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Leon Battista Alberti

Leon Battista Alberti (Génova, Italia, 18 de febrero de 1404-Roma, 20/25 de abril de 1472)
fue un arquitecto, secretario personal (abreviador apostólico) de tres papas —Eugenio IV,
Nicolás V y Pío II—, humanista, tratadista, matemático y poeta italiano. Además de estas
actividades principales, también fue criptógrafo, lingüista, filósofo, músico y arqueólogo.
Es uno de los humanistas más polifacéticos e importantes del Renacimiento.
Alberti fue el primer teórico artístico del Renacimiento, una figura emblemática, por su
dedicación a las más variadas disciplinas. Se mostró constantemente interesado por la
búsqueda de reglas, tanto teóricas como prácticas, capaces de orientar el trabajo de los
artistas; en sus obras menciona algunos cánones. Por ejemplo, en De statua expone las
proporciones del cuerpo humano, en De pictura proporciona la primera definición de la
perspectiva científica, en De mantua proporciona una definición sobre el reconocimiento
especial a las mezclas entre los colores y las formas, especialmente en lo respectivo a los
fluidos y sus tipos y por último en De re aedificatoria (obra que termina en 1452) describe
toda la casuística relativa a la arquitectura moderna, subrayando la importancia del
proyecto, los diversos tipos de edificios siguiendo las funciones que deben desempeñar.
El aspecto más innovador de sus propuestas consiste en mezclar lo antiguo y lo moderno
propugnando de ese modo la praxis antigua y la moderna, que había iniciado Filippo
Brunelleschi. Además, según Alberti: "...el artista en este contexto social no debe ser un
simple artesano, sino un intelectual preparado en todas las disciplinas y en todos los
terrenos". Una idea heredera del enciclopedismo medieval de los doctos, pero adaptada a
la vanguardia humanista.
La clase social con la que Alberti se relacionará es la alta burguesía culta florentina.
Trabajó al servicio de los mecenas más importantes de su época: el papado, los Este en
Ferrara, los Gonzaga en Mantua, los Malatesta en Rímini.

La formación como humanista


Alberti nació en Génova. Era hijo no natural de Lorenzo Alberti, miembro de una pobre
familia de comerciantes florentinos, desterrados de la ciudad toscana en 1401 por motivos
políticos. De hecho, Alberti no conocerá la ciudad de la que su familia era originaria hasta
1434.
Sus primeros estudios los dedicó a las Letras, primero en Venecia y luego en Padua, pero
los abandonó al trasladarse a la Universidad de Bolonia, donde empezó a estudiar
Derecho (y tal vez griego), a la vez que desarrollaba otras disciplinas artísticas, entre las
que hay que señalar la música, la pintura, la escultura, las ciencias físicas y matemáticas,
y la filosofía.
Alberti se dedicó a la literatura desde muy joven, incluso antes de iniciar sus estudios. En
Bolonia escribió una comedia autobiográfica en latín, una lengua que dominaba con gran
maestría, la Philodoxeos fabula (Amante de la Gloria), con la que consiguió engañar a
todos los expertos de su época, que la consideraron original y la atribuyeron a Lépido, el
nombre que usó para firmar Alberti. También en latín compuso diálogos, los Intercœnales,
que algunos atribuyeron a Luciano de Samosata a causa de su circulación anónima y su
carácter satírico, y en 1428, una obra titulada Deifira, en la que explicaba el modo de

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escapar de un amor que se hubiera iniciado con mal pie, inspirado con toda probabilidad
en vivencias personales.

