunicación biológica
con la larga y doble hilera de sus antepasados.
Suele ocurrir que el hijo se parece más al abuelo materno que a la propia madre, o
más al bisabuelo paterno que al mismo padre. Pues bien, este tipo de herencia no se
limita, como es natural, a los rasgos fisonómicos o caracterológicos, sino que, y
ésta es la servidumbre y grandeza de la especie, no sólo las buenas cualidades
orgánicas, sino también las enfermedades e incluso algunas taras psíquicas de los
antepasados son heredados por los nuevos seres.
Todo esto ha de tenerse muy en cuenta a la hora de tratar los casos de impotencia
sexual de carácter enmendable. De ahí que el conocimiento de los antecedentes
familiares tenga tanta trascendencia cuando se trata de combatir la impotencia
sexual de un determinado individuo.

LA INSEMINACIÓN ARTIFICIAL
Se trata del acto de introducir el semen masculino en la vagina femenina por
medios artificiales. Se dan bastantes casos en los que el marido no es estéril, pero,
debido a especiales y determinadas causas, no puede realizar el acto sexual, y
entonces se recurre a la inseminación artificial si el matrimonio desea tomar
descendencia.
Se trata de un recurso utilizado por no pocas parejas que, deseando tener hijos, no
consiguen tenerlos por los medios normales del coito, a causa de que el varón es
incapaz de introducir el miembro viril en la vagina de la mujer. Se trata de un caso
de impotencia coeundi.
ANOMALÍAS EN LOS ÓRGANOS GENITALES DE LA MUJER
Hay una serie de anomalías que pueden entorpecer la vida sexual de la mujer. Se
trata de anomalías que afectan a sus órganos sexuales. Las más importantes son:
Reglas excesivamente copiosas.
Carcinoma.
Dismenorrea.
Metrorragia.
Fibroma.
Pólipos en la matriz.
Inflamaciones anexiales.
Flujo blanco.

CARCINOMA DISMENORREA
Prolapso.
Retroflexión.
Cáncer en los senos.
Inflamaciones en la vejiga y en la uretra.
Cistitis y pielitis.
Vaginismo.
Dada la importancia que tienen, a veces, estas anomalías, vamos a describir cada
una de ellas por separado.

REGLAS COPIOSAS
Este tipo de anormales menstruaciones son originadas, en la mayoría de los casos,
por no haber madurado con regularidad el óvulo destinado a ser fecundado.
En ocasiones, la causa de estas reglas con copiosa hemorragia viene determinada
por la aparición de un carcinoma en el útero, o sea, de un cáncer en la matriz.
El climaterio es la época en que suele producirse el cáncer del útero denominado
carcinoma, que puede asentarse en el cuello uterino o bien en el cuerpo de la
matriz. Va acompañado, como ya dijimos de abundantes hemorragias durante la
menstruación. Si el cáncer uterino está ya en periodo avanzado, la sangre
expulsada se presenta acompañada de una secreción blanquecina.
El cáncer uterino no produce molestias mientras está en periodo de formación, lo
cual representa un peligro latente, ya que la mujer no suele acudir al médico hasta
que la enfermedad está ya en avanzado proceso y ha invadido los órganos
próximos al útero, haciéndose imprescindible su extirpación.
Se trata de la menstruación que va acompañada de dolores, que, partiendo de las
contracciones uterinas, afectan al abdomen, a la región sacra y a los muslos,
provocando frecuentemente vómitos, desasosiego físico de carácter general e
inapetencia. Las mujeres proclives al histerismo suelen estar afectadas por la
dismenorrea y, en tales casos, los dolores son tan intensos, que obligan a la mujer a
guardar cama.
La dismenorrea es, a veces, originada por un anormal endurecimiento de la matriz.
Puede ser asimismo su causa el tamaño demasiado pequeño del útero o bien que
éste no ocupe su posición normal debido a cualquier inflamación que lo haya
afectado.
LA METRORRAGIA
Se trata de las hemorragias uterinas cuya abundancia de sangre no es producida por
el proceso natural de la ovulación. A veces, la causa proviene de embarazos
extrauterinos, de abortos, por la presentación de tumores o por inflamaciones de
diverso origen. Si la metrorragia es originada por el embarazo extrauterino -o sea,
cuando el óvulo fecundado permanece en la trompa, en el mismo ovario o en la
cavidad abdominal-, al no contar el óvulo con las condiciones normales para su
desarrollo, es susceptible de determinar la rotura de la trompa u otra anormalidad y
producir una hemorragia interna, que va, generalmente, acompañada de dolores
muy intensos.

FIBROMA
Es una de las causas del origen de la metrorragia. El fibroma se presenta como un
tumor de los tejidos conjuntivos de la matriz, y a veces, se trata de varios tumores
juntos.
Dichos tumores pueden alcanzar un tamaño considerable y aunque no suelen ser de
carácter maligno, dan origen a copiosas hemorragias y gran malestar. Los fibromas
se curan mediante una intervención quirúrgica o con la radioterapia, si bien ésta
puede provocar la esterilidad femenina, por lo que solamente es aconsejable para
las mujeres próximas a la menopausia.

PÓLIPOS DE LA MATRIZ
Esta es otra de las causas de la metrorragia, y normalmente se recurre a la
intervención quirúrgica para su extirpación, lo que no presenta el menor peligro, si
bien también pueden desaparecer los pólipos con el empleo de la radioterapia.

INFLAMACIONES ANEXIALES
Se producen a causa de una infección procedente del exterior que la menstruación
propicia o bien que se contrae durante el puerperio, al abrirse la trompa.
Estas inflamaciones anexiales son producidas, a veces, por gérmenes que provocan
supuración o bien por agentes patógenos propagadores de enfermedades de las
denominadas venéreas, que, en estos casos, convierten la inflamación anexial en
aguda o crónica.
Tales inflamaciones se localizan en los órganos anexos al útero y son susceptibles
de promover importante cambios y adherencias, de modo particular en las trompas,
determinando la esterilidad de la mujer a veces. Las inflamaciones anexiales se
originan, frecuentemente, a causa de un aborto, especialmente si es provocado. Se
deben también otras veces, pero en menor proporción, a un proceso catarral del
abdomen o a alguna anomalía presentada durante el parto.
Pueden provocar la tuberculosis genital en mujeres jóvenes propensas a tal
dolencia a causa de haber padecido anteriormente una pleuresía.

