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HANUKÁH
Por Dr. Dan ben Avraham
Introducción.-
Trasfondo Histórico
En el año 175 a.M., (Antes del Mesías) un rey sirio llamado Antíoco IV se
levantó como un gran poder político en el medio oriente, específicamente lo que
hoy es Siria. La influencia de Antíoco llegó también a Israel, para entonces un
país sin un gobierno establecido, pues el trono de David estaba vacío, aunque era
dirigido por la familia de los Kohanim o familia sacerdotal descendiente de la
Casa de Aharón.
Otros judíos pensaron que debía revisarse muy cuidadosamente esa actitud y
tomar de los griegos solamente aquello que no representara un daño para la
identidad judía. El primer grupo se podría identificar como "helenistas de
izquierda". El segundo, como "helenistas moderados".
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Entre los helenistas moderados estaba nada menos que el Kohen HaGadol –el
sumo sacerdote-, el último descendiente legitimo de la Casa de Aharon, según fue
instituido por HaShem a través de Moshé. Su nombre fue conocido como Ben
Shimón II que aparece en los Rollos del Mar Muerto bajo el nombre de Moreh
Tzedeq –Maestro de Justicia.
El hermano del Kohen HaGadol Ben Shimón, por supuesto, también de la Casa
de Aharon, representaba a los helenistas de izquierda, dispuestos a dejar toda la
identidad judía necesaria para asimilar las creencias y costumbres griegas. El
nombre de este kohen –sacerdote- fue Yehoshua Ben Shimón II. Dispuesto a
introducir el helenismo en Israel a cualquier precio, este traidor de nuestro pueblo
se fue a Siria y se reunió privadamente con el propio Antíoco y le pidió que le
estableciera como Sumo Sacerdote en lugar de su hermano a fin de helenizar a
Israel. A cambio del favor, Yehoshua Ben Shimón II le ofreció mejores
condiciones de impuestos, es decir, grandes sumas de dinero al monarca sirio.
Al conocer de esta situación, prácticamente se dio una guerra civil en Israel entre
helenistas moderados y helenistas de izquierda lo cual eventualmente dio una
gran victoria a Yehoshua Ben Shimón II que vino entonces a ser el próximo
Kohen HaGadol –sumo sacerdote-, con el apoyo de Antioco IV. Este Yehoshua
Ben Shimón II es conocido en los Rollos del Mar Muerto como el "Sacerdote
Malvado" en hebreo, "Kohen Ha-resha".
Así que, colocado en la máxima posición de autoridad en Israel para ese tiempo,
pues el trono de David estaba vacío, este kohen ha-resha comenzó un proceso de
transculturalización helenista en todo Israel, por supuesto, con el beneplácito de
Antíoco, pues le servia perfectamente para sus intereses imperiales.
El primer decreto que aprobó "el nuevo gobierno" fue declarar ilegal las escuelas
o centros de enseñanza de la Torah, se edificó un gimnasio griego cerca del
Templo para que los jóvenes judíos se acostumbran y entrenaran para los "juegos
olímpicos" dedicado a los dioses griegos, y hasta los levitas fueron arrastrados al
estadio para "gozar" de la "modernidad" introducida en la nación.
Siendo que en muchas prácticas de los gimnasios tenían que hacerse "al
desnudo", la marca del brit milah –pacto de la circuncisión- era evidente entre los
muchachos judíos. Sin embargo, los griegos veían esto como "un daño al cuerpo"
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que afectaba su "belleza natural" y entonces muchos de nuestros jóvenes, bajo la
influencia griega, comenzaron un proceso de "descircuncision", para volver a ser
"bellos" como los griegos.
Esto ocurría así hasta que en el año 171 a.M., un israelita llamado Menelaus, de la
tribu de Benjamín, y por lo tanto sin derecho a ser considerado un levita y mucho
menos un "sacerdote", se reunió secretamente con Antíoco y le ofreció mas
dinero que Yehoshua Ben Shimón con tal que lo "apuntalara" como Kohen
HaGadol.
Su gestión tuvo éxito y de esta manera el cargo le fue quitado a Yehoshua Ben
Shimón y transferido a Menelaus.
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intentos de "golpe", con lo mejor de su ejercito entro en Jerusalem y decidió dar
un "escarmiento" a los judíos y declarar la ciudad una ciudad griega.
En efecto, con el apoyo de este falso profeta judío, el ejército de Antíoco entró sin
resistencia a Jerusalem y bajo las órdenes estrictas del general sirio, los soldados
mercenarios cortaban a filo de espada a todo judío que se iban encontrando en su
camino. El genocidio fue horrible y la sangre judía corría otra vez por las calles
de Jerusalem.