Tras la muerte de su padre en 1421, Alberti tuvo fuertes diferencias con la familia, a lo que
se unieron problemas de tipo económico. En esta época Alberti fue ordenado sacerdote, y
comenzó una exitosa carrera eclesiástica en la diplomacia de la Santa Sede. En 1431 se
convirtió en secretario del patriarca de Grado, en 1432 se trasladó a Roma, en donde fue
nombrado "abreviador apostólico" (su cargo eclesiástico era el de rubricar los "breves
apostólicos", las disposiciones papales enviadas a los obispos). Durante 34 años trabajó
como abreviador, viviendo entre Roma, Ferrara, Bolonia, Florencia, Mantua y Rímini.
En 1433 Alberti empieza a redactar cuatro libros en lengua vulgar, en el dialecto italiano
de la época hablado en la región toscana, una importante elección, los Libros de la
Familia, que están considerados como su obra maestra, y que finaliza en 1441. Se trata
también en esta ocasión de un tratado que "reproduce" un diálogo apócrifo desarrollado
en Padua, en 1421. En el debate participan varios componentes de la familia Alberti,
personajes reales. En el diálogo se enfrentan dos visiones opuestas: por una parte
aparece la mentalidad emergente, burguesa y moderna, por otra la tradición, una
mentalidad clásica unida al pasado. El análisis del libro es una visión de los principales
aspectos de la vida social de la época, el matrimonio, la familia, la educación, la gestión
económica de la familia, las relaciones sociales.
A pesar de haber escrito numerosos textos en latín, lengua a la que reconocía un gran
valor cultural y unas cualidades expresivas superiores, Alberti fue un ferviente
preconizador de la lengua vulgar, a la que consideraba más adecuada a las exigencias de
una sociedad naciente en permanente transformación. La experiencia del Certame
coronario, una competición de poesía dedicada al tema de la amistad, desarrollada en
Florencia en 1441, sirvió como afirmación de la importancia y valor de la lengua vulgar. A
la idea de este concurso hay que atribuir las pruebas de diversas líricas desarrolladas por
Alberti, recogidas y publicadas sucesivamente con el título de Rimas, casi todas de tema
amoroso, pero muy originales e innovadoras tanto en su estilo como en la métrica. Se
trata de uno de los primeros ejemplos en la literatura italiana del recurso a una métrica
"bárbara".

La actividad como arquitecto


Trabajó como arquitecto sobre todo para Giovanni di Paolo Rucellai, comerciante y
humanista, amigo íntimo suyo y de su familia.
Por encargo de Rucellai en 1456 proyecta la finalización de la fachada de la iglesia de
Santa Maria Novella, que había quedado inconclusa en 1365 en el primer nivel de
arcadas. Alberti se encontró con el problema de tener que integrar elementos de épocas
anteriores: debajo estaban las tumbas flanqueadas por arcos apuntados y las portadas
laterales, también apuntadas, en cambio en la parte superior ya estaba establecida la
altura del rosetón en el que, en la parte inferior insertó en el centro una portada clásica, y
colocó una serie de arquitos, con una franja de mármol para separar y enmascarar las
contradicciones entre los dos niveles. El factor de unificación más poderoso entre ambas
partes fue completar la composición con incrustaciones de mármol inspiradas en el
románico florentino, como en la fachada de la iglesia florentina de San Miniato.

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De hecho, la fachada se inscribe perfectamente en un cuadrado cuyo lado coincide con la
línea de base de la iglesia. Dividiendo en cuatro, dicho cuadrado, se obtienen cuatro
cuadrados menores equivalentes a las partes fundamentales de la fachada: dos de ellos
comprenden la zona inferior; mientras uno comprende la parte superior.
En 1447 se le encarga la construcción del Palacio de la familia Rucellai. Su intervención
en él se centra en la fachada, sobre una base que imita el opus reticulatum romano,
realizada entre 1450 y 1460, y formada por tres planos superpuestos, separados
horizontalmente por cornisas; la superposición de filas de columnas con distintos órdenes
tiene origen clásico, y se basa en el Coliseo: en el piso inferior dóricas, jónicas en el piso
noble y corintias en el segundo piso. El palacio pasará a ser modelo para todas las
siguientes construcciones de residencias señoriales.
En Mantua construyó la iglesia San Andrés.