FLUJO BLANCO
A la entrada del útero aparece una mucosidad que le obstruye y propicia el proceso
de la fecundación. En ocasiones, la mujer, en el curso de la menstruación, arroja
también un flujo blanco producido por la mucosa citada. Cuando no es expulsado
el flujo blanco en cantidad excesiva, se trata de algo perfectamente normal. Pero, si
además de ser considerable el flujo blanco arrojado fuera, ofrece una tonalidad
verde oscuro o amarillenta y maloliente, se trata de una anormalidad.
A veces, la presencia del flujo blanco acompañando la sangre menstrual es
ocasionado por alguna enfermedad de tipo general. Otras su presencia está
determinada por inflamaciones uterinas o vaginales.
Si se trata de mujeres jóvenes, el flujo blanco puede ser provocado por
excitaciones locales, al introducirse parásitos provenientes del ano. Otras veces, la
presencia del flujo blanco es originada por manipulaciones masturbatorias.

PROLAPSO
Cuando a una mujer, a causa de realizar trabajos penosos y de haber dado a luz
varias veces, experimenta el hundimiento de la matriz en la cavidad vaginal, se
produce una anormalidad manifiesta. En ocasiones la matriz se asoma al exterior a
través de los labios vulvares. Se trata en estos casos de la anomalía denominada
prolapso.

RETROFLEXIÓN
Recibe este nombre la anomalía que consiste en la vuelta del cuello uterino. La
retroflexión puede estar determinada por un esfuerzo demasiado intenso o bien por
una debilitación de determinados ligamentos de la matriz. Se dan casos en que la
retroflexión es congénita.
Se trata de una anomalía que generalmente no produce molestias, pero que, a
veces, causa dolores en la región sacra y en la del abdomen, obstaculizando la
regularidad de las menstruaciones y provocando copiosas hemorragias.
No es frecuente, aunque ocurre a veces, que la retroflexión dificulta el normal
embarazo. En casos muy excepcionales determina el aborto.
CÁNCER EN LOS SENOS
Es producido por un tumor muy peligroso. La dolencia puede, no obstante, ser
curada, a condición de que se acuda al médico a tiempo. El cáncer en los senos no
produce dolores al principio, sino tan sólo un endurecimiento apenas perceptible.
Se trata de una dolencia que es siempre más grave en las mujeres jóvenes que en
las ya maduras. Se cura extirpando gran parte del seno afectado y los Módulos
linfáticos de la axila.
INFLAMACIONES EN LA VEJIGA Y EN LA URETRA
Es una dolencia particularmente importante, debido a que la uretra se ubica
enfrente de la vagina, en su parte terminal, y en la parte anterior aparece adosada a
la matriz. Al producirse inflamación de la vejiga y de la uretra como consecuencia
de un catarro, puede originarse asimismo una inflamación en los órganos sexuales
femeninos. En el curso del proceso del embarazo y, frecuentemente también en el
transcurso de la menstruación, aparecen inflamaciones de carácter crónico en la
vejiga, ocasionadas por la afluencia de sangre a la matriz.

CISTITIS Y PIELITIS
Al inflamarse la vejiga, suele ocurrir que también se inflamen los ríñones. La
primera inflamación recibe el nombre de cistitis, y la segunda, de pielitis. Se trata
de dos afecciones que generalmente se presentan en el curso del embarazo y, en
ocasiones, obstaculizan su normal desarrollo.
Se dan casos en que, a través de la desembocadura de la uretra, introducen en la
vejiga objetos diversos (frecuentemente utilizados para prácticas masturbatorias),
provocando trastornos de diverso tipo y gravedad.

VAGINITIS
Cuando la vagina se contrae de modo excesivo como consecuencia de la frigidez
sexual de la mujer y la anomalía se hace permanente recibe el nombre de vaginitis
o vaginismo. Se trata de una anomalía muy difícil de curar y que entorpece el
normal desarrollo de las relaciones sexuales, siendo, como ya se dijo en otro
capítulo -el dedicado a la impotencia sexual-, causa determinante de la inhibición
del varón.
Si una mujer padece vaginitis, no puede realizar el acto sexual más que
esforzándose y, desde luego, sin experimentar placer, sino todo lo contrario.
ANOMALÍAS EN LOS ÓRGANOS SEXUALES DEL VARÓN
Al igual que en la mujer, en el hombre se producen una serie de anomalías que
entorpecen sus relaciones sexuales. Son mucho menores en número que las
femeninas, pero no menos importantes algunas de ellas. Citaremos las más graves,
que son:
Poluciones nocturnas.
Poluciones diurnas.
Deformación de la uretra.
Fimosis.
Parafimosis.
Infecciones de la próstata.
Criptorquidia.
Varicocele e hidrocele.
Azoospermia.
Tuberculosis testicular.
Exceptuando las dos primeras anomalías de la lista precedente, de las que ya nos
hemos ocupado en el capítulo dedicado a la impotencia sexual, describiremos a
continuación las características de cada una.

DEFORMACIÓN DE LA URETRA
Se trata de un tipo de anomalía que presenta la característica de que, aunque
permite una normal eyaculación de semen, obstaculiza, en cambio, que se pueda
realizar el acto sexual.

FIMOSIS
Es la consecuencia de que no se desprenda normalmente la adherencia que hay
entre el glande y el prepucio. Se trata de una anomalía bastante frecuente entre los
recién nacidos.
Si la fimosis se manifiesta en los adultos, puede originar inflamaciones de carácter
crónico en el prepucio. Obstaculiza la limpieza del miembro viril y I? normal
realización del coito.
Es fácilmente corregible practicando la circuncisión, o sea, seccionando el
prepucio de forma parcial o total.

PARAFIMOSIS
Esta anormalidad aparece cuando el prepucio, se hace retirar a fin de poner el
glande al descubierto, provoca en éste la aparición de sangre durante la erección
del pene e impide que el prepucio recupere su posición normal.
La parafímosis se corrige mediante una intervención quirúrgica.
INFECCIÓN DE LA PRÓSTATA
Se trata de una infección que va acompañada de inflamación y es producida
generalmente por enfermedades de carácter venéreo. También, otras veces, muy
pocas, se infecta la próstata a causa de la tuberculosis.
Asimismo puede verse afectada la próstata por un cáncer, de modo especial en los
hombres de edad provecta. El cáncer prostático obstaculiza la evacuación normal
de La orina. Se corrige mediante una operación quirúrgica.

