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VOZ DE ALFA

By: Devry
Prólogo
La voz de alfa, esa perfecta y a la vez horrenda voz -al menos para mí-, más ronca y fuerte de lo
normal, lograba que me convirtiera en un omega completamente sumiso, ante él, débil y a su
completa disposición.
Él la usaba conmigo y yo solo podía agachar la cabeza y acatar las órdenes, pero ¿Por qué? ¿Por qué
yo? ¿Por qué no pudo ser otro omega? Era simple, mi maldito aroma, mi maldito aroma más fuerte
de lo normal.
Lo traía loco, maldita sea lo traía loco por mí, traía loco al mismísimo Min Yoongi, pero él lograba
mantener la cordura cuando estaba conmigo, era tan confuso, el año más raro que tuve en mi vida.

1
—¡Cariño, vas a llegar tarde a la escuela!— hoy comienzo con el infierno al cual casi todos llaman:
escuela, me peiné con los dedos y me puse las zapatillas blancas que había limpiado hace unos
momentos.
—¡Ya voy mamá!— tomé la preciosa pastilla que me protegía todos los días desde que me presente
como un omega, recuerdo como mi madre me había encerrado en el cuarto.
—Hijo, tu aroma es muy fuerte, no puedes salir por estos días— en ese momento me di cuenta de
que tenía un pequeño problema con el olor que yo desprendía, era más fuerte que el de otros
omegas “normales” como yo los llamaba, todos los días debía tomar una pastilla para controlar el
olor y evitar que cualquier alfa tonto me marque.
Era una relación amor-odio con los supresores ya que sabían fatal pero me protegían, por así
decirlo, al igual que con mi mejor amigo Tae, a veces llegaba a ser tan molesto que no lo quería ver
ni en pintura, pero me había salvado de muchos problemas.
Hace unos momentos me levanté esperanzado con que despertara en Busan pero por ahora eso
no podría ser, mi padre encontró un trabajo aquí, en la ciudad, Seúl, como odiaba cambiar de
escuela y más si eso significaba dejar al único amigo que me entendía, al menos Taehyung me
prometió que vendría a visitarme cuando pudiera.
—¡Park Jimin!— puse algunos supresores en mi mochila y salí corriendo de mi habitación, bajé las
escaleras con miedo de caerme pero si hacia esperar a mi madre unos minutos más se enojaría
mucho.
El olor a café se percibía en toda la cocina, junto con el de unos huevos revueltos, al costado del
café había un vaso de jugo. Me acerqué y le di un abrazo a mi queridísima madre para después
tomar un poco de jugo, no me gustaba el café que mi mamá preparaba en las mañanas, parecía
que solo le hubiera puesto agua y 5 cucharadas de café, sin ninguna pizca de azúcar.
—¿Papá ya se fue?— me senté en una de las sillas de la mesa, mi madre también trabajaba pero de
turno tarde, prácticamente estaría solo en toda la tarde.
—Sí, hubieras visto su cara, creo que tenía demasiados nervios por su nuevo trabajo— se rió
mientras dejaba de lavar los platos y venía a hacerme un poco de compañía.
—No es correcto que te burles de mi padre, de tu esposo— la regañé con un poco de gracia pero
me estaba poniendo un poco nervioso, «mamá, también es mi primer día de escuela ¿Crees que me
siento feliz?» pensé mientras ella se reía y tomaba un poco del café caliente.
—¿Cuándo me darás nietos?— me atoré con el delicioso jugo de naranja, mi madre cada vez que
podía me pedía que encontrase un alfa y que a su vez le diera hermosos nietos que se parezcan a
mi.
—Mamá, ya hemos hablado de eso, bueno tú me obligas a decirte que muy pronto pero sabes que
no es verdad, recién tengo 17 años— terminé de tomar el jugo —no vuelvas a preguntármelo,
adiós— me paré lo suficientemente rápido para que no tenga tiempo de seguir hablando del tema
más incómodo que solo a ella le parece normal.
—Pero, hijo, tienes que encontrar pareja— me persiguió hasta la puerta en donde me quedé quieto
para finalizar una de las tantas conversaciones que ya me había dado.
—Quiero terminar la escuela, después te daré todos los nietos que quieras— volteé los ojos y le di
un beso en la mejilla, cerré la puerta dejándola a ella dentro de la casa, donde no me puede
incomodar con los temas de conversación típicos de cuando estamos solos: nietos, sexo, alfas,
como conoció a mi padre, etc.
Hablar con mi madre es como hablar con una chica de 15 años, una chica que le cuenta a sus amigos
como hacer muchas cosas que tú deberías, o sería mucho mejor, descubrir por tu propia cuenta.
Ya estaba llegando a la parada de buses y justo uno se veía a lo lejos, un par de chicos y un señor
estaban parados a mi costado esperando la llegada de, quizás, el mismo bus.
—¿Joven, me podrías decir la hora?— el señor que mencioné hace unos segundos comenzó a
hablarme. Su voz ronca me dio un poco de miedo pero me tranquilicé cuando observé una sonrisa
en su rostro.
Mire mi reloj y dije —Las 7:21— le dediqué una sonrisa, era un beta, en su cabello habían algunas
canas y vestía formal.
—Gracias— se alejó, parece que no estaba esperando ningún bus, el cual paró al frente mio y abrió
sus puertas dándome paso.
Entré, busqué algún asiento vacío pero no encontré ninguno, señoras con bebés en brazos, chicos
y chicas en camino a la escuela y niños haciendo ruido.
Me quedé parado al costado de un asiento en el que se sentaba un alfa con audífonos, masticaba
un chicle que, a juzgar por el olor, era de menta. Se volteó hacia mi y me miró con una sonrisa, se
quitó un auricular y la música se escuchó hasta donde yo estaba, «te vas a quedar sordo» aunque
no era cierto igual me parecía un poco exagerado.
—¿A qué escuela estas yendo?— el chico comenzó a hablarme, le dirigí la mirada y cuando vi que
comenzaba a olfatear el ambiente supe que mi olor le había llegado.
—Está cerca de mi casa— no quería dar información a cualquier desconocido, se notaba que no
era de mi edad, miré al frente y noté que mi escuela ya estaba muy cerca.
Y justo estaba pasando ese momento incómodo en donde una persona te queda mirando
fijamente, el autobús paró en frente de la escuela y yo bajé lo más rápido que pude. Caminé con las
manos en las correas de mi mochila y fui directo al lugar en donde estaba la secretaria, me
entregarían mi horario, no sabía qué clase de compañeros tendría en las clases y menos si me
tratarían como en Busan.
En mi antiguo colegio lo único bueno era Kim Taehyung, lo demás era frustrante, todos los días me
molestaban por el maldito problema de mi aroma, vainilla, tan llamativo para las hormonas de los
tontos alfas. Tae me había salvado de unos estúpidos que se dejaron llevar por sus instintos y
quisieron reclamarme como suyo, no quiero que se repita.

Quiero enamorarme y que el hermoso alfa me corteje, quiero ser especial para él y no solo un
omega con el que puede traer cachorros al mundo.

2
-Buenos días, señora- empujé la puerta de vidrio y saludé a la omega que estaba al otro lado del
escritorio con una taza de té en la mano.
-Hola, cariño, ¿Qué deseas?- la señora era muy dulce, la primera vez que vine con mi madre para
inscribirme nos la pasamos hablando todo el tiempo, me transmitía muy buenas sensaciones, se
podría decir que ella es mi única amiga en Seúl.
-Necesito mi horario- le mostré la mejor sonrisa que podía hacer en esos momentos, los nervios me
comían vivo y no podía dejar de mover mi pierna.
-Claro, aquí tienes- me extendió un trozo de papel con un cuadro dividido en otros más pequeños,
tenían diferentes colores, hasta ahora todo era igual a mi antigua escuela.
-Gracias- estaba a punto de salir cuando leí la primera clase que tenía: Geografía, edificio B salón
216. Me quedé parado y giré en mi sitio -¿Me podría decir en donde queda el edificio B?- la puerta
se abrió atrás de mí provocando que una ligera brisa chocara con mi nuca, la escuela era demasiado
grande, mejor dicho inmensa, tenía miedo de perderme y llegar tarde.
-Seokjin, querido, ¿Podrías enseñarle el camino al edificio B? Si mal recuerdo, tú también tienes el
mismo horario que él- la señora se arregló sus lentes y yo volví a girar para ver quién era ese tal
Seokjin.
-De acuerdo, vamos- tenía el cabello rubio y un rostro hermoso, me acerqué un poco a él y percibí
que era un omega pero su olor estaba mezclado con el de un alfa.
-Hola, me llamó Park Jimin- saludé mientras salíamos por la puerta de vidrio. De nuevo estaba
pasando, él comenzaba a oler el aire que me rodeaba y asentía, pensaba que me iba a comenzar a
molestar diciéndome "omega hormonal", "¿tienes tu celo?", etc, pero no, en vez de molestarme
sonrió y me miró con amabilidad.
-Yo soy Kim Seokjin, un gusto- caminabamos mientras conversábamos de: el porqué de mi cambio
de escuela, si me gustaba Seúl, etc. Me agrada demasiado hablar con él, su olor era muy agradable,
chocolate, su alfa debe ser muy afortunado.
-Oh, hyung- paré de caminar para hacerle una pregunta -¿Tenemos los mismos horarios?- me miró
y señaló un salón con el número 216, mi salón.
-Ahí es tu primera clase, mi primera clase es en el 217, al costado tuyo, no tenemos los mismos
salones ni materias pero estamos cerca todo el día- me sonrió y el timbre empezó a sonar, el primer
tiembre que informaba que faltaban 5 minutos para empezar las clases.
-Nos vemos, hyung- era mayor que yo, él estaba en el último año y yo en el penúltimo, se despidió
de mí e ingresó a su salón, abrí la puerta del 216 y entré despacio para ni hacer ningún ruido.
Habían 6 filas de asientos personales, eran de un lindo azul con los fierros grises, no quería estar al
fondo ni tampoco al costado del maestro o maestra, escogí el asiento que estaba más cerca a la
puerta y más alejado del escritorio del profesor, puse mi mochila en mi regazo y me di cuenta de
que el bolsillo del frente estaba abierto, la campana sonó y lo cerré muy rápido.
Muchas personas empezaron a entrar, primero ingresó el típico grupito de chicas, todas omegas
caprichosas, hablando entre si como si no hubiera nadie más que ellas; pasaron por mi costado y
se sentaron, todas juntas, en medio de toda la clase; después entraron varios chicos dispersos sin
ningún grupo en especial al menos hasta que llegaron los alfas, un grupo de alfas que no pasaron
desapercibida mi presencia, algo me decía que ellos se habían cogido a todo ese grupito de chicas
fresas.
Me notaron ni bien llegaron al salón, podría ser por mi color de cabello un poco llamativo, el rosita
no pasaba tan desapercibido que digamos, pero lo más seguro era que mi olor lo haya echo voltear
hacia mí.
-Miren nada más, un nuevo, nuevo olor, nueva carne, nuevos gemidos para escuchar- me sorprendí
y tragué saliva, todo volvía a ser igual, la pizca de esperanza que tenía, de que todo sea diferente,
se iba destruyendo.
No dije nada, no quería decir nada y solo deseaba que la maestra o maestro entrara lo más rápido
posible al salón. Ellos eran 6 y yo solo soy un omega, un omega contra 6 alfas buscando nuevas
víctimas con quien coger, no quería ser una de esas víctimas, no quería acabar con un alfa que no
quiero ni querré nunca, jamás.
-Buenos días- esa voz, esa voz que me estaba salvando sin que ella supiera, una alfa alta de cabello
largo y marrón, ojos claros y piel pálida, los alfas se fueron directamente hasta atrás sin antes
acariciarme las mejillas, todos me acariciaron las mejillas.
Cuando se fueron me restregué la mejilla con mi manga y abrí mi cuaderno, la maestra no me
presentó ni me prestó la más mínima atención, algo que agradecí demasiado ya que no quería
hablar con nadie, nadie que no sea SeokJin hyung.
Las clases terminaron sin que yo me diera cuenta, miré mi cuaderno y estaba todo escrito, debería
estudiar cuando llegara a mi casa. Toda la clase me la pasé pensando en como esconderme cuando
estoy solo pero no tuve ninguna idea, todos se estaban yendo y poco a poco el salón se quedaba
vacío, guardé mis cosas con tranquilidad, nadie me estaba esperando y no tenía que ver a nadie.
El grupo de chicos, liderado por un tal Jeonghan, lo sabía ya que la maestra le había llamado la
atención. Ellos vinieron hacia mi asiento, se pusieron alrededor mío, para que no pudiera salir, en
estos momentos me arrepiento de haberme sentado junto a la pared.
-La vieja esa no nos dejó jugar contigo, pero ahora no te salvas, nuevo- se acercaron a mi y ahora si
no dude en protestar.
-¡No me toquen, estúpidos!- un pequeño error, no debía de tocar el orgullo de los alfas, pero no
quería que me manosearan.
-¡Callete! Hueles delicioso, ¿No lo creen, chicos?- los demás rostros se acercaron a mi y olfatearon
el aire asintiendo.

-¡Lárguense!- ese no era yo, mi boca estaba cerrada al igual que mis ojos, una voz desconocida
resonó atrás de los alfas.
El grupito giró y se fueron como alma que se los lleva el diablo, abrí mis ojos muy despacio, con
miedo de encontrarme algo peor. Era Jin hyung con un alfa a su costado, del mismo grado si no me
equivocaba, era su alfa porque estaban tomados de la mano y cuando me me paré para darles las
gracias percibí el olor del alfa, el mismo que había olido en mi hyung, sí, era su alfa.
-¿Estás bien, Jimin?- me preguntó Seokjin, el otro agarró mi mochila y se la puso, caminamos fuera
del salón para ir a la siguiente clase.
-Gracias hyung- miré al de cabello morado oscuro quien caminaba atrás de nosotros -gracias- le dije
con una sonrisa.
-No te preocupes- cuando me vio mirando a su alfa dijo -¡Ay! Él es Kim Namjoon- me dijo -Nam, él
es Park Jimin- el nombrado sonrió mostrando unos preciosos hoyuelos en sus mejillas.
-Tenemos que llegar a tiempo, cuando terminé una clase nos esperas en la puerta nosotros te
vendremos a buscar, Jin quiere cuidarte- habló la pareja de mi ahora amigo Jin.
-Sí, Jimin- comenzó a susurrar así que me acerqué para poder escuchar -tienes tu aroma demasiado
llamativo, ¿estás en tu celo?- por alguna razón eso no me molestó, me avergonzó un poco que me
preguntara tal cosa -perdón, eso es muy personal, si no quieres no respondas pero llamas mucho
la atención de los alfas- negué con mis manos y después añadí.
-Me presente y desde ahí- me acerqué un poco más -mi olor es más notorio que el de los demás
omegas, en la mañana tomé un supresor para que no se notara demasiado, pero parece que no
funciona demasiado bien- agaché la cabeza y ahora mis pies eran lo más entretenido de todo esto.
-Oh, entiendo- bajamos unas escaleras que daban al primer piso y pasamos por muchas aulas
vacías, nos dirijamos hasta el edificio A, al aula 313, solo faltaban algunos minutos para que el primer
timbre sonara pero caminábamos tranquilos.
-Hyung, ¿puedo hacerle una pregunta?- quería quitarme todo indicio de duda sobre la relación que
mantenían mis hyungs así que me atreví a preguntar.
-Claro, dime, Jiminnie- pasamos por los pasillos acercándonos cada vez más a nuestros salones, a
lo lejos divisé a un chico pálido, cabello rubio que estaba al costado de la puerta con número 312.
-¿Namjoon hyung es su alfa?- Jin sonrió al escuchar el nombre del peli-morado, asintió y fue a darle
un beso en los labios.
-Mío, mío- se quedaron abrazados y pasamos por el frente del chico pálido, agaché la cabeza -tu
salón es ahí, después de las clases iremos a comer- entraron a su respectiva clase y yo me quedé
parado al frente de la puerta, el chico rubio me miraba sin ninguna expresión en su rostro, me ponía
incómodo y me intimidaba.
-Entra, Jimin- Me habló mi lobo quien se sentía inquieto por la mirada de "el rubio", hice caso y entré
al salón.
En toda la clase no pude prestar atención, gracias a mis hyungs el grupo de alfas no me molestó y
ni se me acercaron, cuando sonó el timbre recién reaccioné, esta vez no había nada escrito en mi
cuaderno ya que mi mente no dejaba de mostrarme a ese chico lindo de cabello rubio y piel pálida.

3
Cerré mi cuaderno, sin nada escrito, y lo puse en mi mochila, parpadeé muy rápido para poder salir
de mi ensoñación. Ya no había nadie en el salón, todos se fueron lo más rápido posible para ir a
comer.

"Vamos, deja de pensar en ese rubio" Me regañé a mi mismo y me colgué la mochila en mi hombro
derecho, no pesaba tanto como antes, quizás sea por lo distraído que me tenía el rubio.

Los dos sabemos que no podrás, te gusta.

Era cierto, mi lobo tenía razón, pero nada más era una atracción momentánea, además ni siquiera
sabia si era alfa, beta u omega. Bueno él no podría ser un omega, yo creía haber olido a menta
cuando pasé a una distancia razonable de él.

Era tan fresco, y hubiera podido hasta ser embriagador pero no lo había podido olfatear como yo
quisiera.

"Cállate" caminé hasta la puerta y encontré a mis hyungs al frente, apoyados en la pared mientras
esperaban a que saliera de la clase.

Avancé y me acerqué a ellos, todos los alumnos caminaban por todas partes yendo a diferentes
partes del edificio, el bullicio no me dejaba pensar con claridad ni escuchar lo que Jin me quería
decir así que me tomó del brazo y me jaló hasta llegar al baño, las voces se disiparon y al fin pude
escuchar a mis hyungs.

-Te decía que me acompañarás al baño- se humedeció el cabello y lavó las manos, me acerqué a él
y le sonreí.

Sus facciones eran perfectas, y mi autoestima se sintió un poco afectado pero no podía enojarme
o ponerme en modo envidioso, él era hermoso y no era su culpa, la voz ronca de su alfa sonó atrás
de nosotros asustándome un poco por la pronta aparición.

-Cariño, tengo hambre- abrazó la cintura de su compañero y depositó un sonoro beso en su mejilla,
me gustaría estar en una situación así, dejar que me mimaran y recibir todo el amor que me pudieran
dar.

No contaba con que se pondrían más cariñosos de lo normal y de pronto el olor a eucalipto con
tierra mojado me golpeó como si fuera una patada, mi cabeza dio vueltas y mis sentidos se
bloquearon.

-A-amor- Jin me miró con un sonrojo en el rostro y Namjoon solo atinó a gruñir con recelo mientras
olfateaba en cuello de su pareja con esmero.

-Jin, vamos a casa- su voz sonó demandante sin llegar a dar miedo pero mi hyung acató la orden
mientras pasaban frente mío, los labios de Jin hyung se movieron diciéndome: Adiós, asentí y me
apoyé en la pared que estaba junto a la puerta.

Namjoon hyung había entrado en celo justo ahora, ya no tenía con quien ir a la cafetería, es más, ni
siquiera sabía donde quedaba ese lugar, mi cerebro comenzó a trabajar y pensé "todos están
yendo para allá así que solo síguelos".

Abrí la puerta y el oxígeno llenó mis pulmones reemplazando el olor al alfa de Jin hyung, algunos
chicos caminaban juntos hacia la derecha y solo los seguí con las manos en las correas de mis
mochilas.

Se internaban por los pasillos pero en ningún momento sentí que me acercaba al lugar a donde
quería ir, sentía que me alejaba cada vez más, paré rápidamente y decidí caminar hacia atrás para
volver al baño de donde venía.
No reconocía ninguna parte del lugar, no había nadie ni nada más que solo las paredes pintadas de
azul con blanco y algunas puertas con los números de las clases.

Escuché voces acercándose poco a poco y mi cuerpo se relajó , pues estaba tenso al no poder
encontrar a nadie ni poder pedir ayuda, mis nervios se dispararon de un momento a otro al ver al
grupo de mi aula, Jeonghan y sus compañero, amigos, colegas, lo que sean, se acercaban riéndose
entre ellos.

Corre.

Mis piernas no hicieron caso, estaba muy asustado, mi cerebro se quedó en blanco al igual que mi
piel, cuando uno de los integrantes me vio, me señaló con su dedo con una sonrisa de lado y los
ojos oscuros, por poco me desmayo pero el susto pudo conmigo y me obligó a quedarme quieto
justo en donde estaba, me sentía pequeño y débil ante ellos, cuando estuvieron lo suficientemente
cerca de mi, me acorralaron contra la pared, todos oliéndome como perros hambrientos.

-Precioso, por fin solos- todos rieron, y el líder se acercó hasta mi, sumergió su rostro en mi cuello,
mis manos querían golpearlo pero estaban sujetas a la pared por los demás chicos, tenía miedo de
que pasara lo que no quería, mis piernas no me respondían cuando sentí su lengua pasar por mi
piel y lo único que sentía era repulsión.

-¿Qué están haciendo?- esa voz no la conocía, estaba seguro de que no era parte del grupo de
idiotas que se encontraba molestándome, era muy profunda y me causó escalofríos.

-¡Vete!- gritó y gruñó contra mi piel, pero yo grité pidiendo ayuda, no sabía si me iba a ayudar pero
no perdía nada en intentar.

-P-por favor- mis ojos permanecían cerrados para poder minimizar el miedo pero no funcionaba, las
palabras salieron junto con una lágrima que no pude mantener dentro.

-Aléjense, déjenlo- no gritó ni nada, creo que no funcionaria.

Abrí los ojos y divisé como los compañeros de Jeonghan le tocaban en hombro mientras miraban
atónitos hacia dónde provenía la voz, no pude voltear porque el depravado seguía en mi cuello,
pero al escuchar que se trataba de un tal Min Yoongi el valiente que quería molestarme aún más se
fue con la cabeza gacha.
Todo había pasado muy rápido, ya no había nadie lamiéndole el cuello o tan siquiera oliéndome;
eso creía hasta que logré verlo, el chico rubio que tanto me tenía distraído.

-G-gracias- me limpie la saliva que tenía en el cuello con mi manga, hice una pequeña reverencia,
justo cuando le iba a preguntar él se acercó hacia mi y olfateó.

-Ya me preguntaba yo porqué olía tan bien- sus ojos eran oscuros, no transmitían nada, se paraba
con las manos en los bolsillos y su mirada estaba clavada en mi.

-Y-yo- quería irme y lo iba a hacer, por fin sabía el nombre del chico rubio, pero no quería que pasara
lo mismo que antes.

-Quédate aquí- "No" había usado esa voz, bajé la cabeza y mi cuerpo obedeció, en ese momento
mi lobo se había apoderado de mi y me había puesto totalmente sumiso ante él.

-S-sí- se acercó a mi, y olfateó un poco, sus ojos se cerraron y me agarró por la cintura para
acercarme más, se sentía bien estar en sus brazos, sus dedos acariciaron mi piel cubierta de ropa.

-¿Acaso te estás excitando, cachorro?- "Demonios", era cierto, me encantaba que me acariciara,
sin darme cuenta había dejado de respirar por la nariz y había empezado a hacerlo por la boca, dejé
de hacer tal cosa y pude olerlo, menta con café, un alfa espectacular, deseaba enterrarme en su
cuello y no salir más.

Mío.

"¿Qué pasa conmigo?" él no podía ser mi alfa, aunque sentía que lo era, me alejé de él lo más rápido
que pude cuando volví a mis cinco sentidos, los miré con los ojos brillosos y el gruñó al separarse
de mi.

-Te quiero ver después de clases- lo hizo otra vez y no me quedó de otro que asentir mientras
agachaba la cabeza.

Se alejó y por alguna razón quería correr detrás de él.


4
Seguía perdido en la gigantesca escuela, en busca de la dichosa cafetería que no estaba por
ninguna parte, mi lobo estaba empezando a desesperarse cuando el olor a menta y café estaba
desapareciendo del aire, arañaba y aullaba tratando de llamarlo pero logré que se calamara.

Trataba de asimilar lo que había pasado hace unos minutos, me había excitado y mi olor me había
delatado. Miré a los lados tratando de ubicarme en donde estaba pero nada pasaba por mi mente,
todo parecía igual y no encontraba una salida; escuché que alguien se acercaba a paso rápido.

Los pasos fueron acercándose dejándome ver a un chico vestido muy casual, por su sonrisa pude
ver que tenía dientes de conejo y su cabello era castaño oscuro, no dude en acercarme a él y
preguntarle por la cafetería.

—Hola, m-mi nombre es Park Jimin— me incliné un poco para mostrar respeto y continué —estoy
perdido, ¿Me puede decir por dónde esta la cafetería?— el chico me miró sin ninguna expresión
hasta que terminé de hablar.

—La cafetería está por aquí, ven, te llevo— me tomó del hombro y comenzamos a caminar por los
pasillos, me aprendería el camino mañana —¿Por qué quieres ir a la cafetería si ya no es hora de
descanso?— seguíamos caminando. No podía creer que se me había pasado todo el tiempo de
poder descansar.

—¿Y-ya es hora de clases?— las manos me temblaban, tomé las correas de mi mochila por puro
instinto, si mi madre se enteraba de que me había saltado una hora de clase me mataría.

—La campana sonó hace unos minutos y no ha vuelto a sonar, creo que falta poco, en que salón
te toca ahora— paramos de caminar y me miró con suma atención que me puso un poco nervioso,
era un alfa, su olor me lo decía.

Traté de recordar pero estaba bloqueado, saqué el papel que me había dado la señora de recepción
y busqué la siguiente clase en la que tendría que estar ahora mismo.

—Matemáticas, salón 103 en el edificio A— dije mientras leía lo de la hoja, la guardé


inmediatamente en mi bolsillo y volví a poner mis manos las correas de mi mochila.
—Estas en el salón que esta al lado del mío— la campana sonó y me tomó de la mano, me jaló por
los pasillos hasta que empecé a ver los salones que empezaban a cerrar las puertas para empezar
las clases.

—Listo— paró de un momento a otro que no me dio tiempo de parar y choqué con él, pero fue
como chocar con una pared porque no se movió y me sujeto para no caer.

Sus brazos eran fuertes y se podría decir que el abrazo me hizo un poco de daño, me apretó
demasiado las costillas pero no podía quejarme ya que me había ayudado.

—Me llamo Jeon Jungkook, nos vemos después— me soltó después de unos segundos, su olor se
había impregnado en mi ropa y eso no me molestaba, mi madre no estaría en casa cuando llegué
así que no habría problema.

—Gracias por ayudarme, adiós— entré a mi clase y el profesor de matemáticas me vio con cara de
pocos amigos al igual que todos los alumnos que estaban sentados, logré encontrar con la mirada
al grupo de chicos que Yoongi había logrado sacar de encima mio.

Yoongi.

Yoongi.

Yoongi.

Dios, ese hombre era tan... Era tan...

-Mío-. ¿Qué? No, ni pensarlo, mi lobo se estaba volviendo loco, quizás sea por lo cerca que se
encontraba mi celo, pero estaba preparado para ese momento.

El profesor me dejó pasar después de unas cinco veces pidiendo disculpas, me senté en el único
sitio que quedaba vacío y no presté atención en toda la clase, pero escribí todo en mi cuaderno,
aunque en mi mente estuviera ese chico de nombre Yoongi.

Las clases fueron sumamente aburridas para mi gusto pero de eso se trataba la escuela, de
aprender de cualquier forma y si la forma de estos profesores era aburrirnos y dejarnos demasiados
trabajos, yo aprendería a como diera lugar.
Aunque a mi no me importaba que había pasado hace más de 100 años tenía que aprender para
poder pasar el examen.

El día escolar terminó, guardé todas mis cosas y cuando salí de la última clase del día me encontré
con Jungkook, estaba apoyado en la pared con su teléfono en la mano, tecleando rápidamente,
sus ojos dejaron de ver la pantalla del aparato para verme a mi.

—Tu aroma te delata, te pude oler desde que saliste de la puerta— me sonrojé por su comentario
pero terminé riéndome un poco.

—Tengo que ir a casa— le dije mientras caminábamos por los pasillos hasta la salida, pasó una
mano por mi hombro y me acercó a su cuerpo, se me dificultaba caminar pero sería incómodo
sacarle la mano así que me las arreglé para poder hacerlo.

Mi lobo comenzó a arañar y ladrar, no sabía porque estaba de esa manera, me exigía que me alejara
de Jungkook pero no quería darle el gusto, me estuvo molestando todo el tiempo así que abracé
con un brazo la cintura de él.

Yoongi dijo que nos quería ver después de clases, vamos.

De pronto recordé que había usado su voz de mando conmigo exigiendo que lo vea a la salida, mi
lobo aulló y se mostró sumiso controlándome por completo, pero cuando me di cuenta ya
habíamos salido y Yoongi se acercaba sin expresión alguna pero algo me decía que estaba molesto.

Nos jodimos Jimin.

5
Los pasos de Yoongi eran largos y precisos, no miraba a otro lado que no fuera el rostro de
Jungkook quien había parado de caminar cuando yo lo hice.

—¿Estás bien Jimin?— su voz se escuchaba mucho más lejos de lo que estaba en realidad, toda mi
atención estaba en las facciones del rostro de quien se venía acercando cada vez más.

Jungkook me miraba y yo solo bajaba la cabeza en muestra de sumisión, mi lobo estaba tomando
un poco el control de mi cuerpo y me pedía que fuera corriendo a los brazos del alfa rubio. Mis
piernas se quedaron estáticas al ver los zapatos de Yoongi debajo de su cabeza, subí mi mirada y
me encontré con los ojos de él, quienes los miraban sin ningún rastro de emoción ni nada, casi creía
que había un poco de brillo en ellos.

—Jimin, vamonos— su voz era una combinación de rudeza y frialdad. Avancé un poco pero el
brazo de Jungkook no me soltaba así que lo miré pero él miraba atentamente a Yoongi.

—¿Qué hay, Yoongi?— apareció una pequeña sonrisa en su boca y apretó su mano contra mi
hombro haciendo que me apegue más a él.

—Más respeto, Jeon, Jimin vámonos— lo hizo de nuevo, me agarró del brazo y me jaló. El agarré
de Jungkook no fue tan fuerte para mantenerme en donde estaba, giré para poder ver el rostro de
Jungkook pero ya no estaba así que volví a mirar al frente.

Me sentía débil al lado de él, su mano ya no estaba en mi brazo, ahora estaba en mi cintura y su
dedo índice jugaba encima de mi piel acariciándome lentamente. Divisé un auto negro, con las
ventanas polarizadas y los aros de las llantas plateados, nos estábamos dirigiendo a ese precioso
auto que de seguro sería del sujeto que me llevaba.

—Sube— me abrió la puerta y esperó a que subiera, puse un pie en la alfombra del auto y me senté,
los asientos eran como camas: tan suaves y cómodos, metí el otro pie y la puerta se cerró con un
sonido seco que me hizo saltar del susto.

Yoongi rodeó el auto por al frente, caminando tan imponente como siempre, la mirada al frente
con mucha indiferencia de lo que pase a su alrededor, no me había dado cuenta de que me había
quedado viéndolo como un tonto hasta que abrió la puerta del piloto y una fuerte brisa se apoderó
del ambiente cálido del auto.

—Te llevaré a casa, guiame— giró la llave en el contacto y el lujoso auto encendió, no me preguntó
si es que quería que me lleve a casa siquiera, solo se limitó a ordenarme que lo guiara hasta mi casa.

Después de hablar con un hilo de voz, tan temeroso y sumiso vi mi hogar a lo lejos, ahora que ponía
tanta atención lograba ver lo linda que era mi casa, el ambiente era tenso -al menos para mi- no
ponía música ni trataba de entablar una conversación, todo se resumía en llegar a mi hogar y ya.

—Espera— apagó el motor cuando yaciamos al frente de mi casa, el carro de mi madre no estaba
así que aún no llegaba, se bajó del auto y caminó, de nuevo, rodeándolo y parando en frente a la
puerta del copiloto, la abrió y yo pude salir de el acogedor lugar.
El frío de la calle me pegó como una cachetada y comencé a tiritar, Yoongi me miró y sonrió de lado
al ver que ponía lis manos alrededor mío, tratando de aumentar mi calor corporal. Avancé hasta
quedar en la puerta, saqué mis llaves del bolsillo y abrí la puerta.

—Bonita casa— había entrado sin percatarme de que el desconocido estaba a mi lado, cerró la
puerta dejándonos solos en mi casa.

—N-no te dije que pasaras— lo encaré, en mi mente esa era la mejor idea que podía tener pero al
parecer no serviría de nada en absoluto, avanzó logrando que yo retrocediera para que no
quedáramos tan juntos.

—No me importa, ¿Por qué no vamos a tu habitación, o prefieres que te coja aquí? No está tan
mal— miró a los lados revisando todo, mis ojos se abrieron de la sorpresa y lo único que hice fue
retroceder —bien, entonces será aquí — me agarró de los hombros y me apegó a él, mis manos
quedaron en su pecho para no perder el poco control que me quedaba.

Jaló de mis cabellos haciendo que mi rostro quedara a escasos centímetros del suyo, nuestros
labios se tocaban débilmente, quería besarlo, quería que ese tortuoso espacio se diluya y solo
queden nuestros labios juntos.

—¿Quieres que lo haga?— una mano se posicionó en mi cintura atrayéndome aún más a su cuerpo,
pero mis labios seguían sin sentir la suavidez de los ajenos.

—S-sí— lo quería, lo queríamos, mi lobo estaba saltando dentro de mí y me pedía acercarme más.
No pude soportar la tortura y lo besé, se sentían como había imaginado, suaves y con un sabor
especial, no quería separarme del fantástico contacto que estaba teniendo con él pero una mano
hizo que me alejara.

—Primero vamos a tu habitación, ¿Es arriba?— asentí un poco confundido, aún perdido en el sabor
de sus labios y todas las sensaciones que tuve.

Tomó mi mano y subió las escaleras como si de su propia casa se tratara, pero por mí que hiciera lo
que quiera, estaba como embriagado, casi perdido en mi propia mente y en mis deseos. Señalé una
puerta blanca que era la que pertenecía a mi cuarto, la abrió con rudeza y nos metimos en mi único
lugar personal, en donde podía escaparme de mi madre.

—Ahora quítate toda tu ropa que apesta a Jeon— miré al piso, era cierto, Jungkook había
impregnado su aroma en mi vestimenta y se notaba que Yoongi no lo soportaría. —Hazlo—
Tiré mi mochila al suelo y la pateé a un lado de mi cama, quité mi casaca junto con el cinturón de mi
pantalón, no podía creer que me estaba desnudando en frente de un chico que había conocido
hoy; continué desvistiéndome bajo la atenta mirada del rubio, sus ojos no se despegaban de mi,
era como si quisiera guardar cada uno de mis movimientos en su mente, me quité los zapatos antes
de retirar el pantalón, mis mejillas estaban rojas de la vergüenza inmensa que estaba sintiendo, ya
no tenía nada de ropa en mi cuerpo, pero mi ropa interior seguía ahí, en su lugar, no tuve el valor
que quitármela.

—No quiero que te acerques a Jeon, ¿Entendiste?— se acercó a mi con una lentitud peligrosa, lo
miré a los ojos y me arrepentí rápidamente de hacerlo, estos brillaban y estaban más oscuros, su
lengua pasó por encima de sus labios mojándolos aún más y provocando en mi la sensación de
besarlo.

—Sí— sentí como algo líquido comenzaba a salir de mi trasero, me había excitado y él lo sabía, a
cada paso que daba veía como inhalaba el aire que de seguro estaba inundado de mi aroma.

—Carajo, hueles de maravilla— me empujó contra la cama y se subió encina mío, sentía que me iba
a desmayar por tanta excitación que estaba sintiendo.

Enterró su nariz en mi cuello y empezó a lamer mi piel, sus manos viajaron por mi torso hasta llegar
a mis caderas, jugó con el elástico de mis boxers y los bajó un poco, escuché como gruñía en mi
cuello lo que hizo que soltara un jadeo. Se levantó lo suficiente para poder observarme una vez
más y aprovechó en bajar bruscamente mis boxers, mi erección chocó con mi abdomen
sacándome un gemido casi inaudible.

—¿Acaso te estas lubricando para mí?— sentí como su dedo jugaba con mi entrada aún virgen,
quería sentirlo a él, me estaba torturando demasiado para poder aguantar lo suficiente.

—P-por favor— me estremecí cuando su mano atrapó mi pene y comenzó a mover su mano de
arriba a abajo, solté un chillido y quise cerrar las piernas por vergüenza pero su otra mano me lo
impidió.

Apreté las sabanas con mis dedos y las arañé, el placer estaba siendo demasiado para mi, pero se
sentía tan bien que no quería que parara, mi lobo se regocijaba dentro mío y me pedía entregarme
totalmente.

Mis caderas comenzaron a moverse solas, estaba demasiado sensible por tanta estimulación, mi
cuerpo no soportaría tanto estar así, Yoongi movió su mano más rápido y arquee mi espalda.
—¡A-ah! N-no— había comenzado a gritar y la media sonrisa del rubio me decía que le gustaba que
hiciera eso, sentí como el cosquilleo comenzaba a surgir en la parte baja de mi vientre.

Mi respiración subía de velocidad, mis gemidos se escuchaban en toda la habitación y me corrí en


las manos de mi mayor.

—¡Ah! ¡Yoongi!— no tenía cabeza para pensar en formalidades en este momento, mi semen cayó
en mi estómago y un poco en la cama, Yoongi pasó su dedo para poder coger un poco, se lo acercó
a su boca y lo lamió.

—Muy bien, sabes delicioso, pero ya es hora de irme— se paró de donde estaba y yo igual, agarré
su brazo con mi mano, mi vista estaba un poco nublada pero no lo suficiente para no poder
distinguirlo.

—¿Te vas?— el tono de mi voz era cansado, había utilizado la poca fuerza que me quedaba para
pode ponerme de pie.

—Seguiremos mañana, tranquilo— me dio un beso en los labios, me acerqué con la intensión de
seguir pero el se alejó —nos vemos mañana, Jimin— se acomodó los pantalones, supongo que
tendrá que arreglar su problema él solo.

Salió de mi habitación y me quede parado en el mismo lugar, cuando escuché la puerta cerrarse me
dejé caer en la cama, mi lobo estaba inquieto nuevamente, pero él no era nada ajeno a lo que yo
en estos momentos sentía.

Un alfa que conocí recién hoy me había hecho desvestirme y me había tocado como él quiso, para
colmo me había dejado con ganas de más sexo.

¿Qué estoy haciendo?

6
"¿En que diablos pensabas Park Jimin?"

"¿Acaso no puedes dejar de comportarte así?" esta vez el regaño era para mi lobo quien no dejaba
de aullar y regocijarse por el indebido tocamiento del alfa.
Lavaba mi cabello cuidadosamente con shampoo, el vapor se notaba en todo el cuarto de baño,
enjuagué mi cabello y también mi cuerpo, tomé una toalla y la puse alrededor de mi cintura.

Busqué algo simple para ponerme, como solo vería a mi madre ya que mi padre llegaría lo
suficientemente tarde me puse unos pantalones cortos negros y una sudadera del mismo color.

Me tiré un rato en mi cama, analizaba todo lo que había pasado pero no le encontraba explicación
a mi repentino comportamiento, a mi repentina sumisión ante él. Le daba vueltas y vueltas al tema,
pero no se me ocurría nada, al menos algo tenía en claro y era que quería volver a ver a Yoongi.

Cuando caí en la cuenta de que mi madre llegaría en cualquier momento y mi olor se encontraba
impregnado en el ambiente, tuve que abrir las ventanas y cambiar las sábanas de mi cama pues no
estaban tan limpias.

Después de terminar con todo y que el olor a alfa y mio se disipara un poco tenía que preparar la
cena para mi madre, las cosas no pasaban como quería porque el sonido del auto de mi madre
estacionándose en frente de la casa me sacó de mis pensamientos.

Terminé de ordenar la mesa para ella y guardar la comida de mi padre para después, la puerta se
abrió dejándome ver a la mujer que me había dado la vida con bolsas del supermercado y su bolso.

-Jimin, ayúdame cariño- dejó las bolsas en el piso para que yo pueda llevarlas hasta la cocina.

-Buenas noche, mamá- caminé con un poco de dificultad ya que las compras no eran tan escasas,
parecía que tendríamos comida por todo un año.

-¡Preparaste la cena!- dejó su bolso en la mesa y levantó los brazos sorprendida -¿Estás bien? ¿No
tienes fiebre?- se acercó a mi y me tocó la frente con el dorso de su mano, ni un "gracias por la
comida".

-Estoy bien, mamá, la próxima vez ya no hago nada- le di un beso en la mejilla y me aleje para poder
tomar un vaso.

-Esta bien, gracias hijo- se sentó y suspiró por el cansancio, como no quería que me preguntara
nada de la escuela, me serví jugo de naranja y caminé hasta las escaleras.

-Tengo tarea, hasta mañana, mamá- cuando escuche que gritaba: "Hasta mañana", subí despacio
las escaleras.
📖

Mi cuarto parecía sacado de una revista, demasiado limpio para mi gusto, guardé los libros y
cuadernos en mi mochila y la dejé a un lado para que no estorbara en mi cama. El vaso de jugo de
naranja seguía intacto, tomé todo el contenido de una sola vez ya que era tarde y al siguiente día
tenía que levantarme temprano.

Antes de dormir le di un vistazo a mi teléfono, unos mensajes de Tae yacían en la pantalla de


notificaciones así que me dispuse a contestar los antes de irme a dormir.

TaeTae 💙

Holaa Jiminnie.
11:55 pm

¿Cómo te fue en tu nueva escuela?


11:55 pm

¿Algún alfa que te haya llamado la atención 7u7?


11:56 pm

La imagen de Yoongi vino rápidamente a mi mente, no quería contarle nada de esto a Taehyung ya
que sabía que lo hacia por molestar, él sabía sobre como y a que edad quería conocer a un alfa que
me llame la atención.

Aunque Min Yoongi haya despertado todo lo que trataba de ocultar para que nadie se enterrara
en mi mente, extrañaba a Tae demasiado, sus bromas y ocurrencias me hacían dudar de estancia
en Seúl.

Aunque otra persona me acabara de atar a esta ciudad.

TaeTae 💙

Vamos, Jimin, aún no tengo sueño


11:56 pm

Hola TaeTae
11:57 pm
No hay nada nuevo, todo es igual que en Busan
11:57 pm

Tae, mañana hablamos, estoy demasiado cansado y mañana tengo clases, igual que tú
11:57 pm

Duerma Señor Kim 😂


11:58 pm

De acuerdo Sr. Park, hasta mañana 😄


11:58 pm

Apagué la pantalla de mi teléfono y lo puse a un lado de mi cama, me cubrí con las sábanas nuevas
que aún olían a detergente y cerré mis ojos para poder conciliar el sueño.

La luz de la mañana me hizo despertar, abrí los ojos sintiendo molestia al ver directamente a la
ventana y querer acostumbrarme a la luz matinal, me levanté de la cama sintiendo el frío del piso
en mis pies causándome un escalofrío. Me dirigí hasta la ventana para ver si mi madre seguía o no
en la casa.

-Pensaba que era demasiado temprano- el auto no estaba ahí, ni el de mi padre ni el de mi madre -
¿Qué hora es?- todas mis energías se instalaron en mi cuerpo al recordar la escuela.

Corrí y cogí mi teléfono, eran las 7:20 am, tenía un poco de tiempo para poder llegar a tiempo,
caminé ya un poco más despierto hasta el cuarto de baño y me miré en el espejo.

-Buenos días, Park Jimin- sonreí por haber hablado solo y abrí el grifo de la ducha, me quité la ropa
y me metí en la ducha, el agua estaba un poco fría para mi gusto pero de igual manera sentiría frío
al salir.

Después de unos cinco minutos de cantos un poco altos y risas salí del cuarto de baño con la toalla
blanca en mi cintura, busqué algo holgado pero abrigador en mi armario, una camiseta blanca con
un bolsillo plomo, un par de jeans negros y una chaqueta color beige.

Me lavé los dientes dejándome un olor a mente que me recordaba un poco a Yoongi, sacudí mi
cabeza para quitar su imagen de mi mente seguí caminando hasta la cama.
Cogí mi mochila y bajé para aunque sea tomar un té, el tiempo en estos momentos no estaba a mi
lado y yo no quería llegar tarde a las clases. Cuando bajé vi que mi madre había dejado mi desayuno
listo encima de la mesa, un vaso de yogurt con un pan con jamón y queso.

-Gracias, eres mi salvadora- tomé de tres sorbos el yogurt para después carraspear por lo espeso
que estaba, a tal punto de que sentía como bajaba por mi garganta.

El pan lo guarde en mi mochila, lo comería después, apagué la luz de la cocina y salí corriendo de
mi casa, la estación de bus estaba casi vacía y lo más probable era que el autobús llegara en pocos
minutos.

Los coleros del bus aparecieron a lo lejos, se semivacío un poco lento pero por lo que se veía estaba
semivacío, apreté las correas de mi mochila al ver que el autobús paraba en frente mio, subí y pagué
mi boleto, caminé por el pasillo y me senté en el asiento vacío que daba a la ventana.

El bus se puso en marcha por las calles, el cielo se veía totalmente nublado, el sol no tenía ganas de
salir esa mañana. Unos minutos más tarde ya había llegado a la escuela, bajé y le di las gracias al
conductor.

Vi que Jin hyung estaba parado en la entrada, movía su pierna nervioso y sus brazos estaban
cruzados en su pecho, no veía a Namjoon hyung por ninguna parte así que supuse que se había
quedado en su casa.

Me acerqué dando saltitos mientras caminaba/trotaba, cuando me vio sus ojos no se despegaban
de mí, como si yo hubiera matado a alguien y que lo hubiera inculpado a él.

-Buenos días, Ji- no me dejó terminar ya que se puso en frente mío y comenzó a decir en voz alta,
casi gritándome.

-¡Dime que no estas saliendo con Min Yoongi!- ¿Cómo diablos se había enterado?

7
-¡Dime que no estas saliendo con Min Yoongi!- ¿Cómo diablos se había enterado? Pero acaso
estábamos saliendo, solo me había acompañado a mi casa ¿Verdad?

Claro y también me había toqueteado pero no estábamos saliendo, solo fue un error que jamás se
repetirá, aunque él dijo que hoy continuariamos.
-H-Hyung... Yo- suspiré y agarré las correas de mi mochila -No estamos saliendo, solo me acompañó
a mi casa- me acerque y le dirigí la mejor sonrisa que pudiera dar, para disimular un poco lo nervioso
que estaba.

-Ay, cariño, los rumores corren por toda la escuela- comenzamos a caminar y giré para que supiera
que estaba prestando atención a lo que decía -cuando llegué estaban diciendo de que Yoongi se
había conseguido una nueva zorra, hasta ese punto me pareció todo normal- entramos al edificio
B.

¿Nueva zorra? ¿Acaso Yoongi había estado con otras personas?

-Pero dijeron tu nombre, corrí a esperarte y aquí estamos, me tranquiliza saber que no sales con él-
me sonrió, sus ojos parecían más brillantes y su voz era más dulce de los normal.

-¿Por qué? ¿Qué pasa si salgo con él?- no puedo aguantar cuestinarme y solté las preguntas sin
darme cuenta de lo que decía. Subimos las escaleras, no aceleré el paso ya que quería escuchar
todo sobre el rubio que me traía estúpido.

-Jiminnie, Min es malo para ti, Namjoon me contó todo sobre él, cada que puede estar con un
omega lo hace, después los desecha como si se trataran de papeles usados, sus padres son
extremadamente ricos y no se preocupan por la educación o por lo que hace su hijo- suspiró y me
tomó de los hombros, estaba diciendo la verdad ya que podía verlo en sus gestos y ojos.

-No es capaz de hacerce cargo de nada, es un completo idiota, solo quiere sexo y nada más, nunca
se enamoró ni se enamorará- la primera campana sonó y nos asustó un poco.

Pasamos por algunas aulas hasta llegar a donde se supone sería mi salón, antes de entrar le di las
gracias a mi hyung por preocuparse por mi.

-Por cierto, ¿Namjoon hyung, dónde está?- las mejillas de Jin cambió de color a uno más rosado,
estaba avergonzado y ahí fue cuando noté la marca rojiza en su cuello, mi hyung Jin había sido
reclamado.

-Se quedó en casa, quería recuperarse del todo- desvió la mirada y ahora parecía que las paredes
eran más interesantes que yo.

-Oh, ¿No deberías estar con él?- si no me equivocaba el lazo recién estaba hecho y puede que mi
hyung se ponga mal por estar tan lejos de su alfa.
-S-sí, pero no quería perder clases, además lo dejé durmiendo, espero que no se levante hasta que
llegué, aunque ahora que lo pienso eso sería imposible. Dios. Lo extraño tanto- miró hacia los lados
y su olor se incrementó un poco llamando a su alfa.

-No crees que es mejor ir a casa y estar con Namjoon hyung- el segundo timbre estaba por sonar y
Jin cada vez se ponía más nervioso, notaba como sus manos se movían jugando entre ellas.

-Nos vemos mañana, Jiminnie- sin más que decir se fue corriendo hacia la salida y toda la
información que me había dado cayó en mis hombros, mi lobo aulló de tristeza.

Entré en mi salón y me senté en el asiento que acostumbraba, apegado a la puerta para poder salir
más rápido, no escuché cuando el timbre sonó y ni siquiera noté al profesor entrar, solo me paré
junto a todos con la mirada perdida, mi lobo estaba triste, traté de expulsar esos pensamientos de
mi cabeza pero el solo pensar en Yoongi me hacia recaer de nuevo y sumirme en mis pensamientos.

Yoongi me estaba usando para calmar sus deseos sexuales, haría lo que quisiera conmigo y luego
se iría a buscar a otra omega, no podía ordenar mis ideas, todos mis sentidos giraban en este
momento alrededor del alga tonto que jugaba con los omegas a su antojo.

La marca de Jin hyung me había hecho pensar en cuando sería marcado, en si sería por amor o por
un simple celo, mis posibilidades eran niveladas y menos si ahora mi lobo moría por ese idiota, no
dejaba de regañar a mi lobo por haberse enamorado del imbécil de Min.

"Enamorado"

No sabía si esa palabra podría describir lo que mi Jimin lobuno sentía, o solo sería a causa de las
hormonas, pero yo, Park Jimin, nunca me enamoraría Yoongi, el jugaba con los sentimientos de las
personas y lamentablemente también conmigo.

Pero como podría resistirme a su voz, a sus gestos, a él mismo, era como si me llamara totalmente,
mi lobo nunca se había puesto así, mayormente estaba tranquilo y ante la presencia de cualquier
alfa, se ponía a la defensiva. Los alfas eran tontos, menos mi padre, él había logrado sacarnos
adelante junto con mi madre, luchando y amándonos cada vez más, algo de lo que siempre estaré
agradecido.

Vamos Jimin, acéptalo, es nuestro alfa.


"No, no y no" él no puede ser nuestro alfa, nuestro alfa es alguien que nos cuide, no alguien que
solo quiere sexo y más sexo. En lo más profundo de mi corazón quizás podría estar él pero haría
todo lo posible por borrarlo de mi mente.

Estamos enamorados de Yoongi, vamos Jimin estas mordiendo tu labio en estos momentos, solo lo
haces cuando estas nervioso.

Quizás sea por... Me rindo, pero no estoy enamorado de él, solo es una atracción física más no
emocional. Además puedo morder mi labio cuando me dé la gana así que cállate.

No había notado que la clase estaba por terminar ya que todos estaban guardando sus apuntes y
colocándose sus mochilas en sus espaldas, nada peor que perderte una clase pensando en puras
tonterías.

8
▽ Min Yoongi ▽

Hijo de los dueños de la mejor cadena de venta de autos de Corea del Sur, nací en el mejor
momento de mis padres, justo cuando sus ventas se disparaban y creaban muchas más sucursales
en todo el país. Me dejaban la mayor parte del día solo en casa, bueno solo yo con las sirvientas
que me cuidaban como a un tesoro.

A los 15 años mi primer celo se hizo presente, era un sábado en donde toda la servidumbre se
alistaba para la gran fiesta que harían para la inauguración de una nueva sede de ventas, el vasto
conocimiento sobre sexo y el delicioso olor que en ese momento desprendía mi sirvienta, la menor
de todas, me hizo rápidamente ir hasta ella y llevarla a la fuerza a mi cuarto.

Sabía muy bien sobre las marcas y lazos que podría crear si es que no me controlaba con mis
instintos, al momento de que la omega me empezó a decir "tómame", yo solo cerré los ojos y traté
de calmar a mi lobo el cual obedeció a la perfección, terminé de calmar mis necesidades y la dejé
en mi cama, no la anude ni la marqué, mi padre me decía que los omegas son una carga para
nosotros.

Mi madre logró hacer un trató con mi padre, todo fue por conveniencia de los dos, el dinero de mi
padre y la ambición de mi madre encajaban perfectamente, además mi abuelo, el padre de mi
madre, ya tenía muchas sucursales que poco a poco caían en dinero pero no en marca, esta seguía
siendo de mayor peso que otras.
Un matrimonio totalmente por conveniencia, gracias a la madre Luna, el bebé salió varón, mis
padres aún no perdían los nervios ya que si mi posición en la jerarquía era omega todo se iba al
tacho, pero por las cualidades que poseía ya sospechaban sobre el alfa que había en mí.

Después de mi presentación mis padres lograron su cometido, ahora cuando ellos decidieran que
ya no quisieran seguir manejando las ventas me las dejarían a mí, mientras tanto yo podría
divertirme ya que mis padres me querían lo más lejos de ellos para no interrumpir cualquier fiesta,
reunión, situaciones incómodas con mi presencia.

Todos los omegas y las omegas que habían pasado por mis manos eran cosa de una o dos noches,
nadie salía con lazos hechos ni nada de esas cosas, todo era por mi conveniencia y por mi no había
ningún problema con que todos se enteraran de con quien estaba.

Ahora mis padres me habían dado un departamento por mi cumpleaños número 18 y cada vez
perdía más contactos con ellos, no me importaba ya que yo podía tener a un lindo omega o linda
omega rogándome acostarme con ella o él. Si uno se ponía difícil mi voz de alfa salía a relucir, de
tanto usarla me comenzó a gustar vociferarla a como me dé la gana y tener a todos sumisos ante
mi, ante un alfa de alto rango.

La escuela había comenzado de nuevo y ya casi estaba por terminar la bendita tortura a la que me
habían sometido mis padres, ellos sabían que no era necesario por la simple razón de que ya tenía
en mi cabeza todo lo que enseñaban y enseñarían, las clases habían sido algo para distraerme en
la ausencia de ellos pero tanto me daban a aprender los profesores que mi progenitores les
exigieron estudios avanzados.

La excusa de mis padres era "tienes que refrescar lo que aprendiste" y yo con un poco de ingenio
acepté, escuela nueva significaba: omegas a quien probar en mis tiempos libres. Sé que suena
mundano pero eso era lo que hacía y no me arrepentía de nada, pronto heredaría todo el trabajo y
dinero de mis padres lo cual no me daría tiempo para poder darle atención a un omega. No perdería
mi tiempo con una pareja.

