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El Hogar Judío

Por el Rabino Itzjak Ginsburgh


Introducción

Cuando una familia judía entra a su nueva casa, es


costumbre realizar una comida festiva para iniciarla o
inaugurarla. Esta fiesta es una reminiscencia de la
inauguración del Templo.

En cada hogar judío tiene que existir la conciencia


de que es un microcosmos del Templo, un Santuario
familiar.

Un Microsmos del Templo


Se trata de que el hogar judío sea
"un santuario y un Templo en miniatura"

Cuando una familia judía entra a su nueva casa, es


costumbre realizar una comida festiva para iniciarla o
inaugurarla. Este banquete es una reminiscencia de la
inauguración del Templo. Se debe tratar que cada hogar
judío sea un mikdash meat, un "Templo y santuario y
miniatura". Como explica el Rebe de Lubavitch, en cada
hogar judío debe existir la conciencia de ser un
microcosmos del Templo.

Cada judío es como el Sacerdote


que tomaba parte en los sacrificios del Templo.
Cada cuarto de la casa corresponde a un área diferente y
a una de las tareas que se desarrollaban en el Templo
Sagrado. Así, el salón comedor se compara con el patio
donde se levantaba el altar exterior. Nuestros sabios
comparan la mesa donde comen los judíos con el altar del
Templo. Cada judío es como el sacerdote que participaba
en los sacrificios del Santuario, aunque no en realidad no
sea uno de ellos y no viva en la época del Templo.

Había distintas clases de sacrificios; algunos eran


"ofrendas quemadas" totalmente sobre el altar, mientras
que otros eran consumidos por el sacerdote, que al
comerlas producía la expiación del que traía la ofrenda.
Vemos así que el acto aparentemente mundano de comer
es en realidad algo espiritual y Divino.

(Cuando la persona come refleja, de alguna manera, ese


aspecto del sacrificio que se quemaba en el altar. Todo
acto de consumir es interpretado como comer. La Torá se
refiere al fuego como que "devora" o come, "esh ocla"
(Deuteronomio 4:24). Consumir y ser quemado son el
mismo concepto. La palabra hebrea esh es un acrónimo de
ajilá shtiá, comer y beber, el fuego come y bebe. Al comer
reflejamos el altar que devora, el sacerdote que come, o el
comer de la persona que brinda la ofrenda.)

El Sancta Sanctorum, el Kodesh HaKodashim, es aludido


en la Torá (Reyes 2, 11:2) como la "alcoba". Este fue el
hogar del Novio y la Novia Divinos, es decir Di-s y
Kneset Israel, la Shejiná.

Sustento, Vestimenta y Amparo


Un hombre que no tiene casa no es un hombre

Explica jasidut que todo ser humano tiene tres


necesidades básicas que corresponden a las tres luces
básicas que lo rodean y permean. Estos tres niveles son
llamados mazón, levush y bait - alimento, vestimenta y
amparo. El hombre requiere de todos ellos para vivir
apropiadamente. Dicen nuestros sabios (ver Ievamot 63a,
tosafot v.v. sheein, Vaikrá Rabá 22:1): "Un hombre que
no tiene casa no es un hombre". El hecho de vivir en una
casa es una de las definiciones esenciales de su condición
de ser humano.

Todas las cosas tienen una mitzvá (mandamiento) que le


corresponde. La mitzvá de la casa es la mezuzá. Aparte de
llenar nuestro hogar con libros sagrados, la mitzvá
específica que lo santifica es la de mezuzá. La que
corresponde a la vestimenta, para el hombre, es la de
tzitzit ("flecos rituales"). La mitzvá de kashrut, lavado
ritual de las manos y las bendiciones antes y después de
las comidas se relacionan con la alimentación.
El propósito del hogar es ser un escudo protector

La casa nos rodea desde lejos, sin contacto físico directo


con sus paredes, por lo que es llamada makif harajok, ese
nivel de Divinidad o conciencia que nos rodea desde cierta
distancia. También es llamado shomer, "guardián". El
objetivo de un hogar es ser un escudo protector, evita que
ingresen las influencias extrañas indeseables.
Todos los aspectos de la realidad tienen un lado externo y uno interno
La vestimenta, que está en contacto con el cuerpo es
llamada makif hakarov, un nivel de Divinidad más cercano
y nos brinda protección de los elementos de la naturaleza.
Todos los aspectos de la realidad tienen un lado externo y
otro interno, y siempre uno de ellos es más bello. Respecto
de la vestimenta, el lado más bello es el exterior, donde
encontramos su valor estético, quedando las costuras hacia
adentro. La ropa toma energía o luz desde afuera, se viste
con lo externo.
Comer es un proceso de depuración

El alimento es el tercer nivel. La alimentación es un


proceso de depuración, en el que lo bueno es separado de
los deshechos e integrado al sistema. Esto es denominado
or pnimi,"luz interior". Los alimentos digeridos se
transforman en sangre, que es el medio por el cual se
transmite el ruaj hajaim, el "espíritu de vida" que da
fuerza vital, que tiene pulso.