Alberti en Fiesole
studios recientes1 creen que la Villa Médicis de Fiesole (edificada entre 1451 y 1457), es
fruto de un proyecto ideado por Leon Battista Alberti, y rechazan la anterior atribución a
Michelozzo (derivadas de Vasari).
Comparando la villa fiesolana con los edificios descritos en el libro V del De re
aedificatoria (que termina de redactar en 1450), haciendo especial mención a la villa
campestre y al jardín suburbano, la villa tiene una serie de requisitos que parecen estar
inspirados de (o haber inspirado) la obra de Alberti:
La posición de cercanía a la residencia urbana;
La visibilidad "nada más salir de la ciudad";
Contar con un magnífico panorama;
"Vistas sobre la ciudad, la fortaleza, el mar o una amplia llanura";
La existencia de una sala central, el ‘sinus’ de Alberti, en lugar del patio que utiliza
Michelozzo;
La proyección al exterior, por medio de la terraza y el soportal que filtra la luz del jardín.
Además de la belleza del edificio no se basa en la decoración de tipo medieval, sino en la
sencillez de la estructura que le confiere economía, necesidad y belleza y, sobre todo, en
la armonía de las proporciones. La villa resulta proporcionada en todas sus partes, tanto
internas como externas, según los conceptos de Alberti que remiten a los números, a la
música y a la geometría.

La Villa Médicis de Fiésole tenía numerosos elementos innovadores que hacen de ella
probablemente el primer modelo de residencia suburbana y de jardín totalmente
renacentista.

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Arquitectura fuera de Florencia

En 1450, Segismundo Malatesta lo llama y le solicita que vaya a Rímini. El objetivo es


transformar la iglesia de San Francisco en un templo cristiano (el llamado Templo
Malatestiano) a mayor gloria suya y de su familia. A la muerte del señor el templo
permaneció inacabado en la parte superior de la portada, en la parte izquierda y en la
tribuna. Se sabe del proyecto de Alberti por una medalla acuñada por Matteo de Pasti.
Alberti creó, para integrar la antigua iglesia, para no estropearla, un muro inspirado en
modelos romanos, pero también en parte tomando modelos gótico-venecianos,
elevándolo sobre una tarima, siguiendo el modelo de los templos griegos. Para la fachada
utilizó la forma de un arco de triunfo que encuadraba la puerta central, que había tomado
del arco de Rímini, situando en los lados dos arcos menores que tendrían que haber
enmarcado los sepulcros de Segismundo e Isotta, su mujer; en la parte superior de la
fachada, la parte central debía realzarse y acabarse en forma semicircular, junto a dos
volutas semicirculares. En los lados estaba prevista teóricamente una columnata,
inspirada en los acueductos romanos. En él debían haberse alojado las tumbas de los
hombres ilustres de Rímini. Para el ábside quería desarrollar una gran rotonda cubierta de
una bóveda hemisférica, solución tomada del Panteón. Una particularidad de esta obra
era que el revestimiento no tiene en cuenta las anteriores oberturas góticas, de hecho, los
arcos laterales no tienen la misma medida que las ventanas ojivales.
En 1459 es requerido en Mantua a instancias de Ludovico Gonzaga. Su primera
intervención en dicha ciudad es la iglesia de San Sebastián, que empieza en 1460. Esta
iglesia era privada para los Gonzaga; tiene planta de cruz griega, dividida en dos pisos,
uno de ellos enterrado, con tres brazos absidiados alrededor de un cuerpo cúbico. El
brazo anterior tiene delante un pórtico con cinco aberturas. En la fachada el arquitrabe
con tímpano dividido sobrevolado por un arco siriaco, inspirado en el arco de triunfo de
Orange.
Su segunda intervención, también por encargo de los Gonzaga, es la iglesia de San
Andrés, erigida para reemplazar una capilla anterior en la que se veneraba una reliquia de
la sangre de Cristo. Alberti presentó su proyecto, inspirado en un modelo etrusco que
toma de Vitruvio, en oposición al anterior, de Antonio Manetti. La iglesia, que se empieza
a construir en 1472, tiene planta de cruz latina y una nave única, con capillas laterales
rectangulares, inspirándose en el arco de triunfo clásico como el arco de Trajano en
Ancona. La fachada se puede inscribir en un cuadrado, y todas las medidas de la nave,
tanto en su planta como en su alzado, tienen un preciso módulo métrico. La tribuna y la
cúpula se completaron siguiendo un diseño diferente del de Alberti.
De 1467 data otra de las obras que lleva a cabo para los Rucellai: se trata del templete
del Santo Sepulcro en la iglesia de San Pancracio de Florencia, construido siguiendo un
paralelepípedo corintio, decorado con mármol, con figuras geométricas en proporción
áurea, decoraciones geométricas, al igual que en la fachada de Santa Maria Novella, y
que, según Alberti, llevan a meditar acerca de los misterios de la fe.
Alberti también trabajó en Ferrara, en donde crea la parte trasera del Palacio Municipal,
por aquella época sede de los Este y el campanario de la catedral con su característica
bicromía de mármoles rosa y blanco.

