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LA CHICA DEL CARRITO

Paula iba saliendo de su clase de Humanidades agradeciendo que fuera la última del día, cuando se
dio cuenta de que la puerta que le había permitido llegar al pasillo en donde se encontraba su salón,
estaba cerrada. La única manera de salir de ese pasillo era bajando un escalón, pero en su silla de
ruedas eléctrica era imposible esa jugada, por lo que se asomó hasta el borde del escalón para pedir
el favor a la primera persona que pasara, que le dijera al celador del campus que abriera la puerta
que le permitía a Paula salir por detrás del campus para ir a su casa.
Cuando se asomó, vio una chica agachada en el suelo, estaba decorando una cartelera, por lo que
Paula dudó de hablarle pero no habían más personas cerca y por eso le llamó:
- Disculpa, te puedo pedir un favor? Le podrías decir al celador que si por favor, puede abrir la
puerta del pasillo para que la chica del carrito pueda salir?
- Hola, claro que sí, pero no me siento bien diciendo “la chica del carrito” para referirme a ti ¿cómo
te llamas?
A Paula le pareció una chica muy linda: delgada, de tez blanca, pelo corto teñido de rubio y un aire
de autenticidad que era imposible de ignorar
- Mucho gusto, mi nombre es Paula, pero te decía lo de “la chica del carrito” porque es más fácil
identificarme así, hay como 5 Paulas en el campus, pero solo una “chica del carrito”. Disculpa mi
falta de educación, ¿cómo te llamas?
- Carmen, soy de primer semestre. Voy a intentarlo con tu nombre y si no funciona, le explico lo del
carrito al celador
- Muchísimas gracias!
A los pocos minutos llegó Carmen y el celador, el celador abrió la puerta y las dos le agradecieron.
Paula se iba a despedir de Carmen, pero esta le pidió que le permitiera acompañarla por si
necesitaba nuevamente de su ayuda. Paula, encantada de poder seguir en compañía de esa chica tan
linda, aceptó, Por lo que la acompañó hasta su carro, en dónde la estaba esperando una amiga para
llevarla hasta su casa.
Al día siguiente, Paula se encontró con Carmen que iba llegando al campus. Se saludaron y Paula le
dijo que si la acompañaba al gimnasio, ya que tenía una hora libre y quería aprovecharla. Carmen le
dijo que tenía clase, pero que se la iba a saltar porque le parecía muy aburrida. Paula sintió
vergüenza por hacer que su nueva amiga se saltara la clase, pero a la vez estaba fascinada con la
idea de que Carmen la viera haciendo ejercicio.
De esta manera, Paula y Carmen pasaban mucho tiempo juntas, y para Paula esa amistad se había
transformado en un sentimiento mucho más fuerte. Carmen le coqueteaba cuando estaban en el
gimnasio y era la primera vez que alguien se fijaba en su cuerpo más allá de su discapacidad y
Carmen jamás le preguntó a Paula al respecto. Hablaban de sus planes para sus vidas, de sus
aspiraciones, de los problemas familiares de cada una, entre otros temas.
Un día, Paula se atrevió a invitar a Carmen a tomar un café para confesarle que le gustaba mucho,
pero cuando llegó el café, Paula estaba tan nerviosa, que derramó su café y se escurrió por toda la
mesa mojando una carpeta de plástico que Carmen llevaba.
- Discúlpame- Dijo Paula muy avergonzada al punto de querer desaparecer del planeta en ese
momento
- Tranquila, afortunadamente la carpeta de mi novia es de plástico y es fácil limpiarla- dijo Carmen
mientras limpiaba la carpeta con un pañito que guardaba en la maleta- yo sabía que llevar una
toallita a todos lados me iba ser útil algún día
Cuando Paula escuchó que Carmen tenía novia, no supo qué hacer. Sabía que cualquier esperanza
que pudiera tener de ser su novia se había esfumado. Pero de todas maneras Paula no quería dejar
de ser su amiga, porque Carmen era una gran persona, por lo que se volvió a disculpar y empezaron
otra conversación.
Ese fin de semana, Paula viajó a Fusagasugá para reunirse con su mamá y sus hermanos. Estaba con
un ánimo decaído, lo que era inusual en ella, por eso su mamá lo notó y preguntó
- Te gusta alguien ¿cierto?
- si, mami. Pero es raro- dijo Paula muy nerviosa porque le tenía que contar a su mamá que le
gustaba una mujer, y no sabía cómo lo iba a tomar, pero haciendo honor a esa confianza que su
mamá le había dado, decidió contarle
- ¿por qué
- Porque es una chica. Es amable, divertida y muy bonita…. y además, tiene novia
- Es complicado, pero no raro: las personas nos enamoramos de otras personas, no de sus géneros.
Si la chica es amable y atractiva, no es raro que te guste. Ahora, si es complicado porque tiene
novia, no es recomendable que te sigas involucrando sentimentalmente con ella, no está bien
ponerla a tomar decisiones entre tú y su novia.
Paula estaba sorprendida de la naturalidad con que su mamá había mostrado ante lo que para ella
había sido muy difícil de aceptar, se sintió muy tranquila ante la posibilidad de contar con su mamá
para todo, sin reproches, aunque ella misma sí se había juzgado desde el momento en el que
reconoció su atracción hacia Carmen.
El semestre siguió normal, Paula y Carmen se encontraban en sus horas libres y hablaban sobre
diferentes temas, entre los que se encontraban el malestar que sentía Carmen estar estudiando una
carrera que le aburría. Paula siempre le decía que lo mejor era que no botara más plata en algo que
no le gustaba y que no iba a ejercer, solo por darle gusto a su familia.
Esta historia termina en la última semana del semestre, Carmen se despidió de Paula pues se iría a
estudiar arte a otra universidad y Paula no la vio más.

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