El Hombre en el Aura del Tzelem


Tzelem: Explica el Arizal que cada letra corresponde a un nivel diferente del hombre

La definición absoluta de hombre depende del hogar.


Este es llamado en cabalá el secreto del Divino Tzelem,
"Imagen", de acuerdo al cual fue creado el hombre y en el
cual se mueve. Como en el versículo 39:7 de los Salmos:
"Aj b'tzelem italej ish", el hombre siempre camina en el
aura del tzelem. La palabra tzelem está constituída por tres
letras: tzadik, lamed, mem. El Arizal explica que cada letra
corresponde a un nivel diferente del hombre.
La tzadik se refiere a la "luz interior" u or pnimi, que en
nuestro contexto corresponde al alimento, el elemento de
la realidad que la persona incorpora para obtener fuerza
vital. Como en el versículo 13:25 de Proverbios: "Tzadik
ojel l'sová nafshó," "Un tzadik come para saciar su alma".
La meditación de la persona construye a su alrededor un espacio espiritual

La lamed es el makif hakarov, entorno cercano,


representando el or makif hakarov, que en nuestro
contexto corresponde a las "vestimentas" o levush, que
también comienza con la letra lamed.

La mem es el makif harajok. Corresponde al makom,


"espacio", referido al espacio en el que vive el hombre.
Este concepto puede ser extendido hasta incluir vivir en el
Espacio Divino. El espacio físico que la persona construye
para si es el hogar, tiene un hogar físico, su "Templo", un
lugar para venerar a Di-s, y para volverse conciente de El
y unirse con El, como la novia y el novio. La meditación
construye a su alrededor un espacio espiritual.
En resumen:

Mazón Sustento Or pnimi Tzadik

Levush Vestimenta Makif hakarov Lamed

Bait Refugio Makif harajok Mem


Orden Inverso:
Amparo, Vestimenta y Sustento
El alimento brinda luz interior a la persona

Para entender esto con mayor profundidad, debemos


reparar en el hecho de que a pesar de que por lo dicho
hasta ahora, que el nivel superior es la casa seguido de la
vestimenta y el alimento, se puede ver esto en el orden
inverso, y estos dos puntos de vista no son contradictorios
sino que se complementan entre si, y en definitiva son lo
mismo.

El alimento, que brinda luz interior a la persona, es el


nivel más elevado. Esto se manifiesta por el hecho de que
cuando los judíos estaban en el desierto comieron maná,
por el mérito de Moisés. El alimento es la fuerza de vida
que penetra en el ser del hombre. La fuerza interna de vida
es llamada mojín. En cabalá, el concepto mojín significa
literalmente "poder mental", que implica "fuerza de vida".
La fuerza de vida, que deriva de las dos sefirot jojmá y
biná, llamadas Aba e Ima, deriva específicamente de Ima,
por lo que es denominada mojín de Ima. El mazón
corresponde a la primera hei del nombre de Di-s, que es
biná, Ima.
Las emociones del corazón son el "uniforme" de la inteligencia

La vestimenta rodea al hombre y lo proteje de los


elementos. El levush, "vestimenta", representa midot,
"rasgos de carácter". Una de las palabras hebreas para
"vestimenta" es madim; es la palabra verdadera para los
rasgos de carácter del hombre, jesed, guevurá, tiferet,
netzaj, hod, iesod, que son las seis emociones básicas
correspondientes a los seis días de la Creación. En relación
a la mente y la conciencia en si, las emociones son
llamadas "vestimentas". Muy a menudo se menciona que
el alma tiene tres capas de vestimenta: pensamiento, habla
y acción, que visten la inteligencia y los poderes del
corazón. De acuerdo con esto, los poderes emotivos son
parte del ser interior o esencia del alma, mientras que las
vestimentas son el medio por el cual el alma se expresa,
tanto hacia si misma en forma de pensamiento, como hacia
el mundo exterior a través del habla y la acción. De todas
maneras, de momento que todo es relativo en la Torá, las
midot son llamadas vestimentas o "uniforme". Las
emociones del corazón son el "uniforme" de la
inteligencia.
En cabalá, el hogar es denominado siempre maljut, "reinado"

El levush corresponde a la vav del nombre de Di-s, que


son las midot, tiferet. Tiferet, "belleza", es la primaria de
las midot, que se relaciona con la belleza de las
vestimentas. La palabra tiferet es usada para las
vestimentas del Sumo Sacerdote, "lejavod uletiferet",
-para el honor y la belleza. El propósito de estas
vestimentas es darle tiferet, lo que constituye otra
referencia explícita en la Torá de esta relación tiferet-
vestimenta.
El alimento y la mínima protección que brindan las
vestimentas permiten que el hombre viva, sin embargo aún
no es llamado "hombre" mientras no posea un hogar. En
cabalá el hogar es denominado siempre maljut, "reinado".
Por esta razón su esposa es llamado también su hogar,
Baitó zo ishtó (Ioma 2a) (su casa es su esposa). La mujer
representa maljut en la Torá y corresponde a la hei final
del nombre de Di-s.