Chicos nuevos entraban por las puertas de la escuela y algunos ya los conocían a profundidad, hace
dos semanas que no tenía un buen polvo y ya era hora, el día pasaba normal y sin chicos nuevos lo
que significaba tener que volver a buscar un omega o una omega por las clases inferiores. Un chico
llamó un poco mi atención, el olor a vainilla que entro en mis fosas nasales, aroma que encendió
mis instintos más profundos, relamí mis labios cuando pasó al frente mío para poder entrar en su
aula y ahí decidí en que él estaría entre mis sábanas tarde o temprano.
Yo pensaba hacerlo al día siguiente, hablarle y llevarlo a un lugar más lejos de la multitud, pero la
situación se dio ya que un grupo de niñatos quiso sobrepasarse con el niño de olor a vainilla que
apareció en mi mente en toda la clase, dije algunas palabras y se fueron, su aroma me cegó
totalmente y gruñí pero al parecer el pequeño no se dio cuenta.

Su olor era exquisito y totalmente para mi, ahora yo era el héroe que lo había salvado de los
"salvajes", un punto más para mi, pero lo que no sabía era que yo era mucho peor, más salvaje y
apegado a mis instintos.

Me acerqué un poco y él recién abrió los ojos, y yo comencé a hablar despacio, con calma para no
transmitirle miedo pero al parecer no funcionó ya que se quiso ir así que no tuve otra opción que
usar mi voz de alfa, me acerqué hasta su cuello y olfateé lo más que pude, acariciaba su piel con la
punta de mi nariz y su olor se volvió más dulce, se estaba excitando lo que me dio el visto bueno
de que lo había conseguido.

Me alejé y le dije que lo quería ver en la hora de salida, caminé hasta mi salón pero sabía que no
podría concentrarme después de inhalar ese rico aroma.

Mío, ese omega es nuestro y lo quiero ahora.

No haría lo que me diga así que hoy jugaría un poco con él pero lograría dejarlo con las ganas para
que después me ruegue mucho más, mis manos estaban desesperadas por tocarlo y sentirlo en
ese momento pero las horas y rejas imaginarias que formaban los profesores no me dejarían
buscarlo, llevármelo y comenzar con mi plan.

No pude evitarlo, las imágenes obscenas, en donde el chico con olor a vainilla era el protagonista,
venían a mi mente y lograban hacerme suspirar, el deseo por tenerlo bajo mío crecía y crecía.

Sus lindos labios se verían mucho mejor con mi polla en ellos, succionándola y lamiendo. Sus lindas
manos también ayudarían mucho en ese acto y todo su cuerpo me ayudaría con el estrés de no
tener sexo en dos semanas.

Cuando el último timbre sonó me dirigí lentamente hasta la salida, cuando me di cuenta de que lo
comenzaba a buscar con la mirada me obligué a dejar de hacerlo y mostrar indiferencia que
claramente no sentía, pero apareció abrazado del mocoso de Jung, me acerqué a zancadas y quité
sus manos de mi nuevo omega.
Lo llevé conmigo, mañana los rumores volverían a surgir, año nuevo y un omega delicioso para
poder bautizar mi nuevo departamento.

9
La siguiente clase fue lo mejor que me haya podido pasar en toda la jornada de clases, el profesor
se había puesto un poco mal así que las clases se suspendían solo por ese día. Para poder matar el
tiempo me adentré en los pasillos infinitos que había en la escuela, parecían nunca acabar y, con
mucha suerte, no me perdería al querer volver.

Las paredes blancas me tranquilizaban un poco y la larga caminata me hizo olvidar, por un
momento, lo triste que me sentía por la reciente revelación de mi hyung, Jin; pasaba mis manos
por las paredes y en algunas ocasiones me perdía pensando en si ir a la derecha o a la izquierda,
ese laberinto de pasillos se parecía a mi vida en esos momentos, no sabía que hacer, mi lobo me
decía una cosa pero yo me rehusaba a hacer caso.

Acaso mi madre se preocupaba aunque sea un poco por mi, a ella solo le importaban: los hijos que
pudiera tener en un futuro, el alfa con quien formaría una familia, mis calificaciones de la escuela y
mi desempeño como buen hijo. Nunca les importó el cómo yo estaba, cómo yo me sentía, en si
quería tener hijos algún día, al menos eso lo entiendo ya que mi madre viene de una manada muy
“chapada a la antigua” en donde los omegas se casan a corta edad y solo sirven para tener
cachorros.

Mi madre se casó a los 15 años con el alfa que es mi padre, por muchos años de su vida vivió en la
casa de mis abuelos quienes la preparaban para ser una buena omega que se encargara de sus
cachorros y de su alfa, cuando mi madre se alejó de su manada las cosas cambiaron y los clichés
fueron rotos, pero dejaron marca en mis padres quienes seguían pensando como mis abuelos.

Mi madre comenzó a trabajar cuando cumplí los 10 años y aún crecía en mi antigua casa en Busan,
pensaba que podía cuidarme solo y mostrar indiferencia a la falta de atención pero eso era lo que
más me afectaba.

Extrañaba los fines de semana nublados en donde mis padres se tiraban en el sofá junto conmigo
y veíamos películas hasta que nuestros ojos se cerraran por el cansancio, cuando tomábamos
chocolate caliente y culminábamos con una extensa charla de toda la semana para después ir a
dormir, sabia que esos días nunca volverían y era el momento exacto para resignarse.
Sin darme cuenta en mis mejillas habían algunas lágrimas que salieron sin mi permiso, no sabía en
donde me encontraba ya que todo lo que veía eran más puertas y pasillos, el bullicio se escuchó a
lo lejos y supe que no estaba tan lejos de la cafetería pues el olor a comida era muy notorio, mi
estómago gruñó y mis pies caminaron solos siguiendo el olor delicioso de la comida.

Cuando llegué pude ver a Yoongi saliendo del baño con las mangas dobladas de una camisa blanca
y unos pantalones negros, algo formal creía yo, pero se le veía estupendo. Sus ojos se fijaron en mi
y yo bajé la mirada para no caer en el vacío que eran sus lindos orbes negros.

—¿Cómo estás, Jimin?— se había movido demasiado rápido o era mi imaginación, caminé un poco
hacia la barra de comida y cogí una bandeja para poder servirme un poco.

—Bien, supongo— si mi madre quería nietos y si eso me convertía en un buen hijo lo haría, quizás
y solo quizás volverían los antiguos tiempos con mis padres, la atención de mi madre estaría de
nuevo en mi.

—Vamos a una mesa— Yoongi no se había servido nada y al ver que ya había terminado de poner
comida en algunos platos se volteó con la única intención de irse a sentar.

Caminé detrás de él hasta llegar a una mesa totalmente vacía que estaba casi al fondo de la
cafetería, mientras a los costados de la mesa veía como algunas chicas y algunos chicos se
quedaban mirando a Yoongi para después suspirar y cuchichear con sus acompañantes, es que se
observaba tan dominante, tan sexy y tan varonil que nadie podría resistírsele.

Nos sentamos, él al frente mío, como si quisiera comenzar un interrogatorio y, que en este caso,
yo sea el maldito culpable a quien desea llevarse a la cárcel, o mejor dicho a la cama.

—Bien, ahora dime ¿Por qué estabas llorando?— dejé los palillos suspendidos en el aire, no llegaron
a mi boca, como sabía él que yo estaba llorando unos momentos antes, bajé el pedazo de carne
para depositarlo nuevamente en el plato y lo miré a los ojos.

—¿Cómo sa— no me dejó terminar ya que chasqueó la lengua por lo que parecía, yo, había dicho
una tontería. Se acercó más a la mesa y puso sus manos en esta, no pude evitar bajar la mirada para
ver la piel tan blanca que no lograba cubrir la camisa y tragué saliva pesadamente.

—Tus ojos están rojos, es más que obvio que has estado llorando— una sonrisa burlona se asomó
en sus labios tratando de decir que yo era un completo imbécil —no hay tanta ciencia, Jimin—
volvió a acomodar su espalda en el respaldar del asiento restándole importancia a sus propias
palabras.

—Nada importante— su preocupación, por más forzada que sea, logró conmoverme un poco
haciendo que sonría y recuerde el porqué de mis lágrimas.

“Mamá no te preocupes, te daré nietos, seré el hijo que quieres”

Me miró como examinando cada gesto que estuviera haciendo en ese instante, pareció satisfecho
con mi respuesta —De acuerdo, bueno, a lo que venía, los rumores ya han empezado a circular así
que es mejor que los ignores— comencé a comer mientras asentía a lo que decía, los rumores ya
habían llegado a mis oídos, causándole tristeza a mi lobo.

—¿Es cierto lo que dicen?— no lo miré a los ojos, no me atrevía a decirle tal cosa mientras lo miraba
atentamente, mi madre necesitaba que fuera un buen omega y eso sería.

No importaba que yo sacrificara mis dos años restantes de estudios en tener hijos, mi madre sería
feliz si le daba nietos y seguía su ejemplo de buen omega.

—Sí, no le tomes importancia— sus gestos eran neutros, casi bordando la indiferencia —Lo que
quería decir era que hoy iremos a mi departamento, no te preocupes, te ayudaré con los deberes
que tengas— sacó su teléfono y comenzó a mover su dedo encima de la pantalla, quizás
enviándole un mensaje a alguien.

—No quiero ir— dejé la bandeja con toda la comida y me paré lo más rápido que pude para caminar
entre las mesas hasta llegar a la puerta de salida. Los rumores eran ciertos y yo, por consecuencia,
era su nueva zorra.

No miré hacia atrás, rogué para que no usara su voz en mi y pudiera escapar del pequeño debate
mental que tenía, mi cabeza comenzaba a doler y mi temperatura subía, el enojo me vencía de
sobremanera, al parecer después tendría que tomar una pastilla para el dolor de cabeza. Escuché
sus pasos que me seguían y cuando abrí la puerta que me llevaba al pasillo él se quedó parado.

—Ven aquí— maldije a todo el mundo y a cada ser vivo que pasara por mi lado, como siempre mi
lobo se apoderó de mi, volteé hacia donde estaba Yoongi y con la mirada baja en muestra de
sumisión me acerqué despacio —te quiero ver en la hora de salida, ¿Entendido?— asentí levemente
y mis piernas comenzaron a temblar.
Mi cabeza daba vueltas por el olor tan exquisito que Yoongi desprendía, mis labios se entre
abrieron y mi respiración comenzó a agitarse. Mi trasero comenzaba a lubricar y mi miembro se
ponía cada vez mas duro ante la presencia del alfa.

—Mierda— Yoongi inhalaba el olor que desprendía como si se tratara del mejor perfume del
mundo —hueles... De maravilla— gruñó y me tomó de la cintura para poder apegarme aún más a
él.

El peor momento para entrar en celo.

10
—¿No tienes alguna pastilla o no sé, algo?— Jimin era arrastrado a los baños por el alfa dominante
que había presenciado el comienzo de su celo, trataba de mantenerse dentro de sus casillas y no
cogerlo en ese mismo momento pero el dulce olor de Jimin lo provocaba de sobremanera, al
preguntar los ojos del menor se abrieron y asintió mientras respiraba profundamente el aroma del
alfa.

—Mochila— solo alcanzó a pronunciar esa palabra ya que su omega salió a flote y se colgó del
cuello del mayor quien rápidamente se metió en el baño con el omega en su cuerpo —Alfa—
olfateaba en la unión del cuello con el hombro de Yoongi, el aroma lo hacia delirar, se sentía pleno,
protegido y sobretodo excitado, quería ser tomado por ese alfa en ese mismo momento, su ano
no dejaba de lubricar para poder recibir el falo de su alfa y quedar anudado.

—Dios, tranquílizate Yoongi— sus manos querían acariciar todo el delicado cuerpo del menor pero
tenía que mantener la compostura, al menos hasta llegar a su departamento —Supresores—
comenzó a buscar en los bolsillos de la mochila pero no ayudaba nada que Jimin estuviera casi
encima suyo —Jimin, bájate— uso su voz de alfa y en un segundo el omega mostró sumisión ante
las palabras del mayor haciendo caso. Separarse del alfa le causó un dolor en su entrepierna, su
erección molestaba demasiado pidiendo atención, sus colmillos se mostraban con intención de
iniciar su apareamiento pero debía de obedecer.

La imagen de Jimin parado al frente de él era maravillosa, sus mejillas estabas rojas y sus ojos
brillosos, su respiración era errática al igual que su equilibrio, tan indefenso y listo para ser tomado
por un alfa, esto le provocó una dolorosa erección que cada vez que respiraba se hacia cada vez
mas desesperante, Yoongi se acercó un poco y arrebató la mochila de la espalda del menor
arrancándole un quejido de dolor por la brusquedad, pero como podía actuar calmado en esa
situación, sus instintos lo llevaban a cogerlo y marcarlo gracias a su atrayente aroma pero Min no
quería lazos con ningún omega, solo quería pasar el rato.

Tiró las libretas y libros al piso tratando de facilitar la búsqueda pero dentro de la mochila habían
papelitos y envolturas de caramelos obstruyendo su búsqueda, puso de cabeza la mochila tirando
todo y logrando sacar todo de una vez, rebuscó entre todo eso sin encontrar las pastillas. Miró
hacia Jimin ya que el delicioso aroma se había comenzado a desvanecer, pero no lo encontró, la
puerta estaba abierta y no había rastros del menor por ningún lado del baño.

—Mierda— dejó las cosas tiradas en el suelo importándole poco si es que alguien entraba en ese
lugar, salió al pasillo encontrándose con un compañero de su clase arrinconando a Jimin, quien al
estar en pleno celo se dejó hacer —alguien quiere quedarse sin pene— caminó a zancadas sin darse
cuenta de que soltaba gruñido tras gruñido.

Empujó hacia un lado al alfa que intentaba llevarse a la cama al tierno omega, lo miró con los ojos
oscuros del enojo, el contrario intentó enfrentarlo ya que sacó sus colmillos dejándolos a la vista
pero ahora el fuerte aroma del menor ayudaba a que solo se concentre en él y deje lo demás de
lado, se llevó a Jimin lo más rápido que pudo hacia el baño, dejando al alfa con ganas de aparearse
con el lindo omega. Esta vez de aseguro de cerrar la puerta con seguro y dejar a Jimin a la vista,
ahora Park se retorcía de dolor en una esquina mientras intentaba gatear hacia Yoongi para poder
inhalar el olor a alfa que este emanaba.

—¿En donde está?— se estaba frustrando al sentir que su alfa quería salir y marcar al lindo omega
que se encontraba necesitado de sus toques. Antes de rendirse se dio cuenta de un pequeño
bolsillo que se encontraba en frente de la mochila y lo abrió esperanzado de poder al fin encontrar
el dichoso supresor pero no halló nada.

El supresor de emergencia se había caído al costado de la cama del omega, quien no se molestó en
revisar el bolsillo cuando lo encontró abierto en clases, Yoongi metió todo en la mochila, incluyendo
los papelitos y envolturas, cerró la mochila y se la colgó en un hombro para después acercarse al
menor, inhaló hondo y su alfa arañó su interior en forma de protesta contra la paciencia que estaba
teniendo en no cogerlo en ese mismo momento.

—Jimin— dejó de hablar al ver que este no mostraba importancia a sus palabras y se quejaba de
dolor —¿Quieres que te haga sentir mejor?— agarró la barbilla del menor alzándola para que este
pudiera verlo a los ojos, Jimin asintió energéticamente estirando sus manos, Yoongi lo levantó del
suelo cargándolo en brazos dejando que el menor se tranquilice con su aroma y haga lo que quiera
con tal de dejar de chillar.
Salió del baño con Jimin colgado de él como un koala, miró a los lados asegurándose de que no
haya nadie merodeando por los pasillos, de pronto se escuchó el timbre en toda la escuela lo que
significaba que una ola de estudiantes saldría por la puerta de atrás, caminó lo más rápido que pudo
pasando por salones vacíos hasta llegar a la puerta de salida y desviándose por unos pasillos hasta
llegar al estacionamiento, en todo el camino no había dejado de sentir como la naricita de Jimin
pasaba por su piel tratando de inhalar todo lo que podía, en ocasiones dejaba algunos besos cortos
los cuales trataba de pasar desapercibidos pero era casi imposible.

Sacó las llaves de su auto rozando con los muslos del menor provocando que este se cogiera mejor
de su cuerpo, sacó el seguro de todas las puertas y trató de meter a Jimin en el asiento del copiloto
pero este se rehusaba a dejar el cuello del mayor, sentía que si lo soltaba lo iba a dejar y su dolor
volvería, no pensaba, su omega estaba totalmente presente en busca de aparearse, cuando Yoongi
logró zafarse del fuerte agarre del menor lo sentó y cerró la puerta, caminó hasta meterse el
también en el auto y esperar a que Jimin dejara de quejarse, prendió el motor y aceleró hasta
quedar fuera de la escuela.

Se internó en las calles de Seúl intentando concentrarse en el camino, pasó por calles conocidas
que siempre transitaba, en cada luz roja que veía gruñía, estaba desesperado por llegar lo más
rápido posible, Jimin no quería esperar hasta llegar a donde sea que su alfa lo estaba llevando así
que pasaba sus manos por los muslos del mayor tratando de provocar a Yoongi y que este lo
tomara en ese mismo lugar para poder calmar un poco su celo pero cada vez que su mano estaba
por llegar al grande bulto que había en los pantalones contrarios una mano lo alejaba, siguieron en
eso hasta llegar al estacionamiento del departamento y aparcar en uno de los sitios libres.

Apagó su auto y salió dejando a Jimin sentando, caminó hacia el otro lado del auto y abrió la puerta
del copiloto, Jimin lo miró con los ojos brillosos esperando a que lo hicieran sentir mejor, Yoongi lo
volvió a cargar y entró al edificio para después subir en el ascensor, a esa hora no había mucha
gente caminando por el edificio ya que la mayoría de gente eran empresarios y a esas horas todos
estaban trabajando. Cuando las puertas del ascensor se abrieron en el décimo piso, que era su
departamento, abrieron la puerta y Jimin al sentir el aroma del alfa en toda la casa supo que ese
era el lugar a donde se dirigían.

—Por favor— comenzó a restregarse logrando que su miembro rozara con el del mayor, se sentía
bien estando con Yoongi quien gruñó y apretó los glúteos del menor con sus manos. Sus ojos
estaban cerrados ya que su olfato estaba concentrado en atrapar todo el aroma que sea posible,
cada calada de aire era algo que nunca había sentido, por primera vez sentía que si no era tomado
era capaz de desfallecer ahí mismo.
—Lindo omega— atrapó los carnosos labios del menor con los suyos y comenzó a caminar hasta
llegar al sofá y recostar con suma delicadeza a Jimin. Ese omega era exquisito, tan inocente, se
notaba inexperto en las cosas sexuales, tal cual Yoongi se había imaginado, Jimin era el omega
perfecto.

Los labios del alfa habían calmado un poco el dolor que sentía Jimin haciendo que su lobo se
regocije en su interior al igual que el de Yoongi pero este se negaba a aceptar lo que su lobo estaba
sintiendo, la ropa comenzaba a sobrar pero un poco de tortura para el menor no estaría nada mal.

El omega soltó un gemido entre el beso y pasó sus manos por la nuca del mayor acercándolo más,
profundizando el beso, provocando al alfa, pero este no quería cogerlo en el sofá así que lo volvió
a levantar en brazos y esta vez lo llevó hasta su habitación.

11
Ya en la habitación lo recostó en la cama, acarició la cintura del menor, delineando con sus dedos
las curvas que esta formaba, besó los labios adictivos del omega y fue bajando lentamente hasta
el cuello, Jimin en muestra de sumisión ladeó su cabeza dejando su piel a la merced del alfa, salieron
sus colmillos listos para dejar su marca en la perfecta dermis del chico. Jimin sintió un escalofrío
desde su cabeza hasta la punta de sus pies al notar como la punta de los colmillos de su alfa
rozaban con su piel, esperaba la ola de dolor que sentiría pero esta nunca llegó, los besos siguieron
bajando hasta llegar a su clavícula.

Yoongi se enderezó y comenzó a quitar la prenda superior del menor recibiendo ayuda de este, al
ver el torso desnudo del omega se le hizo agua la boca, relamió sus labios y siguió dejando besos
en todo el pecho hasta llegar al abdomen en donde olfateó un poco, podía percibir la fertilidad del
omega lo que le hizo excitarse aún más, desabotonó el pantalón del menor y los retiro de su camino
dejando a Jimin solo con sus boxers, tan indefenso y listo para entregarse.

—A-alfa~— balbuceaba con los ojos cerrados y la boca semiabierta. Yoongi retiró su camisa blanca
y la dejó a un lado, hizo lo propio con sus pantalones negros dejándolos junto a la primera prenda,
subió encima del omega con cuidado de no aplastarlo, el rocé de sus miembros fue una tortura ya
que la temperatura aumento junto con las ganas de follarselo, la mano venosa de Min bajó hasta
la entrepierna de Jimin, colándose en sus boxers y atendiendo el miembro de este, el omega por
instinto colocó sus manos en el brazo pálido del alfa para evitar de que su mano saliera de ese lugar,
pero Yoongi era más fuerte así que quito la mano rápidamente.
Jimin no soportó más, sus instintos salieron a flote casi en un segundo, se bajó sus boxers hasta las
rodillas como pudo ya que no tenia demasiada movilidad debajo de Yoongi, terminó de sacárselos
ayudándose de sus piernas para después voltearse y restregar su trasero contra el pene del mayor,
siguió moviéndose tratando de lograr un poco más de contacto pero lo único que consiguió fue
que un gruñido fuerte saliera de la garganta del alfa tomando su cintura deteniéndolo por
completo.

Yoongi bajó sus boxers negros dejando libre su erección, inhaló una vez más el aroma delicioso del
omega y rozó su glande con la apretada entrada de este, se oyó como Jimin gemía bajito y
balbuceaba cosas incomprensibles, alzó más su trasero logrando que la punta del miembro del
mayor entrara un poco más fácil gracias al lubricante natural, Min no pudo pelear más contra sus
instintos y se enterró en el virgen ano del menor arrancándole un grito de dolor.

—Mierda— dijo con la voz ronca y entrecortada, se sentía tan bien estar dentro del omega que se
había entregado a él, Jimin pensaba que tener sexo le iba a llevar a cosas malas, o eso pensaba
hace 10 minutos, ahora pensaba que era lo mejor del mundo y aún más si le calmaba el dolor que
provocaba su celo.

El lobo de Jimin se sentía demasiado alegre por al fin ser tomado por ese alfa, aunque solo fuera
por el celo no le importaba, su caderas se movieron hacia arriba ni bien el dolor se volvió nulo siendo
reemplazado por el placer.

Los gemidos agudos de Jimin se escuchaban en toda la habitación de Yoongi, el mayor no dejaba
de moverse encima de Jimin ya que el placer dominaba todos sus movimientos, besó la espalda
con un poco de delicadeza no tan propia de este pero nada importaba en ese ambiente caliente y
lleno de lujuria. Jimin mordió y apretó las sábanas azules oscuro que cubrían el suave colchón, le
encantaba la sensación de sentirse llenado por ese lindo alfa que vio el primer día de clases y que
lo eligió como su nueva perra.

El pene de Yoongi amaba la calidez que le producía el interior del lindo omega que desprendía un
delicioso olor, sus dulces gemidos se perdían en la cama que en estos momentos era odiada por el
mayor, con una mano acarició los cabellos del menor para después alzarlos provocando que este
echara la cabeza para atrás haciendo que los gemidos salieran fuertes y claros.

Jimin sentía que no iba a poder caminar por algunos días pero ahora no importaba ya que el placer
que sentía en esos momentos era infinito, pero que pronto se acabaría ya que comenzaba a sentir
los cosquilleos en la parte baja de su abdomen, no quería que eso acabara pero estaba seguro de
que haría que sucediera de nuevo.
Yoongi sentía como su nudo comenzaba a hincharse anunciando que pronto se correría, dejo de
agarrar el cabello del menor para pasar sus manos a la cadera de ese y poder penetrarlo con más
intensidad. Los sollozos y gemidos del menor comenzaban a subir de volumen ya que también se
acercaba su orgasmo, ladeó su cabeza dejando libre la parte de su cuello en donde se supone que
Yoongi lo marcaría, mostró perfecta sumisión ante el mayor que no fue más que algo excitante
para Min.

—Tómame— pedía Jimin para después volver a sumergirse en el mar de gemidos que era —Alfa—
no dejaba de balbucear y sentir que cada vez se acerca la posibilidad de ser padre.

Los colmillos de Yoongi pedían por clavarse en la tersa y perfecta piel del cuello del omega, como
le encantaría divisar la marca de sus dientes en ella pero su parte humana dominaba bastante bien
si de eso se trataba, su lobo quería dominar a ese lindo omega en celo pero por decisión del tonto
humano no lo haría, se contuvo con todas sus fuerzas y solo cerró los ojos para poder concentrarse
en el placer que sentía.

Pensaba que sería igual que con los otros omegas pero se equivocó por completo, este era
diferente, a este no le podía negar su marca ni tampoco dejarlo después de una buena cogida, el
olor lo llamaba y le decía que este era el correcto, le atraía demasiado pero la terquedad no le
dejaría hacerlo. Sintió como su nudo se hinchó completamente dentro de Jimin impidiendo sus
movimientos, soltó chorros de semen en el apretado interior que poco a poco se fue
acostumbrando al nudo del alfa.

Jimin sintió un poco de dolor cuando el nudo del alfa terminó de crecer en su interior, pero este fue
opacado por el placer que se apoderó de su cuerpo cuando sintió la escénica del mayor dentro
suyo, estaba seguro de que en cualquier momento la mordida estaría en su piel, marcada para
siempre, si eso era lo que quería el mayor, pero nunca llegó y en vez de sentir los duros dientes de
Yoongi sintió la suave cama y el sueño apoderarse de él.

Se echaron los dos encima de las sábanas que después fueron puestas encima de sus cuerpos
desnudos para disipar la brisa que corría en la habitación, seguían unidos y eso les daba un poco de
felicidad inexplicable a ambos, pero el lazo no estaba completo y eso superaba el ápice de alegría
cambiándolo por un dolor en lo más profundo de su ser.

Sus lobos rasguñaban y pedían realizar su unión, Yoongi nunca había sentido esa necesidad de
marcar a un omega tan inmensa, pues jamas había conocido a Park Jimin, hasta ahora. Se quedaron
dormidos por el cansancio más no por la simple razón de estar satisfechos con sus actos.
Eres un idiota Min Yoongi.

Jimin se levantó dándose cuenta de que no se encontraba en la misma posición en la que había
dormido, ahora esta escondido en el pecho de Yoongi siendo abrazado por los fuertes brazos de
este, se sentía protegido y completamente bien en los brazos de Yoongi que hasta pensó en seguir
durmiendo pero de pronto una ráfaga de tristeza lo golpeó provocando que algunas lágrimas
salieron de sus ojitos perdiéndose en la piel tibia de su acompañante.

Yoongi sintió los pequeños temblores que nacían en su pecho pensando que era él, pero al abrir
los ojos casi se le parte el corazón al ver a Jimin sollozando y a la vez tratando de no hacer mucho
ruido, su lobo le decía que lo mimara, que lo ayudara y protegiera pero él no era así y nunca lo sería,
pensó él.

Quitó su mano que estaba alrededor de la cintura del menor haciendo que este se sobresalte y se
quedara callado, Yoongi se acarició el puente de la nariz acordándose de lo que había pasado ayer,
y justificando su comportamiento con que su lobo había salido y no era él. Jimin mordió su labio y
fue el primero en sentarse haciendo que las sábanas se deslizaran por su piel y cayeran a la cama,
sintió su cara arder de la vergüenza y rápidamente volvió a echarse para taparse con las sábanas.

—Ya te he visto, no es necesario que te cubras— se sentó en la cama dándole la espalda a Jimin
sintiéndose un patán al empezar una conversación de esa forma.

Buscó con la mirada la ropa del menor, encontrándola al costado de la mochila desparramada, se
levantó sin siquiera mirar atrás y entró al baño, no dijo nada más por miedo a cargarla de nuevo,
Jimin al ver que se iba se paró rápidamente cayendo al querer caminar, si tan solo le hubiera dicho
a Yoongi que esa era su primera vez ¿Él hubiera sido más amable? No lo creía, se paró como pudo
y caminó hasta donde estaba su ropa, el dolor no disminuiría pero tenía que salir de ahí, comenzó
a vestirse sintiéndose sucio al no bañarse pero la vergüenza le ganaba, de pronto su teléfono
empezó a sonar en la mochila, lo sacó con pereza viendo el nombre que había en la pantalla, su
madre llamaba, se alertó y no contestó por miedo, cuando dejó de sonar divisó que tenía 9 llamadas
perdidas, suspiró y miró la hora, 9:30 de la noche y aún no iba a casa.

La puerta del bañó se abrió dejando ver a Yoongi con el torso mojado y unos pantalones negros,
Jimin soltó un gemido bajito, por poco se olvidaba de que estaba en celo, pero era hora de irse y
no se podría quedar más tiempo sin que su madre lo regañe, ¿Y si le decía que estaba con un alfa,
lo dejaría pasar? ¿Y si le decía que tendría nietos, lo dejaría pasar? No, claro que no, tomó su mochila
y se la colocó en el hombro.

—Y-ya me tengo que ir— miraba el piso como si este ahora fuera una de las cosas más interesantes
en el mundo, vio los pies descalzos del mayor entrar en su campo visual y respiró hondo el aroma
fresco que este desprendía.

—Hace demasiado frío, ¿Quieres que te lleve?— al fin no había dicho algo tan malo después de
todo, Jimin solo asintió con la mirada, aún, hacia abajo.

—Gracias— Yoongi sonrió al ver como el omega levantaba su cabeza pero seguía con la mirada
desviada, su lobo empezó a aullar de tristeza y la sonrisa del rubio desapareció al entender el dolor
de su lobo, no lo había marcado y era por una simple cosa que el había dicho hace tiempo, su
supuesto lema que no lo tenía completamente cegado “Los omegas son un estorbo”, miró el
blanco cuello del menor con un poco de nostalgia, estaba seguro de que su marca se vería perfecta
en ese lugar.

—Vamos— tomó una camiseta y se la colocó rápidamente, para después salir, se sintió raro al
respirar el aire sin el delicioso olor del omega ya que se sentía demasiado bien en ese ambiente en
donde se mezclaban sus aromas creando uno sin igual.

Bajaron por el ascensor, Jimin no decía nada, no quería decir nada, no tenía que decir nada, el que
tenía que hablar era Yoongi, o quizás si tenía que hablar y agradecer de que le haya ayudado en su
celo, pero no era el momento correcto y quizás nunca lo sería, las puertas de metal se abrieron en
el sótano dejando ver demasiado autos estacionados paralelamente, buscaron el auto que le
pertenecía al mayor y subieron sin dirigirse la mirada.

Yoongi encendió el auto un poco abrumado por el repentino cambio en el olor del menor, se podía
oler la tristeza que este sentía y en el peor de los casos que Yoongi también estuviera sintiendo,
salieron del edificio en dirección a la casa de Jimin, las calles eran iluminadas por los puestos de
comida y tiendas, las personas reían y conversaban entre ellas sin preocuparse, algo que Jimin no
podía hacer, acababa de tener sexo con un chico prácticamente extraño y peor aun, puede que
este embarazado, cuando reconoció las calles que estaban cerca a su hogar su respiración se puso
tensa.

—Relájate, me pones tenso a mi también— se quejó Yoongi, pues para él no era nada del otro
mundo tener sexo con el primer omega que se le cruce por enfrente.
—Lo siento— se disculpó, no se dio cuenta de cuando llegaron a su casa y el auto de Yoongi había
parado, parpadeó un par de veces y estaba dispuesto a salir cuando Yoongi sacó una caja de alguna
parte, se la tendió a Jimin como si se trataran de apuntes de la escuela.

—No querrás quedar en cinta tan joven, en la caja están las instrucciones, no es tan difícil— con un
gesto de la mano se despidió y Jimin solo atinó a asentir un poco asombrado por lo que le había
entregado el mayor, salió del auto dirigiéndose a la puerta, buscó sus llaves en la mochila pero se
estaba demorando demasiado porque al parecer nada estaba en su lugar, después de unos
segundos la puerta se abrió dejando ver a su madre aún con la ropa de trabajo.

—Jimin— habló su madre para después salir y darle un largo abrazo, pero algo no le cuadro bien,
tenía un aroma fuertemente impregnado en su ropa y cuerpo. —Pasa— dijo con un poco de
seriedad y una sonrisa en los labios.

Antes de pasar el omega dio una rápida mirada hacia atrás dándose cuenta de que el auto ya no
estaba, se había ido y Jimin le debía de dar una explicación a su madre.

12
O eso creía él, ni bien su madre cerró la puerta dio un saltito como si de una niña se tratara, alzó las
manos hacia el techo y dijo algo que Jimin no pudo entender. Su madre estaba tan alegre por
enterarse, aunque no por las palabras de Jimin, que este había encontrado un alfa, pero se había
adelantado con sus celebraciones ya que cuando bajó las manos y tomó los hombros de su hijo
para poder ladearlo solo un poco no vio ninguna marca que justificara sus acciones y olor.

—Jimin, ¿y tu marca?— lo empujó un poco hasta el sofá quedando los dos solos en una incómoda
conversación, bueno incómoda para el menor.

—Mamá, no tengo alfa, solo fue por mi celo— se quiso parar del sofá para poder irse a su cuarto,
no estaba con tantas ganas de explicar todo lo que había pasado, su lobo lloraba y pronto el
también lo haría.

—¿Celo? Pero si hueles igual que siempre— esa era cierto, sus celos siempre eran devastadores
cuando comenzaban, aunque haya zaceado su apetito sexual los cólicos ya tendrían que comenzar
como también el exceso de aroma en su piel, sin embargo nada de eso estaba siendo.
—E-estoy en celo— volvió a decir, comenzó a sofocarse al sentir que su lobo rogaba la presencia
del alfa y que este completara los lazos, pero tenía que ser fuerte pues no iba a conseguir nada,
solo era uno de los tantos que pasaron por las sábanas de Min Yoongi.

—Pues yo soy tu madre y te noto igual que siempre, salvo por ese aroma en ti— se paró del sofá
para dirigirse a la cocina y sacar su teléfono de su bolso, Jimin se quedó atónito por las palabras de
su madre, el no podía estar “igual que siempre”, aunque no se quejaba de que los cólicos se hayan
ido al igual que la necesidad de follar, pero ahora había algo que dolía más y era la falta de presencia
de ese alfa idiota.

¿Acaso los pocos cuidados que había tenido de parte del alfa habían sido suficientes para calmar
casi por completo su celo? O solo su madre estaría comenzando a coger una fuerte gripe. Oyó
como su progenitora hablaba con alguien por teléfono asintiendo y a veces bajando un poco la voz
para no ser escuchada, supuso que era su padre siendo notificado de la reciente llegada de su hijo,
y tal vez, solo tal vez también ya estuviera enterado del olor que haría pegado a su cuerpo.

Dejó la sala de estar para dirigirse a su cuarto asegurándose de no dejar nada, cerró la puerta sin
hacer mucho ruido y tiró su mochila a un lado de la cama, una pequeña luz se notó a un costado de
la mochila, Jimin se arrodilló viendo que era el supresor que de seguro Yoongi había estado
buscando, lo tiró de nuevo al piso maldiciéndolo más de mil veces, si hubiera cerrado bien su
mochila o tan siquiera se hubiera fijado en si el supresor estaba, no hubiera pasado eso; pero a
pesar de todo no se arrepentía de haber pasado tan buen momento, aunque solo hayan sido unos
minutos.

Pero, se arrepentía de no haberse ido antes de que Yoongi despertara, de haber hecho eso ahora
no estaría sentado e su cama pensando en lo cálido que se había sentido dormir en el pecho
desnudo del mayor, en lo bien que se sintió despertar a su lado y verlo dormir, en lo bien que se
había sentido sentirse protegido aunque sea por unos segundos. Sacudió la cabeza percatándose
de que unas lágrimas habían salido de sus ojos por haber recordado lo que tanto añoraba tener, se
enjugó sus lágrimas con el dorso de su mano, al momento de dejarla caer por su propio peso esta
chocó con la cajita que le había dado Yoongi.

—¿Y si no le hago caso?— abrió la caja y dentro de ella encontró dos papeles bien doblados,
desdobló el que agarró primero y se dio cuenta de que eran las instrucciones, tomó el otro y era
una carta escrita a mano por Yoongi, dejó rápidamente la caja con las pastillas a un costado para
después concentrarse en la hoja de papel.

“Para: Omega.
Si piensas que me atarás a ti teniendo un bebé, pues estás muy equivocado, si dejas de tomar estas
pastillas yo mismo me haré cargo de hacerte entrar en razón de las mil y un razones que hay para no
querer emparejarte conmigo. Además no querrás arruinarte la vida con un bebé, y que te persiga hasta
que aceptes abortar, lo sé suena horrible pero no te quiero y no querré a ningún omega.

Con cariño.

Min Yoongi ”

Jimin no sabía cómo reaccionar, la última parte le había dado risa, la primera un poco de miedo
pero ahora estaba completamente seguro de que Yoongi tenía experiencia en hacer esto, tenía
todo calculado y sabía cada movimiento. No podía hacer nada más que no fuera hacer caso, sacó
una pastilla y se la puso en la lengua, buscó en algún lado de su habitación una botella de agua y
cuando vio una se la tomó con la pastilla, si lobo le decía que no lo haga, que se arrepentiría que si
no lo hacia la compañía de Yoongi se desvanecería y él no quería eso.

Miró la hora, 10:10 de la noche, tendría que tomar la pastilla todos los días a esa misma hora, suspiró
cansado pero después se paró lo más rápido que pudo mareándose por tan repentino movimiento,
se quedó parado un momento y se dirigió a su baño para poder sacar sus supresores para el deseo
sexual y el olor, se aseguró de ponerlas en su mochila y asegurarse de cerrarla bien. La dejó en un
lugar en donde su madre nunca sacaría nada, en su closet, se quitó toda la ropa para poder meterse
a la ducha y poder dormir cómodo.

Abrió la ducha sintiendo la brisa recorrer su cuerpo, el agua comenzó a caer por su cuerpo haciendo
un leve masaje en sus músculos relajándolos y haciéndolo casi dormir, no se lavó el cabello ya que
solo pasó el jabón por su piel, no quería tardarse más, estaba muy cansado de pensar en todo lo
que había pasado, solo deseaba dormir hasta mañana, se quedó un momento debajo del agua con
los ojos cerrados hasta que escuchó a su madre llamarlo.

—¡Jimin! ¡Iré a cenar con tu padre! ¡Duerme temprano!— Jimin abrió los ojos un poco asustado y
cerró la regadera, salió rápido y se colocó una toalla en la cintura.

—¡Sí, mamá!— respondió de la misma forma, después la pequeña interrupción se miró al espejo
dándose cuenta de que su piel estaba llena de chupetones, chasqueó la lengua y salió del baño,
sabía que no había nadie pero no le prendía ninguna sensación ni idea, solo pensaba en dormir.
Cuando se puso el pijama trató de buscar el olor del alfa casi por instinto pero no estaba, se había
ido con el baño, necesitaba olerlo, sentirlo, pero estaba seguro que solo pasaría eso cuando al alfa
le diera la gana de coger.

Se echó en su cama y se tapó con las mantas que ni siquiera podían transmitirle el calor que Yoongi
había logrado causarle, con esos pensamientos se quedó dormido con una mano en su vientre.
Quizás tratando de calmar sus ansias de ser padre, porque si, de tan solo pensar en tener hijos con
Yoongi le hacia sentir algo que jamas había imaginado, por primera vez quería coincidir con lo que
su omega le decía pero no lo haría porque en la carta lo decía, bien claro, escrito por el propio Min
Yoongi: “No te quiero y no querré nunca a un omega”.

Yoongi había abierto todas las ventanas, quería quitar el delicioso olor a Jimin pero no se iba,
parecía que se había impregnado en sus fosas nasales, en su pecho, en su alma, había lavado su
ropa y aún seguía el olor. No podía quitarse al dulce omega de la cabeza, hasta pensaba que su
lobo era reo de todo esto, pero que más daba, el olor le relajaba y le hacía hasta sonreír, su lobo
seguía triste pero no le hacia caso.

Recién había caído en cuenta de lo que había dentro de la caja de pastillas que le había dado al
menor, la carta que escribía cuando no quería meterse en problemas, pero ahora la carta estaba
un poco fuera de lugar. Le costaría admitirlo pero Jimin era perfecto, tan perfecto que él no merecía
a tremenda joya en sus brazos, y quizás estuviera cayendo en sus encantos sin siquiera saberlo.

Pero como se sacaría a Jungkook encima, porque sabía que si el mocoso se encaprichaba con
alguien este sería capaz de hacer lo que sea por obtenerlo. Pero sabía que mientras tenga a Jimin
entre sus sábanas nada malo pasaría.

13
El día estaba gris y su habitación seguía oliendo al delicioso aroma a vainilla que lo volvía loco,
golpeó las sábanas y se levantó para ir a la escuela aunque aún sean las 5 de la mañana, pues antes
de que su día comience él siempre salía a un lugar demasiado conocido para él pero para los demás
no; se vistió con ropa simple para no llamar la atención a ninguno de los que caminaran por ahí y
salió de su departamento sintiendo un vacio en su pecho.

Bajó sin hacer demasiado ruido hasta llegar al primer piso en donde ya se encontraba la
recepcionista, saludó con un movimiento de cabeza propio suyo y se sumergió en el helado día.
Caminó varias calles hasta llegar a una zona demasiado oscura, con basura tirada en los rincones y
gente fumando por todos lados, siguió de frente ignorando a todos y metiéndose en la cancha de
basquet un poco maltratada de ahí.

—Hola, segunda casa— agarró la pelota naranja que se encontraba en el piso y la rebotó hasta
sentirse un poco más relajado, corrió un poco para no cansarse demasiado y tiró la pelota
metiéndola al aro de metal.

Cada mañana Yoongi iba a la vieja cancha de básquet que utilizaba en su niñez, nunca dejaría de ir
a ese lugar que no llevaba muchos recuerdos pero el solo sentir la brisa y la textura del balón le
provocaba un sentimiento extraño, que hasta hace pocos días pensaba que era lo mejor que podía
sentirse hasta encontrar a ese dulce omega.

Tiró el balón a un costado con inmensa fuerza, se había frustrado, el iba a ese lugar para despejar
su mente pero en esos momentos no funcionaba, tenía grabado en su cerebro el nombre de Park
Jimin, su olor, su tacto, su voz, hasta cada pequeño movimiento que hacía, gruñó al solo pensar lo
que estaría haciendo, en si antes de él habían más alfas que lo hayan ayudado en sus celos, en si
esa linda piel había sido tocado por alguien más que no fuera él.

Salió corriendo de nuevo cruzándose con la gente de mal vivir que a pesar de ser extraños les tenía
algo de aprecio, les había dirigido la palabra en alguna oportunidad y ellos no lo habían criticado ni
apartado por su rango social, Algo que los demás harían. Corrió hasta llegar al edificio en donde
esta vez no saludó a nadie y solo se dirigió a su puerta de entrada, la abrió casi con torpeza, su alfa
estaba molesto, demasiado molesto y lo único que quería hacer era tener al pequeño omega
llamado Park Jimin entre sus brazos, pero como siempre, Yoongi no lo dejaría salirse con la suya y
al contrario se obligó a dormir por las malas, obligando a su lobo a olvidar por un momento el bello
rostro del menor.

Jimin, por otro lado, no se había levantado a las 5 de la mañana ni había ido a jugar un momento
fuera de su casa, él en cambio se encontraba envuelto en sábanas con la temperatura alta y
tiritando de frío, se sentía solo, necesitaba al mayor. El no haber completado el lazo lo tenía mal,
muy mal, su lobo no daba señales de vida y el humano cada vez se ponía peor por la ausencia de
su pareja.

Pero Jimin ni quería faltar, sabía que con solo ver a Yoongi se sentiría mejor, pues su corazoncito
se lo decía y le aconsejaba pararse de esa cama y salir como todo un triunfador, un triunfador con
fiebre, con las sábanas encima suyo y el reloj marcando las 6:30 de la mañana se metió al baño para
poder darse una ducha rápida pero con agua tibia.

Dejó las calentitas telas en el suelo dándose cuenta de porque sentía tanto frío, solo estaba con
unos boxers y su camiseta blanca, suspiró y sintió su cabeza doler, gimió bajito y se quitó la ropa,
dejó de pisar la tela y se metió a la ducha para después poner el agua caliente y sentirse un poquito
mejor. Su cuerpo estaba caliente pero por alguna razón el agua tibia le hacía despertar más,
después de enjuagarse salió sintiendo el frío golpearlo.

De pronto su madre entró a su cuarto pegando un grito al cielo, si mal escuchaba Jimin decía:
“¡¿Qué clase de habitación es esta?!”, se amarró la toalla en la cintura y agarró su ropa con las
sábanas para después salir del baño y tirarlas en la cama como si de una bolsa de papas se tratara.
Su madre estaba ahí con un pañuelo con agua fría y un poco de agua en un vaso, Jimin se había
estado quejando un poco hace unos minutos que su madre le ofreció ayuda.

—Llamaré a la escuela para justificar tu falta— dijo cuándo Jimin se echaba en su cama y sentía el
pañuelo frío en su frente haciéndolo cerrar sus manos y volverlas puños por el choque de
temperaturas tan drástico, sintió como el dolor disminuía un poco y como las gotas de agua fría se
escurrían del pañuelo.

—No es necesario mamá, te juro que no me pasará nada, yo necesito ir a la escuela— su madre
miró como su hijo cerraba los ojos relajándose un poco, se extrañó al escuchar esas palabras de
Jimin pero pensó que era por algún examen importante de ese día.

—De acuerdo, entonces vístete para que no llegues tarde— Jimin asintió y su madre se fue para
poder hacer el desayuno a su esposo, cerró la puerta con cuidado de no hacer mucho ruido, con
un suspiro el omega se sentó y dejó la toalla a un lado para poder sacar lo primero que viera en su
armario, no tenía ganas de escoger algo lindo.

Los minutos pasaron con un Jimin que parecía zombie, no hablaba, no cantaba, no era Jimin, solo
veía el café amargo encima de la mesa sin mirarlo en si, solo se había sumergido en sus
pensamientos por un momento, trataba de concentrase y poder sentir a su lobo, a su lindo lobo
feliz como siempre pero que ahora no corría ni ladraba, solo estaba ahí echado con la cola entre las
patas, suspiró por encima vez en la mañana y tomó de un solo trago el oscuro y amargo líquido que
en ese momento se le antojo delicioso y dulce.
Pero, ¿Por qué decidió tomar café si el aborrecía tal líquido? Pues creía que si lo tomaba el dolor de
cabeza y la flojera huirían de su cuerpo, se alisó la ropa con las manos antes de salir y agarró su
mochila para después abrir la puerta. El día no era tan lindo que digamos, todo estaba gris y
solitario, quizás se debía a la hora o al frío que hacia pero no le tomó importancia.

Su madre no había dicho ninguna palabra ya que sabía cuando guardar silencio, aunque su instinto
de madre le decía que algo no andaba bien prefirió no decir nada y esperaba que eso fuera lo mejor.

A Jimin no le apetecía tomar el bus, aunque de seguro le costaría más dinero se fue en taxi, no
quería hablar con nadie que no fuera Min Yoongi, eso, eso era, cada vez que pensaba en él su lobo
reaccionaba de manera diferente, levantaba las orejas y movía la cola que antes estaba escondida,
una sonrisa surcó sus labios haciendo que el día gris se viera un poco mejor.

Cuando llegó lo primero que hizo fue buscar a Yoongi, era temprano y esperaba que estuviera por
algún lado, rogaba a la madre Luna encontrarlo por algún lado y lo más rápido posible, caminó por
los pasillos hasta que su naricita sintió ese aroma que tanto añoraba, lo siguió casi con los ojos
cerrados pero no aguantó más, todo se iba nublando de poco a poco y sus piernas no respondían,
trató de dar un par de pasos más pero no lo logró, lo único que sintió fue el frío piso en su mejilla y
escuchó un grito lejano llamándolo.

Por alguna razón su lobo estaba desesperado por buscar al omega, aunque Yoongi no le hizo caso
en ningún momentos, igual sentía que algo estaba mal, salió del baño de la escuela escuchando
murmullos en todo el pasillo, todos hablaban del mocoso de Jungkook que, supuestamente, había
llevado a un omega a la enfermería.

—Los rumores son el pan de cada día— caminó hasta llegar a la cafetería y pedirse un café para
poder comenzar el día, cuando se giró con la taza en la mano vio como Jungkook se dirigía hacia él
con mucho enojo.

—¿Qué mierda le has hecho a Jimin?— eso bastó para poder darse cuenta de que el menor tenía
el olor a Jimin impregnado en todo su cuerpo, sus colmillos salieron y dejó la taza de café a un lado.

—Nada— dijo casi en un gruñido, acercándose a encarar al menor —¿En dónde está y por qué
diablos hueles a él? — sus manos estaban vueltas puños haciendo que sus nudillos se pusieran más
blancos, su sangre hervía y eso no era nada bueno, nada bueno para Jungkook.
—Primero, cálmate, segundo, está en la enfermería— el menor estaba asustado, el olor a enojo le
hacia temblar, aunque fuera un alfa el mayor era de mucho más alto rango que él —Se desmayó y
lo llevé allá— se excusó y apuntó hacia la puerta de salida al pasillo.

Solo bastó con esa seña para que Yoongi saliera corriendo de la cafetería empujando a quien se le
cruzara en el camino.

14
Yoongi paró abruptamente en la puerta de la enfermería ¿Por qué se había enojado tanto? ¿Por qué
estaba corriendo, gastando sus energías, por ese omega? ¿Por qué le había causado tanta rabia
oler su aroma en otra persona que no sea él? No sabía las respuestas a ninguna de esas preguntas
y no quería averiguarlo, ya que algo le decía que terminaría cambiando de opinión.

Tocó la puerta y una señora vestida de blanco y con muchas arrugas lo recibió con una sonrisa
simple, Yoongi por alguna razón no dijo nada y miró por detrás de la señora buscando al menor
pero lo único que vio fue una pared blanca en medio del cuarto.

—Usted es el alfa del lindo ñiño— Yoongi negó y su lobo sollozó de rabia y tristeza, la señora asintió
pero aún así dejó que pasara —Jimin no ha dejado de llamarlo, usted debe ser Yoongi, es más acaba
de levantarse cuando sintió que llegaba— apuntó con su cabeza a que pasara a la camilla que se
encontraba al otro lado de la pared y se fue cerrando la puerta.

—Yoongi— escuchó que lo llamaban y siguió el dulce aroma que lo llamaba, vio al menor tapado
con sábanas y con las mejillas rojas, el alfa se acercó haciendo que Jimin comenzara a inquietarse,
a moverse y terminara con las manos extendidas en el aire.

—Hola— se acercó y lo cargó sentándose el primero con el omega encima de sus piernas dejando
que este se escondiera en su cuello y pasara su naricita por toda la piel blanquecina del mayor.

No dijeron nada por unos minutos y se quedaron así, disfrutando de la cercanía del otro, aunque
Yoongi siguiera resistiéndose a caer en los encantos del omega se dejó llevar por aunque sea unos
minutos, unos minutos que fueron casi segundos para el gusto del mayor, pero una imagen se le
vino a la mente como un relámpago, alejó de un momento a otro al omega provocando que este
se quejara de la poca cercanía.

—Mhjt— se quejó mientras trataba de abrazar de nuevo al mayor, necesitaba de su aroma, de la


calma que le trasmitía, de la protección que le daba incondicionalmente pero algo estaba mal, el
aroma del alfa había cambiado ligeramente a uno más amargo que le provocaba angustia al menor
que por instinto pasó sus manos desde la espalda hasta la nuca del alfa.

Se sentó a horcajadas de Yoongi y se levantó un poco para que su cuello quedara a la altura del
rostro de este, se acercó más colocando la nariz del alfa en la unión de su cuello y hombro, aunque
el mayor se extrañara un poco por la repentina acción del omega pero después de inhalar el aroma
se sintió mejor y las imágenes en su cabeza desaparecieron, abrazó la cintura de Jimin y lo apegó a
él para poder absorber aún más su olor.

Se quedaron así, Yoongi abrazando la cintura de Jimin mientras olisqueaba el cuello de este, Jimin
rodeando la nuca de Yoongi mientras cerraba los ojos para poder transmitirle la mejor sensación y
tranquilizarlo por lo que sea que se haya puesto tenso. Nadie hubiera querido interrumpir esa linda
escena pero la campana estaba programada, cuando comenzó a sonar los dos chicos dieron un
pequeño saltito abrazándose más fuerte y Yoongi gruñendo por la interrupción.

—H-hyung— Jimin se volvió a sentar en las piernas del mayor quien poco a poco volvía en si, siendo
de nuevo el idiota que era y dejando de lado a su lobo. Se paró de la cama haciendo que el menor
también lo hiciera por obligación y para evitar caer, aunque para Yoongi solo había sido un simple
movimiento para Jimin ese simple movimiento significó muchas cosas, cosas que le dolieron a él y
a su lobo.

—Vamos que se hace tarde— salió de la enfermería sin decir nada más ni mirar a Jimin, quien se
sentía descolocado por el tremendo cambio de lo íntimo hacia lo abrupto que había sido el alfa,
tomó su mochila y se fue corriendo para poder alcanzar a Yoongi.

—Hyung, ¿Me puede llevar a mi salón?— trató de sonreír lo más sincero posible y tratar de sacar
algún tema de conversación, lo miró pensando en que él también lo haría pero en cambio Yoongi
se quedó mirando al frente casi ignorando al menor.

—¿No puedes ir solo?— escupió las palabras con frialdad, y Jimin se encogió en su sitio, se sintió
débil y por un segundo quiso desaparecer de la tierra, pero una persona vino a salvarlo.

—Yo te llevo, cariño— Seokjin había aparecido detrás de Jimin tomándolo del brazo y apegándolo
a él, miró a Yoongi con recelo y rabia, sabía que lo que Jimin estaba haciendo era por su inocencia,
había caído ante las seducciones del mayor y Jin lo haría entrar en razón.
Se lo llevó por otro lugar dejando a Min con una sonrisa perversa en el rostro, Namjoon los esperaba
en la puerta del salón que les tocaba a los mayores, saludó con la mano notando algo raro en su
omega.

—Tranquilo Jinnie— le dejó un casto beso en los labios haciendo que Jimin bajara la cabeza
sintiendo un poco de celos al ver a sus hyungs felices por su nuevo lazo mientras él estaba casi
sufriendo por el rechazo de Min Yoongi.

—Cariño, después hablaremos seriamente de la supuesta relación entre Min y tú, te veo en el
receso— entraron a su salón y Jimin decidió hacer lo mismo, las clases eran de... Trataba de... Ni
Jimin lo sabia, se había quedado mirando al profesor sin siquiera prestarle atención pero
disimulando su poca atención al profesor, solo escuchaba cuchicheos a lo lejos mientras él se
sumergía en su mundo en donde lo más importante era Min Yoongi.

Porque sí, ya lo había aceptado, estaba enamorado de Min, del estúpido alfa que lo tomó de perra,
al cual se entregó el día anterior sin rechistar, pero que más daba, su madre había estado feliz con
solo oler un nuevo aroma en él, estaba perdidamente enamorado del alfa. No supo cuando pero
ahora se encontraba escribiendo en su libreta, apuntando lo que el profesor escribía en el pizarrón,
agradeció a su mente por hacer aunque sea un poco de caso a la clase y continuó escribiendo.