CRIPTORQUIDIA
Se denomina de esta suerte la anormal situación de los testículos retenidos, en el
transcurso de su desarrollo, en la cavidad del abdomen o en las ingles. Se trata de
una anormalidad que se corrige por medio de una intervención quirúrgica. Los
testículos, colocados en su lugar normal, recuperan su capacidad de fecundación,
pero, cuando un tumor ataca a los testículos y al epidídimo, por regla general se
hace imprescindible la castración.

VARICOCELE E HIDROCELE
Cuando las venas del cordón espermático se dilatan anormalmente, la anomalía
recibe la denominación de varicocele. Hidrocele es la anormalidad consistente en
una excesiva acumulación de agua en los testículos. Las dos anomalías son
corregidas mediante sendas operaciones quirúrgicas.

AZOOSPERMIA
Si el líquido expelido durante el orgasmo carece de células seminales, tal
anormalidad recibe el nombre de azoospermia, que puede estar determinada por un
efecto de nacimiento o bien por el alcoholismo crónico, pudiendo asimismo
producir la azoospermia otras enfermedades, como, por ejemplo, una blenorragia
mal curada.

TUBERCULOSIS TESTICULAR
Se trata de una anomalía susceptible de provocar la esterilidad del varón. Ataca,
por regla general, al epidídimo. La tuberculosis testicular es una afección que
requiere, para ser curada, un minucioso tratamiento, por lo que se hace
absolutamente necesario que el paciente sea observado por un facultativo.
Cuando la tuberculosis testicular es atacada en sus inicios puede ser vencida sin
mayores dificultades, pero, si se deja avanzar su proceso, resulta de curación muy
difícil.

LA CONTRACONCEPCIÓN
Varios son los motivos que pueden inducir a una pareja a controlar los nacimientos
que pudieran producirse como consecuencia de sus relaciones sexuales normales y
resultaría difícil adoptar objetivamente una postura al respecto defendiendo o
condenando tal control, ya que se trata de un asunto delicado en sumo grado cuya
solución compete a la pareja de acuerdo con sus sentimientos, ideas y necesidades.
Son también varios y de diversa índole los medios anticonceptivos:
Castración.
Coitus ante portas.
Coitus interruptus.
Continencia periódica.
Pesarios.
Pildoras anticonceptivas.
Preservativo.
A continuación vamos a describir cada uno de estos métodos destinados a controlar
los nacimientos.
CASTRACIÓN
Consiste en la extirpación de las glándulas germinales mediante una operación
quirúrgica, una vez practicada la cual el organismo pierde sus capacidad de
procrear. La castración no se utiliza como medio para controlar los nacimientos,
sino a fin de corregir ciertas anomalías sexuales y también para curar determinadas
enfermedades, como, por ejemplo, la tuberculosis testicular o la ovárica, cáncer en
las glándulas germinales o tumores en los ovarios. La castración es siempre una
operación mucho más sencilla de realizar en el hombre que en la mujer, ya que se
trata simplemente de ligar y cortar el cordón espermático, operación que recibe la
denominación de vasotomía, o sencillamente de extirparlo, es decir, practicar en
este caso la vasectomía.

COITUS ANTE PORTAS


A fin de soslayar la concepción, es frecuente que se recurra al procedimiento de
realizar el acto sexual a medias, o sea, no introduciendo el pene en la vagina, con
lo cual se evita el peligro de que la eyaculación pueda dejar embarazada a la mujer.
Hay que advertir que, sin embargo, cuando la mujer es virgen, aunque el himen no
haya sido tocado en parte alguna, puede tener lugar la concepción.
El coitus ante portas puede, no obstante, ser considerado como un medio eficaz
para evitar la concepción, pero ofrece el inconveniente de que se reduce
considerablemente la satisfacción sexual realizando el coito de esta forma.
COITUS INTERRUPTUS
Se trata de otro medio anticonceptivo clásico, que consiste en retirar el miembro
viril de la vagina en el preciso momento en que se va a producir la eyaculación. Al
parecer, es el mismo subterfugio utilizado, según la Biblia, por Onán.
También el coitus interruptus puede, a veces, producir el embarazo. Por otra parte,
la práctica de esta técnica sexual, aparte de no satisfacer plenamente a la pareja,
produce frecuentemente desequilibrios nerviosos, especialmente en el varón.

PROCEDIMIENTOS MECÁNICOS
El más conocido y eficaz es el preservativo, vulgarmente denominado condón. El
preservativo consiste en una funda de goma muy fina con la que se recubre el
miembro viril mientras se está realizando el acto sexual, evitándose de esta forma
que el semen eyaculado penetre en la vagina de la mujer.

Posiblemente sea uno de los métodos anticonceptivos más seguros y sencillos. No


perjudica ni a la mujer ni al hombre.

TABLETAS Y COMPRIMIDOS
También se suelen utilizar, aunque menos que el preservativo, unas tabletas y
comprimidos que se introducen en la vagina poco tiempo antes de que vaya a
efectuarse el coito. Cuando se produce la eyaculación, los espermatozoides perecen
a consecuencia de los efectos de los componentes químicos que contienen los
comprimidos en cuestión. Se trata de un método bastante eficaz.

PÍLDORA ANTICONCEPTIVA
Se ha extendido mucho su uso en los últimos tiempos. La pildora anticon- ceptiva
retrasa la ovulación de la mujer e impide que ésta quede embarazada si la pildora
es tomada regularmente. Es uno de los medios anticonceptivos más seguros.

PESARIOS
Presentan forma de cono y pueden ser fabricados a base de goma, metal y otros
materiales. El pesario se introduce en la vagina e imposibilita la entrada del semen
en el útero. Hay asimismo un tipo de pesarios que se introducen en el cuello
uterino e incluso en la cavidad de la matriz. Se trata de un medio anticonceptivo
bastante eficaz, pero, a veces, al cambiar de posición el pesario durante la
realización del coito, puede quedar un resquicio mínimo por el que sea susceptible
de colarse hasta la vagina el semen eyaculado.
MÉTODO OGINO-KNAUS
Está basado en la continencia periódica y fue inventado científicamente por el
japonés Ogino -recientemente fallecido-,yel austríaco Knaus. Páralos católicos
tiene la ventaja de ser la única técnica anticonceptiva admitida por la Iglesia. No
obstante, su eficacia deja mucho que desear, tanto que a muchos niños nacidos a
pesar de que los padres eran adeptos al método citado se les llama irónicamente
«hijos de Ogino».
Si se conocen -cosa que nunca se puede saber de un modo exacto en el caso de las
fechas que preceden a la menstruación-, los días que en que, durante el ciclo
menstrual, la mujer no puede ser fecundada, puede en tales plazos realizarse el acto
sexual sin temor alguno al embarazo.
DICCIONARIO SEXUAL
Ofrecemos en esta parte final de la obra un conjunto de vocablos relacionados con
el erotismo, las relaciones sexuales y las connotaciones psicosociales más
importantes por lo que respecta a la vida sentimental y sexual del hombre y la
mujer.