Los Cinco Niveles del Alma


El Sello Invertido
El nivel más alto de iejidá se manifiesta físicamente a nivel de maljut

A la luz de lo dicho arriba surge una cuestión obvia: ¿qué


categoría le corresponde a la iud del nombre de Di-s, el
mundo de Atzilut y a la punta superior de la iud, el kotsó
shel iud, que es la sefirá de keter? Para entender esto
debemos volver al primer modelo de las tres categorías.
En el primer modelo el hogar corresponde al nivel más
alto de nefesh, el makif harajok llamado iejidá; sus
vestimentas corresponden a jaiá que en cabalá es
generalmente la iud del Nombre de Di-s, siendo iejidá la
punta “superior de la iud” y mazón la primera hei. Este
fenómeno es llamado jotam hamitapej, el “Sello
Invertido”, donde el nivel más elevado de iejidá se vuelve
físicamente manifiesto a nivel de maljut; lo más elevado
desciende a lo más bajo. Jaiá se manifiesta primariamente
a nivel de madim, “las vestimentas”, que son las
características del corazón.
El mazón, la primera hei del Nombre de Di-s, es el punto
pivotal, como hemos visto que el alimento es la bisagra en
donde se reflejan las otras dos categorías.
En resumen

Mazon Primera hei Ima Neshamá


Levush Vav Midot Jaia

Bait Hei final Maljut Iejida

Cada uno de los cinco niveles del alma corresponde a una raíz espiritual
general

Los cinco niveles del alma se llaman: nefesh, ruaj,


neshamá, jaiá y iejidá. Iejidá se refleja en nefesh, hecho
que se revela en la relación entre el Mashíaj y el rey
David. Cada uno de los cinco niveles del alma
corresponde a una raíz espiritual general. El Arizal explica
que la raíz general espiritual de nefesh en todo Am Israel
es el rey David, el ruaj es el profeta Eliahu, la neshamá
(que es la men, el mojin d’ima) es Moshé, como está
establecido en la Guemará “Moshé es digno de biná”.
Jaiá corresponde a Adam y Javá antes del pecado. Si
Adam hubiera pasado la prueba con éxito hubiera podido
elevarse al nivel de iejidá, pero al fallar cayó desde todos
los niveles del Olam haHatzilut. Iejidá, el nivel superior,
es el del Mashíaj, que se revele pronto en nuestros días.
La unión del Mashíaj y David depende del poder de Moshé

Está claro que el Mashíaj se refleja en el rey David más


que en todas las otras personalidades, por eso lo llamamos
Mashíaj ben David. El punto de inflexión o pivote es
Moshé, la unión del Mashíaj y David depende del poder
de Moshé. Se enseña en cabalá que el Mashíaj tiene el
alma de Moshé dentro del cuerpo de David, por lo que es
físicamente parecido a este pero en su estado íntimo de
conciencia se manifiesta el alma de aquel.
Moshé alcanza y toma el poder espiritual de Adam previo al pecado y lo
manifiesta como Eliahu el profeta

Asimismo, Moshé alcanza y toma el poder espiritual de


Adam previo al pecado y lo manifiesta como Eliahu el
profeta. Si no hubiera pecado, Adam no hubiera sido
castigado con la muerte; el alma que no murió físicamente
fue Eliahu, quien alcanzó la rectificación de Adam o el
retorno a su estado idílico anterior al pecado. Esto fue
hecho por el poder de Moshé, lo que constituye el Jotam
Hamitapej.

Nefesh Rey David

Ruaj Eliahu

Neshamá Moshé

Chaiá Adam y Javá

Yejidá Mashiaj

Comida, Bebida y Aire


En el Mojín hay dos divisiones generales

El Mazón es la “fuerza de vida” llamada mojín. En el


mojín hay dos divisiones generales: mojín de Abba y
mojín de Ima. El mazón es mojín de Ima, en particular los
alimentos sólidos; la bebida, el otro elemento alimentario,
es mojín de Aba y está representado por el agua, maim.
Dice la Torá (Deuteronomio 8:10): “Y comerás y te
saciarás y bendecirás a Di-s”. Nuestros sabios dicen que
comer alude a los alimentos, en especial el pan o el maná
del desierto y saciarse se refiere a beber. Para seguir el
orden del versículo, después de comer debemos beber y
sentir sova, “saciedad”.

En el desierto, el agua era en mérito a Miriam, el


Manantial de Miriam. El origen del agua es la jojmá, Aba;
el origen del alimento es biná, Ima, la madre prepara la
comida y el padre sale a traer agua del manantial. En
cabalá la relación entre el agua y el pan es la de jojmá y
biná.
Cada respiración debe ser una plegaria conciente a Di-s

Pero lo más elevado y vital para el ser humano es el aire


(en general no estamos concientes de nuestra respiración,
hay un nivel profundo de sentirla llamado Kol haneshamá
t’halel Iah, Halelu-Iah (Salmos 150:6). Cada respiración
debe ser una plegaria conciente a Di-s y generalmente esto
ocurre en el alma Divina sagrada de Israel, inconciente de
nuestro alma natural. A veces es un servicio Divino de Di-
s tomar conciencia de esto, cada concientización inspira
un nuevo mojín, por eso se dice “t’halel Iah” que significa
“luz”, como en “iahel or”. Esto trae nueva luz a iud hei,
que son el mojín de Aba e Ima).