Anotando las fechas de nacimiento de famosos escritores, sus obras más relevantes como también
las que tienen mejores críticas pero no son las más vendidas, separando géneros y organizándolos
por décadas, cada cosa le parecía más inservible que la anterior pero aún así no dijo nada y siguió
apuntando, tratando de no sentirse peor cada minuto que pasaba, pidió permiso para ir al baño y
salió casi corriendo por los pasillos para internarse en uno de los cubículos del baño.

Escuchó como alguien vomitaba en el cubículo que estaba a su costado y se cogió el estómago
mirando hacia él, él no estaba embarazado y nunca lo estaría a menos que Min Yoongi dejara de
jugar con él, sintió un poco de envidia por segunda vez y quiso nunca haber conocido a Yoongi.

Ahora estaba siendo llevado a una mesa alejada de la cafetería, Jin no se quedaría callado esta vez,
diría todo lo sabía de ese idiota para que no le hiciera daño al lindo chico que había logrado seducir.

—Primero lo primero, ¿Qué fue eso?— preguntó a Jimin quien levantó los hombros restándole
importancia a la situación —bien, mira, Jimin, Yoongi no es un buen alfa, Namjoonnie lo conoce
bien y fue capaz de verlo como es en realidad, él no quiere a omegas para formar una familia y ser
felices, y lo sabes, él quiere omegas para poder satisfacer sus deseos sexuales— Nam rió por lo
culto que podía llegar a ser su omega así que decidió interrumpir.

—Jimin, Yoongi solo te quiere para sexo y lo sabes, creo que eres el omega número 56 que lleva a
su cama según mis cálculos, se ha cogido a todos los omegas y a las omegas de aquí, claro a mi
Jinnie no, porque si lo hace...— Jin le tapó la boca con su mano y lo miró con cara de pocos amigos,
después de que su alfa entendiera la indirecta se quedó callado.

—Es todo cierto pero también hay algo que me parece raro, en la mañana lo vi corriendo hasta la
enfermería en donde se supone que estabas tú, él nunca haría eso por un omega, ¿Hay algo que
no sé?— Jimin sabía el porqué de su desesperación por tenerlo cerca y de porqué quizás Yoongi lo
haya ido a ver.

—Jin-hyung, creo que Yoongi es mi pareja predestinada— bajó la mirada hacia sus manos —no sé
que hacer— Jin y Nam se quedaron sorprendidos por la fuerte confesión del menor.

Jimin había llegado a esa conclusión gracias a que la noche anterior se quedó pensando en porque
tenía tanta necesidad de estar al lado de Yoongi, su omega había dicho que Min era su alfa sin
siquiera haber estado en celo, también había oído a Yoongi decir “mío” la primera vez que tuvieron
su primer acercamiento, si no era eso entonces no sabía que era. Los nervios le recorrían por todo
el cuerpo cuando vio a Yoongi a lo lejos llamarlo con la mano, se encontraba parado en la puerta
de la cafetería tal y como lo había visto en la mañana, sabia que el mayor solo jugaba con él pero
que más daba, sería capaz de todo con tal de pasar tiempo con Min.

15
—Hyung, yo no creo que Yoongi sea tan malo— defendió Jimin al alfa que lo estaba llamando, dejó
de mirar al rubio y continuó con la conversación con sus hyungs.

—Claro, es tu pareja predestinada, como te pueden decir esto— se agarró el puente de la nariz
lamentándose en lo que había dicho —si quieres estar con él no hay problema pero si es que te
hace daño tendrás que aguantarte, tú solo te estas metiendo con ese patán, idiota, estupido— iba
a seguir continuando pero notó que Jimin le estaba gruñendo enseñando sus colmillos —Tranquilo,
te dejaré tranquilo, quizas tienes razón y no es tan malo como pinta, pero ten mucho cuidado—
Jimin asintió y se paró de la silla para ir corriendo a los brazos del alfa.
Pasó entre las mesas y personas que llevaban sus bandejas en manos, hasta llegar al frente de
Yoongi en donde su lobo comenzó a mover ligeramente la cola y levantar las orejas. Yoongi no lo
dijera, y jamás lo aceptara, la sola presencia del menor le había dado mucha alegría.

—¿Qué carajos te dijeron esa pareja?— apuntó con la cabeza hacia la mesa de al fondo, Jimin solo
negó con la cabeza mientras trataba de acercarse más, solo quería que el mayor lo atrapara entre
sus brazos y poder respirar su fresco aroma, pero sabía que no podía al menos de que quisiera
acabar tirado en el piso.

—No me dijeron nada— Yoongi asintió y tomó de la mano a Jimin, este casi cree que lo hizo con
un poco de amor pero tal cosa no existía en el mayor, lo jaló hasta llegar a un salón desolado del
otro lado del edificio en donde estaba prohibido el paso de los alumnos o de cualquier persona que
no este autorizada.

Pero como siempre a Yoongi le valió verga lo que decía en el cartel de una de las puertas y entró
con el menor cerrando la puerta con seguro, se acercó peligrosamente a Jimin y este no se pudo
contener, quería respuestas después de lo que Jin le había dicho, quería escuchar que todo era
mentira y que solo era una leyenda de la escuela.

—¿Por qué no me marcaste ayer?— dijo al borde las lágrimas —¿Acaso juegas conmigo?— se sintió
débil bajo la mirada molesta del alfa, sentía como su lobo se escondía entre sus patas con la mirada
baja en pura sumisión.

—Acaso crees que me vincularía con alguien como tú— lo miró despectivamente de abajo hacia
arriba —no necesito un omega y creo que eso ya te quedó claro en la pequeña nota que te di— se
acercaba cada vez más —no quiero cachorros, no quiero lazos, no quiero compromisos, solo
quiero sexo con quien yo quiera y ahora esa persona eres tú — lo atrapó contra la pared y comenzó
a besarlo.

Jimin se sentía una mierda, no debió haber abierto la boca en ningún momento, por su majadería
ahora se sentía horrible y su lobo estaba deprimido, se removió entre el beso y logró safarce del
agarre, gateó por el piso ya que se agachó para poder escapar, abrió la puerta con un poco de
dificultad y quiso salirdificultad pero unas pocas letras lo detuvieron .

—Detente— vociferó Yoongi atrás suyo, casi rozándole la piel con la boca, no supo cuando pero
ahora estaba contra la pared y con las piernas en las caderas del mayor, restregandose en busca
de más contacto y con su entrada empapada de lubricante natural.
Min bajó su pantalones y boxers dejándolos a mitad de sus muslos haciendo lo mismo con los del
omega, estaba desesperado por follárselo en ese mismo momento, Jimin seguía removiéndose
incómodo, pero igual se dejaría hacer.

Sintió como la punta del miembro del mayor se hacia espacio en su apretado ano causándole un
ardor inmenso, se quejó pero rápidamente fue callado por la fría mano del alfa haciendo que pegara
su cabeza a la pared y cerrando los ojos para poder concentrarse en el placer que estaba por sentir.
Yoongi metió su miembro de una sola estocada haciendo que Jimin ahoraga un grito en su
garganta, se movió más rápido sacándole lágrimas de los ojos al omega.

—Carajo, sacaré mi mano pero no grites— Jimin asintió casi derrotado sintiendo como la mano
venosa se iba de su boca para bajar hasta sus caderas y ayudar con las embestidas salvajes, mordió
su labio inferior para acallar sus gemidos y gritos.

Yoongi estaba por correrse y no quería dejar anudado al menor ya que eso ameritaba mínimo 10
minutos para que su nudo de deshinchara por completo, siguió con los movimientos sin importarle
en si Jimin lo estaba disfrutando o no, cuando estuvo a punto de alcanzar el climax salió de la
entrada del menor soltándolo suavemente pata que este se arrodillara en el suelo con el rostro
hacia arriba, se masturbó con una mano metiendo su glande en la boca del omega, siguió con el
movimiento hasta que las tiras de semen salieron disparadas en la boca, paladar y garganta del que
estaba arrodillado.

Se subió los pantalones mirando a Jimin con una sonrisa lasciva por su reciente orgasmo, noblo
ayudó ni le dio las gracias, solo se fue dejándolo tirado en el suelo con la mirada clavada en el piso
y sin ganas de levantarse, Jimin se sentía un juguete manejado por su mismísima pareja
predestinada, porque de todo el mundo tuvo que ser él.

Ayudándose de la pared, se levantó como pudo y se subió los pantalones decidido a irse de la
escuela y estar en su casa, hace días que no hablaba con Tae y él tampoco le escribía mensajes,
salió de ese cuarto apartado y salió del edificio cuidando que nadie lo vea. No quiso tomar un carro
y menos el bus, caminó hasta su casa llegando casi exhausto pero con la mente más despejada, ya
no iría a la escuela hasta que se recupere y olvide a Yoongi, quizás sean días, semanas, o meses
pero no importaba, si esa persona le hacía mal él se alejaría lo más que pudiera de él.

Abrió su mochila sacando las llaves de la casa, abrió la puerta y encontró el televisor prendido y
algunas maletas en la sala, pensó lo peor, sus tías debían de haber venido pero la visita era distinta.
—TaeTae— dijo al ver a su amigo salir de la cocina con un vaso de agua —Hobi-hyung— justo
detrás de él estaba un chico más alto que era un amigo de los dos, se acercó lo más rápido que
pudo a su ahora pelirrojo amigo y lo abrazó con fuerza, las lágrimas salieron en un segundo
preocupando a su amigo.

—Tranquilo Jiminnie, ya estoy aquí— acarició la espalda de Jimin logrando calmarlo un poco y hacer
que lo mire en busca de una explicación —¿Por qué lloras?—

—Tae, y-yo, te tengo que contar muchas cosas— Taehyung asintió y miró al chico que estaba
detrás de él con la mirada sorprendida, le dijo con la mirada que esperara un momento y este no se
negó —Vamos—

16
Yoongi se había ido de la habitación con miedo y rabia, él no quería ser así pero su parte humana
siempre ganaba a lo que decía su lobo, nunca podría conseguir una pareja pero ¿Quién quiere a una
pareja? La pareja solo es un estorbo, un desgasto de energías y tiempo, solo te aman por ser tú
mismo y están dispuestas a todo por ti, te cuidan todo el tiempo, te hacen sonreír hasta en el peor
momento, te acompañan en las buenas y en las malas sin protestar, son un complemento para tu
vida, ¿Quién quiere una pareja? Yoongi.

Siguió caminando por los pasillos sin mirar atrás porque su lobo se deprimiría más de lo que estaba,
siguió caminando arrastrando los pies por el suelo y entró a su salón atrayendo todas las miradas
que después fueron puestas en lo que el maestro escribía en el pizarrón, Namjoon y su pareja no
desviaron la mirada y lo siguieron con esta hasta que se sentó en su silla al costado de la ventana.

Yoongi miró hacia afuera dándose cuenta de que un lindo cuerpo esbelto con los mismos cabellos
que Jimin caminaba con la cabeza gacha, era Jimin, su Jimin, aunque su lobo estuviera deprimido
sacó todas sus fuerzas para poder dominar por primera vez a su humano, los ojos de Yoongi
miraron con recelo a su lindo omega irse desolado, salió del salón con fuertes pasos azotando la
puerta, bajó las escaleras rápido hasta llegar a la entrada de la escuela por donde salió casi
corriendo.

Yoongi había sido dominado por su lobo y este se sentía muy bien, desde la presentación del chico
nunca había salido a flote por ordenes del humano, pero ahora ya no lo haría, caminó siguiendo el
dulce aroma a vainilla que a lo lejos transmitía tristeza, gruñó por haber dejado que todo eso pasara
y que no haya hecho nada, ahora haría que Yoongi sufriera como Jimin y su lindo lobo lo había
hecho en estos días.
Cuando llegó al hogar de Jimin tocó la puerta lo más fuerte que pudo gritando "Jimin" mientras lo
hacía, esperó unos segundos hasta que le abrió otro alfa, se le salieron los colmillos en un instante,
estaba siendo completamente territorial, ese alfa lo miró extrañado por lo que estaba haciendo, él
solo había ido a visitar al amigo de su omega.

-¿Hola?- saludó, no, preguntó Hoseok dando un paso hacia atrás, Yoongi no dejaba de mirar serio a
los ojos del otro alfa tratándolo como una amenaza.

-¡Hobi hyung!- ese era Jimin gritando desde su habitación y Yoongi no esperó mucho para empujarlo
a un lado y entrar de como si su casa se tratara, caminó por el camino que había memorizado la
primera vez que entró encontrándose la puerta del menor entreabierta.

-Jimin, ven- habló ni bien abrió la puerta encontrándose al omega envuelto en sábanas con la punta
de su naricita roja y sus ojos llorosos, se le partió el corazón al verlo así y fue corriendo a abrazarlo,
de seguro la parte humana de Yoongi jamás haría eso en su vida pero ahora era el lobo quien
actuaba y él quería darle lo mejor al tierno omega.

Park se quedó con la boca abierto por tan repentino acto de parte del mayor pero igual
correspondió el abrazo, sentía la presencia del lobo del contrario a flor de piel y sabía que era el alfa
de Yoongi quien lo abrazaba, este lo cargo estilo princesa y lo llevó a otro cuarto para que nadie los
vea.

Cuando estuvo solo con Jimin en el cuarto que parecía era de invitados, cerró la puerta con seguro
y se dirigió hasta el cuerpo que había dejado encima de la cama y que en estos momentos estaba
sonriendo tiernamente ante la actitud posesiva del mayor. Yoongi se sentó en el borde de la cama
y le acarició el rostro al más bajito, provocando que este por instinto ladeara la cabeza para sentir
mejor las caricias en su cara.

-Conviertete Jimin, quiero ver a mi lindo omega- le pidió con cierta tristeza en sus ojos, pero el
menor negó muy despacio y se subió al regazo de Min para poder seguir recibiendo mimos de su
alfa.

-No, no quiero que después de convertirme y volver a mi forma humana de nuevo me dejes,
estemos así por un momento más, por favor- sus manitos estaban hechas puños en el pecho del
mayor quien lo había abrazado por la cintura apegándolo más a él.
-Te prometo que después de esto Yoongi habrá entrado en razón, él no quiere tener un omega por
miedo- hablaba en voz baja para que solo Jimin lo escuchara, tampoco es como si se necesitara de
gritar para que lo pueda escuchar.

-¿Miedo de qué?- se atrevió a preguntar el omega mientras que escondía su rostro en el cuello del
mayor relajándose él y su lobo, al fin lo que había querido de ese alfa estaba pasando y no lo podía
creer.

-Cachorro- lo llamó haciendo que Jimin suspirara por como lo había llamado, esa palabra salía tan
dulce de los labios de Yoongi que le dolería si no lo volviera a llamar así -Eso es algo que yo no te
puedo contar con exactitud, cuando Yoongi este listo y se te declare te lo dirá- lo miró con amor
en los ojos casi pensando de que era un sueño y nunca había encontrado a su pareja predestinada.

-¿Me ama?- algo de esperanza había en sus ojos que le causó ternura al alfa, de eso estaba seguro,
Yoongi lo amaba con locura y con cada parte de su ser.

-No hay cosas que más ame en el mundo, cachorro- le dijo con una sonrisa en su rostro -déjame ver
a mi omega, después todo se arreglará, te lo prometo, a Yoongi se le hará muy difícil separarse de
ti y sufrirá por su terquedad, tenlo por seguro- dejó a Jimin en la cama para que este e pudiera
convertir en el precioso lobo que se imaginaba que era.

De pronto, los pies descalzos del menor se convirtieron en patas al igual que sus manos, por solo
eso se veía ya que estaba tapado con las sábanas de su cama, Yoongi se acercó y las quitó de
encima viendo al ser más maravilloso del mundo: pelaje blanco como la nieve y con ojos azules al
igual que el cielo, los dientes blancos bien afilados propios de la adolescencia y su cola se movía
juguetona de un lado a otro, el pequeño lobito estaba feliz de poder ser aceptado aunque sea por
el lobo del mayor.

-Eres hermoso- Yoongi hizo lo propio convirtiéndose en un lobo grande, mucho más grande que el
menor, com pelaje negro y patas toscas que podrían romperte un hueso, sus dientes grandes y
afilados, listos para atacar a quien quiera y cuando quiera, postura dominante que causaba miedo
a simple vista, tan rudo como lo era su humano.

Era todo lo contrario a Jimin, que era juguetón y tierno, tan apapachable y besable, con postura
elegante pero un poco amistosa, tan lindo que te dan ganas de protegerlo. El lobo de Yoongi se
echó en el suelo estirando su pata para ponerla a un costado de él llamando al lobo blanco que aún
seguía en la cama, este hizo caso bajando rápidamente y tirándose encima del más grande, sacó
su lengua y comenzó a lamer todo el pelaje del mayor mientras movía la cola como loco.
Después de que el mayor lograra calmar al lobito juguetón lo abrazó y se quedaron dormidos por
un momento, cada uno impregnándose el olor ajeno para que nadie más se acerque, los ojistos del
menor se abrieron y estiró sus patas para después comenzar a jadear, tenía sed y hambre, rodó en
el suelo quedando en el pecho del mayor comenzando a golpearlo levemente con su naricita
haciendo que se levantara.

Jimin se convirtió en humano quedando desnudo entre las patas del lobo y sonriendo por lo
calentito que estaba. Yoongi también se convirtió quedando igual que el menor, lo tomó en brazos
y besó su frente para después bajar hasta los labios del menor, los besó con ternura por unos
segundos. Después de levantarse y ponerse sus ropas salieron y el mayor gruñó al oler el aroma de
otro alfa en su territorio.

-Solo es Hobi, el alfa de mi amigo Taehyung, no tienes que preocuparte- Yoongi asintió pero seguía
un poco incómodo por el olor de otro alfa que no sea él ni el padre del menor.

-Me tengo que ir cachorro, prométeme que no dejaras que lo que diga el patán de mi humano te
haga daño- le dio un beso en la frente -solo tiene miedo, lo haré entrar en razón y haré que pague
lo que hizo- lo abrazó fuertemente implorando a la madre luna que su plan de frutos.

-No lo haré, gracias alfa- le dijo volviéndose un tomatito por lo que había dicho -y-yo... l-lo siento-
no sabía en donde esconderse pero Yoongi le sonrió haciendo que este tambien lo hiciera.

-Me encanta que me digas así- dejó un beso en los labios para después salir corriendo por la puerta
y salir de la casa de su omega.

-No me digas que ese chico es del quien me hablaste- Tae se encontraba en el sofá con Hoseok
durmiendo con su cabeza en las piernas del menor -porque empiezo a creer que eres un mentiroso-
Jimin solo pudo negar con su cabeza y manos para después sentarse al lado de su amigo y ver
como este acariciaba los cabellos de su alfa relajándolo más.

Pronto estaría así.

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Pronto estaría así, solo era cuestión de esperar a que le lobo de Yoongi lo hiciera entrar en razón,
suspiró y dejó que su mente haga lo que quisiera por unos segundos, ya se había imaginado con
dos cachorros jugando por toda la casa mientras que él recibía un beso de Yoongi quien había
llegado de trabajar; todo sería tan lindo.
—Sí, era él pero no como es en realidad, era su lobo, el humano en si es más idiota— frunció su
ceño dándole ternura a su amigo —ojala que cumpla con lo que dijo— cruzó sus brazos en su
estómago mientras que pensaba en que hacer hasta que su madre llegue.

—Bueno, ustedes dos pasaron mucho tiempo allí dentro así que es mejor que ordenes todo, mi tía
llegara en unas horas— Jimin solo gruñó viendo como Hoseok se levantaba y sonreía, ese alfa traía
loco a su amigo.

—Yo lo ayudo— se paró rápidamente para después darle un beso a su omega e ir a la habitación
de invitados junto a Jimin —perdón pero no pude evitar escuchar su conversación— el menor lo
miró confundido, si mal no recordaba en esa conversación no había dicho casi nada —escuché
detrás de la puerta cuando Tae y tú hablaban— se explicó aún mejor.

—¡Hoseok hyung!— golpeó su hombro pero después se arrepintió ya que claramente un alfa era
mucho más fuerte que un omega, pero se dio cuenta de que Hoseok no era así.

—Sí, lo sé, pero es que tener a Tae transmitiéndome su angustia no es nada bonito— se excusó
como pudo Mié tras entraban en la habitación, las sábanas estaban desordenadas y el olor fresco
del alfa inundaba todo el cuarto —yo te diría que cuando estén solo y se ponga dificilongo te tomes
un afrodisiaco— Jimin dejó de sacudir las sábanas para mirarlo con curiosidad.

—¿Qué es eso, hyung?— Hoseok soltó una risita, se sentó en la cama y palmeó a su costado para
que el menor se sentara.

—El afrodisiaco puede venir en forma de pastilla o en jarabe, eso hace que te de una especie de
celo pero por el tiempo que quieras, si lo haces quizás a Yoongi se le prenda el foquito y haga lo
que debió hacer— alzó los hombros restándole importancia a tal asunto muy delicado para Jimin.

—¡Hobi hyung! Que cosas está diciendo, y-yo no haría eso— se cubrió las mejillas con las manos
para no dejar a la vista su sonrojo, miró con el ceño fruncido a su mayor y siguió ordenando.

Hoseok abrió las ventanas para que el olor se vaya, barrieron para recoger los pelos de lobo que
hayan quedado en el piso y cerraron la habitación. Salieron y Taehyung estaba viendo televisión
mientras esperaba a los que limpiaban el cuarto en donde se quedarían.

—¿Terminaron?— habló mientras se paraba del sofá e iba a darle una abrazo a su alfa.
—Sí TaeTae, ya está todo limpio— dijo Jimin un poco cansado y con ganas de irse a su cuarto a
dormir.

—Vamos Hobi, tengo mucho sueño y quiero echarme contigo— dijo Tae con un pucherito en los
labios mientras jalaba la manga de la camisa de su novio y este jalaba las maletas.

—¿Nos hiciste limpiar porque tú dormiras ahí?— Jimin estaba empezando a enojarse —¡De esta no
te salvas Kim Taehyung!— la pareja ya se había echado a correr hacia la habitación de invitados y el
menor ya no pudo alcanzarlos —Mañana verán, se los juro— bostezó y se fue a su cuarto en donde
vio las pastillas que Yoongi le había dado.

Se sentó en su cama con la cajita en la mano mirando atentamente una de las pastillas, no sabía
hasta que punto llegaría Yoongi para no crear lazos, se quedó pensando en por qué el alfa tenía
miedo a marcar a un omega, él no le iba a hacer nada, solo lo iba a amar para siempre y cuidarlo.

Miró la hora, eran las 8:34, su madre llegaría en cualquier momento y tenía que preparar la comida
aunque sea, se paró y cambió su ropa a una más cómoda para andar en la casa sin tener que hacer
mucho esfuerzo, calentó un poco de comida y alistó la mesa para que su madre y él pudieran
comer.

Se escuchó algunas llaves entrar en el picaporte, supo que era su madre ya que el auto aún seguía
con las luces prendidas y se reflejaban por la ventana, sonrió, después de lo que había pasado y lo
que le había prometido el alfa que tanto quería, su lobo había salido después de tiempo ya que solo
se convertía cuando jugaba con Tae, se sentía bien y feliz.

—Cariño, que bien huele, ya lo sé, yo lo cocine— Jimin rió y dejó un beso en la mejilla de su madre
llevándola a la mesa para que se siente.

Trajo los platos y los dejó en cada sitio, continuaron la cena contándose el día de cada uno, claro
Jimin no dijo nada de lo que había pasado en la escuela y solo contó lo de su amigo TaeTae y su
pareja quienes se encontraban en la habitación de invitados. Su madre estaba emocionada, su alfa
le iba a dar un regalo y sabía que cada vez que le daba uno siempre era diferente al anterior.

—No quiero hermanos, mamá— dijo Jimin yéndose a su habitación y dejar a su progenitora con
una gran sonrisa en los labios, cerro su puerta y vio el reloj por segunda vez en la noche —Diablos
la pastilla— si no llegaba rápido a su habitación se le iba a pasar la hora.
Tomó la pastilla rápido, esta sería parte de su vida diaria a partir de ese día, dejó la cajita en su mesita
y se tiró en la cama con pereza. Su teléfono empezó a sonar, una llamada de un desconocido
aparecía en la pantalla.

—¿Hola?— respondió con un poco de sueño, pero mañana no tenía que levantarse temprano y
ahora tenía una buena excusa: su amigo. La llegada repentina de su mejor amigo le daría la excusa
perfecta para faltar algunos días a la escuela.

—Hola cachorro— con solo escuchar esa palabra supo que era el alfa de Yoongi quien llamaba,
¿Cómo había conseguido su número? Eso no importaba ahora.

—Yoongi hyung— sus ojos se cerraron para poder escuchar mucho mejor la voz de su mayor y que
esta se quedara grabada en su mente.

—Sí, Yoongi sigue un poco terco pero está entrando en razón más rápido de lo que pensaba,
necesito que mañana no vayas a la escuela por más que quiera verte— escuchó como este
caminaba por todo el departamento.

—De acuerdo hyung— sonrió al escuchar que Yoongi puede que lo ame, se sentía muy bien tan
bien que hasta podría contagiar al que se cruce por su puerta.

—Recuerdas a ese alfa que estaba en tu casa, no recuerdo su nombre— un gruñido se le escapó a
Yoongi haciendo reír bajito al menor —tienes que pedirle ayuda, solo necesitas una polera de él,
cuando tengas a Yoongi cerca el puede que se ponga celoso, y si lo hace estaríamos avanzando—
Jimin se sentía muy bien e importante.

—Sí hyung— todo parecía un sueño, el propio lobo se Yoongi estaba ayudando, algo muy raro ya
que puede que Yoongi lo sepa —Hyung, ¿Yoongi humano no se acordara de esto?— preguntó
curioso el menor haciendo notar su emoción.

—Tranquilo cachorro, creo que no recordará nada— adoraba ese apodo con su vida, se acomodo
más en su cama sintiéndose muy bien —de seguro mañana ira a tu casa con alguna excusa tonta
solo para verte, así que esperalo— asintió con la cabeza dándose cuenta de que se estaba
quedando dormido de solo escuchar la voz tan relajante del mayor.

—Sí, hyung— se le escapó un bostezo el cual trató de disimular —lo esperaré mañana— sonrió al
escuchar como suspiraba el contrario que de seguro se había recostado también en la cama.
—Buenas noches, cachorro, duerme muy bien— Jimin alistó su voz para despedirse ya que por el
sueño esta se estaba volviendo un poquito más ronca de lo normal.

—Hasta mañana, hyung— esperó que colgara pero no lo hizo, pasaron un par de segundos hasta
que escuchó de nuevo la voz gruesa del mayor.

—Te amo, cachorro— esas tres palabras habían bastado para que tapara el celular con sus mano
y volteara rápidamente escondiendo su cara en la almohada soltando un gritito de emoción.

—Yo también lo amo, hyung— sin más que decir colgaron y Jimin quiso dormir pero la pequeña
oración, tan solo una oración, tres palabras, seis sílabas, trece letras, seis vocales y siete
consonantes, solo eso había formado algo muy grande en su corazoncito que ya estaba preparado
para recibir el amor de Yoongi.

Guardó el número de Yoongi en sus contactos para después apagar el teléfono y dejarlo en su
mesita al costado de su lámpara.

Cerró los ojos pero la luz le molestaba así que se paró arrepintiéndose de no haberla apagado en
un principio ya que el piso en ese momento estaba muy frío, corrió hacia el interruptor en puntitas
regresando en saltitos hacia su cama, su cuarto estaba totalmente oscuro mientras que por la
ventana se colaba una pequeña luz producto del brillo de la madre Luna.

Sonrió y cerró sus ojitos comenzando a contar algunas ovejas para poder dormir lo más rápido
posible, después de llegar a la oveja 43 se durmió, quedando tapadito hasta la cabeza.

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Yoongi ya había vuelto en sí, estaba regañando a su lobo por ese comportamiento tan inadecuado,
hace años su su lobo no salía sin su permiso haciéndole como perder un poco la conciencia, cuando
Yoongi volvió a ser Yoongi se sintió un poco más libre de lo normal pero seguía sin entender lo que
su desobediente lobo había hecho.

-¿En qué estabas pensando?- habló en voz alta solo en su cuarto, el aroma del pequeño omega
seguía en su cuerpo sin saber porqué -¿Acaso querías marcar al omega sin mi consentimiento?- se
sentó en su cama mientras que trataba de recordar todo lo que había hecho su lobo.

"Sabes que lo amamos más que a nada en el mundo, él cachorro también te ama y esta dispuesto a
esperarte en tu terquedad"
-Yo no puedo emparejarme con un omega, ellos solo te dan más responsabilidades, te estorban-
frunció su ceño mientras sus manos se cerraban formando puños, un gruñido gutural se escuchó
en la habitación -mi padre confirma lo que digo, por eso es que mi madre fue obligada a ser
independiente- un par de recuerdos se formaron en su cabeza logrando enternecer el corazón del
pálido.

"Ni tú mismo te lo crees Yoongi, tú lo amas pero no lo aceptas y eso lo mata más, el lindo cachorro quiere
estar contigo, los omegas son complementos, no responsabilidades inútiles ni estorbos, pero ya verás,
si no quieres entender por las buenas, lo entenderás por las malas. Ese hermoso omega algún día se
cansara y estará con un alfa que lo ame, lo marque y sea capaz de darle los lindos cachorritos que quiera,
algo que por tu terquedad no podrás hacer"

-Cállate- sus ojos se hacían más oscuros al ver que su lobo intentaba hacerle recordar lo que había
pensado en la mañana cuando estaba en la cancha de basquet, de solo imaginarse a Jimin con otro
alfa le hacia sacar sus instintos más profundos, casi primarios. Cerró sus ojos para poder quedar en
oscuridad y canalizar sus pensamientos.

"Sabes que es cierto, quizás me dijo que te esperaría pero puede que mañana o en poco tiempo un alfa
más inteligente que tú venga y lo corteje, no lo use como objeto sexual, lo quiera como nada en el mundo
y le de lo que quiere."

-Pues que lo haga, a mi no me afecta en nada, es su vida y puede meterse con quien le de la gana,
lo único que yo haré es escribir su nombre en mi listas de perras que pasaron por mis brazos- sonrió
sinicamente y pensó que había ganado en la pequeña pelea que estaba teniendo con su lobo, el
que creía haber amaestrado a la perfección.

"Pues otro quizás también escriba su nombre al igual que tú, su delicioso olor es muy fuerte y llama la
atención de todos los alfas, de la misma manera en que te llamó la atención a ti"

Al lobo le había dolido mucho decir algunas palabras pero era muy necesario hacerlo, decirlo,
hacerle entender de lo que estaba ignorando en estos días, aunque fuera muy rápido y muy poco
su conocimiento del uno al otro pero eso no importaba, sus almas estaban destinadas a
complementarse y no importaba el tiempo, el lugar, la forma en que se conocieran, siempre y
cuando terminaran juntos, justo como deberían de estar.

Yoongi se rindió por primera vez ante su lobo, se echó en su cama mirando el techo con mucho
interés, más de lo que era necesario, se sumergió en una piscina de pensamientos internos sobre
como había sido su vida, en como sería en un futuro y pasó... Pensó lo que no quería pensar en
todos esos años en que evitaba emparejarse con alguien.

Jimin se levantó con una sonrisa en los labios y con un olor que transmitía pura felicidad, el día
estaba gris pero para él cachorro era el más lindo día de su vida, el día anterior había sido tan bueno
para él, se sentía con ganas de hacer muchas cosas en la casa ya que no iría a la escuela por órdenes
de su alfa, su alfa, se sentía tan bien decirlo que al momento de pensarlo dio un pequeño salto de
alegría, se había levantado más temprano que antes, listo para poder preparar un rico desayuno
para sus padres y amigos.

Ingresó a su cuarto de baño para poder asearse lo suficiente, se lavó los dientes mientras tarareaba
una canción, se lavó el rostro y secó con una toalla pequeña, sonrió frente al espejo viendo su rostro
más iluminado que otros días. Bajó las escaleras hacia la cocina, aún en pijamas, se acercó a la estufa
y encendió una hornilla, puso encima una sartén a calentar con un poco de aceite para poder freír
huevos para su familia.

Prendió la cafetera sabiendo que todos, menos él, tomaban café cargado, separó 5 huevos a un
costado listos para ser cocinados, reventó uno encima de la sartén y esperó unos minutos a que se
friera por los dos lados, hizo lo mismo con los restantes y los puso en platos pequeños, la esencia
de café ya estaba en la pequeña jarra y la sirvió en 4 tazas diferentes cerciorándose de servir la
cantidad correcta, aumentó agua caliente en cada taza y en una adicional en la cual pondría leche
para él.

Alistó todo, los platos y las tazas en cada lugar de la mesa, posicionó los complementos en medio.
Se podía oler la alegría que emanaba el lindo omega que preparaba el desayuno, cuando todo
estuvo listo sonrió para sí mismo y subió las escaleras para dirigirse al cuarto de sus padres, cuando
estuvo frente a la puerta de ellos tocó no tan fuerte y se sorprendió cuando su padre salió ya listo
con su traje para el trabajo, pulcro, elegante, como un alfa dominante.

-Papá, les hice el desayuno, ¿Podrían bajar?- dijo con una sonrisa en el rostro, su padre mostró
confusión al oler el aroma más dulce de lo normal de su hijo.

-Que sorpresa, hijo, ¿Qué te tiene tan feliz?- trató de indagar mientras entraban al cuarto viendo a
su madre con una toalla envuelta en el cuerpo mientras salía del baño, esta sonrió y comenzó a
secarse el cabello.
-Que bien hueles, cariño- miró con extrañeza a su hijo -¿Cómo piensas atender a Taehyung y a su
pareja?- dejo pasar el hecho de que su hijo estuviera del mejor ánimo posible y siguió alistándose
mientras que el alfa se hacia el nudo de la corbata.

-No iré a la escuela hoy, ni mañana- dijo lo último en voz más baja de lo que había querido -tengo
que recibir a Tae como se debe- trató de excusarse ya que su madre y padre habían volteado verlo
con cara muy seria.

-Cariño, recién esta empezando el semestre y ¿Quieres faltar solo por eso?- su madre negó un par
de veces y miró a su alfa con algo de enojo -yo te diría que no faltaras pero necesito ayuda en la
casa- volteó hacia el espejo dejando la conversación a su esposo.

-Si quieres quedarte en casa lo harás pero solo hoy, ni un día más, pero con la única condición es
que me saques todas las cosas de las cajas que siguen en la sala de estar- Jimin sonrió, su día estaba
saliendo de maravilla -también quiero que me limpies toda la casa y que vayas a hacer las compras,
tus amigos tienen que comer algo y tu madre solo compró para tres personas- sacó su cartera del
bolsillo trasero de su pantalón negro, Jimin vio que sacaba dinero suficiente para comprar muchas
cosas.

Se lo entregó y Jimin asintió mientras se retiraba con la excusa de que iría a levantar a Tae y Hoseok,
bajó las escaleras dirigiéndose al cuarto de invitados con mucho cuidado de dejar el dinero en
donde podría verlo después, caminó dando pequeños saltitos y mientras se acercaba la puerta del
cuarto se abrió saliendo Taehyung muy despeinado junto con Hoseok abrazándolo por detrás.

-Jiminnie, ¿Qué haces aquí?- preguntó Tae mientras sonreía con su alfa tomándolo de la mano.

-Buenos días TaeTae, buenos días Hobi hyung- saludó mientras se acercaba un poco más -preparé
el desayuno, vengan- los tomó de la mano viendo como estos miraban extrañados al omega que
desprendía un olor tranquilizante y que los ponían de buen humor.

-Que milagro ChimChim- rieron y se sentaron en las sillas restantes mientras saludaban a los padres
de Jimin y agradecían de mil maneras la estadía en la casa de los Park, aprovechando que su madre
y padre estaban conversando con Taehyung sobre la familia del último Jimin llamó en voz baja
Hoseok.

-Hyung, ¿Podría prestarme una de sus suéteres?- la mirada de Hoseok era de pura confusión -creo
que después le explico- sonrió continuó tomando el rico desayuno que había preparado.
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-Entonces ¿Necesitas de mi ropa para sacarle celos a Yoongi Gruñón Min?- dijo Hoseok quien estaba
sentado junto con Jimin en el sofá mientras que Tae buscaba algo para brigarse e ir de compras al
supermercado.

-No le diga así, hyung- mostró un lindo pucherito -y, sí, puede prestarme uno de sus suéteres,
prometo cuidarlo mucho, solo lo usaré un día o quizás dos- jugaba con sus manitos mientras
explicaba lo que tardaría su pequeño plan junto con el lobo de su alfa.

-Esta bien Jimin, ¿Pero sabes que más puede ayudar?- le sonrió mientras que Tae venía con un
abrigo y un gorrito muy lindo en su cabello -mañana te llevaré a la escuela yo mismo, ahí veremos
que hacemos- se paró y le dio un beso a Taehyung mientras que invitaba a Jimin a salir de la casa
para comprar la comida que hiciera falta.

Salieron de la casa muy animados, cada uno ya estaba enterado del plan que había contado el
pequeño omega, el carrito de comprar se llenó de diversas bolsas de frutas y verduras, carnes y
arroz, algunas bebidas y leche fresca, obviamente para Jimin. Sus brazos estaban haciendo un
esfuerzo sobrehumano al cargar las bolsas pesadas por toda la calle hasta la casa de los Park, de
algo estaban seguros y era de que tan pronto como llegaran se tirarían al sofá para poder descansar
y seguir con la lavor de desempacar las cajas que aún estaban llenas de cosas de la casa.

Mientras guardaban todo en su lugar y cantaban algunas canciones aleatoriamente se dieron


cuenta de que el día había pasado extremadamente rápido pero como no lo haría, si estar en
compañía de seres queridos hacía que todos los momentos fueran gratos y cómodos, haciendo
que estos pasen rápido, un suspiro salió de la boca del omega quien término de cerrar la puerta del
refrigerador con extrema flojera y cansancio.

Hasta ahora habían acabado con solo una parte del trabajo que su padre y madre le habían dejado,
ahora solo faltaba desempacar las cajas que quedaban y terminarían antes de lo esperado, no
contaban con que sus estómagos empezarían a rugir como si no hubieran comido en semanas, tan
solo eran las 12:34 y ya estaban pidiendo una pizza con el dinero que quedaba ya que su madre no
cocinó por obvias razones: 1. Su hijo tenía que aprender a sobrevivir sin su madre aunque sea un
dia, 2. Estaba yendo tarde al trabajo y 3. Jimin dijo que él se encargaría.

Ahora con las mangas de su polera remangadas para poder seguir con el trabajo mientras que la
pizza que habían pedido llegaba.
-¿Por qué no desepacaron esto antes?- preguntó Taehyung quien estaba al lado de Jimin muy
atento a lo que había dentro de aquella caja que en un lado tenía escrito con marcado negro
"Jimin".

-No lo saqué porque no es muy relevante en mi día a día, son un par de álbumes pero tienen mucho
peso emocional si lo preguntas, también tengo algunas cajitas con recuerdos de Busan dentro-
explicaba mientras acomodaba todo en su habitación, quizás lo no había sacado porque el tiempo
no le alcanzaba o por cierto alfa que lo tenía atontado desde que llegó a Seúl.

-Jimin, ¿Estás seguro que ese alfa es tu pareja predestinada?- su amigo estaba un poco preocupado
por la actitud muy confiada de Jimin, sabía que posiblemente pueda salir herido -¿Por qué no lo
dejas de intentar? Así sería mucho más fácil- se sentó en la cama de Jimin mientras lo miraba con
rostro de angustia.

-Tae, la cosa es que no sea fácil, estoy cien por ciento seguro de que es mi pareja predestinada-
movió su cabeza de lado a lado como pensando mucho mejor -se que es un poco, bueno muy,
indiferente y se comporta muy mal pero yo presiento que es por algo que le ha pasado y no soy yo
solamente por ser omega- sonrió recordando como el lobo de Yoongi le había dicho que este le
contaría el porque no lo quiere aceptar en su debido momento.

-¿Pero, no debe ser al revés? El alfa supone que tiene que cortejar al omega- dijo con un tono más
serio mientras que tomaba la mano de su amigo entre las suyas.

-Se supone que es así, pero por el hecho de que es lo que se hace no tiene que ser siempre así, no
me gustan los clichés ni las tradiciones de mi familia, si las seguiría como mi abuela lo hizo ahora
estaría con 3 hijos en una casa en el campo con un alfa que me ve como una máquina para hacer
cachorros- notó que Tae fruncía su ceño al tratar de entender al pie de la letra lo que su amigo decía
-las tradiciones y reglas están hechas para renovarse o romperse, y los "se supone" ya no van en
este siglo- algo había combiado en Jimin desde la llegada de ese alfa, ahora lo veía todo más claro
y entendía mejor a su madre quien había salido adelante a pesar de haber sido criada casi sin
muchos estudios.

-Jimin, y-yo, no se que decir- los dos se miraron por unos segundo y explotaron en risas, ese par no
podía tener un momento serio por más que lo intentaran, Hoseok entró en la habitación con un
suéter colgado del brazo.

-¡Ya! TaeTae, es un tema serio- le dio un golpe en el hombro mientras cubría su boca con la otra
mano mientras reía.
-Hoseok tiene un plan- de pronto Jimin dejó de reírse en un segundo y se acercó más a Hoseok con
rostro curioso -mientras comprábamos me contó una parte, mañana te llevará a la escuela y se
comportarán como si Hoseok tratara de cortejarte, asi que tienes que seguir la corriente y actuar
lo mejor que puedas- dijo mientras hacía mímicas con las manos y se emocionaba mientras hablaba
y se imaginaba todo lo que pasaría al siguiente día.

-P-pero es tu pareja, ¿No te molestaría que haga eso?- le preguntó mientras jugaba con sus manos
y un leve rubor en las mejillas.

-A-A mi- comenzó a reír de nuevo mientras negaba con las manos -Yo sé que él me ama con todo
su ser, no tengo porque desconfiar de nada, además tú eres mi mejor amigo, no pasa nada con que
te ayudemos a cortejar, o mejor dicho, sacar algunos celos a tu alfa- comenzaron a colocar todo
bien acomodado en el armario de Jimin.

Hoseok apareció en la puerta con dos suéteres en el antebrazo, de colores muy bonitos para el
gusto de Park, uno celeste pastel y otro gris con letras en blancas que decían "Hope" en la parte
del pecho, Jimin agradeció al mayor mientras olía las prendas para poder asegurarse de que el
aroma del mayor estuviera impregnado en la ropa, el olor estaba muy notorio en la ropa y su naricita
pico un poco por el fuerte aroma.

-Hice algunas cosas para que el olor no se vaya muy rápido, hice un buen trabajo ¿Verdad?- la sonrisa
de Hoseok era emocionada, demasiada linda para Tae, Jimin asintió con la cabeza y dejó las prendas
encima de su cama para después usarlas.

La puerta sonó y sorprendió a los tres chicos que estaban en la habitación tratando de acomodar
todo lo más rápido posible, dejaron todo lo que estaban haciendo para mirarse las caras hasta que
una de las tantas posibilidades de quien podría estar detrás de la puerta se les vino a la cabeza.

-¡La pizza!- gritaron los tres a la misma vez saliendo corriendo mientras Jimin sacaba el dinero que
había sobrado de su pantalón y abrían la puerta dando con el chico repartidor y una mochila
especial para las cajas cuadradas.

-Gracias- le dieron el dinero recibiendo una sonrisa del chico beta que estaba en la puerta, tomaron
la pizza en sus manos y entraron a la cada caminando sin desviarse hasta la cocina.

-¡Tengo hambre!- abrieron la caja encontrandose con la pizza aún humeante, a todos se les hizo
agua la boca mientras miraban hasta que Tae fue el primero en agarrar el primer trozo de pizza en
su mano y llevársela a la boca saboreando la combinación de ingredientes.
Los tres comieron en silencio, parados alrededor de la caja en la mesa de la cocina, sus dedos
quedaron sucios con salsa de tomate y migajas de la masa de harina, se lavaron las manos después
de recoger todo y eliminar las evidencias de haber comido pizza, aunque sabían que la madre de
Jimin encontraría la caja en la basura.

-Ire a darme una ducha, después de limpiar el baño mientras ustedes cuchicheaban en el cuarto no
es sencillo- los menores soltaron una carcajada, Hoseok los imitó exajerando cada movimientos
mientras se alejaba de la cocina acariciándose el estómago.

-Terminamos todo lo que teníamos que hacer, mamá vendrá dentro de varias horas y nosotros
podríamos irnos a descansar unos minutos a mi habitación- Jimin miró con cara cómplice a su amigo
y los dos subieron a la habitación de Park corriendo mientras soltaban risitas, como todas unas
mejores amigas con un chisme recién sacado del horno.

Hoseok cerró la llave de la ducha y salió del cuarto de baño enredándose una toalla en la cintura, la
puerta fue golpeada anunciando que había alguien de visita en la casa de los Park, otro golpe se
escuchó de nuevo y se dio cuenta de que los omegas no irían a abrir la puerta salió justo como
estaba, las gotas de agua seguían cayendo de su cabello y sus pies seguían descalzos.

Pasó por el pasillo y se dirigió a la puerta, se arregló la toalla para que no se cayera de su lugar, giró
el picaporte y abrió la puerta encontrándose con Yoongi mirando hacia otro lado. Una pregunta se
le vino a la cabeza ¿Será el lobo Yoongi o es Yoongi en realidad?

-¿Quién mierda eres tú?- era el Yoongi normal, pues el lobo de este lo conocía, se paró mucho mejor
en la puerta para parecer que no lo había intimidado.

-Eso debería decir yo- Taehyung había salido de la habitación para buscar algo para tomar en la
cocina topándose con Hoseok en la puerta con solo una toalla en la cintura, los celos se dispararon
y caminó sigilosamente hasta poder ver quien estaba detrás de la puerta.

Se cubrió la boca ahogando un grito, Yoongi estaba en la puerta, subió las escaleras lo mas rápido
que puso abriendo la puerta de Jimin en un golpe haciéndolo saltar del susto.

-Te me sacas los pantalones y ponte el suéter de Hobi- le tiró la ropa en la cara mientras que Jimin
no sabía que hacer, que tu amigo entre a tu habitación y te diga que te desvistas te deja con intriga
y malcolocado.
-¿Qué estas diciendo?- Jimin dejó el suéter en la cama y se paró para caminar hasta Taehyung.

-Yoongi está abajo, en la puerta y Hoseok está con solo una toalla en la cintura, no es por nada pero
es una gran oportunidad- Jimin abrió los ojos sorprendidos pero asintió al descarado acto que
estaba a punto de hacer.

Se quitó los pantalones dejando sus blancas y perfectas piernas a la vista de Tae, se quitó la
camiseta y se colocó el suéter celeste pastel que le quedó hasta la mitad de los muslos, Taehyung
le desordenó el cabello para poder actuar mucho mejor.

Lo empujó hasta la escalera y Jimin se tomó unos segundos para respirar, bajó cada escalón con
demasiado nerviosismo mientras jugaba con sus manos al pensar que quizás Yoongi no sienta nada
y se vaya sin que su plan comenzara.

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Jimin bajó las escaleras para el gusto de Tae muy lento, cuando tocó el piso de la primera planta
volvió a suspirar sacando los nervios de su cuerpo, se arregló el suéter pero no para que se vea liso
ni lindo, si no para que se vea desordenado y arrugado, como si hubiera salido de la cama hace
unos segundos. Caminó casi corriendo hasta pararse atrás de Hoseok y prepararse para lo que venía
con una sonrisa en los labios.

—¿Quién es Hobi hyung?— salió de su escondite encontrándose con Yoongi con el ceño fruncido,
las manos cerradas en puños y cuando lo vio ahí parado con solo un suéter encima se imaginó lo
que tanto temía.

—Jimin, ¿Qué habías estado haciendo?— sus ojos estaban muy oscuros y eso lo notó Jimin
provocándole un escalofrío en su cuerpo, Yoongi avanzó un paso acercándose al omega y haciendo
que Hoseok se vaya, pero antes de desaparecer le desordenó el cabello al menor haciendo que Min
soltara un gruñido escalofriante haciéndole bajar la cabeza de inmediato al pequeño.

—Hola, Yoongi hyung— saludó mientras volvía a levantar la mirada dándose cuenta de que su alfa
ya estaba dentro de la casa moviendo su pie con enojo, mejor dicho ira.

El lobo de Yoongi estaba triste a pesar de que sabía que era todo parte del plan de su omega pero
aún así dolía, el mayor sentía su sangre arder con solo pensar que ellos dos habían estado en una
cama dándose placer carnal tal y como lo hacía Yoongi con el menor; recordó cuando lo había
dejado en esa aula abandonada sin siquiera dirigirle la palabra y en ese momento se arrepentía
demasiado de haber desaprovechado la oportunidad de tener a tan hermoso omega entre sus
brazos.

—¿Qué hacías con él?— habló y su voz sonaba diferente, como si se estuviera controlando para no
ir y mutilar al estúpido alfa que había tocado a Jimin, su Jimin.

—Eso no le importa, hyung— cruzó los brazos en su pecho volteando hacia otro lado, su omega
estaba arañando su interior por ir y restregar su mejilla contra la del alfa, pero debía de guardar la
compostura y seguir con el pequeño teatrito.

—Tú eres mío, Park— se acercó peligrosamente y atrapó las mejillas del menor con su mano
apretándolas haciendo que sus labios se abultaran y comenzar a besarlo salvajemente —
¿Entiendes? Mío— dirigió su rostro hasta el cuello del menor y dejó una lamida que le hizo suspirar.

—H-hyung y-yo— Yoongi lo jaló hasta el sofá e hizo que se sentara a su lado para después cargarlo
y sentarlo en sus piernas, le acarició los muslos desnudos y atrapó la boca del menor con un beso
lujurioso.

—Tú eres mio, Park Jimin— esa voz, en esa situación le hizo cambiar de posición recostándose boca
arriba sobre las piernas del mayor y levantar el suéter mostrando su pancita como señal de sumisión
—Tan lindo y tan mío— acarició esa piel tan suave provocándole algunas cosquillas pero Yoongi
notó como se estaba comportando, no era propio de él mimar a un omega.

Se paró haciendo que Jimin también lo hiciera para no caer al suelo, el rubio se arregló el cabello y
olió por ultima vez el cuello del omega para poder grabarselo en la cabeza como si fuera tinta
permanente, ojalá y lo hiciera en su corazón.

Jimin enredó sus brazos en el cuello del mayor para que este no se vaya, por su culpa su corazoncito
dolía y si lobo lloraba por el rechazo, lo atrajo hacia él para poder sentarse de nuevo, pero al ver
que el alfa se negaba Jimin comenzó a expulsar feromonas para llamar al alfa y hacerlo relajarse un
poco.

—¿Qué intentas?— dijo Yoongi dando una buena inhalada al aire, la vainilla desde el momento que
lo vio se convirtió en su aroma y sabor favorito —¿Acaso quieres que te coja ahora mismo?— un
pequeño gemido salió de la boca del omega al solo imaginarse lo que podrían hacer en ese
momento.
Pero el plan no era ese, no era entregarse a la primera que el alfa quisiera sacear sus necesidades,
dejo de expulsar su olor provocador y se arregló el suéter que antes había subido para mostrar su
piel del abdomes y se paró del sofá.

—Ya se iba ¿No, hyung?— se acercó al mayor con una sonrisa pero desvío su camino hasta la puerta
para poder abrirla —tengo que ir con Hobi hyung— eso era lo que cabreaba a Yoongi era que
quizás haya conocido a ese chico ayer y ya le tenía un apodo, el alfa que estaba ahí arriba estaba
tocando lo que era suyo y eso no lo gustaba para nada.

—No importa lo que hagas sigues siendo mío— escondió sus manos en los bolsillos y salió no sin
antes darle un beso húmedo a Jimin quien se quedo con la boca semiabierta al momento de que
su alfa se vaya.

Cerró la puerta esperando a que alguno de sus amigos baje para poder ayudarlo en la pequeña
pelea emocional de si dejarlo ir o correr y tirarse a sus brazos como un cachorro; como si su mejor
a migo leyera sus pensamientos bajó corriendo con unos pantalones en la mano para poder
entregárselos y que se los pusiera ya que el frío estaba comenzando.

—Tae, creo que ya no quiero seguir con el plan, sí, hay que dejarlo aquí— Taehyung lo miró con los
ojos entrecerrados y le dio un golpe en el hombro, Jimin se frotó la zona impactada con un puchero
en los labios.

—Sácate esos pensamientos de la cabeza ahora mismo si no quieres que te de otro golpe más
fuerte— el de menor estatura asintió un poco asustado —muy bien, ahora te diré que todo salió
muy bien y que ese tal Yoongi se murió de celos— Jimin lo miró extrañado y comenzó a ponerse
los pantalones pues el frío ya había llegado a sus piernas.

—¿Cómo lo sabes?— preguntó se sentaba en el sofá para no caerse al ponerse los pantalones.

—Como te demoraste en bajar, Yoongi y mi Hobi hablaron, bueno Yoongi habló mientras Hoseok
sonreía con esa sonrisa tan linda que tiene— agitó la cabeza para concentrarse en lo que iba a
decir— Yoongi le dijo que era mejor que se aleje de su omega si no quería perder alguna extremidad
de su cuerpo— Tae alzó los hombros —si eso no es ponerse celoso no sé que será— Jimin esbozó
una tímida sonrisa al oír que su alfa podía sentir algo por él.

—Entonces todo salió como esperábamos— Jimin se paró del sofá —tengo que ordenar mis cosas
para mañana ir a la escuela, creo que tengo algunos deberes para mañana— comenzó a caminar
hasta su habitación pero la mano de su amigo le impidió seguir.
—Espérese mi querido Chimchim— lo volvió a sentar a su costado —mientras que ustedes dos
estaban aquí, Hobi y yo ideamos otro plan para después, hay algunas pastillas que se llaman
afrodisíacos y ponen muy calientes a la persona que las toma, como si se les adelantara el celo, te
daré un par y tú se las darás a Yoongi cuando mas creas conveniente— Jimin se quedó con la boca
abierta pero lo pensó muy bien y no era una mala idea.

—Despues me las das, tengo que hacer algunos deberes, ¿No me quieres ayudar?— Tae asintió y
subieron a su habitación para comenzar con las tareas.

—Aquí están las pastillas, recuerda que sera como si fuera un celo— Tae sonrió pervertidamente
haciendo que Jimin se sonrojara.

—Eso debería funcionar— guardó las pastillas en una bolsita para después ponerla en su mochila
y asegurarse de cerrar bien el cierre.

21
Un día más, un día menos; Jimin se había levantado con la alarma de su celular a las 6:30, según él
quería despertarse lo más temprano posible para que su día sea largo y poder hacer más cosas, en
la noche anterior había tenido una larga charla con su amigo Tae, en donde tocaban diversos temas
que en general eran de “amor”, llegando a la conclusión que en esa guerra disfrazada de cuanto
de hadas nadie salía vivo; bien terminabas enamorado hasta la punta del cabello o te rompían el
corazón de todas las formas posibles.

Si esas eran sus únicas opciones Jimin estaba dispuesto a luchar con todas sus fuerzas sin importar
como quede al final, se levantó de su cama sintiendo un escalofrío por lo helado que estaba el
suelo, se frotaba sus ojitos con el dorso de su mano para poder despertarse, caminó hasta el cuarto
de baño quitándose en el camino alguna prenda de su pijama. Una buena ducha antes ir a la escuela
no estaba nada mal.

