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Los Ecosistemas

En la naturaleza los átomos están organizados en moléculas y estas en células. Las


células forman tejidos y estos órganos que se reúnen en sistemas, como el
digestivo o el circulatorio. Un organismo vivo está formado por varios sistemas
anatómico-fisiológicos íntimamente unidos entre sí.
La organización de la naturaleza en niveles superiores al de los organismos es la que
interesa a la ecología. Los organismos viven en poblaciones que se estructuran en
comunidades.
El concepto de ecosistema aún es más amplio que el de comunidad porque un
ecosistema incluye, además de la comunidad, el ambiente no vivo, con todas las
características de clima, temperatura, sustancias químicas presentes, condiciones
geológicas, etc.
El ecosistema es la unidad biológica funcional que abarca los organismos de un área
dada (biocenosis) y el medio ambiente físico (biotopo) correspondiente. Luego el
ecosistema es la conjunción de la biocenosis (elemento biótico del ecosistema) y del
biotopo (elemento abiótico). Se trata, por este motivo, del nivel más elevado de
organización de los seres vivos.
El término fue propuesto en 1935 por el ecólogo inglés A. G. Tansley y es la
unidad funcional básica en ecología, y comprende las comunidades bióticas y
el medio ambiente abiótico de una región dada, cada uno de los cuales influye
en las propiedades del otro.

Concepto de Ecosistema: La biocenosis y el biotopo

Un ecosistema, es la unidad biológica funcional de la vida, y se entiende como un sistema


ecológico complejo que abarca la biocenosis, es decir el conjunto de organismos vivos o
elementos bióticos de un área determinada (plantas, animales, hongos, bacterias,
insectos, etc,) que interactúan entre sí mediante procesos como la depredación, el
parasitismo, la competencia y la simbiosis; al mismo tiempo, se encuentran
estrechamente enlazados con el biotopo, o sea, el medio ambiente físico o elemento
abiótico (las rocas, la tierra, los ríos, el clima) esto al desintegrarse y volver a ser parte del
ciclo de energía y de nutrientes, consistiendo entonces en entidades materiales bióticas y
abióticas integradas de forma armónica en un espacio determinado.

“Dicho de otra manera, el ecosistema se considera una comunidad ubicada en


un lugar físico, el hábitat, en el que todos están relacionados, los seres vivos
(biota o elementos bióticos) y los inertes (abiota o elementos abióticos). Las
relaciones entre las especies y su medio, resultan en el flujo de materia y
energía del ecosistema”
La complicada dinámica de un ecosistema implica una cadena de interacciones entre
todos los seres vivos e inertes que lo integran, a través de las cuales crea sus
mecanismos de adaptación, transformación y autorregulación. Esto determina la
importancia de su preservación conjunta, a fin de que no se rompa la cadena vital, al final
de la cual se encuentra el ser humano que lo habita.

El hábitat y el nicho ecológico


Dos conceptos en estrecha relación con el de ecosistema son el de hábitat y el de nicho
ecológico. El hábitat es el lugar físico de un ecosistema que reúne las condiciones
naturales donde vive una especie y al cual se halla adaptada.
El nicho ecológico es el modo en que un organismo se relaciona con los factores bióticos
y abióticos de su ambiente. Incluye las condiciones físicas, químicas y biológicas que una
especie necesita para vivir y reproducirse en un ecosistema. La temperatura, la humedad
y la luz son algunos de los factores físicos y químicos que determinan el nicho de una
especie. Entre los condicionantes biológicos están el tipo de alimentación, los
depredadores, los competidores y las enfermedades, es decir, especies que rivalizan por
las mismas condiciones.

¿Cuáles son los elementos de los Ecosistemas?


Hay una estrecha vinculación entre los seres vivos, tanto que cuando falta uno se daña a
todo el ecosistema, en un efecto conocido como efecto cascada. Sin embargo, no son
sólo los organismos vivos los que conforman el ecosistema; la ecología, considera dentro
de este importante sistema vivo, a dos elementos primordiales: los bióticos y los abióticos.

Factores abióticos y bióticos


En el ecosistema hay un flujo de materia y de energía que se debe a las interacciones
organismos-medio ambiente. Sus componentes son:
Componentes abióticos o Abiota
 Las sustancias inorgánicas: CO2, H2O, nitrógeno, fosfatos, etc.
 Los componentes orgánicos sintetizados en la fase biótica: proteínas, glúcidos,
lípidos.
 El clima, la temperatura y otros factores físicos.