A
Acoplamiento. Unión sexual del hombre y la mujer.
Adolescencia. Edad inmediatamente posterior a la infancia.
Adulterio. Realización del acto sexual estando casado uno de los que lo
practican con otra persona.
Afeminamiento. Varón que presenta caracteres femeninos.
Afrodisia. Apetito sexual exagerado.
Afrodisíaco. Estimulante del apetito sexual.
Alcahuete. Proxeneta.
Amenorrea. Carencia de menstruación.
Ambisexualidad. Individuo que se siente atraído por los dos sexos.
Amor platónico. El existente entre hombre y mujer sin participación de
las relaciones sexuales.
Anafrodisia. Inexistencia de deseos sexuales.
Ananga-Ranga. Tratado indio en torno a la lujuria, muy antiguo.
Andrógena. Hormona que desarrolla las características del sexo masculino.
Androginia. Apariencia de mujer en un varón.
Andrógino. Hermafrodita masculino.
Androginoide. Varón hermafrodita con apariencia de mujer.
Androide. Ser que parece hombre sin serlo.
Andropausla. Extinción del apetito sexual del varón en la edad senil.
Androsterona. Hormona sexual del varón que aparece en la orina.
Anilingus. Excitación del glúteo y el ano con la lengua.
Anticoncepción. Control de los nacimientos para evitar los embarazos.
Antierótico. Droga que amengua el deseo sexual.
Aureola. Tejido de oscura tonalidad que bordea el pezón.
Azoospermia. Ausencia de espermatozoides en el semen.

B
Bacanal. Orgía desenfrenada.
Baco. Dios del vino, de la potencia sexual y de las orgías.
Balanitis. Inflamación de la mucosa que recubre el glande.
Beso bucogenital. Contacto de la boca con los genitales.
Beso bucolingual. Contacto de labios y lenguas.
Beso genital. Beso bucogenital.
Bisexualidad. Persona que presenta caracteres de los dos sexos.
Blenorragia. Flujo mucuso producido generalmente por la inflamación
de la uretra.
Blenorrea. Blenorragia crónica.
Bubón. Tumor venéreo.
Burdel. Prostíbulo,

C
«Call-giris». Prostitución que ofrece la variedad de que funciona mediante
llamadas telefónicas.                                                      .                    , , ,
Capuchón cervical. Anticonceptivo femenino. Consiste en una cúpula de
caucho que tapa la matriz.                                           
Capuchón clitorídeo. Piel que aparece revistiendo la glándula del clitoris
Caricia. acto con el que se alaga el cuerpo de otra persona.
Castidad. Contención de los deseos sexuales
Castración. Extirpación de los testículos en el hombre o de los ovarios
en la mujer.
Celestina. Alcahueta.
Célibe. Soltero.
Centauro. Ser mitológico, mitad hombre y mitad caballo.
Climaterio. Periodo de la vida que antecede o sigue a la pérdida de la
función genital.
Clitoridectomía. Extirpación del clítoris.
Clitoridotomía. Circuncisión femenina.
Clítoris. Breve órgano eréctil femenino que provoca excitación sexual.
Coitus interruptus. Se realiza para evitar la concepción y consiste en
que el varón retira el pene de la vagina antes de que se produzca la
eyaculación.
Complejo de Edipo. Tendencia que empuja al niño a odiar al padre y
amar a la madre.
Complejo de Electra. Tendencia de las niñas a idealizar la imagen del
padre en detrimento de la de la madre.
Concubina. Mujer que vive con un hombre y mantiene con él relaciones
sexuales.
Concubinato. El trato que mantienen un hombre y una mujer, de una
forma permanente, sin estar unidos por el vínculo del matrimonio.
Congénito. Transmitido por herencia genética.
Continencia. Castidad.
Contraconcepción. Medidas que se adoptan para evitar que la mujer
quede embarazada.
Cópula. Coito.
Cornudo. Marido que consiente la infidelidad de su mujer.
Criptorquidia. Se da cuando los testículos, -los dos o uno sólo-, no están
embolsados en el escroto, sino detenidos en el abdomen.
Cromosomas sexuales. Células genitales que determinan el sexo del
individuo.
Cuello del útero. Parte inferior y delgada del útero que penetra en la
vagina.
Cunnilingus. Caricias sexuales de la boca en los órganos sexuales de la
mujer.
Cupido. Dios del amor en la mitología romana.

CH
Chancro. Ulcera venérea de origen sifilítico, contagiosa.
Chancro blando. Producido por el bacilo de Ducrey, este bacilo es el
origen de una enfermedad venérea de carácter contagioso.
Chulo. Rufián, hombre que vive explotando a las prostitutas.
Desfloración. Acción y efecto de desflorar.
Desflorar. Desvirgar, romper el himen.
Diafragma. Objeto de goma utilizado para soslayar el embarazo. Se pone contra el
cuello del útero con objeto de que obstaculice la entrada de los
espermatozoides.
Distillatio. Anómala secreción de las glándulas uretrales en el aparato
urinario.

E
Edad adulta. La que abarca de los treinta a los cincuenta años.
Efebo. Adolescente.
Emasculación. Extirpación de los testículos y el miembro viril.
Embrión. Resultante de la concepción a partir de las primeras modificaciones
experimentadas por el óvulo fecundado hasta los tres meses.
Eonismo. Tendencia de algunos varones a vestirse de mujer.
Epispadias. Malformación consistente en que la abertura uretral aparece
en el dorso del miembro viril.
Erección. Enderezamiento del pene.
Eréctil. Facultad de enderezarse.
Erógena. Determinadas zonas del cuerpo humano susceptibles de producir
sensaciones sexuales.
Eros. Dios del amor.
Erótica. Poesía amorosa.
Erótico. Amatorio. Perteneciente o relativo al amor sexual.
Erotismo. Pasión amorosa, amor sensual exacerbado.
Erotofobia. Repulsión hacia todo lo relacionado con el acto sexual.
Erotomanía. Delirio erótico.
Erotómano, a. Que padece erotomanía.
Escopofilia. Manía que consiste en experimentar halago en ser visto por
los demás.
Escroto. Piel que recubre los testículos, formando una bolsa.
Esperma. Líquido en el que se alojan los espermatozoides, producido por
las glándulas sexuales masculinas.
Espermatorrea. Derramamiento involuntario de esperma durante el día
y sin realizar el coito.
Espermatozoide. Gameto masculino destinado a la fecundación del óvulo
femenino maduro.
Esterilidad. Incapacidad para engendrar un nuevo ser.
Estupro. Realización del acto sexual de un hombre con una menor.
Eunuco. Varón que no tiene órganos sexuales externos.
Éxtasis. Convencional definición erótica del orgasmo.
Eyaculación. Acción y efecto de eyacular.
Eyacular. Lanzamiento del semen fuera del pene en el momento del
orgasmo.