Reguló la temperatura del agua para que este perfecta para él, ni tan caliente ni tan fría, se quitó la
última prenda que era su pantalón, bien suavecito para Jimin, no usó bóxer esa noche porque
simplemente no quiso, entro en la lluvia artificial despertando a su lobo quien comenzó a estirarse
dentro de él y a mover su cola como un lindo “Buenos días” a su humano, el agua corría por su
cuerpo relajándolo, vertió un poco de shampoo de fresas en la palma de su mano para después
untarlo en su cuero cabelludo con mucha delicadeza, siguió con su cuerpo agarrando una esponjita
porosa y frotándola contra el jabón para que hiciera espuma.
Después de unos minutos de mimarse a él mismo salió de la ducha junto con el vapor que se había
acumulado detrás de la cortina de baño, se enrolló una toalla blanca en su cintura mientras que
como un lobito sacudía su cabeza de un lado a otro para después reírse a carcajadas por tal acción.

Salió del cuarto de baño encontrándose a Tae en su cama acurrucado entre sus sábanas, lo miró
con rareza por unos segundos y luego se acercó a él cautelosamente sin hacer mucho ruido
encontrándolo con un puchero y los ojos abiertos.

—¿Qué pasó TaeTae?— preguntó mientras el nombrado se sentaba en forma de indio en su cama
—¿Y Hobi hyung?— prosiguió mientras buscaba su ropa en su armario.

—Al ese tonto alfa se le ocurrió salir a correr en las mañanas a partir de hoy— entrelazó sus brazos
en su pecho muy molesto causándole ternura al omega que buscaba su ropa.

—Oh, entiendo— cuando encontró los pantalones que quería los tiró en su cama junto con una
camiseta blanca ya que se pondría el suéter de su hyung para continuar con el plan que casi se
arruina el día anterior.

—¿Te pondrás el suéter, verdad?— Jimin asintió mientras entraba un momento al baño para
ponerse su bóxer sin la atenta mirada de su amigo.

Cuando salió del baño ya cambiado y secándose su cabello con la toalla, Tae ya estaba parado
merodeando por su habitación mientras tarareaba una canción que no lograba reconocer.

—¿Cómo te profesó su amor?— dijo refiriéndose a Hoseok, su amigo había prometido contarle con
detalles como había sucedido una de las mejores cosas en su vida.

—Ay, esta bien, fue una tarde después de que te fueras de Busan, Hoseok fue a mi casa para poder
ayudar a mi madre quien, como princesa en apuros, solicitó la presencia de “el amigo de la familia”,
después de que Hoseok moviera algunos muebles mi madre se fue a comprar algunas cosas para
comer, pues en ese tiempo él me llevó al sótano en donde habían tantas cosas lindas— Tae
comenzó a sonreír y a sonrojarse un poco —había musiquita relajante, luces de navidad y galletas
de chocolate, a la primera impresión todo parecía simple pero después vi el esfuerzo que había
hecho, las galletas estaban calientitas y la música salia de un parlante pequeño, me hizo comer las
galletas para después decirme que le gustaba y que quería que fuera su omega por siempre, él me
gustaba, me gusta, no pude resistir y lo besé, no me arrepiento de nada— Jimin tenía una sonrisa
en el rostro al ver a su amigo tan animado y más despierto.
Pero, una pregunta pasó por su cabeza “¿Yoongi sería capaz de hacer algo lindo por él?” quitó
rápidamente esos pensamientos al escuchar como su lobo lloriqueaba, se puso el suéter de Hoseok
y se vio al espejo, la prenda ajena le quedaba grande y ancho pero eso le daba un toque muy bonito
a su ropa.

—¿Sabes a que hora llega Hoseok?— Tae negó mientras trataba de recordar a que hora había
sentido el vacío al costado de la cama —prometió llevarme a la escuela— Taehyung había
terminado la escuela antes que él a pesar de ser casi de la misma edad, su madre había encontrado
un jardín de niños en donde lo aceptaron cuando tuvo los 2 años para después estar una año más
adelantado que Jimin.

—Creo que se fue hace más de media hora, ya debe de estar por llegar, tengo hambre, ¿Vamos a
comer?— Jimin miro la hora y ya era las 7:15, tenía mucho tiempo y sus padres aún no salían de la
habitación, bajaron las escaleras hasta la cocina y comenzaron a servirse lo que cada uno quería
comer esa mañana.

La puerta se abrió dejando ver a un sudoroso alfa, Taehyung chilló como muchacha enamorada
mientras se acercaba y susurraba algo al oído de Hoseok —Jiminnie, guárdame mi desayuno, por
favor— la pareja se fue directo al cuarto mientras que Jimin desayunaba solo en la cocina ya que
no le dio ganas de llevar su taza y su plato a la mesa.

Sus padres bajaron de su habitación casi corriendo, sacaron un par de panes y se fueron de la casa
despidiéndose con un “Te quiero hijo”, se preguntó por que razón corrían si aún era temprano.
Subió a su habitación para poder agarrar su mochila y quedarse unos minutos hasta que la parejita
se desocupara, prendió su teléfono y comenzó a ver sus redes sociales, al notar que no había nada
interesante revisó si tenía algún mensaje peor lo único que se encontró fue el contacto de Yoongi
que no lo había llamado hace un día, bloqueó su teléfono y lo tiró dentro de su mochila.

Se la colocó en la espalda y bajó lo más lento que pudo para después ir a la habitación de invitados,
golpeó tres veces la puerta con su puño, escucho un “ya voy”, Jimin se quedó parado junto a la
puerta esperando a Hoseok. De la habitación salió el mayor ya bañado y listo para salir en dirección
a la escuela.

—Vámonos— le dedicó una linda sonrisa mientras se iban y salían por la puerta principal hacia la
calle, caminaron cuadras completas hasta llegar a la escuela en donde se tomaron de las manos
para hacer más creíble su disque relación.
—Jimin necesito darte un beso en la frente, ese tal Yoongi nos esta viendo ahora mismo— Jimin
buscó sigilosamente a su alfa y lo encontró parado a un lado de la puerta principal de la escuela —
ven— lo jaló y depósito un beso en la frente del mayor provocando que este sonriera.

—Gracias Hobi hyung por ayudarme— este sonrió mientras que se alejaba y dejaba a Jimin caminar
solo hasta la escuela.

—¿Qué mierda hacías con ese idiota?— Yoongi se puso a su costado mientras hablaba, Jimin siguió
caminando tratando de esconder su sonrisa de satisfacción —apestas a él, se acercó un poco para
poder olfatear mucho mejor pero se alejó al oler el aroma de otro alfa.

—Nada, tengo que ir a clases hyung, que tenga buen día— estuvo a punto de irse si no fuera por
la voz del alfa.

—Detente— Jimin bajó la cabeza y se detuvo en donde estaba —Quiero que me esperes al final de
las clases, te llevaré a mi departamento— al terminar de hablar se fue por otra dirección dejando al
omega en medio camino.

—Cachorro, ¿Qué te dijo ese alfa?— Jin habia llegado y Jimin solo atino a voltearse y abrazarlo con
todas sus fuerzas.

—Jin hyung, no me dijo nada— le sonrió y continuaron caminando percatándose de la marca recién
renovada del omega mayor, no quiso ni preguntar lo que era obvio y siguió caminando hasta llegar
a su salón.

—¿Quieres ir a mi casa después de clases? Haré unos pastelitos deliciosos y quiero que los
pruebes— Jimin se rascó la nuca apenado, no podía ir con su hyung ya que tenía otros planes.

—Lo siento, Jin hyung, tengo que hacer otras cosas— Jimin trataba de excusarse lo mejor que
podía pero no encontraba las palabras exactas, Jin solo asintió comprendiendo y desordenando el
cabello del omega menor, se despidió y se fue también a su aula.

En las clases prestó toda la atención que pudo ganándose algunos puntos extras por responder las
preguntas que hacían de forma oral, apuntó todo en su cuaderno de forma ordenada y hasta le
puso un poco de color. Las palabras que no conocía o quería investigar para pode rsaber más a
fondo su significado las resaltaba con amarillo, pegaba algunos post-it en las partes donde quería
dejar notas o señalar algunas cosas importantes.
Entendió todo a la primera, los ejercicios los resolvió primero que todos sacándose buena nota en
el transcurso, se dio cuenta de que si se proponía algo lo podía lograr. Pero ese pensamiento se vio
pisoteado al llegar las matemáticas, esas fórmulas no le entraban en la cabeza, no podía resolver
más de dos problemas bien, por más que prestaba atención y preguntaba, no entendía, se ayudo
de su compañero para poder terminar y cerrar el cuaderno frustrado.

La última campana sonó indicando que el día de escuela había terminado, su lobo comenzó a
mover la cola como un loco, aulló de felicidad por poder ver a su alfa que tanto extrañaba, caminó
hasta la salida viendo a lo lejos como Jin se iba de la mano de su alfa dándose algunos besos.

—Jimin, vámonos— Yoongi apareció detrás suyo tan de pronto que asustó al menor, haciéndolo
saltar un poco, Jimin asintió y caminaron hasta el auto del alfa en silencio hasta que el omega se
digno a preguntar.

—¿Qué haremos en su departamento, hyung?— preguntó ya en el auto del alfa, quien volteó con
cara seria para después prender el motor y salir del estacionamiento internándose en las calles. El
omega tenía la mochila en sus piernas para disimulas su nerviosismo ya que se distraía jugando con
las correas de la mochila.

—Algunas cosas que debí de hacer desde un principio— Yoongi aceleró un poco más ya que a esa
hora solo habían algunos autos en la calle, algo le decía a Jimin que pasaría algo extremadamente
lindo.

22
Ya habían llegado al departamento del mayor, bajaron del auto despacio, o al menos así bajó Jimin
ya que Yoongi no pudo esperar mas ya que cuando estuvo frente al omega lo cargó como si un
saco de papas se tratara, el menor protestó pataleando cada 5 segundos lo que provocó que el
alfa lo bajara un poco haciendo que quede como un koala y que su naricita quede en su cuello.
Yoongi caminó con el omega ya más tranquilo y ronroneando en su cuello, subió al ascensor y
marcó su piso con una mano, para después apoyarse en una de las paredes y esperar a llegar a su
piso.

Cuando las puertas metálicas se abrieron el alfa salió de ahí mientras gruñía por el olor a otro alfa
que había en el cuerpo del menor y quiso arrancarle toda la ropa para poder restregarse, así su olor
quedaría en él, cuando divisó su puerta sacó las llaves de su bolsillo con un poco de dificultad por
la pierna ajena encima de su ropa, cuando ya estuvieron dentro dejó a Jimin en su sofá mientras el
volvía a la entrada para cerrar la puerta.
—Hyung— lo llamó el menor haciendo que camine un poco más rápido hasta el omega que pedía
de su presencia en la sala de estar —¿Por qué lo hizo?— preguntó inmediatamente cuando lo vio,
el mayor solo sonrió y se echó encima de Jimin enterrando su rostro en el cuello del menor lamiendo
esta zona y dejando algunos besos que relajaron al omega quien correspondió al instante
enredando sus brazos detrás de la nuca de su alfa.

—No aguantaba oler ese aroma en ti— se separó un poco y retiró el suéter del delicado cuerpo del
menor viendo lo perfecto que era, la prenda desapareció de su vista cayendo en cualquier otra
parte, la camiseta blanca había salido junto con el suéter de una manera tan fácil que a Jimin le
causo un poco de gracia.

—¿Acaso está celoso?— pregunto mientras acariciaba la espalda del mayor por encima de la ropa,
parecía que la pregunta no le había gustado para nada porque rápidamente se separó por
completo dejando al más bajo tirado en el sofá semidesnudo, Yoongi se peinó con las manos
mientras una de sus manos se encontraba en su cintura.

—Vamos Jimin, no me malinterpretes— el nombrado lamento haber preguntado y prefirió haberse


quedado callado, así el momento hubiera durado algunos minutos más pero ¿Tiene algo de malo
querer escuchar un “Sí, estoy celoso”? ¿Es malo que te celen un poquito?

—Lo siento, hyung— se sentó intentando cubrir su torso lo que le pareció tierno al mayor, su lobo
gritaba que le diera protección y protegiera del frío ya que el clima en su departamento no era tan
cálido, el aire acondicionado siempre estaba prendido por el simple hecho de que al alfa no le
gustaba el calor.

—Ve a mi habitación y busca algo de ropa, yo iré a traer tu mochila que se quedó en el auto— Jimin
lo miraba atentamente, a los ojos, provocando que Yoongi se pierda en ellos deseando encontrar
la llave que abra su frío corazón y borré los miedos que tiene, algo que le dé la confianza de seguir
a su lobo, parpadea varias veces dándose cuenta de que pasaron mas de 10 segundos —Anda,
ahora vuelvo— giró sobre sus talones y salió al pasillo dirigiéndose al ascensor nuevamente.

Jimin se quedó unos segundos más en el sofá analizando lo que acababa de ver, ¿Acaso era el
mismo brillo que había notado en los ojos del lobo de su alfa? Ese brillo que significaba amor, ilusión
o ¿solo era su imaginación? Se paró y corrió hasta la habitación que hace días había sido testigo del
acto carnal y rechazo de parte del alfa hacia él.

Abrió la puerta del armario encontrándose con ropa no tan colorida pero muy linda a su parecer,
buscó algo más pequeño en los cajones pero todo era unas tallas más grandes que él así que se dio
por vencido y agarro una polera negra con capucha, se la puso riéndose por lo grande que le
quedaba y bajó al escuchar como la puerta de la entrada se abría.

—Solo encontré esto, era lo más cómodo y algo pequeño que encontré— caminó hacia donde
estaba Yoongi con su mochila y estiro un poco la prenda enseñándole como le quedaba —Gracias
por traer mi mochila, hyung— le sonrió haciendo que sus ojitos desaparecieran y sus cachetitos se
abultaran.

—De nada, Jimin— dejó las llaves sobre la mesa y se dirigió hasta su cuarto para poder cambiarse,
Jimin solo lo siguió como perro a su amo, entraron en la habitación y el omega se quedó parado en
el umbral de la puerta —entra, Jimin, siéntate si quieres— este asintió y tomó asiento en la cama
mirando como Yoongi tomaba algo de ropa del mismo lugar en donde el estaba buscando hace
unos minutos.

Pensó que se iría al cuarto de baño pero al contrario, el alfa comenzó a desvestirse al frente de él,
se quitó la camiseta dejando ver su cuerpo bien trabajado, no tenía los músculos bien
pronunciados, tenía lo necesario. El menor se relamió los labios al ver la blanca piel frente suyo,
apretó las uñas contra la ropa de cama, miraba cada partesita de piel que llamaba a sus manos para
que acariciaran a su antojo, su mente comenzó a reproducir el momento en que habían tenido
sexo, porque eso había sido, solo sexo, un buen polvo, recordó como lo había tocado, como lo
había besado y como él había tocado esa pálida piel, aún las marcas de sus uñas no sanaban por
completo ya que se notaban algunas líneas un poco rojizas. Comenzó a soltar un delicioso olor a
causa de la excitación que estaba pasando, el aroma no tardó en pasar por la nariz del mayor
haciendo que este se volteara viendo a Jimin sentado atrás suyo con las mejillas sonrojadas y
mirándolo con lujuria.

—¿Qué tienes, Park?— se acercó al menor pero este no respondió y solo se paró, no tuvo tiempo
ni de respirar ya que los carnosos labios del menor estaban contra los suyos, besándolo con
desespero y necesidad de más, Jimin lo jaló levemente hacia atrás haciendo que Yoongi se subiera
encima del menor. —¿Quieres repetir lo de la otra vez?— alcanzó a decir recibiendo un
asentimiento de parte del menor, pero este se separó dejando a Jimin frustrado.

—Alfa~— eso hubiera bastado para que Min se tirara encima del menor y lo follara a su gusto pero
debía de dejar de pensar en solo sexo si quería ayudar al menor a que lo odie, eso no hubiera sido
tan difícil si Jimin no hubiera comenzado a provocarlo.

—No, Jimin, tenemos que hacer lo que vinimos a hacer— se puso la camiseta que había sacado y
agarró al menor de la mano hasta llegar a la sala de estar y sacar todos los cuadernos del menor,
los puso en la mesa del comedor y comenzó a ojeralos —Jin me dijo que no prestas atención en
clase por estar pensando en otras cosas así que me obligó a enseñarte lo que no habías
aprendido— vio como Jimin estaba disgustado por haberlo dejado así.

Park solo asintió mientras se acercaba más al alfa y veía de reojo su mochila, ahí estaba ese
afrodisíaco que quizás pueda darle un empujonsito al mayor, miró su cuaderno viendo un tema que
no conocía pero que estaba seguro de que habían explicado en su clase, señaló con su dedo el
título y el mayor empezó con la explicación; se sorprendió al darse cuenta de que su alfa sabía
mucho y lo explicaba con tanta facilidad que entendía en poco tiempo.

Vio como Yoongi carraspeaba después terminar de explicar todo el tema y tosía para aclararse la
garganta, esa era su oportunidad de poner el afrodisíaco en el agua que le podía ofrecer para que
descanse la garaganta pero no le gustaba la idea si lo pensaba mejor, era como estar obligándolo
a hacer algo que él no quiere, aunque el lobo del mayor haya dicho que lo amaba no era justo
adelantar algo que, por miedo del mayor, no podía ser.

—¿Le traigo un vaso de agua, hyung?— dijo mientras se paraba de la silla, el mayor dejaba de hablar
para poder asentir y agradecer lo que Jimin le estaba ofreciendo.

Quizás Yoongi no lo quisiera tanto como lo quiere su lobo pero Jimin lucharía por enamorar de poco
a poco al mayor, así como Yoongi lo había enamorado de la forma incorrecta Jimin también lo haría
sin pensar en los pormenores.

23
Jimin dijo que iría al baño antes de servir el agua y agarró su mochila con el pretexto de sacar
algunas cosas personales, metió el afrodisíaco en su bolsillo y caminó rápidamente hacia los
servicios cerrando la puerta cuando entró, respiró hondo y comenzó a caminar por el no tan
pequeño cuarto, cuando se mentalizó de lo que iba a hacer salió decidido hasta llegar a la cocina.

Pero ahora ¿Cómo le haría tomar una pastilla sin que se diera cuenta? No podía decir "Hyung, tome
una pastilla que le hará ponerse caliente" tenía que preparar un pequeño plan, ojala lo hubiera
conversado con Taehyung pero se le pasó, un pequeño dolor en el estómago apareció en su cuerpo
provocando que una mano fuera a su vientre, no había comido bien y en el receso no se le antojó
nada más que una manzana, pensó y pensó unos segundos, un foquito se le prendió y se metió la
pastilla en la boca haciendo que repose en su lengua.
-Jimin, rápido, ya falta poco para terminar- escuchó y su cabeza giró en dirección de donde provenía
la voz, sonrió de lado y caminó con el vaso en la mano y la pastilla en la boca.

No quiso hablar y solo sonrió inocente entregándole el vaso, Yoongi agradeció y tomó un par de
sorbos para después aclararse la garganta, dejó el vaso encima de la mesa para poder continuar
con la explicación. Jimin se mordió el labio por lo que iba a hacer pero poco le importó el resultado,
se paró y se sentó a horcajadas en el regazo del mayor.

Min estaba apunto de alejarlo pero los esponjosos y provocativos labios de Jimin tocaron los suyos
haciendo que mandara todo a la mierda, hace días que no probaba eso apetitosos labios y cómo le
hacia falta. El beso fue mas que un tierno y suave beso, más bien fue uno mojado, sucio en donde
sus lenguas jugaron y la pastilla pasó por la garganta de Yoongi.

-¿Qué carajos tenías en la boca?- su voz era neutra como si no hubiera pasado nada pero ahora el
omega se encontraba en su silla con la respiración agitada y una pequeña erección en los
pantalones, el mayor al sentir que algo pasaba por su garganta lo alejó rápidamente secándose los
labios con el dorso de su mano.

-Nada, hyung- los ojos de Jimin brillaban y su boca estaba entreabierta, Yoongi lo fulminó con la
mirada pero como no sentía nada extraño decidió ignorar todo y seguir con lo que estaban.

-De acuerdo, mejor seguimos- Jimin formó un pucherito con sus labios y se sentó correctamente
para seguir, pero algo no estaba del todo normal.

El olor de Yoongi estaba más fuerte, tanto que los instintos de Jimin le hicieron gemir bajito, lo
estaba mareando y su mente solo pensaba en entregarse al mayor en ese mismo instante. El alfa
empezó a respirar de manera errática y el olor del omega lo atraía en demasía, no creía que hubiera
entrado en celo ya que faltaban un par de semanas, menos que se le hubiera adelantado ya que si
hubiera sido así el lo sabría, eso había sido como un golpe, su cuerpo se había calentado en un
santiamén y sin razón.

-¿Qué me hiciste, cachorro?- su voz sonaba más ronca causándole muchas sensaciones al menor
quien se estaba derritiendo por el alfa acalorado que tenia a la par suyo, sentía que su entrada
empezaba a lubricar y su pantalón se mojaba, el pequeño solo atino a encogerse en su sitio y dejar
que el mayor tome completamente el control.
-A-alfa- fue lo único que alcanzó a decir, Yoongi se paró de su sitio yendo directamente a los labios
del menor y cargándolo, este no se negó y enredó sus piernas en la cintura del rubio sintiendo como
las fuertes manos del contrario tocaban su trasero y muslos.

-Haste cargo de tus acciones pequeño omega- como si Jimin no pesara ni un kilo subió las escaleras
con mucha rapidez para poder entrar en su habitación y tirarlo en su cama -Hoy y mañana tú seras
mío- comenzó a desvestirse completamente al igual que Jimin pero a diferencia del mayor, este se
posiciono en cuatro sin que nadie se lo pidiera.

-Lo que digas- meneó su trasero provocando al mayor quien gruñó de satisfacción y masajeó su
miembro para poder exparsir el pre-semen en toda su longitud, ver a Jimin tan sumiso le prendía
mucho. Se puso detrás del omega e introdujo su miembro sin preparación alguna -Diablos- la voz
del menor salió ahogada y dejó caer su cabeza en el colchón mientras se acostumbraba al tamaño
del alfa.

-Tan apretado- tiró su cabeza hacia atrás disfrutando de lo cálido que se sentía, se movió sin
importar que el menor aún no se acostumbrara, provocando que Jimin clavara sus uñas en las
sábanas y sus pequeños colmillitos salieran, los gemidos del menor eran gloriosos y perfectos,
tanto que Yoongi deseo tenerlo de esa forma cuando el quiera.

El choqué de pieles creaba un chapoteo ya que el lubricante natural del omega se esparcía, Jimin
no quería que el momento acabara pero su orgasmo estaba muy cerca haciendo que gritara el
nombre del mayor, sus sentidos no respondían y su mente no lograba concentrarse en algo, solo
pensaba en lo bien que se sentía ser tomado por el alfa y lo cerca que estaba de pertenecerle, su
labio inferior era maltratado por sus dientes y sus ojitos votaban lágrimas de placer, Yoongi era otra
historia, sus venas se marcaban en sus brazos por la fuerza que proporcionaba a sus embestidas y
miraba fijamente como su pene entraba en el perfecto culo del menor, sus colmillos también habían
salido y picaban por morder el cuello del menor pero una parte de Yoongi humano seguía
negándolo.

Yoongi volteó al menor para poder ver mucho mejor sus expresiones de placer, sus pezones
estaban erectos y con busca de atención así que comenzó a pasar su lengua por estos haciendo
que Jimin arqueara la espalda, paso su lengua hasta llegar a la clavícula del menor en donde dejó
algunos besos y subió un poco más llegando a ese punto en donde el aroma a vainilla se
intensificaba, acarició la delicada piel con sus dientes y sintió como el omega se estremecía al simple
tacto, sonrió por como podía volver a Jimin y continuó moviéndose cerciorándose de encontrar
ese punto dulce que hacía delirar al omega.
-Y-yoongi, yo- no pudo terminar porque las tiras de semen salieron disparadas de su miembro sin
siquiera haberse tocado, lloriqueó por el placer constante que estaba recibiendo y se dejó hacer,
estaba muy sensible pero Yoongi seguía penetrándolo sin piedad causándole algunos problemas
en la vocalización.

-Tan lindo- siguió con las estocadas duras, constantes y certeras en donde encontró la próstata del
menor haciendo que abriera la boca y arañara la espalda blanca del alfa, se sentía tan jodidamente
bien lo que estaba pasando, Yoongi volvió al cuello del menor dejando chupetones en todo lugar
que quería, lamía a su antojo y respiraba el dulce aroma.

El nudo de Yoongi estaba a punto de crecer y solo fueron necesarias un par de estocadas más para
que se corriera dentro del menor con un gruñido, acarició la cintura de Jimin mientras se aseguraba
de dejar todo su semen dentro y que nada saliera, su nudo crecía hasta no poder salir, se acostó al
lado de Jimin, pero el cuello del contrario seguía sin una marca.

Jimin se creía un completo tonto al creer ciegamente en que Yoongi lo marcaría, lo reclamaría como
suyo ese mismo día, tenia ganas de no salir de la habitación en todo el día y sentirse protegido por
su alfa pero ahora era todo lo contrario, Jimin pensaba en solo irse y poder llorar un rato, se sentía
vacío, se sentía tan solo aunque estuviera en compañía del mayor, sentía como los fríos dedos del
contrario delineaban su cintura tan delicadamente que casi parecía que lo hacía con amor y ternura.

Algunas lágrimas salieron de sus ojos sin permiso alguno pero respiró hondo para poder calmarse,
de nuevo estaba debajo de las sábanas del pálido y todo había sido su culpa, si tan solo le hubiera
hecho caso a su corazón y no a su mente todo estuviera normal ahora mismo, trató de dormir un
poco pero la voz gruesa del rubio lo sacó de su pequeño trance.

-Jimin- lo llamó, ahí estaba otra vez, los apodos lindos habían acabado ¿A dónde se habían ido? Se
habían ido junto con los efectos de los afrodisíacos como si de un sueño se tratara -Hueles de
manera diferente, un aroma más dulce, ¿Pasa algo?- aunque Yoongi trato de ocultarlo una pizca de
preocupación se notó en su tono de voz pero Jimin fue tan sordo que no logró escucharlo.

-No pasa nada, hyung- luchó con todas sus fuerzas para que su voz sonara normal y no se quebrase
al momento de hablar, cuando no recibió repuesta suspiro y cerró sus ojos para conciliar el sueño
que cada vez lo derrumbaba más. Se dejó hacer por unos segundos hasta caer en los brazos de
morfeo, el mayor seguía acariciando pero al notar que la velocidad de la respiración del menor
cambiaba a una más suave paró sus movimientos.
Si bien se sentía la peor persona, no, el peor ser en la tierra no podía dejar de pensar que lo que
había hecho estaba bien para él, hasta ese día se había acostado con mas de 50 omegas y algunos
betas pero nadie había causado lo que Jimin había logrado, esa necesidad de verlo aunque su
mente le dijera que no y que se vaya al bar para poder seguir con su rutina de sexo.

Pero ahora había tenido sexo más de dos veces con una misma persona, eso iba contra sus reglas
pero que más daba, hace años decidió mandar a la mierda las fuerzas que tenía para luchar contra
la sociedad y ahora lo haría de nuevo, mandaría a la mismísima mierda sus reglas y todo por ese
lindo chico que había roto el hielo que rodeaba su corazon. Le tomaría tiempo aceptarlo y unas
cuantas charlas con su lobo y Jimin pero todo es posible cuando una pizca de luz te ilumina y te
muestra el camino correcto.

Sintió como las pequeñas manos del menor se entrelazaban con las suyas y un recuerdo algo
borroso se le vino a la mente: una mujer muy bella entrelazando sus manos con las suyas, diciéndole
algo que no pudo escuchar. Trató un par de veces en recordar en donde había olido ese aroma
dulce a fresas y sentido esa suavidad de la piel de la extraña, recordaba que era su antigua casa
pero quien era la señora, no podía ser su madre, ¿Quién demonios era esa misteriosa mujer?

Cerró los ojos y vio el rostro de la dichosa, delicado como una flor y lleno de vida, lo miraba con
ternura y cogía su mano, era la Sra. Kim, la sirvienta de su padre quien cuidaba de él cuando sus
padres no estaban, una linda omega que fue como una madre para él. Recordó perfectamente lo
que dijo, recordaba que se esforzó demasiado por olvidar esas sabias palabras.

Flashback

"-Un omega es un estorbo- dijo un adolescente de 14 años mientras miraba como su padre traía a
una señora de la mano.

-No, cariño, un omega es algo muy importante. Es un compañero de vida que siempre te apoyara y
acompañara en la vida sin ningún problema, es alguien que te amara sin importar qué, sin recibir
nada a cambio que no sea tu amor, un pilar en tu vida que te entregara la felicidad que necesitas,
tú lo sabrás cuando él o ella llegue a tu vida- Yoongi la miró con mucho interés -creame, pequeño
alfa, lo sabrás, sentirás esa felicidad máxima en tu pecho, te sentirás orgulloso de tu pareja y ella
de ti, en esa pancita habrán millones de mariposas y en tus ojos un par de estrellas, tus labios
pronunciaran la frase "te amo" y tus brazos lo demostraran con un abrazo-"

Fin del flashback


Yoongi al recordar a tal mujer tan importante en su vida suspiro y las palabras se quedaron clavadas
en su alma, como una dura estaca que lo hizo entrar en razón, tendría que conversar con Jimin y
su lobo en otro momento.

24
Cuando se despertó de tan reparador sueño junto al omega sintió un gran vacío no solo en su
corazón si no que también en su cama, Jimin ya no estaba a su lado pero su olor permanecía en las
sábanas, se sintió un malnacido y por primera vez dejó que su lobo lo dominara aunque eso no sea
de su agrado totalmente, este no quiso salir por más que el humano lo invocara casi a la fuerza. Se
sintió pésimo y se paró de la cama lo más rápido posible pidiendo a la madre Luna que el pequeño
omega se encontrara en su sala o cocina, pero su ruegos y plegarias fueron inútiles, Jimin se había
ido tal y como Yoongi le había ordenado.

Si tan solo le hubiera hecho caso a su lobo desde un principio quizás ahora estuvieran tan bien con
Jimin, una linda pareja, pero no, se dejó llevar por sus impulsos e instintos carnales que ni el mismo
se reconocía por unas milésimas de segundo, estaba siendo igual que su padre, justo lo que tanto
temía ser, con los anteriores omegas no había habido sentimientos de por medio así que ningún
corazón salió herido ni nada había pasado a mayores.

Ahora era igual que su padre, había jugado con el corazón y con los sentimientos de su Jiminnie,
había hecho lo que él quería con ellos y nunca tuvo la inteligencia de parar un momento y darse
cuenta de lo que hacía, ahora no solo había un corazón roto si no que habían dos, porque el de
Yoongi también lo estaba, su recuerdo le había caído como un balde de agua fría haciéndolo
despertar de un estúpido sueño en donde se imaginaba el mejor de todos, pero la realidad era que
él era la peor escoria que existía.

Corrió de nuevo a su habitación y se puso los pantalones lo más rápido que pudo, cogió una
camiseta y también hizo lo mismo para después bajar las escalera y agarrar su cartera y llaves, abrió
la puerta y salió corriendo en dirección al ascensor marcando el número 1 en los botones, movía su
pie ansioso por ver el hermoso rostro de Jimin aún sabiendo que estaba siendo un completo patán,
cuando la campanita del ascensor le avisó que ya había llegado al primer piso no lo pensó dos veces
y caminó en dirección al estacionamiento.

Pero, algo llamó su atención, en la calle no había ni un alma, el cielo estaba oscuro y el recepcionista
dormitaba en su silla mientras que a su lado había una taza de café; miró su reloj y se asombró, eran
las 2 de la mañana, ¿Cómo mierda no sé había dado cuenta? Suspiró y arregló su cabello, su viaje
tendría que esperar al menos hasta que amaneciera.
...

Ya habían pasado días desde que Jimin había salido de su departamento sin decir nada, Yoongi
había hecho todo por contactarlo y pedirle perdón por su asqueroso comportamiento, pero cada
que iba a la casa del menor este no estaba o su amigo abría la puerta y lo echaba a patadas junto
con el alfa que tanto odiaba, estaba desesperado, lo había visto en la escuela pero este salía
corriendo como alma que se la lleva el diablo, trataba de alcanzarlo pero siempre lo perdía de vista.

Estaba desesperado por ver al lindo omega que lo traía loco, su teléfono solo llamaba a Jimin pero
sin recibir respuesta, los mensajes eran iguales, se estaba cansando de no hacer tanta cosa al
respecto así que comenzó a planear como podría llegar hasta el pequeño, se arrepentía cada día
de no haberlo reclamado como suyo cuando tuvo la oportunidad pero ahora debería pelear por el
lindo corazoncito de Jimin, y estaba seguro de que lo haría porque su vida comenzaba a ser un
infierno sin los labios del menor, sin sus caricias, sin sus ojos lindos y brillosos, sin ese aroma adictivo,
sin esa voz angelical, sin Jimin.

El primer día, después de darse cuenta de que salía a las dos de la mañana solo con una camiseta y
pantalones, no pudo dormir bien y eso le causó un par de bolsas debajo de los ojos, extrañaba su
olor, su presencia. El día siguiente no pudo concentrarse en lo que hacía ganándose regaños de
personas mayores, así estaba él resto de horas, distraído y triste por la falta de su omega.

Su lobo no aullaba ni ladraba, era como si se hubiera dormido, no movía la cola ni jugueteaba en su
interior, lo peor era que su celo se acercaba cada vez más y sin su pareja predestinada sería la peor
experiencia que tendría en su vida. Retorciéndose en su cama pero lo peor sería que estaría
completamente solo.

Se encontraba en el jardín del menor, eran las 12 de la noche y solo habían algunas personas
caminando por la calle, la luz del cuarto del menor se había apagado hace una hora y Yoongi había
esperado a que se durmiera y todas las luces de la casa se apagaran; miró a todos los lados y se
ayudó de un árbol para poder subir hasta la ventana del menor, se arañó el brazo con una rama y
se cayó algunas veces golpeándose diversas partes del cuerpo que pronto se volverían moretones
de diversos colores, la peor parte se la llevó su pierna al momento de llegar a la ventana indicada,
una rama desgarró su pantalón, que era delgado, y le arañó la piel haciendo que sangrara.

No le importó el estado de su cuerpo y levantó la ventana muy lento para no hacer ruido, metió
primero una pierna para después ayudarse del marco de la ventana y entrar dando un salto, cerró
los ojos al darse cuenta de que había hecho un poco de ruido pero Jimin continuaba respirando
tranquilo en la cama con las sábanas hasta el rostro, cerró la ventana y se acercó al omega siendo
testigo de como movía su naricita al percibir el aroma del mayor quien se asustó del solo pensar de
que sería atrapado.

Se tiró al suelo lo más rápido que pudo sintiendo dolor en los brazos y pierna soltando un gruñido
que hizo despertar al menor quien prendió la luz de su lámpara para poder ver mejor, lo que se
encontró no fue nada bonito, Yoongi estaba totalmente sucio y con la camiseta destrozada, los
brazos llenos de arañones y moretones pero su vista fue directo a la pierna del mayor, encontrando
sangre en el pantalón de este.

-¿Qué diablos te pasó?- aunque no quisiera su lobo estaba aterrado al ver a su alfa en tal estado,
Jimin se levantó lo más rápido que pudo para buscar algunas toallas limpias y un botiquín de
primeros auxilios, cuando se dirigió hasta su baño y estuvo de vuelta vio que él alfa estaba sentado
al lado de su cama con la cabeza hacia atrás tratando de calmarse.

-Jimin- Yoongi tomó aire y lo miró con los ojos llorosos -Perdóname- suplicó mientras trataba de
levantarse como podía fallando en el intento pero volviendo a insistir en ese mismo instante -
Perdóname, perdona a este estúpido alfa- se dejó caer en los pies de Jimin mientras miraba su
pierna ensangrentada.

Jimin se quedó boquiabierto ya que un alfa jamás perdería su orgullo de esa manera, pidiendo
perdón en el piso y a los pies de un omega, pero de seguro todo eso era un simple broma, negó y
ayudó al mayor a pararse lo suficiente y sentarlo en su cama, comenzó a quitarle la camiseta para
después pasar la toalla mojada y retirarle la tierra y limpiar las heridas, puso algo de alcohol en las
heridas causando que él mayor agarrara su mano por el ardor.

-¿No prefieres que me quede así?- preguntó con voz ronca el mayor -¿Qué me quede como estoy?
porque me lo merezco- volvió a hablar siendo ignorado por el menor, Yoongi estaba muriéndose,
pero de nervios -Jimin, cachorro- dijo mientras intentaba que el omega lo mire.

Jimin abrió los ojos y miró hacia arriba esperando ver alguna señal de que era el lobo quien hablaba
y no el mismísimo Yoongi, pero todo estaba normal, sus ojos del mismo color y no había nada raro
aparte de su forma de hablarle. Sonrió un poco al escuchar el apodo pero siguió haciendo su
trabajo.

-Cachorro, por favor no me ignores- Jimin se alejó dejando que hable solo y le pasó una camiseta
grande que le pertenecía, la puso a un lado de la cama para que él mayor la cogiera, se arrodillo y
quitó los pantalones del pálido, dirigió su mirada a la herida que había en su piel y comenzó a
limpiarla de a poco -Si no hablaras tú, lo haré yo, cuando te fuiste de mi departamento me dolió el
pecho, sentía que me faltaba algo y eras tú, Jimin- dijo mientras que sentía como un gigantesco
peso se le iba de encima.

-Usted me dijo que me vaya cuando me levante- habló al fin el menor sin mirarlo si quiera
continuando con lo que hacía y echando alcohol en la herida.

-Demonios- se quejó por el ardor pero siguió hablando -Lo sé, cachorro juro que ahora sé lo que
pasa entre nosotros, sé que eres mi omega y que yo te rechacé en más de una ocasión, estuvo mal,
pésimo, hacer eso pero ahora entre en razón- suspiró y agarró el brazo del menor.

Lo jaló hacia arriba y lo acunó entre sus brazos, juntó sus frentes haciendo que él espacio que
quedaba entre ellos se minimizara, lo tomó de la cintura y respiró ese dulce aroma que tanto
añoraba, el menor solo atinó a quedarse quieto sin decir ni una sola palabra sintiendo lo frío que
estaba el pecho del alfa, el contacto era lo que ambos necesitaban pero solo uno estaba dispuesto
a dar en ese momento, Yoongi.

-Cámbiate- sentenció Jimin safándose del agarre y yendo a buscar un par de pantalones que
pudieran quedarle al mayor, el alfa tomó la camiseta y se la colocó mientras trataba de encontrar
el aroma del menor en esa prenda pero solo olía a detergente.

-Necesito remediar todo, cachorro, te necesito a ti, acepta a este tonto alfa- el omega le dio unos
pantalones haciendo que el mayor se los ponga muy rápido, con tal de escuchar la respuesta de su
lindo omega -¿Qué dices cachorro?- se paró de la cama haciendo una ligera mueca de dolor.

-¿Qué te parece si cambiamos de lugar? Ahora yo te rechazaré, ya conoces la puerta y puedes irte
por ahí para que no te hagas más daño- lo empujó hacia la puerta y cuando el alfa ya estuvo fuera
cerró de un portazo importándole poco si sus padres oían todo. Yoongi no quiso insistir, ya no podía
hacer nada en ese momento.

25
Jimin cayó al piso en un llanto silencioso después de haber botado a su alfa de su habitación, se
sentía la peor persona en el mundo pero que importaba, él había hecho lo mismo con él, sabía que
las lágrimas pararían pero no contaba con que Yoongi comenzara a dar pequeños golpecitos en la
puerta para llamar su atención.

—Conoces la salida, Min— dijo con tanta frialdad que ni el mismo se dio cuenta, pero parecía que
el alfa hacía oídos sordos a las palabras ya que seguía con el toqueteo en la puerta —deja de
golpear— dijo Jimin en un intento de salirse con la suya y que de una vez por todas ese alfa se vaya
de su cuarto.

—Solo— escuchó como suspiraba rendido —solo escucha lo que te diré— el omega decidió hacer
caso porque había algo en la voz de Yoongi que le transmitía dolor, su lobo le avisaba que algo
pasaba con su pareja predestinada, algo no tan bueno —mi padre, por él es que no quiero aceptar
lo cuanto que te quiero, no deseo ser como él en la relación que tenga contigo, mi padre es un ser
demasiado desagradable al cual traté de entender todos estos años obligándome a borrar el amor
de mi corazón y meterme en la cabeza una idea errónea de los omegas, mi padre convirtió a mi
madre en un ser que jamás pensé ver en la vida, tan despreocupada de su propio hijo aunque su
instinto materno le pidiera lo contrario, tan calculadora y fría con todo lo que pasa, tan sumisa con
su alfa pero tan cruel con los demás, no le deseo esa suerte a ningún cachorro, no sabes cuantas
mujeres vi entrar en la casa acompañadas por mi propio padre aunque mi progenitora estuviera
preparando algunos trabajos, lo peor era que ni siquiera le importaba, yo sabía que eso estaba mal
pero simplemente no encajaba en esa casa con la idea de amor que yo tenía, así que a la fuerza
tuve que aprender de lo que mi padre hacía con la única condición de no tener una pareja, de no
reclamar a un omega ya que si lo hacía me comportaría igual que mi padre, tan ciego me volví que
no pude distinguir entre el deseo y amor, me quisiste hacer entrar en razón de muchas formas—
soltó una pequeña risita mientras pegaba su cabeza a la fría madera y luchaba por no llorar —pero
no me rendí y seguí con mi torpe pensamiento, mi objetivo nunca fue hacer daño a otras personas
porque si lo hacia sería como mi padre, por esa razón no creaba lazos con nadie y aclaraba todo
antes de empezar una aventura lujuriosa con alguien, pero te encontré a ti y destruiste esa barrera
que había creado alrededor mio, me negaba a amarte porque no quería hacerte daño, yo sabía que
tu eras mi pareja predestinada porque desde que te vi mi corazón late con mas fuerza y una
estúpida sonrisa aparece en mis labios cada vez que escucho tu nombre o te miro, lo sé fui un
patán, estúpido, imbécil, idiota, todo lo que tú quieras, pero no quiero dejar las cosas así, tampoco
pienso que me perdones de un día para otro como si nada de esto hubiera pasado, sé que esta vez
tú eres más fuerte que yo y nada podrá cambiarlo, pero has logrado abrirme los ojos, me has
devuelto la vista a duras penas y lo agradezco porque ahora lo único que puedo ver es a ti, si no
quieres volver a verme lo entenderé perfectamente, ¿Quién quiere ver a un alfa que se aprovechó
de el omega más perfecto que existe en la Tierra? Nadie. Ahora el que depende de ti soy yo, extraño
tus ojos, esos que tenían un bello brillo especial cada vez que veían algo nuevo, extraño tu voz
diciéndome algunas cosas bonitas, extraño tu risa y tus labios rosados, tus mejillas regordetas tan
adorables, extraño tu olor ese que me volvió loco desde el primer día que lo pude percibir, te
necesito demasiado Minnie, ya no te incomodaré más. Si no quieres hablar solo golpea la pared,
una vez si quieres que me vaya y dos veces si quieres que me quede aunque sea unos minutos más.
Jimin lo pensó, su cuerpo había estado tan relajado al escuchar la voz de Yoongi tan cerca una vez
más, se conmovió a saber que se había preocupado por él aún si no se daba cuenta de que lo hacía,
sus ojos estaban llorosos y sus manos temblaban por tal confesión muy íntima de Yoongi. Sabía
que no podía perdonarlo así como así pero no estaría tan mal hablar por unos momentos con él,
aunque si se quedaba corría el riesgo de que le fallara su sentido de razón y se acurrucara en sus
brazos como un bebé necesitado de caricias.

Yoongi solo se mantuvo quieto mientras esperaba el golpe en la madera que le diera alguna señal,
estaba angustiado y su lobo seguía sin responder desde días, su mente solo pensaba en Jimin y en
Jimin era lo único que queria pensar, el mencionado levantó un poco su mano y dio un golpe casi
inaudible pero lo suficientemente fuerte para que el que estuviera al otro lado lo escuchara,
“Vamos, toca una vez más” rogó en su mente Yoongi esperanzado de escuchar lo que tanto
quería. Uno, dos, tres, cuatro y cinco segundos pasaron sin obtener otro golpe así que derrotado
se fue, con la cabeza baja, como jamas lo había hecho, caminó escaleras abajo sin hacer ruido con
mucho miedo de que despertace alguien y lo viera.

Jimin suspiró y dio otro golpe en la dura madera, para después pararse y abrirla con una pequeña
sonrisa que transmitía tranquilidad, pero no encontró a nadie y se dio una bofetada mental, su
pequeño tiempo tomado para, supuestamente, darse cuenta de que hacía bien le costó que
Yoongi se vaya de ahí, cumpliendo lo que había dicho.

Escuchó como la puerta principal recién se cerraba y un dolor apareció en su pecho, su lobo
comenzó a aullar muy fuerte a tal magnitud que Jimin empezó a llorar en silencio en la oscuridad
de su cuarto, cerró la puerta y se acurrucó en su cama para poder sentirse protegido aunque sea
por un par de mantas, necesitaba de Yoongi y no sabia muy bien porque los días que no había
estado con él la había pasado muy mal, encerrado en su cuarto y solo saliendo para la escuela y a
comer, escapar hacia el baño cada vez que lo veía porque su rostro le hacía recordar el tremendo
rechazo hacia su ser.

Le dolía la cabeza y volteó su cuerpo para poder sacar unas pastillas para bajar el dolor, pero se
encontró con las pastillas anticonceptivas y la pequeña “carta” de Yoongi, había seguido
tomándolas porque un cachorro no podía crecer en las condiciones que estaba su vida en ese
momento, no sería sano para ninguno de los dos.

Lo habían rechazado en más de una ocasión siendo tratado como un juguete, su plan no había
salido bien y estaba seguro de que el lobo de Yoongi dormía para no seguir sufriendo, no había
sentido ese aura tranquila en él, ese aura que le hacía saber que el lobo de Yoongi estaba con él;
agarró su teléfono y le envió un mensaje a Taehyung, rezando para que se levante y puedan hablar
aunque se aun rato, pero no obtuvo respuesta alguna, era comprensible.

Dejó el teléfono en su sitio y continuó mirando el techo blanco como si fuera la mejor cosa en el
mundo, pensó demasiado hasta quedarse dormido, mientras que Yoongi caminaba por las calles
sin rumbo, había expresado lo que sentía mediante palabras por primera vez en la vida y seguía sin
sentirse correcto.

Caminó por algunas calles hasta divisar un bar que abría 24 horas, sabía que no debía beber pero
un par de tragos no hacen daño a nadie, entró y estaba casi vacío, miró y vio a varias personas al
borde de la inconsciencia tomando cerveza, le causó asco ver como se maltrataban demasiado y
salió del lugar arrepintiéndose del pensamiento que había tenido de ir al bar. Siguió caminando
hasta llegar a su edificio y entrar para abrigarse un poco encontrándose con el recepcionista
durmiendo un poco.

Siguió su camino hasta entrar al ascensor en donde espero unos segundos hasta llegar a su piso,
se abrigó con sus brazos y abrió la puerta con lentitud, todo estaba oscuro y desordenado que le
daría mucha vergüenza que alguien entre ahí, desde que Jimin no le prestaba un poquito de
atención no tenía caso seguir normal. Cerró la puerta y se tiró en el sofá sintiendo como algo en su
vientre empezaba a doler.

26
A la mañana siguiente Jimin solo tenía ganas de hacer una sola cosa, ir a visitar a Yoongi, su lobo
estaba desesperado por verlo pero Jimin no entendía la razón de porque tanto interés en ver a
alguien que le había hecho daño, regañó un par de veces a su lobo haciendo que este le grupera y
siguiera con la misma petición. Salió de su cama sintiendo la gélida brisa correr por su piel haciendo
que temblara y volviera a meterse entre las sábanas maldiciendo el no haberse puesto calcetines
la noche anterior.

—Jiminnie, tienes que salir ya, hace días que no te vemos sonriendo— era Taehyung, hacía siempre
lo mismo con el único objetivo que ver a su mejor amigo sonreir, no obtuvo respuesta así que
decidió cambiar de método y se aclaró la garganta —¡Mira niño llorón, me sales de tu habitación o
juro que tiro la puerta y te saco de los cabellos! ¡No vine a Seúl para verte llorando por un pendejo
que no te valora!— esas palabras le causaron una combinación de miedo y risa al omega que yacía
en la cama, aunque sabia que Taehyung no era capaz de hacer tal cosa decidió salir de lo cómodo
y calientito que estaba para ir con su amigo.
Gateó en su cama para poder alcanzar sus pantuflas de perrito que estaban al otro lado y poder
caminar en el frío piso, comenzó a ir hasta la puerta de donde se seguían escuchando golpecitos
pequeños y la abrió haciendo que Taehyung sonriera al ver a su amigo por fin interactuar con él. El
cabello rosado, no tan rosado porque el tiente ya estaba desapareciendo, despeinado le causó risa
al otro omega quien lo abrazó muy fuerte.

—Al fin mi pequeño Mochi, vete a asear y baja que Hobi quiere salir al centro comercial a comprar
algunas cosas, de paso te pones otro tinte que ese ya esta fatal— decía eso mientras lo empujaba
hacia el baño para que pudiera, en otras palabras, renovarse con un buen baño de agua fría.

—TaeTae, no tengo demasiadas ganas de salir ahora— se quejaba mientras recibía pequeños
empujoncitos —yo quiero quedarme aquí en la casa, tomar un chocolate caliente y ver películas en
Netflix— hizo un puchero que fue monumentalmente ignorado por el contrario.

—No te pregunte si querías salir, te dije que vamos a salir así que rápido pequeño cachetón que
tienes que ducharte— terminó de empujarlo y consiguió que Jimin entrara al cuarto de baño —Te
me apuras porque salimos en media hora— sin mas que decir se fue a buscar ropa linda para su
amigo.

Jimin solo miro el piso y suspiro, si no hacía lo que su amigo pedía sabia que terminaría con un
pequeño castigo, no se imaginaba cual podría ser pero de solo pensarlo se le erizó el cabello de la
nuca, se quitó la ropa y se metió en la ducha dejando que el agua cayera en su cabeza y cuerpo,
estaba relajándose a pesar de que el agua era fría, estuvo así un rato: dejando que todo
pensamiento se alejara de su mente y solo existiera ese chorro artificial de agua.

Agarró su toalla para después envolvérsela en la cintura para poder salir, pensaba que su habitación
estaba vacía pero se encontró con su amigo tirando ropa en la cama mientras gruñía un poco, miró
extrañado y se sentó en su cama mientras intentaba entender.

—¿Qué estas haciendo?— preguntó haciendo que Tae se voltee sonriendo emocionado —¿Tae?—
este se acercó y le tiró un par de boxers en la cara para que se los ponga, esperó que el otro se
volteara para poder vestirse y así lo hizo, se quedó en ropa interior mientras que el intruso seguían
escabulléndose en lo más profundo de su armario.

—Listo, ya tengo tu ropa, ahora te pondrás esto y saldremos al centro comencial— le puso las
prendas donde pudiera verlas y salió de la habitación no sin antes recordarle que se apurara.
Una camiseta gris que dejaba ver sus clavículas y parte de tu hombro, un poco largo pero no tanto
como para cubrir el trasero, un par de pantalones negros apretados con algunas rasgaduras en los
muslos, sabia que eso era demasiado para su gusto pero no quería negarse a tomar un poco de
aire y salir de esa cárcel llena de recuerdos. Se vistió rápidamente y obligó a su lobo a salir de su
escondite para que pueda estar mejor, este entendió a lo que quería llegar y comenzó a calmarse
de a poco, salió de la habitación ya vestido y listo para salir con sus amigos.

Bajó las escaleras dándose cuenta de que su olor volvía a la normalidad, tan fuerte como siempre,
dio media vuelta hacia su cuarto para poder coger un supresor para el olor, eso era algo raro ya que
desde que Yoongi comenzó a tener relaciones con él este había disminuido, o eso había creído, la
pastilla pasó por su garganta junto con el agua y volvió a salir. Su lobo comenzó a desesperarse de
nuevo, siendo calmado casi de inmediato; Taehyung y Hoseok lo esperaban en la sala de estar
preparados para salir en el momento de que su lindo amigo bajara.

Notaron la presencia del omega y se pararon de los sofás con una sonrisa, abrieron la puerta y
salieron en dirección al centro comercial más cercano que tuvieran, caminaban juntos y
pausadamente, ese era el momento en el cual tenían que relajarse lo más que podían y lo
aprovecharían al máximo. Cuando llegaron Taehyung corrió junto con Jimin hacia una peluquería
que el pelirosado ya conocía porque hace meses se había teñido el cabello en ese mismo lugar,
Hobi solo caminó despacio mientras sonreía de ver como su bebé se divertía con su amigo.

—Lo quiero de color negro— le dijo al chico que estaba atrás suyo mientras se sentaba en la silla
frente al espejo —ya sabes que si quieres puedes cortarlo como quieras— recibió una sonrisa de
este quien le comenzó su faena.

Taehyung se quedó mirando por unos segundos para después irse a los brazos de su alfa quien
miraba todo lo que hacian a una distancia moderada, Tae solo le dio un beso en los labios mientras
comenzaba a planear algunas actividades que podrían hacer en la tarde, una salida al cine no estaría
nada mal, o tal vez al parque a caminar mientras charlan de muchas cosas, o solo quedarse en casa.

Mientras tanto Yoongi se retorcía en su cama, su lobo no quería aceptar a nadie más que no fuera
Jimin y el humano no contaba con que su celo podría verse afectado por la llegado de su pareja
predestinada, la excitación era imposible de controlar sabiendo que podría pasar su celo junto al
omega que tanto deseaba pero no podría hacerlo ya que no estaba con él y sabía que Jimin no
quería verlo ni en pintura.
Miró su teléfono y marcó el número de Jimin, los timbres se escucharon fuertes y claros, la espera
se hacia eterna si se trataba de Jimin, atendieron al tercer tiembre y el rostro de Yoongi cambió a
una de felicidad, pero un dolor en la parte baja de su estómago le hizo gruñir algo fuerte.

Jimin estaba con el cabello mojado y de color negro, se le veía espectacular, tanto así que le dieron
ganas de mostrarle a Yoongi su nuevo color, no, sacudió la cabeza para poder quitarse ese
pensamiento de la cabeza y se volvió a sentar en la silla giratoria esperando a que le secaran el
cabello y poder irse del centro comercial, sus amigos ya habían comprado todo lo que necesitaban
y solo esperaban al omega que recién estaba por terminar de teñirse el cabello, sintió la brisa
artificial que el secador dejaba en su cuello y se relajó un poco, cuando ya no hubo ninguna gota de
agua en su cabello se paró y pagó por los servicios que le habían sido otorgados, se dirigió hasta
sus amigos quienes esperaban en algún lugar de la sala de comidas, sacó su teléfono del bolsillo y
una llamada salió en su pantalla, era ese alfa que odiaba y amaba.

—Justo hoy, tenía que ser hoy— miró la pantalla y se atrevió a contestar después de unos segundo,
no escuchó nada hasta que un poco lejos se distinguió un gruñido gutural que le puso nervioso y
ansioso, algo pasaba y sabía que tenía que ir a la casa de su alfa, algo pasaba y sentía que el podía
ayudar.