El hogar es una atmósfera, allí la experiencia básica es


respirar aire. El aire de la tierra de Israel, nuestra patria, es
único por el hecho de hacernos sabios; su origen está por
encima de la sabiduría (derivada de Moja Stimaa, el Koaj
Hamaskil que está por encima de la sabiduría, proveniente
del kotzó shel iud, por encima de la iud del Nombre de Di-
s). El aire puro de la tierra del Israel, de nuestro hogar, es
un mikdash meat.
Este aire es un nivel espiritual muy alto, es el origen de la conciencia

El contacto que uno tiene con su hogar es a través del aire


que respira allí. Este aire es un nivel espiritual muy alto, es
el origen de la conciencia, se vuelve conciencia. La
persona debe tener una atmósfera apropiada, primero y
principal shalom bait, “paz en el hogar”. Si hay verdadera
paz en el hogar está en el aire. Tzadikim muy grandes
dijeron que el Mashíaj estaba presente en el aire de su
cuarto y su casa.

El Secreto de
la "Atmósfera Primordial"

La dicha y la paz del hogar es la dicha y la paz de la llegada del Mashíaj

En cabalá, el alma del Mashíaj, keter, corresponde al


nivel del aire.

A veces el Mashíaj es llamado la “atmósfera primordial”


o “aire primordial”. Esto está basado en una guematria
muy importante del Arizal según la cual el alma del
Mashíaj es una combinación de Adam, quien luego del
pecado cayó al nivel de David, Sucat David hanofelet
(Amos 9:11). Si Adam hubiera pasado la prueba podía
haber sido el Mashíaj, pero ahora debe ser resucitado,
como si fuera, y volverse Mashíaj. Ese proceso es llamado
Adam, David, Mashíaj, cuyas iniciales forman la palabra
“Adam” en hebreo. Estos tres nombres equivalen a avir
kadmón, la “atmósfera primordial”. La rectificación del
alma del Mashíaj a través de Adam y David es el secreto
de la “atmósfera primordial”. Esta aspiración puede ser
vivenciada respirando el aire de nuestro hogar. Esta es una
de los más grandes anhelos del hogar judío: que el
Mashíaj esté en el aire. La atmósfera de keter debe estar
en el aire del hogar, el shalom debe residir en el aire del
hogar, uno debe respirar la dicha y la paz del hogar, que es
la dicha y la paz de la llegada del Mashíaj.

Las Nubes de Gloria,


El Manantial de
Miriam y El Maná
La atmósfera del Mashíaj en el hogar sugiere los Ananei HaKavod

Di-s le dió tres regalos al pueblo judío en el desierto: el


maná, el Manantial de Miriam y los Ananei HaKavod, “las
nubes de gloria”. La atmósfera del Mashíaj en el hogar
sugiere los ananei hakavod en el desierto.

La festividad de Sucot conmemora aquellas nubes, siendo


la sucá una manifestacion de aquellas, las nubes que nos
rodean y protejen como una casa. Los ananei hakavod
eran claramente un milagro y un estado Divino de
conciencia que nos rodean todo el tiempo, en mérito de
Aarón, el Sumo Sacerdote. Descienden del aire de keter al
hogar de maljut.
La piel es también una vestimenta de la dimensión interior del cuerpo

El manantial de Miriam era para beber y para lavar las


vestimentas. Al beber el agua se convierte en parte de la
fuerza vital de la persona. También servía para enjuagar el
cuerpo y las ropas. La piel también es una vestimenta de la
dimensión interior del cuerpo. El hecho de que el agua es
necesaria para lavar, es la forma de meditar en el Jotem
Hamitapej. Así el Manantial de Miriam daba de beber al
Pueblo Judío y también lavaba sus vestimentas.

El pan, tanto si es del cielo como el maná que caía por


mérito de Moshé, o de la tierra, como en la Tierra de
Israel, es el eje central de los elementos mencionados,
porque mantiene la fuerza de vida interior del hombre,
como ya se explicó.
El mayor motivo de alegría es cuando uno se da cuenta que sus logros no
fueron un producto de su propia fuerza, sino que Di-s nos da fuerza para
alcanzar esas metas