F
Fecundidad. Aptitud del individuo para engendrar.
Fellatio. Introducción del pene en la boca de la mujer para provocar el
orgasmo.
Fetichismo. Atracción anómala hacia una parte del cuerpo de una persona o de sus
prendas, capaz de provocar excitación sexual.
Feto. Se dice del nuevo ser concebido en el claustro materno pasados tres
meses del embarazo.
Flirt. Actuación semierótica, que generalmente combina el gesto con la
conversación.
Florero. Denominación que suelen dar las prostitutas a los visitantes que
se limitan a observarlas en bares y burdeles sin decidirse a realizar el coito.
Fornicar. Acoplamiento de la pareja humana.
Fornicación. Coito.
Fornix. La parte de arriba de la vagina.
Frenillo. Ligamento que sujeta el prepucio al extremo del miembro viril.
Frigidez. Inapetencia sexual femenina.
Frotador. Tendencia de determinados individuos a satisfacer su apetito
sexual frotando su miembro viril con mujeres desconocidas en las
aglomeraciones públicas.
Furor uterino. Exacerbado apetito sexual de la mujer.

G
Gameto. Célula sexual del varón o de la hembra.
Genética. Parte de la biología destinada al estudio de la transmisión
hereditaria.
Gerontofilia. Se dice de las relaciones mantenidas con personas de edad
avanzada para obtener placer sexual.
Gigoló. Individuo que vive de las mujeres.
Ginandria. Apariencia de hermafroditismo parcial en la mujer.
Ginefobia. Repugnancia a las mujeres.
Glande. Cabeza del pene.
Glándulas de Bartholin. Par de pequeños órganos que bordean el orificio
de la vagina.
Glándulas de Comper. Aparecen situadas a los lados de la uretra masculi-
na y segregan una sustancia que forma parte de la composición de la
esperma.
Gonococia. Enfermedad producida al infectarse el gonococo de Neisser y
que produce la blenorragia.
Gonococo. Microorganismo que se encuentra en el pus blenorrágico.
Gonorrea. Flujo mucoso de la uretra.

H
Harén. Habitaciones destinadas a las mujeres por los musulmanes ricos.
Hermafrodita. Dícese del individuo que tiene una malformación en los
órganos sexuales y parece que tenga ambos sexos, el masculino y el
femenino.
Hermafroditismo. Calidad de hermafrodita.
Heterosexualidad. Relaciones sexuales entre individuos de distinto sexo.
Hipotiroidismo. Escasa producción de hormonas de la glándula tiroides.
Hirsutismo. Excesivo desarrollo del sistema piloso femenino.
Histerismo. Serie de fenómenos que desequilibran psíquicamente a la
mujer.
Historcotonia. Extirpación de la matriz.
Homosexualidad. Atracción sexual por individuos pertenecientes al
mismo sexo.
Hormona. Sustancia química que regula las actividades del organismo.
Hormona sexual. Sustancia que determina los caracteres secundarios
masculino y femenino.
I
Idiosincrasia. Forma de ser de cada individuo, que influye en su compor-
tamiento psicosexual.
Incesto. Relación sexual entre parientes dentro de los grados en que está
prohibido el matrimonio.
Incestuoso. Que comete incesto.
Impotencia coeundi. Imposibilidad de que el miembro viril se ponga
adecuadamente erecto para que pueda realizarse el coito.
Impotencia generandi. Incapacidad para poder engendrar.
Inseminación artificial. Introducción por medios artificiales del semen
en la vagina o en el útero.

K
Kama Sutra. Famosa obra india que trata del amor enfocado desde el punto
de vista sexual.
Kinsey, Alfred Charles. Eminente investigador norteamericano defensor
del evolucionismo, autor de dos importantes obras, -Conducta sexual del
hombre y Conducta sexual de la mujer-, y del conocido informe que lleva
su nombre.
Knaus, Hermann. Médico alemán que colaboró con el japonés Ogino
sobre la ovulación femenina.
L
Labios mayores. Órganos que aparecen protegiendo a los labios menores.
Labios menores. Órganos vulvales, situados a los lados del clítoris y del
orificio de la vagina.
Lamerón. Denominación dada por las rameras a los hombres aficionados
a besar el sexo femenino.
Lascivia. Inclinación a los placeres sexuales.
Lascivo. Perteneciente a la lascivia.
Lenocinio. Oficio de alcahuetear.
Lesbiana. Homosexual femenina
Lesbianismo. Homosexualidad practicada entre mujeres.
Libidinoso. Lascivo, lujurioso.
Libido. Deseo sexual.
Ligue. Flirt juvenil.
Lujuria. Desordenado apetito sexual.
Lujurioso, sa. Persona dominada por la lujuria.
Lupanar. Prostíbulo.

M
Mammilingus. Caricias dadas a los senos con los labios y la lengua.
Marica. Hombre afeminado.
Maricón. Marica.
Marimacho. Mujer de apariencia hombruna.
Masculinidad. Conjunto de características físicas y psíquicas que tipifican al
hombre.
Masoquismo. Perversión sexual del individuo que goza sexualmente siendo
maltratado y humillado.
Masoquista. Individuo que practica el masoquismo.
Masturbación. Acción y efecto de masturbarse.
Masturbarse. Individuo que se proporciona el placer sexual en solitario.
Menofagia. Vicio aberrante de tomar la sangre menstrual en la vulva
femenina.
Menopausia. Interrupción natural y permanente de la menstruación, al llegar la
mujer hacia los 45 o 50 años.
Mesto uretral. Orificio de salida de la orina.
Micción. Acción de orinar.
Misoginis. Aversión a las mujeres.
Misógino. Individuo que odia a las mujeres.
Monorquidia. Malformación consistente en la presencia de un solo
testículo embolsado en el escroto.
Monte de Venus. Triángulo convexo que aparece encima de la vulva.
Morboso. Tendencia que está en contraposición con la actuación sexual
normal.