La abiota se compone por la


energía, la materia (nutrientes y
elementos químicos) y los factores
físicos como la temperatura, la
humedad, el rocío, la luz, el viento
y el espacio disponible. El carbono,
el oxígeno, el hidrogeno, el
nitrógeno, el fósforo y el azufre
constituyen a los macro-nutrientes,
los cuales son los elementos
esenciales con los que los
organismos vivos construyen
proteínas, grasas y carbohidratos o
azucares.
Estos seis elementos conforman los complejos orgánicos encontrados en todos los seres
vivientes. Junto a estos se encuentran los micronutrientes, los cuales son sustancias traza
necesarias, como el cobre, el zinc, el selenio y el litio, y son regulados por ciclos junto con
los macro-nutrientes para que estén disponibles en el medio físico.

Componentes bióticos o Biota


Los factores bióticos de un ecosistema están conformados por los seres vivos: plantas,
animales, hongos.
La biota está compuesta por los organismos vivos de un ecosistema, los cuales se dividen
en dos categorías generales: los autótrofos y los heterótrofos. Esta distinción se basa en
sus necesidades nutricionales y el tipo de alimentación.
Los distintos organismos de un ecosistema obtienen la materia y energía del medio de
manera muy variada. Aquellos que lo hacen de una misma forma se agrupan en un
conjunto o nivel trófico.

Funcionamiento del ecosistema


El funcionamiento de todos los ecosistemas es parecido. Todos necesitan una fuente de
energía que, fluyendo a través de los distintos componentes del ecosistema, mantiene la
vida y moviliza el agua, los minerales y otros componentes físicos del ecosistema. La
fuente primera y principal de energía es el sol.
En todos los ecosistemas existe, además, un movimiento continuo de los materiales. Los
diferentes elementos químicos pasan del suelo, el agua o el aire a los organismos y de
unos seres vivos a otros, hasta que vuelven, cerrándose el ciclo, al suelo o al agua o al
aire.
En el ecosistema la materia se recicla -en un ciclo cerrado- y la energía pasa – fluye-
generando organización en el sistema.

Los ecosistemas se estudian analizando las relaciones alimentarias, los ciclos de la


materia y los flujos de energía.

Relaciones alimentarias
La vida necesita un aporte continuo de energía que llega a la Tierra desde el Sol y pasa
de unos organismos a otros a través de la cadena trófica.
Las redes de alimentación (reunión de todas las cadenas tróficas) comienzan en las
plantas (productores) que captan la energía luminosa con su actividad fotosintética y la
convierten en energía química almacenada en moléculas orgánicas. Las plantas son
devoradas por otros seres vivos que forman el nivel trófico de los consumidores primarios
(herbívoros).

La cadena alimentaria más corta estaría formada por los dos eslabones citados (ej.:
elefantes alimentándose de la vegetación). Pero los herbívoros suelen ser presa,
generalmente, de los carnívoros (depredadores) que son consumidores secundarios en el
ecosistema. Ejemplos de cadenas alimentarias de tres eslabones serían:
hierba <– vaca <–hombre

Las cadenas alimentarias suelen tener, como mucho, cuatro o cinco eslabones – seis
constituyen ya un caso excepcional-. Ej. de cadena larga sería:
Algas <– rotíferos<– tardigrados<–nematodos <–musaraña <–autillo
Flujo de energía en los ecosistemas: definición, características y ejemplos
Un ecosistema es una comunidad de organismos (como plantas, animales y otros
organismos) que interactúan entre sí dentro de un entorno o región geográfica especifica.
Toda la biodiversidad existente dentro de un ecosistema se organiza en niveles tróficos en
función de las interacciones tróficas o de alimentación existentes, desde organismos
microscópicos hasta mega fauna. Esta estructura de relaciones de alimentación entre
presas y depredadores está determinada por varios factores, como son los flujos de
energía y las características específicas de las especies.