Uno de los parámetros que definen estos cinco niveles es


que cuanto más elevado está en la escala, más necesario es
tenerlo a disposición. Generalmente el peldaño superior de
la escalera es el que cuesta menos, como es el más
necesario Di-s creó la sociedad de tal manera que sea el
más accesible. Por eso el aire no cuesta nada, keter es
llamado “cero”. Generalmente el agua tampoco cuesta
nada, aunque en la sociedad moderna tiene cierto costo.
Esta es la relación entre la iud y el kotzó shel iud. El
alimento sólido cuesta más que el agua, y más aún la
vestimenta, siendo el hogar el de mayor costo. Esta es
también la mayor alegría, porque es el producto del mayor
esfuerzo. La mayor fuente de alegría es cuando uno se da
cuenta que sus logros no fueron un producto de su propia
fuerza, sino que Di-s nos da la fuerza para alcanzar esas
metas, esto nos llena de Alegría en Di-s.
El Mundo
Un Hogar para Di-s

El mundo entero debe transformarse en un hogar para Di-s

A veces podemos tener la falsa idea de que el hogar es


principalmente para que entren sus habitantes y se retiren
del contacto social externo. Pero como el Templo era para
entrar y salir, así el hogar, un mikdash meat, un “santuario
pequeño”.

Nuestros Sabios enseñan que una persona que sólo sabe


como entrar y nunca sale, no debe entrar. El propósito
fundamental de entrar a un contexto sagrado es siempre
integrarse y traer santidad, luz fuerza y acercamiento a Di-
s a nuestra conciencia y luego tomar ese regalo y dárselo
al mundo. Nuestro hogar, por más rectificado que pueda
estar, no es suficiente. El mundo entero debe
transformarse en un hogar para Di-s, éste es el propósito
supremo de la Creación.
Se debe expandir hacia todas las direcciones, sin ningún límite, para abarcar
el mundo entero y toda la realidad

El propósito de nuestro hogar es que se expanda


constantemente. Respecto de nuestros patriarcas, el hogar
se asocia con Iaacov. Abraham llamó “una montaña” al
lugar donde se construiría el Templo, Itzjak lo llamó “un
campo” y Iaacov lo llamó “un hogar”. Pero no trató de
quedarse en su interior, por el contrario este patriarca es
llamado “una herencia ilimitada”, más ilimitado que los
otros dos. Ellos tuvieron ciertos límites, incluso en la
extensión de la Tierra de Israel. A Abraham le fue
prometida la Tierra de Israel hasta el Eufrates; también a
Itzjak se le prometió con ciertas fronteras. Pero Iaacov es
el nivel de la Tierra de Israel que se extenderá hacia todas
las naciones de la tierra, y en definitiva la cubrirá
totalmente. Por eso se le ordenó (Génesis 28:14): “Y tu te
expandirás hacia el oeste, el este, el norte y el sur”. Se
debe expandir hacia todas las direcciones, sin ningún
límite, para abarcar el mundo entero y toda la realidad.
El hogar brinda a la persona el autosacrificio para exteriorizar la conciencia
desde adentro hacia el mundo exterior

Este es el motivo por el cual un hombre que no tiene


hogar no es llamado un hombre. Iaacov era el patriarca
que más se asemejaba a Adam, como está dicho: “la
belleza y apariencia de Iaacov eran semejantes a las de
Adam”. Se pretendía que Adam no sólo permanezca en él,
sino volverse de tal manera uno con el Jardín del Eden
que, si hubiera pasado la prueba, hubiera sido capaz de
llevar el aire y la conciencia del Eden a todo el mundo.
Desafortunadamente, como pecó fue hechado del Jardín y
no pudo llevarlo con él.

Para ser un hombre, se debe tener el autosacrificio de salir


del hogar. El hogar, maljut, le da el poder, proveniente de
keter, de sacar la conciencia hacia el mundo exterior. Así
el mundo se permeará con esta conciencia y será un gran
hogar para Di-s.

La Mezuzá

La fuerza que mueve todo en virtud de estar fija


Este poder también está representado por la mezuzá, que
significa “dar movimiento”. Di-s guarda y la casa guarda
al hombre no sólo cuando está en el hogar, también da un
makif harajok, un entorno lejano para cuidarlo cuando está
afuera. Esto se manifiesta en la mitzvá física de la mezuzá,
porque aunque es la única mitzvá en la qubendecimos … y
nos ordenaste “fijar” (la mezuzá), lo que sugiere
permanencia, la palabra significa “hacer que otras cosas se
muevan”. En cabalá se conoce como “la fuerza que mueve
todo en virtud de estar fija”.
La expansión infinita trae bendición a todas las naciones de la tierra

El hogar es santificado por la mezuzá, dándole el poder a


la persona de entrar a su hogar y poder salir, “ir y volver”
(Ezequiel 1:14) en la cabalá. En el libro de Ezequiel esto
es llamado “el trabajo de la Carroza”. Siempre estamos
saliendo para expandir los muros del hogar, como en el
versículo (Isaias 54:2): “ensancha el espacio de tu tienda”.
Aunque tengamos una casa, debemos trabajar siempre
para que sea más ancha. Este es el concepto de la
“herencia ilimitada”, con la que fue bendecido Iaacov y
por la cual pudo bendecir a los demás. Esta expansión
infinita trae bendición a todas las naciones de la tierra, en
virtud de la cual, finalmente, todas las naciones retornarán
y servirán a Di-s en unidad y armonía.
Que este sea un Año de La Mujer y Los
Niños(respecto del año 5759)
1 Introducción
Es una costumbre sugerir un acrónimo o señal
de lo que alude el valor numérico de cada año
en hebreo. Una de las muchas posibilidades
para el año 5759, taf, shin, nun, tet, es T'hei
Shnat Nashim Taf, "Que sea una año de la
Mujer y lo s Niños ".