N
Narcisismo. Manía del que se siente enamorado de sí mismo.
Narcisista. Perteneciente o relativo al narcisismo.
Narciso. Enamorado de sí mismo.
Necrofilia. Perversión sexual consistente en que el individuo tiende a
experimentar el orgasmo copulando con un cadáver.
Necrospermia. Se dice cuando los espermatozoides aparecen muertos en
el semen o carecen de movilidad.
Neurosis sexual. Alteración nerviosa que afecta al normal funciona-
miento de los genitales, determinando frecuentemente la aparición de
numerosas aberraciones.
Ninfa. Labios pequeños de la vulva.
Ninfomanía. Furor uterino.

O
Obscenidad. Se dice de todas aquellas posturas, parlamentos o ademanes
groseros con connotaciones sexuales.
Ogino, K. Médico japonés que propuso la continencia periódica para
prevenir los embarazos no deseados.
Orgasmo. Culminación del placer sexual, que en el varón va acompañado
de la eyaculación.
Orgía. Satisfacción desenfrenada de la pasión sexual, acompañada de
copiosas libaciones alcohólicas.
Orgiástico. Perteneciente o relativo a la orgía.
Orquitis. Inflamación de uno o de los dos testículos.
Ovario. Glándula sexual femenina en la que se forman los óvulos y se
producen las hormonas de la mujer. Son dos y están situados al lado del
útero.
Ovariotomía. Extirpación de uno o los dos ovarios.
Ovaritis. Inflamación de los ovarios.
Óvulo. Cada una de las células femeninas que se forman en los ovarios y
que, unidos a los gametos masculinos, engendran nuevos seres.
P
Paidofilia. Propensión perversa a experimentar goce sexual con los niños.
Pansexualismo. Tendencia a hacer girar el comportamiento humano en
tomo exclusivamente al sexo.
Parafimosis. Operación que consiste en la estrangulación de la corona del
glande.
Pederasta. Individuo que comete pederastía.
Pederastía. Relación sexual de un varón con un niño.
Pechos. Senos. Constituyen una de las zonas erógenas más sensibilizadas
de la mujer.
Pedicación. Realización del acto sexual por el ano.
Pene. Miembro viril.
Penetración. Se dice del impulso dado por el pene para entraren la vagina.
Penetrar. Introducir un cuerpo, -en este caso el pene-, en la cavidad vaginal.
Perineo. Espacio que media entre el ano y los órganos sexuales.
Pesario. Objeto que se coloca en la vagina a fin de obstaculizar el embarazo.
Pitiatismo. Histerismo.
Pluralismo. Tendencia a utilizar a más de una persona para satisfacer los
deseos sexuales.
Pornografía. Obra destinada a excitar eróticamente mediante actitudes
o dichos obscenos.
Pomoscopia. Afición a los espectáculos pornográficos.
Potencia sexual. Facultad natural de realizar el acto sexual.
Prepucio. Piel móvil que recubre el glande del pene.
Preservativo. Todo tipo de objetos utilizados para obstaculizar la concepción y
también el contagio de enfermedades venéreas.
Priapismo. Erección continua y dolorosa del pene sin previo deseo sexual.
Prolapso uterino. Posición del útero al descender excesivamente, saliéndose a
veces incluso fuera de la vulva.
Próstata. Glándula pequeña e irregular del varón que aparece en la base
de la vejiga y colabora en la segregación del esperma.
Prostético. Perteneciente o relativo a la próstata.
Prostatitis. Inflamación de la próstata.
Prostíbulo. Casa de mujeres públicas.
Prostitución. Venderse un hombre o una mujer para que en ellos se
satisfaga el apetito sexual.
Proxeneta. Individuo especialista en facilitar la prostitución femenina.
Púber. Individuo que ha llegado a la pubertad.
Púbero. Púber.
Pubertad. Edad en la que empieza a manifestarse la capacidad de engendrar y
concebir en el hombre y en la mujer, respectivamente.
Pubes. Pubis.
Pubescencia. Pubertad.
Pubescente. Púber.
Pubis. Parte inferior del vientre, que, tanto en el hombre como en la mujer,
se recubre de vello al llegar el individuo a la pubertad.
R
Receptor. Denominación que reciben los órganos sensibles a la
acción hormonal.
Rufián. Individuo que se dedica a explotar a las mujeres públicas.
Rufianería. Tráfico de prostitutas.

S
Sádico. Individuo que práctica el sadismo.
Sadismo. Manía sexual del que provoca su propio orgasmo maltratando a otras
personas.
Safismo. Homosexualidad femenina.
Satiriasis. Exaltación morbosa de las funciones sexuales del varón.
Sátiro. Hombre lascivo.
Semen. Líquido segregado por las glándulas sexuales masculinas.
Senilidad. Debilitación progresiva de las facultades corporales y mentales.
Senos. Pechos.
Sex-appeal. Atractivo sexual, voz o llamada del sexo.
Sexo. Condición orgánica que distingue al varón de la mujer.
Sexofilia. Desordenada acción al sexo.
Sexología. Ciencia que estudia todo lo relacionado con la sexualidad.
Sexuado. Que tiene órganos sexuales bien desarrollados.
Sexual. Perteneciente o relativo al sexo.
Sexualidad. Conjunto de condiciones fisiológicas, anatómicas y psíquicas
que caracterizan a cada sexo.
Sicosomático. Relación entre el cuerpo y la sicología de un individuo.
Sida. Enfermedad viral consistente en la ausencia de respuesta inmunitaria, que se
transmite principalmente por contacto sexual.
Sífilis. Enfermedad infecciosa y de carácter endémico, ocasionada por el
treponema pallidum. Se adquiere por contagio y también por herencia.
Sifilítico. Individuo que padece sífilis.
Sodomía. Relación sexual entre varones o contra natura.
Sodomita. Individuo que practica la sodomía.
Soma. Células que constituyen en su conjunto el cuerpo humano.
Strip-tease. Espectáculo erotizante que consiste en que una mujer se va
desnudando ante los espectadores y adoptando posturas de incitación
sexual.

