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Palabras de Gabriel Sagastume

En este nuevo aniversario honramos a nuestros compañeros
caídos, también los muertos del enemigo y aprendemos a vivir en
paz.

On this new anniversary we honor our fallen companions, also the

dead of the enemy and learn to live in peace.

El querido Gabriel Sagastume escribió esto. Lo conocí a él gracias

a la obra "Campo Minado" y como me viene sucediendo desde que
tengo memoria, el teatro siempre me puso frente a verdades
necesarias en distintas circunstancias de mi vida y, por muchos
motivos, me rescató. "Campo Minado" despertó mi consciencia de
un modo revelador que orientó el amor por mi país de un modo
muy profundo, muy profundo. Vivo la urgencia (no la
desesperación) de amar, de ayudar a sanar, de ordenar un poco
aunque sea la injusticia del olvido. Me siento hermana, madre,
compañera, enfermera, manta, carpa, carta, chocolate, canción de
Sui Generis, lluvia, viento, grito, bomba que se arroja, bomba que
no estalla, palabra que calma, canción de cuna, abrazo que
contiene, emoción que es fuerza... ¡Tantas cosas! Intento recuperar
el tiempo hablando con mis pibes, estos alumnos que le vida me
deja conocer por este tiempo. Intento recuperar gestos que traigan
consuelo y aumenten el respeto. Y doy fe de que están sucediendo
cosas hermosas entre los más chicos que ponen a Malvinas, a los
Veteranos, a los Caídos y a sus familias en su corazón. Es más,
guardamos en el corazón no solo a los argentinos: también
comprendemos el dolor que los ingleses atravesaron como
experiencia. El dolor no sabe de política y la empatía exige ampliar
las fronteras. Gabriel escribe desde ese lugar desde el que también
me gusta mirar las cosas. Ver qué nos une más allá de las
diferencias es primordial para poder seguir cruzando puentes que
nos permitan encontrarnos a todos como hermanos. Siento que
estoy en medio de una corriente de amor muy grande y fue el
teatro quien me ubicó en ese lugar. Por eso vuelvo a bendecirlo y a
elegirlo. Gabriel, a través de vos, gracias a todos. Siempre.

El 2 de abril se conmemora el día del Veterano y de los Caídos en

la Guerra de Malvinas. Esto sucede desde el año 2000 y desde el
2006 es un feriado inamovible que no se puede trasladar para
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permitir un fin de semana largo. La elección de esa fecha se debe a

que el día 2 de abril de 1982 desembarcaron dos mil hombres en
las Malvinas con el fin de recuperarlas del dominio inglés.
Hasta aquí los datos más elementales relacionados con lo que
significa una fecha concreta. Pero hay mucho más por decir. Decir
por ejemplo que la guerra con Inglaterra duró 74 días y que
murieron en ella 649 argentinos. Decir que luego de perder la
guerra los que regresaron con vida tuvieron que sufrir el olvido y el
desprecio del gobierno y de la sociedad que tomó a la guerra como
un hecho histórico asociado con el régimen de facto militar en
lugar de considerarlo como un hecho patriótico.
El 2 de abril es un feriado atípico que genera controversias. Para
muchos no tiene sentido porque creen que se festeja una guerra
injusta, un manotazo de ahogado de la Junta del Proceso Militar
que mandó a morir a un montón de chicos inútilmente porque
además perdimos.
Sin embargo, ésta es una fecha que invita a ponerse en otro lugar,
que nos propone averiguar qué pasó, que nos exige estudiar un
poco más las circunstancias vividas hace 37 años atrás para salir
de la mirada pesimista que obedece a la esclavitud del exitismo.
Esa será la única manera posible de ver lo mejor de nosotros
mismos como pueblo. El 2 de abril no es una fecha para se festejar
el inicio de una guerra por un pedazo de tierra sino la Defensa de
la Libertad y de nuestra dignidad como país joven y soberano en
construcción. No se festeja una derrota militar y mucho menos la
muerte de jóvenes. Se recuerda el esfuerzo, dedicación,
compromiso y coraje de esos muchachos. Ellos no fueron a luchar
por odio, sino por Amor a su tierra y a su pueblo.
Los Veteranos de Guerra no necesitan de nuestra lástima sino que
necesitan nuestra gratitud y nuestro respeto. Necesitan que los
recordemos como los hombres valientes que supieron dar la vida
por un ideal. Los países grandes honran a sus guerreros sin
importar los resultados de las batallas. Cuando empecemos a
honrar a los hombres que lucharon en Malvinas empezarán a
sanar las heridas de la guerra.
Nuestra escuela se prepara para recibir a dos veteranos y a la
madre de un caído. Una de nuestras aulas recibirá el nombre de
Elbio Eduardo Araujo y si Dios quiere, la mamá de Elbio y su
hermana nos acompañarán en ese momento tan importante para
ellas y para nosotros. Marcelo Vallejo y Daniel Vivas, hablarán con
todos los alumnos del secundario de lo que vivieron pero lo más
importante es que recibirán nuestro amor, el orgullo que sentimos
por ellos y la gratitud inmensa que queremos expresarles. Habrá
signos concretos que expresarán esos sentimientos pero lo más
importante es preparar el corazón para que el día de su visita, el 16
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de abril, sea un encuentro de argentinos que celebran ser