Definición del flujo de materia y energía en los ecosistemas


Todos los seres vivos que habitan en un ecosistema necesitan materia y energía para
ejecutar sus funciones vitales y, así, desarrollar sus ciclos de vida. Los seres vivos de un
ecosistema se agrupan en niveles tróficos según la forma en la que obtienen materia y
energía, distinguiendo los siguientes niveles:
 Productores: formado por organismos autótrofos encargados de captar y usar la
energía solar para transformar la materia inorgánica en orgánica.
 Consumidores: son los organismos heterótrofos que se alimentan de los
productores obteniendo así la materia y energía necesarias. Estos se dividen en
consumidores primarios, consumidores secundarios y consumidores terciarios,
según su relación de depredación.
 Descomponedores: el grupo de los organismos descomponedores incluye las
bacterias y hongos que descomponen y transforman los restos orgánicos e
inorgánicos en materia que será posteriormente usada para los productores.
De esta manera, la energía fluye en un ecosistema al ser captada y fijada en forma de
materia por los productores e irse transfiriendo a niveles tróficos superiores, siempre a
través de relaciones de depredación, dando lugar al flujo de materia y energía de los
ecosistemas.
Cómo es el movimiento de energía dentro de un ecosistema
El sol es la principal fuente de energía para la mayoría de los ecosistemas del planeta
Tierra. Pero, si el sol da la energía necesaria, ¿cómo se da el flujo de energía en los
ecosistemas? Este es el proceso:
1. La energía solar es absorbida y fijada en materia mediante fotosíntesis por los
productores, componentes de la base de la cadena trófica; la energía fijada mediante el
proceso de fotosíntesis equivale solo el 1% de la cantidad total de energía solar que llega
a la superficie terrestre.
2. Esta energía, junto con la materia en forma de biomasa, es transferida en los
siguientes niveles tróficos hasta llegar a niveles superiores con una eficacia de entre 10-
20% entre un nivel y otro, dando lugar al flujo de materia y energía del ecosistema.
3. La energía dentro de un ecosistema se va disipando a medida que avanza por el
ecosistema, es decir, es poco a poco liberada al medio en cada nivele trófico en forma de
calor a través del proceso de respiración celular. Estas pérdidas de energía entre los
diferentes niveles tróficos limitan la longitud de las cadenas tróficas y la biomasa que
alcanzará los niveles tróficos superiores. De esta manera, el flujo de energía en un
ecosistema es unidireccional, es decir, avanza en dirección única desde los productores
hasta los niveles tróficos superiores.
4. Por el contrario, la materia que resulta de cada nivel trófico (cadáveres de seres
vivos, restos de sus organismos, excrementos, ramas, hojas secas...) se va acumulando
en el suelo y queda a disposición de los organismos descomponedores que, a su vez,
también liberan la energía en forma de calor al medio.
5. Estos descomponedores se encargan de transformar esta materia orgánica y
devolverla al medio en forma de materia inorgánica, la cual será otra vez utilizada por los
organismos autótrofos para entrar en la red trófica. Por lo tanto, se distingue un ciclo de
materia cerrado y flujo de energía unidireccional.
Unas de las características del flujo de energía en los ecosistemas más importantes es
que, por un lado, la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma y que, por otro
lado, este cambio de forma conlleva una pérdida de la energía en forma de calor.

Ejemplos del flujo de energía en los ecosistemas


La estructuración de los ecosistemas en niveles tróficos y su flujo de energía ocurre de
manera parecida tanto en ecosistemas terrestres como marinos, con la excepción de
algunos organismos marinos que no usan el sol como fuente de energía. Para dejar claro
el concepto tratado en este artículo nos centraremos en el sistema terrestre y,
específicamente, en el ejemplo de red trófica del bosque. Por lo general, en un bosque se
pueden identificar los siguientes componentes de la red trófica:
 Productores: los árboles, los arbustos y las plantas.
 Consumidores primarios: los conejos, los ratones y las ardillas.
 Consumidores secundarios: desde el zorro al halcón.
 Carroñeros: los zorros y los buitres.
 Descomponedores: los insectos, los hongos y las bacterias, entre otros
microorganismos varios.

Flujo de energía en la red trófica del bosque


1. El agua y las sales minerales presentes en el suelo son absorbidas por las raíces
de los árboles y plantas, para ser transportadas hasta las hojas donde, junto con el CO2 y
la energía capturada del sol, se fabrica la materia orgánica por el proceso de fotosíntesis.
2. Estas plantas serán consumidas por los consumidores primarios.
3. Estos, a su vez, serán consumidos por sus depredadores, los consumidores
secundarios y terciarios que depredan a los niveles inferiores.
4. También, las hojas que se desprenden de los árboles y plantas, las ramas, los
frutos, etc., se van acumulando en el suelo del bosque y, los descomponedores, serán los
encargados de transformar la materia orgánica en nutrientes inorgánicos. Estos
nutrientes, serán nuevamente absorbidos por las raíces de plantas y árboles, empezando
de nuevo el ciclo.
En la imagen de aquí abajo puedes ver otro ejemplo más general sobre este tema, pues
verás reflejada una red trófica del suelo, que también sirve como ejemplos para entender
el flujo de energía en los ecosistemas.
La energía que se pierde a lo largo de la cadena trófica, ¿a dónde va a parar?
Los ecosistemas pierden energía en forma de calor, ya que los organismos vivos no
pueden convertir el calor en otras formas de energía. El calor derivado del proceso de
respiración celular da lugar a un aumento de la temperatura de los organismos, fenómeno
que puede ser muy favorable para organismos de sangre fría, ayudándoles a ser más
activos. Aun así, y según las leyes físicas de la termodinámica, el calor se transmite de
cuerpos más fríos a más calientes. De esta manera, con el tiempo, el calor producido por
los organismos será disipado en el medio o entorno. Esta puede restar cierto tiempo
dentro del ecosistema, pero al final, se acabará perdiendo.

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