T
Testículo. Cada una de las dos glándulas masculinas encargadas de la
secreción interna específica del sexo y de los espermatozoos.
Testosterona. Hormona producida por los testículos y que cumple la
función de desarrollar los caracteres sexuales masculinos.
Tortillera. Lesbiana.
Trata de blancas. Organización clandestina de carácter mafíoso e internacional
que comercia con las mujeres a las que empuja a la prostitución
y explota.
Tribadismo. Homosexualidad femenina.
Travestismo. Manía del individuo que experimenta placer llevando ropas
características del sexo contrario.
Triolismo. Relaciones sexuales de un varón con dos mujeres al mismo
tiempo, tendidos en la misma cama.
U
Uréter. Cada uno de los conductos por los que pasa la orina desde ios ríñones
a la vejiga.
Urétera. Uretra.
Uretra. Órgano por donde se expulsa la orina.
Uretral. Perteneciente o relativo a la uretra.
Uretritis. Inflamación de la mucosa que guarnece el conducto de la
uretra.
Urodipsomanía. Aberración sexual consistente en beber orina.
Uromancia. Práctica supersticiosa según la cual se pretende adivinar por
el examen de la orina.
Uterino. Perteneciente o relativo al útero.
Útero. Matriz de la mujer, órgano de gestación de los hijos.

V
Vagina. Conducto membranoso y fibroso que desemboca en el cuello del
útero y se comunica con la vulva por un orificio.
Vaginal. Perteneciente o relativo a la vagina.
Vaginitis. Inflamación de la vagina.
Vampiresa. Dícese de la mujer que ejerce un irresistible influjo erótico
sobre los varones.
Venéreo, ea. Perteneciente o relativo al placer sexual y sus connotaciones,
especialmente en relación con las enfermedades del aparato genital
del hombre y del de la mujer.
Violación. Realización del acto sexual contra la voluntad de una de las
partes.
Virginidad. Presencia del himen femenino sin desflorar.
Voyeurismo. Manía del que se excita sexualmente contemplando a otras
personas en posturas eróticas.
Vulva. Partes que rodean y constituyen la parte exterior de la vagina.