—Jiminnie, ¿No quieres acompañarme un momento?— esa voz sexy que escuchaba lo volvía loco
de tantas maneras, solo escuchó un jadeo en respuesta —Vamos Jiminnie, tu alfa necesita de ti—
odiaba cuando su Jimin lobezno se ponía así, tan sumiso pero algo había aumentado dentro de su
cuerpo y se debía a Yoongi y a su hermosa voz ronca.

Escribió un mensaje corto a sus amigos avisando que se vayan si él, salió del centro comercial para
después parar un taxi que lo llevase directo al edificio del alfa.

27
Los pies del omega no dejaban de moverse nerviosos en el piso del taxi que parecía moverse de
una forma demasiado lenta entre las calles poco transitadas, sentía como algo dentro de su cuerpo
se movía frenéticamente y pareciera que los días que estuvo intentando olvidar al alfa se hubieran
borrado en menos de un segundo haciendo que todos sus esfuerzos fueran en vano, el conductor
gracias a la madre Luna era un beta ya que si no lo fuera su olor a excitación y algo más lo delatarían
de un momento a otro, su lobo estaba ansioso por llegar al edificio del alfa y ayudarlo con lo que él
pidiese pero una parte de Jimin decía que estaba siendo un estúpido al ir tan rápido con Yoongi y
entregarse nuevamente sin rechistar o dejárselo un poco más difícil, pero algo podía llegar a
entender de la historia que le había contado detrás de la puerta de su habitación, pero eso no
justificaba tan horrible comportamiento hacia su persona, que hubiera hecho él si su padre hubiera
hecho los mismo, ahora ellos ya no se preocupaban mucho por él pero seguía sintiendo ese afecto
que por más mínimo que sea estaba ahí, tan presente como tan ausente a la vez.

El taxi paró de repente haciendo a Jimin despertar de sus ensoñaciones, le pagó lo que costaba el
viaje y salió del auto dirigiéndose a la puerta del edificio, suspiró y entró a ese lugar de donde la
ultima vez había salido sintiéndose vacío, dejó el enojo que le provocaba haberse sentido débil,
confiado, enamorado, caminó y vio al recepcionista que lo había visto llorar por unos segundos, no
le importó la pequeña sensación de vergüenza y apretó el botón del ascensor haciendo que se
abriera la puerta metálica, entró en ese pequeño espacio que más parecía una transición frustrante
a lo que vendría después, apretó el botón del piso que correspondía y esperó unos segundos
apoyado en la pared, un mechón su cabello recientemente negro yacía en su frente así que lo
movió, al momento de realizar tal acción el ascensor hizo sonar una campanita que avisaba la
llegada al piso elegido, tembló y dudó un segundo lo que estaba a punto de hacer, se metería a la
boca del lobo por su propia cuenta sabiendo que podía salir más muerto de lo que ya estaba.

Su olor ya estaba demasiado notorio hasta para el mismo, parecía que ese problema que tenía, y
que había desaparecido de un momento a otro, hubiera vuelto a renacer en ese mismo instante,
divisaba la puerta del alfa al final del pasillo tal como si fuera una película de terror y el personaje
principal fuera el mismo, sabiendo que morirá en esa habitación pero aun así yendo por pura
curiosidad y quías terquedad, una parte de él rogaba por estar en los brazos del alfa y acurrucarse
cual niño necesitado de abrazos, la otra gritaba que parase y vuelva con sus amigos a pasar el rato
como lo habían planeado sin ninguna preocupación, pero ya estaba ahí, dispuesto a dejarse llevar
por sus instintos primitivos y bloquear la razón de una vez por todas. Sintió como se le subía el
pulso y sus labios se secanban en busca de contacto, se dejó de rodeos y tocó la puerta firmemente
haciendo que él mismo se asustarse por los pasos que se escuchaban desde el interior.

—¿Jiminnie?— se oyó desde el otro lado de la puerta seguido de un quejido de dolor, era Yoongi,
su voz rota lo decía —¿Jiminnie, estás aquí?— preguntó sin abrir la puerta pero nada quería salir de
la garganta del nombrado, el nervisosismo lo tenía totalmente cegado.

—Sí— alcanzó a decir, suspiró y esperó a que abriese la puerta para poder ver que pasaba pero eso
nunca pasó.

—Te hice mucho daño, no quiero causarte más dolor, sera mejor que te vayas antes de que te
arrepientas porque estoy por abrir la puerta— lo quería proteger, se le ablandó el corazón de solo
escuchar el tono de voz del alfa, quien había dejado el orgullo de lado para poder conseguir el
perdón del omega.
—No— simples monosílabos, era todo lo que podía soltar, no quería irse, sabía que el lobo de
Yoongi lo amaba y quizás el humano aprenda de eso, se sentía seguro del amor que el lobo le
profesaba y el humano no sabía de semejante cariño que estaba en su interior.

La puerta se abrió dejando ver a un Yoongi sudoroso y con ropa ligera, con la mirada baja y
agarrándose el estómago, alzó la vista gruñendo por lo sexy que se veía su omega con el cabello
negro, contrastaba perfectamente con su piel clara. Le agarró la muñeca y lo jaló hacia el interior
cerrando la puerta fuertemente, lo acorraló contra la pared mirándolo fijamente a los ojos
inhalando el delicioso aroma que emanaba la piel de su omega.

—Te extrañé tanto, cachorro— besó los labios ajenos lo que hizo gemir a Jimin, pero había algo
raro en aquel beso, transmitía amor puro y sincero, algo que jamás había sentido en los fríos besos
del mayor, su lobo peleaba por salir y lo logró, sus ojos se volvieron más oscuros y el lobo de Jimin
tomó posesión del cuerpo, entrelazó sus brazos en la nuca del alfa haciendo más profundo el beso
mojado que tenían. Al momento de separarse sus respiraciones estaban alteradas y el olor a alfa
en celo cegaba totalmente los sentidos del menor quien estaba más que nervioso por lo que
pasaría después, su lobo estaba ahí al igual que el de Yoongi y eso le transmitía cierta tranquilidad,
el rubio tomó la mano del omega y lo guió hasta el sofá de la sala en donde anteriormente se había
quedado esperando.

—No quiero cometer el mismo error de mi humano, así que si no quieres ayudarme en mi celo lo
entenderé perfectamente— el lobo de Yoongi estaba luchando contra sus instintos de tomarlo en
ese mismo momento y enterrar sus dientes en esa piel brillante del cuello de Jimin. Este no sabía
que responder pero el impulso de querer pertenecer a ese alfa lo carcomía por dentro así que
asintió asustando al mayor quien pensaba que su lindo omega se iría sin decir nada pero lo que hizo
él lo dejó atónito.

El pelinegro se acercó más y depositó un tierno beso en los labios del mayor haciendo que este lo
atrajera hacia sí mismo para poder obtener más contacto —No me quiero ir, cualquier problema
que tengamos es mínimo ante el amor que sentimos— se sentó a horcajadas del alfa bajando su
rostro hasta la hendidura del cuello pálido de Yoongi en donde inhaló profundamente el exquisito
aroma que desprendía la tan nívea piel.

Yoongi acarició la grácil cintura del menor con sus pulgares mientras Jimin movía su trasero en la
erección que tenía su necesitado alfa, los besos mojados empezaron en segundos haciendo
suspirar a ambos amantes, el rubio bajaba los besos hasta el hombro del menor tratando de
recordar el tan bello cuerpo que tanto añoraba; se dejaban llevar por el momento cargado de lujuria
por parte de ambos, el lobo de Jimin estaba jugando con el cabello del contrario pero paró cuando
sintió que Yoongi lo alzaba en brazos llevándolo hasta su habitación. Caminaban entre risas y
miradas enamoradas con algunos besos de por medio, cuando llegaron la acción comenzó a subir
de tono ya que ahora Jimin se encontraba desnudo, al igual que el alfa, en la cama comiéndose a
besos entre los dos mientras que sus erecciones se rozaban deliciosamente en busca de más
placer.

Los labios de Yoongi bajaron hasta los rosados pezones del omega lamiéndolos y chupándolos a
su antojo logrando que el perfecto cuerpo que se encontraba bajo suyo se estremeciera con cada
toque, bajó las lamidas por el vientre del menor mientras olfateaba un poco sintiendo como su lobo
también se estremecía por tan provocativo olor, dejó un par de besos en la cadera del menor y
volvió a subir, Yoongi estaba deseoso e inquieto por tomar y reclamar a su omega pero se daría un
poco de tiempo para mimarlo lo necesario.

Acarició cada parte de la anatomía ajena recibiendo ronoroneos de gusto por el menor, sabia que
su pequeño se sentía bien y le encantaba esa sensación de calidez en su pecho, dejó las caricias de
lado para volver a besar esos apetecibles belfos rosados de Jimin, besó esa naricita de botón que
tenía para luego pasar a sus mejillas y hacer lo propio pero cuando bajó hasta su cuello un gruñido
se le escapo haciendo que el omega respondiera sumisamente girándose dejando su trasero a la
merced de Yoongi, de su hambriento alfa en celo.

—Alfa~— suspiró Jimin mientras apretaba las sábanas con sus dedos —Te necesito— pidió y
Yoongi hizo caso a las palabras del pequeño, sabía que si lo hacia por fin en su vida haría algo bueno
y tendría una razón por la cual vivir.

—Mi lindo omega— pasó un par de dedos por la entrada del menor dándose cuenta de lo bien
lubricado que estaba, así que sin pensarlo más alineó su miembro y penetró muy lentamente para
no dañar al menor.

Reprimió sus deseos de moverse frenéticamente y dejó pequeños besos en la espalda de Jimin, a
este le había dolido pero dicho dolor estaba desapareciendo siendo reemplazado por placer, se
sentía lleno a medida que Yoongi se enterraba en su ser, se sentía completo con él. El omega fue
el que comenzó a moverse haciendo saber que estaba listo y que toda incomodidad estaba
olvidada, el mayor comenzó a moverse gimiendo ronco por el tremendo placer que le causaba
sentir el interior de Jimin, este gemía y por momentos gritaba en nombre de su alfa provocando
que este aumentara la velocidad de sus movimientos haciéndolo gritar.

Yoongi quería encontrar ese punto que hacía delirar al pelinegro así que cambió de posición
dejando a Jimin en cuatro y el arrodillado detrás de él, agarró las caderas del menor para que sus
penetraciones fueran más duras y certeras, después de unos segundos logró lo que quería —
Demonios, e-esto es— no podía formular una oración ya que el placer estaba nublando sus
sentidos, dejó caer la parte de arriba de su torso en la cama para que Yoongi pudiera hacer lo que
quisiera, sentía un cosquilleo en su abdomen bajo, se correría pronto y estaba seguro de que su
alfa también.

El sudor cubría sus cuerpos y los gemidos se escuchaban en toda la habitación, el olor a sexo era
excesivamente notorio al igual que el aroma de la pareja combinando, Yoongi salió un momento
del interior de Jimin para poder echarlo en la cama y poder mirar su rostro mientras acaba, sus
colmillos salían al exterior y Jimin ladeaba la cabeza a un lado para recibir la marca en su piel —Me
vengo— gruñó Yoongi mientras daba unas estocadas más para después dirigir su rostro al cuello
de Jimin y clavar sus dientes en la delicada piel mientras chorros y chorros de semen salían de su
miembro.

Jimin gritó y se sintió desfallecer por tantas sentimientos al mismo tiempo, sintió como el nudo del
mayor se expandía dentro suyo y como era reclamado por ese alfa que tanto amaba, su lobo estaba
encantado al igual que el de Yoongi que había logrado su objetivo, cuando el alfa sacó los dientes
un poco de sangre comenzó a salir también, el rubio lamió la herida para que el dolor disminuyera
haciendo que Jimin gimiera por tan placentera acción.

Aún con el nudo dentro se acomodaron y Jimin quedó dormido en el pecho de Yoongi, estaba muy
cansado al igual que el mayor, no tuvo tiempo ni de besar los labios de su alfa porque esa sensación
de paz lo embargó por completo haciéndolo sentir pleno y en buenas manos así que no dudo en
dormir cómodamente con su alfa.

—Que duermas bien mi bello omega— acarició el cabello del menor quedándose el también
dormido.

El lazo ya estaba hecho tal y como Jimin había soñado, tal y como Yoongi quiso que hubiera sido
desde un principio.

28
La luz del amanecer se colaba por la ventana del mayor ya que las cortinas no estaban cerradas, los
ojitos de Jimin se sintieron incómodos y soltó un pequeño gruñidito al verse interrumpido, tan
delicioso sueño que había tenido que no quiso abrir sus ojos y ver que todo era realidad. Se removió
un poco sintiendo la calidez de la piel contraria que le hizo sonreír al momento recordando todo lo
que había pasado esa noche, su corazoncito estaba a punto de explotar cuando sintió los labios de
su alfa contra su frente y el tacto de la mano de Yoongi en su cintura desnuda.

—Buenos días, mi omega— parecía como si todos los problemas y los días que estuvo odiándolo
superficialmente hubieran desaparecido en el instante de que esas palabras habían llegado a sus
oídos.

—Buenos días, hyung— su rostro se pintó de un color carmesí muy lindo haciendo que se
escondiera en el cuello del contrario, respiró su olor tan exquisito que le hizo gemir bajito.

Se quedaron así por unos minutos, sintiendo el calor del otro mientras se daban tiernos mimos que
en ocasiones le sacaban sonrisitas a Jimin, se quedaron mirando al techo mientras que cada uno
estaba acurrucado en el otro, la tranquilidad y el cariño se sentía en el ambiente al igual que el olor
del alfa, pero la pancita de Jiminnie comenzó a rugir avisando que tenía hambre lo que hizo que
Yoongi se parara de la cama y comenzara a vestirse.

—Tenemos que comer algo, Jiminnie— dijo mientras se colocaba una camiseta suelta, y unos
pantalones cortos, estaba en su casa y con su omega, ¿Por qué no ponerse cómodos? Recogió la
ropa que se encontraba en el suelo y le dio una de sus camisetas a Jimin quien rápidamente se la
puso.

—Yonnie~ Quédate aquí conmigo— lloriqueó mientras se cubría con la sábana blanca, pero el
mayor negó y fue a por él, le hizo cosquillas haciendo que riera bajito y se removiera —¡Ya! Tú
ganas— se destapó el rostro y se paró inmediatamente poniéndose unos pantalones cortos al igual
que el rubio.

Pero a pesar de los comportamientos tiernos Yoongi seguía en celo y no podía negar que el cuerpo
de su omega era realmente sexy y apetitoso. Mientras caminaban para la cocina el mayor abrazó
por detrás al pelinegro haciendo que este sonriera, comenzó a besar su cuello lamiendo la marca y
dejando chupones en otras partes, sus manos bajaron hasta la cintura del menor y comenzó a
apegarlo hacia su cuerpo para que el bien formado trasero de Jimin rozara con su erección, el
omega suspiro y dejó de caminar, Yoongi giró el cuerpo del más pequeño para poder tener mejor
accesibilidad al cuello de este, sus manos viajaron hasta las nalgas de Jimin apretándolas a su gusto,
lo cargó y llevó a la sala de estar para poder ponerlo en el sofá.

—Mira como me pones— susurró en el oído del menor haciéndolo estremecer, le quito el pantalón
corto con una mano e hizo lo mismo con el suyo y vio que Jimin por la excitación ya estaba
lubricado, besó los carnosos labios del menor, mordiendo un poco el belfo inferior haciendo que
este abra la boca y deje paso a su lengua, el mayor agarró su propio miembro alineándolo en la
entrada del omega, bajó sus besos a la clavícula y se introdujo sin avisar provocando que Jimin
arqueara la espalda y gritara por la rápida penetración, se quedó unos segundo así, sin moverse
disfrutando del calor que le brindaba el interior del omega y esperando a que este se acostumbrara,
el menor movió sus caderas gimiendo en el proceso haciendo que Yoongi comenzara sus
embestidas fuertes y certeras, tratando de buscar ese punto que hacía delirar al omega de una
manera fantástica, siguió así durante unos minutos en los cuales el lindo omega había arañado la
espalda del pálido por el placer que este le causaba y Yoongi había dejado lindos chupetones en el
cuello del menor, cada uno ya estaba al borde del orgasmo haciendo que el mayor aumentara la
rapidez de sus embestidas.

—Mgh~ ¡Yoongi!— gemía el omega sabiendo que pronto llegaría al clímax, sentía como el nudo de
Yoongi se comenzaba a hinchar dentro suyo provocándole más placer, unas embestidas más y ya
no soportaron dejándose acabar, Jimin en su abdomen y Yoongi dentro del omega, el nudo estaba
formado y se quedaron ahí hasta que este se deshinchara para poder separarse.

—Gracias— dijo Yoongi cansado y con la respiración un poco más calmada, el rostro de Jimin
expresaba confusión por lo recientemente dicho por el mayor —por aceptar ser mi omega— de
algo estaba seguro Jimin y era de que ahora era más feliz que nunca, le dio un beso en los labios
sin segundas intenciones y solo con mucho amor.

—No me tienes que agradecer nada, Yonnie, me encanta ser tu omega— sonrió y se quedaron en
el sofá por unos minutos.

—¿Por qué negro?— preguntó Yoongi mientras cariciaba el cabello del menor —No es que no me
guste porque me encanta— Jimin rió por lo nervioso que se había puesto el mayor y negó con su
cabeza.

—Tae vio que mi color rosado estaba gastado y quiso cambiarme de color así que elegí negro— se
acurrucó un poco más hasta que recordó que sus amigos estaban solos en su casa, y sus padre
probablemente preguntarían en dónde estaba su hijo hasta sofocarlos, más tarde dejaría un
mensaje, ahora nada le importaba.

—¿Acaso quieren que te folle cada que te vea?— preguntó —porque ese color te hace ver
demasiado sensual que no me resistiría— dijo haciendo que Jimin se sonrojara un poco.

—N-no sería mala idea— una sonrisa ladina apareció en sus labios sorprendiendo al mayor, el
pelinegro rió bajito ya que el también se sorprendió por su comentario.
•••

—¿La leche en dónde esta?— cuestionó Jimin buscando el cartón de leche para su desayuno, pero
al solo encontrar uno vació preguntó al mayor.

—En esa despensa que ves allá, en la parte de abajo— señaló una especie de armario que estaba
al frente del rubio en donde guardaba lo que compraba en el supermercado.

Jimin caminó hasta dicho lugar para poder sacar lo que quería, abrió las puerta encontrándose con
todo menos con leche, bajó la mirada y vio un cartón detrás de algunas latas de atún y bolsas de
cereales, se agachó dejando su trasero alzado con obvias ganas de provocar al mayor, sonrió al
imaginarse la cara que tendría el alfa en esos momentos pero no contó con que unas manos
bajaron su pantalón corto hasta el suelo dejando su trasero descubierto.

—Mierda, sé que lo haces adrede pero no lo puedo evitar— Jimin se puso derecho y sintió como
los brazos del mayor cerraban las puertas del armario lo estampó con ello y subió la camiseta hasta
quitarla de su camino.

—Yoongi, no— se quejó el menor mientras trataba de safarce del agarre que tenía en la cintura —
lo acabamos de hacer— seguía hablando siendo ignorado rotundamente por el mayor —vamos,
Yoongi, ya para—.

Yoongi bajo sus pantalones con una mano y sin avisar penetró al menor haciéndolo gritar —Sabes
que estoy en celo y ¿me provocas de esa manera, cachorro?— soltó un gruñido al sentir lo estrecho
que estaba a pesar de haberlo cogido hace unos minutos.

—Y-yoongi, ah~ no me gusta— estaba apresado contra la fría madera del armario mintiendo sobre
lo que sentía, estaba más que claro que sí le gustaba pero no quería dejarse dominar.

—Claro que te gusta, si no fuera así no estaría gimiendo mi nombre— dijo con voz ronca el alfa
mientras que Jimin trataba de callar sus gemidos solo para llevarle la contraria al mayor, pero justo
cuando lo estaba logrando el glande de Yoongi chocó con ese punto que tanto le gustaba,
haciéndolo mandar a la mierda su pequeño juego.

—¡Ah~! ¡Sí! Ahí, alfa— dijo haciendo que Yoongi sonriera victorioso y siguiera con sus embestidas
en aquel lugar, agarró las manos del menor y las junto detrás de la espalda del mismo para poder
penetrar más fuerte ayudándose de estas.
—Que rápido cambias de opinión— dijo el alfa con un poco de sorna, siguió embistiendo en ese
lugar tratando de que estaba vez su nudo no acabada dentro del omega ya que estar parados y en
esa posición no sería nada cómodo —No te voy a anudar ¿Está bien?— Jimin solo afirmó con la
cabeza mientras mordía su labio inferior, sus ojos estaban carrados y un poco de saliva salía por la
comisura de sus labios, los colmillos de Yoongi picaban al ver el cuello descubierto del menor
expuesto hacia él así que aumento la velocidad de sus embestidas haciendo gemir aún más alto al
menor quien estaba a punto de correrse.

—Y-yonnie, m-me ¡Ah~!— no llegó a terminar la oración ya que se vino en ese mismo instante
manchando las puertas de madera con su semen, el reciente orgasmo logró que el alfa gruñera de
placer y acabara dentro del menor pero con su nudo afuera, clavó sus colmillos en la marca
renovándola por primera vez.

—¡Yoongi~!— se quejó Jimin al momento de que sintió un poco de dolor en su cuello, este había
soltado sus manos y ahora si podía apoyarse en el armario —Eres insasiable— dijo con la respiración
alterada.

—Nunca me cansare de ti, mi lindo Jimin— salió de Jimin y se subió los pantalones no sin antes
dejar un tierno beso en la espalda del menor. Jimin agarró un poco de papel y comenzó a limpiar lo
que había dejado en la puerta de madera.

Cuando ya todo estuvo en orden y el desayuno ya estaba listo se sentaron en la mesa y comenzaron
a comer —Mis padres deben estar preocupados, tengo que ir a mi casa aunque sea un rato— dijo
Jimin alzando su taza de leche con chocolate pero la idea no le gustó nada a Yoongi.

—Te acompañaré, estás recién marcado y hay demasiados alfas afuera— las mejillas del omega se
pusieron de un color carmesí muy lindo, los celos del mayor le provocaban cierta sensación en la
pancita que le hacía cosquillas.

—De acuerdo, pero primero necesito dormir un poco, me dejaste agotado— se quejó Jimin
mientras iba y se sentaba en la piernas del mayor, se acomodó de modo que su rostro quede en el
cuello del mayor para poder inhalar su aroma, se quedó ahí hasta que Yoongi terminó su desayuno
y lo cargó hasta llegar a la habitación, se acostaron juntos para después quedarse dormidos.

29
Claro, eso era, la falta de amor era lo que creaba en su corazón una capa dura que no dejaba espacio
a una pareja, pero el único que la había podido romper era ese lindo chico de ahora cabello negro
quien dormía entre sus brazos como si fuera un bebé, no podía creer todo el daño que le había
hecho pero estaba seguro de que haría lo que fuera para recompensarlo hasta por el mínimo coraje
que le haya hecho pasar o hasta la mínima lágrima que le haya hecho derramar, estaba seguro de
que haría todo lo que estuviera a su alcance para hacerlo feliz.

Lo veía dormir tan tranquilamente que parecía como que si todo fuera un sueño y en la realidad
todo hubiera seguido tal y como estaba hace días, pero no, Jimin era su omega y estaba muy feliz
de haberlo marcado, haberlo reclamado como su pareja, su lindo compañero, pero Jimin estaba
estudiando y le ayudaría a que saque las mejores notas posibles, sería una buena influencia cuando
tenga que serlo. Acarició la cintura del menor apegandolo más a él sintiendo como este se
acurrucaba a pesar de que la cama fuera lo suficientemente grande como para hasta 3 personas,
pero ese calorcito tan confortable no lo cambiaría por nada.

—Diablos, ya es tarde, sus padres deben estar furiosos— susurró mientras miraba el reloj que yacía
en la pared de su habitación, no supo cuanto lo analizó pero decidió alistarse el primero para poder
ayudar al omega en lo que pidiese pero al momento de querer separarse un pequeño gruñido se le
escapó al menor.

Yoongi rió por tan dulce gesto, movió los hombros del menor queriendo despertarlo logrando que
se escondiera en su pecho, siguió insistiendo esta vez despertándolo, vio como los ojitos del
pelinegro se abrían lentamente y alzaba la mirada para poder encontrar a la mala persona que
interrumpía sus sueños pero solo vio a su reciente alfa. Sonrió al sentir los brazos del mayor
abrazándolo y le dio un pequeño beso en la mejilla —Buenas noches, Yoonnie— dijo aun con la voz
bajita de recién haberse levantado.

—Buenos noches, Jiminnie, debemos de alistarnos para ir con tus padres— le dijo mientras daba
pequeñas palmaditas en la espalda del menor para que se despertara completamente —si no
vamos ahora te meterás en graves problemas— Jimin quiso quejarse pero al contemplar la larga
lista de posibilidades de que sus padres lo castiguen por no haber ido a dormir a su casa se le pasó.
Se sentó en la cama mientras se frotaba los ojos con sus puños, Yoongi se levantó y fue directo al
baño para poder lavarse el rostro y los dientes.

Después de unos largos minutos ya estaban preparados para poder salir, el rubio tomó sus llaves y
cartera, abrieron la puerta y salieron hasta dirigirse al elevador en donde presionaron el botón con
el número “1”, Jimin estaba muy calentito ya que su mayor le obligó a ponerse una bufanda,
guantes, abrigo y un suéter debajo del abrigo, era de noche y el alfa no quería que su lindo bebé
enfermara.
Bajaron del elevador con las manos juntas y pasaron al frente del recepcionista quien sonrió al ver
a la pareja, salieron y una brisa gélida los recibió, en esos momentos era cuando más quería estar
en su cama junto al omega mientras se daban mimos, caminaron un poco más se quedaron parados
mientras Yoongi pensaba mirando al suelo —Yo tengo auto, ¿Qué hacemos aquí?— habló en voz
alta haciendo reír a Jimin —estoy muy distraído y el único culpable eres tu mi querido pequeño—
sentenció Min alzando en brazos al omega —pagaras por tus delitos en este momento, omega
malvado— Jimin no podía estar más feliz, era la primera vez que veía esa faceta de Yoongi y le
gustaba demasiado.

—No, señor, piedad por favor— decía entre risas —¡Hey! Espera— Yoongi puso al menor en su
hombro como un saco de papas, los brazos de Jimin estaban colgados y su cabello hacia lo propio
—bájeme, prometo portarme bien— continuó su pequeña protesta pero fue en vano ya que el
rubio había comenzado a caminar hasta el estacionamiento y utilizar su auto, después de unos
segundos ya se había rendido y se dejó cargar, le comenzó a dar mareos estar de cabeza así que
cerró los ojos para no ver como el piso daba vueltas —me estoy mareando— dijo en voz bajita y
sintió como era bajado del hombro del mayor.

—Sube, bebé— le dio un beso en la frente y rodeó el auto para poder subirse al asiento del piloto,
prendió el auto y se quedo mirando la hermosa carita que Jimin tenía —¿En qué estas pensando?—
preguntó, el omega miraba al frente con el ceño fruncido y un pucherito en sus labios mientras se
mantenía sentado a su costado.

—Acabo de recordar que me dejaron un trabajo de Física en la escuela, me da mucha pereza


hacerlo, hyung— se cruzó de brazos en el asiento mientras trataba de recordar el tema principal
de dicho trabajo, había estado tan concentrado en su alfa que había olvidado por completo tan
importante trabajo.

—Te ayudaré, mañana mismo comenzamos— sonrió al igual que Jimin quien moría de ganas de
volver al departamento de su alfa para poder estar con él, puso en marcha el auto hacia la casa de
su omega mientras que el menor prendía la radio y la conectaba por Bluetooth para poder poner
alguna canción y hacer más ameno el viaje. Cuando comenzaba a ver las casas que estaban cerca
a la suya se tensó en su asiento ya que no quería que lo separen de su alfa, todo estaba saliendo
tan bien que le molestaría mucho que sus padres no aceptaran.

Yoongi estacionó el auto frente a la casa del pelinegro y apagó el motor sacando la llave del
contacto, apagaron la música y salieron del auto siendo atacados por el frío que estaba haciendo,
el rubio envolvió en un abrazo al de mejillas regordetas y así caminaron hasta la puerta en donde
dieron un par de golpes, Jimin había olvidado las llaves en el departamento de Min. Se escucharon
dentro de la casa algunas voces conocidas para el bajito, pero hubo una que resaltó más que las
otras, era la de su madre diciendo “Es él” suspiró y se preparó mentalmente para lo que fuera a
pasar. La puerta se abrió en menos de 10 segundos que parecieron una eternidad para el pelinegro,
no se dio cuenta de que había estaba aguantando la respiración hasta que soltó todo el aire cuando
el que abrió la puerta fue su amigo Taehyung y no su madre.

—¿Dónde demonios... Oh— no terminó de preguntar porque Yoongi se puso detrás de Jimin
abrazando su cintura y dejando un casto beso en la mejilla derecha de este —pues pases, tu mamá
esta demasiado preocupada y tu padre...— negó y entró a la casa dejando la puerta abierta para
que la pareja pudiera entrar.

Vio como su madre estaba mirando desde el sofá junto con su padre, Hoseok saludó con la mano
y se llevó a Taehyung a la habitación de invitados, el omega dio algunos hasta la sala de estar y sus
padres se pararon de sus asientos viendo con desaprobación. Yoongi quiso hablar pero la tensión
en el ambiente le hacia sentir demasiado incómodo, por instinto puso detrás de su cuerpo al omega
quien solo escondió su cuerpo viendo por un costado a sus padres.

—Jimin, ve a tu habitación— dijo su padre con la voz ronca y demandante —no bajes hasta que te
llamemos— sentenció y no puedo negarse, le dio un beso a su alfa y caminó tranquilamente hasta
llegar al pie de las escaleras en donde subió corriendo.

30
Jimin subió las escaleras con el corazón en la mano, no le gustaba nada dejar a Yoongi con sus
padres y peor aún si ellos sabían que el alfa había desaparecido junto con su único hijo por un día
entero, cuando cerró la puerta de su habitación las ganas de salir y escuchar a escondidas
aparecieron, pero ya no era un niño de 10 años para espiar en conversaciones que claramente eran
sobre él pero no debía escuchar, si todo salía bien le preguntaría a Min que había pasado en esa
conversación.

Pero conocía bien a sus padres, si lo mandaban a su habitación era por algo malo y no
necesariamente una escapada, sabía que se había equivocado en no llamar y decir que no iba a
llegar a dormir, pero quizás todo hubiera sido peor, un mar de preguntas y probablemente lo
hubieran ido a buscar al lugar en donde estaba, frotó sus ojos y suspiro cansado, se quitó el abrigo
gigante que le llegaba hasta sus muslos y también los guantes, la bufanda la tiró en su cama
pensando que esta se quedaría ahí pero resbaló y cayó al piso, la levantó para que no se ensuciara
encontrándose con que el piso estaba limpio y olía a limón, no recordaba haber limpiado el piso
antes de irse.
—No pienses cosas malas— decía en voz alta, su lobo estaba sentado esperando la presencia de
su alfa y su cola no dejaba de moverse lentamente de un lado a otro, miró su escritorio y vio sus
cuadernos, ¿qué más podría hacer? Estuvo a punto de ponerse a repasar algunos temas anteriores
hasta que recordó que su teléfono existía y estaba ahí para sacarlo de la preocupación.

Cuando lo sacó de su bolsillo se dio cuenta de que estaba apagado, la batería no había sobrevivido
al largo tiempo de “la desaparición de Jimin”, lo conectó a su cargador y lo prendió, mientras veía
el logo de la marca de su teléfono se sentó en su cama, giró el rostro y se quedó viendo el techo
esperando que la charla de sus padres con su alfa terminara lo antes posible para poder ir y
abrazarlo, escuchó como su teléfono sonaba como loco, más de 30 llamadas perdidas de
Taehyung, su madre y su padre, más de 50 mensajes de su amigo pero había uno recién enviado.

TaeTae

• Tu madre estaba demasiado molesta y preocupada, eres un idiota.


8:18 pm

Lo siento, no tuve noción del tiempo.


8:18 pm

Su madre.

Si mal recordaba, ella misma le había pedido nietos hace unos meses y estaba molesta porque su
hijo se haya ido con un alfa, pero también la entendía aunque solo un poco, si le decía que estaba
dispuesto a darle los nietos que él y Yoongi quisieran ¿El problema disminuiría? Una pequeña
posibilidad de que el alfa sobreviviera.

• Estoy seguro que tu madre esta acabando con tu noviecito.


8:19 pm

• Creo que ya no la cuenta.


8:19 pm

¡No digas eso Tae! Me da más miedo.


8:20 pm

• Yo solo digo, mis tíos piensan que te estas revolcando con cualquier persona.
8:20 pm
• Dicen que si vas a estar desapareciendo al menos debería de ser con tu pareja formal.
8:20 pm

Pero, Tae, Yoongi-hyung es mi pareja, es mi alfa.


8:21 pm

Se sentía tan bien decir que al fin era su alfa, que ya lo había marcado, después de escribir ese
mensaje y mandarlo se acarició la marca que estaba en su cuello sonriendo al recordar lo lindo que
se sintió que Yoongi estuviera más que feliz de que él fuera su omega.

• Jajaja, mis sentimientos estúpida, no juegues con mi corazón.


8:21 pm

No estoy jugando...
8:22 pm

• ¡Por la Madre Luna! Hubieras comenzado por ahí, Uy creo que ya es muy tarde, tus padres no saben
así que lo más probable es que lo estén amenazando de muerte si se te vuelve a acercar.
8:22 pm

Tae, ¿Qué fue lo que dijo mi papá exactamente?


8:23 pm

• Lo diré tal y cual él lo dijo: “cuando el alfa venga, si es que viene, le arrancaré la cabeza si es que no
se separa de mi hijo” así mismito lo dijo.
8:23 pm

Un momento, de algo estaba seguro y era que su padre no estaba del todo de acuerdo con el
pensamiento de su madre, no quería que su hijo tuviera cachorros a tan temprana edad ya que ni
siquiera terminaba la escuela.

Mierda.
8:24 pm

• ¿Con esa boquita besas a Yoongi?


8:24 pm
Ajá, y tu dices lo mismo cuando Hoseok te coge.
8:25 pm

• Touché.
8:25 pm

¿Puedes salir y ver que esta pasando?


8:26 pm

A mi me matan si salgo.
8:26 pm

• Estoy un poco ocupadito, sal a escondidas si quieres.


8:27 pm

Estúpido.
8:27 pm

• Así me amas ❤
8:27 pm

Bloqueó su teléfono y se paró de su cama, pero dudo unos segundos en si ir o quedarse y esperar
que todo pase, lo mejor sería que saliera en es mismo momento pero al segundo de poner su
teléfono en la mesita que tenía al costado de su cama se dio cuenta de algo, su madre había
entrado en su habitación ya que su armario estaba ordenado y su cama olía a detergente, revisó
sus cajones y no encontró la nota de Yoongi, buscó un poco más y tampoco encontró las pastillas.

Pastillas.

Se llevó las manos a la cabeza y se acarició el cabello, no había tomado las pastillas desde el día en
que se pintó el cabello, y si las tomaba ahora ya no harían efecto, diablos, había una muy alta
posibilidad de que estuviera embarazado, y si sus padres habían leído la nota estaban muertos él y
Yoongi.
31
Jimin estaba asustado y salió de su habitación sigilosamente, sabía que algo pasaba y podía ocurrir
los que menos quería, con los en puntitas caminó hasta llegar a la escalera en donde su corazón
empezó a palpitar muy fuerte, tanto que parecía que se iba a salir de su pecho.

Lo que veía era exactamente lo que no quería ver, su madre estaba sentada en el sofá mientras
veía como su padre agarraba de la playera a su alfa, no alcanzó a escuchar lo primero que dijo pero
lo único que oyó fue...

—Te voy a matar— había dicho su padre y a Jimin se le puso helada la piel, bajó como pudo y gritó.

—¡Déjalo!— cayó al momento de pisar el penúltimo escalón, golpeándose la rodilla pero se levantó
para abrazar a su alfa y gruñirle a su padre.

Minutos antes

—¿Quién eres tú?— cuestionó el alfa mayor en la sala —¿Acaso piensas jugar con mi hijo?— fue
directo al punto, de algo se caracterizaba el padre de Jimin y era en ir directo a la razón y dejarse
de rodeos.

—Soy Min Yoongi, alfa de su hijo— el rostro de los padres se tranquilizó, estaban en una relación
sería —no estoy jugando, señores— se sentaron para comenzar una conversación seria que
dependía de la amistad o cariño que los padres tuvieran con el nuevo miembro de la familia.

—¿Qué haces por la vida? ¿Acaso piensas hacerle daño?— preguntó el alfa mayor cerrando sus
manos en puños, Yoongi solo negó mientras recordaba lo mal que se había portado hace semanas
—¿Quiénes son tus padres? ¿Tienes un lugar estable para vivir?— siguió con las preguntas sin dejar
tiempo a responder.

—En estos momentos estoy estudiando, acabaré la escuela este año y tomaré el cargo de gerente
en las empresas de mis padres, no pienso hacerle daño a su hijo, es la persona que más amo en
esta vida, mis padres son dueños de una empresa que se expande por todo Corea y tengo un
departamento completamente mio— respondió a todas las preguntas sin titubear ni dejarse
amenazar por los adultos quienes veían sin expresión alguna al menor.

—Yo pensaba que sería fácil emparejar a mi hijo, en realidad casi lo estaba empujando a buscar una
pareja, pero ahora que solo se fue un día lo extrañé demasiado y no puedo imaginarme como sería
cuando ya tenga que dejarlo ir, aunque es parte de crecer así que estoy dispuesta a aceptarlo—
habló la señora Park mientras sonreía con tristeza.

—Les aseguro que a su hijo jamás le faltara algo, estará completamente bien conmigo, o eso
espero— lo último lo dijo en un susurro para no perder la poca confianza que se había ganado.

—¿El lazo ya está hecho, verdad?— preguntó el señor Park mirando hacia las escaleras, dejar ir a su
hijo tampoco sería fácil.

—Sí, puedo confirmar que fue decisión de los dos— dijo, por la mente de la madre pasó que Jimin
solo era un niño y no podía tomar desiciones de esa magnitud pero era completamente falso, ya
estaba lo bastante grande para darse cuenta de lo que hacía y en cierta forma estaba orgullosa de
él.

Un silencio incómodo se formó en la sala de estar, aunque solo pasaron algunos minutos el tiempo
en la cabeza de Yoongi fue muy largo ya que estaba con temor de lo que los padres de su omega
dirían, si decían que no lo dejarían estaba dispuesto a darse la fuga con Jimin y de ser posible sacarlo
del país, pero no hay que adelantarse a las cosas.

—¿Amas a Jimin?— preguntó el padre con mirada seria, si de algo tenía que estar completamente
seguro era del amor que se tenían a pesar de que el chico ya lo haya dicho, tenía que saber
exactamente lo que sentía.

—Como no tiene idea— respondió sin pensar —su hijo me tiene locamente enamorado, tanto
como de su físico como de su personalidad y acciones, no quisiera dejarlo por nada del mundo, si
es que la madre Luna me diera a elegir entre salvar mi vida o la de él, yo estaría completamente
seguro en salvar su vida, no me importaría nada, lo amo con todo mi ser— la madre estaba
totalmente conmovida con las palabras del menor que sonrió y asintió dándole palmaditas en la
mano de su esposo, lo había dicho con tanta sinceridad que no tuvo opción de aceptarlo
completamente.

—Mi hijo ya tiene pareja— dijo la madre levantándose y sentándose al lado de Yoongi —espero
que lo cuides muy bien, es un chico muy dulce— abrazó al menor quien recibió gustoso la muestra
de cariño de su futura suegra, sentía la angustia en su lazo con Jimin así que trató de mandarle
tranquilidad lográndolo un poco. —no me molestaría ser abuela— bromeó la señora aunque en el
fondo lo decía de verdad.
—Lo tendría que hablar con Jimin, señora— rió un poco nervioso por el tema de conversación,
aunque no estaría nada mal un cachorro con Jimin.

—Ya cariño, Jimin es muy joven, además ni siquiera han convivido— lo miró a los ojos y Yoongi
entendió perfectamente la indirecta que le mandaba el padre de su omega.

—Si me lo permiten me gustaría llevarme a Jimin a vivir en mi departamento— habló fuerte y claro
el rubio —tengo todas las comodidades que sean necesarias, si desean pueden visitarlo las veces
que quieran, pero sería un honor llevarme a mi omega, mi compañero— esa fue la señal que el
padre quería escuchar, sabía que el muchacho tenía algo bueno.

No existe mejor alfa que quien llama “compañero” a su omega, y no lo ve como una maquina para
hacer hijos, o un adorno. El padre estaba completamente confiado en dejar a su hijo en manos de
Yoongi, este le transmitía cierta confianza que solo él podía sentir y sabía que su hijo lo amaba con
todo el corazón.

—Bien, estamos de acuerdo con tu propuesta, párate— le dijo a Yoongi y este hizo caso, cuando
el alfa mayor estuvo lo suficientemente cerca agarró de la playera al menor y lo miró molesto —si
le llegas a hacer daño, si me entero de que ha derramado una sola lágrima por ti o que le has dado
un golpe, te voy a matar— una sonrisa del mayor contagió al menor pero un grito los sacó del
pequeño juego.

Presente

—¡Déjalo!— se escuchó un pequeño golpe en el piso y giraron viendo a Jimin levantarse con dolor
del piso, corrió hasta Yoongi empujando a su padre y abrazando a su alfa casi protectoramente. Un
gruñido de molestia salió de su garganta sorprendiendo a sus padres pero los brazos de Yoongi
apresaron su cintura y una sensación de paz se apoderó de su cuerpo.

—¿Acabas de gruñirme?— dijo su padre con sarcasmo mientras que Jimin estaba confundido, ¿Por
qué Yoongi se reía en vez de estar molesto? ¿Por qué su padre no había echado a patadas a su alfa?

—Cachorro, todo esta bien— dijo Yoongi en su oído y este dejó la posición en alerta
enderezándose y frotando su rodilla para minimizar el dolor —mejor ve a tu habitación y has tus
maletas ya que te vienes conmigo— sonrió y empujó un poco al menor para que vaya.

Jimin miró esperanzado a su padre para que este le diera el visto bueno, y pasó, su padre asintió
junto con su madre, sus ojitos brillaron por la felicidad que sentía y dio un saltito para después
voltear para darle un beso a Yoongi, volvió a girar pero esta vez para abrazar a sus padres e ir
subiendo a su habitación.

32
Yoongi sonrió por el comportamiento un poco infantil de su omega, los padres se tomaron de las
manos y caminaron juntos hasta la cocina quizás para hablar de lo recientemente sucedido, el alfa
no pudo aguantar más y subió las escaleras corriendo importándole poco si esa no era su casa,
cuando escuchó como unos cajones se abrían y las puertas de un armario se cerraban supo que
Jimin estaba demasiado emocionado por su espontánea mudanza. Cuando entró al cuarto del
menor, que de por cierto olía muy bien, vio que todo estaba patas arriba, muy desordenado.

—Cachorro, tranquilo— dijo Yoongi recogiendo algunas prendas del piso —mi departamento no
se irá a ningún lado, tenemos todo el día, bebé— vio como Jimin se quedaba quieto y le dirigía la
mirada con una sonrisa hermosa.

—Estoy muy emocionado, hyung— caminó un poco hasta llegar a donde estaba parado su mayor
y abrazarlo por unos segundos poniéndose de puntitas para poder conseguir un besito —quiero
irme con usted lo más rápido posible— soltó una pequeña risa contagiando al mayor quien asintió
y comenzó a doblar la ropa para que no ocupara mucho espacio en la maleta del menor.

Cuando el rubio terminó de poner las prendeas bien dobladas en la maleta siguió con los adornos
y algunos cuadros, los puso en un mochila negra que el menor tenía y se aseguro que ninguna de
las cosas estuvieran en riesgo de romperse, cuando abrió el cajoncito de la mesa de noche que
estaba al lado de la cama Jimin lo vio y soltó el pantalón que tenía en la mano, la emoción del
momento había opacado a la razón por la cual estaba tan nervioso y preocupado la última vez que
estuvo en su habitación.

Tomó su teléfono rápidamente prendiéndolo y entrando al chat con su amigo, si sus padres no
habían dicho nada era por dos razones: 1. Ellos nunca habían encontrado la carta y las pastillas. 2.
Sí lo habían pero no dijeron nada para poder sacarlo en contra de su alfa más adelante; esperaba
que fuera la primera ya que si fuera la dos estaba seguro de que sus padres harían lo posible por
entrometerse en su vida íntima.

TaeTae

¿Sabes si mis padres entraron en mi habitación?


9:15 pm
Algo desapareció de mis cajones.
9:15 pm

• Uy, perdón ChimChim, tu madre me obligó a limpiar tu habitación ya que había roto uno de sus
platos, encontré una carta no muy linda de Yoongi y pues como el chismoso que soy la leí.
9:16 pm

Te voy a matar Taehyung, pero a la vez te amo ^^


9:17 pm

• Lo sé, ah y también tomé las pastillas, se me estaban acabando y pues no quiero tener un
cachorro en estos momentos.
9:17 pm

Ahora si te voy a matar, pues resulta que no tomé las pastillas ayer y creo que puedo estar
embarazado.
9:18 pm

• Mierda, Jimin, tus padres te van a matar, bueno al menos mi tío, tendrás que ir al doctor para
que te vea y hablar con Yoongi sobre esto.
9:18 pm

Es fácil para ti decirlo, no sé que haré, al menos mis padres no encontraron la carta, igual fue
parte tu culpa.
9:19 pm

• Ya ChimChim, tu olvidaste tomarla ayer y yo no te la iba a llevar hasta donde estabas, si vas a
tener un cachorrito entonces tienes que irte a chequear.
9:19 pm

Que la Madre Luna tenga piedad de mi.


9:20 pm

Bloqueó el teléfono y lo tiró en la cama, Yoongi había quedado muy embobado al ver a su omega
hacer un puchero y fruncir su ceño ante el teléfono mientras tecleaba fuertemente, en ocasiones
su carita cambiaba a una angustiada y en otras a una aliviada, no sabía que hacía y pronto hablarían
de ello, en esos momentos solo siguieron ordenando todo hasta que después de media hora
estuvieron listos para irse al departamento del mayor, ya iban a ser las 10 de la noche y ellos
metieron las maletas en el auto de Yoongi.

—Yoonie, necesito despedirme de Tae y Hoseok-hyung— la sola mención de ese nombre le hizo
cambiar de ánimo al pálido, pero confiaba en que ese alfa no quería nada con su lindo bebé así que
asintió y entró con él ya que también debía de despedirse de los padres de Jimin.

—Lamento esta mudanza tan repentina pero yo pensaba que lo harían en el transcurso de la
semana— dijo entre algunas risas el alfa mayor mientras que se sentaba en el sofá para poder ver
una película con su esposa —pero fuiste tú el que le dijo que fuera por sus cosas así que ya no hay
ningún problema— Yoongi solo asintió y metió su mano izquierda en su bolsillo, la madre solo lo
miraba con una sonrisa en los labios y tomada de la mano de su esposo.

—Jimin esta muy emocionado y quiere irse ahora, si nos permiten nos retiraremos en unos minutos,
después de que se despida de Taehyung y el alfa de él— el rostro de los padres cambió
drásticamente pues ellos ya habían pasado por esa situación.

—Siéntate, hijo, ese par tarda más de una hora para despedirse, cuando nos fuimos de Busan
supuestamente estaba planeado llegar aquí a las 5 de la tarde pero gracias a ellos demoramos una
hora y media más— el padre negó mientras ponía “play” a la película —de seguro la película
termina antes de que ellos dos se digan un completo “adiós”— Yoongi hizo caso y tomó asiento
rogando a la Madre Luna que Jimin no se tarde demasiado.

—TaeTae, me iré de la casa, ábreme por favor— gritó y escuchó como un par de pies corrían
descalzos hasta donde él estaba, la puerta se abrió dejando ver a Taehyung con chocolate en la
comisura de sus labios y un refresco en la mano.

—¿Qué dijiste?— dijo mientras dejaba la bebida a un lado y tomaba del brazo al omega para hacerlo
pasar, vio como Hoseok también dejaba de comer para hacer espacio en la cama y botaba las
envolturas al suelo.

Se sentaron en la cama con Hoseok de expectante y oyente —Me voy a mudar con Yoongi— sonrió
haciendo que sus ojitos desaparezcan, sus mejillas se tiñeron de un lindo color rojo cuando
Taehyung soltó un chillido y Hoseok se asombró haciendo que su boca formara una “o”.
—Espera— se calmó y dejó de saltar encima de la cama para sentarse en forma de indio —¿No que
mis tíos lo iban a matar?— dijo haciendo comillas con sus dedos en la última palabra.

—Al parecer no, aún no tengo información de la conversación que sostuvieron hace ya más de una
hora— dijo acariciando su barbilla con el dedo índice y pulgar —pero pronto la tendré y te diré todo,
pero yo solo pude escuchar lo último, fue muy gracioso, yo...— comenzó a habale sin darle tiempo
a su amigo de entender lo que estaba diciendo.

—¡Hey!— llamó la atención del menor —Ponle pausa a tu película, respira— Jimin paró y comenzó
a seguir lo que su amigo decía —muy bien, toma tu estrellita— le estampó la palma en la frente
haciendo que este se quejara, Tae y Hoseok rompieron en risas mientras que el menor comenzaba
a fastidiarse —está bien, está bien, pero habla más lento, cariño, tenemos toda la noche— y con
esas palabras comenzaron platicar mientras que un alfa estaba derritiéndose de aburrimiento en la
sala de estar.

33
-Bueno Tae, me tengo que ir, espero que Hoseok comience a cambiar su forma de comer- sí, se
habían desviado del tema completamente y habían terminado hablando de por qué Hoseok comía
tantas golosinas y comida rápida, y de que Tae también se contagiaba de esa hambre voraz y
terminaba comiendo junto a él.

-Pero si todavía es...- Taehyung miró su teléfono pensando que apenas había pasado una hora pero
cuando vio esos numeritos se dio cuenta de por qué su novio ya estaba durmiendo a su costado -
creo que sí, ya son las 12:30, hasta luego Jiminnie, que te vaya bien, suerte con los cachorros- se
levantó de la cama y le dio un abrazo muy fuerte a su amigo quien sonrió y salió de la habitación.

-Si estas aquí, pequeño cachorro- le habló a su pancita mientras caminaba por el pasillo -prometo
cuidarte mucho- miró al frente y sacudió la cabeza -¿Qué estoy diciendo? Aún eres no eres un
cachorrito, bueno sí lo eres, eres mi cachorrito ¿y si son 2?- levantó la cabeza y negó para si mismo,
siguió caminando encontrándose con Yoongi y sus padres durmiendo en los sofás, la televisión
estaba con la película puesta pero esta ya había acabado, se dio una reprimenda mental y corrió de
puntillas hacia Yoongi.

Antes ir apagó la televisión y sacó la película, se quedo viendo a sus padres, como estos se habían
acurrucado en el sofá uno contra el otro terminando abrazados, sabía que los se amaban
demasiado y eso nunca cambiaria, estaba seguro de que quería un futuro en su amor con el de
ellos.
-Yoonnie- susurró mientras movía levemente el brazo del mayor, se había pasado de tardón esa
vez, mas de 2 horas conversando con su amigo sabiendo que se podían ver en cualquier momento
-Yoonnie, vamos, despierta- siguió moviéndolo hasta que consiguió que el mayor se levantara
gruñendo un poco.

-Cariño, estaba dudando en si buscarte o esperarte un poco más- Jimin se sonrojó por haber hecho
esperar a su alfa sabiendo que él fue el primero en apurarse en todo el proceso de mudanza -como
verás decidí esperarte un poco más pero el sueño se apodero de mi- hablaba con voz ronca, esa
voz le encantaba a Jimin ya que le hacía ver mas sexy de lo que ya era, el mencionado solo lo miraba
en la oscuridad de la sala de estar -¿Nos vamos?- preguntó y el omega asintió energéticamente.

El rubio se paró del sofá dándole la mano al menor y pasando en silencio por el costado de los
padres, abrieron la puerta cerciorándose de no hacer ningún ruido y así mismo cerraron la puerta
lentamente, Yoongi abrazó a su bebé para que el frío de la noche no chocara con la piel de él,
cuando estuvieron ya dentro del auto perdieron la calefacción y encendieron el auto.

-Perdón por hacerlo esperar, hyung- bajó la cabeza apenado mientras se ponía el cinturón de
seguridad -es que la conversación estaba muy entretenida y no pensé que fuera tan tarde- siguió
hablando hasta que el auto comenzó a andar, la mano del pálido se posó en su pierna acariciándola
tiernamente.

-No te preocupes, bebé- dijo con la mirada fija en el camino -en realidad la película no estaba tan
aburrida- rió un poco haciendo que Jimin haga lo mismo y que se sintiera menos culpable de haberlo
dejado esperando.

-Y-yoonnie, t-tenemos que hablar- Jimin recordó lo de la pastilla anticonceptiva y no quiso que el
tema se hiciera de esperar, aunque ya estuvieran cerca del edificio gracias a la poca circulación de
autos a media noche, tenía que decirlo antes de que todo eso pasara a mayores.

-¿Qué pasa, Jimin?- entró al estacionamiento del edificio estacionando su auto en el lugar que debía,
apagó el motor y se quitó el cinturón para poder girarse levemente -¿Uhm?- Jimin negó y se quitó
el cinturón también pero no se giró.

-¿Podemos subir primero?- el omega estaba nervioso por lo que estaba a punto de confesar pero
tenía que decirlo, ese día tampoco había tomado el anticonceptivo y no podía estar sin avisar a su
alfa.
-Si te sientes más cómodo en el departamento pues vamos- salió del auto y se dirigió a la parte
trasera para poder sacar las maletas del menor, las arrastró por el piso hasta llegar a la recepción
en donde esperaron el ascensor, estaba de más decir que Park estaba con las manitos juntas
mientras jugaba con sus dedos y analizaba cuidadosamente lo que iba a decir -Bebé, ¿Estás bien?-
preguntó cuando estuvieron completamente solos dentro del ascensor que subía hasta el piso que
correspondía.

-S-sí, solo estoy pensando- le dedicó una sonrisa no tan fiable pero el mayor se conformó ya que
estaban a punto de llegar a su destino, las puertas metálicas se abrieron y los dos salieron sin decir
una sola palabra.

Yoongi sentía el miedo en el lazo, sentía la tensión apoderarse de su cuerpo que caminó un poco
rápido para que el menor le dijera lo que sea que le tenga que decir, sacó las llaves y abrió la puerta
dándole paso a su omega a su departamento, bueno ya no era solo suyo ya que también era el de
Jimin. Entraron y el alfa dejó las maletas a un lado para después jalar del brazo, sin hacer mucha
fuerza, al menor hasta el sofá en donde lo miró fijamente tratando de descifrar lo que sus ojistos
estaban gritando.

-Listo, ¿Qué me querías decir?- preguntó sin titubeos tomándolo de la mano para transmitirle
tranquilidad, confianza, amor, pero parecía que era en vano porque Jimin seguía nervioso y parecía
como si estuviera siendo interrogado por la policía acusado de cometer un delito -¿Jimin?- llamó la
atención del otro y recién el nombrado alzó la vista para poder mirar a los ojos a su pareja, se sintió
desfallecer cuando el mayor lo atrajo hacia sí mismo y lo acunó en sus brazos.