2 - Teneh
Los Niveles Revelados y
Ocultos de la Torá

En la porción de la Torá Ki Tavó, leemos:


"V'samta bateneh", "Pondrás (los frutos) en una
canasta", cuando los judíos entraron a la Tierra
de Israel y trajeron los primeros frutos al
Templo. La palabra teneh, "canasta", aparece
sólo en esta porción de la Torá. Usualmente la
palabra usada para el concepto de recipiente es
kli. Una de las interpretaciones de teneh en
cabalá y jasidut, que numéricamente es igual a
kli, 60, es que es un acrónimo de los tres niveles
de la Torá:
Taamim, Nekudot y Otiot
respectivamente: signos melódicos, la vocales y
las letras.

También es posible discernir cuatro niveles


diferentes en la Torá, que corresponden a las
cuatro letras del Nombre de Di-s, iud, hei, vav,
hei. Estos son:
Taamim, Nekudot, Taguin, Otiot
respectivamente: signos melódicos, vocales,
coronas y letras. Los rollos de la Torá tienen dos
niveles revelados y dos ocultos. Lo que vemos
escrito en el pergamino, en blanco y negro, son
las letras y las coronas por sobre ellas. Aunque
las coronas no tienen un significado racional,
tienen uno secreto. Algunas letras tienen tres
coronas, algunas una y algunas ninguna. En
relación a las letras, las coronas son una
dimensión oculta. De todas maneras son una
dimensión revelada, en el sentido de que están
escritas y pueden ser vistas con el ojo físico.

Los dos niveles ocultos, que no son vistos, son


los taamim (la melodía) y las nekudot (las
vocales). Los taamim son el nivel más elevado
de todos. La palabra taam tiene dos
significados: puede significar una razón o un
sabor dulce o bueno. La dulzura más profunda e
inherente de la Torá se revela y manifiesta con
su melodía. Sólo el Mashíaj interpretará esta
sabiduría de manera que nuestras mentes la
puedan concebir. Cuando cantamos las notas
melódicas de la Torá, experimentamos el sabor
de su dulzura. Pero sólo el Mashíaj nos revelará
su significado.

Las letras de la Torá transmiten su significado


literal. Los taamim revelan la luz trascendente
de Di-s que "rodea todos los mundos". Esta luz
como si fuera que sobrevuela por encima y
alrededor de las letras. Por el contrario, las
nekudot, que sirven como vocales del texto,
entran dentro de las letras para darles vida,
como el alma al cuerpo. Por esta razón las
nekudot son llamadas tenuot, "movimientos",
porque dan movimiento -vida- a las que de otra
manera serían estáticas letras. Las nekudot
revelan la luz inmanente de Di-s (la luz que
"llena todos los mundos").

Dado que las coronas son sólo una extensión


de las letras y no hay una separación manifiesta
entre ellas, son consideradas a menudo un
mismo nivel. De esta manera, los tres niveles de
la Torá de arriba a abajo son Taamim, Nekudot,
Otiot. Sus iniciales forman la palabra teneh, la
canasta en la que se colocan los primeros frutos
que son traídos al Templo como ofrenda a Di-s.
El primer fruto es el poder esencial de la tierra y
del hombre que la trabaja. Representa la más
selecta energía espiritual que poseemos. Es
nuestro fruto. Traemos esto como sacrificio a Di-
s, reconociendo que es El quien nos da el poder
para triunfar en nuestros propósitos en la vida.
El reconocimiento de que este poder proviene
sólo de Di-s, y que nuestro éxito no es un
resultado de nuestra propia fuerza y poder, se
hace más manifiesto en la ofrenda de los
primeros frutos. Se nos ha ordenado poner
estos frutos en una canasta especial, teneh, que
sirve como acrónimo de los tres niveles de la
Torá. La Torá sirve como el recipiente para
contener nuestra selecta energía espiritual.
Los Niveles del Pueblo de Israel
Corresponden a los Niveles de la Torá