Antíoco IV, por medio de su portavoz, el benyamita Menelaus, falso profeta, pues
no hablaba en nombre de HaShem sino de Antíoco, ordenó la prohibición del
Shabat, la circuncisión e incluso la lectura de la Torah.
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decir, "la encarnación o manifestación de dios" entró al lugar santísimo y ofreció
sangre de puerco a su dios Zeus. Este día fue el 25 de Kislev del 167 a.M. Sin
duda esta fue la Ha-Shiqutz Meshumeim – La abominación desoladora- de que
había hablado el profeta Daniel (9:31,32).
Un Remanente se Levanta
Sin embargo, HaShem siempre ha tenido un remanente. En una ciudad cercana a
Jerusalem llamada Modim, un descendiente de los sacerdotes, hijo de Aharon,
llamado Matiyahu –conocido también como Matatías- juntó a sus hijos y algunos
amigos íntimos y les arengó diciendo:
"Aunque todas las naciones del dominio del rey de Siria colapsen y se rindan y
abandonen la fe de sus padres, yo y mi casa, con mis hijos y mis hermanos,
caminaremos en el pacto de nuestros padres. Que HaShem nos guarde de la
traición de abandonar la Torah y los mandamientos de nuestro Di-s".
Dos años duró aquella guerra hasta que, en 165, luego del asesinato cruel de
Matiyahu a manos de Antíoco, su hijo Yehudah ben Matiyahu logró vencer al
general más importante del monarca sirio, al llamado Lysius, que a la sazón era el
virrey. Esta victoria fue obtenida en el área donde esta la ciudad conocida como
Emmaus, curiosamente la misma ciudad donde Yeshua HaMashiaj mostró a los
dos discípulos su identidad mesiánica y por supuesto, la evidencia de su
resurrección (Luc.24: 13-35).
Después de echar a los sirios, los Macabeos, pues así se conoció el ejercito de
Yehudah ben Matiyahu, declararon otra vez a Jerusalem como la capital de Israel,
colocaron los utensilios sagrados que se habían robado los sirios en su lugar,
echaron abajo el altar pagano introducido por Antíoco y demolieron la imagen de
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Zeus. Así pues, todo estaba listo para la consagración otra vez del Templo a su
verdadero dueño, el Di-s de Israel.
Debido a esta gran victoria y al milagro que ocurrió alli, Yehudah ben Matiyahu
estableció una fiesta de ocho días para todo Israel a fin de recordar la manera
providencial como HaShem les dio una gran victoria, salvando a Israel de la
asimilación pagana a que la expusieron malos hijos, y como hizo posible que la
Menorah se mantuviese encendida por ocho días cuando solamente tenia aceite
para un día.
Debido a que fueron ocho días, tenemos entonces ocho días de celebración y
recordamos ese evento con la creación de una menorah de ocho brazos, llamada
Janukilla donde por cada día de celebración se va encendiendo una vela de
recordatorio por cada día que hubo luz en el templo. La manera como se debe
hacer este encendido y la forma en que lo celebramos se añade al final de este
articulo.
Yeshua mismo practicó esa fiesta incluso durante su ministerio público (Juan
10:22,23) por lo cual tiene implicaciones mesiánicas muy profundas. Entre otras
cosas, Yeshua propuso a su pueblo retornar a la unidad del principio y servir a
HaShem de todo corazón. Si nuestro pueblo hubiese oído su voz, él habría
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entrado a Jerusalem rodeado de gloria. De lo contrario, entraría humilde
cabalgando sobre un asno.
Este llamado a la unidad que hizo Yeshua fue necesario porque a partir de la
consagración del Templo en los días de la familia hasmonea graves divisiones se
dieron en Israel que transformó el judaísmo en una pluralidad muy peligrosa que
necesitaba volver a sus principios originales.
Como podemos apreciar, las lecciones de Janukáh son muchas y variadas. Entre
ellas quisiera destacar solamente dos en esta ocasión y luego sugerir algunas ideas
de cómo celebrar esta hermosa fiesta que domo dije, lo repito otra vez, por las
palabra de Yeshua constituyen entonces un tipo profético de lo que serán los días
del fin. Veamos algunas enseñanzas claves aquí y luego cómo celebrar Janukáh.
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Siempre ha sido una amenaza para nuestro pueblo y debemos estar alertas todo el
tiempo. Si ha habido una generación de israelitas expuestos a la asimilación, es la
nuestra. HaShem nos ha dicho que somos un pueblo diferente y que no debemos
buscar "ser como las demás naciones", sino consagrarnos cada día a HaShem,
como Yeshua JaMashiaj nos dejó el mejor ejemplo.
