Mucho se habló de la memoria en estos días. Pero, lamentablemente, hay
memoria para unos y olvido para otros. Me refiero a lo que ocurrió en la última etapa de la dictadura con los chicos que mandaron a morir en Malvinas. Soy docente y me entristece que apenas se haga un acto y luego un feriado. Malvinas es mucho más. Esos chicos fueron en serio a defender nuestra patria y en serio dieron la vida por ella. Los que pudieron volver terminaron suicidados, enfermos mentalmente y, en otros casos, viven de un mísera pensión que por más cuantiosa que sea jamás podrá borrar de sus vidas el horror de la guerra. En el panteón argentino en Malvinas, el epígrafe de sus tumbas reza: soldado argentino solo conocido por Dios. Yo no conozco sus nombres pero Agradezco a todas esas familias argentinas que enviaron a sus hijos a luchar por la patria con la esperanza de un regreso que nunca se dio. Qué tristeza! Los padres despidieron a sus hijos. Pero ellos NUNCA SERAN OLVIDADOS POR QUIENES LES RECONOCEN COMO LOS VERDADEROS HEROES, que son aquellos que encuentran la gloria en la muerte por el país al que le brindaron nada menos y nada más que su inapreciable VIDA.