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Alberti trabajó para la curia romana hasta 1464, cuando se suprimió el colegio de los
abreviadores, pero permaneció en la capital hasta su muerte en 1472, con 68 años. El 19
de abril firmó el testamento, en el que expresaba su deseo de que su cuerpo fuese
trasladado a Padua, y el 25 de ese mismo mes ya se anotaba como vacante la plaza de
prior de San Martino de Gangalandi, a su nombre.2 Tras una intensa vida en la que había
destacado en múltiples disciplinas. En el momento en que muere, ya hay un relevo:
Leonardo Da Vinci tiene 20 años.

Alberti teórico
Una de las facetas más importantes en Alberti son sus tratados teóricos, por los que hoy
conocemos su pensamiento artístico. Es curioso el concepto que tiene del arte y definición
de la idea. La función del arquitecto es matemática, crear, dar proporciones. La labor de
aparejador la hacen sus discípulos, que son los que resuelven los problemas a pie de
obra. El arquitecto es el que la inventa.

De Pictura (1436)
De regreso a Florencia en 1434 Leon Battista Alberti, se acercó a la obra de los
innovadores florentinos (Filippo Brunelleschi, Donatello y Masaccio). De 1436 data De
Pictura, que el propio Alberti tradujo a toscano con el título "Della pittura", obra que dedica
a Brunelleschi. En este tratado trata de dar reglas sistemáticas a las artes figurativas. El
tratado se basa principalmente en Euclides. En su introducción marca la distinción entre la
forma presente, la palpable y la forma aparente, es decir, la que aparece ante la vista, que
varía según la luz y el lugar, a la que se unió la teoría de los rayos visivos. Luego trata de
los colores: el rojo, el azul, el verde y el amarillo (en correspondencia con los cuatro
elementos) que Alberti define como colores fundamentales. El blanco y el negro no los
define como colores, sino como modificación de la luz. Sigue la descripción del método
prospectivo siguiendo principios geométricos.
El II libro habla de teoría artística. Alberti divide la pintura en tres partes:
Circumscriptione, es decir, contorno de los cuerpos, en donde trata del llamado velo, del
sistema para trazar contornos precisos.
Compositione, es decir, composición de los planos, en donde trata de la teoría de las
proporciones basándola en la anatomía.
Receptione di lumi, que trata de tonos y tintas, se habla fundamentalmente del relieve, y
en este apartado reprueba también el uso excesivo del oro puro para los fondos.
El libro III trata de la formación y del modo de vida del artista, que ya no es artesano como
antes, en tanto en cuanto su arte se basaba en la técnica, sino intelectual puesto que su
arte se basa en las matemáticas y la geometría. En este tratado Alberti diferencia entre
copia y variedad, diferencia que se expresará durante todo el Renacimiento. Mientras la
copia es la abundancia de temas presentes en una composición, la variedad, en cambio,
es la diversidad, tanto en la decoración como en los colores, de los temas. A este principio
de variedad se adaptarán artistas diversos como Fra Filippo Lippi y Donatello.
En 1437 escribe, en latín, los Apologi, una especie de breviario de su filosofía vital. De
1450 es el Momus, sive De principe, una sátira alegórica construida según el modelo de
Luciano de Samosata, que trata con bastante amargura las relaciones entre literatura y
política.

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De re aedificatoria (1452)

De re aedificatoria es un completo tratado de arquitectura en todos los aspectos teóricos y


prácticos relativos a la profesión. La obra no fue publicada hasta unos años después de
su muerte en 1485.