Lo que ocurrió en Jerusalem durante los días de Antíoco IV y que nos da el marco
para la celebración de Janukáh no es solamente historia, es profecía. De hecho,
una doble profecía. Primero porque Daniel así lo anticipó (Daniel 9:30-32) y
segundo porque Yeshua también nos dijo que los días de los macabeos se
repetirían en Jerusalem. Estas fueron sus palabras: "Por tanto, cuando veáis en el
lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel"
(Matiyahu – Mateo- 24:15).
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Siendo que la "abominación desoladora" de que habló Daniel se cumplió
literalmente en los días de Antíoco IV, auto apodado también "Epífanes", las
palabras de Yeshua claramente indican que se repetirá aquel escenario otra vez en
la vida de Jerusalem. Debemos recordar que aquélla "abominación desoladora"
no se cumplió con la destrucción romana del Templo, porque Tito no hizo ningún
sacrificio de ningún puerco en el Lugar Santísimo, sino que se limitó a destruir
Jerusalem y el Templo, pero no tomarlo como un lugar personal de adoración.
Por lo tanto, las palabras de Yeshua deben referirse a algún otro acontecimiento
futuro donde lo que sucedió en lo que Daniel llamó "abominación desoladora" y
que se cumplió en los días de los Macabeos, se repetirá otra vez en Israel.
Por sus implicaciones proféticas, las palabras de Yeshua indican que el tercer
templo deberá ser construido y estar en pie para que entonces la "abominación
desoladora" tenga la manera de introducirse.
De ser esto así, entonces debemos esperar que en Israel sucedan las siguientes
cosas:
Primero, la construcción del Templo.
Segundo, un abierto proceso de asimilación de costumbres y prácticas
paganas conforme a las naciones de la tierra que pondrán en peligro la
identidad judía de nuestro pueblo.
Tercero, una reacción ortodoxa a las costumbres gentiles impuestas
en la eretz Yitzrael por un remanente de fieles observantes de la
Torah.
Cuarto, una guerra civil entre "neohelenistas" y "neomacabeos".
Quinto, introducción del nuevo Antíoco IV, es decir, el anti-mesías en
Jerusalem para poner fin a la guerra civil, con su correspondiente
"abominación desoladora".
Sexto: El regreso de Mashiaj para salvar a Israel de las garras del anti-
mesias y el falso profeta.
Séptimo: Reconstrucción del Templo en el cual Mashiaj, como Moshé
al principio, será el único que tendrá la capacidad de ensamblar. Al
concluir su obra, el Templo previsto por Yezequiel (40-44) será
establecido en Jerusalem por Mashiaj, donde dicho Templo será como
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"insuflado" con el Santuario celestial que le fue mostrado a Moshé en
el monte. Esto sería algo así como el recibimiento del "alma" para el
Templo de Jerusalem. Aquí comenzará el Reino Mesiánico cuando
Israel como nación aceptará la oferta del Reino que rechazó la primera
vez que Mashiaj nos fue enviado y toda la tierra será entonces llena
del conocimiento de Adonai como las aguas cubren la mar. Esta será
la gran obra casi final de Mashiaj.
Al concluir esta edad del reino, tendrá lugar una batalla final entre Gog y Magog
y Mashiaj lo que pondrá fin para siempre al reino de satanás, quien será echado
para siempre en el lago que arde con fuego y azufre (Apo.20:10) donde le estarán
esperando la bestia (falso mesías representando el poder político-religioso
mundial) y el falso profeta (un líder de Israel representando el poder religioso-
político) y entonces Mashiaj entregará el Reino a Su Di-s y Padre. Esta será la
obra final de Mashiaj. Entonces el propio HaShem nos introducirá en el Olam
Habá, la edad eterna. (1 Cor. 15: 24-28; Apo. 21-22).
Esto fue así desde el principio y se encuentra anticipado en los profetas, como
está escrito: "El que no es de Israel (extranjero) que sigue a HaShem, no hable
diciendo: Me apartará totalmente HaShem de su pueblo. Ni digan los hombres
fieles de las naciones: he aquí yo soy como un árbol seco (sin raíces hebreas).
Porque así dijo HaShem: A los hombres fieles de entre las naciones que guarden
mis días de reposo y escojan lo que yo quiero, y abracen mi pacto, yo les daré
lugar en mi casa y dentro de mis muros...y a los hijos de los extranjeros que sigan
a HaShem para servirle y que amen el nombre de HaShem para ser sus siervos, a
todos los que guarden el día de reposo para no profanarlo, y abracen mi pacto,
yo los llevaré a mi santo monte y los recrearé en mi casa de oración; sus
holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será
llamada casa de oración para todos los pueblos" (Isaías 57: 3-7).