Z
Zoofilia. Tendencia a satisfacer el apetito sexual acoplándose con animales.
Zoospermo. Espermatozoide.
Zorra. Prostituta.
ÍNDICE
Introducción...............................        5
NECESIDAD DE LAS RELACIONES
INTERSEXUALES..................... 14
LA COMPLEJA NATURALEZA
DEL AMOR................................. 14
El «sex-appeal» y la imaginación sexual..........................      14
El verdadero amor.................    15
La opinión de Sade................      16
El sadismo..............................      16
El masoquismo......................      16
EL MUNDO DE LA
HOMOSEXUALIDAD................ 17
La sodomía.............................      18
Matrimonio entre hombres ..    18
El informe Kinsey ................. 19
Homosexual activo y homo-
sexual pasivo...................... 23
El amor lesbiano ...................    23
Lesbos, la etapa inevitable ...    24
La permisividad.....................    24
La frigidez sexual de la mujer    26
Clases de frigidez femenina.. 29
El informe Kinsey y la sexualidad femenina................... 29
Matrimonios lesbianos ......... 31
La prostitución lesbiana....... 31
EL MISTERIO DE AFRODITA. 37
Hermafroditismo verdadero. 37
Falso hermafroditismo ......... 37
Intersexo femenino ...............    37
Travestismo............................      37
Mojigatería.............................      37
LOS PLACERES SOLITARIOS    38
Clases de onanismo............... 38
Origen del onanismo............. 38
El informe Kinsey relativo a la
masturbación .....................    40
Características del onanismo 40
El ipsismo...............................    40
El onanismo conyugal .......... 41
Voyerismo..............................      42
Bestialismo.............................      42
El exhibicionismo..................    43
El fetichismo..........................      43
LA MUJER Y SUS ZONAS
ERÓTICAS.................................. 43
El juego erótico .....................      44
El «beso francés»...................    44
El abrazo................................      44
Los pechos..............................      44
Como acariciar los pechos femeninos ..............................    47
La cintura...............................      48
Los muslos .............................      48
La rodilla................................      48
El clítoris................................      50
La vulva..................................      52
Los labios menores................    52
LA EMOCIÓN SEXUAL DEL
HOMBRE.................................... 52
La boca...................................      55
Autoexcitación masculina .... 55
Tiempo necesario para el
coito ....................................    55
Después del coito...................    55
Tiempo de realización del segundo coito......................... 57
Sensación que experimenta
el varón ...............................    57
Comportamiento después del
coito ....................................    57
Conducta mientras se produce el orgasmo ..................... 57
LA UNIÓN SEXUAL.................. 58
Importancia fundamental del
juego erótico....................... 58
Diversas clases de unión
sexual..................................      58
Diferentes clases de amor..... 62
Posturas idóneas para la realización del coito................ 62
Posición de hombre encima
y mujer debajo, tendida sobre sus espaldas ................. 62
Posición de la mujer encima
del hombre ......................... 65
Posición lateral......................      65
Posición posterior .................    65
Posición erguida....................      65
Posición sedente....................      65
PRINCIPIO Y FINAL DE LA UNIÓN
SEXUAL...................................... 67
Diversas clases de unión
sexual..................................      67
Fin de la unión sexual...........    68
TÉCNICAS MODERNAS DEL
ACOPLAMIENTO SEXUAL...... 68
Técnicas citadas por el KamaSutra....................................    70
Variantes de las técnicas del
coito ....................................      73
Mujer acostada de espaldas..    74
El hombre acostado de espal-
das .......................................    76
Posición lateral......................      77
Posición de rodillas ...............    77
LOS ALAMBICAMIENTOS DEL
AMOR MORBOSO..................... 78
El machismo..........................    78
Repetición inmoderada del
acto sexual.......................... 79
La mujer y la repetición con-
secutiva del coito ...............    80
Coitus interruptus .................    80
Coito anormal........................    80
El coito anal...........................      82
Coito entre los senos .............    82
LA MUJER, EL HOMBRE Y EL
SEXO ..........................................    82
La conversación erotizante .. 82
El baile y su fuerza erótica... 82
El vestido, elemento erótico. 84
Importancia de la extracción
social y grado de cultura en
las relaciones intersexuales      84
Orgasmo y epílogo del acto
sexual.................................. 88
Erección y potencia sexual... 89
El acto sexual y la felicidad
a nivel de pareja.................    91
El beso....................................      95
LA EXCITACIÓN SEXUAL EN LA
MUJER........................................ 96
Abrazos y caricias..................      98
Comprensión psico-sexual.... 102
La necesidad de caricias que
siente la mujer antes de rea-
lizar el coito........................ 105
LA EXCITACIÓN SEXUAL EN EL
HOMBRE.................................... 110
Actuación de la mujer en el
juego amoroso.................... 113
La imaginación femenina a la
hora de excitar sexualmente al compañero ................. 113
La importancia fundamental
del amor en la vida del
hombre................................ 113
El éxito masculino en las conquistas eróticas.................. 115
TEORÍA Y SIGNIFICADO DEL
ORGASMO.................................. 116
El semen masculino.............. 119
El espermatozoide................. 119
Cómo se forma el espermatozoide.................................... 119
Tiempo de vida del espermatozoide ................................ 120
Proceso de desarrollo del espermatozoide ..................... 120
Parecido sustancial entre el
espermatozoide y el óvulo 120
El orgasmo masculino .......... 120
Esterilidad masculina........... 122
La fecundación...................... 123
La desfloración femenina..... 124
Conquista fácil, conquista
difícil................................... 124
El óvulo maduro.................... 124
La ovulación .......................... 127
Ovulación anormal................ 127
Duración de tiempo de emigración del óvulo ............... 127
Proceso posterior a la ovulación...................................... 127
El orgasmo femenino............ 129
El orgasmo conjunto............. 129
EL APARATO GENITAL
FEMENINO................................ 132
Los ovarios............................. 132
La matriz................................ 133
El ciclo menstrual ................. 135
Menstruación y educación
sexual.................................. 135
Túnica peritoneal de la
matriz.................................. 137
La vagina................................ 137
Órganos sexuales extemos ... 137
La menopausia ...................... 138
EL APARATO GENITAL
MASCULINO.............................. 140
Los testículos ......................... 140
Cordón espermático.............. 140
Células germinales ................ 140
Conductos seminíferos ......... 140
Producción de testículos....... 141
Células de Leydig................... 142
El desarrollo psíquico normal
del hombre y las glándulas
germinales .......................... 142
La adenohipófisis.................. 142
Elepidídimo .......................... 142
El conducto deferente........... 142
Vasos sanguíneos y linfáticos. 144
Glándulas sexuales accesorias 144
Glándulas vesiculares ........... 144
La próstata............................. 147
Glándulas bulbouretrales..... 147
La uretra................................. 147
El glande................................. 149
El pene.................................... 149
La castración.......................... 149
ENFERMEDADES VENÉREAS 149
Blenorragia ............................ 150
Sintomatología blenorrágica. 150
La blenorragia y sus consecuencias .............................. 150
Tratamiento de la blenorragia 152
Sífilis....................................... 152
Las cuatro fases de la sífilis . 152
Periodo primario................... 152
Periodo secundario ............... 155
Periodo terciario.................... 155
Periodo cuaternario .............. 155
Tratamiento de la sífilis........ 156
Chancro blando ..................... 157
Linfogranulomatosis inguinal 157
LA UNIÓN SEXUAL ORAL....... 157
PROLONGACIÓN DE LA
VIDA SEXUAL ........................... 161
La «segunda juventud»......... 162
El sexo y la fisiología en la
edad madura ...................... 165
La lucha contra el envejeci-
miento prematuro.............. 165
LA IMPOTENCIA SEXUAL ...... 168
Sexo y sociedad ..................... 170
El complejo de Edipo............ 170
Trastrueque de sexo .............. 171
Clases y causas de la impotencia........................................ 172
La potencialidad sexual........ 172
Potencia sexual deficiente.... 173
Cómo se reconoce la gradual
debilitación de la potencia
sexual.................................. 173
Mecanismo de la erección .... 173
El semen................................. 174
Erección producida al llenarse las glándulas
procreadoras ........................................ 174
Erección de origen emocional 174
Erección originada por causas
físico-mecánicas ................ 176
Erección inconsciente........... 176
Las poluciones nocturnas..... 176
La espermatorrea .................. 178
Tratamiento de la espermatorrea y de las poluciones
nocturnas.................................. 178
Impotencia sexual originada
por la diabetes y por ausencia de ejercicio físico......... 178
Impotencia causada por una alimentación irracional..... 179
Impotencia originada por la obesidad.............................. 180
Impotencia producida por trastornos glandulares ...... 180
Impotencia producida por el abuso de alcohol................ 180
Impotencia determinada por malformación de los órganos genitales.......................
180
Impotencia causada por infección de los órganos genitales..................................
181
Impotencia determinada por estrechez del prepucio....... 181
Impotencia determinada por el
retraso de la eyaculación a
causa de experimentar sensación de dolor con la erección......................................
181
Impotencia determinada por
agotamiento nervioso........ 181
Impotencia producida por
exceso de trabajo mental.. 181
Impotencia producida por
complejos............................ 182
Impotencia por desviación
del impulso natural ........... 183
Impotencia producida por la
neurastenia o el histerismo 183
Alimentos perjudiciales para
los impotentes sexuales..... 184
Las plantas y el tratamiento
de la impotencia sexual..... 184
Los afrodisíacos..................... 184
Afrodisíacos nocivos ............. 184
Afrodisíacos medicinales...... 185
Plantas que estimulan el
apetito sexual ..................... 185
Especias que son nocivas
para la impotencia sexual. 185
La impotencia sexual heredada..................................... 186
La inseminación artificial .... 186
ANOMALÍAS EN LOS ÓRGANOS
GENITALES DE LA MUJER .... 186
Reglas copiosas...................... 187
Carcinoma.............................. 187
Dismenorrea .......................... 187
La metrorragia....................... 187
Fibroma.................................. 188
Pólipos de la matriz .............. 188
Inflamaciones anexiales ....... 188
Flujo blanco ........................... 188
Prolapso.................................. 189
Retroflexión ........................... 189
Cáncer en los senos............... 189
Inflamaciones en la vejiga y
en la uretra ......................... 189
Cistitis y pielitis ..................... 189
Vaginitis ................................. 190
ANOMALÍAS EN LOS ÓRGANOS
SEXUALES DEL VARÓN ......... 190
Deformación de la uretra ..... 190
Fimosis ................................... 190
Parafimosis ............................ 191
Infección de la próstata ........ 191
Criptorquidia ......................... 191
Varicocele e hidrocele........... 191
Azoospermia.......................... 191
Tuberculosis testicular ......... 191
LA CONTRACEPCIÓN .............. 192
Castración .............................. 192
Coitus ante portas.................. 192
Coitus interruptus.................. 192
Procedimientos mecánicos... 193
Tabletas y comprimidos ....... 193
Pildora anticonceptiva.......... 193
Pesarlos .................................. 193
Método Ogino-Knaus............ 193
LOS ÓRGANOS SEXUALES
FEMENINOS.............................. 194
LOS ÓRGANOS SEXUALES
MASCULINOS............................ 195
DICCIONARIO SEXUAL........... 196

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