-Lo que iba a decir- dijo con un espacio de 2 segundos entre palabra y palabra, el lobo del menor
estaba tranquilo, ¿Cómo podía estarlo en una situación así? Trató de hacerlo entrar en razón pero
el Jimin lobezno seguía hacer nada. Respiró profundo y contó hasta 3 para poder hablar.

-Cuando me marcaste- de solo recordarlo y nombrarlo Yoongi sonrió y afirmó el abrazó -no salimos
en todo ese día de aquí, entonces yo no pude tomar lo que usted me dio- el rubio no entendía a lo
que se refería, primero pensó que se refería de alguna bebida pero estaba seguro de que no era
eso.

-¿A qué te refieres?- no pudo esperar y el pelinegro decidió expresarse mejor, se sentó
correctamente saliendo del abrazo y mirando al mayor directo a los ojos, sabía que si comenzaba
a gritar o a bajar la mirada su voz se quebraría, a pesar de estar feliz por lo que pasaba existía el
miedo a la nueva experiencia y al rechazo del alfa.

-No tomé las pastillas por dos días- Yoongi no dijo nada para que el menor continuara -creo que
estoy esperando cachorritos- el alfa se quedó asombrado sin decir nada lo que le dio mucho más
miedo de que no aceptara a los bebés que venían.

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—No tomé las pastillas por dos días— Yoongi no dijo nada para que el menor continuara —creo
que estoy esperando cachorritos— el alfa se quedó asombrado sin decir nada lo que le dio mucho
más miedo de que no aceptara a los bebés que venían.

Unos segundos de pura tensión por parte de Jimin, se le pasaron mil y un respuestas por la cabeza
en donde era rechazado, quizás había cometido el error de no haber tomado la píldora a tiempo y
pensar que lo aceptaría, si no lo aceptaba él sería capaz de irse con su cachorro ya que aunque su
pancita aun no crecía su instinto paterno había salido a flote. Puso su mano en su vientre
protegiendo esa zona, miró a todas partes para ignorar la mirada confundida de Yoongi y no pensar
más, cuando sintió una mano posarse encima de la suya y acariciar también su vientre lo miró a los
ojos.

—Embarazado, mi cachorro va a tener cachorritos— una sonrisa surco sus labios y se abalanzó
hacia los brazos del menor diciendo algunos “Te amo” mientras le acariciaba la espalda, Jimin
estaba feliz de que su alfa haya aceptado su confesión y algunas lágrimas se le salieron de sus ojitos.

—Yoonnie— dijo mientras escondía su rostro en el cuello del mayor y respiraba el aroma tan
delicioso que desprendía. El mayor se separó padescansar secarle las lágrimas a su pareja y
transmitirle lo que él estaba sintiendo.

—Es muy apresurado pero lo intentaremos, no estoy preparado para ser padre pero no perdemos
nada intentándolo— dijo un poco nervioso por la nueva experiencia —lo haremos juntos ¿esta
bien?— el omega asintió con un hermosa sonrisa en los labios los cuales fueron besados por los
ajenos haciendo del momento algo inolvidable, algo lleno de amor y compresión —cuando
amanezca iremos al doctor para que te revise y nos diga que tienes que comer para que crezca
sanito, si te faltan vitaminas o algo— dijo rápidamente, estaba emocionado.

—Sí, Yoonnie, iremos pero primero hay que descansar— se paró del sofá mientras bostezaba, ya
eran más de las 12 y seguían despiertos.

—De acuerdo, ya es Domingo así que mas vale descansar bien que tenemos muchas cosas que
hacer— la carita de Jimin cambió a una que expresaba flojera a lo que tendrían que hacer.

—P-pero— lo pensó bien y dio una pisada fuerte al piso, haciendo puñitos sus manos mientras
hacía un berrinche, los ojos de Yoongi se dirigieron al contrario dándole una pequeña reprimenda
por su comportamiento aunque por dentro se estaba muriendo de ternura.

—Jiminnie— dijo en tono autoritario haciendo que el menor se parara bien al instante —vamos a
la habitación— sonrió con malicia al momento en el que vio como Jimin se hacia pequeño en su
sitio y con toda la intensión de mostrar sumisión ante su alfa, dio algunos pasos hacia al frente y
levantó la vista hacia el mayor —eso Jiminnie, muy bien— el nombrado caminó hasta la habitación
con Yoongi atrás.

—Hace tiempo que no lo hacías— dijo cuando se sentó en la cama —¿Por qué lo haces?— se paró
y fue directo al mayor para darle pequeños golpes en su pecho.

—Es divertido— rió mientras tomaba las muñecas del omega para detener los golpes —no te
enojes, cariño, sabes que te amo— dijo mientras alzaba al pelinegro en brazos y le daba un beso
en la frente.

—Pf— giró su rostro para que este no pudiera dejar mas besos en su rostro —eres molestoso—
dijo mientras pateaba las piernas del mayor pero sin hacerle daño.

—¿Acaso ya no me amas?— lo soltó sin avisar haciendo que Jimin por instinto de no caer se
agarrara del cuello de Yoongi —¿Ya no me amas?— volvió a preguntar esta vez agachándose un
poco para quedar a centímetros del rostro ajeno provocando que Jimin se ponga nervioso y que
en su estómago comenzaran a aparecer maripositas.

—S-sí, te amo— se puso de puntitas para depositar un beso apasionado, metió su lengua en la
cavidad bucal del mayor mientras que acariciaba la nuca del rubio, mordía el labio inferior de su alfa
y jugaba entre el beso.
Los suspiros se escuchaban y un poco de saliva salía por un costado de los labios, Jimin estaba
comiéndose la boca de su alfa a su gusto, las manos pálidas del mayor fueron hasta la cintura del
menor con intenciones de bajar hasta su trasero pero se dejaría hacer por ese momento, el
pelinegro se separo relamiendo sus labios y dejando a Yoongi con ganas de más y jadeando por la
falta de aire.

Jimin se alejó bajo la atenta mirada de su alfa y comenzó a quitarse la ropa con claras intensiones
de provocar, se quitó la camiseta mientras movía un poco sus caderas, el alfa veía embobado como
su pequeño se desnudaba de poco a poco; los pantalones del menor fueron bajando de poco a
poco con el meneo de sus caderas al ritmo de una música que el mismo tarareaba como si estuviera
solo en la habitación y el rubio no estuviera ahí, cuando la prenda estuvo en sus talones saco sus
pies y caminó hasta el armario del alfa para poder sacar una camiseta, escogió una negra para
después colocársela, sus piel blanca hacía un hermoso contraste con el color de la prenda y dejaba
un poco a la imaginación lo que había debajo.

—Hay que descansar, tenemos que hacer muchas cosas después— caminó hasta la cama
metiéndose debajo de las sábanas y llamando a Yoongi quien estaba parado en el mismo sitio de
antes pero ahora con una erección en sus pantalones. Una buena venganza de parte de Jimin.

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Yoongi gruñó de molestia y se fue a acostar con una erección en los pantalones, Jimin se reía bajito
mientras veía como el mayor se cambiaba y decía algunas palabras entre dientes, la luz se apagó y
sintió como un lado de la cama se hundía, el calorcito de su alfa se sintió en su cuello ya que su nariz
estaba acariciando su piel para poder olfatear todo el aroma a vainilla que su piel desprendía, los
brazos del alfa rodearon su cintura y sus piernas se entrelazaron con las contrarias. El sueño llego
a Jimin cuando el rubio comenzó a desprender un aroma tranquilizador que solo podía usar con su
pareja, sus ojitos pesaban y sus músculos se relajaron ya que una sensación de paz se extendió por
todo su cuerpo, unos minutos después la pareja quedó dormida junto compartiendo el calor
corporal.

Las horas pasaron y el cielo ya estaba claro pero con algunas nubes por el frío, la luz entró por la
ventana haciendo que primero se levante el alfa ya que el menor estaba escondido en el cuello del
rubio, suspiró lento para no despertar al contrario y se quedó mirando la cabellera negra
acariciando esta sin mucho movimiento, volteó su vista hasta el reloj que colgaba de la pared
abriendo los ojos como platos al ver que eran las 9:30 de la mañana, al parecer su sueño se había
alargado al sentir tanta comodidad, con una mano comenzó a levantar al menor moviendo su
hombro levemente y pronunciando su nombre suavemente.
—Jiminnie— decía en el oído del nombrado haciendo que este se removiera y se acurrucara aún
más —Jiminnie ya es tarde, debemos levantarnos— solo recibió un gruñido por parte de este así
que decidió ir preparando el desayuno y concederle algunos minutos más de siesta, se levantó
lentamente de la cama dejando la cabeza de Jimin en una almohada y taparlo con las sábanas.

Se estiró para poder despertarse del todo y caminó descalzo hasta la cocina para poder preparar
lo que comerían esa mañana, puso agua en una ollita para que pudiera hervir y servir la leche con
chocolate del menor, sacó unos huevos y puso el frasco de sal a un lado para continuar con los
huevos revueltos, escuchó como unos piesitos venían apresuradamente hacia donde él estaba,
volteó encontrándose con Jimin sobando su ojito derecho con su mano y su cabello despeinado,
bajó su mano e hizo un puchero que le derritió el corazón al pálido quien dejó lo que estaba
haciendo para ir con el y alzarlo en brazos como haciendo que el omega enredara sus piernas en la
cintura del alfa, lo cargó por unos minutos pero Jimin comenzaba a dormirse de nuevo y él no quería
eso, lo dejó en la isla de la cocina para que pudiera ver todo lo que hacia.

—Eish—dijo cuando sus piernas sintieron la fría cerámica —frío— susurró pero dejo que su piel se
acostumbrara, su voz estaba ronca ya que recién se levantaba y era algo lindo para el mayor —
Yoonnie, ¿Por qué te fuiste de la cama?— pregunto juntando sus manitos encima dela camiseta
que usaba, el rubio solo siguió con lo que hacía, freía los huevos y los movía con una cuchara, el
agua aún no hervía así que por mientras ordenaba las tazas encima de la mesa.

—Ya es tarde, bebé, después de desayunar guardaremos todas tus cosas en mi cuarto— Jimin
asintió pero después de pensarlo bien las veces que había abierto el armario del mayor este están
repleto de cosas, ya que no solo guardaba ropa, su ropa no cabría ahí.

—Uh, su armario esta lleno, mi ropa no cabe allí — dijo mientras se peinaba con las manos y movía
sus pies de atrás hacia adelante, su pancita rugió al ver y oler el desayuno, Yoongi sacó jugo de
naranja del refrigerador dándole un vaso al omega para que este tomara un poco.

—Llevaré algunas cosas al cuarto de huéspedes, no te preocupes, bebé— sonrió mostrando sus
encías y apagando el fuego de la cocina para empezar a vertir el agua caliente en las tazas no sin
antes echar un poco de leche en la taza del menor, puso todo en su sitio, el azúcar, café, chocolate
en polvo y cucharitas, los huevos revueltos en un plato y todo estuvo listo —a comer, esa pancita
tiene que alimentarse— puso su mano en la barriguita del menor haciéndolo sonrojar y reír, se
colgó del cuello del mayor para que este lo llevara a su lugar y empezar a comer.

—Huele muy bien, hyung— dijo lamiéndose los labios, Yoongi solo pudo encontrarle el doble
sentido a esas palabras así que se limitó a decir gracias y comenzar a comer.
El desayuno pasó con halagos por parte del menor hacia el alfa por lo rico que estaba todo, alguno
que otro beso y risitas por parte de Jimin por cualquier cosa linda que le decía su alfa; al terminar
llevaron todo a la cocina y dijeron que después lo lavarían, ya con las maletas en mano y con un
Jimin ya mas despierto y con las energías necesarias para poder ordenar se dirigieron hasta la
habitación en donde tiraron toda la ropa del menor encima de la cama desordenada.

—Dobla toda tu ropa y yo iré sacando las cosas del armario para hacer espacio— dijo mientras abría
las puertas y miraba todo lo que había guardado en ese lugar.

—Sí, señor— dijo como si fuera un soldadito riéndose por su acción y comenzando con su labor,
Yoongi sacaba algunos libros que ya había leído y había olvidado que existían cargándolos por los
pasillos y dejándolos en la habitación de invitados, repitió la misma acción pero ahora con algunas
sábanas viejas y desgastadas, alguna ropa que jamás usó y videojuegos que por falta de tiempo se
quedaron en el olvido.

La mitad del armario quedó vacía después de llevar un montón de cosas que no deberían de estar
en ese lugar dejándole mucho espacio a la ropa de Jimin, tomó su teléfono y llevó el último par de
zapatos que ya no le quedaban hacia la habitación en donde a partir de ese momento seria su
oficina, cuando estuvo ya ahí sacó su teléfono para poder llamar a su padre y que este le
recomendara algún doctor bueno para llevar a su omega.

—Esta es la única forma en la que puedo llamarte porque si no fuera por Jiminnie jamás lo haría—
habló mientras marcaba el número del mayor, al tercer timbre el hombre contestó sin siquiera
saludar ni nada.

—Dime— solo una sola palabra como ya era costumbre en esa familia, el rubio chasqueó su lengua
y se apoyó en una pared.

—Seolhyuk— dijo igual de frío —necesito que me des el número de uno de tus tantos doctores
para que me haga una cita hoy— caminó por la habitación escuchando como el mayor se paraba
de su silla y caminaba.

—¿Especialidad?— respondió mientras pasaba páginas de un directorio.

—Omegas— los ruidos cesaron en la línea, Yoongi iba a hablar pero fue interrumpido por los gritos
de su padre.
—¡Que mierda has hecho!— comenzó a gritar —¡Te dije que no quería problemas con omegas!—
Yoongi gruñó guturalmente haciendo que su padre haga lo mismo —espero que con quien te hayas
liado sea de buena familia y no uno de tu tantos jueguitos—

—¿Y si no qué?— lo retó Yoongi y si de algo estaba seguro el rubio era que su padre era un ser
completamente materialista, el dinero era su oxígeno y la única forma de casarse, para él, era bajo
un trato de vanidad y más dinero.

—Si te has revolcado con un omega bueno para nada no habrá ganancias— dijo el mayor poniendo
voz más gruesa de la normal.

—Los omegas no son cosas, Seolhyuk— esa fue la gota que rebalsó el vaso de paciencia del padre,
que lo contradijeran y aún más que fuera su hijo, al cual le había inculcado perfectamente su manera
de pensar.

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—No me retes mocoso— dijo y Yoongi se imaginó a su padre con un puño en la mesa —soy capaz
de lo que sea si me llegas a desobedecer, si quieres el número para arreglar tus mierdas, y espero
que pare eso sea, llama a tu madre— colgó sin decir nada y el rubio como si nada hubiera pasado
hizo caso a lo que su padre le dijo, llamó a su madre para que esta le diera el número que pedía.
Aunque bien en el fondo le habían entrado ganas de arrancarle la cabeza a su progenitor por sus
palabras pero sabía que eso no debía de afectar lo feliz que estaba.

Salió de la habitación para poder dirigirse a la sala de estar en donde podía anotar el número, pasó
por su habitación y vio como Jimin doblaba su ropa y la metía en el armario mientras tarareaba una
canción que el desconocía, se veía tan tranquilo y tan hermoso como siempre haciendo que su lobo
saltara de felicidad por tenerlo como compañero de vida y próximamente como padre de sus hijos,
siguió su camino y marcó el número de su madre para despues esperar unos segundo y escuchar
la palabra con tanto significado pero que de los labios de esa mujer sonaba tan vacío —Hijo— fue
lo único que escuchó así que continuó.

—Madre, necesito el número de tu médico— pidió mientras agarraba una libreta y buscaba un
bolígrafo para apuntar, su madre sin preguntar le dictó el número ya que tenía mejores cosas que
hacer y se lo comentaría a su esposo en la noche para que él se encargue de lo que sea que estaba
pasando —Gracias— respondió y colgó dejando el teléfono en la mesa para poder ir donde su
omega.
Caminó hasta la habitación de nueva cuenta sin hacer mucho ruido, cuando se paró en el umbral
de la puerta se quedó mirando como se movía delicadamente por el cuarto, no quiso interrumpir
pero tenía que apurarse porque si no lo hacía posiblemente el tiempo se les iba a quedar chico,
ayudó con las cosas recibiendo una sonrisa del pelinegro que fue suficiente para subirle el ánimo al
alfa.

—Me gusta estar así contigo— dijo mientras guardaba su pijama de osito junto con la demás ropa,
Yoongi solo lo miró confundido y le alcanzó más ropa para que guardara.

—¿Así cómo?— preguntó —porque ahora mismo estamos guardando ropa y si te hace feliz
guardaremos tu ropa cuantas veces quieras, o también puedes referirte a que estamos con esta
ropa puesta y pues a mi no me molestaría verte con esos boxers y con una camiseta mía todos los
días— se quedó quieto para ver las hermosas y sexys piernas que su omega tenía, sí, tenía que
tomarles una foto y quedársela solo para él —o también pude ser que...— fue interrumpido por
Jimin quien negaba con su cabeza.

—Uno quiere ser un poco romántico y el otro se pone en ese plan— dijo un poco bajito pero aún
así el mayor lo alcanzó a escuchar y rió —me refería a estar felices y enamorados, se siente tan lindo
Yoonnie— dejó caer la prenda de ropa y se lanzó a los brazos de su alfa para después depositar un
tierno beso en los labios contrarios, juntaron sus narices quedando cerquita y no dijeron nada, se
quedaron así, Jimin en los brazos del rubio y este tomando al menor de la cintura para que no se
cayera, los dos mirándose como si el otro fuera la perfección en persona, hablando pero sin
pronunciar palabra, transmitiéndose sentimientos que Yoongi no sabía que existían en su pecho,
se vieron a los ojos y sonrieron cómplices de su eterno amor.

Jimin bajó de los brazos del mayor para seguir guardando la ropa —A mi me encantó estar
exactamente así contigo— dijo caminando hasta la cama en donde vio como Jimin sonreía
ampliamente, después de unos segundos Yoongi recordó porqué había ido a la habitación así que
continuó —Bebé, llamaré al doctor para que pueda verte— dijo mientras se dirigía a la puerta
recibiendo un asentimiento de Jimin —recuerdo que tenías un trabajo de física para mañana así
que puedes ir avanzándolo, ahí está la computadora y si quieres algunos materiales buscalos en
ese cajón— indicaba mientras salía de la habitación arrastrando los pies.

El pelinegro pataleó, no quería hacer ese trabajo horrendo que le habían dejado pero su nota
dependía de eso, hace unos minutos Jimin se sentía raro, en su lazo predominaba la tensión cuando
Yoongi hablaba con su padre, estaba seguro de que le había pasado algo a su alfa pero prefirió no
preguntar ya que dudaba sobre si le diría el problema o solo se quedaría callado, lo único que quiso
hacer fue transmitirle amor y calma mediante su lazo y quizás un par de besitos serian muy
sanadores. Quizás hablaría de eso en la noche, cuando todo pase y la oscuridad sea su aliada.

—Buenos días, Dr. Kim, deseo una cita para hoy— dijo al doctor privado que la familia tenía, sin
siquiera preguntar si tenía el día ocupado pero que importaba pues ese doctor tenía exclusividad
con su familia y Yoongi al marcar a Jimin este se volvía automáticamente de la familia.

—Buenos días, joven Min, ¿A qué hora desea la cita?— los nervios aparecieron en su cuerpo de solo
imaginar que su omega pudiera estar mal de salud y eso pudiera perjudicarlo tanto a él como a los
cachorritos, sin darse cuenta comenzó a mover su pie con ansiedad de saber los resultados del
menor.

—A las 2 de la tarde estaría bien— tenían suficiente tiempo para poder comer y que Jimin avanzara
significativamente su trabajo.

—De acuerdo, lo espero en mi consultorio joven Min— se despidió y la llamada se cortó,


caminó/corrió hasta donde se encontraba su pareja pues una sensacion de ir y besar a su omega
apareció repentinamente en su mente.

Cuando llegó lo encontró echado encima de la cama con un lápiz cerca a sus labios y el libro abierto
mientras intentaba entender como diablos se hacia el desarrollo de dicha ley, Yoongi se acercó y
se tiró a un costado levantando al menor para ponerlo encima de su cuerpo y besar todo su rostro
haciéndole cosquillas.

—Ya— se quejó entre risas el menor —Yoonnie~, me distraes— Yoongi paró sus besos y lo miró
con un puchero, como puede Jimin convertirlo en el ser más cariñoso del mundo —necesito ayuda,
hyung— pidió y el rubio asintió echándose a un lado y comenzando a leer lo que su omega trataba
de comprender pero se le hacia difícil.

Unos minutos más y el mayor había recordado lo fácil que era ese tema, explicó con paciencia y
lentitud lo que era esa ley y como se aplicaba a la realidad, cada que Jimin no entendía algo
preguntaba y gustoso Yoongi respondía. Algo tan simple pero íntimo para ellos dos, un momento
a solas que tanto quería Jimin, se sentía tan lindo estar con tu pareja quien te acepta y ama pero él
sabía que desde un principio no había sido así, al contrario, había comenzado todo como un juego
y ahora el inexperto era Yoongi ya que amar era algo nuevo para él.

Las horas pasaron y la mitad del trabajo ya estaba hecho por Jimin con la poca ayuda que le había
pedido a su hyung en el transcurso de realizar las 6 hojas que había completado entre imágenes y
letras, estaba cansado y tenía todo el día para poder terminarlo, así que se acurrucó encima del alfa
para después poder besarlo tímidamente y con pereza, Yoongi solo correspondió el beso poniendo
sus manos en la cintura del menor y apretándolo más contra su cuerpo sin siquiera darse cuenta de
que Jimin tenía segundas intenciones. Después de separarse se vieron unos segundos admirando
la obra de arte que tenían en frente, el omega sonrojado con los ojos brillantes y los labios
hinchados, el alfa jadeante con los labios rojos y la mirada oscura.

—¿Qué quieres comer?— preguntó a Jimin mientras que él en su mente solo quería intimar con su
pareja pero sabía que guardaría esas ganas para la noche ya que en esos momentos hacerlo junto
con su trabajo de física no era lo mejor.

—No lo sé, ¿Carne con verduras?— dijo pero después negó —pollo al horno, no no— volvió a
quedarse un momento pensando —pollito del KFC— asintió varias veces e imaginó la comida
encima de la mesa y su pancita rugió.

—Prefieres la comida rápida que lo que yo te iba a cocinar por ser tu primer día conmigo en nuestra
casa— puso cara de indignación y volteó su rostro para que Jimin no lo pudiera ver, estaba más
que obvio que Yoongi tenía mucha pereza de cocinar pero por su omega haría lo que sea.

—¡No! Yoonnie, yo prefiero todo de ti, no diga eso— dio besitos en el cuello del mayor para que
este dejara su pequeña molestia de lado —mírame, Yoonnie— dijo alargando la última sílaba del
nombre del alfa mientras se movía encima para llamar la atención de este, lo que causó risas en el
indignado al darse cuenta del comportamiento de ambos.

—Esta bien, bebé— dijo y abrazó al menor para que dejara de moverse —haré el pedido, la cita
con el doctor es a las 2 así que preparate— dejó un beso en la frente del pelinegro y se paró de la
cama con una sonrisa dejando al menor con su trabajo, con hambre y con ganas de más mimos de
su alfa.

37
Después de llamar por la comida rápida se sentó en el sillón un momento, todo había pasado tan
rápido, tan espontáneo y a la vez forzado, en el primer día de clases se había aprovechado de ese
lindo chico que le había interesado, que había causado una revolución en su cuerpo haciendo que
su lobo lo desee con vehemencia pero no solo en el aspecto sexual sino que también en el
sentimental aunque lo último le fue difícil de comprender y aceptar, se había quedado embobado
de ese lindo rostro y tan bella voz que tuvo que luchar para guardar las apariencias para parecer
ajeno a cualquier sentimiento que tenía el menor, se había sentido una basura al tomarlo en esa
habitación abandonada en la escuela y por tal razón su lobo ya no aguantó más y se reveló. Lo que
había pasado después era algo que jamas olvidaría, había sufrido demasiado por su lindo omega
que él mismo alejo con sus acciones pero gracias a la madre Luna este le perdonó, aunque también
recibió su propia medicina al sentir la ausencia de su olor y voz, le aterraba la idea de perderlo y que
esa vez ya no lo pueda recuperarlo con nada.

Pero ahora yacía en su cama haciendo tareas con una marca en la piel que gritaba que era su
compañero, yacía ahí tan enamorado y esperando un cachorro producto de su amor, no importaba
el poco tiempo que estaban juntos ni lo jóvenes que eran ya que nadie dejaría los estudios y seria
como una razón más para esforzarse, algunos dirán que todo ha pasado tan rápido que puede que
sea todo falso y solo sea un impulso, pero sabía que no era así, todo lo que hacían era con mucho
amor, el tiempo no tenía nada que ver en su relación, hay personas que se conocen por mas de 10
años y jamas llegan a conocerse como lo hacían ellos, el tiempo no decía nada ya que podían pasar
30 años como 1 hora y seguirían amándose sin dudarlo, ellos habían nacido para estar juntos y
bastaba solo una mirada para saber que se pertenecían, sus corazones ya estabas conectados y no
existía fuerza para separarlos.

Tenía miedo, tenía mucho miedo pero si el miedo le ganara quizás Jimin estaría con otro alfa y esa
idea noble gustaba nada, ahora estaba con el amor de su vida y no perdería ni un segundo, no
temería de nada solo para proteger a su omega, se prepararía mentalmente para poder ayudar en
lo que sea que su pareja le pida, repararía todo lo que había roto y curaría todas las heridas que le
había provocado, no le importaba si su padre no estaba de acuerdo ya que tenía el respaldo de la
madre Luna y de todos lo que lo querían, que a pesar de que no eran muchos estaban ahí para
apoyarlo.

Escuchó como tocaban su puerta saliendo de sus pensamientos, se paró del sofá acomodándose
el cabello y abrió la puerta para recibir su comida, vio a un chico con una gorra en donde estaba el
logo de la cadena de comida y con una camiseta del mismo color, miró al alfa que había abierto la
puerta y sus mejillas se pusieron de rosado, Yoongi solo carraspeó haciendo que el chico le
extendiera el pedido.

—Aquí esta su orden— Yoongi la tomó mientras que con la otra mano sacaba su cartera de su
pantalón y le daba el dinero con algo de propina.

—Gracias— el repartidor hizo una pequeña reverencia para después pasar a retirarse de ahí con la
cabeza agachada y sin decir nada más —Que raro— dijo cuando la puerta estuvo cerrada y se dirigía
a la mesa para poner la orden ahí —¡Jiminnie!— llamó al menor para que bajara a comer. Jimin
escuchó que su alfa lo llamaba y dejó lo que estaba haciendo para bajar de la cama y caminar con
sus pies descalzos hacia donde su hyung estaba, fue corriendo sonriendo por lo rico que olía la
comida que había pedido.

—¿Si, hyung?— se paró junto a la mesa inhalando el delicioso olor que desprendía lo que estaba el
interior de las bolsas, sus manitos quisieron urgar dentro de las bolsas pero Yoongi alejó la comida
arruinándole el plan.

—Jiminnie, ¿Por qué no te has cambiado?— Yoongi caminó hasta su omega para tomarlo de los
hombros y mirarlo con el ceño fruncido —te puedes enfermar y no quiero que pase eso— dijo
mientras lo empujaba suavemente hacia la habitación para que se cambie y así poder almorzar sin
preocuparse.

—Pero, Yoonnie— dijo mientras se quedaba parado —primero comamos y después me cambio
para ir a la cita con el doctor, tengo mucha hambre, Yoonnie, por favor— dijo haciendo un
pucherito al que el rubio no se pudo resistir.

—Esta bien— lo dejó ir hasta la mesa y comenzar a sacar todo para que coman, saboreaba cada
pedacito de pollito y cada papita que ponía en su boca, para después tomar un poco de bebida, el
alfa hacia lo propio riendo bajito por los soniditos que hacía el menor cuando provaba la comida.

Comieron todo y después se pararon para ir a la habitación, aun faltaba una hora para que el reloj
marcara las dos de la tarde así que Jimin se metió a la ducha y Yoongi se quedó en la cama con su
teléfono esperando a que su omega saliera para él poder entrar a darse una ducha. Mientras
esperaba escogió su ropa, se pondría algo simple para poder acompañar a su pareja y poder
caminar si sentirse incómodo ni pesado, una camiseta blanca pero con el bolsillo y mangas azul
marino, una casaca simple de color negro para no salirse de los colores que usaba, un pantalón jean
azul con resgados en el muslo y un par de zapatillas Adidas, esas que habían salido de moda hace
ya unos meses, después de poner todo el conjunto a un lado escuchó como se abría la puerta del
baño haciendo que sus sentidos viajaran directamente al cuerpo semi-desnudo de su bebé, como
es que alguien podía ser tan sexy pero tierno a la vez, pero parecía que eso para Jimin era pan
comido.

—Deje de mirarme y apúrese que falta media hora para que sean las dos— dijo para después reír
ya que su alfa parecía un lobo hambriento viendo un trozo de carne en frente suyo, como le
encantaba Yoongi en todas sus facetas y principalmente, cómo le encantaba Yoongi cuando lo
miraba con amor puro y sincero.
—De acuerdo— caminó rápidamente hasta el baño sacándose la ropa en el transcurso y cerrando
la puerta cuando ya estuvo desnudo.

Jimin se secaba el agua que chorreaba de su cabello con un toalla, luego prosiguió a pasarse
delicadamente dicha tela blanca por toda su piel para que ningún rastro de humedad quedara,
caminó hasta donde se encontraba su ropa interior y sacó unos boxers, se los puso de inmediato
para después buscar unos pantalones holgados ya que seguramente el doctor le pediría que se
quitara la ropa si esta era muy apretada, después de elegir una camiseta se la puso pero pensó que
haría frío así que encima de esa prenda se colocó un suéter calentito para no estar tiritando en el
consultorio.

Después mirarse al espejo y peinarse con las manos esperó a que su alfa saliera de la ducha pero su
teléfono sonó anunciando que una llamada estaba entrando, contestó y la linda voz de su madre
se hizo presente en su cabeza.

—Jiminnie, ¿Cómo estás, hijo?— dijo mientras Jimin sonreía al escuchar a su madre tan emocionada
pero con una pizca de tristeza en su voz.

—Mamá, estoy bien— rió al escuchar a su padre en el fondo diciendo que todo está bien ya que lo
cuida su alfa —hazle caso a papá, Yoongi hyung me cuida muy bien, estamos a punto de salir
mamá— comentó cuando vio salir a su mayor de la habitación haciendo que sus pupilas se dilatarán
al ver lo varonil que se veía con el cabello mojado y la toalla enrollada en su cintura.

—Esta bien, cariño, llamamos cuando quieras— dijo solo recibiendo un asentimiento con la boca
—te amamos hijo— sin más que decir Jimin respondió igualmente con un “los amo” y colgó la
llamada para continuar viendo el hermoso cuerpo de su alfa.

—Amor, ¿ya estas listo, verdad?— dijo Yoongi poniéndose la camiseta que había escogido y
sacando un bóxer de su armario —¿Jimin?— volvió a decir viendo como el nombrado lo miraba y
se relamía los labios.

—Ah ¿Sí?— sus mejillas se pusieron rojas al ser atrapado mirando lo delicioso que se veía el cuerpo
de su alfa, le había provocado pasar su lengua por ese lindo pecho y seguir bajando hasta llegar al
estómago para después bajar un poco más y... No, se concentró en recordar lo que había dicho el
mayor y se paró de la cama.
—¿Ya estas listo, verdad?— volvió a preguntar poniéndose los pantalones y las medias, el menor
asintió y le dedicó una linda sonrisa al pálido —Bien, ahora necesito que dejes de mirarme porque
juro que voy a perder la cordura y llegaremos tarde a la cita— Jimin rió bajito y asintió.

Después de unos minutos ya estaban bajando por el ascensor, cada unl con diferentes actitudes,
mientras Yoongi estaba relajado y se podía decir que no dejaba que los nervios se apoderaran de
su cuerpo, mientras que Jimin era un manojo de nervios ya que jamas había ido a visitar al doctor si
no era por alguna gripe o tos fuerte, también estaba nervioso de como estaría su estado de salud
y si no tenía alguna enfermedad que afectara a su cachorro. Cuando las puertas metálicas se
abrieron fueron directo al estacionamiento en donde cada uno entró en sus respectivos asientos,
Yoongi prendió el auto pero la voz de Jimin hizo que no arrancara.

—¿Y si tengo algo que puede dañar al cachorrito?— preguntó bajito —¿Y si el cachorro esta mal?
¿Si pasa algo durante el embarazo?— decía en voz alta haciendo que varias imágenes en donde el
cachorrito estaba enfermo venieran a su cabeza, sus ojos comenzaban a picar y su garganta dolía
a medida que hablaba.

El aroma del menor se volvió amargo preocupando demasiado a su alfa quien inmediatamente le
dio la mano —Bebé, todo estará bien, te lo aseguro. Y si llega a pasar algo lo superaremos junto
¿esta bien?— le habló mirándole a los ojos y dejando un beso en los labios que relajó al pelinegro.

—De acuerdo, vamos— se puso el cinturón y el auto arrancó con dirección a la clínica, su voz ya
estaba más calmada y sus ojos ya estaban de un color natural y no rojos como hace un momento.

El transcurso del camino pasó con Jimin cantando las canciones que sonaban en la radio y Yoongi
sonriendo por haber logrado calmar a su omega, cuando la clínica estuvo a la vista del menor este
volvió a tensarse pero con solo ver que su alfa le tomaba la mano suspiró y se relajó
completamente.

—Tranquilo, bebé— le dijo al momento de estacionar el auto y salir para poder internarse en la
clínica, cuando entraron un olor a desinfectante y medicamentos llegó a sus narices, caminaron
hasta recepción diciéndole a la chica que estaba detrás del escritorio que tenían una cita con el
doctor Kim, los ojos de la chica buscaron en la computadora y asintió.

—Los está esperando, en el segundo piso la puerta número 3— sonrió y la pareja se fue directo a
las escaleras para poder subir, cuando llegaron a la puerta, tocaron escuchando un “pase” desde
el interior.
—Buenas tardes, Dr. Kim— saludó Yoongi haciendo una pequeña reverencia siendo imitado por
Jimin quien inmediatamente se apegó al brazo de su mayor.

—Buenas tardes, jover Min, me imagino que el debe ser su omega— dijo señalando los asientos
que estaban al frente suyo —bien, ¿A qué debo su visita?— Yoongi asintió y se inclinó un poco para
poder hablar.

—Quiero ver como esta la salud de mi omega ya que estamos esperando un cachorro— dijo
puntualmente a lo que el doctor asintió, se paró y miró uno de sus cajones sacando una hoja y
volviendo a sentarse en la silla.

—Correcto, joven Min necesito que espere afuera por un momento, tengo que hacerle unas
pregunta al omega— a Yoongi no le gustaba para nada la idea de dejar solo a su omega con un
extraño pero si tenía que salir saldría y si escuchaba algo extraño entraria dispuesto a todo.

Yoongi salió del consultorio sentándose en las sillas que estaban en la sala de espera mientras que
Jimin intentaba relajarse dentro de la habitación en donde el doctor había comenzado a preparar
algunas cosas para comenzar con el cuestionario y la muestra de sangre para el chequeo general.

—Muy bien ¿Cuál es tu nombre?— preguntó mientras escribía algo en la hoja que tenía, el menor
sabía que nada malo pasaría pero aún así los nervios no desaparecían.

—Park Jimin— dijo mientras se acomodaba en el asiento para sentirse un poco más cómodo.

—Joven Park ¿Cuándo fue la última vez que tuviste relaciones sexuales con el joves Min?— de
acuerdo, eso era complemente natural pero no dejaba de ser vergonzoso hablar de esas cosas con
un completo extraño.

—En el último celo de mi alfa, fue hace dos días— dijo recordando lo lindo que todo había sido.

—¿Tomabas píldoras anticonceptivas?— siguió sin hacer ningún gesto ni nada, él debe de estar
acostumbrado a esas preguntas.

—Sí, de hecho no tome la píldora cuando pasó y tampoco las sigo tomando— respondió bajando
un poco la cabeza al sentir la mirada del mayor en su rostro.

—¿Haz tenido algún síntoma?— preguntó entendiendo la situación un poco más.


—La verdad es que aveces me dan antojos y me mareó un poco— dijo recordando la última vez
que se mareó cuando estaba en la ducha.

—¿Dolor en el estómago? ¿Náuseas? ¿No?— Jimin negó jugando con sus manitos —Esta bien, Jimin
necesito que te acuetes aquí y te quites la ropa de tu torso— el pelinegro asintió e hizo lo que el
doctor le mandaba acostándose en la camilla, el doctor Kim se colocó su estetoscopio y lo pasó
por el pecho del menor escuchando sus latidos para luego bajar hasta el estómago para poder
escuchar algo —de acuerdo, listo, continuemos con el examen de sangre— trajo todo lo necesario
para poder sacar la sangre y mandarla al laboratorio para que la examinaran.

Hizo un torniquete más arriba del codo ya que sacaría la sangre de la vena que se encontraba en la
parte interior de brazo, estaba de más decir que a Jimin le aterraban las agujas pero por el
cachorrito que tenía en su vientre lo aguantaría, sintió como apretaba y su brazo dejaba una sección
rara, un aparato parecido a la aguja estaba entre las manos del doctor, era una especie de inyección
especial para la muestra de sangre que hacia de conector con la aguja verdadera, sintió un piquete
y se mordió el labio mientras miraba como el líquido rojo llenaba una especie de botellita pequeñita
para después ser cerrada, quitaron la aguja siendo reemplazada por un algodón con agua
oxigenada para que no ardiera, le quitó el torniquete y le dijo que haga presión para que la sangre
no salga a chorros.

—Listo Jimin, en unos minutos estarán los resultados— el menor se sorprendió, normalmente esos
resultados tardaban días pero entendió que al ser una de las clínicas más costosas todo era más
rápido, tanto así que bastaba ir a tomar un café y volver para saber los resultados.

—Gracias— Jimin se puso la ropa y salió del consultorio siendo abrazado por Yoongi quien
inmediatamente soltó al pequeño al ver una mueca de dolor en su rostro —Me duele, alfa tonto—
dijo mostrándole que en su brazo tenía un algodón y un huequito minúsculo de donde habían
sacado sangre.

38
—Dicen que los resultados saldrán dentro de unos minutos— dijo Jimin mientras caminaba por los
pasillos de la clínica tomados de la mano en dirección al ascensor para poder bajar y salir a tomar
un café para poder pasar el tiempo hasta que los resultados salgan.

—Esos minutos quizás serán un par de horas, el doctor Kim suele minimizar el tiempo porque mi
madre mientras menos tiempo escuchaba más tiempo se quedaba esperando tranquila— el menor
se sorprendió ya que era la segunda vez que mencionaba a su madre desde esa vez, siguieron
caminando pero esta vez saliendo de la clínica hacia una cafetería que se encontraba al costado.

—Uh, entonces tendré que esperar más— hizo un pucherito para luego reír de como Yoongi se
había quedado mirando con una sonrisa lo que él hacía, entraron a la cafetería enfrascándose en el
ambiente rústico y hogareño que tenía.

Se sentía tan lindo que a Yoongi le entró ganas de transportar ese ambiente a su departamento
que no tenía nada de acogedor, o eso era antes ya que desde la llegada de su omega todo había
dejado de ser oscuro para volverse claro y alegre a sus ojos, pero sabía que faltaba un poco más
para llegar a lo que él quería, que cuando llegara de su trabajo un cachorrito lo esperara con un
“¡Papá!” que cambiaría su día totalmente haciendo que deje de lado todo lo malo que había
pasado.

—Yoonnie— una mano paso frente de su rostro agitándose para que le pusiera atención —¿En
qué tanto piensas?— dijo mientras se sentaban para poder pedir lo que querían tomar y quizás
algún pastel o algo.

—En nada mi amor— sonrió mientras una mesera se acercaba para poder tomar su orden pero
Jimin no estaba muy convencido de su respuesta, aún así no le preocupaba nada que estaba
pensando porque le había transmitido una sensación fascinante que no podía explicar.

—Hola, soy Kim Saerin y seré su mesera hoy— hizo una pequeña reverencia y sonrió al sentir el
aura tranquila que la pareja desprendía

—Hola— Jimin le devolvió la sonrisa haciendo que sus ojitos desaparezcan —quiero un Frapuchino
de Chocolate, por favor— dijo Jimin haciendo que la chica escribiera rápidamente en su libretita de
notas lo que él le decía.

—Yo quiero un expresso, por favor— la chica asintió —¿Algo de comer?— preguntó Yoongi a su
omega quien asintió energéticamente, pensando que podría comer.

—¿Tienen galletas con chispas de chocolate?— a Jimin le encantaba el dulce, y podía comenrlo
hasta el cansancio así que comer chocolate era un placer para su paladar, la mesera asintió a la
pregunta del pelinegro —quiero una porción— lo apuntó en su libreta y miró al otro chico.

—Yo solo quiero el expresso— la mesera se fue no sin antes decir un “enseguida traigo su pedido”,
la pareja se quedó conversando por unos minutos hasta que trajeron la orden, se podría decir que
no esperaron tanto ya que la cafetería estaba casi vacía, cada uno comió lo que había pedido y en
ocasiones Jimin le convidaba de sus galletitas a su alfa pero de ahí nada más se compartía ya que
el omega odiaba el café amargo así que se limito a ver como su hyung tomaba tranquilamente de
su taza.

—Hyung, ¿Usted cree que los resultados ya estén?— preguntó dándole una mordida a su última
galleta, estaba nervioso, su salud podría estar mal y su cachorrito podría correr peligro por su culpa.

—Tranquilo, bebé— había pasado solo una hora mientras comían y conversaban de temas triviales,
Yoongi buscaba la forma de calmar a su omega preguntándole como le había ido en la escuela
cuando estaban separados, también contándole como es que se había criado haciendo que Jimin
se pusiera triste por su alfa y la falta de cariño —dentro de un rato iremos— le acarició la mano
mientras el menor se paraba de su asiento y se sentaba junto con su alfa para que este pudiera
darle mimos, lo logró ya que su cabecita estaba siendo acariciada sacándole algunas sonrisas
involuntarias mientras que el mayor tomaba su café.

Después de unos minutos Jimin se sentó bien y le dio un beso en los labios al rubio sintiendo el
amargo del café pero si se trataban de los labios de su alfa el sabor del expresso era delicioso. Se
quedaron mirándose por unos segundos mientras que desde la cocina la chica que los atendió los
miraba con ternura deseando encontrar a su pareja y estar igual que ellos.

Luego de darse algunas caricias se acercaron a pagar la cuenta, Jimin estaba seguro de que quería
volver a ese lugar a menos que encontrara uno parecido cerca al departamento de su alfa, veía
como Yoongi pagaba toda la cuenta y frunció su ceño, el trabajaría medio tiempo para poder
invitarle aunque sea un heladito a su hyung, asintió para si mismo y pensó en todas las posibilidades
de que no lo acepten en un trabajo por su bebé pero si de algo estaba seguro era de que su
cachorrito no seria impedimento para su desarrollo como persona.

—Listo, cachorro, vamos a ver los resultados— caminaron nuevamente a la clínica subiendo al
ascensor hasta el segundo piso, ¿Estaba nervioso? Por supuesto pero sabía que tenía a su alfa ahí
para él, para poder vencer los obstáculos que vegan y celebrar las buenas noticias, estaba ahí para
él si es que lloraba o reía, ahí estaba para él.

Caminaron por el pasillo en dirección al consultorio del doctor Kim, cuando llegaron a la puerta
tocaron dos veces escuchando el “pase” para poder entrar, el doctor estaba sentado y cuando los
vio se paró para poder invitarlos a sentarse de manera cortés.
—Ya llegaron los análisis de sangre y era lo que yo creía— el cuerpo de Jimin se tensó de un
momento a otro alertando a su alfa quien puso una mano en la pierna del contrario para calmarlo
de alguna manera —como el joven Park me había dicho, él tomaba pastillas pero las dejó el mismo
día que ustedes tuvieron relaciones y yo supongo que lo anudó y marcó ¿verdad?— Yoongi solo
asintió prestando atención a lo que el mayor de los tres decía —bien, los resultados del análisis de
sangre botaron que Jimin esta perfectamente bien de salud salvo por algunas excepciones— esa
era la parte que ninguno de los dos quería escuchar, quizás esas “excepciones” afectarían al bebé.

—¿Eso afectará a mi cachorro?— preguntó Jimin al momento en que escuchó lo que el doctor Kim
decía sobre su salud —¿Puedo hacer algo?— decía mientras apretaba sus manitos nervioso.

—De eso quería hablar— el ambiente se puso totalmente tenso, hasta Yoongi quien intentaba
calmar a su pequeño comenzaba a sentir frío por sus manos —cuando un omega toma pastillas
anticonceptivas si quiere volver a tener cachorros debe esperar a que su cuerpo vuelva a la
normalidad, no puedes quedar embarazado ni bien dejas de tomarlas pero si lo vuelves a hacer ya
no tendrán el mismo efecto— Jimin se había imaginado hasta el color de ojos que tendría su
cachorro, sin querer una lágrima se escapó de sus ojitos haciendo que rápidamente la seque con
su manga —no esta esperando un cachorro joven Park, los síntomas que tuvo fueron por mala
alimentación, ¿Ha dejado de comer por alguna razón?— Yoongi seguía procesando la noticia de
que no iba a ser padre, no era algo que lo pusiera feliz ya que la sensación de que un par de
cachorritos estuvieran alegrando su departamento se iba, era algo horrible.

—S-sí— suspiró —dejé de comer bien por una semana, comía cuando me acordaba o si alguien me
obligaba— decía un poco avergonzado, no estar con su pareja predestinada le había hecho mal
pero ahora todo estaba mejorando.

—Bien, no debiste de hacer eso, ahora te recetaré vitaminas y te daré una dieta saludable para que
ya no sientas esos mareos ni nada— se paró de su asiento y Jimin quería llorar, su lobo estaba triste
a pesar de que presentía de que no había ningún cahorrito ahí pero se había negado a aceptarlo,
además la tristeza de Yoongi también era un factor más para su decaimiento así que trató de que
la noticia no le afectara demasiado —Aquí tienes, puedes comprarlas aquí mismo o en cualquier
farmacia, la dieta esta escrita en este sobre, si quieres enfocarte más a fondo en ella puedes visitar
al nutricionista, eso sería todo— dijo el doctor Kim mientras ordenaba sus cosas para poder seguir
con su trabajo.

Yoongi agarró la recta y el sobre, se paró de la silla al igual que Jimin y los dos dijeron un “gracias”
seguido de una pequeña reverencia para pasar a retirarse.
39
Cuando la pareja se fue de su consultorio, el doctor Kim le echó un vistazo más a la hoja de
resultados del joven Park, había algo extraño, algo que no podía decifrar él solo y necesitaría la
ayuda de uno de sus compañeros expertos en anomalías.

Yoongi y Jimin caminaban abrazados ya que ninguno de los dos quería soltar al otro, Jimin se sentía
débil pero no por la falta de vitaminas sino que por ese dolor que sentía en su coranzoncito al
imaginarse a él y a su alfa de la mano de un lindo cachorrito pero aún no era el momento, por alguna
razón le había agarrado un odio a las pastillas anticonceptivas.

—Bebé, tranquilo, no pasa nada— entraron al ascensor, pero Yoongi también estaba “raro”, no
era nada bonito lo que había escuchado pero tenía que ser fuerte para su lindo omega quien estaba
mirando fijamente al frente sin siquiera decir una sola palabra —cuando llegemos te daré muchos
mimos para que se te suban los ánimos— dejó un beso en la coronilla de Jimin, quien se acurrucó
en su pecho para sentirse más protegido mientras iban en dirección al auto para volver al
departamento.

Nadie dijo nada más hasta llegar al auto en donde estaba calentito haciendo que Jimin se sintiera
mejor y que tratara de olvidar lo frío que estaba el ambiente en la clínica, cerró los ojos y vio como
una mancha azul se esparcía en un fondo negro, sintió sus ojos picar y en su pecho un dolor ya
conocido, ya le había pasado algunas veces pero todo se lo atribuía a su imaginación, algunas veces
veía manchas amarillas y otras rojas como el fuego, todo eso pasaba cuando cerraba los ojos y
pensaba en todo lo que había pasado pero esta vez era diferente, abrió los ojos y seguía sintiendo
lo mismo, vio como su alfa estaba con la cabeza agachada y con las manos extendidas encima del
volante.

—Para, Jimin— habló el rubio mientras alzaba la mirada mostrando sus ojos rojos por aguantar las
lágrimas y su manos vueltas puños —amor, no estés triste, todo esta bien— se acercó y lo estrechó
en brazos haciendo que esa mancha azul se convirtiera en una levemente rosada como una linda
mantita de bebé, sonrió y sintió como los hombros de Yoongi soltaban la tensión —mucho mejor,
Jiminnie— le dio un beso en los labios para después prender el auto y arrancar.

—Yoonnie, tú... ¿Tú quieres cachorritos?— se atrevió a preguntar con la mirada en las calles,
observando como algunas parejas y niños caminaban por ahí mientras reían o simplemente
escuchaban musica —solamente es una pregunta, n-no piense que y-yo— comenzó a tartamudear
al ver la cara confundida de su alfa y no pudo expresarse bien.
—Minnie, ese apodo me gusta— dijo para sí mismo —y respondiendo a tu pregunta, quiero tener
muchos cachorritos pero lo primero que quiero es tenerlos contigo, no importa cuantos, yo deseo,
anhelo tener lindos cachorritos con mi lindo omega— sonrió haciendo que Jimin se ruborizara por
lo dicho, no lo diría pero le había encantado escuchar esas palabras y su lobo saltaba de alegría al
saber que su alfa quería crear su propia manada.

—¿Y si intentamos en la noche?— dijo mientras se mordía el labio inferior esperando la respuesta
de su mayor quien al escuchar sus palabras apretó el cuero que forraba el volante y gruñía de
satisfacción.

—No me parece mala idea— sabía que quizás era muy apresurado pero un poco de diversión no
estaría mal, aunque después hablarían de los métodos anticonceptivos que usarían hasta que, al
menos, Jimin terminara este año de escuela.

Después de unos minutos ya estaban entrando al estacionamiento del edificio, Yoongi en el tiempo
que estuvo manejando también estuvo pensando en como tener la conversación de prevención
con su menor, si se ponían condón sería una muy buena opción, descartarían las pastillas ya que le
traían malos recuerdos, también tenía de deshacerse de las cartas y píldoras que guardaba para sus
otras jugadas que ya nunca tendría. Se estacionó en el lugar que le pertenecía y apagó el motor,
Jimin miraba sus piernas como si estas fueran lo más interesantes en el mundo, sintió como una
mano acariciaba su cabello y por instinto se inclinó para seguir recibiendo las caricias.

—Vamos, Minnie— lo llamó y salió del auto para después abrirle la puerta al menor, pasaron por la
recepción para ir hasta el ascensor y subir hasta su piso, Jimin ya se estaba acostumbrando a ese
edificio y a subir y bajar por el elevador, el omega seguía un poco sorprendido con lo que había
hecho en el auto ya que las anteriores veces que había experimentado lo mismo no se había
atrevido a abrir los ojos, supuestamente eran imaginaciones que pasaban por simples sueños o
alucinaciones comunes en su tiempo libre.

—Hyung, en la mañana usted estaba un poco tenso cuando terminó de hablar por teléfono, no lo
tome a mal pero ¿Qué había pasado?— habló mientras las puertas metálicas se abrían y caminaban
hasta la entrada de su “casa”, el alfa al oír la pregunta de su pareja hizo una mueca de desagrado
ya que no quería meter al menor en los problemas que tenía con su padre, pero si se había dado
cuenta de la llamada tenía todo el derecho a saber.

—Primero entremos para poder explicarte con tranquilidad— abrieron la puerta e ingresaron
dejando los sobres encima de la mesa para después caminar hasta el sofá en donde Jimin se tiró
cansado y se hizo bolita mientras daba palmaditas al lado suyo para que su alfa se sentara —bueno,
llamé a mi padre en la mañana para pedirle el número del doctor que vimos hace unas horas, pero
al mencionar la palabra omega me advirtió de que si había cometido algún error que lo solucionara
porque no debía de tener ninguna pareja, obviamente él lo dijo con palabras más hirientes que
ahora no quiero repetir— dijo sobando el puente de su nariz para poder disipar la amargura.

—Con solucionar el error se refería a ¿Abortar?— dijo acurrucándose un poco más en el pecho del
mayor respirando el embriagante aroma del mayor.

—Sí, pero no dejaría que te haga algo malo y tampoco estaba de acuerdo con la idea del aborto,
se molestó por esa razón y creo que en cualquier momento llamará para conocer con quién diablos
me estoy metiendo— Jimin se puso a horcajadas en el regazo del mayor haciendo que este
acariciara los muslos con ropa del contrario.

—Ugh, de solo pensarlo se siente feito— entrelazó sus brazos en la nuca del rubio para poder
abrazarlo y esconder su rostro en su cuello —entonces, ¿Tengo que conocer a su padre?— dijo en
la piel del mayor haciendo que este suspirada por la cálida sensación.

—Sí, pero en ningún momento te dejaré solo con él— afirmó su agarre receloso por cualquier cosa
que pudiera pasar con su progenitor —además no sabemos cuándo llamará así que lo más
probable es que deje pasar el tema por su trabajo— comenzó a repartir caricias en su espalda
haciendo que el omega ronroneara por lo bien que se sentía.

Pero una idea se le pasó por la cabeza, se relamió los labios y pasó salida para después abrir un
poco la boca mostrando sus dientes blancos, rozó la blanca piel del mayor con sus labios y después
dejó un pequeño beso para después pasar a morder una sección de piel haciendo que la marca de
sus dientes se quedaran ahí, Yoongi suspiró un poco pero no sabía el porque de las mordidas de su
omega.

—¿Qué estás haciendo?— dijo mientras trataba de alejar a su pequeño para poder verlo a los ojos.

—Lo estoy marcando, hyung— dijo mientras volvía a dejar su marquita en el mismo lugar —es mío,
hyung— susurró en el oído del mayor para después dejar un besito.

—Sabes que los omegas no pueden marcar a los alfas con una mordida— dijo hablando
gravemente mientras trataba de guardar la compostura para no comérselo en ese momento.

—Al menos lo intenté— se paró de las piernas de su alfa con intenciones de irse a la habitación
para continuar con su trabajo pero una mano en su brazo jalándolo hacia el sofá.
—No, no, sigue que se siente bien— lo puso nuevamente en su regazo para que continuara
“marcándolo” como estaba haciéndolo, sentía como la traviesa lengua de Jimin pasaba por su piel,
sentía sus dientes morder un poco de su cuello haciendo la sensación mal placentera.

—Tengo que hacer un trabajo— dijo parando por momentos para poder decir una palabra —
mañana tenemos escuela así que tenemos que dormir temprano— siguió con lo que hacía
escuchando como Yoongi gruñía y apretaba su cuerpo más al suyo, hace unos minutos algo duro
había aparecido debajo de su trasero haciendo que se mueva solo un poquito, sabía que si
continuaba su ropa terminaría en el suelo y su trabajo sin terminar.

—No me importa— subió sus manos hasta las nalgas de Jimin haciendo que este gimiera bajito
pero para que no siguiera se paró del sofá y se fue hasta la habitación siendo seguido por su alfa.