Hanukáh tiene que ver con la restauración de los valores de la fe hebrea como nos
fue dado por HaShem a través de Moshé y que fue confirmado luego por Yeshua.
Hanukáh fue y continúa siendo una sangrienta batalla en contra la asimilación de
creencias, costumbres y prácticas de origen pagano que el enemigo quiso y
continúa queriendo introducir en la mente de los hijos de Di-s.
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Pero ese no es el caso del origen de la Navidad o Christmas como se conoce
popularmente en Occidente. Ya desde los días de los apóstoles muchos creyentes
de origen gentil comenzaron un proceso equivocado de introducir costumbres
paganas dentro de la fe mesiánica. Fue a ellos que Pablo les decía: "guardad los
días, los meses, los tiempos y los años" (Galt. 4:8-11), como una mala práctica
"no kosher". Tristemente, luego de la muerte de Yaakov el Justo, (el hermano de
Yeshua) y luego de la muerte de Rav Shaul, la separación entre los creyentes de
origen gentil de sus hermanos judíos mesiánicos se hizo total y entonces una
oleada de "malas prácticas" de origen pagano comenzaron a introducirse entre las
congregaciones formadas de creyentes de origen gentil, entre las cuales destaca
por supuesto, la intención de "cristianizar" la fiesta del nacimiento del hijo de Isis
que los romanos vieron como el "hijo del sol invicto", asociándola con el supuesto
nacimiento de Yeshua el 25 de diciembre cuando el solsticio de invierno tenía
lugar.
"Que Navidad fue originalmente una fiesta pagana está más allá de toda duda. El
tiempo del año, y las ceremonias con las cuales se celebró prueban su origen. En
Egipto, el hijo de Isis, el título egipcio dado a la "reina de los cielos", nació para
este mismo tiempo, en el solsticio de invierno". Los paganos romanos creían que
el día 25 de diciembre, fecha cuando el sol, por el cambio de estación se hacía
más brillante que el resto de los días, especialmente a la hora de su aparición por
el este, donde daba una impresión de crecimiento que doblaba su tamaño regular
(ilusión óptica) comparado al resto de los días del año.
Siendo que los paganos romanos adoraban al "sol" como una divinidad - "el Sol
Invictus"- todo cambio que se operaba en la naturaleza relacionada con él, era
anotado y subrayado con una connotación religiosa única.
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Semiramis se hizo entonces adorar como "Madonna", o "Madre de di-s" y
también como "La Reina de los Cielos".
Para el año 450, el Papa Julius decretó que todos los cristianos deben celebrar el
nacimiento de Cristo en la misma fecha en que los paganos celebraban la fiesta de
Saturnalia, es decir, en honor al nacimiento del sol. Para hacer una celebración
cristiana inolvidable, el Papa instituyó una "misa" especial para el conmemorar el
evento. De aquí viene realmente la palabra "Christmas", es decir, "Misa a Cristo",
donde se afirma que el pan se transforma físicamente en el cuerpo del Señor y el
vino se convierte físicamente en la sangre del Señor.
"No destruyas los templos de los dioses británicos; conviértelos a las iglesias
cristianas. No prohibas las costumbres no tan dañinas asociadas con las viejas
creencias, conságralas para el uso cristiano".
Por otro lado, los paganos romanos usaban el árbol de pino para representar el
desarrollo del conocimiento de sus dioses, especialmente su versión del Tammuz
babilónico en la figura del Sol Invictus. De aquí surgió la idea católica de tomar
"el arbolito" de los paganos y asociarlo con el nacimiento del Mesías. En vez de
prestar atención a la Torah que claramente desaprueba toda asimilación de
costumbres paganas y a la ordenanza de Rav Shaul de "no participar de las obras
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infructuosas de las tinieblas sino más bien reprendedlas" (Ef. 5:11,12), la Iglesia
Católica asimiló esas costumbres y se contaminó hasta lo más profundo para
entregar al mundo un sistema pagano como si fuera auténtico cristianismo.
Debemos tener la mejor Janukia con las ocho velas recordatorias del gran milagro
que allí pasó listas y dispuestas para ser colocadas en la Sinagoga y también en
nuestras casas. Al final adjuntamos ciertos lineamientos para hacer esto bien.