Los diez niveles del Pueblo Judío fueron


detallados al comienzo de la porción Nitzavim,
de la Torá. Se les ordena ponerse de pie juntos
"hoy" frente a Di-s. Nuestros sabios dicen que
"hoy" se refiere a Rosh Hashaná. Nuestro poder
de salir meritorios en el juicio de los Supremos
Días Sagrados es nuestra unión, nuestra
solidaridad. Cinco de estos niveles están
perfilados en el primer versículo: "Sus líderes,
sus tribus, sus ancianos, sus policías, todo
hombre de Israel".
El segundo versículo también tiene cinco
niveles, comienza: "tapjem neshejem," "sus
hijos y sus mujeres". La mujer es el séptimo de
los diez niveles (kol hashviin javivin). El más
querido en toda enumeración es el séptimo. Los
hijos son el sexto nivel. El primer verso culmina
con "cada hombre judío" y el segundo, que es
evidentemente una categoría nueva, comienza
con "tus hijos y mujeres".
Las iniciales de los tres géneros del pueblo judío
, hombres, mujeres y niños, también forman el
mismo acrónimo de teneh, sólo que en orden
inverso. La tet es taf (niños), la nun es nashim
(mujeres) y la alef, que es el nivel inferior, es
anashim (hombres). El hombre, corresponde a
las letras (alef de otiot), como en "la letra de la
ley"; las mujeres a las vocales o la
pronunciación adecuada (nun de nekudot) y los
niños al dulce nivel oculto de la música (taf de
taamim), que serán explicados en forma
completa por el Mashiaj.

Los ta'amim y las nekudot son los dos niveles


superiores y secretos de la Torá. Este es uno de
los secretos de teneh, que el más alto nivel de
todos es el de los niños, seguido por la mujer y
luego el hombre. Ese es el potencial de este
año, t'he shnat nashim taf, que por el mérito de
las mujeres y los niños será revelada la oculta
dimensión interna de la Torá.

3 - Hakhel
Aprender, Oír, Merecer

Cada siete años, luego del año de shmitá, la


Torá ordena a cada judío ir al Templo, junto con
todo el Pueblo de Israel, para oír el libro de
Deuteronomio leído por el rey. Este
mandamiento, hakhel, es para "los hombres,
mujeres y niños", anashim, nashim y taf.
Nuestros sabios explican que al hombre se le
ordena venir al hakhel para aprender las leyes,
a las mujeres para escuchar y los niños y bebés
son traídos para que sus padres reciban una
recompensa por haberlos traído. El nivel más
alto de racionalidad es el hombre, seguido por
las mujeres y los niños. Esto es así desde la
perspectiva de la racionalidad revelada de la
Torá.

Sin embargo, el nivel más elevado de la Torá es


aquel que es menos conocido y entendido en
este mundo, hasta que sea revelado por el
Mashíaj. La cabalá se refiere a este fenómeno
como el "Sello Invertido". Cuando se levanta un
sello para estamparlo en la cera, el cuño o
impresión que deja es el de su interior. Lo que
es elevado se vuelve bajo y visceversa. En el
acrónimo de tené, el nivel de taf es el más alto
de todos. Las mujeres, que se conectan a un
nivel de la Torá escuchando están en el
siguiente nivel. Los hombres que estudian la
Torá están en el nivel inferior, racional. Este es
el principio del sello invertido.

El mismo hecho de que los niños no entienden


la enseñanza racional de la Torá, significa que
están conectados a ella a un nivel supraracional;
su conección es superior a la de sus padres. La
recompensa que le dan a sus padres es que en
su mérito estos también experimentan el nivel
que se encuentra por encima de sus mentes.
Todavía es relativamente supraracional para
ellos, pero obtienen un sabor o noción de la
revelación de este nivel de la Torá al que está
conectado su hijo.
4

Taf - Gota, Profecía


La palabra hebrea utilizada en este versículo, taf,
que significa infante, es una palabra singular cuyo
significado literal es "gota". La interpretación simple
es que el infante es una pequeña "gota",
reminiscencia de la gota original de donde fue
creado. Como no estudia ni escucha, está conectado a
la Torá de una manera totalmente por encima de la de
sus padres, sólo se vuelve manifiesta a ellos en el
sabor, o gota, que él les da.
La raíz de la palabra taf da origen a la palabra hatafá,
"profecía", que significa "traer algo aquí abajo, gota a
gota". La profecía o el Espíritu Divino fluye hacia
abajo, gota a gota, de una fuente que es infinitamente
supraracional. El significado simple de taf es que el
niño mismo es una gota; su significado profundo es
que él es la fuente del mazal elión (el mazal
superior", la raíz de todas las almas judías, como está
explicado en Cabalá y Jasidut). La palabra mazal
también proviene de nozel, que significa "fluido".
Para el pueblo judío el taf es la fuente del fluido
gradual del Espíritu Divino, gota a gota: hatafat ruaj
hakodesh tipin tipin. Este "fluir gradual" del taf pasa
primero a través de la madre, y luego llega al padre.
La recompensa que el bebé brinda a los padres es
algo que fluye desde el nivel donde el infante está
conectado a Di-s hasta la conciencia de sus padres.
5

Nashim - Respiración, Alma


Se le ordena a la mujer observar el año de hakel
para que escuche la lectura de la Torá. El shmiá, en
hebreo "audición", de la mujer es de cierta manera
superior al "estudio" que realiza el hombre. Shmiá
significa "absorber", como en Shemá Israel Hashem
Elokeinu Hashem Ejad. La mujer oye algo que es
más profundo que lo que el hombre entiende; cuando
una mujer escucha, se conecta a un nivel superior del
alma que la mente del hombre que estudia
racionalmente.