En Roma, durante el papado de Nicolás V, restauró las iglesias de Santa María la Mayor y
Santo Stefano Rotondo. En dicha ciudad escribió De re aedificatoria en latín. Se trata de
una obra no dirigida a especialistas, sino al gran público con formación humanística,
tomando como modelo los diez libros de arquitectura de Vitruvio, que en aquel momento
circulaba en copias manuscritas sin corregir filológicamente. La obra también está dividida
en diez libros.

I- Lineamenta. [Regio (zona), Área (parcela), Partitio (ordenación), Paries (muros), Tectum
(cubiertas) y Aperitio (huecos)]
II- Materia
III- Opus (técnica constructiva)
IV- Universorum opus (obras generales)
V- Singuiorum opus (obras específicas)
VI- Ornamentum
VII- Sacrorum ornamentum
VIII- Publici profani ornamentum
IX- Privati ornamentum
X- Operitium instauratio (por primera vez un arquitecto se ocupa de la restauración, antes
si alguien intervenía en una obra era para destruirla)

En los tres primeros, trata de la elección del terreno, de los materiales que deben utilizar y
de los cimientos (lo que Vitruvio llama firmitas). Los libros IV y V se centran en diversos
tipos de edificios (utilitas). El libro VI sobre la belleza arquitectónica (venustas), y en él
habla de la belleza como una armonía que se puede expresar matemáticamente gracias a
la ciencia de las proporciones. Este libro incluye, además un tratado acerca de la
construcción de máquinas. Los libros VII, VIII y IX tratan de la construcción de iglesias,
edificios públicos y privados. El libro X trata de restauración. En el tratado parte siempre
del estudio de la antigüedad, un estudio basado sobre medidas de los monumentos
antiguos, para proponer nuevos tipos de edificios modernos, y también edificios nuevos
por la diferencia cronológica pero inspirados en el estilo antiguo, entre los que se incluían
las prisiones, que trata de hacer más humanas, los hospitales y otros lugares de utilidad
pública.

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El texto, considerado fundador de la arquitectura de la época, expone las tres tesis
centrales del florentino sobre la ciencia de la construcción: que el ser humano está hecho
a semejanza de Dios, que un ser humano con brazos y piernas abiertos forman un círculo,
y que es ese círculo la base de la divina armonía en la naturaleza.
El tratado fue una obra imprescindible para muchos hombres cultos: Pellegrino Prisciani
escribió su Spectacula (que dedicó a Ercole I de Este) entre 1486 y 1502, tratando de
explicar mejor las partes de texto de Alberti que tratan sumariamente del teatro antiguo,
uniéndolo a fragmentos de Vitruvio que este había omitido.
El término usado en el libro "concinnitas" se puede traducir como la justa medida, cuando
no sobra ni falta nada. Es el concepto que hace que veamos algo bello y no sepamos
porqué.

De statua (1464)
De 1464 es su tratado De statua, en el que define la escultura tanto poniendo como
quitando, dividiéndola en tres modos según la técnica utilizada:
1. Quitar y poner, esculturas con materiales blandos: tierra y cera;
2. Quitar, escultura en piedra;
3. Añadir, o sea, el realce sobre metal.
Más adelante Alberti fija sus reglas de procedimiento con los dos métodos: dimensio y
definitio. El primero utiliza escuadra y regla y la teoría de las proporciones. El segundo,
que utiliza un instrumento que el mismo Alberti había inventado, el definitor, cuyo objetivo
es calcular las variables temporales producidas por el movimiento del modelo.
De 1464 es su tratado De statua, en el que define la escultura tanto poniendo como
quitando, dividiéndola en tres modos según la técnica utilizada:
Quitar y poner, esculturas con materiales blandos: tierra y cera;
Quitar, escultura en piedra;
Añadir, o sea, el realce sobre metal.
Más adelante Alberti fija sus reglas de procedimiento con los dos métodos: dimensio y
definitio. El primero utiliza escuadra y regla y la teoría de las proporciones. El segundo,
que utiliza un instrumento que el mismo Alberti había inventado, el definitor, cuyo objetivo
es calcular las variables temporales producidas por el movimiento del modelo.

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