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Debemos preparar las comidas típicas de estos ocho días de fiesta. Debido a que
Hanukáh está relacionado con el milagro del aceite que no escaseó durante una
semana completa, entonces es típico comer cosas hechas con aceite de oliva. Para
los judíos sefardíes iberoamericanos, nada mejor que yucas fritas en aceite de
oliva, empanadas de queso fritas en aceite de oliva. Ensaladas hermosas rociadas
con aceite de oliva. Es típico también colocar en la oreja de los niños, pequeñas
hojas de olivo verde para recordar la manera cómo se adornó el atrio del Templo
por los Macabeos. Hoy día existen muchos libros con recetas para Hanukáh que
cada cual podría revisar y seleccionar.
Debemos preparar los regalos para los niños. No olvidemos que en Hanukáh
debemos hacer ocho regalos a los niños e intercambiarnos regalos los unos con
los otros. El primer día es un regalo costoso, según este término signifique para
cada economía familiar. Luego siguen seis regalos o intercambios de regalos no
tan costosos, y entonces, el último y gran día de la fiesta, el regalo más costoso.
Este último día las familias se reúnen y comparten suculentas comidas y los
regalos. Durante los días intermedios entre el primero y último día de la fiesta,
enviamos regalos también a los niños de las familias más pobres para que todos
gocen de la bendición de Hanukáh.
En el caso de los judíos e israelitas que creemos en Yeshua como nuestro Mesías,
debemos recordar en todo tiempo que él es "la luz de Di-s que ha sido dada a los
hombres" para que no andemos más en tinieblas, sino para que tengamos la
lumbre "de la vida". Por lo tanto, éstos son días apropiados para enseñar los
aspectos proféticos contenidos en la fiesta de Hanukáh al que ya hemos apuntado.
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de HaShem, porque finalmente hemos hecho Teshuváh y Adonai entonces nos
enviará a Mashiaj de nuevo para redimir a todo Israel y purificar el Templo. Es
nuestra oración ¡que sea así y pronto y en nuestros días!
Cada noche, tres bendiciones son levantadas al Todopoderoso de Israel por medio
de nuestro Kohen JaGadol, Yeshua JaMashiah, Bendito Sea Su Santo Nombre.
Justo al caer la noche por cada uno de los ocho días de Hanukáh, debemos
confesar las bendiciones.
· "Bendito eres Tú, oh Señor nuestro, Rey del universo, que nos santificas por tus
mandamientos y nos llamas a encender las velas de Hanukáh".
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Luego el padre de familia junta a sus hijos y dice:
· "Bendito eres Tú, oh, Señor nuestro, Rey del Universo, Tu has hecho grandes
milagros, desde los días de antaño con nuestros padres, hasta este día".
· "Ki Shem Adonai ek-rá, Javú godel Leilojeinu, Gadlú la'Adonai ití,
uneromemah shemó yajdav, Yejí Shem Yeshua, mevorakh mei'atáh ve'ad
olam".
"Bendito eres Tú, oh, Señor nuestro, Rey del universo, Porque nos has
preservado y sostenido con vida y nos has permitido llegar a esta celebración".
¿Qué confesión hacemos todos los presentes para concluir la celebración de cada
noche de Hanukáh?
La confesión que hacemos es la siguiente: " Nes Gadol Jayá sham". Esto es: "Un
gran milagro pasó allí".
Nota: En Israel decimos: "Nes Gadol Jayá Pó”, es decir: "Un gran milagro pasó
aquí".
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¿Cuántas Hanukiot pueden ser usados en Hanukáh y dónde se colocan?
Pueden ser usadas muchas Hanukiot. Se recomienda que, al visitar los amigos,
lleves tu Hanukíah contigo. Es permitido encender tantas Hanukiot como tengas.
Sin embargo, la Hanukíah más hermosa, deberá ser colocada en la ventana de la
casa que dé a la calle de tal manera que todos sepan que "Nes Gadol Jayá Sham".
Conclusión.-
Debemos concluir por ahora. Estos son días de restauración. La restauración de
las que nos hablaron los antiguos profetas de Israel. HaShem está llamando a Su
pueblo de vuelta a casa. Si usted es uno de los que está oyendo Su voz y desea
"abrazar Su Pacto" (Is.56:6) entonces ningún momento más oportuno que el
contexto de Hanukáh para hacerlo. La decisión es suya. Usted puede juntarse al
remanente que se levanta para decir "No a la Asimilación" y "Sí a la Torah" y
formar parte de estos huesos que se están "juntando el uno con el otro, para venir
a ser un gran ejército" (Ezeq. 37:1-14) sobre el cual vendrá un soplo maravilloso
del Rúaj JaKodesh, del Espíritu Santo para cumplir lo que fue antes anunciado
por los profetas de Israel.
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