argentinos.
Quienes combatieron en Malvinas frente a los ingleses
demostraron valores que hoy nuestra patria necesita y es por eso
que podemos afirmar que ese dolor puede transformarse en amor
al ver los ejemplos concretos de generosidad, de entrega, de valor,
de compañerismo. Hay mucho para decir en ese sentido, mucho
para rescatar. Por eso es tan necesario recordar, sacar del olvido y
traer al hoy. Esa charla del 16 de abril nos pondrá delante de una
parte de nuestra historia pero no de la que se lee en los libros sino
de la que se vive porque los propios protagonistas la comparten.
Cada acción llevada a cabo por nuestros hombres en Malvinas
habla de valores espirituales que van más allá de cuestiones
políticas.
Comprender la contradicción de la guerra nos pone frente a su
sagrado misterio al invitarnos a encontrar las lecciones de vida en
medio del dolor. Estamos llamados a resucitar, a volver a vivir, a
renacer, a abrazar al caído, a sostener al que sufre.
Los soldados y sus familias sufrieron mucho, sin duda. Nos
corresponde a nosotros, los que no estuvimos directamente
afectados por ese sufrimiento, ser la caricia que sane y el recuerdo
respetuoso que sustituya al olvido que siguió lastimando durante
tantos años.
Nos hemos propuesto hacerlo con todo el corazón y es por eso que
el momento central de nuestro acto se posterga para el día de la
visita.
Pero recordaremos hoy a un caído leyendo una carta que el
soldado Cao les escribió a sus alumnos de la escuela N° 32 de
Laferrere.
A mis queridos alumnos de 3ro D:
No hemos tenido tiempo para despedirnos y eso me ha tenido
preocupado muchas noches aquí en Malvinas, donde me
encuentro cumpliendo mi labor de soldado: Defender la Bandera.
Espero que ustedes no se preocupen mucho por mi porque muy
pronto vamos a estar juntos nuevamente y vamos a cerrar los
ojos y nos vamos a subir a nuestro inmenso Cóndor y le vamos a
decir que nos lleve a todos al país de los cuentos que como ustedes
saben queda muy cerca de las Malvinas.
Y ahora como el maestro conoce muy bien las islas no nos vamos
a perder.
Chicos, quiero que sepan que a las noches cuando me acuesto
cierro los ojos y veo cada una de sus caritas riendo y jugando;
cuando me duermo sueño que estoy con ustedes.
Quiero que se pongan muy contentos porque su maestro es un
soldado que los quiere y los extraña.
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Ahora sólo le pido a Dios volver pronto con ustedes.

Muchos cariños de su maestro que nunca se olvida de ustedes.
Afectuosamente
Julio

El soldado Julio Rubén Cao (1961-1982) era maestro en una

escuela de La Tablada, en Buenos Aires. Cumplió el servicio
militar en el Regimiento de Infantería Motorizada III “General
Belgrano” de Tablada y se enroló en forma voluntaria para luchar
en Puerto Argentino. Murió en combate el 10 de junio. Estaba
casado y no pudo conocer a su hija Julia María, que nació el 28 de
agosto de ese año.