—Tengo trabajo— dijo con una sonrisa en los labios mientras se echaba en la cama y agarraba los
papeles para seguir investigando, abrió la computadora para reanudar su información y quedarse
un rato viendo las palabras tratando de entender.

—Ya van dos veces que me dejas así— se quitó los zapatos y subió en la cama para después agarrar
su teléfono —me las pagarás— dijo dándole una nalgada y luego comenzar a buscar algo de
diversión.

40
Esa noche durmieron muy bien uno abrazado del otro, con sus piernas entrelazadas, bueno, Jimin
con sus piernas encima de Yoongi mientras que él solo se quedaba disfrutando la calidez que le
transmitía el menor.

Por la mañana lo que despertó al mayor fue su alarma, no había sido nada grato salir del delicioso
sueño que tenía pero un día lleno de tares se avecinaba y no podía decir que no a la escuela, además
tenía que llevar a su pequeño ya que el día anterior se había esforzado en terminar su trabajo de
física. Se estiró un poco con mucho cuidado de no despertar tan bruscamente al omega, sintió
como este fruncía su ceño al sentir que su alfa se movía haciendo que abriera los ojos lentamente.

—Solo me moví un poco y ya te levantaste— dijo con la voz ronca típica de la mañana y después
soltando un risita.

—Es lunes, y me había levantado desde hace media hora, creo— Jimin frotó sus ojitos recordando
la razón de porque se había levantado.
—¿Por qué te levantaste?— le dio un beso en la frente sintiendo como el menor sonreía, eso se
volvería una costumbre después de ese día, un beso en la frente para poder levantarse con ganas.

—Es que tenía ganitas de hacer pipí— utilizó una vocecita que mató definitivamente al mayor quien
solo pudo pensar en comerse a besos al menor pero tenían que alistarse para la escuela.

—Eres tan tierno— le dijo mientras veía como este se levantaba de la cama y buscaba en el armario
su ropa pero hacía frío, un pantalón azul con sus zapatillas blancas, nada fuera de lo común pero
no tenía ganas de usar algo suyo en su torso así que le quitó una de sus poleras al mayor dejándola
encima de la cama y yendo al cuarto de baño —sí, estoy totalmente enamorado de ese lindo niño—
dijo eso al momento de que Jimin entró de puntitas al baño ya que el piso estaba frío.

Jimin se dio un relajante baño pero la voz de su hyung lo sacó de la relajación ya que escuchar
“llegaremos tarde” hizo que cerrara la regadera y salieron oliendo a jaboncito y shampoo, el mayor
negó riéndose y entró también a darse una pequeña ducha, el menor se secó el agua que chorreaba
de su cabello tratando de no mojar el piso pero fallo en el intento ya que algunas gotitas cayeron
haciendo que Jimin haga un lindo puchero.

Se pasó la toalla por todo su cuerpo secando el exceso de agua, se colocó sus boxers y encima el
pantalón que había escogido tardando un poco ya que su piel estaba un poco húmeda, tomó la
polera del mayor y se la puso olfateando el olor característico de su alfa, sus manitas se escondían
en las mangas y sus muslos eran tapados hasta la mitad por la tela, le agradaba demasiado usar la
ropa del mayor y estaría dispuesto a hacerlo de nuevo. Fue hasta la cocina no sin antes ver la hora
y tocarle la puerta al alfa para que no tardara mucho en salir, puso agua a calentar y alisto algunas
tostadas con mantequilla, dejándolas encima de la mesa listas para cuando el rubio llegue.

—¡Bebé, tus cosas siguen aquí!— gritó desde el cuarto y Jimin fue corriendo, había olvidado
guardar sus cuadernos en la mochila, cuando llegó a la habitación sus mejillas se tiñeron de un rojo
suave ya que entrar y de frente ver el cuerpo casi desnudo de tu alfa era algo a lo que se tenía que
acostumbrar, bueno no, si se acostumbraba todo sería aburrido y la sensación de satisfacción y
asombro perderían la emoción que desde un principio tuvo que estar presente.

Caminó hasta donde se encontraba su mochila y sacó su horario para ver que materias tocaría ese
día, aunque ya habían pasado muchas semanas desde su primer día, aún no lograba memorizar por
completo sus días de estudio, puso los cuadernos correspondientes sin olvidar el trabajo de física
que era muy importante, cerró bien su mochila y se la colocó en el hombro para después voltear,
esperó ver a Yoongi como hace unos segundos, una segunda miradita no estaba tan mal pero se
encontró con que el cuerpo pálido y levemente marcado ya se encontraba con ropa de colores
fríos, sonrió y señaló la mochila del mayor que se encontraba regada en la cama, los lapiceros y
algunos papeles estaban más alejados que los cuadernos, de seguro no encontraba algo y la mejor
mañero que encontró de buscar fue vasiando lo que había dentro.

—El desayuno ya está y tu mochila esta regada ahí— el mayor asintió mientras acomodaba todo
de nuevo, después de unos minutos ya se encontraban cada uno tomando su desayuno, Jimin su
leche de chocolate y las tostadas mientras que Yoongi un café amargo.

El tiempo no estaba en su contra así que comieron sin apuro alguno, conversaron de las veces que
Jimin no había tenido ninguna pisca de lástima al dejar a su alfa con las ganas de sexo duro, claro,
el omega estaba más rojo que un tomate pero el alfa seguía insistiendo en que eso no se quedaría
ahí; después de dejar las tazas en el lavadero salieron del departamento cerciorándose de no
olvidarse nada, bajaron por el ascensor en busca del auto de Yoongi, cuando se subieron cada uno
en su asiento solo bastó que el menor pusiera música para que el paseo se hiciera agradable y la
melodiosa voz del pelinegro acariciara los oidos del conductor que solo sonreía al verlo tan feliz.

Las calles no eran tan transitadas en ese momento ya que la hora punto era unos quince minutos
antes de las 8, así que pudieron pasar fácilmente llegando en unos minutos a la escuela que ya
estaba siendo llenada de estudiantes con mala cara, se estacionaron y salieron del auto, el frío
golpeó sus rostros pero solo fue algo momentáneo, caminaron hasta internarse en la escuela
escuchando el barullo que hacían los alumnos al hablar, Jimin se dirigió con su alfa hasta donde les
tocaría la primera clase pero se toparon con una parejita que al momento de ver el brazo de Yoongi
rodeando los hombros de Jimin se pusieron furiosos.

—¿Jiminnie?— se acercó Jin dando pasos largos siendo seguido por su alfa quien ahora traía el
cabello marrón —¿Qué haces con él?— si bien había seguido hablando con Jin este no había tocado
el tema del alfa en todo el tiempo que había tratado de olvidarlo.

—Pues viniendo a estudiar— dijo en forma de burla lo cual Jin dejó pasar pero al ver que Jimin traía
una marca en su cuello se exaltó a tal nivel que le dio un golpe en el brazo a Namjoon.

—¡Te dije que le ayudaras a estudiar no que lo marcaras!— eso sí lo sabía, Jin le había dicho a Jimin
que le ayudara a estudiar pero como que los tiempos no coincidían así que pensó mejor las cosas y
respiró hondo al ver las caras confundidas de los demás —quiero una explicación ahora mismo—
Jimin ya no era un niño pero el omega mayor sentía que debía de cuidar al otro y Yoongi no era de
su agrado, había cometido el error de darle la idea de “tutor” al rubio pero ¿Qué más podía hacer?
Su niño estaba yendo muy mal en el estudio y el alfa tenía muy buenas notas en todos los cursos.
—Jimin es mi omega— dijo Yoongi abrazando más a su cuerpo al pequeño —y si lo preguntas, no,
no fue contra su voluntad— aclaró el rubio para que no hayan malentendidos.

—Creo que hasta aquí llega tu instinto paterno, Jinnie— dijo Namjoon abrazando a su pareja por
la espalda, Jimin había tomado una decisión y debían de respetarla aunque no le gustara.

—Tienes razón— Jin se sentía mal por ni poder cuidar a su pequeño amigo —pero igual Jimin me
debe una explicación— sentenció llevándose al omega de la mano hasta un lugar más apartado.

Cuando estuvieron lo suficientemente lejos de los alfas Jin continuó con su cuestionario para llegar
a lo que quería saber.

—¿No te maltrató, verdad?— Jimin negó riéndose de lo preocupado que veía a su hyung.

—No me hizo nada, yo quise que me marcara— acarició su cuello rozando sus dedos con la marca
—todo fue muy lindo, y Yoonnie me trata bien, pero hay algo que no le conté y de seguro no le
agradara nada, Jinnie hyung— bajo su mirada haciendo que un sentimiento extraño se deposite en
el pecho de Jin.

—No me asustes, cachorro, ¿Qué pasó?— cuestionó el omega mayor tomando de la mano al
pelinegro

—Olvidé tomar las pastillas anticonceptivas por unos días y pensé que estaba esperando un lindo
cachorrito de Yoonnie, pero resultó que los “síntomas”— hizo comillas con los dedos —solo eran
por falta de vitaminas— sabía que un cachorrito era muy pronto pero algo había crecido en su
interior que su lobo ya estaba ansioso por un bebé.

—Jimin, yo, es muy pronto para que sean padres— el mencionado asintió —me dejaste helado,
pequeño, primero tienes que terminar de estudiar para pensar en concebir una vida en tu interior,
¿De acuerdo?— acarició la mejilla del menor haciendo que este sonría, ya que solo eso podía hacer
por él, darle consejos que puede que ayuden a que no cometa una locura en esos momentos.

—Gracias, hyung— la primera campana sonó avisando que las clases comenzarían dentro de poco
así que cada uno fue a su salón no sin antes darle un beso a sus parejas.

Pero nadie contaba con que un alfa había escuchado la conversación de Yoongi con Jin y también
la de Jimin y Jin, tanta información que le sería útil a su contacto.
—Con que en esas andas Yoongi— dijo el chico yéndose a las clases que le correspondían, ganaría
más dinero de lo que pensaba.

41
El alfa se dirigió hasta la sala del director pues tenía que ir donde su contacto lo más rápido posible
ya que así tendría aún más rápido el dinero en sus manos, caminaba rápido, no le importaba que la
semana de clases recién comience y que la primera clase ni siquiera haya empezado, el director le
ayudaría, pues era su amigo, o más bien compañero de su padre, tocó la puerta del encargado de
la escuela escuchando pasos dentro de la habitación; después de unos segundos la puerta se abrió
dejando ver al alfa mayor arreglándose la corbata.

—Joven Jeon— saludó dejándolo pasar mientras le señalaba la silla que estaba en frente del
escritorio —¿A qué se debe a tu visita?— le dijo al momento de sentarse en esa silla que le
encantaba, cubierta de cuero negro que hacía todo mas cómodo.

—Necesito permiso para salir de la escuela— lo miró con el ceño levemente fruncido para poder
intimidar un poco al mayor, una expresión neutra —acaba de surgir algo importante en mi casa y
me necesitan— mintió sin ningún indicio de culpa, parecía como si estuviera tan familiarizado con
dicha acción que se había vuelto algo normal y natural.

—Claro, pero tienes que regularte en lo avanzado hoy, pero tienes mi permiso, salúdame a tu padre
y dile que tenemos que ir a tomar un café cualquier día de estos— ambos alfas se pusieron de pie
para poder caminar hasta la puerta.

—Por supuesto, yo se lo digo— salió de la oficina borrando la pequeña sonrisa de agradecimiento


que había fingido para no levantar sospechas, aceleró un poco el paso pasando por los pasillos
dirigiéndose a la puerta principal para poder salir hasta la empresa del Señor Min.

Se subió a su auto prendiendo el motor lo más rápido posible con ansias de poder decir todo lo que
sabía, esa vez que había conocido a Jimin lo había querido para él pero Yoongi se le había
adelantado hasta el punto de cogérselo el mismo día, pero que más esperaba, era Min Yoongi quien
tenía una zorra nueva cada semana y era posible que lo dejara después de unos días pero no lo hizo
así, parecía que el omega que antes tenía el cabello rosa lo había enamorado hasta los huesos y
eso no le gustaría a su contacto, lo dejó pasar por unos días pero hoy al ver la marca que traía en el
cuello y al escuchar la conversación que tuvo con Seokjin decidió que podía sacar mucho dinero se
esa situación.
Pasó por el centro comercial, algunos restaurantes, cafeterías, y muchos más sitios ya conocidos
para él, vio a lo lejos el edificio gigante con el apellido Min escrito en plateado en la parte más alta,
aceleró aprovechándose del poco tráfico que había, se estacionó en frente de su destino
cerciorándose de no olvidar algo dentro del auto y bajándose lo mas rápido posible dando un
portazo, las grandes puertas de cristal se abrieron cuando puso un pie en el sensor que estaba en
el piso, respiró el aire a auto nuevo que inundaba el edificio que estaba decorado en colores fríos
que le daban el toque de elegancia que caracterizaba al gerente Min; pasó hasta el ascensor
atrayendo miradas de algunas omegas jóvenes que trabajaban ahí pero no les hizo caso porque
cada vez que se acercaba veía en su mente a Jimin cada vez más lejos de los brazos de Yoongi.

Las puertas del ascensor se cerraron cuando el estuvo ya adentro, los espejos que estaban en las
paredes eran testigos de la sonrisa malévola que portaba el rostro del alfa y solo basto menos de
un minuto para que ya se encontrase con la secretaria de Min, sabía perfectamente lo que le diría,
su hijo había marcado a un omega que no estaba en la misma posición social que el y que casi lo
deja en cinta, aunque estaba más que claro que con solo la primera se pondría furioso.

—¿Le podrías avisar a tu jefe que Jeon Jungkook quiere hablar con él?— le dijo dándole un pequeño
vistazo a la decoración de las paredes pasando por alto que la joven chica había asentido a su
pedido y ahora se encontraba contactando a su jefe. Escuchó como pronunciaba su nombre
seguido de algunos sonidos de afirmación para después colgar el teléfono negro que estaba a su
lado.

—Puede pasar Joven Jeon— le dijo con voz tímida, este solo camino y abrió la puerta sin necesidad
de tocar, vio como el mayor estaba sentado en su silla, se acercó y lo miró a los ojos tratando de
descifrar lo que pudiera estar pensando sobre su llegada pero no lo logró.

—Veo que tienes información nueva— habló mientras sacaba su chequera —contigo no se puede
hablar en serio si no hay dinero en medio— lo conocía tan bien ese señor que no dudo ni un
segundo de sonreír con sorna —¿Cuánto quieres?— le preguntó mientras que Jungkook escribía
cierta cantidad de dinero en un papel, se lo dio y ninguna expresión ni de asombro ni de repulsión
apareció en el rostro del mayor —espero que tengas buena información— Jungkook solo asintió y
se acomodó mejor en la silla listo para empezar.

—Yoongi ha marcado a un omega, lo ha reclamado— las manos del alfa mayor se cerraron en
puños —un tal Park Jimin, un año menor, al cual supuestamente había dejado en cinta pero todo
fue un malentendido, lo importante es que su hijo ahora esta con una pareja y planea formar una
familia después de terminar la escuela— justo lo que el mayor temía, que su hijo dejara que su lado
sensible aflorara, se había empeñado tantos años en que la frialdad dominara para que pudiera
manejar a la empresa con decisión para que un omega estúpido llegara y lo sedujera.

—Por eso quería el número del doctor de su madre— rápidamente buscó el teléfono del susodicho
para poder llamarlo después.

—El lindo Jimin tiene algo muy característico, antes su olor era muy notorio pero ahora que este
con Yoongi ya no puedo decir lo mismo— sus ojos brillaron de lujuria al recordar la primero vez que
lo vio, su aroma lo atraía demasiado y hasta ahora no perdía la esperanza de estar con él.

—Puedes retirarte Jeon— lo miró con desprecio como acostumbraba —espero nueva información
dentro de estos días— el menor solo asintió y se fue del lugar sin decir más, gastaría un poco de
ese dinero en comprarse un poco de comida para poder pasarla a gusto en su casa.

El Señor Min solo pensaba en alguna salida para su hijo pero no encontraba ninguna, ya lo había
marcado y estaba pasando justo lo que había pasado con él, aunque desconocía todo el proceso
para llegar a esa marca el resultado había sido el mismo, él había cometido el mismo error de marcar
a su esposa dejándose llevar por la lujuria y su hijo había sido producto de dicho error, pero había
conseguido salir de esos problemas a costa de casi perder a su omega pero era lo mejor.

Marcó el número del doctor Kim para poder cerciorarse de lo que su “espía” le había informado, la
llamada fue corta y sin rodeos, había sido todo cierto y según Kim tenía resultados más interesantes
del omega pero que no podía revelarlos en ese momento sin la presencia del propio Park Jimin y su
pareja, no sería mala idea darle una pequeña visita a su hijo.

En la escuela el tiempo de receso había empezado hace unos minutos y Jimin buscaba a Yoongi
con la mirada mientras que caminaba por entre la gente haciendo que se sienta un poco incómodo,
hasta que lo vio, esa cabellera rubia un poco despeinada pero eso era lo que le daba hermosura, se
acerco como si se tratara de un regalo que había esperado hace horas, atrapó la cintura del mayor
haciendo que se asuste por el repentino contacto además de que no sabía quien era pero al sentir
ese calorcito en el pecho supo que era su omega.

—¿Cómo estás, bebé?— le preguntó mientras pasaba su mano por los cachetitos del menor.

—Aburrido, hyung, pero me saque una buena calificación por el trabajo de física— sonrió orgulloso
mientras que agradecía bajito por la ayuda del mayor.
—Cachorro— escucho que alguien se acercaba llamándolo —Jiminnie, vengan por aquí— la pareja
buscó a la voz que los llamaba encontrándose con Jin sentado junto a su alfa en una mesa un poco
apartada del bullicio.

Se acercaron, aún la presencia de Yoongi era un poco rara pero se acostumbraría a soportar el
humor del alfa rubio, se quedaron conversando sobre lo que habían hecho en el día y rápidamente
Namjoon congenió con Yoongi al darse cuenta que su gusto por el rap era mutuo con el moreno,
los omegas hablaban de cómo hacer menos aburridas las clases y planeaban una tarde en el
departamento de Yoongi para poder relajarse, Jimin estaba emocionado de que al día siguiente sus
hyungs fueran a pasar la tarde con ellos, ya se veía horneando algunas galletas y escogiendo alguna
película para pasarla bien.

La campana sonó anunciando que el receso había terminado que todos dejaran de platicar
plácidamente con sus amigos para volver a las aburridas, todos guardaron las cosas que les
pertenecía y fueron cada uno a su siguiente clase, faltaban más de 4 horas para que el día de
escuela terminara pero valía la pena ya que Yoongi pensaba en que cuando llegaran al
departamento se acurrucaría con su omega en la cama para después preparar una merienda y
hacer las tareas mientras escuchaban algunas canciones.

Las clases transcurrieron como siempre, Jimin tratando de comprender lo mejor posible los temas
y Yoongi solo respondiendo a lo que preguntaran como si de un experto se tratara, el omega
pelinegro sentía algo raro en su pecho, algo que le decía que el día no estaría tan lindo como
esperaba, tenía ganas de ir ya al departamento y descubrir que era lo que le tenía intrigado pero el
par de materias que quedaban por terminar harían de eso algo difícil.

42
La hora de irse había llegado, salieron cada uno de sus clases con una sonrisa a excepción del
pelinegro quien trataba de adivinar que demonios pasaba en él ya que esa sensación de angustia,
como si algo malo estuviera por pasar, no lo dejaba tranquilo. Se encontraba mirando de frente sin
prestar atención a quien estuviera hasta que su naricita sintió el fresco aroma de su alfa haciendo
que rápidamente sus ojos enfocaran al mayor.

—¿En qué tanto piensas, bebé?— el omega sin darse cuenta examinó con la mirada al rubio, miró
su rostro, cada partecita de la blanca piel asegurándose que esta no tuviera rasguños o estuviera
de un color morado, paso por la ropa, no encontró rastros de algunas pelea y terminó con las
manos, tan varoniles como siempre sin ningún daño, si no le había pasado nada a él entonces que
era esa sensación amarga en su pecho.
—En nada en especial— dijo suspirando claramente preocupando al alfa quien rápidamente tomó
de la mano al menor halándolo suavemente por entre la gente, llevándolo hacia donde habían
dejado el auto para poder conversar más tranquilos, claro, el pelinegro se dejó llevar así ganando
tiempo de pensar en cualquier excusa que podría decirle para no preocuparlo más de lo que ya
estaba.

Estaba tan refugiado en sus pensamientos que no se dio cuenta de que su mayor acariciaba el
dorso de su mano cada vez que podía tratando de transmitirle algo de tranquilidad; cuando
llegaron al auto subieron a los asientos traseros para tener mucho más espacio para conversar de
algo que estaba matando de curiosidad a Yoongi.

—Ahora sí, ¿Qué pasa, Jiminnie?— le dijo mientras lo acercaba más a él, no sabía por qué pero
necesitaba saber eso que tanto afligía a su omega.

—Nada, solo... Es que saqué una nota baja en una prueba sorpresa que dieron hoy— fue lo único
que se le ocurrió y parecía estar funcionando, la preocupación en el ambiente había disminuido ya
que él único preocupado ahora era Jimin.

—Ay, bebé, debemo de repasar los temas— le dio un besito en la frente para después bajar hasta
los esponjosos labios del menor y depositar un beso un poco más intenso en estos —vamos a casa,
tengo mucha hambre— salieron del auto para después volver a entrar pero a los asientos
delanteros y comenzar su recorrido hasta su hogar.

Y ahí estaba Jimin, tan lindo como siempre cantando las canciones que sonaban en la radio
haciendo sonreír al mayor de lo feliz que veía a su pareja, bueno solo habían pasado unos segundos
y esa sensación amarga fue tapada por las pegadizas letras de la canción haciendo que su cuerpo
se moviera de lado a lado y su melodiosa voz saliera; obviamente todo eso había sido como un
placebo para su cerebro que después de salir del carro ya no tendría sentido.

Pero que más daba, quizás sean unos tontos presentimientos los que rondaban su cabeza, había
preocupado por nada a su alfa y se había privado de disfrutar un rato de los labios de su mayor solo
estar de ese ánimo tan complejo, le había mentido a su pareja para no hacer evidente su confusión
sobre sus propios pensamientos, pero nadie sabría de eso, sin embargo en su consciencia estaba
esa espinita que no lo dejaría tranquilo en todo el día hasta que le contara exactamente lo que
pasaba con él mismo. Vio el edificio ya cerca y se alistó para poder salir del auto junto con Yoongi,
entraron al estacionamiento y el menor apagó la radio sintiéndose algo mejor, la música si que
alegraba los momentos, pensó y sonrió para luego mirar al rubio fruncir el ceño.
—Que raro, juraría que ese es el auto de mi padre— miró al auto negro brillante que estaba
estacionado casi al último de la fila —pero sería casi imposible— apagó el motor y salió del auto
esta vez dejando que Jimin saliera solo, era más entendible que Jimin a veces le molestara un poco
lo caballero que podía llegar a ser Yoongi, habían situaciones en donde pensaba que lo hacía como
un robot, como si cada que viera Jimin a punto de salir de un auto este corriera automáticamente
a ayudarlo, pero no estaba incorrecto ni era sorprendente que Jimin abriera su puerta solo, o al
menos eso pensaba el omega.

Caminaron hasta llegar al ascensor en donde entraron y esperaron unos segundo para poder llegar
a su piso, en ese día a Jimin le apetecía de sobremanera quedarse junto con Yoongi acurrucados
hasta la noche, podría considerarlo si es que no tuviera actividades escolares pendientes, hizo un
puchero y se abrazó al brazo del mayor recibiendo una caricia en su cabello.

—Por fin en casa— el pelinegro asintió y caminó con él hasta llegar a la puerta en donde sintió un
aroma que no debía de estar ahí, esa era su casa, Jimin y Yoongi, nadie más, dos aromas que
combinaban a la perfección pero había un tercero que no tenía porque estar ahí.

—Hay alguien adentro— susurró haciendo que Yoongi sacara las llaves aún mas rápido y abriera la
puerta casi empujándola, se encontró con su padre sentado en el sofá con un documento en sus
manos, que a juzgar por el formato de hoja y los colores que se veían a lo lejos era de la clínica en
donde Jimin se había atendido. —¿Quién es?— preguntó Park confundido, ¿qué hacía un extraño
en la casa, y encima sentado cómodamente en el sofá de su sala?

—Padre— dijo fuerte Yoongi llamando la atención del alfa haciendo que dejara esa hoja a un lado
y se parara para poder saludar a los recién llegados, Jimin al escuchar esa palabra se hizo chiquito
detrás del mayor, por lo que había escuchado ese señor no era tan agradable.

—Así que ese es juguete nuevo— Yoongi gruñó por lo que su padre había dicho —bueno— se
acercó aún más hasta el punto de poder ver con claridad los ojos el menor —creo que te
encaprichaste mucho— puso sus manos juntas detrás de sí para después sonreír con sorna.

—¿Qué deseas?— pasó por un lado abrazando al menor mientras le susurraba al oído que se fuera
a la habitación pero este se negaba rotundamente a aceptar, él quería estar ahí y si su corazoncito
salía herido no le importaba, necesitaba estar como una especie de apoyo a su pareja. La expresión
de suplica de Yoongi casi le hace cambiar de opinión pero se sentó en el sofá que estaba al otro
extremo de la sala cruzándose de brazos, el rubio entendió y acepto su derrota dejándolo ahí.
—Eres un idiota, como puedes liarte la vida con un estúpido omega, solo te falta este año y tendrás
nuestras empresas, aunque sé que no las quieres tan deprisa pero estar con “eso” te quitara
tiempo— el pálido trataba de controlarse para no poder estamparle un golpe en el rostro de su
padre, miró hacia atrás para fijarse si esas palabras habían causado algún tipo de daño en su
pequeño, lo vio igual que cuando lo había dejado ahí así que continuó.

—No son cosas padre, son personas como nosotros— ya estaba cansado del mismo sermón sin
sentido que solía darle su padre pero sabía que con ese señor no había solución.

—¿Ah no? Pues creo que tu lindo omega, porque no voy a negarlo esta muy lindo, te esconde
cosas— miró al menor de los tres sonriendo y extendiendo ese papel importante de la clínica.

—¿De qué hablas?— agarró el papel de las manos de su padre y leyó rápidamente, ¿acaso era
posible que su omega pudiera hacer tales cosas?

—Es un ser raro, te manipula hijo, me dijeron que su olor antes de conocerte siempre fue muy
fuerte, pienso yo que fue un tipo de mecanismo para poder atrapar a alfas y hacerlos babear por él
para así tenerlos en sus manos— comenzó a caminar de un lado a otro pasando por en frente de
su hijo —¿A cuántos alfas has tenido a tus pies?— esa vez le preguntó al pequeño quien estaba a
punto de saltar como una fiera —pero después leí eso, algo ancestral que le permite a tu pareja
hacer que los demás sientan lo que él quiere, algo así como la empatia a la inversa pero obligada,
quien sabe, quizás él tuvo todas las intenciones de engatusarte y al ver que no cedias a cualquiera
que haya sido su plan siguió intentando hasta que lo marcaste— aplaudió, Jimin ya no aguantó más
y se paró del sofá para ir directo al señor.

—¡Usted no sabe lo que a mi me pasa!— suspiró frustrado —¡A usted no le importa cuales fueron
las circunstancias de nuestra relación!— unas lágrimas de impotencia salieron de sus ojos
traicionando su semblante enojado y rudo —y-yo no sería capaz de hacer algo así ¡Todo lo que dice
es una mentira!— lo miró sin sentirse menos y eso le sorprendió al mayor quien solo se acercó más
para no perder su porte —ya entiendo con que clase de basura creció Yoongi— lo miró con
desprecio y sin más que decir se fue a la habitación.

—Lo ves hijo, hasta yo sentí esa amargura, déjalo, aunque podría servirnos para algo muy
interesante, esos dones son muy interesantes y nos podrían servir para poder cerrar negocios, un
chico lindo con un aroma agradable poniendo sentimentales a los socios haciendo que por empatia
y quizás por atracción firmen lo que les ponga enfrente, así son los alfas, así de fácil nos manejan—
Yoongi seguía un poco desconcertado por lo que su padre le había dicho —pero nosotros no
dejaremos que ese niño mimado nos manipule, así que ¿Quieres que nuestra empresa progrese?
Utilicemos a ese omega ¿Aceptas?— le extendió la mano, su plan había funcionado a la perfección,
su hijo estaba tocado en el corazón gracias a que Jimin lo había ablandado.

—Acepto— le tomó la mano cerrando el trato, Seolhyuk había conseguido lo que quería, poner a
su hijo en contra de su propia pareja.

43
—Acepto— dijo entre dientes mientras esperaba que su padre se fuera lo más rápido posible y
poder hablar con su omega quien lo esperaba en su cuarto llorando, lo sentía, lo sabía porque en
su pecho se alojaba una sensación pesada que no pasaba desapercibida.

—Bien— sonrió victorioso y se dirigió hasta la puerta cerrándola detrás suyo dejando a Yoongi solo
en la sala de estar, ya sin ningún tipo de ruido el rubio pudo escuchar los sollozos de su omega
haciendo que avanzara rápidamente por dentro del departamento hasta llegar a la habitación en
donde vio a Jimin enrollado en las sábanas tratando de encontrar cobijo.

—Bebé, no llores, ya se fue— se acercó poniendo su mano en los cabellos del contrario pero Jimin
en un movimiento rápido se quitó de ahí alejándose lo suficiente del alfa, ese rechazo le dolió tanto
a Yoongi que sus manos se juntaron para poder esperar alguna señal de arrepentimiento.

—U-usted, u-usted aceptó, aceptó u-usarme— lo había escuchado —yo pensaba que me quería—
sus ojitos estaban rojos de tanto llanto y su labio inferior temblaba un poco —supongo que le
importa más su...— Yoongi no lo dejo terminar porque le causaba tanta rabia que su omega
desconfiara de él, aunque tenía muchas razones para hacerlo, tenía que curar poco a poco esa
herida que había causado.

—Jiminnie, amor, eso solo lo dije para que se vaya y poder venir contigo, claro que no te usaré ni le
haré caso a ese hombre, tu don es maravilloso y aunque aún me cuesta creer un poco lo que me
dijo te aseguro que jamas te obligaría a usarlo— Jimin veía honestidad en los ojos del mayor y la
tranquilidad que le transmitía era única, se acercó un poquito como si de un cachorro temeroso se
tratara —tengo un pequeño plan para con mi padre— le extendió los brazos haciendo que una
pequeña sonrisa saliera de los labios del menor —jamás dejaría que te hicieran daño y no sabes
cuanto me duele ser el causante de tus lágrimas pero también me alegra ser él que te pueda
consolar— Jimin suspiró aliviado, se acercó y se acurrucó en los brazos del alfa aspirando su aroma
fresco.
Porque sí, Yoongi podía causarle enormes tristezas a Jimin y que este rompiera en llanto pero
también era el único que podía parar esas lágrimas cambiándolas por momentos felices.

Se quedaron en esa posición por solo unos minutos para después dejar a Jimin en la cama y salir de
la habitación regresando luego de unos segundos con ese documento importante, había sido
mandada por el doctor Kim y decía, sin mucho detalle, sobre el poder que Jimin poseía. Él mismo
lo leyó asombrándose y casi dándole respuestas a sus raras visiones mientras estaba despierta, a
esos colores que veía cuando se sentía triste o feliz, pero aún no sabía cual era el detonante de
dicho don ni como usarlo a su favor.

—Hyung, ¿Cree que soy raro por tener eso?— preguntó un poco avergonzado de que no fuera un
chico normal, pero a diferencia de él, Yoongi pensaba que su chico era alguien único y más con ese
don, que suertudo era.

—No digas esas cosas, no eres raro, eres muy especial Jimin, eres tan maravilloso que no me
explico cómo es que la madre Luna nos destinó a ser pareja, aunque le agradezco con toda mi
existencia por esto— le dio un besito en los labios recibiendo y abrazó muy cálido.

—Lo amo demasiado, hyung— dijo cerrando sus ojitos listo para dormir pero su pancita tenía
hambre y tenía que alimentarse si no quería que le incaran en el brazo con una aguja, él amaba su
sangre y no tenía por qué salir de su cuerpo.

—Yo también te amo, Jiminnie— claramente, Yoongi estaba tan enamorado que si su padre lo veía
en ese momento sería capaz de alejarlo completamente del omega, pero no lo lograría porque el
rubio estaba dispuesto a cruzar mar y tierra si Jimin era quien estaba esperándolo.

—¿Con todo su corazón?— preguntó juguetón soltando una pequeña risita que fue música para
los oídos de Yoongi, como le encantaba esa armoniosa risita de su omega.

—Jiminnie, tú tienes mi corazón— había sido muy cursi pero que más daba, el omega le hacía
ponerse de ese modo y no estaba mal decirle algo bonito si cada vez que lo hacía obtenía el mismo
resultado que en ese momento; el pelinegro había bajado la mirada para ocultar sus mejillas un
poco rojas pero nada se le escapaba a Yoongi quien lo abrazó para después alzar el rostro contrario
y depositar un besito en sus labios.

Después de estar juntitos unos minutos Jimin quiso saber más sobre el don que tenía, pero no
quería fiarse de Internet ya que con algo como eso no se jugaba, se paró de la cama para ir al cuarto
de baño y lavarse el rostro.
—Hyung, debemos de comer algo— dijo antes de abrir el grifo y meter sus manitos en el agua fría,
la recolecto haciendo sus manos como si fueran un platito y poder esparcirla en su piel
refrescándose.

—Iré a la cocina— escuchó Jimin, desde hace días su Yoongi preparaba constantemente la comida
para los dos pero Jimin quería ayudar en algo, se secó la cara con una toalla pequeña y salió de la
habitación casi corriendo, cuando llegó a la cocina vio a su alfa buscando algo en el refrigerador
para luego sacar un verduras.

—Le ayudaré, yo picaré las verduras— Yoongi asintió dándole las verduras y sacando un cuchillo
de un cajón, le advirtió que tuviera cuidado de no cortarse, la comida que prepararían era algo
simple pero delicioso, carne con verduras sancochadas, algo saludable para ambos.

Yoongi preparaba la carne mientras que el omega ponía agua a hervir en una olla, cada uno
haciendo su tarea pero a la vez ayudándose mutuamente para hacerlo todo más rápido, se sentía
tan lindo estar los dos juntos de ese modo que a Jimin le dieron ganas de formar una familia, se
imaginó cocinando junto a su esposo un delicioso desayuno para su cachorro, llevándolo a la
escuela para después ir a trabajar, pero cuando llegaran todos y estuvieran en el departamento
sería un momento tan familiar que recompensaría todo el esfuerzo que habían realizado ese día.

—Vamos, cariño— le dijo el mayor sacándolo de su ensoñación, solo asintió con una sonrisa y
fueron a la mesa para poder comer.

—Hyung, quisiera ir a la clínica para que el Dr. Kim nos explicara más detalladamente mi “don”—
hizo comillas con sus dedos lo que causo una sonrisa en el rubio —es que siento curiosidad ¿Usted
no?— le pregunto metiendo una pequeña porción de comida a la boca.

—La verdad es que sí, no sería mala idea ir unos minutos— lo había pensado mejor y estaba seguro
de que el doctor los recibiría con mucho gusto, de paso le preguntaría si su padre se había
contactado con él, como muchos decían, mataría a dos pájaros de un tiro.

Terminaron de comer después de media hora, entre risas y bromas se cambiaron para poder ir
hasta la clínica, su relación cada día iba mejorando según ellos, se conocían más y la confianza crecía
entre la pareja, tanto así que a Jimin no le molestaría correr desnudo frente a Yoongi, aunque eso
para el alfa no sería ningún disgusto. Ahora se encontraban en el auto de camino a ese lugar en
donde le habían dado la noticia que le había afectado demasiado, le traía malos recuerdos pero
quizás dentro de algunos años esos malos recuerdos se vuelvan unos muy buenos.
—Tienes el papel, ¿Verdad?— le preguntó el mayor al pelinegro, Jimin asintió y salió del auto,
entraron en la clínica y la mano del omega fue directamente a la contraria agarrándola como si su
vida dependiera de ello —tranquilo, bebé— avanzaron hasta el ascensor yendo hasta el piso en
donde el doctor de la familia estaba.

—Yoongi hyung— el nombrado hizo un sonidito para que el menor supiera que estaba
escuchándolo —¿Qué piensa hacer con su padre?— preguntó sin darse cuenta de que no era el
momento correcto para decir una respuesta.

—¿Podríamos hablarlo en casa?— le dijo un poco bajo, el omega solo asintió comprendiendo lo
delicado del tema, salieron del ascensor y se dirigieron directamente al consultorio del doctor, una
pareja salía de esa habitación así que supusieron, al no ver a nadie esperando, que estaba libre en
ese momento, tocaron la puerta y esta fue rápidamente abierta por el mayor.

—Buenas tardes, joven Min— miró al omega y una sonrisa surcó sus labios —buenas tardes, joven
Park, adelante— la pareja ingresó y tomó asiento delante del escritorio —supongo que vienen a
hablar sobre el tema del don— asintieron a lo dicho por el señor de bata blanca.

—Necesitamos más detalles sobre el tema— dijo serio el rubio, si tan solo pudiera estar cómodo
abrazando a su omega sería todo mucho mejor.

—Lo que pasa no es algo que tengo que ver con medicina, la verdad es que yo antes de ser doctor
me dediqué a otras cosas, el caso de Jimin es algo muy interesante y único, de seguro uno de sus
familiares tuvo este don ya que suponemos que es hereditario, el don consiste en que Jimin
mediante su olor o hasta con solo mirar a una persona puede transmitirle sus sentimientos y
sensaciones— acercó mas su silla al escritorio —Jimin, quiero que cierres los ojos y pienses en el
momento mas feliz de tu vida y me digas que color ves— el omega un poco extrañado hizo lo
pedido.

Cerró los ojos sumergiéndose en la oscuridad, pensó en cuando su madre y su padre le habían
llevado hasta un campo en donde el día estaba soleado, ese día se rieron demasiado, toda una
familia feliz, de repente vio el color amarillo, uno muy lindo que le recordaba a un girasol hermoso
—Amarillo— dijo aún sin abrir los ojos.

—Ahora abre los ojos pero sin dejar de sentir ese color amarillo, y mira a tu pareja, transmítele esa
sensación— Jimin hizo caso y abrió los ojos, miró a Yoongi atentamente y este sonrió de la nada,
el rubio había sentido esa felicidad de un momento a otro, se había sentido extraño y con ganas de
soltar una risa para decir lo feliz que estaba, era maravilloso.
—Demonios lo sentí— dijo al momento en que Jimin pestañeó dejando de pensar en ese color y
dejando de sentirlo, sería algo divertido.

—También lo puede hacer sin abrir los ojos, sólo tiene que dominar su don un poco más, la verdad
es que es algo impresionante y tiene mucha historia detrás— al doctor Kim le impresionaba mucho
estos temas que encontrar a un paciente con ese don fue casi un regalo

—¿A eso se debía su olor muy notorio antes de que fuera mi pareja?— dijo Yoongi muy interesado
en saber esa respuesta.

—Eso no tenía nada que ver, el aún no utiliza su aroma para transmitir sentimientos pero con
práctica lo hará, lo de su olor es algo más personal pero que sí tiene explicación— hizo una pequeña
pausa para poder ordenar sus idas —su lobo, de manera consciente o inconscientemente,
aumentaba su aroma para llamar a su pareja predestinada, estos casos son extraños ya que el olor
puede llamar a otros alfas pero el lobo del omega esta tan interesado que hasta que no encuentre
a su pareja ese aumento de aroma no parara— sonrió al ver como Jimin se ponía rojito por el
comportamiento de su lobo.

—Que tierno mi lindo omega— dijo tratando de molestar al menor consiguiéndolo y haciendo que
este se sentara en el regazo de su alfa y escondiera su rostro en el cuello del rubio para ocultar la
vergüenza.

—Esa sería toda la información que tengo, mi tiempo libre se acabó, tengo una consulta dentro de
unos minutos— Yoongi asintió y dio unos golpecitos en la espalda del pelinegro para que este se
parara.

—Vamos, Jiminnie— dijo y ambos se pararon de la silla dirigiéndose hacía afuera de la habitación
—espérame aquí cariño, ya regreso— lo dejó sentadito en las sillas de espera y entró nuevamente
al consultorio —si descubro que mi padre te contacta para sacarte información y tú se la concedes
considérate muerto— le dijo con voz amenazante mientras que caminaba hacia él causando que
el doctor se asustara por el semblante del joven alfa, el mayor solo atinó a asentir con miedo y el
rubio se fue.

44
La pareja regresó a su departamento para después descansar un poco, los ojitos de Jimin pesaban
pues el sueño le estaba ganando pero algo lo levantó, literalmente, Yoongi lo cargó logrando que
las bien formadas piernas del menor se enredaran en su cintura para no caer, sus brazos fueron
hasta el cuello del contrario aferrándose con fuerza sin ahorcarlo, el alfa andaba un poco cariñoso
sin sentido alguno, se lo llevó a la habitación y lo recostó en la cama con sumo cuidado.

—¿Qué pasa?— preguntó mientras abrazaba a su pareja y pasaba sus dedos por los cabellos rubios
del mayor —¿Por qué tan meloso?— sonrió para que el otro supiera que no lo decía en serio, en
realidad le gustaba mucho recibir esa clase de cariño de su alfa ya que su lobito se sentía muy
querido.

—No lo sé, solo que cuando el doctor Kim dijo que tu olor llamaba mucho la atención de otros alfas
no me gustó nada eso— Yoongi comenzó a olisquear el cuello de su omega, en ese lugar en donde
el aroma se concentraba y atraía mucho al mayor, dejó un par de besos en esa zona haciendo que
el menor se estremezca —me encanta lo sensible que eres— dijo con voz ronca cerca del oído del
pelinegro.

—Mh~— gimió bajito el lindo omega mientras sentía como la lengua del mayor subía por su barbilla
hasta tocar la comisura de su labio inferior —¿Acaso estás celoso?— preguntó entre suspiros con
la voz bajita, como si alguien pudiera escuchar e interrumpir ese momento tan íntimo que estaban
teniendo, con miedo de que el volumen de su voz pudiera romper ese aura excitante que flotaba
en toda la habitación.

—Eres mío, bebé, eres solo mío y yo solo tuyo— bajó su mano hasta llegar a fin de su camiseta
pasando su mano debajo de ella tocando la tibia piel del menor —y la idea de que alguien más haya
tratado de llegar hasta aquí hace que mi lobo y yo nos pongamos furiosos— Jimin escuchaba
atentamente pero como los sentidos un poco idos por todas las sensaciones que recorrían su
cuerpo en ese momento —además me dejaste con ganas de tocarte en dos ocasiones— las manos
del menor se tensaron pues era verdad lo que el rubio había dicho, en dos ocasiones había dejado
con ganas a su alfa.

—Lo siento— tampoco era su deber tener relaciones con él pero no iba a negar que también
necesitaba de las caricias más subidas de tono que solo él podía darle, de esa dosis de desenfreno
y pasión.

—Si prendes algo, tienes que apagarlo, Jiminnie— le dijo atacando los labios esponjosos del menor
arrancándole un gemido gutural de pura satisfacción.

Yoongi se ayudó de la poca fuerza que ponía el menor y le quitó los pantalones dejándolo expuesto
hacia él, aunque aún faltaban los boxers un leve sonrojo se colocó en las mejillas de Jimin dándole
un toque tierno a esa escena tan erótica, le abrió ligeramente las piernas para poder hacerse paso
y quedar lo más cerca posible. El olor característico del lubricante natural lo volvió loco, pero no
dejó que sus instintos primitivos salieran a la luz, tenía que hacer disfrutar al omega lo más que
podía; Jimin estaba con los labios rojos y brillantes por saliva que después fue quitara por su lengua,
sus ojos brillaban de lujuria y su cabello estaba levemente desordenado.

—Tócame— dijo el menor con un hilo de voz —por favor— pidió mientras el mayor acariciaba sus
piernas sin llegar a su miembro ya erecto.

—Te estoy tocando, bebé— sonrió al ver como el menor hacía un pequeño puchero al oír que su
alfa no entendía lo que quería decir, aunque Yoongi si hubiera entendido quería que se lo pidiera
de otra forma —date vuelta— le dijo y el pelinegro hizo caso volteándose encima de la cama.

El rubio agarro el elástico del bóxer jugando un poco, para después bajarlo despacio viendo como
la piel blanca se asomaba, quitó completamente la ropa interior viendo como el trasero de Jimin se
mostraba tan exquisito que no le tomó ni un segundo posar sus manos en ese lugar, agarró a su
gusto provocando que el menor soltara pequeños gemidos por lo bien que se sentía pero
necesitaba más y si el mayor no entendía sus palabras él tomaría la iniciativa.

Pero Yoongi no dejaría que ese momento tan pasional se acabara muy rápido, separó las nalgas del
menor dejando a la vista su rosada entrada ya lubricada, acercó un par de dedos y los introdujo sin
previo aviso ganándose un gemido sorprendido por parte de Jimin quien al sentir los dedos intrusos
se movió un poco; el alfa comenzó a mover sus dígitos cada vez más rápido tratando de no llegar
al punto en donde el menor terminara corriéndose, eso lo haría con algo más grande que sus dedos.

—Maldición— dijo Jimin moviéndose hacia los dedos del pálido, gimiendo por el placer que sentía
pero aún se sentía incompleto y no esperaría más, gateó un poco hacía la cabecera de la cama
haciendo que los dedos de Yoongi salieran de su interior y luego se sentó en las sábanas quitándose
la última prenda que quedaba en su cuerpo.

—Yo tenía que quitarte la camiseta— dijo el rubio quedándose sentado en la cama con una gran
erección en los pantalones, Jimin se acercó directo a los botones del pantalón del mayor quien solo
vería lo que su omega hacía.

—Ya no juegues conmigo, te quiero a ti— desabotonó el pantalón y con ayuda del mayor los quito
de su camino tirándolos a algún lado de la habitación para que no pudieran estorbar.

El pelinegro acarició el pene erecto de su mayor por encima de la tela fascinándose una vez más
por lo que provocaba en su entrada, el lubricante estaba chorreando por la excitación que sentía
Jimin, metió su mano dentro del bóxer pasando su dedo por toda la extensión provocando que el
mayor mordiera su labio inferior, decidió quitarle el bóxer también ya que le molestaba mucho y así
lo hizo, ahora todo el falo de su alfa estaba alzándose orgulloso y listo para que los jugosos labios
del menor hicieran contacto con él.

—Hyung, puedo quedar en cinta si usted no hace algo— dijo recordando lo fértil que podía ser y
más valía no correr el riesgo.

—Tú solo sigue— le dijo agarrando sus cabellos y haciendo que su cabeza baje hasta hacer que sus
labios choquen con el glande del mayor, a Jimin no le bastó más de un segundo para que su lengua
jugueteara un poco transmitiéndole corrientes eléctricas a todo el cuerpo del rubio.

Un ronco gemido salió de la garganta del alfa y ya no quiso jugar más, se quitó la camiseta para
después cargar al menor y ponerlo encima suyo haciendo que sus erecciones se frotasen entre si;
Jimin como si de un cachorro calenturiento se tratara comenzó a moverse en busca de más
contacto dándole un poco de tiempo a Yoongi de inclinarse un poco hacia la mesita de noche y
sacar un condón, después de eso sintió como una manita se escabullía entre sus cuerpos y atrapaba
los dos miembros masturbándolos, el omega tiró su cabeza hacia atrás por lo bien que se sentía,
pero el mayor lo separó un poco y puso el anticonceptivo de látex en su pene.

—Listo— dijo bajo y miró a Jimin, estaba respirando con dificultad por el momento, este solo
asintió y se levantó hasta que la punta del miembro del contrario estuviera alineada con su entrada,
fue bajando de poco a poco autopenetrándose, sus manos fueron a los hombros del mayor para
poder ayudarse un poco y no caer de un solo golpe. —Demonios como aprietas— dijo posando
sus manos en la cintura desnuda del menor y haciendo que baje más, quería sentirlo
completamente.

Cuando ya estuvo completamente dentro del omega esperó unos segundos a que se
acostumbrara al tamaño pero después el mismo Jimin fue dando saltitos provocando que gemidos
agudos salgan de sus labios, nada superaría a esa sensación de ser tomado por su alfa, se dejó llevar
pero no contaba con que su pareja estuviera esperando a que el placer en el cuerpo de su omega
fuera el que dominara.

—Ahora es tiempo de mi venganza— dijo mientras cambiaba de posición aún con Jimin encima,
dejándolo recostado en la cama y comenzando a moverse despacio para provocar al menor.
—Rápido— pidió el menor y Yoongi al verlo tan sumiso, sexy y desesperado hizo caso a lo que su
pareja pedía, se comenzó a aumentar la velocidad, dejaría al omega sin caminar por haberle
provocado dos erecciones y dejarlo con las ganas.

Yoongi seguía moviéndose y las uñas del menor arañaban su espalda por todo el placer que sentía,
las manos del alfa acariciaban la anatomía del omega hasta llegar a esos botoncitos coló rosa palo,
muy sensibles en Jimin y pellizcarlos un poco, se sentían en el cielo aunque estaban tan calientes
como el mismo infierno, los dos estaban levemente sudados por los movimientos rápidos y el
bochorno que hacía en esa habitación.

Después de unas estocadas más Yoongi encontró la próstata de Jimin haciendo que este gimiera
más alto de lo que ya estaba haciendo, había encontrado ese lugar en donde Jimin se desconocía
totalmente, el omega sonreía sin darse cuenta de lo sexy que se veía, una gran motivación para el
mayor quien daba en ese punto tantas veces como quería y le parecieran lo suficientemente
exactas para que su pequeño se corriera.

—¡Alfa!— gritaba en algunas ocasiones en donde su boca podía articular una palabra y dejar por
un segundo los gemidos, su rostro estaba un poco sudado y con un sonrojo típico de cuando tenía
sexo.

—Ya casi, bebé— dijo con voz ronca, sus caderas se movían solas ya que el placer era inmenso en
ese momento, tanto que deseaba tener una segunda ronda. Siguió moviéndose deleitando en
demasía al menor quien solo podía responder arrugando la cama y gimiendo hasta el punto de que
sus ojos lagrimearan de placer.

—M-me c-corro— dijo mientras arqueaba su espalda y cerraba los ojos fuertemente haciendo que
unas lágrimas escurrieran, su boca se abrió un poco cuando la mano del mayor envolvió su miembro
bombeando de arriba hacia abajo sumando mas sensaciones de las que ya tenía, se sentía
desfallecer pero tenía que estar consiente al menos hasta después de darle un buen beso a su alfa.

—Hazlo, Jiminnie— dijo continuando sus movimientos, disfrutando del momento sintiendo como
el cosquilleo en la parte baja de su abdomen aparecía, el líquido viscoso salió salpicando en todo el
estómago del menor y un gritito salió de sus labios mientras arqueaba la espalda.

El rostro de Jimin era un dilema demasiado bonito y sexy, intentó recuperarse del orgasmo pero las
penetraciones que le daba su alfa no ayudaba mucho, pero Yoongi tampoco estaba lejos de llegar,
así que un par de estocadas más y se liberó pero el látex no permitió que su esencia lo llenara.
—Esto era lo que necesitaba— dijo Jimin pero rápidamente se arrepintió al recordar que él mismo
había provocado y dejarlo con una erección.

—Hay que dormir un poco— rió mientras se acomodaba con su pareja en la cama y tapaba sus
cuerpos con una sábana, y como antes había pensado Jimin le dio un beso a su alfa, un beso un
poco cansino pero con mucho amor.

45
Después de unas horas de delicioso sueño, cada uno sintiendo el cuerpo desnudo del contrario se
decidieron a levantarse, Jimin se dio un baño de agua caliente para relajarse de lo adolorido que
estaba, aprendería a no provocar a su alfa aunque no estaría tan mal que le diera con esa fuerza
que le dio mucho pero mucho placer.

Salió del cuarto de baño sin usar la toalla para tapar sus partes íntimas ya que la estaba usando para
secarse el cabello, Yoongi entró de un momento a otro año cuarto para poder darse una una ducha
al igual que su pareja pero Jimin aun no terminaba de cambiarse y la repentina interrupción hizo
que la toalla bajara rápidamente hasta sus caderas tapando desde su pelvis hasta sus muslos.

—Hyung, me asustó— regañó el menor sonriendo mientras que el rubio solo lo miraba de arriba a
abajo, estaba de más decir que verlo de esa forma: cabello despeinado y mojado, un leve sonrojo
y la toalla dejando poco a la imaginación; esa forma le prendía demasiado pero tenía que darse una
ducha.

—Bebé, cuando salga de la ducha tenemos que hablar sobre lo que haremos con mi padre— le
guiñó un ojo y entró en el cuarto de baño, Jimin solo se apresuró en cambiarse porque la curiosidad
estaba apoderándose de su cuerpito haciendo que su mente ideara muchas posibilidades de
hacerle la vida imposible a su suegro.

—¿Suegro?— dijo en voz quedita el menor, ¿Pensaba casarse con Yoongi? Claro que sí, y de solo
pensarlo se le subía la emoción al rostro, se imaginó con el anillo en el dedo y su luna de miel, todo
se veía tan lindo que las ganas de recibir caricias de su alfa llegaron.

Pero no, no era tiempo de pensar en esas cosas, no ahora que estaban en esa situación, alejó esos
pensamientos de su cabeza concentrándose en imaginar que podría su pareja cuando saliera de la
ducha.
Pasaron uno minutos y la regadera por fin fue cerrada, Jimin se subió en la cama y se sentó en forma
de indio esperando a su mayor para que le informara su macabro plan; vio al rubio salir con la toalla
donde debía de estar y vio esa hermosa “v” que se le formaba en la parte baja de su abdomen, se
puso un bóxer y una camiseta junto con unos pantalones holgados para estar cómodo.

—Bueno, lo primero que hay que hacer es que mi padre te tome cierta confianza, empezarás
hablando mal de mi, como si fuera el hijo de puta que era antes, después de eso de seguro te
incluirá en alguna reunión importante y se aprovechará de tu hermosura y capacidad de transmitir
emociones— Jimin entendía lo que su alfa queria decir —Al final yo entraré en su oficina, ahí tiene
muchos documentos importantes pero cuando mágicamente los pierda se pondrá tan
desesperado que hará cualquier cosa por no perder las acciones de su empresa, aunque la verdad
no me quiero meter en esos temas pero se metió con mi pareja y es lo único que puedo hacer sin
matarlo— le dijo para después darle un beso en los labios.

—¿Cómo se supone que empezaremos y en qué le afectará?— dijo en el menor mientras se


acercaba al Alfa y lo jalaba para que se sentara con él, este hizo caso y se subió a la cama.

—El hace cualquier cosa por comprar nuevos clientes, asociarse con muchas empresas y comprar
más acciones, tiene habilidad para los negocios pero está dejando llevar por tu don y estoy seguro
de que para mañana ya tendrá una reunión con una persona importante para poder cerrar un
contrato millonario— le explicó mucho mejor y Jimin tuvo un poco de miedo.

—¿Y si no soy capaz de transmitirle esos sentimientos?— dijo creando un puchero en sus labios.

—Tú puedes hacer todo, y puedes practicar cuando quieras— contestó mientras le acariciaba el
cabello aún un poco húmedo y el menor solo sonrió haciendo que sus ojos desaparecieran.