Nashim es la palabra general para "mujer". Esta


forma plural alude a la palabra neshimá, en hebreo
"respiración" o neshamá, "alma". La vocalización
(nekudot) que se escribe por debajo de las letras son
la neshamá de las palabras (como ya se explicó). Las
nekudot son llamadas "el alma de la Torá". Esto
también está asociado a neshimá. El último versículo
de los Salmos dice: "Kol haneshamá t'halel Iá,
Haleluiá". Nuestros sabios interpretan que esto
significa que cada respiración que realizamos debe
tener el sentido de agradecimiento a Di-s, que nos da
la respiración. No podemos respirar siquiera una vez
sin el influjo de energía Divina. En el principio de la
creación Di-s sopló el aliento de vida en las narices
del hombre; este debe ser el nivel de concientización
en cada respiración que damos. Este nivel de
conciencia, que con cada aliento Di-s sopla vida
buena hacia nuestro interior como en el principio de
la creación, es percibido por la mujer.
La melodía que está por encima de las palabras, los
taamim, es la música de la Torá llamada "el alma del
alma" y el taf está conectado a este nivel de la Torá,
el origen de la hatafá que gotea de la conciencia
superior hasta la percepción del Ruaj Hakodesh y la
profecía. Esto proviene de los niños. Ahora, en el
tiempo del exilio, la profecía fue retirada del hombre
pero no de la mujer y los niños. Esto es interpretado a
veces como algo peyorativo, pero no es así, todo lo
que es eterno tiene un origen infinitamente superior a
aquello que cesa en un punto determinado. La mujer
y los niños judíos pueden conservar una dimensión de
profecía que fue retirado del hombre judío, porque
están conectados a una fuente supraracional de la
Torá y el Espíritu Santo. Esto es inherente a cada
alma judía, pero la mujer y los niños pueden
manifestarlo de una manera que no es posible para el
hombre.

6
La Dimensión Interior de la Torá,
La Dimensión Interior del Corazón

La Ley judía requiere del hombre que ocupe la


mayor parte de su tiempo y su esfuerzo espiritual y
mental estudiando la dimensión revelada de la Torá.
Una de las razones por las que a la mujer se le
requiere mucho menos esfuerzo en esta tarea es para
permitirles dedicarse a la dimensión interna de la
Torá, tanto a través del estudio como de la
meditación desde el corazón.
La cabalá considera a la mente y al pensamiento
profundo como algo externo respecto del punto más
íntimo del corazón. La mujer está conectada natural e
instintivamente con la dimensión interior de la
realidad y del corazón. “La mente debe regir sobre el
corazón” (moaj shalit al halev) es una directiva para
prevenir la búsqueda de la lujuria y las pasiones del
corazón, para que la mente tenga el control del
corazón. Pero hay una expresión correspondiente
“cuando uno se merece revelar la dimensión interna
del corazón, está dimensión íntima controla la mente”
(pnimiut halev shalit al hamoaj).

Esta es una tarea específica de la mujer,


especialmente pertinente para el período de Rosh
HaShaná. Se considera que el período de Elul y las
Altas Festividades elevan a cada judío, cuando un
poder que deriva de Di-s nos ayuda en este período
del año a revelar la dimensión interna del corazón,
que es más elevada que la de la mente. Esta es la
fuente de la sabiduría de la mujer, que no proviene de
la mente racional sino más bien de lo más íntimo de
su corazón y que controla su mente. Obviamente no
se puede llegar a ese nivel sin dominar primero el
nivel de la mente racional controlando las pasiones
externas del corazón, pero especialmente durante la
época de las Altas Festividades no es este el objetivo.
Debemos llegar al estado de la dimensión interior del
corazón controlando la mente.
7
La Redención en Mérito de las
Mujeres y los Niños

El Rebe siempre llamó a la organización de niños:


“Tzivot Hashem”, “el Ejército de Di-s”. Todos los
niños antes de la edad de Bar o Bat Mitzvá son el
Ejército de Di-s. “Tzivot Hashem” es un término se
utiliza siempre en referencia al éxodo del Egipto, por
cuyo mérito el pueblo judío salió del exilio, es el
poder de los niños.

Respecto a la organización de estudios femeninos el


Rebe la llamó Jojmat Nashim, la “Sabiduría de las
Mujeres”. Su significado simple es que la mujer tiene
un cierto nivel de sabiduría que el hombre no posee.
El Rebe dijo a menudo que las mujeres deben
reunirse primero y principal para estudiar la
dimensión interna de la Torá; obviamente el estudio
debe llevar a la acción, especialmente en la Tierra de
Israel. Este es el año en que se debe tratar de sacar a
la luz esa sabiduría especial. Como está escrito “Por
el mérito de las mujeres justas, nuestros antepasados
fueron redimidos de Egipto, y por el mérito de las
mujeres justas vendrá la redención final”. De cierta
manera, la redención que estamos esperando depende
mucho más de la mujer que del hombre.

Una de las buenas decisiones que se pueden tomar


para este año es organizar grupos de mujeres y de
niños.

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