Y éstas son las palabras escritas por un veterano que valen para
todos los veteranos argentinos:
“NO HAY MAÑANA EN QUE NO DESPIERTE
PREGUNTÁNDOME QUIÉN SOY O QUIÉNES SOMOS.
Y EN UN DESTELLO INMEDIATO LAS RESPUESTAS SE
GOLPEAN CONTRA EL BRILLO DEL ESPEJO.
SOY TODO ESO QUE HOY NO ESTÁ, LO QUE NO VUELVE, LO
QUE LLEGÓ PARA QUEDARSE Y ESO QUE SEGURAMENTE VA
A PASAR AUNQUE NO QUIERA.
SOY TAMBIÉN LO QUE VIVO EN ESTE INSTANTE Y LO QUE
SUEÑO, PORQUE AÚN SUEÑO.
PARA ALGUNOS SOY UN PIBE QUE SE QUEDÓ EN EL
TIEMPO, EL SOLDADO MÁS VALIENTE CUANDO SE
GOLPEAN EL PECHO O EL OLVIDO MÁS PERFECTO CUANDO
PARA RECORDAR Y VALORAR, NO HAY TIEMPO.
PERO SOY COMO DICE LA LEYENDA, LO QUE HICE CON LO
QUE DE MÍ HAN HECHO.
FUI SIN INTENCIÓN HOMBRE SIN MIEDO PORQUE SOY HIJO
Y MI MIEDO ERA EL DE ELLOS. SOY MECÁNICO, DOCTOR,
POETA, PADRE, HERMANO, AMIGO, CALLEJERO, FRÍO Y
VIENTO.
NO ANDO BUSCANDO MEMORIA PORQUE LA LLEVO EN EL
CUERPO.
NI PRETENDO ENSEÑARTE EL DESPRECIO DEL OLVIDO
PORQUE VIVO EN LO QUE SIENTO.
NI LA TIERRA NI LA SANGRE PIERDEN TIEMPO EN
DESHOJAR LOS SENTIMIENTOS Y EN SACARLOS DE SUS
LIBROS NI EN MIRARLO SIN AFECTO.
VIVO AHÍ, EN CADA TERCIO DE ESA TIERRA Y DE ESE
VIENTO, DE ESE FRÍO QUE EN LAS NOCHES FUE MI MAR,
FUE MI NOVIA, FUE MI VIEJA, FUE CIUDAD Y FUE
DESIERTO.
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SIGO ACÁ DONDE TODAS LAS MAÑANAS ME DESPIERTO

AÑO TRAS AÑO Y EN LOS DÍAS QUE NO DUELE, CAMBIO EL
MUNDO Y SI NO CAMBIA, LO INTENTO.
SIGO GANANDO y PERDIENDO: NI LA MANO, NI LA
GAMBETA, NI LA COPA NI LOS VERSOS ME DEVUELVEN LO
QUE SE FUE
NO ME EMPATAN LOS LAMENTOS
VIVO ACÁ PERO SIGO ALLÁ, QUIZÁS PORQUE AL LLEGAR
ERA UN ERROR PERO AL VOLVER SOY LO QUE SIENTO
COMPROMISO, ORGULLO, HONOR POR LOS QUE FUIMOS Y
POR AQUELLOS QUE AÚN NO HAN VUELTO.
SOY EL ÍCONO PARA AQUELLOS QUE SE OCUPAN DE
CONTAR LA HISTORIA EN CUENTO PERO VETERANO NO ES
PASADO, NO ES OLVIDO: SOY LA HISTORIA DEL DOLOR QUE
VENCIÓ EL TIEMPO
SOY EL HOMBRE
SOY EL PIBE Y EL SOLDADO
SOY TU HERMANO,
TU VECINO, EL DE ENFRENTE O EL DEL AL LADO.
SOY LA PATRIA.
SOY ORGULLO.
SOY PRESENTE.

SOY MALVINAS, HOY Y SIEMPRE

¡SOY VETERANO!

Finalmente, pensemos que mañana es un día para recordar. No es

un feriado cualquiera. Y si en la medida de nuestras posibilidades
podemos participar de actos recordatorios, hagámoslo. Y si no es
posible, que este 2 de abril nos encuentre dando gracias a nuestros
hombres por haber defendido los intereses de nuestra patria.