—Esta bien— le dijo saliendo de la cama agarrando su mochila para sacar sus cuadernos y hacer
algunas cosas que quizás llegarían en alguna práctica sorpresa que su profesor de matemática haría
en cualquier momento.

—¿Me vas a dejar aquí para hacer tu tarea?— lo miró con sobreactuada indignación pero Jimin no
le hizo caso ya que un ratito molestándolo no estaría mal.

Después de una hora haciendo cada uno sus deberes Yoongi sintió como la vergüenza se le subía
hasta el rostro pero solo estaba haciendo geometría y no había nada de que avergonzarse, sentía
como si unas pequeñas mariposas le revolvían el estómago y sus manos comenzaban a sudar un
poco, miró hacia un costado y su pequeño lo miraba tranquilamente como si nada pasara en ese
momento.

—Ya basta, Jiminnie— lo empujó levemente haciendo que este se riera carcajadas —Eres malo—
el omega asentía pero le daba risa ver como el mayor se sonrojaba levemente.

—Te ves muy gracioso así— pero la mirada nada graciosa de Yoongi le hizo parar de sonreír, así
que como pudo le transmitió una sensación de calidez en el pecho.

—Si sigues manipulando mis sentimientos no te dejaré seguir con tu tarea, además no voy a
controlar mi voz de Alfa si sigues así— le dijo amenazante y los ojitos del Omega se abrieron
sorprendidos volviendo a mirar su tarea dejando de lado su pequeño jueguito.

—Está bien— hizo un puchero y siguió escribiendo en su cuaderno.

—Mañana después de la escuela comenzará lo interesante— dijo pensando en cómo comenzaría


todo su plan.

46
Ya estaban saliendo de la escuela directo hasta su departamento, listos para poder enfrentarse al
padre de Yoongi, cuando llegaron comieron saludable debido a que el alfa no quería que su lindo
Omega tuviera mala salud, dejaron los platos en el fregadero y caminaron directamente a la
habitación.

—Yoonie~ ¿Qué haremos?— dijo mientras se ponía una camisa negra con un par de pantalones del
mismo color que realzaban sus muslos de una manera maravillosa.

—Primero platicaremos con mi padre y de seguro él te dirá el supuesto “plan” que tiene para con
unos clientes, lo más probable es que la reunión sea hoy así que no tienes que asutarte por nada,
mientras que van hacia la sala de conferencias yo estaré con ustedes y como se supone que yo
puedo influir en tu don entonces me obligará a salir de la sala, yo iré hasta su oficina y podré sacar
todos los papeles importantes que tenga en su escritorio, solo serán 20 minutos, mientras hacen
la presentación, mi padre explica porque deberían asociarse con su empresa y muchas cosas más
antes de firmar el contrato que será en donde tú llegas a tallar, antes de eso solo te quedarás
viendo— le explicó mientras que se terminaba de cambiar, algo elegante pero que no incomodara
demasiado.
Cuando terminaron Jimin estaba muy nervioso, no quería ir y comenzó a desconfiar del padre de
Yoongi pero no podía rendirse en ese momento, si aceptaba la derrota de segura su relación con
el alfa, el viejo ese no descansaría hasta romper el lazo de su hijo con él para que el rubio se dedicará
de lleno al trabajo y terminará solo. No quería eso, se sentía tan a gusto con su linda pareja que del
solo imaginarse lejos de él se creaba un dolor en su pechito que se extendería hasta todo su ser.

—¿Amor?— escuchó que lo llamaban y rápidamente giró su cabeza hasta donde provenía la voz
del mayor —¿Nos vamos?— no debía de pensar en esas cosas antes de iniciar un plan tan delicado
como el que Yoongi tenía entre sus manos.

—S-sí, vamos— dio la mejor sonrisa que pudo y caminó hasta la puerta junto a su alfa —Hyung,
¿Qué hará exactamente con los papeles que tome de la oficina?— preguntó mientras el mayor
buscaba las llaves del auto.

—En esos documentos está toda la información que mi padre pide a las otras empresas, cuentas
bancarias, cheques firmados y más cosas de ese estilo, la verdad es que planeaba hace un pequeño
lavado de dinero desde la computadora de mi padre, pero claro, no sería capaz de meterlo a la
cárcel ya que no soy nadie para juzgarlo, quizás le daría una amenaza y me llevaría algo para tener
la certeza de que nos dejará en paz— encontró las llaves en el sofá y para sacarlas dejó su teléfono,
que antes estaba en su mano encima de la mesa, y sacó las llaves.

—Algo ¿cómo qué?— dijo al momento de que tomaba la mano del pálido y salían del departamento
hacia el estacionamiento.

—Una copia de los documentos y podría revelarlos en redes sociales, eso sería lo suficientemente
malo para él— bajaron por el ascensor aún conversando de todo lo que su plan tenía, parecía que
nada saldría mal, todo estaba milimétricamente calculado.

Después de subirse al auto el mayor condujo lo suficientemente rápido como para llegar en menos
de cinco minutos, pero tampoco es que el edificio estuviera muy lejos, al contrario, estaba
exactamente a 5 minutos de su departamento ya que por esa zona era tan común ver las empresas
más importantes y por ende los departamentos más lujosos.

Cuando Yoongi estacionó su auto en el sótano del edificio y subieron hasta la recepción la chica
que trabajaba ahí los miró con tal asombro que jurarían que si por esa chica fuera se arrodillaría en
ese momento, estaba más que claro de que había reconocido al mayor ya que varias veces su
presencia había estado en ese lugar y ser el hijo del dueño era algo tan asombroso para los
trabajadores que se sentía toda una celebridad.
—Hijo mío— se escuchó una tercera voz venir por la derecha y era su padre fingiendo felicidad
tremenda al ver a su heredero, Yoongi no dudó en seguirle el jueguito pero se mantuvo al margen
—Pasen, pasen— señaló el ascensor y subieron hasta el octavo piso que era en donde se
encontraba la oficina del mayor de los tres.

Nadie dijo nada durante ese momento incómodo, Jimin solo sentía los ojos del viejo encima suyo
por lo que se escondió detrás de su alfa para poder protegerse, el rubio entendió perfectamente
el miedo que podía llegar a sentir su pequeño así que lo abrazó posesivamente transmitiéndole la
calma necesaria para ese momento.

Cuando las puertas metálicas se abrieron totalmente la pareja y el jefe de la empresa salieron
directo a la oficina que estaba cerca, cuando entraron en dicha habitación el menor se quedó
asombrado por tantos lujos que a él le parecieron totalmente innecesarios, pero que podía decir, a
ese hombre le faltaba amor y el dinero le sobraba.

—De acuerdo, no quiero darle una introducción ni nada, los futuros asociados estás en la sala de
reuniones esperando a que nuestro invitado llegue, así que lo único que tienes que hacer Park es
entrar y hacer lo que te diga ¿Está bien?— le dijo ansioso el mayor a lo que Jimin cabizbajo asistió,
no sabía si podría pero estaba seguro de que todo saldría bien —Los espero afuera— dijo mientras
salía de la oficina y cerraba la puerta.

—Esta bien, cuando tenga lo documentos iré a buscarte para que las personas que están ahí no
sean engañadas, solo serán unos minutos no te preocupes, todo saldrá bien— Jimin estaba
temblando un poco pero los nervios se disiparon al sentir los labios del alfa contra los suyos.

—De acuerdo— sonrió y salieron de la oficina viendo como el padre de Yoongi hablaba por
teléfono con quién sabe quién, cuando los vio colgó la llamada y se puso a caminar hasta la sala de
reuniones

—Tu no puedes entrar Yoongi, puedes ser una distracción para el chico— le dijo mientras abría la
puerta de la sala y miraba al rubio, este solo asintió y se quedó afuera hasta ver cómo su pareja
entraba, estaba mal dejarlo solo pero tenía que hacerlo por el bien de los dos.

47
La puerta se cerró dejando a Jimin dentro de la sala de reuniones, los hombres eran mayores, casi
de la edad del padre de Yoongi. Se quedó parado a un lado para no estorbar mientras el padre de
su novio hablaba de las propuestas o cualquier cosa que tenga que decir.
-Él es Park Jimin- dijo mientras se acercaba nuevamente a la puerta y le ponía seguro a esta -el chico
de quién les hablé en la mañana, tiene un olor maravilloso- se acercó un poco a Jimin olfateando a
su alrededor.

¿Qué demonios está pasando? Se preguntaba Jimin, se supone que él estaba allí solamente para
manipular a esos pobres hombres, no estaba allí para ser el centro de atención. Se quedó estático
al sentir como las manos del mayor pasaban por sus hombros mientras que los demás miraban
sonriendo.

-¿Estás seguro de esto?- le preguntó uno de ellos a Seolhyuk quién asintió empujándolo hacia la
mesa que había en el centro.

-¡Déjame!- dijo el Omega al sentir las manos del mayor bajar por su espalda -le diré a Yoongi- se
apartó de ese lugar pero el viejo fue más listo ya que le agarró de las muñecas y lo levantó para
después dejarlo encima de la mesa.

-Más vale que guardes silencio porque no querrás que tu linda marca sea reemplazada por la mía
haciendo que mi hijo muera de tristeza al igual que tú- amenazó y Jimin bajó la cabeza causando
risas de los dos hombres que estaban parándose para poder unirse a Seolhyuk.

-Es más hermoso de lo que nos dijiste, Seol- hablo el que estaba a la derecha poniendo su mano en
los cabellos del menor para después jalarlos y ver el rostro asustado del pelinegro.

Jimin sentía su mundo caerse, trató de llamar mediante el lazo a Yoongi pero probablemente esté
lo relacionaría con su don de poder manejar los sentimientos, estaba perdido, la única salida que
tenía era que de pronto su alfa llegará en ese mismo instante con los documentos en sus manos
como habían pactado, pero los segundos en ese momento se hacían eternos.

Amenazar con borrar la marca de su pareja era como amenazar con su vida, se sintió débil al
imaginarse con la marca de ese viejo que decía ser padre de Yoongi, quería pensar en algún plan
para poder salir pero todo lo que le venía a su mente era inútil, correr hacia la puerta era como ir
directo al fuego, ni siquiera podía concentrarse para poder manipular a los hombres mayores ya
que recién estaba aprendiendo a usar su don.

Sentía como las manos de los alfas pasaban por todo su cuerpo, bajando lentamente por su
espalda y terminando en su trasero, se sentía asqueado por esa situación pero no pudo contener
su llanto hasta que algo caliente y húmedo tocó su cuello, justo al costado de su marca, la lengua
de uno de los hombres estaba tocando su piel y no podía soportarlo, no podía soportar que alguien
más lo tocará.

Su lobo se sentía inservible, al n poder defenderse de los alfas y casi aceptar ser tocado por ellos,
su humano no era ajeno a esos sentimientos ya que algo parecido pero funcionado con la cólera
pasaba por su mente, Seolhyuk rompió su camisa tirándola a quien sabe dónde, estaba expuesto
y no podía hacer nada para impedirlo.

〰️

Yoongi pasaba por los pasillos corriendo, había olvidado su teléfono en casa y sin él no podía
ingresar a la computadora de su padre en donde toda la información importante estaba, cuando
se dio cuenta de que el aparato electrónico faltaba dio un grito que fue callado por su mano, tenía
cólera en ese momento que no sintió el llamado como debía de pasar sino que sintió una molestia
que confundió con la cólera.

Salió del edificio y fue directo a su auto en donde ni siquiera se puso el cinturón de seguridad ya
que arrancó en un segundo dirigiéndose a su departamento, apretaba el cuero del volante
haciendo que sus nudillos se pusieran blancos, después de unos minutos reprendiéndose el mismo
por lo olvidadizo que fue.

Entró con pasos rápidos a su edificio subiendo por las escaleras ya que el ascensor se demoraría
siglos para él, subía de dos en dos los escalones estirando las piernas agradeciendo que su piso no
estuviera tan arriba, regulando la respiración y el esfuerzo llegó hasta donde estaba su
departamento, antes de abrir la puerta se dio unos segundos para poder regular la entrada de
oxígeno a sus pulmones.

-Estúpido teléfono- dijo mientras abría las puerta con sus llaves e iba directo a la mesa de la sala de
estar agarrando el aparato, salió cerrando la puerta y bajó por el mismo lugar, no descansó ni un
segundo al momento de volver a subir a su auto ya que el tiempo no espera y el tiempo pasa muy
rápido, había dejado el auto prendido así que solo arrancó lo más rápido que pudo dando la vuelta
para poder ir de nuevo al edificio de su padre.

Vio a parejas caminando sin problema por las calles y sintió un poco de envidia ya que ahora él
estaba en una situación un tanto difícil y diferente, pero dejó ir esos pensamientos porque jamás
cambiaría los momentos con Jimin ya que eran únicos sin importar que fueran malos o buenos.
Divisó a lo lejos el edificio y agradeció que ningún Policía de tránsito estuviera rondando por ahí ya
que hubiera tenido una papeleta.

Se estacionó en el mismo lugar de antes y sacó las llaves para poder salir del auto, cerró las puertas
bloqueándolas antes de entrar a la empresa, cuando paso por la entrada principal se quedó quieto
por unos segundos tratando de hallar respuesta a lo que sus ojos veían.

-Necesito hablar urgentemente con el Sr. Min- le decía Jeon a la secretaria quién negaba
amablemente diciéndole que estaba en una reunión en esos momentos -entonces llámelo, dígale
que es importante, es más, dígale que tengo más información de Park Jimin y su hijo- dijo y Yoongi
pudo notar una sonrisa socarrona en el rostro.

Ahora todo encajaba a la perfección, él era quien le había dado la información de su relación con
Jimin, él había dado la información de la visita al doctor por razones de embarazo, todo había sido
su culpa y el estado mental de Yoongi en ese momento no era el más óptimo para recibir esa clase
de noticia.

-¿Qué información tienes, Jeon?- el alfa se tensó cuando escuchó esa voz -ven conmigo- le agarró
de la camisa y lo guió hasta la oficina de su padre en donde a penas entrar de estampó un puñetazo
en la mejilla derecha.

-¿Qué mierda?- se acarició la zona impactada y lo miró con odio.

-¡Eras tú!- un golpe impacto en el estómago del menor dejándolo sin aire -deja de meterte en mi
vida, basura- le dijo en el oído cuando esté se retorció de dolor -¿¡Escuchaste!?- le gritó logrando
que el alfa menor asistiera asustado -Vete de aquí, alimaña- abrió la puerta y o empujó hasta el
pasadizo en donde lo dejó a su suerte.

Yoongi suspiró y se sentó un momento para después ir a la computadora, comenzó a buscar las
cuentas bancarias de los más importantes asociados de la empresa, el sistema de seguridad le pidió
identificación y Yoongi ya estaba inscrito en el sistema como futuro heredero del lugar, prendió su
teléfono y buscó la contraseña que su padre le había dado mediante un correo.

-De algo tenía que servir este puesto de mierda- ingresó la contraseña y todos los documentos
quedaron libres a su elección, pero se encontró con algo más valioso, la confianza que algunos
asociados tenían en su padre era increíble ya que Seolhyuk estaba en continuos lavados de dinero.
Sumas millonarias depositadas en su cuenta personal sin destinatario social, su trabajo de
incriminar a su padre ya estaba hecho pero no por él sino por el mismo Seolhyuk, imprimió todas
esas hojas en donde se podía ver claramente el engaño pero no era suficiente para Yoongi, debía
de haber algo más en toda esa basura de trabajo.

48
Yoongi siguió buscando tratando de encontrar algo que pudiera embarrar más a su padre, en la
computadora solo estaban registrados cada uno de los lavados pero nada más, se rindió y decidió
que era prueba suficiente para amenazar a su padre así que salió de su oficina encontrándose con
la secretaria en la puerta.

—Disculpe, señor, solo le venía a decir q-que— la chica que estaba parada en frente suyo estaba
temerosa, no sabía de qué pero lo estaba, así que la miró con calma y trató de que se calmara.

—Respira, tranquila— le dijo y ella hizo caso tratando de pronunciar bien las palabras.

—Sé que su pareja está en la sala de juntas, pero cuando pasé por ahí para dirigirme a la oficina del
señor Seok escuché ruidos extraños y me pareció escuchar a su Omega pedir ayuda— dijo muy
nerviosa y al ver que los ojos de Yoongi se le ponían más oscuros de lo que eran decidió irse, estar
al lado de un alfa enojado no era bueno.

Le hervía la sangre en esos momentos, su alfa estaba intentado apoderarse de él y no estaba a


nada de dejarlo salir, pero ¿Había algo mejor que golpear a tres alfas más viejos que él y recordarlo
toda su vida? Claro que no, se guardó las imágenes impresas en el papel en los bolsillos para que
no se cayeran y comenzó a andar.

〰️

Jimin estaba aterrado, sentía como las manos de los mayores recorrían cada centímetro de su
cuerpo amenazando a su Omega cada vez que pasaban por su cuello tratando de lamer la marca
que su pareja le había hecho, se sentía pequeño ante esos hombres, se sentía débil y con ganas de
llorar, tal cual un bebé, pero no podía mostrarse así ante esos desgraciados así que con todas sus
fuerzas reprimió sus lágrimas.

—Ya entiendo el porqué mi hijo te hizo suyo, pero ahora vas a conocer lo que es coger con un
verdadero alfa— sus pantalones fueron tirados al suelo quedándose con solo su ropa interior.
—¡Ayuda!— gritó como pudo y un golpe impactó en su pómulo derecho haciendo que su rostro
voltee en dirección contraria, sintió el dolor en toda su cabeza aturdiéndolo por unos segundos, un
líquido caliente comenzaba a derramarse por su mejilla anunciando que el puñetazo que había
recibido había dejado una herida.

—No vuelva a gritar maldita perra— le dijo Seolhyuk agarrándolo del cabello para que lo mirará a
los ojos.

Se arrepentía de haber nacido en ese mismo momento, pero si su vida no hubiera seguido ahora
de seguro no conocería al amor de su vida, Yoongi, comenzó a pensar en él, para poder sobrellevar
todo el dolor que estaba sintiendo, esto lo tranquilizó un poco, pero no lo suficiente como para
poder olvidarse de que estaban a punto de violarlo.

Abrió los ojos y vio como los mayores se quitaban los trajes poco a poco, miró la puerta y volvió a
examinar todas las posibilidades de escapar pero todas siempre acababan en un escenario en
donde los golpes lo dejaban sin vida en el piso. Miró el reloj y solo habían pasado 30 minutos desde
que habían empezado con toda esa mierda, el tiempo parecía estar jugando en su contra en ese
momento, los segundos se convertían en horas y a cada hora su ansiedad y miedo empeoraban
hasta dejarlo temblando.

Decidió concentrarse pero no para manejar a los viejos que lo habían dejado sobre la mesa casi
desnudo sino para poder llamar a su alfa, podía intentarlo aunque esto fuera en vano, se concentró
lo más que su miedo que dejara y le dijo a su Omega que llamara a su Alfa para que esté les rescatara
pero los mayores ha se habían despojado de sus prendas y ahora se acercaban a él con una sonrisa
psicópata en sus rostros.

—¿Quién va primero?— claro, como unos niños que desean subirse a un puto juego que sólo tiene
espacio para un participante, así era como Seolhyuk pensaba de los omegas, como si fueran un
juego desechable y con mucha carga que te hace tirarlo cuando te empieza a molestar.

Pero ¿qué es más insoportable? ¿Una pareja que probablemente te hará feliz cada día de tu
existencia? O ¿Un maldito alfa egocéntrico que no respeta ni trata de respetar a la pareja de su hijo?
Todo estaba claro, ese hijo de puta estaba mal de la cabeza y nadie estaba dispuesto a soportarlo
a él, por eso se quedaría como está hasta el día de su muerte.

Sintió como una mano pasaba por su muslo haciéndole brincar del susto y que suelte un gemidito
inaudible para todos, estaba llamando a su Alfa y al parecer este le escuchó porque su lobo
comenzó a mover la cola con la poca fuerza que tenía, así que no esperó más y abrió su boca para
poder gritar lo más fuerte que podía.

—¡Yoongi!— pero eso no le gustó nada a Seol porque con toda la rabia que guardaba le dio un
golpe en el rostro dejándolo inconsciente encima de la mesa con sangre en el labio que después
chorreaba hasta su mejilla cayendo a la mesa.

La puerta se abrió en un segundo, Yoongi estaba molesto, furioso y con ganas de asesinar a alguien
pero cuando vio a su precioso Omega encima de la mesa, desnudo y con el rostro con sangre se
tiró encima de su padre para después comenzar a golpearlo en el rostro.

Los demás querían irse corriendo y mientras se ponían aunque sea el pantalón Yoongi se levantó
con las manos manchadas de sangre los miró con asco para después acercarse a ellos y tirarlos al
suelo, no tendría piedad alguna pero no llegaría al extremo de matar, no era necesario mancharse
con algo que no valía la pena pues si los mataba ellos descansaría y eso no era el propósito, el
objetivo era hacerlos sufrir hasta el día en que se arrepientan de haber entrado a esa sala de juntas
y que le imploren perdón humillándose ante él.

Dejó a los hombres tirados en el suelo con, de seguro, más de un par de costillas rotas para poder
pasar de nuevo a su padre.

—¡Qué mierda pensabas!— le gritó y su padre cerró los ojos con miedo de que su hijo pudiera hacer
una locura —¡Es mi Omega! ¡Te atreviste a tocarlo!— le dio una patada en sus partes nobles
asegurándose de dejarlo en el suelo, en donde pertenecía.

—¿Qué harás?— dijo con las voz casi ida, se retorcía de dolor pero su maldad seguía intacta —¿Le
dirás a tu madre? Vamos eso no me afecta, me harías un gran favor al decirle, una buena excusa
para separarme de ella— dio una risa ahogada pero Yoongi tenía su último golpe.

—Ya sé que tú o quieres a nadie, tú solo amas a tu trabajo, y decidí darte donde más te duele— lo
miró desde arriba, porque su padre era una basura de persona, bueno, ni siquiera llegaba a ser
persona —tengo toda la información de los lavados de dinero que hiciste— la sonrisa de su padre
se borró inmediatamente —tengo todas las pruebas y las revelaré para que así quiebres, pensaba
amenzarte con eso pero te metiste con mi pareja y ahora te arrepentirás— se acercó a la mesa y
tomó la ropa que había estado tirada en el piso poniéndola encima de Jimin para cubrir su
desnudez.
Lo cargó en brazos y caminó hasta la salida en donde la secretaria venía corriendo asustada por los
gritos, al ver como el hijo de su jefe llevaba en brazos a su pareja ensangrentada soltó un gritó y
decidió acercarse a ayudar.

—¿Qué ha p-pasado?— Yoongi solo negó con la cabeza y le dijo que vaya a ayudar a su padre
porque cuando publicará todo quería que él lo viera y no podría hacerlo estando mal.

Caminó tratando de ocultarse de las personas y lo logró, había llegado hasta la entrada principal en
donde la recepcionista había salido al baño por un momento, corrió como pudo y abrió la puerta
de su auto para poder meter a Jimin en la parte trasera, habían pasado muchos autos pero ninguno
presto atención ya que iban muy apurados.

Cuando vio Jimin en ese estado las lágrimas se le salieron, estaba así por su culpa, por el estúpido
plan que tuvo, todo por vengarse de su padre y de Jungkook, ahora el que pagaba los platos rotos
era su pequeño Omega, se sentía el peor alfa del mundo así que con el lobo herido al no poder
proteger a su Omega condujo hasta la clínica.

—Lo siento mucho mi Jiminnie— se iba secando las lágrimas con el dorso de su mano mientras
conducía, a partir de ese momento Jimin se convertiría en la cosa más importante en el planeta, de
su vida no, ¿Por qué? Porque ahora su vida era de él.

49
Yoongi se encontraba sentado mirando como Jimin descansaba encima de la camilla, tenía un
pómulo hinchado y morado debido al golpe sin mencionar las otras partes de su rostro que habían
sufrido lesiones un poco menores, pero el solo verlo descansando tranquilo lo tranquilizó a él
también como si Jimin aún dormido pudiera controlarlo.

Después de haber llegado a la clínica las enfermeras llevaron a una habitación para poder curar sus
heridas y dejar que descansará, su labio inferior estaba herido pero no era de gran magnitud, estaba
levemente hinchado y rojo a pesar de ya haber quitado la sangre seca que tenía, le pusieron algunas
cremas para que pudieran desinflamarse los golpes y que todo volviera a la normalidad. Normalidad
era lo que quería, pero todo sería más aburrido y Yoongi no era esa clase de persona que le gustaba
lo común, por eso se había enamorado de Jimin, él no era ese típico Omega sino que era diferente,
original, era único y estaba plenamente orgulloso de ser su alfa.
Sus ojos se iban a cerrar de no ser porqué Jimin se movió un poco en la cama y abriendo sus ojos
despertando al fin, hace ya 5 horas que seguía ahí y a Yoongi se le empezaban a adormecer las
piernas, rápidamente se levantó del asiento para poder acercarse a donde estaba su pequeño.

—¿Hyung?— dijo mientras comenzaba a asustarse al verse en una camilla en la clínica, sus ojitos
mostraban miedo y poco a poco se empezaban a aguar.

—Tranquilo, cariño, solo tienes algunos golpes en el rostro, nos podemos ir ahora mismo si
quieres— Jimin dirigió su mano al rostro del contrario y se acercó para poder darle un beso pero se
dio cuenta de que no había sido una buena idea ya que cuando sus labios hicieron contacto el
menor sintió el dolor recorrer esa zona así que se separó rápidamente.

—Auch— dirigió sus deditos hasta tocar sus belfos sintiendo como el inferior no estaba normal —
Rayos, ya me quiero ir— Yoongi solo sonrió y asintió.

Agarró unos pantalones que había traído mientras curaban a Jimin, pues este estaba casi desnudo
y no podía llevarlo a casa sin ropa, se los entregó y el Omega salió de debajo de las frías sábanas de
la clínica para ponerse la ropa, la camiseta que había traído Yoongi había sido del mismo porque
solamente eligió lo primero que vio porque no soportaba estar separado de su pareja en ese
momento.

—Yo te pondré la camiseta porque puedes hacerte daño— Jimin asintió regalándole una pequeña
sonrisa, el pálido estirando el cuello de la prenda la paso por la cabeza de Jimin de tal forma que
solo chocará con el cabello del menor más no con su rostro —Listo— el pelinegro se paró de la
cama y sintió el frío del piso subiéndose de nuevo —Mierda, olvidé los zapatos, ven súbete a mi
espalda— Jimin quería reírse pero su labio dolería asi con un saltito subió a la espalda del mayor
abrazándolo por dos razones: adoraba respirar el olor de su alfa y no quería caer.

—Vamonos, Yoonie— estiró su brazo como si de un jinete se tratara, Yoongi solo caminó lento
decepcionando al menor, cuando llegaron hasta el ascensor lo bajó pero rápidamente lo puso al
frente de él para que pudiera pisar sus zapatos y no el piso, lo tenía cerquita y lo abrazó pues era lo
único que podía hacer sin causarle algún dolor.

—¿Qué te parece si cuando lleguemos a casa nos acurrucamos hasta mañana?— le propuso a lo
que el menor asintió pero un obstáculo se le vino a la mente.

—¿Y la escuela?— preguntó un poco preocupado.


—Llamaré mañana en la mañana para avisar y le tendré que decir a tus padres que te ocurrió un
accidente, obviamente no entraré en detalles— bajó la mirada por lo decepcionado que estaba de
sí mismo —Lo siento, Jiminnie— el menor negó.

—Ahora no, Yoonie, hablemos de eso en casa ¿Si?— el rubio asintió mientras volvía a cargar al
menor pero esta vez como si fuera un koala.

〰️

Entraron en el departamento con cierta dificultad pues Jimin al estar aburrido pensó que sería
buena idea privar de la visión a su pareja mientras que está lo cargaba, Yoongi tuvo algunos
tropiezos pero no dejó caer a su Omega, cuando entraron el menor echó a correr hasta la
habitación porque según el tenía mucho frío.

Yoongi dejó las llaves encima de la mesa para poder ir hasta su cuarto, las luces estaban apagadas
y encontró el pantalón que había llevado a Jimin tirado en el piso, prendió la luz y vio a su pequeño
metido entre las sábanas, se veían sus hombros desnudos y esa pequeña sonrisa pícara que solo
traía cosas buenas.

—Ven aquí, lo prometiste— Yoongi asintió y se quitó los zapatos para poder entrar y echarse junto
con su Omega, entró en la cama y sus brazos fueron directo a abrazar al contrario notando que
estaba completamente desnudo —no, no, primero me daré una ducha y luego nos acurrucamos—
se paró rápidamente dejando que su mayor vea su cuerpo desnudo y corrió hasta meterse en el
cuarto de baño dejando a un Yoongi frustrado.

—Este niño es un puto dios, tranquilo Yoongi— respiró hondo y se quitó la camiseta para poder
estar más cómodo, escuchó como la regadera se abría avisando que solo tendría que esperar
máximo unos 10 minutos.

Jimin quería estar en la cama pero aún tenía esos besos en su cuerpo, esas caricias que tanto asco
le daban, agarró la esponja con la que se bañaba y la comenzó a restregar un poco más fuerte en
las partes que recordaba haber sido besado y tocado por esos hombres que de seguro estarían
con alguna fractura.

Cuándo terminó y quedó satisfecho con su limpieza personal salió de la ducha, su cabello estaba
casi seco pues no lo quiso mojar ya que tardaría mucho y no quería mojar la cama con la gotas que
cayeran de su cabello.
Con la toalla se secó todo el cuerpo para después salir de igual forma, abrió la puerta y apagó la luz
dejando a Yoongi unos milisegundos para que pudiera ver su cuerpo, corrió en puntitas hasta volver
a meterse en la cama.

—Ahora sí, hablemos de lo que paso— se apegó al dorso desnudo de su alfa abrazándolo.

—Lo siento Jimin, no debí haberte dejado ahí, solo, me dejé llevar por el odio y la peor parte te la
llevaste tú, no sé qué hubiera hecho si te hubiera pasado algo, si te hubieran hecho algo yo no me
lo perdonaría— Jimin comenzó a sentir la inmensa tristeza que su alfa estaba sintiendo así que se
levantó un poco y se acercó un poco.

Si bien sus labios no podían besarse en ese momento había otra forma —Estoy aquí contigo, no en
perfecto estado pero no pasó a mayores, Yonnie, si no hubieras entrado ahora quién sabe qué
hubiera pasado— le dijo mientras le acariciaba con su mano una mejilla.

—Pero fue muy tarde, ya te habían tocado y de seguro no podía hacer nada, no te merezco, bebé,
pero mira, estás aquí conmigo, viéndome como un héroe, un héroe que te metió en un cuarto con
los peores villanos— una lágrima resbaló por la mejilla del mayor.

—Estoy aquí porque te amo, y nadie sabía que iba a pasar, sinceramente yo no esperaba eso de tu
padre, y pienso que tú tampoco— hablaba bajito para poder tranquilizar a su alfa aunque sea un
poco.

—Y ahora lo va a pagar muy caro— dijo haciendo sus manos puños.

—No es momento de pensar en eso, ahora solo estamos tú y yo, yo estoy bien y tú igual, me
sacaste de ahí y estoy seguro de que les diste su merecido— sonrió en medio de la oscuridad pero
estaba de que Yoongi lo veía.

—Tienes razón mi Omega, ahora estoy para ti, un fiel esclavo para toda la vida, porque no me
pienso separar de ti jamas— sonrió mientras le daba un leve beso en la mejilla, con mucho cuidado
de no hacerle daño.

—Eso espero, Yoonie— se acercaron lo suficiente como para que sus narices se rozaron al igual
que sus frentes creando de ese momento uno inolvidable.
50
-Min Seolhyuk es condenado a 60 años de cárcel por lavado de dinero e intento de violación- decía
el juez haciendo que de Jimin salieran un par de lágrimas al recordar ese horrible momento pero
tenía que mantenerse bien para transmitirle ese sentimiento a su pareja y que este no fuera a matar
a su padre.

Veía como Seolhyuk tiraba todos los papeles que estaban en la mesa junto con el maletín del
abogado quién se sorprendió al ver la reacción, miró a la pareja de su hijo recordando lo bien que
se había sentido tocarlo y no dudó en acercarse, le iba a sacar de quicio a su hijo mientras estaba
libre.

-Aunque me mandes a la cárcel jamás olvidaremos lo que pasó, yo no olvidaré lo bien que se sintió
tocar a tu delicioso Omega, el sabor de sus labios y lo suave que era su piel- dijo sonriendo
cínicamente.

-Púdrete en la cárcel maldito degenerado, y espero que jamás olvides que tú y tu esfuerzo de
mierda por mantener tu empresa se morirán igual de rápido cuando estés ahí dentro- le respondió
Yoongi a la vez que escondía a su pareja detrás suyo protegiéndolo.

Después de lo sucedido en la empresa Yoongi liberó toda la información que tenía en sus manos,
primero conversó con los gerentes de las empresas involucradas llegando a un acuerdo de
demandarlo, Yoongi junto a Jimin pusieron una denuncia por intento de violación y luego habló con
la prensa por el escándalo que se había formado, resultaba que los lujos que se tomaba su padre
no eran, sino, dinero sucio e ilegal, pero no todo estaba perdido ya que su padre no era tan tonto
como para utilizar el dinero de su misma empresa, según ese viejo mejor era utilizar y embarrar
dinero ajeno envés que es suyo.

Los dos amigos de su padre que también estaban involucrados ya habían sido juzgados siendo
llevados también a prisión.

Ahora estaba siendo juzgado por sus acciones y en ese momento se decidiría el futuro de la
empresa, Seolhyuk no tenía ningún testigo además de su esposa quien hizo todo lo posible porque
el nombre de su empresa no fuera manchada, ni siquiera por su esposo ya que ahí no había amor
alguno, pero obviamente nada funcionó, al juez le bastó toda la información que le habían brindado
para llegar a su veredicto.
-La empresa del acusado pasa a manos del heredero Min Yoongi como principal beneficiado-
Yoongi se encargaría de hacer de esa empresa la mejor pero está vez con honestidad.

Vio como se llevaban a su padre y lo único que hizo Yoongi fue enseñarle el dedo corazón y una
sonrisa socarrona.

〰️

-Todo salió... Bien- ahora estaban en su hogar con la visita de su mejor amigo y su pareja, Taehyung
ya se había enterado de todo y en el momento que Jimin se lo contó no le faltaron ganas para darle
un buen golpe al alfa pero se mantuvo calmado por petición del pelinegro.

-¿Quieren tomar algo?- preguntó Yoongi mientras se quitaba la chaqueta y la dejaba encima del
sofá, Jimin ya se había tirado encima del mismo para poder descansar un momento porque había
pasado un día muy agotador.

-Yo quiero jugo, gracias amor- el alfa sonrió y los demás no quisieron tomar nada.

-Tenemos que retirarnos, Hobi quiere llevarme a una cita que no es cita pero que es algo parecido-
Taehyung movía su mano mientras lo decía haciendo que su amigo ladeara su cabeza al no
entender.

-La cosa es que te tienes que ir- Hoseok asintió mientras tomaba de la mano al menor para dirigirse
hasta la puerta no sin antes despedirse.

-Suerte con la empresa, Yoon- le dijo Hoseok al alfa que recién se sentaba en un sofá mientras le
entregaba el jugo a su Omega.

-Gracias, Hope- la pareja salió dejando a los dos enamorados solos.

-¿Qué se siente ser jefe de tu propia empresa?- dijo el pelinegro mientras se paraba del sofá y se
dirigía a donde estaba su mayor para poder acurrucarse encima de él, la noche anterior Yoongi
estaba tan tenso que el único método que Jimin encontró para tranquilizarlo fue una ronda intensa
de sexo, había pasado ya mucho tiempo que no lo hacían y se podría decir que toda la energía que
el rubio había acumulado se demostró esa noche.
-La verdad es que no siento nada- habían decidido que si eso pasaba Yoongi dejaría la escuela para
poder dedicarse de lleno en la empresa, pues este ya contaba con los estudios necesarios que le
habían brindado en casa.

-Oh vamos, yo estoy jodidamente feliz por ti- le dio un beso en el cuello mientras sus colmillos salían
por orden de su lobo -¿Por qué no lo celebramos?- mordió esa zona dejando una marca y
provocando un poco de dolor en el mayor.

-Me parece genial- Yoongi cargó a Jimin en brazos como si este fuera un muñequito, ahora todo
estaba bien, y después todo estaría mejor pues en un futuro le pediría que fuera su esposo, no
estaría nada mal.

Llegaron a la habitación que había sido ordenada en la mañana por Jimin, el rubio bajó al menor de
sus brazos y lo apegó a una pared dirigiendo su boca hasta la ajena para atraparla en un húmedo
beso con segundas intenciones, sus lenguas se encontraron comenzando a moverse contra la otra
sin pudor algunos, sus ojos estaban cerrados pero podían imaginarse la escena exactamente cómo
estaba pasando, un hilo de salía por la comisura de los labios de Jimin por lo intenso de ese contacto
y las manos de Yoongi dejaron de estar en un solo lado para comenzar a acariciar todo el glorioso
cuerpo de su Omega.

De la cintura bajó hasta las caderas metiendo sus manos por debajo de la camiseta sintiendo lo
caliente que estaba la piel de su pareja, pasó la yema de sus dedos por el elástico del boxer
amenazando con quitarlos de su camino mientras que Jimin se paraba de puntitas para poder
intensificar, si es que se podía, aún más el beso, su manos regordetas pasaban por la nuca del
mayor abrazándolo a la vez que se dejaba hacer por el mayor. Unos segundos después Jimin quiso
tomar la iniciativa así que empujó a su alfa hasta llevarlo a la cama y poder subirse encima, se quitó
la camiseta ante la atenta mirada del mayor mostrando su pecho con marcas que su alfa le había
hecho la noche anterior, se veían hermosas según el rubio.

-Ayer tú hiciste todo el trabajo, ahora me toca a mí- se inclinó para poder depositar en los labios
ajenos un fogoso beso mientras que sus manos bajaban lentamente hasta la correa del pantalón
del alfa.

Se separó del mayor bajando hasta su cintura para así poder quitarle los pantalones
completamente, mientras Jimin hacia ese pequeño trabajo Yoongi se quitaba la camisa tirándola a
un costado de la cama, el de menor estatura bajó de una sola vez toda prenda de ropa dejando
completamente desnudo al contrario, no quería esperar pues su trasero ya estaba segregando
lubricante y se sentía necesitado.
El pelinegro se quitó la ropa restante subiéndose a horcajadas de nueva cuenta, comenzó a
moverse lentamente frotándose contra su pareja dejándolo maravillado por lo sexy que le parecía
al mayor que su bebé tomara la iniciativa.

-No quiero que te muevas ¿Si? Ahora yo tengo el control y tú solo tienes que hacer caso- jadeó
mientras que Yoongi sonreía ladino y aceptaba lo que su menor decía.

Jimin se levantó un poco, lo suficiente como para que el miembro ya erecto de su alfa se alineara
con su entrada, respiró hondo y comenzó a bajar lentamente sintiendo como las paredes de su ano
se expandían recibiendo al intruso, Yoongi lo miraba mientras se mordía el labio por lo bien que se
sentía, vería como Jimin miraba atentamente como su trasero engullía el pene de pareja así que el
rubio haciendo caso omiso a lo dicho antes por el Omega subió sus cadera metiendo de una sola
estocada todo su falo dentro del interior del menor.

-¡Ah!- chilló el menor mientras se dejaba caer autopenetrándose -T-te dije que no te m-movieras- se
apoyó poniendo sus manos en el pecho del contrario mientras intentaba regular su respiración.

-Me estás torturando, cariño, no podía soportarlo- trató de excusarse mientras acercaba sus manos
a la cintura del pelinegro pero el menor las volvió a poner encima de la cama.

-Solo quédate quieto- dijo mientras comenzaba a moverse dibujando círculos con sus caderas,
cuando sintió que quería más comenzó a saltar haciendo que gemidos altos y agudos salieran de
su boca poniendo aún más caliente al mayor.

-Demonios, bebé, eres malo- decía mientras cerraba los ojos y hacia con sus manos puños, quería
tocar la piel del menor y marcar todo su cuerpo pero si lo hacía quizás se quedaría sin sexo.

-Y-yoongi, A-alfa- balbuceaba el menor mientras su respiración comenzaba a fallar, los gemidos
salían sin su consentimiento y se movía cada vez más, sentía como el pene de su alfa tocaba su
próstata haciéndolo delirar, como amaba sentirse así de lleno pero la velocidad no era la que él
quería.

-Ya no aguanto más- Jimin abrió los ojos y solo pudo alcanzar a ver cómo Yoongi alzaba sus manos
para poder agarrarlo de la cintura y comenzar a moverse haciendo que las estocadas fueran las
rápidas y duras.

-¡Oh! S-suéltame- su plan no estaba saliendo como esperaba pero se sentía jodidamente bien que
le empezaba a valer lo que había imaginado -¡Yoonnie!- soltó un gemido y se dejó hacer.
-¿Quieres que te suelte?- Jimin quería responder pero estaba muy cegado por el placer que ninguna
palabra salía de su boca -Responde- uso esa voz de mando que provocó en Jimin una sensación de
sumisión que se convirtió en satisfacción, se sentía dominado y de eso se trataba el juego.

-¡No! ¡No me suelte!- chillaba mientras sentía las venas del miembro del mayor en su interior, el olor
a sexo comenzaba a inundar el lugar y los gemidos se escuchaban en todo el departamento.

-Muy bien- las penetraciones pararon de un momento a otro arruinándole el casi orgasmo al menor
quién estuvo por quejarse pero un movimiento rápido lo dejó tendido en la cama con Yoongi entre
sus piernas -Me toca a mí- comenzó a moverse haciendo que Jimin soltara un gemido y arañara la
espalda del pálido dejando algo rojiza la zona.

El cosquilleo comenzó a aparecer en la parte baja del estómago del menor, se correría en cualquier
momento al igual que el mayor, Yoongi buscó los labios del menor para besarlo y así lo hizo, mordió
y lamió los labios carnosos del menor para después bajar hasta su cuello y lamer la zona en donde
estaba su marca, Jimin tenía las manos encima de la almohada y de un momento a otro sintió como
la mano del mayor tomaba la suya entrelazándolas, eran perfectos, uno para el otro.

Después de unos segundos más Jimin se corrió botando tiras de semen en su abdomen y soltando
un gemido en el odio del mayor quien también se corrió dentro de Jimin dándole pasó a su nudo
sintiendo como se expandía en el interior de Jimin, sus colmillos salieron por instinto para poder
clavarse en el cuello del contrario y renovar el lazo.

Sus respiraciones eran erráticas por toda la acción que tuvieron, se acomodaron para después
taparse con las sábanas aún con las manos entrelazadas, se quedaron así por un momento hasta
que Jimin rompió el silencio.

-La usaste otra vez- dijo con los ojos cerrados mientras sentía los besos que Yoongi le daba en su
espalda.

-¿El qué?- preguntó restándole importancia a lo que decía el menor concentrándose en mimarlo.

-Tu voz de alfa- los besos pararon de un momento a otro así que Jimin se apresuró a aclarar todo -
Solo la puedes usar en estas situaciones ¿Está bien?- los mimos volvieron a comenzar haciéndole
soltar al Omega una risita -porque si lo haces en otra ocasión le voy a dar un golpe- se rió al igual
que Yoongi.
-Que dirán mis amigos, mi Omega me maltrata- bromeó mientras acariciaba el cabello del menor,
se quedaron un rato más así, en silencio, sintiéndose uno al otro, piel con piel, sin decir nada y a la
vez diciéndose todo, con los ojos cerrados pero con sus almas comunicándose, como la pareja
predestinada que eran.

-Te amo, Yoonnie, mi alfa, mi amor, mi todo- dijo mientras se acurrucaba más contra el pecho del
mayor.

-Yo también te amo, Jiminnie, mi Omega, mi bebé, mi mundo- respondió abrazándolo y


quedándose dormidos.

Todo estaría bien mientras ellos estuvieran juntos, los problemas serían mínimos mientras ellos los
afrontaran juntos y las alegrías serían inmensas mientras ellos permanecieran juntos, como una
pareja que se ayuda mutuamente, porque de eso se trata una pareja, que se complementen uno al
otro aceptando todas sus debilidades y apoyarse, aceptando sus virtudes y trabajándolas para
reforzarlas juntos.

En donde Jimin tenía un olor más fuerte del normal solo para encontrar a su pareja y donde Yoongi
usó su voz de alfa para poder asegurarse de jamás perder a su lindo Omega pues ninguno sabía de
qué forma amar hasta que dejaron de amar cada uno por su lada para comenzar a amarse los dos,
juntos.

EPÍLOGO
YoonGi alistaba sus cosas para poder irse de la empresa y poder pasar la cena navideña con su
familia, JiMin se había esmerado en que todo saliera perfecto y no había permitido que YoonGi lo
acompañara a comprar los regalos, lo que extrañó un poco al mayor pero lo dejó pasar, bajó por el
ascensor hasta el estacionamiento en donde estaba su auto.

—Señor— escuchó una voz a sus espaldas, giró y vio que era su ahora secretaria —Que tenga una
feliz navidad— le sonrió y le deseó lo mismo.

La empresa estaba yendo de maravilla después de que su padre dejara de estar al mando, las
ventas subieron y los afiliados fueron muchos más de lo que esperaban, pero la sonrisa del rostro
de YoonGi no se borraba por nada por un razón, después de haber cumplido un año con la empresa,
en esa fiesta que hacen con muchas personas importantes, le propuso matrimonio en frente de
todos.
—Park JiMin, mi precioso omega, ¿Desearías pasar el resto de tu vida al lado de este alfa que te amará
como si de eso dependiera su vida, que te respetará como si fueras lo más importante del mundo y
que te dará muchos muchos mimos?— YoonGi se arrodilló y miró como los ojos del omega se llenaban
de lágrimas y sus mejillas se sonrojaban al estar frente a mucha gente.

—Solo si me das muchos mimos— dijo JiMin con la voz temblorosa y una sonrisa mientras en su cuerpo
pasaban una y mil emociones que no podía explicar, sentía en su estómago las misma mariposas que
sintió cuando se profesaron amor puro, sentía las ganas de abrazarlo cuando algo bueno pasaba, sentía
las ganas de besarlo y jamas soltarlo.

—Te amo JiMin— se levantó, puso el anillo en el dedo gordito de JiMin y lo levantó en brazos para
poder cerrar el acto con un tierno beso.

YoonGi prendió el motor de su auto y se dirigió a su ahora hogar para poder pasar la noche de
navidad con su familia.

JiMin salía de su habitación con los regalos en brazos, uno para cada miembro de su familia, cuando
llegó al arbolito, decorado con luces de colores y algunas esferas con brillantina, dejó un por uno
los regalos en la parte que no se veía mucho ya que los repartiría al final.

—Uno para mí mamá, otro para mí papa, para Taehyung, para Hoseok, para Jin, para Namjoon y
para YoonGi— lo dejó todo acomodado y fue directo a la cocina en donde estaba Taehyung y Jin
preparando la cena.

—Te demoraste mucho, JiMinnie— dijo Taehyung mientras ponía las papas cocidas en la mesa del
comedor que estaba adornada con algunas velas e individuales navideños.

—JiMin baja al niño de los sillones— dijo Jin mientras traía el pavo horneado en medio de la mesa,
se quitó los guantes y secó el sudor imaginario con el dorso de su mano —Cariño, papi no quiere
que juegues encima de los sofás— se acercó al niño quien hizo un pucherito y se sentó quietecito.

—Es muy inteligente, no parece hijo de NamJoonnie Hyung— dijo burlón JiMin mientras ayudaba
a traer el champán y las copas que utilizarían.
—Nam es muy inteligente solo que no lo demuestra seguido— sonrió al recordar como se habían
conocido pero una mueca de miedo apareció en su rostro al sumergirse en sus pensamientos,
¿Sería capaz de confesar la verdad?

—Ya Hyung, no se quede ahí parado y apúrese que tenemos que vestirnos— el nombrado asintió
y los tres omegas subieron las escaleras hasta la habitación de invitados en donde habían dejado
su ropa lista para solo darse una ducha y cambiarse.

El pequeño JenSung subió corriendo aunque con pasas más torpes y lentitos ya que con solo un
par de años aún las escaleras eran peligrosas, Jin paró en seco y bajó las escaleras al escuchar que
lo llamaban con un delicado “papi”, cargó a su hijo y lo llevó al cuarto.

—De acuerdo, primero nos tenemos que duchar, Taehyung tu duchate aquí, JiMin en su habitación
y yo en el cuarto de vacío que esta al lado— ese cuarto era la anterior habitación de los padres de
YoonGi pero el tema había quedado cerrado y JiMin podía hablar sobre eso sin quebrar en llanto.

—Ya estoy afuera, salgan rápido— colgó la llamada quedándose en el auto esperando a que
NamJoon y HoSeok salieran de la casa del primero.

—¡Ya estamos aquí!— gritó HoSeok entrando a la parte trasera del auto y el mayor al costado de
YoonGi.

—Jin está muy molesto, me llamó diciendo que si no llegábamos en 5 minutos no nos dará comida
así que mas les vale que no lleguemos tarde— pisó el acelerador y condujo los mas rápido que el
límite de velocidad le permitía.

Los omegas bajaban las escaleras ya listos para comenzar con la cena de noche buena, los padres
de JiMin estaban por llegar al igual que sus parejas, todo estaba saliendo de acuerdo al plan del
pelinegro. El reloj marcaba las 8:30 de la noche y los nervios no dejaban de atormentarlo, se sentó
en el sofá esperando a que la velada comenzara, por su cabeza solo pasaban los recuerdos de la
primera navidad que pasó con su alfa, algunos regalos y uno que otro deseo para el próximo año.

El timbre sonó y JiMin se paró del sofá para poder atender la puerta, Jin estaba arreglando algunas
cosas con su trabajo y Taehyung terminaba de ordenar algunos papeles, el pelinegro había
despejado su día para poder dedicarse a la cena y nada más, además trabajar con su pareja no era
tan malo.

—Papá, mamá— saludó a cada uno con un fuerte abrazo y los hizo pasar, iba a cerrar la puerta
cuando el carro de su alfa se estacionó en la calle y del auto bajaron los tres alfas que tanto
esperaban, la familia estaba completa y comenzarían tan pronto como sea posible.

—Hola, amor— saludó YoonGi dándole un beso en la frente al menor para luego pasar y saludar a
los demás.

JiMin estaba ansioso así que cerro la puerta y comenzó a caminar lentamente hasta quedar en
medio de la sala, no le importaba abrir los regalos antes de tiempo, solo quería hacerlo lo más
rápido posible así que se aclaró la garganta y llamo la atención de todos.

Su regalo iba a sorprender a todos, quizás un viaje aguarde dentro de la caja pues estaba ahorrando
mucho para viajar con su familia, o quizás una manualidad de la cual se haya sentido orgulloso,
cualquier cosa que sea tenían que verlo en ese momento.

—¡Hola!— gritó y todos se voltearon a verlo —Hoy yo seré el anfitrión así que he decidido que
abriremos los regalos ahora mismo, empezaremos con los de mis papás— todos los invitados
miraban sorprendidos a JiMin por la repentina petición que hizo.

La madre de JiMin se dirigió al cuarto de su hijo para poder sacar los regalos del armario pues los
había dejado ahí en la mañana para no tener que llevarlos en la noche, bajó las escaleras con las
pequeñas cajas en los brazos y comenzó a repartirlas a cada uno.

—Es algo pequeño pero con mucho cariño de mi parte, chicos— cada uno abrió la caja que tenían
en sus manos encontrándose con unos guantes con el nombre de cada uno bordado, eran hechos
a mano y dicho regalo saco una sonrisa a cada miembro de la familia.

Todos dijeron un gracias y le dieron un abrazo a la cariñosa señora que los miraba con amor desde
el sofá, ahora era turno del padre quien fue hacia el mismo lugar a donde había ido su esposa solo
que a diferencia de la omega, él trajo cajas un poco más grandes —Espero que les agraden mis
obsequios— repartió las cajas a cada uno y esperó a que las abran.

Se llevaron una sorpresa al encontrar regalos diferentes para cada uno, desde libros para NamJoon
hasta un suéter de color morado para TaeHyung, y así abrieron casi todos los regalos, JiMin recibió
algunos perfumes y ropa, YoonGi al igual que su pareja recibió ropa y un Kumamon de parte de
NamJoon.

Jin trataba de hacer dormir al pequeño JenSung mientras miraba con cariño como su alfa abría los
regalos del pequeño, recibieron algunos juguetes para su hijo y algo de ropa para los mayores.

Namjoon acarició la cabecita del pequeño recibiendo una sonrisa del dormilón, este estiró los
bracitos para después ser cargado por NamJoon y esconderse en su pecho para quedarse dormido.

Ahora JiMin mientras sonría nervioso estaba dispuesto a entregar sus regalos que había planeado
hace una semana.

Se paró de su asiento y caminó lentamente hasta las cajas envueltas en papel regalo que estaban
debajo del árbol, sus manos temblaban mientras las repartía, haciendo un ademán de que
esperaran a que entregara todas las cajas, ¿Y si no les gustaba su regalo? Se preguntaba mientras
veía como los invitados agradecían al recibir el obsequio, se quedó parado en medio de la sala de
estar justamente al costado del árbol para poder ver como todos abrían lentamente el regalo sin
entender que estaba pasando.

El tiempo pasaba muy lento para gusto de JiMin, dentro de la caja se encontraba un par de
zapatitos de color blanco y ropita pequeña del mismo color, al fondo de toda la coja habían
tarjetiras personalizadas que decían “vas a ser abuela” “vas a ser abuelo” o “vas a ser tío” pero la
más importante estaba siendo leída por YoonGi quien dejo caer el regalo para correr hacia el omega
y abrazarlo con todas sus fuerzas.

—Vas a ser papá— le dijo JiMin al oído e hizo que el alfa rompiera en llanto al igual que los demás
en la sala de estar quienes se acercaron a abrazar al pelinegro quien se acurrucaba en los brazos
de su pareja mientras una mano iba a su vientre y era estrechada por la de su mayor.

Todos estaban felices, menos YoonGi quien no sabía como transmitirle mucho más amor a su
omega, después de unos segundos todos se calmaron dejando a la pareja en el sofá mientras los
demás servían la comida.

—¿Por qué no sentí tu olor diferente?— la pareja se encontraba apartada del resto, YoonGi aun
seguía asombrado y no se podía explicar como no había notado el cambio de su omega.
—Existen una pastillas que disminuyen el olor del embarazo, ¿No sabías eso cariño?— el mayor
asintió con una sonrisa y se echó en las piernas del menor para que su rostro quede a la altura del
vientre del omega.

—Hola bebé, yo soy tu papá— el rubio se quedó hablando mientras que JiMin soltaba risitas, era
tan hermoso lo que estaba pasando que a lo lejos a TaeHyung se le escaparon algunas lágrimas.

Sintió unos brazos pasar por su cintura y una nariz olisqueando su cuello, era su alfa y estaba ahí al
haber notado lo triste que se había puesto, TaeHyung quería ser padre y su celo se acercaba, los
sentimientos estaban a flor de piel.

—Pronto, muy pronto mi TaeTae— una sonrisa surcó los labios del menor haciendo que volteara y
se escondiera en los brazos de su pareja.

Esa navidad trajo muchas sorpresas y mucha felicidad, las parejas se juraron amor eterno ejerciendo
una alianza de corazón, la noche transcurrió sin problemas y todos regresaron a sus casas
prometiendo encontrarse para Año Nuevo.

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